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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE

DURANGO

PSICOLOGÍA
SOCIOLOGÍA
TÍTULO DEL DOCUMENTO
CULTURA Y PROBREZA.
TIPOS DE PERSONALIDAD.

CATEDRÁTICO: L.P.C. MEZTLI LIZETTE DIAZ


ARELLANO
ALUMNO: LUIS MIGUEL RAMIREZ HERNADEZ.

Victoria de Durango, Dgo. 12 de agosto 2022


Introducción.

La pobreza ha sido, a lo largo de la historia, un fenómeno social que ha


aquejado a una gran parte de la población mundial. Fenómeno social
que se ha visto agudizado por el desarrollo del capitalismo a nivel
general y por el modo en que se ha insertado en este proceso.
Específicamente en los países subdesarrollados o dependientes,
particularmente los de América Latina, se han agravado las condiciones
de vida y trabajo de las grandes mayorías de la población.

La tentativa de definir la pobreza ha sido la causa de una controversia


incesante entre los investigadores que se han interesado en el tema.
Suponer que se puede definir en este trabajo sería caer en una
pretenciosa y casi insultante ilusión egocéntrica. En este caso, sería
preferible aclarar que la inexistencia de acuerdos alrededor de la
definición del concepto o de la situación, deriva de la dificultad de
enclaustrarla en una reducción conceptual epistemológica
universalmente aceptada por propios y extraños.

La desigualdad social ha sido, y sigue siendo, un campo de estudio con


mucha dedicación. Lo mismo cabe decir del estudio de la participación
cultural entendida como el consumo o producción de actividades
artísticas o creativas. En cambio, la intersección entre todos estos
elementos desigualdad social y participación cultural ha sido
comparativamente menos investigada de forma explícita y empírica.
Tampoco ha sido estudiado el acceso igualitario o no a los puestos de
trabajo culturales.
Cultura y pobreza.

Una caracterización objetiva del sector explotado permite precisar y


aplicar correctamente al análisis los conceptos implicados en la
denominación Cultura de la Pobreza. Conocer las consecuencias del
enfoque centrado en la Cultura de la Pobreza, permite al antropólogo
descubrir el falso juego al que es conducido y las tareas que debe
acometer haciendo caso omiso de los análisis idealistas que se asientan
sobre una presunta sociedad dividida en grados y olvida el aspecto
fundamental de la relación antagónica entre las clases.

La cultura es aprendida. Las normas de conducta que constituyen una


cultura particular no están genética ni biológicamente determinadas. La
cultura hace posible una acción recíproca, razonablemente eficiente, en
gran parte automática entre los individuos, lo que constituye un requisito
previo para la vida social.

Razonamientos sobre el contexto actual de criminalidad.

El aumento significativo en los índices de criminalidad en el mundo, y


en específico en México, ha provocado una creciente polémica sobre el
verdadero nivel del problema de inseguridad pública. Aunque las cifras
oficiales confirman el importante aumento de la criminalidad en México
en los últimos 20 años, la falta de un sistema de administración de
justicia confiable y expedita ha provocado que la sociedad no denuncie
ante las autoridades, lo cual no permite conocer la dimensión real del
problema.

Algunos factores de riesgo asociados a la criminalidad en México.


En las próximas líneas se mencionan algunos factores de riesgo
sociales de la criminalidad; pero no deben descartarse los psicológicos
y biológicos, que desempeñan un papel sumamente importante en la
integración biopsicosocial de los individuos.

Como causas del aumento de la criminalidad: el pauperismo como


fenómeno universal y consecuencia de la crisis cada vez más aguda de
la organización social capitalista; el crecimiento de la población con la
consecuente aglomeración en zonas urbanas y barrios bajos y el
aumento de desocupados, vagos y malvivientes; la desproporción
notoria del aumento de la población y los servicios públicos; el aumento
de centros de vicios y de inmoralidad, cuya influencia perniciosa no ha
podido contrarrestar ni el hogar ni la escuela; la desorientación ética de
la escuela y el quebrantamiento de las normas de la vida del hogar,
cuyos ideales pasados no han sido sustituidos de modo preciso por
normas nuevas que impliquen verdaderos frenos morales; el
cinematógrafo y la televisión como escuelas de morbosidad; la
relajación de las costumbres; el chantaje periodístico.

Un elemento crucial de la Cultura de la Pobreza es la despreocupación


y la no integración del pobre con respecto a las Instituciones más
importantes de la sociedad. Esto refleja el efecto combinado de varios
factores, entre ellos la misma pobreza, la segregación, la discriminación,
el temor, la suspicacia y la apatía, así como el desarrollo de instituciones
alternativas en el seno de las comunidades pobres.

La despreocupación y no integración del pobre con respecto a las


instituciones más importantes de la sociedad, es un aspecto de interés.
Hemos de plantear que no es que los pobres no participen de las
instituciones de la sociedad. Ellos participan como son socialmente.
Participan en calidad de dominados y a la vez que participan como
dominados dichas instituciones son utilizadas para ejercer sobre ellos
de manera más eficaz la dominación.

Los pobres no pueden crear todo tipo de instituciones alternativas en el


seno de sus comunidades, como expresión de una "Cultura de la
Pobreza" creada por ellos como forma adaptativa. Si así fuera, ¿a través
de qué mecanismos podría el Estado ejercer el control y la dominación?

