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4.1. La expresión rítmico-musical.

El lenguaje rítmico-musical es inherente al desarrollo infantil.


Las niñas y niños están inmersos en un mundo de ritmos, sonidos, voces y melodías
que identifican y empiezan a asimilar, incluso desde antes de nacer.
Cuando son bebés, podemos apreciar cómo manifiestan placer al escuchar
determinados sonidos.
Cuando una niña o un niño baila, canta o toca un instrumento, se lleva a cabo un doble
proceso:
 Por una parte, está favoreciendo su desarrollo: adquiere conocimiento de si
mismo y del espacio, experimenta sensaciones, mejora su condición física,
ejercita la imaginación y la creatividad, etc.
 Pero también se esta expresando a través de este medio: muestra cuando esta
alegre, establece relaciones con los demás, expresa sus sentimientos y deseos,
etc.

Pretendemos dar una serie de contenidos, pautas y actividades que faciliten a las
educadoras y educadores el acercamiento al lenguaje rítmico-musical y su aplicación
en el aula infantil.

4.2. Las cualidades del sonido.


Cada sonido tiene unas características propias que lo hacen diferente de cualquier otro
y que denominamos cualidades del sonido.
Las más importantes se pueden empezar a trabajar en la educación infantil y son: el
tiempo, la intensidad, la altura y el timbre.

4.2.1. El tiempo de sonido.


Es necesario manejar varios conceptos:
 El tempo es la variación de la velocidad en que se interpreta un ritmo.
 La duración es la longitud de un estímulo o sonido.
 El compas es la medida de tiempo que sirve para determinar el ritmo. En
educación infantil se alternarán dos compases:
 Los binarios, que se utilizan en casi todas las canciones infantiles:
 Los ternarios, que invitan a bailar o danzar girando el torso.
4.2.2. La intensidad.
La intensidad es la cualidad del sonido basada en el contraste flojo/fuerte.
La intensidad del sonido se aplicará progresivamente en las interpretaciones de ritmos
y canciones y también se identificará en las audiciones.
En los primeros estadios, la niña o el niño percibe la intensidad de maneta sensorial, a
partir de la escucha de diferentes sonidos (ritmos, canciones o audiciones) en los que
se reflejan las gradaciones entre flojo y fuerte.
En estadios un poco más avanzados para trabajar esta cualidad.

 Imitación de los ritmos que realiza la educadora o educador golpeando fuerte o


flojo un pandero.

 Alrededor de los dos años, pueden ser ellos mismos quienes produzcan un
ritmo fácil de negras para que los compañeros y compañeras lo repitan con la
misma intensidad.

 Se podrá incorporar la grafía correspondiente a la intensidad.

 También se podrán realizar pequeños dictados para que las niñas y los niños
identifiquen la grafía <<fuerte>> con el sonido fuerte y la grafía <<flojo>> con el
sonido flojo.

 Otro grupo de ejercicios consiste en identificar los sonidos del ambiente con la
grafía correspondiente:
 El león: fuerte.
 El pájaro: flojo.
 Los coches: fuerte.
 Las hojas de los árboles movidas por el viento: flojo.

 Una actividad interesante consiste en explicar un cuento de dos islas.


 Una isla en la que los sonidos: son muy fuertes: coches, bocinas, motos,
camiones.
 Al otro lado del mar, una isla de sonidos flojos: pájaros, arboles.
Deberán escoger la isla a la que quieren ir y, una vez allí deberán producir los sonidos
pertinentes.
 La gradación del sonido se puede trabajar con la interpretación de gestos. La
educadora o el educador junta y separa las palmas, y las niñas y niños lo
interpretan:
 Si une las manos, responderán con voz suave.
 Si separa las manos, responderán con voz fuerte.
Imitar el sonido del tren cuando se aleja, o el botón del volumen.
 La intensidad también se puede trabajar a través de las audiciones. Se deben
seleccionar algunas en las que se refleje el contraste fuerte/flojo de manera
tangible.

