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NIVELES DE COMPRENSIÓN LECTORA

Preguntas para activar el nivel de 8. ¿Qué diferencias hay entre esas


comprensión LITERAL opiniones?
Comprueba si el alumno puede expresar 9. ¿Qué semejanzas encuentras?
lo que ha leído con un vocabulario 10. ¿Qué pasaría si todos opinaran
diferente. Si fuera el caso, le será fácil igual?
desarrollar el siguiente nivel de 11. ¿Qué cuestiones que tú conoces
comprensión. es posible relacionar con el tema
1. ¿De qué se trata, principalmente, tratado por el texto?
el texto? 12. ¿Qué significado posee esta
2. ¿Qué ocurrió? palabra que aparece en el texto?
3. ¿A quién le ocurrió? 13. ¿Qué relación existe entre una y
4. ¿Qué pasó primero? otra idea planteada?
5. ¿Qué pasó después? 14. ¿Qué otro título le pondrías?
6. ¿De qué se trata la historia? 15. ¿Cómo podrías resumirlo?
7. ¿Quién lo dijo?
8. ¿A quién se lo dijo? Preguntas para activar el nivel de
9. ¿Para qué lo dijo? comprensión CRÍTICO
10. ¿Qué opiniones fueron Una lectura crítica desarrolla nuestro
expresadas? razonamiento y nos adiestra para
11. ¿Cuáles son los hechos más distinguir los hechos de las opiniones y
importantes? los objetivos declarados de los reales.
12. ¿Dónde ocurrió? 1. ¿Qué tipo de texto es este?
13. ¿Cómo ocurrió? 2. ¿Qué quiere decir el autor con la
14. ¿Cuándo ocurrió? siguiente expresión?
15. ¿Cuál fue la solución? 3. ¿Qué clase de argumentos
presenta el autor?
Preguntas para activar el nivel de 4. ¿Cuál es la actitud del narrador?
comprensión INFERENCIAL 5. ¿Qué te parece lo que propone el
Si hacemos comprensión inferencial a autor?
partir de una comprensión literal pobre, 6. ¿Cuáles son tus argumentos a
lo más probable es que tengamos una favor o en contra de lo que dice el
comprensión inferencial también pobre. autor?
1. ¿De qué trata, principalmente, el 7. ¿Cuál es el propósito del autor?
texto? 8. ¿Qué motiva al autor?
2. ¿A qué conclusiones llega el autor 9. Lo que expresa, ¿son hechos u
sobre el tema? opiniones?
3. ¿Qué proyecciones puede tener el 10. ¿Estás de acuerdo con el punto de
tema? vista del autor?
4. ¿Qué causas generaron el tema? 11. ¿Cómo lo calificarías?
5. ¿Qué consecuencias se 12. ¿En qué se puede reconocer la
desprenden? intención comunicativa del autor?
6. ¿Qué opinan las personas sobre el 13. ¿Cómo debería ser?
tema? 14. ¿Por qué debería ser así?
7. ¿Por qué crees que opinan así? 15. ¿Qué habrías hecho tú?

