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Los niveles elevados de lipoproteína(a) [Lp(a)], una lipoproteína que contiene apoB100, son un factor de riesgo
independiente y causal de enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas a través de mecanismos asociados
con el aumento de la aterogénesis, la inflamación y la trombosis. La Lp(a) es predominantemente un
determinante monogénico de riesgo cardiovascular, con ≈70% a ≥90% de la heterogeneidad interindividual en
los niveles determinada genéticamente. Los dos principales componentes proteicos de las partículas de Lp(a)
son la apoB100 y la apolipoproteína(a). La Lp(a) sigue siendo un factor de riesgo para el desarrollo de
enfermedades cardiovasculares incluso en el contexto de una reducción eficaz del colesterol plasmático de
lipoproteínas de baja densidad y de la apoB100. A pesar de su demostrada contribución a la carga de
enfermedad cardiovascular aterosclerótica, en la actualidad carecemos de estandarización y armonización de
los ensayos, de directrices universales para el diagnóstico y la evaluación del riesgo, y de tratamientos
específicos para reducir la Lp(a). Existe una necesidad clínica de comprender las bases genéticas y biológicas
de la variación en los niveles de Lp(a) y su relación con la enfermedad en diferentes grupos de ascendencia.
Esta declaración científica aprovecha la experiencia de un grupo de trabajo clínico y de ciencias básicas para
destacar la historia, la biología, la fisiopatología y las pruebas clínicas emergentes en el campo de la Lp(a). En
ella se abordan las principales lagunas de conocimiento y las orientaciones futuras necesarias para mitigar el
riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica atribuible a los niveles elevados de Lp(a).
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte y discapacidad en todo el mundo.1
Los avances de los últimos 70 años han conducido a la identificación de factores de riesgo de ECV comunes y
novedosos, así como a la introducción de numerosas intervenciones farmacológicas para su uso en prevención
primaria y secundaria. A pesar de los importantes avances, sigue existiendo un riesgo residual considerable de
ECV, incluso entre los grupos bien tratados.2 Está bien establecido el papel de las lipoproteínas que contienen
apolipoproteína B100 (apoB) como determinantes centrales de la aterogénesis y del riesgo de ECV.3 La
concentración de apoB en plasma es un marcador tanto del riesgo cardiovascular como de la gravedad de la
enfermedad.4 La lipoproteína(a) [Lp(a)] es una lipoproteína que contiene apoB unida a una proteína hidrófila,
altamente glicosilada, denominada apolipoproteína(a) [apo(a)]5,6 (Figura, ver localización
Los nuevos tratamientos para reducir la Lp(a) dirigidos a la síntesis hepática de apo(a) se encuentran en
diversas fases de ensayos clínicos (NCT04606602-SLN360, NCT04023552-TQJ230 y NCT04270760-AMG 890).
Además, se están llevando a cabo estudios de resultados con aféresis de lipoproteínas para eliminar del plasma
la Lp(a) y otras lipoproteínas que contienen apoB (NCT02791802). La finalización de estos estudios
proporcionará una visión crítica de los beneficios cardiovasculares de la reducción de la Lp(a) y aportará más
pruebas que apoyen o refuten su papel como factor de riesgo causal.
Esta declaración de consenso, redactada por un grupo multidisciplinar de expertos, destacará la biología, la
fisiopatología y la epidemiología clínica establecidas y emergentes de la Lp(a). Se identificarán las principales
lagunas en nuestra comprensión del papel de la Lp(a) en la ASCVD. El objetivo general es proporcionar una
justificación para los esfuerzos de investigación específicos que pueden proporcionar orientación clínica para la
reducción del riesgo, fomentar estrategias de detección adecuadas y poner de relieve la necesidad de realizar
más estudios sobre la biología de la Lp(a).
