Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En una sociedad cualquiera, cuanto mayor sea el nivel educativo de sus miembros, mayores son
las posibilidades de lograr un bienestar en todos los aspectos, particularmente en el económico.
Las personas más preparadas tienen mayores posibilidades de desempeñar el trabajo que les
guste, en donde podemos destacar como un factor primordial en su elección la remuneración
económica que pueda recibir.
Los principales hechos que justifican la existencia de una educación pública son la creencia de que
la calidad de la educación que reciba un niño no debe depender de los recursos de sus padres
junto con las imperfecciones existentes en los mercados de capitales.
http://orquingascon.blogspot.com/
2010/12/relacion-entre-educacion-y-
economia.html
Economía y educación
Hay que entender que la educación no es originalmente una actividad instructiva para el
desarrollo económico, sino para conducir (educación: ex – ducere) a la persona hacia una
plenitud humana que no se agota en el mero desarrollo económico, sino especialmente en
su dimensión social, cultural y espiritual. Al monopolizar la educación por el curso
estrictamente económico, se transformó sólo en instrucción o capacitación y relegó la
acción reflexiva y espiritual, tal como se la concibió en sus orígenes, a un ámbito excluido
del desarrollo de los pueblos.
http://diario.latercera.com/edicionimpresa/economia-educacion-y-desarrollo/
Desarrollo y educación
El sistema de enseñanza, en tanto que persigue esta finalidad conservadora y cultural, no es
un agente de cambio favorable al desarrollo; pero tampoco es, necesariamente, un freno
para este último: es suficiente que la cultura recibida no impida a los hombres -una vez
llegada la edad de la vida profesional- asimilar otras influencias distintas de aquellas
ofrecidas por la escuela y la universidad.
A primera vista, parece que es necesario que el sistema de enseñanza sea concebido,
organizado y administrado en función de la finalidad económica para que la educación
pueda ser considerada como un factor del desarrollo económico. Pero en la realidad, la
finalidad social puede jugar un papel en el mismo sentido, aunque de modo indirecto, ya
que concurre a reforzar la existencia de un vauloir-vivre común, favoreciendo la movilidad
socioprofesional y la comunicación entre los hombres. Se ha visto, por otro lado, que la
finalidad cultural, incluso teniendo una resonancia conservadora, puede producir efectos
que dependen del contenido de la cultura transmitida.
Aun a pesar de que en el plano de las intenciones el sistema pretenda formar individuos en
un sentido favorable al desarrollo, el efecto motriz de la educación no se puede garantizar
automáticamente. El sistema de enseñanza ha creado un potencial económico de educación:
falta que el sistema económico pueda lograr un empleo eficaz de él. La educación podrá
tener un efecto positivo sobre el desarrollo económico, si la economía está estructurada en
forma tal que pueda absorber las competencias creadas. Lo que se está planteando es un
problema esencial de complementariedad económica y de coordinación de los diferentes
objetivos de la política de desarrollo.
Educación significa, antes que nada, una cierta calidad de los hombres y particularmente
del factor trabajo. El desarrollo económico exige la disponibilidad de capitales técnicos y
de factores naturales, la existencia de una organización y la presencia de un conjunto de
conocimientos acumulados susceptibles de ser aplicados por los hombres y adaptados a las
necesidades concretas de la economía. Existen posibilidades de sustitución entre factores,
particularmente entre capital y trabajo, pero esta sustitución se tropieza rápidamente con
límites y se duda, cada vez más, que recurrir a procesos que economizan capital sea una de
las vías que conducen al desarrollo económico.
Otra manera de considerar las inversiones en educación es la de ver en ellas una inversión
de infraestructura. La perspectiva se modifica: la educación aparece como condición -y ya
no como medio- del desarrollo. Se pone énfasis en el carácter complementario de la
educación en relación con el factor trabajo, complementario, él mismo, del capital, por lo
menos en tanto que puede sustituirlo. La educación surge como inversión permisiva, como
condición (absoluta o relativa según el caso) de la eficacia de las inversiones materiales. Se
puede hablar también de inversión ambiental si el calificativo de permisiva sugiere
demasiado la idea de anterioridad necesaria. Con una interpretación de este tipo, el
problema de la capacidad de absorción de la economía de los productos educativos puede
ser abordado, tanto en función del análisis teórico como de las políticas concretas, según
dos concepciones:
La primera considera que la inversión de infraestructura es una inversión motriz. Un
análisis de este tipo conduce a la definición de cierta estructura de escolarización
(niveles y tipos de estudio) que se encuentre en correspondencia con cierta
estructura profesional adaptada a un nivel de desarrollo deseable. La oferta de
fuerza de trabajo formada por el sistema de enseñanza es susceptible de un cierto
entrenamiento, en la medida en que la disponibilidad de mano de obra con este tipo
de cualidades pueda estimular ciertas actividades e incitar el uso de ciertas técnicas.