1
“ROMANCE DEL PADRE”.
Héctor Gagliardi

Oye negra, ¿te puedo hablar?, ya los chicos se han dormido, así que deja el
tejido, que después te equivocas. Hoy te quiero preguntar, por qué motivo las
madres amenazan a sus hijos con ese estribillo fijo de “¡ah cuando venga tu padre!”
y con tu padre de aquí, y con tu padre de allá, resulta de que al final, al verme llegar
a mí, lo ven entrar a Caín y escapan por todos lados.
Y yo que vengo cansado de trabajar, recibo de bienvenida una lista de
acusados, tú comienzas con tus quejas y yo tengo que enojarme, igual como lo
hacía mi padre al escuchar a mi vieja, que entraba a fruncir la ceja apoyando ese
fiscal, que en medio del temporal se erigía en defensora, lo mismo que tú ahora
pues siempre me dejas mal, si los perdono, “que ejemplo ¿es así como los educas?”,
si los castigo “eres bruto, no tienes sentimientos”.
A mí, a mí que llegué contento y no tuve más remedio, que poner cara de
serio y escuchar tu letanía, yo sueño con llegar a casa y olvidarme felizmente del
trabajo, de la gente y de todo lo que pasa. Los hijos son la esperanza y el porqué de
nuestras vidas, por eso nunca les digas “¡ah! cuando venga tu padre”, no quiero
encontrar culpables, quiero encontrar alegría, que no me pongas de escudo como
lo hacía mi madre, que conseguía que a mi padre lo imaginara como un verdugo, él
llegaba y te aseguro que se acababan las risas. Y en lugar de una caricia o hablarle
como a un amigo, lo miraba compungido, presintiendo una paliza, y el pobre, que
me entendía, sacudiendo la cabeza escuchaba con tristeza lo que mi madre le
decía. Y que él, y que él de sobra sabía “¡que con este no se puede, que me pinta las
paredes, que me trajo las suelas rotas, que la calle, la pelota, que me saca canas
verdes!”.
A la cama sin cenar, aburrido me ordenaba, mi madre me consolaba y yo, yo
lo culpaba a él, a él que había llegado reciente, cansado de trabajar y ya lo había yo
amargado con todas mis travesuras.
Los hijos nunca analizan el sentimiento del padre, porque el brillo de la
madre es tan fuerte que lo eclipsa, solo le hacemos justicia cuando nos toca vivir a
nosotros el problema, ¡ahh… si mi padre viviera! que recién lo comprendí y por
qué nunca me dijo lo mucho que me quería. Si yo sé cuánto sufría, al ver enfermo a
su hijo, porque me miraba fijo, mi primer pantalón largo y se, y sé que hasta me
habrá besado cuando yo estaba dormido, hoy que todo lo comprendo, ¿por qué no
estás conmigo?, ¿por qué no estás ahora? para abrazarte bien fuerte, viejo lindo y
ofrecerte mi cariño a todas horas.
Ves a tu hijo que llora, pero llora con razón, porque te pide perdón
recordando aquellos días en que ciego no veía que eras puro corazón, déjame
negra que llore, es tan lindo desahogarse.
En fin, veamos que hacen nuestros futuros señores, mira esos pantalones,
tápale un poco a la nena. Sí, ya sé, no me lo digas, “hoy se fue a la calle sola”,
acuéstate rezongona, que mañana, mañana será otro día.

2
“EL HIJO REBELDE”
Carlos Porfirio Molas Gamboa

Cómo detesto que me digan siempre ¡Qué el odio y el rencor entre sus hijos sea
"Aprende de Roberto o de Ricardo", peor que el de las propias fieras!...
"Si fueras como Ernesto o como Víctor" Y ustedes, los perfectos intocables, los que
"Tendrás que terminar esa carrera" no tienen vicios ni defectos, los que al cabo
"Tu profesión será la que yo diga" y al fin son nuestros padres, creen que al
"Quítate esa camisa que está horrible" imponernos sus ideas, piensan que con
"Siéntate bien, saluda a tus padrinos" insultos y con golpes, imaginan que con
"Cuidado que te llegue a ver fumando o humillaciones ¿Seremos hijos de la
perdiendo tu tiempo en el billar" perfección? ¡Qué equivocados han estado
¡Frustraciones, dolor y desconsuelo! ustedes! y no obstante, con todos sus
¡Órdenes y regaños nada más! errores, yo los acepto y quiero como son.
¿Cuándo me dejarán vivir en paz?
¡Libre como las aves en el cielo, feliz como ¿Y por qué ustedes, nunca nos
los peces en el mar! comprenden?
¿Por qué siempre me quieren obligar a ¡Claro que estoy llorando, soy humano! Y
actuar y ser igual a los demás? aunque rebelde y todo, los comprendo,
Tratando de imponernos sus ideas, su lloro porque los quiero y los comprendo y
religión, su forma de pensar, sus me duele que ustedes no comprendan ni
costumbres y a veces sus caprichos ¡que me entiendan a mí y a mis hermanos.
reprimen y agobian sin cesar!... ¿Es que quieren robots en la familia? ¡No
quiero parecerme a mis amigos, ni a mis
Yo también como ustedes, he deseado unos hermanos, menos a mis primos! ¡Déjenme
padres mejores, preparados, más finos y ser quien soy tan solamente! ¡Libre como
más ricos; sin embargo los he aceptado a las aves en el cielo, feliz como los peces en
ustedes como son, con todos sus defectos y el mar!
virtudes.
Tú papá, cuantas veces enojado nos has Los padres no movieron ni sus labios, sólo
echado en cara la comida, la ropa y hasta se limitaron a escuchar.
el techo que nos das; y sin tener que ver en Reconoció la madre sus errores, en
tus problemas nuestra madre y nosotros, silencio, callada, sin hablar.
asustados, bajamos la cabeza por respeto, El padre, con un nudo en la garganta, se
por miedo, por vergüenza o por temor. limitó tan sólo a contestar: "Tienes razón,
¡muchacho del demonio!, ¡eres igual que yo
Cuantas veces, a mí que te comprendo, me y tu mamá! Y enjugando una lágrima, le
has humillado tanto y maldecido, nos dijo:
tratas de tarados y de idiotas; quizá porque ¡Ya lo creo que todo va a cambiar!
te olvidas de repente que fuiste tú quien ¡Nada de imposiciones y de gritos!
nos trajiste al mundo y que eres tú, mi ¡Nada de ser igual a los demás!
espejo y mi retrato. ¡Hay que acercarnos más a Jesucristo!
Y tú mamá, ¿qué tanto te lamentas? ¡Hay que olvidar rencores y recelos!
¿Por qué no nos enseñas con ejemplos? ¡Hay que saber amar y perdonar!
¡Bien que hablas de papá cuando se aleja, ¡Hay que dejar que sean nuestros hijos,
descargando en nosotros tú neurosis! libres como las aves en el cielo, felices cual
¿Y que, de tus hijitos consentidos? los peces en el mar!
¿Qué has logrado con ellos? ¡No lo niegues!

