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Carlos Gutiérrez
Militares contra Pinochet
Los que defendieron la Constitución
frente al golpe de 1973 en Chile
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m CAPITAL INTELECTUAL
© Carlos Gutiérrez
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Gutiérrez, Carlos
Militares contra Pinochet: los que defendieron la Constitución
frente al golpe de 1973 en Chile
1a ed. - Buenos Aires, Capital Intelectual, 2009
128 p.; 14x21 cm - (Los otros militares: 2 / Ernesto López)
ISBN 978-987-614-181-9
1. Historia Latinoamericana. I. Título
CDD 980
Introducción 9
Capítulo 1
Tensiones y conflictos entre los años 1964 y 1969 13
Capítulo 2
Del “Tacnazo” al triunfo de Salvador Allende 23
Capítulo 3
La comandancia del general Carlos Prats:
concepciones y acciones 43
Capítulo 4
El ojo de la tormenta 59
Capítulo 5
Otros aportes y compromisos 81
Capítulo 6
A modo de conclusiones 109
Apéndice
Listado de militares constitucionalistas y/o
comprometidos con la Unidad Popular 115
Bibliografía 125
IN T R O D U C C IÓ N
16 |E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
la institución y del ministro de Defensa, cuyos sucesores no
alcanzaron, de todos modos, a solucionar plenamente los pro
blemas.
Un informe de la embajada de Estados Unidos en Santia
go de Chile, fechado el 1 de septiembre de 1969, entrega va
liosos antecedentes que fueron usados en su momento para
elaborar un perfil de los uniformados, así como una caracte
rización de la situación política chilena en curso y las prime
ras conclusiones de una mirada prospectiva. Estos datos
brindan información acerca de las preocupaciones de la inte
ligencia militar y de la dirigencia estadounidenses, que lleva
ron a una creciente intervención norteamericana en la polí
tica chilena, especialmente por la inquietud que producían
los avances de los sectores sociales y políticos de izquierda.
También examinaba cuáles podrían ser los cursos de acción
de las Fuerzas Armadas chilenas. Este informe aparece cara
tulado como Equipo País a petición de CA-44044 D epartam en
to de Estado sobre el “Rol de los m ilitares en América Latina Fue
preparado con la ayuda fundamental del Equipo M ilitar de la
Embajada y funcionarios de las Misiones M ilitar y Naval que
operaban en Chile al amparo del antes mencionado Pacto de
Ayuda Mutua (PAM).
En una primera aproximación general sobre las tendencias y
vinculaciones de los militares chilenos expresaba lo siguiente:
18 |E d ic io n e s L e M o n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
actuara a fin de p reven ir un amenazante cambio revolucionario.
20 |E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
reuniones con oficiales y suboficiales en servicio activo, así
como tomó contacto con altos oficiales en actividad y en re
tiro, que abiertamente propiciaban la desobediencia a los altos
mandos. Finalmente, el escenario deliberativo e intervencio
nista que el informe antes citado veía relativamente lejano, en
realidad no lo estaba tanto.
Estos movimientos del general Viaux fueron conocidos
tanto por el presidente Frei como por el Comando en Jefe del
Ejército, lo que a la postre le significó su llamado a retiro, a
principios de octubre de 1969.
24 I Ed ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «el D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
El fracaso del levantamiento trajo consecuencias en los
más altos escalones de la conducción institucional. El general
Sergio Ossa reemplazó al general Tulio Marambio en el M i
nisterio de Defensa, mientras que el general Sergio Castillo
hasta entonces Comandante en Jefe del Ejército, fue reem
plazado por el reciente ascendido a general de división René
Schneider. Por su parte, el general Carlos Prats asumió la Je
fatura del Estado Mayor de la Defensa.
La continuación de las tensiones políticas e institucionales
marcaría a fuego la gestión del general Schneider como Co
mandante en Jefe, a tal punto que sólo dos meses después de
la sublevación de Viaux se descubriría un nuevo complot que
implicaba a jóvenes oficiales de distintas reparticiones. El día
8 de diciembre se hizo pública la noticia sobre el episodio,
que pasó a ser conocido como el complot de la calle Gay;
como consecuencia del mismo fueron arrestados el coronel en
retiro Raúl Igualt, los mayores Guillermo Alvarez y Héctor
Orellana, los capitanes Pedro Ferrand, Raúl S lateryju lio Sa
rria, el subteniente Patricio Castro y el suboficial mayor Al
berto Valdebenito. También se descubrió como implicados a
oficiales de la Fuerza Aérea.
