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Ritmo
movimiento controlado, sonoro o visual

Para otros usos de este término, véase Ritmo ﴾desambiguación﴿.

El ritmo, como un recurso fundamental en la visualidad ﴾del griego ῥυθμός rhythmós,


‘cualquier movimiento regular y recurrente’, ‘simetría’﴿,[1] puede definirse
generalmente como un «movimiento marcado por la sucesión regular de elementos
débiles y fuertes, o bien de condiciones opuestas o diferentes».[2] Es decir, un flujo de
movimiento, controlado o medido, sonoro o visual, generalmente producido por una
ordenación de elementos diferentes del medio en cuestión.

Se trata de un rasgo básico de todas las artes,


especialmente de la música, la poesía y la
danza. En música la mayoría de las definiciones
tradicionales aluden al ritmo como fuerza
dinámica y organizativa de la música. La
naturaleza del ritmo es primordialmente
subjetiva. La idea de regularidad define el
ritmo, pero no es la única ya que una de las
primeras definiciones de ritmo en la historia de
la música está relacionada con su raíz griega
﴾rheos, fluir﴿, marcando así una relación directa Ritmo, una secuencia repetida en el tiempo:
con el movimiento. En efecto, podemos una primigenia imagen en movimiento
haciendo una demostración del vals.
encontrar múltiples definiciones que aúnan
movimiento, orden y periodicidad con relación al ritmo musical. Sin embargo, existen
definiciones desde el punto de vista de la percepción temporal: ‘el ritmo describe [...]
eventos en escalas temporales dentro de los límites de la memoria a corto plazo’.[3] En
este sentido, Clarke[4] define el ritmo musical como ‘fenómenos temporales de
pequeña y mediana escala’.

En las artes escénicas el ritmo es la cronología de los acontecimientos a escala


humana, de los sonidos musicales y los silencios, de los pasos de una danza o la
métrica del lenguaje hablado y la poesía. El ritmo también puede referirse a la
presentación visual, como ‘el movimiento programado a través del espacio’[5] y un
lenguaje común a modo de patrón que une el ritmo con la geometría. Asimismo, el
significado general de ritmo como repetición o patrón regular en el tiempo puede
aplicarse a una amplia variedad de fenómenos naturales cíclicos que tienen una
periodicidad o frecuencia que puede ir desde microsegundos a millones de años.

Índice
Ritmo en la música
Antropología

Terminología
Pulso, acento y compás

Tiempo y duración

Estructura métrica
Unidad rítmica y gesto rítmico

Ritmo compuesto

Transmisión del ritmo


Música occidental

Música no occidental

Ritmo en otros campos


Ritmo en la lingüística

Ritmo en la literatura

Ritmo en las artes visuales

Ritmo en la naturaleza

Ritmo en la arquitectura

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

Ritmo en la música

Antropología

Howard Goodall, un premiado


compositor de música coral, musicales,
cine y televisión, en su serie How Music
Works expone teorías acerca de que el
ritmo humano recuerda la regularidad
con la que caminamos y los latidos del
corazón que hemos escuchado en el
vientre materno. Otras investigaciones
sugieren que no se relacionan con el Los instrumentos de percusión han definido la
dinámica que favorece la creación y percepción de
latido del corazón directamente, sino ritmos complejos.
con la velocidad del afecto emocional,
que también influye en los latidos del corazón. London escribe que el metro musical
«implica nuestra percepción inicial, así como la anticipación subsiguiente de una serie
de pulsos que abstraemos de la superficie del ritmo de la música mientras se
despliega en el tiempo».[6] La «percepción» y la «abstracción» de la medida rítmica es
la base de la participación musical instintiva humana, como cuando una serie de
«ticks» idénticos del reloj se divide en «tic‐tac‐tic‐tac».[7]

Joseph Jordania sugirió recientemente que el sentido del ritmo se desarrolló en las
primeras etapas de la evolución del homínido debido a las fuerzas de la selección
natural.[8] Numerosos animales caminan rítmicamente y escuchan los sonidos de los
latidos del corazón en el vientre materno, pero solo los humanos tienen la capacidad
de unirse en vocalizaciones y otras actividades rítmicamente coordinadas. Según
Jordania, el desarrollo del sentido del ritmo era vital para el logro del estado
neurológico específico del trance de la batalla. Este estado fue crucial para el
desarrollo eficaz del sistema de defensa de los primeros homínidos contra los
principales depredadores africanos, una vez que los homínidos descendieron de la
seguridad de las ramas de los árboles a un terreno más peligroso. El grito de guerra
rítmico, la percusión rítmica de los chamanes, las perforaciones rítmicas de los
soldados e incluso las fuerzas de combate profesionales contemporáneas escuchando
la fuerte rítmica de la música rock.[9] Todos utilizan la capacidad del ritmo de unir a los
individuos humanos en una identidad colectiva compartida, donde los miembros del
grupo anteponen los intereses del grupo por encima de sus intereses y seguridad
individuales.

Conforme a unos estudios publicados en Current Biology, ciertos tipos de loros


pueden conocer el ritmo.[10] Entre los mamíferos y además de los humanos, solo el
indri es el único que se ha encontrado que tiene sentido del ritmo.[11] El neurólogo
Oliver Sacks afirma que los chimpancés y otros animales no muestran ninguna
apreciación similar del ritmo, pero propone que la afinidad humana por el ritmo es
esencial, por lo que el sentido del ritmo de una persona no se puede perder ﴾por
ejemplo, en un ictus﴿.

