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Capítulo I

Soporte Nutricional
en el Paciente Oncológico

La estrecha relación entre la nutrición


y el sistema inmunitario
E. Nova, A. Montero, S. Gómez y A. Marcos
Grupo de Inmunonutrición. Dpto. Metabolismo y Nutrición. Instituto del Frío. Consejo Superior
de Investigaciones Científicas. Madrid

INTRODUCCIÓN lerancia hacia lo propio, gracias al cual, el sistema in-


munitario no reacciona frente a las células del propio
Es un hecho bien conocido que un pobre estado organismo. Un desequilibrio en alguna de estas fun-
nutricional conlleva un mayor riesgo de contraer in- ciones del sistema inmunitario puede ocasionar situa-
fecciones; sin embargo, el conocimiento del papel que ciones patológicas como las alergias, enfermedades
juegan los nutrientes en los mecanismos inmunológi- autoinmunes, inflamaciones crónicas, etc.
cos de la defensa es mucho más reciente. Para que és-
ta se lleve a cabo con normalidad, se requiere un ni-
vel adecuado de nutrientes en el organismo y una EL SISTEMA INMUNITARIO
buena disponibilidad de los mismos, que se puede
explicar por dos motivos: a) la necesidad de sintetizar Como se ha expresado anteriormente, el sistema
nuevas moléculas durante el desarrollo de las res- inmunitario es complejo y los elementos que lo inte-
puestas inmunes (por ejemplo, los aminoácidos son gran participan en numerosas funciones de forma in-
necesarios para la síntesis de proteínas de fase aguda), tegrada con otros sistemas del organismo. En la pro-
y b) por su utilización en los fenómenos de división y tección frente a agentes extraños (bacterias, viru s ,
diferenciación celular que se producen durante la ex- parásitos, hongos, levaduras, pólenes, proteínas ali-
pansión clonal que da lugar al ejército de células que mentarias, toxinas, células cancerígenas, etc.) una pri-
atacan y eliminan el patógeno invasor. No obstante, mera línea de defensa la constituyen las barreras físi-
hay que tener en cuenta que los nutrientes no sólo in- cas y químicas, como son la piel y las mucosas (nasal,
fluyen sobre los mecanismos encargados de defender intestinal, etc.), sus secreciones (pH ácido del estó-
al organismo de patógenos infecciosos, sino que otras mago, lisozima, y otros componentes antibacterianos
funciones en las que está implicado el sistema inmu- del sudor y otras secreciones) y la flora autóctona pro-
nitario pueden alterarse por desequilibrios en los ni- tectora. Una vez que los patógenos han atravesado es-
veles de nutrientes o causas relacionadas con la nutri- ta primera barrera, el sistema inmunitario pone en
ción. Entre dichas funciones se incluyen: 1) el marcha mecanismos de defensa activa que se pueden
mantenimiento de la homeostasis inmunológica o re- dividir en dos categorías: respuesta inmune innata o
t o rno al equilibrio tras las respuestas disparadas por inespecífica y respuesta inmune adaptativa o específi-
las células inmunocompetentes; 2) la comunicación ca (también llamada inmunidad adquirida). La prin-
bidireccional que normalmente se establece con los cipal diferencia que existe entre ambas categorías es
sistemas nervioso y endocrino a través de los neuro- que la respuesta inmunitaria adaptativa presenta alta
transmisores y hormonas, y 3) el fenómeno de la to- especificidad y memoria con respecto a un determ i-
10 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico

nado patógeno. En ambos casos actúan las células in- respuesta inflamatoria, dentro de lo que se ha lla-
munocompetentes (leucocitos) y una serie de factores mado inmunidad innata. En esta etapa, multitud de
solubles (complemento, anticuerpos, citoquinas). Las células necesarias para la respuesta han de ser atra-
células que participan en la respuesta inmunitaria se ídas desde la circulación hacia el tejido infectado.
originan en la médula ósea, se encuentran mayorita- Las células endoteliales que se alinean en las vénu-
riamente en órganos linfoides tales como timo, bazo, las postcapilares responden a señales del tejido
nódulos linfoides y placas de Peyer, y también se dis- cambiando de forma y dando lugar a la aparición de
persan por el organismo, a través del torrente circula- oquedades o pasos, además se vuelven “pegajosas”
torio sanguíneo y la circulación linfática, migrando de expresando moléculas de adhesión en su superficie
forma dirigida hacia donde son necesarias, según la luminal que interaccionan con moléculas comple-
respuesta pertinente en cada caso en función del tipo mentarias en los leucocitos circulantes, reteniéndo-
de patógeno y su vía de entrada. Dentro de la inmu- los. Mediante la emisión de seudópodos los leuco-
nidad innata se cuenta con las células fagocíticas, que citos se dirigen, a través de los pasos formados, al
incluyen a los granulocitos –neutrófilos, basófilos y interior del tejido (diapédesis) (Hannigan, 1999).
eosinófilos– monocitos y macrófagos. Esta parte de la Paralelamente, las células endoteliales y los macró-
defensa es inespecífica, funciona a través de mecanis- fagos que responden a los microorganismos en el
mos estándar, sin necesidad de que haya habido una foco de infección secretan y crean un gradiente de
exposición previa al patógeno y, por tanto, actúa de concentración de quimioquinas que tiene por mi-
forma rápida. Por el contrario, la respuesta adaptativa sión atraer a los leucocitos de la circulación desde el
precisa de células más especializadas, los linfocitos, torrente sanguíneo al lugar de la infección en el es-
que actúan mediante un reconocimiento específico pacio subendotelial (quimiotaxis). Los neutrófilos
del microorganismo que ha invadido el organismo y son las primeras células en migrar hacia la zona in-
la generación de clones de células que responden de fectada, donde son activados para llevar a cabo la
forma específica frente al invasor en cuestión. Este ti- fagocitosis. Las células fagocitadas (ej., bacterias)
po de respuesta no aparece de forma tan rápida, pero son eliminadas por combinación de una combus-
es más efectiva. Los linfocitos se clasifican en linfoci- tión respiratoria que da lugar a la formación de es-
tos T, linfocitos B y células natural killer (NK), estas úl- pecies reactivas de oxígeno, tóxica para las células,
timas incluidas dentro de la inmunidad inespecífica y la actividad de las enzimas procedentes de los li-
en general, aunque cada vez se tiene más evidencia de sosomas (hidrolasas ácidas). Las proteínas del com-
su participación en los mecanismos adaptativos. Los plemento se activan por contacto con bacterias y así
linfocitos T se dividen a su vez en “colaboradores” (o se ensamblan para formar complejos de ataque a
helper; se distinguen por la presencia de la molécula membrana. Cuando un número de estos complejos
CD4 en su superficie) y “citotóxicos/supresores” (ca- se insertan en la pared exterior de los microorganis-
racterizados por la molécula CD8 en su superficie); mos se produce la lisis celular, lo cual a su vez atrae
ambos participan en la inmunidad mediada por célu- a más leucocitos y promueve la fagocitosis.
las o inmunidad celular. Por su parte, los linfocitos B
sintetizan las inmunoglobulinas o anticuerpos, com-
ponentes fundamentales de la inmunidad humoral. Inmunidad adquirida
Estas inmunoglobulinas son moléculas que circulan
solubles en el plasma e infiltran los tejidos. La protec- La inmunidad adquirida requiere el re c o n o c i-
ción global del organismo la proporcionan la interac- miento específico de moléculas (antígenos) de los
ción entre las distintas células inmunocompetentes y patógenos invasores, que los distinguen como un
la gran variedad de moléculas que forman parte de la agente extraño al huésped. La infección de una cé-
respuesta inmune (factores del complemento, enzi- lula por un patógeno intracelular es señalizada a un
mas, citoquinas y anticuerpos). linfocito T mediante la expresión en superficie de
fragmentos peptídicos derivados del patógeno. Es-
Inflamación tos péptidos antigénicos se presentan unidos a pro-
teínas del complejo mayor de histocompatibilidad
Cuando las barreras físicas que separan lo pro- (MHC) y la combinación antígeno-MHC es lo que
pio de lo no propio son vulneradas, comienza una reconoce el linfocito T a través de su receptor es-
La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario 11

