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TEORICO
MARKETING OPERATIVO I
• Concepto de costo
No son muchos los autores que se aventuran a presentar definiciones de costo.
Bastante se ha dicho al respecto, inclusive con muy disímiles enfoques. Resulta curioso notar
que, sobre todo los autores de economía, dan por sobreentendido que el lector tiene el
concepto, aunque sea intuitivo de costo y, por lo tanto, generalmente presentan explicaciones
de costos, pero adjetivados. Así se habla de costo marginal, costo fijo, costo variable, costo
medio, costo de oportunidad, costo de adquisición, etc. pero no únicamente de costo, así,
simplemente, sin aditamentos.
En cuanto a los autores de contabilidad, las definiciones que presentan parecen tener
un elemento común que consiste, por lo general, en pretender establecer una diferencia entre
lo que llaman costo y lo que llaman gasto, lo que, de acuerdo con nuestro criterio, y tal como
explicaremos más adelante, se trata de una cuestión terminológica no adecuada a los
conceptos básicos, dado que tanto costo como gasto son, en realidad, costo. En el primer caso
se trata de un costo no expirado o vivo y en el segundo de un costo expirado, extinguido o
muerto.
Llama la atención también encontrar definiciones de costos que vinculan los conceptos
a la relación entre insumos y moneda, o a la medición mediante la moneda como patrón de
medida o, de alguna manera^ estableciendo alguna relación, casi siempre estrecha con el
concepto y la existencia de la moneda. Oportunamente hemos criticado tal enfoque y, desde
ya lo consideramos inválido por cuanto, de ser así, parecería que si desapareciera la moneda
no existiría el concepto de costo, o sea, se daría la utopía de que todo resultaría gratuito y,
obviamente ello nunca sería así. Aun en las economías más primitivas, sin existencia de
moneda ni de dinero, y con el intercambio basado únicamente en el trueque, ef concepto de
costo existe; nada resulta gratuito, ni siquiera en tal contexto.
El Diccionario de la Real Academia Española tampoco definió durante mucho tiempo
costo ni coste (como habitualmente lo designan los españoles) hasta tal punto que sólo en
recientes ediciones aparece definido coste de una manera indirecta, a través de la expresión a
coste y costas queriendo significar “por el precio y gastos que tiene una cosa; sin ganancia
ninguna”, y costear lo define, en su primera acepción como “ir navegando sin perder de vista
la costa”; en su segunda como “ir por el costado o lado de una cosa, bordearla”, en su tercera
por “rematar el costado o lado de una cosa”, en la cuarta como “esquivar o soslayar una
dificultad o peligro”, en la quinta como “echarse a un lado” y en la sexta como “trasladarse
con esfuerzo a un lugar distante o trabajoso de alcanzar”. Todas las definiciones que el mismo
diccionario presenta respecto de costo tienen que ver, o bien con conceptos muy específicos
referidos a raciones o comidas en ciertas circunstancias o a un concepto puramente botánico.
Sólo se logra alguna aproximación en la vigésima edición de 1984 cuando define costoso
como “1. Que cuesta mucho o es de gran precio. 2. Que acarrea daño o sentimiento” y
costosamente como “muy caro, a mucho precio y costa”. En estos últimos dos casos recién
aparece un elemento propio de sacrificio o esfuerzo que, de alguna manera está implícito en la
idea, aún intuitiva de costos, que todos podemos tener.
Es en la última edición (vigésima primera, de 1992) cuando recién define coste como
“gasto realizado para la obtención o adquisición de una cosa o servicio”. Luego, de
producción como “conjunto de gastos realizados en el proceso productivo de una cosa o
servicio” y marginal como “aumento de los costes de producción al incrementar en una
unidad la cantidad producida”. También en la edición última se incorpora como acepción
primera de costo “cantidad que se da o se paga por una cosa”, siendo las demás acepciones
similares a las de ediciones anteriores que nada tienen que ver con lo que nos ocupa. También
se incorpora costear como l-“ser comprada o adquirida una cosa por determinado precio. 2-
Estar en venta una cosa a determinado precio. 3- Causar en ocasiones una cosa cuidado,
desvelo, perjuicio, dificultad, etc.”.
