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Estimados,

Ahí va material clínico crudo para la discusión. Le doy la bienvenida a Mónica Chan que
acepto sin vueltas estar en nuestra ¨histórico¨ mesa redonda.

Ya no necesito la seguridad que me daba hacer diagnósticos precisos de entrada, me


guían los síntomas y sus relaciones psicopatológicas que refiere el paciente en su
relato. Desde ya mínimamente trato de identificar frente a que estructura estoy. ¿Si es
una psicosis, neurosis o qué?

Esta sería una primera pregunta que les haría para ¨encender el fuego¨.

La segunda cuestión de mi interés es como posicionarnos con estos pacientes cuyos


padecimientos a veces nos colocan en un borde de nuestras disciplinas impidiéndonos

tener alguna intervención que se pueda mejorar las condiciones que permita hacer un
tratamiento psicoterapéutico o psicofarmacológico que le sirva a quien consulta.

Por último, que consecuencias tiene para un sujeto decirle: Señor yo, o la disciplina
que ejerzo no funciona para lo que a usted le pasa. ¿Es la disciplina? ¿Es la forma de
intervenir o el estilo de uno?

En fin, con esto ya tenemos una buena discusión según mi opinión.

Tema administrativo. La mesa va el viernes 28 a las 14.15. Según los organizadores es


prime time. La duración es 1 hora y 15m. por lo tanto tendremos 7/8 minutos de
entrada cada uno para que quede tiempo de intervenciones o preguntas del público.

José tiene 38 años, es un profesional exitoso, está de novio hace 3 años, no tiene hijos.

En la primera entrevista refirió: ¨Vengo por consejo de mi medico clínico, hace 15 años
que estoy en terapia. Ya pasé por todas las técnicas, psicoanálisis, terapia conductual,
terapia de grupo, etc., etc., etc. Estoy igual, ninguna me ayudo con mi problema. Toda
la vida me opuse a tomar medicación, mi madre y mi hermana toman medicación hace
mucho tiempo por diferentes problemas y no quiero seguir los pasos de ellas¨.

¨Actualmente estoy en un tratamiento con una psicoanalista, pero nada cambió, sigo
igual y tal vez cada vez peor, hace tiempo vi a un Psiquiatra que me indicó remedios,
pero leí el prospecto y decía que era para el tratamiento de la psicosis, me negué
tomarlo. (Risperidona)

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José, no perdió el tiempo, rápidamente comenzó a hablar. Casi como hablando de otra
persona, Cuenta que necesita masturbarse tres o cuatro veces por día y su otro
problema es que se siente adicto a la pornografía.

Le pregunto porque siente que su problema va en aumento, me responde,¨ hace un


tiempo podía manejar mejor el tema, aguantaba más, ahora estoy en una reunión de
trabajo y no puedo evitar interrumpirla porque tuve ganas de ir al baño¨.

Dice que su novia no está enterada de esto que le pasa, que a veces ella tiene ganas de
tener sexualidad con el pero, después de haberse masturbado durante el día no tiene
ganas de tener relaciones sexuales con ella.

¿Y cómo hacía al comienzo de la relación?

Le decía a mi novia que a mí me gustaba tener sexo por la mañana, de esa manera
después se quedaba tranquilo, ya que su novia no iba a tener ganas a la noche después
de haber tenido relación sexual por la mañana.

¿Usted quiere dejar de tener este problema o lo que quiere es adminístralo para que
no le traiga problemas con su novia o en el trabajo?

¨Yo quiero que no se note lo que me pasa¨

¿Usted puede identificar algo que le genere ganas de masturbarse o le viene como una
idea intrusiva que usted no puede evitar?

¨Casi nunca hay algo que sea un estímulo, se me mete la idea en la cabeza¨

Ya le deben haber preguntado varias veces, pero entenderá que le pregunte ¿porque o
para que se masturba?

