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Organisational & Social Dynamics 17(2) 179-197 (2017)

Grupo, Relaciones, Sin representación

Carlos Sapochnik

Resumen
La dimensión aterradora del estado de ánimo psicótico (la cualidad inductora
de locura que tiene el rumor, que las conferencias de relaciones de grupo de
la tradición de Tavistock fomentan en forma de "bajas") es temida no sólo por
los miembros de la conferencia, sino también por su personal, que puede
perder de vista la fragilidad de la interdependencia entre contenedor y
contenido si se concibe a sí mismo como un mero receptáculo concreto de la
angustia de los miembros. Para cumplir su función como tal, un contenedor
debe ser perturbado. Por lo tanto, el ensueño no es un romántico estado
calmante de bienestar maternal que se comunica como consuelo, sino la
digestión de lo desagradable (el concepto de Bion del temor sin nombre) tanto
para el contenido como para el contenedor. Tales estados mentales
primitivos están representados por la compulsión a repetir a través de
representaciones en una participación colusoria entre los miembros de la
conferencia y el personal. Sin embargo, el reconocimiento erróneo de la
representación como actuación de los miembros perjudica el aprendizaje de
todos. El documento incluye ilustraciones de dos relaciones de grupo
recientes
conferencias.

Palabras clave: relaciones de grupo, ensueño, contenedor, contenido,


enactment.

EL ARGUMENTO

El objetivo de las conferencias sobre relaciones de grupo en el


modelo de Tavistock es explorar y aprender sobre las relaciones
dentro de los grupos y organizaciones y entre ellos, pero
centrarse en el primer término de la díada - relaciones de grupo -
puede despojar a la práctica de su sesgo psicoanalítico original,
instrumentalizándola como un compromiso manualizado para
mejorar el rendimiento. A la inversa, atender principalmente a las
"relaciones" como parentesco (inconsciente) socava las conexiones
con el contexto, la autoridad y, por tanto, la responsabilidad. Este
artículo se centra principalmente en la comprensión y aplicación
de los conceptos psicoanalíticos a la práctica de las relaciones de
grupo, pero éstos deben instrumentarse junto con una perspectiva
sistémica que considere los sistemas en funcionamiento, en lugar
de utilizarse únicamente con respecto al mundo interno del
individuo dentro del grupo.

*Dirección para la correspondencia: Correo electrónico: carlos@sapochnik.com

179
180 CARLOS SAPOCHNIK

Esta polaridad entre las perspectivas sistémica y psicoanalítica


puede deberse a que se utiliza (y se es utilizado por) un discurso
enmarcado en términos binarios, en lugar de en el proceso del
devenir. De ahí que oposiciones como civilizado-primitivo, individuo-
grupo, consciente-inconsciente, personal-participante, contenedor-
contenido (en las que se privilegia un término sobre el otro)
propongan una elección espuria entre categorías absolutas, pasando
por alto la fluidez y la interacción de los términos, en los que
cualquiera de ellos puede ser el centro de atención en un momento
determinado. Sin embargo, abordar la tensión mediante la mediación
o la integración (con el objetivo de resolverla y evitar así el conflicto)
da lugar a un enfoque reductor. Con esta salvedad, el argumento de
lo que sigue puede enunciarse del siguiente modo
1. Las conferencias de relaciones de grupo están diseñadas para
provocar una intensa
sentimientos primitivos.
2. Tales sentimientos se asemejan a elementos β no representados
que pueden aparecer como protocomunicaciones.
3. Las protocomunicaciones se manifiestan a través de actos que se
abordan mejor mediante el ensueño.
En primer lugar, se describirá el material de dos conferencias sobre
relaciones de grupo, se explorarán los cuatro términos clave
resaltados en cursiva en la secuencia argumental anterior, se
debatirá el material y se concluirá con algunas reflexiones respecto a
la práctica futura.

EL ACONTECIMIENTO ORGANIZATIVO O INSTITUCIONAL


El evento organizativo (EO) o evento institucional (EI) (el título
depende de la tradición local, pero ambos se refieren a la misma
estructura de evento) suele tener lugar en la segunda mitad de una
conferencia de relaciones de grupo de cuatro o cinco días, después
de que los miembros ya hayan experimentado las tribulaciones de la
autoselección en grupos, notando el impacto de la psicodinámica de
sistemas inconscientes en las elecciones, la tarea, los papeles y las
fronteras. El objetivo es dar sentido al tipo de organización temporal
que surge dentro de un sistema gestionado. El uso y el mal uso de los
recursos (tiempo, espacio, gestión, consultoría, otros miembros y
grupos) pasan así a primer plano. Algunas de las dinámicas típicas
giran en torno a la competencia y la cooperación entre grupos, entre
miembros y personal, o entre dirección y consultores. Hay que
trabajar con las limitaciones que supone la imposibilidad de lograr un
todo armonioso, lo que lleva a expectativas mesiánicas, desencanto
y, a veces, retirada. Los grupos (incluido el personal) forman una
constelación inconsciente y consciente que oscila entre la inmovilidad
y la evolución. Puede explorarse la construcción de una dirección-en-
GRUPO, RELACIONES, NO 181
la-mente, y el aislamiento recíproco entre
REPRESENTADOS
182 CARLOS SAPOCHNIK

