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ANAUSIS »EI- QUIJOTE


for EL TENIENTE CORONEL

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ACADÉMICO DE NUMERO.

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DE

MIGUEL DE CERVANTES'
SAAWIDOo
ESCRITA E ILUSTRADA
CON VARIAS NOTICIAS Y DOCUMENTOS INEDITOS PFR TPNFr.r-xr
TES A LA HISTORIA Y LITERATURA DE SU Epo,

POR

XJüiî lit ni tin 4'crnnnîirj îïc HtUhUTftc


Secretario de S. M., Ministro jubilado del consejo delà o-nerr» - ri’
de numero de las reales academias española y íle la J.XTa. 'acadS
de honor, y secretario de la de S. Fernando. âCadewiC0

bambita:
IMPRENTA DE LA VIUDA E HIJOS DE GORCIIS.
CO&4 Z*ICJE¿<JCÍA.

Notarla
$ùs3Ï«s March,.
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ANALISIS DEL QUIJOTE,
fot» EL TENIENTE CORONEL

\^Lceu/b& <c>e' Coa


ACADÉMICO DE NüíttEÜÓ.

*******
ARTICULO PRIMERO.

PRINCIPIOS EN QUE SE. FUNDA ESTE ANALISIS.

La mayor parte de los autores que celebran el Quijote se lian


empeñado mas en darle elogios generales , que en formar un
análisis exacto que descubra clara y distintamente su plan , su
carácter y objeto. Esta empresa, aunque ardua y difícil , es in­
dispensable en el presente discurso, por ser el medio mas ade­
cuado y oportuno para manifestar cada una de las escelencias
de la obra y todo el mérito de su autor.
2 El modo mas obvio y natural de calificar las obras de in­
gen > o es compararlas con otras del mismo arte y de la propia
especie. La emoción y placer que siente un lector instruido y
sabio en la Eneida de Virgilio le sirve de regla para juzgar la
erusalen del Tasso ó el Paraíso de Millón, por la semejanza ó
esproporcion que encuentra entre estas obras comparadas con
la primera. La fábula del Quijote, original y primitiva en su
e pede , no puede sujetarse á este juicio, porque no hay otra
con quien compararla. Cervantes está en el mismo caso que Ho-
meio, y Jas reflexiones que se saquen del arte y método obsér-
las Z 'f3 "i"10:’ e“,el QUÍÍ°tC’ SerV¡rán de -S'a para juzgar
nor A^iaibUlaSl UV eSCaS’ aSÍ CO'n° laS observaciones hechas
or Austoteles sobre la IJfaday Odisea fueron el fundamento
le las leyes que este sab.o filósofo dio en su Poética á las fábu­
las heroicas.
anal.
I
ANALISIS del quijote. 3
2
3 Para encontrar los verdaderos principios en que debe fun- volúmenes escritos en alabanza de Homero, disimularán con fa-
i =« el iuicio del Quijote , es preciso recurrir a las fuentes del cihdad la prolijidad de este análisis: en el cual es preciso, antes
buen gusto, y descubrir en ellas el modo mas natural y agrada^ de formar juicio del Quijote , dar una idea de los principios en
M t i divertir el espíritu y mover el corazón humano, mu- que debe fundarse, y aplicarle después con individualidad las
do la acción de un personage ridículo y estravagante Este reglas que resulten de ellos, üe este modo no solo servirá de
luego ñ la imaginación de los lectores la idea de ilustración á los lectores para conocer y apreciar esta obra, sino
un héroe, á quien el autor atribuye una sola acción con un < c- también les dara luz para calificar el mérito de las demas fá-
' ido fin lo que igualmente sucede en las fábulas épicas . bulas burlescas«
ZÍ«X;<él~ p.teipio. gene,.l« 4. M. ™- 1 L°S pl’"íc‘Plos 8enerales que pueden aplicarse á la fábula
del Quijote, igualmente que á las heróicas , se encuentran con
denseivn tam P Ja diferencia debe haber mayor facilidad observando sencillamente la naturaleza y fin
"X naturalmente la acción ridicula de un héroe bur­ de las mismas fábulas, que estudiando las varias obras didácti­
lesco cuyo ejemplo debemos huir, ó referir poéticamente la cas escritas sobre este asunto, cuyas ideas vagas, informes y
accioil maravillosa de un verdadero héroe, á quien por precisión opuestas entre si sn-yen mas para confundir el entendimiento^
q i p<ra ilustrarle. La sana razón enseña que los preceptos de
^4 ° CoVesTabmitacion se puede comparar Cervantes á Ho­ as artes deben ser breves, claros, sencillos y deducidos lodos
mero. Ambos fueron poco estimados en sus patrias , anduvieron de uu principio fqo y determinado , cual es , que las obras del
• tírahles toda
errantes y miserables vio«, jy después
su vida,
tocia su r han sido objeto 1.de
1S arte sean memo preciso y seguro para que el artista logre el
1, admiración y del aplauso de los hombres sabios en todas 1. iin que se propuso. b •
edades paises y naciones. Siete ciudades poderosas disputaron 6 El fin de todos los fabulistas sensatos y juiciosos consiste
entre sí el honor de haber servido de cuna á Homero, y seis vi principalmente en instru.r deleitando : fin muy ñiil á la socie­
Has de España han litigado el derecho de ser patria de Cervan- dad porque destierra de ella el ocio con el entretenimiento, y
' Ambos fueron ingenios de primer órden, nacidos para ilu - los demas vicios con la enseñanza. El deleite ocupa el espíritu
. W denms, y para fundarse un imperio particular en la previene la atención de los lectores, y los precisa á que reciban
tiai->ar ' de las letras. Uno y otro sacaron sus invenciones c e con gusto la enseñanza disfrazada con la máscara de la ficción
XSl"cion conimloshabia^lanatu^i y dorada con la novedad de lo maravilloso ó de lo ridículo
estreñios ambos, que bren manejados embelesan y suspenden
el animo, porque le sacan de la esfera de los sucesos comunes
das las riquezas del universo. Cervantes menos ^ev.do, ó mas y ordinarios de la vida, con los que ya estamos familiarizados!
das tas r 1 ntó con retratarles al natural sus defectos, De qUe se sigue que el objeto de la fábula debe ser á propósito
tii-iZl centro del corazón humano las líneas de su instruc­
ción y adornándola con todas las graciás que podían liacei .
amable, provechosa y suave. Aquel sacó á los hombres de su b““ “ '“■»01
esfera para engrandecerlos, y este los encerró dentro de si mis­ todo de la Obra im esotra c£ EI cuerpo ó el
mos para mejorarlos. En Homero todo es sublime, en Corvan - ta y delineada nn 88 qUe eStil ,nisma ^a desenvuel­
tes tilo natural. Ambos son en su línea grandes, escálenles ta y delineada por menor con todas sus
consiguiente el deleite y placer aueestá stancias : por
■ • tildes • pero en esta parte conviene mejor a Cervantes que tenido en el objeto de la fábuL debe como ence, , ado y con-
inimitables - peiu v r ;.nnwnte
;i Homero el elogio de Vcleyo Patcrculo, porqu . ¡ tintamente á los lectores en el todo de X y eT^dTuI! J z”"
ni antes de este español buho un original a quien el
parles, crecendo y aumentándose desde el . , dc M*s
desDU.es ha habido quien sepa sacai una cop <
SSl Por dolos lócaos, .!«. h.» * 1« -I— 4. <5 á lo menos sosteniéndose con igualdad cn'ml’‘l^brá'!’

I
ANALISIS DEL QUIJOTE. ¡i
8 Las reglas fijas para lograr este agrado de los lectores
proceden de la naturaleza del espíritu humano , cuyo placer , ARTICULO II.
deleite é instrucción se solicita en las fábulas.
novedad del objeto del quijote.
q Nuestro espíritu es naturalmente cut ióso , inconstante y
perezoso. Para agradarle es indispensable incitar á un tiempo iI La elección de Cervantes en el objeto de esta obra fue
mismo su curiosidad, prevenir su inconstancia y acomodarse á tan acertada, que solo el título de ella presenta desde luego al
su pereza. Todo lo que es raro, estraordinario, nuevo y de uu lector eu el ridículo carácter del héroe la idea y el objeto de una
éxito dudoso é incierto, mueve la curiosidad del espíritu: la sim­ fabula, no solamente nueva y original, sino también mas agra­
plicidad y unidad convienen á su pereza, y la diversidad y va­ dable é instructiva por su naturaleza , que las otras fábulas cu­
riedad entretienen su inconstancia. De esta discreta observación yo asunto es heroico, y su moral seria é indeterminada.
de Fontenelle se deduce con evidencia que para agradar á los 12 La mayor parte de los sabios creen que el fin de los au­
hombres es necesario unir estas tres cualidades en .el objcLo que tores de estas fábulas no es enseñarálos hombres una verdad so­
se les presente. la, sino darles un tratado completo de moral : é igualmente
10 Esta reflexion y las anteriores dan la verdadera norma convienen en que el objeto de las mismas fábulas es oscilar la
para formar juicio de las fábulas agradables é instructivas. El admiración de los lectores con la unión de lo maravilloso y
autor ha de elegir un objeto propio y apto para deleitar á los heroico. Por consiguiente el deleite y placer que se siente en su
lectores y conducirlos insensiblemente al fin que se propone. lección debe resultar precisamente de la claridad y distinción
De este objeto debe deducir una acción sola, completa, de pro­ con que el lector penetre la mutua dependencia de las acciones
porcionada duración, que escitc la curiosidad , y sea verosímil de los héroes con el influjo y decretos de las deidades : conoci­
y variada con otras acciones subalternas, ó episodios enlazados miento y placer reservado al corto número de personas sabias,
naturalmente con ella. Los actores han de ser conformes á la capaces de leer estas obras con inteligencia: el resto de los hom­
acción, dependientes del héroe ó principal actor, todos de bres ni las entiende, ni las aprecia , ni las lee, ni las conoce.
diverso carácter, y constantes en su diversidad. La narración de La moral, la enseñanza y los ejemplos que encierran para ins­
la acción , que es el todo, ó cuerpo de la fábula , debe ser her­ trucción de los lectores, tienen igual limitación,y solo pueden
mosa, dramática y dulce. Últimamente el estilo ha de ser puro, aprovechará alguno de estos , délos cuales verosímilmente nin­
enérgico y conveniente al asunto de la fábula. Observando estas guno lia corregido sus costumbres movido de los sanos consejos
reglas formará un todo capaz de mover la curiosidad del lector, de la litada ó Eneyda, El poco efecto de estas instrucciones
variado y uniforme, correspondiente al objeto déla fábula, y á pende precisamente del carácter de Jas mismas fábulas y de la
propósito para la moral que quiera enseñar en ella. De la nove­ índole del corazón humano. Homero , padre y maestro de to­
dad cu el objeto elegido resultará la fábula original , de la dis­ das ellas , ohgió para las suyas dos asuntos heroicos : los demas
creción en la moral útil, y de las otras circunstancias agradable. a su mutación han hecho lo mismo ; y por tanto sus consejos,
El mérito de Cervantes , y la destreza con que supo unir y ma­ tía moralidades y ejemplos son generales , serios , aplicados á
nejar estas tres cualidades , se manifestará palpablemente apli­ pi launas de alta clase , y por lo común á príncipes , cuyos de­
cando las referidas observaciones al Quijote, para hacer juicio lectos por pequeños que sean , son muy perjudiciales á la so­
de esta obra , de la que solo se notarán aquellas gracias ó per­ ciedad , y sus resultas trágicas y lastimosas. Por otra parle el
fecciones masesquisilas ó mas ocultas, pasando en silencio mu­ „corazón humano, naturalmente inclinado ó la felicidad, al ocio
chas , que ningún lector dejará de percibir aunque no las co­ y crtat , oye regularmente con disgusto las reprensiones
nozca. generales que le comprenden, escucha con repugnancia el tono
m .g.slral de los consejos serios, mira con despego los sucesos '
■ agmos, y ve con mdderencia los ejemplos de la miseria huma -
““ en oersonas de otra esfera y clase distinta , porque se per.
DEL QUIJOTE. y
6 ANALISIS
suadc que jaulas podrá hallarse en igual situación ni peligro. propio les permite que se conozcan poseídos de aquel vicio, y
De aquí proviene que la moral de estas fábulas no hace mas que comprendidos en la burla y remedo , no solo no se atreven á
una impresión pasagera en el ánimo de los lectores, la cual continuarlo, sino que lo evitan con cuidado, temiendo hacerse
se desvanece y acaba con la misma lección , sin dejar estampa­ objeto de la risa de los demas, y parecer en público como retra­
do en su ánimo rastro alguno que pueda contribuir después ála tos de aquel original. Asi por este medio de contrahacer y reme-
corrección ó enmienda general que sus autores solicitaron. dai los defectos como ridiculos y dignos de la risa y desprecio
13 Todo es al contrario en el Quijote. El fin principal de común , se consigue un deleite y pasatiempo general , y una
Cervantes fue la corrección de un vicio solo ; pero de un vicio corrección aun mas general que el mismo deleite.
arraigado y altamente impreso en el vulgo , que estaba infatua­ 15 Este placer y enseñanza fueron los efectos que causó el
do con el falso pundonor de la caballería andante , y con las Quijote, purgando con el eléboro de la risa las cabezas ter­
perniciosas historias que contenían las estravagantes proejas de cas y obstinadas que habían resistido al poder de las leyes civi-
sus imaginados héroes. Para lograr este fin le sugirió su ingenio ks, y á las vigorosas y serias impugnaciones de la moral.La
original un medio nuevo y jamas intentado de otro alguno. Eli­ esperieucia ha manifestado que este específico, tan diestramen­
gió por objeto de su fábula escitar la risay diversión de los lec­ te aplicado por Cervantes, no tiene solo el mérito de la novedad,
tores , pintándoles en ella un caballero andante tan desvariado Silo al mismo tiempo una fuerza irresistible á la dolencia , y un
y fanático , que sola su idea y su nombre hicieron ridicula y justo naturalmente acomodado al paladar de los enfermos.
16 La unión de estas circunstancias en el objeto del Quijo-
despreciable aquella caballería tan aplaudida. El vulgo mismo
avergonzado de su error derribó el ídolo luego que le vió tan < acredita la elección de Miguel de Cervantes ; pues en fuerza
graciosamente representado al natural. de ella abrió desde luego á su ingenio una senda tan original co­
14 Este medio, hallado por Miguel de Cervantes en la repú­ mo la de Hornero , y mucho mas acomodada , para encaminar
blica literaria para corregir los vicios de la civil, es mas llano , por ella á los hombres hacia su utilidad y deleite : elección dis­
mas popular y menos elevado que el de Homero y sus imitado­ creta, oportuna y peculiar de los grandes maestros , que saben
res; pero por lo mismo es mas fuerte, mas poderoso para con­ dar lodo el realce posible á sus obras con una sola pincelada.
trastar y vencer el carácter y complexión de la multitud, y mas
ARTICULO III.
adecuado al temple del corazón humano. Todos los hombros
tenemos una secreta propensión á la sátira y á la burla, y todos
CUALIDADES DE LA ACCION.
somos también naturalmente inclinados á la imitación y al re­
medo : asimismo el amor propio, que es la pasión mas domi­
17 De este objeto escogido con tanto acierto dedujo Cervan­
nante y mas profundamente grabada en nuestro corazón , nos
tes la acción de su fábula , que es la locura de D. Quijote : al
fuerza insensiblemente á creernos superiores á los demas de
modo que la de la Ilíada es la ira ó cólera de Aquiles. Aristóte­
nuestra especie, y consiguientemente á disimularlas faltas pro­ les dice que Homero, asi como en las demas cosas fue escelen-
pias, y á descubrir y notar las agenas. No hay escena alguna cu
te, también conoció lo mejor en la unidad de sus fábulas, por­
el teatro déla vida donde logre nuestro amor propio mayor com­
que en la Ilíada y Odisea no finge todas las cosas que su­
placencia que en la representación satírica, ó cu el remedo bur­
cedieron a Ulises y Aquiles , sino solo aquellas que pue-
lesco de un vicio, y mucho mas si está contraído á una determi­
« en constituir una sola acción. Del mismo modo Cervantes no
nada persona. En ella encontramos dos gustos, el de ver lo ridícu­
Imgio toda la vida de D. Quijote, sino únicamente aquella parte
lo de los vicios, y el de verlo aplicado á otro sugeto distinto. Esto
de ella relativa á su locura, que es la única acción de la fábula.
nos hace estar atentos á la representación, lija las gracias y cir­
1 or esta razón la comenzó desde el principio de la manía, y no
cunstancias de ella cu nuestro ánimo , y nos mueve ,á desviar y
desde el nacnmenlo de D. Quijote, á semejanza de Homero, que J
apartar lejos de nosotros la ridiculez que en otros nos ha provo­
según la discreta observación de Horacio , no empezó por la
cado á risa. Igualmente aquellos pocos á quienes el mismo amor
8 ANALISIS DEL QUIJOTE. g
muerte ele Moleagro para referir la vuelta de Diomcdes, ni tam- cion la satisface, y el interes y verosimilitud la escitan y man­
poco la guerra de Troya desde el nacimiento de Castor y l’ólux« tienen.
Los que han aplaudido el Gerundio como una obra comparable 2a El interes nace de dos principios : ó de la naturaleza de
al Quijote pueden aplicarle esta y las restantes observaciones, la misma acción, o de los estorbos que se oponen á la empresa
y conocerán cuán difícil es quitar la clava de la mano de Hér- del actor. El primero pertenece á la voluntad, porque nos mue­
coles, ve; y el segundo al entendimiento, porque nos divierte y eu-
18 La acción del Quijote tiene también las circunstancias ti etiene. JN uestro corazón 6e interesa mas y siente mayor emoción
de completa y proporcionada en su duración. Ya se sabe que cuanto mayor es la relación que tiene con el actor que se le pre­
una acción se llama íntegra ó completa cuando consta de prin­ senta en la fábula: porque cualquier hombre Se complace mas
cipio, medio y fin. La Ilfada principia por la cólera de Aquiles, en ver obrar y triunfar á un individuo de su misma especie, de
continua con sus efectos, y finaliza con su satisfacción; é igual, su mismo pais y de su propia religión, que á otro á quien falte
mente en la fábula de Cervantes vemos nacer, crecer y acabar­ cualquiera de estas circunstancias. La acción de la fábula deter­
se la locura de D. Quijote, mina la especie de interes dominante en ella respecto á la sitúa,
ig La magnitud de la acción, ó la distancia quedebehabe’ cion de los lectores ; asi el interes de religión es principal para
entre su principio y su conclusión , es lo que entendemos po' los cristianos en la Jerusalen del üasso, el interes de nación el
duración. Aristóteles la esplica con una agradable metáfora que mueve mas á los franceses en la Enriada , y el interes de
Cualquiera cosa hermosa que sea compuesta de diversas partes, humanidad el que nos ha quedado solamente en la llíada y
dice este filósofo , no solo debe estar bien ordenada , sino ser Eneyda. Este es el mas esencial en cualquiera fábula , porque
también de una congruente magnitud, pues la hermosura con­ es el único que subsiste siempre, y que comprende á todos los
siste en la proporción y el orden. Por lo cual asi como nopue- individuos de la especie humana. La llíada es superior á las de­
de parecer hermoso un animal demasiadamente pequeño , por- mas fábulas en este punto, porque su acción no es una empresa
que se hace imperceptible á la vista y la confunde, asi tampoco particular respectiva á esta ó la otra nación ; sino una pasión ,
podrá parecerlo el que fuere en estremo grande, porque la vista una acción sacada del corazón humano , que por consiguiente
no puede comprenderle de una vez; antes bien aquel todo huye interesa á todos los hombres en general.
y se oculta á ja consideración de los que le contemplan. Este El ínteres de humanidad varia relativamente al objeto
ejemplo, aplicado á la acción de la fábula , manifiesta que su de las fábulas. En las heróicas nos interesamos por la admiración
magnitud y duración deben arreglarse de modo que ejerciten que nos causa la acción de un héroe á quien favorecen las dei­
]a atención del lector sin confundirle, dades; y en las burlescas nos divertimos con la r¡sa á que nos
□o Homero es alabado justamente por la sabia economía con mueve la locura y estravagancia de un actor ridículo : aquella
que limitó la duración de la llíada á solps cuarenta y siete dias, admiración y esta risa son agradables á todos los hombres , y
resultando de esta corta duración la proporcionada magnitud de generales en ellos: consiguientemente la acción ridicula del Qui­
la fábula, y la facilidad para comprender toda su acción junta­ jote interesa á toda la humanidad , como la heroica de la llía­
mente con los episodios, máquinas y demas ornamentos poéti­ da , con la diferencia que la emoción causada por un objeto ri­
cos con que la varió y enriqueció. El Quijote, adornado con diculo es mas natural y permanente , que la que resulta de la
tanta diversidad de episodios y circunstancias agradables, tiene admiración de un asunto heroico.
igual proporción en la magnitud de su fábula, cuya acción du­ 24 De esta Observación se infiere que la religión del héroe,
ra solos ciento sesenta y cinco dias. se mira con .»diferencia en las fábulas burlescas, y que el Ínte­
ai La unidad y competente duración de la acción son res lie nación obra en ellas al contrario que en las heróicas. En
cualidades acomodadas á la pereza de nuestro espíritu. La inte­ esta se aumentaá proporción déla mayor inmediación al héroe,
gridad, el interes y verosimilitud de esta misma acción son res­ y en aquellas se disminuye en la misma razo». La acción de
pectivas á Su curiosidad: la integridad ó complan.entp de la ac- qrnles interesaba mas á los griegos que á los bárbaros , y
IO ANALISIS. DEL QUIJOTE. 11
mas á los mirmidones que á los otros griegos : la de Don ble parezca, y la solución lo será también á proporción que fue­
Quijote interesó menos á los españoles que á los estran- re mas sencilla y natura], y mejor deducida de la acción.
geros , y menos á los manchegos que al resto de la nación. 28 Los obstáculos nacen precisamente de la flaqueza ó ig­
La razón es obvia , porque todos los hombres nos atribuimos norancia del actor. Guando resultan de esta se disuelven con el
parte de la gloria de los que nos pertenecen , y procuramos conocimiento claro de lo que antes se ignoraba, y cuando pro­
evitar lo ridículo de ellos qué se nos puede atribuir. De aquí vienen de flaqueza se vencen ausihándola con una fuerza su­
nace que las fábulas heroicas son desde luego recibidas con perior. A la primera solución llaman, en aquel idioma con que
aplauso por todos los nacionales del héroe , y las burlescas su­ han querido oscurecer las artes, desenlace por agnicion ó reco­
fren siempre en su misma patria grandes persecuciones de nocimiento; y á la segunda por peripecia ó revolución.
aquellos que se creen retratos del actor original; pero esto 29 Como el objeto de la fábula épica consiste en interesará
misino cede en aumento del interes de humanidad : porque los hombres admirándolos, es necesario que los obstáculos
al fin los opositores se enmiendan , la persecución calma, y opuestos al héroe sean de una dificultad estraordinaría y supe­
la fábula triunfa y conserva para siempre el principal mérito rior á sus fuerzas, y que los desenlaces provengan del concur­
de agradar á todos los hombres, después de haber corregido á so de las deidades. De éste modo se aumenta sucesivamente la
algunos. En este caso está ya el Quijote : el interes de nación y admiración, se enlaza lo maravilloso con lo heróico, y lo estra—
de religión de su héroe son indiferentes como en la Ufada , y ordinario del nudo con la naturalidad y verosimilitud déla so­
ambas fábulas agradan por el interes de humanidad, que vivi­ lución,
rá siempre. 30 Del objeto de la fábula burlesca se origina que su acción
aS El interes de la acción perteneciente al entendimiento conste de una infinidad de nudos y desenlaces, que presentan á
es aquel que mueve su curiosidad por medio de los obstáculos la curiosidad e inconstancia de nuestro espíritu un incentivo con­
opuestos al héroe. Los humanistas llaman á estos obstáculos tinuo, y un^espectáculo agradable por su variedad. La acción de
nudos, y al medio que sirve para vencerlos, desenlace. De es­ un héroe es una empresa dirigida con elección y conocimiento
ta circunstancia proviene la diferencia entre las acciones ordi­ hacia un cierto fin: todos los medios de que se vale para lograrle
narias de la vida, y las extraordinarias de las fábulas. Aquellas van gobernados por la prudencia, y encadenados recíprocamen­
para que sean completas, basta que tengan principio, medio y te : al contrario, un actor ridículo se propone un fin disparata­
fin : estas para serlo y para interesar al lector, necesitan que do, e incapaz de lograrse por ningún medio, y los que pone en
su medio sea un nudo, y su fin el desenlace ó solución de aquel practica son estravagantes , desvariados, inconexos entre sí, y
nudo. Lodo hombre que lee una fábula pone su atención en con el objeto de sus ideas. 1 amblen un héroe encuentra obs­
la empresa del héroe , y en los medios de que se vale para con­ táculos efectivos propios de su acción , ó dispuestos por una
seguirla : los obstáculos que impiden el logro de esta empresa causa superior para impedirla, y los supera realmente con sus
incitan á un mismo tiempo el esfuerzo del héroe para sobrepu­ esfuerzos, ó con el ausilio de otra causa mas poderosa; pero ej
jarlos, y la curiosidad del lector para ver el efecto que surten , actor ridículo, solo y abandonado á su locura, ni tiene quien de­
hasta que llegando el fin ó desenlace de la acción queda el es­ terminada y constantemente se le oponga, ni menos halla en sí
fuerzo del héroe triunfante, y la curiosidad del lector satisfecha. recurso para remover los estorbos que se Je presenten: por lo que
26 A mas del nudo principal de la acción debe haber en toda su acción es una sene de sucesos casuales, vagos é indeter­
ella otros varios obstáculos menos considerables, que pongan al minados. Cada uno de ellos es un obstáculo accidental, que se
héroe en algún peligro, mantengan la curiosidad del lector , y disuelve también casualmente: y el conjunto de todos compone
varíen la fábula. La solución ó éxito de estos lances ha de ser el nudo principal de la acción, que consiste en el aumento de la
de modo que el héroe quede en salvo, y no en reposo, y la cu­ cslravagaucia del actor , y no tiene otro modo mas natural de
riosidad del lector contenta , pero no satisfecha. desatarse que el fin y la conclusión de aquella estravagancia.
27 Todo obstáculo ó nudo es mejor mientras mas indisoiu— 3iLa Ufada es escelente en el enlace de lo maravilloso y
12 ANALISIS del quijote. 13
licróico, de cuya unión resulta que los obstáculos sean estraor- conocimiento quita parte de la novedad álos sucesos, y dismi­
diñarlos y difíciles, y su solución verosímil. Aquiles para satis­ nuye la curiosidad previniéndola.
facer su cólera encuentra un estorbo invencible en la suprema 33 No sucede asi en la fábula de Cervantes : cada aventura
autoridad de Agamenón. Aquel héroe, el mas valeroso del ejér­ tiene dos aspectos muy distintos respecto al héroe y al lector.
cito, estaba justamente ofendido, y era ademas hijo de una dio­ Este no ve mas que un suceso casual y ordinario en lo que pa­
sa : por consiguiente tenia á favor suyo la justicia de su causa, ra D. Quijote es una cosa rara y estraordinaria, que su imagi­
la protección de su madre, y el ínteres de todas las deidades nación le pinta con todos los colores de su locura , valiéndose
amigas de los griegos, con cuyo ausilio triunfó al fin de Aga­ de la semejanza ó alusión de las mas mínimas circunstancias
menón , y quedó satisfecho. De todas estas circunstancias com­ para trasformar los molinos de viento en gigantes, la bacía del
puso Homero el admirable dechado de su fábula , donde están barbero en yelmo de Mambrino, y los títeres en ginetes moris­
entretejidos con singular destreza y profusión lo maravilloso cos. El lector siente un secreto placer en ver primero estos ob­
con lo estraordinario, y uno y otro con lo verosímil : pues no jetos como son en sí, y contemplar después el estraordinario
hay cosa mas creible para los hombres que ver los obstáculos, modo con que los aprende D. Quijote, y los graciosos disfraces
insuperables en su concepto , vencidos por el concurso ó dis­ con que los viste su fantasía. Este placer es una de aquellas
posición de la divinidad, gracias privativas del Quijote, que no pueden tener las fábulas
32 Cervantes merece igual alabanza por la discreción con heroicas.
que supo manejar lo ridículo haciéndolo verosímil, y sacándo­ 34 Antes que se disipe la complacencia que resulta de estos
lo de varios objetos donde solo su ingenio podía encontrarlo. dos aspectos de las aventuras , tiene el lector otro espectáculo
Como la acción de su fábula es la manía de D. Quijote por re­ igualmente curioso en el enredo y éxito de las mismas. Como
sucitar la caballería andante, era preciso que este héroe saliese la dificultad verdadera de estas pende de su naturaleza , y la
á campaña. Los caballeros andantes encontraban á cada paso que tienen respecto á D. Quijote procede de su aprensión y lo­
una aventura ; y el todo de estas aventuras era el asunto de las cura, el lector, aunque conoce clara y distintamente la facilidad
historias que Cervantes quería desterrar, y D. Quijote intenta­ ó dificultad de estos nudos , no puede graduar cómo los estre­
ba imitar : así el fin del autor y del héroe requerian que su ac­ chará el antojo de D. Quijote, ni menos conjeturar cual será su
ción fuese un tejido continuo de aventuras procedidas todas de éxito, porque uno y otro han de ser efectos del capricho de un
la locura del actor, y unidas con ella. Esta es la causa porque loco, ó de la casualidad, que no guardan reglas fijas. Esta inde­
el Quijote entretiene á los hombres mas agradablemente que cisión aumenta su curiosidad, y contribuye á que sienta una
las fábulas heroicas , y por que también los obstáculos de su agradable sorpresa, viendo el estravagantey singular modo con
acción son tan estraordiuarios, y su éxito tan nuevo y natural. que D. Quijote aumenta la dificultad de las aventuras mas ase­
En la fábula épica ve el lector todos los acontecimientos como quibles, y se representa como fáciles las que son en realidad in­
fueron en sí, y como los vió el héroe, de suerte que la relación superables. El éxito ó solución de estas aventuras es igualmente
de ellos le presenta cuando los lee el propio espectáculo que tu­ natural é imprevisto. Rara vez sale bien D. Quijote de sus em­
vo el héroe cuando sucedieron. Por otra parte la naturaleza presas; y cuando sucede asi es por un efecto de la casualidad ;
misma de la acción pone desde luego presentes al entendimiento pero en su concepto siempre queda victorioso , porque la feli­
del lector los estorbos que pueden resultar de ello; y La rela­ cidad casual la atribuye á su propio valor, y la infelicidad ver­
ción del héroe con las deidades le manifiesta las causas sobre­ dadera á la casualidad, á la fuerza superior de un encantador
naturales que es regular concurran á impedirla ó facilitarla : enemigo, ó bien á otras disculpas propias de su locura, con las
por lo cual cuando el héroe se ve en algún peligro natural , ó que cada vez se confirma mas en ella. Asi en cada aventura hay
dispuesto por alguna deidad enemiga , el lector espera que el por lo regular dos obstáculos y dos éxitos , uno efectivo en la
valor y prudencia del héroe, ó el ausilio de los dioses que le realidad, y otro aparente en la aprensión de D. Quijote, y am­
favorecen, le sacarán salvo de aquel peligro ; y este anticipado bos naturales , deducidos de la acción, y verosímiles , sin cm-
l4 ANALISIS
DEL QUIJOTE. 15
bargo de ser opuestos : porque el lector no eompara las dificul­ 36 De aquí se sigue por una consecuencia natural, que el
tades y soluciones aprendidas por D.Quijote con las verdaderas, nudo principal de una acción ridicula debe tener también estos
sino con la manía de este héroe, que es preciso se las represen­ ríos aspectos relativos á los lectores y al héroe, y ha de proce­
te al reves de lo que son : de que procede que los mismos he­ der de la locura del misino héroe, y no de otra causa estraña.
chos que en las historias de Amadis,Belianis y demas caballeros La propiedad esencial del nudo de cualquiera fábula es tener
andantes son enfadosos é increíbles, son al contrario verosími­ Siempre al héroe en precisión de obrar según su carácter, y mo­
les y agradables en el Quijote, porque en este se presentan co­ ver la curiosidad del lector conforme al objeto de la fábula. En
mo una apariencia de su loca imaginación , y en aquellas como las heroicas una causa superior y opuesta al héroe le fuerza á
sucesos reales y efectivos. luchar continuamente con ella hasta sobrepujarla, con lo que
35 Si se reflexiona el destino que tienen los obstáculos y manifiesta su heroicidad, y escita la admiración de los lectores.
desenlaces en las fábulas, se conocerá que el tener dos éxitos En las burlescas la misma estravagafleia del actor le precisa á
las aventuras de D. Quijote es una de las circunstancias que continuar constantemente en su locura, y á dar que reir á los
acreditan mas el ingenio y juicio con que Cervantes dispuso demas con ella. Si el nudo de la manía de D. Quijote proce­
los nudos y soluciones de su fábula respecto al objeto de ella diese de una fuerza estraña, si era superior acabaría luego con
y al carácter de su héroe. Los obstáculos deben estrechar el el esfuerzo del actor, y si fuese inferior seria destruida al pun­
nudo de la acción en cualquiera fábula , para poner al héroe to por él, y en uno y otro caso se cortaría la acción en los prin­
en precisión de obrar y darse á conocer: por consiguiente la cipios por fallarle un obstáculo permanente que la sostuviese.
solución debe ser tal, que el héroe se confirme en su designio, 37 Del mismo principio se deduce que la revolución ó mu­
y continué en él , según corresponde al objeto de la fábula. danza de la fortuna, y el reconocimiento ó nocion clara de lo
Conforme á este principio está siempre en peligro el héroe en que antes se ignoraba, deben causar en la fábula burlesca una
las fábulas épicas , y sale siempre victorioso; porque de esta solución ó éxito inverso del que producen en la heroica ; é
suerte los obstáculos impiden y hacen difícil su acción, y al igualmente que las infelicidades en que caiga el actor ridículo
mismo tiempo el éxito feliz de ellos le confirma en su de­ han de ser burlescas y no graves. Una pedrada ó una caida son
signio, le anima á continuar en él, y nos le representa admi­ males leves, que mueven á risa : una herida <5 golpe mortal se­
rable, que es el objeto de estas fábulas. En las burlescas, cu­ ria un objeto de compasión mas bien que de alegría. Esta ra­
yo objeto es movernos á risa, ha de quedar siempre el actor zón convence que el desenlace principal de la acción debe ser
principal malparado, ó ridículo á los ojos de los lectores para feliz como en la epopeya, porque en esta se representa al héroe
divertirlos, y venturoso y feliz en su concepto para confirmar­ admirable, como en el Quijote ridículo; y si acabasen con des­
le en su estravagancia, y darle motivo á que la siga: pues un gracia serian mas dignos de piedad, que de admiración ó de ri­
Joco, que efectivamente fuese valeroso y afortunado, seria mas sa. Cualquiera que lea con atención á Cervantes reconocerá la
bien odioso é importuno, que agradable y divertido ; como al destreza con que se valió, para perfeccionar la acción de su fá­
contrario si él mismo conociese que siempre era desventura­ bula, de estas observaciones y de otras muchas que es forzoso
omitir en este discurso.
do y cobarde, al fin escarmentaría de su locura, y no seria
verosímil que la continuase. Este es el mérito principal de Cer­ 38 El nudo principal se desata naturalmente con la conclu­
vantes: aquellos hechos que vistos como son en sí hacen ridí­ sión de la locura del héroe. D. Quijote vencido como caballero
culo y digno de risa á D. Quijote, aquellos mismos mirados andante, dió palabra de no continuar en aquel ejercicio: asi con­
cluyó su locura por un efecto de la misma locura , que le pre­
con el lente de la locura de este héroe, le representan como un
caballero valiente y afortunado. Solo la discreción de este au­ cisaba á cumplir su promesa infaliblemente, y ademas quedó en
tor podia haber descubierto un medio tan ingenioso para que reposo, y consiguientemente feliz en la realidad, aunque 110 en
su aprensión. Los críticos que convienen en que el desenlace me­
las aventuras de ü. Quijote ridiculizasen su accionen la reali­
jor es aquel que fuere mas natural, sencillo, inesperado y dedu-
dad, y la hiciesen plausible en su imaginación.
i5 ANALISIS*
DEL QUIJOTE. ,7
cirio ríe la misma acción, tendrán precisión de confesar que la
el aposento, y esfa respuesta, que al parecer debía sosegarle y
solución del Quijote es de las mas perfectas que ha producido
curarle poco á poco, borrándole las ideas que no podia renovar
él ingenio de los hombres*
con la lección, fue la que inflamó mas su estravagancia, y ati­
39 No es mas estimable esta obra por el interes con que su
zó el fuego de su locura. Persuadióse desde luego que respecto
acción mueve y satisface nuestra curiosidad, qne por la agra­
dable variedad con que sus episodios entretienen nuestra incons­ que tenia un encantador por enemigo declarado, era sin duda
ya tan famoso caballero andante como aquéllos que se habia
tancia. El destino de estos es servir de descanso á los lectores,
presentándoles otros objetos distintos de la acción principal en propuesto por modelo, en cuyas historias representaban el pri­
mer papel los encantadores; y de esto dedujo todas las conse-
estas acciones subalternas, las cuales deben estar enlazadas con
ella para conservar la unidad, tratar asuntos diversos entre sí cuenciasque podían confirmarle en su necia resolución , como
para multiplicar la variedad , ser mas ó menos dilatadas á pro­ osTc T P“T’ atr,bu>'endo ^desgracias, que eran efec­
tos de su locura, a la ojeriza de este sabio enemigo. Aqui se ve
porción de su relación con el objeto de la fábula, y tener, si es
claramente que la solución de este episodio surtió un efecto
posible, su nudo y solución particular. Aristóteles establece co­
contrario al qne se habían propuesto los autores de ella, y ani-
mo regla precisa que las fábulas épicas deben estenderse y dila­
moa D.Qu.jote para continuar su acción en vez de impedírse-
tarse con muchos episodios , y por esta causa dice que Homero
a. El célebre Pedro Daniel Huet, que cuenta á Cervantes entre
en la Ilíada se muestra divino sobre todos los demas poetas ,
pues habiendo elegido una acción de proporcionada magnitud, os mas aventajados ingenios de España, le elogia con razón por
110 quiso ceñirse á sola ella , sino interponer en su narración a aguda y prudentísima censura que hace de Jos libros de ca­
muchos episodios, con los cuales hace su fábula riquísima y lle­ ballería en este episodio; pero aun es mucho mas digno de ala­
banza por la oportunidad dé su solución, que por todas las otras
na de variedad.
aprec.ables cualidades que concurren en él : y la circunstancia
40 Si fuera lícito hacer enumeración de los episodios del
de ser el primero que la casualidad presenta en la fábula de
Quijote, se manifestaria claramente el ingenio de Cervantes, la
fecundidad de su imaginación,y la puntualidad con que obser­
ervantes, puede servir de prueba para conocer el mérito que
generalmente tienen los demas con que está entretejida y va­
vó todas las reglas del arte. El que leyere atentamente esta fá­
bula observará con una secreta admiración que la mayor parte
• Vj WtnSuna cosa contribuye mas á hacer agradable esta va­
de sus episodios, á mas de ser deducidos naturalmente de la ac­
riedad que la contraposición, porque hace mudar enteramente
ción, y estar enlazados con ella, influyen también en su conti­ de objeto a los lectores, representándoles á continuación de una
nuación, y preparan diestramente los sucesos posteriores. Tal
escena triste otra alegre, y mostrándoles el espectáculo de unos
es el escrutinio de la librería de D. Quijote, cuyo objeto es ha­
juegos marciales después de la pintura de una corte espléndida
cer crítica y juicio de los libros de caballería ( 1. 44 )• Este epi- y deliciosa. Pero este modo de diversificar los episodios, dándo­
sodio tan estrechamente unido con el objeto de la fábula, y tan les objetos de especies distintas ú opuestas entre sí, no es tan
divertido para los lectores pox- la revista que pasan ante ellos to­ delicado ni tan singular como cuando son de una misma espe-
das las historias caballerescas, parece á primera vista contrario
Cle’ P su variedad nace de la diferente graduación que tienen
á la continuación de la fábula, porque con la quema ó reclusión dentro de aquella especie. Mas alabanza merece Homero por
de estas historias, y la ocultación del aposento que servia de li­ a.te con que supo diferenciar el carácter de Aquiles , nitor
brería, se le quitaba á D. Quijote la causa y principal fomento dedil 7’ Telamon Proejo, todos valerosos, y todos
de su locura; pero en este mismo es donde se mostró mas la dis­ de AMm a graduación en el valor, que si les hubiera dído ca
creción de Cervantes. Como para satisfacer á D. Quijote cuando tacte.es de especies diversas ó contrarias. En este caso está Cer­
buscase sus libros era forzoso darle una disculpa que le aquie­ vantes : los episodios del Quijote, que son distintos en su espe­
tase, y ninguna podia cuadrarle si 110 tenia alusión con su ma­ cie, son muy agradables por la variedad respectiva con que di
nía, supusieron que un encantador se habia llevado los libros y Vierten a los lectores, desviando su atención de la locura 1 Don
ANAL-» o
,8 ANALISIS del quijote.
Quijote; pero lo son con mucha mas particularidad aquellos que bates con que ganó Telémaeo el cetro de Creta: Calipso y Circe
tienen por objeto común el amor, y manifiestan á los lectores baÍdadrarn D;.íl°y C" mÍSma C:il¡Pso<y Analmente la
por grados y sucesivamente todas las figuras y disfraces con 1 ap.da de Uhses al mfierno fue también imitada por Virgilio en
que se apodera de nosotros esta pasión tan propia de nuestra la Eneyda, y por Fenelon en el Telémac
o. Cervantes supo en-
naturaleza, y tan agradable y general en la flaqueza humana. riquecer su fábula con tres episodios igualmente admirables quo
Si se lee la fábula de Cervantes con reflexión y conocimiento, los de Homero; y en esta parte el fabulista español no es infe-
se verá retratado al natural el amor en todas sus posiciones y nor al poeta.griego, ni en la variedad de los objetos , ni en lo
actitudes: el trágico é infeliz en el episodio de Grisóstomo ( i. estraordinario y nuevo de los asuntos, ni en las demas cualida-
ioo), el precipitado y mudable en las historias de Cardenio feJTssrde '• 'f”“1“ “• “>
( i. 267 ) y Dorotea ( 11. 7 ), el ingenuo y pueril en el suceso de
Clara ( 11. 261 ), el falso y engañoso en el casamiento de Lean- 44 En las bodas del rico Camacho ( ni. ao5 ) tienen los lec­
dra ( 11. 36i ), el constante y resuelto en el lance de Quiteria y tores un equivalente á los juegos y certámenes de las fábulas
Basilio ( ni. 211 ), el fingido y burlesco en la pasión de Altisi- épicas. En el se describen las parejas que corrieron los labrado­
dora (iv. 72, 334), Y el ligero y poco decoroso en la aventura res y las danzas de los zagales, de las doncellas y de las ninfas,
de la dueña Rodríguez ( iv. io5). Estos episodios son esceleutes todas diversas por los adornos, y muy agradables por el artifi­
por el discreto modo con que muestran á los hombres todos los cio de unas, por la discreta alegoría de otras, y por la propiedad
embelesos y todos los peligros de esta dulce y venenosa pasión. de todas. La relación del sitio, del aparato y acompañamiento
La relación de los sucesos mueve nuestro corazón con el estímu­ de las bodas es en estremo amena, natural y divertida. El nudo
lo mas sensible del amor, y el éxito de cada uno presenta a de este episodio escita la curiosidad del lector, y su inesperada y
nuestro entendimiento el consejo mas prudente que se le podía agudísima solución es admirable: de modo que atendido el oh-
dar en igual situación. No son seguramente tan útiles los trata­ jeto popular del Quijote, era imposible encontrar teatro mas
dos filosóficos en que nos dan á conocer la naturaleza de esta pa­ adecuado para representar unos juegos, ni juegos mejor propor­
sión por medio de ideas abstractas y sutilezas refinadas, que se cionados y correspondientes á aquel objeto.
evaporan y disipan al momento : la lección de Cervantes, ani­ 45 La morada de D. Quijote en casa de los Duques corres­
mada con ejemplos prácticos , y determinada á personas fijas , ponde perfectamente á la detención de Eneas en Cartago fin
es mas permanente, agradable y provechosa. 3.0). Es muy digna de atención la ¡dea con que Cervantes in-
42 La duración de estos episodios es muy proporcionada á ti edujo este episodio para representar en él todas las aventuras
la conexión que tienen con la fábula; y asi el de Cardenio y Do­ estraordmanas y maravillosas , que no podían suceder verosí­
rotea es el mas dilatado , porque contribuye á la continuación milmente a D. Quqote sin el ausilio del poder y habilidad de
de la fábula y al fingido encanto (11. 3o6) de D. Quijote con la un principe que se las proporcionase. En este episodio se pre­
graciosísima suposición del reino de Dorotea. Cervantes graduó cie Ene nTr la PÍntUra dG UUa m0Dteiía ^.nejante a la
con mucha destreza la ostensión de los episodios ; y si dormitó de Eneas y Dxdofin. 354); pero mucho mas variada por las
como Homero alguna vez, supo igualmente que él recompensar maquinas y aparato con que después de ella y en el silencio de
: d°eCD r-CelebS la magn/fiC^' nOble <lel te
un pequeño descuido con grandes aciertos.
43 Entre las maravillosas ocurrencias del poeta griego una o de Dulcinea. El estraño suceso de la Trifaldi (,v. 5) y S1I
de las mas singulares es la que tuvo en la elección del asunto de h“ondneir ‘T’T Un “^«lo tan divertido ¿orno
algunos episodios, que por lo vario , agradable ó estraordinario a ie acón del saco de Troya : la aparición del clavileño aligo-
de su objeto son la admiración de todos los hombres, y han cuin del P-I nr " ,mCn°S QP°ltUHa - ag^ble que la deserm-
sido y serán imitados por todos los poetas épicos. La copia de a 10,1 l°yan°, y los amores de Altisidora ( ív. )
son comparables en su línea con la pasión de Dido. 7’ ?
los juegos fúnebres de Patroclo se ve en el certamen que celebró
46 Aunque los mcnciouadosepisodios son estraordinarmsy
Eneas en Sicilia por el aniversario de Anquises, y en los com-
20 ANALISIS
DEL QUIJOTE. 2r
raros, con todo no parecen tan singulares como el de la cueva siste en hermosear la ficción con lo estraordinario hasta la línea
de Montesinos (ni. 225), adonde fingió Cervantes haber baja­ señalada por lo verosímil, la cual jamas perdió de vista Cervan
do D. Quijote, al modo que los héroes de la mitología descen­ les en la acción de su Quijote.
dieron al infierno. El nombre de esta cueva, tomado de un ca­ 48 Esta tiene la singularidad de haber sido sacada toda de
ballero andante, hace mas natural y verosímil este episodio , la imaginación de Cervantes. Homero es original; pero las ac­
que los sueños en que se fundan los de la Eneyda y Telémaco.' ciones de sus heroes, y la intervención de sus deidades, las en­
Cervantes unió en él toda la singularidad de que era capaz su contró en la tradición y en la mitología griega, que le sirvieron
asunto, con toda la gracia y ridiculez propias de su objeto y de de norte para acomodar los sucesos de sus fábulas al gusto de
la locura de D. Quijote. Primero se ve á este héroe abriéndose aquellos lectores : lo que manifiesta , que asi como los defectos
camino con la espada, y derribando las malezas que estorbaban que ahora notamos en ellas no deben imputarse á Homero, sino
la entrada de la cueva; y también se ve salir de entre su espe­ a las ideas y costumbres de su tiempo, del mismo modo muchos
sura una multitud de aves nocturnas, negras,y agoreras. Des­ de sus aciertos serian efecto de estas ideas, mas bien que de su
pués sigue la relación del mismo D. Quijote, en queencadenay ingenio. Homero tomó lo maravilloso de sus obras de la boca
ata con la historia de Montesinos todas las estravagancias de su de los griegos: y Cervantes lo ridículo do su fábula de las ma­
imaginación y de la caballería andante, como si efectivamente nos de la naturaleza : de ella sola sacó la acción del Quijote ,
las hubiese visto en los senos de aquella caverna. De aqui tomó que pulió después con el arte y la lima hasta ponerla eu estado
ocasión Cervantes para fingir que en ella estaban encantados el de entretener , interesar y complacer á todos los hombres.
caballero Montesinos, su escudero Guadiana, la dueña Ruidera,
sus siete hijas, y sus dos sobrinas: dando asi a' las antigüedades ARTICULO IV.
_jle la Mancha un origen fabuloso y acomodado al carácter de
D. Quijote, al modo que Virgilio se valió de la bajada de Eneas CARACTERES DE LOS PERSONAGES DE ESTA FABULA.
al infierno, para describir la descendencia de este héroe y la
grandeza romana. La aparición de Dulcinea encantada en aque­ 49 Para que la acción de una fábula sea correspondiente al
lla cueva no es menos oportuna que el encuentro de Eneas con objeto de ella, no basta que tenga en sí todas las cualidades que
Dído en la selva infernal; y uo solamente enlaza este supuesto se han manifestado- en la del Quijote; es forzoso también que
encanto con los anteriores sucesos, sino que abre un camino na­ determine los personages, y se enlace con ellos, porque todo el
tural al héroe para continuar su estravagante empeño de desen­ ínteres y verosimilitud de la acción pende de que sus actores
cantarla. En fin si se considera la delicada unión de lo estraor- sean proporcionados y conformes á ella. Por esta razon después
dinario, lo ridículo y lo verosímil en este episodio, se conocerá de haber examinado la acción del Quijote, se sigue naturalmente
el ingenio, el arte y la fecundidad prodigiosa de su autor. la consideración del carácter y costumbres de este héroe y de­
47 Una de las mas sabias reglas de Aristóteles para las fá­ más personages que le acompañan.
bulas épicas es que abunden en sucesos probables y estraordi- 50 El carácter no es otra cosa que aquella disposición natu­
naríos. Esta observación aplicada á los referidos episodios, no ral que nos inclina á obrar siempre de un determinado modo,
deja que objetar á los críticos mas severos y ceñudos. Verdad es la cual influye en nuestras operaciones, y se fortifica v da á
que los episodios del Quijote no son , absolutamente hablando, conocer por medio de ellas.- de suerte que el carácter es propia­
tan magníficos y estraordinarios como los de las epopeyas; pe­ mente lo que llamamos genio, y la repetición de actos confor.
ro lo son respectivamente á la naturaleza de aquella fábula , y mes a este gemo equivale á lo que se llama costumbres.
tienen tanto mérito en ella como los de Hornero. Cervantes hu­ oí Estas en sentir de Aristóteles deben ser buenas, conve­
biera podido á poca costa vestir su fábula con episodios del lodo nientes y constantes. La bondad no ha de ser moral, sino res-
heroicos y maravillosos ; pero estos retazos de púrpura la hu­ pect.va a la idea que nos den del personage la fama, Ja historia
bieran afeudo en vez de adornarla. El punto de la dificultad con- y a mitología , o bien el mismo autor de la fábula cuando su
DEL QUIJOTE. 23
22 ANALISIS
57 Para no perderse en el laberinto de estos caractères se
héroe es ideal, como sucedió á Cervantes- por lo que represen­
guió Homero por el hilo de la historia y de la teogonia, que le
tando á Eneas piadoso, furioso á Aquiles, y loco á D. Quijote,
presentaban el modelo de las costumbres de los dioses y de los
sus costumbres son buenas con esta bondad respectiva.
héroes. Cervantes fue el inventor de sus caractéres como de su
5a La conveniencia ó decoro de las costumbres es también
acción, y asi la gloria de sus aciertos le pertenece toda, sin que
relativa á la edad, al sexo y á la clase ó gerarquía del persona-
nadie pueda pretender una mínima parte de ella.
ge. Si á un niño, á una rnuger, ó á un simple soldado se les
58 La mayor dificultad que tuvo que vencer Cervantes fue
atribuyesen las costumbres de un príncipe adulto y belicoso,
la escasez de personages á que le reducía su acción, la cual le
no serian convenientes ni guardarían el decoro. Esta conve­
imposibilitaba variar los caractéres para evitar el fastidio de
niencia en los héroes conocidos por la historia 6 la mitología,
la uniformidad. El héroe de la fábula épica ha de tener for­
se llama semejanza , porque los pinta conformes á su faina.
zosamente muchos que le acompañen y ayuden por causa de
Aristóteles la nombró también como circunstancia precisa de
su gerarquía, por la naturaleza de su acción, ó por la disposi­
las costumbres, en atención á que los actores de la tragedia y
ción de las deidades; pero la fábula de Cervantes le limitaba
epopeya, de que trataba, debian ser conocidos por su fama.
á dos personages solos en la mayor parte de su acción. Resta­
53 La última cualidad de las costumbres es la constancia,
blecer la caballería andante imitándola, no requería otra cosa
que consiste en que no desmienta el actor su carácter con sus
operaciones, las cuales deben dar siempre indicios de su genio que un caballero que obrase, y un escudero que le sirviese:
y de su condición, á menos que no concurra alguna causa po­ otro cualquiera unido constantemente con ellos hubiera sido
impertinente é inverosímil. Las aventuras relativas á esta ac­
derosa y suficiente para que obre de distinto modo.
ción debian también buscarse en la soledad de los campos , y
54 Los personages de una fábula, que sean dependientes del
esta circunstancia ponia igualmente á Cervantes en la necesidad
héroe, tengan diversos caracteres, y los tengan arreglados á es­
de manejarla con estos dos únicos personages.
tas leyes, serán proporcionados á su acción, y presentarán á la
5g Entre todos los poetas épicos solo Milton tuvo que ven­
imaginación el interes, unidad y variedad precisas para dar
cer una dificultad semejante. El género humano se componía al
gusto. tiempo de la acción del Paraíso perdido de solos Adan y Eva ;
55 Las fábulas narrativas deben esmerarse en la pintura y
pero la misma consecuencia déla acción multiplicaba sus carac­
espresion de las costumbres, para que su continua considera­
tères, representándolos primero como dechados de perfección
ción imprima en nuestro ánimo los ejemplos que resultan de
en el estado de la inocencia, y después como ejemplos de la in­
ellas. Por esta razon la magnitud y duración de estas fábulas es
felicidad y miseria en el del pecado , y por esta razón el poeta
mayor que la de las dramáticas, porque la relación de una ac­
ingles encontró naturalmente en su acción el recurso de cuatro
ción es naturalmente mas débil y menos activa que su repre­
caractéres en solas dos personas.
sentación. Si la cólera de Aquiles ó la locura de D. Quijote se
60 Este medio que Millón debió á su asunto, le buscó mu­
ejecutasen en el teatro, no necesitarían manifestar los hábitos de cho tiempo antes Miguel de Cervantes, y le halló dentro de su
estos héroes tan difusamente como se hace en la Ilíada y en el
imaginación. D. Quijote es un hidalgo naturalmente discreto ,
Quijote. lacional é instruido, y que obra y habla como tal, menos cuan­
56 Homero escedió á todos los poetas épicos en la muche­ do se trata de la caballería andante. Sancho es un labrador in­
dumbre y variedad de sus caracteres, Cada deidad , cada héroe teresado, pero ladino por naturaleza, y sencillo por su crianza
de la Ilíada representa un papel tan propio y peculiar suyo, que y su condición. De suerte que estos dos personages tienen un
es imposible confundirle ó equivocarle con otro; hasta los héroes, carácter duplicado, el cual varia el diálogo y la fábula, y entre­
cuya principal cualidad es el valor, tienen un cierto distintivo que tiene gustosamente al lector, representándole á D. Quijote unas
ios caracteriza, como ya se ha notado. Los caractéres de Nestor, veces discreto, otras loco, y manifestando sucesivamente á San­
Príamo y Héctor son escelentes; pero descuella sobre todos el
cho como ingenuo y como malicioso. Estos caracteres jamas se
de Aquiles, el cual causa temor y respeto á todos los hombres,
y es el objeto del cuidado ó del rezelo de todas las deidades.
ANALISIS DEL QUIJOTE. a5
desmienten. D. Quijote dentro de su misma locura conserva las que este unas veces le adormecia en su sencillez , otras disper­
vislumbres de su discreción, y en los asuntos indiferentes siem­ taba su malicia, y algunas Le hacia intrépido y determinado á
pre loma el lulo del discurso desde su manía, ó va al fin á parar pesar de su natural cobardía.
en ella. 64 Con este conocimiento manejó Cervantes de tal modo
6r No es posible leer con reflexión el Quijote sin conocer los sucesos de la fábula respecto á Sancho , que siempre le tie­
esta agradable variedad que reina en el carácter del héroe. La ne suspenso con alguna esperanza, ó cebado con algún interes,
pintura que D. Quijote hace de los dos rebaños que le parecían como por ejemplo, con los escudos de Sierra Morena (1. a5i ,
ejércitos ( t. i 71 ), y el coloquio en que cuenta muy por menor iu. 43), los del Duque ( iv. 209 ) , la paga del desencanto de
á Sancho lodo lo que había de sucederles cuando se presentasen Dulcinea ( ív. 342), y el gobierno de la ínsula (1.58,111.117).
en la corte de un monarca ( 1. ana), son asuntos propios de su Con el propio fin hace que Sancho desprecie la honra de comer
locura, pero están referidos con mucha discreción. Los razona­ al lado de su amo, pidiéndole la conmute en otra cosa de mas
mientos sobre la edad dorada (1. 91 ), sobre la preferencia de provecho y comodidad (1. 90); y con el mismo finge también
las armas respecto á las letras (u. 178), y sobre las vicisitudes que salió de la venta contento y alegre por haberse escusado de
de las familias y linages (in. 55 ), aunque discretísimos é indi­ pagar la posada á costa del manteamiento (1. 167): en lo que
ferentes en sí mismos, están no obstante enlazados con la locu­ palpablemente se ve que el carácter de Sancho no es ser simple
ra de D. Quijote, la cual es el origen de unos, y el paradero de ni agudo, animoso ó cobarde, sino ser interesado, y serlo de
otros. Estos ejemplos manifiestan que Cervantes observó el de­ modo que el interes le hace parecer bajo distintas formas , se­
coro y constancia de las costumbres propias del carácter que gún el conato que necesita emplear para conseguirle. Los que
había dado á su héroe. han objetado á Cervantes que no guardó consecuencia en las
62 Los dos aspectos de este carácter producen otro efecto costumbres de Sancho , no penetraron la idea de este autor, ni
tan eficaz como la variedad, para sujetar gustosamente la aten­ el arte con que supo variar los caractéres sin faltar á su igual­
ción de los lectores. El héroe de cualquiera fábula debe ser dad.
amable, á fin de que el lector se interese en su acción y le siga 65 Si este interes tan arraigado en el corazón de Sancho
en ella. Si la locura de D. Quijote fuera continua y sin ningún procediera de un principio vicioso, seria poco amable su carao-
intervalo, seria por precisión fastidiosa é intolerable; al contra­ ter , y nada á propósito para divertir á los lectores. Cervantes
rio su racionalidad y buenas partidas le hacen amable aun cuan­ tuvo también presente esta circunstancia. El morisco Ricote, es-
do obra como loco, y no habrá ningún lector que se canse ó tranado de España con los demas de su secta, volvió disfrazado
enoje de ver sus operaciones ó escuchar sus discursos. á fin de desenterrar su tesoro y llevársele. Confió este secreto á
63 Sancho procede siempre según le inclina el ínteres. Cuan­ Sancho , ofreciéndole doscientos escudos por que le ausiliara ,
do le parecía tenerle seguro , creía con el mayor candor del á tiempo que acababa de perder el gobierno, y con él la espe­
mundo lodos los disparates de su amo, le obedecía ciegamente, ranza de enriquecerse; y sin embargo Sancho, como buen va­
y le servia con la mayor voluntad; pero en las ocasiones en sallo, despreció el interes por no desobedecer á su rey, y como
que imaginaba que no sacaria fruto alguno de aquellas correrías, honrado aseguró voluntariamente al morisco que no le delata­
se disgustaba con él, le replicaba, sentía todas las incomodida­ ría (iv. 18+). Esta observación prueba que el interes de San­
des de la vida andante; y el dolor’ de perder aquel Ínteres que cho no procedía de una codicia desenfrenada, sino solo del ter­
esperaba, le hacia agudo y malicioso. Para conocer que el ver­ co anhelo de tener con que sustentarse, adquiriéndolo por me-
dadero carácter de Sancho es este, basta ver sus costumbres en dios lícitos en su dictamen.
toda la fábula, y señaladamente en el suceso de la princesa me­ 66 Las gracias de este escudero son urbanas, nativas é-ini­
nesterosa (11. 67 ) y en el desencanto de Dulcinea ( 111. 33o, iv. mitables , y se encuentran en todas sus acciones y discursos,
344). Todas las acciones y palabras de Sancho en estas dos bus soliloquios son saladísimos, particularmente el que hace en­
aventuras prueban que su cualidad principal eya el interes, y trando en cuentas consigo para hallar el medio de engañar á
26 ANALISIS DEL QUIJOTE. 27
D> Quijote, sin volver al Toboso en basca de Dulcinea (111. 88). por casualidad en las aventuras. Tales son la princesa Dorotea
Este es original, y comparable en su línea á los monólogos de (11. 3o ), el caballero de los Espejos ( m. 134 ), Ia condesa Tri-
Juno en la Eneyda. El aplauso general de los sabios es infali­ faldi (iv. 12), y los demas personages de estas aventuras, déla
ble prueba del mérito de Cervantes en esta parte ; y los que le­ del desencanto de Dulcinea (111. 367 ), y de la resurrección de
yeren los donaires de Sancho sin emoción y complacencia no Altisidora (ív. 328). Pero principalmente es digna de notarse
deben atribuirlo á defecto del autor, sino á su mal gusto ó á la la variedad de actitudes en que se presenta Dorotea. Cuando
torpeza de su comprensión. Cervantes la pinta como es en sí, enamorada, prófuga, inconso­
67 Una de las circunstancias que manifiestan mejor el deco­ lable é infeliz (11. 4), causa su. desdicha una emoción tan gran­
ro é igualdad de las costumbres de D. Quijote y Sancho, es la de como la complacencia que resulta después de la mudanza de
facilidad con que se conoce cuando obran ó hablan estos dos su fortuna, y del feliz éxito de sus amores (11 164 ): cuando la
personages, sin otro indicio que la conveniencia de sus opera­ representa como una princesa que viene á buscar ausilio en los
ciones y la propiedad de sus discursos ; circunstancia que tam­ brazos de D. Quijote para subir al trono de su reino (11. 3n ),
bién se encuentra respectivamente en los demas interlocutores es singular el placer que causa la propiedad con que desempeña
de la fábula. su fingido pape!, y la conformidad de sus acciones y discursos
68 En ellos varió y multiplicó Cervantes los caracteres con con este supuesto carácter, con el cual hace reir á los lectores,
una profusion admirable ; pero enlazándolos con la acción de al mismo tiempo que maravilla y sorprende á D. Quijote y á
modo que casi todos son precisos é indispensables para su con­ Sancho. Tanta variedad de caractéres, de situaciones y de afec­
tinuación, y todos dependen del héroe. Nada se hace en esta tos en una sola persona no se encuentran seguramente en las
fábula que no sea por respeto suyo, y no tiene en ella menor fábulas épicas: y lo que mas debe admirarse es el arte con que
papel que Aquiles en la Ufada. Cervantes los dispone y enlaza para unirlos con la locura de
69 Las personas que intervienen casualmente en la acción D. Quijote , y hacerlos verosímiles y agradables. El lance que
/ se presentan en dos posiciones diversas, una verdadera, y otia liabia puesto á Dorotea en aquella triste situación era procedido
'' aprendida por D. Quijote; y el lector ve los graciosos arranques del amor caballeresco de D. Fernando, que quería abandonarla
de la fantasía de este héroe, y goza también de la sorpresa y (11. 18) por Luscinda, esposa de Cardenio.- su encuentro con es­
novedad que su no esperada locura causa en los demas inter­ te y con el cura le proporcionó el consuelo de que Cardenio co­
locutores. Las costumbres de cada uno de ellos, aun de los que mo interesado (ii. 3) le ayudase á lograr su fin , y le dio en­
hacen papel solo de paso en la fábula , son tan convenientes á ganche y motivo para ganar también el favor del cura, contri­
su carácter, y es tan propio de su condición , que mas parecen buyendo á su idea de engañar á D. Quijote. Este papel le re­
retratos al natural, que pinturas sacadas de la imaginación de presenta perfectamente, hablando á veces como instruida en los
Cervantes. Los barberos, los cuadrilleros, los bandoleros,el ven­ libros de caballería con toda la propiedad precisa para que Don
tero, Maritornes, maese Pedro, en una palabra todos los per­ Quijote la creyese, é incurriendo otras en (ii. 45) equivoca­
sonages son uuos papeles escelentes, y tan bien representados ciones muy graciosas , y naturales en una muchacha incapaz
como si su autor los hubiera estado observando con el mayor de fulgir de improviso una historia seguida. Estos descuidos de
] cuidado para copiarlos. Sobre todo Son notables los pastores y Dorotea hacen verosímil su relación para con los lectores, y las
/ los enamorados, porque sus caractéres están discretamente va- . oportunas interpretaciones y advertencias del cura la hacen crei-
ciados, no obstante que son de una misma especie. ble respecto á D. Quijote. El que. leyere con este conocimiento
70 Aquellos interlocutores que concurren determinada y el papel de Dorotea, á mas del gusto y diversión que causa por
personalmente á la acción tienen dos caractéres distintos, uno sí á todos los lectores, tendrá aquel delicado placer que resulta
propio de su verdadera situación , y otro relativo á la que fin­ de ver los primores de la obra, observando al mismo tiempo el
gen para con D. Quijote; y en este último caso tienen también arte y maestría de su autor.
para los lectores dos aspectos como los demás que entran solo 71 Entre ¡os personages que no contribuyen directamente
28 DEE. QUITOTE* 29
ANALISIS
á la acción del Quijote, hay tres clases. Unos se divierten con muy notable la racionalidad y decoro que manifiesta este canó­
sus estravagancias, sin pensar en aumentarlas ni ponerles re­ nigo en todos sus discursos, los cuales corresponden á su carác­
medio: otros le presentan ocasiones para que acreciente su lo­ ter y dignidad , como se ve en sus razonamientos sobre las co­
cura, y los últimos buscan medios para curársela.Los caractéres medias y libros de caballería (11. 3ao). ün eclesiástico menos
de todos ellos son los mas apropiados que pudieran encontrarse, instruido ó mas ceñudo se contentaría con despreciary condenar
atendida su condición, su calidad y el destino que les dió Cer­ absolutamente el objeto de los unos y la representación de las
vantes. El caballero del Verde Gaban, que era un hidalgo rico, otras ; el canónigo de Toledo, como sabio y modesto , examina
pero modesto, racional é ingenuo, ni se determinó á incitar la el asunto y destino de las comedias é historias caballerescas,
locura de Don Quijote, ni se empeñó tampoco (111. i6g) en re­ hace patentes sus defectos y abusos, enseña el modo de corre­
prendérsela. Los Duques solicitaron con todo su poder diver­ girlos, confiesa la utilidad que podria sacarse de ellas, y agra­
tirse á costa de D. Quijote (111. 344) 1 porque eran jóvenes, da y convence á los lectores, porque impugna su error y mal
ociosos, ricos, y estaban poseidos de aquella costumbre, que gusto con las invencibles armas de la razón y de la urbanidad.
reinaba entonces entre los poderosos, de sustentar locos y en­ Este eclesiástico es uno de los personages mas apreciables del
tretenerse con ellos. El religioso que estaba en su casa, el ca­ Quijote , por la urbanidad, discreción y solidez que manifiesta
nónigo de Toledo y el cura debían por su carácter emplearse en en todos sus discursos.
desengañará D. Quijote,y reducirle ála sana razon. Estos tres 73 Las impugnaciones serias , y deducidas de la moral
interlocutores tienen un mismo objeto.- y no obstante sus carac- contra los libros de caballería , las puso Cervantes en bo­
téres son muy di versos. El religioso, que por su profesión debia ca de este canónigo y del cura , para que su carácter les diese
ser pacífico y humilde, entonado de verse en la abundancia mas autoridad y peso. Ambos manifiestan el error vulgar de
y grandeza de la casa del Duque, era arrogante, imperioso y creer ciertas aquellas historias, por estar impresas con licencia,
despreciador de los demas ; y por esto eligió para el buen fin del mismo modo y con la misma seriedad que lo manifestó el
de aconsejar á D. Quijote el impropio medio de injuriarle, mal­ incomparable Melchor Cano; pero el canónigo lo hace presente
tratarle y menospreciarle (111. 337). El canónigo de Toledo, asi al mismo D. Quijote (n. 347 ), y el cura al ventero y demas
hombre de calidad, serio é instruido, intenta persuadir á Don que le acompañaban, en ocasión que no asistía este héroe (11.
Quijote (11. 339) con razones sólidas, oportunas , y espresadas 78), porque según su carácter no debia aconsejarle ni repren­
con discreción, prudencia, blandura y cortesanía. El cura, co­ derle súmanla, sino antes bien valerse de ella para retirarle á
mo mas interesado en la sanidad de D. Quijote, y mas bien su casa, como al fin lo hizo, sin perderle de vista hasta que lo
consiguió.
informado de la estrañeza de su locura, le sigue pacíficamen­
te su humor ( 1. 3ia ) , y se empeña en buscar los medios mas 73 Estos interlocutores del Quijote, que disponen las aven­
conformes y proporcionados para llevarle á sus hogares, y reti­ turas para confirmar al héroe en su locura, ó preparan los me­
rarle de aquella vida. Cervantes espresó con mucha propiedad dios para retirarle de ella y reducirle á su juicio, hacen en esta
fíbula el mismo papel que los dioses en la llíada; pero sus ca­
las costumbres de estos tres personages, y los hizo representar en
la fábula á medida del interes que podían causar sus caractéres. racteres son mas propios y de mayor decoro. Cicerón dice que
Homero se empeñó en atribuir á las deidades las cualidades
El religioso solo se presenta de piiso , y se retira en fuerza de
humanas, en lugar de haber trasladado las divinas á los hom­
su mal genio voluntariamente; pero después de haberle corrido
bres. Longmo estrecha mas esta objeción : cuando veo , dice ,
D. Quijote con su discreta respuesta, la cual manifiesta que la
las heridas , las conspiraciones , los suplicios , las lágrimas ,
locura de un hombre cortés y bien educado es mas tolerable
las prisiones y demas sucesos de las deidades enla Ilíada, me
que el juicio áspero y duro de las personas que no han tenido
parece que Homero se esforzó lodo lo posible para represen­
crianza. El canónigo de Toledo desiste de su pretensión luego
ta! d los dioses de peor condición que los hombres, porque al
que conoce la inflexibilidad de D. Quijote; pero desiste sin eno­ fin nosotros tenemos en la muerte un puerto seguro para aca­
jo , acompañándole hasta que le fue forzoso separarse de él. Es
3o ANALISIS BEL QUIJOTE. 3l
bar nuestras miserias; pero los dioses., según Homero los pinta, 76 Otro objeto no menos divertido les presentó Cervantes
no son propiamente inmortales, sino eternamente miserables. en dos actores irracionales, pero precisos para la acción, la cual
Los personages del Quijote están exentos de semejante impro­ sin ellos seria inverosímil, porque D. Quijote y Sancho era pre­
piedad; y aunque su intervención no es tan brillante, ni deslum­ ciso que fuesen montados conforme á su ridículo carácter. La
bra tanto como las máquinas de Homero , es sin duda alguna pintura de estos animales , los graciosos nombres que les puso
mas sólida, é ilustra mas á los lectores. Cervantes, la amistad que supone habia entre Jos dos, y la in­
74 En las fábulas épicas no deben introducirse caracteres tervención que tienen en los sucesos, como en el de los yangüe-
moralmente perfectos. Unpersonage completo, que no tuviese ses (1. i33), y en el hurto (1. 249) de Gines de Pasamonte los
defecto alguno, parecería un prodigio mas bien que un hombre, enlazan con la acción y con el héroe, y manifiestan que los ob­
seria inverosímil, y como tal llamaría poco la atención. Algunos jetos mas estraños, groseros é insensatos toman proporción, al­
críticos han notado á Virgilio la demasiada perfección de su hé­ ma y nobleza entre las manos de un hombre hábil é ingenioso.
roe , cuyo carácter desluce á los demas, y quita mucha parle 77 Estas observaciones bastan para dar una idea de los per­
del interés déla fábula. Si esta objeción es justa respecto al hé­ sonages del Quijote, de sus diversos y singulares caracteres, de
roe y demas personages épicos, mucho mas lo será en las fábu­ la bondad, conveniencia y decoro de sus costumbres, de su re­
las populares, porque su héroe, como propuesto para objeto de lación con el héroe , y de la conformidad, y enlace que tienen
risa, ha de tener forzosamente algún vicio moral, y los demas con la acción. Cervantes, del mismo modo que hizo patente su
actores principales serian impropios representantes de una ac­ ingenio en la invención de la acción y de las personas , mostró
ción ridicula si fuesen un modelo de perfección. Cervantes sin también su buen gusto en el orden con que colocó y dió la de­
faltar á esta regla introdujo un carácter perfecto en la persona bida proporción á los sucesos y á los personages en la narración
de la imaginada Dulcinea, la cual es de los principales y mas del Quijote.
notables personages del Quijote, y concurre á la acción de este
héroe bajo de tres formas distintas. Como la circunstancia de ARTICULO V.
estar enamorado era esencial á la caballería andante, D. Qui­
jote eligió para objeto de sus amores á Dulcinea (i. 8), figu­ MÉRITO DE LA NARRACION DE ESTA FABULA.
rándosela como una dama perfecta , hermosa sin tacha, grave
sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, 78 La acción con sus personages y episodios es la materia
cortes por bien criada^yJinalmente alta por linage ( ni. 335). de la fábula, y la narración es su forma. Aunque un autor ten­
La pintura de las costumbres de esta dama, que hace D. Qui­ ga escelente ingenio y fecunda imaginación para inventar una
jote , puede servir de ejemplo á todas las de su sexo, y su carác­ acción, y crear las personas mas conformes y propias de ella ,
ter no es impropio ni inverosímil, porque es fantástico, y existe 110 podrá hacer una obra perfecta si no está dolado del juicio y
solo en la imaginación del héroe. tino preciso para espresar sobre el lienzo cada parte en su cor­
75 Esta misma dama tan perfecta, cuando se ve por la apren­ respondiente lugar, y cada figura en la actitud y término que
sión de D. Quijote, es un objeto de risa y complacencia mirada le compete, colocándolas de modo que resulte de su recíproca
como es en sí, ó según la graciosa trasformacion (iii. g4) que union un todo bien ordenado, agradablemente dispuesto y va­
hizo de ella Sancho. Dulcinea en realidad era una labradora riado. Este es el objeto de la narración , que por tanto debe
moza, bien parecida, é ignorante de los amores de D. Quijote • considerarse como la parte mas esencial de cualquiera fábula,
pero conforme al ardid de Sancho es una aldeana fea , grosera y la que mas contribuye á su perfección.
y rústica. Las distintas figuras de Dulcinea, la confusion que 79 Para lograrla es indispensable que el título sea propio y
causan en la imaginación de D. Quijote y Sancho, y las estraor- sacado del asunto : que su narración principie proponiéndole
dinarias aventuras y sucesos que resultan de su fingido encan­ con llaneza y brevedad: é igualmente que para hacerla mas ve­
to, son un manantial de placer y entretenimiento para los lec­ rosímil y admirable , suponga el autor que está inspirado por
tores.
DEL QUIJOTE. 33
3a ANALISIS
ridades de la locura de D. Quijote , lo que hace verosímil la
una deidad, y solicite su ausilio invocándola. Estas circunstan­
fábula , y al mismo tiempo indica el origen de nuestras histo­
cias son unos preliminares de la narración, a' que los humanis­
rias caballerescas , como advirtió Pedro Daniel Huet.
tas llaman partes de cantidad de la fábula.
8o La reflexión de este sabio acredita el acierto con que Mi­
80 Homero tomó el título de sus poemas del lugar de la ac­ guel de Cervantes compensó la invocación principal en el Qui­
ción, ó del nombre del héroe, y limitó la proposición é invoca­ jote con otra circunstancia mas oportuna y propia de su objeto.
ción de la lliada á un solo verso} de suerte que en la propiedad Pero como las invocaciones no tienen lugar solo en el principio
del título todos le han imitado, y en la sencilla brevedad de la de la fábula , sino también siempre que conviene dar crédito y
proposición é invocación nadie le ha igualado. autoridad á las cosas estraordinárias ú ocultas que se refieren
81 Cervantes dió á su fábula el nombre del héroe , intitu­ en ella, Cervantes la usó antes de la narración délos singulares
lándola : EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA ; sucesos del gobierno de Sandio (ív. 76) , al modo que Homero
y aunque en la mayor parte de las ediciones le han puesto por lecutre á las musas para hacer el catálogo ó enumeración de
título : Pida y hechos del ingenioso hidalgo D. Quijote de la las naves que los príncipes griegos llevaron al sitio de Troya.
Mancha, ha sido equivocación ó descuido de los editores. 86 A estas partes precedentes á la narración de las fábulas
82 La facilidad y llaneza de su proposición es correspon­ heróicas añadió Cervantes en la suya el prólogo , que debe re­
diente al asunto; pues si en las fábulas heróicas ha de ser sen­ putarse como parte precisa de su cantidad, destinada á dar á co­
cilla, para que el primer arranque del autor no desluzca el resto nocer previamente á los lectores el fin del autor, para que desde
de la obra, con mucha mas razón debe observarse esta regla luego entren á leer la obra con esta inteligencia. El personage
en las fábulas populares. destinado en el teaLvo antiguo para informar al auditorio del
83 En ellas seria defectuosa la proposición, si fuese tan con­ asunto de la comedia antes de principiarla , justificaría plena­
cisa y breve como en las épicas. El héroe de estas es tan fa­ mente el prólogo de Cervantes , si la tazón necesitara valerse
moso y conocido por la historia ó la mitología, que con indicar del apoyo de la autoridad.
su acción basta para que el lector forme una idea clara del asun­ 87 Esta es una de las máximas que establece en el es-
to de la fábula: al contrario el héroe fingido, y la imaginaria presado prólogo , el cual es uno de los mas discretos que se han
acción de una fábula burlesca, precisan á que el autor princi­ escrito, y todos los sabios reconocen en él el ingenio , juicio y
pie manifestando á los lectores las principales circunstancias de buen gusto del autor de D. Quijote. Fontenelle, Crousaz , ó
la empresa y del actor , á fin de que tengan el conocimiento quien quiera que se disfrazó bajo el nombre de Matanasio, tra­
indispensable para leer la obra con gusto y con inteligencia. dujo en francés este prólogo, que habían omitido los traducto­
Cervantes lo practicó asi en el Quijote, esponiendo en el pri­ res del Quijote, y le dedicó al autor de la Historia critica de
mer capítulo concisamente y sin ninguna superfluidad el ca­ la república literaria para confundir su afectación , manifes­
rácter del héroe, y las causas de su acción. tándole en el proceder de Cervantes el retrato de un verdadero
84 De esta diferencia que hay entre las fábulas heroicas y saino , que desprecia las prefaciones , se burla de los panegí­
burlescas procede que la invocación, que no es precisa en estas, ricos , ridiculiza las citas , y se ríe de las notas marginales,
sea necesaria en aquellas. En la acción de un héroe intervie­ comentos y acotaciones con que los que quieren parecer lite­
nen causas sobrenaturales, cuyo proceder es oculto y miste­ ratos acostumbran adornar sus escritos , disfrazando con tan
rioso, y por esto Homero no podia saber sin la inspiración de estrados afeites la razón en trage de cortesana.
las musas las determinaciones de los dioses respecto á la cólera 88 No necesitó de ellos Cervantes para unir en la narra­
de Aquilcs, ó á la peregrinación de Ulises: pero los sucesos ción del Quijote todas las cualidades que podían perfeccio­
naturales y ordinarios del Quijote no necesitaban para saberse narla. La narración de cualquiera fábula ha de ser hermosa,
el ausilio de estas deidades. Cervantes conmutó discretamente dramática y dulce. La hermosura consiste en el orden y regu­
la invocación en el recurso á Cide Hamete Benengeli , quien laridad con que deben proporcionarse los sucesos raros y es-
como árabe y manchego debia saber por menor las particula­ anal. 3 J
ANALISIS. DEL QUIJOTE. 35
traordinari'os, de suerte que esten variados discretamente , y ciones con singular destreza , aumentando sucesi vamente el in­
é'i-adcnados de modo que su enlace parezca natural , y no teres del lector de aventura en aventura , y dejándole siem­
efecto del arte. Lo común y ordinario de los sucesos verda­ pre columbrar los lejos de otras mas agradables para incitar su
deros, dice Bacon de Verulamio, y la seguida uniformidad con curiosidad , y llevarle insensiblemente hasta el fin de Ja fábula.
cuela historia los presenta, estomaga y fastidia áj entendi­ g4 Muchas de las observaciones que se han hecho sobre los
miento humano; en la fábula por el contrario , se recrea y es- episodios y personages del Quijote manifiestan , que aun aque­
playa gozando de un espectáculo nuevo, inesperado y singular llos acontecimientos que parecen opuestos ó indiferentes á Ja
por la variedad de sus mutaciones. acción , están ordenados de suerte que influyen en su continua­
8g De aqui se sigue que la narración lia de ser dramática: ción. Los medios de que se valió el cura para reducir á D. Qui­
pues asi como el historiador refiere, el fabulista imita, y por jote fueron los que contribuyeron mas oportunamente al au­
tanto no debe hablar en persona propia, sino en la de los in­ mento de su locura por el mismo término con que intentaba
terlocutores para variar y animar la narración. remediarla. La condición que puso Cárdenlo al principio de su
go La dulzura de esta consiste en la mocion de los afectos, historia, de que no le interrumpiesen ( i, a66), parece á pri­
la cual gana la voluntad, al modo que su hermosura agrada mera vista indiferente para la acción , y es la que enlaza con
al entendimiento. Por esta razón Horacio, el mas sabio legisla­ ella este episodio, y le hace servir de medio para continuarla.
dor de las fábulas, pone por ley fundamental de su perfección Lo propio sucede con el liecho de haber estorbado el cura la
sate sean útiles y dulces. ida de Sancho al Toboso para entregar aquella graciosa carta á
g t Este mismo poeta encarece la hermosura de las narra­ Dulcinea ( r. 3i i ), el cual es el origen de su trasformacion y
ciones de Homero, presentándolas como norma y modelo de encanto, y de todos los sucesos que resultan de él. La bajada
todas. La moderación con que empieza, el arte con que de­ á la cueva ( m. 227 ), la entrada en casa de los Duques ( m.
duce de un principio llano y natural tantas decoraciones ma­
3‘3), y la mayor parte de las aventuras , concurren igualmen­
ravillosas, el juicio con que elige el punto de donde debe prin- te á la prosecución de la acción. Hasta los sobrenombres atri­
. ipiar, trasportando á sus lectores en medio de los sucesos , buidos á D. Quijote le dan un aire caballeresco muy á propó­
como si estuviesen enterados de sus causas, que después refiere sito para confirmarle en su locura , principalmente el de eaba-
¡ .ortunamente: la elección con que sabe descartar todas las co- llevo ele los Leones : epíteto arrogante y sonoro , con el cual le
tS que el arte no puede hacer lucir: el buen gusto en fin con que parecía que llevaba un sobrescrito recomendable para dará co­
'. ¡ria y mezcla la realidad y la ficción, de suerte que el prin­ nocer su valor , y por esto Cervantes le hizo ganar este título
cipio corresponda al medio, y este al fin, son las virtudes y poco antes del encuentro con la Duquesa (nr. i6g), para que
■ acias que hermosean las narraciones de Homero en el dic- se valiese de él al tiempo de presentarse á esta señora (m. 307).
i ,men de Horacio. g5 Las aventuras que tienen particular relación con el ca­
q2 Los críticos distinguen dos especies de orden en la nar- rácter del héroe, ó con su acción , están preparadas con tal ar­
r don , uno natural , que comienza por el principio , á que si-
te, que es necesario observarle atentamente para descubrirle.
ven el medio y fin , y otro artificial, en el cual el medio está Entre las circunstancias que hacen mas admirables á Eneas y
locado antes del principio. Conforme á esta división es artifi- Aquiles, y dan mayor verosimilitud á sus victorias, debe re­
ci :1 el orden de la narración en la Odisea , y natural en la lh'a- putarse como una de las mas esenciales la de las armas, que
< ;. Cervantes eligió con mucha propiedad el orden natural en les hicieron fabricar Tetis y Venus por mano del dios Vulcano.
c! 'Quijote , como mas acomodado á su asunto llano y popular. Esta máquina es de las mas singulares y agradables que hay en
q3 Con este orden dirige todos los acontecimientos de la fá­ la Ilíada y Encyda. Pero Homero no solo escedió á Virgilio en
bula , y todas las acciones y discursos de los interlocutores al haber sido el original de ella , sino también en la destreza con
mito preciso de Su objeto, preparando de antemano los suce- que la condujo y manejó. Venus lleva armas divinas á Eneas
s con la mayor naturalidad , variando las pinturas y situa- s>n motivo y sin precisión, porque este héroe conservaba las
36 ANALISIS BEL QUIJOTE. 3y
que había tenido siempre , y debía pelear oon Turno, cuyas mete así, y lo hace al reves, alentándole á que salga , y ofre­
armas eran obra de mano humana. Tctís las dió á Aquiles en ciéndose á servirle de escudero. El lector no estraña la mudan­
ocasión que estaba desarmado , y tenia que combatir con Héc­ za de este interlocutor cuando sabe que tiene intención de va­
tor vestido de las armas divinas, que el mismo Aquiles habia lerse de otro medio para curar á D. Quijote , y con esta idea si­
cedido á su amigo Patroclo. Esta diferencia manifiesta que la gue la fábula , deseando ver qué medio será el que pondrá en
copia de Virgilio es forzada y fria , y el original de Homero ani­ práctica para el logro de su intento ; pero queda suspenso y ab­
mado y muy oportuno. sorto cuando al fin reconoce en el caballero de los Espejos al
g6 Si se comparan las armas de Tetis con el yelmo de misino bachiller (ni. i3y), que esperando curar á D. Quijote
Mambrino ( i. 2i5) se verá igual ingenio y arte en Cervantes venciéndole , contribuyó al aumento de su manía quedando
para ridiculizar á su héroe, que en Homero para hacer admira­ vencido. Esta catástrofe, y el disimulo con que oculta su inten­
ble al suyo. Cualquiera que lea esta aventura , y contemple á ción desde el principio , vencen la indeterminación de Sancho,
D. Quijote cubierta la cabeza con una bacía de barbero , cono­ estimulan la locura de D, Quijote, entretienen la curiosidad de
cerá fácilmente el ingenio de Cervantes; pero no todos penetra­ los lectores con los nuevos coloquios de los dos caballeros y es­
rán el arte con que fue preparando este suceso desde el princi­ cuderos , y hacen verosímil la prosecución de la acción al mis­
pio déla fábula. Las armas que tenia D. Quijote, á mas de ser mo tiempo que preparan su desenlace. Si Sansón Carrasco hu­
viejas , tomadas de orín y llenas de moho , estaban sin celada biera vencido á D. Quijote como pretendia , ó le disuadiera de
de encaje, por lo que le era indispensable buscar medio para su salida según quería el ama, se hubiera concluido ó cortado
completarlas. Primero fabricó con cartones una media celada, la acción fuera de tiempo. Las persuasiones de este interlocutor
que desbaratada al primer golpe le precisó á rehacerla y forti­ y su vencimiento fueron causa de que continuase , y dieron mo­
ficarla Con unas barras de hierro ( i. 6): después se rompió se­ tivo para que él mismo , incitado después con el mensage que
gunda vez en la batalla del vizcaíno , quedando de resultas he­ la Duquesa envió á la muger de Sancho (ív. 135), volviese
rido y desarmado D. Quijote , el cual indignado juró no sose­ mas prevenido y con mayor precaución á buscar á D. Quijote,
gar hasta adquirir á fuerza de armas el yelmo de Mambrino, ú y le venciese ( ív. 2g3 ), dando de este modo un desenlace na-
otro de igual temple (t. 85 ), á lo que contribuyó también San­ tural á la acción.
cho representándole que sus desgracias procedian de no haber 98 Todos los acontecimientos raros y estraordinarios del
cumplido aquel formidable juramento (i. i83). Todas estas Quijote los previno Cervantes con igual destreza. La historia
circunstancias hacen precisa, oportuna y muy graciosa la aven­ del desencanto de Dulcinea , tantas veces nombrada , y que
tura de la bacía, que se le figuró á D. Quijote yelmo de Mam­ merece serlo por su singularidad, está encadenada desde el prin­
brino : y porque fuese mas verosímil, previno igualmente Cer­ cipio hasta el fin con mucho arte y habilidad. Los juicios y
vantes la causa por qué relumbraba , el motivo de llevarla el disposiciones de Sancho durante su gobierno , que parecen á
barbero sobre la cabeza , y la ocasión con que este pasaba por primera vista inverosímiles y superiores á sus talentos y capa-
aquel sitio : de suerte que la aventura de este yelmo fraguado c.dad , los preparó de antemano Cervantes en el coloquio del
en la imaginación de Cervantes es semejante á la máquina de canónigo de Toledo , el cual hablando con Sancho sobre el me­
Homero , y mas natural que la de Virgilio. jor modo de gobernar, le asegura que lo principal es la buena
g7 El desenlace de la acción está preparado también desde intención de acertar , porque asi suele Dios ayudar al buen de-
antes de la tercera salida de D. Quijote con la introducción del ' como desfn'’orecer al malo del discreto (11.
bachiller Sansón Carrasco , que es uno de los principales y mas 02). •„ ardid con que le precisaron á dejar el gobierno es
bien imaginados personages de la fábula ( m. n5 ). Su interven­ también muy verosímil (IV. 167), porque está naturalmente
ción la dispuso Cervantes de modo que hace verosímil el enre­ prevenido con la carta anterior del Duque (tv. 196). La gra_
do , y natural el éxito ó solución. El ama se vale de él para que C‘“Spa manía de hacerse pastor en que dió D. Quijote, después
estorbe con sus consejos la salida de D. Quijote , y él lo pro- que se vio precisado á dejar la caballería y las armas (iv. 3i 1 ),
38 ANALISIS del quijote. 3g
la indicó igualmente el autor en el escrutinio de la librería, pensable estension no precisara á reducirse únicamente á los
cuando la sobrina rogó al cura quemase las poesías pastorales dos principales.
juntamente con los libros caballerescos , no fuese que sanando 102 Estos jamas se presentan en una situación uniforme y
su señor de una dolencia , diera en otra ( i. 5o). Estos ejem­ constante : todos los sucesos varian alternativamente su felici­
plos manifiestan suficientemente el órden y naturalidad con dad ó infelicidad, y mudan el semblante de su fortuna. Cuan­
que Cervantes dispuso y enlazó los hechos en la narración de do los dos se lisonjean de algun acontecimiento próspero , les
su fábula. sobreviene al momento una aventura desgraciada é infeliz , que
gg La variedad que tiene en las pinturas y situaciones es los abate, é inopinadamente se les presenta otra ocasión favo­
igualmente arreglada y fecunda. Las descripciones están sem­ rable, que los consuela y llena de esperanza para continuar.
bradas por toda la obra , de modo que la hermosean sin confun­ A mas de esta vicisitud coman al amo y al escudero, varió tañí»
dirla , ni embarazarse unas á otras. Corriendo la vista por todo bien Cervantes las situaciones del uno respectivamente al otro.
el lienzo de la fábula se descubren colocadas simétricamente, Regularmente Sancho queda salvo en las ocasiones en que.
y distribuidas de trecho en trecho , la pintura de los estudios, D. Quijote sale apedreado, herido ó malparado, y por el con­
amores y desastres de Grisóstomo ( i. 99), la délos desdenes trario cuando mantean ó apalean á Sancho, D. Quijote queda
y condición de Marcela ( 1. io3), la del carácter y circunstan­ fuera de peligro , y sin la mas mínima lesión. Esta variedad es
cias de Dulcinea ( 1. 116), la del alba (111. 3y4 ) , la de la no­ causa de que la narración sea verosímil y agradable.. Las gra­
che, del rumor que causa el viento en los árboles , y del teme­ ciosas infelicidades de D. Quijote y Sancho dan que reir á los
roso ruido de los batanes ( 1. ig4), Ia deL desasosiego de los lectores ; las prosperidades que los confirman y engríen en sus
bandoleros ( iv. 253 ), y la de la mañana de S. Juan ( iv. 254). fantásticos proyectos hacen natural su continuación, y la di­
Entre ellas se verán también agradablemente interpuestas las versa fortuna que corren en un mismo suceso los precisa á
descripciones de las aventuras caballerescas , las que hace prorumpir en aquellos dislates propios de su respectivo carác­
D. Quijote de sus imaginados ejércitos ( 1. 171 ), la del ameno ter, con los que se anima el diálogo, y se complacen y divier­
sitio donde se divertían cazando las pastoras (iv. 216), y fi­ ten los lectores.
nalmente entre otras muchas la del desencanto anunciado por 103 La hermosura que resulta á la narración del órden,
Merlin en aquella selva (111. 366), comparado por su magni­ enlace y variedad de los sucesos , se realza mas cuando el autor-
ficencia con el bosque encantado del Tasso; pero exenta de la presenta inopinadamente un acontecimiento raro y estraordi-
inverosimilitud, que con tanta razón han objetado á este admi­ nario , ó deduce de los sucesos comunes alguna circunstancia
rable y escelente poeta. nueva ¿inesperada, ó bien los adorna con ocurrencias graciosas
100 Cuando estas descripciones son dilatadas, ó relativas á y oportunas. La repentina aparición de Marcela (1. 129) al
sucesos posteriores, conviene interrumpirlas , para dar mayor fin del episodio de Grisóstomo es una especie de máquina sin­
realce y hermosura á la narración , enlazándola con el resto de gular y agradable, porque satisface la curiosidad , y da motivo
la fabula , evitando el fastidio á los lectores, ó incitando su cu­ á D. Quijote para obrar conforme á su locura. El encuentro de
riosidad. Cervantes no omitió tampoco este agradable artificio las doradas y resplandecientes imágenes de San Jorge , Santia­
en la descripción de la batalla del vizcaíno ( 1. 70) , en el epi­ go y San Pablo es también original (ív. 210). Cervantes des­
sodio de Cardenio ( 1. 267) , en las dos novelas (11. i38, 200), pués de tantos acaecimientos terrenos presenta de improviso una
y en los demas acontecimientos entretejidos en la obra. aventura celestial á su héroe, el cual llevado de su manía al
101 Las situaciones de los sugetos hermosean igualmente punto gradúa de caballeros andantes aquellos santos , y les ha­
la narración por la contraposición y diversidad con que las or­ ce un eiogio discretísimo , pero propio de su estravagante ima­
denó y varió Cervantes. El análisis de las actitudes de aque­ ginación.
llos personages que hacen algun papel en la fábula , seria la 10, La libertad de Melisendra representada por maese Pe­
demostración mas á propósito para convencerlo , si su indis­ dio con los títeres (111. 271), y la necia simplicidad con que
4° ANALISIS deu quijote.
Sancho consoló á los vecinos del pueblo del rebuzno (111. 287), 106 Este sucesivo aumento del entretenimiento y compla­
son unas circunstancias sacadas de aquellos sucesos con tal ar­ cencia de los lectores prueba que la segunda parte del Quijote
te , qua sin ellas seria su narración fria, lánguida y poco diver­ es superior á la primera. Efectivamente las aventuras son mas
tida. Las ocurrencias con que Cervantes llena algunos vacíos estraordinarias y magníficas, los personajes tienen mas noble­
de su fábula hermosean también la narración , y contribuyen za, y la narración está mejor seguida y mas animada. Longino
á aumentar la curiosidad. Tal es el cuento que Sancho refiere compara á Homero en la Odisea con el sol cuando está en su.
á su amo entre tanto que esperaban la venida del dia para aco­ ocaso, que conserva su grandeza, pero no tiene ni tanta fuerza,
meter la aventura de los batanes ( 1. 200), é igualmente el que ni el mismo ardor. Igual censura han merecido el Paraíso con­
contó con motivo de rehusar D. Quijote la cabecera de la mesa quistado de Milton , y los seis últimos libros de la Eneyda. Es­
con que el Duque le convidaba (ni. 3ig). Este es tan del caso, tos grandes ingenios, ó por haberse agotado en sus primeras in­
tan agradable y bien traído, que escede y hace mucha ven­ venciones, ó por haberlos debilitado la edad, no tuvieron igual
taja á la fábula de Níobe , referida por Aquiles , para convidar fuerza en todas sus obras. La imaginación del autor de D. Qui­
á Príamo. No es menos singular y graciosa la descripción de jote se conservó siempre como un rico y abundante manantial,
las siete cabrillas , que el mismo Sancho hace, suponiendo cuya fecundidad no conoce término ni menoscabo.
que se habia apeado del Clavileño para. entretenerse con ellas? 107 Cada parte del Quijote se divide en varios capítulos :
y verlas á su sabor (ív. ¿¡5) : descripción que tiene mucho mé­ estas divisiones están hechas con mucho discernimiento, y sir­
rito por la agudeza con que en ella zahiere y moteja Cervantes ven de pausas oportunas para no fatigar la atención, ó para ani­
aquella agradable y disparatada locura del Ariosto, cuando marla , contribuyendo asi á la economía y buen órden de la
Astolfo va sobre su liipógrifo á la luna para traerle á Orlando narración.
la redoma donde estaba depositado el juicio que habia perdido. 108 Aristóteles alaba la de Homero sobre todas la¿ de
Estos adornos esparcidos con discreta economía , y sembra­ otros poetas, porque pava hablar introduce siempre á los inter­
dos ordenadamente por toda la narración, la hacen hermosa locutores, y dice muy pocas cosas en su propia persona. La
y agradable, no tanto poi’ la multitud de decoraciones, cuanto Simple lección del Quijote evidencia que Cervantes siguió su
por el buen gusto y el acierto con que cada cosa ocupa el lu­ ejemplo. Todo lo hacen y dicen los interlocutores, el autor ja­
gar que le es mas propio y conveniente. mas parece sino cuando es indispensable para enlazar los dis­
io5 El mismo orden observó Cervantes en el todo de la nar­ cursos entre sí, ó con los sucesos de la fabula.
ración. Primero sale D. Quijote solo : después vuelve á salir 109 De esta observación se infiere que la narración no de­
acompañado de un escudero , y se va dando á conocer poco á be interrumpirse con digresiones, ni menos ha de cortarla el au­
poco en algunas aventuras: luego crece su fama con la ocurren­ tor para hacer reflexiones en persona propia. Virgilio evitó es­
cia de los estraordinarios sucesos de la venta y de su encanta­ tos defectos. Si hace alguna reflexión , es breve é indispensa­
miento : á la tercera salida, ufano ya con la publicación de su ble para el desenlace de la acción ; las sentencias y máxi­
historia, y famoso por ella hasta en los reinos estrangeros, em­ mas morales nunca las dice él, ni menos las propone directamen­
prende hazañas mayores, vence caballeros, arrostra leones, sale te, sino las disfraza poniéndolas en boca de los interlocutores
de los términos de la Mancha y de los lugares pequeños , para para darles mayor fuerza y energía. Cervantes procedió con el
correr otras provincias, y presentarse en las ciudades: se hospe­ mismo juicio y moderación. La reflexión mas dilatada es la que
da en casa de los grandes y principales caballeros, y va aumen­ hizo sobre la pobreza con motivo de haberse roto las medias á
tando sucesivamente su fama y su locura, y con ella la diversión i'í'i°le Cn CaSa *-*u<Ille? y auü esta la hace en persona de
é interes de los lectores, que siguen á este héroe desde el princiS Cide llámete Benengeli (iv. 70). Si tal vez pone alguna digre­
pió hasta la conclusión de la fábula, creciendo siempre su curiosi­ sión a la entrada de los capítulos, es también en boca del mismo
dad y gusto por medio de un particular embeleso é ilusión, que T con e fin de ndmubzar esta costumbre introducida por los
supo manejar Cervantes de modo que se siente y no se descubre. ‘a es. ■ ero lo hace con grande discreción , evitando el esceso
42 ANALISIS DEL QUIJOTE. 43
de la Mosquea y otros poemas, en que cada canto empieza con le dejó espuesto á otras estravagancias: y por tanto para curar­
una arenga , ó termina con una larga despedida. Las máximas le radicalmente, y dejarle en una situación del todo feliz , era
y sentencias de que abunda el QuijoLe están embebidas en los forzoso volverle á su antiguo estado. Asi lo hace Cervantes si­
razonamientos de los interlocutores, y jamas se vale Cervantes guiendo la fábula con la mayor verosimilitud, llenando el inter­
de ellos para ostentar una erudición importuna: dice solamente medio con escenas muy propias del asunto, y del carácter y ac­
lo que conviene, y omite todo lo demas con un juicio, gusto y tual situación dellieroe, hasta que cobrado su juicio, despejada
/moderación singular, de suerte que es tan digno de alabanza por su razón en fuerza de una calentura (iv. 363), y restituido Don
loque calla como por lo que dice. Verdad es que algunos han Quijote á su antiguo ser de Alonso Quijano el bueno , conoció
notado falta de erudición en Cervantes; pero también es cierto sus desvarios, detestó su locura, y los libros que la habían cau­
que son de aquellos que gradúan la literatura por el número de sado, y murió en el seno de la paz y tranquilidad cristiana ( iv.
citas, ó prefieren la ciencia intempestiva de Lucano á la oportu­ 36g), terminando este personage con toda la felicidad imagina­
na instrucción y sabiduría de Virgilio. ble, y concluyendo la fábula con la instrucción mas oportuna y
110 Su Eneyda puede servir de norma para la dulzura déla propia del fin para que se compuso.
narración. En ella se escita todo género de pasiones: el amor, la
compasión, la tristeza, la alegría y el regocijo; pero sobresalen la ARTICULO VI.
bondad y la piedad, como mas conformes al carácter de Eneas ,
al modo que en la Ilíada el furor y venganza predominan á todos PROPIEDAD DEL ESTILO DE ESTA FABULA.