«No hay un solo informe de un animal que esté siendo entrenado para dar
«No hay un solo informe de un animal que esté siendo entrenado para dar
golpecitos, picotear o moverse en sincronía con un ritmo auditivo.» «No
hay duda de que muchos amantes de las mascotas rebatirán esta idea y de
hecho muchos animales, desde los caballos Lippizaner de la Escuela
Española de Equitación de Viena a la interpretación de los animales de
circo parecen "bailar" la música. No está claro si lo están haciendo
realmente o están respondiendo a sutiles pistas visuales o táctiles que les
dan los seres humanos a su alrededor.»[12]

Es posible que las artes rítmicas humanas estén enraizadas hasta cierto punto en el
ritual de cortejo.[13] El establecimiento de un ritmo básico requiere la percepción de
una secuencia regular de distintos pulsos de corta duración y, como la percepción
subjetiva de la sonoridad está en relación con los niveles de ruido ambiental, el pulso
debe decaer hasta el silencio antes de que el próximo tenga lugar si se quiere que sea
realmente distinto. Por esta razón, los sonidos de rápida transición de los instrumentos
de percusión se prestan para la definición del ritmo. Las culturas musicales que se
basan en dichos instrumentos pueden desarrollar múltiples capas ﴾polirritmia﴿ y los
ritmos simultáneos en más de un compás, llamado polímetro. Tales son los ritmos
cruzados del África subsahariana y los entrelazados ritmos kotekan del gamelán
indonesio. Hay infinidad de muestras rítmicas destacables entre las culturas musicales
de todo el mundo. Entre ellas cabe mencionar el ritmo en la música persa, el ritmo en
la música árabe, el usul en la música turca, los ritmos dumbek o las tala en la música
india.

Terminología

De todos los aspectos constituyentes de la música dos destacan por encima del resto,
son el ritmo y la melodía. Es más, para numerosos teóricos el ritmo es de estos dos, el
único elemento realmente indispensable en la música. En las partituras convencionales
de música occidental el ritmo se asocia con el tiempo y con la dirección horizontal,
mientras que la melodía se relaciona con la altura musical y con la dirección vertical.[14]
El ritmo «hace referencia a las duraciones de las notas individuales, de las armonías (el
ritmo armónico), de todas las partes en una textura (el ritmo compuesto), de las
longitudes de las frases, de los cambios de dinámica, de los cambios de textura, etc.»[15]
El ritmo está marcado por la sucesión regulada de elementos opuestos, la dinámica de
los pulsos fuertes y débiles, el pulso tocado y el pulso del silencio inaudible pero
implícito, las notas largas y cortas. El oyente percibe esta sucesión temporal de
elementos que se ordena en la mente formando una estructura, siendo capaz de
anticiparse a esta. Esto depende de la repetición de un patrón que sea lo
suficientemente corto como para memorizarlo. El compás se define como la
organización de pulsos y acentos formando un patrón que suele repetirse. La
frecuencia de tal repetición puede ser regular o irregular. La alternancia de pulsos
fuertes y débiles es fundamental para el antiguo lenguaje de la poesía, la música y la
danza. El común término poético pie se refiere, como en la danza, a la arsis y tesis del
pie en el tiempo. De forma parecida los músicos hablan de un upbeat, downbeat así
como «on» y «off beat». Estos contrastes facilitan naturalmente una jerarquía dual de
ritmo y dependen de patrones repetitivos de duraciones, acentos y silencios formando
un «grupo de pulsos» que corresponde al pie métrico. Normalmente tales grupos de
pulsos se definen tomando el pulso más acentuado como el primero y contando los
pulsos hasta el siguiente acento.[16] Un ritmo que acentúa otro pulso y desacentúa el
pulso establecido o asumido como fuerte de la melodía o de un ritmo precedente se
conoce como ritmo sincopado.

El ritmo es natural y se basa en las relaciones de intensidad y de duración de los


sonidos, mientras que la métrica y el compás constituyen una división artificial.[17] Para
De Candé el compás es «la manera de dividir y subdividir el tiempo musical oponiendo
un orden periódico a la libertad del ritmo».[18] Así pues, cada ritmo es único y tiene una
organización propia, mientras que las agrupaciones que se pueden hacer del mismo
no son hechos físicos sino construcciones mentales. El ritmo es un elemento general
siendo la métrica uno de los aspectos que lo caracterizan en función del acento.[19] En
los últimos años el ritmo y la métrica han llegado a ser una importante área de
investigación entre los eruditos de la música. Entre los estudios más recientes sobre
estas áreas se encuentran los libros de Maury Yeston,[20] Fred Lerdahl y Ray
Jackendoff,[21] Jonathan Kramer, Christopher Hasty,[22] Godfried Toussaint,[23] William
Rothstein y Joel Lester.

