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Por
marco.navas@uasb.edu.ec / etoro@internacional.edu.ec
ABSTRACT: Through a constitutional perspective this article examines the constitutional model
of territorial organization and decentralization in Ecuador. The revision focuses on two major
institutions in the current constitutional scheme: the autonomy and the planning, as well as on the
definition of the Ecuadorian State as unitary. A historical perspective is incorporated in order to
highlight the background and the constitutional innovations, and to identify their potential of
materialization.
I. INTRODUCCIÓN
1
Para profundizar sobre el modelo constitucional de democracia en el Ecuador, consultar Albert
Noguera y Marco Navas Alvear, Los nuevos derechos de participación. ¿Derechos constituyentes
o constitucionales? Estudio del modelo constitucional de Ecuador, Valencia, Tirant lo Blanch, 2016.
2
Autores como Constantino Mortati han hablado de Constitución material, en el sentido la
presencia de cláusulas constitucionales que definen un fin supremo político (de “dirección política”)
que es organizar de determinada manera las relaciones sociales y el Estado. La definición del
Estado es un elemento central de esta materialidad así como lo pueden ser los contenidos de los
derechos. Cfr. La Constitución en sentido material. Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2000, pp. 225-26.
2
“Las tendencias del Estado Unitario en América latina” coordinado por Giorgia Pavani
todo el diseño constitucional y que, por lo tanto, deben influir en cómo interpretar el resto
de disposiciones de acuerdo al análisis integral y sistémico que la misma Constitución
3
proclama como forma de interpretación .
En el concepto destacan en este sentido, a más de los atributos que se refieren a la
naturaleza del Estado, entre otros, su carácter de constitucional, social, soberano e
intercultural, etc., rasgos que apelan a su “razón de ser” como un Estado de derechos y
justicia; pero también otros atributos que tienen que ver con su organización. El Ecuador
es un estado unitario, que adopta la forma de República, que se gobierna de manera
descentralizada y que en ello, admite formas de representación, de participación e incuso
de democracia directa. Todos estos rasgos se los debe entender en conjunto.
No obstante, el concepto de Estado unitario como requisito para establecer un
modelo de administración descentralizada podría ser interpretado en el sentido de que el
nivel central es el predominante y que marginalmente participan de la gestión pública las
entidades territoriales.
Lo dicho puede ser tomado como muestra o bien de una confusión conceptual, en el
mejor de los casos, o bien de un desconocimiento de las líneas básicas que este
proceso, el de la descentralización, contiene si se pretende asumirla dentro de los textos
constitucionales desde el referido enfoque sistémico. Si a esta idea le añadimos dos
elementos, el de la presencia de una tendencia histórica centralizadora en el Ecuador, y
el de que el concepto de autonomía no presenta claridad en su utilización al momento de
pensar en modelos de gestión administrativa, se presenta la posibilidad cierta de fracasar
en la implementación de un sistema de competencias como solución a problemas de
administración pública. Examinemos un poco más esta cuestión.
Como se dijo, la Constitución ecuatoriana define en su artículo inicial un tipo de
Estado unitario con administración descentralizada. Los antecedentes de esta fórmula
constitucional están en la Carta de 1979 y en la de 1998. En este último caso, la
descentralización ya ocupó un importante lugar en la construcción de la gestión pública
en el Ecuador, por lo que amerita un revisar estos antecedentes.
Por otra parte, en el esquema actual, el principio que consideramos asegura que el
modelo de administración descentralizada cumpla con sus objetivos es el de la(s)
autonomía(s), cuestión que reclama una definición más precisa si la pretensión es
verificar la situación de estos procesos en el Ecuador, desde una mirada crítica e
histórica que implique una justificación de lo adoptado en la Norma Fundamental. Al
tiempo, como agente aglutinador para este análisis se propone asociar lo referido con la
planificación, que es rescatada y reivindicada en la Constitución de 2008, como parte
3
Ver Art. 427 de la CRE y Art 3.5 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional.
