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*
SHEILA OSTRANDER,
LYNN SCHROEDER
y NANCY OSTRANDER
SUPERAPRENDIZAJE*
Nuevos métodos t.k aprendizaje
rápido, sin agobws ni tensiones,,
,para potenciar su memoria
y mej&rar su efu:aaa
profesúmal y t.kpmtiva
autoayuda y superación
!!11~
!\iÍ:XH:O BARCELONA Hl'FNOS AIIU:S
SUPERAPRENDIZAJE
Nuevos méwdos de aprendimje rápido, sin agobios
ni tensiones, para potenciar su mmwria y rmjarar
su eficacia frrefesumal y departiva.
Título original en inglés: Siiperleami:ng
Traducción: J.M. A.lvarez Flores y Angela Pérez de
la primera edición de Delacorte and Confucian. Press,
Inc., New York, N:Y.
© 1979, Sheila Ostrander, Nancy Ostrander y Lynn Schroeder
/
INDICE
SECCIÓN 1. SUPERAPRENDIZAJB
1. El coeficiente potencial 9
2. Supermemoria . 19
3. La enseñanza a reacción despega en el
Oeste 49
4. ¿Por qué es posible el superaprendizaje? • 68
5. El lado oculto . 84
6. La personalidad sin trabas 94
7. Cómo lograr un superaprendizaje . 102
8. Cómo preparar un programa propio . 116
9. Para preparar a los niños . 133
Epílogo . 141
SECCIÓN 2. SUPER·RENDIMmNTO
10. Super-rendimiento en los deportes 157
11. Un programa soviético de rendimiento
máximo 170
12. Para aminorar el dolor . 188
SECCIÓN 3. SUPERARMON1A
APSNDICES
Recapitulación 311
Elementos pedagógicos 312
Esquema de la clase • 315
FuENTES. 320
BIBUOGRAF1A 329
SECCIÓN 1
SUPERAPRENDIZAJE
1
EL COEFICIENTE POTENCIAL
13
te•, se decía Lindemann, «oeste•. La orden resonaba y
tomaba forma hasta en sus sueños. Durante sesenta
y dos días con sus noches, siguió navegando, sentado
allí como un guisante solitario en su vaina de lona. Sólo
podía dormir a ratos, casi no tenía espacio para mo-
verse. En la cincuenta y sieteava noche, hubo una varia-
ción en su rutina: zozobró y estuvo tumbado sobre la
resbaladiza superficie de la lancha volcada hasta el ama-
necer. Unos cien hombres habían intentado ya la tra-
vesía en condiciones similares. Todos habían fracasado.
Pero Hannes Llndemann desembarcó en la costa occi-
dental de San Martín, en las Antillas y pronto apareció
sonriendo en la portada de la revista Life. No sólo so-
brevivió, sino que lo hizo en excelente forma. Había
aprendido, por ejemplo, a controlar la circulación para
proteger determinadas partes del cuerpo. En su caso, ni
siquiera se produjeron las llagas que invariablemente
causa el agua del mar en tales circunstancias.
«Triunfé -dice Lindemann- gracias al método auto-
génico.» Le había enseñado este método holfstico su
creador, el doctor Johannes H. Schultz, y cree lógica-
mente que demostró la eficacia del mismo en las cir-
cunstancias más difíciles. La autogenia y s.us diversas
aplicaciones actuales pretenden armonízar todas las
rue~s 4~ la..mente .y. eLcuerpo., de modo qµe .el ser
llumano funcione lo mejgr .posihlé. · Ayuda también a
curar cuerpo y mente y proporciona esa salud perfec-
ta de que pocos gozan y que pocos esperan conseguir ya.
No hay mucha gente dispuesta a arriesgar la vida
por un sistema de enseñanza, tal como lo hizo el doctor
Lindemann. Pero cientos de miles han utilizado estos
métodos de superaprendizaje y han conseguido el éxito
esperado en su propio campo vital. Respaldan estos
métodos abundantes pruebas científicas, pero en los
últimos años han empezado a ocurrir hechos que no
precisan ya de pruebas abstrusas para interpretarlos.
Como verá el lector, hay muchas pruebas de hechos
ciertos y comprobados. En la Unión Soviética, miles de
adultos aprendieron un idioma en veinticuatro horas.
En Suiza, los esquiadores volvieron de las olimpiadas
con medallas de oro y plata. En Bulgaria hay niños que
welven a casa de su escuela normal, por calles norma-
les, tras haber aprendido en un mes lo que normalmente
exige medio año. En Francia y en España mucha gente
normal ha descubierto que puede controlar el cuerpo
14
y regular la salud mentalmente. Algunos han aprendi-
do a liberarse del dolor sin drogas ni fármacos. Hom-
bres de negocios norteamericanos han descubierto que
la intuición puede ayudarles a tomar decisiones que du-
plicarán los beneficios. Y cuando se usaron métodos de
superaprendizaje en la rehabilitación de los ciegos, los
invidentes empezaron a decir a los videntes cosas que
éstos no podían ver.
Los métodos de superaprendizaje siempre abordan
al individuo en su conjunto, en su totalidad. Tienen
también algo en común que es difícil de explicar, por-
que no es algo directo y claro. Cuando el individuo em-
pieza a actuar más como ser total, pueden suceder cosas
aparentemente inexplicables: una mujer que estudia
francés, advierte de pronto que ha desaparecido el
trastorno nasal que padecía. Un hombre que estudia
química, percibe que ha aumentado su intuición. El
atleta que aprende técnicas de adiestramiento corporal
descubre que mejora su concentración en los exámenes
académicos. Al desapaiecer las c ~ ~ Q n e s
ob.. st.aculiza·d·.ora.s, pueden torta"lécerse todas Jas.. áreas ae
.la personailclad·. 'Es aigo pareciáo a cuando la luz al-
canza una faceta de un cristal de roca, enseguida ilu-
mina otra y otra.
Este «efecto rebote» alteró el curso de la vida de
Georgi Lozanov, médico y psiquiatra que no se proponía
ser educador. Se proponía, siguiendo el viejo adagio, es-
tudiar la naturaleza del hombre, del ser humano con
su pleno potencial. Como casi todos los demás inves-
tigadores, llegó a la conclusión de que sólo utilizamos
una mínima fracción de nuestra capacidad. Lozanov
ideó medios para abrir las reservas de la mente y, como
médico, los aplicó a sanar el cuerpo, curar la enferme-
dad mental y física. Pero al investigar lo que era capaz
de hacer un ser humano pleno, no pudo evitar que le
atrajesen los aspectos intuitivos y de creación. Luego,
al seguir investigando se convirtió, casi fatalmente, en
uno de los parapsicólogos más destacados del mundo
comunista. Al mismo tiempo, comprendió que con sus
nuevas técnicas el individuo medio podía desarrollar
supermemoria, podía asimilar información práctica con
una facilidad nunca vista.
Resulta paradójico que Lozanov sea mundialmente
famoso por crear un método de aprendizaje rápido; la
vía que emprendió en primer lugar parecía alejarse de
15
la típica fijación occidental en el pensamiento práctico.
Pero «paradójico» es término del hemisferio cerebral
izquierdo. Es paradójico para la mente lógica. Pero, des-
de el punto de vista más amplio de la concepción ho-
lística, parece razonable.
En cierto sentido, el superaprendizaje da quitando.
Los programas pretenden ayudar a eliminar el miedo,
la autocensura, las valoraciones pobres sobre uno mis-
mo y las sugestiones negativas respecto a la limitada
capacidad que poseemos. Pretenden desatar los diversos
nudos con que nos atamos y liberar la personalidad. No
es que el superaprendizaje te dé algo nuevo; te da algo
que ya tienes: a ti mismo. Por eso puede ser tan eficaz.
Ese yo centrado y sin trabas, ese yo radiante, como lo
llama el educador Jack Canfield, sabe. Parece conectado
a una conciencia más amplia, capaz de lograrlo casi todo.
El éxito en el estudio, en los deportes, en los nego-
cios y en las relaciones sociales, satisface. Además, la
gente parece encontrar otro tipo de satisfacción en el
superaprendizaje: algo que tiene más relación con hacer
que con ganar. Uno alcanza a veces un gran sentido de
armonía, de ir sobre la cresta de la ola del propio yo.
Es una satisfacción plena por sí sola, parecida a lo que
se siente cuando el bate conecta con firmeza la pelota,
cuando entiendes de verdad por primera vez un con-
cepto difícil, cuando te ves, por un instante, en total
armonía con otro individuo. Es como arder de vida,
por un instante ... es sentirse gozosamente vivo.
La alegría de aprender es algo que oyes mencionar
con frecuencia en los cursos de superaprendizaje. Para
la mayoría de nosotros, aprender jamás ha sido una ex-
periencia gozosa, estimulante. Pero quizá debiera serlo,
en realidad, porque aprender es crecer, y el crecimiento
es vida. Una de las cosas que con más frecuencia dicen
quienes participan en cursos de superaprendizaje es
que en cuanto te metes de verdad en el curso empiezas
a sentirte bien... bien contigo mismo y bien con los
demás.
Una de las razones de que te sientas bien quizá sea
que el superaprendizaje depende del coeficiente poten-
cial del individuo, no de su coeficiente intelectual. A efec-
tos prácticos, nuestra capacidad parece actualmente ili-
mitada. Cuando nos ejercitamos y somos más dueños
de nosotros mismos, empieza a parecer que el coeficien-
16
te intelectual no es algo tan rígido y prefijado como
creíamos.
Arthur Young es filósofo e inventor. Charles Muses
es matemático y cosmólogo. No hace mucho, recogieron
la opinión de algunos de los individuos más notables de
nuestra época, individuos tenaces e innovadores, en un
libro titulado Consciousness and Reality (Conciencia y
realidad). Dicen en el prólogo: «Ha llegado la hora de
la verdad en la evolución de la especie, y lo que el hom-
bre haga en este período será más importante que todos
los acontecimientos anteriores.»
Como ya hemos dicho, ser más de lo que somos es
una idea antigua y atractiva, pero quizás haya una ra-
zón más profunda para que estos nuevos métodos de
aprendizaje empiecen a propagarse rápidamente por el
mundo. Esa razón se relaciona con el momento histó-
1'.ico. Estamos quedándonos sin gasolina en más de un
sentido. Parece que vamos cuesta abajo por los viejos
senderos trillados en todos los sectores sociales. Hace
unos años, llegó de la Unión Soviética la noticia de que
los rusos estaban intentando adiestrar a sus cosmonau-
tas en precognición, es decir, la facultad de preconocer,
de ver el futuro. Los cosmonautas, explicaba un cientí-
fico, viajan tan deprisa que tienen que saber de ante-
mano lo que va a pasar, para noder estar al tanto. Somos
muchos los que empezamos a tener esa sensación.
Un aprendizaje tipo diligencia, no tiene sentido prác-
tico en la era de la velocidad, de los cohetes. Si pudié-
ramos mirar desde el Olimpo, probablemente viésemos
que casi hemos empezado a dejar atrás también la era
del reactor. Queremos seguir formando parte de nues-
tro mundo, sentir que el centro no está ahí fuera, en
otro sitio, tirando de nosotros monótonamente. Para
tomar las decisiones necesarias, para poseer la ecuani-
midad y la capacidad que precisamos, es muy probable
que éste sea el momento de abrir esos circuitos perso-
• nales que apenas se utilizan.
Según nos dicen, sólo 4tilizamos . aproximadamente
un die.z.por ciento del .cerebro. El resto ha de estar ahí
por alguna razón. Como argumenta el doctor Frederic
Tilney, llegaremos a desarrollar conscientemente cen-
tros cerebrales que nos proporcionarán poderes que
hoy _no podemos siquiera imaginar.
Este libro expone algunos de los sistemas utilizados
por muchísimas personas para empezar a aprovechar
17
esas reservas mentales y corporales. La primera sección,
y la más importante, aborda el aprendizaje y la memori-
zación de datos, que son facultades del hemisferio cere-
bral izquierdo. La segunda sección trata del cuerpo, de
la preparación física y de la salud. La tercera aborda la
intuición, la capacidad creadora y las llamadas faculta-
des extrasensoriales, actividades todas ellas del hemis-
ferio cerebral derecho. El libro trata todo él de la ima-
ginación. Napoleón elaboraba su estrategia de combate
en un cajón de arena pues, según él, «la imaginación
rige el mundo».
A modo de introducción imaginad lo que podríais
hacer si vuestra capacidad de aprender y recordar fuese
de cinco a cincuenta veces mayor. Eso es lo que aborda
con detalle la siguiente sección. Se trata de una visión
holística. Si seguís esta vía del superaprendizaje para
ampliar la memoria, descubriréis que también estáis re-
cordando y recuperando algo más: a vosotros mismos.
18
2
SUPER.MEMORIA
21
aprendizaje. Es sólo una rama, aunque una rama bá•
s1ca, de una materia mucho más amplia que estudia
su instituto: la sugestologia. La sugestología es una
«logía» holística que utiliza una serie de técnicas que
ayudan a llegar a esas reservas de la mente y el cuerpo.
La sugestología pretende poner en funcionamiento las
facultades del cuerpo, las del hemisferio izquierdo y
las del derecho de forma conjunta, como un todo or-
questado, para que el individuo pueda hacer mucho
mejor todo aquello que se proponga. Antes de que se
aplicase en el apreñdizaje práctico, la sugestología se
utilizaba para curar enfermedades y para dominar el
dolor. Se usaba también en psicoterapia y se utilizaba
para ayudar a despertar facultades intuitivas y las lla-
madas facultades extrasensoriales del individuo.
No hacía falta ser un visionario social para imaginar
que un sistema que acelera el proceso de aprendizaje
entre cinco y cincuenta veces, constituía un avance re-
volucionario en la enseñanza básica, en los programas
acelerados, en la readaptación del individuo a una acti-
vidad nueva y en la capacidad de todo ser humano para
mantenerse equilibrado y ampliar su potencialidad de
modo global. Si es que era verdad. Si podía funcionar en
Norteamérica. Conocíamos la innata reserva de los es-
lavos a la hora de explicar prácticamente cualquier cosa
a un extranjero. Pero no nos dábamos cuenta de lo
complicado que iba a resultar reconstruir pieza por pie-
za el método de la supermemoria. Tampoco sabíamos
que habría de pasar casi una década para que llegase
a aplicarse correctamente este extraordinario sistema
en aulas norteamericanas.
Bulgaria había estado cerrada a los occidentales has-
ta principios de los años sesenta. Cuando llegamos, en
1968, nos moríamos de curiosidad por saber qué había
pasado allí. En las calles de la capital, Sofía, una ciudad
de cinco mil años de antigüedad, se entremezclan ele-
mentos del conocimiento humano del pasado y del fu-
turo. Minaretes de barrocas mezquitas hacen guardia
por encima de autobuses, taxis y apresurados peatones
que cruzan los restos de los antiguos baños romanos
y de las terrazas a nivel de la calle de iglesias subte-
rráneas secretas utilizadas durante los seiscientos años
de opresión turca. No lejos del centro de la ciudad, se
alza la inmensa Iglesia de Santa Sofía, refugio durante
catorce siglos de aspiraciones y anhelos humanos. A unas
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manzanas de distancia, se alza un centro de aspiracio-
nes humanas muy distinto, un centro de la era espacial
de la mente, en un agradable edificio de tres plantas,
color carbón, rodeado de rosaledas: el Instituto de Su-
gestología y Parapsicología.
En un país tan antiguo, no podía ser tan difícil saltar
en el tiempo como una especie de «arqueólogo de la
conciencia» para traer al mundo contemporáneo las téc-
nicas y conocimientos perdidos de eras más antiguas.
Eso es lo que ha hecho, en cierto modo, el doctor Lo-
zanov al adaptar las antiguas técnicas de la superme-
moria a un sistema moderno y científico.
El doctor Lozanov nos recibió en su despacho. La
habitación, como las flores resplandecientes del jardín
exterior, estaba inundada de colores vívidos y brillan-
tes. Como habíamos descubierto ya en la conferencia
de Moscú, Lozanov tenía un sentido del humor «holís-
tico» y una risa «cósmica», como el famoso maharishi
de la meditación trascendente. El doctor Lozanov era
un hombre ágil, corpulento, de cálidos ojos castaños y
una gran mata de cabello rizado que empezaba a en-
canecer; podía ser tan cinético como una pelota de fron-
tón y emanar al instante siguiente una profunda sere-
nidad.
-La sugestología puede revolucionar la enseñanza
-afirmó-. En cuanto los seres humanos superen cier-
tas ideas preconcebidas de sus limitaciones, pueden ser
mucho más de lo que son. El individuo ya no está limi-
tado por la idea de que aprender es desagradable; de
que lo que aprende hoy lo olvidará mañana; de que la
capacidad de aprendizaje se deteriora con la edad -y
fue poniéndose más filosófico-: La educación es lo más
importante del mundo. La vida entera es aprendizaje ...
no sólo en la escuela y centros de enseñanza. Creo que
fomentar ese elevado impulso (como lo logra esta téc-
nica), puede ser de suma importancia para la humani-
dad.
-¿Cuál es exactamente la técnica de la sugestología?
-le preguntamos.
Para crear esta nueva «logía», Lozanov y sus cola-
boradores habían recurrido a una sobrecogedora lista
de disciplinas: yoga mental, música, aprendizaje en el
sueño, fisiología, hipnosis, ~utogenia, parapsicología y
arte dramático, por nombrar algunas. La sugestología
23
tiene sus raíces más PI'Qfundas, sin embargo, en el sis-
temar~~
-l.a sugestología no aporta nada nuevo en realidad
-explicó Lozanov-. Lo único nuevo és la aplicación.
La sugestología de Lozanov es, en esencia, la «apli-
cación• de los estados alterados de conciencia al apren-
dizaje, la curación y el desarrollo intuitivo. Los mismos
mecanismos mentales que llevan a la supermemoria (y,
en consecuencia, al aprendizaje acelerado), pueden lle-
var también a la percepción extrasensorial y al control
voluntario.
A partir de la práctica médica y del estudio de in-
dividuos de capacidad superior a la normal, como Keuni,
Lozanov llegó a la conclusión de que «tanto la historia
como los datos experimentales muestran que los huma-
nos poseen capacidades muy superiores a la que hoy
utilizan».
Durante las semanas que siguieron averiguamos más
cosas sobre Lozanov y sus fascinantes descubrimientos.
Aunque tenía entonces poco más de cuarenta años, era
uno de los médicos más destacados del país. Cree que
fue uno de los primeros psicoterapeutas de Bulgaria
después de la guerra, si no fue el primero, y fue médico
de cabecera de algunos de los miembros de la élite rec-
tora del país. Como habíamos adv~rtido ya cuando le
conocimos, parecía uno de esos médicos que son capa-
ces de hacerte sentir mejor sólo con entrar en la ha-
bitación.
Pertenecía también, por otra parte, a la vieja inte-
lectualidad. Su padre y su madre eran profesionales:
su padre profesor de historia en la universidad y su
madre abogado. Terminó su formación como médico y
psicoterapeuta en Bulgaria. Al no haber ninguna tradi-
ción psiquiátrica arraigada en el país, pudo ser inno-
vador y ecléctico en su enfoque. Fue luego a completar
sus estudios de doctorado a la Universidad de Jarjov,
en la URSS. Su tesis trataba de la sugestología y de
cómo podían aplicarsé a la educación sus descubrimien-
tos sobre supermemoria y parapsicología.*
24
Teníamos infinitas preguntas que hacerle. ¿En qué
consiste la supermemoria? ¿Cómo llegó a interesarse
por ella? ¿Cómo un médico se convirtió en educador?
Lozanov reveló que había descubierto cosas fasci-
nantes respecto al origen de la supermemoria. Casi pa•
recíª__ g_ue la técnica de ampliar la memoria hubiese
sido. transnnnáa en tiempos anfiguos .c.ºmo una.'va·
~dia infai~te en ca}Cl ~- t1I] .Jlafuc.au;ilu g~r. ..
-Los yogms necesitaban hlpermnes1a -nos JO-.
Ciertos yoguis se consagraban a memorizar los textos
sagrados por si ocurría un desastre colosal y resultaban
destruidos todos los libros y desaparecían todos los co-
nocimientos registrados, de modo que, con que viviese
un solo yogui, siempre podría restaurar de memoria
todo el conocimiento perdido.
¿Era la técnica de la supermemoria un legado de una
civilización muy antigua y avanzada que había sido víc-
tima de un holocausto? Parecía haber en ella ecos de la
leyenda de la Atlántida. Las investigaciones de Lozanov
mostraban que la supermemoria se conocía también en
otros países, en las comunidades más antiguas.
-Los mahoríes de Nueva Zelanda ----diio-- enm
adiestrados tamMén enlos m1smos mcffi>dos .qc; ~per-
mem.ona u t i l ~ J?"!· l o ! ~ h1rid.ú.es. El jefe
máhorf lCaumalana, en la época moderna, podía recitar
de memoria toda la historia de su tribu, que abarcaba
cuarenta y cinco generaciones y unos mil años. Tardó
tres días en recitarla toda, y no utilizó ninguna nota.
Lozanov nos habló muy entusiasmado de un viaje
que había hecho hacía poco a la India.
-Estudié a los yoguis en varios centros distintos.
En el Instituto del Sri Yogendra de Bombay conocí al
yogui Sha, que después de hacer ejercicios diarios du-
rante un año, adquirió «supermemoria».
El yogui Sha, abogado, podía recordar instantánea-
mente varias columnas de dieciocho números, podía
:recordar sin esfuerzo el nombre y el día de la semana
25
de cualquier fecha de un siglo determinado, y recordar
fotográficamente el orden de series de objetos a los que
sólo había echado una ojeada. Lozanov nos comentó
que en la India había docenas de personas que habían
alcanzado la hiperm.nesia (supermemoria) por medio de
aquellas antiguas técnicas yoguis.
-Ha7. varios modos de lograr una supermemoria
-nos dijo-. Los ejercicios utilizados por estos yoguis
no podrían aplicarse de modo g~neralizado en las es-
cuelas.
Así que los había estudiado y, partiendo de ellos,
había creado técnicas propias. Lozanov no había tenido
que ir hasta la India para encontrar yoguis o gente que
pudiese demostrar supermenioria o hacer operaciones
matemáticas instantáneas más deprisa que una compu-
tadora. Había muchas en Bulgaria. El propio Lozanov
había practicado raja yoga durante veinte años.
La gente suele conocer el hatha yoga, que consta de
ejercicios físicos y de la práctica de determinadas pos-
turas. El rajª yoga, el yoga mental, es mucho menos
conocido. «.Rala• slgnifica regio o rector, y el raja yoga
trata del control o gobierno de. la mente. Los que lo
practican lo consideran la «ciencia de la con~nt¡¡d.ón».
y cuenta con técnicas para alterar los estados. de con-
ciencia, métodos de adiestramiento en _vj~uaUzación,
ejercicios prácticos de concentración y ejercicio..$. resJ>i-
~torios especiales. m raJa yoga afirma poseer una serie
de téciucas que permiten al individuo adquirir «siddhis»,
es decir, poderes que incluyen las diversas facultades
supranormales que dicen que todos poseemos en estado
latente dentro de nosotros: «supermemoria» fotográfica,
capacidad de cálculo instantáneo, facultades mentales
extraordinarias, dominio del dolor, y toda la serie de
facultades paranormales, desde la visión sin ojos a la
telepatía.
Lozanov decidió poner a prueba estas afirmaciones.
¿Podría encontrarles una base científica? Estudió a in-
dividuos con facultades paranormales, desde el cálculo
instantáneo a la telepatía, y llevó a muchos yoguis a
laboratorios de fisiología para examinar todos los as-
pectos de sus métodos de adiestramiento y de sus re-
sultados.
La especta<:?la! _perici~ física de l~s yoguis ~ s
(uno de cada diec1S1ete búlgaros practica yogaJ induce a
especular sobre su pericia mental. En una demostración
26
filmada, vimos a un yogui echado boca abajo sobre una
mesa. De pronto, pareció elevarse horizontalmente va-
rios centímetros en el aire y planear casi sobre la mesa.
-No es levitación -aclaró Lozanov-. Ha aprendido
a utilizar los músculos de la espalda para una especie de
salto horizontal.
Un especialista en yoga, el profesor hindú S. Goyal,
considera el Centro de Yoga de Sofía el de- más alto
nivel de todos los que conoce. Dice lo siguiente: «Se
presta la máxima atención a la respiración, al control
de la propia conciencia mediante la concentración y a
la meditación.»
Lozanov se convenció a través de sus investigaciones
de que, en cierto modo, tenemos ya supermemoria. El
problema es que no podemos recordar lo que almace-
namos. «La mente humana recuerda una cantidad co-
losal de información -dice-, el número de botones de
un traje, de escalones de una escalera, de paños de cris-
tal de una ventana, de pasos hasta la parada del auto-
bús. Estas "percepciones desconocidasn nos indican que
el subconsciente tiene poderes asombrosos.» Lozanov
cree que el cerebro, libre de todas las distracciones que
dificultan su funcionamiento, es como una esponja capaz
de absorber conocimientos e informaciones de todas
clases, ·
Las investigaciones cerebrales realizadas por el doc-
tor Wilder Penfield, del Instituto Neurológico de Mon-
treal, respaldan esta idea. Muestran que tenemos, en
efecto, una especie de «grabadora» natural incorporada
en la cabeza. Penfield realizó operaciones cerebrales a
pacientes en estado consciente, utilizando anestesia lo-
cal. Con una corriente eléctrica muy leve, el doctor Pen-
field estimuló determinadas células cerebrales durante
la operación. Todos los pacientes repitieron fielmente
cosas olvidadas hacía mucho, conversaciones, canciones,
chistes, describieron fiestas de cumpleaños de la niñez
(explicando cosas que sólo les habían dicho una vez en
toda su vida) con toda precisión. Un paciente logró re-
cordar, por ejemplo, un día que estaba a la entrada de
una casa de campo una mañana de verano. Oía la músi-
ca de la radio, percibía el olor de estiércol, sentía la
brisa.
El doctor Penfield elaboró la hipótesis de que toda
experiencia (vista, sonido, olor y sabor) se graba como
un modelo concreto en el cerebro y que este modelo
27
sigue allí mucho después de olvidar conscientemente la
experiencia.
Con el objeto de recordar cosas que intentamos
aprender, el objetivo habría de ser dar con el medio
(un medio que no sea la «corriente eléctrica suave» de
Penfield) de «activar» el recuerdo de lo que está gra-
bado en nuestra mente.
El doctor Lozanov está de acuerdo con Penfield en
que conservamos todos los datos que los sentidos nos
aportan, visión, sonido, olor y sabor. Pero va aún más
lejos. '.al cree que estamos, además, acumulando cons-
tantemente información que percibimos de un modo
intuitivo y telepático o clarividente. Las percepciones
«de nivel superior» juegan un papel en lo que recogemos
y recordamos. «No hay nada sobrenatural en lo de am-
pliar la memoria o captar información telepática», dice
Lozanov.
28
mente. El doctor Lozanov estudió también el aprendi-
zaje en el sueño. Ideó incluso algo similar para la psi-
cotera«t~ el «método del susurro». Pero rechaza el
apren · je en el sueño como vía de acceso a la super-.
memoria. ¿Por qué? En primer lugar, y fundamental-
mente, porque el alumno no está consciente y no con-
trola por completo todo lo que pasa. Además, en el
aprendizaje en el sueño, la tensión puede crear una
barrera que bloquee el aprendizaje durante semanas.
Hace.,falta un es~do JD,enta1;1,.corporal _<i.9 trcmquilidad
X sos1eg~,-ara que sea ene~ eng>'r~ en ef sueño;
pero, 1a. n'fe. suele _dormirse en tal estado de Jenslón
que que bloqueada la capaciaad ae aprendiiaJe, Ade-
más, el aprendizaje en el sueño exige mucho equipo
especial, latoso y molesto, como comentó Lozanov.
Las autoras después de tener que vérnoslas con un
laberinto de cables e instrumentos electrónicos para
ensayar el aprendizaje en el sueño, pudimos atestiguar
lo mismo. Una de ellas tuvo además otro problema.
Todas las noches desmantelaba dormida el equipo de
aprendizaje, hasta que resultó ya imposible repararlo.
La expresión «aprendizaje en el sueño» es, en rea-
lidad, engañosa. El aprendizaje no se produce durante el
sueño. La cinta grabada con el material que se quiere
aprender la pone en marcha un cronómetro durante la
fase de ensueño, justo cuando el individuo se deslli:a
en el sueño, y justo cuando está despertando. Este prin-
cipio es la base del enorme éxito del método musical de
Suzuki, por el cual aprenden a tocar bien instrumentos
musicales hasta niños pequeños. Basta ponerles, justo
antes de que se queden dormidos, un disco de la música
que se quiere que aprendan.
Pese al éxito soviético con el aprendizaje en el sue-
ño, el ampliar la memoria de este modo presentaba va-
rios inconvenientes. A algunos investigadores les parecía
peligroso para la salud. Otros se encontraban con he-
chos enigmáticos. Algunas personas necesitaban escu-
char durante semanas las cintas del sueño para empe-
zar a aprender algo. Otras tenían experiencias similares
a las ocurridas en los experimentos del doctor Penfield.
El clic de la grabadora activaba el recuerdo completo·
de una lección oída semanas atrás. No había un control
consciente del mecanismo que activa la memoria.
Una noche, Lozanov descubrió algo más del aprendi-
zaje en el sueño. Iba a reforzar con aprendizaje en el
29
sueño la lección del día en dos grupos de estudiantes.
Cuando los estudiantes dormían, Lozanov desconectó los
altavoces de un grupo. Al día siguiente, ambos grupos
dieron un rendimiento superior al promedio normal de
aprendizaje. La sola sugestión de que aprenderían más
había activado en un grupo la huella memorística.
Lozanov cree que hay una serie de eleme_ntos «s112e-
rentes~ 9ue pueden actiyar la evolución del r~q_erdo.
Su obJetivo al esturuar sistemas tates como Ia Iiipnope•
dia (aprendizaje por hipnosis) e hipnosopedia (hipnosis
más sueño), fue descubrir que un alumno puede man-
tener conciencia plena y dominar los controles que acti-
van su propia mente y su memoria.
31
más en la supermemoria. Acudía a consultarle gente
que padecía lo que Lozanov llegó a la conclusión de que
parecía ser una enfermedad común pero sin nombre.
Tras conocer numerosos casos, Lozanov le adjudicó un
nombre «propio». Si alguna vez te quedas atrás, puedes
alegar que padeces didactogenia, enfermedad causada
por los malos métodos de enseñanza. Los estudiantes
agobiados por un exceso de trabajo se desmayaban.
Contraían toda una gama de enfermedades y neurosis
provocadas por la tensión.
Si podía haber cirugía sin dolor y parto sin dolor,
¿por qué no lograr también que naciera el conocimiento
sin dolor? se decía Lozanov. Si las técnicas derivadas
del raja-yoga eliminaban el dolor de la intervención qui-
rúrgica y del parto. ¿por qué no ensayarlas también
para eliminar el dolor en el aprendizaje?
Se aplicó un tratamiento sugestológico a los estu-
diantes que padecían angustia causada por los exáme-
nes. Se apreció un inmediato fortalecimiento de la me-
moria y una disminución de la tensión y la fatiga. Un
soldador que asistía a la escuela nocturna informó que
después de la sugestología podía recitar un poema ente-
ro en clase sólo con leerlo una vez. «Es un milagro», le
dijo a Lozanov. Siempre le había costado mucho tra-
bajo recordar lo que aprendía.
34
tonces. Luego le dijo el nombre de su madre e identificó
la enfermedad que padecía. Luego le dijo la fecha de la
muerte de su padre e indicó la enfermedad de la que
había muerto. Le comunicó toda esta información como
si la estuviese leyendo en un libro. Luego dijo: «Llevas
casado siete años pero no tienes hijos. Tendrás un hijo
dentro de un año.» Y sucedió exactamente lo que ella
predijo.
»Luego, llegó mi tumo. Cuando crucé el umbral, Van-
ga dijo: "Georgi, ¿por qué has venido aquí? Quieres
probarme. Es demasiado pronto. Ya volverás de aquí
a unos años." Parecía indicar que el estudio científico
serio de su talento profético sólo sería posible más ade-
lante. Yo no dije nada; en vez de hablar, intenté hacer
mi primer experimento -dice Lozanov-. Utilizando
toda mi fuerza de voluntad y la escasa capacidad tele-
pática que poseo, imaginé que era otro hombre, un
hombre al que yo conocía muy bien. Ella empezó a pre-
decir, pero se equivocaba. Y así me lo indicó ella mis-
ma. Luego me dijo: "Vamos, puedo decirte cualquier
cosa."
»Que pudiese bloquear a Vanga -comenta Lozanov-
es de sumo interés. Era la primera prueba en favor de
mi hipótesis de que Vanga recogía 10 que les decía a los
visitantes de las mentes de éstos, telepáticamente.
El promedio de clarividencia de Vanga, medido a lo
largo de años, nos indica un nivel de precisión del ochen-
ta por ciento. Según los rumores, un instituto alemán
particular ofreció una suma fabulosa al gobierno búl-
garo a cambio de los servicios proféticos de esta mujer.
Han intentado consultarla celebridades de la alta socie-
dad, como Jackie Kennedy, pero ella se negó en redon-
do, pues lo que quiere es seguir trabajando con el Ins-
tituto de Sugestología.
Aunque nada se diga hoy públicamente al respeto, de-
bido a cambios de enfoque político, los búlgaros nos
dicen que este trabajo del Instituto ha seguido su curso
sin problemas. Aun hay una placa en casa de Vanga
que dice: «Colaboradora científica del Instituto de Su-
gestología».
En el Instituto para Médicos Postgraduados en que
empezó a trabajar, Lozanov dedicó la mitad de su tiem-
po a e-studios sobre telepatía, clarividencia y visión sin
ojos (la capacidad paranormal de percibir colores y ci~
fras impresas con la piel). Estudió a unos sesenta y
35
cinco individuos con facultades especiales con objeto
de descubrir cómo podían alcanzar reservas de infor-
mación más amplias que la mayoría de los seres hu-
manos. ¿Cómo hacían consciente esa información?
¿Cómo viajaban a través del tiempo?
Lozanov descubrió que cuando los individuos sensi-
bles utilizaban su capacidad paranormal, solían suceder
ciertas cosas en el organismo. Se decía que con ejer-
cicios de raja yoga se podían crear ritmos concretos del
cuerpo y de la mente que daban acceso a una conciencia
más amplia. Parecía existir una conexión entre lo que
los individuos sensibles hacían de modo natural y lo
que se decía que se lograba con el raja yoga. Lozanov
ensayó varios métodos de desarrollo psíquico. Logró
éxito con la telepatía. Luego utilizó su nuevo método
para intentar enseñar a niños ciegos a ver con la piel.
Consiguió también buenos resultados. (Ver capítulos 15
y 16.)
La sugestología «puede aumentar la capacidad pa-
rapsíquica de un individuo o de un grupo entero ... Las
facultades de telepatía y clarividencia pueden cultivarse
y desarrollarse por medio de la sugestología», informa-
ba Lozanov en 1966, en el Congreso Internacional de
Parapsicología de Moscú. Lozanov descubrió que, tal
como habían dicho los seguidores del raja yoga, deter-
minadas técnicas antiguas activaban la supermemoria,
la capacidad autocurativa y las facultades psíquicas.
Al adiestrar a otras personas en el desarrollo de estos
poderes paranormales, confirmó aún más su teoría de
que, a medida que la conciencia se expande, el individuo
recoge información intuitiva suplementaria que puede
potenciar el proceso de aprendizaje u obstaculizarlo.
Fue convenciéndose también de la importancia de
los elementos sugerentes de la cultura en el desarrollo
de estas facultades. El hecho de que la cultura búlgara
acepte todo esto, da al individuo mayor libertad para
desarrollar las facultades psíquicas, según su opinión.
El escritor y educador norteamericano George Leonard,
que dirige cursos dedicados al desarrollo psíquico de
los atletas, opina lo mismo. Según él, lo que hace, en
realidad, es crear un medio en que el individuo tenga
libertad para ejercitar sus facultades naturales.
Lozanov descubrió algo más, también, en estos ex-
perimentos. La información psíquica e intuitiva llega a
la mente con la misma rapidez y del mismo modo auto-
36
mático que los datos de la supermemoria. Daba la im-
presión de que la percepción extraseo~ial],: la supe.r-
mem~ria ªct:uab.an ¡>or. meclio. ae. m ~ mentales
parecidos.
31
música, y no el sueño o la hipnosis, sosegarían el cuerpo
de forma que la mente pudiese empezar a aprovechar
sus posibilidades latentes.
Era lógico que la idea de utilizar la música como
medio de llegar a las reservas de la mente brotase en
el país del legendario músico Qrfeq d~ . l'G~ tierra
~ue es ,hoy ,p.ñk..dt:d3.q.lprla. Orfeo había utilizado la
musica para encantar tanto a la Naturaleza como a los
seres vivos.
Cuando el individuo se halla en ese estado sereno de
aprendizaje, ¿cuál es el mejor medio de introducirle la
información que quiere asimilar y recordar? Para el
yoga la solución era una forma rítmica. Lozanov halló
un ritmo específico que parecía sincronizarse bien con
los ritmos de la mente y el cuerpo. Como en el caso
del aprendizaje en el sueño, despiezó los datos en bre-
ves fragmentos o frases cortas. Se emitiría un fragmen-
to cada ocho segundos. En: el aprendizaje en el sueño,
podía:q tener que repetirse los mismos cinco minutos
de información treinta y seis veces en una noche. Los
búlgaros descubrieron que con el nuevo sistema se ne-
cesitaba poca repetición. Los profesores añadían en-
tonaciones distintas para romper la monotonía del rit-
mo constante.
Se descubrió también que una transmisión sosegada
y lenta del material era el secreto de un mejor apren-
dizaje. Lo descubrió un investigador de la UCLA, el doc·
tor Willard Madsen, que trabajando con jóvenes retar-
dados, comprobó que cuando aminoraba la velocidad
de transmisión hasta un intervalo relativamente ]argo,
los chicos de coeficiente intelectual bajo aprendían casi
con la misma facilidad que sus condiscípulos más inte-
ligentes. El ritmo parecía actuar como resincronizador
de ritmos internos desincronizados y fortalecer con ello
la memoria.
Empezaron a hacerse pequeños experimentos de
aprendizaje con el método musical de la memoria. Lo-
zanov inició a algunos estudiantes en la «desugestión»,
uno de los elementos psicológicos de su método. Se
trata de una terapia de autoimagen. «Se nos condiciona
a creer que sólo podemos aprender determinada canti-
dad con determinada rapidez, de que estamos conde-
nados a enfermar, de que ciertos limites rigidos marcan
lo que podemos hacer y lograr -les dijo--. Se nos bom-
bardea constantemente, desde que nacemos, con suge-
38
rencias limitadoras. El primer paso -añadió- es su-
perar mentalmente estas limitaciones. De ese modo, po-
demos aprender más deprisa y liberar nuestro potencial
más íntimo.»
Hizo aprender a los estudiantes ejercicios de relaja~
ción profunda para liberarse de tensiones. Aprendieron
ejercicios respiratorios de raja yoga para mejorar la
concentración. Luego se hizo cargo de la clase un pro-
fesor y dio una lección de lengua. Luego, llegó la sesión
del concierto de supermemoria, con los elementos «su-
geridores» del estado alterado, música y ritmo. Los es-
tudiantes se relajaron oyendo la majestuosa música des-
tinada a aminorar los ritmos de la mente y el cuerpo.
Por encima de la música oían frases de vocabulario
leídas a un ritmo lento y sostenido.
Al día siguiente, estos estudiantes hicieron un exa-
men. El resultado fue asombroso. Lo recordaban casi
todo. Parecían controlar la memoria. Y no había habido
que dormirles ni que hipnotizarles para conseguirlo.
Los estudiantes estaban siempre despiertos y plenamen-
te conscientes. Era un verdadero descubrimiento. El ser
humano nunca había sido capaz de alcanzar superme-
moria en estado consciente. Lozanov sabía que estaba
a punto de conseguir algo.
Tal como había supuesto Lozanov, las sesiones de
supermemoria parecían estimular de modo general la
conciencia. Los estudiantes captaban mejor ciertos sen-
timientos o actitudes del profesor. Si el profesor se
sentía deprimido, o consideraba poco inteligentes a los
estudiantes, o pensaba que el método no resultaría,
los estudiantes lo percibían, y esto afectaba a su eficacia.
Lozanov llama a esto «señales de segundo nivel», utili-
zando el lenguaje de la cibernética. Para resolver esto,
parte del método pedagógico se dedica a crear una at-
mósfera positiva animadora estimulante. Se determina
también la conducta del profesor de modo que las claves
no verbales, como gesto, tono y expresiones faciales
vayan encaminadas a aumentar el interés y la confianza
en sí mismos de los estudiantes. La relación entre es·
tudiante y profesor tiene mucha importancia. (Ver Apén-
dice.)
A principios de los años sesenta, Lozanov proclamó
públicamente que podía mejorar la memoria de un indi-
viduo en más de un cincuenta por ciento por medio de
la sugestopedia. Poco después, comunicó que con este
39
sistema pedagógico sin tensiones ni agobios, los estu-
diantes aprendían fácilmente un idioma en un mes y al
año siguiente mostraban un índice de retención muy
elevado. El sistema era válido con jóvenes y viejos, in-
teligentes y retrasados, cultos e incultos. Y el método
parecía mejorar además la salud y curar enfermedades
relacionadas con la tensión.
Era suficiente para que otros profesionales reaccio-
naran. «No existen esas reservas de memoria en los
seres humanos», protestaban los escépticos. La sugesto-
pedía integraba campos tan diversos que los especia-
listas estaban desconcertados. Los profesores no enten-
dían la psicoterapia. Los músicos no entendían el as-
pecto médico. Los médicos no seguían la parte pedagó-
gica. La polémica saltó a la prensa diaria. Lozanov fue
atacado, se le investigó. Una comisión oficial del go-
bierno se dedicó a examinar la sugestología, algo que
podía tener consecuencias inquietantes en un país como
Bulgaria.
Los miembros de la comisión se reunieron en una
gran sala de uno de los principales hoteles de Sofía.
Se habían puesto de acuerdo para probar aquel método
absurdo y eliminarlo si no funcionaba. Estaban senta-
dos en tumbonas con las luces bajas, oyendo una música
suave. No parecía un lugar apropiado para trabajar.
«Relájense. No piensen en nada -les decía el pro-
fesor-. Limítense a escuchar la música mientras yo leo.»
Al día siguiente, los miembros de la comisión descu-
brieron apresadumbrados que, aunque estaban seguros
de no haber aprendido nada, recordaban. En el examen,
pudieron leer, escribir y pronunciar con toda facilidad
de 120 a 150 términos nuevos asimilados en la sesión de
dos horas. Absorbieron, asimismo, sin esfuerzo las re-
glas gramaticales. Al cabo de unas semanas, pese a que
muchos creían firmemente que no podían aprender nada
así, sin esfuerzo, habían aprendido un idioma extranjero
que antes no dominaban. ¿ Qué informe podía dar aque-
lla comisión oficial del gobierno?
En 1966, el Ministerio de Educación búlgaro fundó
el Centro de Sugestopedia en el Instituto de Sugestolo-
gía. Con un equipo de unos 30 especialistas en educa-
ción, medicina e ingeniería el Instituto se dedicó a dar
clases normales con sugestopedia al mismo tiempo que
hacía investigaciones fisiológicas y médicas en sus la-
boratorios para descubrir cuál era la clave del apren-
40
dizaje rápido de la supermemoria. A los que pasaban
por las clases de sugestopedia se les hac1an después
exámenes. ¿Cuánto habían olvidado? ¿Persistía la me-
jora en la salud física que habían experimentado? No
sólo habían aprendido mucho más deprisa sino que
no olvidaban. Seis meses después, la retención aún era
del ochenta y ocho por ciento. Veintidós meses más
tarde, sin que hubiesen utilizado en aquel período el
nuevo idioma, la retención aún era del cincuenta y siete
por ciento. Los estudiantes volvían también por propia
iniciativa para explicar lo mucho que había mejorado
con los cursos su estado anímico.
Acudía además gente de todas las edades y de todas
las actividades profesionales a cursos nocturnos del Ins-
tituto después de una jornada completa de trabajo.
Llegaban cansados y a veces con dolor de cabeza.
«Las sesiones de meditación hacen que te sientas
maravillosamente, vigorizado, fresco», decían los estu-
diantes. «No tienes que hacer ningún esfuerzo», atesti-
guaban. «No te cansas ni mental ni físicamente.»
El equipo de control indicaba que durante la sesión
del concierto los cuerpos de los estudiantes se hallaban
en un estado similar al producido por ciertos tipos de
meditación yogui destinados a reanimar y restaurar el
cuerpo. Los procesos orgánicos se atenúan hasta el nivel
óptimo y más saludable; las ondas cerebrales bajan al
tonificante nivel alfa. Los estudiantes informaban de
que hasta sus jaquecas desaparecían en las sesiones con
el método musical de la memoria.
¿Hasta qué punto podía ampliarse la mente una vez
que empezaba a abrirse? Parecía igual de fácil aprender
cien palabras que cincuenta. Se organizaron clases de
voluntarios. En una sola sesión, aprendieron quince lec-
ciones de un libro de texto francés que significaban un
total de quinientas palabras nuevas. Inmediatamente
después, se les hizo un examen y otro tres días después.
Los resultados fueron excelentes, extraordinarios. «Ha-
bían retenido todas las palábras», dice Lozanov.
Actualmente, la media de aprendizaje es de ochenta
a cien palabras diarias en cursos intensivos. Según la
mayor escuela de idiomas del mundo, Berlitz, se consi-
dera un éxito aprender doscientas palabras después de
varios días (treinta horas) de aprendizaje intensivo
de «inmersión». Por desgracia, la tasa de olvido ha sido
casi igual de rápida en estos métodos intensivos.
41
Con el sistema búlgaro, quinientas palabras al día
era lo normal. En 1966, un grupo aprendió mil palabras
diarias, y en 1974 se comunicó un promedio de 1.800 pa•
labras al día. En 1977, informó Lozanov, algunos indivi-
duos demostraron en los exámenes que eran capaces
de aprender hasta tres mil palabras diarias.
A diferencia del aprendizaje en el sueño, en el que
puede hacerse necesario repetir hasta treinta y seis ve-
ces los mismos cinco o diez minutos de información
en la sugestopedia no hacen falta muchas repeticiones.
Se puede retener mucha más información en menos
tiempo. Al transmitir la información a una velocidad
de unos cuatrocientos fragmentos de datos por hora,
la única limitación parece ser el número de horas del
día. Cuando uno lee los informes, empieza a pensar que
en ese mismo instante, alguien, en algún lugar, debe
estar alcanzando ya una nueva cota en este campo del
aprendizaje rápido.
¿Cuáles son, pues, los límites externos de la capa-
cidad potencial de la mente humana? Según Lozanov,
cuando aprendes a abrir la mente, la capacidad de re-
cordar parece casi ilimitada, no parece haber punto de
ruptura.
El Instituto enseñó en principio idiomas, porque era
fácil medir los progresos contando palabras. Lozanov,
por supuesto, no tenía formación pedagógica. Gran parte
del trabajo con idiomas lo hizo Alexis Nobakov, desta-
cado profesor, músico y actor. :81 preparó programas
completos equivalentes a cursos de idiomas de dos y
tres años (vocabulario de seis mil palabras y gramática
completa). Los estudiantes se diplomaban en tres me-
ses. Poco a poco, se iniciaron cursos en todos los cam-
pos, desde las matemáticas a la física y la biología.
En el viaje que hicimos a Bulgaria en 1968, recorri-
mos unas aulas que eran como salones con círculos de
tumbonas, examinamos sus bien equipados laboratorios,
vimos las salas especiales con protección electromagnéti-
ca destinadas a investigar percepciones extrasensoriales
e inspeccionamos la biblioteca y el departamento de tra-
ducción. Conocimos al personal, a los científicos y a los
profesores. «Aún seguimos investigando, experimentan-
do, modificando el método», nos dijo Franz Tantchev,
encargado de información del Instituto, resumiendo lo
que otros nos habían dicho. «Todos los días descubri-
mos cosas nuevas sobre la sugestopedia.»
42
Nosotros no sabíamos cómo funcionaba exactamente
el método, pero empezábamos a convencemos de que en
Bulgaria estaba sucediendo algo real, algo verdadera-
mente emocionante, algo que era mucho más que un
nuevo método en la tecnología de la enseñanza.
Nos enteramos también de que la Unión Soviética
estaba muy interesada en la sugestopedia. Los soviéti-
cos se habían interesado ya antes por los sistemas de
aprendizaje rápido. Después de los levantamientos de
la primera guerra mundial y de la revolución rusa, los
soviéticos quisieron conseguir que su población, inculta
en su mayoría, alcanzara el nivel de los países indus-
trializados de Occidente. Recurrieron a la relaxopedia,
la hipnopedia y posteriormente al aprendizaje en el sue-
ño y a la hipnosopedia. Parecía ser que en muchos de
sus mejores centros pedagógicos se estaba utilizando
yd. la sugestopedia búlgara. Nos enteramos también de
que proyectaban utilizarla otros países del bloque so-
viético.
Cuando nos despedimos del doctor Lozanov, nos co-
mentó que tenía la esperanza de que su método de
aprendizaje rápido pudiese llegar a utilizarse también
en Norteamérica.
-Me dijo un astrólogo una vez que mi «Venecia»
está en Géminis, y que no significa buenas relaciones
con América -bromeó.
-Es «Venus» -le dijimos, con una sonrisa.
Lozanov soltó una carcajada y pasó rápidamente a
decimos que él, a diferencia de los estudiantes de su
Instituto, no había contado con la ventaja de la suges-
topedia para aprender idiomas. Estaba demasiado ocu-
pado con su trabajo y sus viajes a otros países super-
visando los centros de sugestopedia.
Dejamos Bulgaria con la impresión de que oiríamos
hablar más de aquel hombre tan consagrado a sus ta-
reas, y que creía que los beneficios de los descubri-
mientos búlgaros «debían entregarse al mundo y no
guardarse para que se beneficiasen de ellos sólo unos
pocos».
Un tiempo después de nuestra llegada a Norteamé-
rica, de pronto, en 1969, pese al hecho de que eran muy
pocos los búlgaros a quienes se permitía viajar a Occi-
dente, llegó a Nueva York el doctor Lozanov.
-¡«Venice» en Géminis! -dijo triunfalmente en el
aeropuerto Kennedy.
43
-Es «Venus» -bromeamos. Había algo, sin duda,
que actuaba en su favor.
En esta visita y en otras posteriores que hizo a Nor-
teamérica, vimos numerosas películas sobre sugestope-
dia y sugestología, leímos su tesis y varias publicaciones
suyas y vimos los ejemplares de presentación para la
UNESCO y para la Fundación Ford.
En 1970, salió a la venta en Estados Unidos y en el
extranjero nuestro libro Psychec Discoveries Behind the
Jron Curtain (Descubrimientos psíquicos tras el telón
de acero); y nuestro informe sobre Lozanov y cómo apli-
carse a la educación los poderes supranormales de la
mente movió a miles de personas de todo el mundo a
ponerse en contacto con nosotros. Profesores, estudian-
tes, hombres de negocios, particulares, acudieron a cien-
tos a Sofía para visitar el Instituto de Sugestología...
tantos, en realidad, que el gobierno búlgaro impuso li·
mitaciones.
45
labras diarias. En 1976 visitaron las escuelas búlgaras
educadores suecos que confirmaron los resultados en
matemáticas: el tercer grado tenía un nivel equivalente
al sexto.