4.2.3. La altura.
La altura sonora se refiere a la escala musical o registro que se utiliza al cantar.
Se identificarán los sonidos altos como sonidos agudos y los sonidos mas bajos como
sonidos graves.
 La mayoría de los cuentos populares son muy apropiados para producir
diferentes voces, que más tarde los niños y las niñas identificaran con sonidos
graves y agudos.

 Alrededor del año, se podrá jugar con marionetas, por ejemplo, realizar
pequeños diálogos entiendo diferentes voces, una la señora María Agudo y el
señor Pepe Grave.
Puede jugar con las marionetas e imaginarse donde viven y qué animales tienen.
 En cuanto a los instrumentos se podrá trabajar la altura sonora a partir de las
notas agudas graves de la flauta, el xilófono o el piano.

 Mediante el movimiento los niños y las niñas se dispersarán por el aula;


cuando la educadora o el educador toque sonidos agudos, tendrán que ir de
puntillas, y cuando toque sonidos graves, deberán agacharse.

 A partir de los dos años se incorporarán las grafías asociadas a los sonidos
agudos y graves. Siempre se identificará el sonido agudo con un tono más alto
que el sonido grave, en el de abajo.

 Cuando tengan un mayor dominio, podrán realizar dictados de sonidos agudos


y graves.

 También se puede trabajar la altura sonora a partir de las audiciones,


escuchando instrumentos con sonidos graves (el contrabajo) en comparación
con otros agudos (violín). Lo mismo se puede hacer con las voces.

4.2.4. El timbre.
El timbre es la cualidad que permite diferenciar el sonido que emite una voz o un
instrumento de otras voces o instrumentos de la misma naturaleza.
Desde que el bebé empieza a desarrollar su oído, irá asociando los diversos timbres
que percibe.

4.3. El ritmo.
El ritmo es una sucesión armoniosa de sonidos repetitivos producidos en frecuencias
más o menos regulares durante un periodo.
El ritmo aparece como un elemento habitual en la vida cotidiana del niño.
Estos ritmos podrán ser más rápidos o más lentos, más fuertes o más débiles, más
seguidos o más espaciado.
Unas actividades rítmicas adecuadas favorecerán otros aprendizajes, como la
prelectura, al cálculo el desarrollo psicomotor, la orientación espacial o la lateralidad.

4.3.1. La pulsación y el ritmo.


La pulsación es la base del ritmo o el ritmo más simple producido a partir de impulsos
iguales, regulares y definidos.
Son ejemplos de pulsaciones el tictac del reloj o los latidos del corazón.
La educadora o el educador infantil puede crear pulsaciones directamente o con la
ayuda de un instrumento (por ejemplo, un pandero).
La pulsación podrá ser más lenta o más rápida pero siempre debe tener la misma
cadencia.

4.3.2. El descubrimiento del ritmo.


Las niñas y los niños a medida que van avanzando en el descubrimiento de si mismo y
del entorno, amplían sus posibilidades rítmicas.

 El dominio del ritmo interno.


El ritmo interno es aquel que emana de la propia persona y lo adquiere
espontáneamente.
La respiración, los latidos del corazón o la cadencia en el andar forman parte de este
ritmo interno que es propio de cada persona.
 El aprendizaje del ritmo externo.
Posteriormente, se puede trabajar el ritmo externo, que es el que se produce en el
entrono y, por tanto, va a requerir un aprendizaje.
A medida que las niñas y los niños maduran, la educadora o el educador puede
contribuir a la asimilación de estos ritmos con la utilización de instrumentos de
percusión y la organización del espacio.
También serán útiles los cantos y las piezas musicales con una estructura rítmica clara,
como las marchas y las canciones de falda.

 La conquista del espacio y la expresión de ritmos.


