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Facultad DE Humanidades Carrera Psicología: Tema Problema Consumo de Drogas
Facultad DE Humanidades Carrera Psicología: Tema Problema Consumo de Drogas
HUMANIDADES
CARRERA PSICOLOGÍA
TEMA
PROBLEMA CONSUMO DE DROGAS
DOCENTE RESPONSABLE:
La droga en la Antigüedad:
Hasta el final del siglo XIX el uso de la droga estaba poco difundido. La toxicomanía era un
problema de dimensión personal y generalmente mostraba una patología individual. Algunas
grandes celebridades del mundo literario, especialmente, se hicieron verdaderos mensajeros de la
toxicomanía. Veían en el opio, consumido especialmente bajo la forma de hachís, una fuente de
inspiración, un medio para alimentar su sensibilidad.
La droga era condenada moralmente en el caso de los artistas, y contaba con la censura social en el
caso de los enfermos, siempre teniendo la sociedad la tendencia a despreciar a los que reconocía
como desequilibrados. El mundo de los tóxicos era el mundo de los perdidos, ya sea por propia
voluntad, o por esa fatalidad que marca el destino de los desequilibrados que no tenían otro recurso
para escapar de sus males. La relación entre la patógena y la toxicomanía era muy estrecha. La
toxicomanía estaba unida a las condiciones individuales de vida. No tenía nada que ver con el
flagelo social que posteriormente llegó a ser.
La droga en la Actualidad
A partir del siglo XX, y especialmente en el último cuarto de siglo, el problema de la droga adquirió
otras proporciones. Ya no está relacionado solamente al individuo, prisionero de la toxicomanía
como conclusión de una aventura personal, sino que asumió una dimensión social y, además la
patología es toda la sociedad.
En una sociedad que ha perdido valores que podrían orientar un proyecto de vida. La realidad es
demasiado dura para soportarla, hay que huir de ella, encerrándose en sueños de paraísos artificiales
y que permitirán seguir viviendo en otro mundo. En esta sociedad, el viaje fuera de un mundo
severo y cruel se convirtió en un recurso usual. Se va al mundo irreal porque no se puede soportar el
mundo real. Si la patología es social, el sumergirse en las drogas, también es social. Ya no son
privilegio de solo grupos de élite, sino que ataca a la sociedad entera y penetran en todos los
niveles, sin tener en cuenta la situación económica y social, sexo, y edad. En estas condiciones los
jóvenes son los primeros en ser alcanzados, cuya inseguridad es directamente proporcional a su
sensibilidad. Ven el mundo que se cierra ante ellos y entonces ellos se cierran ante el mundo,
respondiendo con rechazo al rechazo. Se sienten asfixiados por un mundo que ignora los valores de
la persona como ser humano, que es el reino de la mentira, de los intereses ocultos, de la
indiferencia respecto a los demás. En esta sociedad ellos constituyen la clientela fácil e ideal para el
comercio de drogas que vende al mismo tiempo veneno y utopía. En la actualidad no se trata el
problema de la droga como una patología individual, sino como un síntoma de una sociedad entera.
Sustancias Psicoactivas
El consumo de psicoactivas puede verse desde muchas ópticas, algunas contradictorias, otras
complementarias. Una de las tantas posibilidades en el discurso se orienta hacia la idea de que basta
la presencia de una droga y de un sujeto para que se desencadene la adicción; por lo tanto, la
sustancia y el consumidor representan un peligro para el orden social. La sustancia por ser el
veneno; el individuo porque después de ser prevenido por todos los medios, de víctima potencial se
transforma en sospechoso portador del mal.