La relación entre los miembros, la dirección y los consultores se


vuelve bastante dolorosa si se produce una parálisis de la que no se
puede salir. Las hipótesis perspicaces y mal concebidas de la
dirección o los consultores pueden ofrecerse a los miembros, que
las rechazan, trabajan con ellas y/o las elaboran más. El sistema
en su conjunto no avanza armónicamente y se asignan
inconscientemente sentimientos distintos a los grupos, replicando
y repitiendo aspectos de la dinámica contextual (cultural/política) y
local (institucional). El camino suele ser accidentado y frustrante. Al
mismo tiempo, puede ser fuente de un aprendizaje enriquecedor
si se puede extraer un sentido parcial (y siempre es parcial)
durante y después del acontecimiento. Sin embargo, el objetivo no
es el aprendizaje individual, sino aprender con y de los demás
sobre las dinámicas que esta organización concreta y sus
subsistemas pueden producir, iluminando (más adelante en la
conferencia) las dinámicas de las organizaciones de origen de los
participantes.
Las viñetas que siguen describen un momento de la OE o IE en
dos conferencias recientes sobre el modelo Tavistock. Tuvieron lugar
en culturas diferentes, con contextos, énfasis, miembros, personal y
dinámicas resultantes distintos. Aunque seguían el mismo modelo
básico, el diseño de cada conferencia ponía de relieve enfoques
alternativos de la diferenciación de funciones. Por ejemplo, en la
Conferencia A el equipo de personal situó la función de dirección en
una sala base separada del grupo de personal que ofrecía
consultoría al sistema, mientras que la Conferencia B situó a todo el
equipo de personal en una gran sala de personal, y el director pidió al
personal que ofreciera consultoría tras explorar las peticiones de los
afiliados. Cabe señalar que ambas conferencias se consideraron
experiencias de aprendizaje productivas en general, según se
desprende de los comentarios del personal y los miembros. Las
situaciones descritas a continuación no niegan -no se oponen- al
aprendizaje derivado. Aunque una exploración de los posibles
significados requeriría una descripción completa de los respectivos
contextos y eventos de la conferencia hasta la OE/IE, estas viñetas
no pretenden establecer una explicación causal de las circunstancias,
sino explorar una dinámica específica (manifestada en un momento
concreto de ambas conferencias), que es el tema central de este
documento.
En ambas conferencias, tras la ruptura de la afiliación al principio
Tras la división de la OE en una serie de grupos con y sin objetivos
explícitos, se produjo un periodo de caos y aislamiento en el que los
grupos estaban preocupados por establecer su propia identidad,
incapaces de ponerse en contacto con otros grupos, con la dirección
o de solicitar asesoramiento. Parecía que la tarea consistía
únicamente en establecer o evitar diferencias en lugar de dar sentido
al tipo de organización temporal que se estaba formando, lo que se
hacía evidente en la incapacidad de atender a la conexión entre
GRUPO, RELACIONES, NO 183
(in)acción y significado y una exploración
REPRESENTADOS del entorno y sus recursos
(otros grupos, dirección, consultoría). Los intentos de
184 CARLOS SAPOCHNIK

La vinculación parecía en general ausente. En la Conferencia A hubo


muy poca interacción inicial con el grupo de asesores, salvo algunas
peticiones de ayuda para desentrañar algunas de las dinámicas
internas de los grupos, con una referencia limitada a todo el sistema.
En ambas conferencias se realizaron pocas visitas al grupo de
gestión, la mayoría de ellas de miembros en calidad de
observadores. Ambos relatos se describen como recordados o
reconstruidos, lo que no significa necesariamente tal y como sucedieron.
A continuación, la narración pasará a ser en primera persona.

Conferencia A
A mitad de la EO, dos miembros plenipotenciarios de uno de los
grupos solicitaron una reunión con la dirección, donde explicaron
que, al visitar otros grupos, habían observado una embrutecedora
falta de disfrute en el sistema que paralizaba a los miembros. Por
ello, habían ideado una actividad que ya habían estado ensayando
en su propio grupo con gran éxito, medido por el aumento de su
energía y la migración de varios miembros de otros grupos.
Habían bautizado la actividad como Yoga de la Risa. Consistía en
que el grupo, guiado por sus líderes, se incitara a reír a
carcajadas, alcanzando un crescendo contagioso hacia la
hiperventilación y la risa incontrolable de todos los presentes. Los
resultados fueron (literalmente) exhilarantes, e invitaban a todos los
grupos a unirse a ellos en toda una sesión de conferencia en la
sala plenaria más grande. ¿Querríamos participar nosotros?
Preguntamos al grupo qué sentido tenía su propia iniciativa.
Parecía que la conversación avanzaba poco y nos vimos obligados a
explicar a los dos miembros los peligros de sustituir el pensamiento
por la acción. Cuando se marcharon, nos reímos con incredulidad
pensando si debíamos tomarles en serio.
Un tiempo después nos enteramos a través de otro grupo de que,
si bien no se había celebrado la reunión de todos los miembros
prevista, el grupo de Yoga de la Risa, ampliado con la incorporación
de muchos más miembros, había continuado con la actividad en su
propia sala, ahora llena hasta los topes. El nivel de ruido procedente
de la sala se había convertido en una grave molestia para los
pacientes y otros usuarios de la institución clínica donde se celebraba
la conferencia.
Aunque no se había presentado ninguna queja al Director de la
Conferencia, nos sentimos de algún modo obligados a intervenir
urgentemente para hacer frente a esta emergencia. Por ello, los
asesores se reunieron con la dirección para discutir la situación y
debatimos si era necesario que la dirección hiciera valer sus derechos.
GRUPO, RELACIONES, NO 185
REPRESENTADOS

autoridad y contener o gestionar el grupo (o incluso el sistema) en lo


que se consideraba una situación que alcanzaba un estado mental
peligrosamente maníaco.
Sin embargo, el tiempo pasó, la EO siguió su curso, las risas
incluso disminuyeron, se recuperó la normalidad y tuvo lugar una
revisión de todo el sistema bastante deprimida, más útil para que el
personal y los miembros recuperaran la compostura que para que se
apoyaran en ella.

