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Capitulo 1: El tema de Investigación

La muerte, al igual que el nacimiento es un fenómeno natural inherente a la condición


humana que comparte aspectos biológicos, sociales y culturales, así como psicológico-
emocionales. A lo largo de la vida de un ser humano, quizás aquéllos sean dos de los
acontecimientos que mayor impacto emocional generan, tanto en la propia persona
como en su red de contactos sociales íntimos y en quienes los atienden, aunque ambos
son de valencia emocional opuesta y la respuesta social que se da es también
antagónica.
Estancanti, define´´ la muerte como la conclusión de la existencia terrena e histórica
del hombre, símbolo de la finitud del ser, que sufrida de forma impotente y pasiva no
está en manos del hombre poder evitarla. Con ella terminan los procesos biológicos
fundamentales, pero también las relaciones sociales del hombre ´´.
El ser humano inconscientemente tiene miedo a la muerte, y este proceso ocurre sin ser
perceptible, haciendo que este miedo suceda, siendo algo inmutable, porque la cultura
impuesta por la sociedad occidental lo ve como el final de la línea de una vida feliz,
afectando la tristeza y la soledad (SOUSA, et al, 2009).
Así, la muerte, aunque es inevitable para todos, no es un asunto simple de discutir, ya
que en nuestra vida a menudo esta representada por el temor y la NO aceptación. Para
los pacientes con enfermedades terminales, el estigma de la muerte relacionada con
ellas tiene raíces en la mentalidad de las personas, lo que genera ese temor intenso, ya
que no tienden a enfrentar abiertamente su fin de vida en el plano terrestre, porque solo
llega o ocurre cuando sus vidas están amenazadas por una determinada enfermedad u
otras circunstancias de impacto inmediato.
En estos últimos siglos, la muerte todavía se la ha visto como un tabú, a veces como un
tema prohibido y puede representar ante ellos un fracaso profesional en la sociedad,
donde la gente busca negarlo como si existencialmente su vida se disocia de ella.
La negación a la muerte se observa en todos los escenarios de la sociedad, incluso en
profesionales de enfermería que en la vida cotidiana deben afrontarlo.
Los profesionales de enfermería son los que suelen estar en tiempos difíciles, es por
quien el paciente y/o familia buscan cuando necesitan aclarar conocimientos, o cuidados
inmediatos. Así que con esto el profesional tiende a lidiar con el sufrimiento, con la
angustia y con los miedos que puedan surgir en situaciones que implican el cuidado, no
solo ocurre en hospitales, sino últimamente, en Internaciones Domiciliarias donde se
afronta más, ya que, el profesional se encuentra más ligado al paciente.
EL surgimiento del cuidado de pacientes es una tendencia mundial, en el contexto del
cambio de la medicina por otros aspectos sociales de la salud del paciente, el acento en
la calidad de vida, los cuidados paliativos, la revalorización del medico de cabecera y
las políticas de salud acordes a las realidades sanitarias, locales y nacionales. La
Internación Domiciliaria como alternativa a la hospitalaria no solo es válida y
enriquecedora, sino que ofrece una atención mas completa del paciente y su entorno.
Cuando hablamos de Internación domiciliaria, nos referimos a proporcionar cuidados
permanentes en su hogar, de acuerdo a la patología y complejidad del tratamiento que
requiera, complementando la internación tradicional con otra mas confortable para el
paciente. Se atiende de acuerdo a indicaciones médicas, elaborando un programa
asistencial a medida de la necesidad para la realización de tareas especificas y
oportunas, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y dar confort en situaciones
tanto, de enfermedades terminales, así como, enfermedades crónicas.
Partiendo de ello, la prestación de esta atención, en ser efectivamente requiere que la
enfermera la cual permanece en mas contacto con el paciente requiera no solo
conocimiento de la patología, sino además de esto, la capacidad para lidiar con los
sentimientos de los demás y con sus propias emociones frente a con o sin la posibilidad
de curación. Necesitan mirar las necesidades tacitas, percibir lo imperceptible, entender
lo que se esconde detrás de las palabras, comprender los procesos de muerte y morir
para que sea capaz de ayudar al paciente en su fin. Porque el conocimiento es consciente
de estos aspectos y que puede conducir a un distanciamiento del paciente con una forma
de protección por no saber afrontar tal situación y una falta de atención única e integral
tan deseado por la enfermería.
Como profesionales, tenemos la función social de encontrar explicaciones a los
problemas humanos que en la vida no se encuentran. Tenemos que comprender para
poder aliviar, cuidar y curar. Una formación en las relaciones interpersonales permite
aprender los valores personales, sociales y culturales que influyen en nosotros mismos,
y en las personas que tratamos, respecto de las actitudes adoptadas ante las pérdidas y la
separación.
No están libres de la influencia de las emociones y/o sentimientos que genera el
presenciar la muerte de un paciente, puesto que el papel primordial del enfermero reside
en dar cuidados a las personas sanas o enfermas, para que logren el mantenimiento o
recuperación de la salud, y en el caso particular de un enfermo terminal, cuidarlo para
que tenga una muerte digna. Tales cuidados demandan actitudes, conocimientos y
destrezas que deben adquirirse y perfeccionarse en el proceso de la formación
disciplinar.

BIBLIOGRAFIA
1- Estancanti, T. (1995). Diccionario Teológico Enciclopédico. Editorial Verbo Divino.
Navarra. España. RSP08_2_05_art2_carmona.pdf (unc.edu.ar)
2- Burgos A, Muñoz S. Enfermería y el paciente en situación terminal. Enferm. glob.
[revista en la Internet]. 2009 [citado 15 Ago 2017]; (16). Disponible
en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-
61412009000200018&lng=es.
3- Morales Ramón Fabiola, Ramírez López Fabiola, Cruz León Aralucy, Arriaga Zamora
Rosa Ma, Vicente Ruíz María Asunción, De la Cruz García Carmen, García Hernández
Nallely. Actitudes del personal de enfermería ante la muerte de sus pacientes. Revista
Cuidarte. 2021; 12(1): e1081.
4- LA INTERNACIÓN DOMICILIARIA DIFERENCIADA DE AGUDOS Dres. Juan
Roubicek ,Adrián Salvatore, Gabriela Kavka, Pablo Ferreras, Carlos Wiersba. 5
(hpc.org.ar)

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