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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE RECURSOS NATURALES


ESCUELA DE AGRONOMÍA
CULTIVOS DE CLIMA CÁLIDO
TEMA
Cultivo de Melon ( Cucumis melo)

INTEGRANTES:
José Roldan
Paul Navarrete
Jeovany Castillo
Wiliam Minahua
SEMESTRE:
8vo Semestre

RIOBAMBA-ECUADOR
CULTIVO DEL MELÓN EN ECUADOR

1. ORÍGENES:
Los orígenes del meló n se encuentran en Á frica, pero es en la India donde se halla
su punto de dispersió n, expandiéndose a partir de allí a todas partes del
mundo. Hoy en día podemos encontrar cultivos en los países mediterrá neos,
Centro y Este de Asia, Sur y centro de América y centro y sur de Á frica.  Esta
amplitud de zonas de cultivo se debe a una gran variabilidad genética que permitió
la adaptació n de diferentes tipos de meló n en condiciones diversas. Por ello
encontramos melones muy diferentes en todas partes del mundo.
En Ecuador el cultivo se encuentra distribuido casi en su totalidad en la Costa. La
zona de mayor producció n son las provincias del Guayas y Santa Elena con el 56%
del á rea total cultivada principalmente en Lomas de Sargentillo, Isidro Ayora,
Pedro Carbo, Palestina y Laurel, La Azú car, San Rafael, Zapotal.

2. IMPORTANCIA ECONÓMICA DEL MELÓN

El meló n es un producto de consumo masivo cuya demanda se extiende alrededor


del mundo. Su forma de consumo es comú nmente en fresco, sin embargo, también
es consumido por la població n como acompañ ante de ensaladas y procesados
como encurtido o almíbar. Ademá s, es considerado como materia prima para la
elaboració n de jugos y saborizantes (Garzozi, 2001).

2.1. Producción de melón en Ecuador.

Segú n las estadísticas de la FAO, el Ecuador participó con 647 toneladas de


exportació n de melones en el 2006; adicionalmente, la producció n para el 2008 fue
de 16 000 toneladas y el á rea cultivada para el mismo añ o fue de 1 500 hectá reas.
El meló n se siembra en el Ecuador tanto para consumo interno como para
exportació n obteniéndose rendimientos de aproximadamente 25 000 kg/ha (FAO,
2008).
Ecuador en el añ o 2011 se registró un á rea sembrada de 24 000 ha con producció n
de 186 000 tm (INEC, 2011)
2.2. Comercialización y consumo de melón en Ecuador.

La comercializació n interna del meló n en el Ecuador es limitada debido a la falta de


há bito de consumo, acompañ ado de un mal manipuleo de la fruta lo que causa que
la fruta no llegue al consumidor en buenas condiciones. Los canales de
comercializació n utilizan el esquema tradicional de productores, acopiadores,
mayoristas, minoristas, supermercados, mercados de venta de frutas y
consumidor. El proceso de comercializació n también contribuye a la mala calidad
de la fruta debido al excesivo nú mero de etapas. Es importante mencionar que el
Ecuador no consta con un organismo que fije el precio del meló n (Cassis, 2000)

3. TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA.

De acuerdo con CONABIO, la clasificació n taxonó mica del cultivo de meló n es la


siguiente:

4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS.