Conferencia B
Hacia el último tercio de esta EI, tres miembros -dos mujeres y un
hombre- solicitaron reunirse con la dirección en calidad de
plenipotenciarios. Rechazaron los asientos que se les ofrecían
frente al equipo de personal y explicaron cómo habían formado su
grupo de tres resistiendo a los intentos de fragmentarse y ser
absorbidos por otros grupos, o de que otros se les unieran. Habían
desarrollado su identidad en torno a la formulación de un juego
que habían ido proponiendo a cada grupo del sistema. Ahora
acudían a la dirección para proponer esta actividad. Consistía en
invitar a sus interlocutores (solos o en grupo) a elegir a quién de
estas tres personas elegirían "para casarse, para follar y para
matar". Un silencio asombrado siguió a su declaración, que había
sido pronunciada con expresión inexpresiva. ¿Habíamos oído
mal? Se les invitó a sentarse y discutir sus ideas. Se negaron
cortésmente, indicando que quedaba poco tiempo. ¿Desea el
personal
para hacer su(s) elección(es) y contribuir así a los datos?
Nos chocó la violencia implícita y no pudimos ayudarles a
reflexionar sobre la naturaleza simbólica del juego como
representación del sistema y el mal uso emocional potencialmente
violento de uno mismo y de los demás.
Los tres miembros se marcharon, posiblemente sin haber sido
escuchados ni rechazados, lo que nos hizo sentir disgustados y a la
defensiva. En una conferencia dirigida por una joven directora no
blanca, con una gran proporción de miembros no blancos y una
preocupación generalizada por las cuestiones raciales, la aparición
de este grupo de sacrificio totalmente blanco parecía apuntar a una
dinámica que parecía imposible de nombrar.
Lo que se nos había ofrecido, presenciado y rechazado parecía
demasiado inquietante y arriesgado como para reflexionar sobre ello,
incluido un aspecto depredador de la sexualidad. La posibilidad de
mantener relaciones sexuales (complejas) parecía haberse reducido
a una elección entre el compromiso ritual, un acto sexual violento o el
asesinato.
Aunque nos esforzamos, nuestro pensamiento no pudo llevarnos
mucho más lejos porque las promulgaciones conllevan una fuerza
186 CARLOS SAPOCHNIK
emocional cegadora (véase la sección sobre actuar y promulgar más
adelante) que pasó desapercibida en ese momento. Lo no digerido
durante el EI, quedó como una indigestión en la revisión plenaria.
GRUPO, RELACIONES, NO 187
REPRESENTADOS

LOS TÉRMINOS CLAVE

En esta sección se analizarán los cuatro términos clave


destacados en la argumentación, tal y como se presentan en la
primera sección, para aplicarlos a la discusión del material de las
dos conferencias.

Estados mentales primitivos


Mientras que el término neurosis se refiere a la formación de síntomas
conductuales o psicosomáticos como resultado del "retorno de lo
reprimido" (Freud, 1915d), la psicosis denota un estado mental grave
en el que el pensamiento y las emociones están tan alterados que se
pierde el contacto con la realidad externa. Mencionada por primera
vez en la literatura psiquiátrica en 1841 (Bürgy, 2008, p. 1200), la
psicosis designaba la enfermedad mental en general, como la locura
o el delirio. Aunque la neurosis y la psicosis pueden colocarse en una
oposición binaria como dos formas de funcionamiento psíquico,
puede postularse que incluso las personas "cuerdas" que son
predominantemente no psicóticas, tendrán mecanismos de
pensamiento psicótico (primitivo) y, a la inversa, aquellos con
personalidades psicóticas también participarán en procesos no
psicóticos. Ogden propuso que estas formas de pensamiento están
en tensión dialéctica entre sí,

como la relación entre la mente consciente y la inconsciente; las


posiciones paranoide-esquizoide, depresiva y autista-contigua (Klein 1946;
Ogden 1989); . . . los grupos de supuestos básicos y el grupo de trabajo
(Bion 1959[1961]); el contenedor y lo contenido (Bion 1970); el
pensamiento de proceso primario y secundario (Freud 1911b). (Ogden,
2010, p. 317)

En el contexto de una mente equilibrada, los estados psicóticos de


la mente funcionan en paralelo -y no en oposición- al funcionamiento
neurótico, y su relación debe considerarse a lo largo de un continuo.
Mientras que la parte no psicótica de la personalidad recurre a la
represión como defensa contra el impacto traumático de los
sentimientos y acontecimientos que entran en la conciencia, una
estructura psicótica intenta deshacerse por completo del aparato para
pensar, y "el inconsciente parecería ser sustituido por el mundo de
los muebles oníricos" (Bion, 1957, p. 52). Además, la ansiedad
psicótica asociada a los conflictos primitivos obliga a los individuos a
buscar aliados, por lo que el grupo ofrece una estrategia de
mantenimiento de la vida tanto biológica como psicológicamente.
Bion postuló que el comportamiento de suposición básica que se
manifiesta en los grupos es una expresión de la mente psicótica, y
que el grupo de trabajo consciente de la realidad debe gestionar la
atracción hacia las suposiciones básicas para abordar la tarea del
grupo.
188 CARLOS SAPOCHNIK