3
LA MAMÁ MÁS MALA DEL MUNDO

“Yo tuve la Mamá más mala de todo el mundo”

Mientras que los niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y
pan tostado.

Cuando los demás tomaban refrescos y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer
un sándwich y un licuado.

Mi Madre siempre insistía en saber en dónde estábamos, también tenía que saber
quiénes eran nuestros amigos y lo que estábamos haciendo.

Insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardaríamos
una hora.

Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper las leyes contra el
trabajo de menores. Hizo que laváramos trastos, tendiéramos camas, y aprendiéramos
a cocinar, a planchar y muchas cosas igualmente crueles.

Hasta creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría
obligarnos a hacer. Siempre insistía en que dijéramos la verdad.

Y cuando llegamos a la adolescencia nuestra vida se volvió aún más miserable.

Nadie podía tocar el claxon para que saliéramos corriendo. Nos avergonzaba hasta el
extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar por
nosotros.

Mi Madre fue un completo fracaso. Ninguno de nosotros ha sido arrestado. Cada uno
de mis hermanos ha servido en una misión y también a nuestro país, y ¿a quién
debemos culpar? Tienen razón: a nuestra Madre.

Vean de todo lo que nos hemos perdido. Nunca hemos podido participar en una
manifestación, en actos violentos y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos.

Ello nos hizo convertirnos en adultos educados y honestos, trabajadores,


responsables. Y saben algo, tomando esa referencia, yo estoy tratando de educar a mis
hijos de la misma manera.

Y le doy gracias a Dios por haberme dado a “LA MAMÁ MÁS MALA DEL MUNDO”.

4
EL DINERO Y LA FELICIDAD: HISTORIA DE UN PESCADOR
Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito costeño
mexicano cuando llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes
amarillos de buen tamaño. El americano elogió al mexicano por la calidad del pescado y le
preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El pescador respondió que sólo un poco tiempo. El americano luego le preguntó ¿Por
qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado? El pescador dijo que él tenía lo
suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El americano luego
preguntó, "¿Pero qué hace usted con el resto de su tiempo?" El pescador dijo, duermo hasta
tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, voy todas las noches al
pueblo donde tomo algunas cervezas y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida
agradable y ocupada."
El americano replicó, "Soy un graduado en finanzas de Harvard y podría ayudarte”.
“Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más
grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes; eventualmente
tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo
podrías hacer directamente a un procesador, e incluso abrir tu propia procesadora. Deberías
controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte
a la Ciudad de México, luego a Los Ángeles y seguidamente a Nueva York, donde manejarías tu
empresa en expansión".
El pescador mexicano preguntó, "¿Pero, cuanto tiempo tardaría todo eso?".
A lo cual respondió el americano, "entre 15 y 20 años". "¿Y luego qué?", pregunto el pescador.
El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte. "Cuando llegue la hora deberías vender
las acciones tu empresa al público. ¡Te volverás rico!... ¡Tendrás millones!".
"¿Millones… y luego qué?” El americano respondió, "Luego te puedes retirar. Te mudas
a un pueblito en la costa, donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus
hijos, hacer siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo donde podrás tomar algunas
cervezas y tocar guitarra con tus amigos libre de preocupaciones".
El pescador respondió, “¿Y acaso eso no es lo que ya tengo?”

Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya tienen, pero que muchas
veces no ven. La verdadera felicidad consiste en amar lo que se tiene y no sentirse mal por
aquello que no se tiene.