Ivan Barzakov, réciente desertor búlgaro, enseñó du-
rante un breve período en las Escuelas Lozanov y estu-
vo en el Instituto un par de meses. Afirma que los in-
formes de resultados sensacionales son ciertos. «El único
objetivo es hacer milagros en el campo de la educa-
ción», dice. Barzakov confirma la atmósfera de secreto
que rodea a los programas de expansión de la mente
en Bulgaria y en la Unión Soviética. Pocos miembros
del equipo tenían acceso a todo el programa, aunque
viesen los resultados finales. El secreto también afecta
al adiestramento de profesores en el método (ver Apén-
dice).
Con el paso de los años, ,hasta al gobierno búlgaro
le costaba trabajo creer que sus pequeños floreciesen
tan lozanamente. La sugestopedia hubo 4e pasar a lo
largo de los años por nuevas series de escaramuzas y
ataques. El gobierno volvió a movilizar sus fuerzas para
investigar. El Ministerio de Educación envió equipos
para comprobar el nivel académico.· El Ministerio de
Salud envió médicos y psicoterapeutas para que deter-
minasen el estado de salud de los estudiantes; el Minis-
terio de Cultura envió especialistas para examinar las
diversas técnicas que se utilizaban en los cursos. Eligie-
ron viejos enemigos de Lozanov para los equipos inves-
tigadores, a fin de asegurar que la investigación fuese
rigurosa.
En 1976 los funcionarios del gobierno búlgaro reve-
laron, en una gran conferencia nacional, sus informes
y su opinión. Estaban presentes el presidente de Bul-
garia y altos funcionarios del partido. La sugestopedia
producía los resultados que se decía. Había que exten-
der su uso.
«Dentro de muy poco funcionará el sistema en todo
el país», proclamó Lozanov en 1977.
Debido a informes contradictorios, sólo podemos ha-
cer conjeturas sobre la extensión del uso de la sugesto-
pedia en la URSS. Hay centros en Moscú, Leningrado,
Jarjov. Mosfilm, la principal empresa cinematográfica
soviética, hizo un documental sobre sugestopedia para
cines normales, destinado a estimular aún más el uso
generalizado de la sugestopedia. El periódico Pravda
46
destacaba ya en 1969 con grandes titulares los impre-
sionantes resultados de la sugestopedia en el prestigioso
Instituto Pedagógico de Lenguas Extranjeras de Moscú.
«Se puede aprender un idioma en un mes», afirma-
ban. Es evidente que ha de haber grandes intereses mili-
tares ligados a la sugestopedia. En la principal confe-
rencia de Moscú sobre sugestopedia, la de 1974, no se
permitió asistir a los occidentales, pero un observador
norteamericano que consiguió colarse informa que gran
parte del público era personal militar de uniforme. Al-
gunos eran, evidentemente, de la Academia Militar Frun-
ze de la República Kirgiz, junto a la frontera china.
Estudiantes de la Universidad de Norilsk, que está
en el círculo ártico, y de la universidad siberiana de
Novosibirsk utilizan sugestopedia... a un promedio
de unos diez mil estudiantes siberianos por año. Joseph
Goldin, vicepresidente de la Comisión para el Desarro-
llo del Potencial Humano de la Academia Soviética de
Ciencias, dice que se utilizará la sugestopedia con los
intérpretes de las olimpiadas de Moscú. Los centros de
Leipzig y de Berlín oriental informan de la retención
persistente de más del noventa por ciento lograda por
<;:ientos de individuos en los cursos de sugestopedia.
Aún hay más estudiantes en Hungría y en otros países
del bloque soviético. Los soviéticos están introduciendo
la sugestopedia también en Africa. -
¿ Significa esto que apunta en el horizonte un mun-
do comunista rebosante de genios? Si resultase ser un
nuevo «mundo feliz» se parecería menos, por suerte, a
la visión del futuro de Orwell y de Huxley y más a la
de Shakespeare, una visión llena de individuos como
los aventureros de La tempestad, que parecen y se ven
de pronto iluminados por una luz nueva. Quizá los estu-
diantes búlgaros aporten algún día un triunfo aún ma-
yor: mostrarnos cuál es realmente el límite humano.
En cuanto se desbarata la «conspiración» del límite, pa-
rece desbaratarse también el techo de la capacidad del
ser humano. Quizá estemos empezando a vislumbrar de
qué es capaz una personalidad sin trabas.
Uno de los mejores violinistas del mundo, Yehudi
Menuhin, que fue un niño prodigio (debutó en el Came-
gie Hall a los diez años), dice que él nunca se creyó
distinto en ningún sentido a los demás niños. Menubin,
' que practicó mucho tiempo yoga, cree que son capaci-
dades humanas normales y que surgieron en su caso
47
por pura exuberancia vital. Dice, además: «En general,
so! subestima a los niños».
El genio no es algo exclusivo de unos cuantos indi-
viduos especiales, sino común a todos, según el pandit
Gopi Krishna. «Debemos investigar las bases biofísicas
del genio», insiste este antiguo funcionario del gobier-
no, dirigente de los brahamanes kashmiri. Gopi Krish-
na ha instado a los científicos de centros como el Insti-
tuto Max Planck a analizar las técnicas ancestrales del
yoga hindú que afirman poder fundir las energías del
cuerpo y de la mente. De la fusión sale luz. Se ilumina
todo el individuo, convirtiéndose en lo que llamamos
un genio y en un ser espiritualmente desarrollado, se-
gún el pandit. Este vigoroso acto de integrarnos a noso-
tros mismos es, según Gopi Krishna y otros, el próximo
salto evolutivo de la especie.
Las técnicas que amplían la conciencia parecen ser
capaces también de abrir circuitos secundarios de la
mente que llevan a la ampliación de diversas capacida-
des humanas. Aunque estén lejos de ser una panacea,
y no sirvan para todos, bien pueden ser una solución,
una solución práctica, factible y hasta agradable para
nuestros problemas.
Si seguimos intentando abarcar los problemas mun-
diales y la «sobrecarga de información» económica y
política a escala mundial con nuestras capacidades limi-
tadas de hoy, nunca llegaremos a lograrlo, en opinión
de Lozanov. A menos que activemos circuitos adiciona-
les de aprendizaje del cerebro humano, el progreso que-
dará estancado, según su opinión.
Necesitaremos múltiples niveles de conocimiento hoy
en día para poder tomar decisiones, según dice la doc-
tora Jean Houston, que presidió en 1978 la Asociación
pro Psicología Humanista, y sin embargo la enseñanza
se ajusta al esquema del siglo diecinueve. «Necesitamos,
para resolver los problemas y dificultades de nuestra
época el uso pleno de capacidades humanas conocidas
y desconocidas -dice la doctora Houston-... el único
medio de desarrollar nuestro potencial humano es rom-
per este reducido ámbito e integrarse en un espectro
más amplio de conciencia humana.»
48
3
LA ENSERANZA A REACCIÓN DESPEGA
EN EL OESTE
49
Wilbur Shurt, «famoso científico», interpretado por
Jack (un múchacho campesino de catorce años), le ex-
plicaba a un colega, «científico» y compañero de clase,
cómo lo harían para encontrar fosfatos en una peque-
ña isla del Pacífico que estaban explorando. La lección
de ciencias del día anterior, gracias a los métodos del
profesor Charles Gritton, se hacía dramáticamente viva.
Luego, la clase escuchó un disco de un conjunto de
música de cámara austríaco. Se relajaron en sus asien-
tos y respiraron rítmicamente al compás de la música:
dos inspiración, cuatro retención, dos inspiración, luego
repetir.
Gritton dijo luego, con entonaciones diversas y si-
guiendo el ritmo de la música: «Hierro. Símbolo Fe.
Fuerte como el hierro. Mercurio. Símbolo Hg. Cuando
hace más calor, sube el mercurio.» Eran cincuenta pa-
labras en total.
Jack comprobó su rendimiento en el examen que si-
guió. Descubrió un error. Pese a ser un estudiante me-
dio en otras clases, aquél era su primer error en cinco
semanas en aquella nueva ·clase de ciencias. Ninguno
de los estudiantes falló más de dos veces. Estaban emo-
cionados y orgullosos con aquella eficacia recién adqui-
rida. En otra clase, por propia iniciativa, le ofrecieron
palomitas de maíz al «peor» estudiante, para animarle
a mejorar. (Había tenido un total de tres errores.)
A los cuatro días de iniciado el curso, todos los 115
alumnos de ciencias del octavo grado de Gritton, ha-
bían logrado una media del noventa y siete por ciento ...
y seguían manteniéndola.
En un jardín persa, a la sombra de un espino albar
persa, había tres ceñudos norteamericanos comiendo.
Estaban en el restaurante autoservicio Rose-Garden.
«Qué vamos a hacer para aprender deprisa el persa», se
decían. Tenían que estar en Irán varios meses más y
resultaba duro vivir allí sin conocer el idioma.
-Tengo una idea -les dijo el tejano Doug Shaffer
a los otros dos, que eran marido y mujer y acababan
de llegar al Irán para dar clases en el departamento de
inglés de la ciudad de Mashjad.
Shaffer había oído hablar del método búlgaro de
aprendizaje rápido y acababa de recibir un folleto de
instrucciones. ¿Por qué no intentarlo?
-No funcionará en mi caso -refunfuñó la mujer-.
so
He probado con métodos de aprendizaje de idiomas de
todas clases sin resultado.
Después de mucha persuasión y con mucho escepti-
cismo, accedió a probar con unas cuantas sesiones de
autoaprendizaje. Ella y su marido se relajaron respi•
rando al ritmo de música barroca mientras Doug Shaffer
leía frases en inglés y un amigo iraní les leía ·en voz
alta su traducción al persa. Utilizaron el ritmo lento
prescrito de ocho segundos por frase.
En tres semanas «los resultados fueron realmente
espectaculares»; informaba Shaffer en 1977 desde la Uni-
versidad Firdusi de Mashjad, Irán. Habían aprendido
persa con asombrosa facilidad. «Funciona, funciona per-
fectamente», afirmaba Shaffer.
En la Universidad Estatal de Iowa, los estudiantes
aprendieron todo un semestre de español en dos sema-
nas, siete veces más deprisa de lo habitual, y además
disfrutaron aprendiendo. En Washington, D.C., los estu-
diantes aprendieron latin en una fracción del tiempo
normal de aprendizaje. En California, otros estudiantes
aprendieron un idioma eslavo tres veces más deprisa.
El centro de adiestramiento de Virginia de la flota nor-
teamericana del Atlántico informó de que había obte-
nido muy buenos resultados con un plan de aprendizaje
acelerado.
El aprendizaje «a reacción» con música ha logrado
al fin despegar en Norteamérica. En las escuelas y uni-
versidades, y por su propia cuenta, muchos occiden-
tales empiezan a apreciar algunas de las ventajas de la
supermemoria y de su propia capacidad ampliada ... ven-
tajas de que disfrutan desde hace veinte años muchos
individuos del bloque soviético.
Desentrañando el método
¿Por qué nos costó tanto tiempo? Las razones son
tan tortuosas y tienen entretejidas tantas «conspiracio-
nes» laterales como una intriga bizantina. Pero se re-
ducen a información deformada, información deforma-
mada a gran escala que nace de la política comunista
y de la ineptitud occidental. Debido a la política comu-
nista, los occidentales tuvieron grandes dificultades para
descubrir qué es exactamente el método y cómo utilizar-
lo. La ineptitud administrativa occidental hizo creer
51
erróneamente al público que el sistema no podía utili-
zarse en Norteamérica. Por desgracia, la intriga tiene
más interés que el puramente histórico porque persiste
aún y hasta parece aumentar a escala internacional.
Aunque a la mayoría nos resulte difícil entenderlo,
en los países comunistas la política influye en todo,
desde la física nuclear a los juegos de cartas. De los
cientos de occidentales que se apresuraron a trasladar-
se a Bulgaria y pidieron permiso para ver a los estu-
diantes en un aula, muchos no advirtieron que esa sim-
ple petición les situaba ya, como mínimo, en el marco
de un espionaje de ba.ia estofa. La Unión Soviética y los
países satélites se habían tomado la sugestopedia con
mucho interés. Y los militares soviéticos también pare-
cían interesados en su uso. Fue haciéndose evidente que
unos y otros querían mantener en secreto determinadas
partes del método de la supermemoria y del aprendi-
zaje acelerado.
Los gobiernos del bloque soviético pueden ponerse
muy quisquillosos en lo relativo a los superpoderes de
la mente. En 1977, por ejemplo, un científico de Moscú
entregó al corresponsal de Los Angeles Times Robert
Toth, un informe científico sobre una investigación pa-
rapsicológica realizada por los rusos. La KGB (policía
secreta soviética) detuvo inmediatamente a Toth y le
interrogó durante varios días. Fue acusado de recibir
«secretos de Estado» ... información sobre telepatía. No
le pusieron en libertad hasta que intervino el presidente
Carter. Cuando pasan cosas de este tipo en Moscú, hay
una conmoción en todo el bloque soviético, v a Bulga-
ria se le considera el satélite menos independiente de la
URSS.
Un amigo del doctor Lozanov, el doctor Milan Ryzl,
bioquímico checo, antes residente en Praga, explica ias
dificultades que suelen tener los científicos cuando in-
vestigan los poderes de la mente. Ryzl ideó un método
eficaz de adiestramiento para el desarrollo de percepcio-
nes extrasensoriales por medio de la hipnosis. El
gobierno checoslovaco enseguida se interesó mucho por
su trabajo. Rizl se dio cuenta de que le seguían cons-
tantemente agentes checos. Le robaron los informes a
máquina v los manuscritos. Por último, le pidieron en
términos bastante conminatorios que espiase a sus co-
legas científicos de otros países. Las autoridades checas
manifestaron con toda claridad que les interesaban las
52
técnicas parapsicológicas con vistas al espionaje. Ryzl
afirma que el gobierno ejercía tal control sobre su vida
que no tuvo más remedio que someterse. Por último,
comprendió que no tenía otra elección y huyó a Estados
Unidos en 1967.
El relato del doctor Ryzl es ejemplo típico de lo
que puede suceder bajo tales regímenes políticos. Cual-
quier declaración concreta que se haga a los occiden-
tales hay que analizarla muy pragmáticamente para ver
si es correcta ... no deben aceptarse las cosas sin más.
La mayoría de las instituciones que investigan las facul-
tades de la mente, todas, quizá, tienen un espía que
vigila a sus colegas. Los investigadores tienden, lógica-
mente, a ser muy reservados y no suelen hablar de lo
que están haciendo entre sí, y no digamos ya con los
occidentales. La gente no llega a ver a veces lo que ha-
cen sus colegas; no es de buen tono que confraternicen
con visitantes occidentales o que vayan a comer o a
cenar con ellos, salvo que vaya también un «observa-
dor». Cuando Lozanov dio conferencias en Occidente,
habló sobre todo del aspecto psicoterapéutico del apren-
dizaje rápido.
En 1974, Edward Naumov, un destacado parapsicó-
logo soviético, al que todos conocíamos, fue detenido y
condenado a un campo de trabajo. Su «delito» consistía
en confraternizar demasiado con los occidentales, pese
al llamado acuerdo de intercambio científico firmado
entre Rusia y Estados Unidos.
Las palabras «y Parapsicología» no figuran ya en el
nombre del Instituto de Sugestología de Sofía. En un
programa de radio al que asistió con nosotros, Lozanov
se consideró obligado a decir que no había conocido a
]a que había sido objeto de sus investigaciones, a Vanga
Dimitrova. Han procurado borrar por completo los an-
tecedentes de las relaciones de la sugestopedia con las
percepciones extrasensoriales.
Cuando Ja Unión Soviética proclamó en 1971 que
el yoga «es contrario al espíritu de nuestro país», y so-
bre todo «perjudicial para la salud», los búlgaros insis-
tieron en que el raja yoga no tenía ninguna relación
con la sugestopedia, pese a que ya había datos publica-
dos en la tesis de Lozanov. Antes de que el yoga pasase
a ser tabú políticamente, cuando nosotros estábamos
en Sofía en 1968, los investigadores del Instituto decían
ya que no habían estudiado el yoga; y eso hasta que
53
les enseñamos los informes publicados de su propia
obra. En 1977, el yoga volvió a ser aceptable, y Lozanov
babl6 de él en una conferencia sobre supermemoria en
Iowa. Hace unos años, pasó a quedar también envuelto
en el secreto un viejo método ruso, el aprendizaje en el
sueño. Los datos científicos sobre los posibles descubri-
mientos en este campo aún no han salido a la luz.
Los occidentales que buscaban afanosamente un buen
puesto de observación para analizar las clases de suges-
topedia en Bulgaria se encontraron con que había poco
que ver en apariencia. Los grupos de doce estudiantes
se sentaban en círculo en confortables tumbonas, pa-
recidas a asientos de avión. Al fondo, sonaba una músi- •
ca. El profesor hablaba en distintos tonos y cuando la
sesión terminaba, todos lo sabían todo.
Algunos decían que el secreto tenía que estar en los
asientos. Una universidad canadiense se gastó diez mil
dólares en unos butacones especiales de aprendizaje
rápido, con la esperanza de proporcionar a los estu-
diantes un instantáneo bilingüismo. No explicaron nada
en realidad a los occidentales. Lo que decían en las con•
ferencias era sumamente vago. El Suggestology Journal,
que publicaba el Instituto, dejó de circular en Occi-
dente.
Por último, y gracias, en parte, a los incansables es-
fuerzos de la doctora Jane Bancroft, profesora de fran-
cét- de la Universidad de Toronto, y vieja amiga de las
autoras de este libro, se empezó a utilizar en Occidente
un método eficaz para abrir la supermemoria.
La doctora Bancroft, especialista en idiomas, diplo-
mada en la Sorbona y en Harvard, había estudiado tam-
bién música. En 1971, nos ayudó a conseguir que el doc-
tor Lozanov fuera a Canadá a dar una conferencia en la
Universidad de Toronto. Antes, la doctora Bancroff fue
a Bulgaria a una conferencia internacional sobre suges-
tología y a realizar una investigación de cuatro sema-
nas, en que estudió ampliamente los archivos de los
autores, leyó la tesis de Lozanov, y profundizó más en
el raja yoga y en el aprendizaje en el sueño. Logró así
traer las bases esenciales del sistema, pero aún había
puntos oscuros que aclarar.
Un día que la doctora Bancroft estaba en el Insti-
tuto de Sugestología, se vio arrastrada involuntariamen-
te a una clase con un grupo de visitantes soviéticos.
Grabó aquella sesión, además de las destinadas a los
54
occidentales. Al volver a Toronto, repasó las cintas.
Como había empezado a sospechar en Sofía, las versio-
nes dadas a los rusos y a los norteamericanos eran dis-
tintas, aunque con un examen superficial resultase difí-
cil apreciarlo. Era difícil que la Unión Soviética gastase
grandes sumas de dinero en un método que sólo con-
sistiese en asientos cómodos y música agradable, co-
mentaba la doctora Bancroft. La sesión destinada a los
soviéticos debía incluir las claves que faltaban y que
necesitábamos para reconstruir correctamente el mé-
todo de Lozanov. Por lo que sabíamos de música y de
terapia musical, pudimos reconocer al oír las cintas al-
gunas de las composiciones y deducir la razón de que
se usasen. Tenían el compás lento que se utilizaba ha·
bitualmente en la terapia musical para aminorar los
ritmos mente-cuerpo.
El yoga insistía en el ritmo como vía para alcanzar
la capacidad mental supranormal. El cronómetro de la
doctora Bancroft propició un descubrimiento. El mate-
rial se leía a un ritmo,. preciso ~e. ocho ~ s .
«A los rusos les ofrecieron una sesión matemática-
mente precisa -nos explicó-. A los norteamericanos
les enseñaron los asientos, les dejaron oír la música de
fondo y les leyeron el material informativo sin el ritmo
preciso.» Dedujo así que la lectura del material con un
ritmo preciso y acompañada de una música determina-
da debía ser uno de los datos no revelados. Debía ayu-
dar a conseguir supermemoria. Las demás cosas que
hacían debían servir únicamente para intensificar el
efecto.
Nos pareció luego que el ritmo que había descubier-
to la doctora Boncroft tenía un tufillo familiar: sesenta
compases con un ciclo de :actividad de ocho a diez se-
gundos. 1En los años cincuenta, dos de los hipnotizado-
res médicos de mayor talento aplicaron esta pauta a
un plan de aprendizaje y aumento de la capacidad crea-
dora inmensamente acelerado, ampliando en el sujeto
la percepción del tiempo. El sistema era eficaz, pero
el sujeto tenía que estar en trance hipnótico profundo.
Sin embargo, los búlgaros parecían obtener resultados
positivos con alumnos en estado de control consciente.
La doctora Bancroft hizo luego una serie de visitas
a centros de sugestología de la URSS y de Hungría, se
entrevistó con especialistas y desertores comunistas re-
lacionados con el método. Obtuvo grabaciones y video-
SS
cintas de clases. Todos los diversos retazos se acoplaban
según un conjunto claramente definido. Más tarde, fuen-
tes superiores confirmaron nuestras conclusiones.
Luego sucedió algo que habría de confundir aún más
a los occidentales. Los búlgaros añadieron un segunda
sesión de concierto o de música. Había, pues, ya una
que se utilizaba durante la enseñanza, además de la
destinada a lograr supermemoria. Este concierto peda-
gógico utilizaba música completamente distinta de com-
positores románticos y se hacía con ella una lectura de
textos teatral y emotiva. Recordaba un poco un progra-
ma comercial de radio con una voz con fondo musical.
Cuando se pidió a los búlgaros una demostración de la
sesión de concierto, éstos ofrecieron el concierto peda-
gógico y no el de la supermemoria (ver Apéndice).
Resultados en Occidente
La doctora Bancroft complementó nuestros materia-
les de investigación con los suyos y publicó numerosos
artículos académicos. Acabó profundamente convencida
de las posibilidades del sistema y publicó un folleto ex-
plicativo, La clase de idiomas Lozanov (ver Apéndice),
distribuido por el Centro de Lingüística Aplicada de Vir-
ginia, que exponía algunos de los elementos clave de la
supermemoria, ocultados durante mucho tiempo. Un
amigo de la doctora Bancroft, el doctor Allyn Prichard,
director entonces del Departamento de Promoción del
Estudiante del Reinhardt College, Waleska, Georgia, fue
uno de los primeros que ensayaron, en 1975, este méto-
do de supermemoria recién estructurado, en clases su-
plementarias de enseñanza de lectura con niños retrasa-
dos y de aprendizaje lento.
~l y Jean Taylor descubrieron en la Escuela elemen-
tal de Huntley Hills, condado de DeKalb, que la clase
inicial de diez alumnos hacía unos progresos espectacu-
lares de casi un año en capacidad de lectura en sólo
unas semanas. El ochenta por ciento de la clase siguien-
te de veinte alumnos ganó un año o más de capacidad
de lectura en menos de doce semanas. Un rendimiento
cuatro veces mayor. Los demás lograron resultados algo
inferiores pero, de todos modos, espectaculares. «Era
lógico que nos sintiésemos muy estimulados», dijeron.
Prichard y Taylor descubrieron que cuanto más rela-
56
jado y tranquilo estuviese un niño durante la sesión
de concierto, mejores resultados obtenía. Muchos de los
alumnos eran hiperactivos y les resultaba dificil relajar-
se. «El dominio de una técnica cualquiera de relajamien-
to es muy probable que se convierta en parte normal de
la experiencia educativa de un niño», decían. Empezaron,
pues, a dedicar una o dos semanas a enseñar a los niños
a relajarse y a serenar la mente. Tres años después los
resultados seguían mejorando de modo constante y se
sentían plenamente optimistas. En 1978 habían logrado
resultados excelentes incluso con los niños más retra-
sados. El aprendizaje rápido funciona también en las
aulas norteamericanas, al parecer.
En 1972, Ray Benítez-Bordón, de la Universidad de
Iowa, y el doctor Donald Schuster, profesor de psico-
logía de la Universidad Estatal de Iowa, empezaron a
interesarse por la supermemoria después de leer Psychic
Discoveries. Decidieron, pues, realizar experimentos de
aprendizaje utilizando un método incompleto.
Después de recibir instrucciones de la doctora Ban-
croft, en el verano de 1975, Benítez-Bordón dirigió dos
clases de español utilizando el método completo. Los
estudiantes aprendieron más de un año entero de espa-
iiol en diez días (cuatro horas al día) ... un rendimiento
siete veces mayor. Los estudiantes estaban encantados
con un método que eliminaba la pesada rutina del apren-
dizaje de un idioma.
Los profesores de lowa estudiaron todos los elemen-
tos del método que la doctora Bancroft había descrito
para averiguar qué era exactamente lo que activaba la
supermemoria. ¿Qué función tenía cada uno de los ele-
mentos? Sus experimentos indicaban que si los estu-
diantes respiraban rítmicamente mientras oían la música
y se les leía material didáctico con una cadencia rítmica,
su capacidad de retención se elevaba en un setenta y
ocho por ciento frente a un aumento de un veinticinco
si no lo hacían. Añadir refuerzos para un aprendizaje
fácil y agradable durante la sesión de música elevaba
aún más el índice de retención.
Tal como dijimos antes, la «desugestión» o terapia de
autoimagen, es una parte muy importante del método
de enseñanza de Lozanov. El proyecto Higher Horizon
One-Hundred, de Hartfort, Connecticut, ha estudiado la
terapia de autoimagen con fines pedagógicos. Se descu-
brió que no sólo modificaba el rendimiento académico
57
de los niños sino que llegaba incluso a elevar su coefi-
ciente intelectual. Las pruebas indicaban, en Iowa, que
la terapia de autoimagen parecía actuar sinergéticamen-
te con la supermemoria, facilitando aun más que una
sesión sólo de supermemoria el proceso de aprendizaje.
Después de la experiencia de Benítez-Bordón y Schus-
ter, Charles Gritton utilizó en el Instituto de Enseñanza
Wilson de Des Moines el superaprendizaje para enseñar
ciencias a alumnos de octavo en una quinta parte del
tiempo habitual. El entusiasmo por el nuevo método
empezó a crecer a pasos agigantados por todo el país.
Fue por entonces cuando investigadores, profesores
y maestros de lowa fundaron la Asociación para el
Aprendizaje y la Enseñanza Sugestivos y Acelerados.
Esta asociación publica un diario y un boletín y da un
curso de formación de profesorado. Ha organizado tam-
bién tres conferencias internacionales sobre aprendizaje
rápido.
La gente de lowa lo mismo que ayudaron a dar con
la clave que abrió el espacio exterior, al descubrir los
cinturones de radiación de Van Allen que rodean la
Tierra (los descubrieron el doctor James Van Allen y
otros colegas de la Universidad de lowa), quizá lleguen
a figurar también con sus investigaciones sobre la ca-
pacidad de la mente humana, entre los primeros descu-
bridores de las claves del espacio interno.
A principios de 1976, Schuster convenció a educado-
res y legisladores del Estado para que financiasen ex-
perimentos a gran escala. Con una donación de cien mil
dólares, se comparó el aprovechamiento, adaptación y
creatividad de 1.200 estudiantes de diferentes escuelas
públicas a quienes dieron clases durante un año veinte
profesores adiestrados por la Asociación de Enseñanza
Sugestiva e Intensiva, con los resultados obtenidos por
otros grupos de control. Schuster califica los datos pre-
liminares de «pruebas científicas significativas».
Aunque algunos de los profesores nunca consiguieron
poner en marcha sus proyectos, entre los que lo hicieron
muchos comprobaron que el rendimiento de sus alum-
nos aumentaba considerablemente. Los estudiantes de
bachiller elemental y superior parecían beneficiarse más
del aprendizaje rápido que los estudiantes de básica.
Charles Gritton era al mismo tiempo profesor de
ciencias y entrenador de lucha libre en el Instituto Woo-
drow Wilson, centro situado en un barrio pobre. «Dabas
58
una buena lección -dice Gritton-, y luego veías que los
chavales no habían oído ni una palabra de lo que habías
dicho. Al final del día, volvías a casa con ganas de pegar-
te un tiro. Porque habías desperdiciado tu tiempo, el
suyo y un montón de energía.»
Los chavales tenían sus propios problemas por los
que preocuparse. «Cuando suena en la calle una sirena
de la policía, hay como media docena de una clase de
cincuenta chicos, que se ponen nerviosos -dice el doc-
tor Schuster-. Si alguien llama a la puerta y entra un
policía, tres críos por lo menos saltan por la ventana.
De vez en cuando no aparecen por clase. "¿Dónde estu-
viste?" .,Bueno, es que estuve unos días en la cárcel"
dicen.»
Gritton, agobiado por el pesimismo, había acabado
resignándose a obtener resultados precarios, y esto sólo
gracias a una disciplina estricta. Cuando Schuster y
Benítez-Bordón le hablaron del aprendizaje rápido, se
mostró sarcástico. «Nadie puede enseñar a los críos cin-
cuenta o cien nuevos términos de ciencias en una se-
mana, y no digamos ya en un día, y sin esfuerzo.»
Sin embargo, hizo un ensayo de aprendizaje rápido.
Al ver que sus alumnos aprendían con más facilidad,
rapidez y eficacia, empezó a disfrutar de nuevo ense-
ñando. «Todos los grupos de estudiantes consiguieron
mejores resultados porque yo me sentía más estimu-
lado a conseguir los máximos frutos.»
En 1977, con un nuevo grupo, los porcentajes medios
de las cuatro clases fueron: 98,5 por ciento, 94,0 por
ciento, 97 ,O por ciento y 100 por cien, con un porcentaje
medio global de 97,5 por ciento. «Con esos resultados,
los estudiantes se sienten mucho más estimulados a tra-
bajar.»
Al parecer, los chicos estaban entusiasmados y orgu-
llosos de aquella capacidad recién descubierta. Para mu-
chos, era lo mejor que habían hecho en su vida. Tenían
una imagen nueva de sí mismos y de su capacidad.
Gritton se convenció de que había algo distinto en el
aprendizaje rápido cuando los chicos a los que echaba
de clase al pasillo por portarse mal no se iban de la es-
cuela sino que se quedaban pegados a la puerta inten-
tando no perderse nada.
«Si la Asociación ayudase sólo a uno, merecería la
pena -dice Gritton-, pero si te encuentras con ciento
59
quince estudiantes que logran una media del 97 por
ciento, enseñar resulta de lo más divertido.»
La emoción de los chicos era contagiosa. Convirtió
a Gritton de pesimista en optimista. El «espejismo» de
que la gente tiene unas posibilidades limitadas se había
desvanecido. Probó las mismas técnicas con su equipo
de lucha y lo preparó para el campeonato de la ciudad.
Gritton valora sobre todo el cumplido de su hija: «Aho-
ra eres una persona mucho más agradable.»
Gritton añadió discos que serenaban el pensamiento
y sonidos ambientales (sonidos suaves de la naturaleza)
para suavizar la tensión y la angustia. Los chicos acu-
dían ahora a él y le decían: «Tengo dolor de cabeza»,
«Tengo un dolor», «¿No podríamos hacer una sesión
para serenarnos?» También a él le es útil, según dice.
Una chica le explicó que las sesiones destinadas a cal-
mar la mente la ayudaban en sus conflictos familiares.
Cuando su madre le gritaba, hacía un ejercicio de res-
piración y se quedaba muy tranquila.
El doctor Lozanov, en un viaje que hizo a Iowa en
1977, visitó allí centros educativos y dijo que le había
gustado mucho el trabajo que se hacía en ellos.
El doctor Owen Caskey, de la Universidad Técnica
de Texas, nos explicó que su éxito inicial con el apren-
dizaje rápido del español les animó a iniciar otros pro-
gramas. Entre ellos un programa de ventaja inicial de
un año para niños de cinco, otro de inglés para vietna-
mitas y uno especial de lectura para alumnos retrasados,
destinado al personal militar.
Los militares están interesados por el aprendizaje
rápido, no sólo por los reclutas que no saben leer, sino
también por el personal que debe aprender los muchos
datos técnicos que hacen falta para manejar el equipo
militar moderno. Aunque nos sorprendiese un poco, des-
de el momento en que aparecieron en el país informes
sobre el método, profesores y particulares aparte, los
más entusiasmados por la posibilidad de abrir la su-
permemoria eran los altos mandos militares. Como sus
colegas de la Unión Soviética, parecieron darse cuenta
de modo más inmediato de lo que podían significar la
supermemoria y el aprendizaje rápido a gran escala.
En la Costa Oeste, Charles Schmid estudió las ins-
trucciones para el superaprendizaje de la doctora Ban-
croft. Schmid, de cincuenta y un años, había sido pro-
fesor en la Universidad de Nueva York y en la Univer-
60.
sidad de Texas, Austin. Abandonó la enseñanza, dice, por
que estaba harto de métodos didácticos ineficaces. En
California estudió el movimiento de potencial humano.
Se le ocurrió la idea de combinar las técnicas de Loza-
nov con métodos gestálticos y de incremento de la con-
ciencia. Tenía formación musical y amplió las ideas de
Lozanov respecto a la música. Preparó programas de
idiomas para adultos incorporando todas sus nuevas
ideas. Schmid y Juanita Netoff-Ushtch fundaron un cen-
tro en San Francisco, Language in New Dimensions, que
enseña francés y español con la adaptación que hizo
Schmid de las ideas de Lozanov. Schmid afirma que ha
obtenido unos resultados excelentes.
Un director del programa, que se había limitado a
estar presente en los cursos, descubrió una noche en
un restaurante español que, sin darse cuenta, había ha-
blado con el camarero y le había pedido la cena en es-
pañol. Al parecer, había aprendido el idioma sin esfuer-
zo. También trabaja en San Francisco, Ivan Barzakov,
el búlgaro que colaboró en las escuelas de Lozanov. Se
ha hablado mucho en bulgaria del yoga y de la necesidad
de un control correcto, físico y mental. Barzakov insiste
en su importancia en el superaprendizaje. En el caso de
Barzakov, esta insistencia le llevó a una hazaña impre-
visible.
Estando de vacaciones en una playa yugoslava, Bar-
zakov decidió de pronto nadar hacia la libertad. «Metí
el pasaporte y la foto de mi padre en una bolsa de
plástico, metí la bolsa en el bañador y me eché a nadar.»
Nadó unos doce kilómetros, escapando por muy poco a
los focos de la patrulla fronteriza yugoslava. Llegó al
fin a la costa de Italia, pidió su equipaje y salió para
América. En su cuartel general de la Calle Market, ha
pasado a enseñar su propia versión de la sugestopedia:
Barzak Education.
Según la doctora Bancroft, una de las mejores adap-
taciones que ha visto hasta la fecha del método de Lo-
zanov es la que hace en el Liceo Voltaire de París Jean
Cureau para enseñar inglés de bachiller. Cureau, pro-
fesor bien conocido en Francia, ha combinado algunos
de los sistemas de enseñanza descritos en la Sección II
de este libro (autogenia, sofrología, etc.) con elemen-
tos de la técnica búlgara. Se adiestra primero a los
alumnos en métodos de relajamiento para aumentar la
precisión auditiva, para estimular la concentración y
61
para armonizar más al grupo. Se dan además suge-
rencias positivas para un mejor aprendizaje. Cureau
lee luego los textos de inglés con un fondo de movimien-
tos lentos barrocos. La doctora Bancroft presenció las
clases. «Los alumnos pueden recitar las frases nuevas
espontáneamente después de haberlas leído él.» Debido
al adiestramiento en la concentración, Cureau informa
que los estudiantes aprenden inglés con un acento ex-
celente.
Mientras se eludían en el extranjero los problemas
políticos, empezaban otros dentro del país. La doctora
Bancroft, con su trabajo cuidadoso, audaz y casi ince-
sante durante cinco años, fue un elemento básico en la
tarea de proporcionar a los occidentales un medio para
desarrollar su capacidad de supermemoria y de apren-
dizaje rápido. La doctora Bancroft asesoró personal-
mente a centenares de personas que nos habían escrito
preguntándonos sobre los resultados del sistema búl-
garo. Provista de sus conocimientos académicos y, afor-
tunadamente, de un profundo sentido del humor, logró
abrirse camino durante los veranos a través del labe-
rinto de la política comunista y se dedicó durante el
resto del año a defender el método ante otros académi-
cos a escala internacional. Tuvo por fin que enfrentarse
con una situación capaz de poner a prueba el sentido
de lo absurdo de cualquiera. La planteaba su propio
gobierno.
Por una u otra razón, los instrumentos nuevos que
aumentan la capacidad humana suelen provocar una
reacción muy peculiar en algunos de los especialistas
consagrados. nstos abrazan apasionadamente el nuevo
sistema y acaban matándolo por asfixia. Por ejemplo,
cuando se introdujo en Norteamérica el aprendizaje en
el sueño, los especialistas se apresuraron a ensayarlo.
Muchos ni siquiera se molestaron en descubrir cómo
operaba. Omitieron la emisión rítmica del material en
la fase esencial de duermevela, el adiestramiento en las
técnicas de relajación, las repeticiones prescritas. Se
dedicaron a emitir los cursos de noche, eón altavoces,
mientras la gente dormía, o lo intentaba, en los dormi-
torios. Luego examinaron a los agotados estudiantes.
No habían aprendido nada. Los especialistas proclama-
ron que la enseñanza en el sueño no funcionaba. La
sugestopedia empezó a deslizarse por la misma pen-
diente.
62
Varios individuos y grupos crearon programas pro-
pios que sólo por casualidad tenían algo que ver con
la sugestopedia, y los etiquetaron como «método Lo-
zanov» y empezaron a comercializarlo. Parecía que iba
a surgir en cada esquina una especie de quiosco de
aprendizaje rápido. Luego, el gobierno canadiense ini-
ció una operación a gran escala.
Tras saber de la sugestopedia por nuestro informe
de 1971, el gobierno canadiense decidió probarla en los
programas bilingües de francés de los funcionarios pú-
blicos. En 1972, llegó a Soña el primer equipo cana-
diénse al que se permitía entrar en Bulgaria para un
curso de adiestramiento, «sin saber prácticamente nada
de sugestología», según escribieron. Por desgracia, por
razones políticas o de otro género, volvieron igual que
habían ido. Ignorando, al parecer, el funcionamiento de
las versiones occidentales eficaces, fabricaron un insó-
lito engendro y le llamaron sugestopedia.
Eliminaron elementos de la supermemoria como el
estado alterado de conciencia, la música precisa, la res-
piración regularizada y prescrita y el ritmo, por citar
sólo unos pocos. Utilizaron a algunos instructores que
no sabían nada de la enseñanza de idioqias, clases sin
programar, cursos defectuosos. Tras varios años de
pruebas, no se dio ni un solo caso de supermemoria.
Según los informes en los exámenes de francés hubo
gran número de suspensos. Los profesores desertaron
y hubo protestas de muchos estudiantes.
El director, Gabriel Racle, no se amilanó ni mucho
menos y recorrió los Estados Unidos y luego muchos
otros países, dando una conferencia tras otra y predi-
cando en todas las virtudes de su versión de la suges-
topedia. En Francia y en México, en Suecia y en Sene-
gal, insistió en que los demás (los que obtenían un
rendimiento siete veces mayor) seguían un camino «equi-
vocado». Y hubo empresas norteamericanas y canadien-
ses y educadores universitarios que pensaron que el
gobierno, después de gastar millones en la sugestopedia,
tenía que saber lo que era. Siguieron la misma vía con
resultados similares. Creyeron que habían ensayado la
verdadera sugestopedia y que no funcionaba, la deja-
ron de lado. El fracaso del gobierno apartó a muchos
americanos del aprendizaje rápido.
Después de probar por los canales normales, sin nin-
gún resultado, la doctora Bancroft acabó haciendo pú-
63
blicas sus protestas en la Montreal Gazette. El manejo
absurdo y disparatado de la sugestopedia que durante
años había hecho el gobierno canadiense, afirmaba la
doctora Bancroft, había impedido a muchos occidenta-
le~ beneficiarse de su inmenso potencial. «Es un método
de posibilidades tan asombrosas que no podemos per-
mitir tranquilamente que un puñado de burócratas ne-
cios e ignorantes nos impidan aprovecharlas. La suges-
topedia es la corriente del futuro, y la necesitamos ya ... »
Ese ya se hace patente para todos. Hombres de ne-
gocios, profesores, y público en general usan ya técni-
cas eficaces para alcanzar supermemoria y aprender
con extraordinaria rapidez. Muchas personas se han
lanzado a hacerlo de modo personal y autodidacta. En
California, por ejemplo, hay informes de estudiantes
que han pasado de una media C a una media A utilizan-
do el método para hacer los deberes, y un científico
japonés nos escribió: «Aprendí inglés en siete días,
francés en quince.»
Los doctores Bancroft e Irwin, de la Universidad de
Toronto, lograron «resultados notablemente superiores»
con estudiantes de griego, limitándose a poner cintas
grabadas del curso de griego, leídas en pautas rítmicas,
con un fondo de movimientos lentos de música barroca.
Estudiantes de la Marina que utilizaban aprendizaje
acelerado, aprendieron en 1977, en la universidad esta-
tal de Iowa en la mitad del tiempo, los cursos de Sis-
temas de Armas Navales, que tienen fama de ser te-
diosos y mortalmente aburridos. E. E. Peterson informa
que los estudiantes «habían aprendido el arte de Apren-
der» con esta técnica.
Una importante empresa, Canadian Pacific, reveló
con gran entusiasmo, a principios de 1969, que sus em-
pleados habían aprendido francés en menos de la mitad
del tiempo normal con un programa organizado con el
asesoramiento de la doctora Bancroft y de Charles
Schmid.
El cuadro del final del capítulo indica dónde han
tenido lugar algunos de los cursos más recientes. Ha
habido también numerosas conferencias sobre aprendi-
zaje acelerado en California, Iowa, Washington, Otta-
wa; y habló en varias de ellas el doctor Lozanov.
El gobierno búlgaro concedió la representación co-
mercial del método a una empresa de Washington, D.C.,
Mankind Research, Unlimited, Inc. El presidente de esta
64
empresa, la MRU, doctor Carl Schleicher, cree que en
los próximos años, «se producirá una verdadera revo-
lución en nuestros métodos de enseñanza, que han per-
manecido inalterables, a todos los efectos, desde que
el hombre empezó a comunicar sus primeras palabras».
El doctor Schleicher es uno de los norteamericanos
que mejor conocen la ciencia comunista y también la
política comunista. Ha conseguido traer muchas inno-
vaciones y descubrimientos de los países del bloqueo
soviético a Occidente, y trabajó infatigablemente para
adaptarlas aquí en nuestro beneficio. El Instituto de
Enseñanza Lozanov, creado por su empresa, tiene su
sede en Silver Springs, Maryland (ver Apéndice). Se
dan en él cursos de idiomas y de formación de ins-
tructores. Siguen realizándose investigaciones y están
preparando cursos sobre otras materias. La empresa
del doctor Schleicher alquila, además, los derechos de
uso del sistema búlgaro, Se han cedido algunos y están
·previstos otros en diversas partes del país. Como es
lógico, desde que el gobierno búlgaro estableció este
acuerdo comercial, el doctor Lozanov procura trabajar
con ese grupo.
El primer centro de sugestopedia de Europa occi-
dental es el Ludwig Boltzmann Institut für Lernfors-
chung, centro especializado en educación elemental de
Viena.
En este libro, para adaptar las técnicas del super-
aprendizaje al uso personal y privado, nos hemos cen-
trado en la sesión de supermemoria más que en un
método global de enseñanza, que exige un manual pro-
pio (ver Apéndice). Como en la enseñanza en el sueño,
uno puede aprend~r por su cuenta con cintas grabadas.
Se _pueden hace. r. p.rº.·gI"?Jll··· .• as m:·opi~_.P-ª.r.ª. .. asimilar _cmu.-
qwer tntbrmud<5n_gue uno ~~ u.¡iuzane10 1as· tecni~
~-~~~º gu~ ag,mse e?C¡,onen, loWG. im estatfo
e~p~c1. ~1 •..cfc...e. r.lb:IkQs. ll!ente·/·. cu.. e~
.. o. nt.1ffl.··. ifos······· Lueg.o,
º..
· · rttTe..
~.
el.... d
~. . 1.vidu. o _p.ue
.. de..... esclfctiar}.ia c1n.:..,.1:a. .~.·.·".º.•Jt·aa·
am1gp que fea el matenal al com~as de. li~ must~a. .a & un
De momento, los sistemas de aprendizaje raplclo de
material práctico se presentan en varias formas. Aun-
que se discute mucho aún cuál sea la «vía auténtica»,
es probable que sean varios los sistemas de este tipo
que funcionen en un grado u otro. Para el programa
de superaprendizaje personal «hágalo usted mismo» de
este libro, hemos utilizado tres fuentes. Recurrimos a
65
las mismas fuentes básicas en que bebió Lozanov (como
el raja yoga) y también a otras que él no menciona.
Hemos aprovechado el trabajo sumamente fecundo y
original del propio Lozanov. Hemos procurado aprové-
char, por último, la experiencia de los que han logrado
resultados positivos con el aprendizaje rápido en Nor-
teamérica. En los casos en que hay varias formas de
estructurar los elementos del superaprendizaje, hemos
escogido los más simples, una vez comprobada su efi-
cacia.
Las técnicas de la supermemoria pueden ayudar a
los alumnos de bachiller, a los universitarios y a los de
la escuela elemental a asimilar con facilidad y eficacia Ja
información que han de aprender. También en la for-
mación de profesionales, tanto en derecho como en in-
geniería y medicina, puede el superaprendizaje reducir
la carga de la memorización. Puede ayudar a cualquiera
a aprender información práctica. En una perspectiva
más amplia, si los sistemas de supermemoria siguen
demostrando su eficacia, podrían ayudarnos de nume-
rosas formas. Podrían ayudar a muchos individuos sin
formación intelectual a alcanzar el nivel adecuado en un
año o dos, en vez de en media década. Podría superarse
el enfoque «fábrica de datos» de la educación, dejando
más tiempo a los individuos para que aprendan lo que
pueden hacer con esos datos.
Podría ayudar también a modificar drásticamente la
situación que indican estos titulares, cada vez más fre-
cuentes: «Las notas de los exámenes de acceso a la
universidad descienden al nivel más bajo conocido»;
«Los bachilleres de Florida son incapaces de resolver
simples problemas aritméticos»; «El cuarenta y seis por
ciento de los alumnos de primer curso suspenden el
inglés en tres universidades canadienses».
El aprendizaje rápido podría aliviar la situación de
desempleo facilitando y dando agilidad a la readapta-
ción a otros trabajos y dando a los individuos una pers-
pectiva de futuro. Como han comprendido ya algunas
empresas, podría dar excelentes resultados en la forma-
ción del personal. Las personas de edad, podrían pasar
enseguida a nuevos campos, y los individuos superes-
pecializados podrían equilibrar la deformación que en-
traña la enseñanza excesivamente especializada. Las mu-
jeres que desean reanudar una carrera después de criar
a sus hijos, podrían ponerse al día con más rapidez.
66
Marilyn Ferguson, autora de The Brain Revolution
(La revolución del cerebro) y fundadora del Brain/Mind
Bulletin (Boletín Cerebro/Mente) dice: «Los éxitos de
la sugestología o la sugestopedia pueden parecer una
exageración, pero entran dentro del terreno de lo po-
sible e incluso de lo probable, considerando los descu-
brimientos que han logrado hacer los investigadores
sobre la capacidad del cerebro humano.» Los aspectos
fluidos, libertadores y creadores de los estados altera-
dos de conciencia pueden incorporarse a la conciencia
normal, según ella. Es «nuestro ábrete sésamo a una
vida infinitamente más rica de lo que creíamos posible».
67
4
¿POR aue ES POSIBLE EL SUPERAPRENDIZAJE?
Muchos occidentales se preguntaban desconcertados, al
oír hablar por primera vez del método de la superme-
moria, cómo podía ser tal cosa. Probaban a poner mú-
sica, a sentarse en asientos cómodos y escuchar cin-
tas de idiomas ... y no pasaba nada. Era difícil lograr
un aprendizaje instantáneo. ¿Cómo aprender a recordar
lo percibido? se preguntaba la gente.
Los dos secretos 1.básicos .son: ~~..de relajami~n-
to. f rilmo. ~omzado, Cuando te acomodas en tu
asiento y asimilas la información estás en el centro de
Wl conjunto suavemente orquestado. Sin embargo, Lo-
zanov y otros sintetizaron elementos de campos suma-
mente distintos. Fue esta diversidad lo que llevó a
algunos especialistas a intentar descubrir, casi frenética-
mente, cómo opera esta técnica del superaprendizaje.
Fue lo que empezó a fascinar a los no especialistas. Un
vistazo a los componentes «activos» diferenciados, su
origen y sus implicaciones puede proporcionarnos algu-
nas ideas nuevas de cómo opera el individuo y cómo
opera el mundo... o quizá la palabra sea latir, cómo
laten.
Concentración relajada
El superaprendizaje es un método de educación holís-
tico; procura que cuerpo y mente, ambos, operen en
armonía. Se basa en la idea de que la mente puede
68
aprender con más rapidez y facilidad si el cuerpo fun-
ciona a ritmo más eficiente.
Los fisiólogos descubrieron, hace ya años, que si_ el
indJviduo reJajab~ la tensión musculax: _p<>día recordar
me1Qf fo que llab1a estudiado. $i pudiesemos ache_strar
eL corazón cte modo _g_ue !atiese más despacio mje.qtras
pensamos,. et trabajo mental ~ería pmcño I)las fácil.
La doctora Barbara Brown d'íce en New Mind, New
Body (Nueva mente, nuevo cuerpo): «Con un ritmo car-
díaC<? má$. lento. aumenta la capaci.druLmen:tal _cte_:fID"-
má nota'!J.Je.»
m --ritmo cardíaco más lento da al corazón, literal-
mente, unas «vacaciones». El corazón suele latir de se-
tenta a ochenta veces por minuto. Los especialistas
creen que si pui:l.~e.mcs_
.. . _aw:o,timar1;1os_;µiás. al orome-
dio de fas ~.ema,_ laJ:idos por .nriimio e~4\ií~o§ más
s@o~. i teJ1_dríamQs. ,mav9r,. <::.~ac;idad.. ~~- Se co-
nocen muchas claves biológicas para un mejor aprendi-
zaje, pero no se aplican. (Ver pág. 314.)
El doctor Lozanov descubrió algo más sobre la re-
lación mente/cuerpo durante los años en que estudió
a sujetos de capacidad supranormal, yoguis con super-
memoria e individuos capaces de hacer cálculos mate-
máticos instantáneos. Los instrumentos indicaban que
en el momento en que esos individuos realizaban haza-
ñas mentales prodigiosas su organismo se hallaba en
estado de reposo, las ondas cerebrales tenían un ritmo
alfa relajado (de siete a catorce ciclos por segundo).
Ni se esforzaban, ni forzaban a la mente a actuar. Todo
sucedía sin esfuerzo. Parecía suceder, en realidad, por-
que no había esfuerzo, ni físico ni mental.
A Lozanov esto le pareció paradójico. El relajamiento
iba acompañado de un intenso trabajo mental. Suele
admitirse que cuando una persona realiza un trabajo
mental pesado, aumenta el pulso y la presión sanguí-
nea y las ondas cerebrales se aceleran hasta el nivel
beta (de catorce ciclos por segundo en adelante).
Hay muchos métodos conocidos de relajamiento y
meditación que pueden eliminar la tensión y poner el
cuerpo en estado de relajamiento. ¿Podría haber un
medio de situar en este estado de relajamiento al cuer-
po ~e~tras que, al mismo tiempo, el cerebro resolvía
rapulls1mamente problemas matemáticos o aprendía
idiomas? Si se podía mantener el motor del cuerpo en
69
reposo en vez de acelerado, mientras actuaba la mente,
quizá pudiese ésta trabajar al máximo.
