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UNIVERSIDAD ITEC

LICENCIATURA EN ENFERMERÍA

DOCENTE: THANIA BRAVO

ALUMNA: JEISEL AURORA SUÁREZ MARTÍNEZ

TURNO SABATINO

6°A
ÍNDICE
Acompañamiento con pacientes en general........................................................................................3

Acompañamiento en la muerte en enfermería....................................................................................4

Tratamiento para el duelo en pacientes que pierden la salud...........................................................10

Herramientas para enfermería de Tanatología.................................................................................11

Conclusión……………………………………………………………………………………………………………………………………...14

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………………………..14
Acompañamiento con pacientes en general

El acompañamiento se define como la acción derivada de la cercanía o proximidad de la familia


(entendiendo este término como la persona o personas referentes para el paciente) durante la
asistencia sanitaria. Se considera un elemento esencial e inherente a una asistencia segura,
humana y de calidad.

En el contexto de la atención urgente y emergente prehospitalaria, por los momentos críticos y


de riesgo vital que lleva asociados, el acompañamiento es necesario para salvaguardar
la dignidad de la persona,y representa el lazo de la persona afectada con su red de soporte
emocional.Se hace necesario reflexionar sobre los escenarios de atención urgente y emergente,
pues pueden dificultar o imposibilitar el mantenimiento de la necesidad que tenemos las
personas de aferrarnos y estar con quienes compartimos la vida, incluso en los últimos
momentos de la misma. Por tanto, es necesario plantear el acompañamiento como un elemento
imprescindible de la atención holística e integral a la persona.

En la concepción integral de la persona, y desde la relación interpersonal establecida durante el


acto asistencial, definimos dos dimensiones diferenciadas del acompañamiento:

Dimensión física del acompañamiento: presencia física de familiares y personas referentes para
el/la paciente durante la asistencia en domicilio, en lugar público, en centro sanitario o
institución, y en el traslado en vehículo de emergencias al centro receptor.

En este caso, identificamos el acompañamiento como:

Un derecho del paciente a estar acompañado

Un factor que proporciona seguridad física y emocional al paciente y a la familia Un


factor facilitador de la asistencia sanitaria especialmente en casos de pacientes en edad
pediátrica, pacientes con alteraciones cognitivas o sensoriales.

Dimensión emocional, espiritual y holística del acompañamiento: aquí se contemplan los


factores relacionados con la relación interpersonal entre profesional y paciente: el
acompañamiento como elemento de reconocimiento de la identidad genuina del ser humano
que en este caso, al estar inmerso en la atención sanitaria urgente y emergente, se encuentra
expuesto y vulnerable. El profesional realiza acciones que conllevan el reconocimiento de esta
dimensión, necesitan del trabajo de la empatía, y producen por ello un impacto en la dimensión
humana como profesional.

Estos elementos contienen el contacto, la escucha activa, la presencia, el trabajo del apoyo
emocional, y los abordajes de las respuestas emocionales de afrontamiento, tanto individuales
como familiares.

Acompañamiento en la muerte en enfermería

La muerte es un tema interesante como materia de estudio, principalmente por las emociones
que origina, pero difícil y complejo.

Es y ha sido una cuestión de profunda reflexión y meditación tanto filosófica, religiosa y, la más
actual, científica.

Morir es un fenómeno natural, inherente a la condición humana que comparte aspectos


biológicos, sociales, culturales, psicológicos y emocionales que son de gran impacto tanto en la
propia persona como en quienes lo atienden.

El concepto de muerte que posee el hombre es relativo y temporal, ya que varía a partir del
desarrollo evolutivo individual y por la influencia de factores socioculturales. En este sentido, las
actitudes que las personas manifiestan ante la muerte, pueden ser también transitorias.

Se considera que la muerte ha ocurrido cuando los pulmones y el corazón han dejado
de funcionar.

Hay cinco etapas por las que la mayoría de las personas atraviesan cuando conocen que van a
morir:

Negación. Es una no aceptación. ¡Esto no me puede estar pasando a mí! ¡Con seguridad que
hay un error! Algunos pacientes mantienen esta negación hasta el punto de la inminencia de la
muerte y continúan hablando con optimismo de planes futuros y de lo que van a hacer cuando
mejoren.