pecífico denominado TCR. Existen dos clases de mente células infectadas por virus (linfocitos T ci-
proteínas de MHC, de clase I y de clase II. La de totóxicos, CD8+) o se encargan de controlar la ac-
clase I es expresada en todas las células nucleadas tividad de otras células efectoras de la respuesta de-
y plaquetas, mientras la de clase II ocurre sólo en fensiva (linfocitos T h e l p e r, CD4+). A este re s p e c t o ,
células presentadoras de antígeno pro f e s i o n a l e s tienen un papel destacado las citoquinas, especial-
(macrófagos, células dendríticas, linfocitos B y al- mente interleuquinas (IL), que participan en todas
gunos otros tipos celulares). El MHC I sirve de me- las etapas de la respuesta, induciendo cambios en
canismo de presentación para antígenos virales a el crecimiento, desarrollo y actividad de las células
linfocitos CD8+, mientras que el MHC II pre s e n t a diana tras su unión a re c e p t o res celulares. Por vía
antígenos derivados de micro o rganismos extracelu- del reconocimiento MHC-antígeno-TCR se adquie-
lares y proteínas a linfocitos CD4+. Mediante este re y propaga una respuesta celular que es depen-
reconocimiento los linfocitos T CD4+ proliferan y diente de los linfocitos T. Estos linfocitos pueden
activan a los linfocitos B para que sinteticen anti- p resentar un patrón de liberación de citoquinas
cuerpos. Los anticuerpos constituyen la principal (IL-2, IFN-g) que se asocia a la inmunidad celular
línea de defensa frente a micro o rganismos extrace- ( respuesta tipo Th1) y responde especialmente a
lulares y sus toxinas, activando los distintos tipos infecciones víricas, o por otro lado, los linfocitos T
de anticuerpos mecanismos efectores diferentes CD4+, en respuesta a microorganismos extracelula-
(fagocitosis, liberación de mediadores inflamato- res, pueden secretar un patrón contrario de cito-
rios, etc.). Una característica fundamental de la in- quinas, que se reconoce como respuesta Th2 (IL-4,
munidad adaptativa es la memoria inmunológica, IL-5, IL-10). En este último caso, estas moléculas
que permite que se produzcan respuestas más rápi- van a actuar sobre los linfocitos B induciendo la di-
das y de mayor intensidad tras exposiciones re p e t i- f e renciación en células plasmáticas y la expansión
das al mismo micro o rganismo. Los linfocitos T y B, clonal de los linfocitos B específicos del antígeno
que reconocen específicamente un antígeno a tra- para su eliminación. Las citoquinas Th1 y Th2 tie-
vés de su receptor de superficie, comienzan a divi- nen funciones opuestas, y cada uno de estos dos ti-
dirse para aumentar el número de células con ca- pos de citoquinas inhiben la liberación de las cito-
pacidad de llevar a cabo la defensa. Los linfocitos B quinas contrarias, de forma que dependiendo del
proliferan y maduran convirtiéndose en células tipo de micro o rganismo invasor se va a disparar
plasmáticas secretoras de anticuerpos, y los linfoci- mayoritariamente un tipo de respuesta, bien me-
tos T proliferan y son capaces de destruir dire c t a- diada por células o bien mediada por anticuerpos

Fig. 1.—Visión esquemática de


la respuesta inmunitaria
adquirida. Regulación por
interacciones célula-célula y
mediadores solubles.
12 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico

(Fig. 1). En condiciones normales, cuando la re s- Marcadores clínicos de la función inmunitaria


puesta inmune ha logrado controlar el avance del
agente extraño, se recupera el equilibrio entre estos El número de leucocitos totales y la fórmula
dos grupos de citoquinas. leucocitaria o determinación de los diferentes tipos
de células blancas son los procedimientos más sen-
cillos que permiten obtener una útil información de
Sistema inmunitario relacionado con el tracto la función de la médula ósea. En general, un núme-
gastrointestinal ro elevado indica la presencia de una respuesta in-
munológica por infección o por inflamación. Cuan-
En el sistema inmune del tracto gastrointestinal do el número es bajo, puede ser debido a un estado
pueden describirse dos funciones interesantes. En nutricional deficitario.
efecto, cuando la ruta de entrada del antígeno es a Una aproximación más fina a la estimación de
través del epitelio de las placas de Peyer –organiza- los diferentes tipos celulares se puede obtener en
ciones de tejido linfoide presentes en el intestino del- base a las características de la superficie celular me-
gado– la tendencia general es hacia la supresión de diante el empleo de anticuerpos específicos para
células T o, en otras palabras, la inducción de tole- moléculas de membrana. Así se determinan las sub-
rancia oral. Sin embargo, puede utilizarse la vía oral poblaciones linfocitarias. Para ello se emplean
para inocular antígenos con vistas a inducir inmuni- tanto la microscopía de fluorescencia como la cito-
zación activa frente a dicho antígeno, lo que ocurre fluorometría de flujo, y son las células CD4+ y las
normalmente por producción de IgA secretora (IgAs) CD8+ las subpoblaciones celulares que se miden
(Ferguson y Griffin, 2000). De forma natural, la in- con mayor frecuencia.
munidad secretora de la mucosa, con la participación Una de las pruebas de funcionalidad de los lin-
principal de la IgAs, es el mecanismo más conocido focitos es la valoración de su respuesta a la estimu-
en la defensa contra enteropatógenos. Hay que tener lación con mitógenos o antígenos que se lleva a ca-
en cuenta que la intensidad de la respuesta inmuni- bo in vitro (Tabla I). Las células responden con una
taria frente a microorganismos y parásitos intestinales síntesis de novo de DNA, cuya cantidad puede me-
debe estar estrechamente controlada; si no es así, di- dirse por la incorporación de un precursor de nu-
cha respuesta puede ocasionar daño tisular y alterar cleótidos marcado con radioisótopo, generalmente
la anatomía intestinal, dando lugar, en consecuencia, timidina tritiada (3H-dT). La cantidad de marcaje
a respuestas inmunes inapropiadas frente a sustan- incorporado es proporcional a la respuesta prolife-
cias no dañinas, que funcionarían como antígenos, rativa de la población celular. Esta prueba tiene una
como es el caso de la hipersensibilidad alimentaria. baja reproducibilidad en ocasiones sucesivas y tam-
En este sentido, la malnutrición proteica tiene efectos bién está sujeta a gran variabilidad interindividual.
nocivos significativos sobre la estructura e integridad Una respuesta baja puede indicar inmunodeficien-
del epitelio intestinal, pudiendo ocasionar una dis- cia primaria o secundaria, presencia de patología,
función del mismo que se traduce en cambios de su
permeabilidad. Como se ha expuesto, la naturaleza y
cantidad de antígeno circulante que traspasa un epi- Tabla I
telio extremadamente permeabilizado determina el Pruebas de la función inmune
patrón de inducción de inmunidad que va a desen-
Recuento de leucocitos y fórmula leucocitaria
cadenar; por tanto, la situación de malnutrición pue-
Análisis de subpoblaciones linfocitarias
de condicionar el desarrollo de hipersensibilidad a
antígenos alimentarios(Ferguson y Griffin, 2000). En Proliferación linfocitaria en respuesta a antígenos
este contexto, se están investigando los efectos mo- Ensayos de citotoxicidad
duladores de la actividad inmune que puede ofrecer Producción de citoquinas
la ingesta de probióticos, microorganismos vivos no Fagocitosis y capacidad oxidativa
patógenos que pueden interaccionar con la mucosa Inmunoglobulinas
intestinal y promover efectos protectores, por ejem- Proteínas del sistema de complemento
plo limitando la intensidad y la extensión de la re s-
Test cutáneo de hipersensibilidad retardada
puesta inmunitaria a nivel de la mucosa.
La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario 13