Afortunadamente, hoy se sabe que para explicar el fenómeno de la adicción es necesario poner en
escena la sustancia, el individuo y un contexto. No obstante, libres del prejuicio ingenuo contra la
sustancia, no es posible desconocer que el encuentro entre ésta y los hombres del mundo moderno
frecuentemente conduce al desastre. El daño a la salud y el fracaso social relacionado con el
consumo no pueden ignorarse argumentando desde una posición pseudocrítica. Aunque la droga ha
sido parte de la cultura de grupos de protesta o bandera de autodenominados nacionalistas, ninguna
de estas opciones ideológicas puede negar que el consumo de drogas en el mundo contemporáneo,
sujeta a maquinarias comerciales internacionales, constituye un problema social muy grave dentro
de nuestro contexto cultural, desprovisto de marcos que le den al consumo un lugar dentro de
tradiciones y significantes míticos. No se puede pretender igualar el consumo del indígena, para
quien la sustancia psicoactiva “representa” en un marco cultural coherente desde su cosmogonía
hasta su cosmología, con el consumo de un adolescente producto del occidente contemporáneo,
cuyo contexto no le provée de los recursos culturales adecuados para su desarrollo integral.
Independientemente de la forma como se entienda el consumo de sustancias psicoactivas, con sus
antecedentes e implicaciones de carácter cultural y en especial político y económico que tocan con
las estructuras internacionales de finanzas y poder, el uso de sustancias es un problema que atañe al
sector salud, porque el consumo de psicoactivos afecta la salud del consumidor, le predispone para
ser víctima o agente de violencia y accidentes y, en general, tiene efectos sobre las diferentes
estructuras sociales y la calidad de vida de las comunidades.
En el Perú, se estima que la población urbana entre los 12 y 64 años de edad es dependiente a
diferentes drogas. Así más de un millón de peruanos son dependientes al alcohol, medio millón al
tabaco, 40 mil a la marihuana, 23 mil al clorhidrato de cocaína, 15 mil a la pasta básica de cocaína,
22 mil al consumo de tranquilizantes y 9 mil dependientes de inhalantes. Así lo informó el Dr.
Hugo Lozada Rocca, director de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa),
quien señaló que los estudios sobre consumo de sustancias psicoactivas en el mundo muestran una
tendencia hacia el aumento, especialmente en los países en vías de desarrollo, como el nuestro. “Los
efectos negativos del uso indebido de drogas vienen afectando la estabilidad de las estructuras
sociales, amenazando los valores políticos, económicos, sociales y culturales de las naciones”, dijo
Lozada Rocca, explicando que el alcohol y clorhidrato de cocaína, son las sustancias de mayor
riesgo de dependencia. “Por cada 100 personas que prueban alcohol, 11 de ellas se vuelven
dependientes. Así mismo, de cada 100 personas que prueban clorhidrato de cocaína, 11 de ellas se
vuelven dependientes”, enfatizó. Asimismo, mostró su preocupación que en nuestro país, se observa
una tendencia a iniciar el consumo de drogas legales e ilegales a edades cada vez más tempranas.
“La tercera parte de la población reconoce la existencia de un problema de consumo de drogas en el
barrio donde vive. Otro cuarto de la población encuestada reporta que alguna vez le han sido
ofrecidas drogas”, dijo. En ese contexto, considera que es necesario promover la conciencia pública
en la población sobre la importancia de la prevención del consumo de sustancias psicoactivas y
sensibilizar a la sociedad civil acerca de los beneficios de una vida sana sin drogas.
Es el caso de los cuadros psicóticos inducidos por el consumo de cannabis o cocaína, por ejemplo.
Por otro lado, el consumo de la mayoría de sustancias que aquí se describen se asocia a contextos
lúdico-festivos. Las personas toman esa droga porque quieren divertirse, se sienten más eufóricos,
más sociables y desinhibidos. Es posible que algunas personas no sean capaces de disfrutar e
interaccionar a nivel social si no consumen alguna sustancia (por ejemplo, el alcohol), o tengan
dificultades para afrontar sus problemas cotidianos o exigencias diarias si no es gracias a alguna de
ellas (por ejemplo, los tranquilizantes o, en otros casos, la cocaína). En estas situaciones diremos
que el consumo de sustancias es un efecto o consecuencia de problemas previos.