Hacia los quince meses. La exploración del espacio le ayudará a sentirse más seguro
utilizando el movimiento como medio de expresión a través de la música.
Es importante sincronizar diferentes canciones, sobre todo marchas.
El niño o la niña debe ir adquiriendo capacidades para adaptar su cuerpo a los ritmos
más diversos y, más adelante, a expresarlos, ya sea a través del movimiento de su
cuerpo (lenguaje corporal), del sonido (lenguaje musical) o de la manipulación de
objetos (lenguaje plástico).

 La improvisación y la creatividad.
Además de utilizar y trabajar patrones marcados bajo un tiempo regular y con unas
pulsaciones determinadas, hay que dejar aflorar los aspectos creativos.
Para ello será indispensable que la educadora o el educador trabaje diferentes
modelos de improvisación, se pueden cantar melodías diferentes con vocales,
incorporar ritmos libres en las manos, brazos y pies del bebé, o bien acompañar los
sonidos con gestos y movimientos.
Se deben trabajar los temas de improvisación sin miedo, dejar que las niñas y los niños
se puedan expresar vocal e instrumentalmente, y que encuentren en esta actividad
una manera afectiva y lúdica de comunicarse.

4.4. Los sonidos y el silencio.


El silencio es un elemento indisociable de los sonidos para la formación de ritmos y
músicas.
4.4.1. El descubrimiento del sonido.
El objetivo principal de la educación musical en las etapas más tempranas de la
infancia es el descubrimiento del sondo, es decir, ir despertando el oído del niño o la
niña y desarrollando su capacidad de memoria e identificación auditiva.
La educadora o educador tendrá una tarea importante en este sentido, pues deberá
conocer el proceso que siguen los niños y las niñas para asimilar los distintos sonidos.
Estas fases se irán trabajando dependiendo del estadio madurativo de los niños y las
niñas:

 En las primeras etapas, se trabajarán los procesos de escucha y recepción.


 A medida que vaya creciendo, se avanzara a estadios de reconocimiento,
reproducción y creación.

 Tipos de sonidos que se deben trabajar en el aula.


Siguiendo esta secuencia, al niño o el niño irá captando y trabajando los sonidos según
se lo permitan su desarrollo.

 Sonidos realizados con el propio cuerpo. Escucha su voz, imitarla, hacer


palmas, golpear suavemente diferentes partes del cuerpo para obtener
sonidos, etc.
 Sonidos de su entorno. Sonidos que tiene a su alrededor y los irá incorporando:
sonidos de la clase, sonidos de juguetes, etc.
Es el momento de dejar a su alcance todo tipo de juguetes para que descubra por sí
mismo como se produce el sonido, identificarlos mediante fotografías o cuentos.

 Sonidos onomatopéyicos. Son los que se utilizan para imitar las voces de
algunos animales.
Estos sonidos pueden acompañarse de imágenes visuales como cuentos, fotografías o
bits.

 Sonidos de la naturaleza. Como los del viento, el fuego, el mar, el rio, la lluvia.

 Algunos recursos para trabajar el sonido.


El uso de recursos tecnológicos en los que aparezcan grupos de sonidos permitirá a las
niñas y niños identificar auditivamente la fuente sonora y desarrollar su capacidad de
concentración y memoria.
De este modo, se pueden inventar actividades de memoria para observar si han
retenido todos los sonidos.
Como actividad globalizadora se pueden proponer historias sonoras.
Es aconsejable imitar todos los sonidos, que se desarrollan en la historia inventada.
A partir de los tres años, se podrá jugar a inventar historias por grupos para que el
resto del grupo adivine la escena concreta.

4.4.2. El sonido.
 La educación en el silencio.
La educación del silencio es primordial para poder iniciar cualquier actividad, por lo
que seria necesario crear un clima de silencio y expectación.
La niña o el niño será receptivo entre una situación de silencio antes de escuchar una
canción.

 ¿Cómo trabajar el silencio en la educación infantil?