Cuanto más perturbado está el grupo, más fácilmente son discernibles


estas fantasías y mecanismos primitivos; cuanto más estable es el grupo,
más se corresponde con la descripción de Freud del grupo como una
repetición de patrones de grupos familiares y mecanismos neuróticos.
(Bion, 1961, p. 165)
Sin embargo, mientras que Freud veía el grupo como una
repetición de las relaciones parte-objeto, aproximándose a los
patrones neuróticos de comportamiento, la opinión de Bion era que
los grupos se aproximarían a los patrones de comportamiento
psicótico, añadiendo que la descripción no se aplicaba sólo a los
"grupos enfermos". Cualquier "terapia real" no resultaría a menos que
estos patrones psicóticos fueran expuestos al grupo. Bion
consideraba que las ansiedades primitivas de las relaciones parte-
objeto "contienen las fuentes últimas de todo comportamiento grupal"
(1961, p. 193) y, además, que el "grupo de trabajo es obstruido,
desviado y, en ocasiones, asistido" por estados mentales primitivos
(1961, p. 146).
El objetivo de las conferencias de relaciones de grupo es debilitar
las defensas psíquicas, lo que permite a los grupos detectar y
atender la aparición de estados mentales primitivos -como el
funcionamiento psicótico y neurótico- y ofrece a los participantes y al
personal la oportunidad de estudiar sus características y la dinámica
resultante. Aunque el proceso también se ve favorecido por sesiones
de reflexión para revisar las experiencias y aplicar los conocimientos
adquiridos a la vida laboral de los participantes, la experiencia puede
ser bastante aterradora debido a la liberación de emociones que
escapan al control (racional).
Una dificultad añadida es la arraigada concepción popular del
funcionamiento inconsciente como una patología del individuo y del
grupo, y los participantes pueden tardar algún tiempo (y luchar) en
aceptar y comprometerse con las dinámicas irracionales (neuróticas y
psicóticas) que inevitablemente surgirán. La dimensión inconsciente
es demasiado extraordinaria para ser normalizada y, sin embargo,
está activa en todos los aspectos del quehacer humano. Estos
estados mentales primitivos operan en los miembros de la
conferencia y también en el grupo de personal. Esto puede quedar
enmascarado por la fantasía de omnipotencia y omnisciencia de los
miembros del personal, que pueden suscribir aceptando
acríticamente la gratificante posición de "el que sabe". La capacidad
de librarse de la "sensación de adormecimiento de la realidad" (Bion,
1961, p. 149) concomitante a este estado es una necesidad si se
quiere evitar que el personal sea reclutado inadvertida e
inconscientemente en la dinámica del enactment, que se analiza más
adelante.
Bion consideraba falsa una teoría de la conciencia "en la que la
mente consciente y la inconsciente funcionan juntas como si fueran
binocu- lar y, por tanto, capaces de correlacionarse" (1962, p. 54). En
su lugar, postuló la existencia de los β-elementos primitivos, como
GRUPO, RELACIONES, NO 189
una obtrusión de los elementos
REPRESENTADOSpsicóticos de la personalidad sentidos
como cosas concretas,
190 CARLOS SAPOCHNIK

indiferenciados entre objetos inanimados o psíquicos, que no pueden


ser pensados y sólo pueden ser evacuados. Si estos elementos
pudieran transformarse mediante lo que él denominó función alfa
en elementos α, harían posible el pensamiento onírico (es decir, el
material visual y las representaciones simbólicas que aparecen en
los sueños), el pensamiento inconsciente de vigilia y la memoria.
El odio a las emociones desencadenado por los estados
mentales primitivos conduce -paradójicamente- a una intensificación
de las emociones y, por lo tanto, a una creciente necesidad de
defensas más poderosas. "Estos ataques a la función vincular de la
emoción conducen a una prominencia excesiva en la parte
psicótica de la personalidad de vínculos que parecen lógicos, casi
matemáticos, pero nunca emocionalmente razonables" (Bion, 1967,
pp. 108-109).

Irrepresentabilidad

La irrepresentabilidad se refiere a un aspecto de la vida emocional de


un individuo que también puede aplicarse a la vida inconsciente de
un grupo, donde el grupo -por el predominio de estados psicóticos de
la mente- fragmenta la vinculación (es decir, los elementos β), y
funciona incapaz de convertir sus emociones primitivas en elementos
α adecuados para el trabajo onírico y el pensamiento. No es
sorprendente ver que en la fila A de la cuadrícula de Bion (elementos
β), los espacios bajo las columnas 3, 4 y 5 (y más allá de la 6) están
vacíos (Bion, 1963).
Si la teorización psicoanalítica pasa de concebir única o pre
dominantemente de un universo de presencias olvidadas, ocultas o
disfrazadas (pero ahí para el hallazgo), a un universo fragmentado de
vacíos o ausencias, entonces la creación de la estructura faltante
mediante la representación se convierte en una necesidad (Reed et
al., 2013, p. 4).
Civitarese propone que en determinados contextos el analista, en
lugar de comentar la película que se proyecta y trabajar sobre su
argumento, necesita reparar el propio dispositivo que proyecta
imágenes en la pantalla de la mente del paciente, es decir, la función
alfa (Civitarese, 2013, p. 222). En términos de relaciones de grupo,
esto significaría cambiar el énfasis de lo que el grupo piensa a la forma
en que el grupo piensa.
Sin embargo, en condiciones de relaciones de grupo, la forma en
que el grupo piensa puede ser mediante la obliteración del
pensamiento, incapaz de hacer repre- sentaciones adecuadas para el
pensamiento onírico. Si estos elementos β fragmentados pueden
percibirse a través del acting-out y el enactment, pueden utilizarse
como protocomunicaciones, es decir, el prototipo o cursor previo de
una comunicación, cuando aún no se ha formado un mecanismo
GRUPO, RELACIONES, NO 191
específico para la comunicación.
REPRESENTADOS
192 CARLOS SAPOCHNIK

Actuar y promulgar
Freud (1914g) utilizó el término agieren (traducido por Strachey como
acting- out) para denominar aquellas acciones "en las que el sujeto,
preso de sus deseos y fantasías inconscientes, las revive en el
presente con una sensación de inmediatez que se ve acentuada por
su negativa a reconocer su fuente y su carácter repetitivo" (Laplanche
& Pontalis, 1973, p. 4). Sin embargo, Sapisochin (2015) ha
argumentado que ha habido,
un deslizamiento de significado en la literatura psicoanalítica por el cual el
término "acting-out" ha llegado a ser utilizado en un sentido extendido para
denotar el comportamiento psicopático impulsivo con el objetivo de alivio
evacuativo . . . en lugar de con el propósito de trabajar a través de. (p. 47)