Tabaco
En el Perú la tendencia del consumo es ascendente porque aún se asocia el tabaco con el éxito o el
status social, sin darse cuenta de los serios daños que este mal habito causa a las personas.Pese a
que el consumo de tabaco es una de las principales causas de muerte prematura, la población
juvenil, que es el sector de mayor riesgo, aún no toma conciencia de esta realidad; prueba de ello es
que uno de cada dos adolescentes que ingresan a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(UNMSM), ya tiene el antecedente de haber fumado cigarrillo en algún momento de su vida.
El doctor Héctor Oswaldo Have, médico neumólogo de la Clínica Universitaria de San Marcos,
señala que estos datos prácticamente se mantienen si tratamos de definir el porcentaje de estudiantes
que continúa consumiendo. El 40% refiere haber fumado por lo menos una vez en los últimos 12
meses del año. Otro dato interesante es que el estudiante sanmarquino, probablemente debido a las
restricciones económicas, es un fumador de pocas cantidades, pero sin embargo ya adquirió el
hábito. El 2% de ingresantes son consumidores de más de una cajetilla por mes. Si bien estos datos
estadísticos fueron recogidos entre 1999 y el 2000 en el Primer estudio en América Latina sobre
prevalencia del tabaquismo en población universitaria que se realizó en San Marcos, Have sospecha
que estos índices se han elevado, razón por la cual precisa que es necesario tomar cartas en el
asunto debido a que las consecuencias son muy graves tanto para los fumadores, comopara los que
no lo son. El especialista refiere que en los últimos años el número de mujeres que consume tabaco
se ha incrementado en los países subdesarrollados, debido a la agresiva estrategia publicitaria que la
industria tabacalera está realizando con el fin de recuperar sus ingresos que se han visto afectados
por la disminución del consumo del cigarrillo en la población universitaria de los países ricos.
Su estrategia actual es captar a los adolescentes de los países en desarrollo, y dentro de este grupo, a
la mujer, a quien se le vende la idea de que fumar está asociado al éxito individual, a la
independencia ya sea en los deportes y en los negocios", explica. Have sostiene que este incremento
en el consumo femenino es a nivel mundial y subraya que no se da sólo en países como el nuestro,
sino también en otros del primer mundo. En el Perú la tendencia del consumo es ascendente porque
aún se asocia el tabaco con el éxito o el status social.
Otra de las preocupaciones de las industrias tabacaleras en países como el nuestro es procurar que
los jóvenes adquieran el hábito lo más pronto posible, razón por la cual inducen a los adolescentes a
asociar consumo de tabaco con deporte. "Por eso es que se ven conciertos de rock auspiciados por
las tabacaleras. En estas actividades se regalan sus productos", refiere. La presión social que
ejercen sobre los jóvenes es un factor importante que les impulsa a entrar en el consumo de tabaco;
este aspecto debe ser tomado en cuenta al momento de diseñar estrategias para contrarrestar el
alarmante incremento del número de adolescentes consumidores.
Una pequeña muestra de esta afirmación se observa en el grupo de pacientes con asma. Las crisis de
los estudiantes asmáticos que no fuman llegan al 40%, pero en el sector de los que sí consumen se
eleva a un 78%. "La presión social que se ejerce sobre estos estudiantes es la explicación del por
qué, pese a padecer de asma, fuman. Los adolescentes son estigmatizados por tener esta enfermedad
y fuman para no ser discriminados del grupo", precisa.
Es una droga legal que es consumida por la mayoría de los estudiantes universitarios de nuestro
país para controlar la ansiedad ante un examen o cuando tienen que presentar un trabajo o cuando
les toca exponer o ante situaciones estresantes, por eso la mayoría de los jóvenes consumen
cigarrillos y acá en nuestra universidad observamos que hombres y mujeres consumen cigarritos
por los motivos mencionados anteriormente.