Pulso, acento y compás

El pulso es una unidad básica para medir el


tiempo en la música. Se trata de una sucesión
constante de pulsaciones que se repiten
dividiendo el tiempo en partes iguales.[24] Cada Patrón rítmico cuaternario: habitual en la
mayor parte de la música popular.
una de las pulsaciones así como la sucesión de
 Reproducir ﴾?·i﴿
las mismas reciben el nombre de pulso. Este
elemento por lo general es regular aunque
también hay obras con pulso irregular.
Asimismo puede acelerarse o retardarse, es
decir, puede variar a lo largo de una pieza
Patrón rítmico ternario compuesto: divide
musical en función de los cambios de tempo de
en tres cada uno de los tres tiempos.
la misma.[25] La percepción del pulso es una de  Reproducir ﴾?·i﴿
las habilidades auditivas básicas en música,
previa a la percepción de la métrica. Se suele mostrar mediante respuestas físicas al
pulso como marcarlo con el pie o dando palmas.[26]

El acento es un especial énfasis o relieve que se aplica en un determinado pulso. La


acentuación musical se suele percibir auditivamente como una sensación de apoyo o
de descarga de energía. Contribuye a la articulación y la prosodia de la interpretación
de una frase musical. La combinación de pulsos y acentos da lugar a la organización
métrica de los diversos compases. Por lo general los acentos recaen sobre el primer
tiempo de cada compás coincidiendo con el tiempo fuerte, en caso contrario se trata
de un ritmo sincopado.[27]

El compás es la entidad métrica musical compuesta por varios pulsos o tiempos que se
organizan en grupos, en los que se da una contraposición entre partes acentuadas y
átonas, fuertes y débiles.[28][29] Los compases se pueden clasificar atendiendo a
diferentes criterios. En función del número de tiempos que los forman surgen los
compases binarios, ternarios y cuaternarios. Por otra parte, en función de la
subdivisión binaria o ternaria de cada pulso aparecen los compases simples o compases
de subdivisión binaria en contraposición a los compases compuestos o compases de
subdivisión ternaria. El principio métrico opera en varios niveles simultáneamente. En
este sentido, los pulsos se articulan en grupos binarios o ternarios. Pero cada pulso, a
su vez, puede tener subdivisiones binarias o ternarias. La división de la pulsación es un
hecho rítmico que en esencia también tiene implicaciones métricas, dando lugar a
varios sistemas métricos más complejos. La representación gráfica el compás se hace
mediante la indicación de compás que es una fracción que por convención que se
emplea en la notación musical occidental para especificar cuántos pulsos hay en cada
compás en el numerador y qué figura musical define un pulso en el denominador.[28]

Gran parte de la música, la danza y la poesía oral establece y mantiene un nivel


métrico subyacente, una unidad básica de tiempo que puede ser audible o implícita, el
pulso o tactus del nivel mensural,[30][31][32] o nivel de pulso, a veces llamado
simplemente pulso. Este consiste en una serie ﴾repetición﴿ de idénticos pero distintos
estímulos periódicos de corta duración percibidos como puntos en el tiempo.[33] El
pulso no es necesariamente el componente más rápido ni más lento del ritmo, pero es
el que se percibe como fundamental. Tiene un tempo al que los oyentes son
arrastrados, ya que lo siguen con el pie o la danza de una pieza musical. En la
actualidad suele ser designado como una corchea o negra en la notación occidental.
Los niveles más rápidos son niveles de división y los niveles más lentos niveles de
multiplicación.[34] Los ritmos recurrentes surgen de la interacción de dos niveles de
movimiento, el más rápido proporciona el pulso y el más lento organiza los pulsos en
grupos repetitivos.[35] Según Lester, «una vez que se ha establecido una jerarquía
métrica, nosotros como oyentes mantendremos tal organización siempre que la mínima
evidencia esté presente.»[36]

Tiempo y duración

El tempo de la pieza es la velocidad o la frecuencia del tactus,


una medida de la rapidez con la que fluye el pulso. En otras
palabras el tempo, movimiento o aire[37] hace referencia a la
velocidad con que debe ejecutarse una pieza musical. A lo
largo de la historia de la música occidental surgieron dos
formas de indicar el tempo. Hasta la invención del metrónomo
se empleaban determinadas palabras como andante, allegro,
etc. que proporcionaban una idea subjetiva de la velocidad de
la pieza[37] y a la vez aportaban información sobre el carácter Metrónomo tradicional.
o la expresión que había que dar a la música. La invención del
metrónomo por Johann Maelzel en 1816[28] aportó mayor precisión y dio lugar a las
indicaciones metronómicas.[38] En la música occidental actual el tempo se suele indicar
en pulsaciones por minuto ﴾ppm﴿, abreviado más a menudo como bpm de la
expresión beats per minute en inglés. Esto significa que una figura determinada se
establece como pulso y la indicación significa que dicha figura debe ser ejecutada un
determinado número de pulsos por minuto.[39] Una unidad rítmica es un patrón
duracional que tiene un período equivalente a uno o varios pulsos.[34] En función del
tempo una misma obra musical tiene una duración más o menos larga. De forma
parecida, cada figura musical no tiene una duración específica y fija en segundos, sino
que depende del tempo.[37]

La duración de todo sonido o silencio se determina en función del pulso y del


tempo.[25] El sonido musical puede ser analizado según cinco escalas de tiempo
diferentes, que Moravcsik ha organizado en orden de duración creciente:[40]