La diferencia entre acting out y enactment (como una forma


particular de acting out) se ha descrito planteando que en el acting
out "el analista se mantiene (es capaz de mantenerse) como un
objeto participante observador (relativamente consciente), [mientras
que] en el enactment el analista se convierte en un objeto participante
activo (siempre inconsciente)" (Kohon, 1999, p. 74, cursivas en el
original).
Rosenberg (2016) ha llamado la atención sobre el "enactment"
como el tipo de acción que tiene lugar dentro de la transferencia,
específicamente involucrando el inconsciente tanto del analizando
como del analista. No detectar su presencia no puede sino
incrementar el trauma original del analizando, ya que -debido a la
carga inconsciente- los enactments conllevan una fuerza emocional
ciega que amenaza el marco analítico y no admiten elucidación hasta
que se pueda recuperar una perspectiva de terceridad.
Los elementos β no son pensantes y, por lo tanto, es probable que
se vean comprometidos por la acción (irreflexiva). Al fin y al cabo, no
hay otra cosa que el recuerdo y el deseo de un estado primitivo
experimentado o imaginado que retorna en la compulsión de repetir
mediante enactments -manteniendo vivo un anhelo insatisfactorio-
tanto por parte de los miembros como del personal. Además, esto se
ve favorecido por lo que Freud (1930a, p. 79) describió como el
intenso sentimiento de felicidad derivado de la satisfacción de un
impulso instintivo salvaje no domado por el yo, que se suma al alivio
placentero (como en la excreción del lactante) experimentado por lo
que Green ha denominado "expulsión por la acción", creando una
"ceguera psíquica" cuando,
El acting out es la contrapartida externa del acting in psicosomático. Tiene
el mismo valor para expulsar la realidad psíquica. Tanto la función de
transformación de la realidad, como la función de comunicación contenida
en la acción, quedan eclipsadas por su finalidad expulsiva. Cuando se
utilizan estos mecanismos
El analista está en contacto con la realidad psíquica, pero o bien se siente
aislado de una parte inaccesible de ella, o bien ve desmoronarse sus
intervenciones, al ser percibido como perseguidor e intruso. (Green, 1975,
GRUPO, RELACIONES, NO 193
p. 6) REPRESENTADOS
194 CARLOS SAPOCHNIK

Sapisochin (2013) ha definido el enactment como "un tipo de


funcionamiento ligado a la actividad destructiva de la pulsión de
muerte, con una lógica funcional que se aleja del retorno del
inconsciente reprimido y se centra en su expresión a través de la
repetición actuada" (2013, p. 972). La temprana idea de Freud de que
el paciente actúa en lugar de recordar (1914g, p. 150) encuentra su
expresión en los enactments, como una forma particular de "jugar con
la realidad" (Winnicott, 1971), que constituyen,

un sistema de representación ideo-pictográfica de la emoción, que sólo


puede inferirse a posteriori, mediante el cual el objeto -el analista en la
situación analítica- intuye la manera en que ha sido posicionado por el
paciente en el encuentro; es decir, cuando su contratransferencia se
vuelve disponible para la introspección. este tipo de material no verbal se
hace presente en
el proceso analítico sólo a través de la puesta en escena imaginaria -en
términos técnicos, el "enactment"- que provoca la transformación de un
gesto psíquico del analizando en un gesto psíquico del par analítico.
(Sapisochin, 2013, pp. 974-975, cursivas mías)

El consultor de relaciones de grupo con conciencia psicoanalítica


estará familiarizado con la cualidad inoperante de determinadas
intervenciones del personal (como se describe en Green 1975, cita
anterior), así como con la desautorización de la realidad cuando el
juego tiene lugar como única expresión de los procesos primarios.

Reverie
Aunque el término ensueño (un estado de deleite, o estado de
meditación) se refiere a un estado pacífico, sereno, de ensueño, sólo
surge de una "profunda conexión somato-psíquica" (Civitarese, 2013,
p. 224) mediante la cual la madre puede devolver al bebé las
impresiones sensoriales, los acontecimientos emocionales ya sean
sentidos por el bebé como buenos o malos, transformándolos en
elementos α, ahora disponibles para ser convertidos en recuerdos,
pensamientos oníricos y, si se desarrollan más, en pensamientos.
Por lo tanto, la ensoñación no es un estado romántico y
tranquilizador de bienestar materno que se transmite como consuelo,
sino la digestión del desagradable temor sin nombre (Bion, 1962, p.
309), tanto por parte de la madre como del bebé, si se quiere que
ambos crezcan. Si la frustración es demasiado grande para soportar
la primacía del principio de realidad, la personalidad desarrolla la
omnipotencia y la omnisciencia, y los pensamientos y el pensamiento
se ponen al servicio de la rigidez de saberlo todo, renunciando a la
capacidad de discernir entre lo verdadero y lo falso. La omnisciencia
es una forma de autorregulación, como solución al conflicto en el que
la ausencia del objeto bueno no puede ser pensada. Si el vacío se
llena con la aniquilación, entonces
GRUPO, RELACIONES, NO 195
REPRESENTADOS

llenarlo de ataques a la vinculación, la escisión, la omnipotencia y la


omni-ciencia puede entenderse como una forma de sobrevivir. La
tarea consiste entonces en identificar los fragmentos o β-elementos
considerando su evacuación como indicativa y, aunque todavía no
formulada, proto-comunicación. Si la mente del consultante es
acogedora y está disponible,

no sólo transformará β en α, sino que también transmitirá


progresivamente cómo hacerlo. El modelo básico es entonces el de la
identificación proyectiva; ésta también puede representarse como el
interjuego continuo fm , que en sí mismo puede producir una especie de
efecto dominó en la consulta analítica y en la técnica psicoanalítica.
(Ferro, 2005, p. 1537)

A menos que el ensueño se produzca como una interacción


continua, la respuesta del personal a la situación del grupo se
inscribe en la representación. La falta de ensueño no se soluciona
con la "claridad" de las intervenciones del personal. . no puedes
lanzarte a explicar a un bebé la biología del canal alimentario"
(Bion, 1987, p. 10). Desde la perspectiva de esta interacción, el
grupo,

se convierte en alguien que podría decirnos continuamente, desde


perspectivas desconocidas para nosotros, cómo y dónde estamos para
[ellos] -algo que a menudo nos disgustará, pero que también podría
satisfacer nuestra necesidad de buscar la verdad-, además de ser alguien
que experimenta continuamente nuestro propio funcionamiento mental.
(Ferro, 2005, p. 1537)