los demas afectos. Los principales del Quijote son la locura del
héroe y la alegría y risa de los lectores : mas no por eso faltan 112 No podría conseguir este fin agradando á los lectores si
el amor, la compasión y tristeza en los sucesos de Cárdenlo ( 1. no tuviese la narración un estilo correspondiente al objeto de la
3i¡4 ), Dorotea ( 11. 7 ) y Basilio (111. 214) : el terror en el éxito obra, del mismo modo que una pintura de buena invención y
de Grisóstomo (1. io6)y Torrellas (iv.245): la admiración cu dibujo 110 gusta ni complace á los inteligentes si le falta el real­
la aparición de ¡Marcela (1. 126), en la aventura de Merlin (111. ce de la luz y la sombra, y la última mano del pintor en el bucii
364), y en la resurrección de Altisidora (tv. 3a8) : el furor en gusto y perfección del colorido.
los pueblos del rebuzno ( til. 258 ), y la venganza en los bando­ I Id Dista tanto el lenguage sublime y poético de las epope­
leros (tv. 248). Toda la fábula abunda en varias pasiones espre- yas del que debe usarse en las fábulas populares, que no cabe
sadas al natural, y compuestas con destreza , las cuales hacen otra comparación cutre ellos, sino la de su respectiva conformi­
7 dulce y afectuosa la narración, al mismo tiempo que el orden y dad con la naturaleza y asunto de cada una de estas obras La
proporción le dan hermosura, y los interlocutores la represen­ razón, la esperiencia y el dictamen uniforme de los sabios con-
tan, ocultando con su bien seguido diálogo la persona del autor. cuerdan en que el estilo de unas y otras ha de ser puro, enér­
ni Este es semejante á Homero hasta en la conclusión de gico y con veniente. La pureza consiste en Ja naturalidad y pro­
la fábula. La Eneyda y la Jerusalen acaban con la acción en pia ad de las voces : la energía en la precisión y claridad de las
la Ilíada, terminada la acción, sigue la fábula con los juegos fú­ espigones; y la conveniencia en la elección del estilo corres­
nebres de Patroclo, y el rescate del cadáver de Héctor, que son pondente a la materia , que es la regla fija y segura para deter­
unas consecuencias de la acción , á las cuales llama Horacio el minar su locución. Los maestros de elocuencia señalan tres gé­
final de las obras largas y dilatadas. Cervantes tuvo aun mayor neros de materias, de que derivan igual número de estilos. El su-
motivo que Homero para continuar la fábula después de con­ J une, el sencillo, y el medio entre estos dos. El primero cor­
cluida la acción, á fin de dejar á su héroe perfectamente feliz ? responde a las materias heróicasy grandes, el segundóla las po­
' y realzar mas la moralidad de la obra. La locura de I). Quijote pulares, y el ultimo á las medianas. 1
por resucitar la caballeróqandante imitándola , aunque cesó en 114 Hasta los críticos mas severos confiesan á Homero la sa-
cuanto á esta acción con la victoria de Sansón Carrasco (1 v. sg3). lunidad desús pensamientos,y la magostad y elevación de su
DEL QUIJOTE. ^5
44 ANALISIS

estilo. Longírto sacó de la litada y Olisca los principales ejemplos la templanza con la sequedad. Hornero y Cervantes estan exen­
tos de estos defectos. La Ilíada es sublime sin hinchazón , no­
de su tratado de lo sublime, y Quiiitiliano dio en pocas palabras
una idea de la perfección de su estilo, graduándole de sublime ble sin afeite, y elevada sin oscuridad: el Quijote llano sin
en los objetos grandes, propio en los pequeños, difuso y conciso bajeza, sencillo sin debilidad , y familiar con decoro. Ambas
áun misino tiempo, festivo y grave, y tan admirable por la abun­ obras conservan la conveniencia de su estilo con una igualdad
dancia como por la brevedad. Toda la antigüedad ha mirado á y temperamento muy difícil, y reservado á los ingenios de
primer orden.
Homero como el mejor modelo de la elocuencia; y los modernos
Si esta dificultad se hubiera de graduar por la apa­
no pueden separarse de esta decisión , porque ni conocen toda
riencia , parecería que el mérito y la ventaja estaban de parte
la nobleza y propiedad de las voces, ni tienen oidos capaces de
del estilo sublime , y que el familiar tiene tanta facilidad cuan­
distinguir el legítimo acento de la musa griega.
do se imita como cuando se lee ; pero los jueces mas respeta­
u5 El estilo del Quijote tiene á favor de su pureza y ener­
bles de la elocuencia, Cicerón, Horacio y Quintiliano confiesan
gía un número de aprobaciones igual al de los sabios que han
que la facilidad de este estilo es aparente, y que en la práctica
hablado de él. La respetable autoridad de estos, entre los cuales
suda y trabaja en vano el que se determina á imitarle. A la
se cuenta la Academia Española, se confirma con la facilidad y
verdad la grandeza misma de los objetos , la nobleza de las
complacencia que encuentran en Su lección hasta los hombres
figuras y metáforas, y el artificio de la locución épica arre­
mas ignorantes y rudos , que no comprenderían la locución si
batan la atención de los lectores de modo que no les permi­
las voces fuesen estrañas é impropias, ni menos penetrarían ej
ten pararse en las menudencias, ni divisar los defectos; mas
alma y las gracias de los pensamientos , á no tener estremada
en el estilo llano no hay falta , por pequeña que sea, que no
claridad y precisión. Ninguno ha repetido jamas la lección de
se note, ni descuido que no se advierta ; y el continuo es­
un paso del Quijote para descifrar su sentido, sino para volver fuerzo indispensable para evitarlos no es meaos difícil que el
á gustar de nuevo la festividad y elegancia con que los esprcsó conato que requiere el estilo elevado y sublime.
Cervantes: y si la pureza y energía de su estilo tuvieran el au­
119 Los modos de hablar triviales y bajos desfiguran mas
xilio de la rima y cadencia poética , se sabrían de memoria y
á este estilo que al popular; pero la naturaleza de su asunto
cantarían los lugares mas escogidos del Quijote, al modo que desvia por sí misma al autor de la ocasión de emplearlos. El
se practicaba en Grecia con los episodios de la Ilíada y Odisea,
Quijote abunda de objetos muy familiares, tanto como la
según el testimonio de Eliano. Ilíada de heroicos, y la exactitud con que Cervantes los pinta,
116 Esta general aprobación del estilo de Cervantes prueba
sin envilecerlos ni confundirlos, es mas apreciable y singu­
también que es llano, natural y conveniente á la materia de lar que lo que comunmente se cree.
su fábula , á la cual se acomodan el lenguage popular y sen­
120 Los antiguos, que escribieron en lenguas ya muertas
cillas espresiones de la prosa , igualmente que á los asuntos he­
para nosotros, tienen en este punto una ventaja, que no alcan­
roicos de Homero las figuras y ornamentos de la poesía. El
za a los modernos. Si hubiese en la Ilíada frases envilecidas
diferente estilo que usan los autores mas famosos en las come­ con el uso popular, ó espresiones bajas, no chocarían ahora
dias y tragedias confirma esta elección de Cervantes, y es otra a los críticos mas delicados, como hubiera sucedido entonces
prueba de la conveniencia que hay entre su locución y su
a los griegos, que las oían todos los dias en la conversación y
asunto. en el trato civil. Los escritos en lenguas vivas están sujetos
117 Nada da á conocer el talento de un autor tanto como
a a censura del vulgo , y no pueden tener siquiera una voz
el que su estilo se conserve siempre dentro de su esfera , sin
impropia o muy trivial, que no la note al punto la mayor par­
tocar en ninguno de los vicios con quienes tiene afinidad. Los te de los lectores. Pero hasta ahora no se ha encontrado en el
poetas faltos de ingenio y juicio suelen ser afectados y frios, Quijote término 111 espresión que no sea noble y decorosa, sin
queriendo parecer heroicos ; y la mayor parte délos que usan embargo de que su estilo ha sido examinado á la luz de dos si-
el estilo popular han equivocado la sencillez con la vileza , y
DEL QUIJOTE.
46 ANALISIS
nage ridículo para que represente el papel de héroe, un sim­
glos, y juzgarlo por oírlos sabios , circunspectos c inteligentes.
ple que habla á bullo de lo que no entiende, ó un indiscreto
121 Este mérito crece y se aumenta , si se considera el es­
que descubre frescamente y sin embozo lo que debia ocultar,
tado de la lengua castellana por aquel tiempo. El autor riel
entonces se escita la risa de los oyentes por medio de las per­
Diálogo de las lenguas, el maestro Francisco Medina, Fernan­
sonas agenas ó de la propia. Todas estas gracias se encuen­
do de Herrera y Ambrosio de Morales, que florecieron en él,
tran á cada paso en Cervantes. Las sencilleces y malicias de
se quejan del abandono y descuido con que los españoles mi­
Sancho , la heroicidad ridicula de D. Quijote , y el disimulo
raban su lengua , la cual llegó á envilecerse y abatirse de modo
burlador de los personages que siguen ó incitan su locura,
que nadie se determinaba á valerse de ella en asuntos capaces
son unos ejemplos tan visibles y frecuentes, que no necesitan
de mejorarla y perfeccionarla. No se escribian por lo común en
individualizarse.
castellano sino vanos amores ó fábulas vanas : nadie osaba en­
124 Los dichos y respuestas inopinadas que nacen de ig­
comendarle cosas mas nobles, temiendo oscurecer la obra
norancia ó disimulo, las ponderaciones irónicas, las frases bur­
con la bajeza del lenguage : de lo que resultaba que no habla
lescas, los juegos de palabras, los equívocos, y los modos de ha­
libros cuyo estilo fuese testo de la lengua , y cuya lección é
blar familiares son jocosidades sacadas de los objetos medios,
imitación sirviese de regla para decir correcta y elegantemente.
todas ellas son comunes en el Quijote, y agracian su locución,
A esta sazón principió á escribir Cervantes , y á mejorarse
nuestra lengua , hasta llegar á lo último de su perfección. Es­ porque Cervantes supo emplearlas sabia y comedidamente. Sin
paña admirada vió en el Quijote una repentina y súbita tras- embargo de la fecundidad de nuestra lengua, y del ensanche
forraacion de nuestras antiguas fábulas : la vanidad cambiada que le permitía su asunto, rara vez se vale de equívocos, ó juega
en solidez , la bajeza en decoro, el desaliño en compostura , y con las voces, y cuando lo hace es con una propiedad y discre­
la sequedad , dureza y grosería del estilo en elegancia , blan­ ción que falta á muchos de nuestros escritores y poetas, cuyo
dura y amenidad. Cierto es que á esta mutación habían con­ principal numen consiste en aquellas puerilidades indignas de
la poesía y del estilo serio, é insufribles siempre que se usan sin
tribuido otros autores amantes de su lengua ; pero también es
juicio y sin moderación.
verdad que la naturaleza dotó á Cervantes con las particulares
perfecciones de todos. La gravedad de Luis de Granada , la 125 Los modos de hablar familiares son tan castizos en
nuestra lengua, que en ellos se conserva su primitiva pureza. La
dulzura de Garcilaso , la pureza de Luis de León , Ja elevación
continuación y frecuencia con que vulgarmente se repiten les ha
de Fernán Pérez de Oliva , y la sencillez de Hernando del Pul­
dado el nombre de refranes, y su abundancia es tanta, que se-
gar están enlazadas en el Quijote, y unidas a' la gracia y festi­
íia preciso hacer una larga digresión si se hubiesen de nombrar
vidad propia de su asunto, y peculiar de su autor, que es tan
las varias colecciones impresas y manuscritas desde Iñigo Ló­
inimitable en lo jocoso, como Homero en lo sublime.
pez de Mendoza hasta Luis Galindo, las cuales ha procurado
122 Hay dos géneros de jocosidad : uno servil , chocante,
compilar el discreto y sabio caballero D. Juan de Iriarte. La
torpe é indecoroso : otro elegante , urbano , ingenioso y festi­
gracia que dan estos refranes al estilo jocoso cuando se usan,
vo. Aquel en sentir de Cicerón es indigno de los hombres , y
con oportunidad, y observando el decoro délas personas, está
este propio solamente de los discretos , que saben usarle en bien manifiesta en la Celestina, Florinea, Eufrosinay Selvagia,
tiempo y con oportunidad. Cervantes sazonó el Quijote con cuyo ejemplo siguió Miguel de Cervantes con el mismo esmero
todas las gracias de este estilo , sin desdorarle con bufonadas que evito la imitación de los equivoquistas. En ninguna obra es-
ni chocarrerías. tan los refranes mejor aplicados que en el Quijote; y ellos son
123 Las jocosidades á propósito para movernos á risa son, os que llenan de pureza, gracejo y naturalidad los discursos
según Quintiliano, las que proceden de la persona propia , de e Sancho, por la propiedad con que los encadena algunas ve­
la agena , ó de los objetos medios. Cuando uno dice adverti­ ces, por el despropósito con que los amontona otras, y por la
damente algún disparate ó despropósito , cuando pinta los de­ conveniencia que tienen siempre con su carácter.
fectos agenos con viveza é ironía , cuando introduce un perso-
48 ANALISIS DEL QUIJOTE. 4'9
126 Valiéndose de él usó Cervantes otro medio muy propio ro tienen cierto mérito peculiar á este groo poeta, que no ha
del estilo jocoso, introduciendo en los razonamientos de Sancho, podido imitar otro alguno. Cervantes también repite á veces
del cabrero Pedro, y de otros personages, algunos vocablos en un período los mismos términos y espresiones, pero de u_i
corrompidos y desfigurados, que mueven á risa por la senci­ modo tan suave y natural, que ni chocan al oido, ni alteran la
llez con que los dicen, y por el tesón con que D. Quijoteseem- energía y propiedad de su .estilo. Uno y otro dieron á conocer
peña en reprenderlos y enmendarlos. en eata semejanza, que los grandes ingenios son elocuentes,
127 También el arcaísmo, <5 uso de voces anticuadas, con­ aunque 110 se afanen por parecerlo.
viene al estilo jocoso, porque divierte con la imitación del len- i3i Ninguno lo será, 110 obstante que carezca de tode vi­
guage antiguo y desusado- Cervantes tenia particular gusto y cio, si le falta la primera y principal virtud, que es lo que Lon-
conocimiento para remedarle, y en nada se conoce mas la des­ gmo llama sublime. Este consiste en una cierta fuerza, viveza y
treza con que manejaba nuestra lengua, que en la facilidad con novedad singular y extraordinaria, que deleita, admira y sus­
que se acomoda á toda especie de locuciones, usando de cada pende, arrebatando la atención de los lectores como á pesar su­
una como si ella sola hubiera sido el objeto de su estudio y apli­ yo. Los Lres géneros de estilo admiten este sublime, el cual puede
cación. encontrarse en el estilo llano, y faltar en el heroico, porque no
128 Una de las pruebas mas auténticas de esta destreza, del es lo mismo estilo sublime, que lo que aquel crítico griego en­
desenfado con que ridiculizó las ideas caballerescas, y de la tiende por sublime en el discurso.
aceptación de su obra, es haber enriquecido la lengua con vo­ 13a Boileau y los demas que han ilustrado esta materia
ces nuevas. Los nombres de D. Quijote, Sancho Panza, Pedro convienen en que el sublime no depende de la espresion, y pue­
Recio, Maritornes y Rocinante , formados en Ja imaginación de hallarse en todos estilos; pero rn nombran ni escluyen tam­
de Cervantes, son ya voces peculiares de nuestra lengua, que poco al jocoso; por lo que será conveniente proponer algunas
significan un desfacedor de tuertos, un hablador simple, un observaciones sobre este punto, que á mas de ser curioso en sí
doctor impertinente, una muger tosca y zafia, y un caballo mismo, no ha sido tratado hasta ahora por ningún escritor.
flaco. Ademas de estas se han deducido del nombre de D. Quijo­ r33 El principal mérito de una obra irónica y burlesca no
te otras veces igualmente significativas, como quijotada, quijo­ consiste en la festividad del estilo, ni en lo donoso de la dic­
tería y quijotesco. Su inventor tuvo el mérito de introducirlas ción, sino en un cierto ridículo que está en la sustancia del
junto con la complacencia de verlas admitidas en la lengua cas­ discurso, no en el modo, y pende del pensamiento, y no de la
tellana. espresion. Al modo que en la pintura hay algunos pintores que
129 En ella pudieran usarse también proverbios sacados del saben el secreto de copiar las cabezas mas serias, haciéndolas
Quijote. No habría modo mas festivo y donoso para corregir á paródicas y ridiculas, sin faltar á su semejanza, sin mudar sus
los que interrumpen á cada paso sus discursos con digresiones facciones, ni alterar su combinación, asi también en la fábula
importunas, como decirles que volviesen presto de Tembleque, se puede retratar con toda propiedad cualquier objeto, ridicu­
al modo que lo dijo el religioso de casa del Duque á Sancho lizándole al mismo tiempo con un cierto aire burlesco, mas fá­
(111. 32i). El mayor honor que puede tener una obra cómica cil de conocer que de definir. Este equivale en las obras joco­
en opinión de Eontenelle es que se saquen proverbios de ella. Si sas al sublime de los discursos serios, y es el que las perfec­
muchas de las ocurrencias de Cervantes no logran esta honra, ciona y hace escelentes.
es por culpa de los que no han tenido discernimiento para en­ 134 Que Cervantes use frases burlescas , espresiones festi­
contrarlos, ó buen gusto para agraciar con ellos su estilo. vas, voces graciosas: que sazone con refranes el lenguage de
130 Por falta de este gusto suelen nuestros escritores caer Sancho: que imite los idiotismos caballerescos en 'la persona de
en afectación, queriendo evitarla repetición y monotonía de las D. Quijote: que adorne el diálogo de los demas personages, y
voces, ó bien usar un estilo desaliñado, por huir de esta compos su estilo con todos los donaires de la locución, es un mérito sin­
tura estudiada. Macrobio observó que las repeticiones de Home­ gular y grande; pero mérito qUC agrada mas á los hombres de
ANAL. " ,
5o ANALISIS del quijote. 51
humor qnc álos circunspectos, mas á los que poseen perfecta­ leza. Su gracia, festividad y donaire son independientes del es­
mente la lengua que al vulgo, y mucho mas sin comparación á tilo y de la dicción, y no están reservadas á los españoles, ni á
los españoles que á los estrangeros. Pero que cuando los tiene á los hombres de buen humor, ni á los sabios; al contrario han
todos gustosamente divertidos con sucesos estraoidmarios y hecho reir universalmente á toda clase de personas y naciones,
graves: cuando D. Quijote y Sancho están llenos de admira­ y serán siempre escuchadas con gusto y aplauso en Jos cuatro
ción, y los demas personages ocupados enteramente en cosas ángulos del mundo, y hasta la última Thule. Saint-Evremond
las mas separadas de la locura de aquel héroe: que entonces aconseja á los desdichados, que para aliviar y esplayar el áni­
Cervantes saque de improviso, y como por una especie de ma­ mo prefieran á la lección de Séneca, Plutarco y Montaña, la de
gia, una ridiculez donosísima, oportuna, y naturalmente dedu­ Luciano y Petronio, y á todas estas la del Quijote: sobre todo,
cida de aquellos objetos tan distantes, este es el universal y pri­ dice, os recomiendo á D. Quijote, pues por grande que sea
mer mérito de la obra, y donde mostró su talento original. vuestra aflicción, la delicadeza yflnura de su ridiculo os en­
135 Para hacerlo visible basta un ejemplo en la visita de caminará insensiblemente á la alegría. Esta finura y delicadeza
las galeras que hizo D. Quijote acompañado de un caballero de es el sublime déla fábula ó discurso burlesco.
Barcelona. Cervantes pinta con su acostumbrada maestría el 138 El juicio que formo Julio Cesar délas comedias de Te—
saludo y fueraropa de los forzados, el chasco de Sancho, el re- rencio en aquellos discretos versos que ha conservado Suetonio,
zelo de D. Quijote, la admiración que causaron á ambos las confirma igualmente que las obras jocosas tienen un cierto su­
maniobras y el zarpar de la capitana, y últimamente la dureza blime, que Ies es peculiar. Todo el mundo Sabe el mérito de las
del cómitre en el castigo de la chusma. El lector conoce Ja dis­ comedias de Menandro, y el conato que puso Terencio en imi­
tancia é inconexión de estos objetos con la caballería andante, tarlas: sin embargo no pudo llegar mas que á la mitad de su per­
está atento á la sorpresa y novedad que causan á O. Quijote, y fección. Su estilo es puro, suave, elegante y gracioso: en esta
no espera ni imagina que pueda mezclarse allí su locura, ni en­ parte fueron semejantes; pero al latino le faltó la fuerza cómica,
lazarse con aquel Suceso; pero Cervantes arrebata inopinada­ aquella virtud que sobresale tanto en el griego, y es la que ca­
mente su atención, y la traslada al desencanto de Dulcinea (ív. racteriza y da todo el valor á sus comedias. Los críticos la llama­
277) con el ridículo y festivísimo apostrofe que D. Quijote di­ rán como gustaren; pero no podrán negar que esta fuerza cómi­
rige á Sancho, persuadiéndole que se desnude, tome lugar en­ ca de Menandro, y aquel ridículo fino de Cervantes hacen el
tre los forzados, y deje el desencanto á la discreción del cómi­ mismo efecto en las obras jocosas que el sublime de Longino en
tre. En esta y otras muchas ocurrencias, igualmente felices é las serias.
inesperadas, se ve la fuerza de aquel ridículo, á cuya posesión 139 Ambas'varían su peculiar estilo con atención á las cir­
debió Cervantes la palma de las gracias, que esparcieron el eco cunstancias. El Quijote levanta la voz en algunas ocasiones, al
de su fama en toda la posteridad. modo que lallíada muda el tono en otras; pero Homero cuando
136 Longino asegura que el verdadero sublime es aquel á quiere familiarizarse se baja á veces tanto, que suele separarse
quien no podemos resistir, cuya impresión es casi eterna en de la gravedad de la epopeya, degradándola con pinturas bur­
nuestra memoria, y agrada umversalmente á todos. Cuando un lescas, como el retrato de Vulcano, el de Tersites, el de Iro, y
grande número de personas de diferente humor, inclinación, la historia de Martey Venus. Cervantes divierte á sus lectores
edad, profesión y lengua sienten todas igualmente Ja fuerza de nmy a menudo con objetos serios; pero muy distantes de todo
lo que es hinchado y gigantesco.
un lugar de cualquier discurso, entonces este juicio y aproba­
ción uniforme de tantas personas, discordes en lo demas, es 140 El estilo conque hablan en algunos asuntos D. Quijote,
el canónigo de Toledo, el caballero del Verde Gaban y demas
una prueba indubitable y cierta deque hay en él verdadero su­
blime. personages graves, es igual, serio y digno del carácter de estos
137 Estas mismas señales convienen de todo punto al es- interlocutores; pero á todos escede el de algunas pinturas, cuy«
presado lugar del Quijote, y á todos los demas de igual natura­ dulzura y nobleza es tanta, que todas las ponderaciones no son
5a ANALISIS DEL QUIJOTE. 53

capaces de encarecerla. Por esto conviene trasladar aqni «na de Jos ejércitos hace ver que su autor no es menos original y ele­
ellas para complacencia de los lectores sabios, y sali.Tace.ion de gante que los poetas griego y latino.
Jos incrédulos. 144 Hn l°s lugares mas heroicos del Quijote elevó el estilo
,41 Cuando D. Quijote imagina que son ejércitos los dos conforme á la grandeza del asunto, decorándole con todas las
rebaños hace una hermosa c individual descripción de sus prin­ gracias de la elocuencia. Los personages imaginarios de la Dia­
cipales caballeros; y después para referir las naciones que los da no los empleo ldmnero, según observa Addisou, sino para
componen añade (i - >74): escuadrón frontero forman animar la espresion de las cosas sencillas. En lugar de decir que
y hacen gentes de diversas naciones: aqui están los que beben- los hombres huyen cuando temen, pinta el temor y Ja fuga como
las dulces aguas del famoso Junto, los montuosos qne pisan los compañeros inseparables, y de la misma suerte representa á la
masílleos campos, los que criban el finísimo y menudo oro en victoria siguiendo los pasos de Diomédes , á las gracias como
la felice Arabia, los que gozan las famosas y frescas ribe­ camareras de Venus, y á Beloria vestida del terror y de la cons­
ras del claro Termodonte, los que sangran por muchas y di­ ternación. Es evidente que estas figuras alegóricas tienen mucha
versas vías al dorado Pactólo , los munidas dudosos en sus gracia cuando se usan de paso y con discreción. Cervantes se
promesas, los persas en arcos y flechas famosos, los partos, valió asi de ellas para espresar la atención con que estaba todo
los ruedos que pelean huyendo , los árabes de mudables ca­ el auditorio en la resurrección de Altisidora. Dice que en aquel
sas, los citas tan crueles como blancos, los etíopes de horada­ sitio el mismo silencio guardaba silencio: y á fin de exagerar la
dos labios, y otras infinitas naciones, cuyos rostros conozco y delicadeza de manjares de un banquete, introduce al apetito
veo aunque de los nombres no me acuei do. dudoso y perplejo, sin saber á cual de ellos debía alargar la
En estotro escuadrón vienen los que beben las corrientes mano. Estas espresiones , y las demas que pudieran alegarse ,
cristalinas del olivífero Betis, los que tersan y pulen sus ros­ manifiestan que Cervantes se sirvió de los personages imagina­
tros con el licor del siempre r ico y dorado Tajo, los que go­ rios, al modo que Homero , sin darles mas que una acción mo­
zan las provechosas aguas del divino Gemí, los que pisan los mentánea, para presentar a! lector las ideas sencillas mas agra­
tartesios campos de pastos abundantes , los que se alegran en dablemente y con mayor viveza.
los elíseos jerezanos prados, los manchegos ricos y corona­ 145 El mismo efecto hace en nuestro ánimo la armonía del
dos de rubias espigas, los de hierrovestidos, reliquias antiguas estilo, por cuyo medio nos parece que vemos y oimos los suce­
de la sangre goda, los que en Pisuerga se bañan, famoso pai­ sos de la fábula. En la Diada se oye el rozamiento de las cuer­
la mansedumbre de su corriente, los que su ganado apacientan das, el choque de las armas, el ruido de los combatientes, y se
en las estendidas dehesas del tortuoso Guadiana, celebrado por ve la ligereza de los caballos, y el enorme peso de4a piedra de
su escondido curso, los que tiemblan con el frío del silboso Stsifo. El poeta embelesa y suspende la atención del lector con
Pirineo y con los blancos copos del levantado Apellino:final­ esta armonía propia de la heroicidad de su asunto, de la índole
mente cuantos toda la Europa en si contieney encierra. de su lengua, y de la medida y cadencia de la poesía. En el Qui­
i4» La esquisita erudición de Cervantes, y la propiedad jote faltan todas estas circunstancias. El único objeto maravillo­
con que señala á cada nación su peculiar atributo , no son tan so es el desencanto de Dulcinea, y con todo se ve en él espresa-
agradables como la suavidad de su dicción , que hizo ma‘s gra­ do ( 111. 36a ) el veloz y precipitado curso de ¡as exhalacio­
ta valiéndose de los ríos de nombre sonoro y dulce. Tal es su nes , el tardo y sosegado puso de los perezosos bueyes ,
estilo en esta descripción, semejante á uu rio claro y cristalino, el rechinamiento de las chilladoras ruedas de los carros,
cuy a sesga y mansa corriente está convidando á gozar de la ame­ y el confuso rumor y ronco mormullo de las lejanas trompas y
nidad de sus riberas y de la pureza de sus aguas. bocinas: de suerte que Cervantes empleó la armonía del estilo
143 Todos los críticos lian celebrado el catálogo de las naves lieróico, estrada en su lengua, y conveniente solo en este lugar
de Hornero en la Diada, y la enumeración de los ausilios de Tur- d< su fábula , con un acierto igual por lo menos al que tuvo
no "en la Eneyda. El paralelo con la espresada descripción de Homero cuando se valió del estilo jocoso para espresar algunos
objetos de su poema.
5,£ ANALISIS DEL quijote. 55
146 Otra de las virtudes del estilo de Cervantes es la multi­ 150 La propiedad de su locución , unida á la invención y
tud de espresiones diversas con que amplia los pensamientos, o disposición de Ja fábula , forman de sus varias partes un todo
individualiza un mismo afecto en distintas personas. La pintura uniforme, variado, que escita la curiosidad;y es tan agradable,
que hace de la admiración ( 111. afir ) que causó el mouo adivi­ que lleva divertido y embelesado al lector hasta ponerle en pro­
no en todos los circunstantes, cuando ma ese Pedro saludó á porción de aprovecharse con utilidad de su moral.
D. Quijote, basta para conocerla afluencia de este autor, y la
riqueza y fecundidad de nuestra lengua. ARTICULO VIL
147 Homero empleó los inmensos tesoros de la suya en la
DISCRECION Y UTILIDAD DE LA MORAL DEL QUIJOTE.
versificación de la Ufada: todos ios dialectos griegos se perfec­
cionaron entre sus manos, y contribuyeron á la magestad, va­
riedad y abundancia de la dicción de este poema. Cervantes no 151 Dos son los principales medios de proponer á los hom­
tuvo igual ensanche y libertad á causa de la respectiva escasez e bres las verdades morales : los ejemplos de las virtudes y vicios
imperfección de nuestra lengua, y de la corrupción con queia sacados de la Historia, y los consejos y preceptos para su imi­
hablaban algunos provinciales, y casi todos los autores caballe­ tación ó desprecio tomados de la filosofía. La Fábula los abraza
rescos ; pero no perdió la ocasión de imitar el lenguage vizcaí­ ambos, y los anima y suaviza de modo, que su moral es supe—
no, el provincial de la Mancha, y el idioma de la caballería an­ riorá la de la Historia y I’ ilosoíía. Los ejemplos que nos propo­
dante, burlándose de ellos , y enmendándolos con el remedo. ne la Historia son imperfectos, diminutos, y carecen def
Este discreto autor, no contento con proscribir las locuras ca­ afina que les da la Fábula, la cual los pinta no como se encuen­
ballerescas, quiso desterrar también su afectado y ridículo es­ tran en la sociedad, ni como ordinariamente son, sino como de­
ben ser , retratándolos con toda la propiedad y verosimilitud,
tilo.
148 El de las poesías que introdujo en el Quijote es casti­ precisa para ser creídos, y dándoles todo el fondo y estension
gado, puro, y está exento de los defectos que tienen las com­ que necesitan para hacer mayor impresión en el ánimo de los
posiciones de la Galatea. En ninguna otra cosa se descubre me­ lectores. El historiador solo puede copiar la virtud y el vicio
jor la madurez y circunspección con que escribió el Quijote , basta el término que le permiten sus originales ; pero el fabu­
que en los versos de esta fábula. En ellos supo templar su afi­ lista retrata los hombres con un pincel libre, manifestándoles
ción y esforzar su mimen , usándolos con moderación, traién­ sin limitación su debilidad, su grandeza, sus pasiones, sus vi­
dolos oportunamente, y trabajándolos con mayor esmero y aten­ cios y sus virtudes, para mostrarnos de un golpe toda su hermo­
ción que todos los demas de sus obras. sura o deformidad, á fin de escitar nuestro amor ó nuestro abor­
recimiento.
i4g El Quijote es la mas á propósito para conocer la per­
fección de nuestra lengua y la elocuencia de Cervantes. Si fuera i5a La filosofía se vale para corregirnos de preceptos y
lícito dejar correr el discurso libremente, y la razón no precisa­ consejos, pero la Fábula, sin disminuir en nada su fuerza , los
ra ya á ponerle término, se baria una enumeración individual mejora solo con despojarlos del sobrecejo y sequedad del Pórti­
co. El velo <le la ficción templa los vehementes rayos de las ver­
de las virtudes, adornos y variedad de su estilo. Se presentarían
dades morales, proporcionándolos á la debilidad de nuestra vis­
aqui todas las figuras de pensamiento y dicción vestidas con
ta, y la propensión con que naturalmente anteponemos lo agra­
aquella gala y bizarría que tienen cuando salen voluntariamen­
dable á lo provechoso sirve de medio para inducirnos á la prác­
te del regazo de la elocuencia, sin que las arranquen por fuer­
tica de las severas máximas de la Filosofía, proponiéndolas con.
za de los senos de la retórica. Se descubriría la magestad con que
todos los halagos de una insinuación dulce, y con todos los ador­
se eleva en algunos lugares, la sencillez con que se acomoda á
otros, y la nativa gracia con que los hermosea todos, y con es­ nos de una discreta persuasión. A la manera que un camino lar-
go, pero suave, ameno y divertido, litiga menos y se anda con
to se manifestaria juntamente, que es mucho mas fácil ampliar
los elogios de este ilustre escritor, que moderarlos. mas gusto que una senda áspera y desabrida, aunque conduzca
ntsk quijote. 5y

al término con mas brevedad, asi perfecciona la Fábula las pin­ i5g Por este útil y divertido camino conduce Cervantes á
turas quería Historia deja en bosquejo, y asi también decora y sus lectores, enseñándolos é instruyéndolos desde el principio
viste las imágenes cuyo desnudo esqueleto nos presenta la Fi­ liasta el fin de su fábula. Su principal objeto es la corrección de
losofía. los vicios caballerescos. Este es el primero , pero no el único
153 Esta fuerza y discreción con que se tratan las verdades asunto de su moral. En ella se comprenden también aquellos
morales en las fábulas son las que causan su utilidad. La pri­ defectos, que por ser nías frecuentes y perjudiciales á la sociedad
mera es mas precisa en las heróicas, y la segunda en las burles­ y literatura, hicieron mayor impresión en el ánimo del autor,
cas. Los asuntos serios necesitan realce, y los satíricos lenitivo. zeloso del bien de los hombres, y en especial de los de su nación.
154 He aqui nace la ventaja que tiene la moralidad <le las De manera que la moral de esta fábula no Solo es útil por los
fábulas burlescas. La sátira permite una cierta libertad para varios objetos que abraza , sino también por la discreción con
abultar sus objetos; y esta libertad corrige nuestras flaquezas, y que los reprende , á medida del esfuerzo preciso para desarrai­
fija nuestra curiosidad mejor que la seria é indeterminada moral garlos del espíritu del vulgo.
de las epopeyas. No hay eco mas agradable á nuestros oidos, ni ifio Esto claramente se ve en la corrección de las estrava­
que hiera con mas fuerza al corazón humano, que el de la burla gancias caballerescas, la cual sobresale mas y tiene mayor real­
y la ironía cuando las sazona y templa la urbanidad. ce cuando se dirige contra las que el vulgo miraba como accio­
í:
r55 Este es el dictámen de Horacio, el cual como de un nes heróicas, y es mas sencilla y natural cuando se propone por
crítico tan sabio y juicioso, basta para autorizar la mayor uti­ objeto aquellas que se oponían directamente á la religión y á las
lidad del Quijote respecto á las fábulas heróicas, por la feliz y leyes. Tal era la costumbre de invocar los caballeros á sus da­
discreta elección que tuvo Cervantes en su objeto. mas para que los socorriesen cuando se veian en algún apuro ó
156 El mismo Horacio nos dejó encarecida la moral de Ho­ en peligro próximo de muerte : costumbre característica de los !I
mero, graduándola por mejor y mas completa que la de los cé­ caballeros andantes, como evidencian las leyes de la Partida ;
lebres filósofos Crisipo y Crantor: elogio que prueba á un mis­ pero costumbre enteramente contraria á la religión y aun á la
mo tiempo el mérito del poeta griego , y la madurez y circuns­ razón misma. Cervantes, para corregirla haciéndola ridicula, se
pección del latino. valió del coloquio de D. Quijote y Vivaldo ( I. 111 ), en el cual
157 Entre los muchos autores que se arrogan el derecho de este interlocutor manifiesta con una razón tan clara y senci­
calificar las obras útiles y provechosas, habrá quizá muy pocos lla; que la espresada costumbre era indigna del cristianismo, y
que procedan con el tiento y juicio que Horacio. Este sabio propia solamente de idólatras y gentiles, que dejó tnúdo á Don
poeta no se determinó á juzgar la Ilíada y Odisea hasta que las Quijote, sin embargo del necio y porfiado tesón con que se em­
volvió á leer de propósito en el retiro de Preneste. Si le imitasen peñaba siempre en sostener y llevar al cabo todos los abusos
los que intentan formar juicio del Quijote, si leyeran antes esta caballerescos.
obra con reflexión é imparcialidad, moderarían tal vez Sus cen­ 161 Asi debía suceder en este que autorizaba á los caballe­
suras, y aplaudirían la discreción de su moral y la utilidad de ros andantes para consagrar sus errores, adorar sus imaginacio­
su enseñanza. nes, y persuadirse á que los atributos de la divinidad existían cu
158 Lo ciefto es que el principal fin de Cervantes no fue di­ los objetos de su pasión ó de su fantasía. Ceguedad mucho ma­
vertir y entretener á sus lectores, como vulgarmente se cree. yor que la del paganismo, pues este no ponía en el número de
Valióse de este medio corno de un lenitivo para templar la deli­ los inmortales sino á aquellos pocos hombres que habían so­
cada sátira que hizo de las costumbres de su tiempo.- sátira viva bresalido entre los demas por medio de hechos heroicos , es-
y animada, pero sin hiel y sin amargura, sátira suave y hala­ traordinavios y maravillosos, cuando en la caballería andante se
güeña, pero llena de avisos discretos y oportunos, dignos de la rendía este culto á las damas mas débiles, menos estimables , y
ingeniosa destreza de Sócrates, y tan distantes de la demasiada aun á veces fingidas y supuestas. Claro es que una costumbre
indulgencia como de la austeridad nimia. tan vergonzosa y tan en oprobio de la razón humana no uecesi-
58 ANALISIS DEL QUIJOTE. 5g
taba, para hacerla despreciable y ridicula, mas que una mera lo les parecía que estaba sujeta la plebe. Asi la falsa superstición
reflexión sencilla y natural, como la que Cervantes puso en bo­ de los paganos adoraba en las aras de Júpiter los mismos aten­
ca de aquel discreto y festivo caballero. tados que castigaba con el último suplicio en los hombres.
162 Los que se preciaban de serióse creian exentos déla 165 I)e esta falta de discernimiento resultaba muchas veces
autoridad de las leyes, superiores á los magistrados, y obliga­ que la protección importuna de un caballero hacia mas infelices
dos á cubrir con su sombra y protección á todos los delincuen­ las personas á quienes intentaba amparar. Cervantes, que co­
tes y facinerosos. Por este raro capricho llegó la caballería á nocía este vicio tan propio de la vanidad caballeresca, fingió
trastornar los pactos fundamentales de la sociedad,y á contagiar con singular discreción que D. Quijote había principiado sus
e infeccionar con una generosidad falsa y aparente la parte mas fechos de armas libertando á su parecer á un muchacho del cas­
noble y mas distinguida de la nación. Cervantes, deseando ar­ tigo injusto de su amo (1. 29): que salió ufano y triunfante del
rancar de raíz un vicio tan general y nocivo, empicó las armas hecho, creyendo haber dado un felicísimo y alto principio á sus
de la ironía, de la moral y del escarmiento. caballerías; y al fin que habiéndose encontrado después con el
163 E11 efecto la hazaña que emprendió y llevó al cabo Don mismo muchacho , y renovado su vanidad con la memoria de
Quijote de dar libertad á los forzados que iban á galeras (1.243) aquel suceso , quedó avergonzado y corrido sabiendo que su
procedió de esta falsa generosidad ; pero en su contesto y nar­ protección solo había servido de aumentarle á aquel infeliz la
ración está bien patente la ridiculez de semejantes acciones, la pena, el castigo y la desdicha (11. 68). Las naturales y sencillas
injusticia de los que las emprendían, y el desaire á que queda­ reflexiones del muchacho, y la despedida que hizo entonces de
ban espuestos, tanto por la autoridad de la justicia, cuanto pol­ D. Quijote , son una corrección muy oportuna y sabia , y una
la censura de las personas prudentes y juiciosas. Las prevencio­ burla donosísima de los que se entrometen por puro capricho ,
nes de Sancho á su amo luego que le manifestó este pensamien­ por ligereza ó por vanidad en asuntos que no les incumben.
to (t. 282), la burla que hizo de él el comisario cuando se le. 166 Tal era el éxito que naturalmente debían tener todas
propuso ( 1. 242 ), el desprecio, mofa é insulto con que corres­ las aventuras, todos los hechos caballerescos , y cualquiera re­
pondieron los galeotes á su beneficio (1. 244)5 Ia retirada dentro forma ó protección intentada por los que pretendían seguir el
de Sierra Morena á que le precisó el recelo y temor de la santa rumbo de la caballería andante. Todo debia ser estrañoy ridí­
hermandad ( 1. 256), la seria y discreta reprensión del cura (11. culo supuesta la constitución que tenia ya entonces la Europa ,
40, la vergüenza que tuvo y el silencio que guardó D. Quijote donde aquella reforma y esta protección eran ya, como debían
al oirla, y los retos necios é insensatos en que prorumpió cuan­ ser, peculiares y privativas de los soberanos y de los magistra­
do Sancho le descubrió como autor de aquel atentado , retratan dos.
toda su deformidad con unos colores tan vivos, tan naturales y 167 De este ridículo y desgraciado éxito de las aventuras de
graciosos, que no es fácil hallar preservativo mas oportuno para D. Quijote infieren algunos que el objeto de esta fábula es úni­
los que puedan adolecer.de semejante estravagancia. camente reprender y ridiculizar la caballería andante , como
164 Nunca lo será la protección de la nobleza para con los defecto peculiar de la nación española. Este parecer han segui­
afligidos y menesterosos, siempre que se gobierne por las leyes do varios autores estrangeros, que conforme á la debilidad del
de la equidad y de la prudencia, y que anteceda el previo é in­ espíritu humano han abrazado con gusto la Ocasión de pintar
dispensable conocimiento de los hechos y de las personas. Pero ridiculamente la gravedad española , lisonjeándose de que han
no era asi la que inspiraba á los nobles el espíritu caballeresco. tomado sus colores de la paleta de Cervantes. Si fuese cierta es­
Este les incitaba á defender todo lo que se acogía bajo de su som­ ta objeción se confesaría ingenuamente, anteponiéndola since­
bra, y á impugnar cuanto se resistia á sus antojos, sin mas exa­ ridad al amor de la patria y á la estimación de Cervantes ; pe­
men ni otro fundamento. Creian bien hecho todo lo que ejecu­ ro la verdad es que el espíritu caballeresco era común á toda
tase un caballero; tenían por suíicienteeste título para justificar Europa, y que Cervantes fue demasiado sabio para ignorarlo, y
cualquier crimen contrario á la razon y á las leyes, á las que so­ muy honrado para ser ingenioso en desdoro de su nación.
Go ANALISIS DEL QUIJOTE. 61

