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Programación Didáctica 1º ESO


Ámbito Aociolingüístico
Laura Criado López-Picazo

FICHA 7: LA MUJER EN LA PREHISTORIA


EL LA PREHISTORIA

Invisibilidad y prejuicios. La imagen de las mujeres en


la prehistoria
La prehistoria es un periodo complicado de representar en los libros y museos.
Los restos que nos quedan son, muchas veces, difíciles de situar en un contexto.
Así pues, las representaciones gráficas y relatos “novelados” son un instrumento
imprescindible para “corporizar” y permitir imaginar nuestro pasado y la vida de
nuestros ancestros. Sin embargo, surge un problema cuando esas imágenes se
crean teniendo como base una serie de prejuicios, asunciones y
convencionalismos.
1 diciembre, 2019 | Patricia de los Ángeles González Gutiérrez | PhD

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En las imágenes elegidas para representar la evolución humana, como en la célebre ilustración «The March of Progress» (1965) de
Rudolph Zallinger, se ha priorizado la figura masculina. Las ilustraciones de prehistoria en las que se muestran mujeres solo aparecen de
forma muy reciente y, en muchos casos, con un cierto carácter reivindicativo.

Un buen ejemplo de lo dicho es la representación de las mujeres en la prehistoria.


Pese a que sabemos muy poco de los roles de género en la prehistoria, las
imágenes se construyen siguiendo, sistemáticamente, los tópicos actuales. Los
varones aparecen más, con más protagonismo y en papeles centrales. Cuando
aparecen mujeres, además, suelen estar asociadas a su papel de madre. Otro buen
ejemplo es el de las imágenes de las líneas evolutivas. Sistemáticamente, la
evolución del “hombre” solamente representa la anatomía masculina.

Las mujeres también se representan en muchas más ocasiones arrodilladas,


sentadas o en actitudes pasivas. Asimismo, también aparecen generalmente
dentro del espacio doméstico, sea este la cabaña o su entorno, o una cueva.
Mientras, los hombres aparecen más veces representados de forma activa, de pie o
realizando diversas actividades. Incluso en la composición, las mujeres aparecen
muchas más veces en segundo plano o como un “elemento de fondo”, mientras que
los hombres actúan con mayor frecuencia como elementos principales.
Otro ejemplo es el de la caza, que se asocia exclusivamente al hombre y se
representa, generalmente, en forma de caza mayor. Aunque se sabe que la caza, en
realidad, sería mayoritariamente de presas de tamaño medio e implicaría a todo
el grupo, incluyendo a mujeres y niños. Además, frente al peso que se le suele dar
en las ilustraciones, la alimentación se basaría mucho más en la recolección o,
incluso, en el carroñeo.

Lo mismo pasa con otras actividades como la industria lítica donde normalmente
aparece un varón trabajando las piedras, mientras que la mujer aparece
generalmente asociada a la industria textil, considerada como algo típicamente
femenino. Tampoco aparecen mujeres liderando actividades o a la comunidad. El
ámbito ritual también se reserva, en las imágenes, al mundo masculino,
especialmente el de la pintura rupestre. Aún más ausente está el hombre en las
actividades de cuidado. Es prácticamente imposible encontrar hombres adultos
cuidando de niños, y menos aún, cargando a niños muy pequeños.

Afortunadamente, este relato está cambiando en la actualidad. Se está haciendo


un esfuerzo de reflexión sobre nuestros propios convencionalismos, tanto en la
literatura académica como en los museos o en la elaboración de imágenes con
otros fines didácticos.

1.- ¿Cuál es la idea principal de este texto?

2.- ¿Qué ideas secundarias apoyan a la idea principal?

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