José pasa por alto mi pregunta e inmediatamente relata que cuando terminaba el
colegio primario y durante todo el secundario tenía la necesidad de ir a un lugar cerca
de su casa, una plaza, donde buscaba preservativos usados “ siempre encontraba
alguno, los agarraba con un alambre, los envolvía en un papel y los quemaba, como
hace la gente con la caca del perro, estaba obsesionado con eso, cuando volvía del
colegio iba todos los días a ver si encontraba alguno” también refirió que caminando
por la calle siempre miraba al suelo para ver si veía algún preservativo usado, que
muchas veces la madre le preguntaba que buscaba y él le decía que buscaba monedas
o alguna cosa que tuviera algún valor.

Me daba la impresión que José no podía ni quería hablar de otra cosa que no fuera el
motivo de su obsesión, terminando la consulta no quise insistirle en la pregunta que
había quedado sin respuesta y le dije que tuviéramos otra entrevista para ver si podía
ayudarlo en algo de lo que le pasaba. Previamente le dije que, si el le comentaba al

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analista la entrevista que tuvo conmigo y quería comunicarse, le podía dar mi contacto
sin problemas.

Ok, veo si le cuento.

José es un sujeto de apariencia muy formal. Muy ordenado en su discurso, con más
ganas de hablar que escuchar, como si el espacio de la consulta lo utilizara con un
modo catártico. No me pareció que tuviera una actitud de implicarse subjetivamente
en lo que relataba, ningún cuestionamiento, ninguno pregunta orientada a querer
entender en que tenía que ver el en todo esto. En relación a su familia no refirió
ningún dato significativo en cuanto a antecedentes de algún problema de salud mental
importante. Manifestó tener una buena relación con sus padres y su hermana. Una de
las preguntas con las que me quede después de la entrevista fue, eventualmente ¿cual
sería la consecuencia para el sí dejaba de masturbarse? tuve la impresión que tal vez
lo estabilizaba y/o lo defendía de alguna amenaza mayor…

Otra cuestión que me planteaba era si podía ayudar en algo algún psicofármaco.
Algunos consensos dan cuenta que la sertralina o la clomimipramina y/o algún
antipsicótico atípico como la risperidona puede mejorar los síntomas obsesivos, pero
el efecto adverso que estas moléculas tienen es el retraso eyaculatorio, lo cual tal vez
le generaba un aumento de su malestar.

Volví a ver a José 15 días después.

Rápidamente el paciente refiere que se olvidó mencionar algunas ¨conductas¨ que le


trae problemas con la novia. Al peguntar cuales son esos obstáculos José refiere entre
otros temas la cuestión de su alimentación. Todos los días de semana come
exactamente lo mismo y los fines de semana cambia su régimen, pero repite, también,
la misma comida todos los fines de semana. Lo cual le trae discusiones con su novia
por la restricción social que esto produce. Así como su pasión por la limpieza e higiene
personal y de todo lo que lo rodea también tiene como consecuencia discusiones con
su pareja.

Después de enumerar varios rituales, le pregunto a José si tiene algún interés en


cambiar o modificar ¨estas conductas¨ José responde que hace muchos años que está
organizado de esta manera que no necesita ni se imagina poder cambiar algunos de
estos funcionamientos.

Usted me pregunto algo la entrevista anterior que yo no le respondí.

¨Yo necesito tener todo el tiempo vacía la cajita del semen es como tener algo sucio o
toxico que necesito lavarlo todo el tiempo, como necesito lavarme las manos todo el
día, Para eso me masturbo, ¿Respondida la pregunta?

Respondida…

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¿Cuándo salía a buscar preservativos a la plaza para que era?

Por la misma razón, limpiar la plaza de fuentes de infecciones.

Todo lo que relataba José estaba orientado a evitar la contaminación o la potencial


toxicidad que podía producir el semen, propio o ajeno…

José, insisto con una pregunta?

¿Usted viene a verme porque quiere ¨curarse¨ de algo que le preocupa o lo angustia?