Superbreve: un solo ciclo de una onda sonora, de aproximadamente 1/30‐1/10,000


segundos ﴾30‐10,000 Hz o más de 1.800 ppm﴿. Estos, si bien de naturaleza rítmica,
no se perciben como hechos separados sino como altura musical continua.
Breve: del orden de un segundo ﴾1 Hz, 60 ppm, 10‐100.000 ciclos de audio﴿. El
tempo musical se encuentra generalmente en el rango de 40 a 240 pulsos por
minuto. Un pulso continuo no puede ser percibido como un ritmo musical, si es más
rápido de 8‐10 por segundo ﴾8‐10 Hz, 480‐600 ppm﴿ o inferior a 1 por cada 1,5‐2
segundos ﴾0.6‐0.5 Hz, 40‐30 ppm﴿. Si es demasiado rápido, el pulso se convierte en
un drone; si es demasiado lento, una sucesión de sonidos que parecen
desconectados.[41] Este marco temporal se corresponde aproximadamente con la
frecuencia cardíaca del ser humano y con la duración de un solo paso, sílaba o gesto
rítmico.
Medio: = pocos segundos, este nivel duracional medio «define el ritmo en la
música»,[40] ya que permite la definición de una unidad rítmica, la disposición de una
secuencia completa de pulsos acentuados, sin acentuar y en silencio en las células
de un compás que puede dar lugar a la unidad musical inteligible y auto‐existente
más breve,[42] un motivo o figura musical. Esto puede ser adicionalmente
organizado, por la repetición y la variación, en una frase definitiva que puede
caracterizar a todo un género de música, danza o poesía y que puede ser
considerado como la unidad fundamental formal de la música.[16]
Largo: = muchos segundos o un minuto, lo que corresponde a una unidad
duracional que «se compone de frases musicales»[40] que pueden conformar una
melodía, una sección formal, una estrofa poética o una secuencia de pasos de baile
característica. De este modo la regularidad temporal de la organización musical
incluye los niveles más elementales de la forma musical.[16]
Muy largo: = minutos o muchas horas, composiciones musicales o subdivisiones de
las composiciones.

Curtis Roads[43] adopta una perspectiva más amplia distinguiendo nueve escalas de
tiempo, esta vez en orden decreciente de duración. Las dos primeras, el «infinito» y el
«supramusical», abarcan las periodicidades naturales de meses, años, decenios, siglos
y superiores. Por su parte, las últimas, el «sample» y el «subsample», tienen en cuenta
tasas digitales y electrónicas demasiado breves para ser debidamente registradas o
percibidas, medidas en millonésimas de microsegundos. Y finalmente, la
«infinitesimal» o «infinitamente breve», que se encuentra también en el ámbito
extramusical. El nivel macro de Roads abarca la arquitectura o forma musical global
que se corresponde aproximadamente con la categoría «muy largo» de Moravcsik.
Mientras que su nivel meso o intermedio, es el nivel de «divisiones de forma» donde
se incluyen movimientos, secciones, frases musicales que duran segundos o minutos.
Este nivel es similar a la categoría «largo» de Moravcsik. El objeto sonoro ﴾Schaeffer,
1959, 1977﴿[44] de Roads: «una unidad básica de la estructura musical» y una
generalización de la nota ﴾escala de tiempo ministructural de Xenakis﴿; una fracción de
un segundo en varios segundos y su Microsound que llega hasta el umbral de la
percepción sonora, a miles de millonésimas de segundo, son igualmente comparables
a los niveles de duración «breve» y «superbreve» de Moravcsik.

Estructura métrica
La música heredó el término «métrica o
metro» de la poesía. El estudio del ritmo,
el acento y la altura musical en el
discurso se denomina prosodia. Se trata
de una cuestión de lingüística y poesía,
que se centra en el número de versos en
Niveles métricos: el nivel de pulso se muestra en
cada estrofa, el número de sílabas en medio de los niveles de división ﴾por encima﴿ y los
cada verso y la disposición de las sílabas niveles de multiplicación ﴾por debajo﴿.
como largas o cortas, con acento o sin
acento.[7] La métrica musical es la
estructura subyacente que se basa en la
aparición periódica, normalmente a Patrón de clave. Cada celda de la cuadrícula es una
intervalos regulares, de sonidos u otros duración suficiente para captar la temporización del
patrón, que puede entenderse como dos compases
elementos acentuados. A pesar de que de cuatro pulsos en ritmo divisivo ﴾métrico o
existe una relación especial, intrínseca e simétrico﴿ cada pulso dividido en dos células. El
íntima entre métrica y ritmo, y que a primer compás también puede entenderse como 3
+ 3 + 2 en ritmo aditivo ﴾"mesurado" o asimétrico﴿.
menudo se confunden, en esencia son
diferentes. En tanto que la rítmica hace referencia a las duraciones de los sonidos
diferenciando entre sonidos largos y breves, la métrica tiene su razón de ser en los
acentos, que dividen los sonidos en fuertes y débiles. También se relaciona con el
tempo y con los diversos parámetros de la expresión musical. Es habitual que la
estructura métrica de acentos se explicite en una estructura rítmica de duraciones,
pero no siempre es así.[45] La métrica se expresa gráficamente por medio de las
indicaciones de compás al comienzo de una partitura o en cualquier lugar de una
composición en la que varíe el sistema métrico utilizado.

La estructura métrica de la música incluye metro, tempo y todos los demás aspectos
rítmicos que generan una regularidad temporal contra los que se proyectan los
detalles en primer plano o patrones duracionales de la música.[34] Según Scholes la
terminología de la música occidental es notoriamente imprecisa en este ámbito.[7]
MacPherson prefiere hablar de «tiempo» y «forma rítmica»,[16] mientras que Imogen
Holst habla de «ritmo mesurado».[46] En las clasificaciones generales se pueden
distinguir los siguientes tipos de ritmos:[47]

El ritmo divisivo o ritmo métrico calcula cada valor temporal como un fracción del
pulso, es decir, subdivide los tiempos lentos en unidades de menor duración. Los
acentos normales vuelven a producirse periódicamente facilitando la agrupación
sistemática en compases. Se trata, con mucho, del ritmo más común en la música
occidental.
El ritmo aditivo o ritmo mesurado calcula cada valor temporal como un múltiplo de
una unidad de tiempo específico. En otras palabras, transforma los tiempos rápidos
en unidades de mayor duración. Sin embargo, en este caso los acentos no se repiten
regularmente dentro de la estructura métrica subyacente.

