Está en la página 1de 7

APUNTES SOBRE GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA

Desafíos en Bolivia…

Salinas M. Eduardo

POLÍTICA CON FUNDAMENTO

16 SEP. 2022

No podemos dejar pasar de lado la importancia que tiene la gobernabilidad en un

Estado, ni obviar que es labor fundamental del gobierno de turno lograr la

consecución de sus objetivos con el fin último que es - sin duda alguna – la

felicidad y la satisfacción de las necesidades de sus habitantes.

La gobernabilidad en democracia implica tomar en cuenta aspectos políticos que

le permitirán al partido gobernante lograr fortaleza en base a la legitimidad; un

equilibrio entre las demandas de los ciudadanos y la respuesta óptima a esas

demandas (Camou, 1994), diría que es la una de las claves de éxito para

garantizar la estabilidad misma de la democracia.

Ahora bien, si la legitimidad es el punto de partida y la punta del ovillo, la eficacia

será medida por la ciudadanía en función a la respuesta que de el gobierno a las

demandas planteadas, si la eficacia para resolver las demandas tarda en llegar, la

legitimidad se verá cuestionada y podría ser el inicio de una crisis. (Linz, 1996,

pág. 46)

La teoría es un referente de lo que queremos hacer, pero se contrasta con la

realidad y vemos - al analizar solo estos 2 parámetros – que las soluciones no

vienen con varita mágica, sino que muchos gobiernos se ven imposibilitados en
llegar a acuerdos satisfactorios para las partes provocando esta la molesta

ingobernabilidad que debe llegar a una solución.

En este punto y como ya mencionamos, la ingobernabilidad podría darse a partir

de infinidad de demandas no satisfechas ante la falta de respuesta del gobierno,

ante lo cual se debe recurrir a las teorías referentes a la resolución de conflictos;

cabe resaltar que no existen formulas mágicas para lograr soluciones y ante tal

ausencia de gestión podríamos llegar incluso a males mayores que análogamente

comparo con una enfermedad terminal que acaba con una vida, en este caso

podría acabar con la salida del gobierno en cuestión fracturando la democracia.

¿Por qué llegamos a este punto?

La respuesta se resume en otro concepto importante que va de la mano con la

legitimidad y la participación que exige la ciudadanía para viabilizar la

gobernabilidad, ese concepto es la Gobernanza.

Entendemos por gobernanza al “Arte o manera de gobernar que se propone como

objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero,

promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de

la economía” (Real Academia Española, 2001), esta definición nos lleva a

entender que debe existir una relación dialógica entre quienes gobiernan y

quienes son gobernados y es muy importante ya que definitivamente evitaría una

crisis estructural ante la falta de consensos.

Si bien este concepto nos brinda una semblanza general de gobernanza, cito otra

definición que quizá nos aclare algo más su significado: “La gobernanza se refiere
a redes interorganizacionales autoorganizadas, que complementan a las

jerarquías y a los mercados como estructuras de gobierno en la asignación

autoritativa de recursos, con ejercicio de control y coordinación…” (Rhodes, 2010)

Esta definición gira en torno a la asignación de recursos que el gobierno asigne a

los sectores de la ciudadanía organizados y de eso dependerá su éxito; pero aún

hay más, la asignación de recursos implica también el control de los mismos; a

esto el autor citado incorpora otras categorías como ser “Estado mínimo”,

“gobierno corporativo”, “nueva gestión pública” y “buen gobierno” (Sáenz, 2012,

pág. 344)

Si analizamos esta última definición, nuevamente llegamos a la conclusión de que

la gobernanza permite la participación de la ciudadanía inmersa en un gobierno al

mejor estilo de una corporación, con una nueva visión participante en la gestión

pública en el control, incluso en el manejo de los recursos económicos lo que le

permitiría calificar al gobierno como bueno o malo según la asignación de estos

para la satisfacción de las demandas incluso plasmadas en obras o beneficios de

diferente naturaleza.

Entonces nos planteamos otras interrogantes: ¿Será que el Estado minimiza su

accionar dejando de lado su plena soberanía decisional, delegando parte de ella a

otros actores encarnados en la sociedad organizada?, ¿Será capaz de idear

sistemas de control efectivos para que esos recursos asignados lleguen a buen

destino?, ¿No será que se amplia el horizonte para la comisión de delitos de

corrupción con la incursión de nuevos actores? Si así fuese, no solo el gobierno

gobierna, sino que existen otros actores de la sociedad que gobiernan junto con él
y es a estos últimos donde también debe estar dirigido el control sin dejar de lado

el suyo propio.

