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Dr.

Carlos Rodriguez

POST OPERATORIO
Es el periodo que abarca desde el fin del acto quirúrgico y la recuperación total de la
salud; en el mismo se desarrollan múltiples acciones para controlar y evitar en lo posible
complicaciones que alteren el ritmo normal de un post operatorio. Fisiopatologicamente
se reconocen cuatro fases, en las cuáles existen mecanismos neuro-hormonales que se
presentan y desarrollan como respuesta del organismo a la agresión producida por una
cirugía.

Primera fase o Adrenergica corticoidea: del primer al tercer día post operatorio, hay
liberación de catecolaminas por las suprarrenales las que actúan sobre la hipófisis
liberando ACTH y ADH, encontramos en esta fase taquicardia, oliguria, hipertermia leve,
balance negativo de nitrógeno y potasio, retención de sodio.

Segunda fase o de retiro corticoideo: de estabilización o punto critico, es el periodo en


que el enfermo se normaliza ocurre entre el tercer y séptimo día y dura entre uno y dos
días, el enfermo se siente mejor, se regulariza el pulso y la temperatura, desaparecen
los efectos adrenales como: palidez, sudoración, aumenta la diuresis y la eliminación de
sodio y disminuye la eliminación urinaria de nitrógeno y de los 17 hidroxicorticosteroides
en orina, por último también aumentan en el recuento celular los eosinofilos.

Tercera fase o anabólica: el paciente sale del punto crítico y entra en un periodo de plena
recuperación, esto se debe a la acción mineralocorticoidea y anabólica, en esta etapa se
observa balance positivo para nitrógeno y se recupera el tono y fuerza muscular, esta
fase dura entre dos y tres semanas.

Cuarta fase o de recuperación de peso: el paciente aumenta de peso y recupera el


perdido, se acumula grasa, su duración varía dependiendo del tipo de agresión quirúrgica
y de la pérdida de nitrógeno y grasa que hubo, generalmente su duración varía entre
semanas o meses.
Todas estas etapas del post-operatorio se pueden modificar, dependiendo de la
magnitud de la agresión quirúrgica, ya sea mejorandolas o pasando inadvertidas, como
sucede en cirugías menores o de mediana envergadura o agravandolas o
profundizandolas en aquellas cirugías mayores en donde hubo una gran agresión en el
acto operatorio.

El organismo es capaz de conservar el equilibrio metabólico y fisiológico ante una


agresión, sea ésta enfermedad, cirugía, infección o trauma. La respuesta metabólica a
la lesión se desarrolla de manera similar, independientemente de la causa que la origine.
Es habitualmente proporcional al grado de agresión y se divide en Dos Fases: "Fase Ebb"
y "Fase Flow". La Fase Ebb corresponde a las primeras 24 horas posteriores a la lesión
y se caracteriza por hipovolemia, shock y su consecuente bajo flujo sanguíneo a los
tejidos. La respuesta fisiológica busca compensar el shock y ahorrar energía. En esta
etapa se genera una deuda de oxígeno a los tejidos.

Una vez restablecida la perfusión tisular comienza la Fase Flow, que se caracteriza por
ser hiperdinámica, hipercatabólica e hipermetabólica, con acentuada pérdida de
nitrógeno, y se acompaña de retención de líquidos y edema. Durante esta fase, el
organismo apela a los tejidos sanos para obtener la energía necesaria y así responder a
las exigencias de reparación y pagando esa deuda de oxígeno a los tejidos. Esta fase
dura días o semanas. Al final de la misma, cuando se han reparado las heridas y se ha
controlado la infección, comienza la etapa anabólica, caracterizada por normalización
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hemodinámica y metabólica, poliuria y reabsorción de edemas, acumulación de proteínas


y grasas con recuperación de los depósitos y normalización de todas las funciones del
organismo, que puede demorar semanas o meses.

Estas respuestas son habitualmente proporcionales a la lesión y necesarias para la


recuperación. Sin embargo, en algunas ocasiones , una respuesta puede adoptar
proporciones exageradas volviéndose inmanejable, produciendo una agresión y lesión
que contribuye a la aparición y desarrollo del síndrome de DISFUNCIÓN
MULTIORGANICA, que lleva al enfermo al óbito Si durante este periodo, el origen del
suministro de energía proviene solamente de fuentes endógenas, el fallo multiorgánico
será progresivo y la muerte es inevitable.