El ritmo libre es aquel en el que no se da ninguno de los casos anteriores. Como en


el canto gregoriano, que cuenta con un pulso básico pero un ritmo más libre, como
el ritmo de la prosa en comparación con el de la poesía.[7]

Finalmente cierta música puede ser considerada amétrica. Por ejemplo, algunas
obras anotadas gráficamente desde la década de 1950; así como otras prácticas
musicales al margen de la música europea como el repertorio Honkyoku para
shakuhachi.[26] Senza misura es un término musical italiano que quiere decir «sin
medida», lo cual implica tocar sin pulso, utilizando el tiempo para medir lo que se
necesita para tocar el compás.[48]

Patrón de clave en tres compases precedido por un compás de negras estables. El patrón se anota en
doble tiempo con respecto al anterior, en uno en vez de dos compases de cuatro tiempos.  Reproducir ﴾?
·i﴿.

El esquema métrico de una pieza se compone de tiempos, que en realidad son


abstracciones que emplea el intérprete musical y que posteriormente el oyente
deduce de la señal acústica. En función de las agrupaciones que se hagan de estos
tiempos surgen diversos niveles métricos organizados jerárquicamente. Conforme a
Lerdahl y Jackendoff en una obra musical por lo general existen cinco o seis niveles
métricos aproximadamente. En la partitura se anota la métrica correspondiente al nivel
intermedio que recibe el nombre de tactus. Por su parte, el oyente tiende a centrarse
en uno o dos de los niveles intermedios que destacan más en la escucha.[26] A medida
que el oyente se desplaza desde el tactus hacia otros niveles, la precisión de su
percepción métrica disminuye, ya que en los niveles superiores se difuminan los
esquemas de acentuación y en los inferiores se va perdiendo la regularidad.[49]

Unidad rítmica y gesto rítmico

Una unidad rítmica es un patrón


duracional que se sincroniza con un
pulso o pulsos en el nivel métrico
subyacente. Estas se pueden clasificar
como sigue:[50]

Métrica: patrones uniformes que


coinciden exactamente con la
coinciden exactamente con la
Unidades rítmicas: el nivel de división se muestra
estructura métrica, como una serie arriba y las unidades rítmicas debajo.  Reproducir
continua de corcheas o pulsos. ﴾?·i﴿

Intramétrica: patrones de confirmación, como corcheas o semicorcheas con puntillo


y el swing. Se trata de patrones cuyos pulsos confirman los pulsos de la estructura
métrica sin ser idénticos.

Contramétrica: patrones no concluyentes o sincopados, que no siguen el pulso.

Extramétrica: patrones irregulares con respecto a la estructura métrica de la pieza,


tales como los grupos de valoración especial, los tresillos.

Un gesto rítmico es cualquier patrón duracional que, en contraste con la unidad


rítmica, no ocupa un período de tiempo equivalente a un pulso o pulsos en un nivel
métrico subyacente. Puede ser descrito de acuerdo con su comienzo y final, o por las
unidades rítmicas que contiene.[50] De tal manera que podemos encontrarnos con los
siguientes tipos de comienzo:

Tético: es un inicio en un tiempo fuerte, es decir, que coincide con el acento.

Anacrúsico: es un inicio en un tiempo débil, es decir, anterior al acento. La anacrusa


hace referencia a una nota o grupo de notas sin acento que preceden al primer
tiempo fuerte de una frase, por lo tanto va colocado antes de la barra de compás.[51][
52]

Acéfalo: es un inicio que se produce con posterioridad al acento. Por ejemplo,


después de un silencio o de una nota ligada.

En cuanto a los tipos de terminación existen las siguientes posibilidades:

Fuerte: es un final que coincide con un tiempo fuerte.

Débil: es un final que coincide con un tiempo débil.

La música de baile tiene patrones inmediatamente reconocibles de pulsos construidos


sobre un tempo y medida característicos. La Sociedad Imperial de Profesores de Danza
﴾1983﴿ define el tango, por ejemplo, como el que se baila en compás de 2/4 en
aproximadamente 66 pulsos por minuto. El paso básico lento hacia delante o hacia
atrás, que dura un pulso, se denomina «lento», de tal forma que para crear un paso
completo «derecha‐izquierda» equivale a un compás de 2/4.[53]

Ritmo compuesto

Un ritmo compuesto está formado por las duraciones y los patrones rítmicos
generados mediante la fusión de todas las voces de una textura musical. En la música
del período de la práctica común el ritmo compuesto por lo general confirma el metro,
del período de la práctica común el ritmo compuesto por lo general confirma el metro,
a menudo en patrones métricos o de notas uniformes idénticos al pulso en un nivel
métrico específico. White define ritmo compuesto como la articulación rítmica global
resultante de entre todas las voces de una textura contrapuntística.[54]

Sinfonía en fa menor, BWV 795, cc. 1‐3 de Bach


 Reproducir original ﴾?·i﴿  Reproducir con ritmo compuesto ﴾?·i﴿

Transmisión del ritmo

En el mundo existen muchos enfoques diferentes en cuanto a la transmisión de frases


rítmicas y patrones, tal como existen en música tradicional de generación en
generación.