 A partir del año, se empezará a trabajar el silencio con gestos. La educadora o


el educador siempre ofrecerá el mismo gesto para representar el silencio. Por
ejemplo, puede cerrar la mano para indicarlo.
 A los 18 meses, hacer desaparecer un objeto (instrumento, marioneta o
muñeco), lo que indicara que se debe guardar silencio. En el momento en que
vuelva a aparecer el objeto los niños y las niñas lo identificarán con el sonido,
empezarán a cantar, a tocar instrumentos o a aplaudir.
 A partir de los dos años se puede crear la figura de la reina o el rey del silencio y
ofrecer la corona a la niña o niño que este mas callado.
Podrán trabajar con instrumentos de percusión:
o A partir de determinados ritmos o canciones, el niño o la niña producirá
sonidos o guardará silencio.
o Después será el propio niño o niña quien decida si quiere hacer sonido
(percutiendo) o guardar silencio, convirtiéndose en protagonista.

 La parte lúdica será imprescindible en todas las actividades en la educación


infantil.

4.5. Los instrumentos y la orquesta.


4.5.1. Las familias de instrumentos.
El conjunto de instrumentos que forman una orquesta se presenta en familias. Así
pues, tenemos las familias de percusión, de cuerda y de viento.

 La familia de la percusión.
La familia de la percusión está formada por los instrumentos que producen sonidos por
la acción de golpear o agitar.

 Percusión pequeña: triángulos, chinchanas, cascabeles, cajas chinas, etc.


 Percusión de placas: xilófono (placas de madera), metalófono (placas de metal)
y carillón (placas de metal).
 Sección de percusión: hombro, caja, plato y timbales.

 La familia de cuerda.
Dentro de la familia de los instrumentos de cuerda, según la forma de tocar.

 Instrumentos de cuerda frotada. Son instrumentos de cuatro cuerdas que se


tocan frotando las cuerdas con un arco.
 Instrumentos de cuerda punteada. Se tocan punteando los instrumentos con
los dedos.
 Instrumentos de cuerda percutida. El más importante es el piano. Si bien se
percute con las manos, posee en su interior unos martillos que, al tocar las
teclas con los dedos, golpean las cuerdas.

 La familia de viento.
Esta familia está compuesta pro todos los instrumentos que se tocan soplando. Según
el material de que estén hechos se pueden clasificar en:

 Viento metal: trompeta, trompa, trombón de varas y tuba.


 Viento madera: flauta, oboe, clarinete y fagot.
Generalmente a partir de los 18 meses, se puede ofrecer este tipo de material.

4.5.2. Actividades con instrumentos.


 La exploración de los instrumentos.
Es importante disponer de una amplia gama de objetos sonoros: botellas o vasitos con
diferentes materiales (arroz, lentejas, sal, etc.), animales, juguetes que emiten sonidos,
flautas y trompetas de juguetes, cucos, cocos, martillos sonoros, postales musicales,
cajas musicales, sonajeros, etc. Es interesante también disponer en un rincón de la
clase un cesto con todos los instrumentos.
La educadora o el educador puede realizar primero una pequeña interpretación con un
instrumento, por ejemplo, cascabeles. Al tocarlos, captará la atención de las niñas y
niños (también se puede acompañar de una canción que ellos y conocen) y, después,
dejara a su disposición los instrumentos para que experimenten libremente.

 Cantar y jugar con instrumentos musicales.


A partir de los 18 meses se incorporan los instrumentos de percusión, pero esta vez si
que la educadora o el educador marcará unas pautas sobre cómo se deben tocar, así
podrán interpretar diferentes canciones con el instrumento. Los instrumentos más
adecuados para esta actividad son las campanas, los cascabeles y las maracas, ya que
son fáciles de tocar. Es mejor darles dos, uno en cada mano; así no se los podrán poner
en la boca.
La educadora o el educador marcará las pautas sobre cuando han de incorporar los
instrumentos y cuando deben permanecer en silencio.
A los dos años se pueden formar pequeños conjuntos instrumentales, unos tocan los
instrumentos de membrana y los demás responde con los de metal.
Vendar los ojos a un niño o una niña, que deberá tratar de adivinar que instrumento ha
tocado su compañero.
A partir de los tres años, ya se pueden crear canciones interpretando diferentes
instrumentos y realizar pequeños conjuntos instrumentales que se incorporarán a las
canciones.