5
EL TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES
“Cada hombre posee dentro de sí una parte de la verdad, pero a menudo sólo puede
descubrirla con ayuda de los otros”.
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su conocimiento. Un día, un conocido se
encontró con el gran filósofo y dijo:
- “¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?”
- "Espera un minuto -replicó Sócrates-, antes de decirme cualquier cosa, quisiera que pasaras
un pequeño examen.
Es llamado el examen del “Triple filtro."
- “¿Triple filtro?”
- “Correcto”. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un
momento y filtrar lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es el de la verdad:
“¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?".
- “No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y..."
- “Bien, entonces realmente no sabes si es cierto o no”.
Ahora permíteme aplicar el segundo, el filtro de la bondad:
“¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?”
- "No, por el contrario...”
- “Entonces -continuó Sócrates-, tú deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de
que sea cierto. Tú puedes aún pasar el examen, porque queda un filtro”:
El filtro de la utilidad: “¿Será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo?"
- “No, realmente no”.
- “Bien -concluyó Sócrates-, Si lo que deseas decirme no sabes si es cierto, ni es algo bueno de
él e incluso no es útil para mí, ¿Para qué quiero saberlo?” Es por eso que Sócrates siempre
ganó un alto respeto.

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada,
en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso,
ciertamente, no resulta tan sencillo.” Aristóteles.

6
LOS OBREROS QUE PICABAN PIEDRAS (DE TI DEPENDE)
Unos obreros estaban picando piedras frente a un enorme edificio en construcción. Se
acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó: ¿Qué están haciendo ustedes aquí?
El obrero lo miró con dureza y le respondió: “¿Acaso usted está ciego, para no ver lo
que hacemos? Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor
reconocimiento. Vea usted mismo ese cartel, allí ponen los nombres de los ingenieros y los
arquitectos, pero no ponen nuestros nombres, que somos los que trabajamos duro y dejamos
en la obra el pellejo”.
El visitante se acercó e a otro de los obreros y le preguntó también qué están haciendo.
“Aquí, como usted bien puede ver, picando piedras para levantar este enorme edificio. La
tarea es dura y está muy mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo por
aquí y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos”.
El hombre se acercó a un tercer obrero y, una vez más le preguntó lo que estaba
haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo y un brillo de plenitud en sus ojos:
“Estamos levantando un Hospital, el más grande del país. Las generaciones futuras lo
admirarán y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio,
que siempre estará listo, para ofrecer a la comunidad. Yo no lo veré terminado, pero quiero
ser parte de esta extraordinaria aventura.
El mismo trabajo, el mismo sueldo miserable, la misma falta de reconocimiento; una
misma realidad, pero tres maneras distintas de vivirla: El primero como esclavitud, el segundo
como resignación y el tercero como pasión, aventura y desafío. El primero trabajaba
amargado y quejándose siempre. El segundo trabajaba resignado, aceptando el trabajo como
un medio de vida. El tercero trabajaba con ilusión, convertía el trabajo en una fiesta.
Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo es parte del
paraíso y lo será. La vida puede ser un funeral o una fiesta. Quizás las personas no te
reconozcan, no te valoren y no te paguen lo que mereces, pero es decisión tuya vivirla como
esclavo, como trabajador resignado o como un apasionado constructor de genuinas obras de
arte. De ti depende.

“Siempre será afortunado aquel que tiene un trabajo, especialmente en estos tiempos difíciles, donde
muchos están sufriendo, porque no consiguen trabajo para atender sus propias necesidades y las de su
familia, pero valorar o no lo que tenemos dependerá de cada uno de nosotros”

7
EL SEÑOR, EL NIÑO Y EL BURRO
Venía un señor por el camino, con un niño como de once años, que era su hijo y venia
también un burro, que le servía al señor para cargar leña. Pero el señor ya había vendido la
leña, y además estaba cansado, de manera que se montó en el burro.
En esto se encuentran con unas gentes que venían por el mismo camino. Y cuando ya
pasaban las gentes, el señor oyó que decían: “¡Qué viejo tan egoísta! Va él muy montado en el
burro, y el pobrecito niño a pie”
Entonces el señor se bajó del burro y le dijo al niño que se montara. Caminaron así un
rato, el niño encima del burro y el papá a un lado, a pie, cuando en esto se encuentran con
otras gentes. En el momento de pasar, el señor oyó que decían: “¡Que muchacho tan
malcriado! Va él montado en el burro y el pobrecito viejo a pie”.
Entonces el señor le dijo al niño que bajará del burro. Siguieron así un rato, caminando
los dos un poquito detrás del burro, y en esto se encuentran otras gentes. Y cuando ya
pasaban, oyó el señor que decía: “¡Qué par de tontos! Va el burro muy descansado, sin carga y
a ninguno se le ocurre montarse”.
Entonces el señor se volvió a montar y le dijo al niño que él también se montara. Así
iban, moviéndose los dos al mismo tiempo con el paso del burro y en esto se encuentran con
otras gentes que venían por el camino. Y cuando ya pasaban las gentes, el señor oyó que
decían: “¡Qué par de barbaros! ¿Es que no tienen corazón? ¡Van a reventar al pobre animal! El
pobrecito burro ya no puede con la carga”.
Entonces el señor se quedó pensando un rato y le dijo al niño: “¿Ya ves hijo? No hay
que hacer mucho caso de lo que diga la gente”.
Español. Segundo grado. Lecturas. 1982, SEP.