Música occidental

Véase también: Historia de la notación en la música occidental

A lo largo de la historia de la música occidental surgió la necesidad de anotar la


música, que inicialmente se transmitía oralmente, para poder recordarla y transmitirla.
La notación de la música ha sido siempre un elemento delicado y complejo, ya que no
solo debía indicar la altura de los sonidos, sino también los restantes parámetros de la
música: duración, tempo, intensidad sonora, carácter, articulación, etc.[28] Los primeros
sistemas de notación empleados para plasmar el canto gregoriano eran bastante
primitivos y solo indicaban la dirección ascendente o descendente de la voz. Esto
también era debido a que aquella música se caracterizaba por su ritmo libre
determinado por la palabra. Con el tiempo surgió una notación basada en modos
rítmicos, que fue desarrollada por los compositores de la Escuela de Notre Dame,
entre 1170 y 1250, sustituyó al ritmo aún no medido de la primera polifonía y canto
llano por los patrones basados en los pies métricos de la poesía clásica.[55] A medida
que la música iba alcanzando mayor complejidad era necesario desarrollar los sistemas
de notación y establecer los criterios y reglas pertinentes para representarla lo más
fielmente posible en las partituras. Así durante el siglo XIII los modos rítmicos fueron
sustituidos por la notación mensural proporcional. Franco de Colonia impulsó el
concepto de métrica o medida de la música, paso previo elemental para poder
constituir una agrupación de tiempo mayor, es decir, el compás. El mayor desarrollo
fue en el siglo XIV, en Francia, en lo que se llamó Ars nova.[17] Entonces el tiempo se
medía con proporciones, la semibreve medía la mitad de la breve, y así sucesivamente.
La proporción entre los distintos valores, no era siempre la misma, sino que esta
cambiaba dependiendo de la obra. Para indicar cuál era esa proporción entre notas, se
empezaron a usar una serie de símbolos que se colocaban al inicio del pentagrama,
para que los músicos pudieran interpretar correctamente la obra. El tempus era la
relación entre la breve y la semibreve. Por su parte, la prolatio, la relación entre la
semibreve y la mínima. Las cuatro combinaciones posibles de tempus y de prolatio se
podían señalar por una serie de signos mensurales al principio de una composición: un
círculo para el tempus perfectum, un semicírculo para el tempus imperfectum, cada uno
de ellos combinado con un punto para el prolatio maior o sin punto para el prolatio
minor. El concepto de compás como espacio de tiempo se comenzó a establecer
durante el siglo XV. Sin embargo, el sistema de líneas divisorias para delimitarlo
gráficamente no se utilizó hasta el siglo XVI y su uso no fue regular hasta el siglo
XVII.[56]

En el siglo XX el parámetro del ritmo alcanzó un grado de desarrollo y enriquecimiento


no visto hasta entonces en la música académica occidental, gracias al trabajo de
compositores como Igor Stravinsky, Béla Bartók, Philip Glass y Steve Reich que
escribieron obras musicales rítmicamente más complejas usando compases inusuales y
técnicas como el phaser y el ritmo aditivo. Al mismo tiempo, modernistas como Olivier
Messiaen y sus discípulos utilizaron una complejidad creciente para romper la
sensación de un pulso regular, conduciendo eventualmente a la utilización
generalizada del ritmo irracional en la corriente denominada New Complexity (Nueva
Complejidad).[15] Este uso puede ser explicado por un comentario de John Cage en el
que señala que los ritmos regulares hacen que los sonidos puedan ser escuchados
como un grupo en lugar de individualmente, los ritmos irregulares destacan las
relaciones entre alturas que cambian rápidamente que de otra manera se integrarían
en agrupaciones rítmicas irrelevantes.[57] La Monte Young también compuso música en
la que el sentido de un ritmo regular está ausente debido a que la música se compone
solamente de largos tonos sostenidos ﴾drones﴿. En la década de 1930 Henry Cowell
creó piezas musicales en las que aparecían varios ritmos periódicos simultáneos y
colaboró con Leon Theremin en la invención del Rhythmicon, la primera caja de ritmos
electrónica, para poder interpretarlas. Del mismo modo, Conlon Nancarrow compuso
para la pianola o piano mecánico. Todos estos desarrollos e innovaciones dieron lugar
a nuevos recursos para la notación rítmica, cuyo uso en muchos casos no llegó a
generalizarse sino que fueron empleados de manera individual por cada
compositor.[58] En el ámbito de la música popular el uso de la polirritmia en la música
americana se remonta a la influencia de la cultura negra a través del dixieland y otros
estilos de jazz. El efecto de múltiples solos en estas formas, a menudo utilizando
rítmica en cruz proviene directamente de la estética subyacente de la música del África
subsahariana. Estas estructuras rítmicas complejas han sido ampliamente adoptadas
en muchas formas actuales de la música popular occidental.