 Introducir instrumentos en los cuentos y poemas musicales.


Los poemas y cuentos musicales son una manera de introducir instrumentos musicales
en las diferentes escenas que aparecen en un cuento o poema.
Aprovechando la sonoridad de los instrumentos de metal se pueden crear escenas de
misterio, de cuento de hadas, etc.
Estos recursos pueden aplicarse tanto a cuentos infantiles como a poemas musicales:
 Los cuentos infantiles son muy fáciles de interpretar con instrumentos. De esta
manera, las niñas y los niños, mientras la educadora o el educador cuenta el
cuento, pueden efectuar los sonidos pertinentes a cada uno de los personajes.
Para eso se repartirá a cada niña o niño un instrumento que representa un personaje o
una escena del cuento y deberá estar atento a tocar su instrumento cuando la
educadora o educador nombre el personaje del cuento.
o Blancanieves: los cascabeles.
o La bruja: el tambor.
o Los enanitos: los instrumentos de percusión de madera.
o El príncipe: el triángulo.

 Los poemas musicales. Se puede escoger cualquier poema que se puede


identificar más fácilmente con instrumentos de percusión.

4.6. La audición musical.


Las adiciones musicales, como hemos visto, son un buen recurso para trabajar tanto
las cualidades del sonido como los diferentes instrumentos; pero también son
susceptibles de ser trabajadas de forma autónoma como núcleo central de la actividad.
Disponemos de audiciones muy interesantes para escuchar en la etapa infantil que,
tanto por su estructura como por su melodía y ritmo, aportan elementos para trabajar
los componentes emocionales, cognitivos y psicomotores del desarrollo. Si tenemos en
cuenta estas posibilidades, no podemos obviar el valor de los recursos educativos y
terapéuticos.

4.6.1. La audición como proceso de relajación.


La relajación a través de la música es un aprendizaje y, como tal, se debe enseñar.
Cuanto antes se empiece a trabajar con ella, más rápido se observarán los resultados.
Este tipo de técnicas se pueden utilizar con niñas y niños pequeños, ya que se les
puede enseñar a relajarse mediante la música a partir de los seis meses.
Las niñas y los niños deben colocarse en silencio tumbados en el suelo, en un ambiente
con poca luz; mientras tanto, la educadora o educador les dará masajes, siguiendo el
ritmo lento de la música. Es recomendable escuchar este tipo de audiciones.
Junto con la audición de la música, para favorecer la relajación, se puede ayudar al
niño o la niña.
4.6.2. La audición y el desarrollo emocional.
La relajación ayuda a canalizar la tensión y la ansiedad, lo cual favorece la estabilidad
emocional y mejora al autocontrol. Por eso hay que considerar que la música también
contribuye a desarrollar la parte emocional del niño o la niña.
El carácter de la música: triste, alegre, suave, dulce, romántica, enérgica.
A partir de audiciones, también se podrán crear espacio de emociones. Incluso se
puede diseñar un taller que relacione el tipo de música y el estado emocional y que
facilite el trabajo de estos conceptos. Se puede hacer, por ejemplo, de las siguientes
formas:

 Buscar músicas alegres (como músicas de circo o bandas).


