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La isla de las dos caras decidieron un día utilizar las pértigas.

Nadie se lo
impidió, pero todos trataron de desanimarlos,
La tribu de los mokokos vivía en el lado malo de la isla de
convenciéndolos con mil explicaciones de los peligros del
las dos caras. Los dos lados, separados por un gran
salto.
acantilado, eran como la noche y el día. El lado bueno
estaba regado por ríos y lleno de árboles, flores, pájaros y - ¿Y si fuera cierto lo que dicen? - se preguntaba el joven
comida fácil y abundante, mientras que en el lado malo, Naru.
sin apenas agua ni plantas, se agolpaban las bestias
- No hagas caso ¿Por qué hablan tanto de un salto que
feroces. Los mokokos tenían la desgracia de vivir allí
nunca han hecho? Yo también tengo un poco de miedo,
desde siempre, sin que hubiera forma de cruzar. Su vida
pero no parece tan difícil -respondía Ariki, siempre
era dura y difícil: apenas tenían comida y bebida para
decidida.
todos y vivían siempre aterrorizados por las fieras, que
periódicamente devoraban a alguno de los miembros de - Pero, si sale mal, sería un final terrible – seguía Naru,
la tribu. indeciso.
La leyenda contaba que algunos de sus antepasados - Puede que el salto nos salga mal, y puede que no. Pero
habían podido cruzar con la única ayuda de una pequeña quedarnos para siempre en este lado de la isla nos saldrá
pértiga, pero hacía tantos años que no crecía un árbol lo mal seguro ¿Conoces a alguien que no haya muerto
suficientemente resistente como para fabricar una devorado por las fieras o por el hambre? Ese también es
pértiga, que pocos mokokos creían que aquello fuera un final terrible, aunque parezca que aún nos queda
posible, y se habían acostumbrado a su difícil y lejos.
resignada vida, pasando hambre y soñando con no
acabar como cena de alguna bestia hambrienta. - Tienes razón, Ariki. Y, si esperásemos mucho, igual no
tendríamos las fuerzas para dar este salto... Lo haremos
Pero quiso la naturaleza que precisamente junto al borde mañana mismo.
del acantilado que separaba las dos caras de la isla,
creciera un árbol delgaducho pero fuerte con el que Y al día siguiente, Naru y Ariki saltaron a la cara buena
pudieron construir dos pértigas. La expectación fue de la isla. Mientras recogían las pértigas, mientras
enorme y no hubo dudas al elegir a los afortunados que tomaban carrerilla, mientras sentían el impulso, el
podrían utilizarlas: el gran jefe y el hechicero. miedo apenas les dejaba respirar. Cuando volaban por
los aires, indefensos y sin apoyos, sentían que algo había
Pero cuando estos tuvieron la oportunidad de dar el salido mal y les esperaba una muerte segura. Pero
salto, sintieron tanto miedo que no se atrevieron a cuando aterrizaron en el otro lado de la isla y se
hacerlo: pensaron que la pértiga podría quebrarse, o que abrazaron felices y alborotados, pensaron que no había
no sería suficientemente larga, o que algo saldría mal sido para tanto.
durante el salto... y dieron tanta vida a aquellos
pensamientos que su miedo les llevó a rendirse. Y cuando Y, mientras corrían a descubrir su nueva vida, pudieron
se vieron así, pensando que podrían ser objeto de burlas escuchar a sus espaldas, como en un coro de voces
y comentarios, decidieron inventar viejas historias y apagadas:
leyendas de saltos fallidos e intentos fracasados de llegar - Ha sido suerte.
al otro lado. Y tanto las contaron y las extendieron, que
no había mokoko que no supiera de la imprudencia e - Yo pensaba hacerlo mañana.
insensatez que supondría tan siquiera intentar el salto. Y - ¡Qué salto tan malo! Si no llega a ser por la pértiga...
allí se quedaron las pértigas, disponibles para quien
quisiera utilizarlas, pero abandonadas por todos, pues Y comprendieron por qué tan pocos saltaban, porque en
tomar una de aquellas pértigas se había convertido, a la cara mala de la isla sólo se oían las voces resignadas
fuerza de repetirlo, en lo más impropio de un mokoko. de aquellas personas sin sueños, llenas de miedo y
Era una traición a los valores de sufrimiento y resistencia desesperanza, que no saltarían nunca...
que tanto les distinguían.