La herida o lesión, que pude ser quirúrgica o traumática, o cualquier sitio lesionado del
organismo en el que ocurra un proceso inflamatorio o infeccioso, no es solamente un
sitio de lesión tisular, sino que desencadena respuestas locales y sistémicas del
organismo ante la agresión, aumentando la producción de señales nerviosas que activan
los ejes Simpático-Suprarrenal e Hipotálamo-hipofisario y desencadena procesos locales
como inflamación, coagulación, inmunidad local y cambios microcirculatorios y
metabólicos.

La respuesta del organismo no sólo depende de la agresión inicial, sino que también
produce consecuencias inmediatas sobre el organismo como la hemorragia, el shock y
su consecuente isquemia, acidosis e hipotermia y de factores de estrés, como el miedo
o el dolor ocasionados por la lesión.

En consecuencia, el organismo pone en funcionamiento algunos mecanismos de


adaptación y otros compensadores que son locales y sistémicos útiles para restablecer
la homeostasis, los mismos abarcan respuestas simpáticas, neurohumorales,
microcirculatorias, inmunitarias, inflamatorias y de la coagulación.

El Miedo y el Dolor además de representar sensaciones desagradables para el paciente,


limitan su movilización espontánea y reducen su excursión respiratoria interfiriendo con
la recuperación. Por otra parte, a través de vías nerviosas aferentes, envían señales al
Hipotálamo provocando una respuesta Hipotálamo-Hipófiso-Suprarrenal que aumenta
los niveles de Cortisol, y otra respuesta Simpático Adrenal que aumenta el nivel de
Catecolaminas circulantes.

La Hemorragia y la Hipovolemia activan al SNC a través de receptores de Presión que


son los barorreceptores del cayado aórtico y del seno carotídeo y de Volumen ubicados
en el SNC y los grandes vasos. La Isquemia secundaria al shock provoca un aumento de
las respuestas locales y sistémicas desencadenadas por la lesión. Por otra parte, la
acidosis, la hipoxemia y la hipercapnia resultantes, estimulan quimiorreceptores
sensibles a pH, PO2 y PCO2, ubicados en la aorta y los cuerpos carotídeos aumentando
una vez más esta respuesta.

La Fiebre, desencadenada por la respuesta inflamatoria o también por desajustes del


centro termorregulador central, provoca malestar general, inquietud e induce
taquicardia. El aumento de la temperatura implica un aumento de la generación de calor
muscular a través del escalofrío y representa un consumo adicional de oxígeno que
puede ser deletéreo.

Este conjunto de respuestas se manifiestan a través de un síndrome conocido con el


nombre de Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SIRS). Sin importar la
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naturaleza del estímulo desencadenante, el "programa inalterable de la respuesta" será


igual y siempre guardará cierta proporción con la magnitud del insulto inicial.

El estrés metabólico es un proceso continuo de respuesta gradual y proporcional a la


agresión y lesión.
En el estadío inicial, por ejemplo en el ayuno simple la respuesta es puramente
adaptativa, logrando un estado hipometabólico cuando los recursos son limitados. El
organismo apela a la utilización de lípidos y cuerpos cetónicos y el aporte de pequeñas
cantidades de glucosa es suficiente para evitar el catabolismo protéico. En el estadío
siguiente el estrés metabólico es moderado, por ejemplo en cirugía electiva.

En cambio en estadíos mas avanzados (Sepsis) existe un deterioro metabólico marcado,


con hiperglucemia refractaria a insulina exógena, glucólisis anaeróbica y acidosis láctica,
y utilización de los depósitos proteicos y lipídicos para obtener energía y substrato. Si
en estas condiciones no se puede obtener un balance energético, se apelarán no sólo a
las proteínas musculares sino a las viscerales, sobrevienen entonces la disfunción
multiorgánica y la muerte por fracaso de la cadena oxidativa a nivel del ciclo de Krebs.
Esta última etapa es hipometabólica por imposibilidad en la oxidación de substratos y
provoca un aumento de los niveles de prolina, excelente marcador de este estado y
predictor válido de la muerte en pacientes sépticos.

Las respuestas metabólicas son habitualmente proporcionales al grado de agresión y


lesión y el Músculo Esquelético contribuye a proporcionar los requerimientos de energía
que se originan por la lesión y aporta el substrato necesario para la síntesis de proteínas
reactantes de fase aguda de la Inflamación.

