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La utilidad:

es la medida de satisfacción por la cual los individuos valoran la elección de


determinados bienes o servicios.

En su concepto más amplio, nos referimos a la utilidad como el interés o provecho que es
obtenido del disfrute o uso de un bien o servicio en particular.

Como resultado, cuanto mayor es la utilidad del producto, el deseo de consumirlo será mayor.
Por ello, se tratará de obtener mayores cantidades de ese bien a medida que se estime una
utilidad mayor. Esto, hasta llegar a un punto de saciedad.

De este modo, se configuran a nivel individual y colectivo una serie de conductas de


consumo y preferencias atendiendo a la utilidad y que, finalmente, da origen al importante
concepto económico de demanda.

Suele considerarse que la utilidad de un bien o servicio tiene un alto nivel de subjetividad,
debido a que diferentes personas considerarán de manera distinta un mismo objeto y la
satisfacción que le da su uso, atendiendo a sus gustos, sus recursos, e incluso modas y
tendencias. Por este motivo, la medición exacta de utilidades es altamente complicada en
términos económicos.

En el amplio ámbito de la economía, esta especie de satisfacción suele identificarse


como beneficio o ganancia. Esto suele aplicarse en ejemplos sencillos de inversiones o
compra y venta de bienes.

En ese sentido, las personas moldean y adaptan sus elecciones en el mercado, dirigiéndose
hacia aquellos productos que les repercute en mayores utilidades, teniendo siempre en cuenta
los recursos de los que dispone (tiempo o dinero, por ejemplo).

Representación gráfica de la utilidad

En microeconomía se representa este concepto por medio de la función de utilidad, que


muestra de manera ascendente como la utilidad va decreciendo a medida que un individuo
aumenta la cantidad del bien o servicio que consume.

Se alcanza, por lo tanto, un punto de utilidad máximo en el cual ya no se consume más. Como
ejemplo podemos tomar el caso de un apetitoso solomillo de ternera. Si comemos uno esta
carne nos daría una gran satisfacción, pero si seguimos consumiendo habrá un momento en
el que nos cansemos, estemos llenos o incluso no nos apetezca consumirlo más en un
tiempo. En otras palabras, esa necesidad estaría ya cubierta.
El valor económico:

es un concepto que, dependiendo la teoría del valor a la que nos refiramos, hace
referencia a la medición del valor de los distintos bienes y servicios, con base en una
utilidad esperada de los mismos.

El valor económico resalta muy bien la diferencia entre valor y precio. En este sentido,
hablamos de un concepto muy distinto, dependiendo de a qué teoría del valor asignemos
dicho concepto.

En economía, el valor es un concepto que ha sido muy estudiado por los economistas, pues
trata de medir el valor que presentan dichos bienes económicos en la economía. Este valor
está calculado en función de una utilidad esperada de los mismos. Dependiendo de su
utilidad, se asignará un valor u otro.

Así, como decíamos, el valor económico y el valor de cambio son cosas muy distintas. Es
decir, el valor de un bien puede ser superior o inferior a su valor en el mercado.

Karl Marx y la escuela marxista, por ejemplo, definían el valor económico mediante la teoría
del valor-trabajo. Mientras que, otros autores de la escuela austriaca, defendían la teoría
del valor subjetivo.

Diferencia entre valor y precio

El valor económico es un concepto muy ambiguo. Un bien económico, a la misma vez que
puede presentar un valor de uso muy elevado, también podría presentar un bajo valor de
mercado. Esta es la dicotomía que presentan los conceptos de valor y precio. Puesto que,
aunque algunos consideraban que dichos conceptos son lo mismo, la ciencia económica
muestra que esto no es así.

En la práctica, se tiende a definir el precio como la cuantía económica que un comerciante


espera recibir por su producto, una vez se encuentra en el mercado. Mientras que, por otro
lado, el valor es la cuantía que un cliente está dispuesto a pagar por un determinado bien o
servicio.

Todo ello, como decíamos, con base en una utilidad esperada. No obstante, la complejidad de
dichos conceptos es la medición que tratan de realizar los economistas. Una medición que
varía, dependiendo siempre de la teoría que utilicemos. Así, como muestra la historia
económica, dependiendo de cada teoría, mediremos el valor de una forma u otra.

Tipos de medición del valor

Mientras que la escuela marxista definía un sistema que trataba de aproximar el valor de un
bien o servicio, la escuela austriaca proponía otros métodos que, bajo su percepción, se
consideraban válidos.

En este sentido, existen numerosas teorías sobre el valor que hacen de la medición de esta
magnitud un asunto complejo.

Así, a continuación, definimos las principales teorías del valor, así como lo que estas
promueven:

• Teoría del valor-trabajo: Es la teoría que propone el marxismo, impulsada por Karl
Marx. Dicha teoría defiende la medición de valor de los bienes en función del número
de horas trabajadas. Considerando que toda la riqueza proviene del trabajo, dicha
teoría busca medir el valor con base en la cantidad de trabajo aplicada a dicho bien.
• Teoría del valor subjetivo: Es la teoría que defiende la escuela austriaca. Esta teoría
trata de medir dicho valor, en función de una utilidad marginal de los factores de
producción. En otras palabras, el cliente es el que estima cuánto quiere y puede pagar
por dicho bien o servicio.
• Teoría del valor de los costos de producción: Esta teoría defiende que el valor de un
producto es el valor que representa su producción. En otras palabras, el valor que ha
costado producirlo.

Aunque las citadas teorías son las más conocidas, existen otras teorías que se centran en
este mismo campo de estudio.

¿Cómo se crea valor?


La creación de valor es otra de esas incógnitas en la que muchos economistas difieren en su
definición. Dependiendo de la filosofía económica predominante en dicha economía, la
creación de valor puede ser estimada en mayor o menor medida.

En este sentido, lo que se ha considerado como lo generalmente aceptado, es la creación de


valor con base en el cumplimiento de las expectativas. Esto es, la creación de valor mediante
la superación de la rentabilidad exigida y recogida en las expectativas.

Si una compañía supera dicha rentabilidad esperada, podríamos decir que esta está
generando, está creando valor. Dado que, el hecho de que una empresa genere utilidades no
está considerado como un valor. No obstante, otros economistas definen el cumplimiento de
las necesidades como un valor.

En este sentido, como vemos, una medición que presenta muchos matices.

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