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“Toda herida encierra un dolor y sólo puede curarlo un psicoterapeuta, cuando

curamos el dolor de la herida, hay que desaprender los malos hábitos que encubrían
ese dolor”

Al investigar que tipo de herida podría tener en mi persona y no mi verdadero yo, se


me dificulta encontrar por cual elegir, ninguna suena correcta, ni apropiada para el
trato amoroso solamente por ser su hijo y respirar, vivir. Aunque de alguna forma me
identifico con la hipótesis que plantea la herida por rechazo, autoconfianza y
autoestima han sido puntos que van y vienen ahora que tengo 26 años, y aunque
nunca hubo rechazo hacia mi por parte de ellos, puesto que siempre me han visto
cómo su hijo, me parece probable que me sienta rechazado porque no me hayan
visto más que solamente un hijo; alguna vez tras estarle contando algo a mi madre,
teniendo aproximadamente once años o diez, había aprendido recientemente la
palabra “pendejo” de un pariente que venía de Sinaloa. La repetía como si la
palabra en sí fuera graciosa; y hubo esta vez que me encontraba contándole algo a
mi madre sobre mis amigos, y llamé a uno de ellos por la deslumbrante palabra que
me había enseñado el pariente sinaloense. Mi madre me regañó naturalmente, pues
“no debía” decir tales palabras, posteriormente me dijo que ella no era mi amiga, era
mi madre y que tenía que hablarle como tal… Tomé eso literalmente por varios
años, quién lo diría. Ahora recientemente me he dado cuenta que no somos tan
íntimos realmente, estamos ahí el uno para el otro y nos alegramos cuando nos
vemos pues no suelen estar en la misma ciudad mis dos padres, sin embargo,
tampoco le he podido ver como una amiga, solamente es mi madre. ¿Acaso no es
más la “jerarquía” del concepto de madre al de “amiga”? pues mi vida íntima la
guardo para mi y aquellos que considero verdaderas amistades, y con mis padres,
queda la vida externa, aquella que pueden contar a sus hermanos y padres y
amigos, “ah mi hijo fue a tal lado” o “mi hijo hizo esto”, pero jamás sería algo que
contarles “estuve saliendo con esta chica” o “los problemas en el trabajo me han
estado generando algo de ansiedad”. Mis padres siempre jugaron conmigo de
pequeño y no recuerdo que hubiera carencia de afecto, sin embargo como se
menciona en la lectura, demostré rebeldía y otras formas de llamar la atención, la
ausencia de vínculo genera sentimientos de vergüenza y adopción de una falsa
personalidad también se menciona, será la personalidad rebelde una muestra de
ello tal vez. Y a su vez, el evadir las salidas con ellos, pues siempre evadía sus
intentos de ir algun lado o viajar con el jugar videojuegos por ejemplo.

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