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¿Vacío legal en cuanto al canibalismo?

Desde mi punto de vista es uno de los principales problemas es que el canibalismo


no es un delito común en la mayoría de los países, lo que significa que la legislación
no contempla específicamente esta conducta. En algunos casos, puede ser
considerado como una forma de homicidio o lesiones graves, pero en otros países
no hay leyes específicas que lo contemplan.

Además, el canibalismo puede ser practicado por motivos culturales, religiosos o por
razones psicológicas, lo que puede hacer que la aplicación de la ley sea más
compleja. En algunos casos, los perpetradores pueden alegar enfermedades
mentales o trastornos psicológicos como defensa en su juicio.

Otro factor que puede contribuir al vacío legal es la falta de evidencia clara en
algunos casos de canibalismo. Puede ser difícil demostrar que alguien ha practicado
canibalismo sin pruebas sólidas, lo que puede hacer que sea difícil llevar a cabo un
juicio y obtener una condena.

En conclusión, el vacío legal en la penalización del canibalismo puede deberse a


varios factores, incluyendo la falta de legislación específica en algunos países, la
complejidad de los motivos detrás del canibalismo y la dificultad para obtener
pruebas claras en algunos casos.

¿cómo ha sido sancionado los casos de canibalismo en la ciudad de México?

CAPITULO UNICO Violación de las leyes sobre inhumaciones y exhumaciones


Capítulo adicionado

Artículo 280.- Se impondrá prisión de tres días a dos años o de 30 a 90 días multa:
I.- Al que oculte, destruya o sepulte un cadáver o un feto humano, sin la orden de la
autoridad que deba darla o sin los requisitos que exijan los Códigos Civil y Sanitario
o leyes especiales;

II.- Al que oculte, destruya, o sin la licencia correspondiente sepulte el cadáver de


una persona, siempre que la muerte haya sido a consecuencia de golpes, heridas u
otras lesiones, si el reo sabía esa circunstancia. En este caso no se aplicará sanción
a los ascendientes o descendientes, cónyuge o hermanos del responsable del
homicidio, y
III.- Al que exhume un cadáver sin los requisitos legales o con violación de
derechos.

Artículo 280 Bis. - Se impondrá pena de cinco a ocho años de prisión y de


quinientos a mil días multa, a quien incinere, sepulte, desintegre o destruya total o
parcial el cadáver o restos humanos de una persona no identificada, sin autorización
de las autoridades competentes en la materia.

Artículo adicionado DOF 17-11-2017

Artículo 281.- Se impondrá de uno a cinco años de prisión:

I.- Al que viole un túmulo, un sepulcro, una sepultura o féretro, y

II.- Al que profane un cadáver o restos humanos con actos de vilipendio, mutilación,
brutalidad o necrofilia. Si los actos de necrofilia consisten en la realización del coito,
la pena de prisión será de cuatro a ocho años.

Cazos de canibalismo en el estado de México.

La historia de Andrés Mendoza, “El caníbal de Atizapán”, es un llamado para frenar


la violencia sistemática en contra de la mujer.

Al momento de llevar a cabo las investigaciones en su hogar, los peritos


encontraron más de 4 mil restos óseos enterrados, la gran mayoría de mujeres. Esto
podría hacer de Andrés Mendoza Celis, apodado “el caníbal de Atizapán”, el mayor
asesino serial y feminicida en la historia de México.

No es solo la cantidad de huesos encontrados en su hogar, sino el tiempo que


permaneció actuando sin que nadie sospechara de sus actos. La justicia tiene la
teoría de que los crímenes de este sujeto podrían remontarse hasta la década de
1990.