Cerca del 30% de la población peruana de 16 o más años es fumadora. En general, fuman más los
hombres que las mujeres, si bien entre los más jóvenes esta relación se invierte. Aunque la
tendencia general sugiere que el consumo de tabaco está disminuyendo de forma lenta en la
población general, se observa un preocupante aumento del número de fumadores en el colectivo de
menor edad. La nicotina es la principal sustancia psicoactiva del tabaco, esta sustancia tiene un
efecto muy importante sobre el sistema nervioso central (SNC) y periférico. Se absorbe rápidamente
y llega en pocos segundos al cerebro atravesando la barrera hematoencefálica con facilidad.
Su poder adictivo es muy importante, especialmente debido a estos factores: produce múltiples
efectos placenteros (mejora la concentración, el estado de ánimo, disminuye la agresividad, el
peso); el efecto de una inhalación de esta sustancia es muy rápido (la nicotina tarda menos de 10
segundos en llegar al cerebro); la ingestión de nicotina se produce muchas veces al día (depende del
número de cigarrillos que se consuma) y se asocia a muchas situaciones.
Aunque el tabaco es una droga estimulante, la mayoría de los fumadores fuman para relajarse. De
hecho, fumar un cigarrillo calma la ansiedad provocada por su falta en las situaciones asociadas al
consumo.
Se considera que el tabaco es una herramienta psicológica que se suele utilizar para reducir el estrés
o manejar mejor un estado de ánimo negativo, para afrontar una situación problemática, para
controlar el peso, etc. Por otro lado, se trata de una sustancia comúnmente aceptada por la sociedad,
potenciada desde los medios de comunicación y con una percepción de riesgo o peligrosidad por
parte de la población prácticamente nula. Se puede hablar de dependencia y de abstinencia de
nicotina. Estos síntomas aparecen al cabo de unas pocas horas (2-12 horas) y pueden extenderse un
promedio de cuatro semanas o más tiempo. La interrupción o reducción de la cantidad de nicotina
puede provocar disforia o estado de ánimo deprimido, insomnio, irritabilidad, frustración o ira,
ansiedad, dificultad de concentración, nerviosismo o aumento del apetito y/o el peso, entre otros.
Las consecuencias del consumo continuado de tabaco en la salud lo convierten en uno de los
principales problemas de salud pública. Fumar constituye un poderoso factor de riesgo de padecer
cáncer (de pulmón, boca, faringe, esófago, etc.), enfermedades cardiovasculares (cardiopatías,
enfermedades cerebrovasculares) y respiratorias (bronquitis crónica), así como úlceras, daños en el
feto, etc.
Perú
Lima
Selva
Sierra
Costa
Chimbote _
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0 10 20 30 40 50 60 70 80
El Alcohol
Es otra droga legal muy consumida en todo el Perú, aquí en Chimbote además es el protagonista
común en un montón de fiestas. El alcohol es peligroso por ser causante de muchos accidentes de
tráfico y de salud, además de provocar adicción y daños en el hígado y el cerebro. Aunque hay
gente que no sufre perjuicios por beber alcohol de manera moderada, otros empiezan así y acaban
acudiendo a centros de desintoxicación o a alcohólicos anónimos porque la adicción al alcohol
destruye sus vidas, cuerpos y familias. Cuando se es estudiante universitario, tiende a experimentar
cambios emocionales y físicos, cuando no se ha terminado el desarrollo del mismo. En esta etapa, el
mismo, puede adquirir hábitos como la ingesta de bebidas alcohólicas o sustancias ilegales, dichas
drogas, producen en él, sensaciones falsas de bienestar o placidez, que más tarde lo llevaran a ser
enfermos alcohólicos. La ingesta de alcohol en los estudiantes y jóvenes en general, es un grave
problema que afecta a nuestro país, ya que esta, forma parte de la vida socialdel venezolano; esta
presente en funerales, fiestas y demás decir que prácticamente cualquier actividad desarrollada.
