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ISSN: 0185-0636
nuevaantropologia@hotmail.com
Asociación Nueva Antropología A.C.
México
Durand, Leticia
La relación ambiente-cultura en antropología: recuento y perspectivas
Nueva Antropología, vol. XVIII, núm. 61, septiembre, 2002
Asociación Nueva Antropología A.C.
Distrito Federal, México
Leticia Durand*
A
partir de la década de 1980 el de- tura, como parte importante de la rela-
terioro ambiental (compuesto por ción sociedad-ambiente, no fuera consi-
fenómenos como contaminación, derada en las reflexiones sobre tales te-
deforestación, pérdida de la biodiversidad, mas, y que los mismos antropólogos
erosión, cambio climático, etc.), resulta- tuvieran una escasa participación en es-
do de los modelos imperantes de produc- tas discusiones, a diferencia de los econo-
ción y consumo, era ya un foco de seria mistas, sociólogos y politólogos (Durham,
preocupación. El debate ambiental había 1995; Painter, 1995).
adquirido relevancia mundial y parte de Para algunos autores, como Durham
su problemática se había incorporado a (1995), el hecho de que el estudio de los
distintas áreas de las ciencias sociales. En procesos de destrucción ambiental y la
este momento algunos antropólogos, al forma de lidiar con ellos todavía no se
notar que los temas ambientales estaban establezca como un tema de estudio den-
siendo poco atendidos en la antropología, tro de la antropología, se debe básicamen-
comenzaron a preocuparse de que la cul- te a la tradición apolítica del análisis de
la relación ambiente-cultura dentro de la
disciplina. Esta tradición posiblemente
* Instituto de Investigaciones Antropológicas, tiene su origen en las posturas relativis-
Universidad Nacional Autónoma de México. tas que sostienen que todas las culturas
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deben ser respetadas y valoradas de igual los dos elementos involucrados en esta
manera, y que todas son interpretaciones relación. Desde las primeras ideas plan-
válidas de la realidad. Estos supuestos teadas por Aristóteles, Heródoto y Poli-
han desempeño un papel importante en bio y aún hasta nuestros días, la inten-
la lucha contra el etnocentrismo y la dis- ción ha sido básicamente determinar cuál
criminación, pero al mismo tiempo pro- de los dos elementos tiene mayor impor-
vocaron que muchos antropólogos se abs- tancia e influencia en la conformación de
tuvieran de hacer juicios e involucrarse las relaciones entre el ambiente, la cul-
en movimientos políticos al no deslindar tura y la sociedad.
sus actividades académicas, dentro de las Los griegos sostenían una visión me-
ciencias sociales, del activismo social, en canicista en la que el ambiente, y dentro
algunos casos por el afán de construir una de éste principalmente el clima, se consi-
ciencia social libre de valoraciones mora- deraba un factor determinante en la con-
les (Milton, 1997). figuración del comportamiento social y la
Actualmente existe dentro de la antro- forma física y psicológica de los individuos
pología una revaloración de los temas li- (Ellen, 1989). Este tipo de ideas domi-
gados a la problemática sociedad-ambien- naron la antropología del siglo XIX con los
te, pues ha sido claro que la forma de planteamientos de Friedrich Ratzel,
intervenir en la realidad responde a la quien sentó las bases para la conforma-
manera en que ésta se entiende, se inter- ción de la antropogeografía, que tuvo a
preta y se percibe, es decir, a la forma en Ellsworth Huntington como su principal
que culturalmente se construye. Dado exponente. El principal objetivo de la an-
este resurgimiento de la cultura como tropogeografía radicaba en investigar el
punto esencial de análisis en el binomio grado en que la cultura es moldeada por
sociedad-ambiente, en este trabajo pre- las condiciones ambientales, pues daba
tendo hacer un recuento histórico de las por hecho que todos los rasgos culturales
principales ideas para explicar la relación se definen por el ambiente, abriendo así
sociedad-ambiente que provienen de la la posibilidad de explicar la diversidad
antropología y discutir la forma en que el cultural a partir de las influencias am-
concepto de cultura ha sido definido y bientales (Milton, 1997). Sin embargo,
utilizado, a fin de comprender cómo y en pronto fue evidente que la antropogeogra-
qué forma se puede concebir hoy a la cul- fía no era capaz de explicar la realidad y
tura dentro de la investigación sobre la diversidad cultural, pues culturas asen-
problemática ambiental. tadas en un mismo ambiente podían com-
partir pocas características en común
(Milton, 1997). Aunado a esto, los traba-
EL DETERMINISMO AMBIENTAL jos derivados de esta corriente teórica se
caracterizaban por la simplificación de los
La historia del vínculo ambiente-cultura procesos, la sobregeneralización y muchos
o del campo de estudio, que de forma ge- de ellos también por sus tintes racistas.