Angustia. Es un periodo de pena y hostilidad. ¿Por qué debe pasarme esto a mí? ¿Qué he
hecho para merecer este castigo? La persona está enojada con Dios y con su destino.
Clínicamente es una reacción de miedo ante un peligro desconocido.

Regateo: Durante la niñez se aprende que la buena conducta es premiada y las malas acciones
castigadas, por lo que se cree que si se promete ser muy bueno puede ser que se cambie la
decisión de muerte. La enfermera puede oír que el paciente dice que hará cualquier cosa:
arrepentirse de sus pecados, corregir sus pasados errores, si se le deja vivir un poco o siquiera
si se le libra de su dolor.

Depresión: Esta es también una reacción normal al darse cuenta de todo lo que ha obtenido en
su vida y lamenta su pérdida. Durante esta etapa la persona puede preocuparse mucho por
cómo su familia va a vivir sin él cuando haya muerto y puede estar ansioso por “poner en orden
sus asuntos”.

Aceptación: la persona acepta que pronto va a morir y se prepara para ello. Para entonces, está
cansado, pero en paz. Significa haber hallado el amparo y el consuelo para aliviar los pesares,
además de encontrar nuevas esperanzas e indulgencia en el corazón.

Para obtener la fuerza y el valor de encarar la muerte con dignidad, muchas personas
encuentran en sus creencias religiosas una inestimable ayuda. Es frecuente que busquen el
apoyo de representantes de su credo religioso. Aun pacientes que aseguran no creer en un Ser
Superior, pueden encontrar reconfortantes las visitas de un sacerdote.

Los enfermeros no están excluidos de la vivencia de emociones que genera la muerte y el


trabajo con enfermos en proceso de morir, y deben contar con un equilibrio mental y físico que
les permita ejercer su actividad de una manera eficiente y efectiva en la práctica diaria
de atención a los pacientes.
Para todo ser humano, presenciar una muerte ocasiona una experiencia extraña, única y muy
personal aunque poco frecuente, pero el profesional de enfermería lo experimenta más
frecuentemente ya que la muerte, en la actualidad, se ha institucionalizado, es decir, se prefiere
una muerte en un hospital más que en el hogar, por lo que los enfermeros tienen una
participación más directa en este proceso. A su vez, por su constante relación con los pacientes,
están expuestos a una situación de estrés relacionada con la confrontación repetida y dolorosa
con el sufrimiento humano y el proceso de morir.

Esta situación de estrés incluye una serie de reacciones emocionales tales como:

Ansiedad: estado o sensación de aprehensión, agitación, incertidumbre y temor resultante de la


previsión de alguna amenaza o peligro, generalmente de origen intrapsíquico más que
externo, cuya fuente suele ser desconocida o no puede determinarse. Puede ser consecuencia
de una respuesta racional a determinada situación que produce tensión o de una preocupación
general sobre las incertidumbres de la vida.

Ira: Sentimiento de violencia, enojo, angustia e indignación generado en torno a situaciones


específicas. Puede acercar a las personas a estados en los cuales la razón queda bloqueada
por los sentimientos irracionales.

Depresión: Trastorno del humor caracterizado por sensaciones de tristeza, desesperación y falta
de ánimo explicable por alguna tragedia o pérdida personal. La psiquiatría la describe como un
trastorno del estado de ánimo y su síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad
que puede ser transitorio o permanente.

Estrés: es la respuesta del organismo a un estímulo que produce diferentes grados de tensión,
describiendo la suma de cambios inespecíficos del organismo en respuesta al mismo. Es una
patología emergente en el área laboral, que tiene una especial incidencia en el sector servicios,
siendo el riesgo mayor en las tareas que requieren mayor exigencia y dedicación.

El proceso de la muerte se vivencia como una carga traumática, y la ansiedad asociada a la


cercana interacción con otros factores que inciden sobre la vida familiar y las actividades
personales de los enfermeros, desembocan en determinadas conductas y respuestas
emocionales que pueden tener implicaciones sobre su bienestar emocional.

La conducta no está determinada por motivos inconscientes sino por el contrario, en cualquier
decisión autónoma de conducta el hombre actúa razonablemente en base a la
información (creencias, ideas, informaciones, opiniones, etc.) de que dispone en un momento
determinado. Es decir, entre creencias y conducta se establecería una estrecha relación.