La segunda concepción considera la inversión de infraestructura como una simple
inversión de acompañamiento. El razonamiento propone la adaptación de la
producción a la demanda futura previsible de mano de obra con diversos tipos y
niveles de cualificación.
http://publicaciones.anuies.mx/acervo/revsup/res030/txt2.htm
Los resultados logrados por las investigaciones son ambiguos. Los que niegan cualquier
tipo de relación se apoyan en ejemplos como el sueco o la paradigmática primera
revolución industrial británica para aducir que el desarrollo se produjo sin necesitar apenas
de la educación formal. En el extremo opuesto se sitúan los que enfatizan el caso alemán en
el siglo XIX o el modelo japonés más reciente, caracterizados ambos por el impulso
decidido a la educación como elemento clave para el desarrollo económico.
Ello es así porque la relación entre educación y desarrollo es compleja y se ve afectada por
muchos factores, tanto endógenos como exógenos. Su importancia no se ha podido verificar
ni medir con exactitud, pero, como ya se señaló previamente, existe un notable grado de
acuerdo en resaltar, como ya lo hiciera la Conferencia Mundial sobre Educación de 1990,
que la educación es condición indispensable, aunque no suficiente, para el desarrollo
económico, social y cultural. En consecuencia, existe un acuerdo generalizado en
considerar que cuando existe una estructura social que permite la movilidad ascendente y
un contexto económico favorable, la educación produce un capital humano más rico y
variado y reduce las desigualdades sociales, endémicas en los países no desarrollados. Una
política educativa puede, por lo tanto, convertirse en fuerza impulsora del desarrollo
económico y social cuando forma parte de una política general de desarrollo y cuando
ambas son puestas en práctica en un marco nacional e internacional propicio.
Por lo tanto, para que la educación pueda cumplir ese papel clave, es necesario vincularla a
las políticas de desarrollo. Es imprescindible tomar decisiones sobre el desarrollo socio-
económico que se desea impulsar, sobre el tipo de sociedad que se quiere construir y,
consecuentemente, sobre qué educación promover. La educación puede ser hoy la llave
para un nuevo tipo de desarrollo, basado en una concepción revisada del lugar que ocupa el
hombre en la naturaleza, y en un fuerte sentido de la solidaridad. Al margen de las
conclusiones elaboradas por la doctrina económica sobre la vinculación entre educación y
desarrollo, es indudable que, si se parte como hemos hecho previamente, de una
consideración global y sistémica del desarrollo, la educación se convierte en el eje
vertebrador de cualquier política de desarrollo. Y ello es así por distintas razones.
En primer lugar, en este final de siglo vivimos una época de esperanza, pero también de
perplejidad. El fin de la Guerra Fría y la extensión de la libertad y la democracia, junto con
el reconocimiento de los derechos humanos a nivel mundial, no se ven reflejados
adecuadamente en los procesos de enseñanza-aprendizaje. El resurgimiento de
nacionalismos excluyentes, de conflictos étnicos marcados por la xenofobia y la
intolerancia, de fundamentalismos de carácter religioso y de mecanismos de exclusión a
nivel mundial, convierten a la educación en el instrumento decisivo para la comprensión de
estos problemas y para proporcionar soluciones a los mismos. Únicamente la educación
puede entregar a cada ciudadano los elementos indispensables para comprender y actuar en
la sociedad, para cambiar en la misma medida que lo hace el mundo, sin buscar una
adaptación al presente sino una anticipación del porvenir.
La educación es, por lo tanto, un factor decisivo para la socialización de los jóvenes para la
transmisión de los valores relacionados con la ciudadanía, la democracia, la solidaridad y la
tolerancia. Constituye también un elemento vital para facilitar la participación activa de
todos los ciudadanos en la sociedad y para la integración en el interior de cada país de los
excluidos de los beneficios del desarrollo. La educación conduce a la creatividad individual
y mejora la participación en la vida social, económica, cultural y política de la sociedad.
La educación debe preparar a las generaciones futuras para hacer frente a los problemas que
plantean los progresos de la ciencia y la tecnología y para determinar qué aplicaciones
serán beneficiosas y cuáles pueden ser nocivas. Asimismo, debe propiciar una
«alfabetización científica» de toda la población, con el fin de formar ciudadanas y
ciudadanos críticos y capaces de examinar la naturaleza de la ciencia y la tecnología como
actividades humanas encaminadas al desarrollo individual y colectivo. En numerosos países
la exclusión de una gran parte de la población viene propiciada por sus dificultades para
acceder a los códigos de la modernidad, es decir, al conjunto de conocimientos y destrezas
necesarios no sólo para su integración en la sociedad productiva, sino también para
participar en la vida pública. Estos conocimientos y destrezas abarcan también el espíritu
crítico, la capacidad para descifrar los mensajes de los medios de comunicación y para
trabajar en equipo; para lograrlo, la educación debe transmitir esos códigos culturales
básicos de la modernidad.