3
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Brewer Carías, por ejemplo, aludiendo a la jurisprudencia venezolana, ha destacado que la
descentralización es fundamental para la democracia no pudiendo “haber democracia sin
descentralización”. Ver sentencia 1037 de 1 de agosto de 2000, citada por Allan R. Brewer-Carías,
Derecho Administrativo, Tomo I Bogotá: Universidad Central de Venezuela, Universidad Externado
de Colombia, 2005, p. 55. En sentido general, el debate acerca de la relación democracia -
descentralización, ha sido muy amplio en la región. Como referente crítico de este debate véase el
trabajo de Carlos Mascareño, “Descentralización y Democracia en América Latina: ¿Una relación
directa? Elementos conceptuales para su estudio”, Working Paper No. 23. College Park: Latin
American Studies Center University of Maryland, 2008.
5
Hay que precisar que en el pasado, los procesos de organización territorial en el Ecuador, se
han caracterizado por la debilidad del Estado nacional de sostenerlos en el tiempo de forma
coherente, esto en el marco de una recurrente tensión entre un Estado nacional en construcción y
poderes locales emergentes asentados en bases clientelares y democráticamente deficitarias. La
debilidad del Estado central para organizar el territorio se ha expresado en factores que han ido
desde la inexistencia de competencias precisas de los distintos niveles y la superposición de la
acción de varias instituciones con atribuciones similares, hasta una política fiscal y presupuestaria
que ha promovido una mayor asignación de recursos a las regiones y ciudades con mayor poder
económico. Cfr A. Barrera, F. Ramírez y L. Rodríguez. Ecuador: Un modelo para [des] armar.
Quito, Grupo Democracia y Desarrollo Local, CIUDAD, 1999, p. 44-45; y, S. Ortiz. “La nueva
constitución y la organización territorial” en vv. Aa., Nueva Constitución. Quito, ILDIS, La
Tendencia, 2008, pp. 217-18.
4
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6
Se ha calificado esto en términos no de “descentralización del Estado sino una apuesta
descentralizadora en contra del Estado”, cfr. Barrera y otros, 1999, op. cit, p. 109.
7
Comprensibles por un lado, a partir de los trabajos de Bourdieu, sobre el hábitus, véase: El
sentido práctico. Madrid, Taurus, 1980 y, “Espacio social y génesis de las clases” en Sociología y
cultura, México: Grijalbo, 1990; y por otro, del análisis del ejercicio del poder y las lógicas de la
burocracia de Weber en Economía y Sociedad. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2002, pp.
173-192.
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construcción de un Estado central era resistida por poderes locales con intereses
8
propios, corporativos y diversos .
El caso de Guayaquil, la ciudad más grande del país, que demandara las
competencias del Registro Civil resulta ejemplificador en cuanto a verificar que el
proceso de descentralización no fue entendido. Si bien es cierto que el Registro Civil no
se manejaba presupuestariamente con partidas, sino que más bien resultaba
autosustentable, cuando la municipalidad demandó esta competencia, dejó establecido
que no se haría cargo de los recursos humanos, dejando esta grave carga al gobierno
central. Así se hizo esta transferencia, que puede ser considerada exitosa desde el punto
de vista de la prestación del servicio, pero que es bastante cuestionable desde el punto
9
de vista de su legitimidad .
El gobierno de Rafael Correa pretendió dar un salto cualitativo en el planteamiento de
la descentralización y las autonomías. En la Constitución de Montecristi se concreta su
propuesta, que ya fuera delineada en el Plan Nacional de Desarrollo 2007 - 2010,
10
preparada desde la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) , y
en los siguientes documentos contentivos de la planificación nacional emitidos en
11
relación a cada periodo sucesivo de gobierno de Correa . En este Plan, desde su
presentación, se hace mención a la necesidad de pensar en el desarrollo del país desde
una concepción de equidad territorial, que involucre una suerte de cohesión social
situada. Se hace referencia a que se busque desde el Plan la profundización de los
procesos de desconcentración y descentralización, con fuerte participación ciudadana.