A partir de la consideración de que el hombre controla sus impulsos y conductas mediante la


razón, se ha construido un modelo teórico para la predicción del cambio de conducta. Este
modelo observa los tres componentes de las actitudes: el cognoscitivo, el afectivo y el
comportamiento.

El proceso de duelo por pérdida es una de las vivencias más dolorosas que experimenta el ser
humano, por tal motivo, este debe ser elaborado de manera saludable; sin embargo, a pesar de
que la elaboración del duelo es necesaria para nuestro ser, cada vez que nos enfrentamos a
ello, asumimos diferentes tipos de conductas y los enfermeros no escapamos a esta realidad.

La fragilidad del momento de morir genera sentimientos difíciles de contener, como la ansiedad
o el temor, y éstos se harán más presentes a medida que se acerca el momento final de la vida
del paciente.

Los profesionales de Enfermería son quienes más directamente vivirán esta situación por dos
motivos: el primero, es que la muerte del paciente le hace tomar conciencia de su propio final y
de las pérdidas que ha sufrido a lo largo de la vida, y en segundo lugar, porque son los que más
horas pasan junto al enfermo.

Esta proximidad en cuanto al espacio y al tiempo que permanecen los enfermeros con el
paciente conlleva a reacciones emocionales que de no ser atendidas y canalizadas de forma
apropiada, termina en manifestaciones de ansiedad o estrés. Pero por otro lado, si a
este padecimiento se añade la tensión que conlleva la presión laboral, se puede llegar a
una situación de agotamiento emocional, produciéndose un distanciamiento con el enfermo o
una identificación con sus propios problemas.
Situaciones como el final de la vida y cambios continuos tanto a nivel personal como profesional,
suponen un reto de adaptación continua y pueden incidir en el síndrome de “estar quemado”:
presión laboral excesiva; gran responsabilidad en la toma de decisiones; continuo contacto con
la enfermedad, el dolor y la muerte; poca o ninguna formación para el manejo de los aspectos
emocionales de la persona que sufre y muere. Otro aspecto a destacar, es la relación entre los
miembros del equipo, es decir el soporte interno, la posibilidad de realizar la catarsis emocional
y sentirse apoyado por el equipo.

La necesidad de proporcionar un ambiente seguro, tranquilizador y sentirse comprendido en


esos momentos es fundamental para disminuir al mínimo el estrés y recuperar la normalidad del
funcionamiento del servicio.

A pesar de ello este trabajo sirve para comprender mejor cómo afecta el proceso de la muerte al
propio personal de enfermería y qué siente ante una cuestión cultural que a lo largo de la
historia de la humanidad siempre ha obsesionado al hombre, como es el morir, afrontándolo de
muy diversas formas.

Los enfermeros están continuamente enfrentados a la muerte de otras personas, esto a menudo
resulta doloroso y difícil, pero debemos encontrar una actitud tranquila y equilibrada para calmar
nuestros propios sentimientos de muerte.

No sólo tenemos que entender esto y aceptarlo, sino que debemos asumir que es parte de
nuestro trabajo asistir, asesorar y acompañar tanto en el nacimiento como en la tensión.

Otro aspecto es que la muerte remueve las actitudes del personal de enfermería, es decir, existe
un feed-back entre el proceso terminal y las actitudes de los mismos, para quienes es
imprescindible conocer acerca de este proceso, ya que el dolor, la enfermedad, y la muerte
están presentes en las situaciones cotidianas. Esto no se aprende como un saber científico, ni
se aplica como tal, sino que se aprende en las relaciones con otras personas.

El proceso de morir y la muerte de un paciente es vivenciado por los enfermeros de acuerdo a lo


que éste signifique para él, a sus creencias sobre la muerte, su historia de vida y los aspectos
culturales y religiosos, los cuales se entrelazan con el miedo a la pérdida, manifestándolo con
dolor, impotencia y tristeza.

Estos sentimientos pueden evidenciarse en algunos problemas de salud, como cansancio,


agotamiento, es decir, situaciones que a la larga los convierte en pacientes potenciales; porque
se sienten sin redes de apoyo para resolver la pérdida que significan dichos pacientes.