enfermedad inflamatoria crónica, trauma reciente, inmunodifusión radial, nefelometría o electro f o re-
malnutrición o embarazo (Hannigan, 1999). sis de proteínas séricas utilizando antisueros espe-
Otra prueba para determinar la función de linfoci- cíficos.
tos T en respuesta a un antígeno es su capacidad para La concentración total y la distribución de los
secretar citoquinas en cultivo. Las citoquinas son diferentes tipos constituyen un estudio rápido del
proteínas de bajo peso molecular (10-25 Kda) impli- sistema inmune humoral. Sin embargo, dado que
cadas en distintos procesos celulares como el creci- los niveles pueden ser muy variables, los resultados
miento y la diferenciación celular, la inflamación y la obtenidos no tienen valor diagnóstico excepto en el
inmunidad. Las citoquinas ejercen sus efectos prefe- caso de la agammaglobulinemia. En tumores del li-
rentemente en lugares cercanos a los de su producción naje de las células B, las inmunoglobulinas dan lu-
aunque algunas, como IL-1 y TNF-a (factor de necro- gar a patrones anormales en la electroforesis del
sis tumoral-a), también pueden tener efectos sistémi- suero.
cos. Para ejercer sus efectos, las citoquinas se unen a P roteínas del complemento: el estudio del
receptores de la superficie de las células. Algunas cito- complemento puede hacerse mediante la capaci-
quinas pueden tener efectos antagónicos al de otras ci- dad total para lisar eritrocitos en presencia de anti-
toquinas; el balance de estos efectos activará o inhibi- cuerpos o cuantificando los niveles de componen-
rá numerosas acciones de macrófagos, eosinófilos y tes específicos. Unos valores bajos pueden indicar
monocitos, y por tanto, un buen conocimiento de es- deficiencia en la producción o un aumento en la
tas interrelaciones podría ayudar al control y preven- utilización in vivo, por ejemplo en caso de patolo-
ción de las respuestas inflamatorias sostenidas. gía autoimnune.
La actividad de las células fagocíticas puede Citoquinas: su determinación en plasma es
estudiarse por métodos diversos como, por ejemplo: complicada debido a sus bajos niveles y baja vida
media. La técnica de ELISA y recientemente la cito-
– la capacidad celular para migrar a través de
metría de flujo con bolas de látex recubiertas de an-
filtros de millipore (quimiotaxis)
ticuerpos son las más utilizadas para este propósito,
– la capacidad de fagocitar bacterias marcadas
mientras que la actividad de las citoquinas puede
– la capacidad de producir la explosión oxidati-
medirse por sus efectos sobre células blanco a tra-
va para la destrucción del material fagocitado
vés de bioensayos.
– la liberación de determinadas citoquinas
– la capacidad de producir la muerte de micro-
organismos diana
Pruebas in vivo
Los resultados anormales pueden sugerir la exis-
tencia de desórdenes primarios en las células fago- El test de hipersensibilidad retardada cutánea
cíticas, aunque también pueden ser secundarios a mide la función inmune celular global a través de la
otras alteraciones como, por ejemplo, en la función capacidad de responder a una serie de antígenos in-
de los linfocitos. troducidos subcutáneamente. El antígeno más utili-
Los ensayos de citotoxicidad ponen a prueba zado es un derivado proteico purificado de myco-
la actividad de los linfocitos T citotóxicos y de las bacterium tuberculosis. La presencia de alguna
células NK. Los linfocitos T citotóxicos destruyen infección, por ejemplo gripe, sarampión, paperas
células diana, linfoblastos o células tumorales mar- escarlatina o tifus, puede ocasionar anergia o falta
cadas con 15Cr vía reconocimiento de un antígeno de respuesta.
de superficie. Las células NK y LAK (células asesi-
nas activadas por linfoquinas) lisan directamente
células tumorales y células infectadas por virus. EFECTO DE LOS NUTRIENTES SOBRE
EL SISTEMA INMUNE

Pruebas en suero y plasma Las vitaminas, minerales y los elementos traza


ejercen un papel importante como cofactores de
Inmunoglobulinas: los diferentes isotipos de muchas vías metabólicas y se consideran esenciales
anticuerpos se pueden cuantificar fácilmente por para la integridad y el perfecto funcionamiento del
14 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico

sistema inmune. Algunos micronutrientes como la ha demostrado que la suplementación con beta-ca-
vitamina A (beta-caroteno), ácido fólico, vitamina rotenos estimula la inmunidad celular y la inmuni-
B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina E, hierro, dad humoral pudiendo ejercer un efecto preventivo
zinc, cobre y selenio, ejercen efectos inmunomodu- frente a la incidencia de ciertas patologías (Chew y
ladores e influyen en la susceptibilidad del huésped Park, 2004).
a sufrir infecciones (Chandra, 1997; Grimble, 1997, Es indiscutible también el hecho de que una in-
Bhaskaram, 2002, Calder y Kew, 2002). gesta adecuada de vitamina E es esencial para el co-
La malnutrición en humanos es, en general, un rrecto funcionamiento del sistema inmunitario. Se
s í n d rome compuesto de múltiples deficiencias de ha podido demostrar que la deficiencia de este nu-
nutrientes. La influencia que ejercen los micro n u- triente está asociada con una respuesta inmune de-
trientes sobre la inmunocompetencia ha cobrado teriorada, produciéndose alteraciones en la inmu-
i m p o rtancia gracias a los experimentos realizados nidad humoral, inmunidad celular y la función
en animales de laboratorio a los que se ha admi- fagocítica (Meydani y Beharka, 1998). Las ingestas
nistrado dietas carentes en un solo micronutrien- recomendadas de vitamina E podrían ser suficien-
te, o también por aquellos casos, de muy rara fre- tes para prevenir la aparición de neuropatías y mio-
cuencia, en los que se ha podido observar en el patías. Sin embargo, esta cantidad capaz de cubrir
paciente un déficit nutricional en un único ele- deficiencias, podría no ser suficiente para que se
mento. Estos cambios inmunológicos mejorarían p roduzca un óptimo desarrollo del sistema inmu-
si se suplementan con aquellos elementos defi- nitario. En este sentido, se ha indicado que al ad-
cientes en la dieta; sin embargo, un exceso en la ministrar suplementos de esta vitamina por encima
suplementación también produciría efectos adver- de las recomendaciones, se produce una mejora del
sos en el sistema inmunitario (Calder y Kew, sistema inmunitario. Además, este efecto inmuno-
2002). estimulador de la vitamina E aumenta la re s i s t e n c i a
La función de las células del sistema inmunitario a padecer ciertas enfermedades infecciosas, efecto
está fuertemente influenciada por el balance o equi- p rotector que podría deberse al aumento produci-
librio entre las sustancias antioxidante y prooxidan- do en la generación de anticuerpos, así como en la
tes, de forma que una alta proporción de agentes actividad fagocítica (Meydani y Beharka, 1998;
antioxidantes ejerce un papel fundamental en la Meydani, 2000).
protección de las células inmunocompetentes fren- Debido a su función antioxidante, la vitamina E
te al estrés oxidativo (De la Fuente, 2002) se consume durante los procesos oxidativos, por lo
En relación con la vitamina A, se ha estudiado que se necesitaría mayor cantidad de esta vitamina
sobre todo el efecto del beta-caroteno (provitamina en función de la implicación de los factores desen-
A) sobre el sistema inmunitario, y se ha visto su in- cadenantes de estrés oxidativo (consumo de dietas
tervención en los mecanismos de defensa. Así, se ha altas en ácidos grasos poliinsaturados, presencia de
observado que su deficiencia ocasiona una dismi- ciertas patologías y envejecimiento). Se han realiza-
nución del tamaño del timo y bazo, una reducción do numerosos estudios de suplementación en an-
en la actividad de las células NK, una menor pro- cianos institucionalizados a los que se administraba
ducción de IFN-g (interferón-g), un descenso de la altas dosis de vitamina E, observándose una mejora
hipersensibilidad retardada cutánea, y una baja res- de la inmunidad humoral y de la inmunidad celu-
puesta a la estimulación con mitógenos por parte de lar (Meydani y col., 1998). También se ha visto el
los linfocitos (Gross y Newberne, 1980). Se han lle- efecto beneficioso de la suplementación con esta vi-
vado a cabo multitud de estudios de suplementa- tamina en aquellos individuos que presentan una
ción con beta-caroteno y como resultado de los mis- deficiencia grave de vitamina E como consecuencia
mos se ha observado un aumento del número de de una malabsorción intestinal, observándose que
linfocitos T helper o cooperadores, y de la capacidad mejoran la respuesta de las células T a un mitógeno
citotóxica de las células NK. Cuando la suplemen- como la Con A, la respuesta de hipersensibilidad re-
tación se realiza en ancianos durante un periodo tardada y la producción de IL-2 (Kowdley y col.,
prolongado de tiempo, también se observa un au- 1992).
mento de la actividad de las células NK. Tanto en Por otra parte, la vitamina C afecta algunos pa-
animales de experimentación como en humanos se rámetros del sistema inmunitario, pudiendo produ-
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cir su deficiencia un aumento en la susceptibilidad dades infecciosas. Los primeros trabajos tanto en
a sufrir infecciones, sobre todo a nivel del tracto res- experimentación animal como en humanos fueron
piratorio superior. El riesgo de padecer este tipo de llevados a cabo hace más de dos décadas por varios
infecciones está aumentado sobre todo en indivi- autores. El hierro es un elemento fundamental para
duos que practican ejercicio físico intenso, encon- el correcto desarrollo del sistema inmunitario. Se ha
trándose el sistema inmune deprimido en estas con- observado que la suplementación con hierro en po-
diciones, al menos de forma temporal. En este blaciones que muestran déficit en este elemento dis-
sentido, se han observado cambios inmunológicos minuye la frecuencia de los episodios infecciosos.
tanto a nivel de la inmunidad innata (actividad de La deficiencia de hierro origina un fallo en los me-
las células NK, función fagocítica y oxidativa de canismos de defensa del individuo, como una me-
neutrófilos) como sobre la inmunidad específica nor capacidad de fagocitosis, una baja respuesta a la
(función de las células T y B) (Grimble, 1997). Da- estimulación de los linfocitos, un descenso en el nú-
do el poder antioxidante de la vitamina C, se ha su- mero de células NK asociado a una menor produc-
gerido que la suplementación en este micronutrien- ción de IFN-g, y una hipersensibilidad retardada
te produce una mejora en el sistema inmunitario y cutánea deprimida. Sin embargo, tanto el número
como consecuencia, una menor incidencia de estas de linfocitos B como la síntesis de anticuerpos no
infecciones (Peters, 1997). parecen estar afectados en estas condiciones defici-
Se ha observado que las deficiencias en otras vi- tarias (Bryan y Stone, 1993).
taminas también producen alteraciones en la capa- El zinc es también un buen ejemplo para ilus-
cidad de defensa del sistema inmunitario. Así, se ha trar el concepto de cómo el déficit de un único nu-
demostrado en animales de experimentación que triente puede afectar al sistema inmunitario. En es-
los déficit de vitamina B6, tiamina y riboflavina es- te sentido, la literatura sobre el déficit de este
tán asociados con una reducción del tamaño del ti- m i c ronutriente es muy vasta (Prasad, 1998; Dar-
mo. Cuando existe carencia de vitamina B6 y B12 se denne, 2002), hecho que no es de extrañar dada
produce una disminución de la respuesta prolifera- su participación en la actividad de más de 100 me-
tiva de linfocitos frente a un mitógeno (Grimble, taloenzimas, como se indica en una extensa re v i-
1997). También la función inmune celular, repre- sión (Scrimshaw y San Giovanni, 1997). En la ac-
sentada por el test cutáneo de hipersensibilidad re- tualidad es bien conocido que el zinc es un
tardada, está deteriorada, así como la función in- elemento traza esencial, que influye en el cre c i-
mune humoral y la capacidad fagocítica. Todos miento y afecta al desarrollo y la integridad del sis-
estos efectos se han observado también con la ad- tema inmune. El zinc afecta a múltiples aspectos
ministración de dietas deficitarias en vitaminas A y del sistema inmunitario, desde la barrera de la piel
E (Grimble, 1997). hasta la regulación génica en los linfocitos, influye
Se han encontrado resultados similares cuando en la función de las células que median la inmuni-
existen deficiencias de minerales y elementos traza. dad no específica (neutrófilos y células NK), pero
El hierro, el zinc, el cobre y el selenio son necesa- también en la modulación de la inmunidad espe-
rios para un funcionamiento adecuado del sistema cífica actuando sobre la activación de los linfocitos
inmunitario y son fundamentales para una correcta T, la producción de citoquinas, y la maduración de
protección frente a las infecciones. Un aporte in- los linfocitos B (Dardenne, 2002). Así, la deficien-
adecuado de estos nutrientes está asociado con una cia de zinc se asocia con atrofia linfoide, una re s-
supresión de la inmunidad celular y de la inmuni- puesta de hipersensibilidad re t a rdada cutánea
dad adquirida; si se produce esta situación estaría reducida, una disminución de la respuesta prolife-
aumentado el riesgo de morbilidad y mortalidad rativa de linfocitos frente a mitógenos y una menor
por infecciones virales, microbianas y parasitarias. actividad de la hormona tímica (Prasad, 1998).
Sin embargo, al suplementar con el nutriente defi- Todas estas características se han podido observar
citario se restaura la inmunocompetencia (Bonham en animales de laboratorio. Además de un menor
y col., 2002; Failla, 2003). n ú m e ro de células esplénicas formadoras de anti-
La deficiencia de un único nutriente más exten- cuerpos y una actividad deteriorada de las células
dida en el mundo es la del hierro, a la que se asocia NK, la capacidad de digestión de las bacterias por
un aumento en la morbilidad a causa de enferme- los fagocitos está reducida, así como la fagocitosis
16 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico

(Chandra, 1997). Por otra parte, evidencias expe- Siendo componentes de crucial importancia en
rimentales muestran una disminución del cocien- la dieta, los lípidos pueden influir también en la
te CD4+/CD8+ en situaciones de deficiencia de modulación del sistema inmunitario. La composi-
zinc, este hecho es importante porque provoca un ción de ácidos grasos de las membranas de las cé-
desequilibrio que afecta negativamente a la re g u l a- lulas inmunocompetentes se modifica de acuerd o
ción del sistema inmunitario (Solomons, 1998). con la composición de ácidos grasos de la dieta. Así
Las deficiencias de zinc causan un desequilibrio una composición de membrana de mayor o menor
e n t re la función Th1 y Th2, produciéndose una grado de insaturación afectará la fluidez, la perm ea-
disminución por parte de las Th1 en la pro d u c c i ó n bilidad y la actuación de proteínas receptoras. La
de IL-2, IFN-g y TNF-a, mientras que la pro d u c- o rganización de los lípidos de membrana en mi-
ción de IL-4, IL-6 y IL-10 por parte de las células c rodominios es importante para que se produzcan
Th2 no se encuentra alterada (Prasad, 1998). Este las cascadas de señalización que transmiten los
desequilibrio podría ser el responsable de la des- mensajes al interior celular cuando un ligando se
regulación del sistema inmunitario que pro d u c e une a su receptor en la superficie de la membrana
una disminución de la resistencia frente a infec- celular. La composición lipídica de la membrana
ciones (Prasad, 2000). puede influir en la organización de esos dominios
El cobre es un micronutriente esencial para el y, por tanto, en la transmisión de ese tipo de seña-
desarrollo, crecimiento y mantenimiento del siste- les (Yaqoob, 2003). Sin embargo, debido a las difi-
ma inmunitario, siendo necesario para la diferen- cultades metodológicas en el estudio de la influen-
ciación, maduración y activación de los distintos ti- cia de la grasa de la dieta en la respuesta inmune,
pos de células inmunocompetentes, así como para es extremadamente difícil concluir sobre el papel
la secreción de citoquinas, con propiedades autocri- de los distintos tipos de ácidos grasos en estas re s-
nas, paracrinas y endocrinas, ejerciendo así una co- puestas, y hacen falta muchos más estudios. En ge-
rrecta defensa del huésped. Además, juega un papel neral, se considera que las grasas saturadas pro v o-
en la síntesis de la hemoglobina y mioglobina, y ac- can una respuesta inmunitaria de mayor entidad
túa como antioxidante, ya que es un cofactor esen- que los ácidos grasos poliinsaturados, y dentro de
cial de una gran variedad de enzimas, incluyendo éstos, los omega-3 serían inmunosupre s o res y ten-
citocromo C oxidasa y Cu, Zn-superóxido dismuta- drían efectos antiinflamatorios. Por ello, se consi-
sa (Prohaska, 1990). dera que su empleo puede ser beneficioso en pro-
Se ha demostrado en animales de experimenta- cesos inflamatorios y enfermedades autoinmunes
ción la importancia del cobre para el buen desarro- (Calder, 2001). De forma breve, los ácidos grasos
llo y funcionamiento del sistema inmunitario. Re- omega-3 dan lugar a la formación de prostaglandi-
cientemente se ha observado en ratas adultas y en nas y leucotrienos de la serie 3 y 5 que se conside-
individuos sanos que la actividad in vitro de las cé- ran mediadores de inflamación mucho menos acti-
lulas T se encuentra comprometida cuando existe vos que los de las series 2 y 4. Se ha demostrado en
un déficit de cobre, sugiriendo que una adecuada diversos estudios en animales y humanos que la su-
ingesta de este micronutriente aumentaría la re s i s- plementación dietética con ácidos grasos omega-3
tencia a sufrir enfermedades infecciosas (Bonham y p rovoca una disminución de la proliferación linfo-
col., 2002). También se ha puesto de manifiesto citaria, la producción de citoquinas y la quimio-
que una ingesta inadecuada de cobre tiene conse- taxis de neutrófilos. Además, el grado de insa-
cuencias adversas en la inmunidad innata y adqui- turación de los ácidos grasos de la dieta afecta a
rida. En este sentido, las células T parecen estar diversos factores involucrados en el riesgo atero g é-
más afectadas que las células B, la capacidad oxi- nico como son la composición de las lipopro t e í n a s
dativa y la actividad microbicida de neutrófilos y y su susceptibilidad a la oxidación, la expresión de
macrófagos, así como la actividad citolítica de las moléculas de adhesión y la trombogénesis. Final-
células NK se encuentran deterioradas; la hipersen- mente, el equilibrio omega-6/omega-3 en la dieta
sibilidad re t a rdada, la producción de anticuerpos y es muy importante, pues un déficit de ácido lino-
la respuesta in vitro a mitógenos se encuentran tam- leico (ácido graso esencial de la serie omega-6) se
bién dañadas en estas condiciones (Prohaska y Fai- asocia con un aumento de la incidencia de infec-
lla, 1993). ciones.
La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario 17

