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A Él sea la
gloria por los siglos. Amén.
EL EVANGELIO DE MATEO
Parte 24
Mateo 5:6
david@iglesiabiblicaporcristo.org
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123) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia – Mt 5:6 (26)
7 de mayo de 2023
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
Es paradójico pensar que una persona que está hambrienta y sedienta puede ser feliz. ¿Por qué
tener hambre y sed de justicia es el camino a la felicidad?
El versículo comienza diciendo «los que tienen». El verbo «tener» indica una acción continua
y muestra que esta cualidad debe ser constante en un creyente.
Las palabras «hambre y sed» están en sentido figurado y se refieren a un deseo intenso por
algo que se considera necesario para la vida. En este caso, estas dos palabras describen el
profundo anhelo de una persona por algo que es vital para el sustento de la vida espiritual.
Y, el tipo de deseo intenso que un bienaventurado debe tener es por la «justicia».
Esto es algo, como todo en las bienaventuranzas, que solo puede ser hecho por alguien que
ya es parte del reino de Dios y ha sido justificado por la obra de Cristo.
De hecho, el hambre y la sed por la justicia proviene de la vida nueva que Dios ha dado a
quien ha justificado. Un muerto no puede pasar hambre y lo mismo pasa en el área espiritual.
El crecimiento muestra que una persona está continuamente con hambre y sed de justicia.
El crecimiento es la condición saludable de todo hombre cristiano. El tener hambre y sed de
justicia se revela en el deseo por crecer cada día más y aprovechar cualquier oportunidad
para madurar espiritualmente. Pero, sobre todo, cuando una persona con hambre y sed de
justicia desea estar con la Palabra de Dios y obedecerla (1 P 2:2).
De la misma manera que un bebé desea la leche materna, si tenemos hambre de justicia,
hay un creciente deseo de estar con la Palabra de Dios como el alimento para su alma (Sal
119: 2, 10,11, 20, 40).
II. Implica un profundo deseo por luchar contra el pecado (Gá 5:16-17).
Alguien con hambre y sed de justicia desea profundamente luchar y acabar el pecado que lo
asedia (Ro 6:12-13).
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Quien tiene hambre y sed de justicia está como un vigilante que no duerme para mantener
el pecado a kilómetros de su vida. Quien tiene hambre y sed de justicia llora por su pecado
y por eso lo combate con todas sus fuerzas, porque ofende la santidad de Dios.
Si no tienes un deseo por agradar a Dios, por hacer Su voluntad, por conocer más Su Palabra
y luchar contra el pecado, deberías preguntarte si realmente vienes a la iglesia por un llamado
de Dios, o por lo que piensas que te puede dar Dios (salud, trabajo, éxitos).
El apetito espiritual es el deseo de tener a Cristo por encima de todo lo que ofrece el mundo.
3. ¿Cuál es la recompensa?
Donde Dios obra un deseo tan insaciable, podemos estar bastante seguros de que Él lo
satisfará (Sal 107:8-9).
Es bienaventurado quien desea con todas sus fuerzas hacer la voluntad de Dios,
porque esa hambre y sed espiritual muestran que su satisfacción está en Dios, quien
es el único que puede saciar nuestro ser (Jn 4:13-14; 6:35).
Aquí, nuestro bendito Señor nos revela el secreto, uno de los secretos de la felicidad y es
que se encuentra sólo en la santidad. Si buscas la santidad en cada área de tu vida, si la
ejerces en todas sus ramas, eso te hace completamente bienaventurado (Ec 12:13).
Un ciudadano del reino es como un hombre que está muriendo de hambre y sed. Lo único
que quiere es satisfacer su hambre y sed por la justicia de Dios.
Se ha dado cuenta de que todas las cosas que la gente valora tanto no tienen
sentido en comparación con satisfacer su hambre y sed espiritual.
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