Estadísticamente hablando, en el país, la ingesta alcohólica se presenta en mayor grado en el sexo
masculino que el femenino, pero no quiere decir que no haya mujeres alcohólicas Muchas o todas
las veces, el joven, comienza a beber por ejemplo que se da en sus hogares, ó por sus círculos
amistosos, en general depende del ambiente donde este se desarrolle. La mayoría de los estudiantes
universitarios, han tenido experiencias con la bebida. Algunos la prueban y dejan de consumirla,
otros, beben ocasionalmente y no tienen mayores problemas con ella, pero otros, la consumen con
mucha regularidad y pueden crear dependencia a la misma.Individuos con depresiones crónicas y
falta de afecto, así como la carencia familiar, están mas propensos al consumo de dichas bebidas,
pero también es de hacer notar, que jóvenes con padres alcohólicos, adoptan un patrón
subconsciente en muchos casos, que les produce tendencia a la ingesta de alcohol.
También es de hacer notar, que el estado de embriaguez, da puerta a la prueba de otro tipo de
drogas, de allí, que la primera experiencia de universitarios con estupefacientes, hubo de haberse
hecho en estado de embriaguez.
Algunos de los factores, que indican el abuso de bebidas alcohólicas en personas de temprana edad
son:
El alcohol actúa como un agente perturbador inespecífico de la membrana neuronal alterando tanto
su permeabilidad como las propiedades de sus componentes. Algunos de los efectos bioquímicos y
conductuales causados por el alcohol, pueden deberse al incremento de la transmisión inhibitoria,
probablemente mediada por los receptores GABA. Esta potenciación de los efectos GABA podría
deberse a un aumento en el paso de los iones cloruro cargados negativamente, hacia el interior de la
célula. El etanol también afecta la transmisión de glicina, el cual es un importante neurotransmisor
inhibidor. Tanto la serotonina como la dopamina y noradrenalina, parecen tener relación con la
capacidad reforzadora del etanol en el mantenimiento de la conducta de beber el alcohol se absorbe
rápidamente por el tubo digestivo a nivel del estómago, e intestino. La absorción completa del
alcohol puede requerir de 2-6 hrs. o más, dependiendo del volumen y concentración de la sustancia,
presencia de alimento en el estómago y tiempo en el que la bebida se ha ingerido, entre otros
factores. El hígado es el lugar donde predominantemente se efectúa su oxidación, aunque órganos
tales como el corazón y el estómago pueden metabolizar también el producto. Entre 90-98% del
etanol ingerido es oxidado y metabolizado en el cuerpo, el resto se excreta en forma inalterada.
Los efectos tóxicos del alcohol mantienen relación con las concentraciones de la sustancia en la
sangre. Cuando las concentraciones alcanzan los 30 mg/100 ml pocos son los efectos que se
observan en las personas que no han desarrollado aún tolerancia al etanol. A los 50 mg/100 ml las
respuestas y reacciones se lentifican y los procesos
La dependencia que el consumo de alcohol produce, es tanto de psíquica como física, la cuales
tienen relación con los diferentes patrones de consumo que van desde la ingestión regular y diaria
de grandes cantidades de alcohol, hasta largos intervalos de sobriedad mezclados con periodos de
embriaguez cotidiana. En ambos casos, el sujeto tiende a incrementar paulatinamente la cantidad
ingerida, y pese a sus esfuerzos de voluntad es incapaz de controlar la ingestión, empleando cada
vez más tiempo en actividades relacionadas con la dependencia, evidenciando así el deterioro de su
vida laboral y familiar, al igual que tolerancia a la ingestión y complicaciones físicas.
La interrupción repentina de la ingestión de alcohol puede producir síntomas como la ansiedad
pronunciada, temblores, alucinaciones, y hasta convulsiones. Los efectos a largo plazo del consumo
de grandes cantidades de alcohol, especialmente en conjunto con una nutrición deficiente, pueden
ocasionar daños permanentes a órganos vitales como el cerebro y el hígado. Además, las madres
que beben alcohol durante el embarazo pueden tener hijos que presenten síndrome fetal de alcohol o
que sufran de atraso mental u otras anormalidades físicas irreversibles. Las investigaciones indican
asimismo que los hijos de padres alcohólicos corren mayor riesgo que otros niños, de convertirse en
alcohólicos.