 Buscar músicas tristes y compararlas con fotos de niños y niñas que están
tristes y lloran.
 Buscar músicas tranquilas y compararlas con fotos de niños y niñas en
situaciones tranquilas.
 Buscar músicas rápidas y compararlas con niños y niñas que corren o saltan.
Este tipo de talles ayudara a los niños y niñas a identificar los diferentes estados
emocionales en que se encuentran.
A partir de los tres años, podremos hablar de estos sentimientos e identificar
situaciones cotidianas asociados a ellos, y la manera de gestionarlos.

4.6.3. Audiciones descriptivas.


Aunque hasta ahora se ha hecho referencia a audiciones de carácter pasivo, también
hay que considerar que pueden trabajarse activamente.
Las audiciones descriptivas implican las realizaciones de movimientos y
representaciones, es decir, audiciones en las que el niño o la niña serán protagonistas.

 Preparación de la actividad.
La educadora o el educador deberá motivas y crear ilusión a los niños y niñas para
captar su atención y fomentar su curiosidad por la audición que seguidamente se
escuchará. Podrá hacerlo explicando la audición.
Una vez que el niño o la niña ha comprendido la historia, procederá a interpretarla. En
esta etapa es conveniente ayudarse de disfraces, instrumentos y movimientos
corporales.
 ¿Cómo trabajar una audición descriptiva?
Hay una serie de audiciones muy idóneas:

 El carnaval de los animales, de C. Saint-Saens.


 En un mercado persa, De P. Ketelbey.
 Paseo en trineo, de Leopoldo Mozart.
 Pedro y el lobo, de S. Prokofiev.
Si tomamos como ejemplo El carnaval de los animales, podemos recrear una selva,
imitar al león e identificarlo con el sonido de piano.
Se imita la forma de caminar de cada animal, se interpreta cómo se siente, y se siguen
los temas de la música con los movimientos del animal.
A través de esta audición se pueden hacer conexiones con otras áreas de
conocimiento, tales como el medio físico y social (estudio de animales), y con otros
lenguajes, como la expresión corporal o la plástica.

4.6.4. La audición y la ópera.


La ópera es un género que también puede estar presente en la educación infantil. Es
en esta etapa cuando la niña o el niño está más abierto y receptivo a todo tipo de
música y no muestra ningún tipo de prejuicio.
El modo de presentarla y la motivación serán cruciales para poder disfrutar de ella. Por
esta razón, al igual que sucede con la música descriptiva, se puede apoyar o reforzar
con muñecos, títeres y cuentos.
Se puede ofrecer la historia de la ópera compleja o por fragmentos, dependiendo de la
edad. A los más pequeños (18 meses) se les explicarán fragmentos cortos a partir, por
ejemplo, de muñecos, y a los mayores (tres años), se les puede explicar la historia
completa como si fuera un cuento.

 La flauta mágica, de W. A. Mozart.


 La traviata, de G. Verdi.

4.7. Canciones y educación vocal.


La canción infantil es un vehículo de comunicación y expresión que, de manera lúdica,
estimula la memoria y la atención, provoca cambios en el estadio emocional y favorece
la socialización.
Además, las canciones servirán para trabajar diferentes aspectos del curriculum:
 Lenguaje: Enriquecimiento del vocabulario, trabajo de diferentes fonemas,
aprecio y valoración de otras lenguas, introducción de elementos de la cultura
popular, etc.

 Lenguaje matemático: conocimiento de los números a través de canciones.

 Medio físico y social: alusión al país de procedencia de la canción, a hechos


significativos, etc. La naturaleza, los animales, las estaciones, las partes del
cuerpo, la familia, etc.

Los niños y las niñas tienen una disposición natural para desarrollar el lenguaje y el
canto.
Estimular y desarrollar habilidades vocales es una responsabilidad de la educadora o el
educador y también de la familia.

4.7.1. Técnicas vocales en educación infantil.


Para una educación vocal correcta (tanto hablada como cantada) hay que entrenar, ya
desde pequeños, los diferentes órganos que participan en la voz.

 Los pulmones que ejercen de fuelle.

 La laringe, donde están situadas las cuerdas vocales.