neral podemos llamar antropología am- Todo esto, además del reconocimiento de
biental, se caracteriza por la oposición de la magnitud, la rapidez y la conciencia
La relación ambiente-cultura en antropología 171
con la que el hombre es capaz de modifi- ción de causas específicas (Rutsch, 1984).
car la naturaleza, aun en las sociedades De manera que se pretendía reconstruir
más simples, fueron algunas de las prin- el desarrollo histórico de las culturas sin
cipales razones que explican el rechazo preocuparse por sus causas.
de las ideas del determinismo ambiental Alfred Kroeber, alumno de Boas, se
y el surgimiento de posturas apoyadas en adhiere a los planteamientos de su maes-
el relativismo cultural (Ellen, 1989; Mo- tro pero propone una visión mucho más
rán, 1990). radical. En su escrito The superorganic,
Kroeber (1917) plantea un nivel autóno-
mo para el fenómeno cultural o superor-
EL POSIBILISMO gánico, en sus propios términos, que con-
sidera imposible de ser explicado a partir
La antropología de las primeras décadas de lo orgánico o la expresión biológica,
del siglo XX estuvo fuertemente influida por química y física de la vida. La cultura debe
el trabajo de Franz Boas y su grupo de ser abordada, de acuerdo con Kroeber, a
alumnos que se inscribían conscientemen- partir de sus propias manifestaciones,
te en una corriente de tipo subjetivista- pues no existen causas exteriores que
relativista (Rutsch, 1984). Al estudiar a puedan explicarlas (Rutsch, 1984; Ellen,
los grupos esquimales, Boas encontró que 1989). Sin embargo, esta separación ta-
muchos elementos culturales de estas co- jante entre lo cultural y lo natural no per-
munidades se creaban de manera indepen- mitió a Kroeber consolidar una posición
diente al ambiente, lo que lo llevó a postu- ecológica coherente. Años más tarde, con
lar que el ambiente natural de una cultura la publicación de Cultural and natural
limita o favorece el surgimiento de ciertos areas of native North America (1939), en
rasgos específicos, pero de ningún modo donde relaciona áreas culturales con
opera como un determinante general; así, áreas naturales en busca de patrones,
desempeña un papel poco activo en la cons- afirma que la cultura puede ser compren-
titución y emergencia de rasgos sociales dida primariamente sólo en términos de
(Geertz, 1963; Rutsch, 1984, Ellen, 1989; la propia cultura, pero no puede ser to-
Morán, 1990). talmente comprensible si no se conside-
Para Boas y los posibilistas influidos ran los factores no culturales, como las
por él, la cultura es una totalidad estruc- variables ambientales con las que está en
turada que no permite establecer priori- relación y que la condicionan.
