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Espacio de Aprendizaje: Ciencia Política

Catedrática: Licda. Linny Yojana Velásquez Flores

Asignación: N° 5

Tema: La organización del estado de honduras

Estudiante: José David Torres Kattan

Cuenta: 110140187

Villanueva, Cortes 07 de junio 2022


Introducción

El Estado de Honduras plantea en la Constitución de la República, Convenios,


Tratados, leyes nacionales y otros instrumentos el deseo de compromisos para
que la población obtenga acceso al agua potable y saneamiento. Con el fin de
que la población pueda alcanzar mejores.

Para esto se han diseñado diversos programas, planes nacionales y otros


mecanismos a fin de proveer a la población de agua potable y saneamiento a
precios justos, destinando recursos nacionales y de fuentes externas, logrando
avances considerables.

Para esto varias instituciones gubernamentales y de la sociedad civil lideradas


por la Secretaria de Salud y la Autoridad Nacional del Agua (Servicio Autónomo
Nacional de Acueductos y Alcantarillado) contando con un cuerpo legal (Leyes,
Reglamentos y otros) para emprender las acciones, medidas en este tema. A
pesar de los esfuerzos por proveer de agua potable a la población (en zonas
urbanas y rurales) falta es una visión y estrategia comprensiva, integrada y
coordinada entre dichos grupos con el fin de asegurar que haya acceso efectivo
al agua potable para cada comunidad en Honduras. Si bien ya existe a cierto
nivel una visión y estrategia sobre el tema de agua potable en el país, ésta tiene
que ser ampliada para incluir a todos los grupos dedicados a este trabajo en
Honduras.
La definición de Estado

Son las disciplinas y áreas que se ocupan del Estado como objeto de estudio, que nos permiten
conocer diferentes definiciones de Estado, quizás por ello, debido a la diversidad generada resulta
más difícil su correcta clarificación. En el terreno de la Ciencia política y de la teoría del Estado no
resulta sencillo encontrar definiciones precisas pues el interés puede dirigirse tanto hacia
los prin- cipios institucionales, normativos, como a las funciones, a las estructuras, etc. Ahora
bien, la radical innovación de la noción de Estado moderno consiste en que supone un ámbito
diferenciado de la política con circuitos propios de decisión que tiende a la máxima
institucionalización de la relación política. El Estado es incompatible con la idea de un poder
político disperso o fragmentado depositado en otras instancias como ocurría en la etapa feudal.
Ya no cuenta la tradición, ni las características personales del que manda, sino las leyes, la
despersonalización y profesionalización del poder.

Los atributos del Estado

Entre los atributos fundamentales del Estado, de los que daremos cuenta en los próximos
apartados, se encuentran el monopolio exclusivo en el uso de la violencia, la soberanía en el interior
de un territorio limitado por fronteras es- pecíficas así como la legitimidad basada en el triunfo de
unos determinados valores capaces de justificar la obediencia política.
.

Monopolio de la violencia

El Estado posee el monopolio exclusivo de la coacción, dotándose para ello, por una parte, de la
producción de derecho donde se encuentran contenidas todas las normas obligatorias y por otra,
de la administración de la violencia a través de los ejércitos, la policía, las instituciones
penitenciarias, las sanciones físicas, económicas, etc. Dentro de su territorio, el Estado organiza
el monopo- lio de la violencia con el fin de proveer los bienes públicos básicos de defensa
y seguridad, lo cual implica, como mencionamos anteriormente, elementos de vigilancia, sanción o
protección.

