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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio Del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Nacional Experimental
“Francisco de Miranda”

ASPECTOS GENETICOS DEL COVID 19 EN PEDIATRIA

Realizado por:
Beatriz A. Cordero Barbera
C.I: 19.253.585
Residente del 2do Año de Pediatría

Santa Ana de Coro, 31 de Agosto de 2022.


Del genoma a los elementos moleculares implicados en COVID-19 grave

Para conocer los factores genéticos implicados en la enfermedad COVID-19 de peor


pronóstico, el consorcio internacional GenOMICC, ha utilizado diferentes aproximaciones
genómicas.

En primer lugar, los investigadores han analizado el genoma completo de más de 57000
personas. Concretamente, el equipo comparó el genoma de 7491 pacientes críticos de
COVID-19, hospitalizados en más de 200 unidades de cuidados intensivos de Reino Unido,
con los de 48400 personas que no habían tenido COVID-19 (participantes en el proyecto
100 000 genomas) y 1630 que había experimentado COVID-19 con síntomas suaves.

A partir de las diferencias entre los genomas de los tres grupos, el equipo detectó 16
nuevas variantes genéticas y genes relacionados con la COVID-19 grave y confirmó la
relación de otras siete identificadas en estudios previos. Entre las variantes identificadas
hay algunas localizadas en genes que intervienen en la señalización por interferón como
IL10RB y PLSCR1. La proteína codificada por IL10RB actúa como receptor para los
interferones de tipo III y PLSCR1 favorece el efecto antiviral del interferón e inhibe a
través de este mecanismo la replicación de varios virus.

Los autores también destacan la relación con COVID-19 grave de una variante genética en
el gen BCL11A, que participa en la producción de linfocitos y maduración de células
dendríticas que liberan interferones en respuesta a las infecciones, y de otra variante en el
gen FUT2, implicado en la producción del precursor de los antígenos de la sangre y la
protección de las mucosas.

A continuación, los investigadores integraron los resultados obtenidos en el estudio


genómico con datos de expresión génica en dos tejidos relevantes para la enfermedad:
pulmón y sangre. Este análisis permitió estimar el efecto de la expresión génica en la
gravedad de la enfermedad y detectó múltiples genes implicados, como por ejemplo
ATP11A que muestra una reducción en COVID-19 crítico o MUC1, que experimenta un
aumento de su expresión. Este último es especialmente interesante ya que codifica para una
proteína del mucus que recubre, entre otros las vías respiratorias.

Por último, los investigadores utilizaron una aproximación denominada aleatorización


mendeliana que utiliza variantes genéticas para determinar si una asociación entre un factor
de riesgo y un resultado es consistente con un efecto causal. Mediante esta aproximación el
equipo detectó un papel causal en la COVID19 grave en moléculas implicadas en el
reclutamiento de células inflamatorias a los lugares de inflamación como SELE, ICAM5 y
CD209 (también relacionada con funciones específicas de la respuesta a infecciones
virales) o el factor de coagulación F8. Diferencias genéticas en este último podrían explicar
las diferencias en coagulación observadas en algunos pacientes con COVID-19 grave.

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Un mejor conocimiento de la patología de COVID-19

Los resultados del trabajo indican que en la patología de COVID-19 intervienen múltiples
elementos moleculares y apuntan a dos mecanismos biológicos implicados en la
predisposición a enfermedad muy grave: los fallos en el control de la replicación del
virus y una mayor tendencia a la inflamación pulmonar y coagulación intravascular.

Estos resultados, no solo mejoran el conocimiento sobre la enfermedad, sino que apuntan a
posibles estrategias de desarrollo de tratamiento. Por ejemplo, SELE, ICAM5 y CD209
codifican para moléculas de adhesión implicadas en la inflamación que podrían ser dianas
terapéuticas. También son interesantes los resultados relativos a MUC1, que sugiere un
papel importante y potencialmente regulable de las mucinas.

