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[...]
Por otra parte están los sueños, que se entremezclan con todos sus
recuerdos y a veces, tiene que preguntarle a su familia si todo eso
pasó. La mayoría de los sueños que recuerda los anota en un cuaderno y
luego se los muestra a su familia o a Taehyung. Ellos le dicen que
sucedió y qué no, que momentos han desfigurado sus sueños y a veces
todo es más claro, pero no menos frustrante. Hoseok deseaba tanto
recordar todo, una vez hasta se golpeó la cabeza con la pared porque
de verdad quería recordar la primera vez que conoció a Taehyung,
aunque éste le dijera con lujo de detalles como había sido. ¿Pero cómo
le había visto él?, ¿Qué había sentido?, ¿Se había sentido igual a
como se sintió cuando lo encontro en la nieve?, ¿Se había sentido así
de feliz, como si hubiera encontrado algo que creía perdido aun si no
sabía que era?
Hoseok lo besa.
Y ya es muy tarde para siquiera arrepentirse. Y no se arrepiente,
Hoseok lo besa y no se arrepiente en absoluto. Es la sensación más
dulce que haya sentido en su vida, quiere más de él, quiere todo de
una forma tan intensa, el lobo de Taehyung está tan sumiso que no ve
venir el hecho de que lo empuja y se va, encerrándolo en el baño.
Hoseok recuerda ese momento, como una película que pasa demasiado
rápido, pero lo recuerda, recuerda la calidez de los labios de
Taehyung como una suave sensación y su corazón gritando por él, con
esos mismos sentimientos que ya estaban. ¿Qué estoy haciendo?, ¿Yo de
verdad...?, ¿Ya le había besado?, ¿Yo siempre estuve...?
Pero si Taehyung dice que lo ama, si logra ser más valiente que él,
¿Será lo suficientemente cobarde como para decir que no lo ama de esa
misma forma también?, ¿Será capaz de negarlo? Es fácil aparentar y
hacer como que nada pasara, pero al escuchar claramente un << Te amo
>> de su boca, ¿Hoseok le respondería de la misma forma también?
Sí, Hoseok lo haría. Tomaría todos los riesgos si Taehyung se lo
pidiera. Pero es demasiado cobarde como para hacerlo primero.
[...]
Lo que más ama Hoseok de los fines de semanas, en especial ese fin de
semana, es que puede quedarse con Taehyung todo el día en la cama,
comiendo, viendo películas, riéndose y llenándolo de mimos. Jamás
creyó que no pudiese cansarse de alguien. Jamás podría cansarse de
Taehyung, de eso estaba completamente seguro.
Menos él.
- ¿Otra vez con eso? -gruñó molesto el menor, haciendo que Hoseok le
mirara a los ojos. Los ojos de Taehyung estaban tan llenos de vida,
llenos de amor, que Hoseok no podía dejar de admirarle-. Ya te he
dicho miles de veces que te he perdonado por eso... Y está bien que
amases a alguien más, está bien... yo estaba bien, yo también amé a
muchas personas, no como te amo a ti pero... Te extrañaba, pero estaba
bien -sonrió y luego enrollo sus brazos por los hombros de Hoseok-.
Ambos fuimos muy cobardes y mira todo lo que nos perdíamos del otro.
- ¿Vas a llorar otra vez? -sonrió Taehyung con dulzura, mirándole con
tanta ternura entre sus brazos y acariciando su mejilla-. Serás tonto,
siempre te vuelves muy cabezota en tus celos... Me haces la persona
más feliz del mundo ahora, ya ni recuerdo cuando no estábamos juntos,
creo que esos momentos ni siquiera existen -Taehyung se acurruca más a
su lado, entrelazando sus piernas con las suyas y escondiendo el
rostro en su pecho-. Existimos en este momento, estás aquí conmigo...
olvídate del pasado. El presente es el mejor lugar para estar y eso lo
supe gracias a ti, ahora que estás conmigo, -el menor levantó la
mirada y Hoseok le dio un casto beso en la nariz-. ¿Podrías dejar de
pensar en el pasado por mí?
Hoseok asintió, suspirando y tratando de cumplir esa promesa que no
sería tan difícil de lograr, porque Taehyung le hacía tan feliz que
solo en momentos como aquellos, donde a veces su mente le hace malas
pasadas, le hace ponerse melancólico. Luego de unos segundos en
silencio, escuchando solo la respiración del otro, donde Hoseok no
deja de acariciar con sus dedos la espalda desnuda de Taehyung y éste
no deja de enredar sus dedos en su cabello, relajando todo su cuerpo,
Hoseok dice lo que nunca le ha dicho a nadie.
- ¿Un sándwich a esta hora? -dijo Hoseok enarcando una ceja y dejando
de rozar sus labios con los del menor. Taehyung asintió con una
sonrisa juguetona y él no hizo más que suspirar y sentarse en la
cama-. Está bien, como ordene su majestad...
- ¡No! Su alteza ordena que vuelvas aquí, tengo hambre, pero de otra
cosa -insinuó Taehyung.
- ¿De qué? -río Hoseok, jalado devuelta a la cama por el menor, quien
lo abrazó con fuerza y puso una pierna encima de él-. ¿De mí?
- ¡La almohada! -se río Taehyung, para luego tirarle la almohada que
tenía bajo la cabeza a la cara de Hoseok.