Soberanía

Junto al monopolio de la violencia, otro elemento constitutivo que caracte- riza al Estado es
la soberanía. Si nos acercamos a la definición clásica del con- cepto, la soberanía implica capacidad
exclusiva de gobierno, esto es, capacidad exclusiva en la toma de decisiones vinculantes en el
marco de un territorio. Un Estado deviene soberano en la medida en que es capaz de ejercer la
autoridad gubernamental imponiendo sus propias leyes sobre la comunidad sin que otros Estados
u actores externos impongan las suyas, por lo tanto, implica tanto el monopolio interno del poder
como la no injerencia en los asuntos de otros Esta- dos.
Legitimidad

La legitimidad constituye otro elemento fundamental del Estado, no solo para los sistemas
democráticos sino incluso sistemas de carácter autoritario han reclamado siempre alguna suerte
de legitimidad para sus acciones. Este término trae consigo un doble sentido, desde el punto
de vista de las personas gobernantes significa derecho a mandar y ejercer la autoridad y en
consecuencia, la obligación por parte de los gobernados a obedecer. Por su parte, desde la
perspectiva de los gobernados, la legitimidad significa fundamentalmente una creencia, relacionada
con los valores de la equidad, la justicia o la bondad de las acciones y leyes que emanan de la
autoridad gobernante.

Territorialidad

La territorialidad en sí misma constituye uno de los elementos más importantes de la definición de


Estado, pues su competencia se extiende sobre un territorio. En efecto, la dominación territorial se
delimita sobre un espacio concreto donde las fronteras existen, no solo como consecuencia del
marcaje necesario frente a posibles pretensiones de dominación por parte de otros Estados, sino
también como consecuencia de las limitaciones fácticas para poder hacer efectiv el ejercicio
del poder. Mediante la fijación de fronteras se delimita el territorio y se regula la asignación estatal
de competencias y por tanto, se acota el ámbito de poder del Estado. Las fronteras sirven
también para controlar el movimiento migratorio de personas que entran y salen de un territorio.

La organización territorial del Estado

La diferente conexión entre poder político organizado y territorio ha dado lugar a la configuración
de diferentes modelos de Estado, atendiendo al grado de dispersión o concentración en el ejercicio
del poder político. Sin embargo, no existe una única clasificación que podamos utilizar a la
hora de estudiar la organización territorial del Estado debido a la proliferación de variadas
tipologías y denominaciones relacionadas con distintas tradiciones en la Ciencia política. En la
tradición anglosajona, por ejemplo, no se emplea la referencia a Estado compuesto, sino que
generalmente se usa Estado federal así como variantes en su lugar. Por otra parte, en el marco de
la tradición italiana o española, son comunes las referencias al Estado compuesto (Fernando
Badía 1986; Vallés, 2000).

Modelos territoriales y democracia

Dentro de la literatura especializada en modelos de organización territorial del Estado ha sido


frecuente el desinterés respecto al tipo de régimen político que acompaña al modelo
territorial. Así, por ejemplo, Riker, uno de los grandes especialistas en este campo, no
estableció ninguna distinción entre el modelo de los Estados Unidos y el de la antigua Unión
Soviética. Ahora bien, en los úl- timos años se ha subrayado la necesidad de atender al
tipo de régimen político en el que se enmarca el modelo territorial, pues las diferencias entre
sistemas democráticos federales y sistemas no democráticos con estructuras federales son
fundamentales (Stepan, 2001). De tal manera que, de acuerdo con Stepan, tan solo las
democracias pueden ser efectivamente federales en la medida en que proporcionan garantías y
mecanismos institucionales para que las subunidades estatales se respeten.
Conclusión

El tema del Estado ha sido, sin duda, el tema medular de la ciencia política de
todos los tiempos. Las reflexiones y estudios sobre el Estado van desde su
magnificación hegeliana, al plantear que todo lo que el hombre es y se lo debe
al Estado, hasta la consideración marxista como un mero y simple instrumento
de dominio de una clase sobre otra, pasando por la concepción liberal de la
consagración de derechos individuales frente al Estado, a quien se consideraba
un ente separado de la sociedad".

Si esto es así, es indudable que los trabajadores al servicio del Estado


(los servidores o empleados públicos y los obreros) tienen que conocer su
naturaleza y fines, su evolución histórica y, sobre todo, que tipo de Estado
requieren para sí mismos (como patrono) y para la clase trabajadora y la
sociedad en su conjunto. Ese es el propósito de este

Bibliografía

Libro Diz Otero, I. (2013). Ciencia política contemporánea. Editorial UOC,

capítulo II:

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