PERSPECTIVA HISTÓRICA
En 1963, el genetista Kåre Berg identificó un antígeno único en la fracción de lipoproteínas de baja densidad
(LDL) del suero humano al que denominó apolipoproteína(a).5 Estudiando familias, Berg no tardó en determinar
el fuerte control genético de los niveles de Lp(a) y, en 1974, ya había relacionado la presencia de Lp(a) con la
cardiopatía coronaria (CC). 17 La confirmación de la asociación de la Lp(a) con la cardiopatía coronaria requirió
mejoras en los ensayos de medición de la Lp(a)18 , pero a mediados de la década de 1980, los resultados de
numerosos estudios retrospectivos y transversales, entre pequeños y modestos, respaldaron la observación
inicial de Berg19. Los resultados de algunos de los primeros estudios prospectivos sugirieron que la Lp(a)
desempeñaba un papel central en la ECV,20,21 mientras que otros no lo hicieron.22 En grandes estudios
publicados en 2009,9,23 se presentaron pruebas genéticas sólidas que respaldaban que la Lp(a) era un factor
de riesgo independiente y potencialmente causal de ECVA, en apoyo de estudios anteriores más pequeños que
demostraban asociaciones de fenotipos/genotipos de Lp(a) con la ECV.24,25
Paralelamente a los primeros estudios poblacionales, los esfuerzos de varios grupos permitieron
aislar y purificar la Lp(a)26 , lo que proporcionó información clave sobre las características
estructurales y bioquímicas de esta lipoproteína. A finales de la década de 1980, la clonación y
secuenciación de un ADNc correspondiente al gen que codifica la apo(a) (ahora denominada LPA)
demostró que la LPA había evolucionado a través de la duplicación del gen del plasminógeno (PLG),
proporcionando importantes pistas sobre algunos de los mecanismos fisiopatológicos propuestos
para la Lp(a). 27,28 Aunque el PLG codifica 5 kringles (estructuras proteicas de 80-90 aminoácidos de
triple bucle) y una región de proteasa fibrinolítica, el LPA en humanos carece de secuencias que
codifiquen los kringles I a III del PLG y codifica 10 subtipos de kringle IV (KIV1 a KIV10) similares al
kringle IV del PLG, seguidos de 1 dominio similar al kringle V del PLG y una región de proteasa
inactiva (Figura, localizaciones a y d).28
Los niveles de Lp(a) están determinados genéticamente entre un ≈70% y un ≥90%. La variante del
número de copias de KIV2 está inversamente relacionada con la concentración de Lp(a) y se estima
que se asocia con entre el 19% y el 69% de la heterogeneidad interindividual en las concentraciones
de Lp(a).34 Además, numerosos polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) en el locus LPA se
asocian fuertemente con los niveles de Lp(a).16 Aunque algunos están en desequilibrio de ligamiento
con la variante del número de copias de KIV2, se han descrito SNP asociados de forma independiente
tanto con niveles altos como bajos de Lp(a).35Fuera del locus del gen LPA, el alelo APOE ε2 se
asocia con niveles más bajos de Lp(a), explicando un 0,5% estimado de la variación de la
concentración de Lp(a)35. Estudios recientes de asociación del genoma completo también han
señalado relaciones adicionales de los niveles de Lp(a) con APOH36; este gen codifica la
β2-glicoproteína 1 que se ha descubierto que está asociada con PCSK9 (proproteína convertasa
subtilisina kexina tipo 9) y se une a apo(a) KIV2.37 La β2-glicoproteína 1 es un conocido participante
en la coagulación.36,38 La contribución de otros genes a la regulación de los niveles de Lp(a)
requiere más investigación. En ausencia de diversas afecciones clínicas,39 no se ha demostrado que
los niveles de Lp(a) cambien sustancialmente a lo largo de la vida, aunque se produce cierta
variabilidad, como documenta la variabilidad temporal intraindividual en mediciones seriadas de
sujetos tratados con placebo en ensayos clínicos.40 Los resultados de este último estudio
demuestran una variabilidad biológica intraindividual de la Lp(a) de hasta el 20%, lo que sugiere que,
para algunos pacientes, se obtenga una media de 2 determinaciones de Lp(a) en diferentes
momentos para refinar la estratificación del riesgo de ASCVD. La distribución de los niveles de Lp(a)
registrados en grandes cohortes varía en más de 100 veces,16 siendo la mayor variación la
observada en las poblaciones de ascendencia europea, en las que los niveles de Lp(a) están muy
sesgados positivamente. En general, los niveles poblacionales de Lp(a) se presentan como valores
medianos porque no tienen una distribución normal.
Está bien establecido que los niveles de Lp(a) difieren entre los grupos raciales y étnicos
autodeclarados. Los individuos negros de ascendencia africana y las poblaciones del sur de Asia
tienen niveles medios de Lp(a) más elevados que los individuos blancos o del este de Asia.39 La
diferencia entre los individuos negros de ascendencia africana y los individuos blancos puede
deberse principalmente a niveles más elevados de Lp(a) asociados con alelos de apo(a) medianos en
personas de ascendencia africana en comparación con los individuos blancos. En los individuos
blancos, los niveles elevados de Lp(a) se asocian a alelos pequeños.41,42 En el caso de varios SNP
que están en desequilibrio de ligamiento con los tamaños de los alelos de LPA, las asociaciones con
los niveles de Lp(a) en plasma difieren entre los distintos grupos de ascendencia.43,44 Datos
publicados recientemente de diversas cohortes, como el estudio ARIC (Atherosclerosis Risk in
Communities),45,46 el estudio MESA (Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis),47 y el estudio MASALA
(Mediators of Atherosclerosis in South Asians Living in America),48 relacionan los niveles elevados
de Lp(a) en plasma con un mayor riesgo de ECVA en diversas poblaciones. Sin embargo, existe una
gran variabilidad entre los estudios en cuanto a los métodos utilizados para medir la Lp(a), lo que
dificulta la comparación de los resultados entre diferentes poblaciones.