4.1. Clima.
La planta de meló n es de climas cá lidos y no excesivamente hú medos, de forma
que en regiones hú medas y con escasa insolació n su desarrollo se ve afectado
negativamente, apareciendo alteraciones en la maduració n y calidad de los frutos
(InfoAgro, 2009).
4.2. Temperatura.
4.3. Humedad.
Aunque el meló n necesite humedad continua en el suelo para que las raíces capten
todos los nutrientes que aportamos, la humedad ambiental debe ser relativamente
reducida.
Desde la floració n hasta la maduració n de frutos, la humedad relativa ambiental es
ó ptima en valores que oscilan entre 60 - 70 %. Antes de inicio de floració n, esta
humedad puede ser má s alta, sin causar problemas en el meló n (Agromatica,
2014).
4.4. Luminosidad.
La duració n de la luminosidad en relació n con la temperatura, influye tanto en el
crecimiento de la planta como en la inducció n floral, fecundació n de las flores y
ritmo de absorció n de elementos nutritivos.
El desarrollo de los tejidos del ovario de la flor está estrechamente influenciado
por la temperatura y las horas de iluminació n, de forma que días largos y
temperaturas elevadas favorecen la formació n de flores masculinas, mientras que
días cortos con temperaturas bajas inducen el desarrollo de flores con ovarios
(InfoAgro, 2009).
4.5. Suelo
Es una planta nutricionalmente exigente la cual opta por suelos francos con buena
fertilidad y buen drenaje. Los suelos con mucha filtració n de agua o muy arenosos
no son convenientes por los riesgos de inundaciones o sequía lo cual atraería
plagas y enfermedades. El pH del suelo debe estar entre 6 y 7 al igual que el agua
en el momento de aplicar algú n producto. Este factor debe ser corregido previo a la
siembra para evitar alguna toxicidad y estrés en la planta (Terranostra, 2001).
5. VARIEDADES.
5.1. Híbrido Máximo.
El Meló n Híbrido tipo cantaloupe, plantas vigorosas, bien equilibrada con relació n
al cuajado y la fructificació n. Fruto de tamañ o ó ptimo y forma oval muy uniforme,
peso en torno a 2.5 a 3.0 kg. Escriturado y suturas bien definidas dando lugar a una
magnífica apariencia externa, de pulpa dulce, firme y consistente. Posee una
cavidad seminal pequeñ a ideal tanto en consumo en fresco como procesado.
Requiere climas situados entre los 0 a 1 500 m.s.n.m. Su producció n alcanza hasta
50 ton de frutos / ha. Tolerancia a Fusarium 0, 1 y 2, Alta tolerancia a Oidium
(Alaska SA, 2016).
5.2. Híbrido Edisto.
Mide 18 cm, de largo y 15 cm, de ancho, pesa alrededor de 2 kg la pulpa es de color
salmó n oscuro, muy gruesa y con sabor delicioso, la 24 cascara es dura reticulada.
Se cosecha a los 95 días después de la siembra (SINIA, 2011)

Fuente: Escribano, Sánchez, Salces y Lázaro (2007)


