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COMENTARIO DE TEXTO CORREGIDO

Maltrato digital

Luz Sánchez-Mellado
EL PAÍS- 30-ENERO-2020

Mi abuela Gabina gastaba firma digital antes de inventarse. Firmaba con el dedo,
vamos. Con el índice de la diestra, concretamente, porque, aunque era zocata perdida,
esa era la yema que, entintada y estampada donde fuera preciso, le servía para
demostrar que era ella y no otra. Analfabeta por razón de su sexo, su cuna y su tiempo,
mi yaya no pudo, o no supo, o no quiso alfabetizarse de adulta. Quizá porque siempre
tuvo quien le escribiera las cartas y le leyera los letreros, y se defendiera sola con los
números. Así que, cuando iba al banco a cobrar su pensión de viuda, firmaba el recibo
a dedo con esa mezcla de vergüenza y amor propio con la que anduvo por la vida. A tal
fin, guardaba cual alhaja en cofre una almohadilla de caucho, un pote de tinta y un
tampón secante en una funda de ganchillo que había tejido adrede y que llevaba
CUERPO
consigo al fin del mundo. Ay, Gabina: te estoy viendo. Cómo te gustaba visar un ARGUM.
papelote, aunque no entendieras una sílaba, o igual por eso. Hasta aquí la nostalgia.
Salvo a ella, no añoro nada de aquello: describo.

Pienso en Gabina cuando veo a tantos ancianos obligados a entender y pagar Internet
y un móvil inteligente para manejar su propio dinero o quedar con su médico. Ciertos
bancos lisonjean en sus anuncios a esos mayores digitales sin enfermedades ni
limitaciones ni, casi, arrugas en el cutis. Haberlos, haylos. El otro día iba un AVE a
Valencia llenito de ellos mirando en Google dónde bailar bachata. Pero los otros, los
que no pueden o no saben o no quieren aprender el nuevo alfabeto y no tienen ni
tienen por qué tener quien les enseñe, también existen. Mi yaya firmaba con el dedo
ante un cajero de carne y hueso. Los nuevos analfabetos, ni eso. Malviven en un TESIS
sistema que les ignora y les maltrata. Yo que los banqueros, pensaba en ellos. Llevan
décadas lucrándose con sus cuartos. Les deben servicio y respeto. No esperar a que se
CONCLUSIÓN
mueran.

1.- Señala la organización de las ideas y expón esquemáticamente su organización.

2.- a) Indica y explica la intención comunicativa de la autora, relacionándola con las


funciones del lenguaje.

b) Comenta 4 mecanismos de cohesión distintos que refuercen la coherencia textual.

3.- Elabora un discurso argumentativo entre 200 y 250 palabras sobre alguna de estas ideas:

a) Distintas formas de discriminación.

b) Desigualdad digital.
1.- ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS:

Estamos ante una columna de opinión de la periodista Luz Sánchez-Mellado, colaboradora


habitual del diario El País. Se trata, por tanto, de un texto periodístico que se encuadra en la
modalidad argumentativa, ya que pretende convencernos de una idea (tesis), a través de unos
argumentos, algunos de los cuales se sirven de la modalidad narrativa, como veremos.

Su estructura externa presenta la división en dos párrafos, siendo su estructura argumentativa


de tipo inductivo, puesto que la tesis se encuentra al final del cuerpo argumentativo,
concretamente en las líneas de la 21 a la 23:

“Los nuevos analfabetos, ni eso. Malviven en un sistema que los ignora y los maltrata.”

Con ella trata de visualizar la situación de indefensión que siempre han vivido las personas
analfabetas, poniendo de relieve la nueva modalidad de analfabetismo, el digital, y la falta de
respeto que muestran las entidades hacia los que más la padecen, los mayores, que los
manipulan sin ofrecerles una alternativa al acceso de sus servicios.

Podríamos organizar las ideas de este artículo de la siguiente forma:

- CUERPO ARGUMENTATIVO: 1º y 2º párrafo, hasta la línea 21 (“… describo”):

-Primer párrafo: Narración, a modo de introducción, de una experiencia personal de la autora,


cuya anécdota tiene como protagonista a su abuela y su situación de analfabetismo.

• Desde línea 1 a la 4 (“…y no otra”): descripción de la necesidad de su abuela de


tener que firmar con el dedo, por su condición de analfabeta.
• Desde la línea 4 (“Analfabeta…”) hasta la línea 7 (“… números”):
• Desde la línea 7 (“Así que…”) hasta la línea 11 (“… fin del mundo”): descripción de
las consecuencias de ese analfabetismo real y funcional en las situaciones
cotidianas de la sociedad.
• Desde la línea 11 (“Ay, Gabina…”) hasta final del 1º párrafo, línea 13: Reflexión
personal y sentimental de la autora sobre la situación expuesta.

-Segundo párrafo: desde la línea 11 (“Pienso…”) hasta la línea 21 (“…de carne y hueso”):

Extrapola la situación del analfabetismo lecto-escritor de su abuela a los condicionantes del


analfabetismo digital actual entre los mayores de hoy en día.

• Desde el principio del párrafo hasta la línea 17 (“…haylos”): ejemplos de manipulación


de los mayores condicionando su acceso a servicios esenciales al manejo digital
Publicidad engañosa. Falsa realidad.
• Desde la línea 17 (“El otro día…”) hasta la línea 18 (“…bachata”): narración de una
anécdota que ilustra el manejo tecnológico por una parte minoritaria de nuestros
mayores.
• Desde la línea 18 (“Pero…”) hasta la línea 21 (“…de carne y hueso”): contraposición de
la anterior escena con la realidad de la mayoría de la tercera edad de analfabetos
digitales y su derecho a serlo.