El caso boliviano

La experiencia boliviana responde por si sola a las 3 interrogantes y nos lleva a

plantearnos varios retos a futuro; no creo que el Estado minimice su accionar pero

si veo de manera preocupante que estaría en juego su legitimidad frente al

“gobierno de las minorías” que podrían aprovechar esta nueva visión de gestión

publica para crear inestabilidad política o siendo más grave aún, para crear

conflictos e incluso impulsar la caída del gobierno, abusando de la benevolencia

que la propia democracia contemporánea les podría brindar.

Ya pasaron 40 años de que se recuperó la democracia en Bolivia, periodo de

tiempo en el que no aprendimos a cabalidad como es que funciona realmente; de

una democracia pactada pasamos a una democracia de masas, pero con el

ingreso al siglo XXI y la aparición de la tecnología, los actores políticos

encontraron otras herramientas de influencia como el internet para poder influir en

la ciudadanía; es así que la gobernanza también dio mayor participación a la

sociedad organizada comenzando con la participación popular, las autonomías en

sus diferentes formas, etc., pero no se pudo comprender a cabalidad que la

Gobernanza da la oportunidad de crear un mejor país, más al contrario, esta fue

utilizada simplemente para lograr objetivos de clase dentro de una lógica

economicista e ideológica de algunos sectores.

Los casos de corrupción son una muestra clara de la falta de comprensión de la

participación dentro del marco lógico de la gobernanza, esta influye directamente


en la gobernabilidad lo que derivó incluso en quiebres de gobiernos

constitucionales tal cual sucedió en 2003 y 2019 aunque en contextos totalmente

diferentes. De manera general la gobernanza se convirtió en un instrumento para

crear conflictos más que en ser un espacio de participación y mejora de la

situación económica y social de la población; en consecuencia, los retos están

presentes y se debe trabajar para su consecución:

Los retos…

En el campo educativo, incorporar en el currículo más educación cívica con

contenidos que brinden capacidades de comprensión de la realidad social-política

y económica boliviana en los jóvenes, es decir incrementar la cultura política en

ellos para que no sean objeto de manipulación so pretexto de participación.

Definir políticas que incluya el análisis de problemas axiológicos de la sociedad

boliviana, a partir de estudios científicos como punto de partida para la formulación

de soluciones a corto, mediano y largo plazo.

En el campo político, comprender que la gobernanza da espacios interesantes de

participación mediante las organizaciones civiles ajenas al gobierno, pero que

estas no sean instrumento de desestabilización, sino de fortalecimiento de la

democracia. (¿utopía?)

No cabe duda que la lucha contra la corrupción también debe ser un eje

fundamental para cimentar la legitimidad de los gobiernos, se deben fortalecer las

políticas existentes para erradicarla en el mejor de los casos.


En el ámbito institucional, reestructurar instituciones anómicas como la policía

boliviana, las fuerzas armadas en principio como señal de cambio por parte del

gobierno; no se puede concebir el concepto de familiaridad dentro de ellas, no son

familia, son instituciones serias que deben trabajar en beneficio de la sociedad. Se

incluyen los sindicatos estigmatizados por nido de nepotismo y corrupción.

Conclusión.

Los retos planteados, son producto del análisis de conceptos y de la realidad

social boliviana; no serán sencillas de realizar ya que existirá una resistencia

natural por parte de los sectores ya acostumbrados a esa forma de accionar

dentro de las instituciones, lo conciben como natural.

De hecho, los retos constituyen cambios que ningún gobierno se podría atrever a

realizar ya que pondría directamente su gobernabilidad en juego; en ese sentido

muchos podrían decir “que siga nomás como está, así nos evitamos problemas” y

es esta manera de pensar lo que constituye el reto mayor a lograr, primero un

cambio de mentalidad y conciencia en referencia al Estado y al gobierno, luego la

acción junto con la voluntad de conseguir cambios en beneficio de todos. Vale la

pena soñar… esperemos que algún día esos sueños se conviertan en realidad.

Bibliografía consultada:

Camou, A. (julio-diciembre de 1994). Gobernabilidad y democracia. Obtenido de

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-

05652007000100001
Linz, j. (1996). (A. Universidad, Editor) Recuperado el 14 de septiembre de 2022,

de

chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.alianzaeditorial.

es/primer_capitulo/la-quiebra-de-las-democracias.pdf

Real Academia Española. (2001). Obtenido de

https://www.rae.es/drae2001/gobernanza

Rhodes, R. A. (2010). EL ENFOQUE DE LA GOBERNANZA EN EL ESTUDIO DE

LA TRANSFORMACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. Obtenido de

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6766546.pdf

Sáenz, R. C. (2012). Gobernanza y democracia. Obtenido de

chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.scielo.org.mx/

pdf/gpp/v21n2/v21n2a2.pdf

También podría gustarte