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Revista Bíblica 29

PRIMOGEN.ITU RA
ALE la pena meditar, / para el primogénito, el privilegiado, el
a la luz de la Revela- preferido gratuitamente, el afortunado
1

ción bíblica, sobre el ... que despreció el don y dijo: a mí qué


misterio de la con- me importa!!!
,di-ción del primogé- «Los celos son duros como el infi!er-
nito. Es algo muy no» (Cant. 8, 6), los ·c elos del amor des-
grande y muy pro- preciado. Y Dios dijo: «Amé a ·Jacob y
lfundo, muy dulce y aborrecí a Esaú» (R1om. 9, 13; Mal. 1,
muy terrible ... 2) , «para que nadie sea forniéario (que
El misterio, que inspira celos al amante) o profano (que
,tiene su plenitud en Cristo, «Primogé- desprecia los tesoros ofrecidos) como
nito entre muchos hermanos» (Rom. 8, Esaú, que por comida vendió su primo-
29), se anuncia desde el principio de la genitura» . (Hebr. 12, 16) .
Biblia. Es un misterio de santidad y «Que muera todo primogénito» (Ex.
amor. ~s Dios que pone sus ojos en el 11, 5), dijo Dios en 'e l Egipto del Ji.,a_
primogénito pmque es el fruto más de- raón, como castigo supremo, porque sa-
seado de los amores (de ésos que El se bía que nada duel,e tanto, «Como suele
aphca a sí mismo en el Cantar): «MIO Horarse a un primogénito» (Zac. 12, 10).
ES TODO PRIMOGEN'ITO» (Núm. 3, Terrible papel de los amados! Pero de
13). El es Du·eño de todos, pero se digna los amados que no son para Dios: «Al
tener una preferencia: quiere para El primogénito de tus hijos lo redimirás
·solo a todo primogénito·. Qué dulce ho- (Ex. 24, 20), es decir, tendrás que resca-
nor!· «Al primogénito de -tus hijos me tarlo si no se lo das al Señor, puesto
1·o darás». (Ex. 22, 29). que El ya ha dicho que los quiere y
¡Qué honroso! ... y qué apremiante! El que son suyos.
misterio está ahí. Nobl-eza obliga. Abra- Jesús, primogénito, según ley judía,
hán bien sabemos cómo corrió a ofrecer de la Sagrada ~amilia , había de cum-
'
el á primogénit?. . . y cómo le respondio' plir hasta este punt0 de la L'e y, a fin de
. Ja bondad de Dios! que en El ·«se cumpliese toda justicia»,
Esaú .. . terrible nombre. Como Sata- como en el Bautismo. ~ué rescatado
1 nás es el padre de los mentirosos, ,~sí
€ste es el padre y caudillo de los que re-
por «dos palominos», lo más barato, pues
El nunca valió más de 30 dineros! ¿Pa-
nuncian, de los que venden primo.geni- ra qué rescatarlo? ¿Acaso El -iba a ser
tura por lentJejas. «Me estoy munendo como los que no se consagraban al Se-
(de cansado), ¿de qué me servirá setr ñor, ¡,No dijo, al entrar ·e n la vida te-
primogénito? . .. OomJió y bebió, y mar- rrenal : Ecce venio, ut facerem volunta-
c-hóse, dándosele muy poco de haber ven- tem tuam? (S. 39, 8-9) . Precisamente
·d ido sus derechos de primogénito» (Gén. por eso lo hizo, para extremar' la para-
"25). doja de la Redención: El, que «restituía
Ja.cob, en cambio, el ambicioso, des- lo que no había robado» (S. · 68, 5) ; e]
de el seno materno se peleaba con el único sin pecado, que «Se hizo pecado»;
otro, y nació agarrándole el talón. Si el único bendito, que se hizO: maldición
hay una primogenitura, si hay un pri- para que pudiera decirse de El: «maldi-
vilegio, s1 hay un tesoro que poseer. to el que pende del madero» (Gál. 3,
,¿por qué no para mí? ... Y Dios aprob_ó 13 ; Deut. 21, 23) ;•Ese, el PRIMOGENf-
y alabó esta ambición -como Jesús hl- TO (Rom. 8, 29), de quien estaba es-
zo alabú al tramposo que se hizo arni- crito que sería llamado Nazareno, (Mat.
·gos con los tesoroS de iniquidad:_, y 2 23) , es deci!r, ·c onsagrando todo a Dios
aprobó luego la mentira de Jacob y su (Juec. 16, 17), fué ~Téscatado! ¿Cómo ha-
madre, que aHebatarori la bendición des- bría, entonces, de quedar sin r"escate
tjnada para Esaú! (Gén. 27). Destinada otro primogénito, otro elegido, que hu-
Revista Bíblica