Además, se menciona la necesidad de que el Estado recupere sus capacidades de
gestión, planificación, regulación y redistribución y que se rediseñe territorialmente para
profundizar los procesos de desconcentración y descentralización.
De acuerdo a estas premisas, en la Constitución se estructura un Régimen de
12
Desarrollo impulsado por el Estado , orientado a la integración y desarrollo rural
8
Barrera et. al, op. cit, p. 44.
9
Se puede mencionar otros casos con mayor o menor éxito, como en el cantón Cotacachi, con
ciertos servicios de salud, Quito (la capital) en lo referente a la construcción del nuevo aeropuerto
internacional o Loja en materia de tránsito y movilidad, entre otros.
10
SENPLADES. Plan Nacional de Desarrollo 2007 - 2010. Planificación para la Revolución
Ciudadana (Quito: SENESCYT, 2007). Versión electrónica en: http://www.planificacion.gob.ec/wp-
content/uploads/downloads/2013/09/Plan-Nacional-Desarrollo-2007-2010.pdf
11
El contenido completo del Plan, así como otros relevantes pueden consultarse en:
http://www.planificacion.gob.ec/biblioteca/
12
En la CRE se concibe el Régimen de Desarrollo como “[e]l conjunto organizado, sostenible y
dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garantizan la
realización del buen vivir, del sumak kawsay” (Art. 275, CRE). En el inciso que sigue se establece
un rol rector protagónico del Estado, que “[…] planificará el desarrollo del país para garantizar el
ejercicio de los derechos, la consecución de los objetivos del régimen de desarrollo y los principios
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procurando un avance equilibrado y sostenible de todas las regiones del país. En cuanto
a la organización territorial, el objetivo es alcanzar el equilibrio entre las distintas
unidades territoriales, esto es, provincias, cantones y parroquias, con base en seis
principios: coordinación, concurrencia, complementariedad, subsidiaridad,
descentralización y productividad (Art. 238, CRE). Otro de los ejes de este nuevo
proceso de desarrollo es proyectar un Estado con un régimen equitativo de
competencias territoriales (descentralizadas y autónomas) que sean complementarias y
13
concurrentes entre sí .
Teniendo en cuenta estas orientaciones, se había previsto desde el gobierno, usando
la herramienta de la descentralización, lograr el objetivo de la cohesión y la integración
social, mediante el incentivo del desarrollo local participativo y la promoción del
desarrollo territorial equilibrado e integrado.
Este enfoque propone pues, tratar la descentralización desde un punto de vista
histórico y su relación con la situación de la organización territorial vigente, como
elemento del modelo de Estado en el Ecuador; tratando así mismo de establecer el
concepto de autonomía como principio garantizado y a la vez como centro de
convergencia; y, la planificación como dispositivo aglutinador y al mismo tiempo de
verificación de la problemática desde una perspectiva inicial y, por lo tanto, referida a la
enunciación de posibles problemas.
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14
Iván Finot. Descentralización en América Latina: teoría y práctica. Santiago, ILPES, 2001, p.
41.
15
José Suing Nagua. “El Marco Normativo de la Descentralización en el contexto de la
Constitución de 1998”. Documento de trabajo. Quito, Secretaría Nacional de Planificación y
Desarrollo, SENPLADES, 2008.
16
Véase Allan R. Brewer-Carías. Derecho Administrativo, 2005, op. cit., p. 62.
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Ibid.
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J. Suing, doc. cit.