Es probable que todas las personas que trabajan en un contexto de desgaste y muerte tengan
un importante bagaje de experiencias personales sobre pérdidas, sentimientos de
rechazo, miedo de separación, necesidad de aceptación y reconocimiento, dudas, ansiedades,
valores; en definitiva, una carga emocional que condicionará y modulará tanto a nivel personal
como profesional la atención al enfermo y familia.

El enfermero es un ser humano que reacciona ante sus emociones; se preocupa por quienes
están a su cargo dejando atrás la falsa idea de que solo cumple con sus actividades. Eliminar
los mitos sobre su desarrollo e identidad proporcionará elementos de apoyo en el manejo de sus
emociones ante las pérdidas en un área donde constantemente se enfrenta a la muerte.

Los factores estresantes que genera estar día a día con la muerte en relación a Enfermería son:

 la comunicación con los otros miembros del equipo


 la escasez de formación continuada
 la falta de recursos.

Uno de los elementos más útiles, es sentirse parte de un equipo experto que sabe lo que está
haciendo y que apoya a sus miembros, además de sentir que puede realizar la catarsis
emocional.
Tratamiento para el duelo en pacientes que pierden la salud

El duelo es un proceso muy personal y determinar cuándo un duelo normal se convierte en


duelo complicado puede ser difícil. Actualmente, no hay consenso entre los expertos de la salud
mental sobre cuánto tiempo debe pasar para que se diagnostique duelo complicado.

Un duelo puede considerarse complicado cuando su intensidad no disminuye en los meses


posteriores a la muerte del ser querido. Algunos profesionales de salud mental diagnostican
duelos complicados cuando la aflicción continúa siendo intensa, persistente y debilitante
después de 12 meses.

Existen varias similitudes entre el duelo complicado y una depresión aguda, pero también
existen diferencias. En algunos casos, la depresión clínica y el duelo complicado pueden ocurrir
simultáneamente. Obtener un diagnóstico adecuado es fundamental para recibir el tratamiento
correspondiente; por lo tanto, se suele realizar un examen médico y psicológico exhaustivo.

El médico o el profesional de salud mental consideran los síntomas y circunstancias particulares


para determinar qué tratamiento puede funcionar mejor en tu caso.

Psicoterapia

El duelo complicado suele tratarse con un tipo de psicoterapia llamada «terapia para el duelo
complicado». Es similar a las técnicas de psicoterapia utilizadas para la depresión y para el
trastorno de estrés postraumático, pero es específico para el duelo complicado. Este tratamiento
puede ser efectivo cuando se realiza en forma individual o en un formato grupal.

Durante la terapia, puedes:

Infórmate acera del duelo complicado y cómo es su tratamiento

Explorar ciertos temas, como reacciones ante el duelo, síntomas del duelo complicado, cómo
adaptarte a la pérdida sufrida y cómo volver a definir tus metas en la vida
Mantener conversaciones imaginarias con tu ser querido y volver a contar las circunstancias de
la muerte para ayudarte a que las imágenes y los pensamientos de tu ser querido no te resulten
tan angustiantes

 Explorar y procesar los pensamientos y las emociones

 Mejorar las estrategias para hacer frente a desafíos o situaciones

 Reducir los sentimientos de reproche y culpabilidad

Otros tipos de psicoterapia pueden ayudar a abordar otros trastornos de la salud mental, como
la depresión o el trastorno de estrés postraumático que pueden presentarse junto con el duelo
complicado.

Medicamentos

Hay poca investigación contundente sobre el uso de medicamentos psiquiátricos para tratar el
duelo complicado. Sin embargo, los antidepresivos pueden ser útiles para personas que tienen
depresión clínica, así como duelo complicado.

Herramientas para enfermería de Tanatología

En los últimos años la profesión de enfermería ha tenido modificaciones importantes que son
reflejo de los cambios en el desarrollo de la sociedad, así como en el incremento de
las enfermedades crónico-degenerativas y los padecimientos oncológicos. Los
cuidados tanatológicos se consideran una herramienta fundamental para el ejercicio profesional
en la práctica del cuidado al paciente de forma integral.