El sobrenombre de Mendoza Celis corresponde a un acto que es común en muchos


asesinos seriales: la costumbre de comer la carne de sus víctimas. Esta es la
historia de “El caníbal de Atizapán” de uno de los casos de violencia contra las
mujeres más recientes ocurrido en México.
La historia de Andrés Mendoza Celis, “el caníbal de Atizapán”

A sus 72 años, Andrés Filomeno Mendoza Celis era bien conocido por sus vecinos
de una colonia popular de Atizapán, Estado de México. Se le tomaba como un
hombre amable, que gustaba de ayudar a otros. Vivía solo y no se le conocían
esposa ni hijos. A pocos metros de su hogar vivía su hermana con una hija.

Mendoza Celis nació en Oaxaca y llegó a la zona metropolitana de la Ciudad de


México en la década de 1980. Se sabe que durante algún tiempo practicó el oficio
de carnicero antes de dar un vuelco a su vida y convertirse en activista vecinal que
buscaba promover mejoras en su barrio.

Andrés Mendoza era de corta estatura y cabellera rizada, rasgo por el que también
se le conocía como “El Chino”. Su aspecto era el de un hombre inofensivo que
buscaba siempre el bienestar ajeno. Como ocurre en el caso de muchos asesinos
seriales, nadie podría creer que alguien como él, escondiera un secreto tan tétrico a
sus espaldas.

Sin embargo, el verdadero rostro de este hombre salió a la luz luego de la


desaparición de Reyna González Amador, de 34 años, con quien Mendoza Celis
llevaba un lazo de amistad. Era común que el hombre le ayudara ocasionalmente en
su negocio. Incluso en varias ocasiones fue invitado a sus fiestas familiares.

El 14 de mayo de 2021, ambos fueron al centro de la ciudad a comprar material


para reabastecer el negocio de Reyna. Sin embargo, nunca más regresó a casa.

Desesperado por encontrar a su esposa, Bruno Ángel Portillo, un jefe de policía


municipal en el Estado de México, comenzó la búsqueda por su cuenta revisando
los videos de seguridad pública para conocer los últimos pasos de Reyna.
Como los videos no revelaban del todo el último paradero de la mujer, Bruno rastreó
la localización del celular de su esposa usando una app para ello, lo cual lo llevó
hasta el domicilio de Andrés Mendoza. El policía accedió como pudo a la propiedad.

Ahí encontró los restos desmembrados de Reyna. En un acto de desesperación,


Bruno se comunicó con la policía para avisar del hallazgo. Así fue como comenzó la
tarea de investigar el pasado de Andrés Mendoza.

El predio en el que vivía Andrés Mendoza no tiene nada de llamativo. Se caracteriza


por un amplio desorden y carencia de higiene. Pero eso no es lo más sorprendente,
sino el hecho de que rentaba cuartos a personas. Y nadie se dio cuenta de lo que
hacía.

Después del hallazgo del cuerpo de Reyna, la policía y los peritos fueron
desenterrando miles de osamentas, la gran mayoría pertenecientes a mujeres. Unos
pocos eran de niños y hombres. Mendoza era un feminicida consumado. La
cantidad precisa de víctimas hasta el momento permanece como un misterio. Pero
pueden ser los suficientes para considerarlo el asesino serial más prolífico del país.

En los interrogatorios a los que fue sometido confesó que comió la carne de algunas
de sus víctimas.

La manera en que este hombre convencía a las mujeres de ir hasta su hogar era
variada. Algunas de sus estrategias era la de ofrecer empleos o presentarse como
facilitador de programas sociales, lo cual puede ser un gancho para personas en
busca de una mejora en su vida, como ocurre en las periferias del Estado de México
y la Ciudad de México, donde la pobreza llega a ser extrema.

La realidad es que luego de matarlas, Andrés Mendoza desmembraba a sus


víctimas y ocultaba los cuerpos en el subsuelo de una habitación subterránea de su
vivienda.

Ahí se fueron acumulando con el paso de los años, vidas y vidas de personas
inocentes a quienes alguien esperaba en sus hogares.
Además de las osamentas enterradas, la policía encontró en la vivienda de este
sujeto una libreta donde llevaba un recuento de sus víctimas: nombre, edad y
demás detalles.