168 Esta verdad, notoria á los sabios, no puede hacerse pa­ emprender hechos muy estravaganlcs y desvariados. La venta­
tente y manifiesta á lodos sin subir hasta el origen de la caba­ ja que daban las armas ofensivas y defensivas de mayor fuerza
llería andante, y delinear por menor las costumbres de aquellos y mejor temple, dió motivo al vulgo , que no penetraba ni in­
tiempos: asunto que han ilustrado varios autores célebres; pero quiría la causa de aquella ventaja, para persuadirse á que pro­
asunto vasto, complicado, é incompatible con el objeto de este cedía de encantamiento^
discurso, donde solo puede darse una ligera idea de él. 174 La ¡dea de los campeones protectores déla virtud y
ifíq Tres fueron pues las causas que concurrieron al origen hermosura de las mugeres condujo a' un galanteo ciego y desati­
y progresos de la caballería andante en Europa : la legislación nado , y de este modo fue la debilidad humana viciando poco
de las naciones septentrionales, el gobierno feudal , y la noble á poco la órdeíi de caballería hasta degradarla y reducirla al es—
emulación de las cruzadas. En aquella ifegislacion el abuso de tremo de caballería
I aullante.
las pruebas negativas en los juicios introdujo la purgación por 175 Esta tuvo mayor auge cuando por haberse introducido
agua y hierro, y la iiicertidumbre de esta prueba precisó á re­ una legislación equitativa, y afirmándose el poder monárquico,
currir al combate judicial, que se estendió á toda especie de ac­ se desterró el combate judicial y ¡a odiosa desigualdad que re­
ciones y demandas. sultaba de la anarquía feudal. Entonces, que la orden de la ca­
170 Todas se redujeron á hechos , y estos hechos se deci­ ballería 110 podía subsistir como antes , porque-sus funciones
dían en un duelo. Para arreglarlos se establecieron leyes muy eran peculiares de los soberanos y magistrados, no quedó otra
singulares y discretas, en las cuales estaba enlazada la locura del ocupación á los que querían hacer alarde de caballeros, sino en­
hecho con la racionalidad del derecho: de modo que de su mons­ trometerse á reformar los particulares abusos, que les represen­
truosa unión resultó la caballería andante vestida de todas sus taba como tales sil antojo, su capricho ó su pasión.
estravagancias, á la manera que salió armada Minerva del cele­ 176 De aqui procedió y tomó cuerpo la manía caballeresca,
bro de Júpiter. que no pudo reprimirse ni con la vigilancia de las leyes, ni cori
171 El gobierno feudal era un estado perpetuo de guerra y la autoridad soberana. De aqui el valor importuno y el galanteo
rapiña, en que las personas débiles y desarmadas estaban siem­ idólatra, que se acreditaron inas y mascón el uso de las justas
pre espuestas á los insultos déla fuerza y déla violencia. Aquel y torneos, y de los duelos particulares. De aquí finalmente un
■zclo guerrero y generoso que empeñó á tanta muchedumbre de empeño continuo en impedir el curso de la justicia y substraer­
se de su poder, con otros esccsos contrarios á la religión , á las
caballeros á tomar las armas para defender á los peregrinos opri­
leyes y á la tranquilidad pública.
midos en la Palestina,aquel propio incitó á otros á proteger y vin­
177 Las novelas caballerescas fomentaron estas ideas,y tras­
dicar la inocencia en Europa misma, reprimiendo la violencia
tornaron la fantasía de los lectores, pintándoles campeones ima­
de los poderosos, libertando los cautivos, y vengando á las mu-
ginarios, caballos alados y dotados de inteligencia, hombres in­
geres, á los huérfanos, álos eclesiásticos, y á todos aquellos que
visibles o invulnerables, mágicos interesados en la gloria y re­
no podían por sí mismos tomar armas para resistir á la íuerza
putación de los caballeros, palacios encantados y desencanta­
abierta, ó para defenderse en el combate judicial. dos, y hazañas portentosas é increíbles.
172 De uu objeto tan noble en su principio, tan preciso se­
178 Aquellos esccsos y estas ideas fueron el primer objeto
gún las circunstancias en que se hallaba la sociedad , tan útil á
de la moral del Quijote , y eran comunes á España y á toda
la mayor parte de los hombres , y tan aplaudido por el valor,
Europa aun en los siglos quince y diez y seis. Cervantes inten­
humanidad, pundonor y justicia de los que le ejercian , resultó
to desterrar aquellos escesosy los lilp-os que los autorizaban, y
la orden de caballería, orden de una gerarquía superior á todas lo mteulo sabiendo por cspcricncia propia que su práctica y
las demas, pues que hasta los reyes hacían vanidad de recibir­ lectura era moda dentro y fuera de España , y que eran vicios
la de mano de un caballero particular.
délos hombres, y no precisamente de los españoles.
iy3 Las distinciones y prerogativas de la caballería inspi­
179 Por esto previno en el prólogo de su fábula , que su
raron á varios hombres un fanatismo militar, que les indujo á
62 ANÁLISIS DEL QUIJOTE. 63
primero y principal fin era derribar la máquina mal fundada injusta costumbre de entrometerse un caballero particular a' dar
de los libros caballerescos, y deshacer la autoridad y cabida armas y facultad para usar de ellas á otro, sin mas autoridad
que tenian eu el mundo y en el vulgo', lo que igualmente con­ que la de pedírselo á él el pretendiente. Los privilegios, las fa­
fiesa su contrario Avellaneda, sin embargo del empeño con que cultades y las distinciones solo son justas cuando la autoridad
en lodo lo demás le zahiere, moteja y reprende: y por lo mismo legítima las confiere al mérito, y nunca pueden ser miradas con.
procuró corregirlos viciosa que inducía su lección, impugnán­ respeto las que por sí misma se lomó la fuerza.
dolos con Jas invencibles armas de la razón y déla ironía, abra­ 182 No es menos digno de reprensión el abuso de las cosas
zando todas Jas estravagancias caballerescas, y particularmente sagradas que censura uucstro autor en la vela de las armas que
aquellas que seoponian directamente á las máximasdela religión, hizo D. Quijote. Todos saben que los buenos católicos han pro­
de las leyes y de la sociedad. curado en lodos tiempos implorar la asistencia del Dios de las
180 Para combatirlas empieza Cervantes reprendiendo iró­ batallas eu los lances dificultosos y arriesgados en que iban á
nicamente la preocupación de creer que la formalidad sola de entrar por su religión ó por su patria. Justo era también que el
ceñirle á uno la espada otro caballero bastaba para darle auto­ que emprendía Ja carrera militar con estos honrados y heroicos
ridad de usar de ella, sin otra causa que su voluntad, y sin otros designios buscase el valor y Ja prudencia necesaria para tan
límites que los de su antojo. A este fin pintando ásu héroe ya glorioso como arduo ejercicio en las bendiciones del Omnipo­
en campaña, dice que solo le hizo titubear en su propósito de tente; y asi nada podía discurrirse mas acertado que las vigilias
ir por el mundo á buscar las aventuras el pensamiento de que y velas de las armas que hacían los pretendientes en las iglesias
no estaba armado caballero (1. 9); mas para remediar esta falta o capillas la noche antes de ser armados (como prescriben los
propuso hacerse armar por el primer caballero que encontrase. antiguos estatutos de las órdenes militares) consagrando á Dios
Y como su fantasía, fecunda en producir fantasmas caballeres­ sus armas y personas. Pero cuando esta facultad de armar ca­
cas, se agitó con estos pensamientos, le representó como castillo balleros se la tomaron personas que ninguna autoridad tenian
una venta, como castellano al ventero, como doncellas princi­ para ello, cuando la dignidad de caballero se buscó como puer­
pales á unas rameras, y como trompeta militar el cuerno de un ta para poder oponerse á la justicia, y como carácter que habi­
porquero (1. 13). Las ridiculas escenas que en esta venta suce­ litaba al que le recibía para emprender galanteos locos y aun ca­
dieron, ya cuando D. Quijote suplicó al ventero que le armase, si idólatras, claro está que la vela de las armas era ya tentar á
yacuando este le dió sus instrucciones sobre las cosas deque Dios, buscándole para apoyo de la maldad. Cervantes lleno de
debía ir proveido, ya cuando veló las armas en el patio , y ya prudencia y de religión se burla de este abuso; pero para no
cuando se celebró la ceremonia de armarle caballero, son la mas prolanar con las burlas los lugares sagrados, hace que la vela de
graciosa y ridicula representación délas vanas y estravagantes D. Quijote sea en el patio, dando el ventero la escusa de estar
esterioridades en que se fundaba la caballería andante. caída la capilla.
181 Cierto es que la costumbre de armar caballeros á los jó­ *83 Aquel mirar como cosa Sagrada las armas de un Gaba­
venes que iban á emprender el ejercicio de las armas en defen­ rro , a las cuales ninguno podía tocar sin serlo , está graciosa­
sa de su patria y tal vez de la religión, no se debe mirar como mente ridiculizado en la aventura de los arrieros que iban á dar
una ceremonia vana. Los que hacen estudio de impugnar á Cer­ agua a sus recuas ; y eu |a eslraordinaria manía de D. Quijote,
vantes , y pintar como obra perjudicial su Quijote , en este y que qmso que en adelante se llamasen Don las dos mozas que
otros casos semejantes procuran confundir la justa sátira que le habían cen.do Ja espada y calzado las espuelas , está pintado
hace este autor del abuso de las cosas, con el desprecio ó impug­ con una graciosa ironía el capricho de mirar como dignas de la
nación de las cosas en sí. Pero los hombres juiciosos y desapa­ mayor atención todas las personas p cosas que tienen alguna
sionados conocen desde luego con cuanta delicadeza y tiento
supo el autor ridiculizar los abusos, sin impugnar los usos fun­ ,1’ "*d “'»»".1"«« de ..... libre.»i
dados en la razón. En este claro está que la burla recae sobre la •taáta desordenes y a no respetar á la justicia.
64 ANALISIS
DfiL QOIJOTE. 65
184 De un principio tan ageno de toda razón como dar fa­ res, en que se nota lo parecido de la copia, descubrió todo lo ri­
cultades ^preeminencias quien ninguna autoridad tenia para dículo y despreciable de unas acciones, que aunque prueban el
darlas, y de unos campeones que empezaban la carrera de sus valor de quien las emprende, descubren al mismo tiempo el po­
hazañas con la supersticiosa profanación de las cosas sagradas, co juicio de quien las imagina.
solo podían esperarse atropellainientos injustos , trastorno de 186 De aqui han querido inferir varios estrangeros , y aun
la sociedad, desprecio de las leyes, y una continua transgresión algunos españoles, que el Quijote destruyó las ideas del honor,
de la moral cristiana y de los primeros preceptos de nuestra re­ y extinguió el fuego marcial, que ardía como en su propia esfe­
ligión ; pero cubiertos lodos estos desórdenes con la brillante ra en los corazones guerreros de los invencibles españoles. Pero
apariencia de procurar el bien de todos. En las varias y estradas Cervantes, que habla pasado su juventud en la verdadera escue­
aventuras de Don QuijoLe se ven pintados todos estos abusos la del valor, que es la guerra: Cervantes, que cargado de cade­
con tal viveza , que basta para detestarlos mirar en sus pintu­ nas había sabido procurar su libertad y la de sus compañeros
ras la vergonzosa ridiculez de los originales. con acciones las mas arrojadas , que conserva en la historia de
185 A cualquiera le provoca á risa la estra vagancia de los s.glosla memoria de los hombres: Cervantes, que gloriándo­
D. Quijote en querer que unos hombres á quienes casualmente se c e sus heridas , dijo que el soldado mas bien parece muerto
encontró en el camino confesasen que la hermosura de Dulci­ en la batalla, que libre en la fuga: Cervantes finalmente, que
nea se aventajaba á la de todas las mugeres del inundo ( 1. 34), supo manejar con tanta libertad la espada como la pluma , asi
sin que ellos la hubiesen visto, ni tuviesen la menor noti­ como conocía que la intrepidez del valiente soldado no debe de-
cia de quien era. A la verdad el que leyere este pasage conoce­ enersepor obstáculos ni riesgos, sabia también que el verdade­
rá claramente que estaba loco quien tal disparate pretendía. El ro valor nace de la razón, y que no merece el nombre de valien­
mismo concepto formará también viendo el reto que en medio te el que no gobierna sus acciones con la invariable recia de la
del camino de Zaragoza hizo á todos los que no quisiesen con­ justicia. 3
fesar que d todas las hermosuras y cortesías del mundo esce- 187 Los que han querido defender que el espíritu caballe­
dian las que se encerraban en las alujas habitadoras de aque­ resco era útil para mantener la honradez en los nobles, el valor
llos ¡irados y bosques, dejando á un lado á la señora de su al­ en los mthtares, y el pundonor en las damas, parece que no
ma Dulcinea del Toboso (iv. 235): y todos mirarán estos retos t.enen s.qu.era not.c.a de lo que son los libros de caballerías ■
como tan disparatados que se persuadirán á que solo pudieron pues basta su lectura para conocer que estas monstruosas y per-
existir en la fantasía de un poeta. Pero esto mismo, que nos pa­
rece increíble por descabellado, es loque encontramos celebrado dez y de las obl.gamones características de los nobles ■ que des­
en varias historias antiguas. El famoso Hernando del Pulgar en figuraban la .dea del valor, torciéndole á lo injusto , y hacién-
su libro de los Claros Pacones de España ensalza hasta el es- ^^generar en temeridad reprensible; y finalmente que al pa-
trenio la famosa locura de Suero de Quiñones en la defensa del que colocaban el pundonor de las damas en puras esteriorí-
paso de Orbigo, perpetuada en un libro intitulado el Paso hon­ dades, banqueaban la puerta para la disolución mas abomina­
roso. El mismo Hernando del Pulgar, colonista de ios Reyes ble, ensenando tercerías, tratos clandestinos, robos y otras abo
católicos, conoció á D. Gonzalo de Guzman, á Juan de Merlo, á esfoZTíuS C0U PlntadaS C0,a° ejtíCUtadaS -
Juan del’olanco, á Aliarán de Vivero, á Pero Vázquez deSaya-
enZ JÍl'Z ZXy'r lX^da‘ ’ m
vedra, á Gutierre Quijada , á Diego de Valera , y otros que se
fueron por los reinos estraños á hacer armas con cualquiera ser útiles los desfacedore/de f i r cIue Pod¡an
caballero que quisiese hacerlas con ellos, siti otro objeto que lo que esta espresion significaba las óbr’ ‘""T P°dia decírse
que llamaban ganar prez y honra. Ve aquí los originales que co­
pió Cervantes en los ridículos retos de D. Quijote, y los que su­ defendpr A Vvc • • . ’ P ote&ci a ios huérfanos, v
an! lnJUStameute perseguidos. Pero Cervantes escri-
po retratar con tal destreza, que conservando lodos los caraclé-
5
gg ANALISIS DEL QUITOTE. 67
b!<5 en ttn siglo en que ya establecidas en un pie respetable las clones particulares, ¿qué perjuicios, qué destrozos, qué ruinas
monarquías , liabia en ellas leyes que prohibían estos desórde­ no ha causado á las naciones ? Pues si miramos con ojos filosó­
nes, magistrados que cuidaban de la observancia de estas leyes, ficos y desapasionados el origen de estos males, veremos que no
y de proteger á los oprimidos, y finalmente monarcas á quienes ha sido otro que el querer sostenerla autoridad particular con­
apelar de los agravios que pudiesen hacer los misinos magistra­ tra la pública y legítima.
dos: siglo en que, según toda razón, debían ser no solo inútiles, iga Las fuerzas que tenían los particulares , y que habían
sino, perjudiciales á la distribución de la justicia esos hombres servido para la defensa de ios estados, separadas de este digno
que á fuerza de armas quisiesen desfacer tuertos. Porque su­ objeto , se emplearon unas contra otras en daño de los mismos
pongamos que los magistrados faltasen á la distribución de la particulares y del común. Cada uno, porque era caballero y fuer­
justicia , y que el soberano engañado cerrase los oídos á te, creyó poder sostener sus derechos con sus armas, y canoni­
las quejas : si en este lance ( que es el mas estrecho que zaron con el nombre de hechos valerosos las hostilidades come­
puede suponerse ) saliesen esos hombres armados á restablecer tidas contra sus mismos conciudadanos, y las rebeliones contra
la justicia, que no administraban ni los magistrados ni el prín­ ses señores legítimos. En esto colocaban el valor las novelas ca­
cipe, el remedio de una injusticia particular produciría inuu- ballerescas, pintando héroes respetados por la fuerza de su bra­
merables injusticias. zo: héroes a quienes los mismos soberanos hacían la corte, cre­
189 Pero si por desfacedores de tuertos entendemos los ca- yendo que de su capricho dependía la firmeza de sus tronos, y
bulleros ú hombres poderosos, que emplean su autoridad y po­ que si los descontentaban, eran capaces con sus esfuerzos de re­
der en beneficio de los desvalidos, autorizando sus quejas en los ducirlos del estado de reyes al miserable de mendigos.
tribunales, sirviéndose de su cercanía al trono para que lleguen 1 g3 Cervantes, que era mas filosofo de lo que muchos creen,
á los oídos de los soberanos los ayes de los miserables, que sue­ descubriendo una de las principales fuentes de estos daños en
le apartar la adulación, y finalmente socorriendo sus necesida­ el euado concepto que hacían formar del valor y mérito de los
des con las copiosas sobras de sus rentas , no hay duda en que caballeros estas monstruosas novelas , reprende este vicio , pin­
estos son útilísimos en el mundo ; mas también es cierto que ni tándole con toda su ridiculez, cuando D. Quijote refiere á San­
eran estos los campeones celebrados en los libros de caballerías, cho la llegada de un caballero á Ja corte de un poderoso rey (i.
ni los impugnados en el Quijote, y que por consiguiente su au­ 222), las distinciones' que este le hace, y finalmente que el caba­
tor está libre del cargo que quieren hacerle,de haber despojado llero le saca victorioso de sus enemigos, venciendo muchas ba­
á la nobleza de los pensamientos heroicos y grandes, que hicie­ tallas y ganando muchas ciudades. Pero antes que 1). Quijote
ron eterna la gloria de sus progenitores. haga esta menuda descripción de los heroicos hechos del caballe­
iqo No eran menos contrarias las novelas caballerescas á la ro imaginario, tiene una conversación con Sancho, en la cual se
idea y concepto que debe formarse del verdadero valor, pues da á conocer mas claramente el objeto de Cervantes. Propone
en ellas se destruían las justas causas que deben ponerle en Sancho á D. Quijote que en lugar de andarse por el mundo bus­
ejercicio , substituyendo otras que son ilegítimas y viciosas: se cando las aventuras, se vayan á servir en la guerra á algún em­
referian hechos que por increíbles en el orden natural eran in­ perador ó príncipe, y le demuestra con razones sencillas , pero
capaces de escitar á la imitación , y asi solo producían una ad­ convincentes, que aquel era el medio mejor de acreditar su valor,
miración inútil; y finalmente se recurría para las principales y alcanzar recompensas dignas. D. Quijote , convencido con la
acciones á una especie de máquinas que trasformaban el valor fuerza de la verdad, le dice que tiene razón; pero le añade, que
en cobardía. .
antes, que se llegue á ese término es menester andar por el
tgt Cuando el valor de los súbditos se ha reunido bajo la mundo, como en aprobación , buscando las aventuras. Ve aqui
conducta de un caudillo, ha producido sin duda las acciones pintado al vivo el desvariado concepto que tenían del valor y del
mas gloriosas y mas útiles para el beneficio de los pueblos. Pe­ modo de acreditarle. Antes de emplear el esfuerzo en el servicio
ro este mismo esfuerzo separado y dividido en bandos y fac- J defensa de la patria, quiere adquirir nombre con aventuras m-
63 ANAHS1S DKL QUIJOTE. gq
justas y perjudiciales. Si este es el espíritu que echan menos los Valora refiere, que habiéndose echado a' dormir la siesta el Cid
impugnadores del Quijote, desde luego les concederemos que sobre unos escaños el dia de las bodas de sus hijas, se soltó un
Cervantes pretendió eslinguii’le. Pero sepan que á pesar de sus león, y entró en la sala , de lo que se asustaron grandemente
discretas burlas ha durado largo tiempo esta desatinada creen­ los infantes de Cárrion sus yernos. Pero dispertando el Cid los
cia : que han sido menester muchas leyes y mucho rigor para reprendió tratándolos de cobardes , y ató el león sin dificultad
contener los frecuentes desafíos, que producía el arraigado error ninguna. Solo quien estaba infatuado con los desvarios caballe­
de querer acreditarse de valientes fuera de las campañas: que rescos podia pintar como posible atar un león como quien ata
en España se ha disminuido mucho este daño, no tanto por un perro; y cualquiera hubiera tenido por loco á un hombre que
las sátiras de Cervantes, cuanto por las sabias providencias de tratase de cobardesá los que huían de un león. Estas tabulas
los soberanos de la casa de Borbon, y que sin embargo vemos bastarían para desacreditar al Cid si no supiéramos otros hechos
aun lastimosamente en nuestros días, que quieren acreditar su menos maravillosos, pero que prueban mas claramente su va­
valentía en un duelo particular algunos que quizá no son capa- lor. Quizá tuvo presente esta historieta Cervantes cuando pintó
ces'de mostrarla al frente del enemigo. la temeraria aventura de los leones (ni. r6a), con la cual y con
Iq4 No paraba aqui el perjuicio que las novelas caballe­ otras temeridades que emprendió D. Quijote , y de que salió
rescas causaban al verdadero valor. Ademas de sacarle de su unas veces bien por pura casualidad, y otras mal por el orden
natural esfera, que es la guerra, y emplearle en acciones te­ regular de las cosas, ridiculizo las fabulosas valentías de las no­
merarias é injustas, le pintaban con tales colores, que al mis­ velas caballerescas, que admiraban los simples, y solo podían
mo tiempo que aparecía digno de la mayor admiración , se imitar los locos.
descubrió incapaz de ser imitado. Aquel ponerse un hombre rgó Pero aun los mismos autores délos libros de caballerías
solo delante de un ejército entero, y desbaratar sus escuadro­ conocieron la inverosimilitud de estas proezas referidas como
nes,^arrebatarle sus banderas, y ganar una completa victoria, obras del valor de los hombres solamente, y por eso recurrieron
á cualquiera le parecerá que mas es un milagro, que un hecho á los encantamientos. Estos les servían no solo para hallar una
valeroso. El derribar las murallas de un castillo, arrancar las solución fácil en los lances mas intrincados, sino también para
puertas de uña torre, y otras cosas semejantes, se miran como hacer creíbles las acciones que eran superiores á las fuerzas de
hechos de unos hombres de estraodinaria fuerza , y muy dis­ un hombre. Nació esta quimera de la preocupación con que en
tantes de la esfera de los demas hombres: y asi ninguno puede los siglos de la ignorancia se creia maravilloso todo lnque no se
pretender imitarlos , cuando conoce por las esperiencias coti­ comprendía á primera vista. Por esto (como ya se ha notado)
dianas que sus fuerzas son limitadas, y él incapaz de acabar em­ luego que vieron que en los duelos particulares algunos campeo­
presas estraordinarias. Para que las hazañas que se nos refieren nes tenían armas de mucha inas fuerza que las de los demás con­
nos provoquen á imitarlas, es necesario que las veamos en hom­ currentes (efecto preciso de su mejor temple), como no conocían
bres como nosotros, y para esto es preciso que sean verosímiles. el mecanismo de esta causa, se dieron á creer que aquellas armas
ig5 El espíritu caballeresco, no contento con atribuir estos teman una oculta virtud, que llamaron encantamiento. Las mis­
hechos á los quiméricos héroes de sus novelas, se atrevió á in­ mas leyes autorizaron esta preocupación mandando que. los jue­
troducir semejantes ficciones en las historias , desfigurando de ces hiciesen registrar á los combatientes para quitarles las yer­
tal modo las hazañas de nuestros grandes capitanes, que los he­ bas encantadoras, caso que las llevasen, y para precisarlos á ju­
chos que contados sencillamente como fueron, despertarían el rar qne no teman mas. De este modo se abrió la puerta á los
valor de cuantos los leyesen, referidos con tantas inc.reibles aña­ encantamientos, prestigios y hechos de armas portentosos é in­
diduras solo sirven para escitar una estéril admiración, ó tal vez creíbles: y estas semillas fecundadas en la fértil imaginación de
la risa de los que miran su inverosimilitud. Y esto es loque nota los escritorgsd e no yela s, produjeron tantas y tan ridiculas estra-
Cervantes en boca del canónigo de Toledo, que encontró á Don vagancias , que no es posible referirlas todas. De aqui salieron
los palacios y jardines encantados , de aqui las trasformaciones
Quijote cuando le llevaban á su aldea (u. 345). Mosen Diego de
ANALISIS DEL QUIJOTE. 71

repentina«, de aquí el quedar en un momento despojado de sus das escelentes; pero sobre todas la del jaez en albarda cuando en
fuerzas un caballero el inas valiente y esforzado, y de aquí final­ la venta disputaba D. Quijote que la bacía era el yelmo de Mam-
mente aquellos encantadores amigos <5 enemigos, que ayudaban brino (11.287).
ó impedían las proezas de los caballeros. 2ot Uno de los efectos maravillosos de los encantamientos
197 Por solo estar mezeladas con semejantes encantamientos era quitar repentinamente las fuerzas á un caballero para estor­
las hazañas que referían las historias caballerescas, es preciso barle alguna hazaña: de donde tal vez tuvieron principio cier­
que fuesen del todo inútiles para escitar el valor. Pues ¿qué va­ tos hechizos y aligaciones, á que aun en nuestros tiempos suele
lor hay en esponerseá las flechas del contrario, cuando está uno dar crédito el vulgo. La burla que de esto hace Cervantes es
cierto de que es imposible que penetren la coraza encantada con muy oportuna. D. Quijote viendo por las bardas del corral que
que está guarnecido el que las espera? ¿Y cómo ha de temer el manteaban á su escudero , quiso socorrerle; pero molido de los
sonrojo de salir mal de una empresa el que tiene la escusa de que golpes del moro encantado, y debilitado con la operación del
un encantador contrario estorbó su feliz éxito? saludable balsamo, ni pudo saltar las bardas, ni siquiera apear­
198 Estas reflexiones, que cualquiera podía hacer leyendo se ■> y al punto creyó que le habían encantado (1. 168). Mas
los libros de caballerías , hubieran bastado para hacer despre­ para acabar de descubrir lo ridículo de tales sucesos es menes­
ciables todas aquellas proezas y hazañas; pero el vulgo, enemigo ter ver el discurso que después de esta aventura hace D. Quijo­
siempre de reflexionar , los leia con el aplauso que lee en nues­ te á su escudero, proponiendo buscar una espada que estorbe
tros tiempos los romances de guapos y bandoleros, llenos tam­ el efecto de los encantamientos como la de Amadis.
bién de acaecimientos falsos é imposibles» y aun la gente mas 201 Con todo, ninguna de estas cosas disminuía tanto el mé­
culta se contentaba con el gusto que causa lo maravilloso , sin rito de las acciones de valor de los caballeros andantes como el
suponer que cada uno tenia un sabio encantador que le ayuda­
querer tomar el trabajo de examinar lo cierto ó verosímil. Cer­
ba, y otro que se le oponia, semejantes en algún modo á los dos
vantes, para que las gentes conociesen lo ridículo de estas inven­
ciones sin el trabajo de reflexionar sobre ellas, y se convenciesen principios de los mamqueos. Tales eran el sabio Fresten, que por
favorecer á otro caballero su ahijado perseguía á D. Quijote ( 1.
de que el verdadero valor no se funda en imaginaciones fantás­
56); el que llevaba á este (según él creía) en el barco encanta­
ticas, sino que nace de un ánimo noble, acostumbrado desde la
do ( 111. 297), y el que le pareció que estorbaba esta aventara
infancia á mirar la honra con mas aprecio que la vida, y persua­
(111. 004 ), con otros diferentes de que se hace irónica mención
dido de que esta se debe ofrecer gustosamente en sacrificio por la
en el discurso de la fábula. Claro está que ayudados de estos
religión, por la patria y por el soberano, representó en el cuadro
encantadores podrían acabar los caballeros estraordinarías em­
de su fábula la fantasma del encantamiento con todos los aspec­
presas; pero claro es también que con este ausilio sus acciones
tos que Labia tenido en los libros de caballerías; pero descu­
heroicas mas eran obras de encantamiento que pruebas de va­
briendo su inverosimilitud en todos ellos. lor.
igg Burlóse de los palacios encantados en la aventura de la
so3 y si para este no eran conducentes los libros de caba­
cueva de ¡Montesinos (Iil. 229) , en que D. Quijote creyó haber llerías, mucho menos lo eran para mantener el recato y hones­
visto á Durandarte , á Belerma , al mismo Montesinos y á otros tidad propia de las doncellas y matronas principales , pues los
personages, entre los cuales no olvidó á la señora de su alma. tales libros se puede con verdad asegurar que son escuela de li­
200 De las trasformaciones por encantamiento son repetidas
viandad yjdesenvoltura, por lo cual Cervantes reprendió dis­
y graciosas las burlas que se encuentran en el Quijote. La de los
cretamente en su Quijote los desórdenes de esta especie, que
■ ■¡gantes en molinos de viento (t. 61), la de los ejércitos en reba­
enseñaban y autorizaban semejantes novelas.
ños de carneros (1. 171), la de Dulcinea en labradora (111. 92),
204 En los tiempos en que estaba recibida la apelación por
ja del caballero de ¡os Espejos en el bachiller Sansón Carrasco, duelo, las damas combatían por medio de sus campeones, á los
v su escudero en Tomé Cecial (111. 142), y la del que engañó á cuales cortaban la mano en caso de vencimiento, y en algunas
la hija de Doña Rodríguez en el lacayo Tosilos (tv. 201) son to­
-2 ANALISIS DEL QUIJOTE. 78
partes no condenaban á las mugeres á la prueba de agua <5 hier­ los que hasta allí habían bastado, recurriendo á la estrecha
ro sino cuando no había quien se presentaseá defenderlas. Asi clausura de sus casas, y á la perpetua custodia de las dueñas.
Ja necesidad del combate judicial para las acciones y demandas, 209 Pero este remedio en vez de estorbar el daño sirvió so­
la poca confianza en los campeones mercenarios , y la flaqueza lamente para mudar su aspecto. Leian estas encerradas donce­
personal de las damas fuçron causa deque estas obsequiasen y llas para divertir su soledad aquellos perjudicialísimos libros de
estimasen en mucho á los caballeros arrestados y valerosos que caballerías: encontraban en ellos mil historietas amatorias, en
podían ampararlas; y esta idea de protección tan lisonjera y tan las cuales los caballeros enamorados se pintaban como héroes ,
conforme al gusto dominante , los inclinó á emprender volun­ y la facilidad y desenvoltura con que los escuchaban las donce­
tariamente la defensa de las mugeres nobles y hermosas. Dese­ llas se trataba de justa correspondencia; y estas especies forma­
mejantes ¡deas , recibidas generalmente en aquel tiempo , pro­ ban en la imaginación viva de las jóvenes unas ¡deas muy con­
vino el amor caballeresco, esto es, la ciega pasión de las damas trarias á la razón. Miraban su encierro como una esclavitud, á
por los caballeros valientes , y la veneración idólatra de los ca­ sus padres como unos tiranos, y su vida retirada como la ma­
balleros á las damas. yor miseria. Fortificaban tal vez estas ideas las mismas dueñas
205 Por estos pasos logró introducirse en Europa el espíritu a cuya custodia estaban encargadas, las cuales por ignorancia
de la caballería y del galanteo, y todos adoptaron con gusto sus ó por malicia les contaban cuentos de la misma moral que las
principios; pero singularmente los nobles, que al fin asi como no novelas.
reconocían otra ley que su espada , tampoco tenían otro ídolo 210 De tan perjudiciales principios se seguian ordinariamen­
que su dama. te lastimosas consecuencias , pues deseosas de ser estimadas,
206 Estos fueron los héroes que se propusieron los escrito­ Veneradas y aplaudidas, como aquellas que en los libros y cuen­
res en sus obras, las cuales dieron un prodigioso crédito al sis­ tos eran celebradas, correspondían fácilmente y sin considera­
tema de la caballería, porque sus copias escedian en mucho la ción á las señas y mensages que les enviaban los caballeros
estravagancia de los originales. Las novelas de caballería ^di­ (perseguidores bajo el título de defensores déla honestidad)
ce un autor moderno )/¿son/ear ora el deseo de agradar d las ganando con el soborno á los mismos domésticos y familiares.
damas,\ y dieron á una parte de la Europa el espíritu de galan­ Seguíanse después las conversaciones nocturnas en los terreros,
tería poco conocido de los antiguos. La idea de los paladines proporcionando estos mismos desórdenes las dueñas á quienes»
protectores de la virtud, de la debilidad y de la hermosura de engañados los padres, fiaban el cuidado de sus hijas; y aun por
las mugeres, condujo á la galantería , la cual se perpetuó con eso vemos cuan acordes están nuestros escritores en tratarlas de
el uso de los torneos, que uniendo en sí los derechos del valor y terceras.
del amor, le dieron mucha consideración y aumento. 211 De aqui resultaba muchas veces que los padres llegan­
207 Imbuidos pues los caballeros en las máximas que leían do á conocer , aunque tarde, estos desórdenes , convenían tal
en estos libros, y que con su lectura estaban generalmente reci­ vez, por no esponerse á otros inconvenientes , en matrimonios
bidas, miraban como obligación precisa de todo noble tener una que jamas hubieran aprobado en otras circunstancias. Otros »
dama á quien consagrar sus acciones.- obligación la mas opuesta, tratándolas con mas dureza, las obligaban á dar la mano de es­
110 digo á la moral cristiana, sino á la misma fe que profesamos. posas á personas que ellas miraban con aversión , ó las hacían
208 La vanidad y el deseo de ser celebradas y servidas son por fuerza que entrasen religiosas, á trueque de no tener un
las pasiones que mas dominan á las mugeres, y por consiguiente continuo sobresalto en su casa: y aunque estos males eran gra­
Jas mas capaces de hacerlas atropellar los términos del decoro vísimos, con lodo solían producir otros de peor especie los amo­
y la modestia, virtudes características de su sexo. Por estopara res clandestinos, protegidos y disimulados por las dueñas y por
estorbar los peligros de unos galanteos tan públicos y autoriza­ los escuderos de las casas.
dos por la costumbre, se vieron obligados los padres y deudos 212 Para conceder pues que los libros de caballerías inspi­
á guardar á sus hijas y pacientas con medios mas rigurosos que rasen máximas de recato y honradez á las doncellas, era mcues-
74 ANALISIS DEL QUIJOTE. ?5

ter cerrar los ojos y no ver estas funestas consecuencias de sus vilegios déla caballería. Este estravagante modo de pensar des­
principios y máximas: consecuencias que no se siguieron por pu­ cubre Cervantes cuando el mismo D. Quijote, que con tanta
ra casualidad, sino por una precisa conexión atendido el carácter acrimonia reprende á balicho porque creía haber notado algu­
de los dos sexos y la humana flaqueza. na familiaridad entre Dorotea y su esposo D. Fernando ( n.
213 Pero no decimos por esto que sea útil á las buenas cos­ 3o2), ese mismo cree que la hija del castellano le viene á solici­
tumbres criar á las doncellas principales con toda libertad, per­ tar de nocheQ. t5o), y que la hija de un rey á cuya corte llega
mitirles sin distinción todo trato, y fiar de la prudencia de una un caballero andante, es preciso que se enamore y entregue al
nina de poca edad el evitar por sí misma los peligros que se en­ tal caballero (i. aa5).
cuentran con frecuencia aun en la sociedad y trato que parece 216 Esta persuasión dél mérito intrínseco de los caballeros
mas inocente, pues para imaginarlo seria menester carecer de se estendili á creer que un amante por solo estar enamorado era
razón: y aun cuando la razón no probara lo contrario,lo proba­ acreedor de justicia á ser correspondido : error que apoyaron y
rían tristemente mil esperiencias de nuestros dias. Lo que de­ difundieron los poetas. El amor que tenia Crisòstomo á Marcela
cimos es que las máximas de los libros de caballerías eran muy es un retrato de las funestas consecuencias de tan necio principio;
contrarias al recato y á la honestidad: que en ellos se aprendía pero el razonamiento de Marcela es la mas juiciosa impugnación
leyendo la disolución que hoy se aprende tratando; j finalmen­ de esta locura ( i. iSi ).
te que la sátira de Cervantes contra los escesos de aquellos tiem­ 217 A'o eran menores los daños que producia en las donce­
pos no pudo ser de ningún modo causa de los que por camino llas la lectura de los libros de caballería. Los padres, temerosos
contrario esperimentamos en los nuestros. de ios perjuicios que podian seguirse ásus hijas con el trato de
214 Para evidenciar esta verdad será menester que recorra­ aquellos jóvenes, que no solo creian inocente la paga de sus
mos brevemente todos los principales amores de que so habla amores, sino que se miraban como con un derecho para exi­
en el Quijote. Y empezando por los de este con su señera Dul­ ge la , se persuadieron á que para defenderlas de este daño era
cinea (i. i i ), veremos luego que en ellos se ridiculiza aquella suficiente remedio el encerrarlas. Muchos han creído que Cer­
famosa preocupación de que todo caballero debia ser enamora­ vantes pretendió reprender este retiro, y por eso le miran como
do, pues ninguna otra razón tuvo D. Quijote para decir que lo autor de la desenvoltura y libertad de nuestros días; pero los
estaba, sino seguir esta costumbre, que juzgaba tan precisa; Es­ que asi piensan, o 110 han leido el Quijote , ó no le han enten­
to se conoce claramente en su conversación con Vivaldo (i. i ia), dido. D. Quijote respondiendo á Altisidora en un romance, le
asi como en las juiciosas reconvenciones de este se ve cuán sin dijo estas cuatro coplas , dignas de que las tengan presentes
fundamento y cuán contra la religión era esta preocupación ca­ todas las madres ( ív. 88).
balleresca. Alguno podrá decir que unos amores tan castos y
platónicos como los de D.Quijote nada tenían de malo; pero na­ Suelen las fuerzas de amor
die puede tener por bueno el creer que todo caballero debe ser sacar de (juicio las almas,
enamorado: y la esperiencia nos enseña que muchos galanteos, tomando por instrumento
que se empiezan solo por vanidad, ó por hacer lo que otros ha­ la ociosidad descuidada.
cen, snelen traer tan funestas consecuencias como los que son Suele el coser y el labrar,
hijos de una pasión vehemente. y el estar siempre ocupadas,
215 Al mismo tiempo que los caballeros miraban á todas las ser antídoto al veneno
damas como unas Porcias en la fidelidad y en el recato , á ese de las amorosas ansias.
mismo creian cosa muy natural que enamoradas de un caballe­ Las doncellas recogidas,
ro le buscasen y se entregasen á él: de modo que parece que la (jue aspiran d ser casadas,
facilidad mas detestable no era liviandad siempre que fuera un la honestidad es la dote
caballero el objeto á que se dirigiese. A tanto llevaban los pri­ y voz de sus alabanzas.
?6 DEL QUIJOTE. 77
ANALISIS
Los andantes caballeros, pretendida por los principales de su pueblo, se vió sola, abando­
y los que en la corte andan, nada y desnuda en una cueva por haberse salido de casa de sus
requiébranse con las libres, padres con Vicente de la Rosa, de quien se enamoró solo por
con las honestas se casan. ver su gallardía y oir las mentidas proezas que contaba (11. 36r).
E11 esto también se nota otro riesgo de la lectura délos libros de
ai8 Esto mismo confirmó cuando dijo á los Duques la segun­ caballería; pues como en ellos se pintan la verdad y la constan­
cia como prendas propias de los enamorados , las doncellas ig­
da vez que estuvo en su palacio, que el mal de Altisídora nacia
de ociosidad, que la tuviesen ocupada , y se dejaria de amores norantes creian verdaderas las protestas de los hombres, y estos
(iv. 33g). Lo cierto es que los inconvenientes que se seguían de consultando sus livianos deseos, y no las verdaderas reglas del
aquel encierro no consistian tanto en el mismo encierro, como honor, las abandonaban, como D. Fernando á Dorotea. Por eso
en que en él, en vez de estar empleadas en ocupaciones hones­ cuando Sancho encontró á la hija de Diego de la Llana fuera de
tas é inocentes, se divertían en leer historias caballerescas, co­ su casa en trage de hombre (tv. 126)!, aunque conoció que todo
aquello era una niñada, la reprendió y amonestó que no volviese
medias y poesías amorosas, y con esta lectura se dispertaban las
á hacerlo, dando á entender las funestas consecuencias que sue­
pasiones, que no podia por sí solo estinguir el retiro. Este abuso
len acarrear las libertades que parecen inocentes.
da á entender Cervantes cuando Cardenio refiere que Luscinda
le pidió el Amadis (1. 273), y cuando Dorotea dijo al cura que 222 También solía ser á veces inútil el recurso de la custodia
habia leido muchos libros de caballerías (11. 2g). y encierro para la guarda de las doncellas, porque llegaba tar­
2tg Llenas pues de ¡deas caballerescas, no se detenian las de. Bien lo prueba la historia de los amores de Cardenio y Lus­
doncellas mas recatadas en tomar las mas arrojadas resolucio­ cinda, á la cual guardaron sus padres después que el trato de la
nes. Véase esto retratado al vivo en la de Luscinda, que tuvo es­ niñez habia sembrado en su tierno corazón las amorosas ansias
condida una daga para matarse la noche de sus bodas con Don (1. 267). Lo misino sucedió también con Quiteria, que ya estaba
enamorada de Basilio cuando sus padres impidieron que le tra­
Fernando (1. 3ag), en la de Dorotea de irá buscar al mismo D011
tase (111. 187).
Fernando para vengar en él su deshonra (ti. ig); pero mas trá­
223 Solos estos pasages bastan para conocer que las máxi­
gicamente en el arrojo de Claudia Gerónima, que por unos zelos
mas del Quijote, lejos de abrir la puerta á la desenvoltura y li­
mal fundados dio muerte por su propia mano á su amante Don
bertad de las doncellas, están continuamente reprendiendo este
Vicente Torrellas (tv. 242).
abuso; y á esto mismo conspiran varias reflexiones que se en­
220 Todos estos escesos provenían de que las doncellas, des­
cuentran esparcidas por toda la obra.
lumbradas con las agradables pinturas del amor que leian , se
224 Tal es la que D. Quijote hizo hablando con Sancho, que
arriesgaban con facilidad al clandestino trato d'e las rejas y ter­
estrañaba que Altisídora se hubiese enamorado de su amo siendo
reros , como lo muestran los amores de Doña Clara y D. Luis,
tan feo: á lo que replicó D. Quijote haciéndole ver que el amor
siendo ellos por otra parte dos criaturas inocentes (11. 262).
que se funda en la estimación de las prendas del alma, es firme y
221 Seguíanse después las solicitudes de los amantes, y las
verdadero, y el que solo tiene por objeto la hermosura eslerior,
tercerías de las dueñas ó criadas , como se ve en los amores de ligero é inconstante (tv. 218).
D. Fernando (11. g) y la historia de la Trifaldi (ív. 1 7); y de este
22Ó También es oportunísima la reflexión del cabrero aman­
modo se venían á encontrar las inconsideradas doncellas en los
te de Leandra, sobre que los padres dejen á sus hijas que esco­
lances que no supieron precaver, de lo cual se arrepentían las
jan á su gusto el que ha de ser su esposo, pero que no les propon­
mas veces, aunque tarde, pues su poca honestidad las obligaba
gan sino partidos buenos, para que no sea el antojo, sino la
después á quedar deshonradas, ó contentarse con bodas desigua­
razón quien mueva su ánimo (11. 358). Esto mismo apoya Don
les y poco ventajosas. Asi sucedió á la burlada hija de Doña Ro­
Quijote yendo á ver las bodas de Camacho, con razones eviden­
dríguez , que se contentaba con casarse con el lacayo Tosilos
tes, haciendo ver que el capricho de las muchachas de ordinario
(IV. 202), y asi también á Leandra , que después de haber sido
7S ANALISIS nsí. QUIJOTE. jrq

se inclina á lo peor; y como la compañía de los esposos du ra toda rácter á los espresados señores. En aquellos tiempos era muy
la vida, ellas mismas se arrepienten, aunque tarde, de sus ma- común la costumbre de mantener bufones para su diversión
las elecciones (ni. 189). los príncipes y grandes, y se premiaba mucho masía chocar­
226 Quizá nos hemos detenido demasiado en referir los per­ rería de un juglar, ó el insulso chiste de un tuno que le hacia
juicios que los libros de caballería causaban en las costumbres, alguna burla, que los científicos descubrimientos de un sabio,
y con cuanta razón y prudencia los combatió Cervantes en su y el laúdale zelo de quien promovía sus estudios. Don Quijote
Quijote; pero todo era necesario para vindicarle del injusto- car­ discreto é instruido era objeto de compasión para el prudente
go que han querido hacerle algunos críticos mas severos que jus­ canónigo, que veia malogradas estas prendas por su loca caba­
tos. Cervantes tuvo gran juicio y grao conocimiento del corazón llería, y asi procuraba tomar por instrumento su discreción para
humano, y asi procuró, desterrando los libros de caballería, ar­ desengañarle de sus extravagancias; pero los Duques y D. Anto­
rancar la raíz de innumerables vicios, que no eran, hablando nio, como solo procuraban divertirse, fomentaban su manía , y
con propiedad , un abuso que la malicia humana hacia de unas hacían de modo que su misma discreción y buen discurso le en­
obras en sí buenas, como han pretendido algunos, sino una con­ redase mas en el lazo de su locura.
secuencia precisa de los principios fundamentales de los referi­ 23r A la verdad es menester olvidarse de la caridad cristia­
dos libros. na , y aun de la humanidad misma, para estimar mas la diver­
227 Mas como nuestro autor se proponía el verdadero objeto sión frívola de oir ó ver cuatro dislates, que la salud y la razón de
de la sátira justa, que es mejorar á los hombres', no se contentó un individuo de nuestra misma especie. Entre algunos pueblos
con impugnar los vicios caballerescos, sino que de paso, y según de nuestra Europa se tienen y miran como un sagrado las casas
le venia la ocasión, reprendió casi todos los defectos délas demas de locos: nadie entra en ellas que 110 contribuya á la curación ó
profesiones o estados , ó ya proponiendo y alabando á los que alivio de aquellos miserables. Costumbre digna de que se imita­
eraban libres de ellos, ó ya ridiculizando á los que en ellos in- se en todas partes, cortando el inhumano abuso de que entren
currian. todos los que quieran á divertirse con hablarles desús locuras,
228 Con esta mira puso varios ejemplos déla hospitalidad, confirmándolos mas en ellas. Lo que mas debe admirar en nues­
que es la que mantiene el trato y comercio de los hombres unos tro asunto es que muchas gentes, que son naturalmente tiernas
con otros, ya en el buen acogimiento que hicieron á D. Quijote y compasivas, suelen sin embargo gustar de tan bárbaro recreo,
los cabreros (i. 89 ) con quienes cenó y pasó la noche que pre­ lo cual procede sin duda de no considerar á los locos como en­
cedió al entierro de G risóstomo, ya en la afabilidad y cortés trato fermos, y creer que porque ríen, comen y nada les duele, no
de D. Diego de Miranda y su familia (111. i73) : ya en la afable son acreedores á nuestra lástima: error que nace, como otros
generosidad del canónigo de Toledo con quien comieron D. Qui­ muchos, délas falsas ideas que se reciben en la crianza.
jote, el cura y la demas comitiva al volver deSierra Morena 232 Esta es la principal fuente de la felicidad ó infelicidad
(11. 338). de los hombres y de los estados. Asi lo conocía Cervantes, y asi
229 He citado estos ejemplares, y no el magnífico recibi­ lo manifiesta en varios pasages; pero con especialidad en el dis­
miento que tuvo en el palacio de los Duques (111. 3og), ó el que creto razonamiento en que dice D. Quijote á D. Diego de Miranda
le hizo en Barcelona D. Antonio Moreno 0v. aóy), parqueen los (ni. i53): Los lijjos, señor, son pedazos de las entrañas de sus
primeros se ve una voluntad sencilla de acoger á un hombre fo­ padres . ... A los padres toca el encaminarlos desde peque­
rastero, y procurarle el alivio y descanso que no puede encontrar ños por los pttsos de la virtud, de la buena crianza, y de las
fácilmente el que está fuera de su patria o' domicilio, en lo cual buenas y cristianas costumbres, para que cuando grandes
consiste la verdadera hospitalidad; pero en los Duques y en Don sean báculo déla vejez de sus padres, y gloria de su posteri­
Antonio lo que mas se descubre es el deseo de divertirse con un dad.
loco y con un simple, graciosos ambos en su linea. 23o Sabia también nuestro autor que la crianza que mas im­
a3o No le faltó tí Cervantes motivo para suponer de este ca­ porta es la de la nobleza; y por eso en el citado razonamiento
8o AXALISfS BEL QUIJOTE. §1
hace decir á D. Quijote: TVo penséis que yo llamo vulgo sola­ muchos héroes, con sola la luz de la razón no Solo han despre­
mente día gente plebeya y humilde, que todo aquel que no sabe, ciado estos acontecimientos casuales y frívolos, sino que los han
('J aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en número aplicado diestramente á sus intentos , haciendo servir á ellos la
de vulgo. Pero no ignoraba que para la felicidad completa de un credulidad c ignorancia del vulgo. Aqui se vg que Cervantes es­
estado es necesario que la buena crianza sea general, y que el taba libre de las preocupaciones de su siglo , y que supo cono­
pueblo se crie sin aquellas preocupaciones y resabios que le se­ cerlas, publicarlas y reprenderlas con el tiento y circunspección
paran de las ocupaciones en que debe emplearse, ó le estorban que pedían aquellos tiempos: por lo cual merece mas gloria que
los adelantamientos que pudiera lograr. algunos escritores de nuestro siglo, porque mucho antes, y sin <
234 Deseando Cervantes abrir los ojos á sus compatriotas so­ tener igual libertad que ellos , corrigió los mismos abusos.
bre un punto tan esencial, hizo un catálogo de los barrios ó sitios 238 También lo era , y nacido de la misma causa , el creer
que habia en casi todas las ciudades de España para servir de sobrenaturales todos los acaecimientos que pasaban algo de la
acogida y aun de escuela de tunos y de vagos, en la enumera­ linea de los comunes , ya fuesen de aquellos fenómenos , que
ción de los lugares de sus aventuras , que hace el ventero que aunque ¡naturales necesitan para su producción una combina­
armo caballero a D. Quijote ( 1. 19), y también en la pintura de ción de causas que concurren raras veces, ó ya fuesen efectos
los que mantearon á Sancho Panza (1. i65 ). de la destreza del que los producía, ocultando el verdadero prin­
235 De la falta de crianza se siguen , como hemos dicho, cipio , con cuyo conocimiento hubieran parecido frialdades las
muchas preocupaciones. Los hombres mas racionales y valien­ cosas que suspendían como prodigios.
tes , si los han criado metiéndoles miedo, suelen sentir en el pri­ 23g E11 la aventura del mono adivino se burla Cervantes de
mer encuentro que tienen con las cosas de que se servían en esta ignorancia cuando D. Quijote dice á Sandio que aquello no
su niñez para amedrentarlos, un cierto movimiento de pavor, puede ser natural, sino por arte del diablo, por lo cual estraña-
que para vencerle es necesario recurrir al valor y á la reflexión. ba que no le hubiesen delatado (111. 263). Y con razón lo estra­
Esto se ve pintado muy al vivo en la entrada de la dueña Rodrí­ gaba, pues en aquellos tiempos bastaba para delatar una cosa
guez en el cuarto de D. Quijote cuando este la creyó bruja ó fan­ el no entenderla, como lo hace ver también en la aventura de la
tasma ( ív. io5 ). cabeza encantada de D. Antonio Moreno (iv. 269), la cual fue
236 Otra preocupación, que produce malas consecuencias, preciso desbaratar, aun después dehaber visto la friolera en que
es el creer en agüeros, error muy antiguo, pero que está grande­ estribaba el prodigio, porque el vulgo ignorante no se escanda­
mente impugnado en el Quijote. Sale este caballero de la casa lizase; pues era tanto el número de los necios preocupados, que
de los Duques, y encuentra á unos hombres que llevaban varias por mas que hubiesen querido desengañarlos, siempre hubieran
efigies de santos á caballo para un retablo. Las mira y las des­ quedado muchos que cerrando los ojos á la razón , la hubieran
cifra, y quedando después solo con su escudero le dice, que mirado como obra del demonio.
el haber encontrado con aquellas imagines era para él felicí­ 240 Pero es muy de notar el fundamento que tiene D. Qui­
simo acontecimiento (iv. 2 13). jote para decir que no pueden ser naturales las respuestas del
237 De aquí toma pie Cervantes para notar la inclinación mono, que es porque ni él ni su amo sabían alzar figura. De mo­
que tenia la nación entonces á las agüeros, inclinación tan ig­ do que al mismo tiempo que miraban entonces como maravillo­
norante como nociva. Hace que D. Quijote, aun siendo loco, sos y fuera del orden natural los sucesos mas comunes, creían
se burle de estos necios agoreros, que mudan de camino si en­ que había una cenca que enseñaba á adivinar lo futuro consi­
cuentran en él alguna cosa que les parezca infausta, ó se cubren derando el aspecto de los astros , que esto era lo que llamaban
de melancolía si se les derama la sal: como si la naturaleza estu­ astrologia judicana. Con ella se andaban por el mundo varios
viera obligada á advertirlas desgracias venideras con estas ca­ holgazanes alzando figuras, engañando á los simples, y sacándo­
sualidades. La religión y aun la razón sola basta para abominar les el dinero. El cuento que refiere D. Quijote del que adivinó
esta credulidad supersticiosa ; y asi Scipion Africano y otros color de los perritos que parirla una perra (m. 264), una
anal». ~
AtVA£.ISH
BEL QUIJOTE. «3
graciosísima burla de estos embusteros, y de la ignorancia de 245 Siempre se han mirado como partes de la crianza ni
los que les daban crédito. aseo y las atenciones ó cumplimientos, y asi no olvidó Cervan­
241 Esta misma ignorancia y falta de educación producia , tes recomendarlas en su fábula.
y aun actualmente produce entre Jos pueblos vecinos, disensio­ 246 En cuanto al aseo, compostura y decencia de las accio­
nes, disputas y querellas. Muchas de ellas proceden de preten­ nes esteriores, son muy dignos de aprecio los consejos segundos
siones particulares sobre términos ó derechos, y estas son ine­ ( iv. 55) que dió D. Quijote á Sancho antes que se partiese al
vitables; pero otras muchas no tienen mas fundamento que el gobierno. Pero para hacer conocer que estas reglas se han de
mal modo, hijo de la mala crianza. De aquí nace el ponerseapo- aprender con la costumbre desde la infancia, y que los que 110 se
dos y nombres ridículos ; y muchas veces de tan despreciables crian con ese cuidado, cuando quieren tenerle incurren en afec­
principios se encienden discordias y enemistades, que suelen taciones ridiculas, hizo Cervantes que cuando D. Antonio tra­
costar mucha sangre. taba á Sancho de desaseado ( merced al licenciado Alonso Fer­
n4a Todo esto io vemos en la aventara del rebuzno (ni. 257), nandez de Avellaneda) respondiese D. Quijote por él (iv. 259)
en que se nos pintan dos pueblos armados, y en disposición de diciendo, que en el tiempo que fue gobernador aprendió á co­
darse una batalla por un suceso despreciable, que tomado en mer dio melindroso , tanto que comía con tenedor las uvas y
chanza hubiera servido á unos y otros de materia de risa. Las aun los granos de las granadas.
razones con que D. Quijote les manifiesta la necedad de su fu­ 2-t7 En cuanto á la urbanidad no es necesario citar pasage
ror, aunque están mezcladas con ideas caballerescas, son muy alguno , pues en toda la fábula está brillando siempre esta vir­
discretas y prudentes ( m. 283 ) , y en ellas hace ver también tud, la cual es útilísima y aun necesaria para la sociedad y trato
cuán errados caminan los que hacen cargo ó censuran á todo un de unos con otros cuando la regla y mide la prudencia ; pero
cuerpo de los delitos y desordenes de alguno ó algunos de sus cuando 00 está arreglada por esta , degenera en importunidad
individuos. insufrible. Para corregir este molestísimo esceso de cumplimien­
243 Éstos y otros defectos, que nacen de la falta de educa­ tos es muy oportuno el cuento que contó Sancho en casa del
ción, intentó corregir Cervantes; pero en ios mas graves y per­ Duque sobre sentarse á la cabecera de la mesa, en el cual re­
judiciales procuró que la reprensión fuese mas fuerte, ó contra­ prende también la necedad de los que miran como espresiones
puso los sugetos defectuosos á otros que no lo fuesen, para ha­ y ofertas verdaderas las que son de pura urbanidad y política
cer amar la virtud y aborrecer el vicio. (ni. 320 ).
244 Ya hemos hablado del religioso (111. 323 ) que repren­ 248 El carácter de honradez y buena fe, que siempre ha si­
dió públicamente á D. Quijote y al Duque estando á la mesa. do propio de los españoles , es la verdadera causa de que en to­
Si examinamos lo que pretendía este eclesiástico, veremos que dos tiempos se hayan gloriado de exactos en cumplir ya las pro­
su fin no podia ser mejor. Apartar á D. Quijote de la locura de mesas , ya los encargos que se han puesto á su cuidado. Por
ser caballero andante, reduciéndole á que se volviese á su casa; eso juzgaba D. Quijote que todos los vencidos á quienes mandaba
y persuadir al Duque que divertirse en seguir á un loco su ma­ que se presentasen ante la sin par Dulcinea del Toboso, lo eje­
nía, es ser mas loco que él, fueron las dos cosas que intentó el cutarían exactamente (1. 80), (1. 206), (111. i3g). Pero como to­
huen eclesiástico. Pero lo quiso conseguir á fuerza de reprensio­ das las cosas humanas , aun las mas perfectas , estar, sujetas á
nes y dicterios, y esto delante de la familia, con lo cual convir­ viciarse con abusos , esta misma exactitud llegó á degenerar en
tió una pretensión justa en tema ridicula é importuna. Por el una nimiedad escrupulosa , particularmente en la ejecución de
contrario el canónigo de Toledo (11. 345) con quien comió Don las últimas voluntades , poniendo en práctica todo cuanto man­
Quijote en el campo , vistió todas sus reconvenciones y cargos daba el testador, aunque no fuese justo, y aunque pareciese re.
con la urbanidad y cortesía propias déla buena crianza,y aun­ pugnante á la razón. Para mostrar este abuso refiere Cervantes
que no logró curarle, porque uo es fácil curar á un loco , á lo la exactitud con que cumplió Ambrosio la última voluntad de
menos no le irritó como el religioso. su amigo Grisóstomo, quemando todos sus versos, por mas que
DEL QUIJOTE. 85
84 ANALISIS
Panza fue : que ningún ciego cantase milagro en coplas, sino
1c rogaban que los guardase ( i. rg) ; y lo que es mas , enter-
trújese testimonio autentico de ser verdadero , por parecerle
rándole en un ¡ligar profano contra las reconvenciones de los que los mas que los ciegos cantan son fingidos en perjuicio de
abades del pueblo ( 1. 98), sin otro motivo que el 110 separarse los verdaderos (iv. 155). Si hubiera leído esto con cuidado
de lo que dispuso su amigo estando ciego y arrebatado de su ra­ Mr. d’Argéns, ó por mejor decir, si fuera desapasionado, no
biosa pasión. diria que Cervantes se habia dejado llevar de la superstición,
249 D(! este misino fondo de honradez y bondad procedía que él cree propia de los españoles.
que no podían mirar los españoles la necesidad sin remediarla. 253 Veo que insensiblemente nos hemos alargado, dejándo­
Pero la malicia del malo siempre ha procurado servirse de la nos llevar de las discretas y oportunas moralidades del Quijo­
bondad del bueno , y asi esta compasiva caridad produjo dos te, cuya enumeración seria imposible, y asi bastarán los ejem­
especies de gentes muy perjudiciales : los falsos pobres , que ó plos citados para conocer que la corrección de las costumbres
no lo son, ó lo son porque quieren serlo; y los romeros, que con en general, y no solamente el desterrar los libros de caballería,
pretesto de visitar el cuerpo del patrón de España y otros san­ fue el objeto que se propuso Cervantes.
tuarios de este reino, vienen á él, ó ya por sacar el dinero que 254 Si alguno cree que no citamos mas pasages porque no
recogen de la piedad de los españoles , ó tal vez para servir de los hay , lea el Quijote cou atención , y se desengañará muy
espías contra sus misinos bienhechores. presto viendo que algunas veces en dos palabras ó en una refle­
250 En nuestros tiempos , y particularmente en el feliz xión pasagera censura un vicio ó alaba una virtud. Al refe­
y justo reinado de Carlos III , se han dado providencias muy rir que Tosilos no quiso reñir con D. Quijote, nota como de paso
oportunas para el remedio de ambos abusos. Pero en el tiempo que los mas quedaron tristes y melancólicos de ver que no se
en que se escribió el Quijote, aunque nuestras leyes prohibían habían hecho pedazos los tan esperados combatientes (ív. 202),
estos desórdenes, con lodo hubiera parecido una impiedad ne­ y en esto censura juslísimamente Ja barbaridad de las gentes,
gar la limosna á aquellas personas que tan sin derecho la pe­ que aun en nuestros dias no se divierten en las fiestas de toros
dían. si no hay muchos porrazos y caballos muertos , y tienen por
251 Los ingenios sublimes nunca han limitado sus pensa­
una gran fiesta aquella en que suceden muchas desgracias.
mientos á la corta esfera del vulgo. Cervantes en medio del fal­ n55 Allí advertirá que Sancho, despreciando el Don que
so concepto desús contemporáneos reprendió ambos escesos,el no le correspondía, descubre la necedad de los que buscan dis­
uno haciendo mención del alguacil de pobres , que estableció tinciones superiores á su esfera ( ív. 78 ). Alli verá contrapues­
Sancho, no para que los persiguiese, sino para que los exami­ ta la afabilidad y llaneza de la Duquesa al entono de las hidal­
nase si lo eran , porque d la sombra de la manquedadfingida gas de aldea ( ív. 136). Allí descubrirá en los consejos de
y de la llaga falsa andan los brazos ladrones y la salud bor­ D. Quijote á Sancho sobre el modo con que se ha de portar en
racha (iv. t56); y el otro en la pintura de los romeros que el gobierno (ív. 5i ), y en las determinaciones de Sancho go­
acompañaban á Ricote ( iví 1 ). bernador ( ív. 79 , 119) un conjunto admirable de documentos
25a Tampoco se dejó llevar nuestro autor de la obscuridad
morales. Alli finalmente mirará vituperado el vicio en todos
con que en su siglo se confundían los hechos verdaderos con los
los lances, y alabada siempre la virtud, y por consiguiente cum­
fabulosos , fundándose esta confusión en las historias falsas y
plida la obligación del poeta filósofo , de enseñar deleitando,
en los romances vulgares. Para lo cual cita en boca de Sancho
que es toda la perfección á que puede aspirar un escritor, según
y de la dueña Rodríguez ( que le tenían por muy verdadero )
Horacio.
el romance de D. Rodrigo , en que se cuenta que este rey fue 256 Esta perfección es á la que no pueden llegar los autores
enterrado vivo, y que gritaba desde la tumba: que no son verdaderamente sabios. Cervantes lo era; su mucha
J-¿i me comen ,ya me comen lectura de los autores mas célebres , su trato con los hombres
por do mas pecado había ( >11 36o ). grandes de su siglo, asi nacionales como estrangeros, y sobre to­
Por esto una de las consLilucion.es del grate gobernador Sancho
06 ANALISIS DBL QCUJOTB. 87

