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COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE TEXTO 1.

TALLER DE ORTOGRAFIA.-

3 ACTIVIDAD. COMPETENCIA ORTOGRAFEMICA.

ENTREGAR: 8 DE ABRIL DE 2023

1.-DEBEN DEFINIR LOS CONCEPTOS CONCERNIENTES A LA


COMPETENCIA ORTOGRAFEMICA.

1.- Que es un grafema.

2.-Que es un morfema.

3.-Que es un fonema.

3.- Que es un sufijo.

4.-Que es un prefijo

5.-Que son las palabras derivadas.

6.-Explicar en cual caso se utiliza la letra mayúscula.

7.- Qué importancia tienen los signos de puntuación para la construcción de texto.
8.- Explique porque es importante la comunicación escrita.

2.-Deben realizar 50 palabras que contengan prefijos y sufijos.

3.-Lee el siguiente cuento y escribe los signos de puntuación donde


correspondan.
(Es decir, deben ubicar donde van los signos de puntuación: la coma,
puntos suspensivos, signos de interrogación, el punto seguido y aparte,
guion, entre otros…)
Deben realizar un análisis crítico del cuento (que quiso reflejar el autor en el
mismo)
Identificar la moraleja del cuento.
EL DIENTE ROTO (CUENTO) AUTOR: PEDRO EMILIO COLL ( El
cuento fue publicado en 1890)

A los doce años combatiendo Juan Peña con unos granujas recibió un guijarro
sobre un diente la sangre corrió lavándole el sucio de la cara y el diente se partió
en forma de sierra

Desde ese día principia la edad de oro de Juan Peña Con la punta de la lengua
Juan tentaba sin cesar el diente roto el cuerpo inmóvil vaga la mirada sin pensar
Así de alborotador y pendenciero tornóse en callado y tranquilo Los padres de
Juan hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes víctimas de las
perversidades del chico y que habían agotado toda clase de reprimendas y
castigos estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación
de Juan

Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática como en éxtasis


mientras allá adentro en la oscuridad de la boca cerrada la lengua acariciaba el
diente roto sin pensar

El niño no está bien Pablo decía la madre al marido hay que llamar al médico

Llegó el médico y procedió al diagnóstico buen pulso mofletes sanguíneos


excelente apetito ningún síntoma de enfermedad

Señora terminó por decir el sabio después de un largo examen la santidad de mi


profesión me impone el deber de declarar a usted

Qué, señor doctor de mi alma interrumpió la angustiada madre

Que su hijo está mejor que una manzana Lo que sí es indiscutible continuó con
voz misteriosa es que estamos en presencia de un caso fenomenal su hijo mi
estimable señora, sufre de lo que hoy llamamos el mal de pensar en una palabra
su hijo es un filósofo precoz un genio tal vez

En la oscuridad de la boca juan acariciaba su diente roto sin pensar


Parientes amigos se hicieron eco de la opinión del doctor acogida con júbilo
indecible por los padres de juan Pronto en el pueblo todo se citó el caso admirable
del “niño prodigio” y su fama aumentó como una bomba de papel hinchada de
humo Hasta el maestro de la escuela que lo había tenido por la más lerda cabeza
de orbe se sometió a la opinión general por aquello de que voz del pueblo es voz
del cielo Quien más quien menos cada cual traía a colación un ejemplo
Demóstenes comía arena Shakespeare era un pilluelo desarrapado Edison
etcétera

Creció Juan Peña en medio de libros abiertos ante sus ojos pero no lo leía
distraído con su lengua ocupada en tocar la pequeña sierra del diente roto sin
pensar

Y con su cuerpo crecía su reputación de hombre juicioso sabio y profundo y nadie


se cansaba de alabar el talento maravilloso de Juan En plena juventud las más
hermosas mujeres trataban de seducir y conquistar aquel espíritu superior
entregado a hondas meditaciones para los demás pero en la oscuridad de su boca
tentaba el diente roto sin pensar

Pasaron los años y Juan Peña fue diputado académico ministro y estaba a punto
de ser coronado Presidente de la Republica cuando la apoplejía lo sorprendió
acariciándose su diente roto con la punta de la lengua

Y doblaron las campanas y fue decretado un riguroso duelo nacional un orador


lloro en una fúnebre oración a nombre de la patria y cayeron rosas y lágrimas
sobre la tumba del grande hombre que no había tenido tiempo para pensar
4.- Leer los siguientes cuentos, y extraer las ideas principales.
Deben analizar y reflexionar sobre lo que expresa el autor en los diferentes
cuentos. Y de igual manera el estudiante debe extraer de la lectura su propia
reflexión.