Dos definiciones deseamos repetir aquí, por cuanto nos han resultado interesantes por
el valor de su contenido, sumado ello a su brevedad:
a) Costo: “es la serie de esfuerzos y recursos para producir algo”, aun cuando la
consideraríamos más adecuada si con el verbo “producir” quisiera significar una
serie muy amplia de conceptos, y no referirse solamente a un bien físico o aun
servicio.
b) Costo: “sacrificio de valores o contraprestación económica-que se realiza para
adquirir bienes, derechos o servicios con el objeto de utilizarlos en la generación
de ingresos de explotación”, aun cuando entendemos que parece querer limitarse a
lo que ocurre únicamente en los entes con fines de lucro, a menos que le concepto
“ingresos de explotación” resulte tan amplio que involucre también el logro de
objetivos en el caso de entes no lucrativos.
De todas maneras, en ambas definiciones presentadas aparecen elementos
fundamentales del concepto de costo.
En un nuevo intento por definir costo, así simplemente, sin ningún adjetivo, y con
carácter genérico, tratando de hacerlo sin tomar partido por ninguna de las corrientes teóricas
acerca de la manera de medirlo, de registrarlo ni de considerarlo en su esencia, debemos
admitir que:
a) comprende el concepto de esfuerzo o sacrifico económico, lo que se manifiesta en
la disposición o alguna forma de desprendimiento de o renuncia a recursos
escasos;
b) siempre se trata de recursos escasos, propios del fundamento de la ciencia
económica; esos recursos escasos los llamaremos, en adelante, riqueza;
c) dicho esfuerzo o sacrificio tiene una medida que está relacionada con el tipo de
necesidad a satisfacer y con el objeto (en sentido amplio) a obtener para
satisfacerla, por lo cual existe siempre un concepto de valor inseparable de una
acción de tal tipo en un mercado, sin entrar a adoptar en especial ninguno de los
conceptos de valor propios de las distintas corrientes teóricas de la economía;
d) el esfuerzo o sacrifico puede manifestarse mediante la disposición de riqueza cierta
y poseída (entrega, transformación o consumo), concepto propio de lo que luego
llamaremos costos incurridos, o mediante la renuncia a riqueza hipotética que se
resigna a cambio de otra alternativa, concepto propio de lo que luego llamaremos
costo de oportunidad;
e) el objeto (en sentido amplísimo) a obtener para satisfacer una necesidad puede ser
de cualquier tipo, con variantes notables de uno a otro, tales como:
1) la producción de un bien físico;
2) la prestación de un servicio;
3) el desarrollo de cualquier función en una unidad productiva, exceptuando la
función industrial ya considerada en 1);
4) el desarrollo de cualquier actividad, más allá de lo que pueda hacerse en un
ente lucrativo, y que pueda desarrollarse a nivel individual o en cualquier otro
tipo de ente;
5) la obtención de un privilegio como puede ser el de abstenerse de realizar
alguna tarea, actividad o acción penosa, a cambio de que la realice un tercero, o
de su simple abstención de ser ello posible;
6) la obtención de un goce físico, intelectual o espiritual, tal como practicar un
deporte, leer un libro o contar con los elementos mínimos para cumplir con los
ritos de alguna actividad religiosa; y
7) cualquier otra finalidad u objetivos a los que no se pueda acceder sino a
cambio del esfuerzo económico propio del concepto de costo.
De acuerdo con todo lo puntualizado, ocurre que el mundo de los recursos escasos que
nos rodea parece para todas las facetas de nuestra vida o, por lo menos, la mayor parte de
ellas. Y eso es cierto. Salvo el desarrollo de sólo algunas funciones propias de la vida
fisiológica y de la vida afectiva, todas las demás necesidades a satisfacer nos hacen incurrir en
alguna forma de costo, donde siempre está involucrada alguna cantidad de recursos escasos.
Nada de ello, en consecuencia, resulta gratuito. Las limitaciones físicas propias del mundo
que nos rodea así lo determinan. Y hasta tal punto lo determinan que, desde hace muchos
siglos ya se estudian los fenómenos propios de la administración de los recursos escasos,
siendo ello el fundamento y principal objetivo de la ciencia económica.
Quizá resulta un tanto difícil visualizar en el mundo moderno la relación entre
necesidades y recursos escasos del medio para poder satisfacerlas, por cuanto muchos
procesos intermedios existen partiendo de los productos primarios hasta que cada agente de la
economía obtiene los elementos necesarios para satisfacer sus necesidades. La relación
indirecta que generalmente existe, se acentúa aún con el uso del dinero, como elemento en la
intermediación entre necesidades y recursos para satisfacerlas.