do sus reflexiones y meditaciones propias, le habían puesto eu 261 Estos vicios, que impugnó discretamente Cervantes en
estado de poseer no solo la literatura necesaria para desempe­ su Quijote , contaminaron umversalmente todas las ciencias.
ñar su obra , sino también la que se requería para corregir Pero él como afecto y apasionado á las letras humanas, los con­
ciertos abusos que habían hecho progresos en los eruditos de su trajo solamente á ellas y á la historia.
siglo. 262 Los mas auténticos testimonios de esta se perdieron,
a57 La Europa, que en los tiempos florecientes del imperio no solo por la turbulencia de los tiempos, sino mucho mas pol­
romano había sido el archivo de las ciencias , inundada de bár­ la ignorancia y descuido de los que poseian aquellos tesoros. Un
baros que la afligieron con repetidas incursiones , perdió ó se­ papel carcomido ó un pergamino viejo lesparecia que para nada
pultó entre ruinas los preciosos volúmenes de la literatura podia aprovechar , y asi vinieron á parar en las boticas y tien­
griega y romana. Apenas se conservaron eu el retiro de los mo­ das los privilegios y los títulos de muchas preeminencias y po­
nasterios algunos códices , que los mismos monges trasladaban sesiones.
y guardaban. El cuidado de la propia defensa apartó á los hom- 263 Este descuido, que era grande en tiempo de Cervantes,
bies ael estudio de las letras para conducirlos al de las armas, y aun después ha continuado todavía, le manifiesta graciosamen­
y al mismo tiempo que formó legiones destruyó las escue­ te cuando reliere el hallazgo de los manuscritos árabes, que con­
las. tenían la primera parte del Quijote, los que estaban en poder
no8 Pasados estos siglos de turbulencias é inquietudes se de un muchacho que con otros papeles se los iba á vender á un
empezaron ó buscar en el sosiego de la paz los monumentos sedero, y por fin se los dio á Cervantes por medio real (l. 76).
literarios, que se habían perdido con las guerras, y á fuerza de 264 Otro defecto comparable á este descuido era el de los
tiempoy de diligencia se encontraron muchos de ellos, bien que que se dedicaban á las letras humanas, particularmente á la
esparcidos eu diversas partes, y tal vez alterados considerable­ poesía, y olvidados de los antiguos maestros , tenian por guia á
mente por descuido ó ignorancia de los copiantes. su ingenio, y por regla su capricho, de donde se originaron por
n5g De aquí nació el grande aprecio de los códices , que la ma, or parte las ridiculas estravagancias que aun hoy se con­
cuanto mas antiguos eran mas estimables , porque eran menos servan en nuestro teatro.
sospechosos: de aqui nació también la malicia de los que para 265 De esto trató Cervantes magistralmente en la conversa­
acreditar alguna noticia ú opinión que les acomodaba , supo­ ción del canónigo y el cura (11. 3ao ), y aun también cuando
nían haberla encontrado en un manuscrito antiguo, v aun tal D. Quijote alabó á Don Lorenzo de Miranda , porque antes de
vez alteraban algún códice verdadero para introducir en él sus tomar el nombre de poeta (111. 175) procuraba merecerle ma­
mentiras: y de aqui nació últimamente la necesidad de aplicar­ nejando día y nuche los ejemplares griegos y latinos.
se los estudiosos á buscar el verdadero sentido de algunos luga­ 266 Pero no estaba todo el descuido en los literatos: tenian
res obscuros, confiriéndolos con otros de los mismos , ó de dis­ mu cha culpa también los poderosos y grandes. Sin la protec­
tintos autores , y procurando ilustrarlos con notas pertenecien­ ción de estos uu pueden hacer progresos aquellos. Cervantes,
tes á las personas ó cosas de queen ellos se trataba. que lo sabia por propia esperiencia , lo dio á entender cuando
260 Supuesta la literatura en este estado, se pueden redu­ D. Quijote preguntó al estudiante que le llevaba á la cueva de
cir á tres capítulos los defectos ó abusos que en ella se introdu­ Montesinos si tenia algún mecenas á quien dedicar sus obras
jeron. Unos se descuidaron en conservar los monumentos au­ (111. 246 ).
ténticos, y en seguir las huellas de los verdaderos sabios : otros 267 La poca aílcion de los poderosos á las ciencias, y la ig­
abrazaron como buenos y auténticos todos los libros que llegaron norancia del vulgo , hizo que los hombres capaces de ¡lustrar la
á sus manos , sin examinarlos en el crisol de la verdad y de la nación con su literatura Ja abandonasen, y se dedicasen á lo que
razón; y algunos aunque siguieron Jos buenos ejemplares no su­ siendo del gusto del pueblo podía darles de comer. Por eso Lope
pieron imitarlos , abusando de la erudición , y haciendo que su de Vega se dedicó á componer inalas comedias, sabiendo haoerlas
ciencia fuese molesta á los otros. buenas. Asi lo da á entender Cervantes en el citado discurso
del canónigo de Toledo, y asi lo confesó también el mismo Lope.
88 ANALISIS del quijote; 89
368 Como en los libros no se buscaba mas que la diversión, Ó ignorancia. Tal es lo que refiere D. Antonio de haber obser­
lo mismo se estimaban las historias verdaderas que Jas novelas vado astros y hecho círculos el que le hizo la cabeza encanta­
fingidas. Digna es de notarse la gracia con que da á conocer es­ da (iv. 261): y tal es la mención que se hace de haber estudiado
te error Cervantes cuando D. Quijote para probar al canónigo esta facultad en Salamanca el pastor Grisóstomo y el bachiller
la verdadera existencia de los caballeros andantes, alega por ra­ Carrasco.
zón que sus historias estaban impresas con licencia (11. 347), 272 La falta de conocimiento de las ciencias produjo mal
y antes había hecho una graciosísima enumeración de héroes gusto aun en las letras humanas, y con especialidad en la poe­
verdaderos mezclados con otros fabulosos, y de pasages de his­ sía.Creyeron que para ser poeta bastaba tener ingenio, y asi en
toria entretejidos con aventuras caballerescas (11. 343). vez de aplicarse á perfeccionarle con el arte, se contentaron con
2C9 Fiados los escritores de esta credulidad del vulgo abu­ proponerse caminos dificultosos para hacer ver su talento eu
saban de ella poniendo en sus libros todo cuanto les acomodaba superar las dificultades. Para esto inventaron las glosas, los
por inverosímil que fuese. El haber faltado el original del Qui­ acrósticos y otras composiciones semejantes, en que se malogra
jote en la aventura del vizcaíno (1. 72), y encontrarse justa- el ingenio, sin sacar otro fruto que llenar de palabras unos ver­
mente esta misma aventura -en el primer cartapacio de los que sos vacíos enteramente de pensamientos sólidos c instructivos.
llevaba el muchacho para venderlos al sedero ( 1. 75), es una 273 Como este daño era grave le corrige Cervantes con Ja
casuaiidad tan oportuna como inverosímil, y por tanto escelente sátira y con la razón. En el discurso de D. Quijote al caballero
para satirizar este abuso. del Verde Gabau (m. i54)i y en la conversación con su hijo
270 En esto se ve que la ignorancia común era causa de D. Lorenzo (tu. 176), da reglas y preceptos escelentes, y en el
que los que sabían algo hiciesen mal uso de esta ventaja. Preten- acróstico del nombre de Dulcinea, que pidió al bachiller (111.
der que todo el mundo se componga de sabios , es un imposi­ 4Q, se burla nuestro autor del servil estudio que pedian estas
ble; pero que la ciencia esté depositada en un reducido número composiciones.
de sugetos , tiene muy malas consecuencias. Bien se ve cuán 274 También se burla del estudio y aplicación que se em­
ridiculo es que el romance que cantó Antonio sobre sus amores plea en cosas inútiles en la enumeración de las obras del estu­
á Olalla se le hubiese compuesto su lio el beneficiado ( 1. y5); diante que guiaba á D. Quijote á la cueva de Montesinos (ni-
pero era muy ordinario esto cuando solo los eclesiásticos, y los 222): es á saber, el libro dé las libreas, el de las trasfor(nacio­
que seguían la carrera de la judicatura, se ocupaban en leer y nes., y el suplemento á Polidoro Virgilio, obras á cual mas inúti­
estudiar, y ellos hacian todas las obras de ingenio , fuesen ó no les, pero muy semejantes á otras muchas que ocupaban y aun
correspondientes á su estado : de lo que tenemos un monu­ en el rlia están ocupando las prensas.
mento permanente en nuestras comedias, compuestas la ma- 275 Del mismo jaez era también la traducción que se esta­
y or parte por eclesiásticos.. ba imprimiendo en Barcelona. El traductor no tenia,otra mira
271 Los que estudiaban siu el fin de ganar que comer se apli­ que ganar dinero, y para eso se empicó en traducir un libro de
caban de ordinario á la astrologia judiciaria, engañándose á sí bagatelas (ív. 270). Sin duda eran muy semejantes los traducto­
mismos, creyendo que sabían algo cuando nada podían saber res de aquel tiempo á algunos de los del nuestro, que suelen es­
de una ciencia imaginaria, que solo existió en la fantasía de los coger para sus traducciones las obras que menos importan.
que creyeron que la sabían. A la verdad parece que Dios para 276 En varios lugares del Quijote parece que Cervantes des­
humillar el orgullo de los hombres permitió que incurriesen cu aprueba la ocupación de traducir; pero si se repara con aten­
una ceguedad tan grande como dar preceptos y escribir libros ción se verá que habla solo de las obras de ingenio, las cuales ó
Sobre una cosa que ni tiene fundamento en la razón, ni objeto solían de traducir muy bien, como el Pastor Pido y la Amiuta,
posible, y con todo se alzó con el título d e c iencia, y se enseñó ó se han de dejar cu su lengua original, pues no hay cosa tan.
romo si lo fuese. Ademas del pasage que ya se ha citado del insufrible como la necedad de los que se atreven á dar al publi­
m i.i·i adivino, hay otros en el Quijote que indican este error cólas traducciones que hacen cuando están aprendiendo una
9° ANALISIS DEL QUIJOTE. gi
lengua. Sí los tules leyeran él diálogo de D. Quijote con el que bló en cabeza propia en todo el discurso de su fábula, habiendo
tradujo las bagatelas, hallarían una graciosa burla de su atrevi­ dicho esto esclama luego: ¡O fuerza de la adulación, á cuánto
miento. te estiendes, cuán dilatados limites son los de tu jurisdicción
277 No es menos insufrible que la ignorancia de estos la agradable!
pedantería de los que ostentan erudiciones que no vienen al caso, 283 A vista de tantas juiciosas críticas y sabias instruccio­
llenando de acotaciones las márgenes, y de notas el fin de los nes como hemos mostrado en la fábula de Cervantes, ya contra
libros; pero á fe que no es mala la lección que les da Cervantes el espíritu caballeresco, ya contra los vicios y abusos comunes,
en su prólogo, aunque para burlarse de estos pedantes bastaba y ya contra los defectos literarios , 110 me parece que se puede
la nota que se encontró en el margen de los pergaminos árabes, dudar que la moral del Quijote es comparable á la de los mas
en que se aseguraba que Dulcinea había tenido gran mano para famosos filósofos. Y al ver la gracia con que da estos documen­
salar puercos (1. 76}. tos, sazonados con el chiste, y vestidos de todos los primores de
278 Da pesadez, de muchos historiadores, que cuentan como la oratoria y poesía, es forzoso confesar que su instrucción no
circunstancias precisas de los hechos algunas menudencias des­ es de menor utilidad que la de los tratados de ética mas acredi­
preciables, está discretamente pintada en el carácter de proliji­ tados y famosos.
dad que supone en Cide Mámete (1. 149,IV- a5).
279 La ignorante vanidad de ios que echan la culpa al ARTICULO VIII.
impresor délos errores que ellos mismos cometieron, se ve ridi­
culizada en la respuesta de Sancho al cargo que le hacían de SATISFACCION A VARIAS OBJECIONES CONTRA EL QUIJOTE.
haber iqlo montado en el rucio después de habérsele hurtado;
pues él 110 sabiendo qué responder, dice que seria yerro de im­ 284 Ya parece que tenemos concluido lo que propusimos
prenta (111. 36). al principio de este discurso. En él hemos descubierto que el
280 La necia pretensión de los que creen hablar con pureza objeto de la fábula de Cervantes fue nuevo y original, y mas
alguna lengua solo porque son de parte donde se habla bien, á propósito aun que el de las heroicas para enseñar delei­
como pretendían los toledanos, se llalla impugnada en una re­ tando: que de este objeto dedujo la acción, que es la locura de
flexión del licenciado que acompañaba á D. Quijote á las bodas D. Quijote; acción sola, completa, de proporcionada duración,
de Camacho, en que demuestra que el hablar bien no viene de verosímil, y variada con episodios enlazados naturalmente con
haber nacido en esta ó la otra parte, sino de haber tenido bue­ ella: que los caractéres de las personas son constantes y propios
na crianza (111. 191): reflexión que había hecho antes el doctor desús calidades y de las circunstancias en que se hallan, so­
Villalobos. bresaliendo entre todos el de D. Quijote como héroe de la fábu­
281 Los plagios poéticos tan comunes en tiempo de Cervan­ la: que su narración es dramática, dulce y hermosa, precedida
tes, tampoco pudieron escapar de su juiciosa crítica, pues hizo de una proposición sencilla y natural, correspondiente á la ac­
que D. Quijote preguntase al mozo que junto al túmulo de ción: que su estilo es puro, enérgico y conveniente á la materia;
Altisidora habia cantado ¿qn¿ tenían que ver las estancias de y finalmente que con la hermosura y gracia que reina en toda la
Garcilaso corita muerte de aquella señora? Alo que el mozo fábula envuelve los documentos de una moral discreta y jui­
solo pudo responder, que esos robos estaban muy en costumbre ciosa, alabando las virtudes, y reprendiendo los vicios; pero es­
entre los intonsos poetas (iv. 338). pecialmente los que mas conexión tenian con su asuulo, que son
282 Finalmente tampoco se quedó sin notar la pasión de los de la caballería andante.
ser celebrados, común á todos los hombres, pero mucho mas 285 Con esto parece que habíamos concluido nuestro dis­
fuerte en los estudiosos. Dice que se holgó D. Lorenzo de híi— curso. Pero como la bondad de una obra no consiste solo en que
randa de verse alabar de D. Quijote, aunque le tenia por lo­ se halle adornada de primores, si 110 se procura también evitar
co (111. 182). Y es denotar que Cervantes, que pocas veces ha­ los defectos: y como por otra parte es imposible que carezca
9a AWAMStS BEL QUIJOTE. g3
absolutamente de ellos ninguna obra hecha por un hombre, nos de apaleado y molido á Ja vuelta de su primera salida, llegando
resta ahora examinar los delectes del Quijote, para ver si sou á socorrerle un labrador vecino suyo, creyó sin duda que aquel
capaces de obscurecer su hermosura y confundir su aplauso. era el marques de Mantua, y que el era Valdovmos (i. 87), y
286 Para tratar con mas claridad esta materia propondre­ fue tal la vehemencia de su imaginación, que por mas que el
mos primero los principales reparos que se han puesto á esta fá­ labrador le llamaba por su nombre, él siempre respondía con las
bula, y que miramos como injustas, y después referiremos palabras de Valdovinos según las habia leído en el romance.
aquellos cuya solución no encontramos. De sola la lectura de A. vista de esto claro está que quien lúe capaz de juzgar a un po­
estos cargos espero que resultará la consecuencia de que los de­ bre labrador marques de Mantua, y juzgarse él otra persona
fectos del Quijote son tan pequeños, que la vista mas perspicaz distinta de sí mismo, lo era también de creer que había visto,
déla crítica apenas puede distinguir estas manchas, deslumbra­ oído y oon unicadaá 1). Bcliams de Grecia, que se supone haber
da con la copiosa luz de su hermosura. existido muchos siglos antes.
287 Si la objeción de que el Quijote ha sido causa de ha­ 290 ffambicti couíirma este modo de discurrir la famosa ba­
berse disminuido éntrelos españoles el espíritu nacional de talla que tuvo D. Quijote con los títeres de maese Pedro, pues
honradez y valor fuese verdadera, bastaría sin duda para des­ cuando pasada va la furia pedia este el importe de sus figuras,
truir todo el mérito de Cervantes. Pero es tan infundado este volviendo en sí D. Quijote dijo: realy verdaderamente os di— ,||H
cargo, que (según lo que largamente hemos demostrado tratan­ go, señores que me oís-, que á mí me pareció todo lo que aqui
do de la moral) nadie puede producirle, sino quien 110 conozca hapasado, que pasaba al pie de la letra-, que Melisendra era
el Quijote. Melisendra-, D. Gaiferos D. Gaiferos, Martillo Mars'dlo, Y
288 Omitiendo pues esta objeción, por estar ya refutada, Cario Maguo Cario Magno (111. 275). Pues con todo que pare­
el principal cargo á que tenemos que responder es el de los cía ya desengañado, no bien le había pedido maese Pedro dos
anacronismos, ó por mejor decir, del continuo anacronismo que reales y doce maravedís por la figura de Melisendra desnariga­
encuentra en esta fábula el eruditoD. Gregorio Mayans y Sis­ da y con un ojo menos, cuando volvió de nuevo á su anterior
ear. Cargo mas digno de consideración por haberle hecho no manía, afirmandoque Melisendra estaba en París consu esposo,
un hombre ligero y preocupado, sino un sabio tan conocido en y que en presentársela desnarigada fe querían vender gato por
Ja Europa, y un sugetoque examinó con diligencia y juicio el liebre: prueba evidente de que el dicho de O. Quijote en la
Quijote, como se ve en las eruditas reflexiones de que está llena fuerza de su locura de ningún modo persuade que Cervantes su­
la vida de Cervantes, que escribió para poner ai frente de la pusiese muy antigua la acción de sufábula.
edición hecha en Londres el año de iy38. ,2gt Otra prueba de no haber querido nuestro autor dará
2&p Supone D. Gregorio Mayans, que la intención de Cer­ D. Quijote la antigüedad que quiere inferir de esta conversa­
vantes fue representarla acción de' sufábula muy antigua, esto ción el señor Mayans, es que en ella misma dijo Vivaido, que la
es, de los tiempos de Amadis, ó los primeros siglos del cristia­ árdea déla caballería era mas estrecha que la de la Cartuja, deque
nismo. El principal fundamento que para esto tiene es, que Don se infiere que ya en tiempo de D. Quijote era conocida la Cartuja
Quijote esplicando á \ ivaido el origen y progresos de la caba­ en España, en donde el primer monasterio que hubo de esta re­
llería andante, dice que cuasi en sus dias habia comunicado, ligión, que es el de Scala Dei en Cataluña, se fundó el año de
visto y oido á D. Belianis de Grecia (1. 110). Pero si se exami­ <163, habiendo tenido principio la orden en el de 1084. Siendo
na con reflexión este argumento se descubrirá queno tiene fuer­ pues la inmediación á Belianis dicho de un loco, y la mención de
za alguna, porque D. Quijote en punto de caballería era loco, la Cartuja de una persona muy discreta, es cierto que esto se­
y por consiguiente trastornaba los tiempos, equivocaba ios lu­ gundo es lo verdadero, y manifiesta que Cervantes supuso mo­
gares, y confundía las personas. Esto se ve claramente en todo derno á su héroe.
el discurso de la fábula; pero (por no dejar de citar algún caso 292 Aun mas claramente se conoce esta verdad cuando di­
particular) puede con especialidad conocerse cuándo después ce, hablando de la librería de D. Quijote, que pues entre sus
94 DEI. QUIJOTE. o5
ANALISIS
libros sehabian hallado tan modernos como Desengaño de je- reparo creo que había satisfecho ya el mismo Cei van tes 1 efii ien—
Zos, y Ninfas y Pastores de Henares, que también su historia do la batalla. Dice que el vizcaíno, oyendo que le negaban su
debia de ser moderna (i. 7 4). Pero la razón mas fuerte en apoyo hidalguía , desafió á D. Quijote diciéndole : si lanza arrojas y
de nuestro modo de pensar acerca del tiempo de la acción, es espada sacas, el agua cuati presto verás que ni gato llevas. Es
que en todo el discurso de la fábula se habla de las cosas que muy natural que cuando provocaba a D. Quijote a que sacase
ocurren como existían estas en el tiempo de Cervantes. Estos su espada echase él también mano á la suya , con lo cual des­
que para el señor Mayans son anacronismos, mirándolos bien pués la sacaria muy pronto. Dice también Cervantes , que le
son pruebas evidentes de que nuestro autor supuso á D. Quijote avino bien ( al vizcaíno ) que se halló junto al coche, de donde
su contemporáneo; pues no parece posible que Cervantes estu­ pudo tomar lina almohada; de lo cual infiero que no fue uno de
viese siempre olvidado del tiempo en que había querido repre­ los almohadones que sirven para sentarse, sino una de aquellas
sentar la acción de su fábula. almohadas pequeñas que por mayor comodidad se suelen llevar
ag3 Y para confirmarse en que no pudo ser este descuido sueltas en los viages. A m is de que también D. Quijote tuvo que
del autor, basta hacer reparo en que todas las personas que veian arrojar su lanza, embrazar su escudo, y desnudar la espada , y
y oían á D. Quijote se admiraban de su estrada figura y de sus asi estaban los dos tantas á lautas en las acciones.
caballerescas razones, y solo caían en su significación los que , agfi En el gobierno de Sancho encuentra otro reparo Don
por estar versados en la lectura de los libros de caballerías, se Gregorio ¡Vlayaus, porque le parece inverosímil que en uu lugar
imponían en el tema de su locura. Señal clara de que no vivió de mil vecinos (iv. 76) pudiesen sufrir ocho ó diez días un go­
en los tiempos caballerescos. bernador de burlas. Pero consideradas las circunstancias des­
ag4 No negaré que el encuentro de los cartapacios escritos aparece esta inverosimilitud , respecto de que aquellos vasallos
en arábigo (1. 75), y el de la caja de plomo que guardaba un sabían muy bien que era una burla inocente del Duque, el cual
antiguo médico (11. 377), se oponen á nuestro sistema de supo­ era un grao señor, á quien no se atreverían á disgustar por tan
ner á D. Quijote contemporáneo de Cervantes; pero mas fácil es pequeña causa. Fuera de que estando siempre al rededor de San­
creer que tuviese este autor dos ó tres descuidos (de los cuales cho Jos criados del Duque, no podían los vecinos tener rezelo de
hablaremos después) , que no persuadirse á que desde el prin­ que resultase en daño del pueblo la incapacidad del goberna­
cipio hasta el fin de su obra estuvo olvidado del tiempo en que dor : y aun para esto es claro que habría tomado ya el Duque
suponía haber sucedido la acción de ella, como debiera inferir­ las medidas convenientes, como que 110 esperaba se portase San­
se de la serie de anacronismos que le objeta el señor Mavaus. cho con la discreción y buen tino que mostró después la espe-
Bien conocio este erudito escritor la fuerza de este argumento, riencia.
según se esplica en el número 127 ; y aun le debemos agrade­ 297 Este tino y esta discreción es mirada por algunos como
cer que no se dejase antes persuadir de estas razones, pues con impropia del carácter que dió á Sancho el autor de la fábula: y
eso entre las pruebas de los anacronismos de Cervantes nos de­ con efecto, á primera vista parecen demasiado discretas las pro­
jó muchas noticias concernientes á nuestra historia literaria , videncias y ordenanzas que hizo en su gobierno. Pero con todo
dando una muestra de su vasta erudición y singular conoci­ no le parecerán inverosímiles á quien considere que de ordina­
miento de los autores españoles. ris supone Cervantes que Sancho se acordaba de alguna cosa
ng5 También censura á Cervantes el escritor de su vida de que habia oido ó visto conexa con el asunto de que se trataba y
no haber guardado la verosimilitud en la aventura del vizcaíno que le daba luz para resolver : que el carácter de Sancho es
('• 7o) ¡ porque teniendo este como era regular las riendas en de un hombre sencillo , pero no tonto : y finalmente que el fin
la mano izquierda, no parece posible que D. Quijote, que arre­ de Cervantes es hacer conocer que mas aciertan en el gobierno
metió á él con ánimo de matarle , le diese tiempo para soltar la los hombres de mediano talento y de recta intención , que los
rienda, sacar la espada, y asir la almohada en que naturalmen­ muy ingeniosos, si estan dominados de sus pasiones, como lo
te vendría sentado alguno de los que ocupaban el coche» A este habia indicado ya en boca del canónigo de Toledo ( ti. 352).
DEL QUIJOTE. 97
gG ANALISIS
298 Otra inverosimilitud halla el señor Mayans en la caida de 300 Estaba escondido Anselmo, lo sabia Camila , y quería
Sancho en la sima, donde habia una caverna de media legua de engañarle haciéndole creer quo estaba irritada contra Lotario.
largo (ív. 198), y la razón en que se funda es que 110 hay ( se­ A este fin supo fingir una agitación interior tan fuerte, que la sa­
gún dice) tal caverna en Aragón , y asi mal pudo Sancho caer caba fuera de sí. Esta situación pinta Cervantes con estas vivas
y elegantes espresiones: Diciendo esto se paseaba (Camila) pol­
ni andar por ella. Si todos los sucesos de una fábula debieran
la sala con la daga desenvainada, dando tan desconcertados y
ser verdaderos, esta objeción liaría mucha fuerza; pero los
desaforados pasos, y haciendo tales ademanes, que no parecía
autores de semejantes composiciones como la de Cervantes lie"
sino que le faltaba el juicio, y que no era muger delicada, sino
nen licencia de fingir con verosimilitud , y de crear é inven­
tar cosas que ni existen ni han existido , ni es creíble que un rufián desesperado.
301 Quien haya procurado conocer el corazón humano , y
existirán en adelante. Tal es la isla de Calipso y otras muchas
la violencia con que le agitan las pasiones cuando se abandona á
imaginaciones de Homero y de Virgilio. Que Cervantes fin­
ellas, sabrá cuán común es en estos frenesíes proferir la lengua
giese con destreza y propiedad, no admite duda, pues supone
lo que discurre el entendimiento, ó por mejor decir lo que sien­
que la caverna iba desde unos edificios muy antiguos hasta la
inmediación de la quinta de los Duques , los cuales sabían te el corazón.
302 Por eso nada tiene de inverosímil que una muger, que
muy bien que habia aquella correspondencia de tiempo inme­
prorumpe en furiosos ademanes y desconcertados pasos, se es­
morial , siendo cierto que los poderosos cuando edificaban cas­
plique también con espresiones de venganza todo el tiempo que
tillos en los tiempos remotos solian hacer estos ocultos caminos
precede al lance crítico en que ha resuelto ejecutarla. Y si esto
subterráneos para evadirse en caso de necesidad. Para apología
es natural en sí mismo, mucho mas lo será cuando se mira como
de esta ficción de Cervantes basta acordarse de las correspon­
escena estudiada y representada con reflexión por una muger
dencias subterráneas fingidas por el discreto Barclayo en su Ar-
ingeniosa, que pretende deslumbrar á su esposo.
génis, con el fin de que Timóclea pudiese ocultar á Poliarco de
303 Eslas objeciones hace á Cervantes su historiador Don
la proscripción que le amenazaba.
Gregorio Mayans, mirando los descuidos que le atribuye como
299 En la novela del Curioso impertinente (que como dire­
unas inadvertencias de que no se libró ni el mismo Homero.
mos adelante es buena, pero intempestiva en el Quijote) nota de
Quien haya leído el Quijote imparcialmente como este erudito
inverosímil D. Gregorio Mayans el soliloquio de Camila cuan­
valenciano, solo de este modo puede hablar de los defectos de
do espera á Lotario y está escondido Anselmo (11. 129). A la
Cervantes.
verdad los soliloquios no son muy verosímiles, pues vemos po­
304 No todos le han censurado con tanta moderación y res­
cos ejemplares de ellos en la vida humana; pero si algunos, aun­
peto. D. Isidro Perales dice en su prólogo al Quijote de Avella­
que cortos, se pueden permitir á un poeta cómico, como el mis­
neda, que según Cervantes se podían enmendar todos los libros
mo señor Mayans confiesa, con mas justa razón se le debe per­
de caballerías. Si hubiera leido con cuidado el gracioso escru­
mitir este, aunque algo mas largo, al escritor de la novela. Lo
tinio que hicieron el cura y el barbero de la librería de D. Qui­
primero; porque la verosimilitud cómica no permite tantos en­
jote (1. 44) s no se hubiera atrevido á decir una íálsedad tan
sanches como la de una novela, pues como esta se lee, pero no
manifiesta. El sin duda se fundó en el plan que hizo el canóni­
se presenta, no ofende1 como la comedia con los hechos poco
go de Toledo de un libro de caballería bueno, y sin los defectos
comunes, según aquel precepto de Horacio en su Poética:
ordinarios ( n. 324). Pero hay mucha diferencia de decir que
se puede escribir un libro de caballerías sin defectos , á sentar
Segnius irritant ánimos demissa per aures,
que se pueden corregir todos los libros de caballerías escritos.
Quám quae sunt oculis subjectaJidelibus.....
305 Al ver que un español no entendió á Cervantes, no liay
que admirarse de que no le entendiese el marques de Argens ,
Y lo segundo, porque el autor previene este soliloquio con una
que fundado en un pasage do este escritor asegura que los libros
situación qup le hace verosímil. anal. 7
gg ANALISIS • DEL QUIJOTE. gg
de las Fortunas de amor de Antonio Lofraso son de los mejores 3og Cervantes, hecho cargo de cuan importunas son en el
que hay en España, siendo asi que si ios perdonó el cura en su Quijote las dos referidas novelas, quiere disculparse en boca de
escrutinio fue diciendo, que desde que Apolo fue Apolo,? las Cide líamete cuando va á tratar del gobierno de Sancho (iv.
musas musas,? los poetas poetas, tan gracioso ni tan dispara­ 63 ), y da por escusa la sequedad del asunto, y la dificultad que
tado libro como ese no se había compuesto (i. 5t ). No es mu­ hay en mantener el diálogo entre pocas personas, y estar pre­
cho que un estrangero no entendiese que en castellano se llama cisado á entretener á los lectores coú solos los discursos de Don
gracioso todo lo que hace reir : lo digno de estrañar es que ha­ Quijote y Sancho. Hace ver (como es verdad) que en la segun­
ble con tanto magisterio de lo que no entiende. da parte solo se encuentran episodios nacidos de los mismos su­
cesos, y aun estos con una moderación tan grande, que merece
ARTIGOLO IX. mas alabanza por Jo que calla que por lo que dice. En todo esto
tiene razón, y nadie puede negar que es difícil entretener á los
DESCUIDOS QUE TUVO CERVANTES EN ESTA FABULA. lectores coa los sucesos y discursos de dos hombres solos; pero
el mismo haberlo ejecutado tan bien y con tanta naturalidad en
3o6 Pero aunque estos cargos no sean verdaderos , no por la segunda parte hace que sean menos disculpables los dilata­
eso nos atreveremos á decir que carece de defectos el Quijote. dos é impertinentes episodios de la primera: y la mayor prueba
Algunos hemos encontrado en él, que ó lo son verdaderamente, de que no los insertó por precisión, sino por dar noticia en el
ó á lo menos no hemos podido alcanzar su solución : y entre primero de sus novelas, y en el segundo de su valor y cautive­
ellos algunos, que el mismo Cervantes reconoció por tales. rio , es , que sin ellos la primera parte del Quijote no solo no
007 El defecto mas notable que se encuentra en esta fábula es queda seca , sino antes bien mas agradable por la naturalidad
el haber insertado en ella algunos episodios importunos y agenos á que se oponen estos retazos, brillantes sin duda, pero zurcidos
déla acción principal. Tal es la novela del Curioso impertinente, fuera de su lugar , por valerme de las espresiones de Horacio.
que introdujo el autor sin otro motivo que haberla encontrado 3io También pudiera haber omitido Cervantes la aventura
el cura en una maleta que se había dejado casualmente en la del gateamiento (iv. 8n), por ser algo fria respecto de las demas,
venta un pasagero (ti. 80). De suerte que como condesa el mismo y porque no parece muy decorosa á los Duques. Con todo no se
Cervantes en boca del bachiller Sanson Carrasco, el defecto de puede graduar de inverosímil, pues siendo aquellos señores mu­
esta novela no es ser mala , ó mal razonada , sino ser agena de chachos no es de admirar que á pesar déla gravedad de su estado
aquel lugar , y 110 tener que ver con la historia de D. Quijote. dejasen ver de cuando en cuando la ligereza de la edad juvenil: y
3o8 La novela del Cautivo (11. 188) no es tan importuna aun podia servirles de disculpa el haberse ejecutado de noche,
como la del Curioso impertinente, porque estaba él alli efecti­ y mucho mas el no haber creido ellos que pudiese tener un
vamente , y asi es uno de los interlocutores de la fábula, lo cual éxito tan desgraciado (ív. gi ).
no sucede á los personages de la otra. Pero tiene el defecto de 3i 1 De poco sirve para la bondad de una fábula que todos
ser demasiado larga , pues como ni antes ni después entra el los acaecimientos que en ella se refieren sean oportunos y co­
Cautivo en la acción del Quijote, ni su relación tiene enlace con nexos con la acción principal, si ellos en sí no son verosímiles.
los hechos de este, es claro que solo debia representarse en el Por eso aunque nuestro autor es digno de la mayor alabanza
cuadro de la fábula como figura de cuarto ó quinto término , y por la oportunidad de todos sus episodios (á escepcion de los
su historia por consiguiente debia ser muy sucinta y de pocas pocos que quedan referidos) con todo es preciso confesar que
líneas. No sucede esto á Cardenio y Dorotea, porque la gran en algunos faltó á la verosimilitud.
parte que tuvieron en la aventura del reino de Micomicon ( 11. 3i2 Entre los singulares acaecimientos de la venta leemos
3o ) los hace ser figuras de segundo término , ó segundos per­ que apenas había concluido su historia el Cautivo, cuando lle­
sonages en la fábula; y es natural, y aun preciso , que se den á gó su hermano el oidor ( 11. 249 ), con quien se hizo el recono­
conocer mas , y para esto cuenten por menor sus historias ( 1. cimiento por medio del cura , después que el Cautivo se hubo
267,11. 7).
IOO ANALISIS DEL QUIJOTE. 101

asegurado por el nombre, patria y señas de que efectivamente tor que era de madera, y que habiéndole pegado fuego por la
era su hermano. El reconocimiento, el razonamiento del cura, cola, nZ punto por estar lleno de cohetes tronadores, voló por
y todas las demas circunstancias están muy oportunamente los aires con estraño ruido, y dio con D. Quijote y con San­
puestas; pero la venida de este oidor es tan pronta y atan buen cho en el suelo medio chamuscados. Pero al instante refiere
tiempo, que parece estaba concertado con su hermano para en­ que se levantaron, y después añade que D. Quijote dió muchas
trar en la venta luego que él acabase su historia. El caso es po­ gracias al cielo de que con tan poco peligro hubiese acabado
sible, pero no verosímil, y esto solo es lo que debe entrar cu la tan gran fecho. Este suceso á primera vista se descubre que 110
fábula. Todos los sucesos que no hay precisión ó motivo para cabe en la esfera de lo natural; pues volar por los aires un caba­
que sucedan, aunque convengan para el desenlace, son impro­ llo de madera con el impulso de la pólvora, y caer en tierra
pios y violentos, porque se conoce claramente que sucedieron los que estaban sobre él, sin mas daño que un pequeño golpe,
porque al autor le convenia, y no por otra razón. y quedar algo chamuscados, mas parece un milagro que una
313 En esta venta reunió Cervantes tantos sugetos, y acu­ burla.
muló tantas aventuras , que aunque cada una de por sí sea ve­ 317 Tampoco parece verosímil que Altisidora cuando refi­
rosímil, la concurrencia de todas no lo parece. Quizá si hubiese rió á D. Quijote lo que habia visto en el infierno le contase que
omitido los episodios del Cautivo, oidor, Clara y D. Luis, que los diablos jugaban á la pelota con el Quijote de Avellaneda
ninguna falta hariau para el todo de la fábula, hubiera quedado (ív. 336), pues esto ninguna conexión tenia con sus amores.
mas ligera , y por consiguiente mas verosímil esta parte de su Cervantes por no perder esta ocasión de dar á entender el poco
obra. valor de aquella obra, no cuidó de la verosimilitud.
3r4 Si Cervantes no hubiera manifestado su pensamiento 318 Hay también cierta especie de acaecimientos, quesien-
de continuar el Quijote en el último capítulo de la primera par­ do por sí mismos muy naturales y posibles, dejan de serlo pol­
te (11. 377 ) , se pudiera inferir del modo con que la concluye la oposición que tienen con otros ya referidos ó supuestos. Esta
que no pensaba escribir segunda, porque remata todos los epi­ especie de inverosimilitudes, que mas propiamente se deben
sodios, sin dejar cosa alguna pendiente que mueva la curiosi­ llamar inconsecuencias , son mas frecuentes en el Quijote. De
dad de los lectores, mas que la locura del héroe, y aun esta se donde se puede inferir, que Cervantes componia sus obras de
puede mirar como concluida estando ya D. Quijote sosegado en primera mano, sin detenerse después á limarlas y pulirlas. De­
su casa. Y aunque para probar que en la primera parte no que­ fecto propio de los grandes ingenios, que encuentran menos di­
da del todo satisfecha la curiosidad de los lectores, pudiera de­ ficultad en inventar, dejando correr el fecundo raudal de su
cirse que los que la leen tienen mayor deseo de leer la segunda, imaginación, que en perfeccionar sus invenciones, sujetando su
esto no prueba que la fábula quede pendiente , sino que es tan talento á examinar despacio y con precisión un solo objeto.
agradable, que el que la lee no se cansa de ella. En una palabra 3ig Una de las expresadas inconsecuencias es hacer ir á
no es efecto de la curiosidad, sino del gusto : ni se busca en la Sancho caballero en su rucio después de habérsele hurtado. Y
segunda parte el complemento de la primera, sino una repeti­ aunque en la segunda edición de 1608 corrigió Cervantes este
ción del placer que se sintió en su lectura. descuido en dos lugares , como se puede ver en las notas 72 y
315 Algunos acaecimientos ó aventuras particulares hay 76 del tomo I. páginas 257 y 281, esto mismo prueba la priesa
que sin duda esceden los términos de la verosimilitud. Por con que escribia sus obras , porque enmendándole en dos par­
ejemplo el robo del rucio, que ejecutó Gines de Pasámonte es­ tes, le dejó sin corregir en otras tres. El bachiller Carrasco re­
tando Sancho caballero en él (1. 249). Aunque es-claro que el conviene á Sancho con esta inconsecuencia, y Sancho solo res­
objeto de Cervantes fue ridiculizar el de Brúñelo cuando quitó ponde, que seria engaño del autor, ó descuido del impresor:
del mismo modo el caballo á Sacripante (111. 35). en cuya respuesta al mismo tiempo que censura Cervantes
316 Lo que absolutamente no puede disculparse es la el ridículo efugio de los que atribuyen á los impresores
aventura del Clavileño alígero (ív. /¡2), el cual dice nuestro au­ sus defectos propios, como ya se ha notado en otra parte , re™
102 ANALISIS del quijote. io3
conoce sinceramente su falta. Otra cometió en la aventura del tos de la una de los de la otra, en la primera se dice que se sen­
cuerpo muerto, pues habiendo dicho (i. rgo) que el bachiller taron á la mesa todos , tanto mugeres como hombres , uno de
Alonso López, a' quien D. Quijote derribó en tierra, se fue luego los cuales fue el Cautivo , y en la segunda se espresa que ni
que le pusieron en la muía, y antes que pasase la larga con­ este ni las las mugeres se encontraron.
versación entre D. Quijote y Sancho sobre el motivo que este 322 También la noche que salió Sancho a' rondar su ínsula
habla tenido para haber llamado á su amo el caballero de la parece que cenó dos veces, porque después de haber contado
Triste Figura, poco después dice (i. tga) que el bachiller oyó’ Cervantes que le dieron de cenar un salpicón de vaca con cebo-
la conversación, y se fue. En el cap. xiv. de la segunda parte lia y unas manos de ternera (iv. 117 ) , y después de haber re­
hace decir á Sancho (m. i3r ) que no tenia espada , ni en su ferido algunos discursos que pasaron entre él, su maestresala y
vida se la habia puesto, olvidándose de que antes había dicho el mayordomo, inmediatamente dice que llegó la noche y ceno
en varias partes ( i. 135, 137 , 141 ) que la tenia, y aun que la el gobernador. A la verdad es difícil componer estas dos cenas
habia sacado para reñir. separadas con una larga conversación , y ambas sin
3ao Semejante es el olvido que tuvo en la segunda parte, en embargo al principio de la noche. Si el autor hablo de
donde leemos que al tiempo que 1). Quijote daba sus consejos á una misma las dos veces , es necesario confesar que lúe
Sancho (iv. 60), este le aseguró que sabia firmar su nombre; con tanta confusión , que cualquiera creerá que hubo dos
y poco después cuando le constiparon el caso del hombre que distintas. Pero aun se encuentra otro tercer pasage semejan­
venia á pasar por la puente, dijo que la resolución que daba la te á estos. Habían comido D. Quijote y Sancho muy á su placer
con los pastores y pastoras de la fingida Arcadia , y pasado e
daría firmada de su nombre si supiese firmar (ív. 147). E11 la
nota 8, página 80 del tomo cuarto se advierte también un des­ infortunio de los toros , que sucedió inmediatamente después
cuido de la misma especie, y es, que cita como pasada la sen­ de la comida, vemos que se sientan á comer á la margen de una
tencia de la bolsa del ganadero, que aun no ha referido. Y en el fuente ( ív. 225 ), y que D. Quijote no quiere probar bocado
tomo iv encontramos, que después de haber celebrado Cervan­ por haber resuelto, según dice, dejarse morir de hambre.
tes las ordenanzas que hizo el gran Sancho Panza en su gobier­ 323 Todos estos descuidos, y algunos otros de la misma es­
no, y haber dicho que aun se conservaban (ív. i56), le hace pecie, que se notan en el plan cronológico, que va á continua­
decir al misino Sancho que no liabia hecho ordenanzas algunas ción de este discurso, prueban, como ya hemos dicho, que Cer­
(iv. 194). vantes escribió de priesa su obra, y que 110 la corrigió después.
Pero no podemos atribuir á este principio la inconsecuencia de
3ai En la llegada del oidor a' la venta se olvidó nuestro au­
tor de lo que habia escrito en los capítulos anteriores. En estos 110 dejar que entrase en Zaragoza su héroe, habiendo dicho en
se refiere que al cerrar de la noche estaba dispuesta la cena , y la primera parte , que se conservaba en la Mancha la lama de
que sentados á una mesa larga como de tinelo , cenaron todos haber asistido en dicha ciudad á unas justas famosas (11. 377 ).
juntos mugeres y hombres , entre los cuales estaba el Cautivo Cervantes no quiso que fuese su Quijote á Zaragoza, porque ha­
bia ido el de Avellaneda; pero no se puede dudar que Avellane­
(11. 177): mientras la cena hizo D. Quijote su razonamiento so­
da hizo bien en seguir la lama , y nuestro autor hizoj'muy mal
bre las armas y las letras (11. 177 ), y de sobremesa (11. 188)
en contradecirla, siendo él mismo quien la habia esparcido. Es
refirió el Cautivo su larga historia. Preciso era que en tantas co­
sas se consumiese una gran parte de la noche, y asi no se pue­ muy de creer que el enfado de ver con qué poca decencia habia
de conciliar que llegase después de todos estos pasages el oidor? desempeñado este episodio su rival, le hizo aborrecerle, y pen­
y que llegase al anochecer (11. 257). Ni tampoco es compatiblu sar en substituir otros muchos mas admirables y magníficos ,
la cena que se refiere después de su llegada con la que acabamos para desmentirla escasez de ideas que le atribuia Avellaneda,
de decir , porque ni es regular q ue cenasen dos veces los que persuadiendo al público que Cervantes no era capaz de conti­
estaban en la venta, ni podemos decir que en ambos lugares se nuar el Quijote, y asi el despique fue la verdadera causa de es­
habla de la misma cena, pues sobre ser distintos los acaecimien­ te defecto.
DEL QUIJOTE. IO^
104 ANALISIS
tragón, era porque se lo daban, pero que sabia pasarse muchos
324 Ni aun esta disculpa puede tener el suponer que ya es­
taba impresa la historia de D. Quijote cuando el bachiller Car­ dias con nueces ó bellotas, pues claro está que por mas co­
rasco volvió de Salamanca (111. 23) , no habiendo un mes que milón que fuese, no teniendo otra cosa había de sujetarse por
1). Quijote estaba en su casa después de concluida su segunda fuerza á pasar con estos manjares.
salida, y cuando apenas se habian pasado dos desde el princi­ 327 La poca exactitud en la cronología y geografía puede
pio de su locura. En tan breve espacio no hubo tiempo de es­ también hacer inverosímiles los sucesos de la fábula, y de esta
cribir y dar á la estampa sus hechos, mucho menos habiéndose especie de descuidos se encuentran algunos en el Quijote, los
escrito primero en árabe, y traducido después al castellano, cuales se podrán ver por menor en el citado plan cronológico
como refirió el mismo bachiller, quien para acabar de hacer mas de la fábula, que se pone al fin de este discurso. Pero sera bue­
imposible el suceso añadió que se habian hecho ya muchas edi­ no hacer aquí una reflexión, y es, que todas las fechas de la se­
ciones en Portugal, Barcelona, Valencia y Ambéres (111. 26 ): y gunda parte están adelantadas cosa de unos tres ó cuatro meses
no contento con esto aseguró también que prometia el historia" mas de lo que corresponde á las de la primera, de donde se pue­
dor segunda parte (In. 37), cuando aun no existia el asunto de inferir que Cervantes no consultó su primera parte al tiempo
preciso de ella , pues D. Quijote ni habia hecho ni aun deter­ de escribir la segunda, contentándose con suponer que sucedió
minado su tercera salida. esta en la estación mas oportuna para los acaecimientos que en
325 Tampoco es disculpable que cuando Sancho contaba ella se refieren, esto es, en el verano. De suerte que pone a los
despropósitos después del vuelo del Clavileño le dijese su amo’ principios de este la tercera salida de D. Quijote, siendo asi que
Sancho, pues vos queréis que se os crea lo que habéis visto en correspondía fuese por octubre, respecto de haber sido la pri­
el cielo, yo quiero que vos me creáis d mi lo que vi en la cueva mera en uno de los calurosos dias del mes de julio, y haber pa­
ele Montesinos (ív. 47)- Esto da á entender que D. Quijote pre­ sado en ella, en la segunda y en las detenciones en su casa, po­
tendía que le creyesen cosas que él mismo juzgaba mentiras ; y co menos de dos meses y medio. De esta anticipación provienen
no era asi, antes bien él creia todas aquellas visiones como rea­ los defectos que por menor se espresan en dicho plan cronoló-
les y verdaderas. gico. - r,
326 Menos perdón merece el haber culpadoá Avellaneda por" 3^8 Pero no por esto se ha de creer que Cervantes solo tal-
que llamó Mari Gutiérrez á la muger de Sancho (iv. 246). Este tó en anticipar las fechas, guardando después consecuencia en
fue el nombre que la dio en su primera parte el mismo Cervan­ esta anticipación ; pues ademas de referirse como sucedidas en
tes (1. 60); y asi en él estuvo la falta cuando en la segunda se el verano las aventuras que correspondía sucediesen en el oto­
le mudó en el de Teresa Panza; no en Avellaneda, que le con­ ño, aun entre los tiempos de unas aventuras y los de otras se
servó el primitivo. Con mas razón se podia hacer cargo á Cer­ encuentra oposición notable. Baste para prueba de esto , que
vantes de su inconsecuencia , porque habiéndola llamado al después de haber escrito Sancho en casa de los Duques una car­
principio de la primera parte Juana Gutiérrez, y Mari Gutiér­ ta, lecha en 20 de julio (ív. 3), llega con su amo á Barcelona
rez, al fin de la misma parte (11. 3;6) la llama Juana Panza, di­ pasado un raes, y se halla ser la mañana de S. Juan ( ív. 254).
ciendo espresamente que asi se llamaba la muger de Sancho , 329 Esto confirma lo que arriba se dijo : es á saber, que
aunque no eran parientes. Tampoco es justo el cargo que le hace Cervantes escribió su Quijote de primera mano, sin detenerse a
de haber pintado á Sancho comedor (ív. 258) , pues comedor confrontar unos lugares con otros, y sin sujetarse á Ucvai una
le pinta también Cervantes cuando en boca deD. Quijote le di­ serie calculada en la cronología de su fábula.
ce : tú naciste para morir comiendo (ív. 225) : y aunque es 330 A vista de los ligeros defectos que hemos notado , ori­
cierto que nuestro autor no le da el carácter de puerco , que le ginados la mayor parte de no haber retocado y pulido Cervan­
supone Avellaneda, el’de comedor se le atribuye á cada paso; y tes su obra, es forzoso confesar ingenuamente que no son capa­
el negarlo después es una verdadera inconsecuencia , que no ces tan pequeñas manchas de afear la brillante hermosura del
queda cubierta con la respuesta de que si alguna vez parecía .Quijote. Y habiendo ya demostrado que por la novedad de su
><>6 ANALISIS DEL QUIJOTE.

objeto, por lo bien manejada que estala acción, por la fecunda


vaiiedad de sus episodios, por la propiedad de sus caractèress
plan toiwlóijtca
por la naturalidad y gala de su narración , por la dulzura de su
estilo, y por la solidez de su moral, es digna esta fábula de ocu­
par un puesto de los mas señalados en el alcázar de las musas
al lado de las mas famosas epopeyas, no debemos estrañar que
haya merecido tantos elogios de Jos sabios , no solo nacionales,
sino también estrangeros , que se halle traducida en casi todas parte i. tomo i.
las lenguas vivas , y que se hayan hecho y se hagan de ella
continuamente tantas ediciones. PRIMERA SALIDA.

33r Acreedor es ciertamente el Quijote á todas estas demos­


traciones de aprecio,y acreedor es Cervantesá los aplausos de to­ Capítulo n. Yin. Salió D. Quijote muy de madrugada por el
dos los literatos, por haber pisado con pie firme un camino de campo de Montiel un día de los calurosos de julio. Después de
ninguno hollado hasta entonces, y en que ninguno le ha se­ haber caminado lodo el dia llegó al anochecer á una venta, en
guido, y por haber observado en su fábula , que es de una es­ donde le armaron caballero.
pecie nueva, las reglas que dicta la razón ayudada de la crítica. cap. iv. Y v. Sale de esta venta al otro dia de madrugada ,
Reglas que no pudo encontrar escritas , pero reglas que deben armado ya caballero. Encuéntrase con los mercaderes de Tole­
servir en adelante para formar juicio de las composiciones de do, que le dejan tendido en el suelo y molido á palos. Recógele
esta especie, si á caso se atreve alguno á seguir á Cervantes por Pedro Alonso, vecino de su pueblo, adonde le llevó, y llegaron
tan difícil senda hasta la cumbre del Parnaso. al anochecer.

segunda salida.

cap. vi. Y VII. A otro dia se hizo el escrutinio de los libros


de D. Quijote, quien durmió todo aquel día, y estuvo otros dos
en la cama, al cabo de los cuales se levantó, y se mantuvo quin­
ce dias muy sosegado en casa. En este tiempo solicitó á Sancho
Panza para que le sirviese de escudero, y juntos salieron una
noche por el mismo campo de Montiel y por el propio camino
que habia tomado D. Quijote en su primer viage. Hubo , según
esta cuenta, veinte dias de diferencia entre su primera y segun­
da salida.
cap. vm. El dia 21 de la acción de D. Quijote fue la aven­
tura de los molinos de viento, despuesde la cual siguieron el ca­
mino del puerto Lapice. Aquella noche la pasaron en una aibo -
^eda, y el dia 22 á las tres de la tarde descubrieron el puerto, en
el cual sucedió la aventura de los monges benitos y la del viz
caíno.
cap. ix. hasta EL xii. Dia 22 se acabó la batalla con el
vizcaíno. Se entraron Sancho y su amo en un bosque, curóse
D. Quijote la oreja , comieron larde y de priesa, y fallándoles
CRONOLOGICO. IO9
108 PLAN
que les contó su historia, con la cual da lili Cervantes á la ter­
tiempo para llegar á pobladose quedaron en tas chozas ele unos cera parte de las cuatro en que , como se ha dicho, había di­
cabreros, en donde estos contaron á D. Quijote la historia del
vidido la primera de su obra.
pastor Grisóstoino.
cap. xni. hasta EL xv. Dia a3 salió D. Quijote de la ca­ PARTE I. TOMO II.
baña de los cabreros, fue al lugar de la sepultura del pastor
Grisóstoino, á cuyo entierro asistió. Acabado este se entró , CAP. XXV11I. hasta f.l xxxn. En el mismo día 24 de agos­
acompañado de Sancho, á buscar á la pastora Marcela por el to , que es el 28 de la acción, y aun en el mismo punto cu que
monteen donde se había ocultado. Habiendo andado por él mas Cardenio acabó la triste relación de sus estranos acaecimientos,
de dos horas sin encontrarla, vinieron á parar a' un prado, don­ encontraron á Dorotea, que con no menor admiración de to­
de se apearon con ánimo de pasar allí la siesta, y les sucedió la dos les refirió otra parle de aquella dolorosa historia. Conclui­
desgraciada aventura de los yangiieses : después de la cual al da esta volvió Sancho diciendo, que su amo no quería salir del
anochecer de este dia llegaron á la famosa venta del encanta­ lugar donde estaba, lo que les obligó á todos á irle á buscar , y
miento, que D. Quijote creia ser castillo. habiendo andado tres cuartos de legua descubrieron entre unas
cap. xvi. hasta el xxi. Aquella noche la pasaron en esta peñas á D. Quijote, quien luego que oyó la súplica de Dorotea,
venta , y en ella sucedió lo del arriero y Maritornes , el cuadri­ se puso en camino con toda la comitiva, y llegaron á una fuen-
llero y bálsamo de Fierabrás. Al otro dia, que fue el 24, man­ tecilla en donde se apearon. Todo esto sucedió en la misma
tearon a' Sancho en la misma venta. Habiendo Salido de ella pe­ tarde jy Cer vantes olvidado de ello dice, que comieron en la 1 uen-
leó D. Quijote con los dos rebaños de ovejas, y por la noche del tecilla, y después de comer volvieron á tomar el camino. Tam­
mismo dia sucedióla aventura del entierro y la délos batanes, bién dice en boca del cura, que desde la salida de la Sierra has­
la cual se concluyó al amanecer del otro dia, que fue el 25, y ta la venta habia dos leguas, lo que no se compone bien con ha­
en él ganó el yelmo de Mambrino. ber tardado en el camino aquella tarde y toda la mañana del
cap. xxii. y xxhi. En el propio dia a5 de la acción dio dia siguiente 28 de agosto y 29 de la acción , que llegaron á la
D. Quijote libertad á los galeotes, y después de esta aventura se venta, habiendo tardado el mismo tiempo el cura, el barbero y
entró con Sancho en Sierra Morena, en cuyas entrañas pasaron Sancho en ir desde la venta hasta la entrada déla Siena, y poi
la noche. Al siguiente dia 26 se hallaron en la misma Sierra la consiguiente debía haber mucho mas de dos leguas.
maleta, y encontraron á Cárdenlo. CAP. xxxni. HASTA el XLui. En este mismo dia 29 de la
cap. xxiv. hasta el xxvu. El mismo dia 26 después de la acción y 25 de agosto llegaron también á la venta Luscinda y
pendencia de Cardenio determinó D. Quijote quedarse haciendo D. Fernando, con lo que se concluyó felizmente el episodio de
penitencia, y enviar á Sancho con la carta á Dulcinea, y la Cardenio y Dorotea. Después llegó el cautivo y Zoraida, cuya
libranza de los tres pollinos fecha en22 de agosto de aquel año. historia es otro episodio. Luego entró el oidor hermano del cau­
De esta fecha se infiere , que siendo el dia 26 de la primera sa­ tivo con su hija Doña Clara , motivo de otro episodio.
lida de D. Quijote el 22 de agosto, aquella salida fue la madru­ cap. XLI11. hasta el XLVli. El dia 3o de la acción y 26 de
gada del 28 de julio del mismo año. Al siguiente 23 de agosto y agosto llegaron á la venta los criados de D. Luis, que disfraza­
27 de la acción de D. Quijote llegó Sancho á medio dia á la ven­ do en trage de mozo de muías seguia á la hija del oidor. Suce­
ta, en donde encontró al cura y al barbero, que le hicieron vol­ dió la historia de estos criados con D. Luis, la pendencia de San­
ver atras en busca de su amo. A otro dia, que fue el 24 de agos­ cho con el barbero de la albarda , la de los cuadrilleros y sus
to y 28 de la acción, el cura y el barbero acompañados de San­ compañeros con D. Quijote, la de este con Sancho , porque ha­
cho llegaron á las tres de la tarde á la entrada de la Sierra. San­ bló mal de la princesa Micomicona, y después de sosegado todo,
cho se internó para ir al lugar adonde habia dejado á su amo áotro dia, 3i déla acción y 27 de agosto por la mañana, fue el
haciendo penitencia , y el cura y el barbero se quedaron allí fingido encanto de D. Quijote, y su salida de la venta en un car­
aguardándole , y en el intermedio se encontraron con Cardenio
ro de bueyes.
CRONOLOGICO. I II
I IO PLAN
Cervantes, poniendo en octubre la octava del Corpus. También
cap. XLVll. hasta el ni. El día 3i de la acción y 27 de cometió otro yerro de geografía diciendo, que al salir del Tobo­
agosto se encontró el canónigo de Toledo con D. Quijote y su so D. Quijote y Sancho siguieron el camino de Zaragoza , por­
comitiva, con quienes tuvo varios coloquios. Sucedió la llega­ que todos ¡os lugares de las aventuras desde el loboso , hasta
da y episodio del cabrero , y la aventura de los diciplinantes. las lagunas de Ruidera deben estar al mediodía del Toboso , di­
Concluida esta siguió D. Quijote con el cura y el barbero el ca­ rección contraria á Zaragoza , que está al norte , como se de­
mino de su aldea. Era entonces medio dia, y al cabo de seis dias muestra éu el itinerario señalado en el mapa desde el número 17
entraron en la dicha aldea domingo á la mitad del dia : que por hasta el 22. Este yerro le repitió en el cap. xiv.
esta cuenta era el 87 de la acción y a de setiembre á medio dia. cap. xii. hasta el xiv. La noche del dia 6 de octubre fue la
llegada del caballero de los Espejos: en ella paso el coloquio de
RESUMEN DE ESTE COMPUTO.
los dos escuderos y de los dos caballeros. D. Quijote refirió al
Sale D. Quijote dia 28 j días de los Espejos que los encantadores habian trasformado á Dul­
í Total : 37 dias
de julio, y vuelve á su’,... 2 cinea dos dias había cu aldeana; y habiendo sucedido esto el día
i desde 28 de ju- anterior á aquella noche , no es verosímil que tan presto se le
casa dia 29........................ I
llio hasta 2 de hubiese olvidado. El dia 7 de octubre al amanecer fue vencido
Está en su casa 18 j
dias, esto es hasta el 16I.18 ¡setiembre, tiem- el caballero de los Espejos por D. Quijote, quien junto con San­
de agosto......................... >po de la dura­ cho volvió á proseguir su camino de Zaragoza.
Sale segunda vez con tion de la fá­ cap. xv. hasta el xix. El dia 7 de octubre se encontró
Sancho , y empica 17 bula en la pri­ D. Quijote con el caballero del Verde Gaban , y sucedió la
días hasta la vuelta á su mera parte del
casa en 2 de setiembre.... aventura de los leones, y á las dos de la tarde del mismo dia lle­
Quijote. garon á la aldea y casa del del Verde Gaban, en donde se man­
tuvieron D. Quijote y Sancho cuatro dias, esto es hasta media­
PARTE II. TOMO III. do el dia 11 de octubre , y al anochecer de este llegaron al lu­
gar de Camacho el rico.
TERCERA SALIDA. cap. xx. hasta el xxiil. Dia 12 deoctuhre estuvieron en las
bodas de Camacho : hasta el i5 se mantuvieron con Basilio y
cap. I. hasta el vil. Está D. Quijote casi un mes quieto Quiteria, y el 16 partió D. Quijote coa Sancho y el primo pa­
en su casa. Gasta en varios coloquios dos dias, que juntos con ra la cueva de Montesinos , adonde llegaron el dia 17 á las dos
los antecedentes vendrán á componer todo el mes de setiembre. de la tarde. Inmediatamente metieron á D. Quijote en la cueva,
Después de tres dias, esto es en 3 de octubre, salen D. Quijote y le volvieron luego á sacar , y después coutó á Sancho y el
y Sancho tercera vez al anochecer, y toman el camino del To­ primo loque había visto en ella.
boso. cap. xxiv. hasta el xxviii. De alli volvieron á tomar el ca­
cap. VIH. Pasan aquella noche y un dia camino del Tobo­ mino, en el que encontraron al mozo de las albardas y al page
so sin aventura ni suceso, y á otro dia 5 de octubre al anoche­ que iba á sentar plaza desoldado, y al anochecer llegaron á la
cer llegaron á un encinar cerca del Toboso, y habiéndose aguar­ venta en que Sucedió la aventura de los títeres. A otro dia á las
dado alli, entraron en el lugar á la media noche. ocho dejaron la venta Sancho y D. Quijote, y se pusieron en ca­
CAP. íx. hasta el xi. En el dia 6 de octubre sucedió el en­ mino , por el cual anduvieron dos dias, sin acontecerles cosa
cantamiento de Dulcinea , y después siguieron el camino de digna de escribirse, hasta que el tercero dia, esto es el 20 de oc­
Zaragoza los dos aventureros. Al íin de este dia 6 de octubre fue tubre , llegaron cerca del lugar del rebuzno , en donde sucedió
la aventura de los farsantes, que, según su relación , habían la aventura, de que salió Sancho apaleado y apedreado D. Qui­
hecho aquella mañana, que era la octava del Corpus , el auto jote. Queriéndose con este motivo despedir Sancho de su amo,
de las cortes de la muerte. Yerro de cronología en que incurrió
CRONOLOGICO. 113
I 12 PLAN
CAP. xlii. v XL111. Finalizada la aventura de la Trifaldi o due­
este le ajusta la cuenta de sus salarios el día 20 de octubre , y le
ña dolorida con el vuelo de Clavileño la noche del dia 3o de oc­
dice que había 25 dias que habían salido de su lugar : error de­
tubre, al siguiente 3i del mismo mandó el Duque á Sancho que
cronología, pues habiendo salido el dia 3 de octubre por la no­
se dispusiese para ir al gobierno de su ínsula al día siguiente
che, no había sino 17 dias. Dice también D. Quijote , que ape­
i.°de noviembre, y D. Quijote ledió los consejos sobre el mo­
nas habia andado dos meses en el discurso de sus salidas; lo que
do con que había de portarse en la ínsula.
es cierto , pues solo eran 36 dias : los demas que habia de ac­
Cap. xliv. Va Sancho al gobierno el mismo día 31 por la
ción los habia pasado en su casa.
larde, en lo que faltó Cervantes a la verosimilitud, pues el mis­
cap. xxix. Dos dias después , esto es el 22 de octubre, llegó
mo dia habia dicho el Duque á Sancho, que no le habia de en­
D. Quijote al Ebro, en donde sucedió la aventura del barco en­
viar hasta el día siguiente, y 110 se alega causa ninguna para
cantado. Aquí cometió Cervantes un notable yerro de geografía,
esta mudanza y aceleración.
porque dividida en cinco jornadas la distancia que hay desde la
cap. xlv. Llega Simclio á su gobierno el dia 1.° de noviem­
venta de los títeres, que en el itinerario del mapa es el núme­
bre por la mañana, toma posesión, y después hace los lamosos
ro n3, hasta el rio Ebro y aventura de barco encantado, núme­
juicios de la ramera, y del viejo embustero, que encerró los
ro 25, corresponde á cada jornada unas i4 leguas de andadura,
diez escudos que debía en un báculo de caña, para jurar que
y no es posible que Rocinante y el rucio anduviesen tanto ca­
los había pagado, y también el del sastre de las caperuzas.
mino en tan poco tiempo. cap. xlvi. En el mismo dia x.° de noviembre, que llegó San­
cap. xxx. hasta el xxxiii. El dia 23 de octubre al ponerse el
cho á su gobierno, despachó la Duquesa á uu page con la carta
sol encontró D. Quijote á los Duques, quienes le llevaron á su
de Sancho para Teresa Panza, y D. Quijote hablo con Allisido-
palacio , en donde fue recibido con ostentación como caballero
ra, de lo que resultó cantarle esta á D. Quijote á las once de la
andante, y después de haber comido se retiró á dormir la siesta-
noche de aquel dia un romance. Acabado este sucedió la aven­
Aqui tuvo Cervantes un notable descuido , pues habiendo dicho
tura de los gatos, de cuya resulta estuvo D. Quijote en la ca­
que D. Quijote encontró á los Duques al ponerse el sol, los ha­ ma cinco días, esto es hasta el 6 de noviembre inclusive.
ce comer luego que llegaron al palacio, como si fuese medio dia, cap. XLVii. El dia i.° de noviembre comió Sancho en pú­
é irseá dormir la siesta. También cometió un yerro de cronolo­ blico, y estando comiendo recibió una carta del Duque lecha
gía, porque supone que esto sucedió en un dia de verano, sien­ el iGdejiigosto. Dos anacronismos comete aqui Cervantes: el pri­
do el23 de octubre. mero contra la cronología de su fábula, pues según ella la caria
cap.xxxiv. y xxxv. Dealliá seis días, esto es el 29 de oc­
debía tener la fecha de 31 de octubre, y el segundo respectivo á
tubre, se celebró la montería con que los Duques obsequiaron á
la fecha de la carta de Sancho á su muger, pues esta , que se es­
D. Quijote. Dice Cervantes que era la mitad del verano , faltan­
cribió el dia antes que la del Duque, tenia la fecha de 20 de julio.
do á la verosimilitud , pues era el mes de octubre , bien que
cap. XLVltl. E11 el capítulo XLV1 dijo Cervantes , que de
concuerda con lo que habia dicho antes. resulta de la aventura de los gatos estuvo D. Quijote cinco días
en la cama, esto es hasta el 6 de noviembre; ahora dice que es­
PARTE II. TOMO IV. tuvo sin salir al público seis días , esto es hasta el 7 de noviem­
bre. E11 una noche de estas lúe á visitar Doña Rodríguez á Don
cap. xxxvi. hasta el xn. El dia siguiente 3o de octubre des­
Quijote, y la azotaron la Duquesa y Altisidora.
pués de comer fue la aventura de la Trifaldi, y á la noche la del
cap. xlix. El dia 1de noviembre en la noche cenó Sancho
Clavileño alígero. Aquel dia escribió Sancho una carta á su mu-
con licencia del doctor Pedro Recio, después de la cena salió a
ger fecha en 20 de julio de 1614. Notable anacronismo, pues
rondar, y de aili á dos dias fue el tiu trágico de su gobierno.
aquel dia era el 3o de octubre según la cronología que entabló cap. l. E11 este capítulo repite Cervantes la embaja la que
Cervantes en su primera parte; y respecto que esta se imprimió la Duquesa envió después de la aventura de Doña Ro.higiiez a
el año de i6o5, debía ser á lo menos, para ser verosímil la fecha
de la carta, de 3o de octubre de 1604.
u4 PLAN CR0N0L0G1C0. 1 <5
Teresa Panza con un pago, el cual llevaba una carta de su ma­ ja de Doña Rodríguez, y el mismo dia venia Sancho de la ínsu­
rido y el vestido de campo, con otra carta de la Duquesa y una la en busca de su amo: oti;o anacronismo.
gran sarta de corales ricos. Falta en esto á la verosimilitud, pues cap. lv. El dia i3 encontró D. Quijote la salida de la ca­
en el capítulo xr.vi habia despachado al mismo page con sola verna dondehabia caído Sancho la noche antes, que por la ver­
la caria de Sancho y el vestido ; pero ya se le había olvidado , dadera cuenta debia ser el dia 4 de noviembre , por el dicho
é incurrió en este descuido y repetición. También cometió un de Cervantes el 9, y por el del mayordomo, que confirmó San­
yerro de geografía, porque en seis dias cuando mas va el page cho después de haber salido , el 12 del mismo mes : prueba de
al lugar de D. Quijote, se detiene en él casi un dia, y vuelve con lo embrollado de la cronología. También repite aqui Cervantes
la respuesta, lo que no pudo ser, estando el lugar de D. Quijote que era verano , debiendo ser , según su cronología, el mes de
en la Mancha junto al Toboso , y el palacio de los Duques en noviembre.
Aragón á las orillas del Ebro. cap. lvi. El dia 16 de noviembre fue el desafío aplazado
cap. Lt. El dia 2 de noviembre almorzó Sancho^ y á la tarde para este dia, de cuyas resultas dijo Tosilos que quería casarse
de aquel dia hizo unas constituciones para el buen gobierno de con la hija de D.a Rodríguez.
su ínsula. El mayordomo tenia dispuesto hacerle salir del gobier­ cap. Lvn. hasta el lix. Un dia después del desafío se
no aquella noche. despide de los Duques D. Quijote, quien por el deseo que tenia
cap. Lii. En este dia estaba ya sano D. Quijote de los ara­ de salir á otras aventuras se puede creer que lo baria poco des­
ños de los gatos, en lo que tardó ocho dias, y habiéndolos reci­ pués del referido desafío. Cervantes no determina este dia, y
bido el i.“ de noviembre, debia ser este dia el 9 del mismo mes. asi puede suponerse que era el 18 de noviembre. Al dia
Al medio dia del siguiente to de noviembre llegó de vuelta siguiente de mañana se partió D. Quijote de casa de los
el page que había ido á casa de Sancho : cosa muy inverosímil Duques , esto es el 19 de noviembre. En el mismo suce­
que en tan corto tiempo pudiese haber ido y vuelto desde las dió la aventura de los santos , la de las pastoras , y la de los
orillas de Ebro hasta Argamasilla de Alba. En el mismo dia de­ toros, después de la cual se encontró D. Quijote por la noche
safió D. Quijote al agraviador de la hija de Doña Rodríguez: el en la venta con D. Gerónimo, y al dia siguiente 20 de noviem­
Duque aplaza campo para este reto , y señala el plazo para de bre salió temprano de la venta para Barcelona.
allí á seis dias, que seria el 16 de noviembre. cap. lx. En seis dias, esto es hasta el 26 de noviembre,
cap. luí. La noche del séptimo dia del gobierno fue la alar­ nada aconteció digno de notar á nuestros aventureros. El dia 26
ma fingida con que acabó Sancho su comisión. Llegó á ella el por la noche Ja pasaron en unas arboledas, en donde Sancho
dia i.° de noviembre, y asi el dia 7 del mismo por la noche le acoceó á su amo, y se asustó con los cuerpos délos ahorcados
sucedió esta aventura. Pero toda esta cuenta de Cervantes está que estaban colgados de los árboles. Á otro dia al amanecer los
muy errada, pues en el capítulo li ha dicho que el segundo dia sorprendió Roque Guinart con su cuadrilla de bandoleros.
del gobierno fue cuando sucedió su acabamiento : ademas de cap. lxi. hastA el LXin. Tres dias y tres noches estuvo
que el no decir ni en general , en qué se ocupó los cinco dias, D. Quijote con los bandoleros hasta el 29 de noviembre, que
que aqui supone hubo de mas , siempre es descuido. En'el mis­ supone Cervantes contra la verosimilitud ser víspera de San
mo capítulo dice que Sancho se fue el dia siguiente por la 111a ■ Juan. El dia siguiente 3o al salir el sol entró D. Quijote en Bar­
ñaña, esto es el 8 de noviembre temprano: de donde resulta que celona. Aquel dia hubo baile por la noche en casa de D. Antonio
habia tenido el gobierno solos siete dias, y el mayordomo le di­ Moreno, que hospedó á D. Quijote, y al siguiente i.° de di­
ce que ha de dar residencia de los diez dias que liabia tenido el ciembre se hizo la espe'riencia de la cabeza encantada. Deter­
gobierno, y según esto era el n de noviembre por la mañana: minaron correr sortija el dia 7, pero no se efectuó. Salió Don
otro anacronismo. Quijote á paseará pie por la ciudad, y vió la imprenta: todo es­
cap. Liv. El dia 12 de noviembre dijo el Duque á D. Quijo­ to el dia i.° de diciembre, en euya tarde fueron también á ver
te que de allí á cuatro dias se presentaria el agraviador de la hi- las galeras.
116 PLAN
cap. lxiv. El dia tres de diciembre salió el barco para traer
á D. Gregorio de Argel. Dia 5 se hicieron á la vela las galeras
para Levante, y el dia 6, saliendo D. Quijote á pasearse por la
playa, se encontró con el caballero de la Blanca Luna, y fue
vencido por él.
cap. lxv. De resulta del vencimiento estuvo D. Quijote en
cama seis dias , esto es, hasta el 11 de diciembre inclusive. El
dia t2 entró D. Antonio á decir á D. Quijote que había llegado
de Argel D. Gregorio. De alli á dos dias, esto es el 14, trataron
sobre el modo de que Ricote y su hija quedasen en España. El
15 partieron D. Autonio y D. Gregorio á Madrid, y el 18 sa­
lieron D. Quijote y Sancho para su patria. Había dos meses que
Carrasco había sido vencido por D. Quijote, y Cervantes, olvi­
dado de esto, le hace decir que habla ya tres meses.
Cap. lxvi. hasta el lxix. El día n3 de diciembre llegaron
D. Quijote y Sancho á un lugar camino de su patria. Aquella
noche la pasaron al sereno, y el dia 24 encontraron un correo
de á pie, que era el lacayo Toados. En aquel dia 24 pasaron
varias cosas, y tuvieron en el campo la noche, en el cual suce­
dió la aventura de los cerdos. Al otro dia 26 de diciembre al po­
nerse el sol salieron ai camino unos hombres, arrestaron á Don
Quijote y á Sandio, y los llevaron á la quinta de los Duques,y
aquella misma noche sucedió la estraordinaria representación
de la resurrección de Allisidora muerta por el desden de Don
Quijote.
cap. lxx. hasta el Lxxn. El dia 26 de diciembre des­
pués de comer salió D. Quijote de casa de los Duques en prose­
cución de su viage. En la noche de este dia comenzó á azotarse
Sancho, y el siguiente 27 estuvieron, después de haber andado
tres leguas, esperando en un mesón a que llegase Ja noche. En
este mesón fue el encuentro de D. Alvaro Tarfe. A la tarde sa­
lieron D. Quijote y Sancho, y pasaron la noche entre unos ár­
boles. El dia 28 continuaron Su camino: á la noche acabó San­ I
cho de azotarse por el desencanto de Dulcinea, y al siguiente
dia 29 entraron en Argamasilla de Alba su patria. Es poco
tiempo el que da aquí Cervantes á D. Quijote y Saucho para
llegar desde casa délos Duques hasta su lugar.
CAI'. Lxxm. Y lxxiv. El día 29 se pasó en coloquios con
tlcuray bachiller, y al fin con el ama y la sobrina, á quienes
pide D. Quijote que le lleven á la cama, poique se sentía
no muy bueno. Seis días estuvo con calentura, esto es desde el
cronologico. 117
3o de diciembre hasta todo el 4 de enero. El siguiente 5 vuelto
ya en su acuerdo hizo testamento, y el 8 murió.

RESUMEN DE ESTE PLAN,


Y DURACION DE TODA LA FABULA.

Respecto á que Cervantes fingió á su héroe moderno, y que


á cada paso alude el mismo D. Quijote á sucesos'recientes en­
tonces, es fuerza suponerle contemporáneo de Cervantes; y ha­
biéndose impreso el año de i6o5 la primera parte del Quijote,
su primera salida debió ser el año anterior de i6o4; y bajo de
este supuesto se funda el siguiente cómputo.
bale D. Quijote la prime- | Días. Total;
ra vez el día 28 de julio de | meses , dias.
1604 1 y vuelve el 29 del 1’
mismo. J
Está en su casa diez y
ocho dias...........................
Sale segunda vez el dia
17 de agosto , y no vuelve • •
hasta el dia dos de setiembre.
Se está en su casa treinta
y un dias...............................
Sale tercera vez el dia 3
de octubre en la noche, y . . 87
no vuelve hasta el 29 de di­
ciembre..................................
Está enfermo desde el dia
3o de diciembre de 1604
hasta el dia 8 de enero del
año de i6o5....................... .

clcuray bachiller, y al fin con el ama y la sobrina, á quienes


pide D. Quijote que le lleven á la cama, poique se sentía
nú muy bueno. Seis días estuvo coa calentura, esto es desde el
(

DE

be
INTR0BUCC10N

Cuando los varones insignes de una nación lian contribuido


con los esfuerzos de su aplicación y de su ingenio á mejorar las
costumbres, y á propagar la ilustración entre sus conciudada­
nos, entonces el honrar su memoria tributando inciensos á sus
fárlutem incolumen odimus, cenizas, y dilatando la fama de sus hechos esclarecidos, no solo es
Sublatam ex oculis quierimus invidi. una obligación de la gratitud,y un obsequio a'que nos estimula
Horat. Carm. 1. ln, od. xxiv. naturalmente nuestro corazón, sino un ejemplo que se ofrece pa­
ra imitación y consuelo de todo el genero humano. Si á los con­
temporáneos humilla el haberse de medir con la elevación y
grandeza de semejantes héroes, y esta comparación tan desigual
escita y promueve las mezquinas pasiones que se agitan para
deslustrarlos y perseguirlos, el curso de los sigios, que borra y
disipa lentamente tan abominables sombras, y calma los impul­
sos del amor propio despejando la razón y el entendimiento,
presenta á la posteridad el mérito eu su verdadera magnitud,
señala el término de su benéfica influencia, é ilustra el juicio pa­
ra calificarle con imparcialidad , y para apreciarle con exacti­
tud. Aqui, al contrario que en los objetos físicos, crece con la
distancia el valor y la representación de los claros varones; y el
conocimiento de su superioridad , de sus beneficios y de las
persecuciones que padecieron , si por una parte arrebata nues­
tra admiración y reconocimiento, nos escita por otra con suma
eficacia é interes á indemnizarlos de la injusticia de su siglo , y
del encono y negligencia de cuantos ó no quisieron ó no supie­
ron apreciarlos.
l’ero para que este juicio sea tan recto é imparcial como con­
viene , es necesario estudiar y conocer antes el estado de ilus­
tración y de cultura del tiempo y de la nación en que floreció el
hombre grande cuyos hechos nos proponemos historiar; porque
solo asi podrá graduarse atinadamente la elevación de su inge­
nio, y descubrirse con claridad cuál fue su influjo y trascenden­
cia en la corrección de las costumbres públicas,y en destruir/
aniquilar aquellos vicios y preocupaciones, que teniendo siein-
122 INTRODUCCION. INTRODUCCION. 123

pie en una infancia mezquina al entendimiento humano, lepie- Causa admiración ciertamente que Cervantes, el mayor inge­
sentan intrincadas malezas, las cuales le ocultan y embarazan nio de su siglo , cuyos servicios militares en las campañas mas
el camino de la sabiduría y de la verdad. Esta es la razón por gloriosas de su tiempo fueron sellados con honrosas heridas
que la historia de estos hombres estraordinarios no debe estar y cicatrices, y recomendados por los mas insignes caudillos: cu­
circunscripta al brevísimo período de su propia existencia ; an­ yos trabajos y arriesgadas empresas en el cautiverio le hicieron
tes bien parece que se dilata y ensancha por todas las generacio­ respetar aun de los mismos bárbaros: cuyas obras y produccio­
nes sucesivas á manera de un manantial precioso , que acrecen­ nes literarias en la paz y en el retiro han sido y serán la gloria
tando su caudal á proporción que se aleja de su origen , se es- de su nación y las delicias del género humano ; Cervantes, va­
tiende magestuoso por las anchas vegas y campiñas, y alivian­ liente é intrépido militar en las batallas , arrestado y generoso
do las fatigas del aplicado agricultor no solo fertiliza sus labo­ entre prisiones y cadenas^ ameno, sabioy útil como literato , no
res y sus mieses, y le deleita y le consuela, sino que le prome­ pudiese despertar la atención de sus contemporáneos viviendo
te el mas colmado fruto de su constante afany laboriosidad. en medio de ellos pobre y necesitado , y muriendo oscura y mi­
Si conforme á estos principios fue necesario para hacer el elo­ serablemente, tal vez zaherido de los mismos á quienes liabia
gio de Luis XIV escribir toda la historia de su siglo , y para la tratado con escesiva indulgencia ; y acaso también llegando la
de Carlos V trazar la de la Europa entera desde la decadencia malignidad á criticar hasta la noble liberalidad y beneficencia
del imperio romano ; acaso para conocer bien a' Miguel de Cer­ con que le sustentaban y socorrían sus mecenas y protectores.
vantes y el mérito de sus obras seria preciso recorrer el estado Tal fue la negra ingratitud que oscureció la memoria de Cer­
de la literatura y de las costumbres del memorable siglo XVI y vantes aun mas allá del siglo en que falleció; en el cual se igno­
principios del siguiente : pintura sublime , que seria no menos ro su Verdadera patria hasta por los mismos que le trataron y
útil que curiosa, y en la que manifestándose el sabery las preo­ conocieron , y parece que se desdeñaron también de trasmitir
cupaciones, las virtudes y los vicios , el poder y la debilidad de sus noticias á la posteridad, como si esta mas justa é imparcial
nuestros mayores, nos descubrirla de cuales luces supo aprove­ no hubiese de acriminar algun dia su negligencia y abandono,
charse aquel escritor filósofo, de cuales errores eximirse, y cómo vindicarle y consagrar á su mérito los monumentos mas dura­
logró penetrarlos y conocerlos para perseguirlos y atacarlos en bles y permanentes de estimación y acatamiento.
su raiz por medios suaves, pero irresistibles, y los mas oportunos El primero de esta clase lo debió Cervantes á una nación es­
y adecuados al temple del corazón humano, y á la naturaleza de trangera, pero culta é ilustrada, que procuró se escribiese su vi­
las pasiones que de continuo le agitan y conmueven. da con dignidad , y se publicase el Quijote con magnificencia y
Con estas miras, á lo menos, si no con tanta estension , en corrección: conducta tan noble é imparcial como propia y opor­
cuanto lo permiten nuestras limitadas facultades, hemos procu­ tuna para recordar á los españoles la obligación de honrar el
rado desenvolver de nuevo los singulares acontecimientos de la mérito de uno de sus mas ilustres patricios.
vida de Cervantes, y retratar con mayor exactitud y dignidad su l’or aquel tiempo un célebre ministro, amante de las glorias
carácter sublime y su ingenio perspicaz y fecundo , después de de la nación, quiso que se reimprimiese en España á competen-
haber corrido mas de dos siglos que dejó de existir entre los Cla y con toda ostentación aquella obra singular; y desde enton­
hombres: siendo muy notable que ya era cumplido el primero ces fue cuando los literatos de mayor crédito , como Mayans,
cuando la lilosofía y el buen gusto , triunfando de la envidia y Sarmiento, Iriarte, Montiano, Pingarron Nasarre, Cano, Ríos y
del descuido de sus coetáneos, comenzaron á renovar su memo­ Pellicer en España, Florian y Dubournial en Francia, Jarvis y
ria con el aprecio de sus obras inimitables, consiguiendo reunu Bowle en Inglaterra, Ideler en Prusia, Weyerman en Holanda,
los sufragios de los sabios mas distinguidos , y lijar su reputa­ y otros en diferentes países , se empeñaron en indagar la patria
ción en el templo de la gloria y entre los demas hombres en tan­ de Cervantes , y en dilatar los hechos de su vida , analizando
to que dure en estos la racionalidad, el amor á la ilustración y algunos al mismo tiempo con juiciosa crítica todo el tesoro de
al estudio de las letras humanas. doctrina , bellezas y erudición que encierran en sí sus produc­
ciones literarias.
124 INTRODUCCION?

