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El disfrute de la obra de arte pasa por la comprensión de sus cualidades estéticas y formales, su
contexto histórico, geográfico, su función y sus características técnicas.
Aplicar un esquema estructurado al análisis de la obra se acoge como una práctica útil para no descuidar
ningún aspecto y poder considerarlo completo.
Básicamente, lo que se intenta es, primero analizar las partes, y luego el todo. Analizar cada una de las
ramas (materias) de la arquitectura y posteriormente concluir en un algo que refleje lo esencial de la
obra.
4- ASPECTOS TÉCNICOS
a. Localización. ¿Cómo se relaciona con el entorno inmediato? ¿Cómo responde a las
características geográficas del entorno?
b. Materiales constructivos. ¿Qué materiales se han utilizado? ¿Por qué? ¿Qué técnicas
se usan para trabajarlos? ¿Cuál es el aporte del material a la obra? ¿Qué
características tienen estos materiales?
c. Elementos. ¿Qué elementos se utilizan para sustentar la obra? ¿Cómo están
dispuestos? ¿Qué características tienen? ¿Se pueden identificar sus partes? ¿Se
intentan disimular o son protagonistas?
d. Ornamentación. ¿Se observan elementos decorativos? ¿Qué características tienen?
e. Distribución. ¿Qué partes componen al edificio? ¿Qué función tiene cada una? ¿Cómo
se relacionan entre sí? ¿Se puede tener una idea completa de su estructura desde
cualquier posición o es necesario recorrerlo?
f. Forma. ¿Qué partes se observan en la composición del edificio? ¿Pueden reducirse a
formas geométricas sencillas? ¿Se observa determinada proporción entre las distintas
partes? ¿Se corresponden las formas interiores con las exteriores?
g. Iluminación. ¿Cómo entra la luz en el interior? ¿Tiene alguna significación simbólica la
luz en su intensidad o dirección?
6- CONCLUSIÓN