A propósito del complejo panorama socio-político que se
vivía en Chile, producto de la enconada fricción política pro
ducida por la proximidad de las elecciones presidenciales del
año 1970, se le había encargado al Estado Mayor de la Defen
sa Nacional (EMDN) la elaboración de un informe sobre la
situación nacional y sus proyecciones. Esta tarea recayó en
manos del general Prats, quien el día 30 de diciembre de 1969
entregó un documento titulado “Síntesis de la situación na
cional”, a los tres Comandantes en Jefe de las distintas ramas
de las Fuerzas Armadas y al propio ministro de Defensa.
Este documento, que se transformó en un hito relevante
de la interpretación política del momento, generó mucho im
pacto en el ámbito gubernamental y en las propias institucio
nes militares, por la claridad de su exposición y por las con
30 I Ed ic io n e s Le Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
en Washington, de la cual regresó con una experiencia que
volcó positivamente en el desempeño de sus funciones forma-
tivas y de mando. Se le asignaron nuevas tareas de comando;
entre ellas le tocó asumir la Jefatura del Regimiento Guardia
Vieja. Al término de ésta fue designado agregado militar en
Paraguay. De vuelta en Chile, asumió una sensible tarea ins
titucional, como es la de Secretario General del Ejército. En
base al reconocimiento intelectual que supo cosechar, y a su
gran vocación de educador, así como a sus cualidades huma
nas en las relaciones y trato con su personal subalterno, fue
designado en el año 1967 Director de la Escuela Militar. Fi
nalmente, ya como general, desempeñó funciones de Alto
Mando al hacerse cargo de la Comandancia y de las Divisio
nes II y V del Ejército. El día 27 de octubre de 1969 fue nom
brado Comandante en Jefe del Ejército por el presidente
Eduardo Frei.
El contexto en que le tocó asumir la máxima dirección ins
titucional se caracterizaba por una situación interna muy
compleja, que había dado origen a varios actos de indisciplina
derivados de demandas por el mejoramiento de las condicio
nes de vida de los uniformados, así como por las cuestiones
presupuestarias y materiales de la institución que, como se ha
mencionado ya, se habían manifestado durante los meses de
abril y mayo de 1968, dando lugar a revueltas de oficiales de
distintas unidades a lo largo del país. Tales fueron algunas de
las causales que desembocaron en el levantamiento del gene
ral Roberto Viaux con el Regimiento Tacna, como se ha seña
lado precedentemente. Pero la situación se hacía más comple
ja y problemática dado que estos reclamos venían contamina
dos con la pugna y la polarización políticas que vivía Chile,
particularmente ante la cercanía de las cruciales elecciones
presidenciales de 1970.
El general Schneider se abocó con prontitud y firmeza a
encarar las demandas de su institución. Realizó para ello una
gira nacional en la que visitó cada unidad del Ejército, asu
Y agregaba:
36 E d ic io n e s L e M o n d e d ip lo m a tiq u e « el D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
del Ejército fren te a cualquier actividad que sea de su incumbencia,
tanto más aún cuando se inspiran en la ética profesional, cuando no
entrañan intenciones de ninguna índole y cuando su capital trascen
dencia obliga a que sean conocidos y comprendidos p or toda la ciu
dadanía.
38 I Ed ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
mayoría necesaria para ser proclamado Presidente de inme
diato, la decisión -conforme al mecanismo constitucional chi
leno- se trasladó al Congreso Pleno. De esta forma, se abrie
ron en Chile los cuarenta días más tensos de su historia con
temporánea.
Es posible sostener, por otra parte, que la etapa política
que se inició con el triunfo de la Unidad Popular y concluyó
con su derrocamiento en septiembre de 1973, colocó objeti
vamente a las Fuerzas Armadas en medio de una durísima dis
puta política, convirtió a todos sus integrantes en actores per
manentes de las tensiones y conflictos que la atravesaron, y
transformó específicamente a los altos mandos de aquéllas en
los decisores de esta complejísima y trágica coyuntura. Así, no
bien se conocieron los resultados de la contienda presiden
cial, la turbulencia política se hizo más evidente y cada vez
más profunda la presión sobre los comandantes militares,
particularmente sobre las figuras de Schneider y Prats.