Entre tan públicos testimonios de aplauso y estimación , que


se han tributado en estos últimos tiempos á la memoria de Cer­
vantes, ninguno mas autorizado ni eminente que el de la Real
Academia Española ; la cual no solo publicó con todo esmero y VIDA
suntuosidad la obra del Quijote , como el testo mas puro y clá­
sico de la lengua castellana , sino que añadió la vida del autor y
el análisis de aquella fábula, escritos con erudición, crítica y co­
pia de observaciones por D. Vicente de los Ríos, uno de sus
mas hábiles individuos. *******
Pero como este hubiese carecido de muchas noticias y docu­
mentos importantes , que ha descubierto posteriormente la efi­ i La preclara y nobilísima estirpe délos Cervantes, que des­
caz diligencia de varios curiosos y literatos; como otros se limi­ de Galicia se trasladó á Castilla , y esteudió por ella sus fecun­
tasen á ilustrar determinados puntos ó sucesos déla vida de tan das ramas , ennobleciendo é ilustrando su origen con memora­
insigne escritor , y algunos solo á reunir y publicar memorias bles proezas, con escelentes virtudes, y con merecer constante­
y materiales, deteniéndose en incidencias de poca importancia, mente el distinguido aprecio y señaladas mercedes de sus sobe­
hemos creído poder ilustrar aun este asunto con suficiente no­ ranos, suena ya en las historias españolas por el espacio de mas
vedad, para escitarel interes y aprecio con que siempre se leen de cinco siglos con tal decoro y esplendor, que según decia el
ó escuchan los hechos de los hombres célebres ; cuya circuns­ erudito marques de Moodejar , no tiene que envidiar origen á
tancia nos podrá también conciliar la indulgencia de los lecto­ ninguna de las mas esclarecidas de Europa. Hijos fueron de este
res , si echasen de menos en nuestro trabajo la elegancia y es- árbol fructífero y generoso algunos nobles de los que acompa­
quisito gusto de Ríos , ó la copia y variedad de erudición de ñando al santo rey D. Fernando á las conquistas de Baeza y de
Mayans y de Pellicer: escritores á quienes debe tanto la memo­ Sevilla quedaron allí heredados en el repartimiento ; y descen­
ria de Cervantes,y la historia literaria de la nación, que no po­ dientes de estos é imitadores de sus altos hechos fueron después
demos dejar de tributarles aqui esta ligera prueba de nuestra Varios de los conquistadores del nuevo mundo, en el cual se ar­
estimación y reconocimiento. raigó y propagó también este esclarecido linage;al mismo tiempo
Tales son los motivos de haberse escrito ahora esta nueva vi­ que por una rama ó línea trasversal procedió de él J uan de Cer­
da de Cervantes, en la cual hemos procurado observare! méto­ vantes, principal y honrado caballero , corregidor de Osuna ,
do mas conveniente , dividiéndola en dos partes. La primera donde supo captarse por sus nobles prendas la estimación y res­
contendrá la narración histórica de los hechos ó sucesos de la peto de aquellos naturales. Este tuvo por hijo á Rodrigo de Cer­
vida con la estension y novedad que ofrecen los recientes des­ vantes, que casó por los años de 154o con Doña Leonor de Cor­
cubrimientos; y la segunda las ilustraciones, apéndices y docu­ tinas, señora ¡lustre, natural, según parece, del lugar de Bara­
mentos en que aquellos se apoyan , con varias noticias y obser­ jas. Fruto de este matrimonio fueron Doña Andrea y Doña Lui­
vaciones dirigidas á ilustrar no solo las obras de aquel célebre sa, Rodrigo y Miguel de Cervantes, que fue el hijo menor de
escritor, sino también muchos puntos curiosos é importantes de tan honrada como menesterosa familia , y nació en Alcalá de
la historia civil y literaria de nuestra nación ; habiendo procu­ Henares, en cuya parroquial de Santa María la Mayor fue bau­
rado omitir , por evitar prolijidad, algunas escrituras ó memo­ tizado á g de octubre de t547-‘ verdad que hallándose compro­
rias ya conocidas , y publicadas por cuantos nos precedieron en bada y demostrada del modo mas auténtico y convincente, de­
estas investigaciones. ja por consecuencia desvanecidas y sin valor alguno las preten­
siones de Madrid, Sevilla, Lucena, Toledo, Esquivias, Alcázar
de San Juan y Consuegra, que aspiraron algún tiempo á la glo­
ria de haber sido cuna de un hijo tan ilustre.
DE CERVANTES. i2 y
12'6 VIDA
también sus discípulos en estas composiciones, que se escribie­
a Es muy regular que recibiese la educación y los primeros
ron unas en latin y otras en castellano, siendo Cervantes de
estudios en sil patria y al lado de sus padres , principalmente
los mas aventajados, como lo manifestó el mismo Juan López
en época tan señalada para Alcalá, donde florecían las ciencias
en la historia y relación que publicó de la enfermedad, muerte
y el buen gusto de las letras humanas , cultivadas por los mas
y funerales de aquella princesa, apellidándole alli repetidamen­
eminentes sabios de la nación; pero nada consta ni ha podido
te su caro y amado discípulo, é insertando con espresa mención
averiguarse con certidumbre, y solo sabemos que desde sus tier­
de su nombre el primer epitafio en un soneto, cuatro redondi­
nos años manifestó Cervantes una vehemente inclinación á la
llas, en que usando de colores retóricos se apostrofan la difun­
poesía y á las obras de invención y de remedo, una aplicación
ta reina, una copla castellana pintando la presteza con que fue
y curiosidad estremada , que le inducia á leer aun los papeles
rotos que hallaba en las calles,y una afición tal al teatro, que asis- arrebatada por la muerte, y una elegía en tercetos, compuesta en
tia áoir las representacionesdel discreto poeta y famoso represen­ nombre de todo el estudio con elegante estilo y delicados concep­
tante Lope de Rueda cuando aun no le permitía su corta edad ha­ tos (ajuicio de su maestro ), dirigida al cardenal D. Diego de Es­
pinosa, presidente del Consejo , é inquisidor general.
cer juicio seguro de la bondad desús versos, sin embargo de que
5 La opinión mas común ha sido que fue eii Madrid donde
los retenia en su memoria en la edad adulta para alabarlos con
Cervantes asistió á los estudios con el maestro Juan López; pe­
discreción y encarecimiento.
ro constando que hasta 29 de enero de r568 no obtuvo este la
3 Algunos, como D. Nicolás Antonio, creyeron que Cervan­
cátedra de gramática y letras humanas del estudio público de
tes concurrió á estas representaciones en Sevilla, de donde era
natural Lope de Rueda, y aun infirieron de aquí haber nacido esta villa, cuando ya Cervantes contaba mas de veinte años de
en aquella ciudad; pero constándonos que aquel insigne farsan­ edad, es mas natural que su enseñanza fuese anterior á este
te representó con su compañía en Segovia en r558 con molivo tiempo, y que ó como maestro particular, ó acaso fuera de Ma­
drid, le hubiese doctrinado aquel célebre humanista, para lla­
de las solemnes fiestas que se celebraron para la traslación del
culto divino de la antigua á la nueva catedral, y que el concur­ marle con propiedad su discípulo cuando solo hacia ocho meses
so de gente fue el mayor que vio Castilla, pues que asistieron que regentaba la espresada cátedra: conjetura que podria gra­
duarse de demostración, siendo cierto , como se nos ha asegu­
casi de toda España , como asegura Colmenares ; y sabiendo
igualmente que por estos años continuó Lope con su compañía rado, que Cervantes estudió dos años en Salamanca , matricu­
lándose en su universidad y viviendo en la calle de Moros, de
representando en Madrid y en otros pueblos de Castilla, donde
donde procedió el conocimiento exacto con que pinta las cos­
hubo de oirle el famoso Antonio Perez antes de ser secretario de
Felipe H, parece mas natural que Cervantes presenciase aque­ tumbres y circunstancias peculiares de aquella ciudad y de sus
llas representaciones en Segovia no habiendo todavía cumplido estudios generales, especialmente en la segunda parte del Qui-
los once años de su edad , ó bien en Madrid ó en otro de los ]°te , y en las novelas del Licenciado Vidriera y de la Tinfin­
pueblos vecinos á Alcalá, donde acaso representó también Rue­ gida. De todos modos las singulares espresiones del maestro
da en los años sucesivos con otros motivos de funciones y so­ López, y el haber sido escogido entre sus condiscípulos para
lemnidades hasta el de iófiy en que falleció. escribir en nombre déla escuela la mencionada elegía, prueban
4 Con mayor seguridad sabemos que Cervantes estudió la cuanto sobresalía Cervantes entre todos por su ingenio y apro­
gramática y letras humanas con el erudito maestro Juan López vechamiento.
de Hoyos, eclesiástico respetable, natural de Madrid ; pues en­ 6 El aplauso de estos primeros ensayos de su aplicación, el
cargado este por el ayuntamiento de la traza y composición de ejemplo de los poetas de su tiempo , y su concurrencia al tea­
las historias, alegorías, geroglífieos y letras que se habian de tro, pudieron decidir su inclinación hácia la poesía dramática,
colocar en la iglesia de las Descalzas Reales para celebrar las en que hizo después tantas mejoras y reformas, y alentarle á la
magníficas exequias que hizo la villa á 24 de octubre de >5(58 composición de la Filena, especie de poema pastoral, de algu-
por la reina Doña Isabel de Valois , procuró que se ejercitasen n°s sonetos, rimas y romances, de que hizo memoria en su Via-
I2& VIDA
DË CERVANTES*
ge al Parnaso, y que le adquirieron el renombre debiten poe­ I29
ta , que ya tenia antes de su cautiverio entre los mas célebres se su amistad, honrándose de tenerlos familiarmente a' su mesa,
de llevarlos en su carroza cuando salía en público , y de hacer­
de la nación.
les muchas mercedes, complaciéndose en tratar con ellos de va­
7 Cuando acaeció el fallecimiento déla Reina en 3 de octu­
bre de 1568, y se celebraron sus funerales á Unes de aquel mes, nas cuestiones curiosas de política , ciencias , erudición y litera­
se hallaba Cervantes en Madrid; y por este tiempo llegó de Ro­ tura. Como Cervantes asegura haberle servido en Roma de ca­
ma Julio Aquaviva y Aragón, hijo del duque de Atri, encarga­ marero, es de presumir, conociendo el carácter é inclinación de
do por el Papa Pío V. de dar el pésame a Felipe II por la muer­ monseñor Aquaviva , que hallándose en Madrid cuando se hi­
te del Príncipe D. Carlos , acaecida el 24 de julio anterior, y cieron las exequias de la Reina, y al tiempo que Cervantes dedi­
acaso con instrucciones reservadas para solicitar el desagravio caba la elegía al Cardenal Espinosa, prendado de su ingenio y
de la jurisdicción eclesiástica, vulnerada, según se creia, por sus penetración, y acaso compadecido de su escasa suerte, le admitió
ministros en Milán. Ambos encargos debían serpoco agradables en su familia y comitiva al regresar á Italia; cuyo viage empren­
si no molestos al Rey en aquella coy untura. La misteriosa cau­ día entonces con suma facilidad y frecuencia ia noble juventud
sa de la prisión del Príncipe , la firmeza de su padre en no dar española, sin desdeñarse de servir familiarmente á los papas y
oídos á las recomendaciones que a su favor hicieron algunas ciu­ cardenales, como lo hicieron Don Diego Hurtado de Mendoza,
dades y varios soberanos , la prevención de que nadie le diese U- Francisco Pacheco y otros para continuar en Roma sus
el pésame por este suceso , como lo advirtió también al nuncio estudios , y conseguir por su influjo las mas pingües ó ele­
de su Santidad, la prematura muelle del Príncipe en su pri­ vadas dignidades de la Iglesia : ó bien dejaban su pabia
sión , y el reciente y funesto fallecimiento de la Reina dos me­ incitados del deseo de ver muudo , y de probar ventura
ses después , fueron acontecimientos ruidosos y sensibles , que en el ejercicio de las armas, que aunque mas estéril de riquezas,
por lo mismo que avivaron la curiosidad, hicieron crecer el em­ atraía grande reputación y esclarecido nombre en época tan
peño de la poiítica en vigilar y contener los discursos ó las ha­ gloriosa y memorable para el imperio español.
blillas del vulgo , propenso muchas veces á la malignidad , y 8 Jales pudieron ser los alicientes que influyeron en la au­
siempre á lo maravilloso y eslraordmario al juzgar délas ac­ sencia que hizo Cervantes de su patria. Comenzó desde luego á
ciones ó de la conducta de los que le mandan : circustancias to­ observaren los países de su tránsito 110 solo la encantadora va­
das que hacían el primer encargo del legado odioso é inoportu­ riedad de la naturaleza, sino las costumbres y usos que les eran
no. IXo lo era menos el segundo por la entereza y empeño con peculiares. Admiróle la hermosura y riqueza de Valencia , la
que el Rey sostuvo siempre sus regalías contra las pretensiones amenidad de sus contornos, la beldad y estremada limpieza de
de la corte romana en los estados españoles de Italia ; y es prueba as mugerés, y la graciosidad de su lengua, con quien (dice) so-
de esle desabrimiento el pasaporte que mandó espedir inmediata­ ,0 la portuguesa puede competir en ser dulce y agradable,
mente al legado pontificio, fecho en Aranjuez á 2 de diciembre Mas eslensas é individuales fueron las indicaciones que del
del mismo año de 1568, para que regresase á Italia por Aragón y Principado de Cataluña hizo en varias obras, ya describiendo y
Valencia en el término de sesenta dias; sin embargo délo cual censurando con mucho juicio los bandos y cuadrillas que por
fue creado cardenal en Roma á 17 de mayo de 1570. Al mismo venganzas ó resentimientos particulares acaudillaba la gente
tiempo que el embajador de España en aquella corte D. Juan principal, y las armas que llevaban , y los castigos que sufrían
de Zúñiga anunciaba á Felipe II la venida de Aquaviva , decía Por las justicias, ya calificando las mas distinguidas familias del
entre oirás cosas que era mozo muy virtuoso y de muchas letras, Pms y sus prendas, su influjo y sus costumbres, ya pintando ia
’nal segura rada de Barcelona para los bajeles, y á esta ciudad
y sin duda se refería a él Maleo Alemán cuando alirma que Vio
en la corte á cierto monseñor enviado por Pió V para tratar con ooreo la escuela de la caballería,flor de las bellas ciudades del
niutulo , honra de España, temor y espanto de los circunveci­
Felipe 11 negocios déla Iglesia; añadiendo que esle legado gus­
nos y apartados enemigos, ejemplo de lealtad, amparo de los
tó mucho de algunos cortesanos de ingenio, y procuró granjear
eslrangeros , y correspondencia grata defirmes amistades;
9
lio VIDA DE CERVANTES. i3i
ya finalmente retratando el carácter délos catalanes , diciendo mandaba el marques de Santa Cruz, y todas habían sido refor­
que es gente enojada, terrible ; pacífica, suavegente que con zadas con cinco mil soldados españoles y dos mil italianos. Ha­
facilidad da la oída por la honra ,y por defenderlas entram­ llábase en aquellas tropas la compañía del famoso capitán Diego
bas se adelantan d sí mismos, que es como adelantarse á todas de ürbina, natural de Guadalajara, que pertenecía al tercio de
las naciones del mundo. Con igual propiedad describió la ruta ó D* Miguel de Moneada, y en ella servia de simple soldado Mi­
camino para Italia por las provincias meridionales de Francia, guel de Cervantes. En esta calidad hizo la campaña de aquel ve­
dando fundamento para sospechar haberle hecho en esta oca­ rano á las órdenes de Colona, embarcado probablemente en
sión con monseñor Aquaviva; porque hallándose algunas de es­ una de las galeras de la escuadra de Ñapóles, en cuya ciudad
tas descripciones en la Calatea, que es la primera obra que pu­ quedó de invernada á su regreso mientras se aprestaba y mejo­
blicó después de su cautiverio , y campañas de Portugal y de raba el armamento de las naves para la jornada del año si­
las Terceras, debe inferirse que solo entonces pudo adquirir guiente.
por sí mismo el exacto conocimiento de la geografía, historia y 10 Asi lo requería con sumo zelo y eficacia la corte de Ro­
costumbres del principado y de aquellos países , que manifestó ma, que lejos de desmayaren su empresa por las desgracias an­
en cuantos escritos trabajó y dió á luz en el resto de su vida. teriores, procuraba negociar una confederación de varios prín­
9 Poco tiempo pudo permanecer Cervantes en este servicio cipes de Europa contra los turcos, logrando concluir el 20 de
domestico , respecto de que ya en el año siguiente sentó plaza mayo de x571 el famoso tratado de la liga entre Su Santidad, el
de soldado en las tropas españolas residentes en Italia, abrazan­ Hey de España y la Señoría de Venecia, por el cual se,nombró
do desde entonces una profesión mas noble y propia de su na­ generalísimo de todas las fuerzas reunidas de mar y tierra al se­
cimiento y circunstancias; porque el ejercicio de las armas (se­ renísimo señor D. Juan de Austria, hijo natural de Carlos V.
gún sus mismas espresiones) aunque arma y dice bien á todos, Para el acrecentamiento de tropas, de gente de mar y aún de mu­
principalmente asienta y dice mejor en los bien nacidos y de niciones, pertrechos y víveres se pusieron por obra cuantos me­
ilustre sangre. No tardó mucho en proporcionarse teatro en que dios dictó el zelo de la religión, el amor de la patria, y el espí­
Jas acreditase con gran reputación y heroísmo; porque faltando ritu de gloria militar, que se inflamaba á vista de tan poderosas
el Gran Turco Selin II á la fe de los tratados que tenia hechos fuerzas y de tan señalados caudillos.
con la república de Venecia, invadió en plena paz la isla de 11 Apenas se hizo saber á D. Juan de Austria su nombra­
Chipre que aquella poseía; por cuya causa imploraron desde miento para la alta dignidad de generalísimo, cuando partió con
luego los venecianos el ausijio de los príncipes cristianos, espe­ suma diligencia de Madrid,y reuniendo en Barcelona los famosos
cialmente del sumo pontífice Pió V, que con la mayor diligen­ tercios de D. Lope de Figueroa y de D. Miguel de Moneada, que
cia preparó sus galeras al mando de Marco Antonio Colona, du­ acababan de darleinsignes pruebas de valory pericia militaren la
que de Paliano, y unidas á las de España y V enecia se encami­ guerra de Granada, dió con ellos la vela de aquella rada para
naron en el verano de 1670 á los mares de levante para contener Italia, y entró en Genova el 26 de junio con cuarentay siete ga­
los progresos de los enemigos; pero las disensiones é indeter­ leras. Moneada fue comisionado para escitar á la república de
minación de los generales confederados dieron lugar á que los Venecia á que cooperase prontamente á una empresa queliabiá
turcos tomasen por asalto á Nicosia, á que adelantasen sus con­ Provocado, alentándola con la esperanza del buen éxito, deque
quistas, y á que pasada inútilmente la estación oportuna sin ha­ m hacían desconfiar las discordias de la anterior campaña. En­
ber socorrido á Chipre , se disminuyesen por las tempestado’ tro tanto se completaron en Ñapóles aquellos dos tercios con los
las fuerzas navales, precisándolas á retirarse á sus respectivo soldados nuevos que ya servian en la armada; y asi fue como la
puertos. Entre las cuarenta y nueve galeras de España, que a compañía de ürbina, en que militaba Cervantes, quedó incor­
cargo do Juan Andrea ¡doria se unieron en Otranto con Colona porada al tercio á que correspondía. Reuniéronse inmediata-
para seguir su esta ndarlc eti esta jornada, seguti las órdenes de mente en Mesina todas las fuerzas marítimas y terrestres de las
Felipe II, se compreudian veinte de la escuadra de Ñapóles, que naciones aliadas, se prepararon con actividad para la jornada,
i3a VIDA DE CERVANTES. 33
y se distribuyeron las trepasen las diferentes escuadras y ba­ su vida, mostrando en testimonio de su valor tan señaladas he­
jeles, tocando á las galeras de Juan Andrea Doria (que estaban ridas y cicatrices, como recibidas (dice) ere ìa mas alta ocasión
al servicio de España) ademas dedos compañías viejas que eran que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los
de su ordinaria dotación, otras dos del tercio de Moneada, que venideros, y como estrellas que guian á los demas al cielo de
fueron ladeürbiua y la de Rodrigo de Mora, compuestas cada la honra y al de desear la justa alabanza; prefiriendo en fin
una de doscientos hombres. Por este arreglo cupo á Cervantes haberse hallado en tan insigne jornada á tanta costa al estar
ser destinado con su capitán y compañía en la galera Marquesa sano sin haberse encontrado en ella, porque el soldado (según
de Juan Andrea, que mandaba Francisco Sánelo Pietro. Y como sus espresiones) mas bien parece muerto en. la batalla que libre
al salir á la mar el i5 de setiembre con el designio de batir la en lajiiga.
armada otomana se dividiese la de los coligados en tres escua­ 13 En la noche que sucedió á dia tan glorioso se retiró la
dras de combate, y ademas otras dos de descubierta y de re­ armada victoriosa al inmediato puerto de Petela para reparar­
serva, se asignó su puesto á la galera Marquesa en la tercera las averías de sus bajeles, y atender á la curación y descanso de
escuadra que formaba el ala siniestra de la batalla, cuyo gobier­ Sus tripulaciones. El mal estado de salud en que se hallaba Cer­
no y dirección se liabia confiado á Agustín Barbarigo, provee­ vantes debió influir necesariamente en la gravedad desús heri­
dor general deVenecia. Después de haber socorrido á Corfú y das; pero en medio de este cuidado tuvo entonces la honorífica
perseguido á la armada enemiga, se descubrió esta en la mañana satisfacción deque visitando el dia siguiente D. Juan de Austria
del 7 de octubre hacia las bocas del Lepanto ; y forzada á ba­ á los soldados, encareciendo su valor, socorriendo á los heridos
tirse por su situación, empezó el ataque por el ala de Barbarigo por su mano, y premiando á los que se habian distinguido, le
poco después del medio dia, y haciéndose general con gran em­ acrecentase como á tan benemérito tres escudos sobre su paga
peño y obstinación de los coligados, terminó al anochecer con ordinaria. Bien quería aquel príncipe aprovechar las ventajas
la victoria mas gloriosa de las armas cristianas que cuentan los de su victoria para bloquear á los turcos en los Dardanelos, y
anales de los tiempos modernos. \ apoderarse de los castillos de Lepanto y Santa Maura, inver­
12 Hallábase á la sazón Cervantes enfermo de calenturas j nando para este fin en Corfú con los venecianos; pero lo avan­
por cuya razón quisieron persuadirle su capitán y otros camara­ zado de la estación , la falta de víveres y soldados , la muche­
das que no lomando parte en la acción se estuviese quieto en la dumbre de heridos y enfermos, y Jas órdenes de su hermano le
cámara de la galera; pero él, lleno de valor y de espíritu mili­ obligaron á regresar en Mesina , donde llegó el 3i de octubre,
tar, les replicó que ¿qué dirían de él? que no cumplía con su y fue recibido con toda la solemnidad y aparato que requería un
obligación; y que prefería morir peleando por Dios y por su triunfo tan glorioso, y como lo fueron poco después por la mis­
rey a meterse bajo de cubierta y conservar su salud á costa de ma causa Marco Antonio Colona en Roma, y en Ñapóles el mar­
una acción tan cobarde. Pidió entonces mismo, al capitán le des­ ques de Santa Cruz.
tinase al parage de mayor peligro; y condescendiendo este con 14 Estaba en Mesina preparado el hospital para la curación
tan nobles deseos le colocó junto al esquife con doce soldados, de los heridos, y es consiguiente que entre estos desembarcase
donde peleó con ánimo tan esforzado y heroico, que solos los también Cervantes, que lo estaba; mereciendo la asistencia de
de su galera mataron quinientos turcos y al comandante de la tan beneméritos soldados tal preferencia y atención á D. Juan
capitana de Alejandría, tomando el estandarte real de Egipto. de Austria, que no solo donó generosamente treinta mil ducados
Recibió Cervantes en tan activa refriega tres arcabuzazos, dos suyos para que fuesen bien asistidos, visitándolos con frecuen­
en el pecho, y otro en la mano izquierda, que le quedó manca y cia, y repitiendo sus gracias y mercedes a los que por su valor
estropeada; contribuyendo por su parte tan gloriosa y bizarra­ se señalaron en la batalla, sino que al protomèdico general de
mente á hacer para siempre memorable el dia 7 de octubre de b> armada el doctor Gregorio Lopez, su médico de cámara y de|
1571, por la completa victoria que lograron de los turcos lo» ÍRy su hermano, y que lo había sido de Carlos V , mandó que
príncipes cristianos, de lo cual hizo honorífico alarde el resto de •tststiese personalmente á la curación de todos, y zelase fuesen '
134 vida DE CERVANTES. i35
tratados con el esmero y cuidado que merecían unos militares contribuyeron también las discordias suscitadas entre las cortes
tan dignos de su aprecio. Asi se logi-ó el pronto alivio y restable­ de Roma y de Florencia y la muerte de Pió V. Al fin Culona
cimiento de la mayor parte, que pudieron ser testigos de las pú­ partió para levante el 6 de junio, y D. Juan de Austria le au-
blicas y solemnes fiestas con que la ciudad de Mesilla celebró silió poderosamente con muchas naves cargadas de vituallas y
tan memorable victoria, tributando estos obsequios de gratitud municiones, y con las treinta y seis galeras del marques de
a! joven campeón que la habia conseguido. Este permaneció por Shnta Cruz , que trasportaron grau número de tropasá Corfú,
entonces en Sicilia, según la voluntad de su hermano; y para y entre ellas la infantería española del tercio de Moneada, y dos
habilitar las escuadras con mejor orden dispuso que fuesen á compañías del de Lope de Figueroa , que se embarcaron en Ja
invernar en varios puertos de Italia; despidió algunas naves y parte meridional de Sicilia. En aquella isla juntó y revistó el
tropas estrangeras, y señaló alojamiento á las españolas en Ña­ general romano todas las fuerzas coligadas de su mando; con las
póles y Sicilia, destinando á la parte meridional de esta isla el cuales se hizo á la mar , y logró avistar , perseguir y aun caño-r
tercio de Moneada, Sin embargo Cervantes permaneció curán­ near á los turcos , que evitando siempre un combate general
dose en Mesina, porque allí mandó socorrerle D. Juan de Aus­ aprovechaban toda coyuntura favorable para refugiarse en sus
tria en r5 y 23 de enero, y en 9 y 17 de marzo de 1572 , ya puertos. Entre tanto calmaron losrezelos del rey' Felipe por los
por la pagaduría de la armada, ya de gastos secretos y extraor­ prósperos sucesos de sus armas en Flandes, y menos cuidado­
dinarios, en consideración á sus servicios, y para que acabase la so de Insumirás de la corte de Paris, y satisfecho de las inten­
curación de sus heridas, Restablecido de ellas se ordenó el 29 ciones del nuevo Pontífice , mandó salir á su hermano para le­
de abril á los oliciales de cuenta y razón que asentasen ensus li­ vante, dejando en Sicilia á Juan Andrea Doria con cuarenta
bros de cargo á Miguel de Cervantes tres escudos de ventaja a 1 galeras y la tropa correspondiente.
mes en el tercio de D. Lope de Figueroa, y en la compañía que 16 Para reunir el generalísimo toda la armada de los alia­
le señalasen , que sin duda fue desde luego en la de D. Manuel dos se dirigió el 9 de agosto á Corfú, donde ni halló á Colona ni
Ponce de León ; sin que por esto tuviera efecto entonces la idea noticia de su paradero. Disgustado con este acontecimiento, que
de reformar el tercio de Moneada para completar con él los le obligaba á perder lo mejor de la estación , le hizo buscar con
cuatro mil soldados de la guarnición de Ñapóles ; pues aunque diligencia, y logró juntarse con él en el dia último de aquel mes.
D. J uan de Austria lo propuso asi , y dió á Moneada licencia pa­ Desde luego preparó sus bajeles, y salió á la mar el 8 de setiem­
ra venir á España , consta también con toda certidumbre que bre con la idea de atacar ventajosamente á los turcos, que te­
se difirió aquella reforma, y que este general continuó sus servi­ nían divididas sus fuerzas en Navarino y en Modon. Hubiéralos
cios en el año inmediato, sorprendido en esta forma en la mañana del 16 si un error ó
i5 Tan venturosa jornada alentó el ánimo délos confedera­ descuido de los pilotos en la recalada 110 les proporcionara evi­
dos para mayores empresas ; y asi fue que la corte de Roma se tar el riesgo, reuniéndose en el último puerto, y fortificando
ocupó desde luego en arreglar con los ministros de las poten­ las avenidas. Alli quería atacarlos y combatirlos D. Juan de
cias coligadas el plan para la inmediata campaña , y con fervo­ Austria; pero le hicieron desistir de este empeño los consejos
rosos exhortes y legaciones eficaces procuraba que entrasen en y la oposición de sus generales, y convino al fin por complacer
la confederación los demas príncipes cristianos. Selin por su á los venecianos en la empresa de Navarino, sin embargo de que
parte acrecentaba los armamentos, y empeñaba al rey de Fran­ la contemplaba aventurada y de corto provecho. Ni se engañó en
cia á que distrajese la atención de Felipe 11 hácia sus estados de este concepto, pues aun dirigida por todo un Alejandro Farne_
Flandes y de Italia, y apartase de la liga á los venecianos. Por Sto, se tuvo á dicha poder levantar el sitio después de algunos
estos recelos se mandó á D. Juan de Austria que, ausiliando con dias, y embarcar la gente y la artillería á favor de la oscuridad
algunas fuerzas á los aliados, permaneciese eu Sicilia para pro­ de la noche y al abrigo délos fuegos de la armada. Crecía con
teger las costas de aquellos dominios. Asise contuvo el curso de estos reveses el empeño de D. Juan de atacar á los enemigos en
las operaciones preparadas para la primavera de 15^2 , á lo que el puerto, ya que rehusaban la batalla á que se les incitab3
136 VIDA DE CERVANTES. ,3^
fuera de el ; pero dócil y sujeto por otra parte al dictamen age- el verano, y ya era el 24 de setiembre cuando salió de Palermo
no, y viendo ya Ja estación tan adelantada, resolvió que lodo» se l-i espediciou con veinte mil soldados, entre los cuales se incluian
retirasen á sus tierras, y el entró con la armada española en Me- los del tercio en que militaba Cervantes.
sinaá principios de noviembre. Tomáronse desde luego las dis­ 18 Desembarcaron todos en la Goleta á los 8 y 9 de octubre,
posiciones para la invernada; se desembarcaron los tercios espa­ y como los turcos de guarnición y los moradores de Túnez
ñoles de Ñapóles y Sicilia; se señaló alojamiento al de D. Lope abandonasen medrosos la ciudad y su alcazaba, dispuso Don
de higueroa, que andaba ai sueldo de la armada, y reformándose Juan de Austria que el marques de Santa Cruz tomase posesión
entonces el de Moneada, se rehizo y completó aquel con los sol­ de una y otra con la prudencia y cautela á que obligaban las
dados de este tercio. Infiérese de esta narración que mientras oj circunstancias. Para esto sacó de la guarnición de la Goleta dos
de Moneada invernó en la parte meridional de Sicilia, permane­ md quinientos veteranos, que remplazó con otros tantos bisoños,
ció Cervantes en Mesiua curándose de sus heridas, hasta que á contándose entre aquellos cuatro compañías del tercio de Fi-
fines de abril de 1672 pasó al tercio de D, Lope de Figueroa, gueroa, qne hacían temblar la tierra con sus mosquetes, según
que fueá Corfú en las galeras del marques.de Santa Cruz, y se la cspresion de Vanderhamen; y como toda era gente práctica
halló en la jornada de levante que mandó Colona, y en la em­ del país, y gobernada por tan hábil como venturoso capitán,
presa de Navarinq, después que se reunió ci Príncipe generalí­ lograron desempeñar su encargo con maravillosa presteza y feli­
simo, Asi lo dice en su memorial, y lo confirman algunos testi­ cidad, Lejos de desmantelar aquellos fuertes, como lo manda­
gos en las informaciones, y por lo mismo pudo referir con tanta ban las ordenes del Rey, y lo aconsejaban el duque de Sesa y
prolijidad y exactitud en su novela del Cautivo los sucesos de Marcelo Doria, creyó D. Juan asegurar su conquista fabrican-
aquella campaña, y asegurar con propiedad en la dedicatoria c o en el Estaño un fuerte capaz de ocho mil hombres de guar­
de la Galalea que había seguido algunos años las banderas de nición, y ocupando á Viserta, que vino espontáneamente á
Marco Antonio Colona, prestar obediencia; y parccicndole asi allanado y concluido es­
17 Aprovechóse el invierno con actividad en los preparati­ te negocio, dejando suficiente tropa para la defensa de aquellos
vos para la primavera de 1673, á cuyo tiempo meditaba Felipe puntos, regresó á Sicilia á principios de noviembre, tomando
II tener en Corfú y completar por sí solo hasta trescientas ga­ desde allí todas las disposiciones para la invernada, para des­
leras; y aun los venecianos, tal vez para mayor disimulo, pre­ canso de los soldados y reparo de las naves. Destinó entonces á
paraban mucha y lucida infantería, que debia embarcarse en Cerdeña las catorce compañías mandadas por Figueroa, para
su armada mientras que secretamente negociaban por medio lúe atendiendo a la custodia de aquella isla, se hallasen al mis—
del embajador de Francia su paz en Constantinopla. Concluye­ 'Do tiempo en mayor proporción deausiliará las plazas de Afri-
ron al fin este tratado á últimos de marzo, y se separaron de la a si luese necesario. No solo afirmó Cervantes en su memorial
liga con grave disgusto de los coligados, lo que influyó no poco ■'bei se hallado en esta espedicion de Túnez, confirmándolo va-
en los planes sucesivos, porque 110 tratándose ya de combatir 1IOS f'c sus camaradas, que dijeron haberle visto servir en ella
en levante, querían unos se empleasen aquellas fuerzas contra tnmo buen soldado, sino que verosímilmente fue uno de los ve­
y otros, como el principe D. Juan, preferían se dirigiesen níanos que, guarneciendo la Goleta, salió con el marques de
a lúuez, partidoque adoptó Felipe II, aunque por causas muy 1111,1 Cruz á tomar posesión de Túnez y su castillo, pues asi él
diferentes de las de su hermano. Este se lisonjeaba de obtener °mo su padre y los testigos de ambas informaciones hacen
a soberanía de aquella regencia según los ofrecimientos y pro­ nipre espresa y particular distinción de los servicios ejecutados
mesas de los papas, y las ideas é intereses de sus cortesanos; y <u ^na y otra parte; y de este conocimiento é inspección ocular
el otro solo pretendía destronar á Aluch-Alí para que reinase P1 °cede la exactitud con que en la espresada novela refirió
Muley Maliamet, y desmantelarlas fortalezas, evitando asi los os sucesos y circunstancias mas individuales de aquella jor­
gastos que causaba su conservación, y privando de tan cómodo nada.
asilo á los corsarios berberiscos. E11 estas consultas se pasó lodo ’9 Había recibido D. Juan de Austria permiso para venir
i38 VIDA DR CERVANTES. i3g
a España, y solicitaba en Roma por medio de Su secretario Juan garon á D. Juan cuando ya habilitadas sus naves iba á dar la
de Escovedo la mediación del l’apa para obtener del Rey la so­ veladesdeTrápana para continuar en su empeño; y afligido estre-
beranía de Túnez, pretendiendo directamente y sin tanto rebozo madamente al ver malogrados sus afanes, desvanecidas sus es­
el tratamiento de Infante de Castilla. Puesto en viage halló en peranzas, y comprometida su reputación, regresó á Ñapóles el
Gaeta nuevas órdenes superiores para pasar á Lombardía con 29 de setiembre, dejando en Palermo á cargo del duque de Se-
el fin de atender desde allí á la pacificación de las turbulencias sa los negocios de la armada y el tercio de Figueroa, con el obje­
que agitaban á los genoveses. Dirigióse para esto al puerto de to tío solo de acudir con él á la guarda y defensa de las mari­
Especia á fines de abril de 1674, donde halló á Marcelo Doria nas de aquel reino, sinode que serehiciese de la mucha genteque
queconcatorcegalerasibaásacarde Cerdeñala infantería españo­ habia perdido. Para este fin creyó el Duque mas conveniente
la de Figueroa, la cual condujo á las riberas deGénova para que alojarle en los pueblos marítimos ó de la costa, incorporándole
estuviese á las inmediatas órdenes de aquel príncipe. Quejábase a| tercio de Sicilia, del cual volvió á separarse después con ma­
este de Ja lentitud con que por su ausencia se hacian los arma­ yor acrecentamiento de fuerza. Mandábale interinamente en es­
mentos en Ñapóles y Sicilia, cuando supo por el mes de julio te tiempo D. Martín de Argote, por haber obtenido licencia pa­
que los turcos venían con numerosas fuerzas á reconquistar á ra venir á restablecer su salud en España D. Lope de Figueroa,
Túnez y la Goleta. Para evitarlo instó por socorros á Jos vi- quien verificó su viage verosímilmente con D. Juan de Austria,
reyes de aquellos estados, y condujeron algunos D. Juan de que solicitó de su hermano en esta ocasión el nombramiento de
Cardona y D. Bernardino de Velasco, con los cuales, y el aban­ lugar-teniente suyo para todo lo de Italia con tratamiento de
dono de Viserta, se sostuvieron algún tanto aquellas fortalezas, Infante de Castilla; pero Felipe II, rezeloso de sus miras, y tal
aunque atacadas por un ejército poderoso. Ya comenzaba Don vez de su buena reputación, procuró siempre coartaré desa-
Juan á conocer el desacierto de no haberlas desmantelado el año tendersus pretensiones según le con venia, y asi le concedió lo
anterior; y creyendo poder remediar todavía los males que rece­ primero, difiriendo lo segundo para mas adelante. De esta ma­
laba, se embarcó en Especia con la infantería de D. García de nera regresó á Ñapóles aquel príncipe en junio de i5y5 para
Mendoza, con la de Figueroa y algunas tropas italianas, y partió ocuparse en los asuntos de Génova y en los aprestos de la ar­
para Ñapóles y Mesina, desde donde despachó con toda clase de mada, por haberse divulgado que los turcos bajaban aquel ve­
ausilios varias naves que fueron derrotadas por los temporales. rano con grandes fuerzas á los mares de Italia. Por la serie de
Impaciente por la demora que habia ocasionado esta desgracia, estos acontecimientos se comprende que desde fines de 15y3 has­
resolvió embarcarse y conducir personalmente los ausilios ne­ ta principios de mayo del año siguiente estuvo Cervantes con
cesarios, para lo cual reforzó sus galeras con los mejores solda­ su tercio de guarnición é invernada en la isla de Cerdeña, y
dos de los tercios de D. Pedro de Padilla y de D. Lope de Fi­ que de alli fue trasportado al Genovesado en lJs galeras de Mar­
gueroa, y se hizo á la mar resuelto á socorrer á los sitiados á to­ celo Doria para quedar en Lombardía tí las órdenes de D. Juan
do trance; pero las borrascas y huracanes inutilizaron también de Austria: que á principios de agosto, cuando este se embarcó
estos esfuerzos, poniéndole á riesgo de perecer, del que lo­ en el puerto de Especia, llevó consigo aquel tercio á Ñapóles y
gró salvarse por haber arribado oportunamente á los puertos Mesina, y con sus mejores soldados reforzó las naves con que
de Sicilia. emprendió, aunque en vano, el socorro déla Goleta: que des­
20 Entre tanto la Goleta, tenida hasta entonces por ines- pués de este suceso quedó Cervantes cón su mismo tercio en Si­
pugnable, fue tomada por asalto después de un largo y cruel cilia á las órdenes del duque de Sesa, quien Jo incorporó con el
sitio, y de una defensa bien sostenida y vigorosa; y lo fue tam­ de aquel reino durante la ausencia de su maestre de campo; y
bién Túnez á los veinte dias, entrando los vencedores por enci­ que restituido áNápolescl principe D, Juan en 18 de junio de
ma de los escombros de sus murallas voladas por la violencia de *^75, concedió poco después á Cervantes la licencia que soli­
las minas, viéndose por consecuencia el fuertecillo del Estaño citó para volver á su patria después de tan dilatada ausencia
precisado a' rendirse por capitulación. Tan infaustas noticias lie— Y de tantos y tan señalados merecimientos.
14o VIDA DE CERVANTES. Izjl
ai En estas peregrinaciones acabó Cervantes de visitar las lianismos en su lenguage; pero también lo es que por este medio,
magníficas y deleitosas ciudades de Italia Genova, Lúea, Floren­ muy general en aquel siglo entre los mas clásicos escritores, se
cia, Roma, Ñapóles, Palé riño, Mesina, Ancona, Venecià, Ferrara, enriqueció mucho el castellano, y que los lugares que imitó ó
Parma, Plasència y Milán, délas cuales dejó tan bellas y exac­ tomó de aquellos poetas , singularmente del Ariosto , supo me­
tas descripciones en muchas de sus obras. Era aquel país mas jorarlos y darles toda la gracia y novedad que bastan para cali­
de un siglo hacia el emporio de las ciencias y del buen gusto en ficarlos de originales. Ni por esto perdió de vista á los escelcn-
las artes y literatura, cuyos apreciables monumentos habian tes maestros de la antigüedad, á quienes contempló siempre co­
salvado ios griegos que huyendo del oriente se refugiaron en é mo el tipo ó dechado del mejor gusto en la literatura, según se
cuando aconteció la perdida de Constaritinopla. Los españoles, ve en las imitaciones que hizo de Apuleyo , de lleliodoro , de
que dominaban muchos de sus estados, ya por la unión de Jas lio racio y de Virgilio ; sin sujetarse por esto á caminar servil­
casas soberanas de Aragón y Castilla, ya por las memorables mente por sus huellas, antes bien remontando atrevidamente el
conquistas del Gran Capitán y de otros insignes caudillos pos­ vuelo de su imaginación, halló en la naturaleza nuevos cami­
teriores, tenían una comunicación frecuente con sus naturales. nos que seguir, y mineros intactos y riquísimos de maravillosa
Quienes viajaban ó permanecían en Roma ¿ pretender benefi­ invención, de que supo aprovecharse para su propia gloria y
cios, dispensas ó dignidades eclesiásticas: quienes se encamina­ utilidad del género humano ■■ elevación de espíritu y energía de
ban á recibir su educación en el colegio de Bolonia, fundado es- carácter que adquirió mas con el trato de los hombres sabios ,
clusivamentepara españoles por el ilustre cardenal Albornoz con el conocimiento del mundo y con su profunda meditación,
quienes militaban en los tercios que guarnecían aquellas plazas que con la estéril especulación de los libros , ó con los métodos
ó en los ejércitos quealli se aprestabany combatían: quienes si­ abstractos y sutiles de las escuelas. Pero calidades tan eminen­
guiendo la carrera déla jurisprudencia ó de los empleos políti­ tes se miraban ya con desden en su tiempo por los que creían
cos iban á procurar su acomodo y colocación á la sombra que para ser sabio era preciso haber obtenido las borlas en una
con el favor de los vireyes. Por otra parte muchos italianos, an­ universidad, ó cursado en ella el estudio de las llamadas facul­
siosos de conocer su metrópoli, de serviry de obsequiar á su soy tades mayores- Semejantes preocupaciones, juntamente con
berano,ó de hallar sus riquezas y bien estar en el comercio y otros males y abusos introducidos en aquellos estudios , y en la
contratación, venían y se avecindaban en España} siendo por manera de graiigear los grados y condecoraciones literarias , rió
tantos medios recíproca la comunicación de sus conocimientos y pudieron escapar de la fina sátira del mismo Cervantes y de
de sus luces. otros ilustrados escritores de aquel siglo. No era mucho pues que
22 Asi fue como Cristóbal de Mesa , teniendo por maestro varios de sus émulos y rivales, ufanos con tan pomposos títulos,
durantecincoaños al insigneTorcuatoTasso, acabó de completar logrados tal vez á poca costa, le tratasen de ignorante y de en­
con él la instrucción que habla recibido en España al lado de Pa­ vidioso , y 1c despreciasen por carecer de iguales requisitos, ni
checo, de Medí na y del Brócense: asi como Francisco de Figueroa, Que por esta falta le llamasen ingenio lego, como dice el cronis­
Andrés Rey de Artieda, llamado Artemidoro , y Cristóbal de Vi­ ta D. Tomas Tamayo de Vargas; habiendo apellidado del mis­
riles, que militaron en aquel pais, adquirieron el gusto delicado mo modo al marques de Santillana D. Iñigo López de Mendoza,
y la lozanía y amenidad que eran propias de la escuela de Dan­ a Felipe de Comines, á D. Antonio Hurtado de Mendoza, á Ro­
te y del Petrarca; asi como Bartolomé de Argensola, el Dr. Mira drigo Mendez de Silva, y á otros que no necesitaron sin embar­
de Amescua, y Suarez de Figueroa supieron hermosear su len­ go de aquellas distinciones para ser alabados de los varones mas
gua y su poesía con nuevas galas y bellezas; y asi como Miguel Sabios de nuestra nación, como lo advirtió oportunamente Don
de Cervantes, aplicado á la lectura de los poetas y escritores ita­ Alonso Nuñez de Castro.
lianos, y á su trato y comunicación por mas de seis años, ad­ 23 Tales fueron las empresas en que se halló Cervantes du­
quirió aquel caudaljde doctrina y erudición que le hace tan ad­ rante aquellos años militando, como decia él mismo, debajo de
mirable en sus escritos. Verdad es que se le notan algunos ita- las vencedoras banderas del hijo del rajo de la guerra Car-
iZp VIDA DE CERVANTES. 143
los Kde felice memoria. Pero viendo que tan distinguidos ser­ de los principales caballeros de España, y persona de gran re­
vicios no habían sido remunerados cual correspondía, y hallán- putación y calidad ; y esperando lograr por él un rescate muy
dose estropeado de resultas de sus heridas y trabajos, obtuvo crecido y ventajoso, trató de asegurarle,cargándole de cadenas,
licencia del Sr. D. Juan de Austria para venir á España á solici­ teniéndole con guardias, y Vejándole y molestándole fieramente,
tar el premio que tan justamente merecía,' á cuyo fin le franqueó para que cansado y aburrido de tanto padecer , solicitase ansio­
aquel Príncipe las mas espresivas cartas de recomendación para sa y repetidamente su libertad de sus parientes é interesados.
el Rey, suplicando á S. M. le confiriese una compañía de las que 26 Tal era la costumbre de los berberiscos, y tales los artificios
se formasen en España para Italia, por ser hombre de valor y de y cautelas que les sugería su codicia y su barbarie para acre­
méritos y servicios muy señalados. D. Carlos de Aragón, duque centare! importe délos rescates y estimulará losmiserables cau­
de Sesa y de Terranova , virey de Sicilia , también escribió á tivos á solicitarlos con ruegos é importunaciones, cuando no para
S. M. y á los ministros con encarecida recomendación á favor de inducirlos á renegar de su creencia por libertarse de tan duro
un soldado tan digno como desgraciado , que se había captado padecer , y aspirar de este modo á vid a mas regalada y viciosa;
por su noble virtud y apacible condición el aprecio de sus cama- pues entrando en los mandos y dignidades que se conferían á
radas y caudillos. los renegados, tomaban gran superioridad sobre los naturales
2'4 Dispuesto todo en esta forma , y con esperanzas tan fa­ del pais, lo que les proporcionaba medios de satisfacer no Solo
vorables y fundadas , se embarcó en Ñapóles en la galera de sus desordenados apetitos, sino sus venganzas y resentimientos
España llamada el Sol en compañía de su hermano Rodrigo de particulares. Pero Cervantes, desentendiéndose de estos artifi­
Cervantes , que también habia servido de soldado en las ante­ cios, é inflamado mas y mas de su virtud , de su nobleza y ge­
riores campañas de Pero Diez Carrillo de Quesada , gobernador nerosidad, resolvió procurar con todo esfuerzo el recobro de su
que fue de la Goleta y después general de artillería , y de otros libertad , y proporcionarla al mismo tiempo á varios cristia­
caballeros principales y militares distinguidos que se restituían nos , señaladamente á D. Francisco de Meneses , capitán que
á su patria ; pero habiendo encontrado en la mar el dia 26 de fue en la Goleta , á D. Beltran del Salto y de Castilla,
setiembre de 15/5 una escuadra de galeotas que mandaba Ar- cautivado en aquella fortaleza , á los alféreces Piios y Gabriel
naute Mamí, capitán de la mar de Argel, fue combatida la gale­ de Castañeda , al sargento Navarrete , á un caballero llamado
ra española por tres de aquellos bajeles enemigos, especialmente Osorio y á otros muchos; y con este objeto hizo buscar un moro
por uno de veinte y dos bancos que gobernaba el arraez Dalí desu confianza puraque sirviéndoles de guia los condujesepor tier­
Mamí, renegado griego, á quien llamaban el cojo ; y después de ra á Oran, como ya lo habían intentado desgraciadamente otros
sostener un combate tan obstinado como desigual, en que se cautivos en tiempos anteriores. Puestos en marcha fueron aban­
distinguió Cervantes por su valor, hubo de rendirseá fuerzas donados á la primera jornada por el moro, y se vieron precisa­
tan superiores, y ser llevada á Argel como en trofeo , quedando dos á retroceder á Argel , y á sufrir otra vez los malos trata-
cautivos cuantos venían en ella , y tocando á Cervantes tener ntientos de sus amos y patrones , en particular Cervantes , á
por amo en el repartimiento al mismo arraez Dalí Mamí, que fluien por esta fuga se le añadieron nuevas cadenas y hierros,
tan venturosa parte tuvo en su rendición y apresamiento. Es y se le estrechó mas y mas su prisión y encerramiento. Ade­
muy probable y natural que en el libro v de la Galatea alu­ mas de dos lances parecidos á este , que refiere Ilaedo en su-
diese á las circunstancias de este combate cuando pintó el que bistoria, se hace mención de otros dos en la comedia el Trato
sostuvo la nave en que venia Timbrio á España desde Ita­ de Argel, donde sin duda se copiaron al natural algunos suce­
lia con el mismo Arnaute Mamí, que fue el caudillo princi­ sos y particularidades de esta primera y desgraciada tentativa
pal de la escuadra que le cautivó. de Cervantes para evadirse de su cautiverio.
a5 Como el arraez, patrón de Cervantes, le hubiese encon­ 27 Rescatáronse por este tiempo, y muy entrado ya el año
trado desde luego las cartas de recomendación que llevaba de de tSyG, algunos cautivos amigos de Cervantes, y entre ellos el
D. Juan de Austria y del duque de Sesa, creyó por ellas era uno alférez Gabriel de Castañeda , con quien escribió á sus padres,
»44 VIDA DÉ CERVANTES: 1^5

pintándoles su deplorable situación y la de su hermano. No era biértos; pero la verdad del caso, y el mucho tiempo que pudo
menester tanto para cscitar la compasión y cariño paternal en entretenerlo y sobrellevarlo prueban los estraordinanos arbi­
procurar todos los medios de conseguir la libertad de aquellos trios que le sugería su ingenio y sagacidad. El principal Labia si­
infelices. Rodrigo de Cervantes el padre empeñó desde luego do el interesar en el secreto con la esperanza de la libertad al mis­
con este objeto todo el patrimonio de sus hijos , su propia ha­ mo jardinero que le servia de escucha y atalaya , para que nadie
cienda y los dotes de dos hijas doncellas, quedando por conse­ se acercase al jardín ni pudiesen ser descubiertos, y á otro cauti­
cuencia reducido á la mayor estrechez y pobreza. Cuando Mi­ vo llamado el Dorador, naturalde Melilla, que siendo joven La­
guel de Cervantes recibió este caudal , trató de concertar su bia abandonado nuestra religión, con la cual se reconcilió des­
rescate con Dalí Marní; pero como este le tenia en tanta esti­ pués^ este cuidaba de comprar víveres y conducirlos secreta­
ma y opinión , y su codicia era insaciable, le pareció corto y mente a la cueva, de la cual nadie osaba salir sino entre las
mezquino el precio que se le ofrecía , y rehusó por tanto entrar sombras de la t.oclie: Cervantes , teniendo ya reunidos los cris­
en nuevos convenios y proposiciones. Cerrada asi la puerta á tianos que había de libertar , y comprendiendo que se aproxi­
sus esperanzas, Cervantes trató y consiguió mas fácilmente re­ maba el plazo de la llegada déla embarcación, huyó de casa de
dimir con el mismo caudal de su rescate á su hermano Rodrigo su amo; se despidió de su amigo y confidente elDr. Antonio de
por agosto de 1577 , dándole orden para que restituido Sosa, rogándole que le siguiese, aunque no pudo hacerlo, al
que fuese á España aprestase y enviase desde las costas parecer por sus enfermedades y duros trabajos, y se refugió en
de Valencia, Mallorca ó Iviza una fragata armada, que reca­ la misma cueva hacia el 20 de setiembre de aquel año.
lando al punto que se le señalara en las cercanías de Argel 29 Con la mayor presteza y celeridad se equipó una fraga­
pudiese libertar y conducir á España al mismo Cervantes con ta en la costa de Valencia, ó según el P. Haedo en Mallorca, aí
vanos cristianos. Para quejo pudiese ejecutar con mayor segu­ mando de un tal Viana, que acababa de rescatarse, y era vale­
ridad y confianza consiguió que D. Antonio de Toledo, de la ca­ roso, activo y práctico en la mar y costa de Berbería. Dió la
sa de los duques de Alba , y Francisco de Valencia , natural de Vela áfines de setiembre, y arribó á Argel el 28 del mismo mes;
Zamora , caballeros ambos de la orden de San Juan , y a' la sa­ y manteniéndose lejos de la costa para no ser descubierto, se
zón cautivos en Argel, diesen cartas de recomendación para los acercó de noche al parage de la playa mas próximo al jardín,
vireyes de aquella provincia é islas, suplicándoles favoreciesen y propio para avisar á los cautivos escondidos de su llegada.
el apresto del bajel, y el objeto de tan arriesgada empresa. Fu esta situación acertaron á pasar por allí unos moros, que ó
28 Hacia mucho tiempo que Cervantes la meditaba , y te­ desde una barca de pescar ó desde la orilla divisaron entre la
nia ya tomadas medidas muy oportunas para asegurar su buen oscuridad de la noche la fragata y los cristianos, y comenzaron
éxito. A la parte de levante de Argel, distante como tres millas, a apellidar ausilio con tal estruendo y algazara, que amedrenta­
y en la inmediación del mar , tenia el alcaide Azan , renegado dos los que venían en el bajel hubieron de hacerse á la mar; y
griego, un jardín de que cuidaba un esclavo suyo llamado Juan, aunque poco después repitieron la tentativa de aproximarse á
natural de Navarra , el cual con mucha anticipación había dis­ la costa, fue no menos infructuosa y mucho mas desgraciada,
puesto en lomas oculto de él una cueva donde se refugiaron por porque cayendo prisioneros de los moros, quedó desbaratado
disposición de Cervantes algunos cristianos desde fines de fe­ enteramente el platique tenían concertado. Entre tanto Cer­
brero de 1577. Fuéronse reuniendo otros sucesivamente, de mo­ vantes y sus compañeros sobrellevaban con resignación las pri­
do que cuando partió para España Rodrigo deCervantes eran ya vaciones y aun las enfermedades y dolencias que algunos pade-
catorce ó quince los cautivosescondidos en la cueva, todos hom­ Ctan por la humedad y lobreguez de aquel sitio, consolándose
bres principales , muchos de ellos caballeros españoles , y tres mutuamente cotila dulce y próxima esperanza desu libertad, la
mallorquines. Nose comprende como Cervantes, sin faltar déla cualcomo uno de los dones mas preciosos quedlos hombresdie-
casa de su amo, gobernaba esta república subterránea, cuidando ron los cielos, podia únicamente recompensarlos de tantas in­
de la subsistencia de todos y de su seguridad para no ser dcscu- comodidades y fatigas, pues por ella, asi como por la honra
10
l46 VIDA be CERVANTES. i4j
(decía Cervantes) se puede y debe aventurar la vida) y Por mino délos que le custodiaban y de la chusma de Argel lodo
contrario el cautiverio es el mayor mal (pie puede venir á los género de afrentas, injurias y vejaciones.
hombres. 32 De esta manera fue presentado ante el Rey Azan, quien
30 Pero la suerte, que contrariaba sus planes y designios, valiéndose de su autoridad y recursos examinó varias veces
les privó también hasta de la misma esperanza por un medio tan á Cervantes, ya con todas las astucias y halagos que le sugeria
estraordinariocomo imprevisto. El Dorador, en cuya confianza el interes, ya con las terribles amenazas de la muerte y de los
había puesto Cervantes el buen éxito de su empresa, era un tormentos que le dictábala crueldad, para apurar de él quiénes
taimado hipócrita, y resolvió volver á renegar entonces de nues­ eran los cómplices de aquella conspiración, y porque particu­
tra religión; y con este propósito se presentó el día último de larmente estaba persuadido de ser uno de los principales el
setiembre al Rey Azan, manifestándole su resolución, y descu­ R. P. Fr. Jorge Olivar, comendador de Valencia, de la órden
briéndole por congratularse con él el secreto de los cautivos es­ de la Merced, y redentor entonces en Argel por la corona de
condidos, el parage de la cueva, y la destreza y medios con que Aragón, ó porque el Dorador le hubiese manifestado que favo­
Cervantes habi a dispuesto y manejado aquel asunto. Compla­ recía la evasión de lo» cautivos, ó porque su codicia buscase
cido sobremanera el Rey de esta noticia, y viendo en ella un pretesto y ocasión para echar mano de este religioso, y sacar
arbitrio de satisfacer su codicia, apropiándose aquellos esclavos por él una suma considerable de dinero. El mismo P. Olivar
como perdidos, conforme a la costumbre ó derecho que tenian lo receló asi, y lo comunicó el mismo dia al Dr. Antonio de So­
los bajaes de Argel, dispuso inmediatamente que el comandan­ sa, eclesiástico de gran reputación por su virtud y sabiduría,
te de su guardia, llevando consigo ocho ó diez turcos á caballo que se hallaba cautivo y encadenado, enviándole las vestidu­
y otros veinte y cuatro de á pie con sus escopetas y alfanges, y ras, ornamentos, vasos y otras cosas sagradas que tenia para el
algunos con lanzas, fuese al jardin del alcaide Azan, sirviéndo­ culto de la iglesia, temiendo que las robasen y profanasen los
le de guia el delator, y trajese presos y en buena custodia á los turcos que fuesen aprenderle. Pero Cervantes, impertérrito á
cristianos escondidos y al jardinero. Desde luego prendieron á todas las amenazas, y sordo á todas las seducciones, estuvo
este, y en seguida entraron violentamente en la cueva, y en constante en decir que él solo era el culpado, sin nombrar ni
medio de la sorpresa de este acontecimiento pudo Cervantes comprometer directa ni indirectamente á ninguno de sus cama-
advertir á sus compañeros que descargándose con él, le achaca­ radas. Cansado el Rey de su constancia, y sin poder sacar otra
sen toda la culpa, para lograr salvarlos á todos por este medio respuesta ni noticia, se contentó con apropiarse todos aquellos
tan noble como generoso. cautivos, y entre ellos á Cervantes, á quien mandó encerrar en
31 Mientras que los turcosy los moros armados maniata­ subaño, cargándole de cadenas y hierros con intención toda­
ban á lo» cautivos que encontraron en aquel sitio, Cervantes, vía de castigarle.
llamando la atención del concurso, dijo en alta voz con ente­ 33 Receloso el Dorador de que se le imputase aquella infa­
reza y serenidad, que ninguno de aquellos infelices tenia culpa nte delación, se fue desde luego á la casa del alcaide Mahamet,
ni arte en aquel negocio, por que él solo era quien los había judío, á visitar al Dr. Antonio de Sosa, que estaba allí cautivo
inducido á fugarse y esconderse, y quien todo lo ¡labia dispues­ )' encerrado en un aposento, y con fingidas palabras y artificio­
to y manejado. Sorprendidos los turcos de una confesión tan sas razones procuró escusarse y ponerse á salvo, como quien
paladina y generosa, por el riesgo de la vida y de. los tormeh- deseaba quedar en buen lugar, y ternia perder su reputación y
tos á que se esponia según la cruel condición del Rey Azan, concepto entre los cristianos; pero ni el Dr. Sosa ni algún otro
avisaron á este con un hombre de á caballo délo que pasaba pudo disculparle, cuando tan públicamente había guiado á los
y de lo que Cervantes decia, de cuyas resultas mandó el Rey que prendieron á los cautivos en la cueva,y cuando abrazando
que encerrasen á todos aquellos cristianos cu su baño, y que de nuevo el mahometismo, y llamándose Manií, vivió de esta
solo á Cervantes lo condujesen preso á su presencia, para lo manera hasta el 3o de setiembre de r58o, dia en que muriendo
cual le maniataron, y llevaron a pie, sufriendo en tan largo ca­ miserablemente se cumplían tres años cabales de haber ejecu-
>48 VIDA
lado tan execrable maldad. Por otra parte el alcaide Azan, DE CERVANTES. 149
luego que supo el suceso de la cueva, acudió presuroso al Rey, Rey. El moro salió para cumplir su encargo; pero tuvo la des­
le requirió con mucha instancia hiciese justicia muy áspera de gracia de que á la entrada en Oran le interceptasen otros mo­
todos los fugitivos, y le permitiese hacerla á su placer del jardi­ ros las cartas que llevaba, conduciéndole preso á Argel, donde
nero, á quien en efecto ahorcó cruelmente con sus mismas ma­ viendo el Rey Azan la firma y nombre de Cervantes, mandó
nos el dia 3 de octubre de aquel año. Lo mismo hubiera sucedi­ empalar al moro, que murió sin declarar cosa alguna, y que á
do cou Cervantes y aun con sus compañeros, si la codicia de Cervantes le diesen dos mil palos , echándolo de entre sus
que estaba poseído el corazón del Rey no hubiera vencido á su cristianos: si bien quedó sin efecto esta sentencia por los ruegos
carácter bárbaro y sanguinario, esperando aprovecharse del y empeños que se interpusieron á su favor: condescendencia
rescate de aquellos cautivos, pues como perdidos y criminales singular y gracia sin ejemplo en un bárbaro, que por el mismo
se consideraba en posesión de todos ellos. Fuele sin embargo tiempo mandó matará palos en su presencia tres cautivos espa­
preciso restituir algunos á sus antiguos dueños; y si Cervantes ñoles, que intentando huir á Oran separadamente y en distin­
fue uno de estos, como refiere el P. Haedo, estuvo muy poco tas ocasiones, fueron aprehendidos en su viage por los moros
tiempo en la dominación de Dalí Mamí, porque el Rey, ó te­ habitadores del campo.
miendo las trazas y travesuras suyas, ó teniéndole en conside­ 36 Ni tan repetidas desgracias, ni tantos riesgos de perecer
ración de gran rescate, le compró á aquel arraez por quinientos miserablemente pudieron abatir el espíritu de Cervantes, ni
escudos en que se concertaron, para tenerle en su poder, y cus­ amortiguar su ardiente deseo de procurar su libertad y la de
todiado á toda su confianza. otros cristianos, en cuya suerte tomaba tanta parte. Hallándose
34 Era Azan—bajá en estremo ambicioso, suspicaz y ma­ en Argel por el mes de setiembre de 1679 un renegado español,
ligno; y tan cruel y tirano con los esclavos, que le temían como que conocido en Granada, de donde era natural, por el licen­
á un monstruo del infierno mismo. Horroriza la historia que ciado Girón, había tomado el nombre de Abderramen desde
de su vida y atrocidades refiere el P. Haedo; y el mismo Cer­ que se hizo mahometano, supo Cervantes que arrepentido este
vantes, hablando de los trabajos que en el baño de Azan pade­ infeliz de su determinación, deseaba volver á su primitiva creen­
cían sus cautivos, que eran cerca de dos mil, le retrata de este cia y á su patria. Aseguróse de su modo de pensar y de su ca­
modo: y aunque la hambre y desnudez pudiera fatigarnos d rácter y sinceridad por medio de informes reservados que le
veces y aun casi siempre, ninguna cosa nos fatigaba tanto co­ dieron varios cautivos paisanos suyos, y entonces le exhortó y
mo oír y ver á cada paso las jamas vistas ni oidas crueldades animó repetidas veces á que volviese al seno de Ja iglesia cató­
que mi amo usaba con los cristianos. Cada dia ahorcaba al su­ lica, seguro de que él le proporcionaria medios de trasladarse
yo, empalaba a. este, desorejaba á aquel, y esto por tan poca á España. Para esto trató con dos mercaderes valencianos lla­
Ocasión y tan sin ella, que los turcos conocían que lo hacia no mados Onofre Exarque y Baltasar de Torres, residentes en Ar­
mas de por hacerlo, y por ser natural condición suya ser ho­ gel, que aprontasen el caudal suficiente para comprar una fra­
micida de todo el género humano. gata armada; y habiendo facilitado Exarque hasta rad quinien­
35 Asi fue que disponiendo de Cervantes como de un escla­ tas doblas, el renegado Girón verificó á su nombre Ja compra
vo propio, le tuvo preso y encerrado en su baño desde fines de de un bajel de doce bancos, y lo habilitó y dispuso para ha­
1877 cou grati vigilancia; pero él, pugnando siempre por sacu­ cerse á la mar, todo por dirección oculta del mismo Cervantes.
dir un yugó que tan violentamente le oprimía, tuvo arbitrio pa­ 37 Había este avisado con igual reserva á sesenta de los
ra despachar secretamente un moro con cartas para el general mas principales cautivos para que estuviesen prontos á embar­
de Oran D. Martín de Córdoba, y para otras personas conoci­ carse al primer aviso para tierra de cristianos; y ya se acercaba
das residentes en aquella plaza, pidiéndoles enviasen algunos ®1 momento de la partida, cuando un mal intencionado lo des­
espías ó personas de confianza con quienes pudiese huir él y cubrió todo al Rey Azan, y frustró esta nueva tentativa de eva­
otros tres caballeros que estaban cautivos en el mismo baño del dirse del cautiverio. En efecto el Dr. Juan Blanco de Paz, natu-
raldela vilLi de Monlemolin junto á Lerena, olvidado de haber
1
15o VIDA DE CERVANTES. 15i
sido religioso profeso de la órden de Sto. Domingo en Santieste- vo á la presencia de Azan Agá empezó esle á preguntarle para in­
ban de Salamanca, resentido ó envidioso de Cervantes y de al­ quirir las circunstancias del proyecto y sus cómplices ; y aun
gunos de sus compañeros, descubrió al Rey el proyecto que te- para mas amedrentarle hizo que le pusiesen un cordel aja gar­
nian de huirse en aquella embarcación, recibiendo de su mano ganta , y que le atasen las manos atras como si se dispusiesen
un premio harto mezquino é indecoroso por una delación tan para ahorcarle ; pero Cervantes con la mayor serenidad no so­
atroz y detestable. lo no culpó á ninguno , sino que confesó constante y repetida­
38 Pareció sin embargo al Rey que era conveniente disi­ mente que solo él lo había ideado y dispuesto todo con otros
mular por entonces, con Ja idea de cogerá Jos cristianos en el cuatro caballeros que ya habían ido en libertad, pues de los
hecho para castigarlos ó apropiárselos con mas visos de razón y restantes ninguno lo sabia ni debia saberlo hasta el momento
justicia; pero como la dilación diese lugar á que se susurrase mismo de la ejecución. Las respuestas y salidas que dio [á las
esta noticia, los cristianos luego que presumieron que el Rey instancias y reconvenciones del Rey fueron tan ingeniosas y
era sabedor de lodo, se amedrentaron en estremo, y en particu­ discretas, que si no bastaron á justificarle plenamente , logra­
lar Oiiofre Exarque, que temia perder su hacienda, libertad y ron á lo menos templar la indignación de Azan Agá , qttieu se
vida, creyendo que si prendían á Cervantes le obligarían con satisfizo por entonces con desterrar de la ciudad al renegado
toj-mentos á declarar todo el suceso y los cómplices que media­ Girón para el reino de Fez , y con mandar que encerrasen á
ban en él. Para evitarlo le rogó y persuadió encarecidamente Cervantes en la cárcel de los moros, que estaba en su mismo
que se embarcase para España en unos navios que estaban pa­ palacio, donde le tuvo cinco meses aherrojado con grillos y
ra darla vela, pues él satisfaría con su caudal el importe de su cadenas, custodiado con mucha guardia, y tratado con sumo ri­
rescate; pero Cervantes, que penetró todo su recelo y descon­ gor , al mismo tiempo que por una acción tan noble cobro
fianza, y cuán indecoroso le era huir del peligro, dejando en (según la espresion del alférez Luis de i’cdrosa, uno de los
tanto riesgo á sus compañeros, no solo no quiso aceptar Ja ofer­ testigos) gran fama, loa y honra y corona entre los cristia­
ta, sino que procuró tranquilizarle con la magnanimidad que le nos.
era característica, diciéndole que ningún tormento, ni aun Ja 4o Lo cierto es que la industria y sagacidad con que Cer­
muerte misma, bastaría para que él descubriese ó condenase á vantes había urdido y manejado estas conspiraciones, y el
ninguno de sus compañeros, antes bien se culparía á sí mismo Valor y constancia con que había sobrellevado los riesgos á
para salvarlos á todos; y que esta resolución firme y constante que por cuatro veces se espuso de perderla vida empalado, en­
la hiciese saber á ellos, para que viviesen tranquilos, sin zozo­ ganchado ó abrasado vivo por salvará sus compañeros, legran-
bra ni cuidado sobre su futura suerte. gearon tal concepto, y le hicieron tan respetabley temible á los
3g Entre tanto Cervantes, fugitivo de la casa dejsu señor,se argelinos , que el mismo Azan Agí llegó á recelar que aspirase a
había amparado del alférez Diego Castellano, antiguo camarada levantarse con Argel y destruir aquel asilo de los piratas del
Suyo, que le tuvo escondido hasta ver las órdenes y disposicio­ Mediterráneo. El ejemplo de dos valientes españoles queje ha­
nes que tomaba el Rey de resultas de haber descubierto esta bían precedido en empresa tan ardua y temeraria , y el consi­
conspiración, Pocos dias despeos se mandó con público pre­ derable número de mas de veinte y cinco mil cautivos con que
gón buscar á Cervantes , imponiendo pena de la vida á quien podía contar para su ejecución, le a tentaron en la idea de apo­
le tuviese oculto; y receloso entonces él de ocasionar algún da­ derarse de aquella ciudad con el fin de entregarla á su soberano
ño á su amigo, ó de que otro cristiano padeciese por su causa si l’elipell, haciéndola parte de la monarquía española, bien per­
se intentaba hacer la averiguación por medio de tormentos, re- suadido de su importancia y de las desdichadas ocasiones en
solvióde su propia y espontánea voluntad presentarse, fiándo­ que se había malogrado su conquista por el ordinario medio de
se para ello de un renegado, natu-al de Murcia, llamado Morato ^as armas , aunque dirigidas por los mas señalados capitanes de
Raez Maltrapdlo, intimo amigo de! Rey, por cuyo medio é in­ aquel siglo. Y hubiéralo conseguido , según las alinadas.dispo-
tercesión esperaba salir mejor de aquel apuro. Luego que pstu- siciones que habrá tomado , si la ingratitud y malevolencia de
i 5a VIDA. DE CERVANTES. 153

algunos conjurados no descubriera sus planes, frustrándolos pa­ nates argelinos , creyendo que el objeto de aquel armamento
ra siempre, y Aponiendo su vida á ser víctima de tan abomina­ era el doapoderarse de su ciudad , que trabajaron con incesan­
ble perfidia. Empresas que decia el mismo Cervantes quedarían te alan en aumentary restablecer sus fortificaciones, empleando
por muchos años en la memoria de aquellas gentes , y de las en esto de dia y de noche á los cautivos cristianos, á quienes ce­
cuales aseguraba el P. Ilaedo se pudiera hacer una particular laban con la mayor vigilancia , y oprimían con nuevas vejacio­
historia. JNo era por consiguiente la opresión y custodia en que nes en razón de la proximidad del riesgo en que se creían, has­
tenia á Cervantes el Rey Azan un mero efecto de su condición se­ ta que la entrada del ejército español en Portugal les desengañó
vera y destemplada , sino, una medida de precaución para su del verdadero destino de aquella espedicicn,
propia seguridad y la de su república ; y por esto solia decir 43 Mientras Cervantes ponía en obra medios y arbitrios tan
que como, tuviese bien guardado al estropeado español, ten- arriesgados é ingeniosos para obtener su libertad , sus padres
dría segura su capital, sus cautivos y sus bajeles. procuraban conseguírsela desde Madrid por el ordinario cami­
4’ El mismo Cervantes lo conoció asi, confesando la mode­ no del rescate. Faltábales empero el caudal suficiente para rea­
ración y templanza con que le trató Azan Agá , tan agena de su lzarle, por haber consumido en 1577 el poco que tenían en re­
carácter y condición , como no esperimentada de los demas es­ dimir al flijo mayor, y asi luego que este llegó á España, solicitó
clavos. Después de hablar en boca del cautivo de las crueldades Rodrigo de Cervantes ante un alcalde de corte que se recibiese
que usaban con ellos, añade: solo libró bien con él un soldado ■nforrnacion judicial, no solo déla calidad, circunstancias y
español llamado tal de Saavedra , el cual con haber hecho co­ servicios de su hijo Miguel , sino también de la absoluta pobre­
sas que quedarán en la memoria de aquellas gentes por mu­ za en que se hallaba para poder rescatarle. A este fin presentó
chos años , y todas para alcanzar libertad, jamas le dio palo en 17 de marz,o de 1578 un interrogatorio de seis preguntas, y al
ni se lo mando dar , ni le dijo mala palabra : y por la menor mismo tiempo cuatro testigos, que habiendo tratado y conocido
cosa de muchas que hizo , temíamos todos que habia de ser asu hijo en las jornadas de levante y en el cautiverio , podían,
empalado, y asi lo temió él mas de una vez. contestarlas con toda seguridad, Eran estos los alféreces Mateo
4a A estas aflicciones y sobresaltos se unieron , especial­ de Santistéban , natural de Tudela de Navarra , y Gabriel de
mente en los últimos años de su cautiverio , los que producían Castañeda , del lugar de balaya en las montañas de Santander,
las calamidades generales que se esperimentaron en Argel. La el sargento Antonio Godinez deMonsalve, natural y vecino de
bárbara tiranía y despotismo de Azan Agá le sugirió desde su Madrid, y D. Beltran del Salto y de Castilla, que se hallaba en
entrada en el gobierno los medios de apoderarse de lodos los esta corte : los cuales contestaron como testigos oculares mu­
víveres , granos y provisiones , y poder idar esclusivamente la chos hechos de los que quedan referidos, y confirmaron ser
ley en los precios sin otro, límite ni respeto que el ansia de sa­ Cervantes hijo legítimo de Rodrigo de Cervantes y de Doña-Leo-
tisfacer su desenfrenada codicia , de que resultaron la carestía, nor de Cortinas , de edad de 3o años , poco mas ó menos, se­
la hambre , las enfermedades y una mortandad tan horrorosa gún lo que representaba por su aspecto; que habia sido cautiva­
en ¡agente pobre del país , que se veían todas las calles de la do por Dalí Mamí , aunque sabían queya estaba en poder de
ciudad cubiertas de cadáveres y moribundos; calamidad que si Azan Agá,y que su padre era hijodalgo, y muy pobre por haber
no alcanzó en todo su rigor á los cautivos cristianos, tal vez vendido los pocos bienes que tenia para rescatar á su hijo ma­
por el ínteres de sus amos en no perder sus rescates, no pudo á yor,
lo menos eximirlos de las angustias y penalidades quejcausa una 44 Residía también á la Sazón en Madrid el duque de Sesa,
carestía y miseria tan lamentable en una población tan nume­ después de haber sido virey de Sicilia ; y a' nombre y por par­
rosa y abandonada en aseo y policía corno la de Argel. Por es­ te de Cervantes le suplicaron sus parientes les diese un certifi­
te mismo tiempo , al ver los formidables preparativos que con cado de los méritos y servicios que habia contraído en Italia y
tanta reserva y actividad hacia Felipe ÍI para la conquista dp en las espediciones mencionadas, respecto á haber perdido,
Portugal, se apoderó un terror pánico y recelo tal de los mag- cuando le cautivaron, los despachos que traía para solicitar del
>54 VIDA 1)E CERVANTES. i55

