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JUSTICIA PENAL MILITAR Y FUERO PENAL MILITAR

ALF. JUAN SEBASTIÁN RÍOS RAMOS


ALF. JUAN CARLOS RIVEROS TORRES
ALF. CHRISTIAN MATEO RUIZ TRIVIÑO
ALF. JUAN DIEGO TAVERA GALINDO

GRUPO:
N° 2

ESCUELA MILITAR DE CADETES GENERAL “JOSÉ MARÍA CÓRDOVA”


FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL
CARRERA DE INGENIERÍA CIVIL – JUSTICIA PENAL MILITAR
BOGOTÁ D.C.
2021
JUSTICIA PENAL MILITAR Y FUERO PENAL MILITAR

ALF. JUAN SEBASTIÁN RÍOS RAMOS


ALF. JUAN CARLOS RIVEROS TORRES
ALF. CHRISTIAN MATEO RUIZ TRIVIÑO
ALF. JUAN DIEGO TAVERA GALINDO

DOCENTE: DOC. CLARA ISABEL DUQUE FLÓREZ


ABOGADA ESPECIALISTA EN DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA

ESCUELA MILITAR DE CADETES GENERAL “JOSÉ MARÍA CÓRDOVA”


FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL
CARRERA DE INGENIERÍA CIVIL – JUSTICIA PENAL MILITAR
BOGOTÁ D.C.
2021
TALLER
1. Cuál es el fundamento constitucional de la JPM y del fuero penal militar.
Cuando se habla de Justica Penal Militar se debe referir a los artículos 116, 221 y 250 de la carta
política, demarcado como un espacio constitucional en donde se deben tratar, tramitarse y
decidirse las investigaciones originadas en la Comisión de acciones delictivas enmarcadas en el
código penal o leyes especiales en las cuales la condición que por tanto de ser cuando se hayan
sido ejecutadas por los miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en relación con el
mismo.
Ahora bien, la sentencia C - 3 2 6 / 1 6 de la Corte Constitucional, nos refiere que “el fundamento
constitucional de esta institución especial se encuentra en la necesidad de poder sancionar,
desde una perspectiva claramente institucional y especializada, aquellos comportamientos que,
de manera particular, afectan la buena marcha de la fuerza pública, y los bienes jurídicos que
a ella interesan. Estas reglas reconocen la especialidad de esta institución (la fuerza pública
como género) y la de sus miembros, a partir de las funciones constituciones que le son propias,
y que incluyen la defensa de la soberanía nacional y de la independencia e integridad del
territorio nacional, y el mantenimiento de las condiciones necesarias para el libre ejercicio de
los derechos y libertades públicas. Para facilitar el cumplimiento de estas importantes
funciones, se les asigna el monopolio exclusivo de la fuerza, y se les autoriza para portar
armas, lo que, de ordinario, no pueden hacer los demás ciudadanos, lo cual, a su turno,
implica la restricción de otros derechos, entre ellos los de carácter político, que, por el
contrario, se garantizan plenamente a aquéllos”.
Con lo anterior se pretende que las autoridades con suficiente conocimiento en donde se
involucre el conocimiento militar investiguen y sancionen todas las infracciones que permitan a
su vez que la propia institución pueda decidir sobre temas que solo a ella conciernen, y sobre los
cuales no existe ese mismo conocimiento especializado en el ámbito de la justicia ordinaria, estas
finalidades se encuentran bajo un marco Constitucional, que contempla la existencia de la justicia
penal militar, la del correspondiente fuero en donde es aquella prerrogativa que tienen todos los
miembros de la fuerza pública en servicio activo, a ser juzgados por las Cortes Marciales o
Tribunales Militares con arreglo a las prescripciones del Código Penal Militar, considerada en
una jurisdicción especial.

2. Cuáles son los elementos del fuero penal militar de acuerdo a la sentencia 358 de
1997.
En primer lugar, para que se pueda predicar la existencia del Fuero Militar es necesario que un
sujeto activo perteneciente a las Fuerzas Militares en servicio activo y un delito cometido en
relación directa con el servicio, expresado en la sentencia como “elemento subjetivo - ser miembro
de la fuerza pública en servicio activo -, se requiere que intervenga un elemento funcional en orden
a que se configure constitucionalmente el fuero militar: el delito debe tener relación con el mismo
servicio.
Mas adelante la sentencia realiza cierta aclaración para la conceptualización del concepto así “La
justicia penal militar está montada sobre dos elementos que se equilibran mutuamente: uno de
carácter personal - miembro de la fuerza pública en servicio activo - y, otro, de índole funcional -
relación del delito con un acto del servicio. Por consiguiente, el legislador no puede sin más alterar
este equilibrio.

3. Cuál es el ámbito de aplicación del fuero penal militar y que delitos en ningún caso
podrán ser conocidos por la misma.