dades causales entre los elementos que Entre las fallas del posibilismo se pue-
la constituyen, como sería el caso del de- den mencionar su énfasis en un relati-
terminismo ambiental. Esto impide el vismo que impide generalizar más allá de
planteamiento de generalizaciones, pues cada caso particular y la ausencia de bús-
cada cultura debe ser estudiada en su queda de las causas de las conexiones
propio contexto, y justifica la negativa en culturales (Morán, 1990). Al igual que la
cuanto a la búsqueda de causas y oríge- antropogeografía, el posibilismo es una
nes de los procesos culturales dada la visión que carece de potencial para expli-
imposibilidad de establecer la determina- car la diversidad cultural aun a un nivel
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los que se encuentra este tipo de organi- tiva en la conformación de las sociedades
zación social, y que limita la densidad humanas y la cultura era prematura
poblacional. Los subtipos de bandas (Ellen, 1989; Morán, 1990). A pesar de su
identificados (patrilocal, compuesto y importancia, estas críticas no disminuyen
matrilineal) son resultado de factores el valor del trabajo de Steward, que tie-
que reducen las ventajas de la patrilo- ne, entre otros méritos, la proposición de
calidad, como la existencia de animales una metodología específica de trabajo
migratorios. Además de indicar que una apoyada en un desarrollo teórico que per-
combinación determinada entre medio mite poner a prueba sus postulados, la
físico y tecnología hace posible la existen- posibilidad de superar o evitar los argu-
cia de un tipo particular de organización mentos circulares del funcionalismo y del
social, Steward hace hincapié en que esta particularismo histórico, en los que
relación entre ecología y tecnología pro- la cultura sólo puede ser explicada por la
duce resultados que son independientes propia cultura, y finalmente, la visión re-
de las personas o individuos que estén en lacional y procesal en el análisis entre cul-
ella implicados y de su propia disposición tura y ambiente. Sin embargo, es necesa-
hacia el tipo de organización resultante rio aclarar que la ecología cultural no
(Harris, 1996). De esta forma, la cultura significa la superación del determinismo
es considerada como un elemento autó- ambiental, pues Steward únicamente re-
nomo diferenciado de sus elementos por- produce tal determinismo pero a un ni-
tadores, es decir los individuos, que se vel de mayor precisión. En lugar de pos-
insertan en el ambiente como un elemento tular que todo el ambiente determina a
más que afecta y es afectado por la red de toda la cultura, como lo hace el viejo de-
relaciones que se establecen dentro del terminismo ambiental, propone que son
sistema natural, pero cuyo origen y leyes ciertos rasgos ambientales específicos los
no son las mismas que rigen los fenóme- que determinan ciertos rasgos culturales
nos biológicos (Palerm, 1967). En este específicos.
sentido la ecología cultural se separa del
entendimiento del hombre como un ser
puramente biológico regido por leyes na- LA ANTROPOLOGÍA ECOLÓGICA
turales, e intenta comprender la forma
en que la cultura es determinada por su La ecología es una ciencia reciente que se
medio ambiente, posición que posterior- inicia a mediados de los años cincuenta
mente será criticada por Rapapport y del siglo XX, aunque las primeras ideas
Vayda, como veremos más adelante. de corte ecológico son anteriores. Por
Las críticas a la ecología cultural se ejemplo, el concepto de ecosistema, clave
centraron en la vaguedad de la definición en el desarrollo de la ecología, fue formu-
de núcleo cultural, en la escasa importan- lado por primera vez en 1935 por Sir Ar-
cia que se atribuía a la cultura como uni- thur Tansley, quien destaca las relacio-
dad primaria de análisis y en la conside- nes entre el medio físico y el medio
ración de que la conclusión sobre el papel natural o biológico, y sugiere que en la
preponderante de la organización produc- naturaleza existe un estado de equilibrio
La relación ambiente-cultura en antropología 175
te (Rutsch, 1996; Milton, 1997). Este en- cultural (Ellen, 1989). De acuerdo con
foque marca una profunda diferencia en Toledo (1990a) la mayor parte de los es-
cuanto al estudio de la relación ambien- tudios etnoecológicos tiende a tratar de
te-cultura planteada tanto por el deter- forma independiente el conjunto de cono-
minismo ambiental como por la antropo- cimientos tradicionales de sus propósitos
logía ecológica. En la etnoecología la prácticos, estableciendo a la cultura como
cultura es vista como un factor que defi- una entidad autónoma de la esfera pro-
ne el ambiente, al moldearlo y englobar- ductiva, y considera tan sólo segmentos
lo con verdad y significado, por lo que específicos del sistema cognoscitivo, es
desde este punto de vista podemos hablar decir se estudia específicamente lo que se
de la etnoecología como determinismo cul- conoce acerca de los hongos, las plantas
tural (Milton, 1997) útiles, los sistemas de clasificación, etc. En
Otra vertiente que se desprende de la la etnoecología las clasificaciones se han
idea general de Conklin, es la propuesta convertido en importantes por sí mismas
por Toledo (1991), quien argumenta que y se ha dejado un poco de lado el contexto
el objetivo central de la etnoecología es en el que se desarrollan. Se ha ignorado la
conocer las técnicas de producción de los variación, flexibilidad y las condiciones
campesinos del tercer mundo, que repre- sociales y culturales de los sistemas de cla-
sentan la mayor parte de lo que se conoce sificación, al ponderar los tipos taxonómi-
como culturas tradicionales (Toledo, cos particulares y el contraste entre ellos
1990a). Este tipo de técnicas y manejos y olvidar que una cosa es saber cómo la
ha demostrado una enorme racionalidad gente denomina a los objetos de su medio
ecológica que puede ser empleada para ambiente y otra muy distinta cómo se
modificar los actuales estilos dominantes realiza la interacción con esos objetos
de producción agropecuaria y forestal (To- (Ellen, 1989; Bellón, 1993).