Caracteres morfoló gicos de algunas de las variedades de meló n má s comunes:
6. PLAGAS Y ENFERMEDADES.
6.1. Plagas
5.1.1 Pulgón del Melón (Aphis gossypii)
Pulgó n del meló n (Aphis gossypii) la hembra á ptera de forma ovoidal, que
presenta gran variabilidad de color, desde el ocre a un verde oscuro. Antenas con
la parte anterior de color crema, patas pardo amarillentas. La hembra alada, con la
cabeza y tó rax oscuros, abdomen de color variable.
En condiciones de alta densidad poblacional, afecta el crecimiento de brotes y
hojas, las encarruja. Puede ser transmisor de virus (CropScience, 2016).
Daños producidos
Comienzan los dañ os por focos en los ó rganos jó venes y tiernos de la planta,
produciendo con sus picaduras salida de savia y paralizació n del crecimiento,
rizado, abarquillando las hojas, deformá ndolas y debilitá ndolas. Los pulgones,
ademá s del dañ o que causan con sus picaduras a las plantas, son transmisores en
meló n de los virus:
• Virus del Mosaico del Pepino (CMV)
• Virus el Mosaico de la Sandía-2 (WMV-2)
• Virus del Mosaico Amarillo del Calabacín (ZYMV)
Recomendaciones y tratamientos:
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
• Eliminació n de malas hierbas y restos de cultivos anteriores
• Colocació n de trampas cromotró picas amarillas
• Emplear plá ntulas sanas procedentes de semilleros autorizados
b) Control biológico:
Los depredadores de pulgones má s importantes son:
• La que vulgarmente se le conoce como “mariquita”, coleó ptero, cuya especie
Coccinella septempuntata es la má s comú n, así como el coleó ptero Adalia
bipunctata.
• Las crisopas, insectos de la orden neuró ptera (Chrysoperla carnea). Al igual que
el anterior no só lo es depredador de pulgones, sino que también combate otras
plagas, como es el caso de orugas de lepidó pteros.
• Aphidoletes aphidimyza, díptero depredador que actú a principalmente por la
noche. Sus larvas perforan y succionan el cuerpo del pulgó n.
Entre las especies parásitas se han comercializado varias: Lysiphlebus
testaicepes, Aphidius matricariae y A. colemani; aunque con esta ú ltima la presencia
de hormigas pueden devorarlas, por lo que se aconseja tratar con algú n aficida y
posteriormente hacer sueltas del pará sito.
Productos biológicos. - Existen preparados de los pará sitos: A. matricarie, A.
colemani, A. aphidimyza, así como del hongo pató geno Verticillium lecanii.
c) Control químico:
Al observarse los primeros focos de ataque y, principalmente, si se observan
plá ntulas afectadas por virosis, hay que eliminar dichas plantas y tratar
rá pidamente dichos focos alcanzando bien el envés de las hojas con alguno de los
productos que contengan las materias activas que a continuació n se relacionan
autorizadas en meló n: Alfacipermetrin, azadiractin, cipermetrin, benfuracarb,
bifentrin, carbosulfan, zeta cipermetrin, cipermetrin má s malathion, imidacloprid,
deltametrín, fenamifos, lambda cihalotrin, metil pirimifos, pirimicarb. Si hay
presencia de plaga parasitada dirigir los tratamientos a otras zonas al fin de evitar
la eliminació n de dicha fauna auxiliar.
5.1.2 Mosca Blanca (Bemisia tabaci)
Los dañ os que causa Bemisia tabaci se relacionan directamente con su modo de
alimentació n. En forma directa provoca inmadurez de frutos, por la toxicidad de su
saliva y, ademá s, puede provocar virosis. Los dañ os indirectos, está n dados por los
excrementos de la mosca, estos desechos cubren el fruto y con el tiempo se van
tomando la parte aérea de la planta lo que provoca el desarrollo de hongos lo que
dará como resultado plantas débiles (INTA, 2008).
Daños producidos
Existen tres tipos de dañ os causados por mosca blanca en las plantas de meló n.
Estos son:
a) Los adultos y larvas se alimentan del tejido celular ocasionando má s o menos
dañ o dependiendo, fundamentalmente, del estado fenoló gico de la planta y de
la infestació n existente
b) Las larvas segregan sustancias azucaradas sobre las que suelen desarrollarse
diversos hongos (negrilla), los cuales reducen la superficie ú til de las hojas y la
melaza mancha los frutos, depreciá ndolos.
c) Tanto Bemisia tabaci como Trialeurodes vaporariorum son vectores en meló n
de los virus:
Recomendaciones y tratamientos:
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 Colocació n de trampas cromotró picas amarillas
 Eliminació n de restos de la cosecha anterior y las malas hierbas
b) Control biológico:
Entre los enemigos naturales, pará sitos de larvas de mosca blanca, se encuentran
las siguientes especies:
 Encarsia formosa, avispa pará sita muy eficaz contra T. vaporariorum, así como:
Encarsia lutea, E. transvena, E, tricolor y Eretmocerus mundus.
Contra Bemisia tabaci los depredadores:
 Eretmocerus mundos, E. californicus, E. sineatis, E. eremicus, Encarsia lutea, E.
transvena, Cyrtopeltis tenuis, Amblyseius swirskii.
c) Control químico:
Aplicar pesticidas que contengan alguna de estas materias activas:
Bifentrin, lambda cihalotrin, alfa cipermetrin, azadiractin, benfuracarb, buprofezin,
imidacloprid, malation, pimetrocina, piridaben, tiacloprid, zeta-cipermetrin.
5.1.3 Trips (Thrips palmi Karny).