El ensamblaje de la Lp(a) a partir de la apo(a) y la apoB expresadas en los hepatocitos y las vías de
eliminación de la Lp(a) de la circulación no están completamente definidos. Varios mecanismos
pueden contribuir a la eficacia de la síntesis de Lp(a)49 . El mejor estudiado es la variación
dependiente del tamaño de la isoforma apo(a) en la tasa de secreción de apo(a). Las isoformas
grandes de apo(a) se retienen durante más tiempo en el retículo endoplásmico, a pesar de plegarse a
la misma velocidad que las isoformas más pequeñas, y están sometidas a una mayor degradación
por el proteasoma. Este mecanismo contribuye a la correlación inversa general entre el tamaño de la
isoforma de apo(a) y los niveles plasmáticos de Lp(a).49 Sin embargo, otros mecanismos pueden
contribuir a los niveles plasmáticos de Lp(a) a través de mecanismos dependientes o independientes
de la isoforma, incluyendo la modulación de la expresión de LPA, la estabilidad del ARNm de los
transcritos de LPA de diferentes tamaños y la regulación dependiente del tamaño de la isoforma de la
eficiencia de traducción de la apo(a). El ensamblaje de las partículas de Lp(a) implica un proceso de
dos pasos en el que las interacciones iniciales no covalentes dependientes de la lisina entre la apo(a)
y la apoB preceden a la formación de enlaces disulfuro covalentes entre la apo(a) y la apoB que dan
lugar a las partículas de Lp(a).49 La unión covalente de la apo(a) a las lipoproteínas que contienen
apoB se produce extracelularmente (en la membrana plasmática o cerca de ella), posiblemente
mediante una enzima de tipo oxidasa secretada por las células.50,51 Se han identificado los
dominios implicados en la asociación no covalente entre la apo(a) y la apoB: respectivamente, sitios
débiles de unión a la lisina en la apo(a) y secuencias que contienen lisina en el dominio N-terminal de
la apoB, lo que sugiere la posibilidad de inhibir este primer paso en el ensamblaje de la Lp(a)
utilizando pequeñas moléculas dirigidas a los dominios de unión a la lisina de la apo(a). 49 También
existe controversia sobre la naturaleza de la partícula de lipoproteína que contiene apoB que se une a
apo(a) para crear Lp(a): si la apo(a) durante su vida útil en circulación puede intercambiarse entre
más de una partícula de lipoproteína que contiene apoB, y el papel de la apo(a) internalizada y
reciclada y de las lipoproteínas que contienen apoB52. Sin embargo, hasta la fecha no se ha
identificado una reserva significativa mensurable de apo(a) libre en plasma, lo que sugiere que la
apo(a) libre circulante y el reciclado de apo(a) dentro de la circulación pueden tener un papel menor
en el metabolismo de la Lp(a)52.
Varios laboratorios realizaron estudios metabólicos iniciales en humanos para dilucidar la regulación
de la Lp(a) utilizando apo(a) radiomarcada.6 En combinación con estudios recientes que utilizan
isótopos estables, los estudios en humanos muestran evidencias de que tanto el aclaramiento como
la producción de apo(a) contribuyen a los niveles plasmáticos de Lp(a).52 Se ha identificado el
hígado como el lugar primario del catabolismo de la Lp(a); sin embargo, los receptores implicados
esperan una identificación definitiva.53,54 El receptor de LDL puede desempeñar un papel en la
captación de Lp(a) en determinadas circunstancias, como el uso de estatinas con un inhibidor de
PCSK9 en pacientes con niveles elevados de Lp(a).55 Sin embargo, los resultados de estudios
anteriores de recambio mostraron tasas similares de eliminación de Lp(a) radiomarcada en pacientes
homocigotos con deficiencia del receptor de LDL, en comparación con aquellos con una actividad
normal del receptor de LDL.56 También se ha sugerido un papel de los receptores de plasminógeno,
incluido Plg-RKT,57 aunque se carece de datos en humanos. Otros receptores hepáticos como SR-B1
(receptor scavenger de clase B tipo 1), LRP1 y LRP8 (proteína-1 y -8 relacionada con el receptor de
lipoproteínas de baja densidad)54 también podrían desempeñar un papel en el aclaramiento de Lp(a),
aunque se desconoce su contribución relativa al catabolismo de Lp(a) en humanos. No obstante, los
niveles de Lp(a) circulante, el tamaño de las isoformas de apo(a), las proteínas asociadas a la Lp(a) y
el contenido lipídico de la Lp(a) pueden modular la selectividad por determinados receptores. Los
datos de estudios publicados recientemente sugieren que otras proteínas asociadas a la Lp(a) (ApoH,
ApoCIII, ApoE) también pueden desempeñar un papel en la eliminación de la partícula Lp(a).36,5
La restringida distribución por especies de la Lp(a) (los ortólogos de la apo(a) sólo se encuentran en
humanos, monos del Viejo Mundo, simios y erizos) plantea retos para el diseño y la interpretación de
los datos de modelos animales. Cabe destacar que sólo la Lp(a) humana contiene un fuerte sitio de
unión a la lisina en la apo(a) KIV10 , lo que puede limitar la aplicabilidad de los hallazgos sobre el
ensamblaje de la Lp(a) de otras especies. La falta de un modelo animal adecuado ha dificultado la
elucidación de los verdaderos mecanismos fisiopatológicos de la Lp(a) y, por tanto, la identificación
de dianas terapéuticas. En la Tabla 1, destacamos algunas prioridades de las lagunas de
conocimiento actuales.