En el artículo 3 del Código Penal Militar. Nos refiere los siguientes: “DELITOS NO
RELACIONADOS CON EL SERVICIO.  No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, en
ningún caso podrán relacionarse con el servicio los delitos de tortura, genocidio, desaparición
forzada, de lesa humanidad o aquellos que atenten contra el Derecho Internacional
Humanitario entendidos en los términos definidos en convenios y tratados internacionales
ratificados por Colombia, ni las conductas que sean abiertamente contrarias a la función
constitucional de la Fuerza Pública y que por su sola comisión rompan el nexo funcional del
agente con el servicio”.

Ahora bien, en la sentencia 358 de 1997 se refiere “La Constitución define que los miembros de
la fuerza pública en servicio activo están sujetos al fuero penal militar. Sobre este punto - el
ámbito subjetivo de aplicación del fuero - no hay discusión. Pero el ámbito material, es decir el
relacionado con el tipo de delitos que debe ser juzgado por la justicia penal militar, sí ofrece
problemas. En efecto, la Carta Política establece que esta jurisdicción opera únicamente para los
delitos cometidos en relación con el servicio”.
En virtud de que un delito sea de competencia de la justicia penal militar debe existir un vínculo
claro de origen entre él y la actividad del servicio, se puede entender como el hecho punible que
debe surgir como una extralimitación o un abuso de poder ocurrido en el marco de una actividad
ligada directamente a una función propia del cuerpo armado. Pero aún más, el vínculo entre el
delito y la actividad propia del servicio debe ser próximo y directo, y no puramente hipotético y
abstracto.
Por el contrario, y resalta la corte si desde el inicio el agente tiene propósitos criminales, y utiliza
entonces su investidura para realizar el hecho punible, el caso corresponde a la justicia ordinaria,
incluso en aquellos eventos en que pudiera existir una cierta relación abstracta entre los fines de
la Fuerza Pública y el hecho punible del actor. En tales eventos no existe concretamente ninguna
relación entre el delito y el servicio, ya que en ningún momento el agente estaba desarrollando
actividades propias del servicio, puesto que sus comportamientos fueron ab initio criminales.
Señala la Corte “que las conductas constitutivas de los delitos de lesa humanidad son
manifiestamente contrarias a la dignidad humana y a los derechos de la persona, por lo cual no
guardan ninguna conexidad con la función constitucional de la Fuerza Pública, hasta el punto
de que una orden de cometer un hecho de esa naturaleza no merece ninguna obediencia. Un
delito de lesa humanidad es tan extraño a la función constitucional de la Fuerza Pública que no
puede jamás tener relación con actos propios del servicio, ya que la sola comisión de esos
hechos delictivos disuelve cualquier vínculo entre la conducta del agente y la disciplina y la
función propiamente militar o policial, por lo cual su conocimiento corresponde a la justicia
ordinaria. Existen conductas punibles que son tan abiertamente contrarias a la función
constitucional de la Fuerza Pública que su sola comisión rompe todo nexo funcional del agente
con el servicio.

4. Explique la posición de garante de la fuerza pública frente al Estado social de


derecho.
Primero, para la Corte la posición de garante es la situación en que se halla una persona, en virtud
de la cual tiene el deber jurídico concreto de obrar para impedir que se produzca un resultado
típico que es evitable. Por ello, cuando quien tiene esa obligación la incumple, y con ello hace
surgir un evento lesivo que podía ser impedido, abandona dicha posición de garante.
Ahora bien, en la fuerza Pública o Fuerzas Militares la posición de garante con la defensa
nacional obliga a todos sus miembros a proteger la vida y los demás derechos fundamentales
relacionados con este de todos los residentes en Colombia. Tratándose de miembros de la fuerza
pública, también, se ha dicho que proviene de las finalidades de las fuerzas militares, de defensa
de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio y del orden constitucional (artículo
217 de la Constitución), o de la Policía Nacional del mantenimiento de las condiciones necesarias
para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes en
Colombia, convivan en paz (artículo 218).
La norma establece cuatro situaciones de las que se reputa la posición de garante, de ahí que la
fuente de la misma debe entenderse estrictamente normativa. El numeral primero alude a la
asunción del agente sobre una fuente de riesgo o la protección sobre una persona; el segundo y el
tercero se refieren a deberes positivos emanados de las relaciones institucionales que a su vez se
fundamentan en expectativas de acción en donde el garante debe prestar ayuda. Esos deberes
positivos emergen de instituciones como el matrimonio, las relaciones paterno filiales, las de
confianza y los deberes del Estado frente a los ciudadanos. El numeral cuarto apunta a deberes
negativos que se dan cuando el agente crea un comportamiento antecedente de índole antijurídico
promotor de un peligro o de una situación riesgosa, surgiéndole el deber de asegurar esa fuente de
riesgo o de adoptar las medidas de salvamento que correspondan.