Pero si, con un esfuerzo de imaginación pensamos en el hombre primitivo, el que sólo
tenía cuatro necesidades básicas que eran:
a) comida,
b) vestido, y no siempre, por cuanto lo fundamental en tal caso era la protección
frente al medio; y
c) vivienda, en una forma precaria para la época; y
d) defensa de todos los riesgos propios de su hábitat,
notaremos con mucha facilidad que todas esas necesidades las satisfacía tomando elementos
que le proporcionaba, generalmente en forma nqda generosa, el medio físico que lo rodeaba.
La noción de escasez aparece qsí no sólo en forma clara, sino hasta dramática. La relación
entre recursos y necesidades aparece también como directa, sin etapas intermedias ni
elementos injertados que puedan complicar su interpretación.
Sobre la base de todo lo expuesto y teniendo en cuenta los conceptos básicos que han
sido manejados más arriba, proponemos como definición de costo o coste la siguiente: “es el
valor de la riqueza entregada y/o transformada y/o consumida y/o resignada a cambio de la
producción de un bien físico, de la prestación de un servicio, del desarrollo de una actividad,
de la obtención de un goce físico, intelectual o espiritual, o de cualquier otro objetivo o
finalidad propios de la satisfacción de necesidades humanas, que, en virtud de la escasez de
recursos propios del medio físico, no puedan alcanzarse sin que sea a cambio de tales recursos
escasos”.
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De tal manera que siempre son presentados como ejemplos de costos erogables, ia
gran mayoría de los insumos, tales como la matpria prima, la mano de obra, y la mayoría de
los conceptos incluidos en la carga fabril, mientras que se muestran como ejemplos de costos
no erogables, las amortizaciones y las contrapartidas de las previsiones en ciertos casos. Pero
no es cierto que no existan desembolsos vinculables a las amortizaciones o a las
contrapartidas de las previsiones, pn el caso de las amortizaciones los desembolsos existen, o
existieron, en un momento generalmente distante de aquél en que se hace el cargo al costo.
Pero el bien que se amortiza no resultó gratuito, ni resultará gratuito su reemplazo, cuando
llegue el momento, ni resultarán gratuitas las contrapartidas de las previsiones si se verifica el
riesgo que se está previendo, a menos, en este último caso, que desaparezcan los motivos de
riesgo, en cuyo caso, tampoco habrá un insumo gratuito, sino un insumo que se estimó tal sin
serlo y que ahora es recuperado.
Por lo tanto, se insiste, en que esta clasificación es válida solamente para el costo
plazo, por cuanto, precisamente en esta disciplina, costos, uno de los conceptos fundamentales
a tener en consideración es que ningún insumo resulta gratuito, sólo que a veces, para
determinado tipo de análisis, resulta útil separar conceptos considerados erogables de otros
considerados no erogables, pero que son tales, sólo en el corto plazo.
Tal como se dijo más arriba, reiteramos que algunos autores utilizan la denominación
de costos vivos como sinónimos de costos erogables y costos extinguidos como sinónimo de
costos no erogables. Atento a la metodología correcta, los costos vivos son sinónimo de
costos no expirados y los costos extinguidos son sinónimo de costos expirados.
r? Costo diferencial
Es el incremento de costo en que se incurre por aumentar la actividad aprovechando
un tramo de capacidad disponible. Se diferencia del costo marginal en que este último está
referido a una unidad, mientras que el diferencial está referido a un tramo mayor a una
unidad. Sólo en el límite inferior del costo diferencial, ambos conceptos coincidirían. En
realidad, el costo diferencial es la diferencia entre el costo en (Qn+x) y el costo en (Qn)
siendo “x” el tramo de capacidad disponible que ahora se utiliza.
Nos inclinamos a opinar que los costos diferenciales también pueden ser negativos,
cuando se trata del proceso inverso, o sea cuapdo se decide dejar de utilizar un tramo de
capacidad.
Costo de reposición
Nivel de costo en que se incurriría para obtener unidades de productos o servicios
pertenecientes al próximo lote de producción o de compra.
• Concepto de ABC
Es un método de costeo que asigna los costos primero a las actividades y luego a los
productos a través del consumo que de las actividades hace cada product(x__—
Podemos decir que el objetivo del costo del producto jjegúirerpunto de vista del /ABC
es asignar razonablemente (de la forma más jxtfrecta^posible) el costo de los recursos
económicos consumidos en la realij^cióríTle las actividades al costo final del objeto del
costeo (un producto o un.serviclo) producido por el consumo de esas actividades.
Una^ actividadserá cualquier tarea que una organización realice para producir,
disírihtíiffcomercializar, cobrar el precio pactado, etc., de un producto o servicio.