Pero en aquella tribu surgieron Naru y Ariki, un par de


corazones jóvenes que deseaban en su interior una vida
diferente y, animados por la fuerza de su amor,
La joven del bello rostro - Si tanto queréis huir de aquí, yo sé la forma de
hacerlo, pero requerirá de un gran sacrificio por
Había una vez una joven de origen humilde, pero
vuestra parte.
increíblemente hermosa, famosa en toda la comarca
por su belleza. Ella, conociendo bien cuánto la Ella estuvo de acuerdo, confirmando que estaba
querían los jóvenes del reino, rechazaba a todos sus dispuesta a cualquier cosa, y el soldado prosiguió:
pretendientes, esperando la llegada de algún
- El príncipe sólo os quiere por vuestra belleza. Si os
apuesto príncipe. Este no tardó en aparecer, y nada
desfiguráis el rostro, os enviará lejos de palacio, para
más verla, se enamoró perdidamente de ella y la
que nadie pueda veros, y borrará cualquier rastro de
colmó de halagos y regalos. La boda fue grandiosa, y
vuestra presencia. Él es así de ruin y miserable.
todos comentaban que hacían una pareja perfecta.
La princesa respondió diciendo:
Pero cuando el brillo de los regalos y las fiestas se
fueron apagando, la joven princesa descubrió que su - ¿Desfigurarme? ¿Y a dónde iré? ¿Que será de mí, si
guapo marido no era tan maravilloso como ella mi belleza es lo único que tengo? ¿Quién querrá
esperaba: se comportaba como un tirano con su saber nada de una mujer horriblemente fea e inútil
pueblo, alardeaba de su esposa como de un trofeo como yo?
de caza y era egoísta y mezquino. Cuando comprobó - Yo lo haré - respondió seguro el soldado, que de su
que todo en su marido era una falsa apariencia, no trato diario con la princesa había terminado
dudó en decírselo a la cara, pero él le respondió de enamorándose de ella - Para mí sois aún más bella
forma similar, recordándole que sólo la había elegido por dentro que por fuera.
por su belleza, y que ella misma podía haber elegido
Y entonces la princesa comprendió que también
a otros muchos antes que a él, de no haberse dajado
amaba a aquel sencillo y honrado soldado. Con
llevar por su ambición y sus ganas de vivir en un
lágrimas en los ojos, tomó la mano de su guardián, y
palacio.
empuñando juntos una daga, trazaron sobre su
La princesa lloró durante días, comprendiendo la rostro dos largos y profundos cortes...
verdad de las palabras de su cruel marido. Y se
Cuando el príncipe contempló el rostro de su
acordaba de tantos jóvenes honrados y bondadosos
esposa, todo sucedió como el guardían había
a quienes había rechazado sólo por convertirse en
previsto. La hizo enviar tan lejos como pudo, y se
una princesa. Dispuesta a enmendar su error, la
inventó una trágica historia sobre la muerte de la
princesa trató de huir de palacio, pero el príncipe no
princesa que le hizo aún más popular entre la gente.
lo consintió, pues a todos hablaba de la
extraordinaria belleza de su esposa, aumentando con Y así, desfigurada y libre, la joven del bello rostro
ellos su fama de hombre excepcional. Tantos intentos pudo por fin ser feliz junto a aquel sencillo y leal
hizo la princesa por escapar, que acabó encerrada y soldado, el único que al verla no apartaba la
custodiada por guardias constantemente. mirada, pues a través de su rostro encontraba
siempre el camino hacia su corazón.
Uno de aquellos guardias sentía lástima por la
princesa, y en sus encierros trataba de animarle y
darle conversación, de forma que con el paso del
tiempo se fueron haciendo buenos amigos. Tanta
confianza llegaron a tener, que un día la princesa
pidió a su guardián que la dejara escapar. Pero el
soldado, que debía lealtad y obediencia a su rey, no
accedió a la petición de la princesa. Sin embargo, le
respondió diciendo:

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