- TESIS: en las líneas de la 21 a la 23:


“Los nuevos analfabetos, ni eso. Malviven en un sistema que los ignora y los maltrata.”

- CONCLUSIÓN: de la línea 22 (“Yo, que los banqueros…”) hasta el final en la línea 24:

La autora concluye con la reflexión sobre lo indispensable de que el sistema y,


concretamente a entidades que se lucran con los ancianos, como los bancos, tengan en
cuenta una oferta de accesibilidad a sus servicios, con alternativas que no obvien y palíen
las dificultades que se les presentan fruto de la realidad y el derecho a su analfabetismo
digital.

2.- INTENCIÓN COMUNICATIVA:

A partir de la narración de un recuerdo personal (F. expresiva), la autora pretende dar


visibilidad (F. expresiva con intención apelativa) a los condicionantes que supone
desenvolverse en la sociedad desde una situación de analfabetismo. Para ello, contrapone
el analfabetismo lecto-escritor, menos común hoy en día, al analfabetismo digital que
sufren los mayores (F. referencial). Denuncia, por tanto, (F. apelativa) la situación de
indefensión de estos ante la actitud de manipulación entre los que gestionan servicios
esenciales, evidenciando la falta de respeto que supone obviar esta realidad, no facilitando
los medios que permitan una accesibilidad a unos servicios a los que tienen derecho. (F.
expresiva y apelativa). La anécdota personal, con su abuela como protagonista, hace que el
estilo de la argumentación adquiera una subjetividad desde el principio (F. expresiva),
empañando de un tono entrañable y cercano todo el artículo, lo cual se manifiesta
también en el uso de expresiones coloquiales (“papelote”, “zocata perdida,“cuartos”) y
frases hechas (“llevaba consigo al fin del mundo”,“Haberlos, haylos”, “cajero de carne y
hueso”), siendo una muestra todo ello del protagonismo de la Función poética en el estilo
de la autora.

- Mecanismos de cohesión que refuerzan la coherencia textual:


• Léxico-semánticos:
Recurrencia o cohesión léxica:

a) Redes léxicas: dado que el artículo se vertebra en torno a ejes como el analfabetismo
(lecto-escritor y digital), y las consecuencias de este para el acceso a servicios como los
bancarios, podemos encontrar tres redes léxicas que lo cohesionan, y cuyos elementos
se llegan a entrecruzar en ocasiones:

-Analfabetismo lecto-escritor: firmaba, firma, tinta, alfabetizarse, escribiera, leyera, tinta,


letrero, papelote, sílaba, aprender, números, alfabeto, analfabetos.

Dentro de este campo, se pueden apreciar términos relacionados concretamente con el


mundo de la firma -y firma con el dedo- de las personas analfabetas: firma, firmaba
(derivación, políptoton), yema, índice, tinta, entintada, estampada, visar, almohadilla de
caucho, tampón secante, recibo.

-Mundo digital: móvil, internet, digital, Google, firma digital.

- Banca: recibos, pensión, dinero, lucrándose, pagar, cajero, cuartos.


b) Sinonimia: la autora centra su denuncia en la indefensión digital de los mayores y, para
ello, parte, a modo argumentativo, de un argumento basado en a experiencia
personal, concretamente, con su abuela como protagonista. Así se justifican el uso de
los sinónimos : mayores/ancianos, yaya/abuela o nostalgia/añoranza.

Del mismo modo, la intención de ilustrar el punto de partida sentimental, hace que utilice
términos coloquiales como cuartos y su sinónimo dinero. En este sentido, podrían
considerarse sinonímicos así mismo el uso del término coloquial papelote, y recibo.

c) Antonimia: relacionada con la red del mundo del analfabetismo, podríamos señalarlos
antónimos: aprender/enseñar, zocata/diestra o, analfabetización/alfabetización.
d) Dilogía: especialmente interesante es la dilogía que hace la autora con el término
digital (firma digital), como fórmula para comparar los dos tipos de analfabetismo:
digital, en el sentido de firmar con el dedo (Derivación, políptoton) y digital en el
sentido tecnológico actual, opuesto a lo analógico.

• Sintáctico-textuales:

Sustitución

a) Anáfora: “no entenderías una sílaba, o igual, por eso” (Línea 17). Con este pronombre
demostrativo usado como deíctico, la autora refuerza la visibilización del problema
planteado a través del ejemplo concreto expuesto.
b) Catáfora: “pero los otros, los que no pueden…” (Líneas 18-19): la autora sigue
poniendo sobre la palestra la realidad de que es la mayoría de la tercera edad las
personas que son analfabetas digitales.

Conectores discursivos:

Argumentativos:

a) “Así que” (Línea 7): conector consecutivo que expone esas consecuencias funcionales
del analfabetismo, en este caso, de su abuela.
b) “Pero” (Línea 18): conector adversativo que le sirve a la periodista para oponer la
minoría de mayores con manejo tecnológico frente a la mayoría de analfabetos
digitales del mismo grupo de edad.

Estructuradores:

c) “Hasta aquí” (Línea 12): conector de ordenación que le sirve para cerrar el argumento
inicial con la narración de una vivencia a modo de introducción.

María Jesús Ortega

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