Elmanejo de estos pacientes, es complejo y complicado por lo que es absolutamente


necesario un seguimiento exhaustivo y un control minucioso de Líquidos, Electrolitos y
un adecuado aporte Nutricional.

Control Post Operatorio


Finalizada la cirugía, el equipo quirúrgico debe realizar un control y seguimiento
minucioso del paciente para estar alertas y poder detectar tempranamente cualquier
desviación o complicación que altere el normal desarrollo del post operatorio. Las
medidas de control deben comenzar cuando el paciente deja el quirófano y pasa a sala
de recuperación o al internado ya sea en sala común o terapia intensiva, dependerá de
la magnitud de la cirugía, de la respuesta del paciente y de las patologías concomitantes
que presente el mismo.

Hay que tener en cuenta que en las primeras horas las complicaciones más frecuentes
que pueden ocurrir son hemodinámicas y respiratorias, por lo tanto desarrollaremos
todos los controles que debemos realizar en esta etapa comenzando por los controles
cardiovasculares y respiratorios.

CONTROL DEL APARATO CARDIOVASCULAR:

a) Pulso: en el período postoperatorio del paciente tendrá un pulso ligeramente por


arriba de lo normal o sea100 por minuto. La bradicardia con cifras menores a 60 por
minuto como único síntoma o signo, generalmente se debe a los fármacos anestésicos,
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y siempre que el paciente lo tolere bien no tiene consecuencias. La taquicardia por


encima de 110 es considerada anormal y se debe investigar la causa.
Se puede deber a una importante pérdida de sangre durante la intervención quirúrgica
o en el post operatorio, o por arritmias cardíacas, a fiebre elevada, a patología
respiratoria como atelectasia o neumotorax.
Ocasionalmente algún paciente que está en extremo estado de ansiedad presentará
taquicardia que no tiene importancia; sin embargo, cuando el pulso se eleva a 110 por
minuto y aún a cifras más altas exige una explicación satisfactoria.

b) Presión arterial: se realizará una primera toma de la presión arterial. El descenso de


la misma en el período postoperatorio inicial puede deberse a muchas causas. Es difícil
calcular qué es lo que constituye un descenso significativo e importante de la presión
arterial. Cuando es inferior a 100 mm Hg en una persona con cifras previas normales
debe exigir la atención del cirujano; por debajo de 80 señala el colapso vascular
característico del shock, que seguramente es de origen hipovolemico. Cuando la presión
ha sido seguida a intervalos regulares, el descenso progresivo en un período corto hace
sospechar la instalación de una falla hemodinámica grave. La caída de la presión arterial
revela una falla de adecuación de los mecanismos compensadores, ya sea por pérdida
excesiva o persistente de sangre o por falta de reposición adecuada de líquidos.

c) Presión venosa central: la medición de la P.V.C., cuyos valores normales oscilan entre
8 y 12 cm. de agua, cuándo esta por debajo de estas cifras significa que al paciente hay
que aportarle mayor cantidad de líquidos y dependerá de la edad del mismo, del tipo de
patología asociada que presente, de su función renal y de la integridad o no del aparato
cardiovascular, para elegir la calidad, cantidad y velocidad de reposición.
Cuándo la PVC se eleva por arriba de 12 cm. H20 puede ocurrir que el enfermo este en
fallo de bomba, por lo tanto rápidamente debemos corregir esta sobrecarga para evitar
la claudicación del ventrículo izquierdo y la aparición del edema agudo de pulmón.

CONTROL DEL APARATO RESPIRATORIO:

a) Retorno a la cama:

Habitualmente el enfermo es retirado de la sala de operaciones en cuanto la función


respiratoria se haya recuperado, es el momento de estar alertas para evitar accidentes
que puedan ocurrir como por ejemplo la curarizacion y/o obstrucción respiratoria que
hacen que la lengua del enfermo dificulte el pasaje de aire con la consiguiente hipoxia,
que debe ser corregida inmediatamente porque de lo contrario puede producirse un paro
cardiaco. En la cama, dependiendo del tipo de operación, es aconsejable tratar en lo
posible de mantener el decúbito lateral, posición que evita la posible obstrucción de la
vía aérea y disminuye el peligro de la broncoaspiración, si en algún momento aparece el
vomito.

b) Evaluación de la vía aérea:

La mayoría de los pacientes salen del quirófano extubados y con respiración espontánea.
Es necesario comprobar la permeabilidad de las vías aéreas. Se efectúa un control visual
de los movimientos respiratorios, debe tener un ritmo respiratorio regular sin trabajo
respiratorio por lo que se debe controlar frecuencia y profundidad de los movimientos
respiratorios, luego se auscultan ambos pulmones. Se verifica la coloración de la piel y
mucosas para advertir la falta de oxigenación periférica, que se apreciará por la
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presencia de cianosis y/o disnea La alteración de la ventilación complica el curso del


postoperatorio y es provocado frecuentemente por:

1) Secreciones que obstruyen los bronquios y suelen provocar atelectasias. Es necesario


realizar la aspiración traqueal de las secreciones y nebulizaciones para fluidificar y
favorecer su expulsión.

2) Depresiones medicamentosas que hacen superficiales los movimientos musculares de


la respiración, como los curares de uso anestesiologico para producir relajación muscular

3) Broncoaspiración del contenido gástrico regurgitado.

Muchas veces es conveniente el agregado de oxígeno en las primeras horas del


postoperatorio, ya sea por máscaras o bigotera, para mantener una presión de oxígeno
adecuada. La hipoxia puede provocar lesiones miocárdicas graves e incluso irreversibles.
La obstrucción respiratoria aguda y la atelectasia por secreciones bronquiales que
provocan un tapón obstructivo de moco a nivel bronquial son dos de las complicaciones
de mayor importancia que afecta el aparato respiratorio en las primeras horas luego de
intervenciones quirúgicas de envergadura.

CONTROL DE LA DIURESIS:

En las primeras 24 horas hay una tendencia a la oliguria, pero con una reposición
adecuada de los líquidos la diuresis horaria se debe mantener entre 50 y 60 cm. de
orina, si el paciente disminuye su diuresis puede ser por oliguria, falta de aporte,
aumento de las perdidas o por presentar un globo vesical por lo tanto se colocará sonda
vesical. Hay que recordar que la causa más frecuente de la aparición brusca de un tumor
en el hipogastrio en pacientes cursando un post operatorio es la retención aguda de
orina cuya consecuencia es el globo vesical.

En cirugías prolongadas o sea en cirugías mayores es conveniente colocar la sonda


vesical en el quirófano antes de comenzar el acto operatorio, de esta manera tenemos
un registro adecuado de la diuresis en el intraoperatorio y el anestesista podrá manejar
los líquidos y las drogas necesarias para mantener una buena diuresis.

REGISTRO TERMICO:

Inicialmente, el paciente llega a la sala de recuperación con la temperatura corporal que


va desde los 35.5º a los 36.6 ºC. Bajo anestesia, el adulto promedio pierde de 0.5 a
1.5ºC. La mayor pérdida se produce durante la primera hora por convección a la
exposición ambiental, por evaporación a través de la respiración, mediante conducción
por contacto con superficies frías y por radiación desde los tejidos.

La hipotermia intraoperatoria es una complicación habitual de los procedimientos


quirúrgicos con anestesia general, sobre todo en el paciente anciano y pediátrico.

La enfermera debe cubrirlo con frazadas o frazadas térmicas y permitir que su


temperatura corporal llegue a niveles normales.

Después de esto, hay elevación fisiológica de temperatura hasta cerca de 37.8 ºC. Esto
por sí mismo no debe ser motivo de preocupación en los primeros días del
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postoperatorio. Sin embargo, cualquier elevación subsecuente puede significar aparición


de problemas graves. La causa más frecuente de elevación de temperatura es la
atelectasia.

La temperatura debe tomarse cada una a cuatro horas durante las primeras 24 horas.
La temperatura rectal es la más precisa, y debe tomarse a menos que haya
contraindicaciones específicas.

CONTROL DEL SENSORIO:

La conciencia y las funciones sensoriales se recuperan en las primeras horas del post
operatorio a medida que el paciente se recupera de la anestesia.

En este periodo pueden ocurrir trastornos de confusión mental y a veces de importante


excitación por lo que se deberá extremar los controles y vigilancia, porque el enfermo
en estado confusional puede provocarse daños corporales como caerse de la cama o
arrancarse drenajes y/o sondas.

Es conveniente no usar en estos trastornos del sensorio, tranquilizantes o ansioliticos,


lo que si esta indicado es calmar el dolor que generalmente es la causa de dicha
excitación.