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Los organismos de desarrollo regional eran entes de carácter autónomo, creados por leyes,
acuerdos internacionales o por decretos ejecutivos, que forman parte de la administración pública
institucional, dependientes de la función ejecutiva. Si bien su creación obedeció a fines específicos,
se convirtieron a la larga en extensiones de los ministerios con la carga burocrática que eso puede
suponer. Entre los principales se pueden mencionar: la Subcomisión Ecuatoriana de la Comisión
Económica Permanente Ecuatoriano Peruana PREDESUR; Centro de Reconversión Económica
de Manabí, CRM; Junta de Recursos Hídricos de Jipijapa-Paján; Centro de Reconversión
Económica del Azuay, CREA; Comisión de Estudios para el Desarrollo de la cuenca del Río
Guayas, CEDEGE; Instituto Nacional Galápagos, INGALA; Instituto para el Ecodesarrollo Regional
Amazónico, ECORAE; Corporaciones regionales de la Sierra Centro y Sierra Norte; Corporación
de Desarrollo Regional de El Oro, CODELORO; Corporación de Desarrollo Regional de
Chimborazo, CODERECH; y Corporación de Desarrollo Regional de Cotopaxi, CODERECO,
véase, J. Suing, doc. cit.
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La Constitución de 2008 manteniendo esta división agrega otros ámbitos de organización
territorial como son las regiones y los regímenes especiales (Art. 242, CRE). A esto haremos
referencia específica más adelante.
21
En esta provincial está situada la capital Quito.
22
J. Suing Nagua, “Situación Jurídica de los Gobiernos Seccionales Autónomos. Secretaria
Nacional de Planificación y Desarrollo”. Documento de discusión. SENPLADES, Quito, 2008.
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Lo cual ha sido un temor afincado a raíz de la acción de ciertos grupos políticos regionales, y
observando la experiencia boliviana.
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Cabe indicar que el Art. 238 se complementa con lo establecido al definir los niveles que
conforman el Sector Público, por el Art. 225 de la CRE que contempla entre ellos, por un lado, a
las “entidades que integran el régimen autónomo descentralizado: (núm. 2), y por otro, a las
personas jurídicas creadas por acto normativo de los gobiernos autónomos descentralizados para
la prestación de servicios públicos (núm. 4).
25
El COOTAD fue promulgado en el Registro Oficial el 19 de octubre de 2010.
26
Registro Oficial (R.O.). Segundo Suplemento No. 306 de 22 de octubre de 2010 y R.O. Nº 520,
del 11 de junio de 2015, respectivamente.
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Por otra parte, el Art. 241 consagra la planificación como medio fundamental para
garantizar el ordenamiento territorial en términos de eficiencia y racionalidad con una
visión nacional, estableciendo que “será obligatoria en todos los gobiernos autónomos
descentralizados”; la cual según el espíritu de la Constitución deberá hallarse articulada
27
al Sistema Nacional de Planificación .
En cuanto a la organización territorial propiamente dicha, el capítulo segundo del
citado Título V (Arts. 242-250, CRE), establece que el Estado se divide en cuatro formas
que son: regiones, provincias, cantones y parroquias rurales. Pero, además, por razones
de conservación ambiental, étnico-culturales o de población podrán constituirse
regímenes especiales, estableciéndose tres alternativas en relación a estos: los distritos
metropolitanos autónomos; las circunscripciones territoriales indígenas y pluriculturales
serán regímenes especiales; y dada su naturaleza, la provincia de Galápagos
(compuesta por el archipiélago del mismo nombre, mundialmente conocido). En estas
disposiciones se amplían ya los niveles de gobierno previstos en el Art. 238. En ese
sentido también se posibilita constituir mancomunidades que son instancias compuestas
por dos o más regiones, provincias, cantones o parroquias contiguas agrupadas con la
finalidad de mejorar la gestión de sus competencias y favorecer sus procesos de
integración (Art. 243).
Muy novedosa y no exenta de controversia es la introducción de las regiones en el
esquema territorial ecuatoriano. El artículo 244 dispone que:
Dos o más provincias con continuidad territorial, superficie regional mayor a veinte mil
kilómetros cuadrados y un número de habitantes que en conjunto sea superior al cinco
por ciento de la población nacional, formarán regiones autónomas de acuerdo con la ley.