Tras muchos experimentos en su laboratorio de fi-
siología, llegó Lozanov a la conclusión de que no bas-
taba con el relajamiento físico. Si todo consistiese en el
relajamiento, los que se pasan las primeras clases de la
manana medio dormidos obtendrían unos resultados
asombrosos. Por otra parte, los que están profunda-
mente relajados nó pueden concentrarse mucho; y sin
concentración, la capacidad de aprendizaje y retención
disminuyen de forma notable. Pero luego, en cuanto la
gente intenta concentrarse, desaparece el relajamiento
y welve la tensión.
Basándose en teorías yoguis sobre música y en in-
vestigaciones psicoacústicas, el doctor Lozanov dio con
una clave importante. Descubrió que un tipo muy con-
creto de música, de ritmo muy concreto, puede inducir
un estado de relajamiento corporal ... pero con una di-
ferencia de máxima importancia. El rel$miento in-
ducjdo PQr la música deja Ja menfe ale_rta y _con ca-
pac:u:ta<I_ t;>a.r.a col3-.celltnu:se.
A dllerencia de otras formas de meditación, lo úni-
co que hacía falta era poner música. No había que estar
pendiente de la «meditación», y se podía centrar el pen-
samiento en la información prescrita. Los fisiólogos des-
cubrieron que los ritmos del cuerpo, el latido ~cardíaco,
las o:Qdas .. cer~br~, et~.~... tiende1¡ a . sihcronizarse al
~om-e,as de. Ja mµs4:a. Lozanov utmzó música ciasica,
de ntmo muy lento, majestuoso y sereno. Los ritmos
corporales de los estudiantes se adaptaron a esta ca-
dencia lenta, relajándose hasta un ritmo más eficaz y
saludable.
Durante estas sesiones de concierto, se controló a los
individuos con instrumentos fisiológicos. Los resulta-
dos fueron asombrosos. Las pautas eran las mismas que
habían detectado los investigadores norteamericanos
Wallace y Benson en cuanto a la meditación. Los lati-
dos cardíacos ralentizaban hasta por lo menos una me-
dia de cinco latidos por minuto. La presión sanguínea
descendía ligeramente. Las ondas cerebrales indicaban
una disminución de ondas beta; las ondas cerebrales
descendían hasta el ritmo alfa. (Las ondas lentas zeta
y delta tendían a disminuir, indicando que este estado
de relajación no era simple somnolencia; véase el cua~
dro que va al final de este mismo capítulo.) Pero había
70
una diferencia de importancia básica. Al mismo tiempo
que se relajaba, el individuo era capaz de realizar un
trabajo mental agotador. Los sujetos habían llegado a
aprender en un día mucho más de lo que habría sido
posible en un curso intensivo de idiomas, duro y fa-
tigoso.
Lozanov había dado realmente con un medio de que
pudiésemos conservar el pastel y además comérnoslo.
Podemos relajarnos y estar alerta mentalmente al mis-
mo tiempo.
-¡Era una paradoja! -dice.
«Trabajo intensivo (supermemoria) --+ reposo.»
Parece ser, pues, que no hay necesidad de dormirse,
que no hace falta trance hipnótico para conectar con
dimensiones suplementarias de nosotros mismos y para
aprender y memorizar en cuantía muy superior a la
normal. Podemos conseguirlo despiertos y con plena
conciencia si nos situamos en un medio musical ade-
cuado. Era algo que no podían lograr otros métodos
de aprendizaje rápido.
Esta agradable sensación de alerta relajada que pro-
picia la música es una de las causas de que la mente
empiece a iluminarse y latir con el nuevo poder del su-
peraprendizaje. El cuerpo utiliza sus energías con ma-
yor eficacia. Eso ayuda también a ~plicar el fenómeno
aparentemente insólito, de que los estudiantes se curen
de una serie de trastornos y problemas de salud con
uno de estos cursos de aprendizaje de idiomas. En rea-
lidad, el fenómeno nada tiene de sorprendente, pues
tales virtudes curativas son similares a las de muchos
cursos de meditación y relajamiento.
Lozanov no es, ni mucho menos, el primer médico
que ha utilizado técnicas de relajamiento. Tampoco es
el primer médico con buenos conocimientos de hipno-
sis que decidió buscar un medio para que los individuos
obtuviesen algunos de los beneficios de la hipnosis sin
tener que ceder el control de su propia mente. El mé-
dico alemán Johannes H. Schultz se embarcó en la mis-
ma empresa. En la década de los treinta, elaboró el
Método de Aprendizaje Autogénico, un sistema que per-
mitía un autocontrol extraordinario del cuerpo y de la
mente, muy utilizado en Europa, primero en medicina
y actualmente en los deportes (ver sección II). El doc-
tor Schult2 descubrió que el verdadero relajamiento es
un estado de conciencia ampliada, muy distinto de la
71
«Visión en túnel» de la hipnosis. Lozanov opina exacta-
mente igual, basándose en sus propios trabajos.
En las sesiones musicales, el nivel de relajamiento
varía según los individuos. Eso explica, según Lozanov,
la diversidad de material memorizado por unos y otros.
Prichard y Taylor, investigadores del estado de Geor-
gia, comprobaron que esto era cierto. Cuanto -mejor se
relajaba el estudiante, mejores eran los resultados.
En principio, se sometió a los estudiantes de Loza-
nov en Bulgaria a cuatro días de adiestramiento preli-
minar en técnicas de relajamiento. En Moscú, se adies-
tró a los estudiantes a relajarse con autogenia (ver
pág. 170}. Ahora Lozanov no considera imprescindible
el adiestramiento con estas técnicas ... y quizá no lo sea
en la apacible Bulgaria. Sin embargo, la mayoría de
los usuarios de las técnicas de superaprendizaje de Eu-
ropa; la URSS y Norteamérica que mayor éxito han
obtenido, consideran esencial el relajamiento.
Los norteamericanos que utilizaron el aprendizaje
rápido, se encontraron con que en su medio hipertenso
y agobiante hacían falta de una semana a diez días de
prácticas con técnicas de relajamiento para conseguir
relajarse de veras y beneficiarse de la música.
El relajamiento no es, para la mayoría de los nor-
teamericanos, una reacción automática sino una habili-
dad. Una vez aprendida la técnica, es fácil de lograr y
es un don para toda la vida. Pero si el individuo no
sabe relajarse, aunque oiga la orden de «¡relájate!» no
lo conseguirá. En consecuencia, incluimos una descrip-
ción de la técnica de relajamiento (ver pág. 103).
El ritmo de la memoria
El yogui Rrunacllaraka destila para nosotros la esen-
cia misma de los principios del yoga en The Science of
Breath (La ciencia de la respiración). El rit¡no, dice,
«sitúa todo el l!istema, incluido el cerebro, bajo un con-
trol petf'ecto ·y en perfecta armonía, y se logran así las
condiciones más perfectas para d.esple~;r... facultades
latente&».
El doctor Lozanov estudió el ritmo y su relación
con el aprendizaje. Si el material didáctico se transmi-
tía en intervalos rápidos de un segundo, los sujetos
aprendían sólo un veinte por ciento, más o menos, de
72
él. Con intervalos de cinco segundos, retenían un trein-
ta por ciento, aproximadamente. Con un intervalo de
diez segundos entre cada fragmento, el volumen de ma-
terial memorizado llegaba ya al cuarenta por ciento.
Esto significaba que si intentabas memorizar una
lista de palabras desconocidas, por ejemplo, y oías una
palabra nueva más o menos cada diez segundos, recor-
dabas más que si oías las palabras a un ritmo más rá-
pido.
Un r.itmo .continuo y monótonQ µe unos diez segqn-
dos acllir14,ál parecer; l.¡.. caJ?~cida4, IDentafde recóraár.
conocemos los ritmos cardíacos, pero, ¿que es stt:J..•
el ritmo de la memoria? Años antes, investigadores so-
viéticos del cerebro e investigadores del aprendizaje en
el sueño, arrojaron cierta luz sobre este curioso miste-
rio. Tras muchas investigaciones, descubrieron que una
pausa entre las unidades de datos concedía a las cé-
lulas cerebrales la posibilidad de descansar un momen-
to, de modo que tuviesen mayor capacidad para regis-
trar la siguiente información. La exposición de datos
a gran velocidad parecía obstaculizar la capacidad cere-
bral de retención. Investigadores soviéticos de la ense-
ñanza en el sueño, dividieron también su material en
fragmentos, estructurándolos con pausas.
La coordinación es básica, dicen; y en superapren-
dizaje, el ritmo demostraba ser, cada vez más, un in-
grediente «vitab.
Los búlgaros empezaron recitando los elementos cla-
ve que había que memorizar cada ocho segundos. ¿Por
qué no diez? Quizá porque querían, también, seguir el
ritmo de la música, que no se escribe, generalmente, a
un compás de «cinco por diez».
Los norteamericanos que utilizaron el sistema descu-
brieron que ampliaban la memoria subrayando elemen-
tos clave cada ocho segundos y cada doce.
El método de Lozanov tiene ltlgunas concomitancias
con los métodos para acelerar el aprendizaje y la crea-
tividad por medio de la ampliación del sentido del tiem-
po, que se iniciaron en Norteamérica. En la década de
1950, dos médicos, Lin Cooper y Milton Erikson, pres-
tigiosa autoridad en hipnosis, estudiaron un enfoque
rítmico idéntico. Pusieron un metrónomo a sesenta com-
pases por minuto y utilizaron ciclos de actividad de
diez segundos. El compás aminoraba, al parecer, los
ritmos mente/cuerpo. Oyendo el tictac del metrónomo,
73
los sujetos hipnotizados percibían subjetivamente los
compases como más lentos que el tiempo del reloj.
Para ellos se ampliaba, literalmente, el tiempo. Una
mujer, por ejemplo, fue capaz de diseñar un vestido
en unos segundos. El hipnotizador la indujo a esta
hazaña diciéndole que tenía una hora entera a su dispo-
sición. Y ella, subjetivamente, pensaba de veras que dis-
ponía de todo ese tiempo. Estaba, en cierto modo, fue-
ra del tiempo. Esto la liberaba de la sugestión de que
se tardaba varios minutos e incluso horas en concluir
una tarea así. Liberada, pudo actuar con capacidad su-
pranormal, como los que calculan operaciones mate-
máticas instantáneamente. La aportación de Lozanov
fue utilizar esos métodos rítmicos en estado de vigilia.
Entonación
Lozanov descubrió que el ritmo ayuda a memorizar.
Pero entonces surgió otro abstáculo en su búsqueda de
la supermemoria. La monotonía de la repetición rítmi-
ca distraía al sujeto. La repetición ayudaba a la memo-
ria, pero la obstaculizaba al mismo tiempo. Lozanov y
sus colegas resolvieron este problema utilizando__tres
ent9qaci.one~ gis.tintas con el material que se recitaba
rlfmicamente:
1) normal (de_eJ.w:atiYo)
2) cuchicheo suave (tono tranquilo,.ambiguo y eqµí-
yoco)
3) fuerte, voz imperativa (tono dominante)
La entonación de voz utilizada para cada frase no
tiene relación alguna con el significado de las palabras,
y el elemento «sorpresa» de las extrañas combinaciones
de tono y contenido ayuda a romper la monotonía del
ritmo constante. Las entonaciones pueden tener tam-
bién un efecto psicoterapéutico.
75
derno, la idea de aumentar la concentración respirando
al ritmo de palabras cantadas o recitadas se encuentra
en varias grandes culturas, en la tradición musulmana,
por nombrar una. Probablemente hayamos captado la
misma idea básica, pero a nivel de la era espacial. La
ciencia moderna de la información tiene una ley que
dice que a través de un medio suave puede transmitirse
más mformación. El doctor Win Wenger se pregunta
si no será ése el secreto de los ritmos sincronizados del
superaprendizaje. Quizá los ritmos sincronizados per-
mitan transmitir la información con una insólita sua-
vidad.
El doctor Hideo Seki, especialista japonés en teoría
de la comunicación, que ha practicado por su cuenta
el superaprendizaje, nos dijo que cree que los diversos
elementos sincronizados amortiguan corrientes de «rui-
do psicológico» en el cerebro, mejorando así la relación
señal/ruido.
El doctor Lozanov estudió la respiración con otro
enfoque y descubrió algo que también habían descu-
bierto los norteamericanos. En los laboratorios búlga-
ros descubrieron que ciertos ejercicios respiratorios
permitían controlar funciones corporales y reducir el
pulso a voluntad.
El psicofísico Jack Schwarz ha sido ampliamente es-
tudiado en los laboratorios de fisiología norteamerica-
nos para desentrañar el secreto de su control volunta-
rio de la mente, el cuerpo y el dolor. Según afirma él,
después de determinados ejercicios respiratorios, los
instrumentos indicaban que las ondas cerebrales y la
actividad ~uscular en pecho y abdomen se sincroniza-
ban. «Cabeza y cuerpo quedan alineados, armonizados»,
afirma en su libro Voluntary Controls.
Quizá pudiéramos añadir otro tipo de contaminación
a la lista actual: «La contaminación rítmica». Con todo
el barullo y el agobio que nos rodean, parece ser que
tenemos desincronizados los ritmos de la mente y el
cuerpo, lo que dificulta el aprendizaje y resta eficacia.
Respirar según una pauta rítmica concreta puede ser
uno de los medios más fáciles de ampliar la conciencia
interior, así como de armonizar y relajar el cuerpo.
«Descubrimos que el ritmo respiratorio ejercía un tre-
mendo influjo en los estados de conciencia», informa
Schwarz.
Aparte de los efectos sincronizadores de la respira-
76
ción, y de un mejor suministro de oxígeno, puede que
haya otro aspecto de la respiración de gran importan-
cia para la supermemoria (ver pág. 84).
77
«Las variaciones Goldberg», en honor del servicial cla-
vicordista.
El doctor Lozanov preguntó en lowa, en 1977, a un
público de educadores lo siguiente: «¿Creen ustedes
que los grandes compositores, filósofos y poetas del
pasado conocían el yoga? ¿Que sabían del relajamiento,
de influencias distintas?»
Luego sonrió y contestó su propia pregunta. «¡Pues
claro! ¿Por qué no?»
Bueno, quizá no exactamente yoga. Según el punto
de vista de Lozanov, muchos grandes compositores, es-
critores, y filósofos del pasado tuvieron acceso, a tra- ·
vés de las tradiciones esotéricas µ.eL ~ e , a la
misma sabiduría antigua cíe la que también nace el
yoga. .
Lozanov estudió en su laboratorio la música que es-
cribió Bach para el Conde Kayserling, «Las variaciones
Goldberg» y descubrió que el aria con la que empieza
y termina, podía provocar, en concreto, un estado me-
dítativo con varios efectos físicos beneficiosos, pues
aminoraba el ritmo de los procesos orgánicos.
Se descubrió también que otras piezas de otros com-
positores del siglo XVI al XVIII, escritas en la misma
tradición musical, causan efectos similares. Según la
historia de la música, Bach se proponía con gran parte
de su obra influir en el pensamiento. Lozanov y sus
colegas advirtieron que con esta música se relajaba el
cuerpo y la mente se mantenía alerta.
La idea de que la música puede afectar al cuerpo
y a la mente no es nueva, desde luego. Hace siglos que
se duerme a los niños cantándoles nanas. Hace siglos
que la gente canta canciones marineras y de recolección
para facilitar el trabajo. Las gentes, desde Asia al Orien-
te Medio y a Sudamérica, llevan siglos utilizando mú-
sica para alcanzar estados especiales de conciencia.
La clave era descubrir con exactitud el tipo justo de
música que causaba concretamente el efecto buscado.
La música de ciertos compositores de los siglos XVI
al XVIII (Bach, Vivaldi, Telemann, Corelli, Haendel) es
la que suele denominarse música barroca. Los labora-
torios analizaron, en concreto, los movimientos lentos
(o largos) de los conciertos barrocos. (Cada concierto
tiene movimientos distintos que deben tocarse a dife-
rentes velocidades.)
En los movimientos lentos descubrimos de nuevo
78
ese ritmo familiar, y poderoso al parecer: s:senta cqIU•
pases :cm- mm11to. Esta música barroca suele tener un
bajo niuy lento, que late como un pulso humano lento.
Cuando escuchas, también tu cuerpo escucha y tiende
a seguir el ritmo.
El cuerpo se relaja y la mente se pone alerta en esta
forma de relajación, que es la más sencilla de todas.
No tienes que decirle a un músculo que se relaje, no
tienes que concentrarte y tampoco tienes que repetir
un mantra. Basta sincronizar con la música. Mientras
&.ue~ la música. 9e HaendeL ~ a. ma.riife.stuse
los, beneficios d$ Tu_ meditación simple.
El minuto sigue teniendo,. por supuesto, sesenta se-
gundos ... y quizás esto tenga más sentido que el de una
divisióDc .¡u-"b,itraria del tiempo. El psicólogo soviético
Y. K. Platonoy descubrió que un metrónomo puesto a
un compa~ tte sesenta afectaba ya al ser humano. La
mente se aferraba con más fuerza de lo habitual a lo
que se decía acompañando a esa cadencia.
Los estudiantes búlgaros hicieron cursos sin música
alguna, sólo con material recitado rítmicamente. Apren-
dían pero se quejaban también enseguida de cansancio,
tensión y angustia. ,.
Así pues, el efecto general de la música en el super-
aprendizaje es el efe un ,,m.a~ate' smrtro», al eliminar
la tensión del trabajo mental' iñTeriso-:-ui música ayuda
a centrar la atención hacia dentro, en vez de hacia fue-
ra. Se produce un estado de ensueño muy plácido de-
bido al carácter sumamente estructurado de la música.
El alumno se mantiene a lo largo del concierto con un
control completo, superalerta, lúcido y consciente de
todo lo que pasa ... incluso de cambios minúsculos en
el material recitado.
La música que se usa en el superaprendizaje es un
elemento muy importante. Si no tiene el ritmo preciso,
los estados alterados de conciencia deseados no se pro-
ducirán y los resultados serán pobres . .No es una elec-
ción personal y no tiene nada que ver con gustos mu-
sicales personales. Es una música específica (pautas só-
nicas) para un objéuvo esp!etttco" '(Ver pag. 117).
Lozanov sub-raya que i,ara obtener buenos resulta-
dos hay que utilizar sólo el tipo de música que ellos
han estudiado hasta el momento. No valen sustitutos.
En su Institución han unido una serie de movimientos
lentos de conciertos barrocos (sesenta compases por
79
minuto) a un ritmo 4/4 formando un concierto de una
media hora. La selección final que cierra el concierto
suele ser un movimiento más rápido y alegre para per•
mitir que el sujeto salga del estado de ensueño de for-
ma agradable. Este grupo de selecciones no lo adoptaría
para un programa normal de concierto ninguna orques-
ta porque hay muy poca variación en el ritmo.
Ritmas. ~tintos. prQducen gis.tiI!.ta~ e.fectos. Las em-
presas publicitarias norteamericanas investigaron la in-
fluencia de la música y el ritmo en los individuos y
descubrieron que un ritmo de setenta y dos compases
por minuto para voz, música y tambor favorece la su-
gestión. Wilson Key revela en Subliminal Seduction (Se-
ducción subliminal) que un anuncio con un ritmo de
setenta y dos compases parecía «sugerir,. al oyente que
tenía los mismos síntomas (palpitaciones y dolores de
cabeza, por ejemplo), que curaba en teoría el producto
anunciado.
Muchos norteamericanos que probaron al principio
el aprendizaje rápido se apresuraron a utilizar su pro-
pia música. Pensaron que sólo era música de fondo,
algo parecido a la música de fondo de los supermerca-
dos. Probaron con música popular, música del Oeste,
clásicos pop o piezas no recomendadas de música
barroca. Los resultados fueron, en consecuencia, pobres.
$A1o ~ pQ.ulas. armó~ y el ritmo y el sonido q:m-
_cretQ& '1c, ~ música .,particulat_,provocan un estado de
alerta serena. ·
leráp!a - musical, investigación psicoacústica .y uso
industrial de la música: todos estos campos estudian
cómo afecta la música a los seres humanos. Hay ya mú-
sica para producir un relajamiento general ... por ejem-
plo, la Suite Spectrum de Steven Halpern (aunque no
posea el ritmo adecuado para el aprendizaje). Como los
investigadores de la UCLA, Halpem, psicólogo y direc-
tor del Spectrum Research lnstitute, utilizó fotos kir-
lian para comprobar los efectos de la música sobre el
cuerpo. Este tipo de fotos muestran un halo de energía
alrededor de las cosas vivas. También nosotros lo en-
sayamos hace años. Hicimos una fotografía kirlian del
dedo de Lynn antes y durante el Tercer Concierto de
Brandenburgo. En la foto de «antesit, el halo de luz
que rodeaba el dedo tenía un aspecto mellado y difuso.
Con la música el halo adquirió una estructura «clásica»,
80
se hizo sumamente definido, con una luz estriada y per-
lada.
El uso de la música para provocar estados alterados
de conciencia se ha convertido en una de las tendencias
musicales más significativas de los años setenta, según
Robert Palmer, del New York Times: Bandas de disco-
teca, músicos de jazz, grupos electrónicos como Tange-
rine Dream «están empezando a explorar las posibili-
dades de la repetición rítmica y modal, que busca, a
través del control absoluto de medios musicales limita-
dos, provocar relajamiento, contemplación, euforia y
otros estados psicológicos, en vez de proporcionar me-
ramente vías sónicas para las personas químicamente
inducidas».
Los chamanes del Asia Central, los músicos J,aiou-
ka.,s_ del norte de .M:arrt1e.cos y ciertos músicos ÍIÍdíos. y
orientales, conocen meillos musicales para provocar es-
tados alterados que posibilitan fenómenos como el tran-
ce, el control del dolor, la capacidad para caminar des-
calzo sobre carbones al rojo sin quemarse. En el Tercer
Mundo, según Palmer, este tipo de música era la vía
no química más antigua para alcanzar el «satori» o
iluminación.
Investigaciones actuales de laboratorio muestran
que ciertos ritmos de tambor actúan como una especie
de marcapasos, regulando los ritmos de las ondas cere-
brales y la respiración, lo cual provoca cambios bio-
químicos que producen estados alterados de conciencia.
Si oyes un tamborileo distinto, ves un mundo distinto.
La idea de que diversos tipos de música ejercen
efectos enormemente distintos, unos auxiliadores y ar-
monizadores y otros no, se ajusta también a las teorías
yoguis de la música. l. K. Taimni, en The Science of
Yoga (La ciencia del yoga), dice que hay una relación
básica entre vibración y conciencia que se da en todas
las octavas.
Como cada nivel de conciencia tiene, según la teoría
yogui, una vibración concreta correspondiente, pueden
provocarse determinados estados de conciencia median-
te vibraciones sónicas armonizadas con el estado men-
tal que se desea. En este principio, se basa la medita-
ción con mantras (meditación con sonido) o entonación
mántrica. Pero esta relación entre la música y la mente
es doble, según Taimni. Cuando alteras tu estado men-
tal, cambian las vibraciones que emites y esas vibra-
81
ciones alteradas pueden afectar a su vez, a todo lo que
nos rodea, desde las plantas hasta las personas.
Concierto de Meditación
Supermemoria Trascendental
Música barroca (Recitado de un
lenta mantra)
(60 cpm)
Durante activi-
dad mental
intensa
(aprendizaje
de 100 pala-
bras de otra
lengua)
82
Presión Disminuye leve- Tiende a dismi-
sanguínea mente (4 divisio- mrlr con fluctua-
nes de 1a colum- ciones interme-
na de mercurio dias.
de media).
Movilidad Sentado cómoda- Sentado cómoda-
corporal mente, mente,
Cuerpo relajado Cuerpo relajado
83
5
EL LADO OCULTO
88
efectos de determinados tipos de música en células vi-
vas elementales: en las plantas.
Esta ola de descubrimientos se inició después de
que una investigadora californiana, Dorothy Retallack,
revelase los resultados de sus años de investigación CQn
las plantas. Sometió a conciertos de diferentes tipos
de música, desde rock a música barroca, a plantas cul-
tivadas en cámaras científicamente controladas. Las
plantas de las cámaras en que se emitía música barroca
de Bach y música india de Ravi Shankar crecían depri-
sa, lozanas y frondosas y con grandes raíces. Las plan-
tas se inclinaban hacia la fuente de la música «hasta
casi abrazar el altavoz». Algunas se desviaron hasta se-
senta grados. Las plantas de la cámara de música rock
se marchitaron y murieron.
¿Qué pasaba? Los investigadores probaron con otro
tipo de música. Las plantas no mostraron reacción al-
guna a la música country-western. Dorothy Retallack
era personalmente partidaria de la música de Debussy.
Las plantas no reaccionaron con un mejor crecimiento
y se apartaron de la música hasta diez grados. El jazz
tuvo efectos algo mejores. Las plantas se inclinaban
hacia los altavoces unos quince grados y crecieron más
frondosas que en cámaras sin música.
En el transcurso de los años, al hacerse los mismos
experimentos con plantas en universidades y centros
de investigación, se hizo patente el mismo hecho: las
plantas reaccionaban y crecían frondosas y más lozanas
en un medio sónico de música clásica o india que con
otros tipos de música o en silencio.
Si distintos tipos de música pueden causar efectos
distintos en las plantas, ¿qué no será con los seres hu-
manos? se preguntaba Dorothy Retallack. Quizá los búl-
garos pudiesen haberle contestado.
¿Cuál era el «ingrediente secreto» que añadían esos
primeros compositores clásicos a su música para ha-
cerla tan saludable para las plantas y los seres huma-
nos? ¿Eran los instrumentos que utilizaban? ¿La combi-
nación de sonidos? ¿ Qué era exactamente?
Un pequeño buceo en las fuentes ocultas de la mú-
sica muestra que el arte de la música estuvo en tiempos
ligado a la medicina y a la ejecución de supuestos «ac-
tos s<;>brenatur~les». ~e. ªtx:ib~Y.,Cll. ~-~ ?=n.ntegisto
dos libros ded1cados a la mus1ca. Ef enundo 10s prm-
dpios de una filosofía rt!ta"danada con la música que
89
se transmitió durante siglos a través de grupos secretos
y de gremios de músicos, albañiles y arquitectos.
Su filosofía se basaba en la existencia de una armo-
nía y una correspondencia entre todos los distintos ti-
pos de fenómenos del universo (los giros de l~s plano-
tas, las mareas de la Tierra, el crecimiento de la vegeta-
ción, las vidas de los animales y de los seres humanos).
Todo está relacionado. Todo lo que es en el universo
emana de la misma fuente, según la filosofía herméti-
ca, y, en consecuencia, se aplican a cada unidad las mis-
mas leyes, principios y características: «Como arriba,
abajo.»
Los antiguos matemáticos estudiaron el universo,
descubrieron las relaciones de los diferentes ciclos pla-
netarios, contaron las periodicidades rítmicas de la na-
turaleza, calcularon las proporciones del cuerpo huma-
no. Estructuraron una «geometría sagrada», una serie
de relaciones y proporciones matemáticas. Creían que
estas relaciones y proporciones, que se utilizaban en la
música y en la arquitectura, resonarían a compás con
las fuerzas vitales del universo y estimularían así la vida.
Cuando se pulsa ~11:ª. nota. de u.n. pi.ll!J..O en µp :recmio
lleno de pianos, resuena la misma P.Qta .en los '1~»,!ás
mstí"lltnentes; aumentando así el poder de la única no'ta
Bastlr U!nar todo el recinto. Asimismo, los antiguos
creían que tocando ciertas armonías y combinaciones
de notas habría una resonancia con otros elementos del
universo conectados a la misma escala. A través de esta
resonancia podríamos conseguir, a voluntad, potenciar
nuestras «notas únicas». Podríamos así equilibrarnos
y curarnos a nosotros mismos y «armonizar» con las
energías del planeta hasta activar nuestros poderes na-
turales. Esas energías del universo incluían, también, la
idea de prana, de una energía omnipresente.
En nuestro universo todo se halla en un estado de
vibración. La materia está formada por ciertos tipos
de ondas en vibración palpitante. Hay una unidad entre
las vibraciones de una nota musical, un color y los enla-
ces de una sustancia química o la vibración de los elec-
trones de un átomo. Cada cosa vibra a su frecuencia
concreta según una proporción. La por debajo de do me-
dia vibra a 213 ciclos por segundo, y se relaciona con
el color rojo anaranjado y con un metal, el cobre. Si
bajo do, a 240 ciclos por segundo, se relaciona con el
amarillo y con el zinc. El doctor Donald Hatch Andrews,
90
especialista en química, dice: « ...estamos descubriendo
que el universo no está compuesto de materia sino de
música».
No hace sino reflejar lo que ya dijo ,el escritor in-
glés Thomas Carlyle: «Si ves en lo profundo / verás mu-
sicalmente; el corazón del ser de la naturaleza/ es todo
música. / Pero has de saber descubrirlo.»
Las antiguas escuelas de música creían que ésta era
el puente que lo ligaba todo. Siguiendo las ideas de Pi- .
tágoras, elaboraron en su música un «canon sagrado»
de estas armonías concretas, intervalos y proporciones:
éstos serían los sonidos ligaáores. Pensaban que cuan-
do la gente oyese sonidos según proporciones específi-
cas, los ritmos de sus células, cuerpos y mentes se sin-
cronizaría a los mismos ritmos que los planetas y las
plantas, que la tierra y el mar. Se disolverían en el
cuerpo/mente las pautas desincronizadas e inarmónicas.
Creían que estos sonidos y ritmos concretos enalte-
cían la vida y la hacían más sana y fecunda. La música
era el puente que unía con el cosmos, que abría mente
y cuerpo a poderes más altos y a una conciencia ampli-
ficada. A través de la música podían conectarse micro-
cosn;ios y :macrocosmos.
Estas ideas llegaron hasta los compositores de la mú-
sica barroca. A los músicos de aquella época les enseña-
ban a utilizar estos números y pautas de armenia, con-
trapunto, ritmo y compás en su música y los utilizaban.
Esta música barroca «matemática» pretendía afectarnos
ligando, ajustando y sincronizando nuestras mentes y
cuerpos a pautas más armónicas. Pero ¿hay algo más
en el asunto? De momento este género concreto de mú-
sica ejerce, al parecer, un efecto positivo en las plantas
y en los seres humanos. ¿Qué efectos ejerce sobre 1a
materia misma?
En la actualidad, una ciencia nueva, la cimática, crea-
da por el doctor Hans Jenn1, nos permite ver realmen-
te qué efectos producen diferentes sonidos y música
diversa sobre diversos tipos de materia: limaduras me-
tálicas, arena, líquidos, etc. Hay ritmos que fuerzan a
las limaduras metálicas a adoptar formas orgánicas,
como los erizos marinos o las espirales de las medusas.
Los mantras (cantos de meditación) producen pautas
precisas, equilibradas, geométricas.
Los laboratorios Delaware de Inglaterra analizaron
los frentes de onda que generaban distintos tipos de
91
música emitidos a través de un solenoide, un imán. Lo-
graron captar sorprendentes indicios de la idea de una
pauta clásica subyacente. Lo__s frentes ..d.e Qllda ~ coro
finaLdeJ M,e sías _de Hander prod;µJe.ro_p_.. una vez tx:~-
~ I supe:rnue~fos, una estrerra úe cinco pµntas ne_r-
feda. ·-· ¡:
¿Por qué y cómo exactamente ayuda este tipo con-
creto de música barroca a activar la supermemoria en
los seres humanos y .enaltece su salud y la de las plan-
tas? ¿Participan en ello además «otras» energías o cam-
pos magnéticos? Lozanov cree que participan todos los
elementos de la estética. Al explorar la supermemoria,
el laberinto nos lleva más allá, hacia el lado misterioso
de los números y de la música.
Como dice el famoso compositor y director Alan
Hovhaness: «Cuando la música era melodía y ritmo,
cuando cada combinación melódica era un don de los
dioses, cada combinación rítmica un mantra que acti-
vaba una clave de poder en la naturaleza, la música era
uno de los misterios de los elementos, de los sistemas
planetarios, de los mundos visibles e invisibles.»
Holografía y supermemoria
93
6
LA PERSONALIDAD SIN TRABAS
1) EL BLOQUEO LóGICO/CRÍTICO
95
y después, para ver si empiezas a aprender con más fa-
cilidad y perfección.
2) EL BLOQUEO EMOTIVO/INTUITIVO
96
3) EL BLOQUEO ~TICO/MORAL
'J"/
terial con casi un cien por cien de retención. 11ste es el
efecto .. bola de nieve" de la operación.•
Se trata realmente de aprender a aprender. Los in-
vestigadores eslavos descubrieron que la capacidad de
aprendizaje de los estudiantes aumentaba sustancial-
mente a final de curso.
Relación consciente-inconsciente
Otro aspecto psicológico de la sugestopedia es el que
se relaciona con algo particularmente fascinante de los
métodos de superaprendizaje. ct\rmo~ª1J.do esi,dos ll!!e-
rado_s__ de conciencia, recitado n.muco. reso1raC16n y
müiica...c._~scenc.femos en espiral' has~ ~s,reservas de la
mente. una vez esl'a'blecTdá esta conexión, llega l'a con-
dentia de ella. La esfera de percepción consciente se
amplia. «Por medio de la conciencia ampliada podemos
controlar y seleccionar las percepciones que queramos
-dice Lozanov-. Nos hacemos auto-desarrollados.»
La sugestolog{a pretende tender un puente entre
consciente e inconsciente. No ha de sorprendemos que
ésta sea también la base del raja yoga, «la ciencia que
pretende establecer una unión o lazo entre la mente
consciente y la mente subconsciente, produciendo así
un tercer estado que se convierte en Superconciencia».
(Ver Psychosomatic Yoga [Yoga psicosomático], de John
Mumford.)
«Cuando estoy dando una conferencia en un audito-
rio -dice Lozanov- no sé cuántas luces hay en el te-
cho. Pero si me hipnotizan y me lo preguntan, lo sé.
Como estoy centrado en otra cosa, estos aspectos peri-
réficos quedan fuera del umbral de la atención cons-
ciente. Pero aun así, el individuo está recogiendo cons-
tantemente esta información.»
El superaprendizaje utiliza de modo positivo esta
información periférica que recibimos continuamente.
Ayuda también a establecer un tráfiéo en dos direccio-
nes en la conexión consciente-inconsciente, de modo que
podamos evocar lo que percibimos.
En una clase recogemos gran cantidad de informa-
ción no verbal del profesor y del entorno. El propio li-
bro de texto nos da, por ejemplo, sugestiones incons-
cientes. La profesora podría decir as sus alumnos:
«Aprendan una lección del libro de francés para ma-
98
ñana.» Los estudiantes quizá refunfuñasen, pero casi
todos lo harían. Pero si la profesora dijese: «Quiero
que aprendan siete lecciones para mañana», se rebe-
larían. El libro, dividido en lecciones, les ha sugerido
«límites razonables». Los textos de sugestología están
estructurados de modo que sugieran una capacidad am-
pliada. Hay también otros elementos del entorno y de
la conducta del profeso1· que se orquestan para crear
una atmósfera positiva que estimule el aprendizaje.
Está luego el tema concreto que uno quiere apren-
der. También eso está estructurado para ambos niveles
de la mente, para lo consciente y lo inconsciente, a la
vez. Los datos históricos, por ejemplo, se estructuran
para la mente consciente; los ritmos y las entonaciones
se orquestan sin embargo, para atraer la atención de la
mente inconsciente.
«Uniendo los estímulos conscientes e inconscientes,
estimulamos de modo global la personalidad -dice Lo-
zanov-... la personalidad total holisticamente... el he-
misferio cerebral izquierdo y el hemisferio cerebral
derecho simultáneamente.»
En la conferencia que dio en Iowa en 1977, surgió
el tema del lavado de cerebro. En opinión del doctor
Lozanov, la sugestopedia es un medio de contrarrestar
el lavad.o de cerebro y otras técnicas subliminales utili-
zadas para influimos, sobre todo, en Occidente, a través
de la publicidad. El superaprendizaje amplia la esfe-
ra de conciencia. «Comunica las percepciones subcons-
cientes con la :mente consciente», dice. El individuo co-
bra conciencia de las influencias subconscientes que le
introducen.
Los estudiantes búlgaros examinados después de cur-
sos de aprendizaje rápido mostraban que se habían
hecho menos sugestionables. Su actividad intelectual
aumentaba y, a cada curso que hacían, los exámenes
indicaban que eran cada vez menos sugestionables y
que era menos probable que les embaucasen con pro-
posiciones equívocas.
Cuando alguien desea influimos suhliminalmente,
dice Lozanov, pretende afectamos sin nuestro conoci- ·
miento, sin nuestra aceptación, sin nuestro consenti-
miento consciente a que nos influyan.
Como indica Wilson Key en Subliminal Seduction
(una exposición de cómo manipulan nuestra mente los
medios de comunicación para sacarnos el dinero):
99
«Todo lo que se percibe conscientemente puede eva-
luarse, criticarse, discutirse, rebatirse y quizá rechazar-
se, mientras que la información que se percibe de modo
inconsciente no encuentra ninguna resistencia ni valo-
ración intelectual.»
Key expone algunas de las claves subliminales que
los publicitarios introducen en sus anuncios para atraer-
nos inconscientemente hacia los productos anunciados:
Cráneos en cubitos de hielo en los anuncios de bebidas
alcohólicas; palabras obscenas en anuncios de juguetes
de niños; pautas sexuales en diversas obras de arte;
órdenes subaudibles de «compra compra» en anuncios
televisivos. Sería interesante determinar si, después de
pasar por el superaprendizaje, podría identificar la gen-
te las influencias publicitarias subliminales que le lle-
gan.
Lozanov sostiene también que sería inútil utilizar su
sistema para bombear información en la gente en con-
tra de su voluntad. Los estudiantes están totalmente
alerta durante el curso; perciben incluso cambios mi-
núsculos en el contenido del curso y en la forma de
recitar el material. Si no fuese así, no podrían apren-
der idiomas. Las percepciones inconscientes se hacen
conscientes y el intelecto crítico opera constantemente
con ello.
Los que organicen el curso por su cuenta, quizá no
tengan problemas, porque poseen un absoluto control
del material que utilizan.
El placer de aprender
«La vida debería ser un torrente incesante de dicha
-dijo en una ocasión Lozanov-. Y, sin embargo, las
vidas de muchas personas están dominadas por el mie-
do ... el miedo crea tensiones y envenena la vida del in-
dividuo.» Lozanov suele decir también que «muchos so-
mos víctimas de los métodos de enseñanza». En reali-
dad, Lozanov se dedicó a la enseñanza con el propósito
de curar una enfermedad didactogénica.
El placer de aprender es otro principio básico de
los métodos de superaprendizaje. Quizás esta sensación
de entusiasmo sea una norma más que hemos olvidado.
Los niños muy pequeños tienen esta alegría de forma
natural; si no la tuviesen, jamás aprenderían a andar,
100
a hablar o a alimentarse por sí mismos. Pero luego que-
dan atrapados en lo que Alan Watts llamaba «la cons-
piración. para que no sepas quién eres». O, como decía
Wordsworth en términos del siglo x1x: «Las sombras
de la cárcel empiezan a cernerse sobre el niño que cre-
ce ... »
Los métodos de superaprendizaje pretenden que el
conocimiento nazca sin dolor, sin tensiones, sin preo-
cupación ni aburrimiento. En ellos te dicen que esforzar-
se demasiado sólo obstaculizará el aprendizaje. Por que
el superaprendizaje es algo. libre de tensión y de esfuer-
zo. Aprender es en realidad un placer, no un problema.
«Los estudiantes de nuestras primeras clases vuelven
normalmente al Instituto a explicarnos que fue la épo-
c.1 más feliz de su vida», dice Lozanov. Quizá continúen
pensando lo mismo toda la vida. En las serias estadís-
ticas de los informes sobre sugestopedia de varios paí-
ses, aparecen continuamente las palabras «gozo» y «libe-
ración» y «eliminación de represiones».
101
7
CóMO LOGRAR UN SUPERAPRENDIZAJE
105
cado fortalecido y libre de tensiones ... 1, 2, 3, 4, 5. Abra
los ojos.
Cada nueva práctica de relajamiento le resultará más
fácil y rápida. Descubrirá que es capaz de pasar muy
deprisa a UD; estado· de rela,.mmiento en el que desa_pa-
_rece. .la.. tensión muscu.lár~ Cuanto más practique más
fficilmente se relajará. Unos minutos de relajamiento
ayudan a aliviar la tensión y la fatiga y ayudan a la
mente a mantenerse alerta, activa, y con mayor capa-
cidad de concentración.
RELAJAMIENTO! VERSIÓN RESUMIDA
106
así en una bajada muy tranquila, hasta el nivel interno
principal, donde sé que puedo hacer transbordo. Sigo
bajando, sintiendo que me relajo y me sosiego ... me re-
lajo y me sosiego.
»Inspiro profundamente. Mientras espiro, repito va-
rias veces "7". Visualizo ese número siete grande alzado
ante m pliredes de un rojo _intenso de la séptima plan-
ta. El color rojo parece pasar flotando ante mí mien-
tras continúo mi relajante descenso. He llegado ya a la
sexta planta. Salgo de la escalera automática y veo un 6
impreso en las paredes naranja claro de la sexta planta.
Rodeado por este color naranja claro sigo hasta el prin-
cipio de la siguiente escalera automática de bajada.
Entro en ella y empiezo a deslizarme de nuevo muy des-
pacio.
»Hago una inspiración profunda y mientras espiro,
repito varias veces «~n y veo claramente a mi alrededor
las agradables ~dé-s nar@ja. Me siento sosegado y re-
lajado mientras desciendó suavemente hasta una zona
aún más apacible y agradable. He llegado ya a la quinta
planta. Veo el letrero de la quinta planta y advierto que
las paredes son de un color amarillo oro de lo más
delicioso. Dejo la escalera y recorro el descansillo do-
rado hasta la siguiente escalera automática de bajada.
Hago una profunda inspiración y, mientras espiro vi-
sualizo el número 5. Repito mentalmente "'s• varias ve-
ces, mientras :saboreo este bello y alegre .a>lar ,í¡marillo
dorado. Entro en la escalera automática siguiente y sigo
flotando hacia abajo. Me siento muy cómodo, muy a
gusto, mientras me dejo ir y me limito a disfrutar de
los colores. Veo el letrero de la cuarta planta y veo
que las paredes son de un verde yerba lozano y tran-
quilizante. Dejo la escalera automática en la cuarta
planta y cruzo por entre este color verde esmeralda
claro hasta la escalera automática siguiente.
»Hago una profunda inspiración y mientras espiro
visualizo el número 4. Repito mentalmente "4" varias
veces. Disfrúfü dél· 1oz.1 no y claro color verde que me
rodea, mientras entro en la escalera automatica siguien-
te y me deslizo tranquilo hacia abajo entre el maravi-
lloso verde, hasta llegar a una zona aún más agradable
y apacible. Llego hasta el letrero de tercera planta y
veo que las paredes son de un hermoso color azul. Me
siento saturado de este azul calmo y apacible. Me sien-
to rodeado de azul. Me detengo unos instantes en la
'107
t~;rcera planta y visualizo una escena tranquila de la na-
turaleza: un lugar donde crea haber estado muy rela-
jado... un lago azul o un océano azul y tranquilo o
campos o montañas cubiertas por un amplio cielo azu-
lado. Percibo de nuevo la misma sensación de armonía,
de profundo relajamiento que sentía entonces. Disfruto
del color azul fluido que me rodea y tengo una sensa-
ción muy agradable, muy apacible, muy relajante.
»Hago una profunda inspiración y mientras espiro
visualizo el número 3. Repito mentalmente "3" varias
veces. Entro-en Ta siguiente escalera de bajada y empie-
zo de nuevo a bajar deslizándome suave y plácidamente
hasta una zona aún más agradable y apacible de color
tranquilizante y suave.
»Veo el letrero de la segunda planta y veo que las
paredes de esta planta son de un color púrpura rico y
vibrante. Dejo la escalera. Hago una profunda inspira-
ción y mientras espiro visualizo el número 2. Repito
mentalmente ''.2" Yacias. yeces. Saboreo este r.im ~
púroura que I?e rodea y me s~ento maravillos~m~nte
Cómocro y relaJado. Cruzo este.purpura hasta la siguien-
te escalera automática de bajada, descendiendo a tra-
vés del púrpura hasta una zona de color aún más rela-
jante y agradable. Veo el letrero de "primera planta".
Y veo que esta planta es de un color ultravioleta bri-
llante. La escalera automática se desliza suavemente ha-
cia abajo y salgo en la planta primera.
»Hago una profunda inspiración y mientras espiro
visualizo el número uno y repito "1" varfas_veces. Dis-
fruto del luminoso .color u.11rallioleTa que me rodea. He
alcanzado ya un estado de gran relajamiento. Me siento
muy descansado, restaurado, tranquilo. Estoy ahora en
mi primer piso interno. En esta planta puedo conectar
fácilmente con otras áreas de conciencia de mi mente.
Sigo descansando y gozando de un relajamiento comple-
to y respiro profundamente. Durante un minuto o así
estoy completamente relajado (pausa).
(Mientras está relajado, es el momento ideal para
repetirse algunas afirmaciones positivas.)*
»Para dejar este primer piso interno, cuento de 1 a
111
Distienda el abdomen. Espire lentamente. Meta el abdo-
men. Haga otra profunda inspiración, absorba el máxi·
mo de aire posible. Reténgalo hasta contar tres y espire
muy despacio. Relájese. Procure inspirar aire de forma
muy regular y constante.
Procure ahora que su respiración sea rítmica. Ins-
pire hasta contar cuatro; retenga el aire hasta contar
cuatro; espire hasta contar cuatro; haga una pausa has-
ta contar cuatro.
Inspire - 2, 3, 4;
Retenga - 2, 3, 4;
Espire - 2, 3, 4;
Pausa - 2, 3, 4.
Repita cuatro cadencias de esta pauta rítmica. Re-
lájese.
Intente esta vez hacer más lenta aún su respiración
rítmica, intentando llevar la cuenta hasta seis.
Inspire - 2, 3, 4, 5, 6;
Retenga - 2, 3, 4, 5, 6;
Espire - 2, 3, 4, 5, 6;
Pausa - 2, 3, 4, 5, 6.
Repita cuatro cadencias.
Pruebe ahora a hacer más lenta la respiración rítmi-
ca contando hasta ocho.
Inspire - 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8;
Retenga - 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8;
Espire - 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8;
Pausa - 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8;
Repita cuatro cadencias de esta pauta de respiración
rítmica.
Este ejercicio de control respiratorio puede hacerse
todos los días. Se dice que ayuda a resincronizar proce-
sos mente/cuerpo desincronizados y a relantizar los rit-
mos mente/cuerpo. Se dice también que aumenta el
suministro de prana, o fuerza vital, al organismo.
Nota: Deberían ejecutarse varias cadencias de este
ejercicio respiratorio antes de una sesión de superapren-
112
dizaje para ayudar a reducir los ritmos mente/cuerpo
hasta niveles de máxima eficacia.
115
8
COMO PREPARAR UN PROGRAMA PROPIO
117
LISTA DE SELECCIONES MUSICALES
Bach, J.S.
- Largo from Concerto in G Minor for Flute and Strings
(Largo del Concierto en sol menor para flauta y
cuerda), BWV 1056 (2:53)
Bach and Telemann Flute Concertos (Conciertos de
flauta de Bach y Telemann).
Jean-Pierre Rampal, Saar Radio Chamber Orchestra,
Odyssey - Columbia Records.
Aria (o Saranbande) to The Goldberg Variations
(Aria, o zarabanda para las Variaciones Goldberg),
BWV 988.
Millicent Solver, harpisichord (clavicordio), Saga Re-
cords.
Largo from Harpsichord Concerto in F Minor (Lar-
go del Concierto de clavicordio en fa menor), BWV
1056 (2:40).
Greatest Hits of 1720 (Los mayores éxitos de 1720).
Judith Norell, hapsichord (clavicordio), Philarmonia
Virtuosi of New York, Columbia Records.
Largo from Solo Hapsichord Concerto in C Minor
(Largo del Concierto de solo de clavicordio en sol
menor), BWV 975.
6 Concerti after Vivaldi (6 Conciertos a la manera
de Vivaldi).
Janos Sebestyen, clavicordio, Turnabout, Vox Re-
cords.
-- Largo from Solo Harpsichord Concerto in C Major
(Largo del Concierto de solo de clavicordio en do
mayor), BWV 976.
6 Concerti after Vivaldi
Janos Sebestyen, harpsichord, Turnabout, Vox Re-
cords.
- Largo from Solo Harpsichord Concerto in F Major
(Largo del Concierto de solo de clavicordio en fa
mayor), BWV 978.
6 Concerti a/ter Vivaldi
Janos Sebestyen, Harpsichord, Turnabout, Vox Re-
cords.
Corelll, A.
- Sarabanda (largo) from Concerto n. 0 7 in D Minor
(Zarabanda (largo) del Concierto n.º 7 en re menor).
118
Corelti: 12 Concerti Grossi op. 5.
(Violín, violonchelo y clavicordio).
Gli Accademici di MiJano, Vox Records.
- Preludio (largo) y Sarabanda (largo) from Concerto
n. 0 8 en mi menor.
Corelli: 12 Concerti Grossi op. 5
Gli Accdemici di Milano, Vox Records.
- Preludio (largo) from Concerto n.0 9 in A Major (Pre-
ludio -largo- del concerto n.0 9 en La mayor.
- Zarabanda (largo) from Concerto n.0 10 in F Major
(Zarabanda -largo- del Concierto n.0 10 en fa ma-
yor), ambos de Corelli: 12 Concerti Grossi op. 5.
Vox Records.
Corelli: 12 Corcerti Grossi, op. 6, puede utilizarse
cualquiera de los movimientos largos.
Haendel, G. F.
- Largo from Concerto n.0 1 in F (brass) (Largo del
Concierto n.0 1 en fa -instrumentos metálicos de
viento).
de Music for the Royal Fireworks.
London Symphony Orchestra, Angel Records.
- Largo from Concerto n.0 3 in D (brass) (Largo del
Concierto n.0 3 en re (instrumentos metálicos de
viento) de Music for the Royal Fireworks.
London Symphony Orchestra, Angel Records.
- Largo from Concerto n. 0 1 in B-flat Major op. 3
(Woodwinds and strings). (Largo del Concierto n.0 1
en si bemol mayor opus 3, instrumentos de viento,
de madera, y cuerda).
Haendel: Concerti Grossi op. 3.
Mainz Cham.ber1'rt!fiestra, 1umabout, Vox Records.
Haend~l: 12 CDticerti prpssi op. 6, puede utilizarse
cualqwera de los movumentos largos.
Telemann, G.
- Largo from Double Fantasía in G Major for Harpsi-
chord. (Largo de Fantasía Doble en sol mayor para
clavicordio).
Telemann: 6 Fantasías for Harpsichord (6 fantasías
para clavicordio). Leonard Hokanson, harpsichord,
World Series: Philips.
- Largo from Concerto in G Major for Viola and String
Orchestra (largo del concierto en sol mayor para
viola y orquesta de cuerda) from Telemann.
119
Wurttemberg Chamber Orchestra, Turnabout, Vox
Records.
Vlvaldl, A.
- Largo from «Winter».
From The Four Seasons (largo del «Invierno», de Las
cuatro estaciones).
Lola Bobesco, violín, The Heidelberg Chamber Or-
chestra, Peerles Records.
_. Largo from Concerto in D Major for Guitar and
Strings from Baroque Guitar Concerti (largo del Con-
cierto en ;re mayor para guitarra y cuerda de los
Conciertos flarrocos para Guitarra).
~onrad Ragossnig, guitar; and the Southwest Ger-
man Chamber Orchestra, Tumabout, Vox Records.
- Largo from Concerto in C major for Mandolin,
Strings and Harpsichord (largo del Concierto en do
mayor para mandolina, cuerda y clavicordio), P. 134
(1: 55).
- Largo from Concerto in D Minor for Viola D'Amore,
Strings and Harpsichord (largo del Concierto en re
menor para viola d'amore, cuerda y clavicordio), P.
288 (2: 15).