El día 7 de septiembre, a las 11:30 hs, el Comandante en
Jefe del Ejército reunió a los generales de la Guarnición de
Santiago, Manuel Pinochet, Schaffhausen, Camilo Valenzue-
la, Poblete, Urbina, González, Garín, Torres, Bonilla, Erval-
do Rodríguez, José Valenzuela, Canales, Bravo, Sepúlveda,
Araya, Cano, Del Río y José Rodríguez. Nuevamente expuso
en forma categórica su ideario constitucionalista, remarcando
el apoyo irrestricto de las Fuerzas Armadas al candidato que
el Congreso, en ejercicio de sus facultades constitucionales,
declarara vencedor. Hizo un crudo análisis de las condiciones
políticas, económicas y sociales que vivía el país, como pro
ducto de la incertidumbre y la presión ejercida por determi
nados grupos económicos y sociales, que a su juicio podían
llevar al descalabro al país. Destacó que entre estas presiones
la más fuerte y difícil recaería sobre las Fuerzas Armadas, a las
que se les reclamaría que actuaran para evitar el triunfo de los
izquierdistas, y para que por lo tanto dirimieran el conflicto.
Su énfasis más vigoroso estuvo dirigido a advertir que los días
42 I E d ic io n e s Le Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
Capítulo 3
LA CO M AN D A N CIA D EL GENERAL CARLO S
PRATS: CO N C E PC IO N E S Y ACCIO N E S
46 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l Dip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
2. La Institución tiene plena conciencia de que la tradicional
unidad entre el pueblo y su Ejército es más fu erte que cualquier ac
ción de la política contingente.
3. La misión perm anente de la Institución -d e garantizar la so
beranía nacional ante amenazas externas e internas- se m antiene
invariable.
En el presente, el resguardo de la integridad de la comunidad
nacional impone al Ejército la responsabilidad prioritaria de acre
centar vigorosam ente su poder coercitivo.
Pero, como parte intrínseca del pueblo de Chile, no puede m an
tenerse al m argen de la legítim a ambición gen era l de lograr el más
alto grado de desarrollo autárquico en aras del bienestar ciudadano;
por lo que, com plem entariam ente, debe elevar y am plificar su “ap
titud participativa ”, para asum ir aquellas tareas específicas que
contribuyan eficazm ente al fortalecim iento del potencial económico-
defensivo del país.
4. Como fu erz a arm ada en un Estado de D erecho, el Ejército co
noce y cumple la prem isa de que le está vedado deliberar fren te a las
alternativas políticas nacionales; p or lo tanto, no le compete califi
car aquellos actos de los Poderes del Estado que resultan conflictivos
en el libre ju eg o de una democracia, puesto que cada uno de ellos
tiene atribuciones y responsabilidades constitucionales exclusivas y
definidas.
5. Conforme el artículo 22 de la Constitución Política del Esta
do, el Ejército es parte constitutiva de la “Fuerza Pública Por lo
tanto, asegurará leal y firm em en te -lo ha hecho siem pre- la esta
bilidad del gobierno institucional.
Su participación eventual en situaciones internas la dispone ex
presam ente el Supremo Gobierno para im poner el imperio de la ley,
cuando exigencias de la seguridad nacional la hacen indispensable.
Por consiguiente, el Ejército m antendrá su perm anente alistam ien
to y sus medidas internas de seguridad, para reaccionar oportuna y
eficazmente -cuando el Ejecutivo lo req u iera - en resguardo de los
grandes intereses nacionales.
6. La disciplina y la cohesión institucional son el fa ctor fu n d a
48 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
sión militar prioritaria; complementariamente se reconocía la
importancia que para Chile tenía el impulso del desarrollo
económico, y se establecía la conveniencia de una “aptitud
participativa” de la institución militar, que coadyuvara a for
talecerlo.
c) Desarrollo y fortalecimiento institucional, con el objeto
de mejorar las capacidades del Ejército para cumplir con sus
misiones - “acrecentar el poder coercitivo”, dice el documen
to- y responsabilidades.