Síndrome de abstinencia al Alcohol
El alcohol, produce síndrome de abstinencia cuando su uso es discontinuado o cuando se disminuye
la dosis para la que el organismo está habituado. Esto puede ocurrir de forma voluntaria o lo que es
más frecuente por algún problema asociado (traumatismo, pancreatitis.).
En nuestro medio, se considera alcohólico un 10% de la población. No todos los pacientes que
consumen alcohol sufren síndrome de abstinencia, pero constituyen la población de riesgo de
padecerlo.
El organismo que soporta el consumo crónico de ciertas sustancias, se adapta, para conservar la
homeostasis, produciendo cambios en su fisiología. Existen varias teorías que intentan explicar
cómo el alcohol produce efectos clínicos a nivel neurológico (euforia, desinhibición, palabra
“farfullante”, ataxia, estupor, coma. Parece ser un depresor generalizado del SNC por mecanismos
aún no claros ya que no han sido identificados receptores cerebrales específicos para el etanol,
como ocurre con otros tóxicos (opiáceos, benzodiacepinas).
El acetaldehído, un producto del metabolismo del etanol, parece combinarse con ciertas proteínas
comportándose como un falso neurotransmisor que interfiere en el estímulo excitador del SNC
motivando la supresión crónica de la misma. En respuesta, el cerebro aumenta la síntesis de
neurotransmisores como la norepinefrina, serotonina y dopamina. Esto explicaría la clínica del
síndrome de abstinencia alcohólica en el que predominarían los efectos adrenérgicos centrales
produciendo síntomas característicos como delirium, alucinaciones, midriasis, temblor,
convulsiones, taquicardia, hipertensión e hiperventilación.
Consumo de alcohol, prevalencia e incidencia (2018)
En cuanto al consumo de alcohol, podemos observar que la prevalencia de vida es alta y esta
presenta niveles de incidencia similares entre la universidades ubicadas en las distintas regiones de
nuestro país, registrándose en lima y la selva los indicadores mas altote consumo de alcohol por
parte de los universitarios de dichas regiones mencionadas anteriormente
Cannabis :
La marihuana es una de la drogas ilegales mas consumida por la Mayoría de les jóvenes de nuestro
país, un estudio realizado por la universidad de Lima en el año 2018 se llego a la conclusión que
el 40 % de la población de Lima Metropolitana han consumido marihuana en alguna época de su
vida . El cannabis, conocido también como marihuana (haciendo referencia a las hojas de la planta)
o hachís (si se consume su resina) es, después del tabaco y el alcohol, la droga cuyo uso está más
extendido en España y en la mayoría de los países occidentales. Así, según los últimos datos
disponibles en el Observatorio Español sobre Drogas, casi uno de cada cinco españoles lo ha
probado alguna vez. Las tasas de consumo experimental y regular de esta sustancia han ido
incrementándose en los últimos años. Su consumo es especialmente elevado entre los más jóvenes,
que se inician en él cada vez a edades más tempranas: el promedio se encuentra entre los 14 y 15
años. En un reciente estudio realizado con estudiantes de 14-18 años de Lima se observó que el
30% habían consumido cannabis en los últimos 30 días. Cada vez son más numerosos los
estudios que consideran que el cannabis es una droga de “acceso” o “puerta de entrada” al consumo
de otras drogas ‘más fuertes’, como las anfetaminas, los alucinógenos o la cocaína. El consumo de
cannabis puede causar episodios psicóticos agudos sin alteración del nivel de conciencia del sujeto.