Tabla 1. Prioridades para abordar las actuales lagunas de conocimiento
Determinar cómo la arquitectura genética de la LPA explica las diferencias en los niveles de Lp(a) en
los distintos grupos de ascendencia. Para ello serán necesarios estudios que utilicen muestras
debidamente procesadas y métodos fiables para determinar los niveles de Lp(a) y el tamaño de las
isoformas de apolipoproteína(a).
La determinación de los niveles de Lp(a) en los laboratorios de química clínica se realiza mediante
inmunoensayos que utilizan anticuerpos específicos de la apo(a), con 2 problemas principales que
afectan a la precisión de los resultados de Lp(a) y a su interpretación clínica. El primer problema,
relacionado con la variabilidad del tamaño de la apo(a), da lugar a una subestimación o
sobreestimación de los niveles de Lp(a) medidos por diferentes inmunoensayos, como se ha
dilucidado claramente utilizando un método ELISA basado en un anticuerpo monoclonal que no
reconoce los motivos KIV2 repetidos de forma variable de la apo(a). 60 Sin embargo, los métodos
comerciales recientes basados en el uso de 5 calibradores independientes con un amplio rango de
niveles de Lp(a) y una distribución adecuada de isoformas de apo(a) son capaces de cuantificar la
Lp(a) con un impacto reducido del tamaño de la apo(a) si los valores de los calibradores del ensayo
están bien validados.18 El uso de esta metodología en analizadores automatizados da como
resultado una alta precisión, aunque los ensayos no son capaces de eliminar por completo el impacto
de la variabilidad del tamaño de la apo(a) en todas las muestras evaluadas. Sin embargo, teniendo en
cuenta la amplia distribución de los niveles de Lp(a) en las poblaciones, el uso de los niveles de Lp(a)
medidos por estos ensayos para la estratificación del riesgo no debería dar lugar a un elevado
número de clasificaciones erróneas. Es necesario realizar estudios que aborden específicamente esta
cuestión.
El contenido de colesterol de la Lp(a) se incluye en todos los ensayos clínicos que cuantifican el
LDL-C, incluido el método de referencia β-cuantificación.18 Por lo tanto, algunos estudios han
intentado tenerlo en cuenta restando, del LDL-C, el 30% de la concentración másica (miligramos por
decilitro) de Lp(a). Los resultados de un estudio reciente en una pequeña población de sujetos con
Lp(a) elevada demostraron una variabilidad significativa en la cantidad de colesterol en partículas de
Lp(a) aisladas.67 Estos datos recientes confirman que estimar el contenido de colesterol de la Lp(a)
mediante un porcentaje fijo de la Lp(a) medida en miligramos por decilitro requiere varios supuestos
que limitan su uso en la práctica clínica. La Lp(a) se mide por métodos inmunoquímicos y, por lo
tanto, incluso los ensayos que informan de los valores de Lp(a) en miligramos por decilitro sólo
estiman la masa total de la partícula. La concentración de apoB y de partículas de lipoproteínas que
contienen apoB, incluidas las LDL, está más relacionada con el riesgo de ECVA que la masa de cLDL
o el tamaño de las partículas de LDL.3 Además, un estudio reciente ha demostrado que, en los
pacientes tratados con estatinas, la elevación de la apoB y del colesterol de lipoproteínas de no alta
densidad, pero no del cLDL, está relacionada con el riesgo residual de mortalidad por todas las
causas y de infarto de miocardio.68 Es necesario seguir trabajando para fomentar el uso de métodos
estandarizados para medir la Lp(a). En la tabla 2 se presentan consideraciones sobre el uso clínico de
las mediciones de Lp(a), y en la tabla 3 se ofrece información sobre el impacto de la Lp(a) en el pool
plasmático de apoB. Es importante señalar que la Lp(a) es un modificador del riesgo de ASCVD y
contribuye al riesgo residual de ASCVD en todos los niveles de LDL-C y ApoB.
