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EL SIN SENTIDO EN LOS FUNDAMENTOS DE LA MATEMÁTICA

En este primer capítulo me propongo exponer cómo la distinción entre decir y mostrar viene a
configurar la manera en que se entiende el sin sentido en la fundamentación de la matemática.
Para lograr dicho propósito este capítulo avanzará en tres partes: en la primera sección mostraré
de dónde surgió la pregunta por la fundamentación de la matemática, cuáles son sus principales
postulados logicistas, cuál fue el tratamiento de los predecesores de Wittgenstein con especial
arreglo en su influencia en su pensamiento posterior. La segunda sección es una exposición del
aparataje teórico existente en el Tractatus logico-philosophicus sobre la concepción figurativa de
la proposición elemental, puesto que allí, quedará debidamente expresada la función del lenguaje
en relación con las posturas logicistas que, como ya se dijo, serán tenidas como sin sentido.
Por último la explicación sobre decir y mostrar que encierra de manera notable todo lo aquí
propuesto en términos de lenguaje, de proposiciones elementales y todo aquello que se pueda
decir según tiene o no sentido. Mas esto, será algo que quedará probado en las líneas que vienen
a continuación.

Una pregunta en Cambridge

La concepción del lenguaje a la que llegó el pensamiento temprano de Wittgenstein está


caracterizada por su intención de descubrir la estructura que yace tras el ropaje y el adorno del
que suele revestirse el lenguaje ordinario. Parte de este proyecto filosófico que, en el caso de
Wittgenstein, comienza con las notas dictadas a Moore primero en Cambridge en un texto
inédito llamado: Notes of logic (1913) y posteriormente en un texto de nombre editorial Notes
dictated to G.E Moore in Norway (1914) buscarán resolver la pregunta que por aquel momento
había inquietado al movimiento intelectual que tendría sus orígenes en Alemania y se
desarrollaría a profundidad en Inglaterra. Como lo muestra el texto Bertrand Russell and the
origins of analitic philosophy: “En un intento de socavar el persistente uso de estas categorías
entrecruzadas, Michael Dummett, en su libro Origins of Analytical Philosophy, ha buscado

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recordarnos que no tiene nada de especial la tradición angloamericana sobre la filosofía
analítica, de hecho, considera que sus raíces yacen en el otro lado del canal. “los recursos de la
tradición analítica”, escribe él, “han sido los escritos de los filósofos que han escrito
exclusivamente en lengua alemana; y esto hubiera permanecido obvio para todo el mundo si no
hubiera sido por la plaga del nazismo que obligó a tantos filósofos de lengua alemana a cruzar
el Atlántico” (Dummett, 1993, p. ix).” (Pg.1)

Un hecho de interés es que precisamente el trabajo intelectual caracterizado por una labor
compleja y abstracta-como lo es la fundamentación de la matemática-comenzara en Alemania.
En efecto, la tradición alemana ha trabajado siempre las nociones de la lógica, el pensamiento y
conocimiento puro en una larga cadena de nombres que se extiende desde Leibnitz hasta las
investigaciones de Frege, Como se muestra a continuación en el libro Gottlob Frege, the
arguments of the philosophers del profesor Hans D. Sluga: “La continua preocupación por la
lógica en la filosofía alemana de los siglos XVIII y XIX se distingue de las tradiciones francesas
e inglesas por reforzar dicha labor con sus tendencias racionalistas” (Pg.11) aunque si bien es
cierto que la tradición alemana siempre ha tenido sus miras en la lógica, y ha habido obras
importantes como la Crítica de la razón pura donde la lógica trascedental ocupa un lugar central
en toda la obra y en el pensamiento de su autor, la influencia de dicho interés se ve también en el
idealismo como se muestra a continuación: “En el caso de los idealistas alemanes quienes
tomaron sus consideraciones sobre el principio de identidad (Ficthe, Schelling) y de no
contradicción (Hegel) como fundamentales para sus trabajos. En especial para Hegel quien
consideró la lógica como la ciencia del conocimiento y pensamiento puro” (Pg.11)

Como se puede ver el tema del pensamiento puro y la lógica siempre ha estado muy presente en
la tradición filosófica alemana. Si bien ha tenido figuras de renombre y enorme influencia
posterior, hay uno en especial que llama la atención para el tratamiento de este tema, se trata de
Leibniz. “Mientras el interés de los filósofos rodeaba la lógica con una gran cuota de
especulación, hicieron muy poco por la ciencia misma. En el periodo entre Leibniz y Frege no
se hizo ningún intento por reformar la lógica” (Pg.11)