La temática del profesionalismo, la no deliberatividad, la
subordinación y el compromiso con la defensa de las institu
ciones públicas, además de referirse a cuestiones de principio
básicas de cualquier orden republicano, se relacionaban di
rectamente con la grave situación interna del Ejército, en el
que existía una fuerte pulsión intervencionista y golpista. La
apelación a la cohesión y a la disciplina corría en un sentido
parecido: cuestiones de principio indiscutibles para cualquier
organización armada eran también en la coyuntura un recur
so para darle firmeza a la opción constitucionalista que con
ducía al Ejército.
En lo referido a las misiones de la fuerza armada se señala
la habitual de la defensa de la soberanía nacional, pero debe
destacarse también la referencia explícita a la colaboración en
materia de desarrollo, como misión complementaria. Esta re
ferencia abría la puerta a un compromiso de otro tipo, que
sería efectivamente transitada durante la gestión de Prats.
Finalmente, el tema del desarrollo y fortalecimiento insti
tucional respondía a un doble requerimiento. Por un lado, a
una objetiva necesidad de puesta al día y mejoramiento; por
otro, a la necesidad de ofrecer respuestas a las demandas en
materia de sueldos y condiciones de vida que se habían hecho
explícitas durante la gestión del general Schneider.
El general Prats le dio un fuerte apoyo a la reforma de la
Constitución Política, sancionada mediante la ley 17.398 del
9 de enero de 1970, en lo relativo a la modificación de su ar-
7. El texto del artículo 22 de la Constitución del año 1925 decía así: “La fuerza públi
ca es esencialmente obediente. Ningún cuerpo armado puede deliberar”.
62 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
del gobierno. Fue más que evidente, a esa altura, que la De
mocracia Cristiana había cruzado el Rubicón de la desestabi
lización. Prats le respondió mediante una carta publicada en
el mismo diario, el 5 de noviembre, en la que decía:
66 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l Dip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
Sin aflojar la presión política que se desató al calor del paro
de octubre y poniendo en la mira el rol gubernamental que le
tocó asumir al general Prats al ser nombrado ministro del In
terior -en cuya calidad le correspondió asumir incluso, tem
porariamente, la Vicepresidencia de la República- el ímpetu
derechista pasó a concentrarse en la existencia de grupos pa-
ramilitares de izquierda y en los desbordes al Estado de De
recho que a veces se producían, reclamando un papel más ac
tivo y efectivo de las Fuerzas Armadas. Claramente, se vivían
momentos de alta tensión política -hasta ese entonces, los
más álgidos desde el inicio del gobierno de la Unidad Popu
lar- y la figura del general Prats asomaba en toda su dimen
sión como muro de contención frente a los sectores desesta
bilizadores y golpistas.
Nuevamente, durante una entrevista concedida a la revista
derechista Ercilla del 10 de diciembre, insistió con vehemen
cia en el papel constitucional de las Fuerzas Armadas e hizo
una descripción dramática, pero absolutamente preclara de lo
que sería una intervención militar. Expresaba su visión de este
modo:
68 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo a m tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
(Confederación Democrática) obtuvieron una victoria al al
zarse con el 56,61% de los votos, no les alcanzó para obtener
las mayorías necesarias requeridas en los quorums parlamen
tarios para su opción legalista. En el campo oficialista, los re
sultados parlamentarios se asumieron también como una vic
toria al obtener el 43,85% de los sufragios, lo que impactó
por ser un incremento de 7 puntos porcentuales en relación
a lo obtenido en la anterior elección presidencial, lo que le
significó también una mayor presencia en ambas cámaras del
Congreso.
El resultado electoral fue un duro golpe a las posturas de-
sestabilizadoras, porque aún con toda la campaña opositora
desplegada y los problemas de abastecimiento y crisis econó
mica que padecía el país, el apoyo de los sectores populares al
proyecto de la Unidad Popular no sólo se mantenía, sino que
alcanzaba también a más y nuevos sectores. Significó, sin em
bargo, el momento de inflexión en la lucha política, porque
se cerró la puerta para una acción legal que facilitara la des
titución de Allende y se abrió definitivamente el camino de la
interrupción violenta, como la única opción viable para la co
alición centro-derechista, cada vez más empecinada y viru
lenta.