Rey alguna gracia. El duque, á quien constaba la verdad de zaba que si no le aprontaban esta cantidad le llevaría consigo
todo, espidió desde luego, con fecha de a5 de julio del mismo á Constantiuopla. Había Azan finalizado su gobierno, que por
año, una certificación muy espresiva, sellada con sus armas y orden del Gran Turco entregó á Jafer-bajá, é iba á’partir para
refrendada por su secretario, en que citando sumariamente los aquella capital con cuatro bajeles suyos y de su chaya ó mayor­
méritos de Cervantes , concluye con que era digno de que domo, armados todos con esclavos y renegados propios,.llevan­
8. M. le hiciese toda merced para su rescate. do ademas la escolla de otros siete buques que regresaban á Tur­
45 Este era el objeto de los afanes y solicitudes de sus pa­ quía , y ya tenia á bordo á Cervantes, asegurado con grillos y
dres , y para cuyo logro procuraban unos testimonios tan auto­ cadenas. Compadecido el P. Gil de su situación, y temiendo
rizados. i ero habiendo fallecido entonces Rodrigo lie Cervan­ se perdiese para siempre la Ocasión de lograr su libertad , rogó
tes sin el consuelo de ver á su hijo en libertad, se difirió el des­ é instó con la mayor eficacia hasta conseguir rescatarle en qui­
pacho de la pretensión mas de loque se queriay era necesario. nientos escudos de oro en oro de España , buscando para ello
Entre tanto se dispusieron para irá Argel al rescate de cautivos dinero prestado entre los mercaderes , y aplicándole varias can­
por orden de Felipe II, de su consejo Real y de los superiores tidades de la redención y de jas limosnas particulares hasta com­
de la religión de la santísima Trinidad el R. P. Fr. Juan Gil, pletar aquella suma. Concluido este concierto, y gratificados
procurador general de aquella orden , y redentor por la corona con nueve doblas los oficiales de la galera por sus derechos,
de Castilla ,y el P. br. Antonio de la Bella, ministro de la casa fue desembarcado Cervantes el 19 de setiembre en el momento
de Baeza ; aloscuales se presentaron en 3i de julio de iñyg mismo en que dió la vela Azan Ag;i para su destino.
Doña Leonor de Cortinas,ya viuda,y Doña Andrea de Cervan­ 48 Recobrada su libertad , quiso Cervantes justificar su
tes su bija , vecinas de Alcalá y residentes en Madrid, para en­ Conducta, y poner su reputación a salvo de los tiros de la envi­
tregarles trescientos ducados , los doscientos cincuenta de la dia y de la malignidad, antes de presentarse en España, Impor­
primera , y los cincuenta de la segunda , para ayuda del res­ tábale ademas para sus pretensiones y para el logro de-algún
cate de Miguel su Iiijoy hermano. premio correspondiente á sus servicios , que se supiesen y cons­
46 Para acrecentar esta cantidad continuó después Doña tasen con toda solemnidad los que con tanto riesgo suyo acaba­
Leonor de Cortinas las diligencias que había meditado su mari­ ba de intentar durante su cautiverio. Con este objeto se presen­
do , y dirigió al Rey una súplica , apoyada con Ja información tó ante el P. Gil en 10 de octubre de 158o , suplicándole que no
judicial y la certificación del duque de Sosa , para que S. M. en habiendo en Argel persona alguna que tuviese administración
consideración á los méritos de su hijo y á la pobreza en que de justicia entre los cristianos, y representando él alli á 8. M.
ella estaba , le concediese algún arbitrio ó gracia para resca­ y á la santidad del Sumo Pontífice como delegado apostólico,
tarle. Atendió el Rey á esta instancia , concediendo á Doña mandase recibir una información de testigos ante el notario Pe­
Leonor en 17 de enero de i58o permiso para que del reino de dro de Ribera según el interrogatorio que,habla formado. Otor-
Valencia se pudiesen llevar á Argel dos mil ducados de merca­ gosele esta demanda, y se examinaron once de los principales y
derías no prohibidas, con tal que su beneficio é ínteres sir­ mas calificados cristianos que alli habla , al tenor de veinte y
viese para el rescate de su hijo ; pero fue tal la mala suerte de cinco preguntas, que comprenden difusamente no solo todos los
esta familia, que 110 llegó á tener efecto esta gracia, porque tra­ sucesos y empresas ocurridas en los años anteriores según se
tando de beneficiarla, no daban por ella sino sesenta ducados. han historiado, sino una comprobación de la conducta pública
4'7 Entre tanto los padres redentores emprendieron su via- y privada de Cervantes y de la de sus émulos, quienes habían
ge á Argel , adonde llegaron ej 29 de mayo de 1 58o , dia de la puesto en ejercicio todos los manejos y medios mas infames pa­
santísima Trinidad,y empezaron a' tratar desde luego del resca­ va desacreditarle y perderle.
te de los cautivos. La dificultad que tuvieron en el de Cervan­ 49 Desde que Juan Blanco de Paz Labia delatado al R.ey el
tes le retardó algún tiempo, porque el Rey pedia por él mil escu­ proyecto de la fragata armada á nombre del renegado Girón,
dos para doblar el precio eií que le había comprado , y amena- estaba tan odiado y aborrecido de los cautivos, que sin duda le
DE CERVANTES. l5y
156 VIDA ventad en el cautiverio, escitando la piedad cristiana para sal­
hubieran quitado la vida á puñaladas portan fea traición, si no varla y redimirla de tan inminente peligro. Cervantes lo pintó
les contuviera el Dr. Antonio de Sosa. Corrido y abochornado con suma viveza y discreción en su Trato de Argel, y en la
aquel infame delator manifestó desde luego su enemistad y re­ historia de la hija del morisco Ricote , qué disfrazó de muger á
sentimiento , en especial contra los mercaderes Exarque y su amante D. Gaspar Gregorio para librarle de este riesgo ; y
Torres y contra Cervantes, a' quien abiertamente negó su trato durante su esclavitud, sin poder contener los impulsos de su ar­
y conversación. Llegó á tal estremo su enconoy ojeriza, que pa­ diente caridad , dió avisos , consejo é industria á cinco mucha­
ra desacreditar á Cervantes, y perjudicarle en sus pretensiones chos renegados , pertenecientes á los turcos mas principales de
venideras , trató de formarle secretamente una causa criminal Argel, para que se reconciliasen con nuestra santa religión , y
sobre su conducta y proceder , seduciendo á unos testigos con yendo de viage en las galeotas con sus patrones se huyesen á
dádivas y promesas de su libertad, y sorprendiendo la sencillez tierra de cristianos , como lo hicieron con gran Satisfacción
de otros con aparatos de grao autoridad y valimiento. suya.
50 Con tan dañado propósito fingió y divulgó ser comisario 53 No era menos odiosa y tiránica la conducta particular de
del santo Oficio, con cédula y comisión del lley para ejercer allí los amos con respecto á los esclavos pobres , á los cuales des­
sus funciones , y aun se atrevió á requerir á los padres redento­ pués de emplearlos en sus ocupaciones domésticas, obligaban á
res de España y de Portugal, al Dr. Sosa y á otros eclesiásticos trabajar en las obras públicas de la ciudad , ó en otras faenas
que le reconociesen portal y le prestasen obediencia ; pero exi­ duras pero lucrativas, con el fin de aprovecharse también de es­
giéndole estos la manifestación de sus títulos y poderes , y vien­ ta ganancia é Ínteres, y de ahorrarse hasta el mezquino mante­
do que no los tenia , hallaron mucha razón para convencerle, nimiento que les daban ; maltratándolos tan cruelmente si no
como lo hicieron, de su falsedad, y reprenderle severamente tan cumplían con esta diaria contribución , que á veces quedaban
ruin intención y tan enorme delito. inutilizados para siempre , y entonces los sacaban á las puertas
51 En tales antecedentes fundaba Cervantes la necesidad de las casas á pedir limosna para sustentarse. Cervantes lasti­
de acrisolarsu conducta para acreditarla en España ante el Rey mado de la suerte de estos miserables procuraba con caritativo
y sus tribunales de un modo que desvaneciese toda sugestión afan aliviársela , proporcionándoles socorros para su sustento,
maligna de sus émulos. Nada le quedó que desear en esta parte; Y para que se libertasen délos bárbaros castigos y malos trata­
porque la información que recibió el P. Gil es la apología mas mientos de sus amos. Asi lo declararon algunos de los testigos
completa, donde resaltan, como en la pintura las luces entre las examinados en Argel, alabando su ocupación virtuosa y cris­
sombras, las nobles prendas y virtudes de su corazón al través tiana en hacer bien á los pobres cautivos , y en distribuir entre
de los vicios y viles maquinaciones de sus calumniadores. ellos lo poco que tenia y podia allegar para mantenerlos y sa­
52 Para graduar todo el mérito de su conducta y religiosi­ tisfacer sus jornales , evitando por este medio que los maltrata-
dad es preciso dar idea de algunas costumbres de aquellos bár­ sen sus patrones.
baros. Una de las ínas depravadas y horribles era la seducción Aparece ademas y consta en la información por testimo-
de los jóvenes que caian cautivos, á los cuales compraban en es- 010 uniforme de tantas personas calificadas y veraces, que Cer­
cesivo precio, los vestían con grao lujo y ostentación, los rega­ vantes fue siempre exacto en todas las obligaciones y prácti­
laban con esquisitas comidas y manjares, los halagaban con toda cas de un cristiano católico: que su zelo fervoroso y su instruc­
suerte de caricias , prohibiéndoles el trato con los cristianos y ción sólida en los fundamentos de la fe, le empeñó muchas ve­
las prácticas de su religión; por cuyos medios los inducían á re­ ces en defenderla entre los mismos infieles con\grave riesgo de
negar y pervertían sus costumbres. Solo cuando no eran sufi­ su vida; que con el mismo espíritu animaba para que no re­
cientes estos arbitrios se valían del rigor y de Ja crueldad. No legasen á los que veia tibios y desalentados: que su nobleza de
era estrado pues que en asunto de tan grave trascendencia se animo, sus buenas costumbres, la franqueza de su trato, y su
lamentasen con tal zelo los escritores de aquel tiempo y otras ■ugenio y discreción le grangeaban muchos amigos, compla­
personas timoratas de la facilidad con que se corrompía la ju- ciéndose todos en reconocerle por tal: que su popularidad y
158 VIDA DE CERVANTES. ' j5q

beneficencia le captaban igual concepto y aprecio entre la siempre encarcelado eon cadenas no pudo declarar en la infor­
muchedumbre : que sin embargo de esto conservó aun en su mación, cuando llegó á sus manos el interrogatorio , escribió de
esclavitud lodo el decoro propio de sus circunstancias, tratan­ su puno en ni del mismo mes de octubre una relación al tenor
do y conversando familiar y amigablemente con los sugetos de sus preguntas, en la cual confirmando y ampliando con Su­
mas distinguidos por su estado y condición ; y que los mismos mo juicio y discreción los hechos que contiene , dicej, entre
padres redentores , conociendo su talento y buenas prendas, no otras cosas , que hacia cerca de cuatro años mantenía con Cer­
solo le trataron con singular aprecio, sino que consultaban y co­ vantes estrecha amistad; que siempre le consultaba este sus pro­
municaban con él los asuntos y negocios mas arduos de sus en­ yectos y aun los versos que componía ; que no habia notado en
cargos y comisiones. él vicio ni escándalo alguno, y si tal no fuera (añade) yo tam­
55 Entre las muchas declaraciones que comprueban todo es­ poco le tratara ni comunicara, siendo cosa muy notoria que es
to, es notable la de O. Diego de Benavides , natural de Baeza, de mi condición y trato no conversar sino con hombres y per­
que habiendo llegado cautivo desde Constantinopla , preguntó sonas de virtud y bondad.
en Argel á algunos cristianos quiénes eran los principales y mas 56 j Qué contraste y oposición no presenta este retrato de
señalados; y habiéndole indicado especialmente á Cervantes en­ Cervantes con el de Juan Blanco de Paz su competidor ! Aban­
tre los primeros, porque era muy cabal, noble y virtuoso , y de donado este en sus obligaciones religiosas, ni asistía al servicio
mu) buena condición ,y amigo de otros caballeros, le buscó y de la iglesia, ni á sus rezos y oraciones, ni consolaba a los cauti­
procuró su compañía , hallando en él padre y madre , pues vos enfermos en los hospitales seductory pendenciero, intentó
siendo nuevo en aquella tierra, sin tener de quien valerse , Cer­ alucinar á muchos con falsas promesas para que declarasen con­
vantes, que ya estaba rescatado, no solo le ofreció con generosi­ tra varios cristianos, singularmente contra Cervantes, y tuvo la
dad su posada, ropa y dineros, sino que le llevó consigo á su ca­ osadía de maltratar con sus manos sacrilegas á dos sacerdotes:
sa, donde le alojó y dió de comer, haciéndole mucha merced, envidioso y calumniador, delató el proyecto déla fragata , y
liastaque pudiesen venir juntos á España. El alférez Luis de Pe- quiso culpar de ello al Dr. Domingo Becerra, esclavo del Rey,
drosa, natural de Osuna, declaró que puesto que hubiese en Ar­ qúc le con venció de la impostura, y le avergonzó con la verdad
gel otros caballeros tan buenos como Cervantes, no había visto- de haber sido él solo quien hizo tan infame delación......... Pero
quieu hiciese bien á cautivos ó presumiese de casos de honor la n al’ai temos los ojos de semejantes fragilidades y miserias á que
to como él, y que en estreno tiene especial gracia en todo, por­ puede arrastrarnos el torrente desenfrenado de las pasiones
que es tan discreto y avisado, que pocos hay que le lleguen- cuntido se pierde el sendero de la virtud y de la razón.
El reí i gloso carmelita Er. Feliciano Enriquez, natural de- ;-eS, d7 A vista de todo esto no es de admirar que Cervantes
refiere que después de haber comprobado por sí mismo una ca­ mese, durante su vida, tanta importancia á los acontecimientos
lumnia cjue habían levantado contra Cervantes, se hizo muy que promovió en Argel , ni á los trabajos y persecuciones
amigo suyo, como lo eran todos los demas cautivos, d quienes que padeció por esta causa , haciendo mención con frecuencia
da envidia su hidalgo proceder, cristiano y honesto y virtuo­ e tales sucesos , ó aludiendo á ellos en casi todas las obras que
so. El mismo P. Fr. Juan Gil, después de abonar la buena fe y escribió , y que no han podido hasta ahora entenderse ni es­
circunstancias de los testigos, dice que tenia á Cervantes por piarse bien por carecer de estas noticias.- ni menos debe es-
muy honrado, que había servido muchos años al iley, y it'añarse que conservara tan viva su gratitud a' los padres reden,
que particularmente por las cosas que habia hecho en su cauti­ tores y. á su sagrado y caritativo instituto , del cual hizo uti
verio merecía queS.M. le hiciese mucha merced ; añadiendo al digno elogio en la novela de la Española inglesa. El P. Jlaedo
mismo tiempo que le habia tratado con intimidad y confianza, confiesa que el cautiverio de Cervantes fue de Jos peores que
y que se hubiera abstenido de su trato si se hallase mal con­ hubo en Argel, y él mismo decia muchos años después que en
ceptuado ó careciese de las prendas que confesaban en él tan­ uquella escuela aprendió á tener paciencia en las adversida­
tos como le conocían. El Dr. Antonio de Sosa , que por estar des. Estas no pudieron con todo marchitar la lozanía de su in-
160 VIDA
DE CERVANTES. 161
genio, ni sofocar su amor y su pasión á las buenas letras.
porcionaban otro medio mas oportuno de conseguir sus pre­
Consta que escribió allí algunos versos á objetos sagrados pro­
tensiones , que el de volver á servir en las tropas que esta­
pios de su devoción , y es muy verosímil que compusiese en­ ban en Portugal. Puede presumirse con mucho fundamen­
tonces algunas de sus comedias , pues sabemos que para solem­ to que entonces Se reunió á su antiguo tercio, que subsistia
nizar ciertas festividades se entretenían los cautivos dentro de
a cargo del maestre de campo general D. Lope de Figueroa,
los baños en representar varios dramas y recitar los pasos mas constándonos que se componia de soldados veteranos , ejerci­
graciosos de nuestros poetas , como lo indica el mismo Cervan­
tados en las guerras de levante y de Flandes, y muy acostum­
tes en los Baños ele Argel, donde inserta cierto fragmento en
brados á tener grandes victorias de sus enemigos.
verso de uno de los coloquios pastoriles de Lope de Rueda , que
6o Asi era natural que sucediese , y que por lo mismo se
supone se recitó por los cautivos en una de aquellas funciones*
hallase Cervantes en el verano de ¡581 embarcado en las naves
Pero sobre todo lo que no pudo escaparse de su ingenio perspi­
con que salió de Lisboa aquel general para ausiliar á D. Pedro
caz y filosófico fue el conocimento de las costumbres y usos de
Valdes, que con una escuadra se hallaba comisionado para redu­
los moros y turcos , que por esto retrató con tan admirable pin­
cir las islas Terceras á la obediencia del Rey , y para prote­
cel y estremada propiedad en la mayor parte de sus apreciables ger las naves que traficaban en las ludias. D. Lope de Figueroa,
escritos.
que reconoció en la mar las de Portugal que venían del oriente,
58 Luego que Cervantes concluyó estas diligencias tan á
las proveyó de víveres y las dirigió á Lisboa , donde entraron
su placer , recogió testimonio de ellas , autorizado por Pedro de
con felicidad : y habiendo después encontrado al general Val-
Ribera, notario apostólico, y una certificación del P. Gil, fir­
des disgustado del mal éxito de un desembarco que intentó en
mada en 22 de octubre, con intención de requerir, si fuese la Bercera, y no pudiendo avenirse los dos en sus dictámenes
necesario , al Consejo de S. M. para que le hiciese merced ; y
y opiniones, obraron separadamente, y regresaron casi al mis­
partió para España con otros compañeros que venían en liber­ mo tiempo á los puertos de Portugal.
tad a fines del mismo año de i58o , logrando ( según su propia 6t En ellos mandó reunir Felipe II para el año siguiente
espresion ) uno de los mayores contentos que en esta vida se las varias escuadras que se aprestaron en otras provincias ina-
puede tener , cual es el de llegar después de luengo cautiverio^
'Ttimas á fin de contener los escesos de las cortes de Francia é
salvo y sano á su patria : porque no hay- en la tierra , añade
Inglaterra, que oculta y disimuladamente apoyaban las preten­
en otro lugar , contento que se iguale á alcanzar la libertad
siones de D. Antonio , prior de Ocrato, á la corona de Portu­
perdida. gal , sostenían la rebeldía de las Terceras , é intentaban apo­
5g Al tiempo de su llegada estaba Felipe II en Badajoz con­ derarse de los tesoros que de nuestras colonias conducían las
valeciente de la grave enfermedad que habia padecido, penetra­ flotas y galeones. Con estas miras habia ya salido á la mar una
do de aflicción por la muerte de su esposa la Reina Doña Ana escuadra francesa ; y Felipe II, que eligió para mandar la es­
de Austria , y ocupado enteramente en la conquista del reino de pañola al mayor marino de su siglo, al ínclito D. Alvaro de
Portugal, donde después de allanado todo por el gran duque de liazan , primer marques de Santa Cruz, le ordenó que diese Ja
Alba y su valeroso adalid Sancho Dávila , entró en 5 del mes de Veia , llevando embarcada mucha tropa del ejército , y en
diciembre, convocando cortes en la villa de Tomar para media­ este número los aguerridos tercios de nuestra infantería que es­
dos de abril del año siguiente. El ejército castellano permanecía taban á cargo de los maestres de campo D. Lope de Figueroa
en aquel reino con el objeto de conservar la tranquilidad pú­ y D. Francisco de Bobadilla , á los cuales estando á bordo se
blica, sofocar las parcialidades que aun se manifestaban , hacer les pasó revista general el 29 de junio de 1582 en cirio de Lis­
respetar la autoridad del Rey , y preparar la reducción de las is­ boa. Salió de allí la armada el 10 del mes siguiente; el 21 des­
las Terceras. Continuando Rodrigo de Cervantes su carrrera cubrió la isla de S. Miguel, y el 25 á los enemigos á sotavento
militar , se hallaba sirviendo en aquel ejército; y su hermano y en las cercanías de la Tercera. Empezaron luego acañonearse
cuando llegó de Argel, conoció que las circunstancias no le pro­ algunos buques de ambas escuad ras, aunque se interrumpeió
11
16a VIDA D8 CERVANTES. t63
combate, que se empeñó obstinadamente al dia inmediato por­ »Isgua intrépidamente con su bandera , y fue seguido del ca­
que los franceses fiaron demasiado en la superioridad de sus pitán Luis de Guevara y de Rodrigo de Cervantes, tí quien por
fuerzas. El galeón S. Mateo, que era la almiranta y en que tan arriesgada hazaña aventajó después el marques de Santa
iba embarcado D. Lope de Figueroa , y verosímilmente Cer­ Cruz. Tan heroico ejemplo alentó á otros muchos soldados, que
vantes, fue el que mas se distinguió en los principios de la ac­ á nado fueron saliendo á la orilla ; pero con tal ímpetu y valor,
ción, porque atacado á la vez por varias naves francesas , tuvo que ayudándose unos á otros , sin necesidad de escalas ni de
que defenderse valerosamente durante dos horas , abordando á abrir brechas subieron encima de las trincheras enemigas, y en
unas, echando á pique á otras, y maltratando á las que pudo en ellas enarbolaron el estandarte de Castilla. Con igual denuedo
medio de habersido incendiado por cinco veces, logrando apa­ fueron batidasy deshechas las tropas portuguesas y ausiliares,y
gar el fuego con sola su gente. Tan et ílica era su situación que lomados todos los fuertes y castillos, en cuyo estado hubieron
obligó al marques de Santa Cruz a mandar que virase toda la es- de capitular los franceses, y se facilitó de esta manera la reduc­
cuadra para socorrerle. De esta maniobra resultó poder entrar ción no solo de aquella isla , sitio también de las otras que res­
en combate los que estaban á retaguardia, quedando á la ca­ taban, aunque de menor consideración. Con tanta gloria y feli­
beza de la línea los esforzados marinos Viílaviciosa, Miguel de cidad terminó esta campaña el marques de Santa Cruz, entran­
Oqueudo y otros, quienes ausihados de su general lograron no do en Cádiz el t5 de setiembre en medio de los aplausos y acla­
solo libertar al galeón S. Mateo , sino destruir y apresar ia ma­ maciones de todos los buenos españoles.
yor parte délas naves enemigas, poner en fuga las restantes, y 63 Cervantes , que habia sido testigo asi en Levante como
obtener con fuerzas tan inferiores una de aquellas victorias ma- en el Océano de tantas y tan memorables hazañas de aquel hé­
ravdlosas que señalan rara vez los siglos para perpetuar la me­ roe de la marina española, obedeciendo sus órdenes como súb­
moria de los insignes capitanes , y glorificar á sus naciones con dito , y admirando sus virtudes como filósofo, quiso tributará
el recuerdo de su nombre. La armada española, después de ha­ su gloria l is alabanzas que le dictaron su admiración y su reco­
ber permanecido algunos diasen la isla de San Miguel para re­ nocimiento ; y ademas de un buen soneto que compuso con este
parar sus averías, tomó noticias del estado en que se hallaba la fin, y publicó algunos años después el licenciado Cristóbal
Tercera , y regresó á Lisboa el 10 de setiembre. Cervantes ase­ Mosq aera de Figueroa en sus Comentarios de la jornada de
gura haberse hallado en esta espedicion con su hermano Rodri­ las islas Azores, son notables las esp resiones con que hablando
go, aunque sin especificar otras particularidades m circunstan­ en la primera parle del Quijote del apresamiento de la galera
cias. que mandaba uu hijo de Barbaroja, concluyó diciendo: Tomóla
6a Ambos sirvieron también en la jornada del año siguien­ la capitana ds’Ndpoles llamada la Loba, regida por aquel ra­
te , que fue una consecuencia de la anterior, porque destruido yo de la guerra, por el padre de los soldados, por aquel ven­
el ausiliocon que contaban los partidarios de D. Antonio en las turoso y jamas vencido capitán D. Alvaro de Bazan , marques
islas, se facilitó la reducción de la Tercera; á cuyo fin cuando de Santa Cruz : elogio sincero y justo, tan debido á la buena
regresó á Castilla Felipe II en i t de febrero de i583 dejó dis­ memoria de aquel gran general, como propio de la gratitud y
puesto en Lisboa el apresto de otra armada á cargo del mismo respeto de un soldado veterano , que militó tantos años bajo sus
D. Alvaro de Bgzan. Entrela mucha y escogida infantería que vencedoras banderas.
se destinó en ella fueron veinte banderas del tercio de Figueroa, 64 La permanencia y detención que con este motivo hizo en
que se componía de tres mil setecientos soldados veteranos. Sa­ Portugal le proporcionaron estudiar y conocer aquel pais, y las
lió de Lisboa el marques el 23 de jimio , y ejecutó su desem­ costumbres y usos ele sus habitantes , de quienes lúe acogido
barco en la Tercera con admirable brío y valentía de sus solda­ sin duda con benevolencia , y apreciado como lo exigía su dis­
dos , porser en una playa y haber á la sazón gran resaca de la tinguido mérito. Su edad que aun conservaba la lozanía y vigor
mar ; distinguiéndose en esta acción el alférez Francisco de la de la juventud, su carácter bondadoso y apasionado, y su viva
llu.i, que por haber encallado la barca que le conducía, se echó y peuetraiile imaginación le encaminaron naturalmente al
164 vi da
I)K CF.RVASTBS. 166
amor , y á dar á conocer los accidentes de esta pasión en sus F6 Por estos años estuvo también Cervantes en Mostagán,
poesíasly escritos. Decía que todos los moradores de Lisboa son de donde fue enviado con cartas y avisos del alcaide de aquella
agradables, son corteses, soñliberales,y son enamorados poi­ plaza para Felipe II, quien le mandó pasar á Oran , sin duda
que son discretos ¡y que la hermosura de las mugeres admira por hallarse alli de guarnición el tercio ó la compañía en que to­
y enamora : ponderaba la lengua portuguesa de dulce y agra­ davía militaba. Como Cervantes no da sobre esto mayor espli-
dable; llamaba á Lisboa Juzzíosa y gran ciclad, y á aquel pais cacion , es imposible fijar con exactitud la época de estos desti­
tierra de promisión. En tales circunstancias liay lugar de pre­ nos , porque ni los sucesos que pudieron ocurrir en aquellas
sumir que contrajo relaciones de amistady galantería con algu­ fortalezas tuvieron bastante influjo en los negocios públicos de
na dama portuguesa, de quien tuvo por este tiempo una hija na­ la monarquía para perpetuarse en la historia, ni el carácter de
tural, que se llamó Doña Isabel de Saavedra, la cual aun casado un simple soldado en las funciones ordinarias del servicio mili­
su padre le siguió en sus varios destinos, y vivía en su compa­ tar suele escitar la consideración délos literatosé historiadores.
ñía y en la de su muger cuando se hallaban establecidos en Va- 67 En medio de una vida tan agitada y de tan varios via-
liadólid mientras permaneció allí la corte de Felipe III. Lo cier­ ges y destinos habia compuesto y concluido para fines de 1583
to es que Cervantes conservó tan viva la memoria de la buena la Gálatea , que fue la primera obra suya que publicó: novela
acogida y franca hospitalidad que recibió en Portugal, queja- pastoral, acomodada al gusto de aquel tiempo, característica
mas pudo dejar de ser uii panegirista de la cultura y religiosidad de la edad juvenil de Cervantes , y en que satisfaciendo su in­
de aquella ilustre nación, y de las nobles prendas de sus natura­ clinación á la poesía y al cultivo de su lengua propia , quiso
les; como se advierte en muchos de sus escritos, especialmente acreditar la fecundidad de su ingenio, dar á conocer algunas
en el libro tercero de Persiles, donde resalta su juicio y discer­ de sus aventuras ó Sucesos particulares, alabar á los poetas que
nimiento á la par de su gratitud y generosidad. entonces ílorecian , y dirigir á la dama, objeto de sus amores,
65 Iguales conocimientos debió á los demas países en que un obsequio tanto mas delicado y apreciable en aquellos tiem­
había peregrinado , y á donde ¡e condujo su carrera militar; pos , cuanto se procuraba salvar el pudor y decoro propio del
porque tratando en todos con los literatos mas aventajados, es­ sexo con la artificiosa alusión de trasladar á los campos las
tudiando sus obras y sus libros, y examinando con crítica y con situaciones de aquella pasión , pintándola al natural entre el
imparcialidad supolítica é ilustración, sus virtudes y sus vicios, candor y la inocencia de sus moradores.
sus aciertos y sus errores , adquirió aquel caudal de esquisita 68 El mismo Cervantes indicó en el prólogo que muchos
erudición, uquel'juicio recto y puro , y aquella amenidad y de los pastores de su novela solo lo eran en el traje ;,y el ejem­
gracia en el estilo que caracteriza sus obras ; y sobre todo plo de llodrigo de Cota , autor de la Celestina, y de sus coetá­
aquella verdad en las pinturas y descripciones , que to­ neos Jorge de Montemayor , Luis Calvez de Montalvo, y so­
mada de la misma natural eza ó retratada de sus propios lare todo el testimonio de Lope de Vega confirman que Calatea
sucesos , embelesa y arrebata el ánimo de los lectores , sean no fue una persona ideal y fingida, sino real y verdadera. En­
nacionales ó estrangeros, porque tal es el efecto de lo subli­ cubierto Cervantes bajo el nombre de EJicio, pastor en las ri­
me en las obras de imaginación. Evitando siempre la ociosidad beras del Tajo , refiere sus amores con Calatea, pastora naci­
se aplicó también durante sus navegaciones y campañas de mar da en las orillas de aquel rio; y como al mismo tiempo que
á adquirir las principales nociones de la profesión marinera; y Cervantes publicaba estas aventuras , galanteaba á una dama
de aqui aquella muchedumbre y variedad de aventuras y suce­ principal de la villa de Esquivias , llamada Doña Catalina de
sos marinos que introduce en sus obras , y aquel uso tan opor­ Palacios Salazar y Vozmediano, con quien poco después con­
trajo esponsales, no puede quedar duda de que esta fue la ver­
tuno y adecuado de las voces y frases técnicas de la gente de
dadera Calatea ; asi como tampoco puede haberla de que bajo
mar , que acrecentando la propiedad y elegancia de sus narra­
ciones, le hace tan superior en esta parte á los demás escritores los nombres de Tirsi, Damon, Meliso, Siralvo, Lauso, Larsileo y
castellanos. Artidoro introdujo en aquella labula a Francisco de Figueroa,
l66 DB CURVANTES. 167
VIDA

Pedro Lainez, D. Diego Hurtado de Mendoza , Luís Calvez de morada para celebrar los poetas é mgeuios valencianos.
Montalvo, Luis Barahona de Soto, D. Alonso de Ercilla y M¡- 70 Sin embargo de estar aprobada aquella obra con lauta
cer Andrés Rey de Articda , todos amigos suyos y muy cele­ anticipación , 110 se publicó hasta los últimos meses de aquel
brados poetas de aquel siglo. año, como se deduce de haber escrito Cervantes la dedicatoria á
6q Ya en i.° de lebrero de i584 había examinado y apro­ Ascauio Culona , abad de Santa Solia , entrado ya el mes de
bado esta obra por órden del Consejo Real Lucas Gracia« Agosto, pues haciendo mención del célebre Marco Antonio Co-
Dantisco , calificándola de provechosa , de mucho ingenio, de loua su padre, por haber (dice) seguido algunos años las ven­
galana invención, y de casto estilo y buen lenguage : á cuyo cedoras banderas de aquel sol de la milicia,. que ajer nos qui­
dictamen se unieron los elogios particulares que la dieron Luis tó el cielo delante de los ojos, pero no. de la memoria de aque­
Galvez de Montalvo, D. Luis de Vargas Manrique y López llos que procuran tenerla de cosas dignas de ella , aludió
Maldonado , que correspondieron á la aceptación que después discretamente con estas espresiones á-su. muerte , que acababa
tuvo en España y entre las naciones estrangeras. Pero estos de suceder a, las once de la noche del miércoles i.° de agosto en
aplausos tan generales, y aquellos elogios tan vagos é indeter­ Medmaceli viniendo de camino desde liaba.á la corte de celipe-
minados no han servido ni pueden servir ahora de regla para fl , que le había llamado : lo cual prueba cuan poco examina­
juzgaila, cuando la critica, ilustrada por el buen gusto v por la ron este punto los qu.e aseguraron que Cervantes sacó á luz la
filosofía , dirige y gobierna nuestro juicio y rectifica nuestras Calatea cu principio del año i58_¡ , y que el fallecimiento de
ideas. Examinando por estos princios la Galatea , y conside­ Ma reo.Antonio Colana aconteció en 1585..
rándola como una composición pastoril, ó. como una égloga 71 Inmediatamente que s.e publicó, esta-novela se desposó
(según la llama su autor}, hallaremos que si por una parte Cervantes eu Esqmvias a 12 de diciembre del mismo año de
iros admira la belleza y naturalidad de las descripciones,, el de­ ilitíj con Doña Catalina de Palacios Salazar y Vozmediano,
coro y la agudeza con que se trata del amor, la variedad y luja de femando de Salazar y Vozmediauo. y de Catalina de
contraste de los afectos , las escelentes situaciones aprovecha­ Palacios, ambos de las mas ilustres lainilias de aquel pueblo.
das con tanta gracia y oportunidad, la cultura y buen uso del Cuando se verificó este contrato parece habla,ya muerto el pa­
lenguage, y la fecundidad del ingenio, estrañamos por otra ver- dre de la novia , la cual sin duda por esta causa d,ebia su edu­
unos pastores demasiado eruditos y filósofos , una multitud y cación á su lio 1L f rancisco de Saladar , que-la dejó un legado,
prodigalidad de episodios, que ofuscándola acción principal, eu su testamento. Por iguaJL, razón habiéndola prometido la
debilitan el interes , y confunden los persotiages del primer madre al tiempo de tratarse el casamiento un razonable dote en
término del cuadro con otros de un órden inferior, sin descu­ bienes rafees y muebles, cumplió su promesa dos años después,
brir la conexión y analogía de algunos sucesos accesorios con otorgando.Cervantes escritura no solo de lo que recibió enton­
el principal, ni el modo con que conti ¡huyen á su desenlace. Se ces , sino dotando él mismo á su muger con cien ducados , que
creería por esto que Cervantes quiso mas bien hacer alarde del según dice cabían eu la décima de sus bienes,
caudal de su invención , que parecer parco y moderado en la 72 Asi consta de la carta dulal otorgada por ambos esposos
disposición de su fábula , prefiriendo por consiguiente la ri­ á gde.agosto.de 1586 ante Alonso de Aguilera, escribano de nú­
queza y aun la superfluidad ála prudente y juiciosa economía} mero de Esquivias, donde se avecindó Cervantes, según apare­
porque no hay duda que él mismo conoció estos defectos, ya ce del mismo docmuenlo; pero como aquellos bienes 110 pudiesen
anticipando disculpas de los unos eu su prólogo , ya pidiendo alcanzar á mantener sus nuevas obligaciones, y su genio franco y
indulgencia de los otros hasta que saliese la segunda parte , que sociable 110 se acomodase á. la vida de un hacendado lugareño,
no Concluyó, aunque parece la tenia adelantada al tiempo de la proximidad á Madrid le proporcionó residir a temporadas eu
su fallecimiento. También indicó haber tornado la idea del esta corte, ya sea por el amor á sus propios parientes, ya por J
Canto ile Caliope , del que en nombre del Turia habla publi­ deseo de tratar á sus amigos, ó por el alan que siempre tuvo de
cado algunos años antes Gaspar Gil PqIo en su Diana ena-* .darse á conocer por sus versus y composiciones di amaticas.
168 VIDA DR CERVANTES. I 69
?3 Confirma esta presunción la noticia que tenemos de ha­ el gusto de las academias, erigidas ó fomentadas por las perso­
ber cultivado ó renovado en esta época su trato y comunicación nas mas nobles y distinguidas , entre las cuales se contaba al
amistosa con Juan Rufo, Pedro de Padilla, Lopez Maldonado, marques de Pescara, fundador de la de Pavía. Este ejemplo tras­
Juan de Barros, Vicente Espinel y con otros insignes escritores, cendió á España en el reinado de Carlos V, distinguiéndose en­
cuyas obras celebró en algunos sonetos y otros versos, que si tre las academias que ilustraron aquella lucida corte la que
bien no merecen mucho aprecio, acreditan á lo.menos la bondad tema en su casa el célebre Hernán Cortés, donde se reunían
de su corazón y el respeto que le merecían el talento, la aplica- los hombres de mayor concepto por su clase é instrucción , de
cion y la amistad. Siete anos había qqe Rufo trabajaba en su cuyas conferencias y pláticas conservamos aun algunas aprecia­
-/Instruida cuando la concluyo a fines de rf>78; y después de bles memorias. Pero estas juntas no fueron permanentes, y aca­
aprobada porLainez en i58a, todavía tardó dos años en publi­ so desaparecieron con sus mismos fundadores, mientras que
carse, ala sazón que residiendo Cervantes en Madrid escribió en Italia se acrecentaban mas por lo mucho que contribuían á
en alabanza del autor un soneto, que entre otros se estampó en sn civilidad é ilustración. Este conocimiento estimuló en el año
los principios de aquella obra. Al misino tiempo imprimía Pa­ de i585 a' un caballero principal déla corte, de buen ingenio y
ridla su Jardín espiritual, que salió a luz en el año siguiente de aficionado a' la poesía, á fundar una academia á imitación de las
1 r,85 ¡ y no s°l° incluyó en él unas redondillas y estancias que de Italia, á la cual concurrian los literatos y poetas mas distin­
Cervantes había compuesto en su elogio, sino que poniendo en guidos que residían en Madrid, á quienes con este laudable ob­
la obra misma varias composiciones que á intercesión del autor jeto acariciaba con liberalidad y cortesanía. Autorizábanla con
escribieron en loor de S. b ran cisco algunos de los famosos poes­ Su presencia los grandes, títulos y ministros del Rey, que se
ías de Castilla, colocó entre ellos á Cervantes, de quien es un complacían en oir las disensiones y aplaudir las composiciones
soneto que no carece de regularidad, Otro compuso elogiando poéticas que allí se recitaban. Por uno de los estatutos debían los
la obia del mismo Padilla sobre las Grandezas y escelencias académicos dejar su nombre propio, é imponerse otro á su ar­
de la Fírgen nuestra Señora, que salió á luz en i587, A prin­ bitrio; y con este motivo Lupercio Leonardo de Argensola, to­
cipios del año anterior de 1586 publicó Lopez Maldonado su davía joven, adoptó el de Bárbaro, con alusión á Doña Mariana
Cancionero, aprobado ya por D, Alonso de Ercilla ; y entre los Bárbara de Albion, á quien entonces pretendía para casarse, se­
muchos y cla'sicos poetas que honraron este libro con sus enco­ gún lo manifestó discreta é ingeniosamente en la respuesta que
mios se cuenta á Cervantes, que le celebró en un soneto y unas dió ala academia cuando por dos veces le preguntó la causa de
quintillas que se leen en las primeras páginas, También aplau­ haber tomado aquel nombre tan singular. Es muy probable que
dió con otro soneto la Filosofía cortesana moralizada por Alon­ Cervantes fuese uno de los concurrentes á esta academia, tan­
so de Barros su amigo, aprobada igualmente por Ercilla, y pu­ to por su mérito y buena reputación, renovada con la publica­
blicada en i587. Ya en este tiempo había escrito Vicente Espi­ ción de la Calatea, como por su amistad con los demas acadé­
nel su Casado la memoria, aunque no se imprimió hasta rSgi, micos, por el conocimiento que tenia de la utilidad que seme­
y en ella colocó y elogió á Cervantes entre otros célebres poe­ jantes sociedades habían producido en Italia, y por haber men­
tas, aludiendo con discreción y oportunidad á los trabajos de cionado especialmente la academia Imitatoria de Madrid en una
su cautiverio, que no pudieron debilitar el vigor j fecundidad de de sus novelas. Aquellos, hechos y estas conjeturas com­
su ingenio, Asi correspondió Espinel á la honrosa mención que prueban á lo menos que Cervantes residía por lo común en la
de él habia hecho en el Canto de Caliope; y tal vez desde en­ corle, sin embargo de estar avecindado en Esquivias, donde
tonces se labraron los fundamentos de aquella amistad sólida y probablemente solo permanecería las temporadas que lo exi­
verdadera que los unió siempre, y de que hacia memoria Cer­ giesen sus negocios é intereses domésticos.
vantes en los últimos años de su vida. 75 Entonces fue cuando Cervantes vió representar con ge­
T-t La afición ala literatura amena, especialmente a'la poe­ neral aplauso en los teatros de la corte los Tratos de Argel, la
sía, propagó en este siglo por las principales ciudades de Rafia humánela, la Batalla naval, y otros dramas que había coin-
ly» VI»* DB CERVANTES. «7»
puesto, en l-os cuales se-atrevió, según dice, á introducir algu- sentaron con aceptación , singularmente la gran Turques­
lias novedades que fueron bieu recibidas, pero, que es preciso ca^ la Batalla naval, la Jerusalen, la Amaranto ó la del Na.
examinemos ahora con imparcialidad. La. escena española, que yo, el Bosque- amoroso, la imica y la bizarra Arsinda ; pero de
basta su tiempo solo babia visto por lo general composiciones la que se manifestó mas satisfecho fue de una titulada la Confu­
de los misinos farsantes, escritas cou sencillez y naturalidad, sa, la cual, según dice, pareció admirable en los teat ros, y po­
sin artificio ni.ínteres, j representadas sin aparato ui decoración día tener lugar por buena entre las mejores de capa y espada
teatral, á manera de unas églogas, diálogos ó coloquios, como al­ que hasta entonces se habian representado. Tales aplausos y
gunas se llamaron, levantóel vuelo en inaiios-delrVl. Fernán I’e* aclamaciones no podian ser permanentes , porque como las co­
iez.de Oliva, de Gerónimo Bermúdez, y aun mas.en las de Juan medias tienen sus sazones y tiempos, é inmediatamente entra
déla Cueva, Cristóbal de Viriles , Juan.de Malura , y algún otra d dominar el teatro el monstruo de naturaleza, el gran Lope
poeta recom,endable. Cervantes , cuya aíicion á la poesía , y en de Pega,y se alzó con la monarquía cómica, y avasalló y pu­
particular al. teatro, se manifestó desde su. infancia ,y cuyos su­ so debajo de su jurisdicción á todos los farsantes, llenando el
cesos propios y originales, sugerían tanta materia para, interesar mundo de comedias propias, felices y bien razonadas, según
la curiosidad de los espectadores, ofreció al público sus comedias, las espresiones del mismo Cervantes, eclipsó por consiguiente no
que fueron aplaudidas, porque la novedad y aparato de los ar­ solo las que este habia visto celebradas, sino las de los demas es­
gumentos, y su estilo maspopulai: y conveniente que el de Cue-t critores que le precedieron. Desde aquel punto perdieron toda
va y Virues, debían captarle mas partidarios, principalmente su estimación en el concepto de los comediantes y espectadores,
cuando aquellos poetas no habiendo divulgado ífi publicada y se miraron solo por Jos literatos como ensayos de la restaura­
aun sus obras, eran mas conocidos en Sevilla y Valencia, donde ción del teatro español,que habian allanado tan difícil camina
residían, que en Madrid. al mismo Lope de Vega. Cervantes lo conoció asi, y lo confesa­
76 Jactóse Cervantes de ser el primero que introdujo ó per-i ba ingenuamente al fin desús dias, cuando ni los cómicos le pe-
señalizó en el teatro las figuras morales ó alegóricas, cuino se dian sus comedias, ni hallaba quien se las aplaudiese, atribu-,
nota particularmente en, el Trato ele Argel, en la fáimanciay yendolo á la mejora y reformación que- habia tenido el teatro,
cola Casa de los zelos; y de haber reducido, las comedias á por tantos ingenios como á competencia le cultivaron.
tres jornadas, de cincoque antes lenian, como se vió en su />'«- 77 Na era solo la afición á la poesía, ni la gloria que le resuk
fnZ/a naraZ. Aun cuando diésemos á estas invenciones todo el Gba de los aplausos populares, lo que obligaba entonces á Cer­
mérito que pretende su autor, de lo que.estamos muy distantes, vantes á escribir sus comedias y á entretener al público con sus
no podríamos atribuírselas como originales, sin. alguna limita­ representaciones, sino también proporcionarse con esta ocupa­
ción, porque es indudable que la primera sobre no ser plausible, ción alguu recurso para socorrer su necesidad y mantener á su
era ya conocida en el siglo xv, enquela introdujo efiusigue Don familia. La situación en que se hallaba iba empeorando cada
Enrique de Aragón, marques de \ ¡llena, y la repitió después dia : veíase agoviado con las obligaciones que trae consigo e[
Alonso de Vega en su comedia la Duquesa de la llosa,, impresa ’nalrnnoiiio, y la manutención de su,s hermanas é hija; advertía
en iSBo, y Juan de Malara, que-según Rodrigo Caco fue tam­
desatendidos sus méritos y servicios sin haber obtenido la me­
bién el primero que en España escribió una comedia toda cu nor recompensa, y se miraba con mas de cuarenta años de edad
verso, que se representó; y la segunda, que lia.sido, adoptada y T estropeado de la mano izquierda, pareciéndole dificultosa
seguida por casi todos los poetas, la atribuyen unos á Cristó­ en tales circunstancias emprender otra carrera , ó aspirar á uu
bal de Virues , otros á Micer Andrés Rey de Artieda ; y no empleo que le sostuviese con la decencia que correspondía. Pa­
faltaron a un en aquel tiempo quienes se la apropiasen á Juan ra lograrlo mas fácil y seguramente abandonó la pluma y las
de la Cueva, según lo dice él mismo en su Arlepoética. Mas comedias entrado ya el año de 15S8 , y se trasladó á Sevilla ,
que de esto, debió gloriarse Cervantes de haber compuesto en aprovechando la ocasión de haber sido nombrado el cousejero
este tiempo hasta veinteó treinta comedias , que todas se repte" de hacienda Antonia de Guevara para proveedor general de las
'7 2 VIDA DE CERVANTES. »73

armadas y flotas de Indias con grandes preeminencias y prero­ concederle S. M. un oficio en las Indias dé los que entonces se
gativas. Entre estas era una ja de nombrar por S. M. cuatro hallaban vacantes, que lo eran la contaduría del nuevo remo
comisarios que le ayudasen en el desempeño de tan vasto en­ de Granada, la de las galeras de Cartagena , el gobierno de la
cargo, distribuyendo con órden y economía los caudales de la provincia de Soconusco en Goatemala, y el corregimiento de la
real hacienda en la compra de los víveres y demas efectos que ciudad déla Paz, pues con cualquiera de ellos se daría por satis­
fuese necesario acopiar de diversos pueblos de las provincias. fecho, continuando de este modo en servir á S. M., como lo de­
Uno de los comisarios que con este objeto nombró Guevara fue seaba hasta acabar su vida , según lo habiati hecho sus antepa­
Miguel de Cervantes, quien desde luego presentó por fiadores , sados : resolución que manifiesta bien cual era la situación de
á 12 de junio del mismo año ante el escribano Pedro Gómez, Cervantes cuando se acogia (según su espresion) al remedio á
al licenciado Juan de Nava Cabeza de Vaca y á Luis Marmole- que otros muchos perdidos en aquella ciudad (Sevilla) se aco­
jo, vecinos de aquella ciudad. Inmediatamente comenzó á ejercer gen , que es el pasarse á las Indias, refugio y amparo de los
las obligaciones de su nuevo empleo , pues con fecha del >5 le desesperados de España. Este recurso lo pasó el Rey en 21
espidió el proveedor general el despacho de su comisión, y per­ del mismo mes al presidente del consejo de Indias;y por de­
maneció en ella hasta 2 de abril de i58g, haciendo en Ecija mu­ creto fecho en Madrid á 6 de j unió, y firmado por el Dr. N uñez
chas compras de aceite y granos , para las cuales se le libraron Mórquecho , se contestó que buscase Cervantes por acá en que
dos mil novecientos ducados de vellón. Tal fue la causa de la se le hiciese merced. Es regular que á vista de esto no omitiese
traslación de Cervantes á Andalucía, en tantoque su hermano medio ni diligencia para aprovechar tan favorables disposicio­
Rodrigo servia ya de alférez en los ejércitos deFlandes. Pudieron nes y ofrecimientos; y aun pudiéramos presumir, según lo indi­
obligarle á esta determinación otras consideraciones; porque no có después con demasiada generalidad en el Finge al Parnaso,
solo se hallaba arraigada allí la familia ilustre de los Cervantes y aludiendo sin duda a' sus posteriores comisiones, que no supo
Saavedras, que había producido hombres eminentes por lasar- conservarlas , ó proporcionarse con ellas un acomodo estable y
masy las letras , y con la que tenia algunas conexiones de paren­ conforme á su calidad, á causa de las persecuciones ocasionadas
tesco, según hemos indicado, sino que siendo a la sazón la ciudad por alguna imprudencia suya, las cuales trastornaron en sus
mas opulenta y populosa de España, y el emporio del comercio principios el risueño semblante que comenzaba á mostrarle su
y riquezas del nuevo mundo, asi como la mas ilustrada por el cul­ fortuna.
tivo de los buenos estudios y la perfección de las bellas artes, era 79 La esperanza de mejorarla, contrayendo nuevos méritos
con mucha razón mirada, según la espresion de Cervantes, como y servicios , le obligó á continuar de comisario del proveedor
el amparo de pobres y refugio de desechados, encuya grandeza Pedro de Isunza en los años de i5gt y i5g2 , desempeñando co­
no solo caben los pequeños, pero no se echan de ver los grandes, mo tal varios encargos para las provisiones de las galeras de
y podía por lo mismo prometerse hallar allí el abrigoy la consi­ España en las villas de Taba , Arríales , Martes, Linares, Agui-
deración que procuró en vano entre el bullicio y la pompa de la lar, Monturque, Arjona, Porcuna, Marmolejo, Estepa, Pedrera,
corte , y en medio de la lisonja , de la elación y del egoísmo de topera, Arjonilla, Las Navas, Villanueva del Arzobispo, Begi-
los magnates y cortesanos. jar , Alcaudetc y Alora ; cuyas cuentas y las de sus ayudantes
78 Cervantes obligado de su pobreza abrazó aquella ocupa­ Nicolás Benito , Antonio Caballero y Diego López Delgadillo
ción tan precaria y subalterna, mirándola sin embargo como es­ presentó firmadas en Sevilla á 28 de abril de i5g8 con la mayor
cala para mayores ascensos, ó como mas proporcionada para exactitud , y por lo mismo se le aprobaron, y obtuvo finiquito
inquirir las vacantes de los empleos de Indias , y poder hacer de solvencia, en el cual se le hicieron buenos por su salario
sus solicitudes con mayor apoyo y recomendación. Asi lo eje­ ciento dos mil maravedís, que corresponden á tres mil reales ve­
cutó en mayo de i5go, dirigiendo al Rey un memorial, en que llón. En estas y otras comisiones semejantes visitó la mayor par­
esponieudo los servicios que había contraído en 22 años sin ha­ te de los pueblos de Andalucía , cuyos caminos, costumbres y
bérsele hecho por ellos merced alguna , suplicaba se dignase las mas menudas circunstancias suele describir como testigo
»74 V1BA PB CERVANTES. >7$
ocular ¡ aprovechándose al mismo tiempo de todos los objetos Jr do por despoblados y desiertos en las horas trias sosegadas de la
sucesos que daban materia á su genio irónico, donoso y burla­ noche. Metiere la historia que cuando se ejecutaba aquel piado­
dor, para hacer sobre ellos una crítica justa y racional, dirigida so robo una grao voz despertó á un religioso del convento di-
siempre á mejorar á los hombres en sus opiniones , ilustración ciéudole: levántate., que se llevan el cuerpo del santo n; Juan
y civilidad. Asi se nota en la descripción de la vida picaresca de de la Cruz ; que levantándose en electo acudió á la iglesia, y
Jos tunos y vagabundos que se reunían para la pesca de los atu­ halló que el prior guardaba la puerta, y le íntimo gran silencio
nes en las almadrabas de Zallara ; en la de los gitanos y moris­ y reserva sobre aquel negocio-. Antes de llegar el alguacil á Mar-
cos que vivían en Granada y sus contornos; en los cuentos y tos, se dice también que en un cerro alto, no lejos del camino,
consejas que cundían en Montilla sóbrelas habilidadesy tras­ se le apareció repentinamente un hombre que ¿agrandes voces
formaciones de la hechicera Camacha y sus discipulas , y en comenzó á decir-: ¿ adúnde lleváis el cuerpo del santo ■? dejadlo
otros pasages semejantes; y por lo mismo merece que nos deten­ donde estaba; lo cual causó tan grao susto y pavor cu el algua­
gamos á ilustrar un suceso coetáneo y muy ruidoso en aque cil y sus compañeros, que se les espeluzaron los cabellos» Otro
país, que disfrazado ingeniosamente en el Quijote, le prestó ma­ lance semejante se cuenta haberles sucedido en un campo adon­
teria y coloridos para una aventura caballeresca. A fines del de de improviso llegó un hombre , y les pidió cuenta de loque
año de 15gi murió en su convento de übeda de calenturas pesti­ llevaban: contestáronle tener orden superior para no ser reco­
lentes 8. Juan de la Cruz; y á la especial devoción con que nocidos; pero insistiendo y porfiando el preguntante, fueron á
Doña Ana de Mercado y su hermano D. Luis de Mercado , del darle algún dinero para evitar su molestia , y hallaron que se
Consejo Real, residentes entonces en Madrid , habían fundado había desaparecido-. Continuaron sin embargo su viage hasta
con su acuerdo el convento de Segovia, los empeñó en trasladar Madrid y Segovia; y contaba después el conductor haber visto
á él á todo trance su venerable cuerpo , sin reparar en la oposi- durante él muchas veces unas luces muy brillantes en torno de
sioti que podría haber por la ciudad de übeda y sus vecinos* la maleta que cabria la venerable reliquia. El empeño y ardides
Consiguieron para ello el permiso del vicario general de los car­ para ejecutar un robo tan singular, y unas apariciones y suce­
melitas, y comisionaron una persona de su confianza con título sos tan estraordinarios, dieron mucho que decir y que exagerar
de alguacil de corte para que presentándose al prior del con­ *> ios andaluces,'según su índole y carácter; pero todavía masía
vento de übeda , y desenterrando el cadáver le condujese á contienda que se movió inmediatamente entre las ciudades de
Segovia congran secreto y precaución* Entró de noche el comi­ übeda y Segovia por la estracciou de tan apreciado depósito.
sionado en la ciudad , entregó á solas sus despachos al prelado, 8t Apenas se habla divulgado en übeda, determinó su
y mientras los religiosos dormían abrieron el sepulcro, despues «yuntamiento recurrir al Papa, reclamando la restitución del
de nueve meses de ejecutado el entierro , y sin embargo se ha­ santo cuerpo, para lo cual puso demanda ante Clemente vitt
lló el cuerpo tan incorrupto, fresco y entero, y con tal fragancia contraía ciudad de Segovia, que salió á la defensa por medio
y buen olor , que suspendieron por entonces la traslación, de D. Luis de Mercado y su hermana. Examinada la causa en
cubriéndole de cal y tierra para que mas adelante se pudiese Juicio contradictorio, mandó S. S. restituirlo á übeda , come­
verificar sin inconveniente. tiendo la ejecución por breve de 15 de setiembre de i5g6 al obis­
8o Pasados otros ocho ó nueve meses y hácia mediados de po de Jaén 1J. Bernardo de Rojas y al Dr. Lope de Molina, te-
j5gd volvio el alguacil desde Madrid con el mismo encargo ; y Sorero de la colegial de übeda: pero sabido en España el éxito
encontrando el cadáver inas enjuto y seco, aunque fragante de un litigio tan singular y dispendioso, y presintiendo las reu-
siempre y odorífero , lo acomodó en ana maleta para mayor ’ días é inquietudes que podrían seguirse, se interpusieron per­
disimulo, salió del convento y de la ciudad con otros guardas y sonas de buen zelo y gran autoridad , que al fin lograron
compañeros cuando lodos reposaban entre la Oscuridad y el si­ ’•Ua transacción amistosa , conviniéndose la ciudad de übe­
lencio ,■ y para no ser conocido dejó el camino real de Madrid, da en recibir como reliquia una parle del cuerpo de aquel ve­
y lomo varias veredas y rodeos hacia Jaeny Marios , camimm- nerable religioso , y quedando de esta manera satisfecha la
176 VIDA
DÉ CERVANTES. 177
devoción y mas tranquilos los ánimos de ambos pueblos.
lograr este llotro encargo semejante , ó ac.áso pira dar cuenta
82 Este pudo ser el original de la aventura del cuerpo muer­ de su bueu desempeño en los anteriores , pasó á Madrid, dondé
to, que refiere Cervantes en el capítulo 19 de la primera parte en i.° de julio de íógjj presentó ante el licenciado Diego de Ta-
del Quijote. Hallábase á la sazón en Andalucía, donde oiria ha­
mayo , teniente corregidor , una instancia cuyo principio es.-
blar de estos lances con la ponderación y gracia que prestaban Miguel de Cervantes Saavedra , vecino de la villa de Esqui­
sus circunstancias á la agudeza y donosidad de aquellos natura­ fas , residente en esta corte , digo: que para la seguridadé
les; y aunque procuró exornar su narración como lo exigía la paga de una cobranza que por los señores contadores mayo­
calidad de su historia , la dirección del viage por despoblado y res del consejo de contaduría mayor de S. Mi en que estoy
en medio de la noche, las luces que llevaban los encamisados
nombrado , de cantidad de dos millones cuatrocientos cincuen­
al rededor del cuerpo muerto , la traslación á Segovia desde ta y nueve mil novecientos ochenta y nueve mar avedis , que
Baeza (que está cercano á Ubeda, y donde el mismo santo re­ a su real hacienda se deben en el reino de Granada de lo
sidió largo tiempo), el haber fallecido de calenturas pestilentes, procedido de las tercias y alcabalas reales , y otras cosas á
el parecer á Sancho fantasmas los acompañantes, y á D. Quijo­ ó. M. pertenecientes , tengo ofrescido etc. ; y concluía pidien=
te cosa mala y del otro mundo , el pavor y miedo que les iu- do se le recibiese información deque D. Francisco Suarez Gas­
fundióesta visión, pues el escudero temblaba como un azogado, eo , vecino de Tarancon , era sugeto abonado para ser su fiador
y al amo se le erizaron los cabellos de la cabeza ; el detener es­
en el encargo que se le confiaba: y habiendo presentado por tes­
te toda la comparsa preguntándoles en altavoz quiénes eran, de
tigos á Agustín de Cetina, contador de S. M ., ti D. Gabriel Suarez
dónde venian, adonde iban, y qué llevaban en aquellas andas ó Gaseo, hermano de D. Fraucisco , y déla misma vecindad,y á
litera; el calificar á esta aventura de tal que sin artificio alguno Juan de Valora, vecino deBelinchon, todos residentes en la cor­
verdaderamente lo parecía: y sobre todo el creerse después cs-
te , declararon bajo de juramento al siguiente día que el citado
comulgado D. Quijote por haber puesto las manos en cosa sa­ G. l’raucisco era abonado en mucho mas que en los cuatro mil
grada, sin embargo de que no pensó ofender á sacerdotes ni á
ducados sobre que se constituía fiador de Cervantes , por los
cosas de la Iglesia, sino ájantasrnasy vestiglos del otro mundo,
Cuantiosos bienes y rentas que poseía.
y recordar en su abono el suceso del Cid cuando en la iglesia de
84 Aunque el consejo de contaduría mayor admitió estas
S. Pedro derribó é hizo pedazos la silla del Rey de Francia, no fianzas, el contador Enrique de Araiz las exigía mayores; y
pudiendo sufrir que ocupase un lugar preferente á la del Rey de Gervantes acudió solicitando se confirmasen por suficientes las
Castilla, por cuya acción le descomulgó el Papa, aunque le ab­
que tenia dadas, y se le despachase. El tribunal, precedido ¡ti.
solvió luego con tal que en su corte fuese mas atento y mesura­ forme del mismo contador, accedió á su solicitud en 21 de agos4
do, según referian los antiguos romances : todas estas son cir­
t° bajo la fianza de los cuatro mil ducados, obligándose ademas
cunstancias tan análogas y uniformes á las acaecidas en la tras­ Gervantes y su muger para mayor seguridad. En efecto, por
lación del cuerpo de aquel santo religioso, que no es dudable
escritura fecha en Madrid el mismo dia 21 ambos consortes
tomó de aqui sin artificio alguno los colores para realzar su obligaron sus personas y bienes á que él daria buena , leal y
pintura, en la cual acreditó no obstante la discreción de su in­
verdadera cuenta con pago de las cantidades que recaudase etl
genio, la pureza de su filosofía y de su moral, y la graciosa y
aquella comisión.
oportuna ironía sobre la desvariada imaginación de los caballe­
85 Después de estas seguridades hubo de entregarse á Cer->
ros andantes.
'antes la Real carta ó provisión que estaba espedida desde i3
88 Es verosímil que Cervantes presenciase alguno de estos
del propio agosto , aunque adicionada con fecha del 28, y por
sucesos cuando en aquellos años andaba desempeñando sus In cual se le mandaba ir luego con vara alta de justicia á exigir
comisiones por varios pueblos del reino de Granada, especial­ fi,s Cantidades que adeudaban varios pueblos del reino deGta=
mente la que le confió Felipe II para recaudar las tercias y ¡d'
Dada, espresadas en partidas distintas basta el total de dos mi-“
cabalas que se debian alli á la real hacienda. Con el objeto de 11 ... 1
Dones quinientos cincuenta y sietemil veintey nueve maravedís.
ja
1^8 VIDA DE CERVANTES. 179
8t3 En 9 de setiembre siguiente exhibió en Baza esta real años. Apenas recibirla esta respuesta cuando hubo de trasferir-
cédula á presencia del alcalde mayor, del escribano de número se á Ronda, pues en g de diciembre cobró alli del receptor de
Cristóbal Mitigucz, y con asistencia del escribano de rentas; y tercias Juan Rodrigúez Cerero cuatrocientos veinte y nueve
procediendo según se le mandaba, tomó cuentas á los tesoreros niil ¡ochocientos cuarenta y nueve maravedís, según testimonio
propietario y sustituto del rendimiento de tercias y alcabalas de dado en aquel dia por el escribano de rentas Sebastian deMon-
aquella ciudad y pueblos de su partido, correspondiente á talvan; y en 15 del mismo mes ya estaba en Sevilla, donde con
aquel año, y los ejecutó al pago de lo que resultó debían por esta fecha otorgó carta de pago de la cantidad • librada desde
el primer tercio, cuyo importe le entregaron por mitad el ma­ Málaga por Francisco López de Vitoria.
yordomo de la ciudad como recaudador de las rentas de su en­ 88 Por aquel tiempo canonizó á S. Jacinto el Papa’Clementc
cabezamiento, y el arrendatario de las de la villa de Zujar, con vni á solicitud del rey de Polonia, con cuyo plausible motivo
mas el salario de Cervantes por seis dias, que se reducía á poco celebró el convento de dominicos de Zaragoza unas solemnes
mas de diezy seis reales vellón en cada uno. fiestas, para las cuales se publicaron siete certámenes poéticos
87 Desde allí pasó á Granada, según lo acredita otra real por todo el reino de Aragón, y se comunicaron también á las
provisión de 29 de noviembre que principia: A vos Miguel de ciudades principales de la península, y en especial áJas univer­
'Cervantes, que por comisión mía estáis en la ciudad de Grana­ sidades de Salamanca y Alcalá. El segundo certamen se reducía
da entendiendo en cosas de mi servicio, vuestra carta de 8 de a glosar una redondilla en alabanza del santo, y se ofrecía pre­
octubre de este aíío de 5^ se vio por mis contadores de nu miar con tres cucharas de plata al que mejor lo desempeñase;
contaduría mayor de hacienda...... Trasladóse después á Ve- ai que obtuviese el segundo lugar con dos varas de tafetán morado,
lezmálaga, donde despachó pronto su comisión, mediante fian­ J al del tercero con unas horas doradas. Las obras que aspira­
za que ledió el recaudador de alcabalas Francisco López de Vi­ sen á estos y los demas premios seliabian de entregar para el sá­
toria de pagarle una cantidad en Sevilla, y de contado el resto, bado 29 de abril de i5g5, porque al siguiente dia empezaban las
verificando lo primero por medio de letra de cuatro mil reales, fiestas; estaban ya nombrados los jueces para el examen de los
que giró en Málagaá 21 del mismo noviembre; en cuya ciudad versos, y estos se habían de leer públicamente en la iglesia del
permaneció Cervantes algunos dias, habiendo escrito desde mismo convento. Cervantes prefirió escribir para este segundo
ella al Rey con fecha del 17, recordando lo que espuso en otra certamen, y en el 2 de mayo después de vísperas se leyeron en
caita (sin duda la de 8de octubre) acerca délas partidas quecn el pulpito las composiciones correspondientes á él, y entre ellas
concepto de y a pagadas no podia cobrar de la casa de la moneda la suya, á la cual se adjudicó el primer premio; lo que sin lison­
de Granada, de Motril, Salobreña y Alinuñécar; y añadiendo, jearle mucho demostraba cuan míseras y poco apreciables se­
entre otras cosas, que de lo recaudado en Baza, Guadix, Agüe­ rian lasque entraron en competencia. Cuando los jueces pro­
la de Granada y Toja remitiría pólizas seguras á Madrid, y qllC nunciaron en verso la sentencia el domingo 7 de aquel mes, in­
no le quedaba por cobrar sino la partida de Ronda; pero pnl‘ dicaron que este poeta, como otro Apolo ó hijo de Latona, llega­
habérsele acabado el término, y tener que ir también a' entre­ ba desde la gran materna Dejo ó Sevilla á recibir la corona del
gar el demas caudal donde se le mandase, insistía en que se le premio, calificándole de ingenioso, sutil y diestro, con lo que
concediesen veinte di as de prcroga, que podria comunica'rsele confirmaban la opinión que tenia adquirida por el mundo. La
á la misma ciudad de Málaga. Esta carta de 17 de noviembre, relación de estas fiestas, recopilada y ordenada por Gerónimo
dirigida á S. M.por mano de Juan de Velasco, secretario del con' Martel, ciudadano de Zaragoza, que después fue cronista del
sejo de hacienda, se recibió en Madrid el dia 28, y es de inferir remo de Aragón, se imprimió en aquella ciudad por Lorenzo
que acelerase el despacho de la Rea] provisión ya citada del 29 Robles en el mismo año de r5g5.
inmediato, en que concediéndole lapróroga, se le mandaba lle­ 89 Todavía continuaba Cervantes su residencia en Sevilla
var á efecto la exacción de aquellas partidas que los pueblos su­ encl año siguiente de 96, cuando entró en Cádiz en 1de julio
ponían pagadas, sin considerar que procedían de deuda de treS «na escuadra inglesa de ciento y cincuenta velas, mandada por
180 VIDA DE CERVANTES. 181
el conde Cáelos HoWard, grao almirante de aquel reino, con conducción ála corte de algunas cantidades,cobradas en su co­
un ejército de veinte y tres mil hombres á las órdenes del con­ misión, prefirió Cervantes girarlas por medio de letras desdp
de de Essex, célebre valido de la reina Isabel de Inglaterra. Sevilla á Madrid: hízolo asi con siete mil cuatrocientos reales
Las naves que estaban en la bahía se batieron sin orden, y se procedentes de lo recaudado en Velezinálaga y su partido, cuya
retiraron á la parle interior al abrigo de los fuertes; lo que au­ Suma entregó en Sevilla al mercader Simón Freirc de LimUj
mentó el desaliento y la turbación en la plaza, donde no había que se obligó á pagarla él mismo en Madrid. Cervantes se tras­
caudillo militar capaz de preparar y sostener la defensa. Esto ladó luego á esta corte, en la cual no hallando á Simón Freirc,
dio bríos á los ingleses para ejecutar su desembarcó, y entrar hubo de escribirle'« Sevilla, y este encargó á Gabriel Rodríguez,
en la ciudad con muy -corta resistencia. Saqueáronla completa­ portugués, hiciese el pago a Cervantes; pero no solo no lo hizo,
mente, y ricos con los tesoros que de ella sacaron, la incendia­ s>uo que entre tanto quebró Freirc, y desapareció de España.
ron y abandonaron á los veinte y cuati-odias, reciqbarcando Este im idetite obligó á Cervantes a regresar á Sevilla para pro­
sustroipa«, y dando la vela para intentar semejantes hostilidades curar el cobro de dicha cantidad, hallando á su llegada embaí;-
en otras partes. Con tan imprevisto suceso se alarmaron como gada ya toda la hacienda de Freiré por otros acreedores. Repre-r
era natural los pueblos comarcanos: luciéronse en ellos grandes sentó,al Rey; v de resultas se mandó en 7 de agosto de i5g5 al
preparativos para acudir á la defensa, y en Sevilla mandó el h)r. Bernardo de Olmedilla, juez de lós grados en Sevilla, exi­
Asislcntcformar un batallón de veinte .y cuatro compañías de giese de los bienes que Freirc hubiese dejado en aquella ciudad
infantería de los mismos vecinos, nombrando por capitanes á ■ pago de la cantidad que Cervantes reclamaba, cuyo cobro.
Varios de los principales caballeóos, quienes en ios dias festivos Verificóel mismo juez seguirse le prevenía, y libro á favor del
se ejercitaban en el campo de Tablada en el manejo de las armas tesorero general D. Pedro Mesía de Tobar por medio de lelr^
y en las evoluciones militares^ á cuy o lio había enviado el du­ gu ada en la propia ciudad á 22 de noviembre de i5g6,
que de Medina al capitán Becerra á aquella ciudad. La gentileza 9' Estos sucesos, y otros que inspiraban alguna desconfían-
y gallardía de los jóvenes alistados en esta nueva milicia, y el z-i de parle de la conducta del principal fiador, obligaron sin
lucimiento con que se presentaban en sus ejercicios, hicieron duda á. que. este y los demás fuesen compelióos en el año s¡-
tal contraste con el abandono y descuido anterior, con la moro­ guíenlo de 1897 á dar cuenta de las cantidades que Cervantes
sidad, inacción y poca energía conque se procedió, sin atacar habia cobrado en su, comisión; á lo que eputestarqn que no po-
tai desalojará los enemigos en tantos dias, hasta que saquearon diau darlas por estar él en Sevilla, y tener en su poder los pa­
y abandonaron la plaza impunemente, y con la ostentosa en­ peles y documentos sobre que la debían fundar; y á su iiistan-
trada que sin embargo hizo en ella el duque después de tan la­ c*a se mandópor real provisión de 6 de setiembre deaquel añq
mentable suceso-, como si fuera para solemnizar el mas glorioso 'd la enciado Gaspar de V allejo, juez de la audiencia de ios gra­
triunfo, que no pudo dejar de ser éste el objeto de las censuras taos de dicha ciudad, exigir íiaiízqs á Cervantes deque dentro
y conversaciones públicas, ni de estimular á Cervantes á bur­ ó? veinte dias sy presen tarja en Madrid á dar la cuenta y pagar
larse en un soneto con lina ironía y discreto donaire de tan có­ el alcance; y 110 (laudólas, lo prendiese y enviase preso á su cos-
micas y graciosas escenas. De este mismo suceso y espedicion Ia á la cárcel de corle a disposición, del tribunal de contaduría
de. los ingleses á Cidiz formó algunos años después el asunto de mayor, providencia que se tomó generalmente con otros jueces
su novela intitulada la Española inglesa. ^Jceuloies, arrestando á algunos.de ellos en Sevilla por menores
go Entre tanto continuaba Cervantes ocupado cu la forma­ c-mli lades a los cujeó, seis y ocho años de concluidas sus res­
ción de las cuentas de sus comisiones, en reparar los incidentes pectivas (omisiones. Porque los apuros del erario de resultas
desgraciados que le liabiau atrasado su arreglo, y en contestar de los enormes gastos que se hicieron para la conquista de Por-
á los cargos que se le hacían por parte del tribunal de contadu­ Ltgal y las Terceras,y para el apresto.de la desgraciada armada
ría mayor, tal vez inducido de los que se habrian resentido de llamad,1 la //mem-iA/e contra Inglaterra; las continuas mudanzas,
la actividad y firmeza de su ejecución. Para ahorrar gastos de la constitución de hi hacienda y de sus tribunales; los nu,e-
182 VIDA DB CERVANTES. 183
vos arbitrios <5 impuestos que se adoptaron, y la falta de senci­ potencia. Esta decisión no llegó hasta fines de diciembre , y cu
llez y de perseverancia contribuyeron ri complicar la adminis­ los dias 3o y 3i se repitieron las honras , habiendo quedado en­
tración é introducir la desconfianza, los apremios, embargos, tre lauto en pie el catafalco y suspensas las demas prevenciones
prisiones y demas procedimientos judiciales, respecto ri los em­ para el funeral. El aparato y suntuosidad de aquel túmulo y su
pleados y ejecutores en estos ramos de la economía pública* casual duración atrajeron infinita gente que de todas parles ve­
Preso Cervantes, representó desde Sevilla su imposibilidad de nia a verle, dando tan dilatado campo á las ponderaciones y es-
dar tales fianzas estando fuera de su casa; por cuya razón, y ser cesivos hipérboles con que le encarecia el vulgo sevillano, que
muy poca su deuda, pedia se le admitiesen proporcionadas á lo inducido Cervantes de su genio agudo y festivo compuso un so­
que apareciese deber, y se le soltase de la cárcel para venir á la neto, en que alabando la ostentación y esplendidez del ayunta­
corte y fenecer su cuenta. A vista de tan razonable solicitud, y miento , pintó la grandeza de aquel monumento fúnebre , y se
de que su descubierto se reducía á dos mil seiscientos cuarenta burló de su dilatada duración con las espresiones huecas y fan­
y un reales, se mandó en r.’tle diciembre del mismo año poner­ farronas, propias de los jaques ó valentones del pais. Fue tan de
le en libertad, bajo fianza de presentarse dentro de treinta dias su gusto esta composición, que no dudó llamarla en su/úoge «Z
á rendir la cuenta y pagarei alcance. Parnaso la honra principal de sus escritos ; sm duda porque
92 ignoramos el resultado de esta providencia; pero es cier­ su inclinación á la imitación y al remedo, para corregir por es­
to que Cervantes permaneció en Sevilla por lo menos el año te medio los vicios ó resabios de la educación haciéndolos ridí­
inmediato de 1598, y que aun mucho después volvió á ser reque­ culos, encontró en esta obrita cumplidos estos estreñios de un
rido al propio efecto. En el mismo año había muerto Eclipe II modo acomodado al carácter é índole de las personas que fue­
el día 13 de setiembre, y para solemnizar su funeral dispuse la ron el objeto de su ironía y corrección.
ciudad se fabricase un túmulo tan magníficoy de tan bello gus­ g3 Estos hechos prueban indudablemente que Cervantes
to , que uno délos historiadores que le describe dice era riti las residia entonces en Sevilla , donde también se ocupó en varias
mas peregrinas máquinas de túmulo que humanos ojos han al­ agencias de negocios de personas ilustres y calificadas , como lo
canzado a ver. Estaba adornado de elegantes inscripciones la­ fue entre otras D. Hernando de Toledo , señor de Cigales , con
tinas , de muchas estatuas de Juan Martínez Montañés y Gas­ quien conservó después particular trato y amistad. De tan dila­
par Nuriez Delgado, y de pinturas deFrancisco Pacheco, Alon­ tada mansión en aquella ciudad nació la persuasión en que estu­
so Vázquez Perca y Juan de Salcedo, todos escelentes artistas vieron algunos de sus coetáneos de haber nacido en ella ; pero
sevillanos. El día 24 de noviembre se empezaron las exequias sobretodo el pleno conocimiento que tuvo de los barrios y luga­
con asistencia de la ciudad, de la audiencia y del tribunal de la res mas recónditos del pueblo, de las costumbres y modo de vivir
inquisición ;y al dia siguiente , destinado para la misa y oficio, de los sevillanos, desús vicios y preocupaciones, y aun de las ha­
se originó tal altercado en la misma iglesia entre la inquisición blillas é historietas mas admitidas cu la credulidad del vulgo, de­
y la audiencia por haber cubierto el regente su asiento con un muestran que los trató largo tiempo y con mucha familiari­
paño negro , que sin embargo del lugar , de la solemnidad y de dad. De allí tomó los originales para las pinturas de algunas de
su objeto se fulminaron excomuniones por la inquisición , en sus novelas, como lo fueron Iiinconete y Cortadillo, famosos la­
v 11 lud de las cuales se retiró el preste ri concluir la misa en la sa­ drones, cuyas aventuras acaecieron en el año de 1569: bien que
cristía , y se bajo del pulpito el predicador , que estaba ya dis­ á fines de aquel siglo , según el testimonio de D. Luis Zapata,
puesto para pronunciar la oración fúnebre, quedando los tribu­ subsistía aun la cofradía ó sociedad de aq uellas gentes perdidas y
nales en sus lugares hasta las cuatro de la tarde en actos de astutas, que robaban impunemente bajo ciertas reglas y consti­
protestas y requerimientos; pero habiendo mediado el marques tuciones , con grave perjuicio de la segundad personal , y con
oc Algaba , logro templar á unos y otros, y que la inquisición sumo desacato contra lo que se debe á la justicia y al orden pú­
absolviese délas censuras, dándose cuenta al Rey y al consejo blico, como procuró inanifestarloy persuadirlo Cervantes. Qui­
rcalpor ambas partes para que se decidiese tan empeñada coin- so en el Zeloso extremeño poner patentes los malos efectos de
4M VIDA DE CERVANTES, l85