ledo, 1990a, 1990b). En este sentido la Un peligro constante en los estudios de
labor etnoecológica consiste en descifrar corte etnoecológico es la idealización
el “corpus y praxis” del modo campesino de las comunidades indígenas y sus for-
de producción (Toledo, 1991). mas de producción, al adolecer de una gra-
La literatura etnoecológica ha crecido ve ausencia de problematización. Los es-
enormemente en las últimas dos décadas, tudios etnoecológicos cobran verdadero
produciendo una gran cantidad de des- auge alrededor de la década de los seten-
cripciones sobre los sistemas de clasifica- ta, cuando los efectos del desarrollo in-
ción indígenas, tanto de elementos orgá- dustrial comienzan a ser ambientalmen-
nicos como plantas y animales, como te evidentes. La etnoecología se dedica
inorgánicos, suelos o clima, de los ecosis- entonces a rescatar las distintas formas
temas. Sin embargo, la disciplina ha dado de relación y uso del ambiente natural,
un mayor énfasis a la recolección de cla- gestadas antes del inicio de la moderni-
sificaciones y a la metodología empleada dad y que han resistido la expansión cul-
con este fin, que a las relaciones que se tural de occidente, esto es, la ecología tra-
establecen entre las conceptualizaciones dicional o indígena. Como ya se mencionó,
y percepciones y la estructura social y se encontró en ella una moralización de
La relación ambiente-cultura en antropología 179
la naturaleza que, al incluir valores am- den ser potenciados si se abandona el con-
bientales en su comportamiento, produ- cepto constructivista de cultura (Milton,
cía una relación más equilibrada con el 1997). El reconocimiento de la existencia
ambiente. Sobre estas premisas se cons- de diferentes concepciones culturales del
truyeron las ideas centrales que guían la ambiente y de que su entendimiento es útil
práctica de la etnoecología, pero al no si- para la conservación ambiental es inde-
tuarse en conflicto, al no problematizar pendiente del supuesto de un ambiente
lo tradicional y lo moderno, al suponer que culturalmente determinado por la cons-
existe a priori una relación funcional en- trucción cognoscitiva.
tre conocimiento y manejo de los recur-
sos (Bellón, 1993), y al no considerar que
la expansión de la sociedad occidental en PERSPECTIVAS
vez de provocar un evento de destrucción
de lo tradicional (Toledo, 1990a) produce Después de esta revisión, podemos dis-
un proceso de interacción, los trabajos et- tinguir dentro de la historia de la antro-
noecológicos corren el riesgo de colocarse pología ambiental la asignación de tres
en el idealismo. En este sentido se tiende distintos papeles a la cultura en relación
a la simplificación tanto de la visión del con el ambiente. Por un lado hallamos el
conocimiento tradicional sobre la natura- conjunto de posturas que constituyen
leza, como de la situación de las comuni- el determinismo ambiental (antropogeo-
dades tradicionales frente al empuje de grafía, posibilismo, ecología cultural), en
la modernidad, reforzando el mito de que el que la cultura es moldeada por el am-
las sociedades indígenas, tradicionales o biente. En lo que puede denominarse de-
no industriales, son siempre ecológica- terminismo cultural (etnoecología) la cul-
mente sustentables. tura es algo así como una lente a través
A pesar de lo anterior, la etnoecología de la cual se observa y se construye el am-
es un campo de estudio joven que ha de- biente; y finalmente, un tercer papel co-
mostrado la diversidad de formas en que loca la cultura dentro de una relación de
las sociedades perciben y se ajustan al mutua influencia con el ambiente (antro-
ambiente, ha permitido comprender y re- pología ecológica). Además de ser distin-
valorar las formas de vida y producción tas en cuanto al papel que desempeña la
no-occidentales, a través de la amplia do- cultura en la relación sociedad-ambien-
cumentación sobre la congruencia ambien- te, las tres posturas identificadas difie-
tal de muchas poblaciones indígenas ren, y es lógico esperarlo, en el significa-
(Patton, 1993). Todo esto ha dado origen a do mismo que se le otorga al concepto de
un amplio movimiento de conservación cultura y en su poder como herramienta
basado en la promoción de los derechos de análisis.