- Largo from Concerto in F Major for Viola D'Amore,
Two Oboes, Basson, Two Concertos for Mandolin (Vi-
valdi: Tres conciertos para viola d'amore, dos con-
ciertos para mandolina).
The New York Sinfonietta, Odyssey Records.
- Largo from Flute Concerto No. 4 in G Major (largo
del concierto de flauta n.0 4 en sol mayor).
Vivaldi: 6 Flute Concerti Opus 10 (Vivaldi: 6 concier-
tos de flauta, opus 10).
Jean-Pierre Rampal, Flauta, Louis de Froment Cham-
ber Ensemble, Turnabout, Vox Records.
120
Schwann1 que enumera bajo el nombre del compositor
las diversas composiciones musicales que ha escrito, las
distintas orquestas e intérpretes que las han grabado y
P.l sello comercial. Pueden utilizarse conciertos de di-
versos compositores barrocos.
Al elegir una grabación de un movimiento lento,
compruebe simplemente que el compás sea de unas se•
senta unidades por minuto. Cuando un compositor es-
cribe una pieza de música, indica la velocidad a la que
quiere que se interprete cada una de las distintas par-
tes o movimientos. Estas indicaciones suelen darse, ge-
neralmente, en italiano. (Las verá muchas veces en los
distintos movimientos de un concierto.) Allesi:o, por
ejempl9,jndica un compás de 120 a 168 unicfad'es por
nunuto, and'anfe entre 76 y I'OS', adagio entre 66 ,y 76..,,
larghetfo entre 60 y 66 y largo de 40" a 60 uni~des. por
)!llllUto. Algunos intérpretes y directores pueden esta-
btecer un compás más rápido o más lento que lo indi-
cado por el compositor. Para comprobar el compás de
una interpretación grabada y asegur.ar.&e de. qw¡. ronda
las 60 . unidade_s P.QJ: minuto, puede coruprobarlo con
tin metrónomo o con un reloj que tenga segundero.
Si toca usted mismo un instrumento musical como
el piano, el órgano o la guitarra clásica, puede grabar
la~ selecciones adecuadas a las sesenta unidades pres-
critas por minuto interpretándolas usted mismo.
¿Puede substituirse esta música por otra? No. No
substitu:ya el tipo de música. La elección de la música
no tiene nada que ver con gustos personales. No es
simple música de fondo. Esta. música bªJ:TQCa concreta
es ~comq llD m.ant;ra Y,, ~e uñliza p~ri pr<>vocar UJl estaao
ps1cofi.S!CQ concreto ele concentracioñ :tªfil~.
Investigadores geri:nm0-0nental.es ele sugestopedia
de la Universidad Karl Marx de Leipzig (que han infor-
mado de un extraordinario éxito con el método) com-
probaron que los movimientos lentos de música iDst.ru-
ment¡L barroca para mstrumenfos de cuerda son los
que dan Jl1-e\an:s-I.e&yltaáos. La música vocal o los can-
tos quedaban descartactos porque la letra compite con
el texto que se quiere aprender. La música de un ritmo
lento, constante, monótono, de una estructura melódica
que no distrae (no del tipo canturreo), y pautas armó-
nicas basadas en relaciones específicas, han dado hasta
ahora los mejores resultados.
En Norteamérica necesitamos hacer muchas más in-
121
vestigaciones fisiológicas sobre otros tipos de música
que podrían servir también a este fin, por ejemplo la
música de Asia, la del Oriente, la de la India y la de
Oriente Medio. (La vilambita india, por. ejemplo, tiene
el ritmo prescrito de sesenta unidades por minuto.} LOs
efectos psicollsicos de los disñn:tos ritmos, claves tem-
porales y estructuras armónicas determinan la utilidad
de una composición en la concentración relajada. De
momento, es mejor atenerse a la música que se ha
comprobado.
En Bulgaria, han compuesto música especial que
reúne estas condiciones, destinada concretamente a es-
timular el aprendizaje con este sistema. Podría hacerse
lo mismo en Occidente.
En general, al elegir la música a utilizar en super-
aprendizaje, elij¡ movimientos de adagio. larghetto o
lar~ de conclcrtos de compositores . barrocos y cmn-
pruebe ~ue ·tenp.n un ritmo de sesenla unidades. por
mlntrí<>. Otras composiciones, es decir, suifes o varia-
dones, pueden tener también el mismo ritmo. La clave
de tiempo debería ser 4/4 (cuatro compases por barra)
para ajustarse a la respiración rítmica y a la pauta del
recitado. Siempre que utilice un medidor de tiempo
para regular la lectura en voz alta, es también válido
el compás de 3/4.
(Lo más común es que la música utilice 2, 3 ó 4 uni-
dades por barra. La clave de tiempo se escribe como
una fracción: es decir, 3/3, 4/4 ó 2/2. El número de
arriba indica el número de compases por barra. El
de abajo indica la duración del sonido de la nota. 4/4
significaría, por ejemplo, 4 compases formados por cua-
tro negras. 3/4 significa 3 compases de 4 negras. 2/2
significa 2 compases de dos blancas.)
Si tiene alguna duda sobre las diversas selecciones
o para identificar la parte concreta de un disco, con-
sulte en una biblioteca musical o a un profesor de mú-
sica (algunas personas han grabado inadvertidamente
movimientos rápidos de concierto y luego se han visto
obligadas a agotarse a velocidad triple).
123
luego la cinta para saber cuándo debe leer en voz alta
y cuándo debe guardar silencio.
1 2 3 4 1 2 3 4
silencio 2 X 2 = 4
silencio 2 X 3 = 6
silencio 2 X 4 = 8
silencio 2 X 5 = 10
1 2 3 4 1 2 3 4
silencio conejo, lapin
silencio cama, lit
silencio libro, livre
ENTONACIÓN
124
1 2 3 4 1 2 3 4 Tono de Voz
silencio 2 X 6 12 Normal
silencio 2 X 7 14 Suave
silencio 2 X 8 = 16 Alto
silencio 2 X 9 = 18 Normal
O para el vocabulario francés:
silencio maquinar, machiner normal
silencio una tienda, un magasin suave
silencio comer, manger alto
Si utiliza la entonación, compruebe su material pre-
viamente en series de tres para poder pasar así con
facilidad por los tonos normal, suave y alto mientras
recita. (No intente ajustar el tono al sentido, no es ne-
cesario.) Algunos han hecho superaprendizaje con éxito
sin entonación. Parece ser un componente optativo.
Pero, no se le olvide, cuantos más elementos compo-
nentes use más aprenderá.
Este es el ciclo básico de superaprendizaje. Hace
falta un poco de práctica para recitar con facilidad en
el ciclo de ocho compases, pero aquí también verá muy
pronto que su sentido de la coordinación se hace bas-
tante automático. Le resultará fácil recitar a compás
del tictac del medidor de tiempo. En los cursos de su-
peraprendizaje, cuando se han acostumbrado al método,
los alumnos suelen aprender entre cincuenta y ciento
cincuenta nuevos elementos de información por sesión.
A ese ritmo, podrían aprenderse las tablas básicas de
multiplicación en una sesión o dos.
Con este método puede aprender material práctico
por muy difícil que sea y aprender cualquier idioma
hablado. Podría interesarle aprender, por ejemplo, la
tabla periódica de los elementos. Podría disponerla para
el superaprendizaje dando en cada fragmento de infor•
mación el número atómico, el nombre y el símbolo.
1 2 3 4 1 2 3 4 Tono de Voz
silencio uno ... hidrógeno ... H normal
silencio dos ... helio ... HE suave
silencio tres .. .litio ... LI alto
silencio cuatro ... berilio ... BE normal
125
silencio cinco ... boro... B suave
· silencio seis ... carbono... e alto
A lo mejor es aficionado al cine y le gustaría recor-
dar a los ganadores del Osear. Para los Premios al Me-
jor Actor podría distribuir así la información: año,
actor, película que interpretaba.
1 2 3 4 1 2 3 4 Tono de Voz
silencio 70 ... John Wayne ...True Normal
Grit
silencio 71.. .George D. Scott... Suave
,Patton
silencio 72 ... Gene Hackman... Alto
French Conection
silencio 73 ... Marlon Brando... Normal
El Padrino
silencio 74 ... Jack Lemmon... Suave
Save the Tiger
silencio 75 ... Art Camey... Alto
Harry and Tonto
MATERIAL MÁS LARGO
126
1234 1234 Tono de Voz
silencio Lorenzo Puertas de bron- normal
Ghiberti ce, baptisterio
de Florencia
silencio Miguel Angel David, desnudo, suave
dispuesto para
la acción
silencio Benvenuto Perseo, soste- alto
Cellini niendo la cabeza
cortada de
Medusa
1234 123 4 1 2 3 4
dislexia d-i-s-1-e-x-i-e capacidad disminui-
(deletree 1a da para leer o es-
palabra) cribir
hipócrita h-i-p-ó-c-r-i-t-a falso
taxonomía t-a-x-o-n-o-m-í-a la ciencia de la
clasificación
128
usted leer en voz alta, limítese a pasar por el material:
(a) recitación y (b) recitación-música.
El ciclo de doce unidades se hace del mismo modo,
se recita una vez sin música y otra vez con ella.
Espacio a explorar
Cuando empieza a explorar en el superaprendizaje,
salen a la luz muchas cosas fascinantes respecto a cómo
actúan los distintos elementos de modo conjunto para
producir supermemoria y estimular la capacidad men-
tal. Cuando descubre lo que puede hacer por sí cada
una de las distintas variables, puede conectarlas a sus
exigencias individuales para una mayor eficacia, en vez
de repetir como un esclavo todo un ritual.
Puede descubrir, por ejemplo, que un elemento espe-
cífico, como el hacer previamente ejercicios respirato-
rios, incrementa notablemente su eficacia; o que si pres-
ta más atención al relajamiento obtiene mejores resul-
tados; o que los refuerzos para un mejor aprendizaje
pueden ayudarle mucho. Poner de nuevo la música du-
rante el examen puede ayudar a recordar.
Schuster y Benítez-Bordón, los investigadores de
Iowa, han intentado analizar los distintos elementos por
separado, para ver qué hacía cada uno en favor de una
memoria inmediata y a largo plazo. Decidieron que los
refuerzos para aprender mejor mejoraban un 60 por
ciento los resultados. El sincronizar la respiración a la
130
lectura de datos a ritmo lento por encima de la música
awnentaba la eficacia de modo inmediato en un setenta
y ocho por ciento. Los grupos a los que se aplicaban to-
dos los elementos en un tono suavemente orquestado
alcanzaban una mejora de un 141 por ciento. Todos los
elementos interactúan acumulativamente, según las in-
formaciones.
Doug Shaffer descubrió en sus investigaciones que
la respiración sincronizada parecía un elemento clave
para conseguir los máximos resultados. Al mismo tiem-
po, investigadores de Georgia descubrieron que muchos
niños no captaban el ritmo respiratorio, lo cual podía
compensarse con un buen relajamiento.
Cuantos más elementos pueda utilizar :rne,j.ores.__serán
los resultados.
Es necesario investigar mucho más para analizar los
efectos psicofísicos de los diversos elementos del sis-
tema: los varios tipos de música; los diferentes ciclos
rítmicos para la repetición verbal y la respiración; dis-
tintas claves musicales de tiempo; la relación de la
respiración rítmica con la memoria, el aflujo del oxí-
geno al cerebro y el aprendizaje; etc.
En Occidente, pocos han investigado los límites de
las posibilidades del sistema en supermemoria: las po-
sibilidades de programas muy extensos de un día. ¿Po-
dría funcionar el sistema en una base de dos canales,
por ejemplo, con dos idiomas al mismo tiempo?
El aprendizaje rápido se ha utilizado hasta ahora
en educación en Estados Unidos principalmente en
áreas urgentes: para ayudar a alcanzar los niveles bá-
sicos.
Es necesario trabajar para determinar la plena ca-
pacidad del método. Nuestro sistema menosprecia a
menudo a los niños dotados. A veces, por su cuenta,
descubren por casualidad medios de concentrarse o de
desarrollar memoria fotográfica, pero estas técnicas
de «aprender a aprender» no suelen orquestarse con la
capacidad potencial máxima. En algunos experimentos
escolares búlgaros, en vez de hacer profundizar a los
estudiantes en los cursos, de modo que superen con
mucho su nivel, se amplía la educación de modo que
cubra el mayor número de materias distintas {más idio-
mas, varios campos), con un enfoque más renacentista,
para un conocimiento equilibrado en vez de la especia-
lización excesiva.
131
La sugestopedia es, sin duda, un sistema esencial•
mente auditivo y, por tanto, inadecuado para quienes
tengan trastornos auditivos. De cualquier modo, en Bul-
garia ya han creado un sistema visual. Se emite, por
ejemplo, una ópera compuesta especialmente para el
aprendizaje rápido, basada en un cuento de hadas de
Grimm, que tiene material aritmético relacionado con
el argumento que palpita visualmente en un rincón de
la pantalla.
A medida que aumente el número de investigadores
del aprendizaje rápido, se irán descubriendo muchas
más cosas que estimulen nuestra capacidad natural de
aprendizaje.
132
9
133
las cuestiones básicas con rapielez y segurielael y aelqui-
rir una confianza creciente en su capacidad de aprendi-
zaje, puecle eledicar más tiempo y esfuerzos más con-
cretos a apreneler a razonar, a analizar, a experimentar,
a sintetizar y a crear.
Si va a probar usteel sesiones ele supermemoria, pro-
bablemente su objetivo al querer ayuclar a sus hijos
sea ciar un buen empujón a una memoria eleficiente me-
cliante la pronunciación, la aritmética, el vocabulario
ele otro iclioma y otros cursos escolares, más que inten-
tar enseñar una asignatura desele el principio. Los pa-
dres o profesores interesados en los procedimientos de
• enseñanza en clase que acompañan a la sesión de su-
permemoria, que consulten el Apéndice.
Los norteamericanos que utilizan los sistemas de
supermemoria descubren que los niños parecen apren-
der más deprisa y con óptimos resultados si han sido
bien adiestrados en el relajamiento, la visualización y
la respiración. Los ejercicios preliminares para ponerse
en forma y ser un superestudiante y, si se desea, con-
seguir supermemoria, están en el Capítulo 7. En el Ca-
pítulo 19 hay ejercicios especialmente estructurados y
formulados para niños. Si trabajas con estudiantes jó-
venes: para el relajamiento, mira en la pág. 296, para
los refuerzos, pág. 109; para la visualización y para so-
segar la mente, pág. 300; para la alegría del aprendizaje,
pág. 110. Una de las autoras de este libro, Nancy, que
tiene experiencia en estos ejercicios para niños, des-
cubrió que la mayoría de los niños disfrutan realmente
con ellos. El único ejercicio de aprendizaje que a veces
les resulta difícil a los niños es la respiración rítmica.
En la· página 298 se dan instrucciones especiales. Si va
a hacer sesiones de supermemoria, procure, si es posi-
ble, enseñar a su hijo a respirar del modo adecuado.
Para enseñar ejercicios de aprendizaje general, lo
mejor es hacer que los niños se sienten en un asiento
cómodo, o se echen en una tumbona o en la cama, en
un sofá o en el suelo. Puede guiarles durante el ejer-
cicio, mientras se relajan. O puede grabar los progra-
mas y hacer que los niños los pongan. Haga estos ejer-
cicios preliminares de aprendizaje con su hijo con una
semana de antelación. Espere hasta que considere que
su hijo consigue ya relajarse bien y puede hacer la res-
piración rítmica para el aprendizaje rápido antes de
intentar reforzar la memoria.
134
Para captar el interés
Para que el niño se interese por esta idea de apren-
der de una forma nueva, es importante crear una at-
mósfera positiva de expectación, diferente de su entomo
habitual de la clase o de los deberes que hace en casa.
Prepare el escenario para algo distinto.
Informe primero de los antecedentes y de los proce-
dimientos del superaprendizaje. Puede explicar que ha
estudiado las investigaciones realizadas sobre un gran
descubrimiento en educación que permite acelerar el
aprendizaje y hacerlo más fácil, mejor y más divertido.
Esta investigación muestra que la capacidad de apren-
dizaje de los seres humanos es muy superior a lo que
se creía posible. Basta con que sepas cómo hacerlo.
Como te permite utilizar una mayor parte de la mente,
este método de superaprendizaje da mejores resultados
con el mismo esfuerzo. Podría explicar, por ejemplo:
«Son técnicas nuevas de la era espacial, y puedes utili-
zarlas ya.» Explique lo agradable que es aprender a rela-
jarse, lo interesante que resulta ver películas mentales
y aprender visualización. Es el tipo de adiestramiento
mental y físico que hacen los atletas olímpicos y hasta
los astronautas (ver Capítulo 10). La pedagogía de la era
espacial elimina el aburrimiento. Puedes disfrutar apren-
diendo, porque comprobarás lo bueno que eres en rea-
lidad. Han probado el sistema todo tipo de estudiantes.
Y a todos les ha sorprendido. Descubrieron que era
fácil aprender independientemente de las dificultades
que antes tuvieran. Incluso los que no se hicieron con
el asunto a la primera tentativa o a la segunda, lo lo-
graron a la vez siguiente y los resultados tendieron poco
a poco a ser mejores. Aunque pienses que ya te has
esforzado todo lo posible, no te preocupes. Muchos cien-
tíficos dicen que utilizamos sólo, normalmente, un diez
por ciento de nuestra capacidad cerebral. Estos nuevos
métodos pueden ayudarte a establecer una conexión
con sectores que normalmente no utilizas. Descubrirás
que estás mucho más equipado para el aprendizaje de
lo que creías.
Si el estudiante plantea pegas o interrogantes, com-
pruebe los bloqueos psicológicos básicos del aprendi-
1.aje que se enumeran en la pág. 95. La táctica de intro-
ducción es: (a) desugestionar al alumno de la idea de
13S
una capacidad de aprendizaje limitada; (b) estimularle
y (e) elevar su capacidad de esperanza.
137
silencio Capital, Lagos normal
silencio Idioma oficial, suave
inglés
silencio Principal exporta- alto
ción, petróleo
Después de la sesión, que el chico haga un examen
y compruebe él mismo los resultados. Los exámenes
sirven de punto de referencia para ver el progreso que
logran. Cuando empiezan a ver que cada día aprenden
más, los exámenes se convierten en una experiencia
agradable. A algunos niños les ayudaba, según ellos,
poner la música durante el examen, pues con música
recordaban mucho mejor.
139
---- Vuelva a leer el mismo material, esta vez con
música, mientras el niño, relajado y con los ojos cerra-
dos, se limita a escuchar.
- Haga un examen y deje que el propio niño lo
puntúe.
140
EPÍLOGO (1979)
Otros innovadores, sistemas similares
Las técnicas del superaprendizaje florecen en varios
países. Si se observan las raíces de este nuevo floreci-
miento, se descubrirá normalmente que no nos condu-
cen a Bulgaria ni al bloque comunista. Cuando más se
examina la situación, más extraña parece ... extraña sal-
vo por el hecho de que todos conocemos esa idea cuyo
momento ha llegado.
En las últimas décadas, individuos de varios países,
con total independencia entre sí y sin conocimiento de
la tarea de los otros, se sintieron súbitamente impul-
sados a explorar las mismas raíces ( antiguas técnicas
de la India y de Oriente, a las que se atribuía la capa-
cidad de estimular las facultades físicas y mentales del
ser humano) y, tras años de investigación, crearon nue-
vas técnicas de aprendi:-'.lje basadas en los mismos prin-
cipios.
Uno de los sistemas de superaprendizaje más desta-
cados, creado en un país occidental, es el llamado so-
frología. Los cursos de sofrología para el aprendizaje
y la memoria, hace ya años que se utilizan en universi-
dades y escuelas ~º~·
L. Alfonso CayceO,-octor en medicina, colombiano
de origen, creó la sofrología y expuso sus principios
cuando era profesor de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Madrid. Siendo un _joven médico espe-
cializado en neuropsiquiatría, Caycedo quedó fascinado
por la hipnosis. Esto le llevó a investigar las técnicas
modernas y antiguas que permiten al individuo modi-
ficar estados de conciencia, y actuar así sobre el cuer-
po o la mente. Como Lozanov, Caycedo pasó a intere-
141
sarse profundamente por el raja yoga, la ciencia de la
concentración, y se fue a la India a estudiar a algunos
de los raja yogui más famosos. Fue también a Japón
a estudiar zen. En el Tíbet, el Dalai Lama le autorizó a
vivir en un lamansterio para estudiar determinadas téc-
nicas budistas. Caycedo regresó a España después de
dos años, con la idea de que Occidente aún estaba en
la etapa neolítica en el conocimiento de la conciencia
humana.
Decidió tirar por la borda toda la vieja terminología,
pues existían ideas preconcebidas respecto a ellas. Ini-
ciaría una nueva «logía» derivada del griego: Sofrolo-
gía, de sos, armonía, y fren, conciencia o mente. Es de-
cir, el estudio de la armonía de la conciencia.
Al igual que Lozanov, el doctor Caycedo, con un equi-
po de especialistas en fisiología, hizo estudios de labo-
ratorio de todos los ejercicios orientales a los que se
atribuía la propiedad de provocar estados «distintos»
de conciencia. Él y sus colaboradores desmitificaron y
modernizaron esos métodos. Extrajeron la esencia acti-
va, liberándola de siglos de tradiciones arcaicas. Estu-
diaron también los enfoques occidentales del conjunto
mente/cuerpo. Luego, seleccionaron las técnicas que
consideraron mejores, métodos que ayudan a una per-
sona enferma a curarse física y mentalmente, métodos
que ayudan a un individuo sano a mejorar su eficiencia
mental y física.
El Centro de Sofrología se fundó en Barcelona, Es-
paña, en 1960. El doctor Caycedo utilizó, en principio,
la sofrología en el campo de la medicina (lo mismo que
había utilizado Lozanov la sugestología en diversas áreas
que incluían la gastroenterología, la psiquiatría y la
obstetricia). La sofrología, dice, es en realidad una for-
ma de enseñanza. « Enseñamos a la gente a respirar
como es debido, a anestesiarse por sí mismos y a rela-
jarse. Reforzamos la capacidad de control del individuo
y, en consecuencia, su capacidad de esperanza.»
La sofrología pasó de la medicina a los deportes y
a la educación porque Caycedo, como Lozanov, se dio
cuenta de que la gente alcanzaba la hipermnesia, o su-
permemoria, mediante ciertos métodos de raja yoga.
En 1970, se celebró en Barcelona la primera confe-
rencia internacional de sofrología, a la que asistieron
1.400 especialistas de 42 países. La segunda conferencia
mundial se celebró en 1975, con 1.500 delegados de 55
142
países. También se han celebrado conferencias en Fran-
cia.
Al parecer, sin que ninguno de los dos conociese el
trabajo del otro, Lozanov y Caycedo siguieron rutas pa-
ralelas, más o menos al mismo tiempo, en el estudio y
creación de sistemas derivados del yoga, con nombres
similares. La sofrología se ha encauzado hacia la me-
dicina, los deportes y la educación. La sugestología, ha-
cia la medicina y la educación. Los dos médicos traba-
jaban en países regidos por dictaduras.
Cuando nos pusimos en contacto con el doctor Cay-
cedo, descubrimos que la «Oficina de coincidencias»
parecia estar trabajando horas extras. El primer nom-
bre del doctor L. A. Caycedo, es Lozano.
Caycedo, un hombre apasionado, sólido, de calva pre-
matura, de cuarenta y siete años, que se ve obligado a
llevar constantemente gafas oscuras pues tiene la vista
muy débil, es famoso por su dedicación a la medicina
y su capacidad para trabajar intensa e incesantemente.
Dieciocho años investigando la supennemoria y la con-
centración agudizada por medio del raja yoga y el zen,
llevando a Caycedo a crear el sistema de sofrología de
la memoria y un sistema de aprendizaje sofrológico
(con técnicas destinadas tanto a los niños normales
como a los «problemáticos», los que tienen trastornos
del aprendizaje y dificultades de coordinación).
El doctor Caycedo nos explicó que desde hace varios
años, entre 30 y 40 profesores españoles de centros edu-
cativos de Madrid, Barcelona, Valencia, Gijón y Málaga,
han utilizado regularmente el sistema de aprendizaje
sofrológico. Los estudiantes realizan determinados ejer-
cicios todas las mañanas durante quince minutos antes
de empezar las clases diarias, para que puedan utilizar
después durante el día y en todas las materias estas
técnicas de «aprender a aprender». Los profesores in-
forman que los resultados son excelentes. ·
Caycedo ha sido homenajeado en varios países de
Sudamérica en los que se utiliza la sofrología para el
aprendizaje normal, así como para reeducar a los de-
lincuentes juveniles.
También en Francia se está extendiendo la sofrolo-
gía, con profesores del Liceo de Calais, el Liceo Voltai-
re y la Escuela de Periodismo de París, que utilizan el
método e informan de buenos resultados en clases de
inglés y escenografía.
143
Los resultados con niños retrasados y con dificul-
tades de aprendizaje han sido asombrosos. En Madrid,
el pediatra doctor Mariano Espinosa ha utilizado el sis-
tema de educación sofrológico con niños problemáticos
de toda España y de América del Norte y del Sur. Los
especialistas se quedaron atónitos con lo que vieron en
su institución. Jóvenes retrasados, con problemas gra-
ves de falta de coordinación motora, realizaban ejer-
cicios físicos de sofrología con extraordinaria habilidad
y, ademas, tras varios meses adiestrando mente y cuer-
po como un todo, su coeficiente de inteligencia subió
espectacularmente. El doctor Espinosa recibió la me-
dalla de oro internacional de pediatría en 1974, por sus
logros con la sofrología.
El sistema sofrológico aplicado al entrenamiento de-
portivo, tal como se describe en el próximo capítulo,
ha producido una revolución en el atletismo europeo.
La sofrología de Caycedo, lo mismo que la sugesto-
logía de Lozanov, no sólo proporciona beneficios en el
campo del aprendizaje, sino también beneficios tera-
péuticos adicionales: incrementa la confianza del indi-
viduo en sí mismo, la creatividad, el desarrollo emocio-
nal y la capacidad de expresión y el individuo se libera
de ideas limitadoras respecto a sus posibilidades.
Si se observa una clase de aprendizaje sofrológico,
se ve a los estudiantes practicando ejercicios de visua-
lización y de relajamiento. Luego, mientras los estu-
diantes se hallan en estado de meditación (llamado so-
froliminal) y respirando rítmicamente, el profesor lee
el texto rítmicamente con entonaciones específicas.
El principio básico es idéntico en ambos sistemas:
crear un puente entre la mente consciente y la mente
tnc::onsciente. Este lazo de comumcac::ión lleva al con-
trol va.luntarto del cuerpo y de la memoria. Ayuda a
alcanzar una concentración agudizada y a aliviar la ten-
sión. Los dos sistemas utilizan un estado alterado de
conciencia para crear este puente entre la mente y el
cuerpo: un estado de concentración relajada. Lozanov
le llama «estado seudopasivo». Caycedo le llama «estado
de sofronique». Este estado superior de aprendizaje se
caracteriza no sólo por la aminoración de los ritmos
mente/cuerpo, sino por ritmos mente/cuerpo sincroni-
zados.
Esto se logra en el sistema de Lozanov utilizando
música de ritmo lento para atenuar y sincronizar los
144
ritmos mente/cuerpo, y leyendo los materiales del curso
rítmicamente con la música de fondo para .estimular
simultáneamente ambas hemisferios cerebrales,
El sistema de Caycedo ,u tiliza eiercicios de visualiza-
ción para crear un estado de relajamiento con ritmos
mente/cuerpo aminorados. Consigue la sincrontzact6n
efe 10s ritmos mente/cuerpo mediante ejercicios espe-
cíficos de respiración rítmica. El sistema de Caycedo
utiliza también el sonido, µero, con la. ::v.oz numana en
lugar de una orquesta. Se estimulan globalmente ambos
hemisferios cerebrales, hacienda.. leer él material didac-
tico casi en un canturreo. con un ritmo y una entona-
cion especiales. Caycedo llama a esta técnica «Terpnos
lagos» y se remonta a los antiguos irie¡os. Platón lo
describió como un tono especial de la voz: un tono sua-
ve, acariciador, monótono y melodioso como un encan-
tamiento. Dijo que actuaba sobre mente y cuerpo pro-
duciendo un estado de calma, tranquilidad y suma con-
centración. Muchas madres utilizan instintivamente este
tono de voz acariciadora para confortar a un hijo. In-
vestigaciones fisiológicas, como las del fisiólogo ruso
K. Platonov, parecen apoyar el aserto de que un timbre
y un tono de voz concretos pueden ejercer efectos po-
sitivos definidos en el cuerpo. Los profesores de sofro-
logía pasan por un curso de adiestramiento de la voz,
parecido al de los actores y cantantes.
El sistema general de aprendizaje de Caycedo utiliza
el «método de relajamiento dinámico» del propio doc-
tor y una amplia variedad de ejercicios físicos y men-
tales extraídos del raja yoga y del zen para ayudar al
relajamiento, reducir la tensión, mejorar la visualiza-
ción y la concentración. Lozanov también utilizó, en
principio, ejercicios de relajamiento.
Ambos doctores insisten, por último, en que el medio
ambiente donde se desarrolla el aprendizaje, tanto en el
aspecto físico como en el social, debe ser positivo, y
que ha de haber una buena relación en la «alianza»,
como dice Caycedo, entre profesor y alumno.
148
basado en estas técnicas. Descubrió, en concreto, que
si los alumnos respiraban rítmicamente con una recita-
ción de los textos de matemáticas o de lectura, se pro;
ducía un gran avance en el aprendizaje.
Estos europeos y otros no mencionados, han creado
sistemas de enseñanza completos. Y hay muchas perso-
nas más, tanto en los Estados Unidos como fuera de
ellos, fundiendo elementos nuevos en programas de cla-
ses para crear más métodos de educación balística. Va-
mos a citar sólo un ejemplo, el de Marjorie King, del
Instituto de Enseñanza Media Unión de Sacramento,
California, y Joane Kamiya, del Instituto Neuropsiquiá-
trico Bangley-Porter, que han ayudado a introducir el
biofeedback en las escuelas públicas. En vez de hacer
ejercicios de relajamiento, los niños utilizan estos «apa-
ratos gimnásticos biológicos», como denomina un cien-
tífico a estas máquinas para aprender a reducir la ten-
sión. El biofeedback es una forma más de establecer
un puente entre consciente e inconsciente y lograr el
control voluntario del conjunto mente/cuerpo. Los niños
aprenden a mejorar la atención y la creatividad y a su-
perar los bloqueos del aprendizaje. El beneficio más
importante que ha podido constatarse es una imagen
de sí mismo mucho mejor, lo cual, a su vez, estimula
notablemente la capacidad de aprendizaje del niño.
149
rado por Rupprecht S. Baur y P. G. Rühl, de la Uni-
versidad de Hamburgo, indica resultados soviéticos di-
fíciles de creer, basados en los diez años de ventaja que
nos llevan. Por ejemplo, en centros como la Universidad
de Tiflis, en la Georgia soviética, se informa de apren-
dizaje acelerado sin tensión con pruebas de idiomas
que alcanzan un índice del cien por cien.
Los soviéticos han creado sus sistemas a partir de
los métodos originales búlgaros. ¿Los métodos origina-
les búlgaros? En los últimos años, los búlgaros han
estado exportando una versión «nueva» de la sugesto-
pedia. Esta versión parece desviarse de la sincroniza-
ción mente-cuerpo, para concentrarse en lo que podría-
mos llamar enseñanza carismática. La nueva versión,
comparada con las técnicas documentadas que aparecie-
ron en el propio libro de Lozanov, y que data de finales
de 1979, incluye los siguientes cambios: 1. Omisión del
estado alterado de concentración relajada. «Para los
estudiantes el relajamiento se encarna en la persona del
profesor», dice ahora Lozanov. 2. Omisión de las ento-
naciones. 3. Omisión del ritmo. 4. Omisión de los ejer-
cicios respiratorios. 5. Omisión de la música lenta. El
lema actual es «sustituir a Beethoven, Wagner y Cho-
pin». ¿Qué es lo que queda? Básicamente, una exposi-
ción muy teatral, muy imperiosa y muy compleja, hecha
por el profesor con música de fondo, con una insisten-
cia mayor en la atmósfera psicológica de la clase ...
el papel que juega el alumno, la decoración sugerente.
Hasta ahora, no se han publicado datos científicos que
demuestren que este método produce los extraordina-
rios resultados del original. No hay ninguna prueba
documentada de que la nueva versión búlgara acelere
el aprendizaje o amplíe la memoria. Los elementos de
ambos procedimientos son fácilmente comprobables y
no tienen por qué ser cuestión de opinión. Por ejem-
plo, Jean Cureau, de París, hizo pruebas comparativas
con la «nueva» lista de música. Al sustituir la música
barroca lenta por Wagner, los resultados fueron desas-
trosos. También la Universidad de Toronto obtuvo re-
sultados negativos al sustituir la música barroca por
música rápida. El motivo de que se introdujesen en
Bulgaria estos cambios, tan drásticos en apariencia, es
un interrogante aún no aclarado, un interrogante que
quizá tenga muchas respuestas, algunas de las cuales
pueden relacionarse o no con motivos políticos ocultos.
150
Esto fue lo que les facilitaron a los profesores cana-
dienses. Como ya dijimos, su programa del servicio
civil en que se invirtieron muchos millones de dólares
terminó en «fracasos generalizados». Después de fir-
mar un contrato con el Instituto Max Boltzmann, de
Austria, el gobierno búlgaro envió al doctor Lozanov
y a Evelina Gateva a Viena con los nuevos métodos.
El doctor Franz Beer, director del instituto, informa
de que el programa de italiano fracasó. Fue, según dice,
carísimo y lo cierto es que no fue posible adiestrar
adecuadamente a profesores austríacos. A los austría-
cos les fue mejor con un programa búlgaro destinado
a los niños. Hubo prob]emas al principio: el material
didáctico impreso era inadecuado, las videocintas conte-
nían propaganda comunista y los búlgaros, probable-
mente sin captar la ironía del asunto, enviaron a los
vieneses música de vals. Pero los profesores vieneses
cogieron el programa por su cuenta, añadieron ejerci-
cios de visualización y de relajamiento similares a los
utilizados en Iowa, y los resultados mejoraron. En cuan-
to a los aspectos positivos, muchos de estos profesores
quedaron muy complacidos con el enfoque psicológico
y holístico de Lozanov.
Todo el que haya ido a la escuela agradecería una
enseñanza más humana, creadora e interesante. Pero,
en lo que a Estados Unidos se refiere, diffcilmente pue-
de considerarse una innovación el nuevo sistema de en-
señanza al estilo búlgaro. Algunas de las ideas has estado
presentes aquí desde los tiempos de John Deway,
nuestro educador más famoso, cuya influencia se ex-
tendió en las escuelas en las primeras décadas del si-
glo. En época más actuaJ, se están impartiendo ense-
ñanzas de carácter holístico para profesores, con un
buen nivel, en lugares como el Instituto de Educación
Holística de Massachussetts. Y el enfoque de la ense-
ñanza de otros idiomas, mediante un procedimiento ex-
traordinariamente interesante, ha llegado a desarrollar-
Si! magníficamente a través de sistemas como el Dart-
mouth Intensive Language Model, de gran éxito, y que
se utiliza ya en 58 instituciones norteamericanas (1.000
paJabras de vocabulario en 14 días). Siguiendo con esto,
cuando Lozanov y Gateva expusieron su programa en
conferencias profesionales internacionales en Suecia y
Suiza, muchos educadores tuvieron la sensación de que
el «nuevo» método búlgaro parecía «completamente an-
1S1
ticuado». Por otra parte, los que siguieron cursos en
el Instituto de Aprendizaje Lozanov de Estados Unidos
parecían, en general, complacidos con la experiencia, y
estaban convencidos de que habían aprendido bien.
Esta empresa está interesada en el desarrollo y la in-
vestigación y espera tener pronto datos científicos sobre
sus métodos.
En París se están utilizando ambos enfoques. Fanny
Saferis, profesora de reconocidos méritos, compró los
derechos del nuevo sistema búlgaro y ha obtenido resul-
tados realmente buenos en la enseñanza del inglés ha-
blado. Por otra parte, en el Liceo Voltaire, Jean Cureau
lleva varios años enseñando inglés con métodos eclécti-
cos de superaprendizaje, con resultados espectaculares:
una aceleración de 10 a 1 en el aprendizaje, con una at-
mósfera positiva y libre de tensión. Cree que son de
gran importancia la música barroca lenta, el relajamien-
to y las entonaciones suaves .y acariciadoras de la so-
frología.
El sistema de superaprendizaje que se explica en
este libro no es, por supuesto, el búlgaro. Pero tiene ele-
mentos extraídos de las fuentes originales del raja yoga
y de las investigaciones positivas de innovadores de
varios países, incluida Bulgaria. Se incluyen algunos
elementos dobles «a prueba de fallos», porque no todo
el mundo reacciona del mismo modo a los mismos es-
tímulos.
153
tados positivos. Para citar sólo un caso documentado,
hablemos del experimento en curso del doctor Donald
Vannan del Bloomsberg State College de Pennsylvania.
El doctor Vannan enseña un curso de Métodos Cien-
tíficos Elementales. ¿Funcionarán las técnicas de apren-
dizaje acelerado tan bien en el caso de las ciencias como
se dice que funcionan con los idiomas?, se preguntó el
doctor. Para comprobarlo, Vannan enseñó su curso se-
gún el método habitual en tres semestres distintos en
1975. ~ste sería su grupo de control. En 1976, adiestró
a sus alumnos en métodos de relajamiento. Luego, en
vez de la lectura habitual, después de una sesión de pre-
guntas hizo que sus alumnos relajados leyesen en silen-
cio mientras escuchaban el material recitado con ento-
naciones de la cinta. Tras otra sesión de preguntas, les
dijo a sus alumnos que se pusieran cómodos, cerraran
los ojos y escucharan la misma recitación grabada con
música de fondo.
En este curso, los exámenes son absolutamente de
fiar; la mayoría de las preguntas aluden a datos obje-
tivos y la puntuación la establece una computadora. Van-
nan enseñó en 1975 a doscientos veinte alumnos, el 11
por ciento de los cuales recibió una calificación de A.
En 1976, dio clases aproximadamente al mismo número
con técnicas aceleradas. Obtuvo una calificación de A el
7S por ciento. Vannan ha encontrado un nuevo método
de enseñanza. En 1977, de los tres semestres de alum-
nos, el 84,6 por ciento consiguió una A y en 1978 el 82,9
por ciento. Es evidente que los alumnos de Vannan
aprendieron los datos y los recordaron. Y lo consiguie-
ron sin tensión ni agobio.
El ingenio es una de las mejores cualidades que pue-
de fortalecer el superaprendizaje. Pese a todos los resul-
tados aparentemente espectaculares, no estamos, en
realidad, sino empezando a asomarnos a las inmensas
reservas no utilizadas del ser humano. No hemos hecho
más que cruzar la línea de salida. Abraham Maslow, el
padre de la psicología humanista, dijo: «Cuando la úni-
ca herramienta que tienes es un martillo, todos los pro-
blemas empiezan a parecer un clavo.» Hemos utilizado
hasta el presente el 10 por ciento de nuestra capacidad.
Ahora disponemos de algunas herramientas más. Po-
drían utilizarse para ayudarnos a construir otras aÚB
mejores ... a un ritmo acelerado, por supuesto.
154
SECCIÓN 2
SUPER-RENDIMIENTO
10
157
llega por la pantalla de televisión y el joven ejecutivo
repite sus palabras: «Tengo confianza en mí mismo. Los
otros no me asustan. Me gusta hablar en público. Hablo
perfectamente y dejo complacidos y satisfechos a mis
oyentes.»
El joven está en . el consultorio del médico porque
le inquieta un poco el tener que exponer un asUJ1to a
hombres de negocios mucho mayores que él. Aunque su
salud es perfecta, le da miedo actuar en público, hasta
el punto de que a veces se pone tan nervioso que tar-
tamudea. Después ue unas cuantas sesiones, podrá decir-
le adiós al miedo a hablar en público, sin tartamudear.
Estas personas practican un tipo de adiestramiento
autogénico modificado que ha hecho a varios miles de
europeos mejores atletas, mejores oradores y mejores
artistas... prácticamente, ha mejorado su eficacia en
cualquier campo. Se trata del consultorio del doctor
Raym~nd Abrezo!, un comunicativo cirujano dental de
cuarenta y ocho años, que ha sido toda la vida un apa-
sionado de los deportes. En Abrezo! se unen el depor-
tista y el médico. ¿Por qué no enfocar al atleta como a
una persona completa? ¿Por qué no hacer holístico el
entrenamiento deportivo? El doctor Abrezo! es, en gran
parte, responsable de una importante tendencia del
mundo deportivo europeo: el adiestramiento tanto de
la mente como del cuerpo. Por su consultorio han pa-
sado muchos individuos que se convirtieron en célebres
campeones, y mucha gente normal de diversos campos
profesionales, que descubrió que esta técnica. poclría ilu-
minar sus vidas. ·
El entrenamiento autogénico fue . creado en la dé-
cada de -1930 por e¡ psiquiatra alemán Johannes R.
,;is;llJJ.ltz y se ha utilizado ampliamente en clínicas euro-
peas para gran número de trastornos provocados por
la tensión. La autogenia enseña a controlar consciente-
mente varias funciones orgánicas supuestamente invo-
luntarias, como el metabolismo y los latidos cardíacos.
La visualización y los refuerzos también forman parte
del adiestramiento.
El doctor Abrezol no llama autogenia a su programa
de adiestramiento. «El programa de Abrezol para los
deportes, se basa en una versión modificada de la auto-
genia y del yoga, llamada sofrología, creada y desarro-
llada por el doctor Alfonso Caycedo en España.» La so-
1S8
tro1ogía es un término bastante común en Europa, pero
casi totalmente desconocido en Norteamérica.
A principios de la década de 1960, cuando el doctor
Abrezo! empezó a experimentar con la sofrología, tra-
bajó con esquiadores y tenistas aficionados. Les enseñó
a aprender a eliminar condiciones mentales obstaculi-
zadoras que debilitaban su capacidad: nerviosismo an-
tes o durante un partido o una competición, falta de
concentración, falta de combatividad, falta de confianza,
fatiga, miedo a los errores y miedo a la derrota. En 1967,
cuando Peter Baumgartner, del equipo nacional suizo
de esquí, se enteró de los notables resultados que estaba
obteniendo Abrezo! con su programa de ~ntrenamiento
deportivo mente/cuerpo, le pidió que trabajase con el
equipo suizo. Por entonces, los equipos suizos no do--
minaban precisamente en las olimpiadas.
Utilizaron la sofrología en sus entrenamientos cuatro
esquiadores (Madeleine Cuyot, Fernande Bochatay, Wil-
ly Fabre, Jean-Daniel Daetwyler) y empezó a observarse
algo nuevo en las competiciones internacionales. De es-
tos cuatro esquiadores, tres ganaron medallas en las
olimpiadas de invierno de Grenoble en 1968. Empezaron
a circular rumores en los ambientes deportivos. ¿Qué
habían descubierto los suizos? ¿Una nueva megavita-
mina, un nuevo tratamiento físico? ¿O acaso el adies-
tramiento mental podía dar lugar a una superforma?
El equipo suizo siguió con la sofrología. Cuatro años
después, en las olimpíadas de invierno de Sapporo, Ja-
pón, en 1972, los suizos consiguieron otras tres nuevas
medallas: las de Marie-Therese Nadig, Roland Collum-
bin y Bernard Russi.
Abrezo! cree que sus programas mentales liberan
a los deportistas de un miedo inconsciente, que puede
significar varias centésimas de segundo... y una pres-
tigiosa medalla.
Y el método no sólo resultaba con los esquiadores.
El adiestramiento autogénico modificado ayudó a Fritz
Charlet, boxeador que estaba a punto de abandonar la
carrera. Tras pasar por el adiestramiento mental, se
convirtió en campeón europeo de los pesos pluma.
En Europa hay muchos, muchísimos atletas y espe-
cialistas en sofrología que trabajan en el adiestramiento
mental para un mejor rendimiento atlético: especialis-
tas en salto, patinadores, luchadores, deportistas náu-
ticos, equipos de acrobacia aérea, futbolistas. Siempre
159
que un deportista trabaje seriamente en sus ejercicios,
dice el doctor Abrezol, acelera su progreso y_ mejora
su rendimiento. fara la práctica mental es básica la vi-
sualización, pasar por tocla el proceso con el máximo
detalle. «La imaginación es más poderosa que la volun-
tad», dice Abrezol. El intentar eliminar el nerviosismo
basándose en la voluntad no hace más que añadir más
angustia a la tensión que el individuo ya sufre.
En Francia, cuando los médicos probaron y valora-
ron el entrenamiento sofrológico con sus atletas, los
doctores H. Boon, Y. Davron y J. C. Macquet informa-
ron: El adiestramiento mejoraba la precisión de movi-
mientos, economizaba el gasto de energía y permitía
controlar mejor las posiciones. Desde un punto de vista
psicológico, el adiestramiento mental mejoraba la con-
centración y la atención y estimulaba la percepción. Me-
joraba las relaciones del individuo con sus compañeros
y entrenadores. Eliminaba el miedo, la tensión, el ner-
viosismo, la inquietud ante los posibles errores, etc.
Los análisis médicos mostraban que después de la com-
petición, la recuperación se aceleraba ... lo cual permitía
a los atletas realizar varias competiciones seguidas. En
casos de dolores o contracciones musculares provoca-
das por el ejercicio, las técnicas sofrológicas eran de
gran ayuda. El control del dolor puede ser, sin duda, un
gran beneficio para cualquiera, no sólo para los atletas
(ver Capítulo 12).
El doctor Abrezol indica que los programas mentales
como la sofrología pueden aliviar también varios tras-
tornos físicos: problemas vasculares y respiratorios,
problemas de pies, insomnio, jaquecas, y puede incluso
ayudar a controlar el índice de colesterol. Las investi-
gaciones de laboratorio muestran que con métodos de
tipo autogénico se puede aprender a controlar la po-
tencia muscular, el flujo sanguíneo, la temperatura de
la piel, las ondas cerebrales y el metabolismo. ~se es el
motivo de que, en Europa y en la URSS, la autogenia
modificada sea una de las formas más populares de
terapia médica, que suele preferirse a los fármacos.
También es preferible a los fármacos en el caso de las
personas sanas que sufren de temblores de piernas y de
manos y que pierden la voz cuando se sienten observa-
das por mucha gen te.
Hasta los individuos más famosos y notables en su
campo pueden sentirse nerviosos por tener que hablar
160
en público, cuando han de aparecer en un programa na-
cional de la radio o la televisión, dice el doctor William
Kroger, que trata a estas celebridades. Es una crisis de
miedo a hablar en público y nace de la idea de que están
observándote literalmente millones de personas. Los sín-
tomas son «pánico, trastornos estomacales, sudores, aga-
rrotamiento de la laringe, circulación deficiente, pulso
rápido e incluso vómitos ... todo ello acompañado de un
fuerte deseo de huir».
La autogenia podría permitir a estos individuos «in-
tegrar sus actos» y dejar que el talento, la mente y el
cuerpo trabajasen por ellos. Quienes han aprendido a
comunicarse con el cuerpo mediante la autogenia dicen
que es como si el cuerpo hubiera estado siempre en
piloto automático y de pronto descubrieses que podías
tomar tú los controles.
El médico alemán Hannes Lindemann descubrió que
podía hacerse cargo de los controles lo bastante bien
como para hacer con su canoa la travesía del Atlántico.
«Una gracia especial», le llama él. «Pero también una
obligación.» Para cumplir con esa obligación, da clases
de autogenia. «Como remedio, parece el método ideal
-dice el doctor- para aumentar la capacidad del indi-
viduo y mejorar su salud ... » Por salud, Lindemann en-
tiende algo más que ese estado indefinido de no sentirse
mal, que muchos tomamos por salud. Entiende también
la capacidad para tener relaciones sanas y no pernicio-
sas con los demás y con la sociedad. «Somos tan inma-
duros y estamos tan subdesarrollados psicosocialmente,
que tendría que ser deber de todos pasar por un adies-
tramiento autogénico.» Ayuda a los atletas a lograr una
mayor eficacia, dice, y puede aumentar asimismo la efi-
cacia de negociantes, profesionales y trabajadores.
Algunas organizaciones comerciales alemanas, como
la Cámara de Comercio, han iniciado programas auto-
génicos. Los hombres de negocios que han realizado los
e.iercicios con regularidad informan de una mejora sig-
nificativa en la creatividad y en la producción, de menor
absentismo, menos accidentes, mejor salud y mejores
relaciones interpersonales.
:estos son algunos de los beneficios atribuidos al
adiestramiento autogénico. Se atribuyen también a la
sofrología. Algunas técnicas básicas son las mismas: re-
lajamiento y control del cuerpo, uso de refuerzos y vi-
sualizaciones. Sin embargo, la sofrología del doctor Cay-
161
cedo desarrolló métodos posteriores entre los que se
incluía una «relajación dinámica» especial. La contri·
bución del doctor Abrezo! consistió en comenzar a utili-
zar la sofrología en los deportes.
Los resultados
Mucho antes de que Europa Occidental captase la
idea, los soviéticos habían investigado y descubierto
que músculo-más-cerebro era una combinación ganado-
ra en deportes.
Son los programas de desarrollo mental los que han
ayudado a los atletas soviéticos a convertirse en super-
ases y a acaparar casi todas las medallas de oro en las
olimpiadas, según los especialistas occidentales. El doc-
tor Richard Suinn, jefe del departamento de psicología
de la Universidad estatal de Colorado, comenta: «Sus
atletas (los soviéticos) consideran el deporte una carre-
ra, y conceden gran importancia al éxito atlético deter-
minado por la mente.» Gracias a estas técnicas, los rusos
obtuvieron el primer lugar en la olimpiada de Montreal
de 1976 y los alemanes orientales el segundo. Rusia ganó
cuarenta y siete medallas de oro y un país pequeño
como Alemania Oriental cuarenta.
El profesor Suinn, que creó un programa de adies-
tramiento mental para el equipo olímpico de esquí nor-
teamericano de 1976, dice que Estados Unidos, y lama-
yoría de los restantes países, no han hecho más que
empezar a vislumbrar las posibilidades del poder men-
tal en los deportes.
Un norteamericano que al parecer ha vislumbrado
tales posibilidades, es Charles Tickner, el individuo que
le arrebató inesperadamente la medalla de oro al cam-
peón soviético en patinaje artístico en marzo de 1978.
Los periodistas habían oído que utilizaba un programa
mental. Tickner, estudiante de segundo curso en la Uni-
versidad de Nevada, explicó que todas las mañanas se
pone en estado de relajamiento. «Mt: basta repetir unas
cuantas palabras para cimentar la confianza en mí mis-
mo durante unos minutos.»
El mentalista Kreskin, aparte de mostrar sus técni-
cas mentales en su programa de televisión, participa
también en programas de investigación psicológica en
el Seton Hall College de Nueva Jersey. Kreskin tuvo
162
acceso a informes soviéticos sobre adiestramiento men-
tal e hizo un estudio detallado de los programas atlé-
ticos. l!l cree que los rusos llevan experimentando con
el poder mental en atletismo desde la década de los
cuarenta. « Y eso ha significado su gradual superioridad
en los últimos años en los juegos olímpicos de invier-
no y de verano y en otras competiciones deportivas
mundiales», dice. Los alemanes orientales, según Kres-
kin, han introducido también estos programas en sus
equipos deportivos nacionales.