Luego de la elección de marzo, los ministros militares
abandonaron el gabinete y pasaron a desempeñar de nuevo,
exclusivamente, sus puestos de comando castrenses. En el
mismo mes, la Unidad Popular anunció la puesta en marcha
de la Escuela Nacional Unificada (ENU), un proyecto de re
forma educativa que había formado parte de su programa
electoral de 1970. Fue inmediatamente rechazado por la De
mocracia Cristiana y por la derecha, e incluso por la Cámara
de Diputados. Es que, en rigor, los comicios de marzo nada
habían cambiado.
Con el telón de fondo de los resultados electorales recien
tes, el 14 de abril el general Prats se reunió con los oficiales
de la Guarnición de Santiago en la Escuela Militar, donde re
Mil it a r e s co n t r a P in o c h e t |L o s O t r o s Mil it a r e s | 69
alizo una exposición dedicada a examinar la situación de co
yuntura nacional, que fue recibida con un ambiente tenso.
Entre otras cosas dijo, reafirmando sus concepciones y su
compromiso:
70 I E d ic io n e s Le Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
Mario Sepúlveda de movilizar al Regimiento Tacna, que esta
ba bajo su comando y de dirigirlo hacia la toma del cuartel del
Batallón Blindado. Al general Urbina lo instruyó para que
mantuviera el contacto con las unidades del resto del país.
Mientras todo esto sucedía, el general Prats se dirigió
hacia el Regimiento Tacna donde comprobó que los movi
mientos por él ordenados se estaban cumpliendo. Decidió,
entonces, acudir a la Escuela de Suboficiales pues allí su di
rector, el coronel Julio Canessa, parecía carecer de convicción
y se mostraba vacilante ante la orden de atacar a los insubor
dinados. Esta conducta obligó a que el propio Prats se diri
giera a la oficialidad de esa unidad, le ordenara dar cumpli
miento a lo dispuesto y se pusiera a la cabeza de la operación.
A partir de las 10:30 de la mañana la unidad comenzó su des
pliegue hacia el centro de la ciudad. Allí se encontraban ya
ubicadas las tropas encabezadas por el general Pickering, a las
que posteriormente se agregaron las que encabezaba el gene
ral Augusto Pinochet, con el Regimiento Buin. Extrañamen
te era el único de los generales que se encontraba en tenida
de combate.
El general Prats, acompañado de cuatro oficiales, encaró a
uno de los blindados sublevados intimándole la rendición; a
la postre, esta unidad fue desarmada por una audaz acción del
mayor Osvaldo Zavala. También se exigió la rendición de los
tanques ubicados al sur de La Moneda, iniciándose la huida
de algunos de ellos, los que posteriormente fueron reducidos
en su propio cuartel y se rindieron ante el general Sepúlveda.
Esta intentona, al fin fallida, puso de manifiesto que había
una clara relación entre varios oficiales jóvenes y el grupo de
ultraderecha Patria y Libertad que había estado detrás de la
conspiración.
En este escenario donde abundaban las acciones para de
sestabilizar el gobierno y generar el caos que permitieran
abrir condiciones para el golpe, el general Prats insistía en se
guir trabajando incansablemente por encontrar una salida a la
74 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
ron hallados culpables en calidad de autores, como miembros
de la asociación ilícita. A estos se sumaban los oficiales Juan
Morales y Christoph W illike, el agente Reginaldo Valdés y la
civil Mariana Callejas. En Argentina fue condenado a cadena
perpetua el civil Enrique Arancibia Clavel, quien estuvo vin
culado en Chile a la organización terrorista de ultraderecha
Patria y Libertad en tiempos de la Unidad Popular, y que en
ese año de 1973 trabajaba en el departamento exterior de la
DINA, la Dirección de Inteligencia creada por el régimen pi-
nochetista. En Estados Unidos fue condenado el ciudadano
estadounidense Michael Townley, acusado de haber colocado
el artefacto explosivo que segó la vida del general Prats.
En ocasión de su renuncia a los cargos de Comandante en
Jefe del Ejército y ministro de Defensa, Salvador Allende le
envió una carta de reconocimiento por su labor institucional
y por su desempeño en las tareas de gobierno que le tocó
acometer.
