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Teoría del caso a favor de Racosta y Habillos

Como primer alegato se tiene la precisión de presentar la ilegalidad del actuar de los miembros
que concurrieron en la manifestación; esto fundamentado en el artículo 15 de la convención,
que reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas; y que de la misma forma en base al
caso Escher y otros Vs. Brasil de 2009, se puede rescatar lo que manifiesta la corte, respecto de
que para el ejercicio de este derecho y para su posterior respaldo, es necesario que estas
reuniones sean pacíficas y conforme a la convención. En ese mismo enfoque de ideas, en el libro
DERECHO HUMANO DE MANIFESTACIÓN PÚBLICA: LIMITACIONES Y REGULACIÓN del jurista
mexicano Edgar Corzo, se rescata la precisión de que ningún derecho es absoluto, referido al
derecho de manifestación o reunión, y que ni las constituciones ni en las normas internacionales
se reconoce que este derecho pueda pasar por sobre encima del orden público y del correcto
desarrollo de la vida diaria. Y para reforzar el argumento se presenta la Sentencia 0012-2008-
PI/TC, en la que el Tribunal indicó que la expresión de opiniones o de protestas pueden realizarse
siempre que dichas manifestaciones sean pacíficas y no alteren el orden público o derechos de
terceros, pues, cuando ello ocurra, se habrá cometido un delito. En tanto, queda claro que el
actuar de los manifestantes resulta en una ilegalidad, incluyendo a las dos víctimas
desaparecidas.

Con respecto al segundo alegato a favor del estado de Racosta. Se debe aclarar respecto del
actuar de los efectivos policiales, dado que, la Comisión y la Corte, han coincidido en que, para
que el uso de la fuerza se encuentre justificado, se deberán satisfacer los principios de legalidad,
absoluta necesidad y proporcionalidad.

En primer lugar, el principio de legalidad, ha sido ejercida puesto que, mediante el decreto
legislativo 1186 se establece el uso de la fuerza por parte del efectivo policial tipificado en el
artículo 8 de la norma mencionada que establece circunstancias sobre el uso de la fuerza por
parte de la policía, y se llevaron a cabo en base al artículo 8.1 ya que se concurre la comisión de
los literales c) PREVENIR LA COMISIÓN DE DELITOS Y FALTAS. y e) CONTROLAR A QUIEN OPONGA
RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, los cuales están dentro de las facultades de los efectivos
policiales.

De la absoluta necesidad, se presenta pues que la policía tiene la responsabilidad y facultad de


restablecer el orden natural de la sociedad, y frente a la magnitud de la manifestación y la
violencia que se estaba concurriendo era más que necesario someterlos y arrestarlos, pues
presentaban un peligro directo para las personas que se encontraban en medio de la
manifestación y para los efectivos policiales.

Finalmente, de la proporcionalidad, también concurre dado que el nivel de fuerza utilizado por
los efectivos policiales ha sido de acorde con el nivel de resistencia por parte de los
manifestantes, pues se tuvo en consideración el daño potencial considerado, el cual es prevenir
que se dañe a las personas presentes incluyendo a los efectivos policiales afectados, en labor de
la resistencia del arresto.

En base a la demostración de la concurrencia de los principios de legalidad, absoluta necesidad


y proporcionalidad, se encuentra debidamente justificada el sometimiento y arresto de Mauro
y Radamel, en base al argumento de que se los vio con vida por ultima vez dentro de un vehículo
policial.

Como ultimo argumento que respalda que el estado de Racosta no tiene responsabilidad sobre
la desaparición de dichas personas, se tiene que no se concurre en la tipicidad del delito de
desaparición forzada, que se fundamenta en las precisiones establecidas por la Corte en el caso
Vereda La Esperanza Vs. Colombia del año 2017, pues indicó que para que se concurra en
desaparición forzada se cumplir tres elementos: a) la privación de la libertad; b) la intervención
directa de agentes estatales o la aquiescencia de estos, y c) la negativa de reconocer la detención
o falta de proveer información y de revelar la suerte o el paradero de la persona interesada. A
lo cual, respecto del último elemento se evidencia que, no se concurrido en el siguiente caso
dado que existe un acta policial en el que se manifiesta con fecha cierta el arresto de ambas
personas por el delito, de disturbios, alteración al orden público y desacato a la autoridad,
cometido hace tres años, y de la misma forma existe un acta policial que declara la liberación de
estas personas a las 48 horas de su arresto, dicho acta cuenta con las respectivas firmas de los
individuos. En tanto, no se ha presentado la negativa de reconocer la detención o falta de
proveer información y de revelar la suerte o paradero de las personas en cuestión.

En base a lo alegado, se ha podido demostrar que efectivamente el estado no ha tenido la


responsabilidad en la desaparición Mauro y Radamel y posterior muerte de Mauro.

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