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Materia: Constitucional Colombiano 1

Presentado por: Santiago Duque Piñeros


Presentado a: Profesor Jair Fonseca Gonzáles

El creciente rol de las mujeres en la


política colombiana
Daniela Cuéllar

Directora Asociada FTI Consulting

En los últimos 30 años, ha ido en aumento el papel de la mujer en la política colombiana.


En un país en el que históricamente la inequidad de género se ha visto reflejada en el
desempleo, en la pobreza y en la violencia doméstica, entre otros indicadores, es
fundamental incrementar esta participación.

Según el Índice Global de la Brecha de Género publicado por el Foro Económico Mundial,
Colombia está situado en el puesto 75 globalmente y ocupa el lugar 16 entre 22 países de
América Latina. Este resultado demuestra que existe una fuerte inequidad en el
empoderamiento político y en las oportunidades económicas en el país para las mujeres[1].

Así mismo, según el Dane, para el 2022, el desempleo cerró en el 9,0 % para los hombres
y en el 14,30 % para las mujeres[2]. Nuevamente, se resaltan las diferencias que existen
en las oportunidades económicas para el género femenino. Con respecto a los índices de
pobreza, en el 2021, la pobreza monetaria, según el perfil de jefe de hogar, fue del 37,0 %
para hombres y del 42,9 % para mujeres, representando una brecha de más de cinco puntos
porcentuales[3]. Pero, aún más preocupantes son las estadísticas de Medicina Legal, según
las cuales, a noviembre del 2022, 77,7 % de las víctimas de violencia intrafamiliar fueron
mujeres[4].

¿Cómo cambiar?

Teniendo en cuenta estas brechas socioeconómicas y el hecho de que las mujeres sean
las mayores víctimas de actos violentos en el país, es importante preguntarse: ¿cuál es la
mejor forma para cambiar estos indicadores y cerrar las brechas de género?

La respuesta es que uno de los principales factores para promover la equidad de género e
impulsar más oportunidades económicas es ampliar la participación de más mujeres en la
política, asumiendo posiciones de liderazgo e impacto en las políticas públicas. Es
fundamental contar con mayor participación femenina en los gobiernos de los municipios,
de las ciudades, de los departamentos y en los altos cargos del Gobierno Nacional, para
promover e implementar oportunidades socioeconómicas para las mujeres y, a la vez,
protegerlas de la violencia.

Según ONU Mujeres, “la participación de las mujeres en la toma de decisiones


gubernamentales está dando una visibilidad política significativa a los derechos de la mujer
en todo el mundo. Aunque las mujeres no constituyen un grupo homogéneo, tienden a
apoyar a otras mujeres y han contribuido decisivamente a incluir en la agenda parlamentaria
los problemas y preocupaciones de la mujer”[5]. Las mujeres en espacios políticos priorizan
temas claves, como la igualdad en el acceso a la educación, a oportunidades de empleo, a
la reducción de la pobreza y a poner fin a violencias en su contra, entre otros aspectos. Por
lo tanto, su rol como tomadoras de decisión en la política pública es fundamental.

En este contexto, Colombia ha dado grandes pasos para incrementar la participación de las
mujeres en la política. Un ejemplo para ilustrar el avance es que, en 28 años, se triplicó la
participación de las mujeres en el Congreso de la República: mientras que, en 1994, las
mujeres representaban el 9,8 % de las curules en el Congreso, para el año 2022, el 28,2%
de los congresistas electos fueron mujeres[6]. De igual manera, cada vez en Colombia es
más frecuente contar con mujeres en altos cargos gubernamentales. Actualmente, el
gabinete ministerial cuenta con 10 ministras, lo que representa el 52,6 % del total. Con esta
cifra, Colombia es el segundo país en Sudamérica, después de Chile, con mayor porcentaje
de mujeres en el alto gobierno.

Las pioneras

Y es que mucho terreno se ha recorrido desde que Josefina Valencia de Hubach asumió
como ministra de Educación en el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957),
y su compañera de lucha por el sufragio femenino, Esmeralda Arboleda, se desempeñó
como ministra de Comunicaciones en la segunda administración de Alberto Lleras Camargo
(1958-1962)[7]. Valencia y Arboleda serían las primeras semillas que comenzarían a
germinar la representación de las mujeres en espacios políticos dos décadas después.

Puede decirse que el espacio de la mujer en la política colombiana lo abrió la líder


antioqueña y conservadora Noemí Sanín Posada, quien, durante el gobierno del
conservador Belisario Betancur (1982-1986), asumió como ministra de Comunicaciones;
posteriormente, en la administración del liberal César Gaviria (1990-1994), se desempeñó
como la primera mujer al mando de la Cancillería del país. Fue embajadora en Venezuela,
Reino Unido y España, y candidata a la presidencia en 1998, 2002 y 2010[8]. Desde
entonces, varias mujeres siguieron sus pasos y han logrado incrementar la representación
femenina en espacios políticos y continúan abriendo este camino para las futuras
generaciones en el país.