CAMBIOS EN EL SISTEMA INMUNE ingreso tardío en el colegio y, en consecuencia, no


DEBIDOS A LA MALNUTRICIÓN se alcanza un aprendizaje adecuado, siendo menos
PROTEICO-ENERGÉTICA productivos estos individuos a largo plazo. Por otra
parte, en la edad adulta se observa un aumento en
A pesar de ser la alimentación uno de los pilares la incidencia de enfermedades crónicas relacionadas
en los que se apoya la salud del individuo desde ha- con la nutrición como la diabetes, enfermedades
ce mucho tiempo, sin embargo no ha sido hasta la cardiovasculares e hipertensión. Los descendientes
actualidad cuando se ha comenzado a estudiar có- de estas personas malnutridas también tienen au-
mo la ingesta dietética puede influir sobre el siste- mentada la probabilidad de presentar dichas carac-
ma de defensa del organismo y así influir sobre la terísticas.
incidencia y prevalencia de algunas enfermedades Actualmente está ampliamente aceptado que la
agudas y crónicas como el cáncer, enfermedad de malnutrición está asociada a alteraciones en el siste-
Crohn, enfermedad celíaca o colitis ulcerosa. Son ma inmunitario tanto de sus órganos centrales co-
diversos los estudios que han destacado el impacto mo de la respuesta inmune, especialmente de la in-
negativo de una situación de malnutrición sobre la munidad celular, pero también de la fagocitosis,
morbilidad y mortalidad. La malnutrición influye producción de citoquinas, secreción y afinidad de
negativamente en la función de los diversos siste- anticuerpos y capacidad del sistema del comple-
mas del organismo, tales como el digestivo, el in- mento (Chandra, 2004).
munitario o el nervioso, dando lugar a la aparición
de patologías entre las que se pueden citar las ane-
mias y los trastornos de la función cognitiva. Por Alteraciones morfológicas de los órganos
otro lado, la aparición de enfermedades degenerati- inmunocompetentes
vas, propias del envejecimiento, pueden ser a su vez
causa de un estado nutricional deteriorado. Aunque La glándula tímica es el órgano linfoide central
no se debe olvidar, como ya se verá más adelante, del sistema inmunitario, donde los timocitos sufren
que la complicación más común e inmediata de la los procesos de maduración, tras los cuales se pro-
malnutrición es la infección (Chandra, 1997). duce su migración a los órganos linfoides periféri-
Existe un círculo vicioso del que forman parte cos. Este proceso de diferenciación comprende una
tanto la infección como la desnutrición. Sin em- expresión secuencial de diversos marcadores de
bargo, a través de distintos estudios epidemiológi- membrana y reordenaciones de los genes receptores
cos se ha visto que algunas infecciones como pul- de células T (TCR). Cuando se produce una malnu-
monía, diarrea bacteriana y vírica, sarampión y trición proteico-energética esta glándula disminuye
tuberculosis están más influidas negativamente por de volumen, produciéndose un descenso en la ma-
el estado nutricional del individuo que en el caso duración de los timocitos.
de otras infecciones, como es la encefalitis vírica o También se observan cambios histológicos en los
el tétanos. nódulos linfáticos y en el bazo que presentan una
La malnutrición tiene como consecuencia la dis- peor definición de los centros germinales, con un
minución no sólo de la masa grasa sino también del menor número de células linfáticas y plasmáticas. El
compartimento muscular, con la consiguiente dis- número de células de los tejidos linfoides de la mu-
minución de la fuerza física, cuyo efecto más inme- cosa de tracto gastrointestinal y respiratorio aparece
diato es la reducción de la actividad física y el in- también disminuido (Savino, 2004)
cremento del riesgo de complicaciones infecciosas,
las cuales se agravan con situaciones de anorexia,
apatía y pérdida de peso. Alteraciones genotípicas y funcionales
Además, no se debe olvidar que la malnutrición de los timocitos
puede aparecer en todas las etapas de la vida. En las
zonas con altas tasas de malnutrición se observa Como ya se dijo en el apartado anterior, la mal-
cómo los niños presentan un retraso en el creci- nutrición produce una atrofia tímica, con una dis-
miento, aumentando el riesgo de morbilidad. La re- minución en el compartimiento linfoide. La princi-
percusión social más inmediata en estos casos es el pal característica fenotípica de los timocitos que
18 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico

acompaña a una deficiencia en proteínas, minerales proteica (Chandra, 1997). Este mismo hecho ha si-
y vitaminas es la pérdida de células inmaduras do confirmado posteriormente por otros autores al
CD4+CD8+. Concretamente se ha observado en di- observarlo nuevamente tanto en ratas como en hu-
versos estudios en laboratorios que una deficiencia manos con malnutrición proteica.
en Mg o Zn en ratas provoca, además de lo expues- No se puede restringir la alteración hormonal a
to anteriormente, una apoptosis masiva de estas cé- la hormona tímica; de hecho, se ha visto que otra
lulas en el órgano. De hecho, en necropsias de ani- hormona como es la timopoyetina también está dis-
males malnutridos se observa la severa atrofia del minuida en estas situaciones (McDade y col, 2001).
timo de la que estamos hablando y por medio de
una ecografía, también se observa una atrofia del ór-
gano in vivo en niños malnutridos. ALTERACIONES EN LA RESPUESTA
No obstante, estas alteraciones podrían ser rever- INMUNE EN DISTINTAS ETAPAS
sibles, proporcionando una dieta adecuada, como se DE LA VIDA
ha demostrado a través de un estudio longitudinal
realizado en niños malnutridos de Bolivia, tras ser Como ya se ha descrito anteriormente, son diver-
sometidos a una intervención nutricional. El estudio sos los estudios que confirman las alteraciones pro-
consistió en medir el tamaño del timo semanalmen- ducidas a nivel de la respuesta inmune en los indivi-
te por medio de un escáner ultrasónico mediastinal. duos malnutridos. En este capítulo se van a presentar
Al compararlos con los controles, el grupo de mal- las alteraciones inmunológicas más comunes, tenien-
nutridos presentaba una involución severa del timo do en cuenta la edad del individuo, y también se ha-
y una proporción más alta de linfocitos T inmaduros rá referencia a algunas condiciones físicas y patológi-
en circulación. El estudio longitudinal de dos meses cas caracterizadas por estados de malnutrición.
de duración mostró que los valores antropométricos
normales se recuperaron después de un mes de re-
habilitación dietética, mientras que la recuperación Alteraciones en la respuesta inmune
del área del timo requirió dos meses. De este traba- en edades tempranas
jo se puede deducir que la evaluación del timo pue-
de utilizarse como una herramienta interesante para Los niños con bajo peso gestacional, además de
el diagnóstico/pronóstico de la recuperación inmune presentar atrofia en el timo, como ya se ha comen-
en pacientes tratados de malnutrición (Chevalier y tado anteriormente, también muestran un deterioro
col, 1996). a largo plazo de la inmunidad celular. Por otra par-
te, se ha visto a través de distintos estudios que los
niños que nacen con un peso inferior al normal pre-
Alteraciones hormonales que afectan al control sentan una reducción del número de linfocitos T y
de la depleción de timocitos de su respuesta a mitógenos. El test cutáneo de hi-
persensibilidad retardada también se encuentra de-
Está demostrado que el timo está influido por un teriorado en estos casos.
control neuroendocrino, que a su vez puede estar al- La mayor diferencia entre los niños de bajo peso
terado en distintos estados patológicos. De hecho, se gestacional y los niños nacidos con bajo peso es la
ha observado en diversos trabajos realizados en ra- recuperación inmunológica, recuperándose estos
tones que los niveles de glucocorticoides circulantes últimos más tempranamente que los primeros. De
se encuentran elevados en aquellos que tienen defi- hecho, los niños de bajo peso gestacional continúan
ciencia proteica y esto se asocia con la depleción de mostrando un deterioro de la respuesta inmune ce-
timocitos (Savino y Dardenne, 2000). lular durante varios meses o incluso durante años.
Este resultado es especialmente relevante en los ni-
ños cuya relación peso-altura está por debajo del
Alteraciones de la función endocrina del timo 80% de la normalidad. Un efecto de este sistema de
defensa desfavorecido se observa en la alta inciden-
Se han observado niveles anormalmente bajos cia de algunas enfermedades infecciosas del tracto
de timulina circulante en ratones con malnutrición respiratorio en estos niños. Por otra parte, se obser-
La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario 19

va una función fagocítica deteriorada en los niños p ro p o rcionar la defensa adecuada contra micro o r-
nacidos con bajo peso. ganismos, células malignas y otros agentes “extra-
Además, los niños que han nacido antes de tiem- ños”. De hecho, se ha demostrado que el pro c e s o
po presentan una hipoinmunoglobulinemia, ya que de envejecimiento está asociado con un aumento
la IgG que deberían haber adquirido de la madre de radicales libres y en consecuencia con una re-
durante todo el periodo gestacional no ha comple- ducción de la respuesta inmune (De la Fuente,
tado su ciclo; sin embargo, se observa una recupe- 2002). Los cambios que tienen lugar en el sistema
ración de los niveles de la proteína entre los tres y inmunitario vienen dados por una disminución
cinco meses de vida. de la respuesta a los tests cutáneos de hipersensi-
En condiciones normales, los cuatro subtipos de bilidad re t a rdada, de la producción de IL-2, de la
IgG se pueden detectar en suero fetal a las 16 se- respuesta de linfocitos a mitógenos y antígenos y
manas de gestación, en su mayor parte, IgG1. En de la tasa de conversión sérica y de la titulación
los niños de bajo peso gestacional que nacen con de anticuerpos después de la vacunación. Tam-
bajo peso, los niveles de IgG1 en sangre se encuen- bién se reduce la capacidad de las células inmu-
tran por debajo de la media de otros grupos (Chan- nocompetentes para la proliferación clonal y la
dra, 2004). generación de células B y T. Además se observa un
descenso agudo en la actividad de la timulina y
una reducción de IgA en suero, encontrándose in-
Alteraciones en la respuesta inmune en edad cluso disminuida la respuesta primaria de los an-
media y avanzada ticuerpos.
En el envejecimiento la linfopenia y la anergia se
Está demostrado que con la edad, en muchos dan con mucha frecuencia. El número de linfocitos
casos el sistema inmune pierde capacidad para T circulantes está ligeramente disminuido, aunque

Tabla II
Alteraciones inmunológicas en distintas situaciones fisiológicas y patológicas asociadas a estados de malnutrición

Situaciones
patológicas Algunos efectos sobre la inmunidad Consejo nutricional
y fisiológicas

Obesidad Inmunosupresión, ↑ frecuencia de las infecciones, Pérdida de peso racional y estabilización


respuesta a los anticuerpos disminuida de peso
Desórdenes Leucopenia, linfocitosis relativa, Ø respuesta al test Rehabilitación nutricional
alimentarios de hipersensibilidad retardada, patrón alterado Educación nutricional y corrección de
de la secreción de citoquinas los hábitos dietéticos
Bajo peso asociado Leucopenia, linfopenia, Ø respuesta al test de Rehabilitación nutricional
a práctica hipersensibilidad retardada, patrón alterado Educación nutricional y corrección de
deportiva de la secreción de citoquinas los hábitos dietéticos
Alergias alimentarias Respuesta inmunológica elevada de los Evitar estrictamente la comidas
mecanismos del asma, eczema atópico y otras alergénicas. Prevención con alimentación
manifestaciones alérgicas al pecho, fórmulas hidrolizadas y retraso
en la introducción de alimentos
alergénicos
Desórdenes Manifestaciones secundarias a la deficiencia Administración de probióticos con los
gastrointestinales de nutrientes. Fallo en los mecanismos de cultivos adecuados de bacterias
defensas (protección alterada mediada por IgA)
Daño de la respuesta homeostática por respuesta
inflamatoria epitelial
20 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico

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