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Papel de países extranjeros en la economía y la política de país

La Inversión Extranjera Directa (IED) / juega un papel muy importante en la economía de los
países en desarrollo, al ser una de las principales fuentes de capital y tecnología, promotoras
del crecimiento. En Honduras, a partir de los años 90, los flujos de inversión se intensificaron
en diversos sectores, ya que en el período precedente la IED estaba concentrada en los
tradicionales. Esta diversificación y ampliación trajo consigo cambios determinantes
especialmente en los rubros de minería, comunicaciones, establecimientos financieros y
otros.
En el país no se dispone de cifras precisas sobre el acervo de capital acumulado por el flujo
de la IED; sin embargo, por medio de las investigaciones que tradicionalmente se han
realizado en el BCH, se tiene conocimiento de datos de los flujos anuales de la IED y de la
retribución (renta) a la misma, variables que se registran desde 1950 en la Balanza de Pagos.
En el contexto histórico, la inversión extranjera directa en Honduras se dinamiza en el marco
de las reformas impulsadas por Marco Aurelio Soto, con las explotaciones mineras de la
Rosario Mining Company que mantuvo la hegemonía desde 1880 hasta principios de 1900,
cuando se inició la producción bananera para la exportación. En las primeras dos décadas de
1900, las nuevas inversiones provenientes del exterior llegan al sector agro-exportador,
básicamente con dos compañías, United Fruit Company y Standard Fruit Company, que para
la década de los 30 habían diversificado su inversión, incursionando en otros sectores
económicos como ser: comunicaciones, transporte, industria, comercio y banca. Después de
1945 la contracción de la demanda exterior, originada por los efectos de las guerras
mundiales, afectó negativamente los flujos de la IED disminuyéndolos durante los cincuenta.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, la economía hondureña comenzó un proceso de
reestructuración. La producción agrícola perdió peso en la estructura de la producción
nacional.

Mientras tanto, la producción manufacturera asumió un papel más significativo.

Por otro lado, la estructura de la exportación agrícola sufrió ciertos cambios. La exportación
bananera siguió ocupando un importantísimo papel dentro de las exportaciones
agropecuarias. De hecho, alrededor del 30 por ciento durante el decenio de 1960-70. No
obstante, a partir de la Segunda Guerra Mundial se diversifica la exportación agrícola,
especialmente mediante el café y la madera.
Al terminar la segunda guerra mundial, que trajo consigo el gran impulso hacia la
descolonización de las periferias del mundo desarrollado, se extendió por América Latina la
esperanza de que se abrirían nuevos caminos para la consumación de este proceso en las
esferas económica y social, también en nuestra parte del mundo. De estas esperanzas han
surgido las doctrinas y políticas económicas conocidas con el nombre de desarrollismo que
postulaban que el fomento 20 La dependencia político-económica de América Latina de la
industrialización dentro del marco sociopolítico existente incrementaría la autonomía del área
frente al resto del mundo.
Golpes de Estado
En el siglo XX existieron 3 golpes de Estado en el territorio nacional debido a polémicas y
oposiciones de los demás partidos por su mala administración.
El escenario político hondureño se ha caracterizado por la inestabilidad y fragilidad de sus
estructuras expresadas a través de las revueltas sociales y golpes de Estado que abundaron
desde los orígenes de su vida como un país independiente.
En la década de los 40-50 el sistema político hondureño descansaba mayormente en el
bipartidismo tradicional (Partido Nacional o Conservador y Partido Liberal) aunque con el
tiempo se vinieron incorporando nuevos partidos que no perjudicaron al sistema
implementado en ese tiempo (Partido de Innovación Nacional y Unidad, PINU, y el Partido
Demócrata Cristiano de Honduras, PDCH).
En ese mismo lapso de 40 años, han ocurrido tres golpes de Estado (en 1956, 1963 y 1972) y
dos cambios en el régimen militar (en 1975 y 1978). Asimismo, el pueblo hondureño ha
ejercido el derecho al sufragio solamente en seis ocasiones: En 1957, para elegir una
Asamblea Nacional Constituyente que a su vez eligió como Presidente a Ramón Villeda
Morales propuesto por el partido Liberal; en 1965, para elegir otra Asamblea Nacional
Constituyente que legalizó el ejercicio presidencial ejercido del entonces coronel Oswaldo
López Arellano; en 1971, para elegir como Presidente a Ramón Ernesto Cruz, propuesto por
el partido Nacional, que encabezaba un supuesto gobierno de Unidad Nacional de los dos
partidos tradicionales; en 1980, para elegir nuevamente a otra Asamblea Nacional
Constituyente que serviría de transición de un régimen militar de siete años a un régimen
civil.
Papel de las Fuerzas Armadas
Los rasgos del sistema político hondureño, esbozados anteriormente, tienen una explicación
objetiva que se refiere al importante papel asumido por las Fuerzas Armadas hondureñas
desde 1963, año en que se ubican como centro del sistema de poder en forma permanente,
participando directa o indirectamente en el ejercicio político que significa la conducción
político-administrativa del Estado.
Las Fuerzas Armadas Hondureñas aparecen en el escenario político como una institución
profesional recién en los años cincuenta cuando a nivel internacional se vislumbran los
cambios de la segunda posguerra y, a nivel nacional, se daba inicio a un proceso de
modernización institucional Impulsado por el presidente Juan Manuel Gálvez (1949-1954).
La Influencia de los Estados Unidos en la conformación de las Fuerzas Armadas hondureñas
se remonta a la llegada de las misiones militares en la década de los años cuarenta8x, las
cuales crean una Escuela de Oficiales y otra Escuela de Tropas que después se fusionan en la
Escuela de Cabos y Sargentos fundada desde 1933 y conforman, en 1952, la Escuela Militar
General Francisco Morazán.
Las Fuerzas Armadas hondureñas están constituidas por cuatro ramas: el Ejército o fuerza de
tierra, la Fuerza Aérea o fuerza de aire, la Fuerza Naval fuerza del mar y la Fuerza de
Seguridad Pública o fuerza policial.
Con la Implementación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, el ámbito de lo político
experimentó modificaciones sustanciales que aluden a la penetración y consolidación de lo
militar en un ámbito, del cual, por definición, aparecía excluido.
Las primeras incursiones de las Fuerzas Armadas hondureñas en el ámbito político, fueron
circunstanciales y esporádicas y se limitaron siempre a cumplir con la función política de
preservar el orden social y el sistema, con reformas o con represión. La presencia de las
Fuerzas Armadas como eje articulador del sistema de poder, se remonta al Golpe de Estado
de 1963 con el cual se instaura su permanencia en la vida política del país. No obstante, esta
presencia estuvo matizada de fuertes intereses personales y paternales que se anteponían a los
Intereses institucionales de las Fuerzas Armadas.

Bibliografía
Salomon, L. (1992) Política y militares en Honduras. Recuperado el 2 de
septiembre de 2021 de:
http://www.cedoh.org/Biblioteca_CEDOH/archivos/00250%20POLITICA%20Y
%20MILITARES%20EN%20HONDURAS.pdf
Banco Central de Honduras. (2004) Inversión Extranjera Directa en Honduras.
Recuperado el 2 de septiembre de 2021 de:
http://www.sice.oas.org/ctyindex/hnd/data/ied93-03.pdf

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