Con respecto a la participación de las mujeres en la política regional, en el 2012, un número


importante de mujeres fueron elegidas alcaldesas, incluyendo a Elsa Noguera, en
Barranquilla; a Zulia María Mena, en Quibdó, y a María Susana Portela, en Florencia[9]. En
el 2019, Bogotá escogió a Claudia López como su alcaldesa, siendo la primera mujer que
dirigió los destinos de la capital colombiana y, en Santa Marta, eligieron a Virna Johnson
Salcedo, la primera mujer alcaldesa de la capital del Magdalena. Según la Registraduría
Nacional, para el periodo 2019-2023, 132 mujeres fueron elegidas alcaldesas en el país,
representando el 11 % total de alcaldes[10].

Camino por recorrer

A pesar de los logros de las mujeres en las diferentes regiones de Colombia por tomar un
rol de liderazgo en la política local, el país todavía tiene un importante camino por recorrer.
En el 2019, solo dos mujeres fueron gobernadoras, representando el 6,25 % del total[11].
Además, comparado con otros países en la región, Colombia se encuentra atrás en la
participación de mujeres en concejos municipales. Según la Cepal, en la región, el promedio
de la representación de mujeres en cargos de concejales fue del 32,72 % a diciembre del
2021. Sin embargo, el promedio para el país fue del 17,9 %, ocupando el puesto 22 de 26
en el ranking[12].

El próximo 29 de octubre, Colombia tendrá elecciones regionales, en donde la población


elegirá a gobernadores, alcaldes, concejales, diputados y ediles, entre otros, que estarán a
cargo de los gobiernos locales durante el periodo 2024-2027[13]. Hay varias mujeres en el
país que ya han anunciado su interés por participar en las elecciones, por lo que será una
importante oportunidad para ver cómo cambia su participación en estos espacios políticos
a través del territorio colombiano.

En cuanto a la Rama Ejecutiva, en los últimos 13 años se ha evidenciado una creciente y


consistente participación de las mujeres de diferentes regiones del país. Entre el 2010 y el
2018, la politóloga María Ángela Holguín asumió por ocho años continuos el Ministerio de
Relaciones Exteriores, convirtiéndose en la canciller de mayor permanencia en el cargo en
la historia de Colombia. En el 2018, Marta Lucía Ramírez fue elegida como la primera
vicepresidenta de la República, también se desempeñó como ministra de Comercio
Exterior, Industria y Turismo (1998-2002) y fue la primera mujer a cargo del Ministerio de
Defensa (2002-2003).

En el 2022, el país eligió, por primera vez, a una mujer afrodescendiente en la


vicepresidencia de la República: Francia Márquez. Estos, entre muchos otros logros, han
sido avances significativos conquistados por mujeres para incrementar la representación
femenina en la política nacional.

Aunque todavía hay camino por andar y desafíos por alcanzar para aumentar la
participación femenina en espacios políticos, es importante reconocer, en el marco del Día
Internacional de la Mujer, que grandes mujeres en Colombia han dado y siguen dando la
batalla por abrir campos a la equidad de oportunidades en los ámbitos político y
socioeconómico, y en defensa de la vida y la dignidad de la mujer.

Sin lugar a duda, es vital no bajar el ritmo y continuar este impulso para fomentar el
liderazgo femenino, e implementar políticas públicas y acciones gubernamentales que
tengan como fin cerrar brechas de género y promover un país más equitativo.

ANALISIS:

La noticia presenta un análisis sobre la participación política de las mujeres en Colombia, su


empoderamiento económico y la violencia de género. Desde una perspectiva constitucional,
Colombia es un Estado social de derecho que busca garantizar la igualdad de todos sus ciudadanos.
En este sentido, la Constitución de 1991 incluye disposiciones que buscan proteger y promover los
derechos de las mujeres, incluyendo su participación en la política y la protección contra la violencia
de género.

En cuanto al análisis orgánico, el artículo 40 de la Constitución establece el derecho fundamental de


todos los ciudadanos a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. Además,
el artículo 13 consagra el principio de igualdad ante la ley y prohíbe la discriminación por razones
de género u otros motivos. Por otro lado, la Ley Estatutaria 581 de 2000 establece medidas
especiales para garantizar la participación política de las mujeres y promover la equidad de género
en la política.

En términos materiales, la noticia destaca que, a pesar de los avances en la participación política de
las mujeres en Colombia en los últimos años, todavía existen importantes brechas de género en el
ámbito económico y social. Por ejemplo, las mujeres enfrentan mayores tasas de desempleo y
pobreza que los hombres, así como altos niveles de violencia de género. Según el Foro Económico
Mundial, Colombia ocupa el puesto 75 en el Índice Global de la Brecha de Género, lo que indica que
hay una fuerte inequidad en el empoderamiento político y las oportunidades económicas para las
mujeres en el país.

En este sentido, la participación política de las mujeres se presenta como una herramienta clave
para promover la equidad de género y el empoderamiento económico de las mujeres. La presencia
de mujeres en cargos de liderazgo y toma de decisiones en la política puede contribuir a poner en
la agenda pública temas relevantes para la igualdad de género, como el acceso a la educación, el
empleo, la reducción de la pobreza y la protección contra la violencia de género.

En conclusión, desde una perspectiva constitucional, orgánica y material, la participación política de


las mujeres en Colombia es fundamental para promover la igualdad de género y el empoderamiento
económico de las mujeres, y para protegerlas contra la violencia de género. A pesar de los avances
logrados en los últimos años, todavía hay importantes brechas de género que requieren acciones
decididas por parte del Estado y de la sociedad en su conjunto.

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