Ja opresión indiscreta de un marido, las artes perniciosas de un produce un deleite cada vez mas nuevo,, singularmente.cu las.
jóven ocioso y seductor, y las tercerías de una dueña maligna y obras posteriores á, su residencia en Andalucía.
taimada, Ambas novelas , la de la 'lia fingida , que se lia corr- 95 Hasta ahora se había conjeturado que Qecvantessabd.de
servado inédita hasta estos tiempos, la del Curioso impertinen-. Sevilla para la Mancha con alguna comisión que le ocasiona
te, y acaso algunas otras, las escribió durante su residen-, grandes disgustos y persecuciones, de cuyas resultas estuvo pre­
cia en Sevilla , donde corrieron en copias manuscritas con sa eq 14.ua cárcel, donde se supone escribió la pr¡m,era parte del
mucho aprecio entre los curiosos y literatos; y por este me- Quijote; peyó dando su justo valor, á los fundamentos que apo­
dio llegaron las tres primeras á manos del licenciado D, Eran-, yan y conservan esta tradición en aquella provincia, según ma­
cisca Parras de la Cámara, prebendado de aquella iglesia, quien nifestaremos, merece observarse lo que ofrecen otras investiga­
las incluyó en una miscelánea que lbrm.ó por los años de. 1606 ciones. Al tiempo de dar sus cuentas á principios, de i6o3 en
de varios opúsculos propios y agenos por encargo del. arzobispo. el tribunal de contaduría mayor el receptor de Baza Gaspar
P. Fernando Niño de Guevara , que quería pasar entretenido, Osorio de Tejada , presentó para su descarga una carti de pago,
con esta lectura las siestas del verano en ümhrete. que le dió Cervantes cuando, en i5g4 estuvo, comisionado para
g4 Mas aquel trato popular que puso á,Cervantes en dispo­ recaudar las rentas atrasadas de aquella ciudad y su partido.
sición de penetrar y conocer el modo de vivir y de pensar de A vista de este documento preguntó, el tribunal en i4 de enero
tanta gente baldía y holgazana como se. abrigaba en tan estensa de i6o.3 á los contadores de relaciones si Cervantes liabia dado
población, no le estorbó cultivar la amistad y compañía de los Cuenta de su comisión , y satisfecho el cargo que le. resultaba t
Sabios y literatos de mayor crédito que en ella residiau al mis-, Los contadores en su informe, dado en Valladolid con fecha de
fllO tiempo. Uno de ellos era Francisco Pacheco, insigne pintor ^4 del misma mes, espusieron que aunque constaban Las canti’
poeta, cuya oficina, según Rodrigo Caro., era academia ordi­ dades que había remitido á tesorería, general, apareciendo solo
naria délos mas cultos ingenios de Sevilla y forasteros , y cu-, en descubierto de. dos mil seiscientos y tantos reales para ep
yo amor á las letras le hizo retratar á mas de ciento.y setenta completo de lo que se le mandó cobrar por la. real cédula de it>
personas , entre las cuales habla hasta ciento eminentes en to­ de agosto de l5g4 , na liabia dado cuenta de. la respectiva pro­
cias facultades- Se sabe que Cervantes fue una de.ellas, y que cedencia de ellas, ó sea de lo que liabia conseguido cobrar de
igualmente le retrató D. Juan de Jáuregui , también afamado, Cada pueblo., y para que viniese á darla se había mandado al
pintor y poeta sevillano; y por lo mismo hay sobrados fu.nda- 8r. Bernabé de Pedroso, proveedor general de la armada, le sol­
«lentos para creen que aquel escritor trató familiar y amigable­ tase de la cárcel donde estaba en Sevilla , dando lianza de pre­
mente a Francisco Pacheco, y que fue uno de los concurrentes sentarse dentro de cierto término, y. que hasta entonces no ha­
Ó su academia. Lo mismo pudiera presumirse, respecto, al cul­ bía parecido:, ni se.sabían las diligencias hechas. Pocos dias des­
ta é insigue poeta Fernando de Herrera , que murió, por es­ pués que se dió este informe debió llegar Cervantes á Vallado-
tos años , honrando. Cervantes su memoria en un soneto que so lid , donde ya estaba el di,á 8 de febrero con su familia , pues
Ua conservado sin publicarse. Quien examine con cuidado y Consta que su,hermana Doña Andrea se ocupaba en reponery ha-
perspicacia las obras de este escritor , conociendo su carácter bilil.ir el equipage.del Lxcino. Sx. IJ. Pedro de Toledo (Lorio,
particular y los sucesos de Su vida', se convencerá muy facil- quinto marques de Villafranca, quaacíJ.baba de regresar de la es,
l>iont(i de que su trato é intimidad con, los andaluces, y la agu­ pedición de Argel, y entre sus cuentas y apuntes hay algunos de
deza , prontitud y oportunidad de los chistes y ocurrencias que, letra de Cervantes ; al cual todavía se hicieron nuevas notifica­
Jes son propias y nal áralos , fueron laude su genio, y ameni ­ ciones, sin embargo de permanecer en libertady de ser tan corto
zaron tanto su fecunda imaginación, que puede asegurarse dis­ Su débito ; que al fui huno ríe satisfacer, residiendo en la corle
puso allí la tabla de donde tomó los colores que después Incie— el resto de.su vida á vista del mismo tribunal que tantas veces
ron tan célebre é inimitable su pincel, por aquella gracia nati va, le halii.1 requerido y apremiado para ello.
{tcjqella ironía discreta , aquel aire burlesco y sazonado , qutt 96 Induce a esta persuasión la tranquilidad de ánimo que
186 VIDA
DE CERVANTES. 187
manifestó siempre Cervantes , apoyada en el testimonio indu­ picante, de que se ofendieron sus parientes é interesados. Lo
dable de su inocencia y honrado proceder. La penetración de mas singular es que en Argamasilla se ha trasmitido sucesiva­
D. Gregorio Mayans advirtió discretamente que cuando es­ mente de padres á hijos la noticia de que en la casa llamada de
te escritor hace espresa memoria de su prisión , y de haber sido Medrauo en aquella villa estuvo la cárcel donde permaneció
engendrado su ij. Quijote en una cárcel , ni> seria su delito feo Cervantes largo tiempo, y tan maltratado y miserable , que se
m ignominioso, y comprueba esta conjetura el silencio que vio obligado á recurrir á su tio D. Juan Bernabé de Saavedra ,
guaidaron en estepuntosus euemigosy rivales, aun mencionan­ Vecino de Alcázar de S. J uan, .solicitando su amparo y protección
do aquel suceso con la perversa intención de zaherirle é infa­ para que le aliviase y socorriese; debiendo ser su situación tan
marle. apurada como lo daba á entender el exordio de su carta que de­
97 Estos desgraciados acontecimientos de Cervantes son cia : Luengos dias y menguadas noches me j aligan en esta
muy paiecidos á los del célebre poeta Luis Camocns , á quien cárcel , ó mejor diré caverna. Pero este documento , que se
después de otros infortunios acusaron algunos malévolos de nos asegura haberse conservado hasta nuestros dias , ha desa­
malversador de los caudales públicos mientras administró la parecido de modo que ha hecho vanas é ineficaces nuestras di­
proveeduría de Macao , logrando se le formase causa y pusiese ligencias para examinarle.
en la cárcel. Acrisolada su conducta y comprobada la calumnia 99 Si fuese cierto cuanto supone esta tradición , pudie­
dé sus enemigos, iba á salir de la prisión cuando lo embargó en ra conjeturarse que Cervantes , libre bajo fianza para pre­
ella un hidalgo de Goa por doscientos cruzados á que se decia sentarse en Madrid, salió de Sevilla en i5gg ó poco después,
acreedor; pero el virey, administrando justicia, amparó genero­ deteniéndose en la Mancha al amparo de sus parientes, ya que
samente al desgraciado Caraoens , que pudo de este modo vivir el largo silencio de sus jueces y la suspensión de los procedi­
tranquilo mientras permaneció en aquel pais. Cervantes aun­ mientos judiciales daban margen á creer desvanecidos sus car­
que vivió después libre, no dejó de ser perseguido : debió su gos , y á que por lo mismo se hubiese sobreseído en su causa.
tranquilidad al convencimiento de Su conducta pura y genero­ A esta persuasión inducían también otros sucesos coetáneos ,
sa,- y’su subsistencia á los frutos de su aplicación y de su inge­ como la mudanza del gobierno después de la muerte de Feli­
nio, y a las justas consideraciones que tuvieron de su mérito y pe II, la traslación de la corte á Valladolid , la complicación
de sus desgracias algunos, amigos y personages ilustrados. de los negocios de la real hacienda , repartidos en cuatro tri­
98 Desde fines de 1598 nos han faltado documentos para sa­ bunales que se crearon por las ordenanzas del Pardo de i5g3 ,
ber los sucesos de Cervantes en los cuatro años inmediatos; y hasta que la necesidad de simplificar el sistema de administra­
en ellos pudieron tal vez tener lugar las ocurrencias en la Man­ ción los redujo á uuo por las publicadas en Lerma á 26 de oc­
cha, cuya memoria conserva allí una tradición constante y ge­ tubre de 1602, de cuyas resultas hubieron de renovarse los car­
neral, siendo cierto que tenia enlaces y conexiones de parentes­ gos y los apremios á los que aparecían aun cu descubierto. La
co con varias familias ilustres establecidas en aquella provincia. prontitud con que Cervantes se presentó en Valladolid después
Unos aseguran que comisionado para ejecutar á los vecinos del informe de los contadores de relaciones, dado, como queda
morosos de Argamasilla á que pagasen los diezmos que debian dicho, en 24 de cuero de i6o3 , á que regularmente seguirla el
á la dignidad del gran priorato de San Juan, lo atropellaron y Volver á requerirle , da lugar á presumir que residiese á pocas
pusieron en la cárcel. Otros suponen que esta prisión dimanó jornadas de allí, pues no podia haber llegado tan breve si aun
del encargo que se le había confiado relativo á la fabrica de sa­ permaneciera en Andalucía; y todo ofrece alguna verosimilitud
litres y pólvora en la misma villa, para cuyas elaboraciones em­ de que estuviese en la Mancha , porque no puede dudarse que
pleó las aguas del Guadiana en perjuicio de los vecinos que las vivió en ella mucho tiempo, especialmente en Argamasilla, que
aprovechaban para beneficiar sus campos con el riego. Y no bizo patria de su Ingenioso hidalgo, ridiculizando oportuna­
falla en fin quien crea que este atropeliamiento acaeció en el mente en él la fantástica presunción de sus vecinos por los títu­
Loboso por haber dicho Gervantes á uua muger alguu chiste los de nobleza é hidalguía , aun cuando carecían de los medios
i88 VIDA DE CERVANTES, tSg

oe sostener cotí decorosos, prerogativas : vanidad-que ocasionó1 taban oscurecidos sin recompensa alguna, sino que á su vista
eulieeJIos i u idosas ilesa veueucias y pleitos escandalosos en iiii;n- eran colmados de mercedes hombres sin servicios ni méritos,
gu-i de la misma poblaciqp , como lo notan algunos escritores., por solo el favor que accidentalmente gozaban de los ministros
de aquel siglo. Y por último, la exactitud en las descripciones to­ ó cortesanos, ó por estar colocados en ocupaciones sedentarias
pográficas de la Mancna, el con.o.cimiei|to de sus antigüedades , de pocos dias-. Ai era menor 'el desden y abandono con que se
eostmnlires y usos, y las. particularidades que reliere.de las la-, miraban las letras y los sabios que las cultivaban con tanta glós­
guitas de llurdera , curso del Guadiana, cueva de Montesinos , ela y utilidad de la nación-, olvido y falta de protección, cuyas
Jht, situación de los batanes, Puerlo-Iiápice y demás parages com­ malas consecuencias no disimularon entonces mismo ni la seve­
prendidos en el itinerario de los viages de D, Quijote, son razo­ ridad de Juan de Mariana y de Bartolomé Leonardo de Argén-
nes poderosas para persuadirnos de su residencia,en lp Mancha, sola , ni el zelo de Cristóbal de Mesa y de Cervantes, ni los
aunque ignoremos, el tiempo.y los motivos que pudicrvii indu­ buenos deseos de ol-os insigues escritores.
cirle a lijar allí la patria de su héroe caballeresco y la escena de* ioi Si Cervantes, como es de presumir, tuvo entonces ne­
sus principales aventuras. cesidad de presentarse á aquel ministro .poderoso para exponerle
too Cuando Cervantes se trasladó-a' Vallado.lid sp hallaba, sus servicios, sus méritos y sus desgracias, implorando su pro­
establecida a.fli la corte desde.dos años antes ; y la mudanza de tección pára conseguir algún acomodó que le asegurase una
los persouages que en.ella.inífuian, debió disipar la memoria de. Vejez mas descansada entre su familia, no es eslraño que el du­
ios servicios de este.antiguo militaré.mgcmoso escritor. Sus re­ que de herma, ignorando sus calidades eminentes como militar
cientes.persecuciones y la alteración que en este.tiempo pader y literato, y con equivocad-i concepto pór las persecuciones qué
ció el sisteipa de real hacienda.y el mismo tribunal <.ic.conta­ padecía, le recibiese con desdén y le.tratase con menosprecio ,
duría mayor, infhiian también contra la brevedad del despacito según refieren algunos escritores de aquel siglo, Con tan amar­
de tos negocios de Cervantes, cuya ausencia de tantos años ha-, go desengaño halló Cervantes cerrada la puerta á sus esperan­
hia reducido sus conocimientos, debilitado sus ainjstades,y des­ zas, de modo que abandonando sus solicitudes de recompensa ,
vanecido las consideraciones que merecía. El duque de herma, se vid obligado á buscar otros medios de subsistir, ya ocupán­
atlante del pesó de esta monarquía , como le. llamaba nuestro, dose en varias agencias y negocios, ya trazando y escribiendo
esciitor, era el dueño de la voluptad del Soberano, y el árbitro algunas obras de ingenio; ó ya filialmente limando y perfeccio­
dispensador de los empleos y de la fin tuna ó désgracia.de todos, nando las que tema trabajad.is para darlas al público-. Con tan
los españoles.- favorito sin ilustración nt experiencia; halagüeño- mezquinos arbitrios, y el favor que después pudo granjearse por
V mañero mas que bien entendido., según d-veia. Quevedo; im­ medio de sus amigos de otros protectores mas justos é ilustra­
perioso con otros, y dominado del valimiento y astucia de sus dos, vivió Cervantes el resto de su vida, aunque pobre y oscu­
criados; fastuoso y magnífico, pero con indiscreta profusión y ramente, en medio del fausto y pompa de los magnates y
eensuiada piodig.didad ; cuyas elecciones las dictaron por lo- proceres de la nación, siendo admirable la cordura y modera­
común motivos de su política particular, ó sus conexiones de ción que distinguió su conducta en este último período ; pues
amistad-y parentesco, De aquí nacióqtie el mérito , el talento si bien cu el seno y conlianza déla amistad depositó alguna vea
y la virtud fttorou desatendidos , no sin censura y seiitmiiculo. las quejas v resentimientos particulares que tema con el duque,
«le bis buenos. El 1’. Sepúlvedti, que escribía eij.t unces en. el Es­ Si acaso á impulsos de su genio mezcló en sus obras algunas alu­
corial cuanto ocurría y observaba, se lamentaba con patriótico, siones satíricas en desquite de la injusticia é insensibilidad con
zelo y santa indignación de ver arrinconados y sin premio al­ que se le trataba, la discreción y el velo delicado con que supo
guno tantos y tan famosos capitanes y. valerosos soldados, que, cubrirlas le salvaron de la persecución de un privado despótico
habiendo servido al Rey toda su vida en guerras y facciones dis­ y poderoso, de quien por otra parle habló siempre en sus obras
tinguidas, exponiéndose mil veces a la muerte, por.defenderle, y públicas con aquel decoro y miramiento que la prudencia tri­
teniendo sus cuerpos acribillados de heridas , no sol-anientc Cs- buta á los que por la confianza de los reyes tieueu cu sus ma—
19O VIDA DE CERVANTES. *<Jt
nos la suerte de los pueblos y la prosperidad ó miseria de mu- mediados de diciembre, logró verificar su publicación á princi­
chas generaciones. pios del año siguiente. Si es cierta la tradición que refiere U011
102 Tal vez la situación apurada en que le pusieron estos Vicente de los Ríos, la idea que tuvo Cervantes cu esta elección
desvíos y desengaños hicieron á Cervantes acelerar la publica­ de patrono no fue tatito procurar los medios de publicar su
ción del Quijote para que los lectores juiciosos é imparciales , obra , cuanto el conocimiento que tenia de su naturaleza y ca­
midiendo por esta obra la elevación y amenidad de su ingenio, rácter, porque anunciando su título las aventuras de un caba­
y recordando por la novela del Cautivo los méritos de su juven­ llero andante, lemia con harto fundamento fuese desestimada
tud, compadeciesen su mala suerte, y este sentimiento escitase por solo esto de las personas serias é instruidas, y poco aprecia­
su indignación contra la injusticia é indiferencia de los que la da del vulgo, que no encontraria en ella los portentosos sucesos
causaban. Ademas de esto, la lectura de los libros de caballerías áque estaba acostumbrado en los demas libros caballerescos,
no era tan propia y peculiar del vulgo que no estuviese igual­ ni podía penetrar la delicada y fina sátira que en este se conte­
mente radicada y estendida entre los grandes , los cortesanos y nía; lo que no era de temer llevaudo á su frente la recomendación
los nobles, que tal vez se resentían mas de algunas rancias cos­ del nombre de un personage tan ilustre y respetable, que según
tumbres ó preocupaciones .bebidas en aquellas fuentes, y toda­ otro escritor coetáneo merecía ser el Mecenas de su edad y el
vía habia entre ellos quienes escribían y publicaban fábulas tan Augusto de su siglo.
disparatadas como la Historia del Principe D. Policisne de 104 Refiere sin embargo la misma tradición que sabido por
Boecia, compuesta por D. Juan de Silva y Toledo, señor de el duque el objeto del Quijote no quiso admitir la dedicatoria ;
Cañada Hermosa, é impresa en el año de 1602. Asi no era es- que Cervantes manifestando conformarse con su voluntad le su­
traño que Cervantes, rezelando que la malicia ó la perspicacia plicó solamente se dignase oirle leer un capítulo de aquel libro ;
de los lectores descubriese algunas alusioúes, que pudieran apli­ que este ardid surtió todo el efecto que habia meditado, porque
carse á personas conocidas por su elevado carácter ó respetadas fue tal la complacencia y diversión que causó la lectura en el
por su influjo y autoridad, procurase para evitarlas consecuen­ auditorio, que no pararon hasta concluir toda la obra, colmán­
cias que producirían estos resentimientos , alucinar al lector, dola de elogios; con lo que depuso el duque su repugnancia y
previniéndole en los discretos versos de Urganda la desconoci­ preocupación, admitiendo gustoso la dedicatoria que antes des­
da que era cordura no meterse en dibujos semejantes , ni en deñaba. Pero parece que esta aceptación tan general 110 bastó á
averiguar vidas agenas, por lo arriesgado que era el decir gra­ suavizar la aspereza de un religioso que gobernaha la casa de
cejos, especialmente personas que tenían el tejado de vidrio por aquel personage , quien no solo se empeñó en despreciar la
carecer de favor, protección y valimiento. obra y en desacreditar á su autor, sino en reprender agria­
io3 Con el mismo objeto procuró buscar un Mecenas de alta mente al duque el agasajo y estimación con que le trataba ; lo­
gerarquía, de Superior concepto y reputación, y amante de los grando que este olvidase y desatendiese el mérito de Cervantes,
estudios útiles, á cuya sombra lograse la obra del Quijote mayor quien sin duda por esta causa no volvió á dedicarle ninguna de
consideración y miramiento; y juzgando digno de este obsequio sus demas obras. Con tales antecedentes se ha creído que este
y propio para este fin á D. Alonso Lopez de Zúñiga y Sotoma­ escritor copió la mencionada escena en la segunda parte del
yor, séptimo duque de Béjar, ya por el buen acogimientoy hon­ Quijote en la persona del religioso que introduce en casa de los
ra que (según dice Cervantes) hacia á toda suerte de libros, co­ duques.
mo príncipe tan inclinado á favorecer las buenas artes, ya por 105 Supónese igualmente que el público recibió el Quijote
su ilustre cuna como descendiente de la casa real de Navarra , con la mayor indiferencia, siendo hasta su título objeto de la
ya por sus prendas generosas y el favor que dispensaba á los burla y desprecio de los semidoctos ; y que Cervantes , cono­
hombres de letras, determinó dirigirle una obra tan nueva como ciendo que su obra era leida de los que no la entendían, y que
admirable, para cuya impresión habia obtenido privilegio del no se dedicaban á su lectura los que podían entenderla, procuró
Rey en 26 de setiembre de 1604 ; y teniéndola concluida para excitarla atención de todos publicando el Buscapié; obraanóni-
192 VIDA
de Cervantes. tg3
111a, pero ingeniosa y discreta, en la cual haciendo una apa­
rente crítica del Quijote, se indicaba que era una sátira llena de ® til ores , no queriendo ocultar la verdad ni hacer traición á sus
instrucción y de gracias con el objeto de desterrar la pernicio­ propios sentimientos , se cautelaban sin embargo del duque de
sa lección de los libros de caballería; y que los interlocutores, Lenna para publicarlos.
aunque de mera invención , no eran con lodo tan imaginarios 107 Como ignoramos si el Buscapié salió A luz al mismo
que no tuviesen cierta relación con el carácter y algunas accio­ tiempo que el Quijote, ó si fue muy posterior, no podemos gra­
nes caballerescas de Carlos V y de los paladines que procura­ duar el influjo que tuvo para que esta obra fuese recibida des­
ron imitarlo , como también de otras personas que tenían á su de luego con tan general aplauso de. las gentes como mani­
cargo el gobierno político y económico de la monarquía. Los festó su autor en la segunda parte; y fue consecuencia de esta
que escitados de esta curiosidad leyeron el Quijote no pudie­ aceptación el haberse hecho a' lo menos cuatro ediciones en el
ron dejar de conocer su mérito , y de percibir el encanto de mismo año de i6o5en que se publicó la primera, y haberse mul­
su artifició y composición; y por este medio tuvo la idea de tiplicado en los inmediatos por Francia, Italia, Portugal y Flan-
Cervantes todo el electo que balna prevenido y meditado* des: siendo natural que los lectores, penetrando entonces mas
106 Pero sea lo que fuere de estas conjeturas , conservadas fácilmente las discretas y satíricas alusiones derramadas eu aque­
lla obra á sucesos recientes y á personages que teman tan cer­
solamente por una tradición poco general y conocida hasta
nuestros tiempos , é impugnada últimamente por el 5r. Pellicer canos, hallasen por esta razón mayor placer y gracia que la que
podemos percibir ahora cuando la sucesión y trastorno del
con varios hechos y reflexiones propias,- lo que no tiene duda
tiempo ha envuelto en los senos de su oscuridad muchos de
es qué el mismo Cervantes , convencido de la justicia y severi­
aquellos lances y acontecimientos, de cuya crítica é ironía no
dad con que hablan declamado contra la lectura de los dispara­
podemos hacer justa aplicación , ni apreciar por tanto su ver­
tados libros de caballerías los sabios y eruditos españoles Luis
dadero mérito, careciendo de tau precisos antecedentesy cono­
Vives, Melchor Cano, Alejo Venegas, Pedro Mexía, Alonso de
cimientos,
Ulloa , Luis de Granada , Benito Arias Montano , Pedro Malón
10S Por ciertas y positivas que sean estas reflexiones , no
de Chaide, el autor del Diálogo de las lenguas^ y otros muchos,
pueden sin embargo autorizar ni sostener la estravagante opi-
quiso publicar en su obra una invectiva contra aquellos libros
con la mira de deshacer la autoridad y cabida que todavía te­ mon , muy divulgada entre nacionales y estrangeros , de que
nían en el mundo y en el vulgo ; cuya indicación hecha asi en Cervantes quiso representaren ü. Quijote al emperador Carlos V
0 al ministro duque de Lerma , y mucho menos que hiciese de
el prologo, parece,escusaba la necesidad de dar á conocer el ob­
jeto de la obra con el Buscapuy según opina el Sr. Pellicer; pe­ su novela una sátira de su propia nación, ridiculizando la no­
bleza española, que se suponía dominada mas particularmente
lo como por otra parte no podemos duda/ de su existencia,
del espíritu é ideas de los libros de caballerías. Re esta imputa-
pues que asegura haberle visto y leído, y da razón de su conte­
Cl°u , por muchos respetos injuriosa á Cervantes , le defendió
nido y circunstancias una persona tan conocida por su sinceri­
Ib Vicente de los Ríos, demostrando con suma erudición y ad­
dad y buena ie como 1). Antonio Ruidiaz, debemos creer qué
mirable acierto que el espíritu caballeresco era común á toda
Cervantes no intentó manifestar con este opúsculo el fin princi­
Europa, y no peculiar y propio de la España, y por tanto que
pal de su novela , que había ya declarado sin rebozo en el pró­
Cervantes se propuso hacer una corrección general, siendo él
logo, sino levantar el velo de algo ñas alusiones y parodias á su­
demasiado sabio para ignorarlo, y muy honrado para ser inge­
cesos recientes ó personas conocidas, cuanto bastase á estimula1"
nioso en desdoro desu nación ; por mas que sea cierto lo que
la curiosidad de los lectores para vislumbrarlas ó percibirlas , y
admirar su ingenio , delicadeza y artificio , sin comprometer la aseguraba Lope de Vega de que para esta clase de libros fueron,
b's españoles ingeniosísimos , porque en la invención ninguna
suerte de su autor: a cuya persuasión nos induce el haberle pu­
nación del mundo les ha hecho ventaja. Mas por lo respectivo
blicado sin su nombre , y haberse esparcido corto número de
s los personages que se supone quiso ridiculizar Cervantes, bas-
ejemplares , como sucedió con otros escritos coetáneos , cuyos
lui'á la sencilla lectura del Quijote para conocer que el carácter
i3
«g4 VIDA DE CERVANTES. Ig5
y las costumbres del héroe, y la naturaleza y calidad de sus el primero a' Cervantes , y el segundo de criticarle , se borlen
aventuras y acontecimientos son todos lomados é imitados de de ver comparadas con el yelmo de Mambrino las armas que
los libros de caballerías que se proponía ridiculizar, pues como lotis envió del cielo á Aquiles , las bodas de Camacho con los
dice juiciosamente el Sr. Pellicer, 1). Quijote ele la Mancha es un Juegos fúnebres de Patroclo y el aniversario de Anquises , la
verdadero Amadis de Gaula pintado d lo burlesco; á lo qué pue­ aparición del clavileño alígero con la del Paladión troyano, el
de añadirse con D. Diego de Torres, que en el linage de epopeya desencanto de Dulcinea anunciado por Merlin con la magnifi­
ridicula no se encuentra invención que pueda igualar el donaire cencia del bosque encantado del Tassoj y asi de otros paralelos
de esta historia, ni se pudo inventar contra las necedades caba­ semejantes. Sin adoptar las opiniones magníficas de los unos ,
llerescas invectiva mas agria ; á cuya pintura añadió Cervan­ m las críticas, acaso poco reflexivas de los otros, juzgamos im-
tes, como tan gran maestro , varios rasgos é incidentes de otros parcialmeute y estarnos persuadidos de que Cervantes había
caballeros andantes verdaderos y fingidos para hacer asi mas leído y estudiado con aprecio estos insignes escritores, y tal vez
cabal y propio el retrato de su ingenioso hidalgo , y mas con­ adoptó é imitó de ellos algunos pensamientos y pasages,
cluido el cuadro de su locura y estravagancia. como el mismo Paria decia haberlos tomado también de Pe-
109 Pero como al mismo tiempo la variedady naturaleza de tronio y de ' Cainoens ; pero con aquel aire, desembarazo
las aventuras, episodios é incidencias de la fábula ofrecían tan y soltura , con aquel ornato , oportunidad y elegancia
espacioso campo para criticar y reprender Jos vicios y preocu­ con que saben los grandes maestros mejorar y hacer propios
paciones mas comunes en la sociedad , procuró llenar este fin fi>s pensamientos agenos , sin que esto pueda obstar de modo
secundario con laudable zelo y discreto donaire , y con alusio­ alguno á la originalidad inimitable de la invención , del.
nes á sucesos ó personages recientes, para que siendo mayor la artificio y encanto de la fábula del Quijote; en la cual, toman­
curiosidad é interes, fuese también mas eficaz el remedio y mas do el aire y traza de las aventuras y héroes de la caballería,
pronta la curación , aunque sip lastimar ni herir abiertamente abrió su autor entre este linage de poemas y de las epopeyas
el amor propio de los que se contemplasen reprendidos ó cen­ toas famosas y celebradas una senda inedia que nunca toca en
surados, por el tono gracioso y aire caballeresco con que estaba aquellos estreñios , aunque tiene las calidades de ambos, como
cubierta y templada la reprensión ó la censura ; de cuyo inge­ Sun plan, obstáculos y episodios, y ademas los modos de decir,
nioso modo de censurar y corregir los vicios nació el concepto los afectos, los caractères y acontecimientos como las fábulas
de. agudísimo conque calificaba á Cervantes su coetáneo Ma­ •Caballerescas, la forma, regularidad, interes , verosimilitud,
nuel de Paria y Sousa, añadiendo con referencia al Quijote, sentencias, nudo y desenlace como los poemas épicos; y de pro-
que apenas tiene acción perdida ó acaso , sino ejemplar , ó P'o caudal é ingenio la ironía picante, la gracia nativa y la sal
abierta, ó satírica, ófiguradamente, como lo demuestra ana­ eoinica, que ni tuvo original hasta entonces, ni después ha teni­
lizando el gobierno de Sancho, y como el Sr. Pellicer y el Dr. do imitadores.
Bowle lo han declarado en varios lugares de sus comentarios y 110 Si los libros de caballerías se hubieran escrito de este
anotaciones. De aqui podrá inferirse cuan arbitrario fue el pare­ modo, como deseaba y proponía Cervantes, ni hubieran mere-
cer de Vollaire cuando aseguraba que el tipo de D. Quijote Ba­ C|do ia reprensión ni el desprecio de los hombres mas doctos y
bia sido el Orlando del Ariosto , y cuan vano y sistemático el Juiciosos, ni provocado la burla y la sátira con que fueron tan
i . empeño del Sr. Ríos en probar que Cervantes en su Ingenioso b1 ociosamente ridiculizados en el Quijote. Materia y argumen­
hidalgo se propuso imitar á Homero en su Riada ; ó el del Sr. to amplio y espacioso ofrecían ala verdad para que un buen in-
Pellicer, que intentando invalidar esta opinión , pretendía ha­ benio ostentase todos los tesoros de la imaginación y de la filo­
llar mas puntos de analogíi y semejanza entre la fábula espa­ sofía, ya en agradables y magníficas descripciones, ya en la
ñola y el Asno de oro de Apuleyo, dando lugar con estas para­ pintura y variedad de los caracteres, ya en la espresion
dojas á que algunos doctos españoles residentes en Italia, como * e los afectos y pasiones, ya en la riqueza y pompa de la
D. Antonio Eximeuo y otro anónimo, con pretesto de defender e ocuencia y en la exactitud y propiedad del buen lenguage :
PE CERVANTES. ’97
196 VIDA abiertamente las regías y preceptos dictados por Jos venerables
de modo que con tal arte y reglas pudiera. componerse ún li­ maestros de la antigüedad Aristóteles y Horacio. De estos resen­
bro de caballerías que su autor se hiciese famoso en prosa co­ timientos particulares naciéronlas infinitas críticas é impugna­
mo lo son en verso los dos príncipes de la poesía griega y la­ ciones que padecieron asi el Quijote como su autor ; y de cst©
tina..... enriqueciendo nuestra lengua del agradabley precio­ míinerolue aquel soneto malo, desmayado, sin garbo ni agudeza
so tesoro déla elocuencia^ dando ocasión que los libros viejos se alguna que le remitieron dentro de una carta estando en Valla­
oscureciesen á la luz de los nuevos que saliesen para honesto pa­ dolid, y deque hizo memoria en la Adjunta al Parnaso. Otros
satiempo, no solamente de los ociosos, sino de los mas ocupados. dos sonetos se han publicado en nuestros tiempos con poca cor­
Esto decía Cervantes al mismo tiempo que haciendo una imita ­ dura y sobrada ligereza , atribuyéndolos á Cervantes y a Lope
ción burlesca y una sátira festiva de los mismos libros, se acre­ de Vega, de quien.es ciertamente 110 son. El primero , dirigido
ditaba- capaz de ejecutar el plan que proponía , lijando de este contra todos los escritos de Lope , es con seguridad de ÍJ. Luis
modo no solo su perpetua celebridad, como la habían vincula­ de Góngora, propio de su genio mordaz y satírico ,. como lo rs-
do Homero y Virgilio en sus epopeyas, sino que ridiculizando presan los dos códices de la biblioteca real en que se lia con­
todas las disparatadas novelas de caballerías , consiguió dester­ servado manuscrito ; pero como este poeta,para disimular su
rarlas de la república como inútiles y perjudiciales, y substituir nombre usó de los versos cortados en los finales , de que babia
á su lectura desaliñada otra llena de gracia y urbanidad, de eru­ sido inventor Corvantes , aunque imitado de otros inmediata­
dición y enseñanza, de doctrina y moralidad,- uniendo discreta­ mente, en especial del autor de la Pícara Justina , tomaron do
mente la utilidad y el deleite, en cuya acertada combinación aquí ocasión algunos de sus émulos para prohijarle una crítica
consiste la perfección de las obras de ingenio , según el pre­ tan opuesta á su carácter y á la grande estimación que hizo
cepto de Horacio. Es digno de notarse con el padre Sarmiento , siempre de la persona, del ingenio y de las obras de Lope, aun
que mientras Cervantes hacia la guerra de esta manera y con cuando, reprendió sus estravíos; y bajo la sombra y pretesto de
tan bueu éxito á los falaces y disparatados libros de caballerías, vindicar á este gran poeta escribieron el otro soneto ( nial atri­
comenzaban á levantar la cabeza y propagarse las patrañas y buido á Lope ), zahiriendo y motejando, al Quijote y á su autor
embustes de los falsos cronicones en mengua de la inagestad V con espresiones las mas groseras é indecorosas : al modo que
pureza de nuestra historia. Lastimosa condición de los hombres Avellaneda, aparentando defender á Lope de las ofensas que su­
haber de andar siempre perdidos tras de fantasmas en lugar de ponía se le liabiau hecho, derramaba impudente contra. Cer­
realidades, y abuso abominable del talento en los que procuran vantes toda la hiel de su punzante envidia y mordacidad. Ha
desviar á otros del camino que conduce al conocimiento de la sido por cierto doloroso que tamaña ligereza haya intentado en.
verdad. nuestros dias acreditar una lid y competencia de pasiones pri­
t ti Consecuencia del aprecio universal con que se recibió vadas y mezquinas que 11.0 existió jamas , y que por suponerse-
el Quijote fue la persecución que empezó á padecer su autor por cutre dos dé los mayores atletas de-nuestra literatura , ha pro­
la malicia y emulación de algunos escritores que se creyeron vocado indiscretamente el encono.de sus parciales y prosélitos ,
comprendidos en las censuras y reprensiones de aquella obra. cuando es cierto que las públicas alabanzas conque ensalzaron,
Viéronse ridiculizados en ella con graciosa ironía los autores de recíprocamente sus obras y respectivo mérito dejaron, ideas mas
los libros caballerescos , y el enjambre necio de lectores que nobles de sy. juicio , imparcialidad é ilustración.
Jos apreciaban: censurados varios poetas en el ingenioso escru­ ■ta Eran muchos los literatos y escritores que con. motivo
tinio de la librería de D. Quijote ; y reprendidos y abochorna­ de la residencia de la cos te se hallaban-entonces en Valladolid,
dos los escritores dramáticos en el juicioso coloquio del canóni­ unos amigos, y otros émulos de Cervantes. Merecen lugar entre
go de Toledo, á la sazón que los apasionados de Lope de Vega, los primeros el famoso poeta Pedro Lamez, que fue el Damon de
alucinados con su prodigiosa fecundidad, le separaban con in­ la Galatea, y de quien hablaremos mas adelante : el maestro.
sensatos aplausos del recto sendero de la razón y de la naturale­ Vicente Espinel , que presenció allí las funciones que se cele-
za de semejantes composiciones, despreciando y abandonando
lín CERVANTES. ‘99
ig6 VIDA

biaron por el nacimiento de 1*elipelV, dejándonos unan oticia tisfcchas sus esperanzas con el sucesor de tan vasta monarquía.
circunstanciada de ellas en su Escudero Marcos de Obrefgon: Y como el deseo y la necesidad de la paz con Inglaterra hubiese
el secretario lomas Gracian Dantisco, de cuyo ingenio se valió obligado el año anterior á enviar á Londres para ajustarla al
la ciudad para la invención y traza del magnífico carro triunfal condestable de Castilla D. Juan Fernandez de Velasco, que fue
que se saco en las mismas fiestas: el Dr. Bartolomé Leonardo de recibido y obsequiado con la mayor pompa y magnificencia,
Argensola, que también se traslado á Valladolid , sin duda por aquella corte para ratificar el tratado mandó venir a España al
la amistad del conde de Lemos, luego que murió en Madrid á almirante D. Carlos Howard, conde de Iloutinghan, que acom­
ande febrero de i6o3 la emperatriz Doña María de Austria, pañado de seiscientos ingleses desembarcó en la Coruña, y se
de quien fue capellán mientras vivió retirada en las Descalzas dirigió á Valladolid, donde entró el 26 de mayo, siendo recibi­
Reales : el benedictino Fr. Diego de Haedo, abad de Frómista , do afable y generosamente de Felipe III. Tales circunstancias
que teniendo concluida su Historia de Argel en 1 So4r solicitaba hicieron que el almirante presenciase el solemne bautismo del
allí las licencias para imprimirla; y como en ella se daba noticia príncipe verificado en el convento de S. Pablo el día 28 del
de algunos hechos del cautiverio de Cervantes, y este se prepa­ mismo mes, y la salida de la Reina á misa el 3i á la iglesia de
raba á publicarlos también en la novela del Cautivo, es regular 8. Llórenle con grao magestad y lucido acompañamiento. Para
que ambos seboseasen para tratarse y confrontar sus respectivas cía r mayor realce á unos sucesos tan agradables y ventajosos
noticias a fin de darlas mayor apoyo y recomendación. Asi lo ala nación, se celebraron magníficas funciones de iglesia y otras
persuade la conformidad que tienen aun en el estilo y en la es- cortesanas y muy oslen tosas de toros, carros triunfales, visto­
presión ; y asi lo creía el P. Sarmiento , que en prueba de esta sos saraos y máscaras en palacio, campamentos y ejercicios mi­
conjetura anadia haber oido á un monge de su órden , cuando li ta'res, fiestas de cañas, que jugó también el Rey, y otras tan
apenas llevaba tres años de hábito, la noticia que se conservaba nuevas y maravillosas, que mostraron la grandeza y prospe­
por tradición, de que un benedictino, hijo de Sahagun , había ridad de la monarquía española-, como dice Vicente Espinel,
ayudado á Cervantes á componer su D. Quijote: especie incierta, y admiraron á los embajadores y al mundo. Cítanse con sin­
pero que pudo tener origen de su trato , amistad y conferencias gularidad entre los obsequios hechos al almirante ingles, des­
con el P. Haedo. Finalmente entre los segundos deben contarse pués de haber ratificado el juramento délas paces, los abundo­
D. Luis de Góngora , que , como hemos visto , todo lo notaba sos y espléndidos convites que le dieron el condestable de Cas­
y zahería con su picante pluma;y el Dr, Cristóbal Suarez de Fi- tilla y el duque de berma, pues á la riqueza y buen gusto de los
gueroa, natural de Valladolid, que habiendo vuelto á su patria aparadores y bajillas se unió la muchedumbre y variedad de
/
er: 1604 después de una larga ausencia, la encontró tan variada esquisitos manjares y bebidas, bastando decir que solo en la
con las mudanzas ordinarias de los tiempos y el bullicio y boato mesa del condestable se sirvieron mil y doscientos platos de
de la corte, que se juzgó mas estraño 6n ella que pudiera en carne y pescado, sin contar los postres ni otros muchos que
Limpia. Anibos eran satíricos y maldicientes, y ambos lo decían quedaron por servir. Satisfecha de este modo la generosidad es­
sin rebozo, atribuyéndolo a' su genio descontentadizo y natural pañola, y habiendo concluido el almirante su comisión, se des­
hamor; pero cuando cobarde y encubiertamente dirigieron con­ pidió el 17 de junio délos reyes, que le obsequiaron y rega­
tra Cervantes sátiras tan groseras y malignas , manifestaron laron suntuosamente, y tomó el camino de Santander para re­
bien que lejos de ser el zelo de corregir y mejorar los hombres gresar á supatria. Con el fin de perpetuar la memoria de tan
eí que las dictaba, eran solo las inspiraciones de la vanidad, los señaladas sucesos y de tan estraordinarias demostraciones de
estímulos de su amor propio , y el agudo pesar con que mira­ júbilo mandó el duque de Lerma, ó el conde de Miranda,
ban las glorias agenas. presidente del consejo, escribir una relación, que se imprimió
r i3 A esta época corresponde el nacimiento de Felipe IV en Valjadolid aquel año, y aunque sin espresar su autor, nos
acaecido en Valladolid día de viernes santo, 8 de abril del año dejó bastantes indicios de serlo Cervantes el famoso poeta Don
ds ifio5: acontecimiento plausible para la nación, q-ue ve¡a sa­ Luis de Góngora, que como testigo ocular compuso un soneto
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200 VIDA na Cervantes. aoi
¡iónico y burlesco, en que haciendo una reseña de todas las Doña Andre a de Cervantes , su hermana , viuda, con una hija
funciones y de los motivos que las promovieron, criticó el hijo, soltera llamada Doña Constanza de Ovando., de 28 años , y á
la profusión y escesivos gastos que ocasionaron, sin olvidar el Doña Magdalena de Sotomayor, que también se llama su her­
haberse mandado escribir tales hazañas á 1). Quijote, á su es­ mana , y era beata , de mas de 4o- años de edad.
cudero y al rucio, con satírica alusión y mordacidad al autor A1 f> Hubo sin embargo algunos indicios de que las heridas
de aquella obra, que acababa de sabrá luz con general aplauso y muerte de D. Gaspar liabiau provenido por competencia de
de las gentes. obsequios y galanterías dirigidas hiena la luja o á la sobrina de
114 Apenas se habían concluido estos públicos regocijos, Cervantes, ó bien á otras señoras de las varias que habitaban los
cuando un funesto é imprevisto acontecimiento vinoá turbar la dos cuartos segundos v otro tercero de la misma casa; por lo
tranquilidad de Cervantes y de su familia. Seguía la corte un que fueron puestas en la cárcel diferentes personas, y entre ellas
caballero navarro, de la orden de Santiago, llamado D. Gaspar Miguel de Cervantes, Su hija, su sobrina y su hermana viuda.,
de Ezpeleta, aficionado según la costumbre del tiempo á justas, á quienes tomó el juez sus confesiones en 3o del mismo mes de
torneos y galanterías, el cual en la noche de! 27 de junio de junio. Preguntadas entonces si concurrían á su aposento Don
i6o5 se encontró junto a la pueutecilla do madera del rio Es- Hernando de Toledo, señor de Cigales, y Simón Mendez, por­
gueva con un hombre armado, que se empeñó en alejarlo de tugués, y con- qué motivo, respondieron que el primero visitaba
allí, por cuya razón después de algunas contestaciones sacaron á Cervantes por conocimiento y por asuntos que tenia con él
las espadas y se dieron de. cuchilladas, quedando mal herido desde Sevilla; y el segundo por tratar igualmente de los suyos:
D. Gaspar, que comenzó á dar voces apellidando ausilio, y añadiendo Doña Andrea que algunas personas entraban á visi­
hubo de refugiarse con trabajo á u,na. de las casas que estaban tará su hermano por ser hombre que escribía y trataba negocios,
mas próximas. Cabalmente vivía en uno de sus dos cuartos y que dicho Mendez le habia pedido que fueseal reino de To­
principales Doña Luisa de Moutoya, viuda, del célebre cronista ledo á hacer ciertas fianzas para las içntas que habia tomado.
Estéhaa de Garibay, con dos hijos suyos, y en el otro Miguel Délo que se infiere que Cervantes se empicó en agencias duran­
de Cervantes con toda su familia. A las voces de D. Gaspar te su mansión en Sevilla, y que las continuó en Valladolid, tal
acudió uno délos hijos de Garibay, y viendo que se entraba Vez como un arbitrio para Mantener su familia,
en el portal derramando sangre, con la espada desenvainada en 117 Poco después, de recibidas las confesiones salieron de
la una mano y en la otra el broquel, llamó á Cervantes, que es- la prisión bajo fianza Cervantes, su hija, hermana y sobrina;
taba ya recogido. Entre ambos le subieron al cuarto de Doña pero estas con su casa por cárcel, aunque luego parece que á
Luisa de Moutoya, donde se le asistió con cuanto l’ue necesario sus instancias seles alzó la carcelería por no resultar en mane­
hasta que falleció en la mañana del 2g. ra alguna culpables; y Cervantes entregó en g de julio, como
Ii5 Para la averiguación de este caso se procedió á las di­ solicitó, los vestidos deD. Gaspar de Ezpeleta, que se hablan
ligencias judiciales por el Lie, Cristóbal de Villaroel, alcalde depositado en su poder.
de casa y corte. El primer testigo que se oyó fue Miguel de Cer­ 118 Es myy digno de notarse que en la misma casa, que
vantes, en quien se depositaron los vestidos del herido, y de­ estaba y aun está comprendida en la parroquia de S. Ildefonso,
claró en la misma noche, entre otras cosas, haber visto las he­ y cuyo dueño era Juan de Navas, vivían en los cuartos princi­
ridas á D. Gaspar de Ezpeleta, sin que supiese ni la causa de pales, como, se lia dicho, la viuda de Esteban de Garibay y
ellas ni el agresor. Tampoco resultó uno ni otro , aunque de­ Zanialloa, cronista y aposentador de S. M,, y sus dos hijos,
clararon varios testigos; por cuyas declaraciones, y por la de y Cervantes con su. familia; y en uno de los segundos Doña
María de Cevallos, criada del mismo Cervantes, se viene en co­ Juana Gallan, viuda del culto poeta, y singular amigo de este
nocimiento de que este tema ademas en su compañía y entre su escritor l’edro Lainez, pagador ó tesorero, que como tal había
lamilla a su inuger Dona Catalina de Palacios Salazar, á su hija seguido la corte á Valladolid, donde murió en el mismo año de
natural Doña Isabel deSaavedra, soltera, de mas de 20 años, á i6o5, dejando manuscritos dos libros de sus obras dedicadas
a¡ duque de Pastrana.
VIDA DE CERVANTES. 203
i tg En el año siguiente de 1606 se restituyó la corte a' Ma­ los magnates de la corte , los principales empleados , y los sa­
drid, y es muy regular que la. siguiese Cervantes, lijando su bios y artistas mas distinguidos Se apresuraron á entrar en el
establecimiento en esta villa, no solo para continuar sus agen­ número de los cofrades. Uno de los primeros fue Miguel de Cer­
cias, ó proporcionarse otros medios de subsistir , sino para es­ vantes, que firmó su asiento de-entrada en 17 de abril de 1609,
tar mas inmediato á Esquivias y á Alcalá, donde tenia sus pa­ y á su imitación entraron sucesivamente Alonso Gerónimo de
rientes. Asi lo testifican cuantas memorias se lian conservado, Salas Barbadillo, elM. Vicente Espinel, D. Francisco de Queve-
de las cuales consta que á mediados de 1608 se reimprimió á su do, Lope de Vega, el M. Josef de Valdivieso, D. Josef Pellicer y
vista la primera parte del Quijote, corregida de algunos defectos Tobar , D. Juan del Castillo y Sotomayor , Miguel de Silveira,
y errores, suprimiendo unas cosas y añadiendo otras, con lo Vincencio Canducho, D. Jusepe González de Salas, el prínci­
que mejoró conocidamente esta edición , que por lo mismo es pe de Esquiladle, D. Juan de Solórzano Pereira y otros ; sin
la mas apreciada de los literatos y bibliógrafos: que en jumo que unos establecimientos tan piadosos se libertasen poco des-
de 1609 vivía en la calle de la Magdalena, á espaldas de la du­ puesde la censura pública , ó porque su multiplicidad y abusos
quesa de Pastrana: que poco después se mudó á otra casa que perjudicasen á la política, ó porque la presunción y liviandad de
estaba detras del colegio de nuestra Señora de Loreto: que en algunos jóvenes desdecía y los desviaba de su instituto. Se ha
jumo de 1610 moraba en la calle del León, casa número g, man­ creido que entonces se incorporó también Cervantes , como lo
zana 226: que en 1614 residia en la calle de las Huertas: que hizo Lope de Vega, en la congregación del oratorio del Caballe­
también vivió en la calle del Duque de Alba, próximo ala esqui­ ro de Gracia , mientras que Su muger y su hermana Doña An­
na de la del Estudio de S. Isidro, de la cual le desalojaron, ha­ drea se dedicaban á semejantes ejercicios de piedad en la vene­
biéndose seguido autos ante la justicia sobre éste desahucio; y rable orden tercera de S. Francisco , cuyo hábito recibieron eu
finalmente que en 1616 habitaba otra vez en la calle del León, 8 de junio del mismo año.
esquina á la de Francos, número 20, manzana 228. 122 Fue singular y muy constante el amor y estimación
rao Cervantes, anciano ya, reunido á toda su familia, esca­ fraternal que recíprocamente se conservaron siempre Cervantes
so de medios para mantenerla, perseguido de sus émulos, desa­ y Doña Andrea. Esta, que era mayor de edad , se liabia des­
tendido á pesar de sus servicios y de sus talentos, y colmado de prendido de sudóte para rescatar á sus hermanos, y aun entre­
desengaños por su esperiencia del mundo y conocimiento déla gó pocos años después con el mismo objeto una corla cantidad
corte y délos cortesanos, abrazo desde esta época una vida reti­ de lo que pudo allegar para sus propias urgencias. Habíase casa­
rada y filosófica , cual convenio á su situación;y volviendo, co­ do tres veces, la primera con Nicolás de Ovando, la segunda con
mo decía el , a su antigua ociosidad, se dedicó enteramente al Sanctes Ambrosi, natural de Florencia , y la tercera con el ge­
comercio y trato de las musas para ofrecer después al público neral Alvaro Mendaño; y habiendo enviudado de todos, y que­
nuevos y mas copiosos frutos de su ingenio y aplicación, dando dado con su hija Doña Constanza del primer matrimonio, aco­
campo al mismo tiempo á la práctica de aquellas nobles virtu­ gió Cervantes á las dos con mucho placer entre su familia , y le
des á que le inducía su religioso corazón, y que sostenidas en siguieron á Sevilla, Valladolid y Madrid, contribuyendo con sus
su juventud con heroico denuedo entre infieles bárbaros y san­ labores y aplicación á acrecentar los medios de su común sub­
guinarios , debían brillar mas y mas en el ocaso desús dias pa­ sistencia, Tan recomendable conducta justificó el aprecio y con-
ra ejemplo y confusión de sus émulos y detractores. S'deracion con que siempre trató Cervantes á Doña Andrea has­
121 Estos principios le condujeron á alistarse en algunas ta que falleció en su misma casa á g de octubre de i6og,de
congregaciones piadosas, que se promovían á la sazón con sumo edad de 65 años , y se enterró en la parroquia de S. Sebastian
zelo y eficacia , especialmente la que todavía existe en el orato­ aespensas de su hermano.
rio de la calle del Olivar o de Cañizares. Felipe III , príncipe *23 Por este mismo tiempo liabia recopilado Frey Juan
devoto y timorato, la honraba y favorecía con su asistencia; y á bhaz Hidalgo, del hábito de S. Juan, las obras poéticas que anda­
su ejemplo el duque de Lerma , el arzobispo de Toledo y lodos ban dispersas y sumamente incorrectas en las copias del ilustre
204 VÍDA
D. Diego Hurtado de Mendoza, á quien por su elevada clase, por DB CERVANTES. 2O-’
las importantes comisiones que desempeñó , y sobre todo por ta5 Habla gozado de ella hasta entonces el poeta Cristóbal
su vasta erudición y delicadagusto en las letras humanas, mira- de Mesa por influjo del mencionado secretario; y apenas comen-
ron con gran estimación y sumoacatamiento los literatos de su sis zóá susurrarse el nombramiento del conde para el vireinato le pi­
glo, y el misin.0 Cervantes Labia honrado su memoria en dulces dió Mesa encarecidamente en una epístola que le llevase consigo;
himnos y sentidos discursos que puso en boca de los principa­ pero no pudo conseguirlo, ya por la falla de su amigo y favorece­
les interlocutores de su Galatea; y consecuente en esteconcepr dor Avellano, y haberse mudado de resultas la servidumbre del
lo quiso ahora con motiva de la publicación de sos. poesías re­ virey, va por haber dejado de concurrir á su casa en cinco me­
novar aquellos inciensos y esprcsiones en un soneto dirigido á ses , á causa de una enfermedad que le impidió presentarle las
elogiar el mérito de tan digno escritor,.y acrecentar su bien ad­ composiciones en verso y prosa que antes acostumbraba. Sintió
quirido renombre. mucho este desaire, atribuyéndolo á infidelidad ó emulación de
124 Muy justo y merecido era el que ya entonces se había los nuevos familiares de quienes se había rodeado el conde, que
grangeado el conde de Lomos D. Pedro Fernandez de Castro, estorbaban á los demas el acceso á su persona recelosos de que
como el Mecenas de la literatura, la que cultivaba con afición,.y los alejasen de la privanza: quejas que, como veremos después,
protegía con empeño y generosidad. Acababa de ser nombrado tenia también el Dr. Cristóbal Suarcz de Figueroa. Pero Mesa
virey deNápoles en i6io,cuando nmriósu secretarioduaiiKami- tío las disimuló al mismo virey , esponjándolas con claridad en
rez de Avellano,- y en la ímsina noche escribió el conde álos Ar- otra carta; añadiéndole que algunos de los españoles de quienes
gensolas,que residían en Zaragoza, y con quienes mantenía, estre­ hacia tanta estimación no merecían llegar á la falda del Parnaso,
cha am.istad, ofreciendo áJLupprcio. la secretaría de estado y gueri como lo conocería bien en Italia, donde la poesía y el buen gus­
ra del vireinato, con especial encargo, deque llevase consigo asa to estaban mas adelantados , pues sin embargo de que e. había
hermano el rector de Villa hermosa. Aceptaron ambos tan distin­ tenida en España por maestros á Francisco Pacheco, Hernando
guido ofrecimiento,y vinieron á Madrid donde tuvieron comisión, de Herrera, Francisco de Medina, Luis de Soto, y al insigue hu­
de buscar y proponer los oficiales para la secretaría. Deseando manista Francisco Sánchez de las Brozas , tuvo cuando pasó á
corresponderá esta confianza, lisonjeando la inclinación del vi- aquel paisy trate al Tasso cinco años consecutivos que variar-
rey , eligieron entre varios poetas y literatos los que juzgaron de estilo y método en sus obras. Ofrecia ademas al virey en la
illas aptos para el despacho de los negocios, y para sostener al misma carta la traducción de la Eneida de Virgilio que estaba
mismo tiempo las academias y representaciones poéticas que el trabajando ; pero ó fuese resentimiento de haberle fallado su
conde meditaba establecer en Su palacio ; y con estas miras y protección, ú olvido d-c su promesa, lo cierto es que no la cum­
otras de amistad y particular consideración llevaron en su com­ plió cuando dió á luz aquella obra en el año de 16 i5.
pañía al Dr. D. Antomo Mira de Amescua, arcediano déla ca­ «a6 Cervantes, amigo de los Argensolas, á quienes había tra-
tedral de Guadix, su patria , insigue-poeta cómico y lírico; á tado-cou familiaridad, dándoles las pruebas mas públicas y rele­
Gabriel de Barrionuevo, celebrado por sus sazonados entre­ vantes de su aprecio y consideración , no podiendo por su avan­
meses ; á D. Francisco de Ortigosa, singular y desgraciado-in­ zada edad y numerosa familia abandonar su pais para mejorar
genio; á Antonio de Laredoy Coronel, de felicísima vena; al hijo- defortuna en Italia á la sombra de su protector, se vahó del in­
deLupercio, llamadoD. Gabriel Leonardo y Albion; a Fr. Die­ flujo de aquellos amigos para que le recomendasen á su favor y
go de Arre, fianciscauo , natural de Cuenca, obispo-eleclo de beneficencia. Al partir-de Madrid le hicieron ambos hermanos
Tuy, confesor del conde, escritor docto, y muy aplicado á-reco­ las mas espresivas y magníficas promesas; y Cervantes confiado
ger los libros mas raros y esquisilos de nuestra literatura; y a en ellas esperó hallar algún alivio en su desgraciada situación;
otros sugelos de igual nombre y buena reputación .- no logrando pero se frustraron muy pronto tan halagüeñas esperanzas, por-
sin embargo satisfacer el anhelo de lodos los que solicitaban que los Argensolas no hicieron los buenos oficios que habían
acompañar á Italia ai nuevo- virey, y disfrutar su aprecio y ge­ ofrecido, ul se acordaron de Cervantes , llegando este á rezelar
nerosa protección. que le hubiesen indispuesto con su protector. Por fortuna se

I
206 VIDA DE CERVANTES. 207

tranquilizó luego su ánimo , disipándose estas sospechas y te­ 129 Si esta consideración hubiera de regular nuestras con­
mores al esperimentar Cervantes las liberalidades de su Mece­ jeturas, supondríamos que Cervantes fue uno de los individuos
nas, quedando al parecer satisfecho de la conducta y proceder que componían la academia llamada Selvage, establecida en
de sus amigos; pero entre tanto no le permitió su candor é inge­ Madrid el año 1612, á imitación de la que veinte y un años an­
nuidad ocultar sus quejas y sentimientos, aunque con espresio- tes se formó en Valencia con el nombre de los nocturnos ; por­
nestan discretas y delicadas, que mas parecen un testimonio de que constándonos que concurrían á ella los mayores ingenios
su respeto al virey y un panegírico de aquellos insignes poetas, de España que d la sazón se hallaban en esta corte, ninguno po­
que una censura del abandono de su amistad y buena correspon­ dría con mas justa razón entrar en aquel número. Instituyóla
dencia. en su propia morada 1). Francisco de Silva, de la casa del duque
127 Supuso en efecto que los Argensolas no fueron condu­ de Pastrana, sugelo muy favorecido de las musas, á quien Cer­
cidos por Mercurio al viage al Parnaso por hallarse empleados en vantes alabó encarecidamente en el Eiage al Parnaso, y que en
obsequio del conde de Lemos ; pero sin embargo el dios Apolo efecto gozó de gran reputación entre los poetas ; de los cuales
no solo ensalzó honoríficamente sus talentos y poesías, sino que nos consta eran individuos de la academia Lope de Vega y Pe­
se valió de ellas en el acto de la batalla contra los malos poetas, dro Soto de Rojas, que se llamó el Ardiente, y nos ha conserva­
distinguiéndolos en la distribución de los premios, y encargando do estas noticias en su Desengaño de amor. Ocupábanse en es­
á Mercurio que de las nueve coronas con que se premiaba el mé­ cribir poesías á diferentes asuntos, y en especial para alabar y
rito de los mas dignos , llevase á Ñapóles tres de las mejores, sin encarecer aquellas obras que se presentaban á examen antes de
duda para ceñir con ellas las sienes del virey y de aquellos dos su publicación; y asi es que en este mismo año de 1612 escribió
ilustres aragoneses. Cervantes unos versos en elogio del secretario Gabriel Perez del
128 Bien lo comprendieron estos asi, y por lo mismo con­ Barrio Angulo, autor de la obra intitulada Secretario de Seño­
servaron á Cervantes en toda su estimación y en la protección res, que se dio á luz al año inmediato , y en cuyos principios se
y amparo de aquel erudito y generoso caballero; pero D. Este­ suprimieron juntamente con varias composiciones del mismo
ban Manuel de Villegas , menos reflexivo y mas precipitado, Lope y Soto de Rojas y del M. Vicente Espinél, Miguel deSilvei-
creyendo ofendido á su maestro el rector de Villahermosa , in­ ra, Don Antonio Hurtado de Mendoza , y otros amigos y pane­
tentó vindicarle ultrajando el mérito de Cervantes , á quien lla­ giristas del autor.
mó mal poeta y quijotista,s\n comprender que lo que él tomaba 13o Entre tanto iba disponiendo y perfeccionando Cervan­
por sátira era un elogio delicado é ingenuo, y que el apodo con tes algunas de sus obras para darlas á luz. La principal fue la
que procuraba injuriarle era el título mas sublime y honorífico colección de doce novelas que entresacó y escogió de las que ha­
de gloria que hasta entonces se hubiese alcanzado en la repúbli­ bia escrito en diversos tiempos y lugares, y que por ser las pri­
ca de las letras: inconsideraciones propias, aun mas que de sus meras que originalmente se compusieron en castellano habia
pocos años, de aquel carácter arrogantey altivo con que satirizó procurado tantear años antes cómo las recibía el público, inter­
á Lope de Vega y á Góngora, creyendo oscurecer el mérito y las calando en la primera parte del Quijote la del Curioso imperti­
obras de estos y de los demas poetas castellanos con el resplan­ nente y la del Capitán cautivo, aunque sin conexión ni analogía
dor y brillantez de sus Eróticas , asi como el sol naciente disi­ con la acción y desenlace de aquella fábula , y aun rezelando
pa las nieblas de la tierra y eclipsa la luz de los demas astros, flue los lectores , poniendo su atención en las aventuras del hé­
según lo quiso dar á entender en la alegoría y lema de la portada, roe principal , 110 la darian á las novelas, y pasarían por ellas
y lo notó Lope de Vega en su Laurel (le Apolo. Cervantes, que con prisa ó con enfado , sin advertir la gala y artificio que en sí
habia sido apreciado como poeta en su juventud, debia serlo en contienen, como se mostraría mas al descubierto cuando por sí
su ancianidad como inventor del Quijote y de otras muchas solas saliesen áluz. Con el mismo objeto indicó el título de al­
obras que fijaron su nombre con letras de oro en el templo de la gunas otras , procurando escitar para en adelante la curiosidad
inmortalidad. pública. Quedaron por entonces satisfechos sus deseos , viendo
/
DE CERVANTES. 30g
st>8 vlbA pudiera indutir & algún mal deseo ó pensamiento, antes se cor­
que no solo habían sido bien acogidas en España •, sirio que en tara la mano con que las escribió que sacarlas en público; y
1608 reimprimió enParis César Oudin la del Curioso impertí* por lo mismo decía á su protector: solo suplico que adviei ta
nenie al fin de la Silva Curiosa de Julián de Medrano, y la pu­ vuestra eseelencia que le envio, como quien no dice nada, doce
blicó al mismo tiempo separadamente traducida al francés para cuentos que d no haberse labrado en la oficina de mi entendi­
instrucción de sus discípulos ; y esto y el ver correr algunas en miento, presumieran ponerse al lado de los mas pintados.
copias, aunque incorrectas^ con aprecio entre las gentes cultas, 13a Igual concepto formó de ellos el publico ilustrado. Sus
debió alentarle á dar á tedas la última mano para solicitar su aprobantes dijeron entre otros encomios , que daban honra á
impresión, como lo hizo á mediados de 1612, y publicarlas ha­ nuestra lengua castellana , y que no se mostraba menos en esta
cia lines de agosto del año siguiente, dedicándolas al conde de obra la discreción y amenidad de su autor que en las demas que
Lemos por medio de una carta digna del mayor aprecio por la habia sacado á luz; y el festivo y fecundo escritor Alonso Geró­
urbanidad, gratitud y moderación con que está escrita. nimo de Salas Barbadillo decía, que con esta confirma Cervan­
i3i Cervantes habla visto el aplauso con que corrían estas tes la justa estimación que en España yfuera de ella se hace de
composiciones en Italia, principalmente las del Bocacio; pero su claro ingenio, singular en la invención y copioso en el len­
advirtió que sin embargo de su estilo encantador, y de la elegan­ guage , que con lo uno y lo otro enseña y admira, dejando de
cia, pureza y singulares gracias del lenguage, que las hacían tan esta vez concluidos con la abundancia desús palabras d los que
apreciadles, eran por otra parte en gran manera nocivas y per­ siendo émidos de la lengua española la culpan de corta, y nie­
judiciales á las costumbres por la indecencia, obscenidad y li- gan su jertilidad. Asi fue que en los privilegios se calificaba es­
berlinage de lasideasy argumentos. Procurópues corregir este te libro de honestísimo entretenimiento donde se mostraba la
abuso, y adoptar en su plan aquellas acciones que sin ofender alteza y fecundidad de la lengua castellana; y el mismo Lope
el pudor fuesen características del genio de su nación, y presta­ de Vega, que trató de seguir las huellas de Cervantes, confesa­
sen materia para la corrección de los vicios mas comunes en Ja ba que no le falló gracia y estilo en sus novelas; y aunque un
sociedad por la falta de educación ó por el imperio que tienen en juicio tan parco y diminuto, en que no se hace aprecio de las
el vulgo las mas absurdas preocupaciones, cuva perniciosa in­ mas esenciales calidades de estas fábulas, como son la invención,
fluencia habia penetrado su perspicacia en la serie de sus va­ el artificio de su plan y la propiedad de los caracteres, 110 re­
rios viages y destinos. En tales fundamentos se apoyó para lla­ dundaría en gran gloria de Cervantes, todavía la alcanzo mucho
marlas ejemplares-, porque si bien se mira, dice en su prólogo, mayor cuando las novelas de Lope, escritas á imitación de las
no hay ninguna ele quien no se pueda sacar algún ejemplo pro­ suyas, quedaran tan inferiores á su modelo: prueba indudable
vechoso, pues aun los requiebros amorosos son tan honestosy •le cuan difícil es aipi « los grandes ingenios competir cou los
tan medidos con la razón y discurso cristiano, que no podrán originales, cuando cortado el vuelo á la imaginación caminan
mover d mal pensamiento al descuidado ó cuidadoso que l“S servilmente por la senda que otros han abierto con aceptaciou
leyere. Su intento lúe que cada uno se entretuviese con esta y próspero suceso. Considerando Tirso de Molina las escalentes
lectura sin daño del alma ni del cuerpo, porque los ejercicios cualidades de aquellas novelas, llamaba á Cervantes el Bocacio
honestos y agradables antes aprovechan que dañan: y siendo de España; pero debió añadir que le escedia en la moralidad y
esto asi, como lo es, y que no podia sacarse tan ventajoso fruto buen ejemplo de su doctrina; y finalmente nuestros principales
de las novelas anteriores, es muy de estrañar que D. Gregorio dramáticos acreditaron el aprecio que debia hacerse de su inven­
Mayans, adhiriéndose al dictamen de Lope de Vega, y a las ción y mérito, escogiéndolas para argumento de algunas de sus
crílhasque hicieron el Lie. Avellaneda y el IJr. Figueroa, am­ comedias , como lo hicieron con gran celebridad Lope de Ve-
bos émulos de Cervantes, vacile sobre si conviene y está bien ga, 0. Agustín Murcio, D. Diego de Figueroa y Córdoba y Don
apropiado á estas novelas el título de ejemplares, cuando su Antonio Solis.
autor estaba tan convencido y satisfecho de ello, que aseguraba *33 Este mérito se liaría mas patenta y manifiesto si ana-
/
en su prólogo que si por algún modo alcanzara que su lección ’•í
210 VIDA PE CERVANTES. 211
lizantlo cada novela de por sf, descubriésemos el lugar y fiem­ vid á publicarla entre las demas , tal vez por buenos respetos,
en quo ¡as escribió Cervantes, su oportunidad , su objeto , sus como solia decir , y porque aun siendo provechoso su objeto
alusiones y su doctrina, con lo que comprenderíamos mejor su final, no le parecería por los incidentes de la acción tan ejemplar
inimitable gracia;pero reservando este examen para otro lugar, como las otras , pudiéndose aplicar á esta novela lo que el mis­
diremos sin embargo lo que baste á ilustrar los sucesos de la mo Cervantes juzgaba de la Celestina, diciendo que era libro
vida 6 las opiniones del autor. El argumento de la del Curioso divino en su Opinión si encubriera mas lo humano ; cuyo juicio
impertinente parece haberle tomado del Ariosto cuando en su habrá tal vez formado el público al verla impresa recientemente
Orlando pinta á un caballero que habiendo casado con una da­ sin embargo de las supresiones que ha hecho el editor con mu­
ma llena de honestidad, hermosura y discreción , con quien vi­ cha cordura y miramiento. La lectura de esta novela, la del
vió feliz algunos años, la maga Melisa le aconsejó que para pro­ Licenciado Futriera, y algunos pasages de otras couvencen de
bar la virtud de su muger la diese libertad y ocasiones de abu­ que Cervantes residió y aun estudió en Salamanca por espacio
sar de ella, fingiendo ausentarse , y que bebiendo después én un considerable de tiempo.
vaso de oro , guarnecido de piedras, lleno de vino generoso, sa­ 135 No faltan escritores juiciosos que aseguren que en aquel
bría si le había sido fiel ó no; porque si lo era, lo bebería todo licenciado se propuso Cervantes ridiculizar la manía y estrava-
sin que nada se le derramase ; y si lo contrario , se le vertería el gancia del erudito humanista Gaspar Barthio , quien habiendo
licor sin entrarle una gota en el cstóipágo. Curioso é impacien­ nacido en Custrin el año de 1587, y manifestado desde su in­
te el caballero aceptó el consejo de la maga; y al beber en el va­ fancia un ingenio precoz y una memoria maravillosa , estudió
so esperiinentó el castigo de su curiosidad impertinente , ver­ con mucho fruto y lucimiento en varias academias y universida­
tiéndosele todo el vino por el pecho, por cuya razón rehusó des de Alemania, y viajó por Inglaterra , Holanda, Francia,
Reinaldos esponerse á tan peligrosa prueba cuando se la propu­ Italia y España, aprendiendo las lenguas vivas con perfección,
so el mismo caballero en mi convite, contentándose con la bue­ y procurando aprovecharse en todas partes de las luces y cono­
na opinión que ya tenia de su muger. Es muy verosímil que cimientos délos sabios que encontraba. De regreso á Alemania
Cervantes , apasionado y admirador del Ariosto , adoptase de fijó su residencia en Leipsick, renunciando á toda clase de em­
esta ficción la idea de su novela, tan apreciable por su artificio, pleos para entregarse con mayor sosiego á sus estudios. La pre­
estilo y pintura de los afectos , y tan ejemplar no solo por el dilección que tuvo por la lengua española , y el aprecio que hi-
castigo que recibe Camila , sino por hacer manifiesta la necesi­ tf> de nuestros libros de ingenio y entretenimiento, le estimula­
dad de huir de los peligros y ocasiones para vencerlos efectos ron á traducir al latin la tragi-Comedia la Celestina, que llama-
de una amorosa pasión desordenada. ha también libro divino ; la Diana enamorada , de Gil Polo; y
r34 Hemos hecho ya mención de las novelas que escribió hasta para la traducción del Pornodidáscalo de Pedro Aretino
en Sevilla. La de Rinconetey Cortadillo, famosos ladrones que Se asegura que no se valió del original, sino de una versión cas­
hubo en aquella ciudad, cuyo suceso pasó asi en el año de i56g¡ tellana. Este empeño , esta afición estremada , y ana aplicación
y la del Zeloso extremeño, que refiere cuánto perjudica la oca­ tan vehemente á la lectura de nuestras novelas , llegaron á tras­
sión, y cuyo caso asegura ser verdadero, podiendo conjeturar­ tornar la cabeza de Barthio, viviendo durante diez años persua­
se acaecido por los años de 1570. La acción de la 77« fingida es, dido de que era de vidrio , sin querer por esta aprensión que
según dice Cervantes, verdadera historia que sucedió en Sala­ nadie se le arrimase. La facilidad con que en medio de su pa-
manca el ario de 15 7 5; y aunque escrita con la lozanía , ligere­ S1on por estos libros amatorios, y aun obscenos, se dedicaba á
za , y las sales y gracias cómicas tan características de Cervan­ traducir y comentar muchos autores ascéticos y eclesiásticos, es­
tes, y con el fin de probar el desventurado término en que pa­ pecialmente de la edad media; y las contradicciones é inconse­
ran las mugeres perdidas, que lleva'ndose tras sí los ojos y vo­ cuencias en sus opiniones sobre algunos escritores clásicos , co­
luntades de todos cuando mozas, se aplican cuando viejas á uto Estado , Claudiano, Silio Itálico y otros, que ya notaron
corromper la juventud con sus consejos y tercerías, no se resol- “luchos eruditos, prueban si trastorno de su juicio , al mismo
BF. CERVANTES. ai3

2ZS vi tu con la cual se venia á encontrar y perfeccionar el verdadero lá-


tiempo que sen un testimonio <le su inmensa erudición y vana­ pis, nunca jamas enteramente hallado de los alqunmstas en
da lectura. Es pues muy probable que cuando estuvo en Espa­ tantos siglos , y prometia convertiren oro los mas bajos meta­
ña le conociese y tratase Cervantes ; y en efecto al ver el raro les. Alucinados con estas promesas algunos incautos o codicio
ingenio, notable habilidad y grande entendimiento del licencia­ sos , le ayudaron con casa y caudal competente para comenzar
do Vidriera citando aun tenia pocos años ; sus viages por Ita­ su obra ; pero él entreteniéndolos mañosamente mas de dos
lia, Flandes y otras diversas tierras y paiscs ; su retiro y abs- años, anunciándoles siempre la proximidad del suceso, aunque
traimiento , porque atendía mas á sus libros que á otrospasa- era menester mucho tiempo para la trasmutación de os metales,
Cemnos, y finalmente su manía y estra vagancia , parece indu­ desapareció de Madrid , y se fue ocultamente , dando este pago
dable haber sido aquel docto y maniático ajenian el original qué á los que le favorecían y daban larga pensión. Algun tiempo
Cervantes se propuso copiar con tanto donaire y propiedad en despues vino á ser preso por la chancillería de Granada, donde
esta novela, escrita después de haber estado la corte en Valla­ se le justificó haber falsificado varias firmas y escrituras pu 1-
dolid , y con tal discreción é ingenio, que supo mezclar en los cas. También el matemático, su compañero de hospital, que
incidentes una censura general de los vicios y abusos mas co­ andaba veinte y dos años hacia tras de hallar el punto fijo , tu­
munes en casi todos los oficios ó empleos de la república; siendo vo su original en aquel tiempo ; porque á la codicia y recamo
por esta razon, según dice Mayans, el texto donde Quevedo to­ de los cuantiosos premios ofrecidos por nuestro gobierno al que
maba puntos para formar después sus lecciones satíricas contra descubriese el método de hallar la longitud en la mar ( ó lo que
todo género de gentes. vulgarmente llaman el punto fijo), acudieron muchos proyec­
136 De igual doctrina y aprovechamiento pudiera ser el tistas aventureros, y entre ellos el doctor Juan Arias de Luyóla
Coloquio de los perros Cipion y Berganza , que en realidad es en i6o3 , y el portugués Luis de Fonseca Coulino hacia el ano
un apólogo escótenle v una invectiva severa contra muchas su­ de i6o5, pretendiendo haber encontrado Jo que se deseaba; pe­
persticiones y resabios de la mala educación que dominaban en ro las proposiciones de este fueron preferidas a las de Arias , sin
España, aunque mezclada con las máximas de la mas sublime po­ duda por el influjo de su paisano J uan Bautista tabana , y se le
lítica y moral. Sátira, dice May ans, en que imitando á Lucilioy ofrecieron seis mil ducados de renta perpetua si la practica acre-
á Horacio se reprende á muchos con mordacidad, pero oculta­ ditaba la verdad y exactitud de su invención ; y despues de
mente ; y crítica admirable, añade Florian , llena de filosofía y muchas dilaciones y consultas se cn)Pezaron en 16,0 laS eSpe"
de gracias, donde las costumbres españolas estan pintadas al ciencias en varias navegaciones á América y Asja , que no cor­
natural y con to.do el ingenio de Cervantes; por cuyas circuns­ respondieron á las promesas del autor , quien habiendo causa­
tancias mereció la aprobación de Pedro Daniel lluet, uno de loS do de esta manera gastos, considerables por mas de ocho anos,
lio min es mas eruditos y juiciosos que ha tenido la Francia. Es­ desapareció repentinamente de Madrid; y Arias permaneció mas
ta novela la escribió Cervantes poco antes de su publicación; de treinta repitiendo memoriales, y desacreditando a cuantos
pues haciendo una pintura exacta de la vida y costumbres de competidores se fueron/ presentando para obtener el premio.
l is moriscos, y de los daños que causaba su conducta y perma­ 138 Pero aun es mas notable otro suceso , que al mismo
nencia en España , anuncia como remedio único su espulsion, tiempo que comprueba la época de esta novela, manifiesta cuan­
qué en efecto se verificó desde el año de 1609 a! de 16 r 4- ta era la cordura é ilustración de Cervantes para combatir os
137 En la descripción del alquimista que estaba enfermo en errores á proporción de su mayor influjo y trascendencia. Era
el hospital de Valladolid, y pretendía sacar plata y oro de otros entonces tan general como nociva en España la creduhdai y
metales , y aun de las mismas piedras, aludió á un suceso muy propensión a los encantamientos, adivinaciones , agüeros , he­
reciente. Presentóse en Madrid en el mismo año de 1609 1-°' chizos, trasforniaciones, y otros portentos .semejantes, que pre­
reuzo Ferrer Maldonado, dándose el título de capitán , y supo­ viniendo de ios moros , naturalmente supersticiosos, y del va­
niendo, entre otras cosas pro ligiosas, que alcanzaba grandes se­ no estudio de ia astrologia judiciaria , se habm arraigado eu
cretes de naturaleza , como descifrar la cl ivímla de Salomon»
21 4 V1I>A DE CERVANTES. 21 5
tola clase de gentes con la falta do buena educación , y aun de do un erudito discurso acerca de los cuentos de las brujas, don­
principios religiosos, sin que las declamaciones y doctrinas de de con razones católicas y cou discreta filosofía demostraba la
algunos sabios, como el doctísimo maestro Pedro Ciruelo, hu­ superchería y falsedad de aquellas extravagancias, y los riesgos
biesen bastado á contener estos vicios , á ilustrar las opinio­ efectivos que se originaban de publicarlas y darlas á luz , por el
nes, y á mejorar las costumbres. Cervantes se habia burlado con escándalo y mal ejemplo que producían.
mucho donaire y oportunidad de estas supersticiones en varios t3q No son menos recomendables y fecundas de moralidad y
lances y cuentos del Quijote} y aun en el Licenciado Fidriera, buena doctrina las otras novelas. Florian opinaba que la titulada
cuando por consejo de una morisca le dieron unos hechizos pa­ la Fuerza de la sangre es de mayor interes, y está mejor condu­
ra forzarle la voluntad , manifestó que no habia en el mundo cida que las demas de Cervantes, quien asegura haber sido
yerbas, encantos ni palabras suficientes á forzar el libre albe­ cierto su argumento, y que todavía vivían felizmente en Toledo
drío. En el Coloquio délos perros tentó mas de propósito y con Rodulfo y Leocadia, principales actores de ella, con una ¡lus­
mayor naturalidad de los engaños y arterías de las brujas v he­ tre descendencia. Igual verdad atribuye al suceso de la Españo­
chiceras, refiriendo la historia , común en su tiempo, de la Ca- la inglesa^ que parece escrita, según se infiere de su relato,
macha de Montóla por medio déla vieja Cañizares , una de sus hacia los años de i6ti. También se escribió por entonces la
mas aprovechadas discípulos, Manifiéstase toda la ridiéulez de Gitanilla, aunque insertó en ella un romance compuesto en
semejantes patrañas e ilusiones en la relación que esta hace de Valladolid con motivo de haber salido á misa de parida la rei­
Jas habilidades y doctrina de su maestra , de sus confecciones y na Joña Margarita á la iglesia de S. Llórente, expresando en
ungüentos, de sus viages y festines , de sus trasformaciones y algunas metáforas los per.onages de la comitiva. En la del
maleficios, y como no quiso acabar sus dias sin visitar las zam­ Amante liberal refirió disfrazadamente algunos de sus propios
bras, bailes y comilonas con que se solazaban otras en los aque­ sucesos, como lo hizo en otras, y en especial en la del Capitán
larres ó ayuntamientos nocturnos de Zugarramurdi, en el valle cautivo, á lo cual aludió sin duda el ür. Suarez de Figueroa
de Baztan, de cuyas resultas fueron castigadas en el año de ifiio cuando tratando en aquellos años de las novelas al uso, y de
por el tribunal de la inquisición de Logroño. Basta leer la hor­ las calidades de su composición y moralidad, decia con sar­
renda y asquerosa figura que presentaba la bruja Cañizares, casmo: no falta quien ha historiado sucesos suyos, dando á su
cuando en medio de su éxtasis y arrobamiento la sacaba arras» Corta calidad maravillosos realces, y á su imaginada discre­
trando uno de Jos perros al patio de la casa , el castigo que ella ción inauditas alabanzas, que como estaba el paño en su po­
y la Montjela habían sufrido por sentencia de un juez de ser azo­ der, con facilidad podía aplicar la tijera por donde la guiaba
tadas publicamente por mano del verdugo , y la prisión que el gusto. Otros con crítica mas imparcial y juiciosa han notado
otras de sus compañeras padecieron en la inquisición , donde cierta falta de. dignidad y de interes en los argumentos de las
deciaron sus brujerías y ficciones, para poner en aborrecimien­ novelas, y alguna desigualdad en ellas; pero esto nace mas de
to á tales hipócritas, y concluir con Cervantes que la Camacha la variedad y naturaleza de los mismos lances que noveló, y
fue burladora falsa , y la Cañizares embustera , y la Montiela de la inclinación, y humor de los lectores, y aun á veces del po­
tonta , maliciosa y bellaca , a la cual ni aun los perros querían co conocimiento que estos tienen de las costumbres que se des­
reconocer por madre como ellas lo pretendían. Esta propensión criben, que de mengua de ingenio y de decoro en su autor,
a' creer cuentos y prodigios tan indecentes como estravagantes, quien en todas se manifiesta propio, oportuno y conveniente.
al paso que minaba la religiosidad de algunas gentes sencillas,ha­ Diverso es (dice un crítico moderno) el recato de Leonisa en
ll día tal vez apoyo en la persuasión de varias personas de autori­ el Amante liberal, de la desenvoltura alegre y honesta de
dad y valimiento: y poresta razón cuando Cervantes, protegido Preciosa en la Gitanilla ; otro estilo se advierte en los dis­
del cardenal arzobispo de Toledo, inquisidor general, procuraba cursos de Lotario y Anselmo en el Curioso impertinente ,
desarraigar tan perniciosas ideas con las armas de la sátira y de 1"e en los de Monipodio y sus compañeros en Rinconele y Cor­
la burla, el docto Pedro de Valencia dirigía á este ilustre prela­ tadillo: en suma todo síguelas costumbres de la sociedad, lodo
C