La alteración tardía de la conciencia (varios días después de la cirugía) revela la aparición


de una complicación de suma importancia que puede ser séptica, metabólica o neuro-
vascular que se tratará convenientemente en forma urgente.

CONTROL DEL DOLOR:

El paciente al despertar de la anestesia refiere dolor en la zona quirúrgica y a veces en


zonas alejadas por acción refleja que es necesario aliviar lo más rápido posible, por eso
el uso criterioso de los analgésicos debe ser utilizado para calmarle el dolor y
tranquilizarlo, de esta manera lograr un buen confort post operatorio.
En las primeras 24 o 48 hs. Se puede administrar por vía edovenosa por goteo continuo,
por ejemplo diclofenac, y si es necesario asociar una dosis de rescate cada 8 o 12 hs. de
nubaina.

En días posteriores la via oral o sublingual es comúnmente usada con fármacos como el
ketorolac o el dextropropoxifeno.

Generalmente no usamos opiáceos para calmar el dolor salvo que el paciente no


responda satisfactoriamente a los AINES, tener en cuenta que los primeros son
depresores centrales y pueden producir depresión respiratoria.

CONTROL DE DRENAJES:

Medir su debito y controlar la calidad del líquido que debita, si es sangre en forma
importante sospechar de una hemorragia intra-abdominal, que si no cede
espontáneamente necesitará de una reintervención para su tratamiento.

La salida de pus a través del mismo nos orientara a la presencia de infección o fístula.
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La presencia de líquido intestinal en el drenaje nos hará sospechar una fuga


anastomotica o dehiscencia de la sutura por lo que el paciente presentará una fístula
intestinal o una peritonitis dependiendo del cuadro clínico del enfermo.

CONTROL DE HERIDA QUIRÚRGICA:

Es de fundamental importancia y debe ser realizada por el cirujano o un integrante del


equipo quirúrgico, porque son los que saben como quedó la herida al término de la
cirugía.
Se aconseja curación diaria con antisépticos como la iodopovidona y la oclusión con gasa
las primeras 48 hs., luego de este término puede dejarse al aire una herida sin ningún
tipo de peligro de infección de la misma, siempre y cuándo las condiciones de higiene
sean las optimas.

El médico debe estar alerta ante cualquier cambio de la herida ya sea en su coloración
o en la salida de líquidos y secreciones por la misma de la misma.

La complicación más frecuente de encontrar en las primeras horas del post-operatorio,


es la hemorragia y/o el hematoma, que debe solucionarse con compresión inmediata de
la zona quirúrgica y si no es eficaz se llevará al paciente a la sala de operaciones para
investigar sangrado de la pared abdominal.

Las otras complicaciones pueden ser seroma, celulitis, infección y absceso de la herida;
que deberán ser tratadas con drenaje quirúrgico si es necesario y la administración
concomitante de antibióticos.

Si por la herida fluye un líquido sero-sanguinolento de carne lavada sospechar que


estamos en presencia de una evisceración cubierta, la cuál tendrá seguramente una
resolución quirúrgica definitiva

CONTROL DEL ÍLEO POST OPERATORIO:

Normal o fisiológico por disminución y enlentecimiento de la peristalsis gastrointestinal


dentro de las primeras 48 a 72 hs en cirugía digestiva, que generalmente cede
espontaneamente sin ningún tipo de medicación o tratamiento.

La colocación de sonda nasogástrica de entrada o sea en el quirófano, en cirugía


digestiva, solo esta indicada en resecciones gástricas y esófago-gástricas, y en algunas
pocas resecciones intestinales y colónicas.

Si el íleo post operatorio se prolonga y aparecen vómitos importantes y reiterados que


se asocian a distensión abdominal, ausencia de ruidos hidroaereos, estamos en
presencia de un íleo paralítico simple no peritonitico, que será necesario investigar su
causa y comenzar con el tratamiento adecuado, en este caso esta indicado colocar la
sonda nasogastrica en forma aspirativa y valorar la posibilidad de administrar por vía
endovenosa, metoclopramida o proquineticos.
Dr. Carlos Rodriguez

