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Una forma de estudiar la contaminación ambiental es la de la economía ambiental que la ve como

externalidad negativa, esto es, un daño o un coste externo que genera una unidad económica a la
sociedad afectando el bienestar general. La política de regulación ambiental, para enfrentar este
problema, plantea el uso de estándares o normas ambientales (limite máximos de contaminación)
o un enfoque basado en instrumentos económicos. Uno de estos es la aplicación del principio de
quien contamina paga (Pigou) mediante el cobro de impuestos ambientales que deben cubrir los
costes de la contaminación y con los recursos obtenidos desarrollar programas de
descontaminación y recuperar el bienestar perdido por la sociedad debido a la contaminación.

Hay distintos tipos de contaminación como la atmosférica, del agua, suelo, visual, acústica,
desechos sólidos, etc. En el país la regulación ambiental está basada principalmente en estándares
ambientales establecidos en leyes, reglamentos y normas para distintos tipos de contaminación.
En 1976 se aprobó la Ley de Prevención y Control de la Contaminación Ambiental; en 1991 se dicta
el reglamento para la calidad del aire, en 1992 para el manejo de los desechos sólidos, etc. En
1999 se aprobó la Ley de Gestión Ambiental que establece que la autoridad ambiental es el
Ministerio del Ambiente, a nivel nacional, y en las ciudades este puede delegar autoridad en los
municipios. Existen suficientes leyes y reglamentos ambientales, sin embargo, el control es
insuficiente, la delegación de autoridad no funciona tan bien, falta promoción ambiental, etc.

Por otro lado, hay diferentes fuentes de contaminación y distintos contaminantes. En la de tipo
atmosférico están las fijas (industrias, viviendas); las móviles (vehículos), etc., y cada una de estas
fuentes puede emitir diferentes tipos de contaminantes. Con los desechos sólidos contaminan
industrias, viviendas, comercio, agricultura, etc. En consecuencia, la regulación ambiental para ser
efectiva debe ser integral y cubrir a todas las fuentes de contaminación.

Al parecer, en el país, hay un giro en la política de regulación ambiental desde los estándares a
instrumentos de viso económico, pues se ha comenzado a discutir sobre un impuesto ambiental a
la contaminación atmosférica y a las botellas plásticas que terminan como desechos sólidos. La
política regulatoria debe ser sólida, fundamentada e incluir aspectos técnicos en su aplicación.

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