“Nuestros últimos resultados apuntan a dianas moleculares específicas en COVID-19


crítico”, señala Kenneth Baillie, investigador principal del proyecto y Asesor de Medicina
en Cuidados Críticos en la Universidad de Edimburgo. “Estos resultados explican por qué
algunas personas desarrollan una COVID-19 que pone en riesgo su vida, mientras que otras
no tienen síntomas en absoluto. Pero más importante todavía, nos proporciona un
conocimiento profundo del proceso de enfermedad y es un gran paso hacia encontrar
nuevos tratamientos más efectivos”, indica el investigador.

COVID-19 y Embarazo

Es bien conocido que entre los agentes con alto riesgo teratogénico se incluyen los virus.
Dada la poca experiencia acumulada, constituye una gran preocupación el curso de la
COVID-19 en las gestantes, y especialmente sus consecuencias en el producto por nacer.

La identificación de variantes genéticas que intervienen en la respuesta a la COVID-19; así


como la posibilidad de trasmisión materno-fetal del SARS-CoV-2 no solo permitirá ampliar
los conocimientos sobre la fisiopatología de la COVID-19; sino además estratificar los
grupos de la población, según su riesgo, a fin de poder implementar medidas preventivas y
tratamientos personalizados, incluida la prioridad en el uso de vacunas

La pandemia por el nuevo coronavirus está en curso y existe una gran preocupación relativa
a las embarazadas, no sólo por las consecuencias adversas para la madre, sino para su hijo.
Durante el embarazo existe una disminución de la capacidad respiratoria, por la elevación
del diafragma y se altera la inmunidad celular, con un incremento de la susceptibilidad a las
infecciones virales. Por tanto, las embarazadas son un grupo de riesgo tanto, por su propia
salud; como por el posible efecto teratogénico de la enfermedad.

El virus SARS-CoV-2 se transmite principalmente de forma directa de persona a persona (a


través de pequeñas gotas de saliva generadas cuando los infestados tosen, estornudan o
hablan); o indirectamente, luego de tocar previamente superficies contaminadas y llevarse

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las manos a la boca, nariz y u ojos. Se han descrito otras vías de transmisión, tales como
lágrimas y secreciones oculares, así como la fecal-oral.

Existe un gran debate sobre la posible transmisión vertical, o materno-fetal de la COVID-


19. Un grupo de investigadores que la defienden, señalan evidencias tales como la
presencia en gestantes afectadas con la COVID-19 de: pérdidas de embarazo (2 %),
crecimiento intrauterino retardado (10 %), y parto pretérmino (39 %), interpretadas como
pruebas de la transmisión materno-fetal. Se han descrito neonatos, frutos de madres que
presentaron COVID-19 en su embarazo, con manifestaciones neurológicas, similares a las
descritas en los adultos, llegándose en ocasiones a confirmar en ellos la enfermedad a
través de estudios inmunológicos, virológicos y patológicos.

En una revisión sistemática, donde se incluye la descripción de 222 recién nacidos de


madres con diagnósticos sospechosos o positivos de SARS-CoV-2 se halló que la mayoría
eran asintomáticos; 13 tenían resultados positivos para SARS-CoV-2, dos con
características clínicas moderadas o graves.

Se necesitan más evidencias para demostrar si realmente pueda ocurrir una trasmisión
intraútero, pues no se descarta la posibilidad de contaminación de las muestras tomadas, o
que los estudios realizados para confirmar el diagnóstico tengan la validación suficiente, e
incluso se plantea la posibilidad de trasmisión intra y posparto.

La inmunoglobulina G, detectada elevada en varios de estos recién nacidos, y presentada


como evidencia diagnóstica, atraviesa la placenta de la madre al feto al comienzo del
segundo trimestre y alcanza sus niveles más altos al nacimiento. Sin embargo, la
inmunoglobulina M usualmente no se transfiere de la madre al feto, debido a que se trata de
una macromolécula mayor, no se descarta la posibilidad de que las placentas de las madres,
en que se halló el estudio positivo, estuvieran dañadas; aunque alternativamente la IgM;
pudiera ser producida por el propio niño, si el virus cruza la barrera placentaria.

Se ha descrito incluso el nacimiento de niños con anticuerpos IgM contra el SARS-CoV-2 y


citoquinas elevados, cuyas madres sufrieron COVID-19, confirmada por PCR, a pesar de
no haber tenido contacto físico.