Daños producidos:
Las plantas gravemente infestadas se caracterizan por una apariencia plateada o
bronceada de las hojas. Tanto las larvas como los adultos se alimentan
gregariamente en las hojas evidenciá ndose por cicatrices en la superficie cercanas
a las nervaduras centrales y venas, en tallos (especialmente en o cerca de los
puntos de crecimiento) y flores (entre los pétalos y ovarios en desarrollo).
También se pueden observar hojas y brotes terminales atrofiados, flores con
cicatrices y frutos con cicatrices sobre la superficie ademá s de deformaciones;
retraso generalizado el crecimiento de la planta. Es vector de tomato spotted wilt
virus (TSWV) en sandia y de otros virus en cucurbitá ceas (SAG, 2005).
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales
 Eliminar las malas hierbas, así como los restos de cultivos anteriores
 Realizar un tratamiento insecticida
 Antes de proceder a la plantació n, cerciorarse de que las plantas no está n
infectadas de trips
 Colocació n de trampas cromotró picas adhesivas azules desde el inicio del
cultivo Utilizar plá ntulas procedentes de semilleros autorizados.
b) Control biológico:
Preparados comerciales de Heterohabditis bacteriophora y Steinernema feltiae,
organismos bioló gicos compuestos por millones de larvas de nematodos que
parasitan las larvas de trips.
c) Control químico:
Los insecticidas aconsejados para el control químico del trips en meló n son los
productos fitosanitarios que contienen alguna de las siguientes materias activas:
Acrinatrin, azadiractin, malathion, fenamifos, fosalon, formetanato, spinosad,
benfuracarb.
5.1.4 Gusano Cogollero (Spodoptera frugiperda).
Daños ocasionados
La hembra coloca alrededor de 300 huevos en cualquier superficie de la hoja, estos
son cubiertos con escamas de color gris rosados provenientes del abdomen de la
hembra al momento de la ovoposició n. La duració n de los huevos es de tres a cinco
días (Chango, 2013).
Inicialmente, las larvas de los primeros instares se alimentan en forma gregoria en
el envés de las hojas. Cuando las larvas má s desarrolladas se alimentan en
solitarios. En condiciones de alta poblaciones de las plagas pueden causar
defoliaciones severas en los cultivos, las plantas jó venes pueden ser debilitadas e
incluso destruidas. También causan dañ os a las flores y los frutos de meló n
(Molina, 2000).
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 Eliminació n de las malas hierbas dentro y fuera del invernadero
 Instalació n de trampas de feromonas y trampas de luz
 Vigilar los primeros síntomas de ataques
b) Control biológico:
En la actualidad se han identificado la presencia de pará sitos y depredadores de
estas larvas. Así mismo se está utilizando el virus de la poliedrosis nuclear de S.
Exigua y productos bioló gicos a base de Bacillus thuringiensis (Berliner) y
preparados de pará sitos de huevos del género Trichogramma evanescens.
Control químico:
Para su control, ademá s de realizar las medidas preventivas y culturales indicadas;
pueden darse tratamientos con algunas de estas materias activas aconsejadas en
meló n: Alfacipermetrin, azadiractin, bifentrin, cipermetrin, lambda cihalotrin,
malathion, triclorfon.
5.1.5 Minador de la hoja (Liriomyza sativae).
Las larvas penetran la epidermis y se alimentan succionando la savia, en este
proceso ellas dejan un rastro bien característico al cual deben su nombre. Los
minadores dejan galerías en el tejido foliar de forma estrecha y 27 sinuosa. Estas
interfieren en los procesos fotosintéticos de la planta; cuando el ataque es severo,
los minadores pueden provocar que las hojas se sequen y caigan (INIFAP, 2001).
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 Eliminació n de malas hierbas y restos de cultivos para evitar los reservorios
 Trampas amarillas adhesivas para retener a los adultos
 Con fuertes ataques es conveniente destruir las hojas má s afectadas
 Evitar los trasplantes de plantas con síntomas de galerías o picaduras de
puestas
b) Control biológico:
Para el control bioló gico hay varias especies de pará sitos de larvas, entre las que se
encuentran: Diglyfus isaea, D. Minoeus y Dacnusa crassinervis, D. sibirica,
Hemiptarsenus zihalisidessi, y Heterorhabditis bacteriophora (preparado
comercial a base de millones de larvas de nematodos que parasitan a la larva
minadora).
c) Control químico:
Para que éste tenga eficacia es oportuno tener en cuenta lo siguiente:
 Las larvas jó venes (galerías pequeñ as), son má s sensibles, en general, a los
insecticidas que las de edad larvaria pró ximo a “pupar” (galerías grandes).
 Las primeras horas de la mañ ana son las má s adecuadas parta realizar los
tratamientos fitosanitarios, procurando que el tratamiento alcance a toda la
planta.
 En cuanto a las materias activas, se recomienda algunas de estas autorizadas en
meló n: Abamectina, ciromazina, malation, azadiractin, clorpirifos, fosalon.
 También puede dar buenos resultados la aplicació n de algú n insecticida al
suelo donde se guarecen las “pupas”.
5.1.6. Barrenador del melón (Diaphania nitidalis).
Ataca las yemas, flores y brotes tiernos. Las larvas infestan los frutos antes de la
