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La fase de aceptación requiere que la persona haya superado las fases anteriores de ansiedad, cólera y depresión. En esta etapa, la persona acepta la nueva realidad y prefiere estar solo para evaluar su vida de manera privada. Al llegar a esta fase, la persona se siente débil y cansada pero ha conquistado la paz interior.
La fase de aceptación requiere que la persona haya superado las fases anteriores de ansiedad, cólera y depresión. En esta etapa, la persona acepta la nueva realidad y prefiere estar solo para evaluar su vida de manera privada. Al llegar a esta fase, la persona se siente débil y cansada pero ha conquistado la paz interior.
La fase de aceptación requiere que la persona haya superado las fases anteriores de ansiedad, cólera y depresión. En esta etapa, la persona acepta la nueva realidad y prefiere estar solo para evaluar su vida de manera privada. Al llegar a esta fase, la persona se siente débil y cansada pero ha conquistado la paz interior.
Llegar aquí requiere que la persona haya tenido el
acompañamiento y el tiempo necesarios para superar las fases anteriores. La aceptación solamente aparece cuando la persona ha podido elaborar su ansiedad y su cólera, ha resuelto sus asuntos incompletos y ha podido abandonar la postura auto discapacitada ante la depresión. Sea como fuere y más allá de cuanto se tardó en llegar hasta aquí y cuanto esfuerzo haya demandado, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible. Ahora, como regla general, uno prefiere estar solo, preparándose para su futuro, y hacer evaluación sobre el balance de su vida; una experiencia que siempre es personal y privada. Las personas que llegan a esta etapa de aceptación suelen conquistar en su interior, por fin, un remanso de paz