Es interesante el hecho de que la ACE2, receptor del virus SARS-CoV-2 en el humano, se


expresa en las células de interfase materno-fetal, incluidas las del estroma y perivasculares
de la decidua y del citotrofoblasto y sincitiotrofoblasto en la placenta, lo que puede tener un
importante papel en la transmisión materno-fetal.

A fin de precisar si existe transmisión vertical del virus SARS-CoV-2, y si este virus está
relacionado con la disfunción placentaria y el aborto, se precisan investigaciones
adicionales. Las actuales, mayormente, están basadas en los productos de las mujeres
afectadas sobre todo en períodos tardíos del embarazo. Se necesita observar los resultados

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de los embarazos que cursaron en mujeres afectadas en el primer trimestre, en que el virus
debe ser más perjudicial.

La hipertermia en el primer trimestre, e incluso en la primera mitad del embarazo, puede


ser teratogénica, al producir alteraciones del crecimiento, el desarrollo y producir
disfunción cerebral. Entre los defectos congénitos relacionados a la hipertermia materna se
incluyen: los defectos del cierre del tubo neural, microcefalia, microftalmía, hendiduras
faciales, defectos cardíacos conotronculares. Se ha relacionado además a discapacidad
cognitiva, para identificarla se necesitan al menos que hayan transcurrido los primeros tres
años de vida, y también ha estado relacionada a las pérdidas de embarazo. Por tanto, si una
de las manifestaciones clínicas de la COVID-19 es la presencia de fiebre; aun cuando no
exista transmisión vertical de la enfermedad, que evidentemente es muy probable, el virus
SARS-CoV-2 es potencialmente teratogénico. Por ello, y por el propio riesgo de la salud de
la madre, las embarazadas constituyen un grupo de alto riesgo a considerar en esta
enfermedad.

La limitación principal de esta investigación es que se basa en una enfermedad de reciente


descripción, por lo que al momento en que se realiza, la experiencia acumulada en el tema
aún es escasa. No se tuvo acceso a la totalidad del reporte, a texto completo, de todas las
investigaciones realizadas en el tema.

En conclusión, variantes genéticas humanas son factores de susceptibilidad genética al


virus SARS-CoV-2, que puede ser causa de defectos congénitos.

Tratamiento
La población pediátrica no se ha visto tan afectada como otros grupos de edad, la mayoría
de las infecciones han sido leves o asintomáticas, con un pequeño número de pacientes con
formas clínicas potencialmente graves. Por ello, gran parte de la evidencia disponible, tanto
la observacional como, especialmente la experimental, se refiere a población adulta. En
ella, tendremos que buscar la mayoría de las respuestas a los interrogantes que esta
infección suscita entre los pediatras.

En estas circunstancias, el Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la Asociación


Española de Pediatría (AEP) y de la Asociación Española de Pediatría de Atención
Primaria (AEPap) consideró necesario elaborar un documento sobre la evidencia disponible
de la COVID-19 en la población pediátrica (0-18 años), abordando todos los aspectos de la
enfermedad: epidemiología, clínica, diagnóstico, tratamiento, prevención y vacunas.

Buscar, evaluar, sintetizar y jerarquizar la evidencia disponible, y emitir recomendaciones


sustentadas en ella supone un reto: nos obliga a navegar entre incertidumbre y manejar gran
cantidad de información, gran parte de ella indirecta. Nuestro objetivo ha sido ofrecer un
compendio de la información publicada hasta el momento, junto a una valoración de su
calidad, información en la que se ha de basar la toma de decisiones, adaptada a las
circunstancias de cada paciente. No hemos pretendido dar recetas de aplicación directa, este
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documento no es un protocolo, sino facilitar elementos de juicio necesarios para optimizar
el manejo del paciente pediátrico. Esta información tendrá que ser combinada con la
experiencia y opinión de los expertos para elaborar los protocolos que demandan nuestro
sistema sanitario y la sociedad.