El logro del pensamiento transformador no es necesariamente una


experiencia de un avance repentino o un fenómeno eureka (Ogden,
2010, p. 336). Pensamiento onírico,

implica ver y procesar la experiencia desde una multiplicidad de puntos de


vista simultáneamente, incluyendo la perspectiva del pensamiento de
proceso primario y secundario; del contenedor y lo contenido; de las
posiciones paranoide-esquizoide, depresiva y autista-contigua; de lo
mágico y lo real; del yo infantil y el yo maduro; y así sucesivamente.
(Ogden, 2010, p. 319)

Pero hay que problematizar la noción de contención. Aunque la


práctica de las relaciones de grupo en el modelo Tavistock ha
seguido de cerca el pensamiento de Bion, a veces parece atrapada
en algunos de sus términos, cosificándolos mediante repeticiones
acríticas y simplificaciones idealizadoras. Tal es el caso del concepto
de "contenedor" (Bion, 1970), que a menudo parece despojado de su
significado original por el uso corriente, para aparecer sólo como una
enunciación saturada. ¿Cómo deconstruirlo (en el sentido derridiano)
para recuperar su potencia cedida y sus asociaciones laterales?
196 CARLOS SAPOCHNIK

Bion afirmaba que "una palabra contiene un significado; a la


inversa, un significado puede contener una palabra, que puede
descubrirse o no. La relación se establece por la naturaleza del
vínculo" (1970, p. 106), y el vínculo entre contenedor y contenido
puede ser comensal, simbiótico o parasitario. Sin embargo, la
relación no siempre se traduce en crecimiento, e incluso
entonces, no está exenta de conflictos. Ni el personal es el objeto
materno contenedor ni el miembro un objeto infan- til. De ahí que el
vínculo no sea estable y simplemente comensal. Hay que tener en
cuenta la fluidez entre los tipos de vínculo.

Por "comensal" entiendo una relación en la que dos objetos comparten un


tercero en beneficio de los tres. Por "simbiótica" entiendo una relación
en la que uno depende de otro para beneficio mutuo. Por "parasitaria"
entiendo una relación en la que uno depende de otro para producir un
tercero, que es destructivo para los tres. (1970, p. 95)

La relación simbiótica produce una confrontación y, aunque el


resultado puede producir crecimiento, no puede discernirse sin cierta
dificultad debido a la presencia tanto de hostilidad como de benevo-
lencia por ambas partes. En la relación parasitaria, el conjunto
individual puede estar dominado por la envidia. "La envidia engendra
envidia, y esta emoción que se perpetúa a sí misma acaba por
destruir por igual al huésped y al parásito. La envidia no puede
atribuirse satisfactoriamente a una u otra parte; de hecho, es una
función de la relación" (1970, p. 78).
Con el objetivo de la simbolización, las conferencias sobre las
relaciones de grupo en la
La tradición de Tavistock puede perder de vista la interdependencia
delicada y cambiante entre el contenedor y el contenido y, en su
lugar, participar en una asignación imaginaria del equipo de personal
como un "contenedor" benevolente concreto de la angustia de los
miembros, concebido así como el "contenido", al tiempo que
considera su relación como puramente comensal. El inconsciente
queda así homogeneizado y simplificado como un significado ya
existente al que aún no se le ha dado sentido, oscureciendo la lucha
por la figurabilidad psíquica (Botella & Botella, 2005). El trabajo
psíquico se reduce así a un tráfico unidireccional de la mente fija al
minder como un procedimiento diseñado para evadir la frustración
más que para modificarla (Bion, 1962, p. 29).
Sin embargo, la aterradora dimensión del estado mental psicótico
(la cualidad de inducir a la locura que tiene el rumor de que las con-
ferencias de relaciones de grupo fomentan en forma de "bajas") es
temida no sólo por los miembros de la conferencia sino también, e
inevitablemente, por el personal, que debe tener la suficiente
experiencia y estar adecuadamente dirigido para aceptar que, para
cumplir su función como tal, un contenedor debe ser perturbado
GRUPO, RELACIONES, NO 197
(Lousada, 2015). REPRESENTADOS
198 CARLOS SAPOCHNIK

El analista y el paciente, al fin y al cabo, cogeneran un campo que, para


transformarse, debe "enfermar" con la propia enfermedad del paciente.
(Ferro, 2005, p. 1539)

El analista participa
con toda la profundidad y autoridad de su vida mental y con conciencia
de cómo su aparato pensante es, también para él, primitivo y apenas
esbozado (Bion, 1978, 1980). Un factor de evolución y transformación
es el
capacidad del analista para estar al unísono con su paciente. Cada vez
que el ana- lista se empareja mentalmente con su propia teoría, crea con
ella lo que a todos los efectos es una escena primigenia que excluye el
contacto vivo de las mentes, que es el único factor de crecimiento. (Ferro,
2005, pp. 1540-1541)

Aunque es importante señalar que la exclusión de la escena


primigenia también es una necesidad en el proceso de aceptación de
la realidad (Rosenberg, 2016). Parafraseando a Bion, el consultor de
relaciones grupales es consciente de que solo puede participar
intentando "hacer lo mejor que pueda de lo que soy" (Bion, 1980, p.
37).