 La cabeza con sus diferentes estructuras, completan la articulación del sonido


(lengua, labios, dientes, paladar…) y actúan como caja de resonancia para
amplificar el sonido (fosas nasales, boca…).

 Ejercicios de posición corporal.


El canto requiere de una buena posición corporal. Esta cosiste en poner los dos pies un
poco separados, apoyando bien toda la planta, la espalda recta sin subir los hombros y
la cabeza erguida.

 Ejercicios de control respiratorio.


Estos ejercicios tendrán como objetivo la mejora del control del soplo, la aspiración, la
retención de arte y la espiración.
 Ejercicios de soplo. Se pueden realizar ejercicios de juego imitativo.
 Ejercicios de aspiración. Son necesarios para ejercitar el diafragma. Algunos
ejemplos son: aspirar lentamente el perfume de una flor, oler una comida.
 Ejercicios de retención de aire. Algunos ejercicios que ayudan a esta retención
son los bostezos: bostezar como un gato, como un león, como un hipopótamo,
etc.
 Ejercicios de respirar. Después de retener el aire hay que expulsarlo, pero
controlado que salga lenta y pausadamente. Se puede expulsar el aire
pronunciando varios sonidos.
o Tssst, txt-txt, pssssst.
o Imitando las olas del mar: xxxxxxxipssssss-xxxxxapssssss.
o Un cohete que se dispara lejos: s-s-s (Bum).

 Ejercicios de resonancia.
Es necesario abrir las cavidades de resonancia: boca, nariz y cavidades craneales. La
mejor ayuda se encuentra con los sonidos m, n, ñ.

 Ejercicios de articulación.
La pronunciación se debe trabajar en esta etapa para que sea lo más clara posible.
Para ello hay que ejercitar los órganos que intervienen en la articulación,
especialmente la lengua, los labios y la mandíbula.

4.7.2. Modelos de actividades.


A fin de que todos los ejercicios que hemos propuesto para entrenar la voz sean
efectivos, se deben llevar a cabo en un ambiente lúdico y atractivo.
Esto lo podemos conseguir creando historias en las que aparezcan las diferentes
acciones.
Así, se puede imaginar, por ejemplo, una excursión a una granja, un paseo por el
bosque.

4.7.3. Ejercicios con canciones.


Mediante la canción, los niños y niñas actúan de una manera vivencial. Por eso es muy
importante que disfrute enseñando cada canción porque el entusiasmo también se
contagia.
 ¿Cómo trabajar las canciones?
Hasta los primeros 18 meses de vida predominarán las canciones de falda y las
canciones tradicionales.
Las canciones deben ser adecuadas a la edad de los niños y niñas, teniendo en cuenta
tanto la complejidad del texto como las dificultades rítmicas. Por eso al principio se
tiene que ofrecer melodías simples y frases cortas que permitan realizar
correctamente las respiraciones.
Los pasos que se deben seguir para enseñar una canción correctamente son los
siguientes:

 Explica la historia de la canción, situación del lugar o alguna anécdota.

 Canta la canción entera, favoreciendo un clima de silencio.

 Se ayuda de gestos y movimientos para reforzar el texto.

 Enseña la canción por fases breves, sin que queden cortadas por el texto,
repitiendo dos o tres veces cada frase.

 Enlaza las frases que se van aprendiendo con las anteriores.

Otro ejercicio consiste en cantar la canción interiormente.


Es importante que los niños y niñas se acostumbren a ver desde pequeños el lenguaje
musical escrito.

 El cancionero.
Es interesante crear un cancionero que recoja todas las canciones tradicionales
infantiles propias de cada zona.
En el aula de educación infantil tiene que haber un espacio para crear un rincón de
música.