En este sentido, para proporcionar un cuidado inte- gral al paciente terminal o a su familia se
necesita del estudio de paradigmas, modelos, teorías y principios que han guiado a los
denominados cuidados al final de la vida o cuidados tanatológicos, términos conocidos en el
contexto clínico por ser una herramienta útil y habitual para organizar los cuidados del individuo
en fase terminal.
La Enfermería es una disciplina fundamentada en el bienestar del ser humano, la cual debe
abordarse desde una visión holística, ética e interpersonal. El profesional de Enfermería ayuda a
disminuir, aliviar o modificar ciertos efectos que se desencadenan cuando se experimenta
alguna pérdida significativa.

El cuidado tanatológico constituye el método de intervención que distingue a la disciplina, y su


aplicación se hace cada día más indispensable en los ámbitos de la enseñanza y la práctica
diaria. Tanto el profesional como el estudiante de enfermería son quienes mantienen el vínculo
más cercano con los usuarios.

En la formación de recursos humanos en salud es necesario incluir en el programa académico el


aspecto tanatológico, pues es necesario hacer conciencia de lo que implica el ciclo de la vida y
la fase terminal de ella. Este concepto debe contemplarse ampliamente, desde las ne-
cesidades físicas, psicológicas, espirituales, socioeconó- micas y familiares.

El compromiso ético de no abandonar a un paciente, así como el acompañamiento del mismo,


no importando cuál sea el desenlace, forma parte de la vocación y praxis en el personal de
enfermería. En muchos casos, durante la atención hospitalaria o domiciliaria, el paciente pasa
más tiempo con una enfermera que, incluso, con sus propios familiares, de allí que en la
mayoría de las ocasiones se logran crear lazos enfermera-paciente, donde se encuentra
compresión, atención y afecto, que brindan alivio al paciente.

Dentro de las relaciones enfermero-paciente es inevitable que se produzca el fenómeno de


contratransferencia; es decir, que se transmitan emociones de manera bilateral, ya sea alegría,
tristeza, dolor, frustración o melancolía, por lo que el personal de enfermería debe conocer las
estrategias correctas para poder afrontar estas situaciones.

Se debe hacer alusión a que un cuidado deficiente deteriora la calidad de vida de cualquier ser
humano, pero cuando se trata de un paciente terminal esto puede empeorar exponencialmente
el deterioro de su salud. Es primordial hacer alusión al principio básico de respetar la autonomía
del paciente en su capacidad de decidir y actuar.
En la mayoría de las escuelas y universidades se aborda de diversas maneras la educación en
tanatología, sin embargo no se ha logrado consolidar como materia específica en los núcleos de
formación básica, por lo que se han creado cursos externos enfocados a la definición,
estructuración, el actuar y en estrategias en la atención al paciente terminal.

Ante el incremento de enfermedades, el crecimiento poblacional y años de sobrevida se


requiere formar personal experto que pueda atender correctamente a pacientes con dichas
necesidades.

Conclusión
El acompañamiento en el ámbito de la enfermería es fundamental para proporcionar cuidados
integrales a los pacientes, tanto en situaciones de salud como en momentos críticos como la
muerte. A continuación, se presenta una conclusión sobre cada uno de los temas mencionados:
acompañamiento con pacientes en general, acompañamiento en la muerte en enfermería,
tratamiento para el duelo en pacientes que pierden la salud y herramientas para enfermería de
tanatología.
El duelo es un proceso natural que sigue a la pérdida, ya sea de salud o de un ser querido.
Enfermería desempeña un papel importante en ayudar a los pacientes a atravesar el duelo
asociado con la pérdida de la salud. El apoyo emocional, la educación sobre el proceso de duelo
y la conexión con recursos adicionales, como grupos de apoyo, son intervenciones valiosas. Es
fundamental reconocer la singularidad de cada proceso de duelo y adaptar la atención a las
necesidades individuales de los pacientes.
El acompañamiento en enfermería durante situaciones de enfermedad grave y la muerte
requiere una combinación de competencias técnicas y habilidades interpersonales. La
enfermería desempeña un papel central en la promoción de la dignidad y el bienestar en todas
las etapas de la vida, incluida la transición hacia el final de la misma.

Bibliografías

Castro. M. (2007). Tanatología, la inteligencia emocional y el proceso de duelo. Trillas. México.

Ferrerira, D., Lázara, M., Montaño, L. (2011) El personal de enfermeria y el proceso de la


muerte. https://core.ac.uk/download/pdf/161647089.pdf

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