indígenas sobre sus tierras y la preserva- El determinismo ambiental implica
ción de sus formas de vida (Alcorn, 1994), que la cultura está constituida básica-
aunque se ha mencionado que la influen- mente por una serie de adaptaciones al
cia y aplicación de los conocimientos etno- ambiente y se desarrolla en un proceso
lógicos a la problemática ambiental pue- equivalente al de la selección natural
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(Durham, 1995; Milton, 1997). En el en- tas poblaciones (Daltabuilt Godas et al.,
foque ecosistémico, la cultura deja de ser 1988; Kuchikura, 1988), trabajos dedica-
el concepto central en el estudio de la re- dos a la recuperación del conocimiento in-
lación que establecen los seres humanos dígena (Figueiredo et al., 1993; Toledo
con el ambiente al ser vista como una et al., 1995), o trabajos de corte materia-
adaptación más al entorno natural; y por lista (Folmar, 1992). Así, gran parte de las
último, en el determinismo cultural, la teorías que se fueron desarrollando a lo
cultura se define como el proceso de asig- largo de la historia de la antropología am-
nación de significados a la realidad a par- biental coexisten ahora en un mismo tiem-
tir del cual ésta se construye, siendo el po. Sin embargo, es claro que las visiones
ambiente una construcción cultural (Mil- más recientes dentro de la antropología
ton, 1997). ambiental ya no tratan de determinar si
La secuencia temporal de estas ideas es la naturaleza o la cultura el elemento
se encuentra obviamente ligada al desa- de mayor causalidad en la relación, ni tam-
rrollo de las escuelas de pensamiento más poco consideran la congruencia entre na-
generales en la antropología. El determi- turaleza y cultura como una medida de
nismo ambiental del siglo XIX, por ejem- éxito o adaptación.
plo, tiene sus raíces en el evolucionismo y Para Descola y Pálsson (1996), el ver-
el posibilismo nace precisamente del re- dadero problema que existe en el intento
chazo a las teorías evolutivas y al surgi- de discernir si es la naturaleza la que
miento del relativismo cultural. La ecolo- moldea la cultura o la cultura la que im-
gía cultural es un enfoque metodológico pone significado a la naturaleza, reside
que se desprende del neoevolucionismo o en sostener ambas entidades como opues-
evolucionismo multilineal, mientras que tas e independientes. Por un lado expli-
la antropología ecológica está ligada con la can que los estudios de campo realizados
pretensión positivista de hacer de la an- en sociedades no-industrializadas eviden-
tropología una ciencia cuantificable y la cian que no en todas las culturas existe
etnoecología con la aparición de las postu- la dualidad naturaleza-cultura, por lo que
ras posmodernas y el rescate del romanti- es necesario estudiar el porqué de su pre-
cismo dentro de la antropología. Aunque sencia en la sociedad occidental. Por otro,
existe una secuencia histórica en la que ambos autores sostienen que las dos pos-
las propuestas son planteadas y reempla- turas, la materialista y la culturalista,
zadas o modificadas por otras, actualmente utilizan una misma concepción de natu-
dentro de la antropología ambiental, al raleza, que consideran pobre. La concep-
igual que en el resto de la antropología, ción a la que se refieren es la de natura-
existe una situación en la que conviven leza como un estado o esencia, y no como
agregados de distintas teorías en lo que un conjunto de procesos y relaciones que
Stocking (1982) ha llamado “equilibrio se definen y orientan en su interacción;
poliparadigmático”. Es posible encontrar proponen entonces superar la oposición
trabajos más o menos recientes basados entre hombre y naturaleza y entenderlos
en la antropología ecológica que buscan como entidades inseparables tanto en su
evidenciar la conducta adaptativa de cier- definición como en su relación.
La relación ambiente-cultura en antropología 181
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