 Repertorio de canciones.
 Las canciones con contenido onomatopéyico o con silabas repetitivas. Son
algunos ejemplos: Debajo un botón-tón-tón, Miau, miau o Pon, pon.
 Las canciones que hablan de animales.
 Las canciones que hablan de las partes del cuerpo.
 Las canciones que hablen de la familia, de su nombre.
 Las canciones para empezar o finalizar una determinada actividad.
 Las canciones ilustrativas de un centro de interés.
 Las canciones sobre las estaciones del año o sobre las fiestas del calendario.
Navidad, Carnaval.

4.8. Planificación y ejecución de actividades.


Nos centraremos especialmente en la intervención en el contexto de la escuela
infantil. Hay dos consideraciones obvias, relacionadas con la intervención en entornos
formales, que es importante no olvidar:
 La programación de las actividades musicales debe estar inmersa en la
programación global del curso.
 El diseño y la ejecución de propuestas de actividades deben estar encaminados
al cumplimiento de los objetivos planteados en la programación.
Las diferentes actividades es conveniente planificarlas formalmente en forma de ficha
para integrarlas en la programación de curso y, así, facilitar su ejecución y evaluación.
Las educadoras y educadores se encargarán de diseñar, proponer y llevar a cabo las
actividades, así como de la observación de la actividad y su valoración.

4.8.1. La planificación de la actividad.

 Los objetivos. Están directamente relacionados con la intención de la actividad


y se toma como referencia la edad de las niñas y los niños a los que se dirige.
Serán el referente para la evaluación. Estarán relacionadas con los contenidos
de la actividad, por ejemplo:

 Cualidades del sonido.


 Ritmo.
 El silencio o el ruido.
 Manipulando instrumentos musicales.
 Si prestan atención y siguen las audiciones.
 La articulación del lenguaje.

 Las estrategias metodológicas. Como hemos ido viendo, cada propuesta de


actividad debe considerar la manera de llevarla a cabo: directividad en su
ejecución, intervención de la educadora o educador en la preparación y la
presentación.

 Los recursos. Son muy importantes en estas áreas, objetos sonoros o


instrumentos musicales, equipo de audición, soporte audiovisual.
También es importante tener en cuenta el espacio.
 El desarrollo de la actividad y el papel de la educadora o educador en su
ejecución.
 La temporalización. Debe ser la adecuada para mantener la tensión de los
niños y las niñas y no cansarlos en exceso.
 Las pautas de evaluación.

4.8.2. La ejecución de la actividad.


Las educadoras o educadores llevarán a cabo la actividad siguiente las indicaciones de
la planificación, pero aportando su experiencia y su saber hacer.
 La preparación. Como el acondicionamiento del aula, la preparación del equipo
de audio y la selección de las músicas, la disposición de los materiales.
 La presentación. La explicación de la actividad y la indicación de las normas que
deben seguirse.
 La intervención durante la actividad. Hay muchas actividades guiadas que
requerirán una participación directa de la educadora o educador, otras tendrán
una orientación totalmente libre y la tarea de la educadora o educador se
limitará a observar y supervisar.
 El cierre y la recogida. En todas las actividades en que se use material. Si este
es de uso de los niños y niñas deberán participar de su recogida. Si se trata de
quipos de audio o audiovisuales, la educadora o educador deberá dejarlo en
perfecto orden para la próxima sesión.

4.8.3. Seguimiento y evaluación.


La evaluación de las niñas y los niños es una operación continua que la educadora y el
educador deben llevar a cabo desde el inicio de la actividad y que se prolonga una vez
finalizada esta con la reflexión, registro y análisis de la información obtenida.
Tiene una doble finalidad:
 Valorar el grado de satisfacción del niño o niña y su grado de participación.
 Valorar una evolución adecuada en el aprendizaje. Cualquier señal de alerta o
anomalía, se procederá a una observación más sistemática.
Según el tipo de información que se desee obtener, se elaborara el instrumento de
observación más adecuado y se establecerán los indicadores más precisos (y
observables). En cualquier caso, es imprescindible que estos tomen como referencia
los objetivos planteados.

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