El proyecto filosófico de Leibniz estaba inmerso en la lógica aristotélica que, incluso, el propio
Kant utilizó para desarrollar su obra, el sistema que quiso realizar puede resumirse, en opinión de

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Nicolás Abbagnano, de la siguiente manera: “Toda la obra de Leibniz se puede considerar
dirigida a justificar la posibilidad de un orden espontáneo y de reglas no necesarias” (Pg.257)
la manera en que utiliza los principios de la lógica Aristotélica, a saber: identidad, no
contradicción y tercero excluido componen y moldean una manera de entender el mundo que
plantea la siguiente premisa: “Orden, no significa necesidad … la necesidad según Leibniz se
encuentra en el mundo de la lógica no de la realidad, un orden real no es nunca necesario” (Pg.
257) la distinción entre verdades de razón y de hecho vienen a mostrar la manera en que Leibniz
utiliza los principios aritotélicos para discriminar entre lógica y realidad. A pesar del gran
antecedente que sería la filosofía de Leibniz su proyecto sería de alguna manera insatisfactorio
como lo explica el profesor Sluga: “Hay bastantes razones para este fallo. Para empezar,
Leibniz nunca superó las limitaciones de la lógica aristotélica y la tradición filosófica que
siguió tampoco hizo ningún esfuerzo” (Pg.11)

Precisamente, una de las primeras cuestiones que ocuparían a Frege sería elaborar una lógica sin
las limitaciones de la lógica Aristotélica cuyos principales dos objetivos, según Avrum Stroll en
su libro La filosofía analítica del siglo XX serían los siguientes: “Demostrar que la matemática
es una rama de la lógica, en el sentido en que la teoría de números (la aritmética) puede
reducirse a proposiciones que contengan solamente conceptos lógicos, tales como contantes,
cuantificadores y variables” y “El otro objetivo era mostrar que la lógica matemática era un
lenguaje ideal que podía captar, en una notación puramente formal, la gran variedad de
patrones de inferencia y modismos incluyendo tipos diferentes de oraciones que se encuentran
en el lenguaje corriente” (Pg.13). Dichos objetivos, adscritos al llamado logicismo, serían un
punto de partida para la nueva lógica que dejaría las antiguas nociones Aristotélicas para
enfrentarse a problemas filosóficos hasta ese momento desconocidos por toda la tradición
posterior.

Se llegó a la tesis logicista cuando los matemáticos del siglo XIX demostraron que los conceptos
utilizados en el algebra podían ser reducidos a operaciones aritméticas, “Efectivamente,
aritmetizaron esas ramas de la matemática, reduciendo sus conceptos básicos a los números
naturales y las operaciones habituales entre ellos” (Pg. 15) no obstante, Russell y su compañero

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Whitehead quería demostrar que “Todos los conceptos aritméticos -en otras palabras la misma
teoría de números- podría derivarse exclusivamente de los principios de la lógica” (Pg.15)

Frege era partidario de este intento y de la tesis logicista, de tal manera que inspirándose en los
axiomas matemáticos de Peano se dio a la labor de fundamentar la matemática por medio de la
lógica como lo expresa en el prólogo de la Conceptografía: “mi procedimiento fue este: primero,
busque retrotraer el concepto de ordenación al de consecuencia lógica y de aquí progresar
hasta el concepto de número. Además, para que no pudiera introducirse inadvertidamente algo
intuitivo, se debió llegar a suprimir toda laguna en la cadena de inferencias. Al intentar cumplir
lo más rigurosamente posible con ese requerimiento, me encontré, junto a todas las dificultades
que surgen de la expresión, un obstáculo en la inadecuación del lenguaje” (Pg.3)

La investigación de Frege lo llevó a encontrar un principio del lenguaje y del simbolismo que
encontró bajo la concepción de que un signo es definido por el objeto que designa, no por la
relación que tenga con otro signo. De tal suerte que encontró, bajo una potente intuición un
funcionamiento del lenguaje, donde rápidamente advirtió un error muy indeseable para la
fundamentación de la matemática, y es que, el lenguaje natural está lleno de ambigüedades y
ornamentos. En tal sentido, se dificulta bastante exigir la precisión a un signo que está definido
por su objeto y más aún su sentido cuando no hay concordancia entre signos, es decir, cuando no
apuntan a lo mismo.