Otro aspecto decisivo para contribuir al desarrollo humano es el logro por los sistemas
educativos de actitudes favorables como la responsabilidad, la autoestima, el respeto hacia
los demás, la curiosidad, la inclinación al trabajo en equipo y el liderazgo, actitudes
decisivas para un cambio de mentalidad y para una inclinación favorable hacia el
desarrollo. La exigencia de que hombres y mujeres reciban un tratamiento igual en
educación o la existencia de políticas compensatorias destinadas a promover mayores
niveles de educación para las mujeres, no sólo constituyen un mecanismo de justicia social
sino también vienen respaldadas por pruebas convincentes de los beneficios generales que
aportan, tanto a las mujeres como a los hombres.
Por último, habría que señalar que la educación, además de su valor económico, constituye
un derecho social, por lo que no se deben olvidar las dificultades y los logros que ha
supuesto su universalización y consagración como tal derecho. En la actualidad debe
responder a nuevas exigencias y a retos renovados, ya que no basta con asegurar un cierto
nivel de educación a todos los ciudadanos, ni su consideración como un proceso que
termina a cierta edad. Hoy los poderes públicos deben potenciar una educación que dure
toda la vida, ya que ninguna nación puede aspirar a la competitividad sin aprovechar el
potencial del recurso más valioso: su capital humano.
El tipo de sociedad que tiende a predominar en estos últimos años del siglo se caracteriza
por una gran capacidad científico-técnica, así como por la aplicación de esta capacidad al
proceso productivo. La generación constante y cada vez más rápida de nuevos
conocimientos y su difusión en el conjunto de la sociedad constituyen actualmente la base
sobre la que se asienta la competitividad internacional. En el marco de economías
globalizadas en el que los fenómenos económicos, sociales, políticos y culturales tienen una
dimensión universal, la prosperidad interna de los países está determinada por la posición
que ocupan en el concierto internacional, la cual depende en gran medida de su capacidad
científico-técnica.
http://www.eumed.net/libros-gratis/2007a/259/56.htm
Definición de estado
Estado es una noción con valor a nivel político que sirve para presentar una modalidad de
organización de tipo soberana y coercitiva con alcance social. De esta forma, el Estado
aglutina a todas las instituciones que poseen la autoridad y la potestad para regular y
controlar el funcionamiento de la comunidad dentro una superficie concreta a través de
leyes que dictan dichas instituciones y responden a una determinada ideología política.
Antes, cuando el Estado todavía no había sido constituido como concepto, el ser humano
intentaba marcar sus límites por la fuerza, así se realizaron las grandes conquistas a fin de
ampliar los límites del territorio. Actualmente, existen medios más pacíficos y
democráticos para establecer los límites, aunque a decir verdad, todavía continúa
utilizándose la fuerza para delimitarlos.
Es importante señalar que ninguna persona puede vivir sin Estado ya que deberá cumplir
con lo reglado en el territorio que habita, aunque éste no sea necesariamente su nación.
Esto no significa que todos los individuos que comparten un mismo estado se sientan
culturalmente identificados con él, pero esa no es razón para violar las leyes del espacio que
habitan.
Para que un Estado pueda ser considerado como tal debe contar con ciertos elementos,
estos son: territorio delimitado, población, leyes, organismos de gobierno, soberanía
interna (poder para aplicar las propias leyes dentro del territorio sin necesidad de que
interfieran otros estados) y soberanía externa (convocar a sus pobladores cuando existiera
un ataque exterior a fin de defender su territorio).
Muchos intelectuales han intentado definir este concepto, aquí presentamos algunas teorías:
En palabras del alemán Max Weber, el Estado puede ser definido como una organización
respaldada por el denominado monopolio de la violencia legítima. Por eso está integrada
por organismos poderosos como lo son las fuerzas armadas, la policía y los tribunales, ya
que él se encarga, entre otras cosas, de garantizar las funciones y obligaciones de
gobierno, defensa, seguridad y justicia en un espacio específico. Hablar de Estado de
derecho, asimismo, es describir a un sistema en el cual su organización gira en torno a la
división de los poderes (es decir, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial).
http://definicion.de/estado/
de
el 21 de Febrero de 2015
475
Comentarios (0)
https://prezi.com/2cjamm-jsdaj/la-funcion-privada-del-estado-en-
guatemala/
Educadores Católicos
La escuela no debe ser rebajada a la condición de simple órgano ejecutor de la voluntad del
Estado.
Hora es ya de que desaparezca, y con urgencia, esa tutela que el Estado ejerce
con la férula de su política educativa y que se incrementa de día en día. La
escuela no debe ser degradada a la condición de instrumento político manejado
por la mayoría parlamentaria de cada momento, pues ello constituiría una
forma sutil de dictadura. Y por esto es necesario que deje de servir como fábrica
de ideologías para los revolucionarios reprimidos.
La misión del Estado debería consistir en conciliar los diversos intereses de sus
ciudadanos, ejerciendo una alta mediación, y en proteger la libertad de
conciencia, exigir y controlar unos mínimos de conocimientos y procurar para
todos las mismas oportunidades de educación y formación en un régimen de
libre promoción de centros.
La escuela no debe ser rebajada -como ya lo está siendo por desgracia en gran
medida- a la condición de simple órgano ejecutor de la voluntad del Estado.
Porque una libertad administrada por el Estado ya no es libertad.