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Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas.

A Él sea la
gloria por los siglos. Amén.

Romanos 11:36 (RVR 1960)

EL EVANGELIO DE MATEO
Parte 24

• Bienaventurados los mansos

Mateo 5:5

Predicación del pastor David Beltrán

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Abreviaciones de los libros bíblicos según la Biblia de Thompson

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3 Levítico Lv 3 San Lucas Lc
4 Números Nm 4 San Juan Jn
5 Deuteronomio Dt 5 Hechos Hch
6 Josué Jos 6 Romanos Ro
7 Jueces Jue 7 1 Corintios 1 Co
8 Rut Rt 8 2 Corintios 2 Co
9 1 Samuel 1S 9 Gálatas Gá
10 2 Samuel 2S 10 Efesios Ef
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12 2 Reyes 2R 12 Colosenses Col
13 1 Crónicas 1 Cr 13 1 Tesalonicenses 1 Ts
14 2 Crónicas 2 Cr 14 2 Tesalonicenses 2 Ts
15 Esdras Esd 15 1 Timoteo 1 Ti
16 Nehemías Neh 16 2 Timoteo 2 Ti
17 Ester Est 17 Tito Tit
18 Job Job 18 Filemón Flm
19 Salmos Sal 19 Hebreos He
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22 Cantares Cnt 22 2 Pedro 2P
23 Isaías Is 23 1 Juan 1 Jn
24 Jeremías Jer 24 2 Juan 2 Jn
25 Lamentaciones Lm 25 3 Juan 3 Jn
26 Ezequiel Ez 26 San Judas Jud
27 Daniel Dn 27 Apocalipsis Ap
28 Oseas Os
29 Joel Jl
30 Amós Am
31 Abdías Abd
32 Jonás Jon
33 Miqueas Mi
34 Nahum Nah
35 Habacuc Hab
36 Sofonías Sof
37 Hageo Hag
38 Zacarías Zac
39 Malaquías Mal

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122) Bienaventurados los mansos – Mateo 5:5 (25)
30 de abril de 2023
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

En esta bienaventuranza, el enfoque pasa de las cualidades personales a los atributos


interpersonales. Este es un resultado de quien ha reconocido su pobreza espiritual y llora por su
pecado. No solo involucra el ser manso con respecto a Dios, sino también a los demás.

1. ¿Quiénes son los mansos?


La palabra «manso» puede ser traducida «gentil, apacible o suave». La palabra griega se
utilizó para describir a un animal que ha sido domesticado y entrenado para obedecer la
palabra de una orden.

Esta bienaventuranza es un eco del Salmo 37:11. La mansedumbre en este salmo se refiere
a una cualidad de un hijo de Dios que, a pesar de las injusticias, a pesar de lo que hacen
contra él, no se resiente, no guarda rencores y no anda respondiendo, ni vengándose, de
quienes obran mal contra él. Lejos de seguir rumiando las injurias recibidas, se refugia, confía
y encomienda al Señor su camino.

El mayor ejemplo que podemos tener para entender la mansedumbre es nuestro Señor
Jesús (Mt 11:28-30; 1 P 2:22-25).

A pesar de que a Cristo lo maltrataron y lo acusaron falsamente, no operó con engaño, no


devolvió comentarios despectivos y no amenazó, aunque Él tenía más derecho a hacerlo que
cualquier otro. Cristo se controló, y por ello los mansos se retienen para hacer daño a otra
persona.

La mansedumbre es esa cualidad de un ciudadano del reino que tiene todos los instintos,
impulsos y pasiones bajo control, porque él mismo está controlado por Dios, y no reacciona
mal si lo ofenden, porque está consciente de su propia debilidad espiritual.

2. ¿Qué implica ser manso?


Esta tercera bienaventuranza no solo se trata de nuestra relación con Dios, sino con los
demás.

- La mansedumbre ante Dios.

Podríamos definir la mansedumbre ante Dios como la actitud que se somete a Él y confía
en Su voluntad y en Su Palabra.

Es una actitud que acepta todos los caminos de Dios como buenos y por lo tanto no
disputa, ni se resiente, así las cosas no salgan como esperaba, planeaba, incluso, si
tiene que pasar por dolor y sufrimiento (Ro 8:28).

La persona mansa ante Dios sabe que todo lo que sucede en su vida ha sido permitido
por la soberanía de Dios (Ef 1:11), y no se pone a discutir, porqué Dios dijo algo, o porque
lo ordenó de tal manera. El manso escucha y obedece, porque se da cuenta de que la
sabiduría de Dios es infinita y que él es un simple mortal.

- La mansedumbre ante los hombres.

Donde más aprendemos a ser mansos en nuestra relación con los demás es al ver
el ejemplo de Cristo (1 P 2:22-25).
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Cristo nos muestra que la mansedumbre no es debilidad, no es cobardía, no es tener
una personalidad retraída, falta de convicción, complacencia, timidez o querer tener paz
a toda costa. La mansedumbre no es esto, porque no usa su poder para su propia
defensa o propósitos egoístas. La mansedumbre es fuerza bajo el control del Espíritu
Santo.

Su motivación es porque están blasfemando el nombre de Dios, o se hace algo dañino


a los demás. Así, un individuo manso es aquel que está enojado en la ocasión
correcta, con las personas correctas, en el momento correcto y por el tiempo
correcto.

El manso muestra una ausencia de malicia, amargura o cualquier deseo de venganza, y


cuando lo insultan mira a la persona con piedad. Él piensa que si a Cristo, que fue
perfecto, lo insultaron, pues lo menos que le puede pasar a él es eso (Ef 4:31-32).

3. La recompensa de los mansos


Habrá un reino terrenal literal en el futuro, pero la única forma de participar en ese reino es
siendo manso. Al final son los mansos, no los presumidos ni los poderosos, los que tendrán
un lugar en el reino de Dios.

Los mansos se han librado del deseo de poseer algo ahora, y por eso están libres del
egoísmo y de la avaricia que los hace pensar que la felicidad viene de las posesiones. Ellos
tienen una herencia gloriosa futura.

Los mansos son bienaventurados, completamente satisfechos y verdaderamente


felices, porque pueden no poseer nada, pero están completos teniendo a Cristo.

Versículos relacionados con el tema:


Sal 37:11, 1, Nm 12:1-3, 4, Mt 11:28-30, 1 P 2:22-25, Ef 1:11, Nm 14:26-27,
Ro 8:28, Gá 5:22-23, Ef 4:31-32, Ap 21:1, He 10:34

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