Preguntas: ¿De dónde venían el señor y el niño? ¿Quién fue el primero en montarse al burro? ¿Qué
opinas de los comentarios que hacían las gentes? ¿Cuál consejo le dio el señor al niño?

¿Cuál es la moraleja del cuento?


Que es imposible tener contento a todo el mundo, a veces sin proponerlo uno acierta y todo el
mundo está contento, otras veces por mucho que hagas, siempre tendrás a alguien disgustado. Lo
importante es que uno esté contento con sus acciones, que haga las cosas de corazón y los demás que
digan lo que quieran, puesto que si no hacemos las cosas por pensar en el “Qué dirán”, nunca haremos
nada, por lo que hay que recordar siempre que “Hagas lo que hagas” la gente siempre va a hablar o
criticar. Por otra parte debemos ser siempre nosotros los que decidamos, pues las personas tienen
muchas maneras diferentes de ver una misma realidad.

¿Estás de acuerdo con el mensaje del cuento? ¿Por qué?


Sí, pero creo que solo debemos estar abiertos y escuchar lo que nos dice la gente cercana a
nosotros como los verdaderos amigos y familia, es decir de la gente que nos quiere y se preocupa por
nosotros, pero es importante analizar y pensar sobre lo que nos sugieren, y si es válido para uno mismo
aceptarlo y si no tirarlo o ignorarlo, porque la decisión final, está en uno mismo.

8
LOS TRES ÁRBOLES
Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus
sueños y planes de futuro.
“Algún día seré cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas.
Todos verán mi belleza”. Dijo el primer árbol.
El segundo árbol dijo: “Algún día seré un gran barco donde viajen los más
grandes reyes y reinas a través de los océanos. Todos se sentirán seguros por mi
fortaleza y mi poderoso casco”.
Finalmente el tercer árbol dijo: “Yo quiero crecer para ser el más alto de todos
los árboles en el bosque. Así estaré cerca de Dios. Seré el árbol más grande de todos
los tiempos y la gente siempre me recordará”.
Durante años, los tres árboles oraban a Dios para que sus sueños se
convirtieran en realidad.
Un día, un leñador los taló y se los vendió a unos carpinteros. Con el primer
árbol hicieron un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado
con paja. Se sintió muy mal pues eso no era lo que él había pedido tanto.
El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña barquita de pesca, y
fue puesto en un lago. Sus sueños de ser una gran embarcación habían llegado a su fin.
El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y lo abandonaron en la
oscuridad de un almacén.
Al verse así, los tres árboles sintieron que sus planes habían fracasado.
Sin embargo, una noche, José y María llegaron al establo y pusieron al Niño
Jesús en el pesebre. Entonces el primer árbol descubrió que había contenido el mayor
tesoro de la humanidad.
Años más tarde, Jesús y algunos discípulos subieron a la pequeña barca para
cruzar el lago de Galilea. Durante la travesía, una gran tormenta se desató y el árbol
pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvarlos. Pero Jesús se levantó y
calmó la tempestad. Y el segundo árbol descubrió que llevaba al Rey de todos los reyes
y Señor de señores.
Finalmente, alguien cogió dos de las tablas que estaban en el almacén y sobre
ellas crucificaron a Jesús. Cuando llegó el domingo, Jesús resucitó y el tercer árbol
sintió que había estado más cerca de Dios de lo que nunca pudo imaginar.

La moraleja de esta Historia es:


Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que
siempre Dios tiene el mejor plan para ti. Cada árbol consiguió lo que había soñado,
aunque no de la forma que habían planeado. No siempre sabemos lo que Dios planea
para nosotros, sólo sabemos que sus planes siempre son los mejores y solamente él
los conoce.

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