En las olimpiadas de verano de 1976, hubo un largo
minuto que mantuvo tensos los músculos colectivos de
millones de espectadores. Vasily Alexeyev se inclinó para
alzar un peso superior al que hubiera alzado nunca un
ser humano. Las tensiones se liberaron en una gran
marea de aplausos, cuando Alexeyev se irguió triunfal
con los brazos extendidos y aquel aplastante peso bien
alto sobre la cabeza. Vasily Alexeyev practica el adies-
tramiento mental. Le sucedió algo muy interesante en
el terreno de la sugestión, en su preparación para lograr
la medalla de oro. En el levantamiento de peso, los
doscientos kilos llevaban siendo mucho tiempo una ba-
rrera infranqueable que ningún ser humano podía sobre-
pasar, así como los cuatro minutos por milla lo habían
sido para los corredores. Alexeyev y otros alzaban peso
justo por debajo de este punto crucial. En una ocasión,
sus entrenadores le dijeron que superaría su récord
mundial, 199 ,96 kgs. Lo hizo. Luego le mostraron el
peso y era, en realidad, de 200,6 kgs. Pocos años des-
pués, en la olimpiada, Alexeyev logró levantar 225,6 kgs.
Entre los secretos del sistema de adiestramiento so-
viético, según Kreskin, figura el aprender a borrar men-
talmente errores pasados y el miedo al fracaso y apren-
der también a imaginar mentalmente el desenlace posi-
tivo de una actividad. No se trata de decirle a la mente
lo que uno quiere. Se le dice que !o que . tú quieres lo
tienes ya. Como en el caso de la sofrología, se entrena
a los atletas en concentración, de modo que puedan
desconectarse del ruido y la confusión del público que
les observa y centrarse únicamente en triunfar.
Muchos científicos del deporte soviético creen hoy
que el atleta medio no da ni la mitad de su rendimien-
to potencial si no utiliza el poder mental. Según los
psicoterapeutas doctor W. Rozhnov y doctor A. Alexiev,
del Instituto Superior de Formación Médica, los rusos
163
trabajan en métodos ampliados para dar a los atletas
poder cerebral sobre los músculos. Cuando enseñas al
cerebro a «mandar» al cuerpo, todos los órganos cor-
porales se movilizan para actuar coordinados del modo
más eficaz. Rozhnov y Alexiev, ambos autoridades en
educación deportiva holística, sostienen que es necesa-
rio también adiestrar las emociones. El objetivo es mo-
vilizar todas las fuerzas del individuo, de modo que
el poder del cuerpo pueda expresarse por sí mismo ple-
namente.
Al parecer, antes de salir al cuadrilátero, algunos
boxeadores soviéticos hacen un programa mental de
diez minutos, para liberarse de tensiones y tener los
nervios preparados para reacciones muy rápidas. Jóve-
nes buceadores soviéticos, que se ponían nerviosos e in-
cluso se dejaban dominar por el pánico antes de una
competición, utilizan ahora técnicas de relajamiento
méntal para restaurar la confianza, y de visualización
para lograr el funcionamiento óptimo del cuerpo.
Según Rozhnov y Alexiev, se utiliza hoy en gran
escala en Rusia el adiestramiento triple. Incluye atleta,
entrenador físico y entrenador mental. Se utiliza tam-
bién ampliamente el mismo enfoque en las artes: en el
ballet y en la música, por ejemplo. Se adiestra en las
técnicas mente/cuerpo incluso a los cosmonautas sovié-
ticos. Los programas soviéticos, como la sofrología, son
autogenia modificada. Los métodos han sido adaptados
a una práctica simple y gradual que lleva sólo unos
minutos diarios. No se necesita ningún equipo especial.
No son necesarios ejercicios físicos agotadores, ni es-
fuerzos especiales. Ni una fe especial en lo que se hace.
Las dos claves son práctica e imaginación. Poco a poco,
mediante la práctica, se establecen líneas de comunica-
ción con el inconsciente para aprovechar las reservas
de la mente. Poco a poco, se desarrolla el control cons-
ciente de las llamadas funciones involuntarias. Poco a
poco, el relajamiento de la tensión se hace automático.
En cuanto el cuerpo está bajo control autogénico,
son particularmente eficaces los refuerzos para un me-
jor rendimiento. En el estado autogénico relajado, los
competidores recorren vívidas películas mentales. La ex-
periencia muestra que esta práctica mental puede ser
tan eficaz como la práctica física. El profesor Suinn, de
Colorado, ha hecho que los esquiadores olímpicos se
imaginen a sí mismos esquiando, corrigiendo mental-
164
mente los errores que han cometido en la práctica fí-
sica. Las repeticiones mentales, según él, ejercen un
efecto positivo en la actuación siguiente. De treinta a
cuarenta años de investigación de soviéticos y europeos
muestran que la práctica mental puede ayudar en todos
los campos de la actividad humana, desde la interpre-
tación de un concierto al tiro con arco o al tenis.
Las películas mentales como clave para alcanzar el
estado óptimo físico no son ninguna novedad para cam-
peones norteamericanos como Jack Nicklaus. Según él,
su éxito se debe enteramente al hecho de que practica
la concentración y la visualización. Nicklaus ha hecho la
sorprendente revelación de que sus partidos de golf
sólo dependen en un diez por ciento de la práctica con-
creta. El lograr golpes determinados, dice Nicklaus, es,
en un cincuenta por ciento, imagen mental y en un cua-
renta por ciento posición. ¿Su técnica? Primero, se des-
conecta del mundo. Se sitúa en un estado de concen-
tración; luego hace una película mental de toda la
jugada, clara y precisa, con acercamientos y alejamien-
tos. «Jamás lanzo un golpe sin esta película en color»,
dice. En su libro Golf My Way (Golf a mi manera} Nic-
klaus revela: «Primero "veo" la pelota donde quiero que
acabe, linda y blanca y alzándose sobre la brillante yerba
verde. Luego, la escena cambia rápidamente y "veo" la
pelota yendo hacia allí: su camino, trayectoria y forma,
incluso lo que hará al caer en tierra. Luego, hay una
especie de apagón y en la escena siguiente aparezco
dando el tipo de golpe que hará realidad las imágenes
anteriores.»
Tony Jacklin, ganador del Open norteamericano, y
del inglés, considera que cuando es capaz de desarrollar
«la concentración del gusano en su capullo» durante
un partido de golf, puede conectar y saber lo que tiene
que hacer y cómo hacerlo.
El levantador de pesos Arnold Schwarze.ne~r.,, cinco
veces Mister Universo, cuatro veces Mister Olimpia, y
protagonista de la película Pumping /ron, sostiene que
en el levantamiento de peso todo es «Mente sobre ma-
teria». «Mientras la mente pueda imaginar el hecho de
que puedes hacer algo, puedes hacerlo... Y o me visua-
lizaba a mí mismo ya allí, habiendo logrado el objetivo.»
La ejecución, dice, es el movimiento complementario, un
reoordatorio de la visión en la que has estado contem-
plándote.
165
Actividades creadoras
No sólo los atletas trabajan siguiendo una visión. La
capacidad adiestrada de imaginar vívidamente es tam-
bién uno de los circuitos del genio creador y de la
práctica creadora. Una visualización que había de afec-
tamos decisivamente a todos se iluminó una tarde de
febrero al oscurecer, cuando un científico alto, de cabe-
llo oscuro, cruzaba un parque de Praga con su ayudante.
Empezó a recitar un poema de Goethe sobre el cre-
púsculo. De pronto, se quedó quieto, mirando fijamente
al sol.
-¿No lo ves? -preguntó a su desconcertado acom-
pañante-. Está justo ahí, delante de mí. Mira, funciona
perfectamente.
Cogió un palo y empezó a trazar círculos de un dia-
grama en el suelo. Aquel hombre era Nicola Tesla. Lo
que dibujaba en el suelo era algo que· se·llevaba bus-
cando mucho tiempo, el sistema de corriente alterna
de generación de energía. Fue este descubrimiento lo
que le permitió aprovechar las Cataratas del Niágara
y proporcionarnos la era de la electricidad.
Tesla es, en nuestro siglo, uno de los mejores ejem-
plos de personalidad global y sin bloqueos. El alcance
de su capacidad no cabe fácilmente en compartimentos
habituales, y ése quizá sea el motivo de que, hasta fecha
reciente, haya sido uno de nuestros genios más olvi-
dados.
Tesla adiestró sus facultades de visualización hasta
tal punto que podía construir mentalmente un invento
con todo detalle. Luego, como si tuviese realmente ante
sí el equipo y el laboratorio, podía poner en marcha
su imaginado artilugio y predecir exactamente cómo
funcionaría una vez construido. A Tesla, el sistema de
tanteo que utilizaban hombres como Edison, le parecía
un desperdicio y una pérdida de tiempo.
Tesla era capaz de hacer operaciones matemáticas
instantáneas como una calculadora electrónica. Apren-
dió rápidamente dos idiomas. Tenía memoria fotográ-
fica. Era capaz de recordar, según sus ayudantes, todos
los detalles de más de cinco mil experimentos realiza-
dos a lo largo de cincuenta años. Sus empleados insis-
tían en que tenía poderes «sobrenaturales» y era capaz
de leerles el pensamiento. El propio Tesla indicó que
tenía facultades telepáticas y en una ocasión recibió
166
imágenes mentales de su madre desde muy lejos. Tesla
atribuye a su madre el desarrollo de esta capacidad ex-
cepcional. Siendo niño, en Yugoslavia, ella le adiestraba
a propósito y metódicamente a visualizar con una varie-
dad de juegos que inventaban. También practicaban
juegos de percepción extrasensorial.
El rendimiento de Tesla fue prodigioso. Entre sus
setecientos inventos se incluyen el voltaje de alta fre-
cuencia, la iluminación fluorescente y de neón, la bobina
Tesla, el oscilador (la base de nuestra emisión radio-
fónica y televisual), nuestros motores eléctricos bási-
cos, instrumentos de control remoto y otras innovacio-
nes extraordinarias que han permanecido en el olvido
si no en el secreto ... un sistema energético planetario
para producir energía barata, un rayo energético defen-
sivo, rayos energéticos sin cables para proporcionar com-
bustible a los aviones e incluso un sistema de comuni-
cación interplanetario.
Los poderes de visualización de Tesla eran tan se-
guros que sus mecánicos, que eran individuos muy es-
pecializados, decían que si quisiese inventar una tur-
bina nueva, un motor solar o algún tipo de equipo eléc-
trico, era capaz de establecer cada una de las medidas
mentalmente, incluyendo dimensiones de dit::zmilésimas
de pulgada.
Aunque fue un creador de un tipo distinto, Thomas
Wolfe, como Tesla, era capaz de ver las cosas con tanta
precisión con la mente como con los ojos. En sus me-
morias, Wolfe habla de esta capacidad que tan útil le
resultaba escribiendo.
«Por ejemplo, yo estaba sentado en la terraza de un
café... y de pronto recordaba la barandilla de hierro
del paseo de tablas de Atlantic City. Podía verlo tal
como era, podía ver aquel grueso tubo de hierro, apre-
ciar su aspecto tosco, ver los engastes de las juntas.
Todo era tan vívido y preciso que podía sentir mi mano
sobre la baranda y saber sus dimensiones exactas: ta-
maño, peso y forma.»
Parece ser que los que destacan con la mente y los
que destacan con el cuerpo utilizan algunas fuentes co-
munes, como si partiesen de una imagen mental deli-
cadamente conectada ... aunque probablemente ninguno
de los dos grupos percibe la similitud. Como dice Geor-
ge Leonard: «Atletas e intelectuales suelen vivir en mun-
dos distintos, en detrimento de ambos.» En The Ulti-
167
mate Athlete, Leonard indica que el enfoque global y
combinado mente/cuerpo para los deportes es parte
integral de la acrobacia oriental del aikido, del kung fu
y otras artes marciales. Opina que la separación entre
mente y cuerpo en el atletismo occidental es un error
que ha de subsanarse. Según él, cuando se recupera la
totalidad, los deportes pueden ser una vía para la ilu-
minación personal: el proceso de práctica del deporte,
el proceso del movimiento, el proceso de percibir nues-
tro cuerpo ligado a las fuerzas del universo, cobrarían
tanta importancia como la tiene ganar en la época ac-
tual. Con este enfoque, en vez de ignorar o sobrevalorar
lo físico, uno experimenta y glorifica el espíritu a través
del cuerpo.
Las perspectivas empiezan por fin a cambiar y a am-
pliarse en el deporte norteamericano. Existe una ten-
dencia hacia deportes para toda la vida. Hay un mayor
interés por el proceso, más que por la competición, y
sobre todo por el lazo mente/cuerpo como medio de
lograr mayor gozo y una ejecución trascendente. Ana-
lizan este enfoque libros como The Zen of Running de
Fred Robe, Inner Tennis, de Tim Gallwey, The inners-
pace of Running de Mike Spino, Inner Skying de Gall-
wey y Kriegel y The Centered Skier de Denise McClug-
gage. Hay lugares de entrenamiento de un nuevo estilo
para jugadores de golf y de tenis, esquiadores, donde
se insiste especialmente en el relajamiento, el equilibrio,
la visualización y la percepción del flujo de la energía
interna.
Hemos empezado a aprender de Oriente. Parece ser
que podríamos aprender también de Occidente. Los pro-
gramas de entrenamiento mental han sido la clave para
estimular la salud y el rendimiento máximos de cientos
de miles de soviéticos y europeos. Sin drogas ni fárma-
cos y sin un costoso equipo de biorrealimentación, el
individuo está aprendiendo a controlar su propia fisio-
logía. Aparte de atletas e intérpretes, en Europa se usa
profusamente el adiestramiento en autogenia modificada
para curar el cuerpo y también la mente, hasta el punto
de que sólo le supera en cuanto a aplicación la psico-
terapia convencional. A mediados de los años setenta
había más de dos mil quinientas publicaciones cientí-
ficas sobre adiestramiento autogénico y sus numerosí-
simos beneficios, pero eran muy pocas las que estaban
en inglés.
168
Conseguimos y tradujimos uno de los programas tí-
picos de adiestramiento mental soviético, de los que
muy pocos han llegado a Norteamérica, si es que ha
llegado alguno. Forma la mayor parte del capítulo si-
guiente y, según nosotros mismos hemos podido averi-
guar, es un medio satisfactoria para lograr relajamiento
autogénico básico y control.
169
11
UN PROGRAMA sov1i11co DE
RENDIMIENTO MÁXIMO
171
de la autogenia, a la larga, resulta ser su capacidad para
prevenir la enfermedad y favorecer una notoria longe-
vidad.
El doctor Schultz fue, al principio de su vida, un
típico niño frágil agobiado por la enfermedad y las pro•
hibiciones. En una ocasión, comentó que su padre, que
era teólogo, trabajaba para salvar almas, mientras que él
quería salvar cuerpos. Quizás haya acabado haciendo
ambas cosas. Schultz, por su parte, vivió y trabajó hasta
los ochenta y seis años.
Aunque la autogenia está empezando a cobrar todo
el aspecto de una panacea, Odessky declara enseguida
que no hay nada sobrenatural en el programa. Muchos
años de investigación atestiguan esos efectos; los cien-
tíficos han determinado, al menos en parte, cómo se
producen. (Para más documentación, consúltese una bi-
blioteca médica. Véase también Apéndice.) Aunque pa-
rezca simple, un elemento capital que _justifica la capa·
cidad de curación de la autogenia, incluso la curación
de graves trastornos, es el relajamiento. Al parecer,
cuando nos liberamos de las tensiones que nos agobian,
cuerpo y mente tienden a la normalización y toda cura•
ción es básicamente autocuración.
El doctor Odessky aconseja practicar la autogenia
médica normal en combinación con un especialista. Pero
esto deja aún muchas otras cosas que puede hacer cual-
quiera. Por citar sólo una, continúa el doctor Odessky,
podemos liberarnos de todas esas emociones y sensa-
ciones negativas que suelen surgir cuando nos enfren-
tamos a un acontecimiento importante. <<Exámenes,
apariciones en público, competiciones, una operación
quirúrgica, negocios importantes y encuentros perso-
nales.»
La autogenia, o gimnasia psicológica, corno le llama
Odessky, tiene dos niveles de adiestramiento. Varios de
los logros mencionados pueden alcanzarse con la base
exclusiva del adiestramiento. Si haces ejercicio diario
o deporte, o interpretas música de modo regular, te re•
sultará especialmente fácil incorporar estos escasos mi-
nutos de adiestramiento corno una rutina diaria. Los
ejercicios del segundo nivel suponen técnicas con las
que ya estás familiarizado: visualización y sugestión au-
torr~lada.
Cuando terminas el curso puedes provocar el estado
autogénico atento y relajado en un tiempo que oscila
172
de los treinta segundos al minuto, en cualquier lugar y
en cualquier circunstancia. Pero, para aprender, elige
un lugar cómodo y tranquilo. «Los ejercicios autogénicos
son buenos en cualquier momento -explica Odessky-.
Pero resultarán mucho mejor si esperas por lo menos
hora y media después de las comidas.» (Los médicos
franceses Boon, Davron, y Macquet informan que no se
han derivado nunca efectos nocivos de los ejercicios
autogénicos.)
La autogenia puede ser útil de formas casi infinitas:
incrementa tu capacidad y el disfrute de cualquier cosa,
desde los deportes a los negocios o a la aventura extra-
sensorial. Pero hay algo más. Gran parte del gozo con-
siste en el llegar allí. Te sientes mejor, más feliz, hacien-
do los ejercicios. Se produce la sorprendente sensación
de liberarte de la pesadez y el agobio. Las siguientes
instrucciones se basan en el programa del doctor Odes-
sky.
Posición
Adopte una de las siguientes posiciones, la que esté
más de acuerdo con las circunstancias.
1. EL COCHERO: Piense en un antiguo cochero que se
relaja durante un largo viaje. Siéntese en una silla o en
un taburete. Deje colgar ligeramente la cabeza hacia
adelante, con manos y antebrazos apoyados flojamente
sobre los muslos, las piernas en una posición cómoda,
con los pies apuntando ligeramente hacia fuera. Ha de
tener los ojos cerrados.
2. EL SILLÓN: Siéntese cómodamente en un sillón, apo-
yando la cabeza en el respaldo. Ponga brazos y manos
sobre los brazos del sillón o apoyados en los muslos;
coloque las piernas y los pies en posición cómoda, con
los pies ligeramente vueltos hacia fuera. Ha de tener los
ojos cerrados.
3. TENDIDO: Tiéndase boca arriba, con un cojín no muy
grueso para apoyar la cabeza. Los brazos, ligeramente
doblados por los codos, descansando con las palmas ha-
cia abajo, a los costados. Las piernas están relajadas
y no se tocan entre sí; los pies apuntan ligeramente
173
hacia el lado. (Si los pies apuntan en línea recta hacia
arriba, no está relajado.) Los ojos han de estar cerrados.
Calentamiento
El calentamiento, como todo en la autogenia, es sim-
ple. Debe colocarse su «máscara de relajamiento» y un
ciclo de respiración.
Imagine que se está poniendo una máscara de rela-•
jamiento, esa máscara maravilloisa elimina el ceño y las
arrugas provocados por la tension. Todos los músculos
de la cara se relajan, se distienden. Se le cierran los
párpados y descansan suavemente, con los ojos enfo-
cados hacia la punta de la nariz. Cuelga flojo el mentón
la boca está un poco entreabierta, la lengua toca las
encías de los dientes de arriba (pronuncie silenciosa-
mente do t).
Inicie ahora un ciclo suave de respiración profunda
sin esforzarse. Se trata de «respiración abdominal».
Cuando entre el aire, sentirá el abdomen llenarse e hin-
charse. Al expulsar el aire, perciba cómo se hunde. Res-
pire despacio. Ha de tardar el doble en espirar que en
inspirar. A cada respiración, la duración aumenta. Por
ejemplo, inspire, dos, tres; espire, dos, tres, cuatro, cin-
co, seis. Inspire, dos, tres cuatro; espire dos tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho. Empiece con una unidad y siga
luego recorriendo la escala hasta llegar a seis o así. ..
no se esfuerce.
Luego invierta el ciclo. Inspire seis unidades y espire
doce. Inspire cinco y espire diez, y siga así hasta llegar
a uno.
Dedique de dos a tres minutos a este calentamiento.
Luego pase directamente a los ejercicios.
175
Segundo ejercicio: calor
Ha de aprender a despertar en usted mismo, a volun-
tad, una sensación de calor. Empiece con su calenta-
miento durante unos dos minutos. En el programa auto-
génico siempre recapitule el ejercicio previo para con-
tinuar. Haga un ciclo de la última fórmula para pesadez
en brazos y piernas, que deberá durar de unos cuarenta
y cinco segundos a un minuto. Creada la pesadez, inicie
el ejercicio de calor, que sigue la misma fórmula ge-
neral:
Noto el brazo derecho inerte y caliente 6-8 veces
Noto el brazo derecho cada vez más caliente 6-8 veces
Tengo el brazo derecho completamente
caliente 6-8 veces
Siento una tranquilidad absoluta 1 vez
Utilice la imaginación mientras repite la fórmula del
calor.
Siguiendo el mismo sistema, caliente el brazo dere-
cho tres días, otros tres días el brazo izquierdo, y otros
tres días ambos brazos, la pierna derecha, la pierna iz-
quierda, ambas piernas, y brazos y piernas. Luego apli-
que la fórmula final que resume los dos primeros ejer-
cicios. Ya no tiene que hacer antes el ciclo «pesadez».
Noto los brazos y las piernas inertes,
pesados y calientes 6-8 veces
Siento los brazos y las piernas cada vez
más pesados y calientes 6 veces
Tengo los brazos y piernas completamente
pesados y calientes 6-8 veces
Siento una tranquilidad absoluta 1 vez
Entre los ciclos de la fórmula del calor, abra los
ojos, muévase y sacuda la pesadez y la calidez. Repita
luego. Mientras dice mentalmente la fórmula, utilice la
imaginación para recuperar el momento en que tenía el
brazo caliente. Visualice, si quiere, su brazo inmerso
en una bañera de agua caliente o recuerde la sensación
del sol de la playa cayendo sobre usted y calentándole
el brazo. En caso necesario, para conseguir esta sensa-
ción, entre sesiones, coloque el brazo en agua caliente,
diciendo en voz alta: cada vez se me calienta más el
176
brazo. Puede también imaginar que envía calor interno
a sus extremidades. No empiece a aplicar la fórmula
del calor a ninguna extremidad si no la siente pesada.
Si no lo está, ha de decir las palabras adecuadas hasta
que aparezca la pesadez.
177
Mi corazón late sereno y firme 1-2 veces
Siento una tranquilidad absoluta 1 vez
Mi respiración es totalmente sosegada 6-8 veces
Siento una tranquilidad absoluta 1 vez
Haga este ejercicio para poder controlar la respira-
ción catorce días, de siete a diez minutos, dos o tres
veces al día. Se considera dominada la técnica cuando
se es capaz de respirar rítmica y pausadamente, a vo-
luntad, después de una ligera actividad psíquica o algún
tipo de estimulación nerviosa. En vez de decir el «siento
una tranquilidad absoluta» habitual al final del ejerci-
cio, el doctor Schultz prefería decir: «Me vivifica.»
178
Imagine que una brisa fresca le acanc1a la frente
y las sienes. Si es necesario para captar la sensación,
colóquese, en tres sesiones, frente a un acondicionador
de aire o un ventilador, diciendo en voz alta: Mi frente
· está fresca. El ejercicio se considera dominado cuando
experimenta repetidamente un frescor definido. Hágalo
dos o tres veces al día durante un período de siete a
diez minutos, catorce días.
No salga bruscamente de una sesión. Abra los ojos
y empiece a moverse poco a poco. Estírese, flexione las
articulaciones, libérese de la pesadez y póngase de nue-
vo en marcha.
Recapitulación:
Repita todas las fórmulas literalmente, pero no ma-
quinalmente. Dígalas con atención, con intensidad y emo-
ción, de modo que se fundan en su conciencia. Combine
las sugestiones con la imaginación. Las fórmulas pesa-
dez/ calor suelen producir un estado de somnolencia su-
mamente agradable, que indica que se dominan correc-
tamente. Sin embargo, no se duerma. Si se durmiese,
aprenda de la experiencia. Quizá debiese hacer el ejer-
cicio incorporado. Quizá tenga que dejar vagar el pen-
samiento y/o la imaginación. El objetivo de la autogenia
es la consciencia relajada. Y su conciencia debería agu-
dizarse con la eliminación de tensiones. Imagine que
retiene un centro de conciencia durante las sesiones.
Si dormirse constituye un verdadero problema, sugié-
rase: «Puede dormir mi cuerpo, pero mi conciencia per-
manece alerta y despierta.»
Ya habrá dicho lo que es en realidad su fórmula final.
Noto los brazos y las piernas pesados y calientes
Me palpita el corazón y respiro con tranquilidad y
firmeza
Tengo el estómago suave y caliente, la frente fresca
Siento una tranquilidad absoluta
La mayoría de la gente acaba utilizando sólo una o
dos repeticiones para lograr el estado autogénico con-
trolado y agradable. Este estado se fortalece si se utili-
za la técnica de modo habitual, siempre que necesite
relajarse y estar en las mejores condiciones. La dosis
179
de mantenimiento es practicar dos veces al día durante
cinco .minutos. Una vez que la técnica se controla bien,
el individuo descubre que puede decir sencillamente:
«Brazos y piernas pesados, calientes; corazón y respira-
ción tranquilos, firmes; estómago caliente, frente fresca,·
calma» y pasar al estado autogénico.
El doctor Odessky pone fin a su programa en este
punto. Después de una breve mención a la autogenia
a un segundo nivel (ver pág. 182), pasa a otros trucos
terapéuticos soviéticos, como la terapia musical.
Con estos seis ejercicios simples, se dominan las
bases de la autogenia. Si es usted como la mayoría de
las personas, habrá empezado a percibir sus efectos hace
mucho. El doctor Lindemann descubrió en sus clases
que era corriente que la gente se sintiese aliviada de
diversos trastornos mucho antes de terminar el pro-
grama. Cita como caso típico a un oficial de cincuenta
y tantos años que, cuando había conseguido controlar
el tercer ejercicio, descubrió que podía deiar de tomar
fármacos contra la jaqueca, cosa que no había podido
hacer desde la niñez. Al entrar mente y cuerpo en mayor
comunión, parecen disolverse no sólo las viejas tensio-
nes físicas, sino también trabas y cristalizaciones psi-
cológicas. Como atestiguan Odessky, Lindemann y otros,
lo típico es que el individuo sienta un incremento de
confianza en sí mismo, disminución de los miedos y
preocupaciones. Tiene el medio de equilibrarte siem-
pre que sea necesario.
Después de controlar la técnica, ya no hace falta de-
dicar mucho tiempo a fórmulas de adiestramiento al
practicarla. Puede aprovechar al máximo lo que se
llama «fórmulas de resolución». El control autogénico
es como buena tierra fértil. Potencia cualquier semilla
que quieras plantar. Las fórmulas de resolución son
afirmaciones hechas a medida para ayudar al individuo
a afirmarse y potenciarse en un aspecto u otro. La sim-
plicidad de la práctica falsea su poder. Es el tipo de
ejercicio que puede convertir a un tartamudo de sudo-
rosas palmas en un orador elocuente, o guiar a Linde-
mann a través del Atlántico.
Fórmulas a medida
Es evidente que todos tenemos que abordar circuns-
tancias distintas, aspectos distintos de nuestra perso-
180
nalidad o distintas facultades que deseamos estimular.
Con fórmulas hechas por uno mismo, adquieres el con-
trol consciente de las sugestiones que moldean tu
conducta. Desvías la atención y las energías de hábitos
que han ido formándose inconscientemente a lo largo
de los años. Mencionaremos ahora algunas sugerencias
genrales para ayudarle a elaborar sus propias fórmu-
las.
En el estado autogénico relajado, repita sus fórmulas
hechas a medida durante 3-4 minutos dos veces al día.
Al principio, por lo menos, refiérase a un solo tema
cada vez. Espere a que empiece a experimentar el efecto
deseado antes de pasar a otras cosas. Si tiene temblo-
res internos, por ejemplo, cuando ha de tocar el piano
en público, puede decir: «Disfruto tocando el piano en
público. Me satisface compartir mi talento con otro ... »
o si lo que le gusta es jugar al béisbol: «Siento plena
confianza cuando me lanzo a batear.» O: «Tiro con flui-
dez y potencia.» Procure dar la máxima intensidad y
autenticidad a lo que dice cuando recite sus fórmulas.
Elimine el escepticismo. Actúe como si todo lo que
está diciendo fuese realmente cierto.
Las sugestiones pueden ser breves y concretas: «Ten-
go los ojos fijos en la pelota.» «Al sumergirme recojo
la barbilla.» O pueden ser alimento más general para
toda la persona: «Me perdono a mí mismo todos los
errores del pasado. Soy libre. Estoy en paz conmigo
mismo y con el mundo.» Es buena una combinación de
ambas cosas, y, al terminar la sesión, afirmar que llevas
ya esas cualidades al mundo contigo.
Procure que las frases sean breves. El ritmo y la
aliteración ayudan a arraigar las ideas en la mente.
Puede hacer frases rimadas, en consecuencia. No se
preocupe por su valor literario. Las frases pueden ser
horrorosas con tal de que sean pegadizas.
Elabore sus fórmulas con cuidado. La mente profun-
da se atiene a la letra. En vez de decir: «Ensayaré con
entusiasmo y gozo», diga: «Ensayo con entusiasmo v
gozo.» Formu.k.las fras~l!!P.2....R~l!te, pues el
futuro si'éÍnpre esafgopor veni~que nunca llega. So-
bre todo, procure que tengan un sentido positivo. Evite
decir: «Yo no pierdo la concentración ... yo no olvido
mi discurso ... » Diga: «Mi concentración es completa
y firme. Recuerdo fácilmente mi discurso.» Hay que
eliminar las negaciones. Para ello, algunos prefieren ca-
181
lificar algunas cosas de «insustanciales». Por ejemplo:
«Fumar es insustancial. Respiro fresco y libre. Me sien-
to satisfecho.»
Resumiendo: diga sus fórmulas con atención e in-
tención. Procure que sean breves. Asegure sus deseos
en el «ahora» de una estructura positiva. Y háblese con
amabilidad a sí mismo.
Si tuviese un programa de trabajo agotador o mu-
chas responsabilidades, un descanso autogénico puede
hacerle mucho más bien que un descanso para tomar
café. En cuatro o cinco minutos puede hacerlo en cual-
quier sitio, en la oficina, en un taxi o en el avión. Tó-
mese un minuto para entrar en un estado autogénico
de relajamiento total. Use entonces una fórmula de este
tipo: «Estoy fresco y despejado y de buen humor. Me
desembarazo de las tensiones.» Si hace falta, diga: «Ten-
siones y cóleras desaparecen.»
En cuanto a las decisiones, ha de pensar en la acti-
vidad y el rendimiento en su sentido más amplio. Apun-
tálese bien y valórese antes de exámenes, entrevistas de
trabajo o cualquier enfrentamiento personal. Con un
poco de creatividad, puede elaborar frases que estimu-
len la capacidad y las relaciones sexuales, uso bastante
corriente de las decisiones autogénicas en Europa. Al-
gunos han utilizado también la autogenia para superar
el hábito compulsivo de fumar o de beber. Es una no-
vedad como sistema para los que quieren hacer dieta,
porque no se basa en la fuerza de voluntad, sino en la
imaginación. Puede aprovechar esta técnica siempre que
se crea en situación de desventaja: si está en minoría,
de la clase que sea, si sigue un curso de reorientación
profesional, si es una mujer que se reincorpora al mun-
do laboral... en cualquier caso, las resoluciones autogé-
nicas, si se usan como es debido, pueden contribuir a
facilitar las cosas.
182
de imaginar objetos, de experimentar mentalmente con-
ceptos abstractos, como valor o compasión, mejorar la
propia imagen, considerar las relaciones con otras per-
sonas, y, por último, recibir soluciones de las facultades
ampliadas de la conciencia. Esto último puede ser de
gran ayuda a la hora de resolver problemas personales
y profesionales. Supone llegar al conocimiento del sub-
consciente y del supraconsciente para obtener solucio-
nes. Algunos lo conciben como una comunicación con
el superyo. Otros lo llaman llegar al yo superior, a los
sabios ancianos para tener consejo. El doctor H. Hengst-
mann, médico alemán, considera la autogenia de segun-
do nivel la «forma más pura de comt.µlicación psicoló-
gica en profundidad que puede alcanzar un individuo
consigo mismo y con los demás».
Encontrará los ejercicios destinados a fortalecer cada
una de estas seis capacidades autogénicas en la Sección
de Ejercicios (pág. 296).
Como hemos visto, los atletas, y no sólo ellos, utili-
zan películas mentales para agudizar su destreza. Evi-
dentemente, si quiere ser fabricante de películas men-
tales, el tener buenos poderes de visualización e ima-
ginación ayuda mucho. Si no lo tiene, los ejercicios de
autogenia del segundo nivel y el yoga mental pueden
proporcionárselos.
Películas mentales
Un famoso jugador de baloncesto está bajo de forma.
Durante los dos días siguientes, cuando los demás ju-
gadores del equipo practican, él se une a ellos, siguiendo
cuidadosamente las diversas jugadas y tiros ... mental-
mente. Esta forma de mantener las facultades agudiza-
das les ha sido muy útil a los atletas europeos. Incluso
estando en plena forma, muchos encuentran que el de-
sarrollar películas mentales les es mucho más útil que
dedicar ese tiempo adicional a la práctica concreta. Se
puede seguir cualquier actividad de este modo, sea pú-
blica o privada, aprender a conducir por una autopista
o el truco de un nuevo paso de baile.
Al cabo de unos minutos de relajamiento autogénico,
empieza la película mental. Sígala paso a paso, y haga
en ella una ejecución absolutamente perfecta. Ha de ver-
se a sí mismo actuando con una técnica sosegada y per-
183
fecta. (Sabe de antemano, por supuesto, cuál es la técni-
ca correcta. No debe introducir información errónea.)
Si es jugador de bolos, por ejemplo, ha de verse a sí
mismo sujetando la bola, dando los pasos hasta la línea,
soltando la bola, siguiéndola suavemente... tiene que
ver rodar la bola por la bolera, alcanzando el primer
bolo justo en el ángulo correcto para conseguir una
gran jugada. Ensaye con varios tiros. Si se trata de una
reunión de negocios, concéntrese en verse a sí mismo
entrar en la sala de conferencias. Ha de verse haciendo
una exposición bien acogida.
Utilice todos sus medios como fabricante de pelícu-
las. Acérquese rápidamente a los puntos importantes y
aléjese luego rápidamente de ellos, como hace Jack
Nicklaus en sus visualizaciones del golf. Mire desde
varios ángulos. Ponga la película en cámara lenta. Esto
es especialmente útil en una actividad que requiera un
cronometraje de décimas de segundo como la gimnasia
o el salto de trampolín. Si comete un error, vuelva atrás
y filme de nuevo esa parte correctamente. Después de
observarse a sí mismo actuando a la perfección, vuelva
a su interior en la película. Sienta en la mano el palo
de golf o la bola. Recorra todos los pasos que ha dado
sintiendo su identificación con esa actividad. Si ha de
pronunciar m.a conferencia, ha de ver al público, ob-
servar las caras atentas. Sentir que la relación se inten-
sifica. Disfrutar usted mismo.
184
timo, podría afirmar: «Los adversarios son insustancia-
les. Calma y confianza, lo hago bien.» Los entrenadores
que utilizan la sofrología suelen unir estas afirmaciones
a una respiración rítmica. Con cada respiración, se
repite una decisión breve. Lo mismo que la práctica con-
tinua de la autogenia reduce las lesiones deportivas por•
que es menos probable que el individuo practique ner•
vioso y con los músculos tensos, muchos atletas exaltan
las excelencias del sistema en cuanto a los poderes de
recuperación que proporciona. Después de un partido
o de un acontecimiento especial, colóquese lo antes po-
sible en el estado autogénico para reequilibrar cuerpo
y mente y conseguir que descansen.
Los que utilizan la sofrología en el entrenamiento de
los atletas, hacen uso de la autogenia más una amplia
gama de ejercicios extraídos de fuentes como el zen y el
yoga. Muchos de ellos son similares a ejercicios de otras
partes de este libro. Aunque la sofrología intenta hacer
un programa concreto para cada individuo, se puede
obtener cierta idea general del tipo de técnicas que po-
drían ser útiles. Los entrenadores que utilizan la sofro-
logía suelen sugerir, por ejemplo, el relajamiento gra-
dual como ejercicio básico (Capítulo 7). Se les dice a
los atletas que se centren en la contracción y la dis-
tensión de cada grupo de músculos corporales y que
intenten captar una imagen firme de toda su configu-
ración corporal. Para fortalecer aún más la conciencia
de todo el cuerpo, de sus campos energéticos y de la
expansión y la contracción de esos campos, los sofrólo-
gos utilizan un ejercicio como el que hemos llamado
Conciencia del campo energético, incluido en el Capí-
tulo 17.
Un aficionado al tiro al plato que practicaba de for-
ma regular el relajamiento progresivo de la sofrología
informaba que durante una competición el tiempo pa-
reció ampliarse. Aunque sólo tenía ocho décimas de
segundo para ver el blanco, su creciente capacidad para
concentrar mente y cuerpo hacía que le pareciese que
tenía tiempo de sobras para apuntar y disparar. Para
la descripción de otra técnica que teóricamente puede
proporcionar esta capacidad de experimentar la vida
real en cámara lenta, ver el Ejercicio de movimiento
y color del Capítulo 17. Los sofrólogos prestan también
mucha atención a los ejercicios respiratorios para adap-
tarse a situaciones específicas (ver Capítulos 7 y 17).
185
En el aspecto psicológico, en los deportes, los sofró-
logos utilizan los diversos ejercicios que desarrollan la
concentración y estimulan la percepción y la capacidad
de relación (ver Capítulo 18). A la persona que ha te-
nido una racha de fracasos, podrían prescribirle un ejer-
cicio para mejorar la imagen propia, con el objeto de
transformar las imágenes de fracaso en otras de éxito.
Para preparar acontecimientos futuros, los sofrólogos
utilizan el método de las películas mentales. Los atletas
se imaginan mentalmente, con todo detalle, una pelícu-
la de la inminente competición, se imaginan su propia
actuación sumamente brillante, luego procuran sentir
con la mayor precisión posible las sensaciones físicas
y mentales que acompañan a esta imagen de triunfo. Se
les ordena, por último, que reproduzcan esta sensación
cuando el acontecimiento concreto tenga lugar. Ver Re-
cuerdo de la alegría de aprender, en el Capítulo 7, que
puede utilizarse también como alegría de triunfar o
alegría de una actuación inmejorable.
La autogenia, una vez dominada, es un medio y un
vehículo. Sencilla, aunque poderosa, puede permitir que
uno se desenvuelva con gran estilo en cualquier activi-
dad que elija. Si está aprendiendo a tener un brazo
cada vez más pesado, o está en plena película de sen-
sorama, no se esfuerce demasiado. Si tiene una volun-
tad de acero, déjela a un lado y utilícela para otras co-
sas. Como canta Mack el Navaja: «Es inútil, es inútil,
esforzarse no basta». Y, como escribió el abuelo de to-
dos los sistemas modernos de sugestión, Émile Coué:
«Cuando imaginación y voluntad chocan, siempre gana
la imaginación ... En el choque entre voluntad e imagina-
ción, la fuerza de la imaginación está en proporción di-
recta con el cuadrado de la voluntad.»
Un individuo que tenga miedo a actuar en público o
que tema perder en una competición deportiva, tiene una
imagen mental de fracaso. Cuanto más se esfuerce la
voluntad por combatir esta imagen, más fuerte se hace
la imagen. «La atracción fatal del obstáculo para el ju-
gador de golf nervioso, se debe a la misma causa -dice
Coué-. Con sus ojos mentales, ve caer la pelota en el
punto más desfavorable. Puede utilizar el palo que quie-
ra, puede hacer un lanzamiento largo o corto, mientras
la idea del obstáculo domine su mente, la pelota hallará,
inevitablemente, su camino hacia él. Cuanto más invoque
186
a su voluntad para que le ayude, probablemente, peor
será su suerte.»
Nuestra imaginación puede actuar en nuestro favor
o en contra. Utilizando las técnicas de la sofrología y
lo autogenia, podemos disponer de ese poder transfor-
mador para conseguir más de nosotros mismos. Es un
acto creador.
Un reducido grupo de individuos han aprendido a
utilizar el potencial humano tan bien que parecen haber
dado un salto evolutivo adelantando a todos los demás.
Uno de ellos es un hombre que puede lograr lo extraor-
dinario en muchos campos, pero muestra lo que una
personalidad sin trabas puede hacer más claramente en
lo que se refiere a su propia carne. Es un hombre equi-
librado y centrado en más de un sentido.
187
12
188
de medicina de la universidad de California, el instituto
Max Planck de Munich y, especialmente, la Fundación
Menninger de Topeka, Kansas. Allí, hace unos años, el
doctor Elmer Green y su esposa, Alice Green, empeza-
ron a analizar con equipo imparcial las afirmaciones de
generaciones de yoguis. Los Green rompieron con la ter-
ca tradición occidental de insistir en que cualquiera que
afirmase controlar procesos corporales «involuntarios»
era, sin lugar a dudas; un farsante que no merecía cré-
dito. Los Green descubrieron que Schwarz y otros eran
realmente dueños de sí mismos. «Jack Schwarz posee,
en el terreno de los controles voluntarios, uno de los
mayores talentos del país, y probablemente del mundo»,
informa el doctor Green. Schwarz y algunos otros indi-
viduos a los que examinaron los Green, son capaces
de hacer cosas tales como dirigir la circulación sanguí-
nea, alterar los latidos cardíacos, elevar y disminuir la
temperatura de varias zonas del cuerpo, bloquear el
dolor, controlar las hemorragias y acelerar drásticamen-
te el proceso de curación. Un individuo, Swami Rama,
fue incluso capaz, a petición de los Green, de crear una
pequeña protuberancia carnosa en una mano. Fue tam-
bién capaz de hacer que se disolviese tal .protuberan-
cia. En su constante esfuerzo por abrir las reservas de
la mente, Jack &cilwarz se ha atribuido muchas otras
habilidades. IIa aprendido a ver e interpretar la fluc-
tuante bioenergia que rodea el ort!anísmo del ser bu-
mano: el aura. Los médicos de la Fundación Menninger y
otrós mvestigadores descubrieron que los diagnósticos
de Schwarz, tras estudiar este aura, coincidían con los
realizados mediante análisis convencionales, e incluso
tenían en cuenta cuestiones que se habían pasado por
alto. Jack Schwarz ha estado enseñando durante cinco
años a los médicos a desarrollar el control del dolor
y otras capacidades ocultas. Es asesor de la Fundación
Menninger y dirige la Fundación Aletheia, de Grants
Pass, Oregón. Proyectó durante mucho tiempo un com-
plejo educativo y terapéutico donde se pudiese trabajar
mediante el conocimiento del potencial pleno de los se-
res humanos: «La salud espiritual, psicológica y física.»
Su organización cuenta ya con 118 acres de terreno bos-
coso y la idea es abandonar los tableros de dibujo. Está
prevista la inauguración, a finales de 1978, de una clí-
nica holística de pacientes externos en la que Schwarz
189
pueda trabajar diariamente con profesionales de la
salud.
Mientras Schwarz profundiza más en la enseñanza
de profesionales, hay otro hombre que aporta su cuer-
po y sus extremidades intentando mostrarnos algo. Si
hay que ser el detentador de un récord mundial para
atraer la atención hacia lo que cree, se dijo Vernon E.
Craig, yo lo seré. Craig es un hombre algo grueso, de
estatura media, cuya apariencia es una tentación a vol-
ver a los cuentos de infancia y llamarle el alegre que-
sero suizo. Vive en Obio y es quesero de profesión.
En su tiempo libre, Craig se convierte en Komar, con
turbante y todo, el pecho desnudo y bombachos. Con un
aire algo absorto, Komar se pasea descalzo a lo largo
de metros de carbones encendidos. Figura en el Guin-
ness World Record: un paseo de ocho metros sobre
carbones encendidos a una temperatura de 1.494 grados
Fahrenheit.
Craig empezó a convertirse en Komar (a subir es-
caleras de espadas, a soportar que hombres fuertes ma-
chacasen con un mazo rompiéndole losas de hormigón
en el pecho) cuando actuó por primera vez en una fun-
ción benéfica para ayudar a los retrasados. Poco des-
pués, empezó a pensar que todos somos retrasados ...
desarrollamos tan poco nuestra capacidad natural...
«Sólo soy un hombre normal. Lo que puedo hacer yo,
puedes aprender a hacerlo tú», insiste Komar. Siendo
muchacho, encontró un texto de yoga y decidió ver si
podía aprender a controlar el dolor, tal como decían los
yoguis.
«Sólo soy un hombre normal», repite al público cuan-
do se tiende sobre un lecho de clavos de quince centí-
metros. Luego baja otra tabla con clavos que le queda
colocada sobre el torso, convirtiéndose en el relleno de
un bocadillo de clavos. Seis de los asistentes más pe-
sados del público salen para sentarse sobre el bocadillo.
Komar bromea: «No sean delicados, siéntense bien, to-
dos a la vez.» Lo hacen, y el quesero de Ohio sonríe.
Cuando sale de allí, no aparece rastro de sangre, ni he-
ridas, ni magulladuras. Por eso ostenta otro record:
457 kgs. de peso sobre su doble lecho de clavos.
Para Komar, estas teatrales exhibiciones se deben a
una razón que supera el puro interés mercantil o teatral.
«Lo que más me interesa, claro está, es todo el campo
del control mental, del desarrollo del potencial huma-
190
no -dice Craig-. Utilizo la demostración de control del
dolor porque es espectacular. Da un indicio de lo que
una persona normal puede aprender a hacer. Podría
hacer que la gente empezara a pensar.»
Komar llama cada vez más la atención del público.
Habla ya ante consejos profesionales de médicos y cien-
tíficos. También él ha pasado por los laboratorios. El
doctor C. Norman Sheal, director del centro de rehabi-
litación del dolor de La Crosse, Wisconsin, le examinó
con diversos métodos que se utilizan para medir la to-
lerancia de un individuo al dolor. Tranquilo y sonriente,
Komar superó el máximo de la escala. Aunque le conge-
laron, le golpearon y utilizaron descargas eléctricas con
agua, Sheal y los otros médicos no pudieron, al parecer,
hacer daño a Vemon Craig. El objetivo básico de Craig
es eximir también a otros del dolor. Con ese fin, ha
publicado el programa de control del dolor que él mis-
mo siguió.
Los fisiólogos han hecho comprobaciones, claro está,
para ver si Schwarz y Komar tienen una sensibilidad
normal al dolor cuando no se hallan en un estado alte-
rado que activa las reservas de la mente. ¿Cómo se des-
conectan instantáneamente del dolor individuos como
Jack Schwarz y Vernon Craig? Estos individuos han
aprendido a controlar procesos orgánicos y, por último,
a situarse a_sí mismos en otro lugar, Schwarzc dice:
«Salgo de mí mismo y me imagino que estoy de pie \un-
to a mi cuerpo. No clavo una aguja en mi brazo -dice-,
clavo una aguja en un brazo.» Esto recuerda un comen-
tario que una vez hizo Nijinsky. Alguien le dijo en cierta
ocasión al gran artista del ballet: «Es una lástima que
no puedas verte bailar.» «No, pero si me veo -contestó
él-. Estoy fuera de mí mismo, observando y dirigien-
do.»
«La capacidad y las habilidades que demuestro en los
experimentos, están al alcance de cualquiera», dice
Schwarz, explicando que brotan de la armoniosa inte-
racción de cuerpo y mente. Para lograr esta armonía,
«has de desarrollar un punto de vista desligado, una
conciencia del propósito de la vida, y un flujo de ener-
gía o conciencia que no esté trabado por el miedo ni
por emociones reprimidas».
Schwarz enseña que esto se puede lograr mediante
la meditación activa y creadora ... no un sistema cerra-
do, sino una serie de técnicas e instrumentos para ar-
191
monizar la mente y el cuerpo. Varios de estos instru-
mentos se perfilan en este libro, pero en el núcleo cen-
tral de la doctrina de Schwarz hay un tema que sólo
hemos rozado en términos directos. Algunas personas
lo verán, indirectamente, a lo largo del libro, como el
agente oculto de los poderes supranormales. Este agente
es una energía: bioenergía, energía sutil, prana, kunda-
lini, la energía que constituye la base y la cima de la
filosofía oriental y de la ciencia yoqui.
Séhwarz enseña a ejercitar esta energía, considérese
«real» o «imaginaria», para armonizar y fortalecer los
centros energéticos del cuerpo. :esta es la energía que
el pandi Gopi Krishna llama «la energía del genio». In-
cluso en Occidente, hay cada vez más motivos para pen-
sar que es parte de los medios sutiles, parte del poder
transductor que nos permite lograr cosas que están
fuera de lo común, desde un cinturón negro de kárate
a la supermemoria. Schwarz explica cómo ejercitar esta
energía en su libro V oluntary Controls (Controles vo-
luntarios).
En una ocasión, cuando estuvimos con Jack Schwarz
en la Costa Oeste, se nos acercaron furtivamente un par
de individuos y nos comunicaron un secreto: «Jack no
es humano en realidad.» Corrían rumores de que quizá
fuese de Plutón. Era lógico, dado lo que era capaz de
hacer... Después de considerar este punto, hemos de
decir que Jack Schwarz y Vemon Craig son humanos.
Si se piensa un poco en ello, podría decirse que incluso
son más humanos que los demás, pues pueden desarro-
llar más facultades propias de nuestra especie que los
restantes miembros de ella.
Todo aquel que utilice los métodos de superapren-
dizaje y superforma que se explican en este libro, no
tardará en descubrir que entre los beneficios secunda-
rios figuran mejor salud y cotral sobre diversos sínto-
mas. Se puede aprender a ampliar estas técnicas para
ayudarse a controlar el dolor ... en el dentista, o por ten-
siones o calambres provocados por el exceso de ejercicio
en los deportes o en el baile. Como ya se dijo en el Ca-
pítulo 2, uno de los primeros campos en los que el doc-
tor Lozanov utilizó la sugestología fue en el control del
dolor, incluso como anestesia en operaciones importan-
tes. Una de las principales aplicaciones de la sofrología
es, también, el parto sin dolor.
El neurólogo y neurocirujano C. Norman Shealy es
192
un individuo insólito, otro adelantado en esta tendencia
en pro de una medicina holística, Shealy es el tipo de
individuo que un día decide: «Tiene que haber un me-
dio mejor», y se lanza a buscarlo. Se le ocurrió que la
aplicación continua de drogas y fármacos a los que pa-
decen un dolor crónico y el tranquilizar químicamente
a las personas alteradas, en realidad no es una forma
de curación. Por propia experiencia, sabía que la ciru-
gía y, en su campo, las peligrosas pruebas que suelen
acompañarla, no siempre eran la solución.
Hoy, el doctor Shealy y sus colaboradores han ideado
una serie de tratamientos no tóxicos para liberar a las
personas del confinamiento solitario del dolor crónico
y prolongado. (Ver Bibliografía.) Por experiencia prác-
tica, el doctor Shealy ha desarrollado también un pro-
grama completo para ayudar a cualquiera a descubrir
nuevas dimensiones de bienestar. En el fondo, se trata
de «biogenia», un método de autogenia notablemente
ampliado, al que Shealy denomina «enfoque holístico
de la vida y de la salud que se puede revalorizar cons-
tantemente y ampliar con la práctica». Como dice el
doctor Shealy: «Uno mismo crea su propia realidad.»
Espera que un día los principios autogénicos se ense-
ñen en las escuelas del país.
La autogenia, el autocontrol, es algo básico en mu-
chos programas de autocuración y de reducción del do-
lor. Basándose en el yoga y en otras tradiciones, Jack
Schwarz y Vernon Craig aprendieron por sí mismos.
Ambos constituyen una prueba espectacular de que son
habilidades asequibles.