En la actualidad empleamos una notación mensural en la que la duración de los


sonidos se plasma mediante una serie de símbolos denominados figuras musicales y
silencios, que representan relaciones proporcionales entre los distintos valores
rítmicos.[28] La duración exacta de los sonidos y silencios quedará establecida al
asociar estos símbolos con un pulso y tempo determinados.[59]

Música no occidental

En culturas musicales al margen de la occidental se encuentran numerosas muestras


que mantienen la tradición oral para la transmisión de la música, y por lo tanto de los
aspectos rítmicos. Así ocurre por ejemplo en La India, donde la música es transmitida
oralmente. En música clásica india la tala de una composición es el patrón rítmico
sobre el cual se estructura toda la pieza. Los intérpretes de un instrumento musical
denominado tabla han de aprender a dominar esos complejos patrones rítmicos y
frases antes de intentar tocarlos. Otra muestra se encuentra en la tradición griot de
África todo lo relacionado con la música ha sido transmitido oralmente. Babatunde
Olatunji ﴾1927‐2003﴿, un baterista nigeriano que vivía y trabajaba en Estados Unidos,
desarrolló una serie simple de sonidos hablados para la enseñanza de los ritmos del
tambor de mano. Utilizó seis sonidos vocales: Goon Doon Go Do Pa Ta. Existen tres
sonidos básicos en el tambor, pero cada uno se puede tocar con la mano izquierda o
la derecha. Este sencillo sistema se utiliza actualmente en todo el mundo, sobre todo
por intérpretes de djembe.

Cabe señalar que el debate sobre la adecuación de la notación en pentagrama en la


música africana es un asunto de particular interés para los foráneos no conocedores.
Especialistas africanos desde Kyagambiddwa a Kongo han aceptado en su mayor parte
las convenciones y limitaciones de la notación en pentagrama y han pasado a hacer
transcripciones con el fin de informar así como de posibilitar un mayor nivel de
reflexión y debate.[60] Por su parte, John Miller Chernoff expuso que la música del
África occidental se basa en la tensión entre ritmos, que se denomina polirritmia y es
generada por el sonido simultáneo de dos o más ritmos diferentes. A menudo hay un
ritmo dominante interactuando con un ritmo o ritmos independientes en
competencia. Estos a menudo se oponen o se complementan entre sí y se combinan
libremente con el ritmo dominante creando una rica textura rítmica que no se limita a
un compás o tempo fijo. Un conjunto de valores morales sustenta un sistema musical
completo basado en la repetición de patrones relativamente simples que se unen en
intervalos rítmicos cruzados distantes así como en esquemas de llamada y respuesta.
Los valores también aparecen en expresiones colectivas como los proverbios o linajes
aparecer tanto en frases que se traducen como lenguaje de los tambores o en las
letras de las canciones. El público espera que los músicos estimulen la participación de
todos los presentes, en particular, al hacer reaccionar a la gente bailando la música. La
apreciación de los músicos está relacionada con la eficacia de su defensa de los
valores de la comunidad.[61]

Ritmo en otros campos

Ritmo en la lingüística

En lingüística la isocronía es la división rítmica del tiempo en partes iguales que se


hace en un determinado idioma. La isocronía es uno de los tres aspectos de la
prosodia, los otros son la entonación y el acento. Conforme a la isocronía, una lengua
puede ser de tres tipos:

Lengua isosilábica: la duración de cada sílaba es la misma, lo cual quiere decir que
los hablantes de este tipo de lenguas invierten más o menos el mismo tiempo en
cada sílaba. Ejemplos de idiomas isosilábicos son el español, el italiano, el francés, el
finlandés y el chino mandarín.

Lengua isoacentual: la duración entre dos sílabas acentuadas es igual. Es decir, los
hablantes de lenguas isoacentuales establecen pausas más o menos iguales entre
sílabas acentuadas, mientras que la duración de las sílabas átonas que hay entre
ellas se ajusta para adaptarse a la duración de los acentos. El inglés, el alemán, el
neerlandés y el ruso son muestras de lenguas isoacentuales.

Lengua moraica: el ritmo es similar al de las lenguas isosilábicas; sin embargo la


unidad rítmica básica no es la sílaba, sino la mora. La mora es una unidad que mide
el peso silábico, es decir, la duración de los segmentos fonológicos que componen
la sílaba. Una típica lengua moraica es el japonés.

Ritmo en la literatura

En la prosa escrita, el impulso rítmico determina el equilibrio de las oraciones y la


disposición de las palabras. El ritmo es un rasgo básico que determina la estructura de
la poesía, bien en la sucesión planificada de sílabas largas y cortas que caracteriza a la
poesía griega y latina antiguas, o en el uso del acento y la métrica, como en la poesía
moderna. La rima también contribuye al efecto rítmico de la poesía. El ritmo es una de
las características propias de la poesía actual. Su forma más habitual es la distribución
de los acentos en cada verso, que concretizan la métrica del poema. Otras formas son
la repetición de ciertas palabras, la alternancia de estructuras y la rima. El ritmo puede
concretarse en varias medidas, siendo las más habituales el octosílabo o arte menor y
el endecasílabo o arte mayor. En el caso acentual, cada estrofa o poema concreta su
ritmo en los acentos. Así por ejemplo, el soneto suele encontrar su acento principal en
la sexta o séptima sílaba. Existen versos con distribuciones acentuales específicas que
adquieren nombres y propiedades propias, como el verso armónico y el verso sáfico.

En la poesía latina el poeta no se guiaba por sílabas sino por pies métricos, es decir, la
distribución sucesiva de sílabas tónicas y sílabas átonas. De este modo el ritmo puede
contemplarse como la distribución de las sílabas átonas en el verso y midiéndose
desde la primera tónica hasta la última. Lo que haya antes de la primera tónica será
anacrusis y siempre acabará en átona. Es decir, si es llana cuenta como tónica la
penúltima sílaba, si es esdrújula resta 1, si es aguda suma 1 y si es sobreesdrújula
existe un acento secundario en la palabra.