Mejor, las llamadas instituciones alternativas creadas por los pobres,


según Lewis, llegan a ser las Instituciones aparentemente propias de
los pobres, pero realmente al servicio de los intereses del Estado, toda
vez que logran la adaptación a la misma dominación.

Asimismo, las clases sociales tienen un nivel económico que va a la


baja; la riqueza se acumula en unos pocos y no se distribuyen las
oportunidades y los recursos de modo equitativo.

Sumado a lo anterior, el mensaje negativo que se transmite en los


medios de comunicación: momentos violentos, corrupción, impunidad,
delitos al alza, problemas sociales en incremento, falsedades políticas
de crecimiento y bienestar para la población, entre otros

Factores sociales de la criminalidad.

Las teorías biológicas sostienen que los factores están siempre en el


individuo, terreno sobre el cual obra el ambiente; de tal modo que lo
social sólo incidirá sobre la forma y frecuencia del delito.
Las teorías sociológicas, en cambio, dan importancia absoluta o
predominante a los factores externos sociales y confieren escaso valor
a lo individual (los hombres, naciendo iguales, serán buenos o malos
conforme al ambiente en el cual vivan y se desarrollan).

Factor político.

En realidad, en sentido estricto, sin organización política no existiría el


delito (Parmellee, 1925) puesto que ningún hecho es considerado
delictivo hasta que el Estado le da esa definición. En este sentido, la
naturaleza de los delitos está en gran parte determinada por la
naturaleza de la organización política vigente en un tiempo y lugar
dados.

Factor cultural.

Dentro de esta perspectiva, la Sociología Criminal se ha ocupado de


estudiar, entre otras, las relaciones posibles entre criminalidad y grado
de instrucción, criminalidad y medios colectivos de difusión (cine,
televisión, radio y prensa) criminalidad y actividades recreativas.

Factor económico.

En relación con la pobreza, es un hecho que la carencia de los medios


indispensables para la satisfacción misma de las necesidades
individuales y familiares (falta de trabajo, de vivienda adecuada, de
servicios elementales, etc.), puede crear en los individuos un estado
emocional susceptible de transformarse en sentimiento de inferioridad
y de frustración que, así mismo, puede convertirse en odio o
resentimiento hacia toda la sociedad, considerada como responsable
de tales penurias.

b.- En cuanto a la riqueza, no es menos cierto que las situaciones de


bonanza y de extrema facilidad para la obtención de los bienes en la
sociedad de consumo (lo cual conlleva a la perdida de la conciencia del
valor de los objetos) se constituye, en gran medida, en fuente de la más
moderna criminalidad: la criminalidad no convencional (económica, de
cuello blanco, de los poderosos.)

Factor ecológico.

En invierno se comete mayor número de delitos contra el patrimonio que


en verano.

Los delitos contra las personas se cometen en mayor número en


verano.

Factores psicológicos de la delincuencia.

Las explicaciones psicológicas de la delincuencia que han recibido


apoyo empírico de parte de la investigación se concretan esencialmente
en cinco grandes proposiciones, que actualmente se consideraran
complementarias.

La psicología de la pobreza analiza los procesos culturales en los que


tiene lugar la identificación de las personas más excluidas de la
sociedad y el modo en que las mismas “naturalizan” sus propias
carencias.
La vergüenza, la falta de confianza en uno mismo y la baja autoestima
pueden tener un impacto negativo en cómo la gente ve su capacidad
para efectuar el cambio, sustentando una percepción de incompetencia
que puede ser debilitante y dejar a las personas atrapadas en la
pobreza. La pobreza en México en el 2021. Esto implica que más de
55.7 millones de personas en México viven actualmente en situación de
pobreza: con ingresos por debajo de la línea de pobreza y con al menos
una carencia social. Asimismo, 10.8 millones de personas están en
condición de pobreza extrema. Como hemos mencionado en textos
anteriores,4 la pobreza atenta contra la dignidad y la vida misma de las
personas porque limita la libertad para elegir y el potencial de
crecimiento humano.

A pesar de los esfuerzos del gobierno para reducir la pobreza a través


de programas sociales, los resultados obtenidos han dejado mucho que
desear. Si bien es cierto que nadie pudo prevenir la crisis económica
derivada del COVID-19, también resulta cierto que en México se ha
hecho poco para apoyar económicamente a los mexicanos más
desfavorecidos, trayendo como consecuencia niveles de pobreza que
no solo persisten, sino que se han agravado.
Conclusión.

México atraviesa por una enorme crisis de violencia social;


probablemente la más grande de su historia. La alarma se ha expandido
por todas partes y ha incitado el ensayo de varias explicaciones. La más
socorrida es la que señala a la pobreza y a la falta de oportunidades
educativas como los orígenes de índole estructural, que deben ser
atendidas por las políticas públicas. Una sociedad más pobre y más
educada, se piensa, acarreará una incidencia delictiva más baja,
incluida la que involucra dosis notorias de violencia.

Tras esta idea se despliega una secuencia de supuestos sobre el


comportamiento humano que la modernidad ha impulsado, mientras
que la pre y la posmodernidad se han encargado de debilitar. El primero
de ellos es que los individuos persiguen su propio interés, pero la
sociedad restringe esta búsqueda hasta constreñirla solo a la esfera de
la legalidad. De esta forma, ese interés se ve socialmente modificado,
en la medida que el resultado neto del beneficio determinado por el
riesgo de ser sancionado y el tamaño del castigo deriva en un incentivo
lo suficientemente poderoso para inhibir las conductas delictivas.

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