LA COMA VANIDOSA

Autor: Jorge Enrique Arbeláez Valderrama.


Como era una tarde soleada, los signos de puntuación decidieron salir de paseo.
Se desprendieron de las frases, y mientras bajaban por el lomo del libro, discutían
quién era más importante. La coma dijo: —Yo soy hermosa, tengo una figura
esbelta y además soy muy inteligente; cuando algo no me gusta, me cambio de
sitio y modifico todo lo que a mí alrededor se dice. Imaginen que a mí me usan,
entre otras cosas, para olvidarse de la conjunción cuando se hacen
enumeraciones; también cuando se intercalan datos explicativos, cuando se
invierte el orden de la oración, cuando hay una elipsis del verbo, es decir, cuando
no lo dices; y no sigo porque la verdad es que soy tan importante, que si quieren
saber más de mí, tendrán que buscar en un libro para saber todo para lo que yo
sirvo. ¿Se dan cuenta? — ¡Aja! Eso piensas —le respondieron los dos puntos, que
al hablar se contoneaban con mucha gracia—, pues déjanos decirte que nosotros
somos más que funcionales. Vamos a empezar, pero no se vayan a cansar…son
tantas cosas... Bueno, presten atención: cuando aparecemos estamos citando a
alguien de manera textual. ¿Qué les pareció? ¿Seguimos? —cuando los demás
signos de puntuación iban a responder, ellos no los dejaron— En otras ocasiones
llamamos la atención sobre algo o resumimos la consecuencia de lo que
acabamos de decir. ¿Seguimos? Bueno, muchachos, no es necesario que nos
respondan —el punto quiso decir algo, pero los dos puntos continuaron y para
callarlo, alzaron el tono de la voz — ¡Ah! También somos utilizados cuando se va
a iniciar una enumeración o cuando saludamos a alguien en el comienzo de un
discurso, entre otras cosas.
Por lo que, sin nosotros, nada importante se podría decir —Iban a continuar pero
los demás signos de puntuación se quedaron mirándolos con cara de pocos
amigos, por lo que de inmediato se sentaron tratando de mostrarse supremamente
orgullosos y miraban a los demás con un poco de compasión. —Ustedes dos me
van a disculpar —dijo el punto y coma—, pero si no fuera por mí nadie podría
separar los grupos de frases, los períodos; nadie podría enumerar de una manera
clara y transparente, tampoco tendría mucha sonoridad lo que dijeran; de tal
manera, que yo soy el más importante de todos. ¡Ah! y se me olvidaba… Coma: lo
que dijiste de la enumeración no es para los dos últimos elementos de la
enumeración, no nos vengas a tratar de confundir: ahí vas a necesitar a la
conjunción. —No me hagan reír señores —dijeron con un aire de superioridad los
puntos suspensivos—, cuando nosotros aparecemos, aparte de las demás cosas
que hacemos, todo queda en suspenso... ¿Acaso creen que no somos los más
importantes?, ¿qué sería de la lectura sin el suspenso?, ¿sin nosotros? Imaginen:
nada tendría interés.