En el arte se utiliza el término timing que hace referencia al uso del ritmo, velocidad y
pausas en ramas artísticas como el teatro y la literatura para lograr un efecto
dramático. Se puede referir por ejemplo al momento en que un personaje habla o
calla, se mueve o deja de mover, la cámara cambia de posición o foco, o se perciben o
no sonidos. La aceleración, desaceleración o detención en las acciones permite lograr
diversos efectos: mostrar características de los personajes, cambiar el significado de las
acciones, dar tiempo a que el espectador comprenda la situación, hacer que el
espectador piense algo y luego cambiarlo mediante otra acción. Este es un elemento
clave en el humor, de tal manera que un chiste puede perderse o realzarse según el
timing.

Ritmo en las artes visuales

En las artes visuales, en la composición visual, se habla de que hay ritmo cuando existe
una ordenación determinada en sus líneas de movimiento o una repetición armónica
de una línea ﴾ritmo lineal﴿, una forma ﴾ritmo formal﴿, un color ﴾ritmo cromático﴿ o un
foco lumínico ﴾ritmo lumínico o de luces y sombras﴿. En las artes visuales, los objetos o
figuras pueden yuxtaponerse para producir una composición rítmica.

El ritmo en el cine es la cadencia producida por el montaje, según la diversa longitud


de los fragmentos montados. Tiene cuatro variantes:
Ritmo analítico: numerosos planos largos.

Ritmo sintético: numerosos planos cortos.

Ritmo arrítmico: planos cortos y largos, que al alternarse con brusquedad producen
sorpresa.

Ritmo in crescendo: planos cada vez más cortos para incrementar la tensión o cada
vez más largos para provocar relajamiento.[62]

Ritmo en la naturaleza

En la naturaleza, se dice que existe ritmo en las diversas actividades que gobiernan la
existencia de todo ser vivo, como el dormir y despertarse, la nutrición y la
reproducción. Dichas actividades suelen estar muy relacionadas con los procesos
rítmicos de los fenómenos geofísicos como las mareas oceánicas, el día solar, el mes
lunar y los cambios de estaciones. Un ritmo biológico es una oscilación de un
parámetro biológico dependiente de un reloj endógeno y de sincronizadores
ambientales. La actividad de cualquier ser viviente es un fenómeno que se manifiesta
siempre con una variación regular y no como un proceso continuo. De este tipo de
ritmo se encarga la cronobiología, que estudia la organización temporal de los seres
vivos, sus alteraciones y los mecanismos que la regulan. En términos prácticos, la
cronobiología se ocupa de estudiar los mecanismos por los que se producen los
ritmos biológicos y sus aplicaciones en biología y medicina.

Al investigar las causas de estos «relojes biológicos» se demuestra que gran parte de
ellas tienen un origen externo, como pueden ser la fotoperiodicidad, los cambios
climáticos estacionales, las mareas, etc. De acuerdo con la duración de estos ritmos
extrínsecos se distinguen diversos tipos de ritmos biológicos:

Ritmos nictemerales o circadianos: se trata de procesos fundamentalmente


metabólicos que se repiten cada 24 horas. Son ritmos ligados a la rotación de la
Tierra, y a las consecuencias que lleva consigo sobre la variación de la luz,
temperatura, etc.

Ritmos lunares, selenianos o multinictemerales: son aquellos que por su duración se


han relacionado con los movimientos de la Luna.

Ritmos mareales: se han observado variaciones fisiológicas relacionadas con las


mareas en distintos invertebrados que habitan zonas afectadas por ellas.

Ritmos anuales: la reproducción se presenta una vez al año en la mayoría de los


animales, generalmente en la época más favorable, la primavera, para asegurar la
supervivencia de las crías. Las migraciones estacionales son también fenómenos que
se consideran ritmos anuales.
se consideran ritmos anuales.

Ritmo en la arquitectura

Si bien el ritmo no puede desligarse de otros conceptos como por ejemplo: escala,
proporción y color, si podemos partir de lo que escribe Gillam Scott[63] "El ritmo difiere
de la repetición simple en éste sentido; es una recurrencia esperada". En la
arquitectura el ritmo constituye una categoría de diseño por la cual logramos
identificar elementos arquitectónicos que se repiten con cierta intención y que puede
contribuir a dar unidad visual a la obra arquitectónica. Si bien en las construcciones se
busca estabilidad y equilibrio para soportar las fuerzas físicas de la naturaleza, también
existe la intención de que los espacios arquitectónicos se disfruten visualmente y
constituyan una experiencia vivencial agradable. El uso de elementos arquitectónicos
como; puertas, ventanas, columnas, cubiertas, muros, arcos, entre otros, constituyen la
materia prima para generar ritmo en una composición arquitectónica.

Véase también

Melodía

Armonía

Ritmo armónico

Polirritmia

Análisis musical

Forma musical

Teoría musical

Textura musical

Referencias

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Bibliografía

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Randel, Don Michael. The Harvard Dictionary of Music . Harvard University Press,
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Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Ritmo.

Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre ritmo.

«El ritmo y la palabra» — guía didáctica de la Fundación Juan March

«A Little Semiotics of Rhythm. Elements of Rhythmology» — Louis Hébert, en


Signo ﴾en inglés﴿

«Pulso, figuras y compás» : emisión del 06‐10‐2019 de El rincón de la teoría,


programa de Radio Clásica.

Datos: Q170406 Multimedia: Rhythms / Q170406


Citas célebres: Ritmo

Última edición el 10 mar 2023 a las 09:41

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