La información sobre la COVID-19 en la infancia y, en concreto, sobre los pacientes


pediátricos con SIM-PedS, proviene de estudios observacionales, donde se perfilan una
serie de medidas terapéuticas, sin poder establecer aún su eficacia. Parece razonable que la
gran mayoría de los pacientes pediátricos con COVID-19 que son asintomáticos o con
sintomatología leve, reciban las medidas de soporte necesarias. El tratamiento
farmacológico se reservará para los casos graves (cuya principal manifestación parece ser el
SIM-PedS). En el SIM-PedS se puede hacer una recomendación débil a favor del
tratamiento combinado de inmunoglobulina intravenosa asociada a metilprednisolona.
Prevención (Mascarillas)

Las medidas físicas son actualmente la base de la prevención de la COVID-19 en la


población infantil. Respecto a las mascarillas, la evidencia sobre su efectividad es escasa y
evalúa generalmente las mascarillas quirúrgicas, FFP2 o equivalentes. No se han
encontrado estudios con población exclusivamente infantil, aunque los niños han
participado en algunos estudios comunitarios. Igualmente, pobre es la evidencia sobre la
efectividad frente a la COVID-19, ya que la mayoría de los estudios son previos a la
pandemia y estudian otros virus respiratorios (gripe, SARS, MERS). Por último, los
resultados de su efectividad varían según el tipo de estudios: mientras los ensayos clínicos
no demuestran efectividad, los estudios observacionales encuentran un efecto preventivo
importante. La baja calidad de los estudios no permite extraer conclusiones firmes. En
cuanto a su seguridad, no se han observado efectos adversos importantes.

Transmisión vertical, lactancia materna y medidas preventivas

Hasta el momento no hay pruebas de que se produzca transmisión vertical del SARS-CoV-
2 al recién nacido. Las conclusiones se basan en estudios observacionales de calidad
moderada a baja y heterogéneos respecto a la toma de muestras, la técnica realizada y el
momento de la prueba. En casi todos los estudios la transmisión vertical ha sido un
acontecimiento muy infrecuente y dudoso. No existen diferencias en cuanto a la
transmisión en el parto vaginal o por cesárea. No se han encontrado pruebas de que el
SARS-CoV-2 se transmita por leche materna, ni se ha observado diferencia entre la
positividad en los recién nacidos amamantados o alimentados con fórmula. En cuanto al
tipo de alojamiento, separados o conjunto con la madre en el periodo perinatal, no influye
en la posibilidad de infección del recién nacido.

Salud mental infanto-juvenil y pandemia de Covid-19

Las pandemias infecciosas se asocian a un aumento de la sintomatología ansiosa, depresiva


y postraumática en la población infanto-juvenil. El confinamiento tiene repercusiones
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negativas sobre su salud mental y física. El desarrollo de los menores se puede ver afectado
por el cierre de las escuelas, la limitación de las relaciones con iguales, la imposibilidad de
realizar actividad física en el exterior y la pérdida de hábitos saludables de vida. La
pandemia de COVID-19 se asocia con un incremento de factores de riesgo psicosociales,
como son el aislamiento y la violencia intrafamiliar, la pobreza, el hacinamiento y el abuso
de nuevas tecnologías. Se proponen medidas de prevención en el ámbito familiar, como la
comunicación positiva, la promoción de hábitos saludables y el parenting. Se hace
imprescindible reforzar la accesibilidad a la red de salud mental. Se deben diseñar
estrategias de protección de la población infanto-juvenil en el contexto de la actual crisis
sanitaria.
Preservar los derechos de las niñas y los niños, su salud mental y su desarrollo integral, sin
poner en riesgo la salud de la comunidad, es un reto al que deben enfrentarse las
autoridades competentes.
Epidemiologia:
La vía transplacentaria al feto en mujeres gestantes, que en el último trimestre han
adquirido la infección, hasta el presente no ha sido descrita y es negativa la presencia del
virus en muestras analizadas procedentes del líquido amniótico, sangre del cordón
umbilical o leche materna, no obstante, se notifica la enfermedad en recién nacidos, debido
a la transmisión posnatal.

Diagnóstico

El diagnóstico de esta entidad descansa en tres pilares fundamentales: los hallazgos


clínicos, los exámenes complementarios de laboratorios, tanto clínicos como
microbiológicos, unidos a los antecedentes epidemiológicos explicados con anterioridad.