En cuanto se haya dominado la autogenia básica y se
sepa visualizar e imaginar claramente, ya se está en
posesión de las técnicas necesarias para aprender a con-
trolar el dolor y a curarse por sí mismo. Programas dia-
rios como los de Schwarz, Craig y Shealy son libros por
si solos. Sólo podemos dar aquí unos cuantos ejerci-
cios iniciales. (Por supuesto, si no conoces el motivo
de determinado dolor, consulta siempre con tu médico.)
193
publicó un lúcido texto destinado a hacer asequible al-
gunos de estos ejercicios tradicionales a la «mente occi-
dental, eminentemente práctica».
Uno de ellos se basa en la «respiración rítmica». El
ritmo en este caso varía con el individuo. Refuerza el
ritmo del propio cuerpo y se basa en los latidos cardía-
cos.
En estado de relajamiento, palpe el pulso. Cuente en
voz alta durante el tiempo suficiente para llegar a cap-
tar de veras el sentido del ritmo, de modo que puede
respirar a compás sin concentrarse en él. A la mayoría
de los principiantes les resulta cómodo inspirar hasta
contar seis pulsaciones. Contenga el aliento después has-
ta contar tres; espire hasta contar seis, haga una pausa
de tres y empiece de nuevo. Puede que descubra que le
resulta más fácil respirar con una cuenta más larga.
(Respire siempre por la nariz, a menos que se indique
lo contrario.)
Para controlar el dolor, siéntese con la espalda recta
o túmbese boca arriba. Respire rítmicaroente a compás
del pulso el tiempo suficiente para introducirse bien en
el ritmo de éste. Mientras lo hace, hágase a la idea de
que está inspirando prana: energía absoluta, el principio
absoluto de la vida. Una fuerza luminosa y vital. Inhale
prana. Cuando espire, envíe mentalmente el prana a la
parte dolorida para restablecer una circulación adecua-
da y corrientes nerviosas. Inhale luego prana otra vez,
pero ahora con la idea de utilizar esta energía para ex-
pulsar el dolor. Espire pensando que el prana está li-
brándole ya del dolor. Alterne estas dos ideas; fortale-
cer las fuerzas curativas del cuerpo; expulsar el dolor.
Haga esto siete veces y descanse luego. Para el descanso,
Raroacharaka sugiere un ejercicio respiratorio de lim-
pieza yogui. Haga una profunda inspiración, llenando el
abdomen y la parte inferior y superior de los pulmones.
Retenga el aliento unos segundos. Frunza los labios
como si fuese a silbar, pero mantenga las mejillas lisas.
Expulse el aire en soplos breves y enérgicos, por la boca.
Si es necesario, repita ciclos de siete. De nada servirá
ejercitar la voluntad o intentar forzar el asunto, dice
Ramacharaka; el control tranquilo y una buena imagen
mental serán la solución.
194
Luz
Es otra técnica tradicional yogui para controlar el
dolor, relajar tensiones o fortalecer partes del cuerpo.
Hay que tomar luz pura y vigorizante de una gran bate-
ría del plexo solar ( el estómago por encima de la cin-
tura y un poco por debajo de las costillas) y transfe-
rirla adonde moleste o duela, por ejemplo a la cabeza.
Imagine la poderosa energía alimentada por el sol
de la propia vida. Siéntese erguido o tiéndase boca arri-
ba. Los nudillos mirándose, los dedos doblados, coloque
las manos y las yemas de los dedos levemente apoyados
sobre el plexo solar. Inicie una respiración lenta, suave
y profunda. Imagine que está inspirando luz blanca, lu-
minosa y vital, como el núcleo del sol. Imagine que esta
energía luminosa va fluyendo hacia su abdomen y luego
hacia su pecho, al expandirse los pulmones. Espire des-
pués.
Una vez conseguido el ritmo, al inhalar imagine esa
gran luz que fluye hacia abajo a través de su plexo solar
y penetra en las yemas de sus dedos cargándole las
manos; retenga el aliento y mueva lentamente las ye-
mas de los dedos hasta la frente. Espire luego despacio,
visualizando la energía luminosa que fluye de sus dedos
y atraviesa el centro de su frente hasta que toda su ca-
beza queda inundada de luz. Cuando haya expulsado
todo el aire, haga una pausa mientras mueve las manos
de nuevo hasta el plexo solar. Luego, inicie otra vez el
ciclo.
Jack Schwarz recomienda visualizar esta luz no sólo
llenando la cabeza, sino también fluyendo a través de
la frente, como si se llevase un casco de minero con un
foco.
Haga este ejercicio veintiuna veces. Repita, si es ne-
cesario, tras un descanso. Es importante la visualización
constante y vívida de la luz blanca. Procure imaginar un
sol brillante iluminando nieve blanca y pura. Según los
yoguis, se tarda un tiempo en dominar esta técnica
vigorizante. Como se usa también para relajar tensio-
nes, quizá sea buena idea practicarla una vez al día
durante un tiempo, antes de que se dé el asalto de un
dolor concreto.
195
El «Toque adormecedor» para dominar el dolor
196
como si le hubiesen puesto una inyección de novocaína.
Después de una visita al dentista, por ejemplo, puede
poner la mano derecha fría y adormecida y aliviar la
desazón aplicando el «toque adormecedor» a las dolo-
ridas encías.
Con la práctica, debería poder provocar frialdad y
adormecimiento cuando lo necesitase, en un tiempo muy
breve. Toda técnica de control del dolor debe aprender-
se y practicarse, claro está, previamente, en vez de espe-
rar a estar ya afectado por el dolor.
197
(la palma lisa), ponga la otra mano en la parte de atrás
del cuello (palma lisa). Haga que el dedo meñique toque
la vértebra atlas, la más alta, y que los cuatro dedos
restantes toquen las vértebras siguientes. Mantenga las
manos en esa posición tres minutos.
Coloque luego la mano derecha donde tiene la iz-
quierda y la izquierda donde la derecha y repita du-
rante tres minutos. ·
Visualice la energía que fluye a través de usted y
saliendo por su frente.
Con esta técnica puede percibir que los dedos del
cuello empiezan a calentarse, mientras que la mano que
está en el plexo solar está menos caliente, y también
puede sentir una leve sensación de agitación.
Mientras respira lenta, firme y regularmente, imagine
que la energía fluye entrando y saliendo, entrando y
saliendo, entrando y saliendo, eliminando cualquier cor-
tocircuito y dejando salir el dolor.
Alivio autogénico
200
SECCIÓN 3
SUPERARMONÍA
13
POSIBILIDADES FUTURAS
204
tión, el doctor Lozanov no piensa así. Un periodista de
Sofía le preguntó si este interés por lo psíquico no po-
dría ser en vez de una posibilidad positiva un retroceso
a un terreno que sería mejor dejar a los primitivos.
«Todo lo contrario --contestó Lozanov-. Son los
tipos de personalidades artísticas y más cultivadas, los
pintores, escritores y artistas, los que tienen esta capa-
cidad. En el caso del hombre moderno, el captar la
conexión telepática es más que nada cuestión de ins-
piración artística.»
Personas de la talla del eminente psicólogo doctor
Carl Rogers, en vez de considerar que se trata de un
retroceso, son capaces de considerar esta tendencia
como un «salto adelante». Rogers cree que podemos en-
contrarnos en una etapa evolutiva de transición, tan de-
cisiva como la que impulsó a las criaturas a salir del
mar y a extender la vida por la tierra. «¿Evolucionamos
hacia nuevos espacios, hacia nuevos modos de ser?»
pregunta. «¿Descubriremos nuevas energías, nuevas fuer-
zas?» Rogers sugiere que utilizando la capacidad del he-
misferio cerebral derecho, la potencialidad psíquica,
quizá lleguemos a conocer directamente un universo
distinto, un universo no lineal, como el que nos descri-
ben nuestros físicos.
Si hay algún peligro de superstición en el campo
de lo psíquico, quizá se encuentre menos en los yoyós
psíquicos que en los pensadores anticuados que miran
con ojos decimonónicos un mundo mecanicista en el
que no puede existir lo psíquico. Esto es hoy supersti-
ción. Hace mucho que los físicos desmontaron la «má-
quina» y pasaron a desmaterializar la materia. Lo psí-
quico se encuentra en el reino de lo posible.
El miedo impidió a las autoridades de la época de
Galileo contemplar el sistema solar a través de su te-
lescopio. Irónicamente, algunos tienen hoy miedo a mi-
rar por el otro extremo del telescopio, hacia el interior
de nosotros mismos, donde quizá la ciencia, la religión
y las humanidades se unan de nuevo. Quizá no impor-
tase mucho si afectase sólo a esas superestrellas que
«nublan las mentes de los hombres» o hacen correr un
salero por la mesa sólo con mirarlo. Pero la promesa
de lo psíquico no se halla sólo en esas exhibiciones. Los
investigadores comunistas, entre ellos el doctor Loza-
nov, fueron los primeros en considerar facultades hu-
manas generales a las facultades psíquicas, que muchas
205
personas podían aprender a utilizar. :e.sa es la autén-
tica noticia de los últimos diez años. Hombres y mu-
jeres de todo tipo han estado ejercitando y utilizando
en sus actividades diarias estas otras nuevas formas de
conocimiento, integrándolas en su yo total, no para re-
emplazar a la razón sino para trabajar con ella.
La Sección I trata del aprendizaje objetivo de datos.
Esta sección abarca brevemente unas cuantas técnicas
que pueden ayudar a sacar el máximo provecho de los
datos, que pueden ayudar a poner en marcha la creati-
vidad y la intuición. Pueden proporcionar también nue-
vos accesos (asombrosos y atractivos) a ese mundo vasto
e íntimo que queda más allá de los hechos en que se
vive la mayor parte de la vida.
206
14
EL BARRUNTO PONDERADO
EN EL CAMPO PROFESIONAL
Y EN EL PERSONAL
208
ría que ocupa, por su tamaño, el cuarto puesto del país.
El doctor Douglas Dean y el doctor John Mihalasky,
que trabajaban allí en el Proyecto de Comunicaciones
Psíquicas, se preguntaron: Cuando todo se suma (edu-
cación, inteligencia, experiencia). ¿cuál es el factor X
que marca la diferencia entre un logro bueno y uno
extraordinario? Tuvieron la corazonada de que la res-
puesta podía ser la percepción extrasensorial... la per-
cepción extrasensorial en términos generales y, en con-
creto, la precognición, literalmente la capacidad de pre-
_conocer.
Examinaron a unos siete mil ejecutivos para deter-
minar su capacidad de precognición. «Queremos que
elija usted un número de cien cifras -le dijeron-.
Después, una computadora seleccionará un número para
cada uno de ustedes. Intenten predecirlo.» De nada ser-
vían la educación, la razón y la experiencia. Pero mu-
chos hombres y mujeres pudieron, al parecer, utilizar
la precognición. Sus aciertos superaban el porcentaje
de aciertos casuales. Lo más intrigante fue la actua-
ción de treinta y seis presidentes de empresas. El resul-
tado fue el siguiente:
De 21 presidentes que habían más que doblado los
beneficios de sus empresas los últimos cinco años:
decinueve alcanzaron una media alta en precog-
nición
dos no superaron la media normal
De 15 presidentes de empresa a quienes no les había
ido tan bien:
cinco mostraron un índice elevado de precogni-
ción (resultó que éstos habían aumentado los be-
neficios de la empresa entre el 51 y el 100 por
cien)
dos no superaron la media
ocho obtuvieron una media baja
También se les hizo una prueba a los conserjes del
Instituto de Tecnología de Nueva Jersey. «Los que al-
canzaron unos resultados superiores al resto --dice el
doctor Mihalasky- resultaron ser aquellos que según
sus colegas habían triunfado en la vida.» Parece ser que
la intuición es parte de la persona total. Estamos do-
tados de intuición por una razón: para ayudarnos a
crear vidas más prósperas para nosotros y para los de-
209
más, estemos donde estemos. Es perfectamente razona-
ble que utilicemos en cualquiera de las decisiones de la
vida, desde la educación de los hijos a la compra de
una casa, todas nuestras facultades para elegir las me-
jores opciones.
Intuición es una palabra llena de magnetismo que
une una serie de factores, entre los que la percepción
extrasensorial es sólo uno más. Es probable que el he-
cho que Conrad Hilton pudiese utilizar la percepción
extrasensorial directa en caso necesario se debiera a
que estaba acostumbrado a actuar a nivel cotidiano con
la parte intuitiva de su mente. Antes de intentar educar
la capacidad precognitiva pura, hay que procurar ejer-
citar la intuición. Serviría de ayuda en las decisiones.
Es también la base de la creatividad. Bucky Fuller ha-
bla de un estudio sobre diarios de científicos famosos
en que todos ellos indicaban que el elemento singular
más importarite relacionado con su gran descubrimien-
to era la intuición. Ocupaba el lugar inmediato en im-
portancia una segunda intuición que alumbraba unos
treinta segundos después de la primera y les mostraba
cómo probar y llevar a la práctica su descubrimiento.
210
el color del coche junto al cual aparcará? Si está espe-
rando un ascensor en un lugar donde hay varios, inten-
te adivinar cuál llegará primero. ¿ Y la previsión meteo-
rológica? ¿Cree realmente que debería cambiar sus
planes porque hayan previsto ventisca o tiene la sensa-
ción de que tal previsión no va a materializarse? Si se
basa en la intuición en cuestiones relativamente secun-
darias, acabará acostumbrándose a acceder a esa parte
de su mente.
En cuanto sienta que la intuición fluye, determine
cómo actúa en su caso. ¿Tiene una sensación de una
parte de su cuerpo, recibe imágenes o voces mentales,
hace que se despierte por la noche? ¿ O sus corazonadas
funcionan al revés? Hay personas que giran casi inva-
riablemente a la derecha, cuando debieran hacerlo a la
izquierda. Pero esa intuición nefasta puede utilizarla
también en cuanto sabe cómo funciona.
Procure percibir qué es lo que desorganiza so. pen-
samiento intuitivo. Los doctores Mihalasky y Dean des-
cubrieron que la tensión agobiante (dolor, agotamiento,
crisis emotiva) tiende a eliminarlo. Para aliviar la ten-
sión, puede utilizar ejercicios autogénicos u otros ejer-
cicios de relajamiento. Los investigadores de Nueva Jer-
sey descubrieron también, estudiando a miles de indi-
viduos, una síngularidad extraña e inexplicable. Formar
parte de una minoría muy definida dentro de un grupo
tiende a anular la capacidad intuitiva en ese grupo.
Las importantes investigaciones del doctor Manfred
Clynes permiten determinar otras claves para revalori-
zar la intuición. Clynes, a quien algunos consideran uno
de los intelectos multidisciplinarios más creadores y
profundos que trabajan hoy en el campo científico, ha-
bla de alcanzar un estado concreto que nos permite ser
«cazadores» de nuevas ideas. No tenemos clara concien-
cia del enorme volumen de trabajo que se desarrolla
bajo la superficie cuando nos hallamos en tal estado.
Aparecen completas ideas nuevas y fecundas. Una vez
captadas, podemos utilizar nuestras facultades conscien-
tes para analizarlas. Pero Clynes nos advierte que no
debemos rechazar las ideas antes de que nazcan. El
rechazo se produce cuando no establecemos nosotros
mismos ese estado que propicia su nacimiento.
La actitud psicológica ha de ser de apertura, de es-
pera atenta y, sobre todo, de confianza. No tiene que
haber miedo alguno, y debemos creer de verdad que las
211
ideas que van a llegar serán buenas, valiosas y dignas
de retenerse. Clynes ha descubierto que cuando los in-
dividuos se hallan en ese estado abierto y creador, físi-
camente suelen tener la cabeza levemente inclinada ha-
cia la derecha y alzada, sienten el cuerpo ligero y hay
una sensación característica de presión expansiva en la
frente, entre las sienes. La inhalación es lenta y firme
y la espiración rápida. Clynes descubrió que se trataba
de un estado programado genéticamente. Y dice que,
una vez identificado de modo consciente, puede apren-
derse y cultivarse. (Para más información, ver el Apén-
dice.)
Uso de la intuición
La técnica práctica de la toma de decisiones intuiti-
vas y la solución de problemas mediante la intuición
no pueden determinarse ni con experimentos de labora-
torio ni con recetas rígidas. Pero pueden esbozarse
algunas directrices partiendo de individuos famosos que
la hicieron compañera de sus aventuras. La técnica si-
guiente ha funcionado bien en la mayoría de los casos.
Reúna toda la información que pueda sobre su pro-
blema. Consiga datos, asimile información, considérela y
olvídela luego. Haga sus ejercicios de relajamiento v
trasládese en un viaje mental a algún paisaje o lugar
que le agrade. Imagine que se estira, que contempla
cómo van formándose las nubes y disolviéndose lenta-
mente. Muchas veces la solución aparecerá de pronto,
cuando esté así tendido. Pero si no aparece, no se preo-
cupe. El objeti.vo prin
. ci_pal de esta técni.ca.. e.s estab.lecer
un eortocircu!tQ WJ,e bfoquee la mente raci011ar y. deje
re:posar él .problema. Muchas personas descubren que
son capaces de dar con una solución más fácilmente
cuando pasan a centrar la atención en otra cosa. El
presentimiento pleno, la solución intuitiva, tiende a apa-
recer en los momentos más insólitos, cuando uno está
a punto de servir la sopa o bajar del autobús.
En cuanto a otro enfoque, Jack Schwarz tiene una ,
sugerencia, en el caso de que se medite con regularidad.
Defina el problema antes de entrar en meditación, lue-
go dígase a sí mismo que considerará la solución, pero
no la buscará. Si el problema existe ya, lo mismo suce-
derá con la otra cara de la moneda: la solución.
212
La autogenia ofrece amplias posibilidades, demostra-
das sobradamente, para la intuición y la solución fe-
cundas de problemas. En el último y definitivo ejerci-
cio autogénico «asciendes la montaña y hablas con el
sabio». En otras palabras, utilizando. la rela.iación pro-
funda y _la imaginación dirígida, uno intenta conectar
recurs<?.s _d_e la conciencia .con los_ !=JUe no s~el~ haber
c.omumcac1ón. En autogema se ut1hza esta tecmca des-
pués de haber llegado a dominar el resto del programa.
Pero se la podría probar simplemente desde un estado
de relaiamiento profundo. (Para instrucciones, véase
pág. 293.)
La idea de personificar y sostener un diálogo con el
«conocimiento» se ha utilizado desde hace mucho tiem-
po en los cursos de motivación profesional, sobre todo
por mentores de éxito tan duradero como Napoleón
Hill y W. Clement St1JDe. Andrew Carnegie · encargó
a Hill qué descubriese y facilitase ·al público métodos
prácticos y eficaces para lograr el éxito en la vida. Como
se puede imaginar, aprender a utilizar todos los recur-
sos de la mente fue uno de tales métodos.
Hill explica que fue a ver al doctor Elmer Gates,
inventor, científico y profesor. Su secretaria le dijo que
Gates estaba ocupado y que honradamente no podía
saber cuánto tardaría ... unos minutos o unas horas. Es-
taba, según ella «sentado, esperando una solución». Más
tarde, Gates le explicó a Hill que siempre que tenía que
tomar una decisión difícil o dar con la solución de un
problema, se encerraba en una habitación a oscuras,
una habitación insonorizada, despejaba el pensamiento
y se centraba en un solo punto. Luego, se limitaba a
esperar a que la solución apareciese. No se interrogaba
ni pensaba ni calculaba, sólo esperaba. Y tarde o tem-
prano, la solución aparecía. Entonces, encendía las luces
y tomaba nota de ella.
«¿Y de dónde vienen esas soluciones?» preguntó Hill.
«De tres fuentes», di_jo Gates: Primero, de la propia ex-
periencia y del propio conocimiento acumulados. Segun-
do, del conocimiento de otros recogido telepáticamente:
y por último, dice Gates, «del gran almacén universal
de Inteligencia Infinita. .. con el cual podemos entrar
en contacto a través de la parte subconsciente de la
mente».
El doctor Gates es proµietario de muchas patentes.
Unas doscientas de ellas fueron inventos iniciados por
213
otros que los abandonaron al ver que no podían resol-
ver un punto crucial. Gates consiguió hacer que sus
ideas fructificaran utilizando la técnica intuitiva de «es-
perar sentado una respuesta».
Al Pollard, un asesor comercial de Arkansas, antiguo
presidente del Consejo de la Reserva Federal del Dis-
trito Octavo, es muy conocido por sus cursos de direc-
ción. En el área concreta de la resolución de problemas,
subraya que uno debe saber cuál es realmente el pro-
blema. No suele ser lo que pensamos que es. Para des-
cubrirlo, aconseja Pollard, pregunta a tu subconsciente.
Cuando te halles en un estado de meditación y relaja-
miento, pregunta: «Me pregunto... cuál es, o será, el
problema». Según Pollard «la palabra importante es pre-
gunto, que desata una reacción en cadena que pone en
marcha nuestros procesos intuitivos». Si la intuición se
ilumina, se hace una lista de las ideas que afloren. Po-
llard ayuda también a los altos ejecutivos a utilizar la
intuición en una dirección distinta. «Intentamos tantear
e! futuro y traer soluciones al presente, comprendiendo
que en el reino de la mente no hay tiempo ni distancia.•
La intuición puede servir también como sistema de
autocorrección para ayudar a seguir en marcha y a loca-
lizar errores una vez que se ha tomado una decisión.
El abogado y hombre de negocios neoyorquino Richard
T. Gallen habla de utilizar su intuición de este modo.
Millones de aficionados que ven el fútbol por televisión
disfrutan con la gracia y el colorido de las animadoras
de los Cowboys de Dallas. Se han convertido en una es-
pecie de celebridad. Gallen, que dirige su propia empre-
sa, decidió hacer un calendario con grandes fotos en
color de las animadoras de Dallas. Estableció los con-
tactos necesarios. Pronto llegaron de Dallas los fotógra-
fos de Gallen y extendieron cientos de fotografías sobre
su mesa. Eran buenas fotografías en color tipo Norman
Rockwell: una animadora del equipo jugando con un
perro, otra arreglando un coche. Pero Gallen empezó a
sentirse incómodo mientras las miraba. Eran fotograñas
bien enmarcadas, de especialista, fáciles de reproducir.
No se le ocurría nada que reprocharles.
«Al cabo de unos días, desperté a mitad de la no-
che. Había algo mal en el proyecto de las animadoras.
Cuando sucede este tipo de cosas, sé que mi intuición
intenta decirme algo. Es entonces cuando tengo que
pasar del hemisferio cerebral derecho al izquierdo y de-
214
terminar racionalmente en qué lugar está el problema.»
Repasó el esquema que había hecho del proyecto.
Cuando llegó a las fotos, percibió que eran éstas las
causantes de aquella sensación de inquietud. El proble-
ma estaba allí, pero ¿cuál era? Gallen comprendió por
último que lo que le interesaba al público, lo que él
quería vender, eran las animadoras con todas sus galas
en plena actuación, y no jovencitas guapas en escenas
caseras, por muy atractivas que fuesen. Con esta idea,
desapareció la sensación de inquietud. Gallen pudo en-
viar de nuevo a sus fotógrafos a Dallas para que capta-
sen a las animadoras en acción y continuó con su pro-
yecto. Es un buen ejemplo de cómo colaboran razón e
intuición para lograr un resultado positivo. Pudieron
hacerlo porque Gallen, como Hilton, actuaba a impulsos
de su intuición.
La intuición puede ayudar a captar la idea para un
proyecto, a tomar decisiones, a resolver problemas y
puede también advertir de posibles errores sobre la
marcha. Los especialistas en tomar decisiones no tienen
miedo a cometer ciertos errores, tienen previsto que
los cometerán. Pero procuran utilizar todos los recur-
sos de su inteligencia para tomar más decisiones buenas
que malas. John E. Fetzer, propietario de los Detroit
Tigers y presidente de Fetzer Broadcasting Company, es
otro ejecutivo que habla de la ayuda que le han pro-
porcionado las percepciones extrasensoriales y la intui-
ción en su vida profesional.
«El éxito es algo que he dado siempre por supuesto
-explicó a los directores de N ew Realities-. Y yo diría
que se debe a que confío en la intuición hasta el punto
de que no cometo tantos errores en mis decisiones
como para socavar un buen porcentaje de éxitos.»
215
La precognición es la experiencia extrasensorial más
enigmática, y, sin embargo, los investigadores descubren
que es la más común. Suele presentarse con mayor fre-
cuencia en los sueños. Los doctores Montague Ullman
y Stanley Krippner, de la Sección de Parapsicología y
Psicofísica del Hospital Mainonides de Brooklyn, idea-
ron ingeniosos experimentos controlados para ver si po-
dían captar en el laboratorio sueños precognitivos. No
buscaban profecías que se cumpliesen. Querían descu-
brir si un individuo era capaz de soñar una experiencia
futura; una experiencia que fuese elegida por él por
azar el día después del sueño. Descubrieron también que
había individuos que a veces podían lograr en sus sue-
ños un asidero en el futuro.
En los sueños podemos averiguar cosas sobre noso-
tros mismos y sobre nuestras relaciones. Podemos cap-
tar también información extrasensorial. Los sueños han
demostrado a lo largo de la historia ser un buen terre-
no para obtener ideas y soluciones creadoras. Los bu-
distas, más adelantados en este campo por tradición,
han. dicho que si uno aprende a controlar sus sueños,
a soñar conscientemente, tendrá grandes ventajas en
la próxima vida.
217
sobre el problema. Sugestionarse antes de dormir con
que soñará esto y aquello. Pida una solución. Siga es-
forzándose. Tenga confianza. Después de todo, sus sue-
ños no proceden en realidad de Morfeo. Los ha creado
usted.
Son muchas las personas de éxito que se han acos-
tumbrado a anotar rutinariamente las ideas que les sur-
gen en los sueños. Napoleón Hill comprobó en una oca-
sión lo poderoso y útil que puede ser este hábito. R. G.
Le Tourneau invitó .a Hill a que le acompañase en su
avión privado. Le Tourneau construía equipo pesado de
movimiento de tierras y participaba en proyectos como
la Presa Hoover. Poco después de despegar, Le Tour-
neau se quedó dormido. Como una media hora después,
Hill se dio cuenta de que pronto abría un cuaderno,
anotaba algo, y al, parecer, seguía durmiendo. Cuando
aterrizaron, Hill le preguntó si se acordaba de la nota
que había tomado. No se acordaba. Sacó rápidamente
el cuaderno.
-¡Aquí está -exclamó Le Tourneau-. Llevo varios
meses buscándolo.
Era la solución a un problema que le había impe-
dido completar una nueva pieza de equipo.
Al anotar sus sueños, preste atención a los detalles;
un detalle de un sueño nos proporcionó la máquina de
coser. Elias Howe se debatía con el problema de conec-
tar aguja, hilo y material. Una noche, agotado por tantas
tentativas frustradas, se quedó dormido y se puso a so-
fiar que le habían capturado unos canfbales. Metido en
una olla y con fuego debajo, Howe supo que le devora-
rían si no era capaz de resolver el problema de la má-
quina de coser. Un sueñ.o angustioso, pero con un feliz
desenlace. Cuando los caníbales bailaban a su alrededor,
alzó la vista hacia sus lanzas. Vio agujeros en las pun-
tas. Entonces despertó y comprendió que si enhebraba
la aguja en la punta, en vez de en el extremo opuesto, la
máquina de coser funcionaría. Así lo hizo; y funcionó.
Precognición
La precognición puede parecer algo muy espectacular,
pero es una facultad que todos intentamos utilizar al
menos cada vez que decimos: «Apuesto a que ... » Uno
de los mejores medios de aprender algo es jugar. Puede
jugar a la precognición solo o con un amigo. Apártese
del tipo de amigo que dice «apuesto a que no lo con-
sigues». En general, las. sugestiones negativas. pueden
congelar la capacidad de a¡>rendizaje. l'ueden ser más
peligrosas aun cuando se ~intenta desarrollar un nuevo
o sexto sentido. La confianza y la convicción son im-
portantes, como en todo aprendizaje. No olvide que,
aunque pueda parecer extraño, la precognición es la ex-
periencia psíquica más común. Y, según las nuevas teo-
rías propuestas por la física cuántica, vivimos en un
universo donde la precognición no sólo es posible sino
además probable. Al parecer, el futuro arroja sus som-
bras sobre el presente, y pueden algunos, a veces, per-
cibirlas.
Esta sección no pretende ser un manual de inves-
tigación psíquica que detalle las muchas incursiones
científicas serias en ese. terreno. Si no está familiarizado
con ellas, lea algunos de los libros que se enumeran en
el Apéndice: Las técnicas que incluimos no están conce-
bidas como experimentos científicos. Su objetivo es ayu-
darle a aprender y a que se haga una idea de ciertas
formas de conocer y de reaccionar. En cualquier otro
campo, desde la aritmética a tocar el piano o a nadar,
219
primero se aprende y luego, si se desea, se practica,
No hay razón para invertir el proceso en este caso.
223
15
225
se te borre el mundo, que te digan que estás ciego para
siempre. El salón se convierte· en una carrera de obs-
táculos, escalones y bordillos de acera acechan en lo
desconocido. ¿Vas bien peinado, tienes migas en la bar-
billa? No puedes mirarte al espejo para comprobarlo.
Hay cambios más sutiles, según el padre Schommer,
jesuita de Canisius College. «La dificultad está, sobre
todo, en el aspecto emocional, en la profundidad de los
propios sentimientos, así como en tu identidad como
individuo.» Esto es particularmente cierto si te quedas
ciego de adulto, como le sucedió al padre Schommer.
«Tenía la sensación de estar encerrado en un armario
del que no podía salir. Tienes inmediatamente la sen-
sación de no pertenecer ... de que perteneciste, pero ya
no. Yo dependía mucho de la vista... La gente puede
decirte, "oh, me agradas, te queremos". Tú dices: "Sí,
muchísimas gracias", pero por dentro no te lo crees ...
Hasta que consigues un instrumento que te permite sen-
tir que estás realmente en contacto con. todo el mundo,
incluido el mundo material, el amor y la buena voluntad
de los demás no parecen "sonar" como es debido. Es
como un piano con una nota grave que no va, no hay
resonancia».
El viejo camino de rosas. Una cosa es reunirse una
tarde para jugar a la telepatía y otra asegurar alegre-
mente a un grupo de personas como el padre Schommer,
Lola Reppenhagen y Bill Focazio que pueden activar
un nuevo tipo de capacidad que les ayude a superar sus
problemas ... Ante esto se hubieran encogido la mayoría
de los parapsicólogos. Pero Carol Liaros lo hizo. Si te-
nía dudas, no las comunicaba... sólo reflejaba sosiego,
calma y seguridad. Liaros, una mujer atractiva de cua-
renta y pocos años, lleva su «melena» rubia recortada
y aún tiene un cierto aire arrogante. Es del tipo de per-
sona que dirías que debe dirigir una reunión; que ha
de salir a la pista la primera al iniciarse una fiesta. Es
una de esas personas que dominan una situación.
La primera persona de la que se hizo cargo fue ella
misma, cuando Hugh Lynn Cayce, escritor e hijo del
psíquico Edpr Cayce, le dijo que tenía un verdadero
talento psíquico, auténtico y «natural». Liaros cerró su
salón de peluquería, se desvinculó de todos sus intereses
profesionales y ernpez6 a adiestrarse afanosamente. En
1973 eran muchos en Buffalo los que conocían a Carol
Ann Liaros como psíquica y profesora. Había trabajado
226
con algunos de los mejores científicos de la especiali-
dad, había dirigido un programa de televisión sobre
«facultades psíquicas», y había dado cursos en lugares
como el Instituto de Dimensiones Humanas del Rosary
Hill College.
Pero, a menos que hubiesen oído hablar de Liaros,
los ciegos que se reunieron para este estudio piloto no
tenían idea de que fuesen a intentar despertar capaci-
dades psíquicas. Liaros continuó su curso de percep-
ción extrasensorial y eliminó toda mención a lo psíquico
para que los prejuicios no se interpusieran. Reunió tam-
bién a veinte voluntarios videntes. Una vez a la semana
les instruía en la enseñanza de las técnicas de relaja-
miento que parecen estimular lo psíquico. Una segunda
noche por semana trabajaba con los ciegos.
Con cierta ansiedad, aferrados a su escepticismo, Bill
Focazio, Lola Reppenhagen, el padre Schommer y otros
siguieron con Liaros y con los voluntarios. Siguieron
practicando el relajamiento, visualizando los biocampos
de energía que rodean el cuerpo, percibiendo cofores
hasta convertirse poco a poco en parte de una profun-
da revolución, o quizá mejor evolución. Lo paranormal
empezó a crecer mientras hablaban del equipo de bolos
de ciegos y recordaban lo que había pasado en la par-
tida de herraduras que jugaron aquella vez que llovió
cuando salieron a comer al campo el verano anterior.
Cuando llegaron a comprender que hasta sus limitacio-
nes podían no ser tan reales como ellos creían, estos
ciegos y ciegas empezaron a hacer cosas que todos ellos
admiten, gustosamente, que «parecen increíbles».
Algunos empezaron a identificar colores al otro lado
de la habitación. El mundo empezó a volver «a la vista»
de un modo que les resultaba muy difícil expresar...
Estaban otra vez conectados, pero de una forma nueva.
Algunos decían que era como si tuvieran una luz en la
cabeza, donde antes sólo había oscuridad. Un individuo
prescindió de su bastón blanco, pues de algún modo
percibía las farolas, los salientes de los escaparates, los
escalones, los bordillos. Una mujer completamente cie-
ga «vio» una fotograña. «Es una mujer, pero ¿qué es
eso redondo que lleva en la cabeza?» En la foto apa-
recía la especialista en dietética Adelle Davis, que lleva-
ba el pelo recogido en un moño grande y redondo en la
parte superior de la cabeza. Al continuar el relajamien-
to y el adiestramiento, estos serios ciudadanos empeza-
227
ron a aprender a viajar con sus ojos mentales a habi-
taciones, casas y oficinas lejanas .. .lugares en los que
jamás habían estado... y cuyas características, sin em-
bargo, podían describir. En la jerga de la parapsicología
lo suyo es clarividencia pura y simple. Sin embargo, es
difícil encuadrar a estos individuos en la imagen del
«psíquico» habitual. Además ellos mismos jamás se con-
sideraron psíquicos.
Por ejemplo, Lola Reppenhagen, después de ocho
meses de aprendizaje, escribió: «Me cuesta trabajo
creer lo que está pasando. Aún no he aprendido a dife-
renciar cada color y algunos los distingo peor que otros,
pero llega. He tenido también cierto éxito en el viaje
mental. La conciencia de mi campo energético aumenta.
Tengo la sensación de poder ver cómo trabajan mis ma-
nos, veo mi cuerpo, veo imágenes y sombras y, al pare-
cer, casi soy capaz de ver lo que hay en una habitación.
Parece que realmente lo veo, aunque no lo veo. Estoy
completamente ciega».
Se conservan testimonios escritos, grabados y foto-
gráficos de las sesiones del Proyecto Conciencia Ciega.
Tenía razón Bill Focazio cuando dijo, aquella primera
noche, que sólo estaba tanteando. Las estadísticas mos-
traban, sin que nadie se sorprendiera por ello, que el
nivel de aciertos que alcanzaban los ciegos al elegir los
colores era de puro azar. Luego, empezaron el adiestra-
miento en visualización, relajamiento profundo y en
técnicas de sensibilidad. Los ciegos posaron sus manos
una y otra vez sobre el negro y el blanco, el rojo y el
verde. Al cabo de siete sesiones, hicieron más pruebas.
Según informa el doctor Zieler: «Cuanto más lo hacían,
mejores resultados lograban: de un 65 a un 70 por cien-
to de aciertos, como media, y algunos alcanzaban un
nivel perfecto».
El doctor Dean, que fue presidente de la Asociación
de Parapsicología profesional, comprobó dos mil tenta-
tivas de distinguir entre negro y blanco y otras dos mil
entre rojo y verde. Las posibilidades de que los ciegos
obtuvieran los resultados que obtenían por puro azar
eran de diez mil contra uno. Los resultados fueron tam-
bién prometedores en los intentos de distinguir objetos
y fotografías. Dean dijo que, en conjunto, «como expe-
rimento para ver si las percepciones extrasensoriales
pueden ayudar a los ciegos, fue fabuloso». El doctor
Zieler informa que «pasaron algunas cosas asombrosas».
228
Lo que asombraba a los científicos asombró más to-
davía a los estudiantes cuando empezaron a pasar aque-
llas cosas que «parecían increíbles». Siguiendo con el
proyecto, Bill Focazio estaba sentado una tarde en su
sastrería. «De pronto me di cuenta de que podía "ver"
cosas. No claramente, por supuesto, pero podía distin-
guir los perfiles borrosos del quicio de una puerta y de
ia mesa.» ¿Acaso estaba recuperando la vista? Se tapó
los ojos con las manos. La escena seguía siendo visible.
«Era como si las imágenes penetrasen por un lado de
mi cabeza.»
Lola Reppenhagen estaba en casa y entró su hija
Robín en la habitación. Lola alzó la vista. Empezó a ob-
servar el aspecto de los pantalones rojos y la chaqueta
blanca que veitía Robin. Entonces recordó que llevaba
años sin poder ver a su hija y sin poder ver una prenda
de ropa... y seguía siendo imposible que lo viese con
los ojos.
Barbara Engels se incorporó al Proyecto Conciencia
Ciega con «huellas de amargura». Tenía poco más de
veinte años y era profesora, estaba iniciando su carrera
y de pronto se quedó ciega. Volvía a ser estudiante,
ahora con Liaros. Trabajó con las nuevas técnicas. Y una
noche se quedó deslumbrada ... ante una imposibilidad.
De pronto vio toda su habitación iluminada por un suave
brillo color cñartreu~. «Podía ver los perfiles de la
cama y de los armarios y de los demás muebles.» Y, al
parecer, tampoco aquí intervenían los ojos. «Era algo
que llegaba a través de mi cabeza.» Se sentó y gozó de
aquella visión durante la media hora que duró. Esta
iluminación se repitió una y otra vez. «Grandes espe-
ranzas» es lo que esta antigua profesora siente respecto
al curso del Proyecto Conciencia Ciega. «Po(.i.ría conducir
a algo que nos ayude a abrirnos camino en el mundo.»
Carol Liaros y sus alumnos no descubrieron la vi-
sión sin ojos. El asunto llevaba funcionando mucho
tiempo, lo cual, paradójicamente, hace mucho más no-
table su logro. En la década de 1920, el escritor francés
Jules Romains llegó a entusiasmarse tanto por la visión
sin ojos que abandonó durante un tiempo sus novelas
para escribir un notable estudio sobre el tema. Aquello
podía ayudar a los ciegos. Las críticas fueron tan viru•
lentas que Romains no volvió a hablar del asunto hasta
los años sesenta, en que los soviéticos comunicaron que
en un par de sus instituciones de formación de profe-
229
soraclo habían estado adiestrando a algunos estudian-
tes, ciegos y videntes, en visión sin ojos. Todo había
empezado con una sencilla joven, Rosa Kuleshova. Rosa,
que vivía en un pueblo fabril de los Orales, llevaba una
vida tan sencilla y práctica como las ropas que cubrían
su tosca figura. Lo único interesante de su semana era
ayudar a los ciegos en un centro local. Aprendió a leer
por el método Braille. Un día se le oCUITió de pronto
una idea extraña. Empezó a pensar que podía percibir,
sin Braille, con los dedos, e incluso con la frente, colo-
res y formas. Luego, se le ocurrió una idea simple. Esta
capacidad podía serles muy útil a sus amigos ciegos.
Pero Rosa acabó convittiéndose en un testimonio
apreciado en las conferencias científicas desde Tagil a
Sverdlovsk, y acabó en la Academia de Ciencias de
Moscú, hasta que sufrió 1iila crisis nerviosa total.
Aun así, la idea de que esta capacidad de Rosa pudie-
se ayudar a los ciegos indujo a los científicos soviéticos
a seguir experimentando. Como era de esperar, el doctor
Lozanov, con su continua insistencia en la apertura de
las reservas de la mente, empezó a estudiar la visión
sin ojos en 1964. Trabajó con sesenta niños que habían
nacido ciegos o habían perdido la vista en la infancia.
Aun así, respetando el protocolo científico, les tapó los
ojos y puso una pantalla entre éstos y las manos cuando
les pidió que practicaran la visión sm ojos.
Y se llevó una sorpresa. Tres de los niños pudieron
distinguir inmediatamente colores y formas geométri-
cas. «Pero el factor más importante es que los setenta
y cinco niños restantes podían ser adiestrados para
aprender a ver por la piel... Poco a poco, estos niños
ciegos aprendieron a distinguir colores, formas geomé-
tricas e incluso a leer», informaba Lozanov en un ar-
tículo científico. Estos niños demostraron también sus
habilidades parapsicológicas recién descubiertas. ante
médicos y psiquiatras.
«La parapsicología puede aplicarse en el campo pe-
dagógico, -dijo el doctor Lozanov-. Puede ayudar a
superar defectos de lenguaje, audición o visión, y puede
utilizarse en psicología y medicina. Puede aportarnos
w1 material nuevo y muy rico que nos permita familia-
rizamos con posibilidades secretas y desconocidas de
la personalidad humana.»
A partir de entonces, sobre todo en Francia, pero
también en otros países, entre ellos Estados Unidos,
230
los científicos han estudiado y ensayado la visión sin
ojos. Pero de un modo u otro, algo siguió quedando
marginado en el laberinto académico.
Por último, Carol Ann Liaros y sus voluntarios res-
pondieron de la promesa y están haciéndola realidad a
una escala cada vez más amplia. A medida que el Pro-
yecto Conciencia Ciega crece, va conociéndose a nivel
nacional y a nivel internacional. Atrae cada vez mayor
atención de los médicos y de otros profesionales. En el
verano de 1977, se celebró el primer curso para instruc-
tores, con el fin de adiestrar a personas que puedan
iniciar proyectos similares en otras ciudades y estados.
(Bill Focazio fue uno de los instructores graduados.)
Ese mismo año, se inició el Proyecto Conciencia Ciega
para niños, al parecer con gran éxito. El Proyecto Con-
ciencia Ciega ha permanecido fiel a lo largo de los años
a su idea original de ofrecer programas gratuitos a los
ciegos. Los gastos se cubren con aportaciones de Liaros
y sus voluntarios y ahora de otras personas. (Para más
información ver la Sección de Fuentes.)
El Proyecto Conciencia Ciega sigue acumulando datos
científicos. Y está logrando algo más. Para el padre
Schommer, «abrió el mundo». «El Proyecto Conciencia
Ciega me abrió la puerta del armario en el que estaba
encerrado. Sentí que era parte de la sociedad humana
igual que antes, aunque tenga un estatus distinto.» Le
ayudó a volver a conectarse con el mundo entero, par-
ticularmente con el mundo material.
«Era un nuevo enfoque de la vida ... Descubres cosas
diferentes de las cosas cerebrales ordinarias; me dio
una sensación de consciencia.» Y ayudó en las relacio-
nes. «Ya no estás detrás de un muro o de una cortina.
Se trata del contacto inmediato con la gente. Aprendes
a entrar en contacto con las cosas y a reaccionar a ellas,
descubriendo que hay un cierto elemento de la vida que
jamás pensaste que pudiera ser tuyo.»
Conocer a Lola Rettenhagen es sentir un contacto
inmediato, tan fuerte como si te mirase directamente a
los ojos. Parece haber desarrollado un tipo especial de
relación humana. «El curso Conciencia Ciega me dio a
conocer todo el universo de una forma que nunca había
imaginado que fuese posible. El objetivo es un fantás-
tico relajamiento y una sensibilidad iluminada para los
propios sentimientos y las propias emociones. En mi
caso se ha abierto todo un nuevo mundo. Siento una
231
gran afinidad con todo el universo material. Ya no me
desalienta mi ceguera.»
Hay algo impresionante en la experiencia de estos
neoyorquinos. Salvo por su ceguera, son individuos
como la mayoría de nosotros. No anhelan extraños po-
deres esotéricos, ni demostrar algo sobre la naturaleza
de la realidad. Lo asombroso no es tanto que distingan,
en ocasiones, un color, vean un aura, capten una visión
clarividente de lo que pasa en otro lugar. Lo que des-
taca es algo distinto. Cuando aprendieron a desarrollar
esas vías distintas de conocimiento, llamadas psíquicas,
cambió su relación con el mundo y con los demás. Se
amplió, se hizo más rica, pudieron actuar y reaccionar
de modo más satisfactorio. :esta es la promesa implíci-
ta de lo psíquico de la que tanta gente habla en para-
psicología desde hace muchísimo tiempo. El problema
es que resulta difícil de ejemplificar. Los del Proyecto
Conciencia Cieg~ lo están ejemplificando, un poco al
menos, porque enfocan lo psíquico como una parte in-
tegrada de sí mismos. Un mundo completamente nuevo,
dicen continuamente. ¿ Qué podríamos lograr los demás
si cobráramos mayor conciencia de estas otras vías de
conocimiento? La Sección siguiente puede ayudar a des-
cubrirlo.
233
de su cuerpo una especie de halo de energía. Imagínelo
como luz. Obsérvelo, disfrútelo. Siéntalo, si puede.
Imagínese luego con alguien a quien quiere. Ima-
gine su campo energético. Imagine que avanza hacia esa
persona. ¿Qué sucede en sus dos campos de energía?
Visualice después un color en cualquier forma que
le guste: cuadros, círculos o un tulipán rojo fuerte, un
mar de narcisos, un vestido de terciopelo azul brillante.
Como sabe, en realidad los colores son luz que vibra
con frecuencias distintas. Imagine que puede ver esas
ondas de color diferente lo mismo que puede ver surgir
el calor en la carretera en verano. Imagine de nuevo
su mano, la energía moviéndose a su alrededor. Vea
su mano moviéndose hacia uno de esos colores vibran-
tes y palpitantes. Imagine sus bioenergías combinándose
con las ondas de color. Siéntalo. (Ver también los ejer-
cicios de color y energía de las págs. 274, 277.)
Ojos abiertos
Al principio, es más fácil ver esta bioenergía con
los ojos abiertos, frente a un fondo oscuro. Cuando esté
tumbado en la cama de noche, ponga las manos levan-
tadas frente a usted. Relaje los ojos. ¿Puede percibir
un borde difuso de luz alrededor de las manos? Apro-
xime las puntas de los dedos. ¿Puede percibir algo que
fluye entre ellas? ¿Puede ver una especie de estela de
luz, como la de un reactor, frente a la oscuridad mien-
tras separa las manos lentamente?
Dedos pegajosos
El método soviético para adiestrar tanto a los viden-
tes como a los ciegos consiste en colocar las manos del
individuo directamente sobre la superficie coloreada y
moverlas luego suavemente sobre toda ella. (Evidente-
mente, hay que utilizar el mismo material para los di-
versos colores, de modo que no haya ninguna diferencia
de textura.) Los alumnos soviéticos acusaban, después
de cierta práctica, sensaciones distintas v definidas se-
gún los colores. Estas sensaciones «táctiles» persistían
incluso cuando se cubría con un cristal la superficie co-
loreada.
Se acepta de modo casi unánime que los colores se
dividen, según las sensaciones que producen, en suaves,
pegajosos y ásperos. El más suave es el azul claro. El
amarillo es muy resbaladizo v no tan suave.
El rojo, el verde y el azul oscuro son pegajosos. El
verde es más pegajoso que el rojo, pero no tan áspero.
El azul marino es aún más pegajoso, pero más duro·
que el rojo y el verde.
El naran.fa Produce una sensación áspera, tosca y
enmarañada. El violeta produce un efecto aún más
enmarañado que parece ~nar la mano y resulta aun
más áspero.
El negro es el más pegajoso, enmarañado y viscoso
de todos. El blanco es suave, pero más áspero que el
amarillo.
Si quiere comprobarlo, empiece con una serie de
amarillo y azul marino.
235
La técnica de Foos
236
su mano, que su mano baja; que la tiene usted a la altu-
ra del pecho. Por último, se detendrá, con la palma
hacia arriba, a la altura de la cintura, en algún punto
de la zona del juego y le dirá: «¡Toca!» Sin pensarlo,
choque su palma contra la de él. Si no acierta, ¿qué
más da? Siga practicando.
5. Juegue al mismo juego en una mesa. Su compa-
ñero le pondrá las manos a los lados de la mesa e irá
acercándolas hasta unirlas en el centro y luego volverá
a llevarlas hasta los lados de la mesa, para mostrarle
la zona de juego. Repita el proceso. Luego, su compa-
ñero, hablando con usted, moverá la mano desde la
frente de usted hacia abajo, hasta algún punto de la
mesa situado entre sus manos. Cuando diga «¡Toca!»,
choque su palma contra la suya.
6. Cuando haya logrado cierto éxito con esta nueva
percepción, dispóngase a pasar de manos a objetos. El
sistema de Foos sugiere objetos blandos y coloreados,
como una esponja de baño, por ejemplo. Su compañero
coloca la esponja en la mesa. Luego le alzará la mano
con la palma hacia abajo. Sujetándola por el lado del
pulgar, la hará pasar lentamente por encima del borde
de la mesa, de la mesa misma, de la esponja, del otro
lado de la mesa, hablando continuamente, diciéndole
dónde está, pidiéndole que perciba diferencias. Procure,
durante todo el proceso, percibir por encima de qué
está pasando su mano. Visualícelo.
7. Su compafiero, diciéndole siempre lo que está
haciendo, moverá ahora ante la cara de usted la esponja
adelante v atrás. La sostendrá ante la frente de usted,
la moverá luego hacia abajo v la situará sobre la mesa
en un punto indeterminado. Luego dirá: «Cógela».
Puede seguir con más de una esoonia y luego con
otros objetos y formas. (Esta descripción del sistema
de Foos se basa en el libro Eyeless Sight: A How to
Manual -Visión sin ojos: Manual práctico, Simone Pu-
blications, Stanton, California.)
Clarividencia viajera
Percepción extrasensorial, clarividencia, capacidad
para ver a través del tiempo y del espacio... ¿Signifi-
carán realmente todas estas cosas un avance notable
para la humanidad? La respuesta a esta pregunta nos
llega de una fuente inesperada e insólita: Charles Lind-
bergh. Lindbergh ayudó a iniciar y apoyó fielmente el
programa espacial norteamericano. Cuando se estaban
preparando hombres para viajar a la Luna,. Life le pidió
a. Lindbergh que escribiese sus pensamientos sobre el
futuro de las naves espaciales y del viaje espacial. Con-
testó que no podía. Sus razones resultaban tan intri-
gantes que Life decidió, de todos modos, publicarlas.
Lo que Lindbergh tenía que decir quizá sorprenda a
ciertas personas. Y, sin embargo, Charles Lindbergh, más
que ningún otro individuo de este siglo, encamó el es-
píritu pionero de millones de seres y lo elevó e intro-
dujo en una nueva era. Estaba acostumbrado a llevar
consigo el futuro.
Debido a la duración del viaje, parece evidente que
238
nuestras exploraciones espaciales no pasarán de los pla-
netas más próximos. Nuestras posibilidades chocan con
una barrera automática. ¿Nos empujará esta limitación
a entrar en una era nueva, se pregunta Lindbergh, una
era muy por encima de la era de la ciencia, tan por
encima como la ciencia de la superstición? Según su
opinión, nos esperan aventuras inconcebibles para nues-
tra racionalidad propia del siglo veinte... aventuras más
allá del sistema solar, a través de lejanas galaxias, qui-
zás a través de fronteras ajenas al tiempo y el espacio.
