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A Él sea la
gloria por los siglos. Amén.
EL EVANGELIO DE MATEO
Parte 24
Mateo 5:5
david@iglesiabiblicaporcristo.org
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122) Bienaventurados los mansos – Mateo 5:5 (25)
30 de abril de 2023
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Esta bienaventuranza es un eco del Salmo 37:11. La mansedumbre en este salmo se refiere
a una cualidad de un hijo de Dios que, a pesar de las injusticias, a pesar de lo que hacen
contra él, no se resiente, no guarda rencores y no anda respondiendo, ni vengándose, de
quienes obran mal contra él. Lejos de seguir rumiando las injurias recibidas, se refugia, confía
y encomienda al Señor su camino.
El mayor ejemplo que podemos tener para entender la mansedumbre es nuestro Señor
Jesús (Mt 11:28-30; 1 P 2:22-25).
La mansedumbre es esa cualidad de un ciudadano del reino que tiene todos los instintos,
impulsos y pasiones bajo control, porque él mismo está controlado por Dios, y no reacciona
mal si lo ofenden, porque está consciente de su propia debilidad espiritual.
Podríamos definir la mansedumbre ante Dios como la actitud que se somete a Él y confía
en Su voluntad y en Su Palabra.
Es una actitud que acepta todos los caminos de Dios como buenos y por lo tanto no
disputa, ni se resiente, así las cosas no salgan como esperaba, planeaba, incluso, si
tiene que pasar por dolor y sufrimiento (Ro 8:28).
La persona mansa ante Dios sabe que todo lo que sucede en su vida ha sido permitido
por la soberanía de Dios (Ef 1:11), y no se pone a discutir, porqué Dios dijo algo, o porque
lo ordenó de tal manera. El manso escucha y obedece, porque se da cuenta de que la
sabiduría de Dios es infinita y que él es un simple mortal.
Donde más aprendemos a ser mansos en nuestra relación con los demás es al ver
el ejemplo de Cristo (1 P 2:22-25).
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Cristo nos muestra que la mansedumbre no es debilidad, no es cobardía, no es tener
una personalidad retraída, falta de convicción, complacencia, timidez o querer tener paz
a toda costa. La mansedumbre no es esto, porque no usa su poder para su propia
defensa o propósitos egoístas. La mansedumbre es fuerza bajo el control del Espíritu
Santo.
Los mansos se han librado del deseo de poseer algo ahora, y por eso están libres del
egoísmo y de la avaricia que los hace pensar que la felicidad viene de las posesiones. Ellos
tienen una herencia gloriosa futura.
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