cosecha, reduciendo de manera drá stica el rendimiento cuando no se efectú a
ningú n tipo de control (Bastidas, 2017).
6.2. ENFERMEDADES
6.2.1. Fusarium.
Las hojas de las plantas enfermas se tornan amarillas y se marchitan produciendo
la defunció n del tejido. Se manifiesta só lo en una parte de la planta. Durante la
noche, algunas plantas se recuperan del marchitamiento, pero esto es temporario.
El contenido excesivo de nitró geno favorece su desarrollo (Cortez, 2008).
Tratamientos y recomendaciones
El hongo se encuentra a gran profundidad, por lo que las desinfecciones de suelo
no son totalmente eficaces. Actualmente los injertos en patrones resistentes y las
variedades con genes de resistencia es la forma má s sencilla y eficaz contra esta
enfermedad.
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 Rotació n de cultivos
 Injertos con patrones resistentes
 Utilizació n de variedades resistentes
 Desinfecció n del suelo y semillas a partir de productos químicos
 Desinfecció n del suelo con calor solar
b) Control químico:
Desinfecciones en plena vegetació n: Utilizando alguno de los productos: Ditianona,
etridiazol, himexazol, metil tiofanato, procloraz, etc. situá ndolos en la zona del
cuello de la planta por medio del riego localizado
6.2.2. Antracnosis.
Esta enfermedad es producida por el hongo Colletotrichum lagenarium, que
también ataca, pero con menor frecuencia e intensidad a otras cucurbitá ceas:
pepino, sandía, calabacín, entre otros (Will, 2015).
Las lesiones pardo-negruzcas, redondeadas u ovales, de 1 a 2 cm de diá metro y
agrietadas, que presentan los melones atacados, pueden confundirse con las de
Cladosporiosis, pero en esta enfermedad las lesiones son má s pequeñ as y aparecen
deprimidas y recubiertas de una pelusilla gris, mientras que en las de Antracnosis
presentan puntitos rosados (Will, 2015).
En las hojas se observan manchas parduzcas que se van necrosando. En los tallos
se observan también manchas parduzcas que exudan goma, al igual que ocurre en
la Fusariosis, pero en la enfermedad que ahora nos ocupa las manchas está n bien
delimitadas, mientras que en la Fusariosis se van extendiendo paulatinamente por
el tallo (Will, 2015)
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 La desinfecció n de semillas y el empleo de semillas sanas
 Utilizar variedades resistentes
 Destruir por el fuego los frutos dañ ados y restos de plantas enfermas al objeto
de evitar la diseminació n de las esporas
 Evitar la humedad en los frutos y el exceso de humedad en el suelo
 Llevar a cabo una correcta rotació n de cultivos
 Abonar de forma equilibrada, evitando el exceso de nitró geno
b) Control químico:
Ademá s de las recomendaciones anteriores es conveniente aplicar tratamientos a
base de maneb, mancozeb, tiram, clortalonil, propineb, oxicloruro de cobre, metil
tiofanato, captan, carbonato bá sico de cobre.
6.2.3. Mildiu velloso.
Para la germinació n de las conidias y desarrollo de la enfermedad exige
temperaturas elevadas y periodos hú medos. Es decir: humedad relativa del 80-
90% y temperaturas comprendidas entre los 20 y 25º C. Las temperaturas
inferiores a los 5º C o superiores a los 35º C pueden detener su crecimiento.
Daños producidos
Las hojas infectadas muestran un moteado seguido por manchas de color amarillo.
Estas manchas son angulares y está n limitadas por las venas de la hoja.
Eventualmente, estas manchas se juntan y pasan del color bronceado al marró n.
Pronto se desarrolla en la superficie del envés de la hoja un fino moho de color
blanco a gris. Durante períodos de mucha humedad, este crecimiento puede
volverse gris o pú rpura. Las hojas infectadas mueren, pero permanecen erectas y
sus bordes se enrollan hacia adentro. Una infecció n severa da como resultado la
defoliació n, la atrofia de las plantas y un pobre desarrollo del fruto (Moya, 2012).
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 Utilizació n de variedades resistentes o tolerantes
 Evitar los excesos de humedad ambiental
 Eliminar restos de cosechas, hojas enfermas y malas hierbas
 Evitar los marcos de plantació n muy densos, ya que el exceso de vegetació n
favorece el desarrollo del hongo
 Vigilar las plantas procedentes de los semilleros
 Alternar las materias activas con diferente acció n sobre el hongo
b) Control químico:
 Como normas generales, para las plantas atacadas por mildiu se llevan a cabo:
 Aplicaciones a los primeros síntomas con productos curativos de acció n
sistémica. Tratamientos preventivos cuando se prevean condiciones climá ticas
propicias para la infecció n y desarrollo del hongo basado en ditiocarbamatos y
cú pricos (maneb, mancozeb, zineb, propineb, cobre, etc.), y tratamientos
curativos a partir de: Ciazofamida, cimoxanilo, clortalonil, azoxistobin,
tolilfluanida, cimoxanilo má s mancozeb.
La llegada de las materias activas con acció n sistémica. Por ejemplo: Cimoxanilo,
metalaxil, etc. han supuesto un paso importante para su control ya que algunos
fungicidas de contacto han perdido efectividad.
6.2.4. Damping off.
De acuerdo a Moya (2012), esto es causado por diversos agentes y son los