Podemos saltar más deprisa hasta esa era, dice Lind-
bergh, si aplicamos nuestra ciencia, no a vehículos, sino
a la vida, «a las cualidades infinitas y en infinita evo-
lución» de los seres humanos .. Este estudio, según su
opinión, no·se plantea sólo para futuras aventuras, sino
que lo exigirá nuestra propia supervivencia en ese futu-
ro. Considerando lo que puede ser la capacidad ilimitada
de los seres humanos, Lindbergh dice que cuando recla-
memos eso para nosotros mismos y la conciencia crezca
cada vez más, la humanidad «puede fundirse con lo
milagroso... y en esta fusión, percibida desde hace mu-
cho por la intuición pero sólo vagamente percibida aún
por la razón, la experiencia puede viajar sin necesidad
de acompañar a la vida (ñsica).
»Descubriremos que sólo sin naves espaciales pode-
mos llegar a las galaxias; que sólo sin ciclotrones po-
demos conocer el interior de los átomos. Para aventu-
rarnos más allá de los fantásticos descubrimientos de
esta era físicamente fantástica, debemos combinar per-
cepción sensorial y extrasensorial ... » Y si avanzamos
por estas vías, encontraremos, según Lindbergh, las
grandes aventuras del futuro.
Quizá la aventura haya empezado ya. En marzo de
1974, iba camino de Mercurio la sonda espacial Ma-
riner II. Dos psíquicos norteamericanos, Ing Swann y
Harold Sherman, intentaron una sonda psíquica. Inten-
tarían viajar por clarividencia hasta Mercurio y volver
con la información que obtuviesen. Controló el experi-
mento la psicóloga Janet Mitchell, asesora de la So-
ciedad Norteamericana de Investigación Psíquica. Mit-
chell y otros investigadores que participaron, se llevaron
una pequeña sorpresa. Aunque Swann estaba en Nue-
va York y Sherman en Arkansas, los informes de am-
bos coincidían en puntos decisivos, aunque discrepaban
de lo que esperaban hallar los astroñs1cos.
239
Dos semanas y media después de que se cerrasen y
archivasen los informes psíquicos, el Mariner II empezó
a transmitir los primeros datos de Mercurio. Eran datos
inesperados. Apoyaban lo que habían dicho los clarivi-
dentes, no las tesis académicas de los científicos.
Vuelos de inspección a Mercurio, viajes más allá de
la galaxia, todo esto quizá parezca demasiado grandio-
so. Los ciegos de Buffalo trabajaban en un tipo de cla-
rividencia más práctica y normal. Sin embargo, quienes
tuvieron más éxito entre ellos decían: «Establecí una
relación completamente nueva con el mundo material.»
¿Qué significa eso? El descubrirlo es una buena razón
para dedicar un poco de tiempo a investigar la capaci-
dad clarividente de conocer lugares y objetos a distan-
cia. El negativo de una foto holográfica tridimensional
puede cortarse en fragmentos pequeños y, sin embargo,
cada fragmento sigue conteniendo toda la imagen. Como
individuos, estamos separados de gran parte del mundo
por muros y kilómetros y por toda una serie de barre-
ras aparentes distintas. Pero si logras tener una expe-
riencia clarividente de «otros sitios» empiezas a hacerte
preguntas.
Y, por supuesto, si tienes dotes psíquicas naturales
y deseas practicar, te sería muy útil, y ni que decir tie-
ne que te resultaría muy atractivo poder despertar la
clarividencia. Escudriña el interior de tu coche para ver
si hay alguna avería, comprueba lo que hay en el fondo
del lago. ¿Te dejaste el gas encendido? ¿Estarán real-
mente patinando en el piso de arriba? La idea seduc-
tora de ser una mosca en la pared es la savia vital de
ensueños e historias. Quizá por eso algunos principian-
tes logren con sorprendente facilidad imaginarse que
están en otra parte. Lola Reppenhagen intentó este tipo
de ensueño dirigido. Lo insólito es que sus imaginacio-
nes resultan a veces reales. Lo certifican testimonios
firmados: uno de Jeff Kaye, que fue durante mucho
tiempo entrevistador de la WBEN de Buffalo; otro de
Steve Wilson, de Eyewitness News WKBW-TV. No son
demasiado frecuentes, por otra parte, los testimonios
de los profesionales de los medios de difusión.
Wilson le pidió a Lola que viajase mentalmente a una
casa donde estaba prevista una reunión. Filmó la des-
cripción de Lola. «No había estado antes en aquella
casa e inmediatamente después de nuestra entrevista
la acompañé yo allí. La film.amos entrando en la casa
240
.......
·y luego filmamos lo que resultó set'~ctamente lo que
ella nos había descrito antes. Sé que Lola hizo también
demostraciones de esta "sensibilida4"tsuya para otros
medios de información de la zona de Buffalo y no sé
de nadie que mantuviese su escepticismo después de
presenciar la demostración.»
Jeff Kaye quedó sobrecogido. «Lola viajó mental-
mente hasta la casa de Jeff antes de una entrevista. Su
exactitud al emplazar los objetos en su lugar corres-
pondiente en las diversas habitaciones resultaba abso-
lutamente increíble. Había un dibujo de un cardo que
le pareció que tenía una significación especial. La tiene.
Es un dibujo a pluma y tinta que hizo uno de mis hijos
y que me regaló en un cumpleaños hace ya tiempo. Por
otra parte, es uno de los diversos cuadros que hay en
esa pared.
»En fin ... interrogué a mi esposa para saber si había
estado en casa algún extraño o algún amigo y había
hecho comentarios sobre el cuadro y la respuesta fue
negativa. Estoy totalmente convencido de que las im-
presiones de Lola eran auténticas y que no obtuvo la
información de modo clandestino. Carol Ann Liaros pa-
rece haber convertido a Lola Reppenhagen en un ver-
dadero genio, enseñándole a viajar mentalmente. En
general, los demás alumnos ciegos no lograron un éxito
tan espectacular. Logran captar sin embargo informa-
ción y una especie de sensación de lugar nuevos. Eso
les ayuda a desenvolverse con más seguridad en el mun-
do.»
La clarividencia de este tipo quizá parezca algo de-
masiado difícil para un principiante, pero cuando el
doctor Milan Ryzl ideó un programa intensivo para
adiestrar y desarrollar las capacidades psíquicas obtuvo
también éxito guiando a sus alumnos por Praga con sus
ojos mentales. En el Instituto de Investigación de
Stanford, el famoso tanque de pensar de California, si-
guen haciéndose experimentos sobre esta especie de te-
levisión mental. Los ñsicos doctor Hal Puthoff y Rus-
sell Targ pensaron al principio que sólo quienes tenían
capacidades psíquicas especiales conocidas tendrían po-
sibilidad de ver lo que estaba pasando en otro lugar.
Descubrieron que personas normales, incluso escépti-
cas, emplazadas en el medio adecuado, podían ver cosas
a distancia... al menos un poquito.
241
Para ~ wt viaja clarividente
Variaciones
Carol Ann Liaros sugiere que después de haber exa-
minado detenidamente el salón, dejemos la mente libre.
Hemos de dejar que la arrastre y magnetice la habita-
ción favorita del amigo (si se trata de su casa). ¿Cómo
es esa habitación? ¿Puede percibir por qué es especial
para él?
El doctor Ryzl guiaba a veces a sus alumnos en
viajes mentales a lugares Que conocían, incluso a sus
propias casas. Les hacía viajar mentalmente por las ca-
lles desde su consultorio al punto marcado. Dentro, les
pedía que mirasen a su alrededor y observasen lo que
pasaba. ;_De Quién era la casa, cómo vestían, qué esta-
ban haciendo? ¿Había algo haciéndose en la cocina,
hablaba alguien por teléfono?, si la televisión está en-
cendida, ;_ve lo que hay en la pantalla? En una oca-
sión, utilizó también esta técnica para ayudar a una
alumna a encontrar algo que había perdido en la casa.
Le pidió que mirase dónde estaba, que fuere allí y bus-
case el objeto.
Este tipo de viaje mental es más difícil de verificar,
pero puede hacerse. Si no practica con un comoañero,
puede intentar acercarse. mentalmente y por adelantado
243
a cualquier lugar al que le hayan invitado, pero que aún
no conoce. O probar con un lugar público y comparar
luego sus impresiones con las cosas reales.
Hay auténticos clarividentes en el mundo... y están
apareciendo muchos más, desde Río de Janeiro a Tokio
o a Buffalo. Nuestros primeros cinco sentidos nos dan
mucha y buena información. Sin embargo, ¿se unirán
el tiempo y el espacio a esa creciente lista de limitacio-
nes que son más sugeridas que reales, cuando active-
mos más nuestro sistema de circuitos?
244
16
BIOCONCORDANCIA
247
famoso aún, el doctor K. Tsiolgovsky, creador del pro-
grama espacial soviético, afirmó hace mucho que ten-
dríamos que desarrollar la telepatía, no sólo para
explorar el espacio sino también para afrontar la sobre-
carga de información de la era espacial en la Tierra.
La telepatía o bioconcordancia es otro canal de in-
formación. Cobrar conciencia de ello puede proporcio-
narnos sugerencias respecto a cómo se conectan nues-
tros pensamientos con la red. Puede también hacernos
cobrar más conciencia de. sutiles sugerencias que nos
llegan del medio. Algunos tienen razones especiales para
investigar este campo. A los gobiemos les interesan los
sistemas de comunicación psíquica para utilizarlos en
caso de emergencia en el espacio o en submarinos y
están investigando también cómo podría utilizarse la
red psíquica en el espionaje y en el control mental.
A un nivel más mundano, un mensaje mental puede
impulsar a tu hermana a telefonear. Y abundan los
testimonios del SOS telepático en caso de urgente nece-
sidad. Pero, prescindiendo de que puedas captar o no
mensajes telepáticos, el tener una idea de lo que es la
telepatía puede darte noción de esa profunda concor-
dancia. Para algunos, calma los ruidos parásitos de la
alienación y así pueden interpretar más annoniosamen-
te sus piezas en el musicosmos.
El ritmo telepático
El ritmo sostenido es el meollo del su_per~~ndi-
zaie. · Modular . eimensaje puede facilüa:c también el
aprenc:Üza.i.e de la telepatía. Hablando con Ios rusos
oímos decrr esto muchas veces. De acuerdo con la idea
d.! concordancia, intentaron convertir en «gemelos> a
las parejas telepáticas. Intentaron sincronizar la caden-
cia de los ritmos orgánicos para estimular la comunica-
ción. Y utilizaron el ritmo de forma menos sutil. En el
Instituto Popov de Moscú, Vladimir Fidelman se dedi-
caba a preparar a individuos para transmitir números
mentalmente. La música podía obstaculizar la transmi-
sión del mensaje. Fidelman recurrió a la electricidad
para crear un nuno. Puso un número, el tres por ejem-
plo, sobre una luz que lo mostraba parpadeando una
y otra vez al transmisor. «Repite tres, tres, a ritmo con
la luz, hasta que puedas visualizar .,tres" con una clari-
248
dad absoluta en una pantalla imaginaria de tu mente»,
les dijo a los transmisores. Fidelman descubrió que en
una serie de 134 números los transmisores lograron
transmitir correctamente cien a un individuo situado a
casi kilómetro y medio de distancia. Un resultado muy
brillante.
En Estados Unidos se han adaptado y ampliado va-
rios descubrimientos de la parapsicología soviética.
Pero la cadencia, la idea del poder del ritmo, se ha
:pasado por alto. Antes del trabajo soviético, el neuró-
logo norteamericano doctor André Puharick utilizó lu-
ces destelleantes. Hizo parpadear un estroboscopio ante
los ojos cerrados del psíquico Peter Hurkos. nste era
capaz de ajustar el estroboscopio a cualquier velocidad
que «le agradase». Con aquella luz palpitante e intensa,
Hurkos experimentó «un incremento verificable de su
capacidad de telepatía y clarividencia», según informó
Puharick. (No es aconsejable que se intente este expe-
rimento por cuenta propia; si la velocidad no es la ade-
cuada, puede producir un ataque.) Puharick, sin duda,
conocía las investigaciones que indicaban que en algu-
nos gemelos idénticos, si la luz parpadeante alteraba
los ritmos cerebrales de uno de ellos, se alteraban si-
multáneamente los del otro, aunque estuviese en otra
habitación. Pero Puharick, como Lozanov, se interesó
también desde un principio por los chamanes y los yo-
guis para los que el ritmo de la conexión mental es
sabiduría antigua, muy antigua.
El yogui Ramacharaka, por ejemplo, en su libro
Hindu Yoga Science of Breath (Ciencia de la respira-
ción del yoga hindú), escribe: «El ritmo incrementará
la fuerza de emisión del pensamiento en varios tantos
por ciento.» Transmite después de respirar rítmicamen-
te, aconseja. Esto entraña respirar a compás con el
propio pulso. (Ver pág. 193 para instrucciones.) Los
yoguis idearon también, hace mucho, velas especiales
que producen un efecto de fluctuación rápida para alte-
rar estados de conciencia. Los grupos esotéricos occi-
dentales han insistido también siempre en el ritmo ...
en elevar el propio voltaje con ritmo y ponerse a ritmo
con alguien con quien deseas conectar a distancia.
249
Aprendiz.aje - Qué contribuye a ello
Se sabe más sobre el aprendizaje de la telepatía que
sobre el de las demás facultades psíquicas. Es intere-
sante destacar que los trabajos independientes sobre
Jo que puede estimular la relación telepática indican
casi .las mismas c;ondidones que se requieren para el
C~1~srá/at~J Jnar:x~~r:n~~W:=e:f:¡
doctor Lozanov, partiendo de las raíces de la tradición
hermética occidental y del yoga, abordó primero la te-
lepatía o bioconcordancia y luego el aprendizaje rápido.
La telepatía y la supennemoria sólo son dos facultades
de toda una larga serie que, según la tradición, podían
desarrollarse por los mismos procedimientos.
Antes de iniciar una experiencia de telepatía, como
con cualquier sistema de superaprendizaje, es impor-
tante relajar el cuerpo y la mente, emplazarlos en un
estado de serenidad. Ayuda también la respiración rítmi-
ca. También en telepatía es útil la capacidad de visua-
lizar bien, sobre todo si vas a ser el emisor de imágenes.
Modular la información en períodos rítmicos parece
facilitar la reéepción. La atmósfera ha de ser positiva,
como en las sesiones de supennemoria. Procure captar
la sensación de juego, la alegría de la aventura y el
aprendizaje. Y también ayuda pensar que eres capaz
de hacerlo. Esto puede parecer demasiado obvio, pero,
respecto a la telepatía, años de experimentos científicos
demostraron sobradamente este punto. A algunos indi-
viduos les resulta útil representar papeles, esto estimu-
la sus facultades psíquicas, como sucede en las clases
de aprendizaje rápido. Si le atrae la idea, fabríquese
otra identidad, alguien que sea especialista en el tema,
por ejemplo. Puede volar a corta distancia o recorrer
los espacios interestelares, o ser miembro de la compa-
ñía de Merlin que monta un número mental para al-
guien. De ese modo, además, no le serán atribwdos sus
errores.
Antes de iniciar una sesión telepática, tómese siem-
pre dos o tres minutos para relajar el cuerpo y calmar
la mente. Afirme que puede aprender e intente volver a
experimentar la sensación agradable que produce el
aprendizaje positivo.
250
Para captar la sensación
La telepatía exige, por definición, más de una mente;
en consecuencia, hace falta un compañero. Como lo que
se pretende es una conexión directa con otro ser hu-
mano, elija a alguien con quien tenga una relación fuer-
te ... una concordancia, bio o de otro tipo. Túrnense al
principio enviando y recibiendo telepáticamente. Quizá
descubra que se le da mejor una cosa que otra.
Hay varias vías para empezar en telepatía. Parece
que una ¡;le las vías más fáciles es, paradójicamente, in-
tentar comunicar información sobre un tema muy com-
plejo: otra persona, por ejemplo. Frances Brown Zeff,
que fue presidente de la Sociedad de Investigación Psí-
quica del sur de California, enseña parapsicología en el
Programa para adultos del Ciprus College. Aparte de la
investigación, a los estudiantes les gusta captar la sen-
sación de lo que es la telepatía. Zeff, como otros profe-
sores, considera que los principiantes de su curso suelen
responder bien cuando intentan captar impresiones te-
lepáticas de una persona desconocida. Para hacerlo, el
emisor sencillamente piensa en alguien a quien conoce
bien. Se concentra en él, y procura enviar una imagen
de alguien. El receptor intenta describir a la persona,
sus características psíquicas y cualquier otra cosa res-
pecto a ella que le llegue.
Frances Zeff, de nuevo al igual que otros, considera
que los principiantes suelen comunicar muy bien tele-
páticamente los sabores. El emisor elige algo que tenga
un sabor peculiar: Un trozo de caramelo, una rodaja
fresca de limón. Sin que el receptor lo vea, prueba el
caramelo, por ejemplo, saboreando la sensación dulce y
azucarada en su propio cuerpo mientras procura trans-
mitir el gusto, la textura y el aroma al receptor. Según
Zeff, la gente lo hace mejor cuando tiene hambre, y no
parece captar los sabores enseguida si ha acudido a
clase inmediatamente después de comer.
Otro enfoque del mismo principio consiste en inten-
tar comunicar una imagen desconocida. Las obras de
arte son buenas para esto porque tienen unos perfiles
claros, emoción, y, con frecuencia, contenido mítico. El
emisor se limita a colocar ante sí la imagen sin que la
vea el receptor. La contempla, la visualiza claramente,
procurando que participen al máximo sus sentidos, y
la envía al receptor. Ha de procurar captar cuanto pue-
251
da de la imagen: tema, colores dominantes, una forma
o una línea que resalten, la atmósfera emotiva, lo que
sea. Puede descubrir que le es útil bosquejar impresio-
nes. Puede ser interesante ver qué elementos llegan a
transmitirse.
Tarde o temprano, muchas personas quieren probar
el experimento clásico de percepción extrasensorial, que
consiste en comunicar un objeto conocido de cinco se-
leccionados, sean símbolos, cartas, números o imágenes.
Elija con su compañero cinco elementos. Si le gustan
las letras, pruebe con B A Z O W. Si lo que le gusta son
los números pruebe con 4 5 6 7 8.
Cuando los dos se hayan tomado unos minutos para
hacer ejercicios respiratorios y relajarse, el emisor ele-
girá al azar (con un dado, por ejemplo) un objeto de
la serie de cinco ... por ejemplo, un vaso de vino de un
grupo de cinco objetos distintos.
El emisor ha de contemplar el vaso, visualizarlo cla-
ramente en su pensamiento, procurar que participen
otros sentidos en la operación, tocarlo, palpar su perfil,
percibir la frialdad del cristal mientras va enviando
la imagen a su compañero. En cuanto al ritmo de emi-
sión, quizá fuera útil servirse un poco del yoga y mo-
dularla más o menos según el ritmo del propio latido
cardíaco. Hay personas que prefieren emitir una vez
por segundo, sesenta veces por minuto. Se puede utili-
zar un metrónomo o una luz parpadeante para reforzar
el ritmo y probar variaciones de velocidad para ver si
alteran la capacidad de comunicación. Imagine luego
que está viendo el vaso de vino por los ojos de su com-
pañero. Proyecte la imagen de un minuto a un minuto
y medio.
Si es el receptor, ha de colocarse en una posición
cómoda y con los ojos cerrados. El objetivo es un esta-
do de «conciencia relajada». No baraje las posibilidades
en su mente. Si las imágenes parpadean en su pantalla
mental, espere a que se estabilicen.
Corrección
En este marco básico, debería acertar una vez de
cada cinco por puro azar. No se preocupe por eso al
principio. Procure determinar cómo se siente, qué ve,
cuándo emite y cuándo recibe, cuándo llega el mensaje.
252
¿Puede percibir la diferencia entre un barrunto y la
percepción extrasensorial? Suele suceder que sólo lle-
gue una parte del objeto ... ¿Por qué esa parte? ¿Trans-
mite más emoción, más acción, más calor, tiene una
forma más definida? Procure cambiar de objeto antes
dt: llegar a aburrirse.
Repitámoslo: las claves son relaiamiento, wualiza-
ción y _práctica. Son muchas las personas, por desgracia,
que abordan por primera vez las percepciones extrasen-
soriales en una situación de prueba para ver si las «tie-
nen». Si después de una o dos sesiones no se manifiesta
la telepatía, lo dejan. Con esta actitud jamás se podría
aprender a leer, a nadar, a multiplicar ni se adquiriría
ningún otro talento o capacidad.
Relojes
Aunque hay más elecciones posibles a muchos prin-
cipiantes les va bien con la esfera del reloj, quizá por-
que estemos acostumbrados a visualizar los relojes y a
fijarnos en ellos. Si quiere probarlo, utilice un reloj
normal. Elija al azar una hora (de una a doce), coloque
las manecillas y transmita mentalmente, centrándose
en el ángulo. Si quiere convertirlo en un juego, utilice
un sistema de puntos tomado de un famoso experimento
inglés: doce puntos para la hora exacta; seis para una
imagen invertida (las nueve en punto en vez de las tres
en punto, por ejemplo); cuatro puntos por la hora en
cualquier lado del tiempo marcado. Es bastante co-
rriente que se capte el lado correcto del reloj, derecha
o izquierda.
Concordancia cinética
Los que son poco hábiles para enlazar con imágenes
suelen serlo más cuando intentan comunicar movimien-
tos corporales. El receptor pasa a otra habitación donde
puede realizar un movimiento. Pruebe con algo rítmico,
como una danza de guerra india, o los movimientos del
patinaje sobre hielo, balancéese de lado a lado, imagi-
ne que está patinando.
Si logra ciertos éxitos con este tipo de comunicación,
quizá intente guiar los movimientos de su receptor.
253
Para ello tienen que estar los dos en la misma habita•
ción. El receptor ha de dar vueltas a un mueble; por
ejemplo, a una mesita de café. Después de dar la pri•
mera vuelta, mientras está dando la segunda, ordénele
mentalmente que se pare en un punto concreto. Pro-
cure guiarle por la habitación, haciéndole ir hacia ade-
lante, hacia la izquierda, erguirse, agacharse. Intente
guiarle hasta un objeto oculto en algún lugar de la ha·
bitación. Este procedimiento, del tipo de la «caja de
tesoro», funciona bien con algunos principiantes, y, al
principio, puede proporcionar realimentación sobre la
marcha. El receptor de este tipo de concordancia· ciné•
tica ha de cerrar o semicerrar los ojos para evitar dis•
tracciones. Debe procurar sentir el cuerpo, relajarse y
dejarse ir con la marea, dejar que la ola le lleve; si
capta una sensación de contracorriente que le arrastra
hacia atrás, debe pararse.
El emisor o proyector ha de ordenar mentalmente a
su compañero que avance hacia adelante o hacia la iz-
quierda, o que pare, ha de visualizar y procurar que
participen sus propios músculos. Ha de procurar sen•
tirio en su propio cuerpo.
El ritmo y la concordancia eran los puntos básicos
en que apoyaba el doctor Lozanov su sistema de tele-
patía más demostrable y de más éxito, que despertó
gran interés en el mundo comunista. Un receptor telepá-
tico tiene una llave telegráfica emplazada a su derecha
y otra a su izquierda. El emisor, en una habitación ale-
jada, está sentado junto a un metrónomo en marcha.
Siguiendo el ritmo que marca el metrónomo, el emisor
sugiere telepáticamente: «Pulsa a la derecha, derecha».
O «izquierda, izquierda», según un mensaje raya-punto
codificado. Ha de repetir cada orden diez veces. El re-
ceptor ha de captar seis de cada diez para considerar
recibido el símbolo.
Con esta forma rítmica de percepción extrasensorial
cinética, los búlgaros consiguieron sistemáticamente una
exactitud del setenta al ochenta por ciento en miles de
pruebas de este tipo. Lograron transmitir correctamente
largos fragmentos de información. «La telepatía puede
utilizarse en la práctica -dice Lozanov-. La telepatía
y la clarividencia pueden cultivarse y fomentarse me-
diante la sugestología.»
Si desea ensayar esta percepción extrasensorial
muscular, podría utilizar un metrónomo con un ritmo
254
de sesenta compases por minuto, setenta y dos por mi-
nuto, o el ritmo de su propio pulso. Lozanov no reveló
el ritmo concreto utilizado. Podría utilizarse incluso un
teclado de piano dividido en dos en vez de las claves
telegráficas. En vez de pulsar a la derecha, se dará una
nota aguda, y el equivalente a pulsar a la izquierda será
una nota grave.
Concordancia onírica
«Te veré en mis sueños» puede querer decir más de
lo que cree, según toda una década de trabajos de labo-
ratorio sobre los sueños. Al parecer, es posible ser ha-
cedor de sueños y enviarle un sueño a alguien.
Para probar este ejercicio, busque un compañero
propicio, a ser posible alguien que lleve ya un diario
de sueños y esté acostumbrado a recordar sueños. En el
laboratorio se despierta a los sujetos nada más termi-
nar cada sueño, para anotar las impresiones. Tendrá
que confiar en la disciplina y ]a voluntad de su soñador.
Elija diez fotografías, unas con fuerte contenido emo-
tivo y otras con acción. Según los experimentos, y no es
sorprendente, los temas eróticos y violentos se transmi-
ten mejor.
No le diga a su compañero qué fotografías ha ele-
gido. Si no viven en la misma casa, espere hasta estar
seguro de que el compañero está dormido. Anote en-
tonces la hora y empiece a emitir el tema de su sueño.
Sumérjase usted mismo en la imagen, en las emociones.
¿ Es capaz de percibir las sensaciones táctiles? Después
de un rato, interprételo; si hay baile, baila, si hay un
combate de boxeo, boxee con un adversario imaginario.
Nada más despertar, el receptor ha de anotar todo
lo que ha soñado. Cuando se encuentre con él, mués-
trele las fotografías y pregúntele cuál se relaciona con
sus sueños, si es que alguna se relaciona con ellas. Exa-
mine sus anotaciones y compruebe si hay varios niveles
de posible correspondencia.
Un medio más antiguo y más simple de practicar la
telepatía nocturna es intentar despertar a alguien. Cuan-
do esté seguro de que su compañero está dormido,
anote la hora y empiece a intentar despertarle mental-
mente. Ordene, llame, visualice, etc. Anote la hora en
que acabe, y el receptor debe anotar el momento en que
255
despierta durante la noche. En este caso, probablemente
baste una vez por noche.
En una ocasión, en un viaje, las tres autoras de este
libro tuvieron la experiencia de un despertar mental de
este género. Jack Schwarz había prometido telefonear
para despertarnos porque teníamos una cita muy tem-
prano. Lo cierto es que aproximadamente a la hora pre-
vista, Nancy, que había trabajado varios años con
Schwarz, se despertó del todo con un sueño. En este
sueño, Jack le decía que se despertase: no esperes la
llamada de Jack. La reunión es en el hotel. Resultó
que el teléfono estaba estropeado y Jack no podía tele-
fonear, así que decidió hacer una llamada mental mien-
tras alguien cruzaba la ciudad para llamar a la puerta.
Si fue coincidencia, no hay duda de que fue más oportu-
na de lo que suele serlo.
Padres e hijos
La concordancia suele ser mucho más acusada entre
padres e hijos. Y es una conexión de varias notas. Hay
una concordancia biológica profunda que puede hacer
reaccionar el cuerpo de un niño pequeño en el momento
en que su madre, que está en otra sección del hospital,
sufre un súbíto dolor. Hay una concordancia emotiva
a distancia, unas veces sostenida y otras no. En un caso
sumamente interesante, un paciente del psiquiatra
Bethold Schwarz se vio asaltado por un súbito e inten-
so dolor de muelas. Fue enseguida al dentista. J!ste no
256
pudo encontrar la causa del dolor, aunque era evidente
que el dolor existía. Por último, el dolor cesó con la
misma brusquedad con que había surgido. Esa noche,
la madre del paciente telefoneó desde otro estado. Ha-
bía tenido una muela infectada que le había dolido mu-
cho y que le habían extraído aquel mismo día. Era la
misma muela. El doctor Schwarz constató gran número
de casos de dolores y crisis emotivas «por simpatía»
entre parientes próximos y amigos íntimos. Este doctor,
que además era padre, acabó escribiendo un libro sobre
la telepatía entre padres e hijos.
Un diario de familia
A algunos padres y madres les resulta muy útil llevar
un pequeño diario con fenómenos telepáticos, aparente-
mente espontáneos·, entre ellos y sus hijos. Schwarz y
otros descubrieron que los niños pequeños pueden ver-
balizar de pronto sus pensamientos, e incluso interpre-
tarlos. Puedes estar, por ejemplo, en la mesa del despa-
cho buscando una grapadora que hace dos meses que
no usas. Al poco rato, puede aparecer tu hijo con ella
en la mano y preguntarte para qué sirve. :estos son pe-
queños ejemplos, pero en cuanto empiezas a recoger
unos cuantos empiezas a hacerte una idea de cómo circu-
la el pensamiento en una familia, cómo influimos qui-
zás, y nos influyen, más allá del campo de las palabras
o de la acción.
Los niños parecen tener una capacidad psíquica na-
tural más acusada que los adultos, quizá porque aún
no han recibido sugestiones que la anulen. Un profesor
de California empezó a interesarse en el asunto cuando
dos muchachos de un campamento de verano comen-
taron que sabían que estaba enfadado porque veían
que cambiaba la energía o el aura que le rodeaba. El
profesor empezó entonces a hacer preguntas discretas
a los demás niños. Muchos de ellos habían tenido expe-
riencias que podríamos llamar psíquicas. Lo que más
mencionaban eran cosas como ver auras, saber lo que
iba a pasar antes de que pasara y, curiosamente, por-
que es algo que la parapsicología sólo está empezando
a estudiar, la sensación de flotar fuera del propio cuer-
po. Los niños no solían hablar de estas experiencias por
dos razones: habían recibido la sugestión de que tales
257
cosas no eran del todo «correctas», o bien sencillamente
suponían que tales cosas les pasaban a todos y que no
merecía la pena comentarlas.
Si el tema le interesa, hable con los niños sobre los
fenómenos psíquicos. No les sugiera que deben tener
experiencias ps1quicas. Limítese a abordarlo como algo
natural que puede suceder o no. Quizá desee jugar a
juegos psíquicos con ellos para intentar captar las «fu-
turas facultades» de los futuros ciudadanos. He aquí
algunos por los que puede empezar.
Objetivo:
Estimular la concentración y 1a telepatía.
Elementos necesarios:
Una tarjeta para cada jugador. Dibuje un pez en dos
de ellas. Un trébol de cuatro hojas en las demás.
Instrucciones:
Los niños se sientan en círculo.
Se barajan las tarjetas.
Se entrega una a cada niño, que la colocará con el
dibujo mirando hacia sí.
Se explica a los niños el objetivo del juego: el trébol
representa buena suerte. El pez algo pendiente. De-
ben intentar determinar telepáticamente qué perso-
na tiene «algo pendiente» con cada uno.
Emisor:
Cada niño se concentra y procura emitir el pensa-
miento mediante la imagen y formulando, una y otra
vez, mentalmente el nombre del símbolo de su tar-
jet~. Deben procurar emitir rítmicamente la imagen.
Receptores:
Mientras el emisor hace lo indicado, los demás niños
del círculo cierran los ojos, hacen una inspiración
profunda, se quedan quietos, encienden sus pantallas
mentales y esperan a que en la pantalla aparezca
uno de los dos símbolos. Han de intentar también
258
determinar telepáticamente si hay «alguna cuenta
pendiente» con la persona y anotarlo en la parte pos-
terior de su tarjeta.
Ganador:
Cuando todos hayan sido emisores, han de mostrar
sus tarjetas.
Puede adjudicarse puntos a los ganadores.
DETECTIVE PSÍQUICO
Objetivo:
Estimular la concentración y la telepatía.
Se necesitan:
Tarjetas de papel, una por jugador.
En una tarjeta escriba: Cara Feliz - Testigo.
En otra tarjeta escriba: Cara Triste - Delincuente.
Las demás tarjetas quedarán en blanco.
Instrucciones:
Los niños se sientan en círculo.
Se entrega a cada uno una tarjeta, que sólo ve la
persona que la recibe.
Se explican los objetivos del juego. Sólo hay una
Cara Feliz-Testigo. Sólo hay una Cara TrisU?Delin-
cuente.
Los niños anotan sus nombres (o un número deter-
minado) al pie de la tarjeta.
El niño que tiene la tarjeta «Testigo» se identifica
al resto del grupo.
Los demás doblan las tarjetas y se las entregan al
Testigo.
El Testigo las abre y descubre el nombre de la per-
sona que recibió la tarjeta de Delincuente.
Emisor:
El Testigo o emisor habrá de concentrarse entonces
en el nombre de la persona que recibió la tarjeta
Delincuente, visualizándola con la mayor claridad po-
sible y repitiendo mentalmente el nombre una y otra
vez, de forma rítmica.
Receptores:
Mientras el emisor lo hace, los demás han de cerrar
2S9
los ojos, quedarse relajados y quietos y esperar a
que en su pensamiento brote el nombre del Delin-
cuente.
Ganadores:
Anote los nombres. Pueden darse puntos a los ga-
nadores.
SILLAS MUSICALES PSÍQUICAS
Elementos:
Numere un grupo de sillas.
Ponga tarjetas de papel con números correspondien-
tes a los de las sillas en un sombrero.
Cada jugador ha de tener una tarjeta y un lápiz.
Instrucciones:
Los jugadores se sientan en las sillas y eligen un
emisor.
Emisor:
Pone música. Luego extrae un número del sombrero
y lo proyecta mentalmente al grupo.
Receptores:
Cada jugador anota un número recibido telepática-
mente.
Cuando la música cesa, todos muestran sus números.
Ganadores:
Los jugadores que tengan los números correctos de-
jan sus sillas.
Repítalo hasta que sólo quede una persona en el
«asiento psíquico caliente».
Fe Fi Fo Fum
Hay un experimento, simple como una parábola, que
puede hacer realidad esa idea de estar verdaderamente
conectado con la vida... tan animado y vivo como un
tallo de fríjol que crece al sol.
Elija semillas corrientes, las de judías o cebada va-
len. Coja tres macetas y plante diez semillas en cada
una. Designe las tres macetas del siguiente modo: Amor,
Control y Odio. Durante las semanas siguientes, tratará
las tres macetas del mismo modo material, proporcio-
nándoles la misma cantidad de agua, luz, etc.
Dos veces al día, por espacio de cinco a diez minutos,
comuníquese o contacte con la maceta Amor. Mental-
mente o en voz alta transmita a esas semillas ideas po-
sitivas y alentadoras. Rece por ellas, bendígalas si quie-
re. Dígales que son las mejores semillas del mundo, que
s~ convertirán inevitablemente en unas plantas grandes
y hermosas. Procure sentir concordancia y amor hacia
ese frescor desplegado y maravilloso. Visualícelas cre-
ciendo sanas y frondosas mientras les habla.
No haga nada con la maceta de Control. Utilice la
maceta Odio para vofcar sus frustraciones del día. Di-
rija su cólera contra esas semillas. Desanimelas. Díga-
les: «No sois buenas, no servís para nada. Nadie os quie-
re. El mundo no es bueno, no va a gustaros. Da igual
que os esforcéis ... » ¿Le suena esto a algo familiar? Vi-
sualtcelas como algo débil y raquítico.
Al cabo de unas semanas, compare las macetas. Com-
261
pruebe la altura, la frondosidad, las raíces. ¿Hay dife-
rencias? Muchos tipos de personas, desde escolares a
congregaciones eclesiásticas o científicas descubren que,
utilizando este sencillo experimento, de un modo u otro,
sus pensamientos ejercen una influencia palpable.
Grupos
Cuando se unen dos o tres personas en un pensa-
miento, el voltaje parece crecer geométricamente. Haga
que un grupo envíe mensajes mentales a una sola per-
sona situada en otra estancia. Los miembros del grupo
han de procurar actuar al unísono. Es un ejemplo espe-
cialmente aclecuado para utilizar el ritmo. Pueden utili-
zarse sesenta compases por minuto mientras todos emi-
ten al unísono. Durante un experimento, un grupo se
concentró en una parecl. No llegaba nada, así que se les
pidió que escribiesen su visualización y surgió todo des-
de la pared empapelada del comedor a la Gran Muralla
china. Si se trata de algo visual, haga que todos tengan
una foto que puedan mirar mientras emiten.
Cuando se emite a varias personas, hay que estar pen-
diente de si aparecen dos que den la misma respuesta
equivocada, como si pasase de uno a otro. Quizá sean
gemelos telepáticos naturales, individuos que se encuen-
tren en la misma «longitud ele onda» y que podrían ac-
tuar muy bien como equipo.
El doctor A. Esser, del Hospital Estatal de Rockland,
demostró lo íntimamente que participa la bioconcordan-
cia en nuestras relaciones. En un experimento con pa-
rejas, conectó a varias mujeres a instrumentos de con-
trol físico. En una habitación alejada, sus maridos exa-
minaban mientras tanto una serie de fotografías entre
las que había algunas de antiguas novias. Cuando un
marido contempló la fotograña de su primer amor, el
cuerpo de su esposa registró un cambio indicado por
lo~ instrumentos. No percibía conscientemente que su
marido se estuviese concentrando en su primer amor ...
pero su cuerpo sí lo percibía.
En la telepatía de grupo, procure emitir nombres o
rostros de personas con las que el receptor tenga una
relación fuerte. Pruebe con fotografías o colores, sím-
bolos, .anuncios, emociones o sabores. El grupo también
puede integrarse mentalmente cuando cada miembro del
mismo se encuentra en su casa.
262
Carisma
Todos deberíamos saber ya que cuando entramos en
un lugar donde hay extrafios nos tratarán tal como no-
sotros esperamos que nos traten. Y, como dicen los
rusos, la bioconcordancia es la base de ese chispazo
súbito, positivo o negativo, que sentimos con ciertas
personas. Procure experimentar utilizando diferentes
actitudes, emociones, ideas, e introduciéndolas en la red
telepática cuando conoce a alguien o cuando está en un
grupo, en relaciones de trabajo o sociales. También pue-
de ensayar con conocidos. Compruebe si lo que envía
al exterior vuelve a usted.
La realidad de la bioconcordancia se hizo patente
para la actriz y autora Naura Hayden cuando estudiaba
las técnicas mentales de interpretación para ayudarse
a proyectar el carácter de los personajes. Trabajó en
concreto con el carácter expansivo, alegre y abierto de
una ingenua extrovertida y también con el carácter re-
traído y reservado de una joven reprimida. Parecía que
las técnicas mentales no le proporcionaban exactamente
la realidad del personaje que deseaba. Leyó un libro so-
bre ejercicios físicos para actores y empezó a hacer ejer-
cicios de distensión y también otros en los que tenía
que encogerse como un feto.
«Después de practicar mis ejercicios más o menos
una semana, hice que un amigo se sentara en mi sofá
y me situé dándole la espalda. Sin mover un músculo,
empecé a abrirme y cerrarme mental y emotivamente,
y él lo "percibió" cada vez que lo hice. Acertó veinti-
cinco veces de veinticinco intentos, con lo cual quedé
convencida de que el sistema funcionaba.» Hayden dice
en su libro Everything you always wanted to know about
energy but were too weak to ask (Todo lo que siempre
deseaste saber sobre energía y no te atreviste a pre-
guntar): «Empecé a ver que la mente, las emociones y
el cuerpo eran uno.» La bioconcordancia, los mensajes
que palpitan en círculos crecientes brotando del con-
junto global del individuo, probablemente sean el núcleo
de lo que llamamos carisma. :esta es la comunicación
entre líneas de los grandes artistas y dirigentes y de los
grandes maestros. Es lo que hace que el mensaje llegue,
que nos alcance y nos arrastre, incluso a las barricadas.
Está empezando a parecer que por debajo de la apa-
rente separación de las cosas, existe una conexión, una
263
red dinámica, que destella con incontables mensajes por
todas partes, quizá más deprisa que la velocidad de la
luz. El tiempo y el espacio parecen no afectar a estas
señales de la vida. No hemos hecho más que empezar a
comprender cómo influimos y somos influidos con pen-
samientos y sentimientos que recorren esa red. Se trata
de algo que sin duda han de investigar los diversos
especialistas, pero no sólo ellos. Como el antiguo sis-
tema telefónico, se trata de una línea colectiva y todos
estamos en ella. O quizá podamos utilizar una imagen
más amplia que la de línea. Como dijo Donald Hatch
Andrews: «Al cambiar la base de nuestra concepción
del universo del campo de la mecánica al de la música,
entramos en una filosofía de la ciencia totalmente nue-
va... » y se inicia para el resto un modo nuevo de mirar
las cosas. En ese sentido, formamos la resonancia, so-
mos el mensaje y la música.
264
SECCIÓN 4
EJERCICIOS
17
YOGA MENTAL V EJERCICIOS DE CONCENTRAClóN
269
cas; y algunas de las más perfectas pueden , adquirirse
como transparencias para la decoración de ventanas.
CÓMO SE HACEN nmu1os PARA LA MBNTB
211
tá,,eas mnemotécnicas» de gráficos o pá.¡jnas de libros.
Procure ver todo el gráfico con claridaa con los ojos
cerrados, en la pantalla de su mente.
273
4. Visualice sobre esta pantalla negra. centrado, ya.
cuadro de papel blanco de 30 X 30 ccntírnetros a unos
treinta centímetros de sus ojos. Procure mantener esta
imagen firme, no deje que se mueva. (Es el mismo tipo
de figura o modelo con que ha trabajado anteriormente.)
S. Imaiine el cuadro blanco sobre el fondo negro,
luego íma~me un circulo ne¡ro del tamaño de una mo-
neda de cmcuenta centavos JUSto en medio del cuadra-
do blanco.. Concentrese en el círct.tlo negro del centro
deI cuadrado blanco. sobre el fondo negro.
6. Abandone bruscamente toda la visualización. Dé-
jela desvanecerse por completo. Observe luego qué tipo
de imágenes brotan súbitamente y recorren su mente.
Este ejercicio ayuda a relajar la tensión y a «des-
bloquear» las comunicaciones entre la mente consciente
y el banco de la memoria, estableciendo un flujo de aso-
ciaciones libres en ambos sentidos. Según los yoguis, la
práctica de este ejercicio puede servir para ayudarnos
a recordar cosas cuya memoria se ha desvanecido ... dón-
de has guardado esos documentos que no encuentras,
ese nombre que te esfuerzas por recordar, los temas
que has estudiado en un examen, etc. Para utilizar este
ejercicio con el objeto de recordar, cierre los ojos y
ordénese mentalmente: «recordaré {nombre, hechos, lu-
gar)». Haga luego el ejercicio de la memoria. Mantenga
varios segundos la visualización, libere la imagen y es-
pere con los ojos cerrados de diez a· quince segundos
para ver si sale a la superficie, en la mente consciente,
la información buscada.
276
18
EJERCICIOS AUTOG~NICOS Y DE VISUALIZACIÓN
lntroducci6n
Los siguientes ejerc1c1os pueden utilizarse individual-
mente para visualizar, calmar la mente o practicar la
concentración.
Puede utilizarse también todo el conjunto para cu-
brir la segunda etapa de la autogenia. La autogenia de
segunda etapa o nivel abarca el siguiente proceso: (a)
visualizar colores; (b) visualizar objetos; (e) considerar
ideas abstractas; (d) experimentar estados de ánimo
determinados (cambio de la imagen de sí mismo); (e)
visualizar a otras personas y las relaciones para con
ellas; (f) visualizar la recepción de soluciones y respues-
tas del inconsciente.
Estos ejercicos pueden hacerse muy fácilmente le-
yéndolos con detenimiento y extrayendo la esencia de
la técnica, relajándose luego y llevándolos a la práctica.
Pueden también grabarse para luego escucharlos mien-
tras uno se relaja, o puede leerlos un amigo. Ninguno
de estos ejercicios tendría que llevar más de unos veinte
minutos al día.
Choques de color
El objetivo de este ejercicio es practicar la visuali-
zación y sosegar la mente.
Colóquese en una postura cómoda. Cierre los ojos
277
y elévelos ligeramente hacia arriba. Haga una inspira-
ción profunda por la nariz y, mientras espira lentamen-
te, sentirá una oleada de cálido relajamiento que inunda
lentamente todo su cuerpo, de tos pies a la cabeza. Uti-
lice su método preferido de relajación o autogenia para
alcanzar ese cómodo estado de relajamiento. Visualizará
uno a uno puntos de luz coloreada suspendidos en el
espacio a corta distancia de usted. Al centrarse en cada
uno de los puntos de color, le parecerá que crecen y se
hacen mayores, que se acercan más y más, se hacen
luego más pálidos y se desvanecen gradualmente flotan-
do en el espacio.
Visualice mentalmente un punto de luz roja frente
a usted: una luz roja, clara y vívida. Fíjese cómo va
creciendo y haciéndose mayor. Imagine esta luz roja
apretándose cada vez más. Ahora el rojo se vuelve cada
vez más pálido. Empieza a desvanecerse a lo lejos poco
a poco.
Imagine el punto de luz siguiente. Es de color naran-
ja. Imagine la luz de un naranja intenso y profundo acer-
cándose cada vez más y creciendo como un foco. Luego,
la luz naranja va empalideciendo y se convierte poco a
poco en una especie de nube de luz, al desvanecerse a
lo le_ios.
Visualice ahora el color amarillo. Un punto amarillo
de luz. Exactamente igual que el rayo de un foco, va
acercándose cada vez más y haciéndose cada vez más
grande y brillante. Tómese un minuto y tuéstese en este
círculo dorado de luz amarilla. Visualice el empalideci-
miento gradual de dicha luz. ·
Visualice el color verde, un claro rayo verde esme-
ralda de luz. Observe cómo se acerca y le envuelve cada
vez más el verde esmeralda. Visualice luego la luz verde
empalideciendo hasta que se pierda de vista.
Visualice el color azul, un punto de luz de un azul
claro y suave. Observe cómo se va acercando la luz
azul y haciéndose mayor y rodeándole hasta envolverle
por completo. Le alza suavemente, cada vez más brillan-
te, y luego va empalideciendo hasta formar una flotante
nube de luz blanca.
Imagínese flotando arriba, en el cielo, en esa maravi-
llosa nube de luz blanca. Fíjese en las otras nubes ante
las que pasa flotando. Goce de la tranquila sensación
de paz y felicidad que impregna todo su cuerpo.
Puede recordar siempre que quiera esta sensación
278
relajada. Puede recordar esta sensación tranquila y cen-
trada antes de entrevistas o encuentros o en cualquier
ocasión en que pueda ayudarle. Se siente relajado, tran-
quilo, sano, competente.
Empiece a regresar ya, poco a poco. Aprecie que re-
gresa lentamente a su entorno habitual y a un yo más
consciente. Abra despacio los ojos, haga unas cuantas
inspiraciones profundas, estírese y ponga en marcha
todas las conexiones de su cuerpo. Se siente centrado
y descansado.
Práctica de la concentración
OBJETOS
280
Soy una cdmara
SUGESTIÓN
281
tras hace cola o espera a que se despeje el tráfico. Es-
timulará su memoria y su capacidad de concentración.
Sueño despierto
Este ejercicio, que combina el relajamiento y la vi-
sualización, ayuda a abrir el sector creador de la mente
así como a percibir y sentir conceptos abstractos como
la paz y la serenidad.
Póngase en una posición cómoda. Cierre los ojos v
levántelos un poco hacia arriba. Haga una profunda
inspiración por la nariz y, mientras expulsa despacio el
aire, sienta fluir lentamente por todo su cuerpo, de los
pies a la cabeza, una oleada de cálido relajamiento. Uti-
lice su método preferido de relajamiento o de autoge-
nia para alcanzar un estado de relajamiento.
Imagine que va caminando por un tortuoso sendero
en un zona verde y frondosa de bosque. Hay ante usted
una pequeña colina cubierta de yerba. Despacio y sin
esfuerzo, empiece a subir la colina. Fíjese en las flores
silvestres que hay entre la yerba a lo largo del camino.
Oiga rechinar las piedrecitas cuando las pisa. Párese
al llegar a la cima de la colina. Abajo, al pie de la coli-
na, ve un riachuelo. Baje despacio la ladera hacia él.
Al caminar siente bajo los pies la yerba fresca y suave.
Siga bajando por el sendero hasta llegar de nuevo a la
parte llana y a la orilla del río. Examine la orilla y con-
temple los esbeltos sauces que se inclinan sobre el agua.
Contemple la tierra húmeda y oscura de la orilla. Con-
temple los remolinos de luz que se reflejan en el agua
clara y fresca que corre ante usted. Al llegar a la orilla
del río, ve una balsa.
Examine la balsa. Está hecha con maderos muy grue-
sos, tiene la superficie suave y pulida. Está cubierta
por una sábana de musgo acolchado y suave. Advierte
que se trata de una· balsa sólida y segura. Aproxímese
y suba a la balsa. Apártese de la orilla. Acomódese en
la balsa y sienta cómo le envuelve una oleada de cálido
, relajamiento mientras se aleja flotando.
Perciba el suave movimiento de las olas. Tome con-
ciencia del movimiento balanceante y suave mientras
sigue deslizándose lentamente. Oiga el chapoteo leve del
agua en los costados de la balsa. Saboree el relajamien-
to total mientras flota corriente abajo hacia un pequeño
282
túnel, un túnel seguro y familiar donde estará protegido
de] sol durante un rato. Al entrar en el túnel, ve refle-
jarse en el agua la luz al otro extremo. Es un túnel de
sueño. Al entrar en la cómoda oscuridad del túnel, deje
que venga el sueño. Mire hacia la oscuridad. No tenga
prisa, deje que lo que quiera aparecer aparezca y se
despliegue en su mente.
Al salir del túnel, siéntase bañado por la claridad
luminosa y cálida del sol. Sienta al sol darle energía
y gozo.
Huela los frescos aromas campestres del río y la
yerba, al levantarse una brisa suave. Abra todos sus sen-
tidos, todos sus poros, a la naturaleza que le rodea. Asó-
mese por un lado de la balsa y contemple el pececillo
multicolor que nada a su lado. Perciba los diversos co-
lores y formas mientras el pez se mueve y centellea.
Contemple luego las orillas y aprecie las ramas tron-
dosas que caen sobre el río y mire los pájaros que se
mueven entre las hojas. Mire luego hacia arriba, hacia
el cielo. Siéntase lleno de satisfacción y serenidad mien-
tras sigue navegando pacíficamente, bogando como las
blancas nubecillas del cielo, deslizándose sin esfuerzo
por el azul. Sienta la calma que le rodea. Dedique un
momento a contemplar la tranquilidad, la armonía y la
paz. Puede considerar también otras ideas abstractas:
compasión, fe, justicia, piedad, etc.
Sienta que el calor del sol envuelve su cuerpo. Cobre
plena conciencia de estar dentro de esta experiencia, del
movimiento fluyente de la balsa, el calor, los olores,
los sonidos que produce el deslizarse por el río: déjese
fundir con las sensaciones que le rodean.
Salga de esta experiencia suavemente. Cuente de 1 a
S. Vaya cobrando poco a poco conciencia de su entorno
real. Sienta cómo se conecta su cuerpo mientras abre
muy despacio los ojos y mira a su alrededor. Estírese
y haga unas cuantas inspiraciones profundas. Se siente
descansado y centrado.
283
adonde puede ir para relajarse, para resolver proble-
mas, para tomar decisiones. En medio de nuestras di-
versas actividades no solemos tener tiempo para reti-
rarnos. Pero cualquiera puede creax:se UD Iu¡¡ar pro12io
de «retiro» mental. Es un espacio habitablé para usted,
donde ¡:,uede pensar y sentir claramente, aislado de las
distracciones y ritmos del mundo circundante.
Se puede crear este espacio de retiro en cualquier
lugar que se desee: un lugar de pesca favorito, una
playa, las montañas, el fondo del mar, en este mundo
o fuera de él. Se diseña mentalmente una habitación, o
varias si así se quiere, y se pondrán allí cosas que se
puedan utilizar después.
Póngase cómodo. Cierre los ojos y álcelos ligera-
mente hacia arriba. Respire lenta y profundamente por
la nariz. Haga luego una profunda inspiración; mientras
expulsa el aire despacio. Sienta que una oleada de cáli-
do relajamiento recorre poco a poco todo su cuerpo de
los pies a la cabeza.