5. Que entiende por obediencia debida, cuál es su fundamento constitucional y cuáles


son sus límites.
En primer lugar, la Sentencia T-582/16 nos refiere como fundamento constitucional que el “El
artículo 91 de la Constitución Política consagra el principio de obediencia debida y la
responsabilidad que se deriva de la ejecución de órdenes que evidencian la infracción manifiesta
de un precepto constitucional en detrimento de una persona. Reza así la norma superior:

“ARTICULO 91. En caso de infracción manifiesta de un precepto constitucional en detrimento


de alguna persona, el mandato superior no exime de responsabilidad al agente que lo ejecuta.
Los militares en servicio quedan exceptuados de esta disposición. Respecto de ellos, la
responsabilidad recaerá únicamente en el superior que da la orden.”[16]

Esto nos permite inferir que existe un alcance constitucional que es indispensable en la existencia
de las fuerzas militares este siempre presente la disciplina estricta y se respeten todos los niveles
jerárquicos, que involucran el acatar y obedecer órdenes impartidas por nuestros superiores
quienes deberán a su vez asumir la responsabilidad de aquellas dictadas, denotando que esta
obediencia no es ciega, irracional o absoluta, puesto que si consideramos que esta orden es ilegal
o ilícita estamos en la potestad de negarnos a la misa y menciona así que la jurisprudencia
colombiana que ha rechazado como inconstitucional la obediencia absolutamente irreflexiva.

Menciona la misma jurisprudencia que en la sentencia T-409 de 1992 que en cuanto a la libertad


de conciencia prevista existen límites que se pueden establecer bajo el marco normativo del art.
18 de la Constitución Política y demás normativa internacional concerniente a derechos
fundamentales denotando circunstancias en donde el militar subalterno podía sustraerse del
cumplimiento de la orden superior. Refiere la citada sentencia dijo lo siguiente:

“...el perentorio mandato consagrado en el artículo [18] de la Constitución vigente permite al


subalterno reclamar el derecho inalienable de no ser obligado a actuar en contra de su
conciencia, lo cual conduce necesariamente a distinguir, en el campo de la obediencia militar,
entre aquella que se debe observar por el inferior para que no se quiebre la disciplina y la que,
desbordando las barreras del orden razonable, implica un seguimiento ciego de las
instrucciones impartidas por el superior

[…]

Así, en virtud del criterio que se deja expuesto, bien podría negarse un subalterno a
obedecer la orden impartida por su superior si ella consiste en infligir torturas a un
prisionero o en ocasionar la muerte fuera de combate, pues semejantes conductas, por su
sola enunciación y sin requerirse especiales niveles de conocimientos jurídicos, lesionan
de manera abierta los derechos humanos y chocan de bulto con la Constitución.

No podría interpretarse de otra manera el concepto de orden justo, perseguido por la


Carta Política, según su preámbulo, ni entenderse de modo diverso el artículo 93
constitucional, a cuyo tenor "los tratados y convenios internacionales ratificados por el
Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los
estados de excepción, prevalecen en el orden interno".

[…]

“Obligado en esos términos el Estado colombiano, mediante un convenio internacional


que, por otra parte, es hoy fuente interpretativa sobre el alcance de los derechos y deberes
de rango constitucional (artículo 93 Constitución Política), mal podría prohijarse
actualmente una concepción absoluta y ciega de la obediencia castrense”[17].
6. Defina obediencia pasiva para la fuerza pública y de un ejemplo.
Se le conoce como doctrina que involucra obediencia pasiva, respecto del cumplimiento de las
órdenes militares. La que postulaba que los militares, “... no deben juzgar ni ver, sino con los ojos
de sus jefes. El jefe solo es responsable de una orden criminal. Esta doctrina nos parece
demasiado absoluta.
Esta doctrina de la obediencia pasiva, que entendía al instituto de la obediencia debida como de
funcionamiento automático, cualquiera fuera el acto habiendo mediado una orden para realizarlo,
lo que permite que los miembros de las Fuerzas Militares debían cumplir en actitud de
“obediencia pasiva, de sujeción y subordinación a la voluntad del superior, ejecutando sus
preceptos”, manteniendo la disciplina como “actitud humana de quien observa las leyes y
ordenamientos profesionales, obedeciendo a sus superiores”.
Un sencillo ejemplo para entender de forma práctica esta obediencia pasiva se puede evidenciar
en las diferentes armas más del personal, por ejemplo, un hombre de inteligencia que llega a una
sección de inteligencia militar en un batallón y el comandante de la unidad le dice que hay
muchos en la sección y el necesita personal patrullando y no en la oficina, entonces le da la orden
de irse a patrullar con un pelotón de soldados profesionales, sin importar que sea del arma de
inteligencia, puesto que tiene el mismo entrenamiento que uno de infantería para ir al área de
operaciones, en razón de que este militar está dentro de la sección segunda de inteligencia debe
cumplir la orden de ir a patrullar, y por medio de la obediencia pasiva este hombre de inteligencia
debe cumplir este ordenamiento que le dio su superior.
Lo anterior teniendo en cuenta que no es una orden ilícita, ilegal y no tiene nada en absoluto que
el militar pueda controvertir, simplemente debe cumplir la orden de su comandante, alistar su
material e irse a patrullar, atendiendo que todo esto está dentro del marco jurídico y es la
disposición del mando la cual se debe respetar y cumplir.

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