Características clínicas en niños

El comportamiento de los síntomas y signos clínicos de los pacientes pediátricos señalan


que pueden mostrar una infección asintomática o presentar fiebre, tos seca, con síntomas
localizados en las vías respiratorias superiores, dados por congestión y secreción nasal o
disnea en caso de invasión al tracto respiratorio inferior, situación infrecuente. Otros
enfermos exponen manifestaciones digestivas, que incluyen molestias abdominales,
náuseas, vómitos, dolor y diarrea. La mayoría de los niños infectados tienen expresiones
sintomáticas leves, y el pronóstico es bueno. La recuperación ocurre en una o dos semanas.

En la tabla 1 se aborda una revisión de seis series de casos pediátricos con COVID-19 que
suman un total de 99 pacientes, en ella se observa que la mayoría muestran una edad
superior a los 5 años, salvo el reporte de Xia W y otros, donde el 85 % tiene una edad
inferior. Hubo un predominio de los varones menos en los hallazgos de Cai y otros, que
describe mayor frecuencia en las hembras con 60 %.

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Tabla 1 Características clínicas y exámenes complementarios de pacientes pediátricos
según diferentes autores 

*M: mediana; AAT: alaninatransferasa; CK: creatininfosfoquinasa; PCR: proteina C


reactiva; UCIP: unidad cuidados intensivos pediátricos; No.: número.

Los pacientes presentaron fiebre entre el 22 y 80 %, congestión nasal entre 8 y 70 %


aunque hubo dos publicaciones en que este signo estuvo ausente. La tos varió desde el 11,2
hasta 60 % y la disnea fue descrita con menos frecuencia variando, desde 2,7 a 10 %. En el
trabajo de Sun y otros, este signo alcanzó 100 % de los enfermos, pero dicho estudio abarcó
a niños tratados enfermos todos en la UCIP, es decir, se realizó en pacientes con pronóstico
grave, lo que debe de haber influido en la presencia de este signo.

Los síntomas digestivos representados por vómitos, diarreas o algias ocurrieron en un rango
entre 5,5 y 25 % de los pacientes. No se registraron en estas series signos que traducen

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toma del sistema nervioso central, del aparato cardiovascular, manifestaciones
dermatológicas o trastornos del olfato o gusto, lo cual puede deberse a no haber indagado
con profundidad en estos aspectos.

De los 25 casos explicados por Zheng, solo 2 ingresaron en la UCIP, dato que no es
comparable con la investigación de Sun, pues este autor en su casuística solo reportó
pacientes graves, el resto de las series no informaron casos con este pronóstico. La
evolución de los enfermos con COVID-19 es más benigna que los enfermos adultos, así en
China según un informe publicado, con situación grave solo se observó en 2,5 % de la
población infantil y fueron los menores de 3 años el grupo más vulnerable.

La causa por lo cual la mayoría de los casos con la COVID-19 en pediatría tienen síntomas
menos graves que los adultos, es sorprendente, pero puede estar relacionado tanto con la
exposición como con los factores del huésped, entre los que se destacan:

 Los niños generalmente se encuentran bien atendidos en casa y pueden tener


relativamente menos oportunidades de exponerse a patógenos o pacientes enfermos.
 El número de receptores de ACE2 es inferior al número apreciado en adultos.
 El sistema inmunitario en la edad infantil todavía se está desarrollando y puede
responder a los patógenos de manera diferente.
 Los menores rara vez tienen comorbilidades tales como hipertensión, enfermedad
cardiovascular y diabetes.

Exámenes complementarios

Laboratorio clínico y radiológico

En los exámenes de laboratorio se observa en la tabla 1, con relación al aspecto


hematológico que la media del conteo leucocitario varió de 5,5 ×109a 8,5 ×109, mientras
que la linfopenia alcanzó cifras entre 2,5 y 40 %. Una revisión de 12 artículos que
comprendieron 66 pacientes pediátricos expone recuento normal de leucocitos en 69,6 % de
los pacientes mientras que e15,2 % presenta conteo aumentado, además plantea el artículo,
que en los pacientes adultos, la leucocitosis y neutrofilia son comunes en enfermos con
evolución desfavorable.