Tabla 3. ¿Cómo puede un clínico calibrar la proporción de lipoproteínas que contienen apoB que es
realmente Lp(a)?
1. Los niveles de apoB han demostrado ser mejores predictores que el colesterol unido a
lipoproteínas de baja densidad para estimar el riesgo cardiovascular incidente y residual3,682. 2.
Midiendo la apoB total en sangre, los clínicos pueden calcular la proporción de lipoproteínas que
contienen apoB atribuible a la Lp(a).
3. A diferencia de la Lp(a), es fácil convertir los niveles de apoB de miligramos por decilitro
(mg/dL) a nanomoles por litro (nmol/L).
4. Cuando se dispone de los niveles de apoB, los clínicos pueden calcular qué parte de la apoB
plasmática es Lp(a) convirtiendo los niveles totales de apoB de miligramos por decilitro a
nanomoles por litro multiplicando por 20. El clínico puede entonces dividir los niveles plasmáticos
de apoB de miligramos por decilitro (mg/dL) a nanomoles por litro (nmol/L).
A continuación, el clínico puede dividir los niveles plasmáticos de Lp(a) en nanomoles por litro por
los niveles plasmáticos de apoB en nanomoles por litro y obtener el porcentaje de apoB que es
Lp(a). Esta conversión permite al clínico comprender la contribución de la Lp(a) a los niveles de
apoB.
Ejemplo: Si la apoB es de 100 mg/dL, esto es ≈2000 nmol/L de apoB. Por lo tanto, si la
concentración de Lp(a) notificada es de 20 nmol/L (el nivel medio en el BioBanco del Reino
Unido69), la Lp(a)-apoB comprende el 1% de la apoB plasmática total.
Sus niveles altamente determinados genéticamente hacen de la Lp(a) un candidato excelente para
los estudios de aleatorización mendeliana. En los últimos años, los estudios que examinan las
asociaciones de los genotipos de LPA con los niveles de Lp(a) y el riesgo de enfermedad han
aportado pruebas que respaldan una relación causal entre los niveles elevados de Lp(a) y la
ASCVD.16 Los grandes estudios epidemiológicos genéticos han documentado asociaciones fuertes y
graduales de niveles elevados de Lp(a) y los genotipos de riesgo de LPA correspondientes con un
mayor riesgo de CHD y enfermedad valvular aórtica calcificada (CAVD). En estudios clave, incluido un
gran estudio clásico de aleatorización mendeliana (N>40 000) con datos sobre niveles de Lp(a) y
genotipos KIV2, cada nivel 2 veces superior de niveles de Lp(a) determinados genéticamente se
asoció con un 22% más de riesgo de infarto de miocardio.23 En un amplio estudio de casos y
controles que incluyó 3.100 casos de cardiopatía coronaria con genotipos de ≈49.000 variantes
genéticas en 2.100 genes candidatos, 2 SNP de LPA presentaron la mayor asociación con el riesgo de
cardiopatía coronaria de todos los SNP analizados; los portadores de SNP frente a los no portadores
presentaban niveles más elevados de Lp(a) y un menor número de repeticiones de KIV2.9 Cabe
destacar que los SNP de LPA asociados con los niveles de Lp(a) independientemente del tamaño de
la isoforma apo(a) se han asociado con la cardiopatía coronaria.35
Las asociaciones de la Lp(a) con la enfermedad cerebrovascular y el ictus están menos claras.
Aunque un reciente análisis de aleatorización mendeliana de los datos de 2 cohortes danesas
combinadas sugiere que la Lp(a) es un factor de riesgo de ictus (aunque no tan fuerte como para la
enfermedad coronaria o la ECV),74 análisis previos de cohortes más pequeñas no han encontrado
una asociación.75 Sin embargo, el papel de la Lp(a) en el riesgo de ictus se ve respaldado por un
amplio estudio genético (N>100 000) en el que 4 SNP de LPA, asociados con niveles bajos de Lp(a),
se asociaron con un 13% menos de riesgo de ictus por cada 1 DE de niveles genéticamente más
bajos de Lp(a). En este mismo estudio se observó un riesgo entre ≈30% y 40% menor de cardiopatía
coronaria, arteriopatía periférica y ECV.76 En otros estudios, se ha sugerido que la Lp(a) es un factor
de riesgo independiente de enfermedad aterosclerótica prevalente de las extremidades
inferiores,75,77 con alelos de riesgo que predicen también la arteriopatía periférica.76,78 Estudios
recientes también han descrito un mayor riesgo de mortalidad cardiovascular y por todas las causas
para los niveles más altos de Lp(a)/menor número de repeticiones KIV2 de LPA.79
La asociación de los genotipos de LPA que determinan los niveles circulantes de Lp(a) con el riesgo
de ECV representa una prueba contundente de causalidad, ya que las asociaciones
genotipo-enfermedad en poblaciones homogéneas, en general, son infundadas y no pueden ser el
resultado de una causalidad inversa. No obstante, la prueba definitiva de causalidad está pendiente
de los datos de ensayos aleatorizados de resultados cardiovasculares. En la Tabla 4, presentamos
algunas prioridades para abordar nuestras actuales lagunas de conocimiento.