DISCUSIÓN DEL MATERIAL


En esta sección se aplicarán los constructos expuestos anteriormente
a los relatos de las dos conferencias y se llegará a la conclusión.
Pensar con claridad bajo el fuego (Bion, 1997) es difícil y no
siempre posible. Otra complicación es que todas las situaciones
están sobredeterminadas, es decir, que surgen de varias
circunstancias diferentes y a menudo contradictorias, y repercuten en
ellas. De ahí que toda respuesta sea un reflejo -y una articulación- de
una hipótesis parcial. Estas dos viñetas pueden poner de manifiesto
una respuesta no digerida por parte del personal ante incidentes de
actuación de los miembros. En tales situaciones, las interpretaciones
pueden adquirir una función proyectiva, porque las intervenciones
verbales funcionan como performativas (Austin, 1962), es decir, no se
limitan a enunciar algo, sino que también hacen algo, como una
pregunta que puede buscar (aparentemente) una aclaración, pero
también constituir un desafío, indicando oposición. Sin embargo, lo
que nos preocupa no es si la respuesta del personal en cualquiera de
las dos ocasiones fue "errónea", sino cómo la carga emocional de la
respuesta del personal a la actuación del grupo se convirtió en una
colusión con el aspecto p r i m i t i v o de la dinámica de los miembros,
transformándola en una actuación, en la que tanto el personal como
el grupo se relacionaban en las garras de un estado mental primitivo.
La experiencia del enactment no pudo reconocerse en su momento
como tal, para ser elaborada, digerida, como ensoñación a devolver
al grupo. En retrospectiva, se podría haber abordado llamando la
atención no sólo sobre la representación, sino también sobre la
GRUPO, RELACIONES, NO 199
connivencia del personal
REPRESENTADOS en la misma, posiblemente no en el
momento de la representación.
200 CARLOS SAPOCHNIK

en el momento del intercambio, pero sin duda más tarde, durante la


revisión de la OE, la reunión de todo el sistema o la sesión plenaria
de clausura.
La primera reacción del personal de la Conferencia A ante la
descripción del Yoga de la Risa fue de desconcierto. Parecía una
actuación maníaca, localizada en un grupo al que se otorgaba el
carismático papel de proveedor de placer, desafiando a la dirección
por el disfrute que se negaban (o eran incapaces) de proporcionar. La
noción de disfrute se contraponía a la intención general del programa
de explorar la autoridad, la tarea y el papel. También se consideró
que apuntaba a una brecha generacional entre los miembros jóvenes
y potentes, capaces de una risa corporal erotizada, mientras que el
personal inexpresivo sólo era capaz de producir intervenciones
verbales oraculares inefectivas e incomprensibles. La estructura se
percibía como una imposición.
Cuando la dirección hizo las preguntas pertinentes a los dos
representantes-
tes sobre el conocimiento que su grupo tenía de todo el sistema, las
pruebas que habían reunido y sus fuentes, reaccionaron como si se
les hicieran preguntas sin sentido. A medida que avanzaba la
conversación, y tras la marcha de los miembros, la dirección se sintió
cada vez más enfadada, no tomada en serio y redundante.
Se plantearon varias hipótesis, en particular la imposibilidad de un
coito fructífero debido a lo aterradora que podía parecer la intimidad
de la exploración mutua (como sexualidad intrusiva y destructiva) y
de ahí la necesidad de sustituirla -en modo de pensamiento concreto-
por una respiración rítmica y pesada, agitación física, gruñidos
ruidosos y paroxismos de placer. La invitación al personal apuntaría a
una situación orgiástica inconsciente que disolvía todos los límites,
para que el personal presenciara y se uniera al placer de los
miembros y del que se sentirían celosos, y del que, a su vez, debían
ser excluidos. Se trataba de disolver y tomar el control, quizá como
respuesta directa a la aterradora invitación (seducción) de la
dirección a unirse a ellos en lo que los miembros sentían como una
exploración psíquicamente amenazadora, articulada en la declaración
expresada en la sesión informativa al comienzo de la EO, de que la
dirección "podía ser observada en todo momento trabajando en su
habitación", experimentada inconscientemente por los miembros y el
personal como una invitación perversa.
La propuesta de los tres miembros de la Conferencia B constituía un
agresiones emocionales (a sí mismos, a otros miembros y al
personal) originadas por emociones violentas que no podían
representarse simbólicamente y que, en su lugar, se exteriorizaban.
Durante la revisión plenaria del evento, en ambas conferencias,
creo que participamos sin comprender nuestra connivencia con la
actuación de un grupo en nombre de los miembros, incapaces de
reconocer la puesta en escena. Parece que no pudimos dar sentido a
nuestra propia reacción, como consecuencia de habernos sentido
GRUPO, RELACIONES, NO 201
tentados, provocados,
REPRESENTADOS
202 CARLOS SAPOCHNIK

amenazado y despedido. Sospecho que ambos miembros del


personal estábamos reproduciendo sentimientos de nuestros
respectivos miembros, representando un rechazo por nuestra
incapacidad (miedo) de experimentar la situación en toda su
insoportable inten- sidad. Presos de un estado mental primitivo, nos
habíamos defendido aconsejando en lugar de recibir, sostener y
digerir las proyecciones repudiadas, tanto durante la EO como
posteriormente en la sesión plenaria de revisión. Aunque tal hipótesis
tiene el potencial de desviarse hacia las causas, puede permitir
percibir la respuesta del personal, que fue dis- similar aunque
equivalente en ese momento concreto de ambas conferencias, más
preocupada por el dicho que por la calidad de la escucha. La
invitación de estos grupos al personal de ambas conferencias a
participar en su actuación se experimentó como abusiva, pero
colaboramos con ellos porque el significado de las réplicas actuadas
(risa con- vulsiva y sacrificio) no podía procesarse. Esto colocó al
personal en una posición inversa a la perversa que se esperaba que
adoptaran los miembros al ser invitados a observar la escena
primigenia del
sala de profesores.
Nos habíamos sentido ignorados, inutilizados, abandonados y
rechazados cuando no se nos observaba, y luego anulados,
descartados y borrados al no aprovecharse nuestras inter- venciones.
Un aspecto del estado mental perverso es la normalización de sus
características polimórficas, imponiendo al sujeto la creencia de que
lo que está ocurriendo es ordinario.
Las relaciones de grupo favorecen la aparición y observación de
estados mentales primitivos (psicóticos) en forma de
comportamientos de suposición básica en los que cualquier objetivo
declarado queda inevitablemente subvertido. Si bien hubo indicios de
aprendizaje a través de las dos conferencias, estas experiencias
dejaron un mal sabor de boca derivado de una evacuación que no
había sido posible digerir mediante el ensueño, lo que se tradujo en
la certeza y rectitud expresadas por el personal y los miembros al
hablar del evento en ambas revisiones posteriores al mismo. Todos
adoptamos posturas defensivas, ciegos ante la necesidad de una
noción intersubjetiva de la verdad, y sobrevalorando en su lugar una
reacción racionalizada enmarcada en una interpretación (la
naturaleza casi matemática de los ataques a la vinculación a los que
se refiere Bion, citado anteriormente en la sección "Estados mentales
primitivos").