s ti e i a y M 'isericordia en_ Dios


UNA MEDJTACION
\-<Que no -envió Dios su Hijo al mundo·
para juzgar al mundo sino para que por
O nos conviene, cierta- su medio el mundo se salve» (Juan 3,.
mente, que Dios sea jus- 17).
to, en el senüdo humano ¿En qué consiste, pues, la justiCia de
de la palabra. El liti- Dios? ·
gante desea un justo ¿.Acaso será que el Padre sea más:
juez cuando su causa es severo que su Hijo en materia de jus-
buena. Pero cuando la ticia? Pan~ce que debiéramos dudarlo·
causa es mala, cuando cuando vemos que San Pablo lo llama
no tiene razón, ¿acaso le «Padre de las misericordias y Dios de
conviene u:n juez justo? toda consolación» (II Cor. 1,3) y que,.
Ahora bien, ¿qué tal es la causa nues- desde el Antiguo Testamento nos dice
'Ta delante de Dios? El mismo nos lo en- el mismo Padre : «¿Acaso qHiero Yo la:.
seña por si acaso nuestra ceguera no lo muerte del im¡pío, y no antes bien que·
\iese: «Ningún viviente pue:de aparecer se convierta de su mal proceder y viva?»
; usto en tu pll"esencia», dice el Profet~ (Ez. 18,22).
David (Ps. 142, 2); y en otra parte: «S~ Pero donde se v e hasta qué punto lle-
examinaras, Señor, nuestras iniqu~da- ga la justicia de Dios, es en las palabras
des, ¿quién podría subsistir?>>· (Ps. 129, de su Hijo que nos hace aquella inau-
.3). «Si dijéramos que no tenemos pe- dita revelación : «Tanto amó Dios ar
cado, nosotros mismos nos engañamos, : mundo que no reparó en dar a su Hijo·
y n o hay verda.d en nosotros» (I Juan Unigénito .. . » (Juan 3,16) . ¿Es esto jus-
1, 8) . ticia, condenar al inocente para salvar
¿Qu é hwrríamos, pues, con un juez al culpable? ·
justo? Se dirá: BuenO, eso lo hizo Dios una
Jesús, que es y será nuestro Juez por- vez. Pero ahora será sin duda más se~
que el Padre así lo quiso, ha definido vero? Veamos lo que dice San Pablo:
su justicia en 'esto~ términos: «El Hijo «Lo- que hace brillar más la caridad de
del hombre ha venido a buscar y a sa,l- Dios ha,cia nosotros es ~que cuando éra-
&ar lo que había perecido» (Luc. 19, 10) . mos aún pecadores, Jesucristo, al tiem-
yese del amor del Padre que lo persi-
que despreció su amor como Esaú. Y los
gue como «el Lebrel del Cielo?»
gentiles tienen así, y para siempre, con
Gozarse amando, o temblar huyendo: aquellos pocos judíos que aceptaron a
es la elección del primogénito que ca- Cristo (Rom. 9, 24), una pa!rte mejor,,
::nina entre dos abismos. Israel, el pue. el Cuerpo Místico, en tanto que de aquel
b~o elegido del AntigUo Testamento tu- Israel primogénito, ya el mundo no re-
\-o la suerte de ser llamado primogéni- cuerda ni cree que fué el pueblo más
:o oor el mismo Dios (Ex. 4, 22) . La ilustre de la tierra, y ,hasta él mismo
b.istoria de su gran cafda, que aún per- parece olvidar hoy, en el descreirnien.:.
c.ura, es otro ejemplo terrible· como el to, la misericorclia que al final le es~
de Esaú. «El mayor servirá al menor», pera.
:;edijo de éste (Rom. 9, 12; Gén. 25, 23), Recordemos que el prtimog.énito Esaú
·.- así t ambién el pueblo hebr eo de hoy,
1
«no consiguió que mudase la resolución.
~
¿esaloj ado de su patria, despreciado y _(de su padre) porr más que lo implorase
_ ·;ado por parte de esos gentiles que
con lágrimas» (Hebr. 12, 17; Gén. 27, 38).
s.:::es eran «un pueblo necio» (Deut. 32,
:..:..: Rom. 10, 19), un pueblo que no era Porque su pecado fué contra el amor~·
1
::-...:. oueblo (Os. 2, 24 ; Rom. 9, 25; I Pedr. y ya vimos que los celos del amor des;.
_ :· 1. y a q uienes El eligió, sin emb~r- preciado son duros como ~el infierno.
<,;;c~a dar celos» a aquel primogénito
TEOFILO.

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