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Adrienne von Speyr

Disponibilidad
para el
Espíritu Santo
(Verfügbarkeit zum Geist [texto mecanografiado], Jo-
hannesgemeinschaft-Archiv, Basel)

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Adrienne von Speyr

Disponibilidad para el Espíritu Santo


Verfügbarkeit zum Geist (texto mecanografiado), Johannesgemeinschaft-Archiv, Basel ■ Traducción española : Com-
munity of St. John, 2020

L o primero es una promesa abierta e indis-


tinta del Espíritu, una inquietud, pero
también un requerimiento de estar dispuestos a
maneció en la espera de la promesa hasta el sí
de la Madre.
Ahora bien, cuando el Espíritu viene, debe-
deshacernos de todo lo que en la inquietud es mos corresponderle, ir a su encuentro tanto y
puramente humano. No dejarnos angustiar, tan exactamente como Él quiera y, mientras
sino aceptar todo así como se muestra. Estar tanto, no conocer nada más importante que su
disponibles en esta inquietud incluye un sí y concreta venida. Y no es importante el hecho
un no: se debe decir sí a lo que el Espíritu afir- de que nosotros correspondamos, importante
ma y decir no a lo que Él excluye. Si el Espíri- es que Él viene e incluye nuestro corresponder
tu es prometido, puede ser que Él quiera traba- en su siempre-más. Y Él realiza esto si nosotros
jar conmigo. Y si es así, yo puedo ir a su en- somos conscientes de que sólo su venir es deci-
cuentro lleno de esperanza. sivo. Esencial es estar donados, abandonados,
Supongamos que yo deba dar una confe- dejar que Él haga, en plena libertad. No plani-
rencia y que el Espíritu quisiera inspirarme las ficar nada, si Él no planifica, pero tampoco re-
ideas fundamentales, dejándome el resto del troceder si Él hace algo o desea que se haga. El
trabajo en mis manos: entonces yo debería dejar acontecer, el dejar que el Espíritu actúe
adecuarme a Él, pero sin determinar la rela- de ninguna manera es pasividad: es hacer dis-
ción por mí mismo. No debería tener miedo ponible todo lo que poseemos para Su activi-
de pedir más si Él quisiera dar más o de reci- dad. En este juego mutuo nunca se da ningún
bir menos si Él esperara que yo tome menos, tipo de encuentro frontal, ningún haber llega-
incluso si mucho más estuviera a disposición. do definitivo, ningún nivel fijo, sino tan sólo
Su exigencia es que sea claro y transparente un creciente ser-incluidos en el Espíritu. Y a
en el interior de una falta de claridad sobre lo partir de este ser-incluidos es posible responder
que vendrá. Quizá el Espíritu quiera inspirar así como Él lo espera.
una parte del trabajo a mi espíritu y dejar la Recibiendo siempre de nuevo su amor, uno
otra parte para que mi espíritu la cumpla jun- recibe la confirmación de que todo es justo.
to con Él. Esta promesa conlleva en sí que mi Correspondiendo al Espíritu, uno es llevado y
ser se haga completamente fluido, no sólo de- sostenido seguro. Un ejemplo lejano. Un
jando pasivamente que suceda, sino esforzán- campesino trabaja en un campo, porque así lo
dome personalmente para que esa fluidez se dispuso el propietario. No conoce directamen-
haga realidad. te al propietario ni el lugar donde vive, pero
A partir del momento en que acontece la al fin del día siempre recibe su cena y su lugar
promesa del Espíritu, se lo debe esperar y, caso donde vivir y descansar. Incluso si el campo
que Él lo exija, perseverar en la espera. Esta es- designado está muy apartado, él hace lo que
pera del Espíritu nos puede reclamar por com- corresponde. Y un día también puede darse
pleto, creando en nosotros, siempre más, un que el mismo propietario trabaje codo a codo
espacio vacío para lo prometido. Como en un con él en el mismo campo. Esta historia tam-
embarazo o como el pueblo de Israel que per- bién nos enseña que en este modo de corres-

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ponder al Espíritu no existe ninguna noche insertar en esta alegría una exigencia: Él nos
espiritual total. invita y compromete. No nos obliga a aceptar
Siempre nos es dado algún signo de certeza su gracia ni, por tanto, tampoco su exigencia.
y seguridad en el Espíritu, también en la situa- Es algo semejante a la cruz del Señor que es
ción de no estar seguros ni asegurados en me- regalo y exigencia a la vez: en tanto Él la car-
dio del mundo. Sin embargo: cuanto más ga, ya nos ha allanado a nosotros el camino
grande es la exigencia y, por tanto, cuanto más real del sacrificio.
grande es nuestra real colaboración, tanto más Algunos tiempos del actuar del Espíritu
grande es la necesidad de sólo dejar disponer al pueden ser de algún modo identificados. Pero
Espíritu. Precisamente este no responder unila- esto no significa que cuando éstos pasan somos
teralmente, este dejarnos amar sin restituir el “dejados fuera”, “rechazados”. Sin embargo,
amor según nuestras propias reglas es lo que pertenece a la esencia del Espíritu y de la exi -
requiere más empeño y compromiso. Y esto gencia que conlleva que nosotros debamos,
no es ningún ejercicio para principiantes. podamos, queramos, tengamos la gracia de es-
Este actuar del Espíritu siempre va unido a forzarnos para responder a su actuar… Es
una exigencia, la cual quizá nada tenga que ver como cuando debemos, podemos, queremos,
con el momento actual. Quizá el Espíritu pro- nos es permitido devolver una visita que nos
voque en nosotros una oración más profunda, habían ofrecido. Pues el actuar del Espíritu
un entender más comprensivo, pero en este puede cumplirse en nuestro yo y, no obstante,
momento no quiera ninguna obra determina- permanecer incompleto si las huellas de su ac-
da. No obstante, Él conserva una especie de tuar no continúan existiendo y actuando en
cuenta abierta. Como si se nos abriera una nosotros. Pues estas huellas poseen un carácter
cuenta que nos autoriza a retirar, pero también propio: el de permanecer siempre en el Espíri-
nos obliga a depositar. Ahora reina pura libe- tu. Él nos imprime este carácter. Y a este he-
ralidad, pero la hora cuando se nos reclame el cho también corresponde que no existen peo-
pago quizá no sea de nuestro agrado. El Es- res no creyentes que los que una vez han creí-
píritu nos regala una alegría pura y también do, es decir, han tenido el Espíritu Santo. ■
quiere que la gocemos. Pero esto no le impide

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