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en muchas cosas. . . en realidad una so- sino porque era ladrón y teniendo la
la cosa es necesaria (Luc. 10, 41). bolsa... (Juan 12, 5).
El mismo San Pablo teme los peligros Terminó, pues, por vender al Divino
de la vida activa, si no le acompaña el Maestro por 30 dineros para recuperar
trabajo de la propia santificación. "Cas- el 10 por ciento que pensaba robar del
tigo mi cuerpo y lo reduzco a servidum- precio del famoso per.fume.
bre, no sea que habiendo predicado a Yo he visto, dice una vidente, todas
los demás venga yo mismo a ser repro- las tramas de Judas y todos sus pensa-
bado". (I Cor . 9, 27). mientos: Era activo y servicial, pero
Si advierte el hombre apostólico ten- lleno de avaricia, de ambición y de en-
dencia a :fiar demasiado de su propia vidia y no combatía estas pasiones. Ha-
ciencia, industria y actividad y ¡pru- bía hecho milagros y curaba enfermos
dencia, o si el aplauso de los hombres y en ausencia de Jesús (Rev. de Cat. Em-
el !éxito de las empresas tienta su amor merich).
propio, encontrará fácil remedio si abre A la verdad que la narración evan-
·las Escritur.a s y lee el sublime himno gélica de la perdición de un hombre
que escribió San Pablo a la caridad: que fué apóstol y debía ser santo y co-
·"Si yo hablase todas las lenguas de los lumna de la Iglesia, pasma y asombra.
hombres y el lenguaje de los ángeles, y Con razón lo llama el escritor Papini:
·no tuviere la caridad, sería sólo una il mistero di Giuda. ·
campana que suena. Ni el don de pro-
Jeda ni todas las dencias, ni la fe que II
·traslada las montañas, ni la renuncia a
-todas las riquezas, ni aún ' el sacrifido Muchos religiosos de vida activa pa-
de la propia vida, hacen al hombre san- san su existencia entera dedicados a
to y agradable a Dios, sino sólo la cari- las fatigas de la asistencia y a la ense-
dad, el amor de Dios". (I Cor. 13). ñanza de los niños. ¡Qué consuelo pa-
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También las solicitudes del dinero ra ellos cuando abren las Escrituras y
afHgen al hombre a¡postólico, )porque leen las escenas y palabras .del amigo
necesita de lo que Papini llama -lo de los niños~ "Dejad que los niños ven-
·sterco di :Satana- para fundar, soste- gan a mí; de ellos es el reino de los cie-
ner y aumentar sus obras de celo. Es los" (Marc. 10, 14) .
muy fácil caer en la demasiada · solici- Se consuelan pensando que la pacien-
·tud y en el afán por la posesión del di- cia, caridad y abnega'Ción que usan con
nero. Oportunas son las [l'dvertencias los niños y el bien que les hacen, lo
·del Señor en el Evangelio: Bienaventu- tiene el Salvador como hecho a su per-
rados los pobres de espíritu; de ellos sona. Así lo declara el Evangelio. En
es el reino de los ·c ielos (Mat. 5, 3). No verdad os digo siempre que lo hicisteis
amontonéis tesoros ·p ara vosotros sobre con uno de estos pequeños hermanos, a
la tierra. . . :p orque donde está tu te- mí lo hicisteis (Mat. 25, ' 40) .
soro, allí estará tu corazón (Mat. 6). Lejos .de considerar su vida fatigosa
Buscad primero el reino de Dios y su entre los jóvenes como poco provechosa
justicia y todas las demás cosas se os o no tan meritoria como otras activida-
darán por añadidura (Mat. 6, 33). ¡Ay des, ellos estiman una dicha el tener
de vosotros ricos, porque ya tenéis vues- ocasión de practicar todos los días el
tro consuelo! ¡Ay de vosotros los que prece,pto del Redentor: "Si no os con-
andáis hartos, porque sufriréis hambre! virtiereis y os hiciereis como niños, n(')
(Luc. 6, 24). entraréis en el reino de los cielos" (Mat.
La perdición de Judas se debe preci- 18, 3). .
samente a esta pasión del dinero. ¿Por A la · verdad que el vivir en medio
qué no se ha vendido este perfume por de los alumnos, dirigir sus juegos, mez-
300 dineros, para limosna de los po- clarse en sus conversaciones y acomo-
bl'es-" Esto dijo, añade S. Juan, no darse a sus gustos y tendencias para
porque se cuidase :él de los pobres, ganarlos para Cristo, es una dulce ne-
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Revista BíbLica 105
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cesidad para recibir el reino de Dios co- Cruz: "Los hombres devorados por la
mo niño (Marc. 10, 15) y para entrar en actividad y que se figuran poder trans-'
él. El Maestro religioso bendice a sus formar al mundo con sus predicaciones
alumnos, ya que el divino .M aestro po- y otras obras exteriores, que reflexio-
nía sus manos sobre ellos y los bende- nen aquí un momento. Comprenderán
cía (Marc. 10, 16). sin dificultad que serían mucho más úti-
No desdeña el hombre apostólico el les a la Iglesia y más agradables al Se-
humillarse con sus criaturas, enseñan- ñor, además del buen ejemplo que con
do catecismo, atendiendo Oratorios [es- ello darían, si consagrasen más tiem-
tivos, fundando y sosteniendo obras de po a la oración y a los . ejercicios de la
)Preservación moral para los niños y vida interior" (Cant. Esp.)