Las palabras del Presidente de la República son una bri
llante síntesis del legado del general Prats. Con fecha 25 de
agosto de 1973, le transmitió lo siguiente:
76 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » ] Ca p it a l In t e le c t u a l
mas y dificultades que se les iban a presentar a las institucio
nes que se comprometieron con la violencia trastocadora
-según la expresión que utilizara en el sepelio del general
Schneider, como se ha visto- cuando, el paso del tiempo,
marcase el arribo de lo que él llama una “democracia avanza
da”. A esta reflexión le dedica el siguiente corolario de sus
Memorias-.
78 I E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l Dip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
Carabineros, es n egar la esencia misma de la dem ocracia, en la que
se “delega ” el quehacer nacional en autoridades representativas,
/jero íé1 “usurpa ” i'z¿ 7tzzo72 ¿/e í'ét por la decisión emocional de
caudillos del poder armado.
Se requiere de una nueva concepción estructural de los cuerpos
armados que, ju n to con dar satisfacción a la filosofía de la irrestric
ta subordinación al Poder Constitucional, se aproxime orgánica
m ente a las modalidades de empleo estratégico de fu erz as conjuntas,
en la eventualidad de una agresión exterior.:12
Una vez que sus m iem bros tom en conciencia individual de la in
cuestionable necesidad patriótica de una estrecha identificación de
los Institutos Armados con los intereses del pueblo, que son comunes
a la gran m ayoría nacional, y desplieguen en conjunto un sincero y
supremo esfuerzo doctrinario verticalista para anteponer al egoísmo
y a la pasión la divisa del honor y del espíritu militar, el gu errero
podrá pasar a l reposo anímico y el sol de la convivencia cívica logra
rá disipar la espesa niebla que cubre el cam pam ento.11.
Un marino constitiicionalista
M il it a r e s contra P in o c h e t |L o s O t r o s Mil it a r e s \ 87
nes esenciales para la población. Para eso ya se habían dado
pasos como la creación de las JAP (Juntas de Abastecimiento
y Precios) y la Secretaría Nacional de Distribución y Comer
cialización, las que debían actuar de manera coordinada con
el Consejo Nacional de Distribución y Comercialización.
Estas medidas tuvieron un señalable impacto en el plano prác
tico de la vida material de las personas. La secretaría recién
mencionada y las jefaturas máximas de los organismos de dis
tribución estatal estuvieron conducidas por uniformados.
88 I Ed ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «el D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
ahora es que se nos ha destacado más; hay gen te nuestra que está
trabajando en diferentes complejos, desde hace bastante tiempo. El
Comandante en J e fe hace las designaciones en aquel oficial que es
tima está en condiciones de representar m ejor a la institución.16
Había que elim inar al herm ano Bachelet, porque trabajó al lado
23. Revista Qué Pasa, N° 40, del 2 de marzo de 1972, pp. 18 y 19.
96 I Ed ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » |Ca p it a l In t e le c t u a l
del país, insumo fundamental para la explotación minera.
También prestaron una enorme colaboración la industria
militar FAMAE -que aportaba la fabricación de implementos
agrícolas que eran comprados por la Corporación de Refor
ma Agraria (CORA)- y el Instituto Geográfico M ilitar -que
se involucró en el estudio de los suelos- Se crearon, asimis
mo, brigadas de defensa de la riqueza forestal, en distintas
guarniciones militares.
Unidades especializadas del Ejército y la Armada colabora
ron con el rescate y atención de personas localizadas en zonas
aisladas, particularmente en las islas y canales del sur del país,
donde además practicaban labores de salud pública y reparti
ción de medio litro de leche diario para los niños, en conjun
to con el Servicio Nacional de Salud.
Tal vez el primer nombre que hay que señalar en este renglón
es el del edecán naval del presidente Allende, Comandante
Arturo Araya, quien fue asesinado el día 26 de julio de 1973
en su casa, por el disparo de un francotirador perteneciente a
un comando terrorista que componían jóvenes de Patria y L i
bertad y del Partido Nacional.
El Comandante Araya había tenido una destacada partici
pación en defensa del gobierno popular, al momento del alza
miento de junio del 1973 -llamado también el “Tanquetazo”-
acompañando al Presidente Allende en su traslado desde la
Casa Presidencial de Tomás Moro al Palacio de Gobierno.