El estudio enzimático es variable pues el aumento de la alaninatransferasa (AAT)


transcurrió de 5,5 % a 50 %, además, otros autores, no describen alteraciones de este
indicador parámetro. La creatininfosfoquinasa (CK) tiene presencia en todas las series
mencionadas con incrementos que oscilan entre 20 y 75 % de los pacientes examinados.

La AAT es expresión de daño hepático y la CK de injuria muscular, que puede comprender


al miocardio sin ser tan específica como la troponina, no obstante, en las series analizadas,
no hubo reportes de síntomas de miocarditis y los autores no mencionan haber realizado
electrocardiogramas o ecocardiografias en las series estudiadas.

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La determinación de la proteína C reactiva (PCR), marcador de proceso inflamatorio, arrojó
valores entre el 17 y el 62,5 %, y para algunos autores en los niños pudiera ser un indicador
de coinfección bacteriana.

Qiu y otros, describen que las variables que se asociaron significativamente con la
gravedad de COVID-19 en niños, estuvieron representadas por la disminución de los
linfocitos, temperatura corporal elevada y altos niveles de procalcitonina, dímero D y CK,
aunque no existe claridad sobre la presencia de un biomarcador común en niños, para
predecir el pronóstico de gravedad.

La radiografía de tórax simple ofrece pocos signos anormales en las estructuras que
conforman el aparato respiratorio, no así en la tomografía axial computarizada, la cual
muestra con mayor frecuencia infiltrados irregulares en forma de cristal esmerilado sin que
en algún caso aparezca de derrame pleural, linfoadenopatias, colapso lobular, neumotórax o
derrame en niños con COVID-19.

Exámenes microbiológicos

El diagnóstico microbiológico rápido es decisivo en las enfermedades infecciosas que


producen brotes, epidemias o pandemias, su precisión permite a las autoridades políticas y
de salud realizar una adecuada vigilancia para determinar el agente etiológico circulante, y
tomar medidas encaminadas al control de la transmisión mediante el aislamiento de casos
confirmados por laboratorio y sus contactos cercanos en cuarentena para influir con
carácter positivo en la situación epidemiológica de una región o país.

Tipos de diagnóstico de laboratorio microbiológico

 Detectar el material genético del virus.


 Revelar los anticuerpos que neutralizan las partículas virales de interés.
 Mostrar los epítopos virales de interés con anticuerpos (pruebas serológicas).
 Cultivar y aislar partículas virales viables.

Ahora bien, es conveniente tener presente que, si las pruebas positivas para la COVID19
son útiles, las pruebas negativas deben interpretarse con precaución, y se ha de tener en
cuenta los antecedentes epidemiológicos, las enfermedades previas y el cuadro clínico
mostrado por cada paciente en particular, que permita tomar una conducta con menor riesgo
para el enfermo y su comunidad.

Tratamiento
La oxigenoterapia representa la principal intervención de tratamiento para pacientes con
infección grave. La ventilación mecánica puede ser necesaria en casos de insuficiencia
respiratoria refractaria a la administración de oxígeno, mientras que el soporte
hemodinámico es esencial para controlar la presencia del shock.

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Se conocen distintos fármacos utilizados en los variados ensayos clínicos.

Antivirales

Lopinavir-Ritonavir

La combinación de retrovirales en la serie descrita por Qiu y otros, fue utilizada al ingreso,
además de emplear interferón alfa (IFNα) por aerosolización dos veces al día; 14 pacientes
(39 %) recibieron jarabe de lopinavir-ritonavir en igual frecuencia, y seis (17 %)
necesitaron inhalación de oxígeno. La duración media de la fiebre fue de 3 días (DE ±2),
con mejoría del proceso neumónico entre 4 a 10 días después del inicio del tratamiento. El
resultado de RT-PCR (Retro Transcriptasa Reacción en Cadena de la Polimerasa, o PCR en
tiempo real) de SARS-CoV-2 se volvió negativo después de una media de 10 días (DE±2)
de iniciada la terapéutica, independiente del cuadro clínico inicial. Los efectos secundarios
de la administración de esta combinación de fármacos son nauseas, vómitos y dolor
abdominal.