Dijeron, bajando el tono de la voz como en un susurro. —Bueno, hmmm, —intentó


decir el punto, pero la coma, elevando el tono de la voz y contoneándose como si
fuera la reina del grupo, le interrumpió: —No, no, no —dijo mientras iba de un lado
para otro, dando vueltas alrededor de los demás signos de puntuación—, estoy
bien clara en que cada uno de ustedes es muy importante, y que si no estuvieran,
pues difícilmente podría tener sentido lo que se escribe; pero si de importantes se
trata, quiero que sepan que cuando yo no aparezco en un párrafo, la gente me
extraña. Y al leer, si alguien me ignora, por la razón que sea, se le complica la
vida, ya que no comprende nada. Tampoco entienden quienes le escuchan, si es
que está leyendo en voz alta. Ustedes, en cambio...—dejó la frase en suspenso
mientras los demás miraban con cierto desdén. — ¿Se dan cuenta? Tuvo que
usarnos a nosotros, pero con toda pasa igual; si nos ignoran, nadie entiende nada.
Así que eso no indica tu importancia —gritaron los puntos suspensivos orgullosos
de que la coma los usara.
La raya trató de intervenir, pero los signos de admiración la miraron con cara de
espanto —como si fuera a decir algo malo—, razón por la que prefirió guardar
silencio, separando su idea del resto del grupo, casi como intercalada, como
estando acostumbrada a hacerlo. El punto intentó hablar, pero los signos de
interrogación se le pararon enfrente y empezaron a gritar: — ¿Quién eres tú?,
¿por qué no reconoces nuestra importancia?, ¿acaso no sabes que sin las
preguntas nadie tendría nada que responder?, ¿es que acaso te crees el más
importante de todos y por eso no nos dejas hablar? Y mientras entornaban el
signo, lo miraban de hito en hito. —Pero si yo no he dicho nada —dijo el punto
tímidamente.

Los signos de admiración, para poder terciar en la conversación, empezaron a


gritar: — ¡Cállense ya! ¡Es que nadie respeta a quienes queremos expresar la
emoción, la admiración, el amor, los sentimientos! ¡Por Dios! El punto, oyendo que
los signos de admiración levantaban la voz, puso cara de disgusto, aunque un
poco deprimido, pues era el más pequeño de todos y el más simple; por lo que se
levantó y con voz firme, pero sereno, acotó: —Bueno, mi querida coma, no niego
tu importancia; tampoco que eres muy bella y que todo alrededor de ti, de acuerdo
a donde te ubiques, cambia el significado de lo que está escrito. También que en
un párrafo eres la que más aparece.

Tampoco niego la importancia vuestra —le dijo a los dos puntos, al punto y coma,
a los signos de admiración, a los signos de interrogación y a los puntos
suspensivos, mientras los miraba uno a uno—, pero déjenme decirles, que cuando
yo aparezco, si soy punto y seguido, terminamos un concepto, pero seguimos
razonando sobre el mismo tema; si soy punto y aparte, el párrafo termina bien
porque se cambia de asunto o se trata de otro tópico del mismo tema; y si soy
punto final, las ideas se acaban. Y levantando los brazos, gritó: —Y ahora
escuchen con mucho cuidado lo que les voy a decir: todos y cada uno tenemos
que aprender cuál es la función de cada uno de nosotros y además cómo
afectamos la pronunciación cuando se lee en voz alta. Por lo demás, déjenme
decirles que ustedes están insoportables, por lo que ahora soy punto y final —
diciendo esto, soltó la carcajada, se ubicó al final del párrafo y terminó con el
cuento.

EL ELEFANTE ENCADENDO (JORGE BUCAY)

"Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los
circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me
llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza


descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al
escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba
una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la
estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos
centímetros en la tierra.

Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal
capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza podría, con facilidad,
arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?

Cuanto tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los


grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el
misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa
porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia... si está amaestrado,
¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba
cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma
pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido
lo bastante sabio para encontrar la respuesta: el elefante del circo no escapa
porque ha estado a unido a una estaca parecida desde que era muy, muy
pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando
de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo.

La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y
que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta
que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se
resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no
se escapa porque cree -pobre- que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su
impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es
que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás…
intentó poner a prueba su fuerza otra vez…"

EL MUNDO (EDUARDO GALEANO)

"Un hombre del pueblo Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A
la vuelta, contó. Dijo que había contemplado desde arriba la vida humana. Y dijo
que somos un mar de fueguitos. -El mundo es eso-reveló- un montón de gente, un
mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos
los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de
fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no
alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede
mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende"

….EXITO….

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