siguientes:
Phythium sp. Las plá ntulas se tornan verdes opacas y los cotiledones se caen. Se
pueden observar también lesiones hú medas 29 a nivel del suelo. Finalmente, las
plantas se marchitan o mueren. Algunas veces las plá ntulas mueren antes de
emerger.
Rizoctonia solani. En plá ntulas jó venes los síntomas son similares a los descritos
para Phytium spp. En plá ntulas adultas el hongo ataca solamente la corteza
produciendo una lesió n hundida de color marró n o pardo-rojizo.
Thielaviopsis basicola. Las lesiones comienzan con un color grisá ceo a rojizo,
volviéndose casi inmediatamente negras. En suelos hú medos una capa con
apariencia de escarcha puede cubrir parte de la lesió n negra.
Fusarium equiseti. Se desarrolla sobre la corteza del hipocotilo una lesió n pardo-
rojiza. El hongo puede causar “damping off” pre y post emergente.
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
 Emplear semillas con garantía de sanidad
 Eliminar restos de cosechas y malas hierbas
 Utilizar variedades híbridas resistentes
 Evitar la humedad en los frutos
b) Control químico:
Para su control es conveniente las aplicaciones de fungicidas por vía foliar a base
de: maneb, mancozeb, tiram, clortalonil, metil tiofanato.
6.2.5. Antracnosis
Daños producidos
Afecta a las hojas, frutos y tallos de la planta En las hojas se observan, al principio,
manchas amarillentas que se tornan, después, de color parduzco y con apariencia
hú meda. Estas manchas terminan por necrosarse. Los síntomas en los frutos se
aprecian en forma de manchas de color pardo, redondeadas y ligeramente
alargadas, hundidas y recubiertas de pequeñ os puntos rosá ceos, (ó rganos
reproductores del hongo), depreciando considerablemente a los frutos. En los
tallos se aprecian lesiones algo hundidas, a veces aparecen nudosidades gomosas.
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales:
Se han de observar có mo normas generales las siguientes:
 La desinfecció n de semillas y el empleo de semillas sanas
 Utilizar variedades resistentes
 Destruir por el fuego los frutos dañ ados y restos de plantas enfermas al objeto
de evitar la diseminació n de las esporas
 Evitar la humedad en los frutos y el exceso de humedad en el suelo
 Llevar a cabo una correcta rotació n de cultivos
 Abonar de forma equilibrada, evitando el exceso de nitró geno
b) Control químico:
Ademá s de las recomendaciones anteriores es conveniente aplicar tratamientos a
base de maneb, mancozeb, tiram, clortalonil, propineb, oxicloruro de cobre, metil
tiofanato, captan, carbonato bá sico de cobre.
6.2.6. Gomosis del tallo.
La enfermedad se manifiesta comú nmente en las partes aéreas de las plantas, las
plá ntulas mueren rá pidamente después de la infecció n del hipocotilo o de los
cotiledones, en plantas viejas, los síntomas en las hojas se manifiestan como
manchas circulares oscuras o negras de hasta 5mm. de diá metro, estando rodeadas
en ocasiones por un halo amarillo (SINIA, 2011).
A menudo la infecció n comienza como un marchitamiento en el margen de la hoja
progresando hacia el centro, finalizando con la quemadura de la hoja. Los tallos
infectados desarrollan ú lceras que producen un fluido gomoso rojo o marró n
característico, pequeñ as estructuras negras se van desarrollando dentro del tejido
infectado. Los tallos sufren un estrangulamiento, causando la muerte de los tejidos
por encima de este punto. Pueden verse en el fruto pequeñ as manchas hú medas,
ovaladas a circulares. Estas manchas son de color verde aceitoso, volviéndose
marró n oscuro a medida que se agrandan. En estas manchas sobre el fruto, puede
verse un líquido gomoso, así como estructuras de fructificació n negra (SINIA,
2011).
Recomendaciones y tratamientos
a) Medidas preventivas y técnicas culturales
 Evitar que el agua moje directamente el tronco de la planta
 Eliminar las hojas viejas y restos de cosechas, principalmente los frutos
 Desinfecció n de la estructura del invernadero
 Realizar tratamientos localizados tras la poda
 Evitar los abonos excesivos de nitró geno
 Utilizar semillas sanas
b) Control químico
Realizar tratamientos localizados cuando aparezcan los primeros síntomas con
alguna de las siguientes materias activas: Clortalonil, metiltiofanato, mancozeb.
6.3. FORMA DE PREVENIR O CONTROLAR LA INCIDENCIA DE PLAGAS Y
ENFERMEDADES EN MELÓN
Desde siempre hay una serie de métodos de control fitosanitario y otros que se
está n imponiendo poco a poco, que es necesario recordar:
 Prá cticas preventivas y culturales
 Lucha química racional
 Utilizació n de variedades tolerantes y resistentes
 Lucha integrada
Practicas preventivas y culturales
 Preventivas:
 Eliminació n de malas hierbas
 Eliminació n de residuos vegetales
 Alternancia de cultivos para romper el ciclo bioló gico de los pará sitos
 Empleo de semillas y plantas sanas procedentes de semilleros autorizados.
 Utilizació n de variedades tolerantes o resistentes a hongos, virus, nematodos,
etc.
 Desinfecció n del suelo
 Utilizació n de estiércoles bien fermentados y desinfectados
 Empleo de plantas injertadas para control de los hongos el suelo
 Culturales

