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Ruinas de la
ciudad de Ur,
con
el Zigurat cal
d eo restaurado
al fondo.15
Según el texto bíblico, la familia de Abraham se
encontraba en «Ur Kaśdim» ()אּור ַּכְׂשִּד ים,
frecuentemente referida como «Ur de los
caldeos».16 Taré era de la décima generación
descendiente de Noé, a través de Sem, y sus
hijos fueron Abraham, Nacor y Harán. Este último, cuyo hijo fue Lot, murió en
su ciudad natal (Ur). Luego Abraham se casó con Sara, su medio hermana,
quien era estéril.17 Taré (padre de Abraham) con su hijo Abraham, Sara y Lot,
marcharon entonces desde Ur a Canaán, asentándose en Jarán, Mesopotamia,
donde Taré murió a los 205 años de edad.18 Según relata el Génesis capítulo 12,
cuando Abraham tenía 75 años, Dios le ordenó salir de su tierra e ir «al país que
yo te indicaré»,19 donde convertiría a Abraham y sus descendientes en un gran
pueblo. De manera que Abraham emigró desde Jarán, con Sara y Lot, sus
seguidores, sus rebaños, y viajaron hasta Canaán, donde, en el encinar
de Siquem, el Señor le dio tierra a él y su posterioridad. Allí Abraham construyó
un altar dedicado al Señor y siguió viajando hacia el sur por el desierto
de Neguev.20
Coincide con esta época la migración de numerosos pueblos tribales desde el sur
del Cáucaso hacia el levante mediterráneo y el este europeo. Según restos
arqueológicos, era habitual en esa época el modo de vida nómada, basado en la
ganadería trashumante, tal como se describe la de Abraham. También son de la
misma época algunas tradiciones descritas en el libro del Génesis,21 donde se
hace referencia asimismo a algunas leyes del código de Hammurabi.22En esa
época, la Biblia relata que se desata una gran hambruna sobre la faz de la
tierra.23
El faraón y Abimelec
Abraham y Sara
Los tres
ángeles que
visitan a
Abraham
como
prefiguración
de la
Trinidad. Teofanía en el encinar de
Mambré, por Andréi
Rubliov. Galería
Tretiakov, Moscú.
La llamada «Roca
Fundacional»,29 Jerusalén, sitio donde
diferentes religiones monoteístas
sostienen tuvo lugar la prueba de la fe de
Abraham mediante el sacrificio de su
hijo. Allí precisamente estuvo otrora ubicado
el Sanctasanctórum del Templ o y se
encuentra hoy el Domo de la Roca.
Tras el período pasado en Egipto,
Abram, Sarai y su sobrino Lot, regresaron a
Hai en Canaán. Allí vivieron durante algún
tiempo, incrementándose sus rebaños, hasta
que surgió la discordia entre los pastores de
Abraham y los de Lot. Abraham
entonces propuso a Lot que se separaran,
permitiendo a Lot que eligiera en primer lugar. Lot escogió la fértil tierra al este
del río Jordán y cerca de Sodoma y Gomorra, mientras que Abraham vivió en
Canaán, trasladándose al encinar de Mambré, cerca de Hebrón, donde
construyó un altar al Señor.30
Después de esto, una fuerza invasora desde la Mesopotamia septentrional,
dirigida por Codorlaomor, rey de Elam, atacó y sometió a las ciudades de la
llanura, forzándolas a pagar tributo. Después de doce años, estas ciudades se
rebelaron. Al año siguiente, Codorlaomor y sus aliados regresaron, derrotando a
las rebeldes y tomando muchos cautivos, entre ellos Lot. Abraham reunió a sus
hombres y persiguió a los invasores, derrotándolos cerca de Damasco. A su
regreso se encuentra con el rey de Salem, Melquisedec, quien lo bendice. El rey
de Sodoma le ofrece a Abraham el diezmo de los bienes recuperados como
recompensa, pero Abraham lo rechaza, de manera que el rey de Sodoma no
pudiera decir «Yo he enriquecido a Abraham».31
Durante esta época, Sarai, al ser estéril, ofreció a su esclava, Agar a Abraham.
Agar concibe pronto. Sarai, celosa, trata a Agar duramente, forzándola a huir.
Cuando está en el desierto, el Señor se aparece a Agar y le dice: «Vuelve a tu
señora y humíllate bajo su mano», pero prometiéndole que su hijo también será
el padre de una «muchedumbre». Su hijo se llamó Ismael, considerado el padre
de los ismaelitas (beduinos nómadas).32
Cuando Abraham tiene noventa y nueve años de edad, el Señor se le aparece de
nuevo y confirma su pacto con él: Sarai dará a luz a un hijo que será llamado
Isaac y la casa de Abraham deberá, a partir de entonces, circuncidarse. Entonces
le dice que no se llamará Abram sino Abraham y, dirigiéndose a Sarai, le dice
que ya no se llamará así más, sino que su nombre será Sara.33 Finalmente, y en
cuanto a Ismael, dice que engendrará doce príncipes, que se convertirán en una
gran nación.
En Génesis 18 se narra la «aparición en Mambré»:
Yahvé se aparece a Abraham junto al encinar de Mambré, acompañado por
dos ángeles, los tres en forma humana. Acoge a estos huéspedes en su casa y en
la comida uno de ellos le reitera que Sara tendrá un hijo de ahí en un año. Se
marchan de ahí en dirección a Sodoma, en compañía de Abraham. Este
intercede ante Yavé diciendo que no destruya a toda la ciudad por un puñado de
pecadores. Así pide que no la destruya si encuentra primero cincuenta, luego
cuarenta y cinco, después cuarenta, treinta, veinte y así hasta diez hombres
justos dentro de la ciudad. En cada una de las ocasiones, Yahvé le responde que
si los encuentra, perdonará a todo el lugar en consideración a ellos.
