Está en la página 1de 1

Historia del oxímetro de pulso

La historia del oxímetro de pulso encuentra sus orígenes en el concepto de la oximetría, cuyas bases se remontan a 1,918,
durante la primera Guerra Mundial. En este año, Schack August Steenberg Krogh (1.874 – 1.949) un filósofo Danés, intento
medir la oxigenación de pilotos. Posteriormente, se le otorgó el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1.920 por sus
trabajos sobre la fisiología de la respiración y de los vasos capilares.

Entre 1.940 y 1.942 el fisiólogo estadounidense aficionado al montañismo, Glenn Allan Millikan (1.906 – 1.947) inventó el
primer oxímetro de pulso, acuñando prácticamente dicho término. Este dispositivo es reconocido como aquel que puso las
bases para la oximetría en la fisiología y la medicina clínica.»

Llegado el año de 1.974, un ingeniero y científico japonés llamado Takuo Ayoagi (1.936 – 2.020) desarrolló el primer
oxímetro moderno. Esto fue posible, gracias a que Ayoagi comprendió que la coloración de las células de la sangre cambiaba
en función de cuanta luz infrarroja absorbía.

En 1.977 la compañía Minolta lanza al mercado el primer oxímetro con sensores de fibra óptica. Dicho dispositivo fue
llamado “oximet”.

Finalmente, en 1.981 se incorporan sensores ópticos y señal pulsátil para concebir el oxímetro que a día de hoy se conoce y
usa en prácticamente todo el mundo.

¿Para qué sirve un oxímetro de pulso?

Un oxímetro de pulso sirve para medir el nivel de saturación de oxígeno (SatO2) en sangre. Dicho valor indica la cantidad de
oxígeno transportada por la sangre en relación al máximo valor que sería capaz de transportar. Generalmente se considera
que, en circunstancias normales, más del 89% de los glóbulos rojos presentes en la sangre deberían contener oxígeno.

¿Cómo funciona un oxímetro de pulso?

Un oxímetro de pulso es un dispositivo que generalmente tiene la apariencia de una pinza. Esta forma facilita su colocación
ya sea en un dedo o un lóbulo de la oreja de un paciente o mascota. El funcionamiento del equipo consiste en hacer pasar
un rayo luminoso desde un emisor de luz incorporado en uno de los lados de la pinza, hacia el otro lado donde se encuentra
un sensor óptico. La longitud de onda de la luz que se emite, interactúa y es absorbida por la sangre, en una relación
directamente proporcional a la concentración de hemoglobina. Así, con la ayuda de la electrónica incorporada por el
dispositivo, se puede establecer el nivel de saturación presente en el flujo sanguíneo.

También podría gustarte