 Evitar riegos copiosos. El exceso de agua de riego provoca asfixia de raíces y


ataque de hongos del suelo
 Empleo racional de los fertilizantes
 Realizar adecuadamente las podas, destallados y deshojados
 Desinfectar las herramientas de trabajo
 Utilizació n de trampas cromotró picas, y de feromonas y trampas de luz
 Tratar heridas de poda para evitar virus y botrytis
 No abusar del nitró geno que hace a las plantas má s sensibles a las
enfermedades aéreas
 Retirada y destrucció n de frutos y restos de cosechas afectadas de plagas y
enfermedades
7. Referencia
 Aguilar, J. y Carreñ o, J. 1999. Uso del agua en el cultivo protegido del meló n en
Almería. Estació n Experimental de Las Palmerillas. Caja Rural Provincial.
Almería.
 Alvarez, J.Mª. 1997. Tendencias en la mejora genética del meló n. Ediciones
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 Catá logos de semillas de las Empresas Comerciales de Semillas Hortícolas.
Asgrow, Batlle, Bruisma, Clause, De Ruiter S., Fitó , Gautier S, Hazera,
Intersemillas, Nunhems, Peto Seed, Seminis, Syngenta Seed, S. Groot, R. Zwan,
Tezier, Vilmorin, Zeta Seeds, Añ os 2007.
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Cribado (M.N.S.V.). Meló n Necrotic Spot Virus. Memoria de Actividades. C.D.H.A.
Almería
 Gó mez Vá zquez, J.M. 1988. Enfermedades causadas por hongos de suelo en
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Almería. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía.
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