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Asunto: Uso y mantenimiento de los Salones del Reino

6. Limpieza. Debe haber un programa de limpieza del salón basado en su utilización y necesi-dades.
Normalmente se realiza una limpieza ligera tras cada reunión, una más profunda cada sema-na y otra a
fondo por lo menos una vez al año. La limpieza la efectuarán voluntarios de las congre-gaciones que se
reúnen en el salón. Todos pueden participar, incluso los niños que estén debidamente acompañados.

7. En el tablero de anuncios de cada congregación se fijará el programa de limpieza, de modo que todos
estén informados. En algunas congregaciones, los grupos para el servicio del campo se turnan en la
limpieza semanal. Hay que limpiar el interior y el exterior de los edificios, así como los trasteros, las zonas
de estacionamiento y los jardines. Si es preciso efectuar labores estacionales de mantenimiento o limpieza,
como retirar la nieve acumulada, deberán estar bien organizadas. Se ha de prestar mucha atención a la
seguridad de los voluntarios (véanse los párrafos 33 a 35).

8. Coordinador de limpieza. Cada congregación designará para esta función a un anciano o siervo
ministerial. No le toca a él efectuar toda la limpieza, ni tampoco tiene autoridad para tomar decisiones que
le corresponden al cuerpo de ancianos. Su tarea consiste, más bien, en preparar el programa de limpieza
del Salón del Reino y poner a disposición de los voluntarios los artículos y productos de limpieza
adecuados, incluyendo el equipo de seguridad y unas sencillas instrucciones escritas (véanse los párrafos
33 a 35). También debe verificar que el Salón del Reino esté limpio y, si es preciso, ofrecer bondadosos
recordatorios.

33. Prevención de riesgos. La seguridad de las personas que asisten al Salón del Reino o que realizan
labores de limpieza, mantenimiento o reparación en la propiedad debe ser un asunto priori-tario. El
coordinador de limpieza y el de mantenimiento (o el coordinador de limpieza y el comité de
mantenimiento) velarán por que no existan condiciones peligrosas en el edificio ni en el resto de la
propiedad (véanse los párrafos 8, 15 y 16). Por ejemplo, los senderos y estacionamientos deben estar en
buen estado, sin nada que pueda provocar tropiezos o resbalones. Debe revisarse periódicamente la
iluminación de las escaleras y otros lugares con cambios de nivel o superficies irregulares. Asimismo, debe
verificarse con frecuencia el estado de las alfombras o alfombrillas de la entrada. En lo posible, no se
deben almacenar materiales peligrosos. Los productos químicos necesarios para la limpieza y el
mantenimiento deben estar claramente etiquetados y guardados en un lugar seguro, fuera del alcance de los
niños. Todos los ancianos, y en especial los que supervisan las ta-reas de limpieza o mantenimiento, deben
estudiar a conciencia el documento Trabajemos de for-ma segura. Normas para la construcción y el
mantenimiento teocráticos (DC-82). Se entregará una copia en papel o en formato electrónico a todos los
miembros de la congregación que colaboren en obras de construcción o mantenimiento, o en otras
actividades que encierren cierta medida de riesgo, como manejar herramientas eléctricas, usar escaleras
de mano, acceder a los techos o realizar trabajos de electricidad. Si se observan prácticas arriesgadas,
inmediatamente se les recor-darán a los voluntarios las precauciones que deben tomar.

34. Un aspecto clave de la seguridad en el trabajo es detectar los posibles peligros y tomar me-didas para
evitarlos. Quienes supervisan obras que entrañan cierta medida de riesgo tienen que revi-sar cada
actividad proyectada, prever los posibles peligros de cada tarea y adoptar las medidas de seguridad
oportunas. También se asegurarán de seleccionar a personas cualificadas, con la salud y las habilidades
necesarias para realizar el trabajo en cuestión. En esta fase se deben utilizar los do-cumentos Análisis de
riesgos en tareas de mantenimiento realizadas por la congregación (DC-85) e Instrucciones para el
análisis de riesgos en tareas de mantenimiento realizadas por la congrega-ción (DC-85i). (Estos
formularios no se usarán para trabajos ordinarios de mantenimiento y limpieza). Por otra parte, antes de
asignar tareas que impliquen cierta medida de riesgo, quienes las super-visan deben dar a los voluntarios la
formación adecuada y hacerles recordatorios claros sobre seguridad, incluyendo puntos apropiados del
documento Trabajemos de forma segura.

35. Quizás tengan dudas o les surjan obstáculos a la hora de cumplir ciertas normas, como las relacionadas
con protección contra caídas al reparar techos, retirar nieve o limpiar canaletas. En ese caso, busquen
hermanos y hermanas con experiencia en ese tipo de trabajo. Es importante que ten-gan fama de trabajar
de forma segura y que acostumbren poner en práctica las reglas y normas pu-blicadas. Si se requieren
servicios que entrañan un riesgo elevado, puede contratarse a una empresa que cuente con el equipo de
seguridad necesario y una póliza de seguros con suficiente cobertura (véase el párrafo 11).

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