En esta oportunidad hubo un conato de enfrentamiento entre
la custodia del Presidente y un grupo de soldados con los que
se toparon en su trayecto. Aquéllos realizaron un despliegue
operativo de defensa con sus armas desenfundadas, dispuestos
a proteger a toda costa la dignidad presidencial. Afortunada
102 |E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
ques de la Escuadra, y la otra proponía estar preparados para
rechazar el golpe en sus inicios, apoderarse de los buques en
ese momento y ponerlos a disposición de la defensa del go
bierno constitucional. Los marineros tenían una importante
presencia en los navios. En el destructor Blanco tenían una
organización importante, además de un plan concreto de ocu
pación con tareas específicas para 56 marineros, que cubrían
las labores de timonel, señalero, vigía, tele-metrista, radio-
operaciones, radar, torres, etc. En el crucero Latorre los ma
rinos tenían contactos en las divisiones de artillería, máqui
nas, electricidad, telecomunicaciones. Según estimaciones
contaban con el apoyo del 40% de la tripulación. En el cru
cero Prat se registraban 9 marineros organizados, y al parecer
también existía un plan para la toma del buque, y contactos en
las divisiones fundamentales. A esto deben sumarse marinos
del crucero O'Higgins, del destructor Cochrane y de buques
de apoyo.
La primera reunión de coordinación de los distintos gru
pos se produjo a principios de marzo de 1973, concurriendo
representantes de los buques Prat y O'Higgins, de la Escuela
de Ingeniería, Operaciones y Base El Belloto. Tomaron con
tacto con sectores políticos del gobierno para informar de los
movimientos sediciosos y disponerse a una defensa contra
éstos. Especial relevancia tuvieron los contactos que sostuvie
ron con altos dirigentes del Movimiento de Acción Política
Unificada (MAPU), como Oscar Guillermo Garretón; del
Partido Socialista, como Carlos Altamirano; del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria, como Miguel Enríquez, y tam
bién con funcionarios del gobierno en el Ministerio de De
fensa, que no fueron muy receptivos a las informaciones que
ellos aportaban.
Fueron descubiertos por el aparato de inteligencia de la
Armada, que ya trabajaba hacía rato para los golpistas, y en
junio de 1973 comenzaron las primeras detenciones. A partir
de agosto se desató con toda fuerza una gran cacería de los
110 |E d ic io n e s L e Mo n d e d ip lo m a tiq u e «e l D ip l ó » \ Ca p it a l In t e le c t u a l
El resto corresponde al Cuerpo de Carabineros y a la Po
licía de Investigaciones.
La confrontación planteada entre legalismo, constitucio
nalismo y tendencias nacional-desarrollistas versus miradas
conservadoras, integristas e ideologizadas en torno a la segu
ridad nacional seguirá siendo un espacio de debates y de apa
rición de nuevas ópticas y formas de abordaje. En las Fuerzas
Armadas, evidentemente se encuentran las dos posturas, que
estuvieron en una constante tensión en los álgidos años se
senta y setenta del siglo XX, que sirvieron de escenario para
el choque entre estos dos grandes proyectos cosmovisionales.
El análisis profundo de las experiencias, las historias de
vida y los ejemplos de los uniformados que colaboraron con
el gobierno de la Unidad Popular y/o de distintas formas se
opusieron o estuvieron en desacuerdo con el golpe de Estado
de septiembre de 1973 sigue siendo un asunto pendiente.
La tarea tiene sentido no sólo por el valor que en sí mismo
tiene el rescate histórico de procesos políticos y de vidas que
se comprometieron, de un modo u otro, en una coyuntura
determinante en la historia de Chile, sino porque pone en el
centro del debate cuestiones fundamentales para una demo
cracia, como el Estado de Derecho, el respeto irrestricto a los
derechos de los ciudadanos y el papel que les caben en ella a
las personas e instituciones que son portadoras de instrumen
tos de fuerza.
Muchos de los cuadros castrenses intentaron continuar
con sus planteamientos políticos y militares en la lucha con
tra la dictadura pinochetista, desde sus propias trincheras
profesionales. Ayudaron a formar comités de resistencia, de
denuncias y sobre todo de agrupamiento de militares demo
cráticos, los que hicieron también un significativo aporte a la
conquista de la democracia.
El examen del papel que jugaron los militares intérpretes
del profesionalismo y del constitucionalismo en aquellos años
sigue siendo una piedra angular para dirimir el debate sobre
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