Estos episodios suelen ser de corta duración, si bien pueden persistir incluso si se interrumpe el
consumo de la sustancia. Muchos estudios se plantean la relación entre el consumo elevado y
prolongado de cannabis y la aparición de psicosis o trastornos del humor (manía, depresión). Los
datos acerca de si el cannabis actúa como inductor de estos trastornos o bien sólo como ‘mero
acompañante’ de los mismos no son concluyentes. Por otro lado, se considera que el consumo
prolongado de cannabis precipita el inicio de la esquizofrenia en pacientes con predisposición
genética y que empeora su curso.
Región
Costa 1.4 0.7 0.5 0.1
Los síntomas de abstinencia aguda («crash») se observan con frecuencia después de períodos de
consumo de dosis altas y repetidas. Estos períodos se caracterizan por sentimientos intensos y
desagradables de lasitud y depresión que requieren generalmente algunos días de descanso y
recuperación. Pueden aparecer síntomas depresivos con ideas o comportamiento suicidas. u otras
formas de abstinencia de cocaína. Un número no despreciable de sujetos con dependencia de
cocaína tienen pocos o ningún síntoma demostrable de abstinencia al interrumpir su consumo.
Según la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-
IV), las sustancias que producen dependencia son:
Alcohol, marihuana, cocaína, nicotina, (American Psychiatric Association, 1994; Jaffe, 1995).
La epidemiología de los trastornos por uso de substancias ha sido muy estudiada por su alta
prevalencia y los altos costos que produce al individuo y a la sociedad. Por ejemplo, el aumento en
el consumo de cocaína en los años ochenta le dio características epidémicas a este trastorno (Jaffe,
1995). En Estados Unidos se estableció el proyecto “Monitoreando el futuro”, que es un estudio
continuo de estilos de vida y valores en jóvenes y recibe información de todo el país, dirigido por la
Universidad de Michigan a través del Instituto para la investigación social, con el apoyo del
Instituto nacional para el abuso de drogas. Este proyecto ha sido la plataforma para un estudio anual
desde 1975 llamado el High School Senior Survey, en el cual, desde 1991, se incluyó una muestra
representativa de estudiantes de octavo y décimo grado (Nacional Institute on Drug Abuse,
Monitoring the Future Study, 1996). Las cifras de prevalencia de vida, en el último año y en el
último mes por tipo de droga que se describen en dicho estudio, se presentan como anexos.
El comienzo de los trastornos por uso de substancias ocurre generalmente en adultos jóvenes y es
más frecuente en hombres. Se han descrito algunos factores predisponentes como el trastorno de
personalidad antisocial, trastornos de conducta infantil, ser tímido y agresivo, y vivir en un
ambiente donde las drogas están disponibles.
La prevalencia en la vida de dependencia al alcohol es 13,5% y de Dependencia a otras substancias
6,1% (Warner et al., 1995; Day, 1995; Anthony et Helzer, 1995; Regier et al., 1990).
Este presente trabajo se han resumido los avances de conocimientos sobre el consumo y la
dependencia de sustancias psicoactivas en los últimos años, y se han considerado algunos
problemas éticos relacionados con esos avances. Los organismos profesionales y las organizaciones
pertinentes deberían desempeñar un papel diferente en la superación de esos retos a nivel mundial y
local.
Por otro lado, una parte considerable de la carga atribuible al consumo de sustancias esta
relacionada con la dependencia. El consumo de tabaco y alcohol contribuyen de forma
particularmente importante a la carga total. Por consiguiente, las medidas para reducir el daño
producido por el tabaco, el alcohol y otras sustancias psicoactivas constituyen una parte importante
de la política sanitaria.
Aunque los conocimientos todavía están lejos de ser completos, hay una cantidad considerable de
datos útiles, que tienen una enorme capacidad de influencia sobre las políticas destinadas a reducir
la carga de morbilidad y discapacidad asociada al consumo de sustancias. Las siguientes
recomendaciones tienen por objetivo facilitar una actitud mas abierta y ayudar a todas las partes
interesadas en la movilización para la acción:
Todas las sustancias psicoactivas pueden ser nocivas para la salud, dependiendo de la cantidad,
modo y frecuencia de su consumo.
Referencias Bibliograficas