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Literatura / Poesía

Los 22 poemas más bonitos de la lengua española


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Catalina Arancibia Durán


Máster en Literatura Española e Hispanoamericana

Lo bello se encuentra estrechamente ligado al mundo del arte, donde es más fácil apreciar
estéticamente lo bonito a través de colores, sonidos y palabras.

En este sentido, la poesía destaca por su capacidad de transmitir sensaciones y emociones a


través de un lenguaje que permite embellecer la experiencia del mundo y mostrarnos con
distintos matices los sentimientos más sombríos.

A continuación, seleccionamos 22 poemas que invitan al lector a reflexionar sobre la vida, la


muerte, el amor, el desamor, las relaciones sociales y nuestra identidad.

1. "Coplas por la muerte de su padre" – Jorge Manrique

Tras la muerte de su padre, Jorge Manrique (1440 – 1479), escribió sus famosas Coplas con las
que se convirtió en un autor imprescindible en lengua española.

En esta elegía el poeta se lamenta por lo perdido, pero también realiza un canto a la vida,
recurriendo al tópico Carpe Diem, que hace alusión a aprovechar el tiempo, tal como podemos
ver en la "Copla número 1":

Recuerde el alma dormida


Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte,
Tan callando,
Cuán presto se va el placer,
Cómo, después de acordado
Da dolor,
Cómo, a nuestro parecer,
Cualquier tiempo pasado
Fue mejor.

2. "Soneto XXIII" - Garcilaso de la Vega


Garcilaso de la Vega (1501 - 1536) es uno de los más grandes representantes de la lírica del Siglo
de Oro Español, época en que la poesía se renovó a través del ritmo y la estructura.

En estos versos se describe la belleza de una dama, para que así el lector recuerde la fugacidad
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de la vida. Tal como en el poema anterior, se hace alusión al motivo Carpe Diem, haciendo un
llamado a disfrutar de los placeres de la juventud antes de que sea muy tarde.

En tanto que de rosa y azucena


se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena


del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera


el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,


todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

3. "A una rosa" - Luis de Góngora

Luis de Góngora (1561 - 1627) es otro de los grandes exponentes de la poesía del Siglo de Oro
español, y tal como sus predecesores, realiza un análisis sobre la fugacidad de la vida humana y
lo inminente de la muerte.

En este soneto se dirige a una rosa, una delicada creación cuya belleza cautiva, pero es tan
efímera que debe aprovecharse mientras dura.
Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lúcida,
y para no ser nada estás lozana?
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Si te engañó tu hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,


ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;


dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

4. "Soneto de repente" - Lope de Vega

Lope de Vega (1562 - 1635) fue el gran renovador del teatro español y también se destacó en la
poesía, ya que se alejó de la rigidez de sus contemporáneos y decidió explorar juegos de ingenio
en algunas de sus obras.

En este poema analiza con mucho humor la estricta construcción de un soneto, composición de
moda en el periodo y nos detalla de forma irónica el proceso, en el que deben existir catorce
versos divididos en dos cuartetos y dos tercetos.
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto,
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
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Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,


y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho


que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

5."Hombres necios que acusáis" - Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz (1648 - 1695) fue de las pocas mujeres que destacaron en este
periodo, en especial si se considera que escribió en México en el siglo XVI. Como religiosa, tuvo
acceso a una importante biblioteca y a una educación autodidacta. En estos famosos versos
sigue la tradición de la poesía cortés, pero le da un giro al confrontar a los hombres, aludiendo a
la inconsecuencia masculina, que en las mujeres acusan lo que causan.
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
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si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo


de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,


hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro


que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén


tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana;


pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis


que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada


la que vuestro amor pretende

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