Descifrar los mecanismos por los que genes ajenos al LPA regulan los niveles de Lp(a) (p. ej., APOE,
APOH).
Identificar locus de rasgo cuantitativo bona fide en LPA y determinar su mecanismo de acción.
Desarrollar herramientas para identificar qué pacientes con niveles elevados de Lp(a) pueden no
tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, y dilucidar también los
posibles mecanismos.
Algunos SNP de la LPA se han asociado con el tamaño de la apo(a) y el riesgo de ASCVD.35 Aunque
las pruebas de una asociación entre los niveles de Lp(a) y la ASCVD son sólidas, como subraya un
amplio estudio basado en la población de grupos de ascendencia con diferentes distribuciones de
niveles de Lp(a) que mostraron riesgos similares de ASCVD por un aumento incremental dado de los
niveles de Lp(a)69 , la cuestión de si el tamaño de la apo(a) podría estar asociado con la ASCVD ha
suscitado mucho interés. Varios de los primeros estudios señalaron que la presencia de una apo(a)
pequeña o la combinación de un nivel elevado de Lp(a) y una isoforma pequeña de apo(a) se
asociaba a la ASCVD. La estrecha asociación entre niveles elevados de Lp(a) y tamaños pequeños de
apo(a) en muestras de individuos no negros, así como las dificultades metodológicas para evaluar los
niveles de apo(a) específicos de cada alelo, han dificultado la disección de esta cuestión. En muchos
estudios recientes, se ha utilizado la evaluación de la suma de los 2 tamaños combinados de alelos
de apo(a) o el tamaño dominante de apo(a) en un individuo determinado. Aunque un amplio estudio
de aleatorización mendeliana en una cohorte del sur de Asia identificó un papel causal independiente
en la ASCVD tanto para los niveles de Lp(a) como para el tamaño de la isoforma apo(a)11 , aún no se
ha establecido firmemente un papel definitivo para el tamaño de la apo(a) independiente de los
niveles de Lp(a) en la transmisión del riesgo de ASCVD. Para esto último, deben utilizarse
herramientas genéticas apropiadas en una variedad de cohortes, ya que hasta ahora los estudios han
utilizado técnicas analíticas que podrían no ser necesariamente apropiadas para responder a esta
pregunta. Si los tamaños de isoforma más pequeños se asocian de forma independiente con un
mayor riesgo, esto implica que ciertos mecanismos patogénicos mediados por la apo(a) (véase más
adelante en esta declaración científica) están influidos por el tamaño de la isoforma. En la actualidad,
se considera que las mediciones de la concentración molar de Lp(a) son suficientes para la
evaluación clínica del riesgo de ECVA, ya que la adición de datos sobre el tamaño de la apo(a) no
discrimina aún más el riesgo en la mayoría de los pacientes.
Un análisis reciente del Biobanco del Reino Unido proporcionó el mayor estudio realizado hasta la
fecha para examinar el riesgo de ECVA asociado a la Lp(a) en una muestra amplia y diversa de
460.000 individuos.69 Patel et al69 comunicaron niveles de Lp(a) medidos en nanomoles por litro
mediante un ensayo inmunoturbidométrico con una excelente concordancia con el material de
referencia de la Organización Mundial de la Salud/Federación Internacional de Química Clínica. La
mediana de los niveles de Lp(a) fue de 19,6 nmol/l en general, y de 19, 31, 75 y 16 nmol/l entre los
participantes autoidentificados como blancos, sudasiáticos, negros y chinos. Los niveles de Lp(a)
también eran algo más elevados entre las mujeres (22 nmol/L) que entre los hombres (17 nmol/L). El
riesgo de ASCVD asociado a los niveles de Lp(a) fue logarítmico-lineal para los niveles por encima de
la mediana, con un riesgo creciente para los niveles más altos de Lp(a). El riesgo estandarizado de
ASCVD fue un 11% mayor por cada incremento de 50 nmol/L (hazard ratio 1,11 por 50 nmol/L [95%
CI, 1,10-1,12]), independientemente del ajuste por factores de riesgo tradicionales, y con estimaciones
de efecto similares en todos los grupos raciales y étnicos. Estos resultados respaldan la
recomendación de las actuales directrices sobre colesterol y prevención primaria del American
College of Cardiology/American Heart Association de utilizar la Lp(a) como un factor de aumento del
riesgo que, si se mide, favorecería el inicio del tratamiento con estatinas en personas con un riesgo
previsto de ECV a 10 años límite (5%-7,4%) o intermedio (7,5%-19,9%). En la tabla 5 se ofrecen más
orientaciones sobre cómo utilizar la información de riesgo procedente de los niveles de Lp(a).