El caso señalado en que “a” y “b” son signos diferentes de un mismo referente, no solo expresa
una relación entre signos, sino también apuntan a la igualdad de su referente. Como se muestra a
continuación:“veamos cómo, anticipándose a Russell, formula el problema que plantea la
igualdad (identidad). Supongamos dos oraciones idénticas verdaderas: <Venus =Venus> y
<venus = la estrella matutina>. La primera es trivial, una tautología que no nos da ninguna
información. Sin embargo, la segunda oración no es trivial. Representa una extensión de
nuestro conocimiento” (Pg. 31) La relación entre estos dos signos es arbitraria pero la relación
que posee con la igualdad entre ellos se muestra significativa en la medida en que expresa dos
sentidos (Sinn) de un mismo referente (Bedeutung) sobre esto, en el artículo “On the scientific
justification of a conceptual notation” expresa lo siguiente: “Ciertamente debería haber un

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sentido definido para cada expresión en una configuración completa de signos, pero las lenguas
naturales están lejos de cumplir este requerimiento por muy variadas razones” (Pg. 86)

En tal sentido, el signo se define como su único objeto designado no como una diferencia entre
signos, el valor cognitivo de [“a” = “a”] es el mismo de [“a” = “b”] precisamente porque su
referente es el mismo. En palabras de Stroll: “la idea básica de Frege es que toda expresión
significativa tiene Sinn y puede que también tenga Bedeutung. Aunque la cuestión realmente
importante, como muestra el ejemplo de <el mayor de los números naturales> es que algunas
expresiones pueden no tener Bedeutung” (Pg.31)

Dado el problema anterior, la solución de Frege avanzó en dos frentes: la una para dar solución
al problema de la ambigüedad del lenguaje y la otra, para la fundamentación de las matemáticas.

Para el primer frente que quería solucionar, sustituyó las viejas nociones de sujeto y predicado
por las de sentido y referencia y argumento y función. Como se muestra en la lista de principios
que ofrece el texto The Philosophy of Gotlob Frege se muestra como primer principio la
propiedad fundamental de la función que se muestra cómo se sigue: para todo (x), (y) bajo la
dominancia de (f) es posible intercambiar los signos si y sólo si (x)=(y), de tal forma que (f)
pueda ser función de la siguiente manera F(x)=F(y). La incursión de este método se expresa en
el mismo texto de la siguiente manera: “La conceptografía fue, como su subtítulo lo anuncia,
una fórmula para el pensamiento puro modelado en el lenguaje de la aritmética. Frege tomó
prestado la noción de función de la aritmética y ensancho el campo de aplicación más allá de
los números. Luego, remplazó las nociones de sujeto y predicado, que caracterizaba al Sistema
anterior, por las nociones de función y argumento creando una notación lógica, como
Begriffsschrift en alemán literalmente significa escritura conceptual” (Pg.45)

Evidentemente, la solución hace parte del mismo problema que ya presenta en sus dos frentes un
elemento fundamental como lo es la cardinalidad de los elementos. Para el segundo frente creyó
encontrar la cardinalidad entre los números y los objetos según corresponde al referente y al
signo que refiere a lo mismo. Es decir, el numero 10 por ejemplo con 10 sillas que corresponden
a su enunciación. Entendió al número bajo las nociones de conjunto y de sucesión que agrupó en
clases de 1 y los que se siguen de 1, es decir, (n+1).

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No obstante, y a pesar del gran intento de Frege por lograr su cometido académico en el trabajo
que por aquellos días adelantaba Russell junto a su compañero Whitehead, el Pincipia
Mathematica venían trabajando también con los postulados de Peano, a quien, por cierto,
conocieron en Paris en 1900 y donde obtuvieron todas sus obras.

Para los autores del monumental Principia mathematica que seguían de cerca los progresos de
Frege, encontraron un gran problema en su obra y es que la teoría de conjuntos y la cardinalidad
entre sus elementos resultaba en una paradoja, como el mismo Russell le informo a Frege en una
carta fechada el 16 de Julio de 1902. “Mucho de esto puede ser considerado como un intento de
modificar la versión preliminar de Frege, luego de que, Russell le comunicara en junio de 1902
que el sistema existente en el Grundgesetze era inconsistente” (Pg. 289)

La objeción de Russell se puede entender como mortal a toda la teoría de Frege y a sus intentos,
es un fracaso a la altura de sus pretensiones. Tan es así que el mismo Russell intentó hacer una
solución para el proyecto logicista de Frege, la llamada teoría de los tipos lógicos. Esta teoría
expone la idea que mediante la distinción de diversos tipos en los conjuntos sería posible utilizar
el sistema de Frege. Como se muestra a continuación: “La teoría, como se presenta en el
apéndice B del libro Principles of mathematics, comienza con el presupuesto de que para toda
función φ(x) debe haber un rango de significado, esto es, el rango en el que x debe yacer dentro
de la función y es una proposición independientemente de si es verdadera o falsa. Este es el
rango de significado de los tipos. La forma más baja de los tipos de objetos son los individuales”
(Pg.287)