REPOSICION DE LIQUIDOS Y ELECTROLITOS

En el post operatorio siempre se debe aportar agua y electrolitos en forma adecuada y


suficiente para cubrir en primer lugar los requerimientos básicos, también se tiene en
cuenta las perdidas por sondas y drenajes y el déficit que pudiera traer el paciente, que
se encuentra en intima relación con la patología que motivó la intervención quirúrgica
o sea se debe realizar prolijamente el balance metabólico del paciente, tomando en
cuenta todos los ingresos y egresos en 24 hs. Para ello las guías clínicas mas
orientadoras son el estado circulatorio y la diuresis, hay que recordar que todos los
mecanismos de regulación convergen e un mismo fin con un objetivo común y primordial
cual es asegurar un normal funcionamiento del metabolismo celular es decir llevar a la
célula O2 y elementos nutritivos y retirar CO2 y catabolitos hacia los emuntorios, por lo
que es necesario un buen estado circulatorio por lo tanto el volumen circulatorio es lo
primero que se deberá restablecer.

Todo acto quirúrgico origina un stress de importancia variable. En el postoperatorio


mediato no complicado, se deben considerar:

Pérdidas basales:
- agua: hay que considerar siempre las pérdidas obligatorias sensibles e insensibles y la
diuresis.
- electrolitos: sodio, potasio, cloro, magnesio, calcio.

Gases en sangre arterial:


pH, PCO2, PO2, bicarbonato, sat. de O2, exceso de bases.

Pérdidas extrarrenales:
hay que tener en cuenta qué tipo de cirugía se ha realizado, si el paciente presenta la
colocación de sondas, drenajes, o si ha estado con restricción de líquidos por vía oral
durante varios días.

CONTROL DE AGUA Y ELECTROLITOS EN EL POSTOPERATORIO

El agua corporal total constituye el 50 al 70% del peso corporal en un adulto


Promedio, que se distribuye en dos importantes compartimientos, el espacio extracelular
formado por plasma y liquido intersticial, que corresponde al 20% del agua corporal
total, y el espacio intracelular cuyo volumen alcanza al 40% del agua corporal total.
Los ingresos y egresos en 24 hs. de un adulto normal, a temperatura ambiente estable
son: el ingreso como liquidos, liquidos de alimentos y de agua de oxidación sumando un
total de aprox. 2600 ml. Los egresos se consideran perdidas sensibles como orina (1400
ml.), Materia fecal (250 ml.) y sudoración (250 ml.) y perdidas insensibles por la piel
(350ml.) y la respiración (350 ml.) que también suman 2600 ml.

Para un paciente adulto operado es necesario aportar en 24 hs. aproximadamente entre


2000 y 2500 cm. de agua, para cubrir los requerimientos básicos.

El aporte se realiza de la siguiente manera: aprox. 1.500 cm como solución de dextrosa


al 5% y el resto o sea 500 a 1000 cm. como solución isotónica de cloruro de sodio.

Es muy importante el aporte de potasio, que no debe ser menor a 60 mEq. en forma
diaria o sea cada 24 hs, normalmente el potasio ingresa al organismo con los alimentos,
Dr. Carlos Rodriguez

es por eso que mientras no se pueda usar la vía oral, se administra cloruro de potasio
diluido en las soluciones salinas isotónicas de cloruro de sodio por venoclisis, siempre y
cuándo la función renal sea normal y e paciente presente una diuresis conservada.

Se considera hipopotasemia o hipokalemia, cuando se comprueba que el dosaje de


laboratorio, de una muestra en sangre es inferior a 3,5mEq/l.

Produce fundamentalmente síntomas neuromusculares y cardiacos, lo más común es la


astenia y flacidez muscular, parestesias y reflejos disminuidos.

A nivel del músculo liso se manifiesta por íleo paralítico, distensión gástrica y atonía
vesical.

Sobre el aparato circulatorio puede producir arritmias tendencia a la hipotensión y shock,


hasta llegar al paro cardiaco, es importante hacer notar que los cambios
electrocardiográficos que se producen, como menor voltaje de la onda T, Qt alargado
etc. aparecen antes de los síntomas descriptos.

Post Operatorio inmediato


 CSV
 Diuresis
 Estado general
 Control de sensorio
 Control de drenajes
 Control de herida
 Control de laboratorio

Post Operatorio mediato


 Vigilar tolerancia oral
 Sacar vía parenteral

Alta hospitalaria
 Curación de la herida
 Indicaciones: dieta, antibióticos, analgésicos- consejos generales y particulares
 Citar a control.

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