¨Le dije que últimamente me traía algunos problemas, Yo quiero poder manejarlo sin
que me genere tensiones¨.

¿Pero qué quiere manejar? ¿Usted quiere evita tener ganas de masturbarse?

Antes yo podía aguantar más las ganas, podía estar en una reunión hasta el final sin
tener la necesidad, ¿ahora no puedo aguantar?

¿Ganas o necesidad?

Yo quisiera tener ganas de no necesitarlo en determinadas ocasiones…

Le expliqué a José que tal vez algún medicamento pudiera ayudarlo un poco, por lo
menos reducir la inquietud o la ansiedad que le generaban estas situaciones.

También le comenté que el efecto adverso de algunos de estos medicamentos era


cierto retardo eyaculatorio o incluso no poder eyacular. Desde ya esta opción quedaba
descartada…

Le indique benzodiazepinas en baja dosis, sabiendo que ya las había tomado y era
dudoso el beneficio que le había generado.

¿No tiene nada más para decirme?

Si, tengo para decirle que me parece importante que siga haciendo psicoterapia.

José tuvo un gesto que expresaba su desilusión y terminando la entrevista dijo: ¨Usted
me manda a psicoterapia, pero yo le dije que no tenía expectativa en que la terapia
podía mejorarme, es más, después de tantos años de terapia sigo igual o tal vez peor¨.

Le pedí el contacto de su terapeuta, previamente le pregunté si el analista sabía que


había tenido estas consultas conmigo, me dijo que no le había dicho nada y que no
tenía problemas en darme el contacto.

Tuve que disimular mi sorpresa ya que el analista era alguien a quien conocía mucho
desde hace muchos años, un analista reconocido, con mucho recorrido.

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Al ponerme en contacto con él, también fue una sorpresa, ya que no tenía idea que
había tenido estas entrevistas conmigo.

Tuve una conversación con el en un marco de mucha confianza y respeto mutuo.

Refirió que la situación del tratamiento de José era complicada ya que desde la
primera consulta que tuvo hace varios años, la modalidad del paciente era ir a su
sesión hablar única y repetidamente de su cuestión en relación a la masturbación, que
el no lograba que asociara algo o que tuviera una mínima critica e implicancia en su
malestar, que por momentos se preguntaba cómo podía hacer para que los que lo
rodean en diferentes ámbitos no se den cuenta de lo que le pasa, así como un
frecuente reproche hacia él porque el tratamiento no funcionaba.

En tono confesional comento que el también pensaba que el tratamiento estaba


agotado y pensaba sugerirle terminar a la brevedad. Le pregunto al analista: ¿Porque
crees que sigue yendo a pesar de criticar el espacio con vos?

¨Yo pienso que este tratamiento también forma parte de esa idea que José tiene de
mantener vacía la cajita. En este caso la cajita esta llena temores varios que el controla
viniendo a sus sesiones para hablar siempre de lo mismo. Por lo tanto, creo que se
buscaría otro terapeuta para repetir su modalidad vincular. Mi impresión es que él está
atrapado en la necesidad de volcar todo sobre la mesa, no para analizarlo sino para
sacárselo de encima¨.

Habíamos quedado con José volver a vernos a los 20 días de nuestro último encuentro.

Nuevamente comenzó a relatar diferentes escenas de su vida cotidiana que se


relacionan con la pornografía y la masturbación, pero siempre tratando de organizarse
de tal manera que ¨no se note lo que le pasa¨… Nuevamente sin el menor interés en
preguntarse algo de lo que le sucede. Hizo una referencia a que la medición que yo le
había indicado no la iba a tomar porque ya se la habían indicado y no había
funcionado. También comento que va a terminas con su tratamiento psicoterapéutico
y por eso no le importaba si yo iba hablar con el Terapeuta.

Una pena José, pero veo que no podre intentar ayudarlo en algo…

Se levanto de su asiento tranquilamente, me saludo con toda formalidad y se fue


diciendo, ¨Nos vemos doctor¨.

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