También se encontraron fotografías, identificaciones oficiales, ropa, zapatos y


bolsos de muchas mujeres a las que quitó la vida. Como si lo anterior no fuera
suficiente, se encontraron grabaciones de los crímenes.

Otros objetos que se encontraron en su hogar son películas de la saga de Hannibal


Lecter, el asesino serial ficticio creado por Thomas Harris, que comía la carne de
sus víctimas, además de libros de anatomía.

Parece que se inspiraba en ‘Hannibal’, encontramos muchas películas en su cuarto,


todo iba tomando forma en el caso. Además, también tenía libros de anatomía,
entonces eso explicaba sus cortes perfectos”, declaró uno de los bomberos
involucrados en el caso.

Regalaba la carne de sus víctimas

Por su lado, la periodista Gabriela Warkentin comentó en el documental Caníbal,


indignación total uno de los detalles más escabrosos del caso de “El Caníbal de
Atizapán”: usaba la carne de sus víctimas para obsequiarla entre sus conocidos.

“Era muy curioso, cuando salía por Atizapán les decía a los vecinos que era carne
de jabalí que traía de Oaxaca y cuando llegaba a Oaxaca les decía que era carne
de cerdo que le regalaban en el Estado de México”.

La detención de Andrés Mendoza

Al momento de su detención hecha por la Fiscalía General de Justicia del Estado de


México (FGJEM), Mendoza confesó ser un feminicida serial y haber cometido
alrededor de 30 delitos de esta naturaleza. El detenido había sido presidente del
Consejo de Participación Ciudadana de Atizapán de Zaragoza. En aquel momento
apoyaba al candidato a munícipe de la coalición “Va por México” (PRI, PAN y PRD),
Pedro Rodríguez Villegas, quien se deslindó del delincuente.

Desde su lugar de detención, Mendoza ha dejado frases para el recuerdo


como:
“Ya no se remedia nada, ya lo que ya se hizo pues hay que aguantarse nada más. Se arrepiente
uno, pero ya demasiado tarde”.

La sentencia

Andrés Filomeno Mendoza Celis fue condenado a prisión vitalicia, informó en su


momento la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

Un juez del Distrito Judicial de Tenango del Valle dictó esta sentencia en marzo de
2022 luego de revisar los elementos de prueba recabados, aportados y expuestos
por el agente del Ministerio Público de la Fiscalía Especializada de Feminicidio.

También le impusieron multas de 5 mil días de salario mínimo y 1 millón 344 mil 500
pesos como reparación del daño, además fueron suspendidos sus derechos civiles
y políticos.

Perfil de “El caníbal de Atizapán”

Según cuenta la profesora de la facultad de psicología de la UNAM la Psicóloga


Feggy Ostrosky Shejet, y experta en neurobiología de la violencia, ofrece un perfil
sobre la personalidad de Andrés Mendoza, a quien tuvo oportunidad de entrevistar:

“Era un odio, una hostilidad muy marcada hacia la figura femenina. En pruebas que
se le aplicaron, decía que las mujeres eran frías y manipuladoras y que siempre le
habían cambiado por hombres más ricos que él. Nunca tuvo pareja, siempre
buscaba mujeres en lugares como los table dance “.

“Prefería a las mujeres llenitas, con un peso de unos 70 kilos. Jóvenes y atractivas”.

“Tiene una mirada muy transparente, que no la tienen los asesinos seriales. Te
mantiene la mirada fija. Estaba muy contento. Al principio pensé que no era él”.

“En él hay una baja autoestima. No se siente físicamente adecuado. Esta falta de
autoestima se volvía fantástica cuando ayudaba y era el gran cuidador de la
sociedad “El acto de matar era un acto de vengarse de las mujeres. Tenía
satisfacción sexual cuando mataba a la víctima y la grababa”.
Lo anterior no solo refleja la mentalidad de un asesino, sino también de un
país y un modelo de justicia poco eficiente que no ofrece garantías de
seguridad a millones de mujeres del Estado de México.

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