CONCLUSIÓN
La expresión de una mentalidad primitiva está presente en las
conferencias de relaciones de grupo, tanto para los miembros como
para el personal, y puede surgir como una colusión. Lo que hay que
tener en cuenta es "lo poco excepcional que es este tipo de
GRUPO, RELACIONES, NO 203
representación y REPRESENTADOS
lo extremadamente difícil que es para el personal
pensar en su significado, ya sea en ese momento o en modo de
revisión" (Lousada, 2016). Después de todo, los grupos (incluido el
personal) tienden a subvertir la tarea que les trae
204 CARLOS SAPOCHNIK

Los miembros de un grupo se unen debido a una preocupación


inconsciente por su propia supervivencia, independientemente de las
estructuras, roles, formación y rituales erigidos para protegerles del
temido comportamiento antitarea y de la desintegración. El personal
se conmueve, no sólo por los miembros como otros, sino por los
estados mentales primitivos (psicóticos) tan próximos a la
superficie en todos los grupos.
Tal y como se formula en el argumento al principio del documento,
las conferencias de relaciones de grupo están diseñadas para
provocar sentimientos primitivos intensos en los miembros y el
personal. El término proviene de L. provocare "llamar, desafiar" (de
pro- "adelante" + vocare "llamar") y significa "generar, instigar,
despertar, precipitar". Por tanto, no es posible la inocencia (L.
innotentia, blameless- ness). La promulgación ya está anunciada. Sin
embargo, puede ser una rica fuente de aprendizaje si se tiene en
cuenta y se participa en ella. Al fin y al cabo, no se trata de que el
personal acceda al inconsciente de los miembros a través de su
propio inconsciente como instru- mento. La noción de dinámica de
"descodificación" (es decir, hacer transparente la experiencia
aplicando un código ya existente) revela una ontología esencialista
de una verdad ya prevista como existente que previene (y protege
de) nuevas concepciones. En este marco, se supone que el
significado es desentrañado por la habilidad del consultor y revelado
al grupo, en lugar de ser co-creado dentro de la díada consultor-
grupo, como objetos y sujetos entre sí. Una noción rígida del personal
como contenedor, reifica la angustia de los miembros como lo
contenido, enfatizando una atribución específica de poder.
El funcionamiento de las suposiciones básicas es una expresión del
psicótico
aspectos de la personalidad. "Lo que se necesita es... poner en
contacto la ba y la W" (Bion, 1961, p. 126). Sin embargo, lo que
ambos ejemplos parecen mostrar es la dificultad siempre presente de
entrar en contacto con la mentalidad de grupo de trabajo de los
miembros, atribuyendo el acting-out y el enactment sólo a razones
patológicas y no también a una búsqueda de crecimiento.
Es en la medida en que el personal toma conciencia de dudar de su propia
comprensión de la realidad
. . que pueden encontrar pruebas del compromiso incómodo, ambivalente
pero ineludible de los miembros con el desarrollo. (Armstrong, 2005,
p.147)

¿Puede el personal albergar nuevos pensamientos, abandonando


las formulaciones de lealtad a un ritual protector (Sapochnik, 2015)
en lugar de al aprendizaje? Si la práctica de las relaciones de grupo
ha de ser subversiva en lugar de un mero ejercicio colectivo de
relajación emocional, exige que el personal se esfuerce por
reconocer sus propias ansiedades, ya sean contratransferenciales o
no, para llegar a conocer los pensamientos que aún no tienen
GRUPO, RELACIONES, NO 205
pensador (Bion, 1967, p. 166)
REPRESENTADOS en forma de estados mentales no
representados, al darse cuenta de "cualquier intento irritable de
perseguir los hechos y la razón" (Bion, 1970, p. 125, cursiva mía) en una
asociación colaborativa con los miembros. Esto puede ocurrir o no en
el transcurso de la OE/IE, pero el personal ha
206 CARLOS SAPOCHNIK

luchar contra su propia idealización (aumentada por la de los


miembros) y participar con los miembros durante la revisión del
evento y las sesiones plenarias finales, cuando se anuncia que el
personal hablará desde su propia experiencia. Las relaciones de grupo,
aunque se basan en la atención que prestan al pensamiento
inconsciente, se alejan de la práctica del psicoanálisis clínico, ya que
-durante los eventos de no-aquí-y-ahora- el personal puede
(juiciosamente) explorar la posibilidad de poner (algunas de) sus
cartas sobre la mesa. No se trata de una invitación a una revelación
superficial de los relatos personales, sino de modelar la búsqueda de
la verdad como una empresa de colaboración intersubjetiva. Ya sea
como personal o como miembros, la tarea consiste en recuperar la
creatividad del estado maníaco de la representación para atender a la
ausencia de representación como un vacío significativo y no sólo
como una transgresión patológica y una destrucción del significado.
Las relaciones de grupo ofrecen una visión más allá de la expresión
colectiva del deseo (fantasía) de dar sentido, llegar a O, alcanzar el
núcleo mientras se está en la mirada del (m)otro. Sin embargo, para
ello es necesario reconocer el ingenio que ponen en juego tanto los
miembros como el personal, que ejercen un estado mental desde el
que apreciar -maravillarse ante- "la pura incon-
sciousness of the unconscious" (Coltart, 1986, p. 187).
Por tanto, el objetivo al que debe aspirar el personal de relaciones
con los grupos podría ser trabajar con grupos,
en una doble operación: dar un contenedor a [su] contenido y un contenido
a [su] contenedor, teniendo siempre presente, no obstante, la flexibilidad
de los límites y la multivalencia de los significados. (Green, 1975, pp. 8-9)

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