Remdesivir

El primer uso clínico de remdesivir fue para el tratamiento del ébola y se han publicado
informes de casos exitosos que describen su aplicación en la COVID-19, no se encuentra
aprobado su uso en pacientes menores de 18 años y enfermas embarazadas, salvo el
argumento de “uso compasivo”.

Rivabirina

Se ha utilizado con anterioridad en pacientes pediátricos con bronquiolitis, causa toxicidad


hematológica importante dependiente de su concentración en sangre. Las altas dosis
utilizadas en los ensayos de SARS resultaron en anemia hemolítica en más del 60 % de los
enfermos. La ribavirina también es un conocido teratógeno y está contraindicado en el
embarazo.

Se discute a cuáles niños debe estar dirigido el empleo de sustancias antivirales en vista de
la alta proporción de contactos infectados asintomáticos. No obstante, la experiencia de su
uso según los distintos protocolos, aclarará la conveniencia de su empleo.

Interferones

Los interferones (IFN) activan las células epiteliales y reducen la acción proinflamatoria
mediada por macrófagos mononucleares, además de inhibir el reclutamiento de neutrófilos
a los sitios de inflamación. La administración temprana de IFN, (IFNα solo o asociado a
IFNλ) tiene ciertos beneficios en la reducción de la carga viral y mejora los síntomas
clínicos de los pacientes, aunque se discute su acción en reducir las tasas de mortalidad. Se
ha utilizado en los protocolos aprobados en China y en Cuba, mientras que en España

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señalan que no está disponible en el momento actual y se ha eliminado la posibilidad de
administración con esta indicación.

Cloroquina/hidroxicloroquina

La indicación de este fármaco antipalúdico se basa en que inhibe la producción y liberación


del factor de necrosis tumoral e interleucina 6 (TNF e IL-6). Se ha empleado en adultos en
China con efectos beneficiosos porque inhibe el desarrollo de la tormenta de citocinas.
Otros autores informan que la adición de azitromicina posibilita un aclaramiento viral
numéricamente superior en comparación con la monoterapia con hidroxicloroquina, sin
embargo se describe que esta combinación puede potenciar el efecto de prolongar el
intervalo QT por la interacción farmacológica, lo que está considerado de alto riesgo. En
los niños, es poco probable que tenga un beneficio clínico significativo cuando se
administra de forma rutinaria, pero puede considerarse en el raro caso de ingreso en la
UCIP.

Otros medicamentos

Existen varios productos biológicos propuestos para su empleo: células madre de sangre
uterina, células mononucleares o madres del cordón umbilical, y proteína recombinante
derivada del gen de citosina.

La terapéutica con medicina natural y tradicional se encuentra entra las modalidades


aparecidas en algunos ensayos clínicos, así en China existen 22 protocolos de registro
clínico bajo este rubro, consistentes en compuestos a base de hierbas entre los que se
incluyen Feiyanyihao, Qingfeijiedutang, y Xinguanyihao, cuyos ingredientes poseen
propiedades antivirales.

Consideraciones finales

Los datos actuales indican que los niños son tan susceptibles a la COVID-19 como los
adultos, se desconoce la frecuencia de transmisión por mostrar la mayoría de ellos la forma
asintomática, mientras que las presentaciones clínicas se acompañan de síntomas
respiratorios y digestivos con una evolución más favorable en este grupo de edad. Los
estudios presentes indican que las citocinas poseen un papel importante en la fisiopatología
de las lesiones en órganos y sistemas, estando dirigido el tratamiento curativo al empleo de
fármacos con acción antiviral y aquellos que intervienen en la modulación de la respuesta
inmune, según los estudios derivados en diversos ensayos clínicos. Las medidas
profilácticas encaminadas a controlar la infección, se enmarcan en la detección precoz de
casos infectados mediante el empleo de análisis de laboratorio microbiológicos que
demuestran la presencia del virus SARS-CoV-2, retraimiento de los casos positivos y sus
contactos, así como el aislamiento social de la población.

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BIBLIOGRAFIA

https://genotipia.com/genetica_medica_news/factores-geneticos-covid-19/
https://www.analesdepediatria.org/es-covid-19-pediatria-valoracion-critica-evidencia-
articulo-S1695403321002071

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75312020000500007

https://genotipia.com/genetica_medica_news/genetica-covid19-critico/

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