Tabla 5. Aplicación clínica de los niveles de Lp(a) en la evaluación del riesgo para la prevención
primaria de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica
Si se mide, el nivel de Lp(a) puede utilizarse como factor de riesgo en este escenario. Basándose en
los datos de Patel et al,69 el clínico podría ajustar la estimación del riesgo a 10 años basándose en
la siguiente fórmula para proporcionar una estimación actualizada aproximada del riesgo a 10 años:
Riesgo previsto a 10 años×[1,11(nivel de Lp(a) del paciente en nmol/L/50)].
Ejemplo de paciente: Para un paciente con una estimación del riesgo a 10 años del 10,0%, que tiene
un nivel de Lp(a) de 250 nmol/L, la estimación actualizada del riesgo previsto sería del 16,9%: 10.0
%×1.11(250/50)=10.0%×1.115=10.0%×1.69=16.9%
Las hipótesis iniciales basadas en la composición de la Lp(a) sugerían que podía contribuir tanto a la
aterosclerosis (a través de la fracción lipoproteica) como a la trombosis (a través de la fracción
apo(a) similar al plasminógeno; figura, localizaciones a-d). Sin embargo, los resultados de estudios
recientes han permitido apreciar las funciones únicas que confieren efectos proinflamatorios y
procalcificantes específicos a la Lp(a). Se espera que la fracción apoB de la Lp(a) sea aterogénica
debido a su similitud con las LDL. Además, aunque en el plasma circulante hay muchas menos
partículas de Lp(a) que de LDL, incluso en presencia de niveles muy elevados de Lp(a), ésta puede ser
retenida selectivamente en la pared arterial mediante la unión de la apo(a) a proteínas de la matriz
extracelular.16,83 La Lp(a) también transporta fosfolípidos oxidados (OxPL) (Figura [b y c]), que están
unidos covalentemente a la apo(a) y presentes en la fase lipídica de la Lp(a). Los OxPL son patrones
moleculares endógenos asociados a peligros reconocidos por el sistema inmunitario innato, que
desencadenan inflamación estéril y calcificación84 con relevancia para la patogenia de la ASCVD y la
CAVD. Como consecuencia de estos efectos, el contenido de OxPL en la Lp(a) puede modular su
aterogenicidad. El aumento de las imágenes de tomografía por emisión de positrones con18
fluorodesoxiglucosa demuestra una mayor inflamación de la pared arterial en pacientes con Lp(a)
elevada y respalda el papel de la Lp(a) en la promoción de la aterosclerosis85.
La apo(a) interactúa con la fibrina/fibrinógeno y las células endoteliales a través de su fuerte sitio de
unión a la lisina y se encuentra en ateromas humanos y válvulas aórticas calcificadas.86-88 La Lp(a),
a través de su componente OxPL, aumenta la expresión de moléculas de adhesión endotelial y
citocinas y facilita la transmigración de monocitos in vitro.89 Además, la Lp(a) es un potente
quimioatrayente para los monocitos y aumenta la expresión de citocinas monocitarias.85 Aunque la
inflamación es una característica clave de la aterosclerosis y de la ECV temprana, la progresión de
esta última depende principalmente de la mineralización y osificación de la válvula aórtica. Los
pacientes con niveles elevados de Lp(a) u OxPL-apoB presentan una mayor captación de18 F-NaF en
la válvula aórtica, representativa de la actividad de calcificación, una progresión más rápida de la
calcificación de la válvula aórtica en tomografías computarizadas seriadas y peores resultados
clínicos.73,90 Los componentes de la Lp(a), incluidos la apo(a), la OxPL y la autotaxina, se
colocalizan en la CAVD humana enferma adyacente a la calcificación valvular.88 La proliferación de
genes procalcificantes y osteogénicos en células intersticiales valvulares humanas por la Lp(a) y la
apo(a) dependió parcialmente de la OxPL.90 Además, las células intersticiales valvulares tratadas
con Lp(a) produjeron depósitos minerales de hidroxiapatita.91 La autotaxina y su producto
enzimático, el ácido lisofosfatídico, también se han relacionado con el fenotipo procalcificante de la
Lp(a) in vitro y en un modelo animal de ECV, respectivamente.88
Los tratamientos estándar para reducir el LDL-C y la apoB tienen una eficacia mínima para reducir la
Lp(a), y algunas estatinas aumentan mínimamente los niveles de Lp(a)106,107. Cabe destacar que
los datos de los ensayos con anticuerpos monoclonales dirigidos contra la PCSK9 demostraron una
reducción drástica del LDL-C en una media del 50% al 60%, pero también una modesta reducción de
la Lp(a) del 25% al 30%. Los resultados de un análisis reciente indicaron que la reducción de la Lp(a)
mediada por alirocumab contribuyó de forma independiente a la reducción de los eventos
cardiovasculares adversos mayores108.