Se procurará el equilibrio interregional, la afinidad histórica y cultural, la
complementariedad ecológica y el manejo integrado de cuencas. La ley creará incentivos
económicos y de otra índole, para que las provincias se integren en regiones.
El trámite para la conformación de una región autónoma lo regula el Art 245 de la
CRE. La iniciativa corresponderá a los gobiernos provinciales a través de un proyecto de
ley de regionalización sobre la conformación territorial de la nueva región y un proyecto
de estatuto de autonomía regional. La Asamblea Nacional aprobará el proyecto en un
plazo máximo de ciento veinte días, y en caso de no pronunciarse se considerará
aprobado. Para negar o archivar el proyecto, la Asamblea Nacional requerirá de los votos
27
Esto puede verse al examinar el mismo Régimen de Competencias (Título V, Cap. 4) que se
establece en la CRE, donde en numerosas disposiciones que se refieren a competencias
específicas de cada nivel de gobierno, se establece un mandato de que su planificación deberá ser
armónica con la planificación nacional, el cual a su vez, se halla definido en el Art. 279 (y
siguientes) y que es calificado como descentralizado pero que posee dispositivos de control
central, en particular en lo que se refiere al Plan Nacional de Desarrollo.
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de las dos terceras partes de sus integrantes. Por su parte, el proyecto de estatuto será
presentado ante la Corte Constitucional para que verifique su conformidad con la
Constitución. El dictamen correspondiente se emitirá en un plazo máximo de cuarenta y
cinco días, y en caso de no emitirse dentro de éste se entenderá como favorable. Con el
dictamen favorable de la Corte Constitucional y la aprobación del proyecto de ley
orgánica, se convocará a consulta popular en las provincias que formarían la región, para
28
que se pronuncien sobre el estatuto regional . Si la consulta fuera aprobada por mayoría
absoluta de los votos, entrará en vigencia la ley y su estatuto, y se convocará a
elecciones regionales en los siguientes cuarenta y cinco días para nombrar a las
autoridades y representantes correspondientes.
Para la organización administrativa se dispone en el artículo 251 de la CRE, que cada
región autónoma elegirá por votación a su consejo regional y a su gobernador quien lo
presidirá y tendrá voto dirimente. Los consejeros regionales se elegirán de forma
proporcional a la población urbana y rural por un periodo de cuatro años, y entre ellos se
elegirá un vicegobernador. Cada gobierno regional establecerá en su estatuto los
29
mecanismos de participación ciudadana de acuerdo al previsto en la Constitución .
La conformación de regiones autónomas habiendo sido un intento por introducir un
fuerte mecanismo de cohesión y a su vez de impulso al desarrollo descentralizado, como
mencionamos, no estuvo exenta de controversias. La principal crítica se orientó a que
estas instancias no se asentaban en la realidad histórica asociada a la conformación de
identidades en torno a las regiones naturales (costa, sierra, oriente e insular) del país y
30
las provincias , hallando la innovación su antecedente quizá más en intentos
bienintencionados de trasplantar esquemas como el español o el chileno.
En la teoría pudo haberse mostrado como una respuesta efectiva al centralismo
histórico del país; sin embargo, hasta el momento a casi ocho años de vigencia de la
CRE ninguna región ha sido conformada. ¿Falta de interés en los actores decisivos?
Dentro de los planes del gobierno y desde la SENPLADES, se tiene diseñado un modelo
de siete regiones transversalmente estructuradas que rompe el esquema tradicional de
28
El Art. 246 de la CRE especifica los contenidos básicos del estatuto que será la norma
institucional básica de la región, entre otros: su denominación, símbolos, principios, instituciones
del gobierno regional y su sede, la identificación de los bienes, rentas, recursos propios y la
enumeración de las competencias.
29
Para una visión general de los mecanismo de participación que establece la Constitución
ecuatoriana, véase Albert Noguera y Marco Navas Alvear, Los nuevos Derechos de Participación,
2016, op. cit., pp. 87-94.