Los dos ángeles fueron a Sodoma, donde los recibe Lot en su casa. Pronto se
reúne una multitud alrededor de la casa de Lot, exigiéndole que les entregue a
los dos hombres de manera que puedan abusar de ellos. Lot les ofrece a sus
hijas, pero los hombres de la ciudad le siguen presionando hasta que los ángeles
los hirieron de ceguera. Por la mañana, le dicen a Lot que huya y que no mire
hacia atrás mientras las ciudades son destruidas. Sin embargo, su esposa
desobedece y queda convertida en una estatua de sal.
Después de estos acontecimientos, Abraham, que habita como forastero
en Gerar, hace un pacto con el rey Abimelec. Es entonces cuando nace Isaac, de
su esposa Sara, estéril hasta avanzada edad, el cual es considerado el único
heredero,3637 el cual fue padre de Esaú y de Jacob (Israel).
Convenio abrahámico
Un rasgo recurrente de la historia de Abraham son los convenios entre él y Dios,
que se reiteran y reafirman varias veces. Cuando a Abraham se le dice que
abandone la ciudad de Ur Casdim, el Señor promete «Yo haré de ti un gran
pueblo».
Después de separarse de Lot, Dios aparece y promete darle, a él y su
descendencia, «Toda la tierra que tú ves» y que multiplicaría su posteridad
«como el polvo de la tierra». Después de la batalla en el valle de Sidim, el Señor
aparece y confirma la promesa. Más tarde, se profetiza que «tus descendientes
morarán como extranjeros en una tierra extraña, en la que serán esclavos y se
verán oprimidos durante cuatrocientos años». Abraham hace un sacrificio y
acepta el convenio y Yahvé declara: «A tu descendencia doy esta tierra, desde el
torrente de Egipto hasta el gran río, el Éufrates; al quineo, al quineceo, al
cadmoneo, al jeveo, al fereceo, a los refaim, al amorreo, al cananeo, al
guerguesco y al jebuseo». Este convenio se refiere a la descendencia de
Abraham a través de su hijo Isaac. El pacto no pasaría, sin embargo, a todos los
descendientes de Isaac, sino que de Isaac el convenio se transmitió
sucesivamente a Jacob, José y Efraím de manera que mientras se profetizaba
que el Mesías provendría de Judá, hijo de Jacob, esto es, el pueblo judío, el
derecho de nacimiento de muchas naciones permaneció con Efraím, hijo de
José.
Cuando Abraham tiene noventa y nueve años de edad, el Señor se le aparece de
nuevo para confirmar el convenio y le dice que cambie su nombre de Abram por
el de Abraham. Ordena a Abraham, además, que circuncide a todos los varones
de su casa como señal del convenio.
El sacrificio de Isaac
El personaje de Abraham es conocido por el relato del sacrificio de su
hijo Isaac a Dios. Algún tiempo después del nacimiento de Isaac, el Señor
ordenó a Abraham que le ofreciera a su hijo en sacrificio en la región de Moriah.
Según la exégesis, este relato parece justificar el abandono de la práctica
cananea de sacrificar al primogénito. Se tiene la creencia de que Isaac era un
niño cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a su primogénito. Esto es así,
ya que la palabra usada en la Biblia para muchacho es ( נַעַרnáar) en el Génesis
22:12; que se refiere a un muchacho en la edad de la infancia o adolescencia. El
patriarca viajó durante tres días hasta que encontró el túmulo que Dios le
mostró. Ordenó al siervo que esperara mientras que él e Isaac subían solos a la
montaña, Isaac llevando la leña en la que sería sacrificado. A lo largo del
camino, Isaac pregunta una y otra vez a Abraham dónde estaba el animal para
el holocausto. Abraham respondía que el Señor proporcionaría uno. Justo
cuando Abraham iba a sacrificar a su hijo, se lo impidió un ángel diciendo: «No
extiendas tu mano contra el niño, ni le hagas nada; pues ahora conozco que eres
temeroso de Dios» y en ese lugar le dio un carnero que sacrificó en lugar de su
hijo. Así se dice, «El monte de Yavé provee». Como recompensa por su
obediencia recibió otra promesa de una numerosa descendencia y prosperidad.
Después de este acontecimiento, Abraham no volvió a Hebrón sino a Beerseba.
Últimos año
Sara murió a los ciento veintisiete años de edad y fue enterrada en la caverna de
los Patriarcas cerca de Hebrón, que Abraham había comprado a Efrón el jeteo,
junto con el campo adyacente. Abraham, recordando por este hecho,
probablemente, su propia ancianidad, y la consecuente incertidumbre de su
vida, procura asegurar una alianza entre Isaac y una rama femenina de su
propia familia.
Su siervo (tradicionalmente identificado con Eliezer) fue enviado entonces
a Mesopotamia, para encontrar entre la parentela de Abraham a una mujer para
su hijo Isaac. Eliezer marchó a realizar el encargo con prudencia, y regresó
con Rebeca, hija de Batuel, nieta de Najor y, en consecuencia, sobrina-nieta de
Abraham y sobrina segunda de Isaac. Muchos comentaristas bíblicos creen que
Rebeca era aún una niña cuando se casó con Isaac, mientras que Isaac tenía
cuarenta años.
Abraham vivió bastante tiempo después de estos acontecimientos. Tras la
muerte de Sara, tomó otra esposa llamada Quetura y tuvo con ella seis hijos,
Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa.
Abraham murió a los ciento setenta y cinco años de edad. Fue enterrado
en Hebrón junto con su primera mujer y el resto de su familia
(Sara, Isaac, Jacob, Rebeca y Lea) en lo que se conoce como Tumba de los
Patriarcas (Macpela).