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ADOLESCENCIA EN TIEMPOS DE COVID-19:

RIESGOS, RECOMENDACIONES Y
OPORTUNIDADES DE CRECIMIENTO
Secretaria SUP 15/05/2020Sin comentarios
Adolescencia en tiempos de Covid-19: riesgos, recomendaciones y
oportunidades de crecimiento

La situación de pandemia generada por el virus Covid-19 impacta sobre


todas las franjas etarias, sin embargo, en la adolescencia suma un factor
de estrés a los propios de esta etapa. Durante la adolescencia, etapa de
transición, se generan múltiples cambios en diversos aspectos de la vida de la
persona que conllevan, por sí mismos, una importante carga de estrés. Nos
referimos a los cambios físicos, cognitivos, emocionales y conductuales.
Nuevos límites, nuevas experiencias, transgresiones, nuevas formas de
vincularse con sus padres, son características de esta edad que sin dudas se
ven atravesadas por esta situación de pandemia.

Durante este período de tiempo los adolescentes se encuentran dentro de casa


y se ven restringidos de uno de los aspectos fundamentales en su proceso de
desarrollo que es la socialización. La interacción con sus pares es
preponderante y el contacto físico es un componente valioso en la vida de todo
adolescente para el desarrollo de su identidad y para su independencia,
fomentando nuevas habilidades y nuevos aprendizajes. Es en esta etapa de la
vida donde adquiere mayor importancia el contacto social.

Encontrarse con amigos, salir a bailar, festejar cumpleaños, ir al cine,


encontrarse en un gimnasio o en eventos académicos son actividades
significativas   para ellos. Esta situación de aislamiento social puede generar
malestar en diversas formas, la desconexión física puede generar la sensación
de soledad, así como la incertidumbre de retomar sus actividades puede
generar fuertes estados de frustración.

Por lo tanto, es importante hacer hincapié en que el uso de la tecnología y las


redes sociales no sustituye la importancia del contacto físico y, aunque es una
alternativa importante, no es en sí misma excluyente. Entendiendo esto, vemos
que es inevitable que esta nueva experiencia de distanciamiento social
afecte a los adolescentes.

En ese sentido, pueden aparecer riesgos emocionales que es necesario


tener en cuenta:

 Cambios bruscos y repentinos de conducta y carácter, impulsividad, irritabilidad


exagerada, tristeza constante, ansiedad, demandas o quejas excesivas
 Imposibilidad de mantener una actividad o rutina
 Desconexión del ámbito académico
 Alejamiento de sus pares y de todo ámbito de socialización
 Imposibilidad de expresar emociones en referencia al momento actual
 Falta de interés por actividades que solía hacer
 Horas excesivas de sueño o permanencia en la cama
 Falta de sueño o de apetito
 Expresiones catastróficas en relación con su futuro
 Miedo excesivo al exterior y a la posibilidad de contagio
 Ideas o expresiones en relación con la muerte o al deseo inminente de morir
 Cortes, lesiones autoinfligidas
 Comentarios o verbalizaciones negativas sobre sí mismo o su vida
 Imposibilidad de participar de rutinas familiares
 Desconexión con los miembros de su entorno familiar
 Permanencia prolongada en su dormitorio
 Apatía
 Preocupación excesiva en la información sobre el tema
 Conductas desafiantes contrarias a las recomendaciones sanitarias
 Dificultades de concentración, retraimiento
 Comer en exceso
 Aumento del consumo de tabaco o alcohol o cualquier otra sustancia
 Dolor de cabeza o dolor estomacal

Las particularidades de cada adolescente, como ser hijo único o tener


hermanos, estilos de comunicación familiar, compartir dormitorio o tener su
espacio individual, vivir en un espacio reducido o en un lugar amplio que
permita mayor desplazamiento, son elementos que marcan la vivencia de esta
etapa. No todos tendrán las mismas reacciones, porque no todos tienen
los mismos recursos psicológicos ni las mismas realidades en sus
entornos familiares.

Es normal sentir ansiedad ante situaciones de peligro, esto nos ayuda a tomar
decisiones para protegernos. Las emociones como rabia, miedo, tristeza y
alegría tienen una función adaptativa, es por eso que bloquearlas o eliminarlas
solo aumentan el malestar. Hay que darles permiso de sentirse mal.

Pero, ante cualquier situación que resulte llamativa o preocupante,


recomendamos consultar al médico tratante o en su prestador de salud.
Recomendamos que aquellos adolescentes que se encuentren en tratamiento
referido a su salud mental puedan continuar y sostener los mismos, ya sean
farmacológicos o consultas psicológicas, en caso de tenerlas. La continuidad
de los tratamientos es muy importante para asegurar el mantenimiento de
la estabilidad emocional.

Sugerimos mantener espacios de diálogo abierto y acordes a la edad, así como


filtrar y compartir información fiable referida a la temática.

La “hiperconvivencia familiar” puede llevar a una pérdida de la intimidad, de la


privacidad, aspecto importante para el adolescente. La gestión de la situación
que hagan los adultos es fundamental, organizando y planificando el tiempo y
el uso de los espacios, reforzando el carácter temporal de esta situación y
transmitiendo optimismo.

Cómo sobrelleven esta situación los adultos de la familia, enseña a los


adolescentes a manejar sus propias emociones: poder identificarlas,
comprenderlas y comunicarlas dará sensación de alivio. Poder evaluar y dividir
en aquellas cosas que se pueden cambiar y aquellas cosas que no se pueden
cambiar, ayudará a armar un plan, que brindará recursos para el accionar en
tiempo presente y futuro.

Nos parece importante como promotores de salud considerar la escucha


abierta, evitar dormir en exceso, no sobre-exigir con tareas curriculares,
mantener contacto virtual con amigos y familiares que será de ayuda para no
sentirse solos. Promover el desarrollo de sus habilidades artísticas, como
pintar, escribir, hacer música, crear historias, cocinar, aprender canciones,
coreografías, también resulta positivo. También participar en desafíos a través
de redes sociales, compartir videos, tutoriales, recetas, juegos. Impulsar a la
realización de tareas domésticas facilita el sentido de pertenencia y utilidad en
la familia.

Los espacios familiares que impulsan y promueven el trabajo colectivo, la


creatividad, el diálogo, son fundamentales. Los espacios de intercambio
emocional validan sus emociones, contienen, dan seguridad y calman. Es
importante evitar exigencias, juicios y críticas. Promover las nuevas rutinas, así
como la flexibilidad en las normas y dinámicas anteriores al Covid-19, son
factores fundamentales en la protección de la salud mental de todo adolescente
y su sensación de seguridad en el entorno. Este es un buen momento para
aprender sobre conductas de autocuidado y autoprotección, aprender a ser
responsables por su salud y la de su familia a lo largo de su vida, aprender a
tolerar la incertidumbre en situaciones futuras.

En definitiva, la pandemia puede ser una etapa para el mayor


conocimiento de sí mismos y una oportunidad de crecimiento personal.

Psic. Fani Alzugaray

Psic. Karina López

Comité de Adolescencia

Sociedad Uruguaya de Pediatría

 
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19, distanciamiento social, Psic. Fani Alzugaray, Psic. Karina Lopez, salud
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