30
Ver en este sentido la crítica de Roberto Viciano, “Algunas consideraciones sobre la
organización territorial del Estado en la Constitución ecuatoriana de 2008”, en Andrade, Santiago y
otros (edit.), La nueva Constitución del Ecuador. Estado, derechos e instituciones. Quito,
Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, Corporación Editora Nacional, 2009), pp. 110-
111.
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Registro Oficial, suplemento 653, del 21 de diciembre de 2015.
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El Art. 254 de la CRE prevé además que los distritos metropolitanos autónomos establezcan
regímenes que permitan su funcionamiento descentralizado o desconcentrado.
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todo para las comunidades de la frontera norte, tomando en cuenta e conflicto que vive
Colombia y el previsible proceso de paz.
Otra disposición que establece atención prioritaria es el artículo 250 de la CRE, al
señalar que el territorio de las provincias amazónicas forma parte de un ecosistema
necesario para el equilibrio ambiental del planeta. Este territorio constituirá una
circunscripción territorial especial con una planificación integral recogida en una Ley que
incluirá aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales, con un ordenamiento
territorial que garantice la conservación y protección de sus ecosistemas y el principio del
Sumak Kawsay - Buen Vivir.
También se produce un cambio estructural de importancia para el que antiguamente
se conocía como nivel intermedio. Los consejos provinciales dejan de conformarse con
consejeros electos para estructurarse de la siguiente manera: cada provincia tendrá un
consejo provincial con sede en su capital, que estará integrado por un prefecto y un
33
viceprefecto elegidos por votación popular ; por alcaldes, o concejales en
representación de los cantones; y por representantes elegidos de entre quienes presidan
las juntas parroquiales rurales, de acuerdo con la ley.
Con ello se busca articular los niveles cantonales a los provinciales. A la vez que, con
la introducción de la posibilidad de formación de regiones autónomas y con la forma en
que se configuran los gobiernos provinciales, al parecer los constituyentes de Montecristi
habrían tenido la intención de privilegiar el desarrollo de las regiones por sobre las
provincias.
En relación a los cantones, su gobierno cuenta con un concejo cantonal, integrado
por el alcalde y los concejales elegidos por votación popular, entre quienes se elegirá un
vicealcalde. El alcalde es su máxima autoridad administrativa y lo presidirá con voto
dirimente. En debe reflejar la representación proporcional de la población urbana y rural,
en los términos que establezca la Ley (Art. 253, CRE). Mientras que, para la
administración de las parroquias se dispone en la Constitución la existencia de una junta
parroquial conformada por vocales de elección popular, presidida por vocal más votado.
La conformación, atribuciones y responsabilidades de las juntas parroquiales se
determinan en la Ley (Art. 255, CRE). Todos los casos de remisión a la Ley en cuanto a
organización de los niveles seccionales de gobierno se refieren al citado COOTAD.
Se establece además, como instancia de coordinación, un gabinete territorial de
consulta (Art. 256, CRE) disponiendo que quienes ejerzan la gobernación territorial y las
alcaldías metropolitanas, serán miembros de él. Este será convocado por la Presidencia
33
El prefecto será la máxima autoridad administrativa, que presidirá el Consejo con voto
dirimente, y en su ausencia temporal o definitiva será reemplazado por la persona que ejerza la
viceprefectura, elegida en binomio con el primero. (Art. 252, CRE).
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Para la protección del distrito especial de Galápagos se establece que se limitarán los
derechos de migración interna, trabajo o cualquier otra actividad pública o privada que pueda
afectar al ambiente. En materia de ordenamiento territorial, se prevé además, que el Consejo de
Gobierno dicte las políticas en coordinación con los municipios y juntas parroquiales, quienes las
ejecutarán. Las personas residentes permanentes afectadas por la limitación de los derechos
tendrán acceso preferente a los recursos naturales y a las actividades ambientalmente
sustentables (Art. 258, CRE).
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V. REFLEXIONES FINALES
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