Su principal argumento es la discontinuidad de la clase y sus miembros, de tal modo, que la clase
no puede ser parte de sí misma, sino que siempre una abstracción distinta de un miembro
integrante de un conjunto, así se ve en Cambridge companion to Bertrand Russell: “Ya que,
todos los rangos tienen números, rango de rangos, consecuentemente x ∈ x es en
ocasiones significativa, y en estos casos negarlo es también significativo.
Consecuentemente hay un rango en el que el rango de w para x ∈ x es falso: esta
contradicción prueba que el rango de w no pertenece al rango de significancia de x ∈ x.
Como se puede observar x ∈ x solo puede tener significado cuando x es un tipo de un
orden infinito, desde que, x en ∈ u, siempre debe dirigirse a un tipo más elevado que x;
pero el rango de todos los rangos es, por supuesto, un rango de orden infinito ” (POM,

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525) también en su autobiografía, explica cómo llegó a dicho pensamiento: “Cantor tenía una
prueba de que no existe el número mayor, y a mí se me antojaba que el número de todas
las cosas debía ser el mayor posible . De acuerdo con ello, examiné su prueba con alguna
minuciosidad y me esforcé por aplicarla a la clase de todas las cosas que existen. Ello me
llevó a considerar aquellas clases que no son miembros de sí mismas y a inquirir si la
clase de tales clases es o no es un miembro de sí misma. Descubrí que cada una de las
respuestas lleva implícita su réplica contradictoria ” (Pg. 219)

Es en este sentido en que la clase es siempre un tipo lógico diferente que el de sus miembros. La
cuestión lógica que abarca la clase es tenida como conexiones generales de elementos análogos,
en los cuales es posible identificar su diferencia no solo relativa sino también la posible solución
al problema de Frege.

Huelga aclarar, las distinciones de método confrontadas aquí entre estos dos pensadores.
Mientras la concepción de Frege del lenguaje y su respuesta a la fundamentación de la
matemática se encamina a los objetos y se sitúa en un importante lugar de idealidad en su noción
de sentido. Russell parte de la comprensión empírica interesándose más por los contenidos
psicológicos que se configuran en la mente luego del paso por los sentidos, percatándose de la
diferencia relativa de los elementos de una misma clase diversificando el nivel de abstracción en
tipos lógicos, precisamente más abstractos y generales que la diversidad existente en sus
elementos, como se muestra en el apéndice B del Principia Mathematica: “En la práctica,
hemos procedido a lo largo de la extensión jerárquica luego de los primeros números del
libro. Si hemos empezado con funciones de un tipo dado todas las demás funciones quedan
excluidas. Aquellas “frescas” extensiones de la jerarquía quedan excluidas una de la
otra, empezando por cada tipo de función ” (Pg. 291)

A pesar del gran intento de Russell por lograr dar una respuesta satisfactoria al problema, su
Teory of types que intentaba resolver la siguiente problemática que mostraba la estructura de las
paradojas: “El circulo vicioso de la paradoja en la que las colecciones se entienden como
totalidades, legitimados por una regla, puede ser ensanchado definiendo nuevos miembros en
términos de toda la colección. Es bastante significativo el hecho de que Russell hable de
“ensanchamiento” de una colección añadiendo nuevos miembros. Esto muestra la lectura que
en entre líneas muestra un proceso de definición de nuevos miembros de una colección”(Pg.

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292) esta respuesta obtuvo la atención del influyente filósofo y matemático F.P Ramsey quien
rápidamente notó que el problema de la teoría se encontraba en que se habían incluido un
montón de elementos como las clases de tipos, sus jerarquías y el axioma de reducción para
solucionar un problema adscrito al logicismo que esperaba tener elementos más sencillos dentro
de la lógica: “Ramsey empezó por re trabajar en el proyecto logicista introduciendo la noción
de tautología de Wittgenstein con los ejemplos usuales de las tablas de verdad. Su idea de
funciones veritativas amplia mucho más que sus ejemplos, ya que, permite la función veritativa
con infinitos argumentos. Por ejemplo, permite la disyunción de una familia infinita de
proposiciones” (Pg.302)

No obstante, quien realmente solucionaría el problema sería Wittgenstein con enfoque distinto y
más cercano a la labor del simbolismo. Por ahora, se debe tener en mente de qué naturaleza era el
problema que estaban tratando Frege, Russell y Whitehead. Estas influencias se muestran
especialmente importantes por la manera que desarrollaron la visión del problema cardinal de lo
que sería el pensamiento temprano de Wittgenstein.

Concepción figurativa en la proposición elemental

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