Utilice su técnica preferida de relajamiento o auto-
genia.
En cuanto se sienta totalmente relajado, visualícese
mentalmente entrando en un jardín, un parque o un
campo. Fíjese en los árboles y en los arbustos ante los
que pasa. Ante usted hay un pequeño claro y un árbol
muy grande y muy viejo. Al aproximarse, ve las gruesas,
fuertes y viejas ramas del árbol. De una rama cuelga un
sólido columpio. Acérquese y súbase al columpio.
Empiece a columpiarse despacio, adelante y atrás,
adelante y atrás. Haga una profunda inspiración cuando
se columpie hacia atrás. Expulse el aire cuando ~ co-
lumpie hacia adelante. Siga haciéndolo, adelante y atrás,
siguiendo la respiración, columpiándose suavemente,
cada vez más arriba, sintiéndose cada vez más ligero.
Haga otra inspiración profunda mientras se columpia
más alto aún y fíjese en una nube grande, blanca y es-
ponjosa que flota justo frente a usted. Haga otra pro-
funda inspiración y, al columpiarse hacia adelante, lán-
cese hasta esa nube suave y algodonosa. Esa nube le
llevará sin problemas adonde quiera ir. Elévese en el
aire y luego comience a descender despacio, en un arco
amplio y suave, hasta que sus pies toquen de nuevo el
suelo en el punto que ha elegido para construir su lugar
de retiro. (Pausa.)
Cuando trabaja mentalmente, la construcción es tan
284
fácil como decir 1, 2, 3. Dígase a sí mismo que cuando
haya contado hasta tres, aparecerán ·la habitación o las
habitaciones que desea. Pueden tener cualquier forma,
estilo, color o decoración. Cuando haya contado tres y
haya aparecido lo que desea, eche un vistazo, asegúrese
de que todo le gusta, haga los cambios que juzgue nece-
sarios.
Luego, añadirá algunos objetos concretos a este lugar
privado. Utilice de nuevo el método 1, 2, 3. Cuando
cuente tres, creará una alfombra del tamaño, la forma
y el diseño que guste. Cerciórese de que está colocada
en el suelo como es debido. Siéntese en ella. Puede sen-
tarse en esta alfombra siempre que quiera y sentirse re-
lajado de inmediato. Cuando se siente en esta alfombra,
le proporcionará de modo automático energía suficiente
para aesarrollar cualquier proyecto.
Necesita también varios asientos cómodos. Elija un
par de asientos que le gusten. Una vez aparezcan los
asientos al contar hasta tres, asegúrese de que son exac-
tamente lo que quiere. (Pausa.)
Utilizando su método de construcción 1, 2, 3, cree
una mesa. Es una mesa de escritorio grande, atractiva,
bien ordenada. Instale una televisión grande que pueda
ver desde la mesa. Convenientemente situado junto a la
mesa hay un cuadro de mandos para la televisión, que
incluye tres botones: encendido-apagado, pantalla. en
blanco y cambio. Visualícelo todo claramente.
Coloque una hilera de botellas y un vaso grande en
la mesa. Lo utilizará más tarde. Cree luego una puerta
especial en su habitación privada, una puerta a través
de la cual, cuando quiera, pueda entrar gente a ayu-
darle en un proyecto. Cree luego un espejo de cuerpo
entero del estilo que quiera. Cuélguelo en la pared.
Examine de nuevo su habitación, asegurándose de
que ha colocado en ella todo lo que quería. Pasee por
ella, empiece a sentirse en casa. Siéntase y dígase unas
cuantas veces que siempre que desee venir a este lugar
por su cuenta, puede hacerlo relajándose y visualizando
lentamente los colores: rojo, naranja. amarillo, verde,
azul, añil~ viQleta. Cuando complete el arco iris, imagí-
nese en la alfombra en su lugar de retiro, y allí estará.
Salga de allí siempre desde la alfombra también.
Cuando esté preparado, vuelva a su e1,1tomo normal.
Cuente de 1 a 5. Mientras cuenta, sienta que vuelve des-
pacio a su entorno normal y a un yo más consciente.
285
Cuando llegue a cinco, abra los ojos muy despacio,
haga varias inspiraciones muy profundas, estírese y sién•
tase descansado y vigorizado.
286
Para relajarse aún más, visualice un arco iris de siete
colores. Trace mentalmente cada banda de color del
arco iris, una a una. Cuando complete el arco iris, estará
en su lugar especial de retiro. Rojo ... anaranjado ... ama-
rillo ... verde ... azul ... añil... violado. Está ya en su habi-
tación especial, en su lugar de retiro.
Siéntese allí en su alfombra, relájese y póngase có-
modo. Piense en usted mismo... ¿ qué clase de persona
cree ser? Empiece a examinar todas sus actitudes ac-
tuales que considere negativas o limitadoras. Considere
el efecto que produce en otras personas. Empiece a
verse como le ven los demás, no como usted cree que
le ven o como le gustaría que le viesen.
Ser honrado consigo mismo es una etapa necesaria
para ajustar actitudes, experiencias y planteamientos
negativos, de modo que su yo sin trabas pueda mani-
festarse. Puede utilizar la técnica de «pantalla de tele-
visión mental» para reelaborar cualquier experiencia
que quiera desbloquear (sea de la vida personal, de los
deportes, del trabajo o de los estudios), acontecimientos
que le produzcan miedo (deportes, exámenes), turbación
(pruebas de cualquier tipo), falta de confianza (apren-
dizaje, estudio), timidez, etc. Seleccione unos- cuantos
cada vez que haga el ejercicio. Dedique sólo unos mi-
nutos a cada uno. He aquí unos ejemplos:
Levántese ya de la alfombra y acérquese al escrito-
rio. Siéntase cómodamente. Vuelva con el pensamiento
a un momento en que se sintiese furioso. Pulse el botón
de encendido en el cuadro de mandos que controla su
gran pantalla de televisión, y aparecerá la escena ante
usted como una película. Reviva por un instante los
efectos que tuvo la cólera en usted. Observe luego los
efectos que tuvo en la gente que le rodeaba.
Después de haber hecho esto, pulse el botón de pan-
talla en blanco, borrando instantáneamente esta imagen
de la pantalla y de su mente. Límpiese de la sensación
negativa. Pulse el botón de cambio y vuelva a conjurar
la escena, esta vez reviviéndola como debería haber sido.
En vez de sentirse furioso, da amor y comprensión.
Pulse el botón y aclare la pantalla.
Proyecte otra experiencia en la pantalla: una expe-
riencia en la que sintiense celos o envidia de un amigo.
Recuerde lo que sentía en su interior cuando estaba
celoso qe otro. Piense en cómo afectan sus sentimientos
a la gente que le rodea. Después de hacer esto un mo-
287
mento, pulse el botón de pantalla en blanco, borrando
estas experiencias de la pantalla y de su mente. Límpie-
se de todos estos sentimientos negativos. Pulse el botón
de cambio y vuelva a proyectar la escena, modificando
la experiencia y reviviéndola como debiera haber sido.
En vez de celos o envidia, siente alegría y deseos de
apoyar la felicidad del otro. Confíe en los demás.
Proyecte otra película en la pantalla. Recree una
situación en la que otra persona le ofendió. Reviva la
experiencia y sienta el efecto que le produjo. Examine,
por un instante, el efecto que produjo el hecho en Ja
otra persona. Contemple cómo reaccionaron otras per-
sonas. Pulse el botón de pantalla en blanco. Borre la
experiencia de su mente y límpiese de los sentimientos
negativos. Pulse el botón de cambio. Vuelva a conjurar
la escena y cambie la experiencia, reviviéndola esta vez
tal como debía haber sido. Contémplese confiado, sere-
.no y sin aceptar la ofensa.
Reviva cualquier momento en el que sintiese lástima
de sí mismo, o se sintiese desplazado o en que acusase
a otro de los defectos o maldades de usted. Pulse el bo-
tón de ·encendido y sitúe esa experiencia en la pantalla.
Recuerde lo que sentía cuando hacía esto. Contemple
cómo reacciona ante sus acciones la gente qt.J,e le rodea:
su familia, amigos, compañeros. Pulse el botón de pan-
talla en blanco. Borre esos sentimientos negativos y de-
sagradables. Pulse el botón de cambio y recree la escena
introduciendo una sensación de pertenencia, bienestar
y armonía en la situación que aparece en la pantalla.
Apague la pantalla.
Levántese de la mesa y siéntese en la alfombra. Ima-
gínese que hay una especie de túnel que va de la parte
superior de su cabeza y va subiendo, subiendo, hasta
el infinito. A través de ese túnel, va derramándose en el
interior de su cabeza una energía limpiadora y purifican-
te. Esa energía blanca y pura, al derramarse por su in-
terior, penetrando por su cabeza y recorriendo todo su
cuerpo, va arrastrando y llevándose la energía muerta
de las viejas heridas, la vieja cólera, las envidias y ce-
los, las reacciones negativas, los viejos planteamientos.
Sienta cqmo penetra en su cabeza la energía, cómo pasa
por su cuello y recorre su pecho. Cómo baja por los
brazos y llega a las manos y va penetrando por cada
dedo. Siéntala fluir por el torso y bajar a las piernas,
a los pies, a los dedos. Esta energía purificadora limpia
288
todo el interior y el exterior de su cuerpo, y al trans-
formarse las energías negativas en energías positiws,
siente que su yo real va haciéndose cada vez más claro.
Siéntase lleno a rebosar de esta energía purificante.
Irradia ya por todos los poros de su cuerpo. Cualquiera
que sea el tipo de sensación negativa, sea miedo, cólera,
culpa, soledad o pensamientos y emociones negativos
de otros dirigidos hacia usted, esta energía puede neu-
tralizarla. Contemple, como si estuviese mirando una
película, cómo fluye la energía a través de usted, puri-
ficando y limpiando. Si alguna parte de su cuerpo pa-
rece no estar conforme, imagine que la energía converge
en esa zona. Observe cómo cambia. Visualice esa zona
del cuerpo en perfecto estado, sana y vigorosa.
Cuando se sienta limpio del todo, perciba la sensa-
ción de libertad, alegría y poder que le llena. Puede
utilizar esta técnica siempre que quiera limpiar senti-
mientos e impresiones negativos.
Acérquese luego a su mesa y siéntese frente a la hile-
ra de pequeñas botellas y el vaso. Esas botellas contie•
nen simbólicamente todas las cosas que le gustaría ha-
cer. Contienen características como autoaceptación, con-
fianza en uno mismo, amor, comprensión, sinceridad,
alegría, belleza, bondad, libertad, cordialidad, energía,
vigor, seguridad ... Prepare una especie de compuesto
mental mezclando las características que desea en el
vaso y bebiendo el líquido. Mientras bebe, sienta todas
las características que ha puesto en el vaso fluir a tra-
vés de todo su cuerpo. Siéntalas impregnar su piel por
todo su cuerpo y convertirse en usted. Cuando haya aca-
bado de beber del vaso levántese y vaya ante el espejo
de cuerpo en tero.
Mientras se contempla, mírese y siéntase convirtién-
dose en la persona que le gustaría ser, y perciba que ya
es esa persona. Piense que tendrá éxito en cualquier
cosa que quiera hacer. Convénzase de que ya es la per-
sona que desea ser.
Si quiere equilibrar su peso, alcance a verse con su
peso ideal. Si quiere dejar de fumar, se verá disfrutando
sin un cigarrillo. Si quiere verse libre de preocupaciones
económicas, imagínese gozando de abundancia y segu-
ridad. Si no tiene confianza en sí mismo o se siente im-
potente, proclame su propio poder y percíbase confia-
do y seguro.
Sienta cómo se convierte en una persona totalmente
289
equilibrada. Déjese convertir en la persona que quiere
ser. Y convénzase ya de que es esa persona.
Comprenda que, después, la bebida que bebió se-
guirá produciendo efectos dentro de usted y todas las
cosas que deseaba seguirán siendo parte de usted.
Cuando esté listo, vuelva a su mundo normal. Cuente
de 1 a S. Mientras cuenta, ha de sentirse volviendo len-
tamente a su entorno habitual y a un yo más consciente.
Cuando llegue a cinco, abra los ojos muy despacio, haga
varias inspiraciones, estírese y siéntase vigorizado y des-
cansado.
Comunicaciones: relaciones
Este ejercicio puede servir de ayuda para mejorar
su comunicación con familiares, amigos y otras perso-
nas con las que se relaciona en su vida diaria.
Póngase cómodo. Cierre los ojos y álcelos levemente
hacia arriba. Haga una profunda inspiración por la na-
riz; mientras exhala muy despacio perciba una oleada
de cálido relajamiento que fluye lentamente por todo
su cuerpo, de los pies a la cabeza.
Póngase en un estado cómodo de relajamiento por el
método que prefiera.
Visualícese luego mentalmente en un parque. Anoche-
ce y va a haber una exhibición de fuegos artificiales.
Extienda una manta en la yerba y tiéndase en ella. Se
siente muy relajado y muy cómodo. Contemple el cielo
claro de la noche. Se oyen las primeras explosiones y un
cohete rojo asciende en la negra oscuridad. Se despa-
rrama en el cielo un torrente de un rojo brillante. Sa-
boree el hermoso espectáculo. Sube otro cohete. Un
despliegue luminoso de resplandor naranja llueve bri-
llantes chispas.
Se siente más relajado con cada color. Silba una
candela romana y cascadas de amarillo oro se desplie-
gan en la oscuridad. Se siente cada vez más tranquilo y
centrado. Ahora es un cohete verde. Sube al cielo ilu-
minándolo todo con un vivo verde esmeralda. Se siente
ahora muy cómodo y relajado, muchísimo. Sube un co-
hete azul. Se ilumina el cielo con chorros de tembloroso
azul. Disparan luego una candela romana. Llenan el cielo
fuentes de color púrpura. Se siente muy relajado, su
respiración es profunda y descansada. Estalla en el cie-
290
lo oscuro la última serie de fuegos artificiales. Son de
un hermoso color entre violeta y rosa. Galaxias de luz
violeta iluminan la noche. Contempla las últimas chis-
pas color violeta que se desvanecen en la oscuridad.
Sintiéndose muy relajado, cuenta de uno a tres y se
imagina descansando en su alfombra, en su lugar de
1etiro, en su propia habitación. Se levanta y se sienta
en uno de los sillones.
Habrá de elegir entonces a una persona con la que
quiera lograr una mejor comunicación. Puede ser un
amigo, un familiar, un profesor, un compañero de tra-
bajo o un jefe con quien pueda tener problemas de re-
lación. Puede ser cualquiera con quien desee establecer
una comunicación más eficaz y entenderse mejor.
Cuente de uno a tres y la persona que ha elegido
cruzará la puerta y entrará en su habitación. Se abre
la puerta y la persona entra en su habitación. Después
de entrar, cierra la puerta y se acerca y se queda de pie
delante de usted.
Examine a esta persona. Empiece a verla como pró-
jimo suyo, como un ser humano con sentimientos, acti-
tudes y emociones. Céntrese en todos los detalles de la
persona: la cara, el cabello, la frente, las mejillas, los
labios, los ojos, las orejas ...
Los dos se acercarán luego a la mesa y se sentarán
frente a frente.
Luego, con las palabras que usted elija, explíquele
a esa persona lo que considera causa de la falta de co-
municación o de entendimiento entre ambos. Sea claro
y exhaustivo y sincero en la descripción de este pro-
blema. No tenga prisa. (Pausa.)
Haga luego que la otra persona le explique con sus
propias palabras cuál es, según su opinión, el problema.
Escuche atentamente lo que le dice. Esfuércese por en-
tender y sentir lo que está sintiendo la otra persona.
0
291
nen ya el tipo de comunicación y entendimiento que
son ambos capaces de tener. Se ve a usted l a la otra
persona comprendiéndose totalmente; advierta cómo
la sensaci(>n de ofensa, la cólera y los malentendidos
se disuelven mientras le sonríe. Si le cuesta trabajo
adoptar una actitud amistosa, pida consejo a otra per-
sona o a un especialista.
En el futuro, siempre que desee alcanzar un enten-
dimiento más profundo con ese individuo o con cual-
quier otro, no tiene más que llevarle a su lugar de retiro.
Contemple y aprecie a esa otra persona. Hágase más sen-
sible a sus sentimientos y actitudes. Procure entender
su punto de vista y darse cuenta de que también él
quiere alcanzar una mejor comunicación.
Luego, despídase. Cuando vuelva a ver a esa persona,
o a pensar en ella, la experiencia le ayudará a entenderla
mejor y a que se comuniquen mejor. La persona debe
salir ya del lugar de retiro.
Cuando haya salido, cuente despacio de 1 a S. Sienta
que welve, lentamente, mientras cuenta, a su entorno
habitual y a un yo más consciente. Puede aprovechar
esas energías y esas sensaciones que siente ahora, en el
futuro, en cualquier momento. Cuando llegue hasta 5,
abra muy despacio los ojos, haga varias inspiraciones
profundas, est1rese y siéntase vigorizado, centrado y des-
cansado.
Cuando desee aumentar su conocimiento o compren-
sión de cualquier relación o problema, introduzca men-
talmente a la persona en su lugar de retiro y llame
también a un especialista. Comuníquese con ellos y há-
gales las preguntas que desee. ·
Acostúmbrese a hacer una revisión del día por la
noche, justo antes de dormir. Relajado y sin tensiones,
revise todos los incidentes de la jornada y, si le com-
place en especial cualquier acción o reacción, entrégue-
se a ella y grábela con fuerza en su mente.
Si ha reaccionado de un modo que no le agrada,
repase detenidamente todo el incidente. Después de re-
vivir su acción negativa, bórrela de su mente. Reviva
luego la experiencia tal como debería haber sucedido.
Contéml'lese a usted mismo actuando tal como le gusta-
rla en el futuro. Esta· «contabilidad» nocturna del día
tendrá un profundo efecto en su vida.
292
Comunicaciones: para resolver problemas,·
para obtener soluciones
El objetivo de este ejercicio es abrir los recursos
de la mente interna para conseguir información, resol-
ver problemas de modo creador, obtener respuestas a
interrogan tes.
Póngase cómodo. Cierre los ojos y elévelos ligeramen-
te hacia arriba. Inspire profundamente por la nariz y,
mientras expulsa despacio el aire, sienta cómo fluye por
todo su cuerpo, muy despacio, de los pies a la cabeza,
una oleada de cálido relajamiento.
Utilice su método preferido de autogenia, para situar-
se en un cómodo estado de relajamiento.
Visualícese mentalmente en su lugar de relajamiento
favorito: su habitación, sentado en la playa, o donde
se sienta más cómodo. Luego, sentado o tumbado en el
suelo, sienta que su cuerpo va haciéndose poco a poco
tan liviano como un globo. Siéntalo hacerse más y más
ligero, y a medida que aumenta su ingravidez, sienta
que empieza a elevarse poco a poco del suelo. Hágase
aún más liviano y empiece a flotar por la habitación.
Flote luego aún más alto hasta que salga de la habita•
ción, y siga haciéndolo hasta salir del edificio. Flota
ahora por encima del edificio. Mira alrededor y ve otros
edificios. Ve coches pasando por las calles, gente cami-
nando por las aceras. Experimente una sensación de
libertad, comodidad y seguridad mientras flota. Puede
estar en cualquier sitio al que quiera ir, sólo con pen-
sar en él.
Suba ahora flotando más alto, hasta que no pueda
ya ver la ciudad debajo. Puede proyectarse a cualquier
lugar del pasado, el presente o el futuro. Basta para
ello con que se haga tan ligero como un globo y se
eleve en el aire. Siga elevándose hasta que ya no pueda
ver la tierra debajo. Luego decida mentalmente qué
tiempo y qué lugar le gustaría visitar. Puede entonces
volver a la tierra en ese tiempo y espacio concretos.
Cuando haya recogido la información que quería, y
desee volver al tiempo presente, no tiene más que con-
vertirse de nuevo en algo tan liviano como un globo.
Elévese flotando hasta que abajo ya no pueda ver la
tierra. Establezca el destino al que quiere volver. Des-
cienda de nuevo despacio al suelo, y se verá otra vez
en el tiempo y el espacio actuales. Mientras flota sua-
293
vemente, mire a su alrededor con sus ojos mentales y
aprecie todo lo que le atraiga. Vuelva luego despacio
a la habitación.
Se siente ahora muy relajado, muchísimo, tanto física
como mentalmente. Siempre que tenga un problema
concreto al que esté dando vueltas, cree y proyecte
mentalmente una imagen de ese problema en su pan-
talla de televisión mental, y analícelo entonces. Examí-
nelo sólo una vez. Después de haberlo examinado dete-
nidamente, bórrelo de la pantalla mental y, a partir de
entonces, procure no pensar en él. En su lugar, utili-
zando el botón de cambio, cree y proyecte mentalmente
la imagen del resultado final que desea en la pantalla.
Deje siempre que ésta sea su imagen final. Refuerce y
visualice este resultado final deseado durante varios
minutos por lo menos, tres veces al día. Sienta que está
ya logrado el objetivo. Esta técnica estimulará a lamen-
te interna a hallar soluciones fecundas para alcanzar
el objetivo. Las soluciones pueden brotar de pronto en
la mente cuando menos lo espere.
Los pensamientos constructivos reforzados P,Or la
concentración ttevan a la plasmación de los resultados
deseado$.
Es posible que su problema sea uno de esos que
exigen el asesoramiento de un especialista o un enten-
dido en la materia. Va usted a conocer ahora a alguien
que tiene el tipo de soluciones que necesita. Este «ser
sabio» puede ser una persona viva o una figura de la
historia. Puede ser incluso un animal o un ave. Algunos
imaginan a este asesor solícito como un «viejo sabio•
o una «vieja sabia». Es una forma de imaginar la «fuen-
te interior» de la propia mente.
Imagínese que está en el campo, al aire libre. Puede
ser un jardín frondoso, o la ladera de una colina, o el
claro de un bosque o la cima de un monte. O puede en-
contrarse con que se ha visto arrastrado a un templo
antiguo, a un lugar submarino o incluso a un centro de
datos de la era espacial para encontrar a su sabio ase-
sor. A algunos les gusta esperar a su asesor en su lugar
de retiro. Tómese un momento para averiguar el lugar.
(Pausa.)
Alguien viene a verle. Espere a esa persona o a ese
ser. Cuando se acerca, mire claramente hasta ver qué
aspecto tiene la persona. Hable con ella. Converse con
ella. Formule su pregunta. Tenga confianza en que tra-
294
bajará con usted de todas las formas posibles para ayu-
darle a resolver el problema con que se debate. Le pro-
porcionará toda la información y el asesoramiento que
desee. Permanecerá a su lado como asesor hasta que
todo esté resuelto. Espere la solución. Espere la res-
puesta. (Pausa.)
Si necesita aclaración, llame a otra persona que pue-
da ayudarle más. Espere la respuesta. Las respuestas
pueden expresarse verbalmente o en forma de símbolos
visuales. Puede aclarar un problema o dar nuevas cla-
ves. (Pausa.)
Ahora va a volver a su mundo normal; para ello,
cuente de 1 a 5. Mientras cuenta, sienta que vuelve poco
a poco a la habitación y a un yo más consciente. Cuando
llegue a cinco, abra poco a poco los ojos, haga varias
inspiraciones profundas, estírese y siéntase vigorizado
y descansado. Anote todas las respuestas o símbolos re-
cibidos durante la sesión.
29S
19
EJERCICIOS PARA NIAOS
296
Ejercicios introductorios de respiración para niilo8
Los alumnos más pequeños, los de menos de diez
afios, puede que necesiten un poco de práctica de ejer-
cicios respiratorios antes de intentar la respiración rít-
mica. Es útil empezar con un análisis de cómo respira
la gente..
Examinemos ahora cómo respiramos. Vamos a hacer
un experimento. Pon la mano derecha sobre el corazón.
Haz una inspiración profunda. Contén el aliento unos
segundos. Expulsa luego el aire sonoramente. ¿Notas
los latidos del corazón? ¿Percibes alguna otra sensa-
ción?
Inclínate y apoya las palmas en el suelo. Estírate
y alza los brazos con las palmas hacia el techo. Haz este
ejercicio de doblarte y estirarte un par de veces.
Para ya· y comprueba tu respiración. ¿Notas los lati-
dos del corazón? ¿Notas algo más?
Imagina que es un día frío y que puedes ver con-
densarse el aliento en el aire. ¿Forma una nube grande?
Intenta respirar ahora utilizando la tripita. Imagínate
el pecho como un gran acordeón que se abre y se cierra.
Al inspirar, se estira el acordeón.
Al espirar, el acordeón se encoge.
Hincha la tripa al inspirar.
Métela al expulsar el aire.
Haz esto unas cuantas veces. Debes procurar respirar
por la nariz. Pon una mano en el estómago. Observa
cómo sube y baja la mano mientras inspiras y espiras.
Practica: inspiración - espiración (repetir varias ve-
ces). Practica: inspiración - retención - expulsión (re-
petir varias veces).
RESPIRACIÓN ALTERNADA
2'11
tanil1a ·derecha y expulsando el aire por la izquierda.
Repítelo varias veces. ·
RESPIRACIÓN RfTMICA
299
se va haciendo poco a poco de un azul más intenso;
haz una profunda inspiración y percibe que la claridad
del día se ha desvanecido ya casi y que el cielo se ha
hecho de un azul violeta intenso. Empiezan a aparecer
las estrellas. Aprecia su forma y su distribución. Con-
templa el firmamento.
Siente la paz, la serenidad y la felicidad inundar tu
cuerpo. Estás relajado del todo en este cómodo paisaje
de tu mente. Va a ser divertido volver aquí otra vez.
Siempre que lo desees, puedes evocar esta sensación de
equilibrio y de sosiego. Puedes recordar esta tranquili-
dad antes de un examen, o de ir al médico o al dentista,
siempre que quieras.
Empieza ahora a regresar despacio. Cobra concien-
cia de tu postura y de tu entorno. Percibe tus pies, las
rodillas, las manos, la cabeza. Activa todas las conexio-
nes del cuerpo. Estírate, abre los ojos... te sentirás
tranquilo y centrado.
Nota: Para evitar la monotonía, pueden variarse de
cuando en cuando los ejercicios de visualización y so-
siego mental. Pueden utilizarse visualizaciones de dis-
tintos ejercicios de este libro y de otros.
Para sosegar la mente, Charles Gritton, profesor de
Iowa, recomienda muy especialmente una colección
de discos llamada The Environment (El medio ambien-
te). Los üiscos realizarán la tarea de leer a los niños
el ejercicio de visualización, ahorrándole ese trabajo,
Estos discos ambientales son muy estimados por sus
alumnos. Incluyen visitas a lugares como un río en
pleno campo, el océano, un aviario, etc. Según él, a los
niños les gusta sobre todo imaginar un viaje a un pan-
tano.
300
Imagina mentalmente una galería o una m \ co,.
mercial. Imagina que estás allí en este momento.1asas
delante de varios escaparates llenos de vistosos jugue-
tes y ante ti aparece una heladería. Entras. Hay grandes
fotos de helados de cucurucho en las paredes. Hay un
simpático hombrecito vestido de blanco, con un gran
gorro blanco, detrás del mostrador. Es el hombre de los
helados y va a hacerte ahora mismo un helado de cu-
curucho muy especial. Será un helado de cucurucho
gigante con siete paletadas de helado. Te acercas al mos-
trador a mirar.
El hombre de los helados coge un cucurucho gigante
y una gran paleta metálica de helados. Abre el primer
depósito de helados. Es un helado de cereza de un rojo
brillante. Fíjate en la paletada de helado rojo mientras
la coloca en el cucurucho. Abre eL depósito siguiente.
Hunde la pala en él y el helado es naranja. Coloca 1a
paletada de helado naranja encima de la de helado rojo.
Abre ahora el depósito siguiente. El helado es ama-
rillo. Es helado de limón. Allá va la paletada de helado
de limón amarillo encima del cucurucho, justo sobre el
helado de naranja.
Te acercas más para ver qué hay en el siguiente de-
pósito redondo. ¡Helado fresco y verde de lima! ¡Piensa
en su sabor acre! El hombre de los helados da vuelta
a todo el depósito recogiendo una gran paletada de he-
lado verde de lima. La coloca sobre la paletada ama-
rilla, coronando el gigantesco cucurucho.
¿Qué viene ahora? El hombre de los helados corre
la tapa del depósito siguiente. Mete la paleta en él y
saca una paletada de jugoso helado azul de arándanos.
Se ven los arándanos entre el helado. Fíjate en la pa-
letada azul de helado de arándanos sobre la verde lima
coronando el cucurucho.
Pasa ahora al depósito siguiente. Saca una cucharada
de helado púrpura ... de refrescante helado de uva. El
helado púrpura de uva queda colocado sobre la paletada
azul del helado de arándanos.
Y ahora llega la coronación final de este asombroso
helado. El hombre de los helados abre el depósito. In-
troduce en él la paleta. Es un helado de frambuesa de
un tono rosa-púrpura claro. Pone la oaletada sobre to-
das las demás. ¡Qué combinación! Siete paletadas de
siete colores en un cucurucho gigante. Es un cucurucho
de helado como el arco iris. Imagínalo por un momento.
301
Imagina que saboreas todos aquellos diferentes sabores.
Cuenta ahora despacio de 1 a 5 y abre los ojos. Es-
tás otra vez en tu medio habitual. Estírate y activa todas
las conexiones de tu cuerpo. Te sientes descansado y
centrado.
303
20
LAS POTENCIALIDADES HUMANAS...
¿SON YA POSIBLES?
307
podrían ayudamos a eliminar mucha de la tensión y la
angustia de nuestra época. Si nos molestamos en in-
tentarlo. Algunas personas nos han dicho que estos mé-
todos quizá funcionen bien en Rusia o en Suiza. Pero
no son para Norteamérica, dicen. Los norteamericanos
quieren soluciones instantáneas, píldoras mágicas.
Muchos de nosotros actuamos así, efectivamente, la
mayoría de las veces. Pero también somos -muchos los
que estamos ya hartos de las alegrías de la satisfacción
instantánea. Somos muchos los que empezamos a sen-
tirnos presionados en todas direcciones. Empezamos a
comprender que lo que está fuera de nosotros mismos,
sea una píldora o un político, no va a resolvernos las
cosas a la larga. El impulso de reclamar la capacidad
para actuar, la capacidad de ocuparnos de nosotros mis-
mos y de otros, está dando nuevo vigor a otra caracte-
rística norteamericana: la confianza en uno mismo.
·Como tan acertadamente ha dicho el historiador Ken-
neth Demarest: «La única élite auténtica que ha existido
es la élite de los que lo intentaron de ve.tas. El acceso
a esta eme~ paladojfcamente, está abierto a todos, y su
saludable destino es convertirse cada día menos en éli-
te, a medida que sea mayor el número de personas que
alcancen el nivel que pueden alcanzar los seres humanos
cuando lo intentan de verdad y decididamente.•
El" superaprendizaje no ofrece nada que puedas to-
mar y pueda hacer que te sientas omniscente durante
una hora, que pueda hacerte ganar una carrera o incluso
quitarte la jaqueca antes de que termine el anuncio.
No hay píldoras mágicas. Pero hay, en este momento,
aquí y ahora, a nuestra disposición, medios para nutrir
esas semillas vivas que habitan en nuestro interior, de
empezar a crecer y desarrollamos en nuestra propia
época, en nuestros propios cuerpos y mentes, para lle-
gar a ser ese individuo más pleno, ese ser humano po-
sible. Basta con que queramos intentarlo.
308
APÉNDICES
Recapitulación
El superaprendizaje es un medio fácil y cómodo de
aprender que acelera el aprendizaje 2, 5, 10 o más veces,
y que posee muchos de los beneficios salutíferos que
proclaman los cursos de meditación y relajamiento. Este
método modernizado y occidentalizado de aprendizaje
acelerado recurre a las reservas de la mente para libe-
rar aptitudes mentales superiores, la supermemori~ y
otros poderes. Moviliza parte de ese 90 por ciento del
potencial del cerebro que raras veces utilizamos. Esta-
blece líneas de comunicación: Líneas que comunican
cuerpo y mente, líneas que comunican consciente e in-
consciente. Es una forma global y holística de aprender,
utilizando simultáneamente el hemisferio cerebral de-
recho y el izquierdo y abarcando a toda la persona.
El superaprendizaje es aprendizaje sin tensión. Uti-
liza los recursos del cuerpo económica y eficazmente.
Es aprendizaje sin esfuerzo, sin fatiga m tensión. «Es-
forzarse al máximo» bloquea el libre flujo de energía
necesario para que la mente funcione. El superaprendi-
zaje utiliza «la preservación de la energía humana» para
conseguir resultados.
COMUNICACIÓN MENTE-CUERPO
311
un estado meditativo y relajado del cuerpo. La investi-
gación fisiológica mostró que esta música concreta ate-
núa los ritmos corporales llevándolos a niveles de mayor
eficacia. Este relajamiento provocado por la música
aporta beneficios para la salud. Elimina la fatiga y es-
tunula el bienestar físico y emotivo. Es un poco como
una meditación con mantra, pues constituye una línea
de conexión entre la mente y el cuerpo que ayuda a abrir
la conciencia interna. La investigación fisiológica mues•
tra también que este estado de sosiego del cuerpo faci-
lita el funcionamiento de la mente y el aprendizaje. El
cuerpo utiliza menos ener-&fa; en consecuencia, la mente
a1spone de ,ruí.s. Esta mú51ca concreta twuce un estado
de relaiamicnto despierto: la mente está alerta y el
cuerpo está relajado.
¿Cómo puedes, a voluntad, recordar lo percibido? La
respuesta es el ritmo. La conexión se hace a través de
ritmos sincronizados. Los datos a aprender se recitan
con entonaciones rítmicas a compás con la música. El
alumno va respirando ritmicamente en un estado de
relajamiento. Así pues, los datos, las entonaciones, la
música, la respiración y los ritmos corporales están to-
dos sincronizados en un ciclo rítmico específico y con-
creto. El ritmo, las entonaciones, la música y la respi-
ración establecen lineas de conexión con el inconsciente,
mientras los datos se conectan simultáneamente con la
mente consciente. Los ritmos armonizados fortalecen la
señal de información. La captación consciente de per-
cepciones inconscientes se abre mediante esta línea de
conexión, de modo que percibes lo que hay en el banco
de tu memoria.
Por último, el superaprenclizaje consiste en aprender
a aprender. En cuanto empiezas a utilizar las técnicas,
se produce un efecto de bola de nieve. ¿ Cómo puedes
hacer superaprendizaje por tu cuenta? El proceso es
muy simple: consigue antes la música, organiza el mate-
rial y grábalo. Léelo en voz alta a intervalos de ritmo
lento con el acompañamiento de una música específica.
Luego, no tienes más que relajarte y escuchar el mate-
rial, respirando a ritmo con la música.
Elementos pedagógicos
La enseñanza con el sistema de sugestopedia supone
un conjunto de métodos que los búlgaros tomaron de
312
varios sistemas. Se utilizan algunos elementos similares
a los métodos de Montessori y las lecciones se ofrecen
de un modo vívido y dramático, como en Sesame Strut
y The Electric Company.
El lenguaje corporal y otras claves no verbales que
un estudiante capta de su maestro deben organizarse
de modo que estimulen el aprendizaje en vez de obstacu-
lizarlo. El profesor debe procurar crear un medio agra-
dable, positivo y cálido. Para ayudar a orquestar la co-
municación no verbal en la enseñanza, se da a los pro-
fesores la comunicación en técnicas psicoterapéuticas,
teatro, canto, etc. (Ver Telepatía, pág. 263.) También es
importante crear imágenes mentales vívidas y adiestrar
la imaginación y la capacidad de visualizar.
En nuestra opinión, para una buena comunicación,
es básico que exista una afinidad. Como las sesiones de
supermemoria tienden a ampliar por parte del estudian-
te la conciencia de claves que les llegan de sus profe-
sores (miedos, actitudes, ideales), estos elementos no
verbales han de tenerse en c1,1enta y organizarse para
estimular el interés. Por ejemplo, si un profesor no pue-
de soportar realmente a un alumno concreto, es muy
probable que ese alumno lo advierta, lo cual puede afec-
tar a su rendimiento. En las clases búlgaras, se conside-
ra tan importante esa afinidad entre estudiante y pro-
fesor que se anima a los alumnos a que cambien de
clase para estar con un profesor con el que se sientan
más afines.
La teoría de Lozanov destaca también la «infantiliza-
ción», sobre todo para los adultos. Se trata, ni más ni
menos, de restaurar esa facilidad con que aprenden los
niños pequeños, y esa espontaneidad, receptividad y ca-
pacidad de memorizar del niño.
En las lecciones, se hace a los alumnos representar
papeles. Se les dan nuevas identidades para que se preo-
cupen menos por los errores que puedan cometer, se
representan pequeños cuadros, se organizan juegos, se
canta y se procura utilizar todas las artes. Se utilizan
además muchas técnicas de los anuncios de televisión
para que las lecciones atraigan la atención de los alum-
nos.
También se descubrió que la autoridad ayuda a la
memoria. Se dio a dos grupos de estudiantes las mis-
mas palabras para memorizar. A un grupo se le dijo
313
que las palabras eran de Ja obra de un poeta favorito.
Ese grupo aprendió casi todas las palabras.
Otro principio· pedagógico es la realimentación. Se
utiliza para reforzar la confianza en la capacidad de
superaprendizaje. Ver que hemos mejorado fortalece
nuestra creencia en que de verdad tenemos una capa-
cidad extraordinaria y que podemos utilizarla. Puede
lograrse una realimentación de los resultados con prue-
bas frecuentes. Ir siguiendo constantemente los progre-
sos, mejora, convence y motiva.
La organización del material del curso tiene mucho
en común con los cursos concebidos para el aprendiza-
je en el sueño.
Sugestología, el libro del doctor Lozanov, esboza su
teoría de la sugestión basada en descubrimientos cien-
tíficos de autoridades eslavas en la materia. Ritmo, en-
tonación, música, todo se encuadra en su teoría bajo
la clasificación de sugestión.
Los profesionales interesados en la teoría y en la
enseñanza con el método hallarán fuentes de informa-
ción en la sección de referencias.
Dos de los procedimientos pedagógicos básicos de
Lozanov incluyen: 1) terapia de la propia imagen para
los alumnos y 2) organización de claves no verbales.
Para los occidentales, muchas de las otras ideas peda-
gógicas búlgaras son perfectamente conocidas y se han
utilizado aquí desde hace años, me refiero a los juegos
y a las representaciones. La tendencia hacia una educa-
ción transpersonal y holistica es también fuerte en Nor-
teamérica. Muchos de estos enfoques educativos se de-
rivan de la obra de otro psiquiatra, un italiano, Roberto
Assagioli, creador de la ps1cosíntesis. Estos enfoques
se centran en armonizar los aspectos físico/sensitivos,
emotivos, intelectuales, imaginativos e intuitivos de la
personalidad en el proceso de aprendizaje.
Rudolf Steiner, austriaco, fundador de la antroposo-
fía, autor de Educación curativa y creador de las Escue-
las Waldorf por toáo el mundb, ideó también técnicas
pedagó¡pcas destinadas a estimular «el florecer natural
del genio en todos los nifios».
El objetivo búlgaro es utilizar estas diversas técnicas
pedagógicas holfsticas para con ello ampliar y consoli-
ctar mejor las facultades ampliadas de los alumnos que
se abren a través de las sesiones de supermemoria.
La principal diferencia pedagógica del método de
314
Lozanov respecto a otros métodos es que, tras un cierto
número de semanas o meses de supermemoria, los es-
tudiantes realmente empiezan a adquirir una especie de
memoria semifotográfica o, al menos, a mejorar nota-
blemente la memoria, de modo que ya resultan innece-
sarias muchas de las viejas formas de aprendizaje basa-
das en la repetición. La enseñanza se convierte en una
frontera fecunda y puede ir bastante más allá del sim-
ple manejo de información.
Las sesiones de supermemoria pueden llevar por sí
solas a una considerable aceleración del aprendizaje.
Si se combinan con ellas métodos holfsticos de ense-
ñanza, pueden aumentar el ritmo de aprendizaje y ayu-
dar a ampliar aún más las facultades.
Si, por ejemplo, se utilizan los materiales del curso
de modo que formen un cuadro específico y constituyan
un proceso concreto que estimule la visualización, aún
serán mayores los adelantos. Los búlgaros han prepa-
rado cursos en forma de diálogos y escenas que siguen
un orden concreto (para más información, puede poner-
se en contacto con Superlearning Corp., 128 East 56th
Street, 4th floor, New York, N.Y. 10022).
Y para más información sobre sistemas de aprendi-
zaje holístico, póngase en contacto con el lnstitute for
Wholistic Education, Box 575, Amherst, Mass, 01002.
Para más información sobre las Escuelas Waldorf,
póngase en contacto con la Rudolf Steiner Library, 211
Madison Ave., New York, N.Y. 10016.
Esquema de la clase
Antes de iniciar un curso de sugestología en Bulgaria,
los alumnos tenían que pasar, en principio, cuatro días
de preparación que incluían ejercicios de sugestión de
capacidad limitada de aprendizaje. Un
materia concreta duraría unos treinta ·.
'J:~ sobre una
, cuatro ho-
ras al día con un descanso. Cada sesión tiene tres par-
tes: t) una revisión en forma de charla sobre material
ya aprendido, utilizando los mejores elementos de los
métodos oral y audiovisual; 2) una exposición de mate-
rial nuevo, en forma de diálogos: se representan situa-
ciones de la vida real; 3) una sesión de fortalecimiento
de la memoria. Esta seccion de fortalecimiento de la
memona se realiza en dos partes: una activa y otra pa-
315
siva. En la parte activa, los alumnos siguen el texto
mientras se lo leen. Se l'elajan y respiran profundamen-
te, mientras el profesor lee las. frases en las tres ento-
naciones de ritmo preciso en el ~cla -de ocho segundos.
No se pone música alguna durante esta lectura del
material. Los alumnos siguen el material del texto y re-
piten las frases mentalmente.
En la parte pasiva de la sesión de memoria, los alum-
nos se relajan, cierran los ojos y escuchan la música
barroca e• intentan visualizar el material mientras el
profesor hace una lectura de las frases muy teatral y
«artística», siguiendo el ciclo de ocho segundos al com-
pás de la música.
PROCEDIMIENTO SIMPLIFICADO
319
FUENTES
SECCIÓN 1
320
«The Lozanov Method and its American Adaptations•, Mo-
dern Language Journal, April 1978; «The Psychology of Sug-
getospedia: Or Learning Without Stress•, Educational Cou-
rier, 42, 4, feb. 1972 (Suite 315,207 Queen's Quay West,
Toronto, Canadá.)
Don Schuster, Ray Benítez-Bordon y Charles Gritton han
compilado un manual para profesores: Suggestive, Accele-
rative Learning and Teaching: A Manual of Classroom
Procedures Based on the Lozanov Method (1976), que puede
conseguirse en SALT, Iowa.
Journal of Suggestive-Accelerative Learning and Teaching
(SALT), y Newsletter son publicaciones de la Society for
Suggestive-Accelerative Learning and Teaching, 2740 Ricll-
mond Ave., Des Moines, Iowa, 50317.
Los datos sobre los programas de preparación de pro-
fesores pueden pedirse a SALT.
El método de Lozanov expuesto desde un punto de vista
interno por un búlgaro que trabajó con el sistema, aparece
en La Suggestologie et La Suggestopédie, por la doctora Ba-
griana Bélanger, publicado en 1978 por Editions Retz, 114
Champs-Elysées, París, Francia 7S008.
La doctora Belanger, casada con un canadiense, vive ac-
tualmente en Ottawa. Su familia y la familia de Lozanov
fueron durante mucho tiempo vecinas y amigas. Sus amis-
tades íntimas de la Universidad se convirtieron en pioneros
d~ las técnicas pedagógicas de Lozanov, y la propia doctora
Belanger aprendió el método en Bulgaria. Se hallaba pues,
en una posición única para conocer los elementos internos
que ayudaron a modelar las ideas de Lozanov, y aporta in-
formaciones fascinantes de la parapsicología búlgara y de
las tradiciones de las que surge.
Para más información, véase The ESP Papers, de S. Os-
trander, y L. Schroeder, 1976, Bantam Books, 414 East Golf
Road, Des Plaines, Ill. 60816. Incluye la traducción de los
artículos originales de la URSS y Bulgaria sobre sugesto-
pedia, la obra del doctor Lozanov y viajes a la India.
Las investigaciones del doctor Lozanov sobre parapsico-
logía y su papel en el desarrollo de la sugestopedia se tra-
tan en Psychic Discoveries Behind the Iron Curtain (Ban-
tam Books, 1971). The Handbook of Psychic Discoveries
(1974, Berkley Publishing, 200 Madison Ave., New York) da
información práctica sobre muchos aspectos de las investi-
gaciones realizadas en el bloque soviético en el campo de la
sugestologia y de lo psíquico, e incluye equipo para poder
investigar por cuenta propia los efectos de la música en
321
·tas plantas y en los seres humanos, fotografías del aura,
desanollo de lo psíquico, etc.
La aplicación de la sugestoped.ia a las clases para alum-
nos con problemas de lectura se analiza en los artículos de
Allyn Prichard y Jean Taylor: «An Altered-States Approach
to Reading», publicado en Educational Courier, feb., 1976
(Suite 315, 207 Queen's Quay West, Toronto, Canadá). «Adap-
ting the Lozanov Method for Remed.ial Reading Instruc-
tion», apareció en Joumal of SALT, Summer, 1976.
Puede solicitarse material sobre educación holistica al
Institute for Wholistic Education, Box 575, Amherst, Mas-
sachusetts, 01002. A Guide to Resources in Humanistic and
Transpersonal Education enumera unas quinientas fuentes
y también datos para encontrar organizaciones de educa-
ción holistica y humanística. The lnner Classroom: Teaching
with Guided Fantasy and Wholistic Bducation, de Jack Can-
field y Paula Klimek, trata de la educación de la Nueva Era.
«Learning, Education, Creativity, Suggestology and Lear-
ning Disorders» es una visión general del tema que puede
cc.nseguirse en Brain/Mind Bulletin, P. O. Box 4221'1. Los
Angeles, California, 90042.
Videocintas: Una cinta de las clases de Lozanov en el
Instituto Pedagógico de Lenguas Extranjeras de Moscú con-
tiene las clases que dio Galina Kitaigorodskaya en enero
de 1974 y descubre algunos de los elementos de enseñanza
de la sugestopedia.
Entrevista con el doctor Lozanov, 8 de mayo, 1975, Was-
hington D. C. Estas y otras cintas pueden conseguirse en
Dimitri Devyatkin, 134 Haven Ave., New York, N.Y. 10032.
Cintas y videocintas de presentaciones y demostraciones
del doctor Lozanov y sus colegas en la Conferencia interna-
cional celebrada en Iowa en •1977, sobre aprendizaje suges-
tivo-intensivo, pueden conseguirse en:
322
Pratique de la Sophrologie, de Davron y Macquet, que in-
cluye 50 ejercicios prácticos de sofrología. En Le Proffcsseur
Caycedo, Pere de la Soph,·ologie Raconte sa Grande Aven-
ture (Retz, 1978), se da un informe personal de los viajes de
Caycedo por la India y Oriente. Sophrologie dans notre Ci-
vilisation, de Raymond Abrezol, Inter Marketing Group,
Neuchatel, Suiza, 1973, ofrece información médica básica
sobre sofrología. La obra más importante de Caycedo es
La India de los Yoguis (Editorial Andes Internacional, Bar-
celona, 1977). El sistema de la memoria de Caycedo está
resumido en: «Curso de Entrenamiento Sofrolójpco de .la
Memona», Barcelona, Unidescb. 1979. El informe de la doc-
tora Jane Bancroft que analiza las similitudes entre el sis-
tema de Caycedo y el de Lozanov, es: «Caycedo's Sophro-
logy and Lozanov's Suggestology - Mirror Images of a Sys-
tem•. Puede pedirse a ERIC Documents on Foreing Langua-
ge Teaching and Linguistics, 1979 (1611N. K.ent St., Arlington,
Va., 22209). .
El método de enseñanza creado por Jacques de Coulon,
que incluye ejercicios de concentración y técnicas respirato-
rias para el aprendizaje intensivo, puede encontrarse en
Eveille et Harmonie de la Personalité, Editions Signal, Lau-
sanne, Suiza, 1977.
Para más información sobre la forma activa de enseñanza
utilizada en el Dartmouth lntensive Language Model, véase
TIME, 16 de julio, 1979.
Para más información sobre cómo pueden conseguir los
estudiantes un rendimiento mucho mayor con métodos de
superaprendizaje, véase «Adapted Suggestology and Student
Acbievement», de Donald A. Vannan, Journal of Research
in Science Teaching, Vol. 16, n.0 3, pp. 263-267 ('1979). Puede
consultarse también, sobre el mismo tema, la obra del mis-
mo autor, «Adapted Suggestology and Elementary Science
at Bloomsburg State College• • ERIC Resources in Educa-
tion, ED 152 520, agosto, 1978, p. 141.
Lista parcial de organizaciones
Superleaming TM lnc.,
Suite 4D
17 Park Avenue,
New York, N.Y. 10016
(Pedidos por correo: cintas/materiales útiles)
Cintas: 1) Música para Superaprendizaje/Ejercicios de
relajamiento.
323
2) Instrucciones, con lección muestra/Cinta cronómetro.
12$ p. (N.Y. 8 % imp)
Society for Accelerated Learning and Teaching (SALT),
P.O. Box 1216, Welch Station,
Ames lowa 50010
(Programas de formación para profesores, informes cien-
tíficos, procedimientos.)
Lozanov Learning TM lnstitute lnc.,
Suite 1215,1110 Fidler Lane,
Silver Spring, Maryland 20910
Sleep-Learning Research Association,
Box 24, Olympia, Washington
Win, Wenger, Ph. D.
Psychegenics
Box 332
Gaithersburg, Maryland 20760
(Aprendizaje en el sueño, Talleres de creatividad)
Relaxation Response Inc.,
858 Eglinton Ave. W. 108,
Toronto, Ontario, Canadá M6C 2B6
(Programas de entrenamiento en relajación)
Institute for Wholistic Education,
Box 575,
Amherst, Mass. 01002
(Adiestramiento de profesores en técnicas y métodos ho-
lísticos)
Biofeedback Society of America,
4200 East Ninth Ave., C268,
Denver, Colorado 80262
(Biorregeneración educativa: métodos y materiales para
las clases.)
Instituto Alfonso Caycedo,
Balmes 102,
Barcelona 8, España
(Programas de sofrología para enseñanza.)
Sophrology Centre,
Centre du Lambermont,
324
61 rue Richard Vandevelde,
Bruselas 1030. Bélgica
Kundalini Research Foundation,
Gene Kieffer, Director,
10 East 39th Street,
New York, N.Y. 10016
(Investigación sobre campos energéticos y capacidad de
aprendizaje.)
Asesoramiento
Dra. W. Jane Bancroft, Universidad de Toronto, Scarborough
College, West Hill, Ontario, Canadá MlC 1A4 (Asesoramiento
sobre Superaprendizaje.)
Dr. Allyn Prichard, Rte. 8, Univeter Road, Canton, Georgia
30114. (Corrección de problemas de lectura, aplicando téc-
nicas de superaprendizaje.)
SECClóN 11
326
C. Norman Shealy, M.D.
Pain Rehabilitation Clinic
Route 2-Welsh Coulee,
La Crosse, Wisconsin
USA
Para investigación psicológica; control de estados inter-
nos; efectos de la música sobre el organismo, etc., ponerse
en contacto con:
The International Kirlian Research Association,
IKRA Communications
411 ~ast 7th Street
Brooklyn, New York 11218
USA
SECCIÓN 111
327
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