los jóvenes. Recuerda lo que dice el Aun el estudio de las ciencias es no-
Evangelio: Cualquiera que se humilla- civo si es con detrimento de los ejerci-
ré como este niño, ese será el mayor en cios de la vida interior. El Cardenal Du-
el reino de los cielos (Mat. 18, 4). Se Perron mostró su arrepentimiE:;nto en la
anima todos los días a ;perseverar en su hora de la muerte por haberse aplica-
trabajo pensando en las palabras del do más durante su vida a perfeccionar
Salvador; El que recibe a un tal niño en su entendimiento con el estudio de las
mi nombre, a mí me recibe (Mat. 18, 5). ciencias, que su voluntad con los ejer-
La lectura de las sagradas · Escritu- cicios de la vida interior. (P. Lalle- ·
ras anima al hombre apostólico aún en mant. Doct. Esp.).
sus penas, contrariedades y en sus fla- El hombre apostólico sabe que Jesús
quezas de salud y frecuentes enferme- se retiraba. para orar. "Y fué Jesús a
dades. El dirá con San Pablo: Me glo- un lugar desierto y allí oraba" (Marc.
riaré en aquellas ·cosas que son propias 1, 35). Y oró Jesús por tres veces repi-
de mi flaqueza (II Cor. 11, 30). En tiendo su misma plegaria (Mat. 26, 44) .
cuanto a mí, de nada me gloriaré sino Quedad aquí, mientras voy a orar (Mat.
de mi flaqueza (II Cor. 12, 5). Con 26, 36). Y ascendió Jesús al monte sólo
gusto me gloriané de mis flaquezas, pa- para orar (Mat. 14, 23). Conviene orar
ra que habite en mí el poder de Cristo siempre y no cejar (Luc. 18, 1).
(II Cor. 12, 9). Recuerda a San Pablo que dice:
Toda su ·c onfianza la ;pone el hombre "Quiero que los hombres oren en todo
de vida a·c tiva en su Dios. Dice con el lugar" (I Tim. 2, 8). Recuerda el hom-
Apóstol: Todo lo puedo en Aquel que bre apostólico la recomendación de San
me conforta (Fil. 4, 13). Dios es con- Pablo: "Ya sea que comáis o que be-
solador de los trabajadores. Venid a mí báis o hagáis cualquier cosa, hacedlo
·los que trabajáis y estáis . oprimidos, todo .por la gloria de Dios" (I Cor: 10,
que yo os aliviaré (Mat. 11, 28). Sabe 31).
que sin Dios nada puede (Juan 15, 5). Trabajo y oración -no en sentido
El éxito de sus obras lo espera de su disyuntivo, ya lo uno o lo otro; sino en
unión con Dios. El que vive en Mí y modo éonjuntivo- de modo que el tra-
Yo en él, ése tal prod1.1:ce fruto en abun- bajo hecho por Dios sea también una
dancia (Juan 15, 6.) oración.
Sobre todo aprec:ia el hombre apos- Son oportunas las siguientes palabras
tólico la santidad y la vida interior. de Albano Goodier, Arzobispo de Bom-
"Un hombre santo, ,perfecto y virtuoso, bay: "Busquemos a Jesús en los Evan-
arfirma Santa Teresa, hace más bien a gelios, sin desechar la ayuda que nos
las almas que una multitud de otros de puedan pr~pnrcionar otros libros, pero
mayor instrucción y de mejores dotes". sin estribar en ellos como en último
Viendo .c elebrar la santa Misa al P. fundamento, y te.n dremos el placer de
Passerat se decidió el joven Dessurmont hallarle por nosotros mismos. . . Mu-
a hacerse religioso Redentorista. chos rasgos descubriremos en Jesús:
Escribe sobre esto San Juan de la amor a la soledad, aunque sus delicias
106 Revista Bíblica
{/ ;Jlmbre ~erultal~
eu La /llluede le CriJt~
Si la muerte ha muerto de tu MUERTE,
¿ eon qué muerte me muero?
Que la muerte de "amor hasta la muerte",
- tu MUERTE~ considero,
muerto de "amor más fuerte que la muerte".
Morirme de eso quiero:
de muerte-amor "más fuerte que la muerte".
son morar con los hijos de los hombres; Evangelios. En ellos más que en nin-
.amor a la oración, aunque no sabe guna otra lectur a encontraremos el ver-
arrancarse de la muchedumbre que le dadero conocimiento y se acrecentará
sigue aún sin tomar alimen~os . . . amor nuestra verdadera espiritualidad. (A.
a la paz, aunque sus días son un traba- Goodier, S. ·J. Un corto camino de san-
jar continuo; ardiente deseo .de no so- tidad).
bresalir entre los demás, aunque no P. JOSE F U CHS, S . S.
pue'de ocultar aquello que le hace pro, P rof. de Sagrada Escritura en él
Instit uto T eológ ico ''Clemente Vi-
clamar rey. . . Leed especialmente los Hada" de Córdoba.