Además, en pacientes con síndrome coronario agudo reciente en tratamiento optimizado con
estatinas y LDL-C <70 mg/dL, alirocumab sólo redujo los eventos cardiovasculares adversos mayores
en pacientes con Lp(a) ligeramente elevada (>13,7 mg/dL); no hubo tal interacción entre los niveles
de Lp(a) y el beneficio de alirocumab cuando el LDL-C era ≥70 mg/dL.109 La niacina puede reducir la
Lp(a) hasta un 25% o 40% de forma dependiente de la dosis, pero se desconoce el beneficio
cardiovascular de esta intervención, y el perfil de efectos secundarios adversos de la niacina en
combinación con estatinas puede ser motivo de preocupación110,111.
RESUMEN
Los datos epidemiológicos indican sistemáticamente una asociación de riesgo directa y dependiente
de la dosis de Lp(a) con la ECVA y la valvulopatía aórtica calcificada. Sobre la base de datos
mecanísticos, observacionales y genéticos, se puede afirmar con rotundidad que los niveles elevados
de Lp(a) son la causa de la ECVA. Los niveles de Lp(a) están determinados en gran medida por
factores genéticos, con una influencia mínima de la dieta u otros factores conductuales. Es necesario
seguir trabajando para comprender los vínculos mecánicos entre las isoformas de apo(a) y el riesgo
de ECVA; las vías de síntesis, regulación y metabolismo de la Lp(a); y el riesgo asociado a la Lp(a) en
diversos contextos genéticos y ambientales. Aunque la Lp(a) es un factor de riesgo de ECV común,
heredado genéticamente y clínicamente importante que puede medirse con un simple análisis de
sangre, la Lp(a) no se mide en la mayoría de los pacientes antes o incluso después de que sufran un
episodio de ECV. Deben establecerse y codificarse normas internacionales para la medición de la
Lp(a) que permitan una medición coherente, utilizando ensayos que expresen los resultados en
nanomoles por litro, y se necesita un protocolo común para supervisar el rendimiento de los ensayos
a fin de garantizar resultados comparables entre laboratorios. Esto será especialmente importante
cuando se lleven a cabo ensayos de reducción de la Lp(a) con diferentes agentes y sea posible
realizar mediciones repetidas de la Lp(a) como biomarcador de la eficacia terapéutica.
En la actualidad, las pruebas a favor del cribado de la Lp(a) son más sólidas en el caso de las
personas con antecedentes familiares o personales de ASCVD, con la consideración del cribado en
cascada en los individuos apropiados. Diversas organizaciones han propuesto obtener un nivel una
vez en cada adulto.64,65,114 Una vez que se resuelvan los problemas con la medición de Lp(a), lo
que debería ocurrir en un futuro próximo, debería considerarse una reevaluación del cribado
poblacional más amplio. En la actualidad, la mejor estrategia para reducir el riesgo general de ECVA
en pacientes con Lp(a) elevada consiste en tratar el LDL-C/apoB con estatinas y fármacos
adyuvantes como tratamiento inicial para reducir el riesgo de ECVA. Se necesita más información
sobre si los nuevos tratamientos para reducir la apoB reducen el riesgo de ECVA en parte a través de
sus efectos sobre la Lp(a)108,115,116. Se están desarrollando clínicamente nuevos tratamientos
dirigidos directamente a la producción de apo(a). Otros ensayos indicarán si estas terapias no sólo
reducen de forma potente la Lp(a), sino que también reducen los eventos de ASCVD. Los resultados
positivos de estos ensayos establecerían firmemente que la Lp(a) es un factor de riesgo causal
modificable y se añadirían a nuestro arsenal terapéutico para combatir la ASCVD y potencialmente la
CAVD.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento a la Dra. Enkhmaa Byambaa, del Departamento de
Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de California Davis, por sus esfuerzos
en el diseño y desarrollo del gráfico.