31"6 VIDA Dfi CERVANTES. »’7


procede según el regular curso de la naturaleza. Deaqui pro­ entendido harán mejor que todos ellos, y mas en tan venturosa
viene no solo la propiedad, sino la diferencia encantadora ea edad cualla presente. Bastaría oir al mismo Cervantes cuando
los varios caracteres que se pintan, y se conoce que Cervantes aseguraba en el Plage al Parnaso , que en sus novelas había
no menos observó las costumbres, abusos y preocupaciones de abierto un camino para estender el uso y propiedad del idioma
la gente plebeya y vulgar, que de la mas ilustre y civilizada, y patrio; y cuando con mayor confianza y seguridad dice en su
que con igual tino manejó su pincel en el retrato de los unos prólogo: yo soy el primero que he novelado en lengua caste­
quede los otros, persuadido justamente quede la buena edu­ llana; que las muchas novelas que en ella andan impresas to­
cación y mejora de todos liabia de resultar aquella ilustración das son traducidas de lenguas eslrangeras, y estas son mías
y ventura áque pueden aspirar los hombres en el estado de so­ propias, no imitadas ni hurtadas : mi ingenio las engendró, y
ciedad. Hallanse ademas en las novelas modos de decir tiernos, las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la estam­
sentidos y delicados; abundan de frases afectuosas y enérgicas, pa; y conociendo el candor, la buena fe y la ingenuidad de este
de rasgos elegantísimos y numerosos, y de imágenes de una es- escritor, su fecunda fantasía y su admirable estilo, no se debió
tremada gallardía y hermosura; y finalmente en la espresion jamas dudar de que fue el legítimo autor de tales producciones,
de los afectos, en la amenidad de las descripciones y en los dis­ ni dar lugar á que otros doctos y bien intencionados españoles
cursos tan bien razonados, parece que quiso su autor ostentar tomasen una defensa tan justa para vindicar al mayor ingenio
la riqueza y propiedad de la lengua castellana para promover de la nación de las imposturas de la ignorancia y de la maledi­
su cultiva, generalizar su aplicación y uso, y afianzarla uni­ cencia.
versalidad y aprecio que ya gozaba en este tiempo por todo el 14i Como la continua mudanza y variedad de los usos y
orbe conocido, costumbres influye tanto en la composición y carácter de las
<4° A vista pues de calidades tan eminentes, de opiniones comedias y novelas, que no son sino copias de ¡o que pasa en
tan autorizadas, y de una aceptación tan universal y sostenida el trato civil de los hombres, tal vez habrá quienes sm compa­
«orno lian merecido las novelas de Cervantes desde su publica­ rar los tiempos y las circunstancias prefieran algunas composi­
ción, debieran correrse y avergonzarse algunos escritores de es­ ciones modernas á las de Cervantes; pero si paran la conside­
te..; últimos tiempos, que sin dar muestras de su ingenio, m ración, y se detienen á analizar unas y otras, encontrarán fá­
acrecentar el caudal de nuestros conocimientos con sus obras, cilmente que la disposición y giro de la fábula, la propiedad
h¡n pretendido hacer importantes investigaciones en la histo­ de los caracteres, la espresion de los afectos, la gracia y ele­
ria literaria, asegurando con poca cordura y sobrada ligereza gancia del estilo, y la oportunidad de las reflexiones, es tan su­
que Cervantes no era el autor original de estas obras , pues perior en Cervantes, que en su pluma se oye y se ve la natura­
eran conocidas del público muchos años antes que las diese leza con aquella verdad, con aquella alternativa y con aquellos
á la estampa , creyendo bailar en estos supuestos plagios accidentes que la son inseparables, mientras que los demas no­
superiores pruebas de su perspicacia y diligencia. Bastaría velistas nos presentan por todas partes el artificio, el estudio y
para hacer callar á tan mordaces y superficiales críticos el la afectación . De aqui nace que estas primitivas novelas españo­
testimonio de Juan Gaitan de Vozmediano, cuando en el pro­ las, aun después de dos siglos, se leen siempre con gusto é in­
logo de su traducción de la Primera parle de. las cien novelasde tares por las personas ilustradas, y que los escritores de mayor
Juan Bautista Giralda Cinthio, impresa en Toledo año de i5go, crédito, teniéndolas por la obra mas correcta de Cervantes, ca­
decía: ya que hasta ahora se. ha usado poco en Espada este ge­ lifiquen con justicia la primacía y preferencia que obtienen, las
nero de libros,, por no haber comenzado á traducir los de lla­ consideren como piezas escelentes de imaginación y deelocuen-
lla y Francia, no solo habrá deaqui adelante quien por su cia, como las mas perfectas que tenemos hasta ahora, y como
gusto los traduzca; pero será por ventura parle el ver que se es* obras magistrales cu su género.
tima esto tanto en Los estrangeros para que los naturales ha­ ■4a Dos émulos que le habia suscitado la publicación de la
gan lo que nunca han Jtecho, que es componer novela. Lo cuál primera parte del Quijote, y la generosa protección que le dis-
218 vn>A DE CERVANTES. 2ig
pensaban elcon.de <le Lentos y el cardenal arzobispo de Toledo con cuanto pulso y delicadeza indicó los defectos de algunas
D. Bernardo de Sandoval y Rojas, descubrieron sin empacho comedias de aquel autor célebre, conociendo que son mas
su odio y ojeriza al ver el aplauso universal con que fueron re­ perjudiciales cuando vienen acompañados de grandes virtu­
cibidas las novelas; y para cohonestar sus dañados intentos pre­ des sostenidas por una reputación popular tan estraordina-
tendieron hacer Ja defensa y apología de Lope de Vega, que go­ ria como gozaba Lope á la sazón: que asi lo hizo también el
zando de una aura popular sin ejemplo en nuestra historia lite­ gran filósofo y crítico griego Dionisio Longino, respecto de
raria, le creyeron ofendido y mal tratado en la censura que del Platón y Hornero. Por eso han comparado algunos justísima-
teatro español habia hecho Cervantes en el juicioso coloquio mente con el mejor de los diálogos de Platón aquel hermoso
del canónigo de Toledo. No necesitaba este escritor otro testi­ razonamiento, en el cual, según nuestro culto y erudito Gat­
monio de su justicia, moderación y buena fe que la confesión ees, se manifiesta con claridad el atinado juicio de Cervantes.
del mismo Lope de Vega, cuando satisfaciendo á los cargos que Igual circunspección guardó con los demas poetas cómicos sin
se le hicieron por el nuevo método que seguía en sus composi­ descubrirá ninguno; de suerte que cualquiera que lea aquella
ciones dramáticas, manifestó paladinamente en 1602, tres años censura con imparcialidad, hallará mas motivos paia caliíicaila
antes depublicarse el Quijote, los defectos y absurdos de sus de una defensa ó apología de Lope, que de una sátira digna de
comedias, Su estravío y voluntario abandono de las reglas ser murmurada y zaherida.
del arte y del ejemplo de Plautoy Terencio, el descrédito que 144 Con mayor acritud y severidad reprendieron los estra­
su opinión padecerla entre las naciones estrangeras, consi­ víos de aquel fecundísimo ingenio y los defectos de sus come­
derándose por esta razón mas bárbaro que todos, pues no solo dias Cristóbal de Mesa , Micer Andrés Rey de Artieda, Don
chocaba abiertamente con la doctrina de los venerables maes­ Éstéban Manuel de Villegas, Cristóbal Suarez de Figueroa,y
tros de la antigüedad, sino que por acomodarse al estragado sobre todos mas descubierta y desvergonzadamente Pedro de
paladar del vulgo, y hacer vendibles sus obras, preferia ha­ Torres Raraila, colegial teólogo y preceptor de gramática en
Alcalá de Henares, cuya Spongia , impresa en Paris el año de
blarle en el lenguage necio é inculto con que se complacía. De
modo que Lope antepuso los aplausos ciegos de un vulgo estú­ 1617, deprimía el '«ér'to de varios escritores de reputación, y
entre ellos el de Lope de Vega, haciendo de sus obras y de su
pido é ignorante al precio de los sabios y á su propia y sólida re­
putación: y dijo de sí mismo lo que la urbanidad y el decoro instrucción un juicio demasiado injurioso y picante. Hirió esto
no permitiría que otro le dijese, aun censurando sus estravíos. tan al vivo la delicadeza y afecto de sus apasionados y secuaces,
i4?> Asi fue que Cervantes, tratando del teatro españoleen que levantaron la voz para defenderle con nervio y valentía, y
juiciosa crítica é instrucción, espuso cuan perjudicial era que le colmaron de estraordinarios elogios, especialmente D. Fran­
las comedias se hubiesen hecho mercadería vendible, pues que
cisco López de Aguilar, presbítero y caballero de la orden de
S. Juan, y el M. Alonso Sánchez, catedrático de griego, hebreo
los poetas se veían precisados á atenerse al gusto de los reci­
tantes que las habian de pagar; y no pudiendo desentenderse J caldeo en la universidad de Alcalá, en la obra que publicaron
con el título de Expostulatio Spongiae, y en su Apéndice, don­
del influjo que tenia Lope en sostener tal corrupción de ideas
de procuraron desagraviarle de las injurias que acababa de le-
y de buen gusto, se esplicó sin nombrarle en estos términos.'
y que esto sea verdad, véase por muchas é infinitas comedias cibir de tan insolentes émulos y de críticos tan maldicientes.
145 Para comprender toda la justicia de la censura de
que lid compuesto un felicísimo ingenio de estos reinos, con
Cervantes , su templanza y moderación , es preciso conocer el
tanta gala, con tanto donaire, con tan elegante verso, con tan
buenas razones, con taii graves sentencias, y finalmente tan estado del teatro español en aquel tiempo, para lo cual ningún
llenas de elocución y alteza de estilo, que tiene lleno el mundo testimonio puede haber menossospechosoni mas autorizado que
de su fama; y por querer acomodarse al gasto de los repre­ el del Dr. Suarez de Figugroa , que vivía entonces, cuando di­
sentantes no han llegado todas, como han llegado algunas, ce- « Los autores de comedias que se usan hoy, ignoran ó mues­
al punto de la perfección que requieren. Por donde se V« tran ignorar totalmente el arte , rehusando valerse de él con
ase vida DB CERVANTES. 2~5
alegar serles forzoso medir las trazas de las comedias con el de la segunda parte y otros lugares del Quijote, donde desmin-
gusto moderno del auditorio , á quien , según ellos dicen, en­ tiendo a los que le atribuían esta ojeriza y mala voluntad, dice
fadarían mucho los argumentos de Plauto y Terencio. Asi por que se engañaban de todo en todo, porque tíeZ í«Z (anade ha­
agradarle (alimentándole con veneno) componen farsas casi des­ blando de Lope) adoro el ingenio, admiro las obrasy la ocupa­
nudas de documentos, moralidades y buenos modos de decir: ción continua y virtuosa : y Lope, conociéndolo asi, correspon­
gastando quien las va á oir inutilmente tres ó cuatro horas sin dió generosamente, haciendo honorífica meactoo de Cervantes
sacar al fin de ellas algún aprovechamiento.... Fio se acaban de en su Dorotea, en la novela primera , y celebrando su mentó
persuadir estos modernos que para imitar á los antiguos deberían aun después de muerto en el Laurel de ^oZo, pareciendo mas
Henar sus escritos de sentencias morales, poniendo delante los bien que ambos conspiraban de acuerdo al cultivo y acrecenta­
ojos aquel loable intento de enseñar el arte de vivir sabiamente miento de la literatura y corrección de las costumbres con oque
como conviene al buen cómico, no obstante tenga por fin mover lia noble y cándida emulación que fue la divisa de la edad lati­
á risa. Mas al contrario descubren los mas poetas cómicos inge­ na de oro , ya animándose recíprocamente con sus elogios , y*
nio poco sutil y limitada maestría j siendo lícito á cualquiera »elidiéndose con aquellos avisos y familiares amonestaciones
elegir el argumento á su gusto, sin regla ó concierto. Asise que eran necesarias para el aumento de las mismas artes, listos
atreven á escribir farsas los que apenas saben leer , podiendo hechos uos declaran todavía cuan remoto y ageno estaba el ani­
servir de testigos el Sastre de Toledo, e| Sayalero de Sevilla, y mo de Cervantes de aquellas miserables pasiones y resentimien­
otros pajecillos y faranduleros incapaces y menguados. Resulta tos que temerariamente han pretendido achacarle algunos hom­
de este inconveniente representarse en los teatros comedias es­ bres orgullosos, que quieren medir la elevación , la nobleza y
candalosas, cotí razonados obscenos y concetos humildísimos, dignidad de las almas grandes por la ruindad y pequenez de
lleno todo de impropiedad y falto de verosimilitud. Allí se pier­ su corazón.
de el respeto á los príncipes y el decoro á las reinas, haciéndo­ 147 De esta clase fue entonces cierto compositor de come­
las en todo libres, y en nada continentes , con notable escánda­ dias, que picado y quejoso de haberse visto comprendido en la
lo de virtuosos oídos. Alli habla sin modestia el lacayo , sin censura general que hizo Cervantes del teatro, lleno de pesar y
vergüenza la sirviente, con indecencia el anciano, y cosas asi. enojo por el bueíi nombre y crédito que á este le habian grao
Lo mas ridículo yiene á ser que siendo estos los que de nueve jeado sus obras, y usando del ardid de mancomunar su causa
pliegos de coplillas sacan crecido interes, en todas las comedias con la de Lope, se presentó en la palestra, aunque ocultan o su
introducen una figura con nombre de poeta, en quien de propó­ verdadero nombre , patria y condición , y se atrevió a conti­
sito juntan todas las calamidades y defectos del mundo. » Si nuare! Quijote, cuando no solo vivía su primero y legítimo au­
tal era la depravación del teatro, y tan perniciosas sus conse­ tor , que había ofrecido la segunda parle, sitio que acababa de
cuencias, ¿no es de admirar la maestría y circunspección con repetir el anuncio de su próxima publicación en el piólogo < e
que Cervantes lo censuró sin ofender á persona determinada , las novelas. Tal fue la audacia de aquel escritor , que bajo el
aunque lastimándose justamente de que con el buen nombre de nombre del licenciado Alonso Fernandez de Avellaneda, supo­
Lope se autorizasen y cubriesen tan graves y escandalosos des­ niéndose natural de Tordesillas, imprimió en Tarragona a me­
ordenes , cuando por su ingenio y aura popular era acaso el diados de 16,4 una continuación ó segunda parte del Quijote,
único que podia remediarlos y corregirlos? eti cuyo prólogo empieza á propasar los limites de la prudencia
146 Ao eran nuevos ni fingidos estos respetos y considera­ y déla urbanidad, derramando la ponzoña que abrigaba su
ciones de Cervantes bà ia Lope.de Vega , pues en el Canto de corazón, injuriando las venerables canas y celebrado mentó de
Caliope le había alabarlo con encarecimiento, y lo repitió des­ Cervantes, á quien apellida manco, viejo , envidioso, mal con­
pués con la mayor sinceridad en el soneto que se estampó al tentadizo, murmurador, y delincuente ó encarcelado, y pi ocu­
frente de la Dragante«, en el Plage al Parnaso, en el entremos pando también desacreditar su ingenio, ya introduciendo su
de la Guarda cuidadosa, en ol piólogo de sus Comedias, en el hoz en mies agena, ya amenazándole con privarle de la ganan-
222 VIDA DB CERVANTES. 213

cía que esperaba de la segunda parte, que sabia iba a' publicar t5o No fue otra la razón, si bien se examina, que este amor
inmediatamente ; sin hacerse cargo este maligno continuador á la novedad la que movió á Mr. Le Sage á publicar en Paris en
que, según decia atinadamente Cervantes, para componer his­ 1704 el Quijote de Avellaneda, traducido al francés con apacible
torias y libros , de cualquier suerte que sean , es menester un y elegante estilo; y para quitar las náuseas que habia de causar
gran juicio y un maduro entendimiento ; y que decir gracias su insípida y desagradable lectura, se tomó la libertad de alte­
% escribir donaires es de grandes ingenios. De modo que por rar el original, purificándole de muchos pasages torpes é inde­
cualquiera parte que se mire, no puede dejar de calificarse el centes, y añadiendo de suyo varios cuentos y episodios mas es­
prólogo de Avellaneda como un libelo infamatorio , digno de timables; pues según los escritores franceses, aunque tenia po­
toda la severidad de las leyes. ca invención, estaba dotado de singular talento para embellecer
148 Cuando llegó á manos de Cervantes tal conjunto de y mejorar las ideas de otros, haciéndolas propias por este me­
improperios al frente de una obra insípida, vulgar y obscena , dio, cómo lo ejecutó también con el Diablo cojuelo de Luis Ve-
tenia muy adelantada la segunda parte de su Quijote ; y asi es lez de Guevara , y con otras obras españolas, eludiendo asi la
que comenzó á hablar de ella desde el capítulo Lix ; pero con dificultad que hallaba en ajustarse al original, ya por el estilo
admirable delicadeza en lo relativo á sus injurias personales, entremesado y burlesco, ya por la penuria de diminutivos que
y con suma gracia y donaire en lo tocante á los defectos litera­ padece la lengua francesa. Estas voluntarias alteraciones y re­
rios de su rival ; despreciando con generosidad las inicuas im­ formas califican cuanto las necesitaba la obra de Avellaneda
putaciones que le hacia, ó demostrando su perversidad, ó ridi­ para granjearse alguna estimación del público; pero los que ig­
culizando su ignorancia e ineptitud. Pudo Cervantes arrancar­ norando esta licencia que se tomó el traductor , creyeron fiel y
le la máscara, y sacarlo a la vergüenza con su cara descubierta; ajustada la versión, alabaron á Avellaneda ciega y ligeramente,
pero su moderación ú otras consideraciones no se lo permitieron, hasta suponerle exento de los defectos en que incurrió Cervan­
al mismo tiempo que le daba el ejemplo de presentarse en la lid tes, y asegurando que este habia imitado y casi copiado la se­
sin embozo ni arterías , con franqueza y generosidad. El para­ gunda parte de aquel, acriminándole al mismo tiempo la injus­
lelo de semejantes procedimientos entre Cervantes y Avellane- . ticia cotí que impelido de su enojo y resentimiento suponían
da descubre palpablemente la nobleza y decoro del uno, y la haber tratado á su competidor. Asi juzgaron entre otros los au­
mezquindad y grosería del otro , asi como la comparación de tores del Diario de los sabios , y asi también el Dr. D. Diego
ambas obras manifiesta el ingenio, la erudición y gracia del pri­ de Torres, hablando lodos de Avellaneda sin haber visto sino su
mero, en contraste con la pedantería , insipidez y torpeza del traducción , censurando el último la incuria délos españoles,
segundo. que habían dejado perder la mayor parte de los ejemplares
i/,9 Solo la universal celebridad y el sublime mérito de de aquella novela, como si el estar menos castigado su estilo
Cervantes lian podido escitar algún ínteres para averiguar el pudiera quitarle las bellezas de la invención que en ella suponía,
verdadero autor qae se ocultó bajo el nombre de Avellaneda ; 7 la correspondencia entre los miembros de su historia.
quien, juntamente con su obra , hubiera desaparecido para t5i El dictamen de personas tan bien reputadas atrajo sin
siempre, si desentendiéndose Cervantes de sus injurias, y no embargo á su partido el de otras 110 menos distinguidas en la re­
haciendo mención de tan ruin adversario , omitiera el contes­ pública literaria , y señaladamente á D. Blas de Nasarre , que
tarle ; pero el deseo de vindicarse y de burlar á su enemigo , ocultándose con el nombre de D. Isidro Perales y Torres , que
fue causa de perpetuar la memoria de este en la misma obra era un clérigo familiar suyo, reimprimió en Madrid en 1782 el
que habia de conservar su mas sólida reputación en las venide­ Quijote de Avellaneda, con una aprobación que también escri-
ras generaciones ; de que á proporción que se difundiese y pro­ b>ó, prohijándola á un amigo suyo, beneficiado de la iglesia par-
pagase el aprecio de sus obras , creciese también la curiosidad roqiiial de Aliaga, y exigiendo de la amistad de D. Agustín de
de saber quién fue el pigmeo que osó medirse con el allante de Montiano iguales sufragios á favor de aquel escritor. Con tal
nuestra gloria literaria. aparato de encomios y panegíricos se presentó Avellaneda en
224 V10A I)E CERVANTES. 225
rl siglo xviii, como para vindicarse del menosprecio con que Varios sucesos ó accidentes de la fábula de su Quijote, la afir
fue tratado en el anterior, en que había existido; pero con todo cion que se advierte á las cosas peculiares de aquella órden, el
no logró alucinar á las gentes juiciosas y perspicaces , y solo zelo de promover sus devociones, la noticia exacta que da de
consiguió una celebridad superficial y pasagera ; porque su li­ las ceremonias y prácticas religiosas, y la clase de erudición
bio, que era apetecido por raro , perdió este título estéril luego escolástica y teológica, que á veces rebosa con testos y autori­
que se hizo común, y la crítica y el buen gusto lograron sepul­ dades délos santos padres. Vislúmbrase igualmente que aquel
tarlo en la oscuridad en que yacía , inutilizando los ejempla- enmascarado Zoilo era compositor de comedias, y comprendi­
1 es de esta edición en los almacenes de los libreros y comer­ do en la censura general que de ellas hizo Cervantes en el Qui­
ciantes. lodavía lia podido el crédito y el buen nombre de jote y en el Finge al Parnaso, cuando buscaba el arrimo de
Cervantes dar Jugará nuevas especulaciones de interes en nues­ Lope de Vega para sostener su mala causa; y consta por otra
tros días para repetir la edición de Avellaneda, aunque omi­ parte, que concurrió á dos certámenes que se publicaron en Za­
tiendo por orden superior los cuentos ó novelas indecentes que ragoza hácia el año de 1614 sobre la interpretación de dos enig­
contiene, sin conseguir por esto acrecentar su estimación , ni mas que se esparcieran en aquella ciudad; y aunque por las
disminuir la que con tanta gloria se ha difundido por todo el alusiones que hacen los jueces en las sentencias á varios pasa—
orbe á favor del discreto Quijote de su noble competidor. ges de su Quijote se viene en conocimiento de ello , todavía no
102 El silencio de los escritores contemporáneos, ó la cir­ dan suficiente luz para discernir cual de los muchos poetas que
cunspección con que hablaron de Avellaneda los pocos que le alli se nombran fuese determinadamente el fingido Avellaneda.
mencionaron en su siglo, es en realidad una acriminación y car­ 153 Con estos antecedentes, y el mas seguro que tenemos
go muy severo contra la presunción y liviandad délos que cien de su verdadera patria, pudiéramos presumir que la circuns­
años después comenzaron á prodigarle los elogios que no mere­ pección y templanza de Cervantes hácia su rival procedió del
cía. La distancia de los tiempos, y la dificultad* que trae consi­ apoyoy protección que este, como dominico y aragonés, halla­
go para investigar la verdad , han estimulado la curiosidad y la ría en el valimiento y autoridad del confesor .del Ifey Fr. Luis
diligencia de algunos literatos para saber quien fue el disfrazado de Aliaga, religioso de la misma órden, y natural de Zaragoza,
Avellaneda; y aunque estamos muy lejos de dar importancia á que gozaba de gran privanza é influjo en la corte y en los nego­
esta cuestión, creemos preciso sin embargo espo'ner lo que otros cios públicos; pero con tan señalada ingratitud hasta con su
han llegado á inquirir ó conjeturar con algún fundamento. bienhechor el duque de Lerma, y con modales tan groseros y
Cuando D. Nicolás Anloino hizo mención de aquel torpe nove­ desabridos, que escitó las quejas de muchas gentes, la censura
lista en su Biblioteca manifestó bien á las claras el poco aprecio de algunos escritores coetáneos, y el destierro y privación de
que le merecía, y la disparidad de su ingenio con el de Cervan­ sus dignidades cuando entróá reinar Felipe IV- No era estrauo
tes. El Si*. Mayans esforzó mas esta censura ; pero inclinado a pues que Cervantes en aquellas circunstancias, hallándose au­
hallar misterios en las expresiones da este escritor, juzgó por al­ sente de su favorecedor el conde de Lentos, y este rodeado de
gunas del prólogo de la segunda parte del Quijote, que su ene­ lós Argensolas, que también eran aragoneses y podían influir
migo era hombre poderoso y calificado, y que por esto no se ttucho en mejorar su situación , prefiriese reservar el nombre
atrevió á nombrarle; bien que vacilante en su concepto hallaba y calidad de su adversario, por el decoro que merecían su esta­
también que pudo ocultar cuidadosamente su nombre para no do 1 profesión y conexiones , á descubrirle y correrle en pu­
dilatar su lama por ser persona baja y despreciable. Con mayor blico, conforme á los impulsos de su enojo y propia satisfacción:
firmeza y verosimilitud opinó el P. Murillo cu su Geografía conociendo, como lo dijo en sus novelas, que hasta los cobar­
histórica que era eclesiástico; y D. Juan Antonio Pellicer, que des y p0CQ animo son atrevidos e insolentes cuando son fa­
trabajó con mas empeño en adelantar esta investigación, no so­ vorecidos,? se adelantan á ofender á los que valen masque
lo apoya este juicio , sino que añade era religioso de la órden ellos. Mas segura es la noticia que tenemos de que era aragonés,
de predicadores, fndícanlo en electo con mucha probabilidad y uode TordesillaS, como quiso suponerlo, no solo porque lo
226 VIDA DE CERVANTES. aay
declara asi Cervantes repetidas veces, sino porque lo acredita ma, que sin duda es mas ingeniosa y discreta que amena y agra­
y hace manifiesto de uu modo indudable su lenguage y estilo, dable; pero el desahogo que dió á su corazón manifestando
y el uso de ciertas voces y modismos propios de aquel reino, y descubiertamente su estremada pobreza y necesidad, la calidad
que no pudo ó no supo evitar, como los evitaron otros buenos y de sus méritos como soldado y como escritor, el abandono y
cultos escritores aragoneses de aquella edad , especialmente los olvido de sus antiguos amigos, la indiferencia y desatención
dos hermanos Argensolas , de quienes decía Lope de Vega que de los proceres sus Mecenas, y la pertinaz injusticia de su mala
parece finieron ele Aragón á reformar en nuestros poetas la estrella, le proporcionaron uu desquite público é ingenuo, en
lengua castellana. que lució no mtínos la severidad y rectitud de su juicio, que la
154 La cual efectivamente comenzaba por este tiempo á de­ templanza y moderación de su carácter. Acaso por estas razo­
caer de aquella dignidad y elegancia que había adquirido y con­ nes ó por el rezelo que tenia de que no fuese bien acogido del con­
servado en el siglo anterior; y eran mucha parte para esta deca­ de de Lentos este nuevo trabajo, resolvió dedicarle á D. Rodri­
dencia y corrupción la infinita casta de poetas, que sin otro go de Tapia, caballero de la orden de Santiago , que en su edad
númen que su capricho, ni otro estudio que su destemplada ima­ juvenil cultivaba cou afición y adelantamiento las letras hu­
ginación, profanaban el templo de las musas, anteponiendo las manas.
vanas sutilezas del ingenio ala nobleza y dignidad de las gran­ 156 A continuación de esta obra, que salida luz en fines de
des pasiones, y el boato de unas metáforas estravagantes y de 1614, publicó la Adjunta al Parnaso, dialogo en prosa, en
unas voces latinizadas y oscuras á la elegancia y perspicuidad que pintó con sumo donaire y desenfado el encuentro y con­
de nuestro bello idioma: contagio que cundió rápidamente aun versación que tuvo con un poeta novel que le traía una carta
éntrelos ingenios mas sublimes de aquella época, y halló en el del dios Apolo, incluyéndole las ordenanzas y privilegios para
vulgo un abrigoy aplauso tan general como estraordiuario. Para los poetas españoles. El objeto de estos opúsculos parece el mis­
oponer algún dique al torrente de tanto mal escribió Cervantes mo que el del Piage al Parnaso; pero se descubre mas deter­
su P'iage al Parnaso, imitando al que habla publicado en Italia minadamente el de dar á conocer sus comedias, y publicar sus
César Caporal!, natural de Pcrusa, poeta parecido áél , no me­ quejas con los comediantes, porque teniendo sus poetas pania­
nos en su agudo y festivo ingenio, que en su triste y desdichada guados, no se las pedian ni compraban, sabiendo que algunas
suerte. Alabéen esta obra á los poetas dignos de este nombre, habían sido representadas anteriormente con general aplauso,
dándoles el lugar eminente que merecían en nuestro Parnaso, y que oirás podrian obtenerlo por su novedad, cuaudo no por su
y desterró de él á la muchedumbre de copleros corruptores de mérito, respecto á no ser aun conocidas del público. Este des­
la noble poesía y del idioma castellano , de aquellos que habla* den de los farsantes, y su interesada parcialidad, hirió tan vi­
bau unos latin y otros algarabía, y eran la idiotez y la arro­ vamente el amor propio de Cervantes, que ya en este dialogo
gancia del mundo, según sus propias espresiones. Pero como manifestó su intención de dar á la estampa aquellas comedias pa­
Cervantes, aficionado a estos estudios desde su infancia, se con­ ra que el público juzgase desapasionadamente de su mérito, y
templaba digno por su inventiva de ocupar un lugar distinguí* de la preocupación é injusticia de los que se las desacreditaban.
do entre los mas clásicos poetas, y se veia por otra parte pobre 15y Para cumplir su promesa hubo de espónerse á nuevos
y necesitado en el último tercio de su vida, aprovechó esta oca­ desaires y desengaños; porque habiendo compuesto por enton­
sión para informar á Mercurio y representar á Apolo sus servi­ ces, pensando que aun duraban los tiempos de sus aplausos y
cios militares y literarios, y cuán mal atendidos habiaii sido de alabanzas, algunas comedias sin poder conseguir se represen­
los hombres que podían remunerarlos, valiéndose como poeli'i tasen en el teatro, las arrinconó en un cofre, condenándolas á
según observó oportunamente Ríos, del ministerio de los dio* perpetuo silencio. Instigado de su pobreza, y ansioso de apro­
ses, para que el sufragio de los unos confundiese la injusticia vechar este trabajo para socorrerse, trató poco después de ven­
é insensibilidad de los otros. derlas al librero Juan de Villaroel; pero este le manifestó con
155 Cervantes se preció mucho de la invención de estepoc" mgenuidad que se las compraiia desde luego á no haberle di-
11E CERVANTES. 22 g
228 VIDA
cacion de sus doctrinas á la práctica y ejercicio de las artes ó
cho un autor de título que ele su prosa se podía. esperar mucho,
facultades mecánicas; y por 110 parar en esto la consideración
pero que de su verso nada. Mortificóle en cstremo la respuesta,
se han empeñado algunos en defender ó disculpar á Cervantes
por el alan que siempre tuvo de parecer poeta, y en medio de
de los errores y absurdos de sus comedias con sulilezasy evasio­
tal pesadumbre y desabrimiento, volvió a' repasar sus comedias
nes tan singulares como desatinadas. Hizolo asi l). Blas Nasar-
V entremeses, que no le parecieron tan malos que no merecie­
re, quien después de haber reimpreso con 110 merecidos elo­
sen salir á la luz y censura pública. Con este objeto trató de nue­
gios el Quijote de Avellaneda, reimprimió también en 174-9 las
vo con el librero Villaroel, con quien se concertó al fin, ven­
comedias y entremeses de Cervantes, para sacarlas, según dice,
diéndole el privilegio, que pagó razonablemente, evitándole la
del olvido en que yacían , mientras que las demas obras de este
molestia de tener cuenta cou dimes y diretes de recitantes. De
autor ocupaban la atención do todas las naciones cultas, y de
resultas de este convenio se publicaron en setiembre de i6i5
las personas de buen gusto. En su concepto compuso Cervan­
ocho comedias y otros tantos entremeses, con una bella dedi­
tes estas comedias con el fin de ridiculizar las de su tiempo, ha­
catoria al conde de Leíaos, y un prólogo tan discreto como eru­
ciéndolas artificiosamente malas para motejar y castigar las
dito é importante para la historia del teatro y de la comedia
comedías defectuosas y disparatarlas que se introducían como
española.
buenas; purgando por este medio el depravado gusto y viciada
158 El público miró con indiferencia estas obras, y los
moral del teatro, asi como escribió el Quijote para burlarse de
farsantes no las adoptaron para sus representaciones, sin em­
los libros de caballería. El señor abate Estopillas supone tam­
bargo de verlas publicadas» No era estraño que asi sucediese,
bién en abono de Cervantes, que la malicia de los impresores
cuando ja Lope de Vega habla inundado el teatro con maravi­
publicó con su nombre y prólogo aquellas extravagantes come­
llosas composiciones, y otros muchos escritores muy aprecia­
dias, correspondientes al depravado gusto del vulgo, stipi 1-
bles é ingeniosos le ayudaban á sostener esta gran máquina con
miendo las (pie-verdaderamente eran de et, ó trasjbrmd'idolas
suma aceptación y aplauso de las gentes. Bien lo conocía Cer­
en un todo.
vantes, y por lo mismo lo espuso con franqueza y sinceridad 160 No pueden darse mayores pruebas de la irregularidad
en su prólogo; y ya fuese que el dictamen de sus amigos, ó sus
de tales dramas, que la eslravagancia é impertinencia de los
propios desengaños, le hicieron mirará mejor luz sus composi­
efugios é invenciones conque pretenden defenderlos o discul­
ciones, 110 se atrevió á encarecerlas, contentándose con decir
parlos ambos apologistas. Basta conocer el teatro de aquel tiem­
que ni eran desabridas ni descubiertamente necias, que el verso
po, para ver que los delcctos d-e las comedias de Cervantes eran
era el mismo que pide esta clase de obras, y el lenguage el pro­
comunes á todas ó á la mayor parte de las que entonces se es­
pio y característico de los personages que en ellas se introdu­
cribían y representaban: que las mismas que Cervantes celebro
cen;;' en fin, como para satisfacer á los lectores desconteutadizos,
como escclentes y arregladas á los preceptos del arte, y que se
V acreditar sus conocimientos en las leyes de la poesía dramáti­
recitaron con tan singular aplauso y concurrencia pocos años
ca, ofreció al público corregir todas aquellas faltas que-se le ha­
antes, la Isabela, la filis y la Alejandra de Argensola; la In­
bían notado en otra comedia que á la sazón componía, intitula­
gratitud vengada de Lope de Vega; el Mercader amante de
da el Engallo á los ojos , la cual ni salió á luz, ni se ha con­
Gaspar de Avila, y ta Enemiga favorable del canónigo Cran-
servado, como seria de desear para juzgar del acierto de aquel
cisco Tan-ega, abundan de impropiedades y faltas que las ha­
escritor, y convencerse de si ya que logro conocer sus defectos,
rían intolerables en el di 1; y que el Trato de Argel y la hu­
tuvo el juicio y discernimiento necesarios para evitarlosy cor­
mánela, que hemos visto impresas recientemente, y que Cer­
regirlos.
vantes reconoce por suyas, asegurando la aceptación que me­
i5g Tal vez se 11 tibiera entonces comprobado aquella ver­
recieron en la escena, sin embargo de los absurdos que ahora se
dad bien conocida de que hay muchos hombres de gran penetra­
notan, nos confirman en que son igualmente suyas las pu­
ción para los estudios teóricos y especulativos, que carecen ab­
blicadas en 1615, como lo confiesa en su dedicatoria y prólo-
solutamente de la disposición y aptitud necesarias para la apli-
I)E CERVANTES. 2ÎI
23o VIDA

go; y que solo la vicisitud de las costumbres, y la delicadeza Mr. Florian , tan justo apreciador de nuestra literatura , hace
y mejora del gusto público, pudieron reprobar ó desdeñar en de los entremeses de Cervantes, diciendo que valen mas que
las tablas las mismas comedias que veinte ó treinta años antes sus comedias , y que todos tienen naturalidad y gusto cómico ,
se habian aplaudido con tanto empeño é interes, y alabado aunque algunos son demasiado libres; pero que son admirables,
con tanto hipérbole y encarecimiento, citando á su autor entre sobre todos el titulado la Cueva de Salamanca , á cuya imita­
los hombres celebres que ¡lustraron la dramática española, como ción se escribió la opera cómica francesa el Soldado mágico, y el
lo hicieron Agustín de Rojas en su Kiage entretenido, y el JJr. Retablo de las maravillas, que dió materia al célebre Pirón para
Snarez de Figueroa en su Plaza universal. una ópera en coplas llamada el Falso prodigio, aunque muy infe­
t6r Mayor aprecio lian merecido respectivamente Jos en­ rior á su original. Asi Lope de Vega compuso por los años de i5g8
tremeses: dramas ó diálogos breves , jocosos y burlescos, que su comedia los Cautivos de Argel, tomando suargumenlo, casos,
para dilatar y hacer mas varias y agradables las representacio­ escenas y aun espresiones del Trato de Argel, que mucho an­
nes teatrales, intercalaban entre los actos ó jornadas de las co­ tes había escrito Cervantes. Repitió este en sus entremeses al­
medias, cuando eran todavía unos coloquios á modo de églogas, gunos asuntos ya tocados en sus novelas, como los ocurridos en
según dice Cervantes; pero luego que á estas se las dio mayor casa de Monipodio, los lances del zeloso Cañizares , la conduc­
ostensión, dignidad y ornato, introduciendo en su acción re­ ta de Roque Guiñart; y dejó de publicar otros no menos gra­
yes, reinas y otras personas graves, como empezó á practicarlo ciosos y discretos, como el de los Habladores, que se imprimió
Juan de la Cueva , seguido por Cervantes y otros, entonces y publicó en Sevilla el año de 1624. Algunos han creído que es­
quedó la costumbre de llamar entremeses d las comedias an­ cribió también autos sacramentales, y aun le atribuyen el titu­
tiguas, donde estaba en su fuerza el arte , siendo una acción lado las Cortes de la muerte, de que habla en el capítulo xi de
y entre gente plebeya, conforme asegura Lope de Vega ; y ta­ la parte 11 del Quijote; pero hasta ahora no hemos hallado fun­
les lian sido los entremeses comunes ya á principios del siglo damento para apoyar estas presunciones.
xvn , y aun muchos años después, hasta que los sainetes mo­ 162 Entre las costumbres mas loables que entonces se conser­
dernos, con mas estension y complicada trama, han adulterado vaban para estimular los talentos en todas las ocasiones de cele­
la sencillez primitiva de su composición ; y aunque estos no bridad pública, deben contarse aquellas concurrencias llamadas
Justas poéticas, muy antiguas entre nosotros, y establecidas, se­
carecen de mérito, especialmente los de D. Ramón déla Cruz,
gún parece, á imitación de las justas ó torneos, donde la noble ju­
liay sin embargo en los antiguos entremeses tan sazonados chis­
tes, tanta gracia y propiedad en los caracteres ridículos y popula­ ventud castellana , haciendo gala y ostentación de su brío y
res, tan oportunos modismos y pureza de lenguage, que han me­ gentileza, se adiestraba en el manejo de las armas y en los ejer­
recido siempre la estimación del público ilustrado, como lo ma­ cicios propios de la caballería. Los ingenios hallaban en aque­
llos certámenes un medio de darse á conocer con honrosa emu­
nifiestan las colecciones que de ellos se han hecho en diferen­
lación , haciendo con sus producciones literarias mas noble y
tes tiempos. Cervantes compuso algunos; pero solopublicó ocho
sublime el objeto y la solemnidad de semejantes funciones.
entre sus comedias , como muestra de su singular ingenio para
Asi sucedió en las que se celebraron en Madrid el año anterior
pintar toda clase de caractéresy costumbres , y como testimo­
de 1614, eori motivo de haber beatificado el Papa Paulo X á
nio de Su maestría y naturalidad para el dia'logo , de su tacto
Santa Teresa de Jesús; pues entreoirás cosas se propuso un
lino y delicado para hallar y presentarlo ridículo y estravagan-
certamen poético, cuyas composiciones latinas y castellanas se
te , y manejarlo con agudeza , amenjdad é inimitable gracejo.
habian de entregar para el de setiembre al procuradoi ge­
Lastímase con razón un escritor moderno de que con tan bue­
neral de los carmelitas descalzos. Cumplido el plazo señalado,
nas disposiciones no se hubiese dedicado de intento á pintar y
seformóel tribunal que debia juzgarlas en la capilla mayor,
ridiculizar en el teatro los vicios sociales de su nación y de su
ante un curso y auditorio tan numeroso como distinguido. Uno
siglo, en cuyo difícil género hubiera sin duda sido tan eminen­
de los jueces era Lope de Vega , que abrió la sesión recitando
te como Moliere. Buena prueba de esta verdad es el juicio que
232 VIDA DE CERVANTES. 233
una oración y un discurso en alabanza de Stftita Teresa , con Vastas, instructivas y deleitables. La principal , y que ten 1a
tal gravedad y gracia en el decir, con tanta propiedad y espí­ comprometida en grao manera Su reputación , era la segund a
ritu en sus acciones , con tal dulzura y eficacia en el razona­ parte del Quijote; ofrecida desde 1604, anunciada como próxi­
miento, con tanta afluencia y ternura en sus afectos, que cau­ ma á publicarse en 161 3, y precedida sin embargo por otra se­
só sunio placer y mocion en el ánimo de los circunstantes.; y gunda parte de uu autor desconocido é inepto, que intentó des­
en seguida, alternando con escelentes coros de música, leyó en acreditar de un golpe el ingenio y las costumbres de Cervantes.
alta voz las poesías que se habían presentado. Ocho eran los Estaba este finalizando su obra cuando Avellaneda publicó Ja
certámenes que se anunciaron al público , y en el tercero se suya; pero este incidente, que le sorprendió é incomodó con es-
proponían tres premios á los que con mas gracia, erudición y tremo, fue un poderoso estímulo para que la concluyese con
elegante estilo , guardando el rigor lírico , compusiesen una tal celeridad, que á principios de i6i5 la presento, solicitando
canción castellana á los divinos éxtasis de la Santa, en la medi­ el permiso para su impresión, aunque esta se dilató, á pesar de
da de aquella de Garcilaso, el dulce lamentar de dos pastores, su diligencia y conato, hasta fines de octubre. Al dirigir las co­
con tal que no escediese de siete estancias. Concurrieron á com­ medias al conde de Lemos en el mes anterior le dijo : £>. Qui­
petencia los mas floridos ingenios de España , y, entre ellos Mi­ jote queda calzadas las espuelas en su segunda parte para ir
guel de Cervantes con una caución tan tierna y elegante, y tan á besar los pies á E. Creo que llegará quejoso , porque
arreglada á las leyes prescritas para aquel certamen, que mere-* en Tarragona te lian asendereado y malparado , aunque por
ció se publicase entre las mas selectas en la relación que de las. sí ó por no lleva información hecha de que no es él el conteni­
fiestas hechas en toda España con este motivo publicó Fr. Die­ do en aquella historia, sino otro supuesto que quiso ser el, y
go de S. Josef, y se imprimió en Madrid en el año de 1615. no acertó aserio. Palabras que denotan no solo el justo resen­
i63 Ya había entonces concluido Juan Yagüe de Salas su timientode Cervantes, sino el bajo concepto que desde luego
poema ó epopeya trágica (como él la llama ) de los célebres, y formó de la obra de su impertinente continuador.
desgraciados amores de Diego Juan Martinez.de Morcilla éIsa­ 165 Es preciso confesar que lema mucha razón y justicia pa­
bel de Segura , llamados comunmente los Amantes de Teruel; ra lo uno y para ¡o otro; pero por lo misino es mas digna de ala­
y deseoso de la perfección de su obra, procuró con loable mo­ barse la geuerosidadycircunspeccioncon que procedió entonces.
deración é ingenuidad que la viesen y corrigiesen una y mu­ A los necios ultrajes é insolentes calumnias de su rival opuso la
chas veces no solo los que en la poesía española tenian esclare­ templaiizay urbanidad de su prólogo, que puede ser modelo de
cido renombre, sino todos aquellos que conoció póseian con es­ contestaciones literarias , y las ingeniosas y festivas invectivas
pecialidad alguna de las artes , facultades ó ministerios de que que entretejió con las aventuras de su héroe, alusivas a la flaman­
trataba por incidencia. Del número de estos censores fueron te historia del disfrazado aragonés. Pero ninguna mas oportuna y
Lope de Vega , Gerónimo de Salas Barbadiilo , Miguel de Cer­ discreta que Ja apología que hizo desí y de suQuijote en la dedica­
vantes y otros, cuyos nombres se conservan al frente de los so­ toria al mismo conde de Lemos, donde, tratando de cuan deseado
netos con que alabaron este libro , como para prevenir con su era su libro, se esplica en estos términos: « Es mucha la priesa
autoridad la benevolencia y el aplauso del público. Es cons­ que de infinitas partes me dan á que le envie para quitar el
tante que muy á principios dé i6i5 obtuvo Yagüe de Salas el ámago y la náusea que ha causado otro D. Quijote , que con
privilegio real para imprimirle y publicarle después de las cen­ nombre de segunda parte se ha disfrazado y corrido por el or­
suras y aprobaciones de estilo; y con lodo no se verificó la im­ be; y el que mas lia mostrado desearle 11a sido el grande empe­
presión hasta después de mediado el año siguiente de 1616 , rador de ia China ; pues en lengua chinesca habrá un mes que
cuando ya habia fallecido Cervantes. nie escribió una carta con un propio, pidiéndome, o por
if>4 Estos ligeros desahogos de su afición á la poesía , ó de mejor decir suplicándome, se le enviase, porque quería fundar
las consideraciones debidas á los literatos y personas de mérito, mi colegio donde se leyese la lengua castellana , y quería que
110 le impedían atender á la composición de otras obras mas e* libro que se leyese fuese el de la historia de D. Quijote :
234 VIDA DE CERVANTES,

juntamente con esto me decía que fuese yo á ser el rector de Cervantes en aumentar ó introducir muchos nombres com­
del tal colegio. Pregúntele al portador si su^Magestad le había puestos para hacer mas rica y elegante nuestra elocución, has­
dado para mi alguna ayuda de costa. Respondióme que ni por ta entonces pobre y diminuta por el desden con que la miraban
pensamiento. Pues, hermano, le respondí yo, vos os podéis vol - muchos eruditos para emplearla en sus obras , y por la nimia
ver á vuestra China á las diez , ó á las veinte, ó á las que venís severidad en admitir tales vocablos, sin embargo del precepto
despachado , porque yo no estoy con salud para ponerme en de Horacio, comoya lo observó Arias Montano. Nótase alli cuán­
tan largo viage ’ ademas que sobre estar enfermo , estoy muy to contribuyó Cervantes á engalanar nuestro romance con cier­
sin dineros • y emperador por emperador, y monarca por mo­ to atavío latino del siglo de Augusto , acrecentando asi su dig­
narca , en ¡Ñapóles tengo al grande conde de Lemos , que sin nidad v pureza. Alii se advierte la propiedad de estas mismas
tantos titulillos de colegios ni rectorías me sustenta, me ampa­ voces en aquel significar simple y vivamente las cosas , satisfa­
ra , y me hace mas merced que la que yo acierto á desear. » El ciendo la curiosidad y el entendimiento , presentándole los ob­
objeto de esta ficción fue no solo renovar la memoria de su po­ jetos cuales son , y descubriendo su esencia , calidades y cir­
breza, tributando a su bienhechor y Mecenas las espresiones de cunstancias. Admírase alli aquel rico caudal, que no consiste
su gratitud y reconocimiento por la liberalidad con que le so­ solo en la abundancia de palabras, sino en aquellos singulares
corría, sino encarecer particularmente su obra, y vindicarla de modos de variar natural y oportunamente una misma espresion,
las atroces é injustas censuras de sus émidos. Lo mas notable dando mayor amenidad y gracia á la elocución y al número. Y
que le achacó Avellaneda recayó sobreque su estilo óidioma era finalmente se observa y encarece la discreción en el uso de las
humildef y que su autor hacia ostentación de sinónimos volunta­ palabras antiguas y nuevas , conforme á la doctrina de Quinti­
rios; y Cervantes, á quien no le era decoroso contestar abierta­ liano ; pues si , habiendo Cervantes enriquecido tanto nuestra
mente a este reparo, quiso contraponer la elegancia y pureza de lengua, usó de alguna palabra forastera, ó fue por mostrarse fes­
su estilo á la incultura y vulgaridad del de Avellaneda, supo­ tivo y sazonado , ó por seguir la corriente de su fácil y amena
niendo que de los países mas remotos le pedían y solicitaban imaginación, y el ejemplo de otros insignes maestros, tales como
ansiosamente su obra , para que por ella se leyese la lengua Perez del Castillo, Mendoza, Ercilla, Coloma y otros. Aun pu­
castellana^ como el testo mas propio y conveniente para apren­ diera alegarse, como prueba de su circunspección en esta parte,
derla: opinión calificada en el discurso de dos siglos por el voto la graciosa censura que hizo visitando 1). Quijote la imprenta de
unánime de los mayores sabios de la nación, y por la respetable Barcelona, del abuso que en esto hacian los traductores, y algu­
autoridad déla academia española. nos jóvenes incautos ó presumidos, que viajando por Italia sem­
166 Fue en efecto constante el conato de Cervantes desde braban despues su estilo de barbarismos italianos. De las pala­
su juventud en cultivar y mejorar el castellano, queriendo ma­ bras antiguas usó también por gracia y jovialidad, como lo hi­
nifestar que era inas vario, fácil y abundante de lo que algunos cieron entre los latinos Cicerón y Terencio; mas con tal opor­
creian , y lográndolo con el feliz éxito que se advierte si se tunidad, que mostró su intención de divertir al lector, y hacerle
compara el estilo de la Galatea con el del Quijote y las no­ menospreciar los libros de caballerías, donde estaban consigna­
velas , y como Jo descubren aquellos críticos juiciosos y ati­ das tales voces y modismos; de las cuales colocó sin embargo á
nados que han procurado analizar el lenguage y estilo de nues­ par de las nuevas y escogidas las que conservaban brío, gracia y
tros mas clásicos escritores. Especialmente merece honorífica espresion, y que lia honrado despues el uso de los doctos por
mención el erudito D. Gregorio Garces, cuando al indagar el lo que agradan y por lo que autorizan el estilo. El de Cervan­
fundamento del vigor y elegancia del idioma castellano, halla en tes fue por estos medios puro en estremo, armonioso en su nu­
Cervantes calidades tan eminentes, que asegura ser el que mas mero, fácil, enérgico y conveniente, y tal que leda un derecho
leba enriquecido , y el hombre mas cabal asi en esta materia indisputable áser colocado entre los príncipes déla lengua cas­
como en el conocimiento de todo lo bueno. En aquella obra se tellana.
ve demostrado con ejemplos el sumo tino y diligencia infatigable 167 Los que han criticado tan maligna y fastidiosamente á
236 vida
DE CERVANTES. 23;

Cervantes el uso de algunos itahaiiismos, ó de otras espresiones 163 Ni aun esta justicia y conven ¡encía podia tener en aquel
que no. tienen ahora toda la pureza y decoro que requiere la tiempo la censura de Avellaneda, y por tanto era mas oportuna
delicadeza de nuestros oidos ó el refinamiento de nuestras cos­ la suposición de Cervantes cuando realmente solicitaban de to­
tumbres , no se han hecho cargo de que hasta fines del siglo xv das partes con empeño la obra del Quijote, y cuando acababa
toda Ja riqueza la recibía el castellano del latín y de' algunos de llegar á Madrid á principios del misino año de ifii5 el emba­
restos del árabe en las provincias meridionales j pero que des­ jador de un rey del Japón pidiendo se enviasen religiosos para
de el reinado de los Royes Católicos y en todo el siglo xvi predicar el evangelio entre sus vasallos , habiéndose bautizado
nuestra dominación en Italia y Flandes, y la frecuente comu­ en la capilla real delante de Felipe III, con mucha pompa y so­
nicación con estos paises connaturalizó en España muchas vo­ lemnidad, un indio noble que aquel monarca enviaba como tes­
ces y frases que forman hoy una parte preciosa del caudal de tigo y prueba de la sinceridad de sus deseos. Ni era menos ade­
nuestro idioma: siéndonos estrañas por consiguiente aquellas cuada la misma parábola en una época en que todavía conserva­
pocas que con menos felicidad que las demas dejó de adoptar el ba la lengua castellana la universalidad y aprecio que la habían
uso, que es el árbitro en materias de esta clase. El autor del dado eu el siglo precedente la gloriosa dilatación del impetioes-
Diálogo de tas lenguas deseaba en tiempo de Carlos V que mu­ pañol por ambos mundos,y la vasta y eminente erudición de
chas palabras italianas que cita, como manejar , cómodo, dise­ sus sabios y literatos. Era el idioma de las cortes de Vicna , de
ñar, discurrir, entretener, facilitar y otras se introdujesen eu Baviera, de Bruselas, de Ñapóles y de Milán: todos se preciaban
el castellano por la falta que en él hacían , y se le cumplieron de saberle, y se tenia a mengua y vergüenza entre las gentes cul­
sus deseos completamente , asi como algunos años después in­ tas é instruidas el ignorarle. Los enlaces de nuestros príncipes
trodujeronduelo por desafío , centinela , mochila, estrada, di­ austríacos con los de la casa de Borbonque reinabaeu Francia,
que , marisco, zapa y otras infinitas D, Gerónimo, de Urrea, estrecharon mas las relaciones de amistad , de comercio y de
D. Diego de Mendoza , Ercilla , Coloma , Suarez de Eigueroa, ¡“teres entre ambas naciones, y dieron tanto auge al idioma que
Cristóbal de Rojas y otros atinados escritores. Y eu cuanto ¡i la facilitaba esta recíproca comunicación , que en aquel reino , se­
pureza , decoro y magestad de las palabras y espresiones ¿ no gún decía Cervantes, ni varón ni mugen deja de aprender la
es bien sabido que se aumenta ó disminuye en proporción de la lengua castellana ; y en París mismo la hablaba gran parte de
mayor ó menor delicadeza del oido , de la civilidad y finura de los cortesanos, aun sin haber estado en España, conforme al tes­
los usos y costumbres, déla estensiony popularidad que van ad­ timonio de Ambrosio de Salazar. Por esta causa y con este obje­
quiriendo, y de la mayor malicia ó ironía que se las da en la con­ to se establecían allí hábiles maestros , que procuraban y pro­
versación y trato familiar , aunque no la tengan originariamen­ movían su enseñanza : se estudiaban con aplauso y aplicación
te ni en su composición ni cu su significado ? Las vocesy espre­ las obras españolas de mayor crédito y de mas castizo lenguage,
siones naturales é ingenuas de Bercco y del Arcipreste de Hila, y eran comunes en manos de los franceses los escritores clásicos
que nos retratan las costumbres puras y sencillas de su tiemoo, de nuestro siglo de oro. Los mismos profesores, aun sin ser es­
no podríamos usarlas hoy con el decoro y propiedad que enlon- pañoles , escribían y publicaban en aquellos paises gramáticas
ces tuvieron : y algunas que usaron Granada, Sigüenza, Riba- y libros castellanos, y varios naturales traducían á esta lengua
deneira y otros del buen siglo las calificamos ahora de vulgares, las mejores obras francesas y de otras naciones. De aquí se ori­
bajas ó indecorosas , sin embargo deque en ellas hallaron estos ginó que se imprimiese entonces tanto libro español en Alema­
ilustres maestros toda la dignidad, gracia y propiedad, que tal nia , Inglaterra , Francia é Italia ; y de aqui que los españoles,
vez lian, perdido por la mudanza del gusto y trastorno de las dominando todos los teatros de Europa, tuviesen eu ellos el mis­
¡deas y costumbres de los tiempos. Estas reflexiones dictadas mo influjo que eri los negocios públicos, como asegura un escri­
por la filosofía y el juicioso discernimiento deben siempre pre­ tor francés , y que sus compañías de farsantes, sosteniendo en
ceder á toda etílica para que sea tan racional y justa como útil l’arisy otras ciudades aquella afición, propagasen y radicasen
y conveniente. ■dli las bellezas y primores de nuestros insigues dramáticos, paia
238 VIDA DE CERVANTES. s3g

que renaciendo poco después con mayor economía, órden y re­ la beneficencia y liberalidad efectiva del conde de Lentos, quien
gularidad en manos de Moliere, de Pedro Corneille y de otros solo por su noble carácter y afición á las letras se dedicó á pro­
sublimes ingenios, fuesen el encanto de todos los pueblos civi­ moverlas con empeño, y á honrar y socorrer con generosidad á
lizados y el triunfo de la filosofía en cuanto á la pintura del ca­ cuantos las cultivaban con utilidad y adelantamiento.
rácter de las pasiones y de la corrección de los vicios ó estra va­ 170 En tanto que de sus compatriotas recibía Cervantes ta­
gancias de los hombres. El mismo Cervantes vio impresa en les desaires y desengaños , y que sus émulos le menospreciaban
París, y después traducida , su novela eZ Curioso impertinente, y perseguían con tanto encono, los estranjeros que venían á Ma­
para instrucción de los que se dedicaban á aprender el castella­ drid , inducidos de la fama y crédito con que corrían sus obras
no , y sabia con cuanta estimación se leian y estudiaban en los fuera de España, le señalaban con el dedo por las calles, y pro­
reinos estraños su Galatea , sus demás novelas , y la primera curaban con instancia lodos los medios de conocerle y visitarle,
parte del Quijote , mientras que en su patria vivia desvalido y para proporcionarse su trato y comunicación familiar. El licen­
abandonado. Estas circunstancias dan mayor realce á la alego­ ciado Francisco Márquez de Torres, capellán y maestro de pa-
ría de que usó en su dedicatoria , en la cual presentó la verdad ges dé! arzobispo de Toledo , que censuró la seguuda parle del
en todo su esplendor, aunque con tal delicadeza y discre­ Quijote, nos ha conservado uu testimonio irrefragable de este
ción , que sin ofender á ninguno en particular , fuese capaz de aprecio tan eslraordinario que tributaban áCervantes fuera de su
sonrojar á los que debiendo, por su opulencia ó elevación, pro­ patria. «Bien diferente (dice en su aprobación dada en 27 de fe­
mover y fomentar las letras , las miraban con indolencia y des­ brero de i6i5) han sentido de los escritos de Miguel de Cervan­
den, y dejaban de aplaudir y premiar á los ingenios sublimes y tes, asi nuestra nación como las estradas, pues como á milagro de­
desvalidos, que ilustrando á la nación con sus obras, vinculaban sean ver el autor de libros, que con general aplauso , asi por su
en ellas para siempre la gloria de su nombre. decoro y decencia, como por la suavidad y blandura de sus dis­
169 Muchos son los escritores de aquel siglo que se lamen­ cursos, han recibido España, Francia, Italia, Alemania y F laudes.
tan de esta falla de protección con que el gobierno miraba á los Certifico con verdad que en a5 de febrero de este año de 615,
hombres de mérito; pero Cervantes habla tenido un desengaño habiendo ido el ilustrísimo señor D. Bernardo de Sandoval y
y convencimiento propio, que tal vez intentó disfrazar en la Rojas, cardenal, arzobispo de Toledo, mi señor, á pagar la vi­
mencionada parábola. Hallábase Felipe III en un balcón de su sita que á su ilustrísima hizo el embajador de F rancia, que vino
palacio de Madrid, y espaciando la vista observó que un estu­ á tratar cosas tocantes á los casamientos de sus príncipes y los
diante leia un libro á orillas del rio Manzanares , é inter­ de España , muchos caballeros franceses de los que vinieron
rumpía de cuando en cuando su lección dándose en la frente acompañando al embajador , tan corteses como entendidos , y
grandes palmadas, acompañadas de estraordinai ios movimien­ amigos de buenas letras , se llegaron á mí y á otros capellanes
tos de placer y alegría. Atento el rey á todo adivinó inmedia­ del cardenal mi señor , deseosos de saber qué libros de ingenio
tamente la causa de tal distracción y enagenamiento , y dijo '• andaban mas validos; y tocando acaso en este , que yo estaba
Aquel estudiante o está fuera de si, ó lee la historia de D. Q'" censurando, apenas oyeron el nombre de Miguel de Cervantes,
yoíe. Presurosos los palaciegos en ganar las albricias del acierto cuando se comenzaron á hacer lenguas , encareciendo la esti­
de su príncipe, corrieron á desengañarse, y hallaron que el es­ mación en que asi en Francia como en los reinos sus confinan­
tudiante leia con efecto el Quijote; pero ninguno de ellos al par' tes se teiiian sus obras, la Calatea, que alguno dellos tiene cas1
ticiparlo al soberano le hizo memoria de su autor, ni del aban­ de memoria, la primera parte desta y las novelas. Fueron tan­
dono en que vivia , lleno de años , de méritos y de desgracias: tos sus encarecimientos, que me ofrecí llevarles que viesen el
y asi se malogró la ocasión mas oportuna de haberle conse­ autor dellas, que estimaron con mil demostraciones de vivos de­
guido alguna pensión ó socorro para su sustento. A esto p°" beos. l’regun táronme muy por menor su edad, su profesión, ca­
dría igualmente atribuirse la memoria que hizo del empera­ lidad y cantidad. Hálleme obligado á decir , que era viejo , sol­
dor de la China, prefiriendo ásu aprecio estéril y vanos elogtuS dado, hidalgo y pobre: á que uno respondió estas formales pa-
24° VÍDA
DR CERVANTES. J/Q
labras; ¿pues d tal hombre no le tiene España muy r¡co,y sus­
«dieron hecha en Lóndresen 1738 con tanto esmeroy magnifi­
tentado del erario público? Acudió otro de aquellos caballeros
cencia por J. y R. lonson en cuatro tomos en cuarto mayor,
con este pensamiento y con mucha agudeza, y dijo : s¿ necesi­
dad le ha de obligar d escribir , plega á Dios qñenunca tenga en la cual se incluyó la primera vida de Cervantes que se habia
abundancia para que con sus obras, siendo el pobre, haga ri­ escrito á instancias de milord Carteret por D. Gregorio Mayans
co diodo el mundo. » Espresiones agudas y discretas, que descu­ y Sisear: la que publicó el mencionado Bowle en Salisbury y en
briendo la urbanidad y buen gusto de quien las decia, eran una Londres año de 1781 en seis volúmenes en cuarto mayor; con­
delicada apología de Cervantes, y una táéita pero severa invec­ teniendo los dos últimos las anotaciones á la obra y varios índi­
tiva contra la indolencia con que nuestra nación miraba los ces, entre los cuales hay uno copiosísimo de las palabras usadas
grandes ingenios que Ja daban tan subida reputación y gloria en en ella, al modo del que suelen tener las esquisitas ediciones de
todo el orbe literario.
los autores clásicos latinos : la que en el año de 1804 hizo en
Berlin el señor Luis Ideler, astrónomo de aquella reai academia
171 Resultas fueron de este aprecio tan estendijo y univer­
de las Ciencias, en seis volúmenes en octavo mayor , dedicán­
sal la multiplicación de ediciones y traducciones del Quijote por
dola al señor Federico Augusto TVolf, profesor de poesía y elo­
todas partes. « Treinta mil volúmenes se lian impreso de mi
historia (decía D. Quijote), y lleva camino de imprimirse trein­ cuencia en la universidad de Halle ; en la cual , con la mira de
dar un texto correcto del Quijote , y facilitar su inteligencia á
ta nnl veces de millares si el cielo no lo remedia.» « Tengo pa­
los estrangeros, eligió por modelo la edición de Pellicer, inser­
ra mí ( habia dicho anteriormente) que el dia de hoy están im­
tando su discurso preliminar ., su nueva vida de Cervantes, y
presos mas de doce nnl libros de la tal historia; sino dígalo Por­
las notas á la obra , aunque omitiendo algunas digresiones ó
tugal, Barcelona y Valencia , donde se lian impreso, y aun hay
fama que se está imprimiendo en Aciberes; y á mí se me traslu­ particularidades que solo pueden interesar á los españoles , y
ce que 110 ha de haber nación ni lengua donde no se traduz­ sustituyendo otras del doctor Bowle , y muchas esplicaciones
de las voces, frases y refranes difíciles, con sus correspondencias
ca. » Cumplióse este vaticinio de Cervantes de un modo tal vez
muy superior á sus esperanzas , porque pocos años después se a veces en los idioiflas aleman y francés. Otra edición del
Quijote en cuatro volúmenes en octavo se publicó en Burdeos
habían hecho ya dos ediciones en Veuecia de la traducción ita­
el mismo año , arreglada enteramente á la que con tanta belle­
liana de Lorenzo Franciosini , natural de Florencia. Los fran­
ceses , que también se apresuraron á traducirla , cuentan ya el za y coreccion tipográfica habia hecho en Madrid la imprenta
dia de hoy siete traducciones diferentes. Los ingleses, constan­ re>il pocos años antes ; asi como en la publicada en Paris el año
de 1 bten s¡ete volúmenes se ha seguido el texto de la edición
temente apasionados á Cervantes , y dignos apreciadores de su
obra, 110 jiolo tienen desde el año de 1620 diez traductores de de la Academia, reuniendo á la vida de Cervantes con sus prue-
ella , como lo son Shelton , Gayton , Ward , Jarvis , Smollet, y el análisis y plan cronológico del Quijote escritos por
lEos , las notas y comentarios de Pellicer. Y finalmente los pa­
Ozell, Motteus, VV illmont, Durley y J. Phdips, sino un comen­
tador tan diligente y erudito como el doctor Juan Bowle. En peles públicos anunciaron la nueva edición que de la traducción
Alemania se han hecho y publicado modernamente dos traduc­ Inglesa de Jarvis habia ofrecido Mr. Belfour, adornada con niag-
Bíhcas estampas , ilustrada con notas históricas, críticas y lite­
ciones , la una por el señor Tiek, y la otra por el señor Soltau,
que parece es la mas apreciable por su exactitud. DisfrútanJe rarias, asi sobre el texto como sobre la vida de Cervantes, y so-
B'e el estado de las costumbres y de la literatura en el siglo en
en sus respectivas lenguas Portugal, Holanda y otras nacionesjy
que floreció.
es de notar que en muchas de ellas, conociendo cuánta fuerza y
vigor pierden semejantes obras al trasladarlas del originarse *72 Esta aceptación tan unánime , tan general y tan sosle-
n'da, ha sido constantemente autorizada por el juicio y dictá-
lian multiplicado Jas ediciones castellanas, ilustrándolas con no­
uren de |os |nas sa],¡os y respetables literatos. El doctísimo Pe-
tas, comentarios y discursos , y adornándolas con escelentes es­
’ ro Daniel Huet juzgaba á Cervantes digno de ser colocado en—
tampas. Merecen contarse con especialidad en este número ¡a
'C los mayores ingenios de España. El P. Rapin calificaba al
VIDA DE CERVANTES. 2^3
Quijote por una sátira muy tina , superior á cuanto de este gé­ holandés Justo Van-Efen queria que esta obra se pusiese en ma­
nero se había escrito en los últimos siglos. Mr. Gayot de Pita- nos de la juventud para amenizar su ingenio y cultivar su jui­
val en su obra de las Causas célebres, presentando á los jueces cio , por la elegancia de su estilo , por la agradable variedad de
como modelo en casos estraordinarios los juicios ó senten­ sucesos que enlaja , por su moral admirable , y atinadas refle­
cias de Sancho en su gobierno, llama al Quijote la fallida xiones sobre las costumbres de los hombres , por el tesoro que
mas ingeniosa del mundo. El culto Saint Evremont decía que contiene de juiciosas censuras y esceleutes discursos, y con es­
de cuantos libros había leido, de ninguno apreciarla mas ser pecialidad por la sal con que lo sazona todo. Finalmente algunos
autor que del D. Quijote , y que no acababa de admirarse cómo Cuerpos sabios han honrado el Quijote, meditando ilustrarle,
supo Cervantes hacerse inmortal hablando por boca de un lo­ ya por lo respectivo á la cronología y geografía, ya por lo to­
co y de un rústico. El juicioso abate Du-Bos -, observando que cante á las alusiones de personas y sucesos verdaderos.
todos los pueblos tienen sus fábulas particulares y sus héroes 173 Merece nuestra memoria la resolución que la academia
imaginarios, y que los del Tasso y del Ariosto no son tan cono­ de ciencias , inscripciones , literatura y bellas artes establecida
cidos en Francia como en Italia , asi como los de la Astrea son en Troyes en Champaña , tomó á mediados del siglo pasado de
mas desconocidos de los italianos que de los franceses, asegura comisionar un académico para viajar por España con el objeto
que solo la fábula del Quijote ha logrado la gloria de ser tan co­ de averiguar las circunstancias de la muerte del pastor Grisós-
nocida de los estrangeros como de los compatriotas del ingenioso loino, y el lugar ó paraje de su sepulcro y enterramiento , pro­
español que supo crearla y darla á luz. Por eso le llamaba ini­ curando al mismo tiempo recoger otras noticias para ilustrar el
mitable el autor déla Eloísa, y le preferia á todos los escritores de Quijote, arreglar un itinerario de sus viages , y formar una
imaginación. El traductor francés Mr. F lorian áíirma que Cer­ tabla cronológica de sus sucesos y aventuras , á fin de hacer
vantes es acaso el único hombre que por medio de una invención una traducción francesa mas exacta y fiel que las que se cono­
tan original como ingeniosa haya obligado á los lectores á seguir­ cían , y una edición superior por su corrección y magnificen­
lo eu su historia no solo sin fastidio ni cansancio, sino con admi­ cia á todas las anteriores. Tan laudable y honorífico era
ración y contentamiento. El autor del Espíritu de las leyes, el cé­ el acuerdo y empeño de aquellos literatos , como escesiva
lebre Montesquieu, aun cuando injuria nuestra nación con noto­ su sencillez y credulidad cu persuadirse de la existencia de
ria falsedad y malevolencia, no puede disi mular el mérito del Qui­ ms personages que solo cupieron en la fecunda fantasía
jote , diciendo que es el único libro bueno que tenemos: propo­ de Cervantes , y de la realidad de unos hechos que son pura­
sición tan inexacta, como honorífica á Cervantes. El fecundo mente ideales ó alegóricos, sin tener presente cuanto habia re­
poeta ingles Samuel Butler en su poema satírico y burlesco in­ flexionado el erudito Iluet en su tratado sobre el origen de esta
titulado Iludibras contra los presbiterianos del tiempo de Olive­ clase de novelas, relativamente á la idea que tuvo Cervantes en
rio Croinwell : los insignes sabios de aquella culta nación Po­ suponer arábigo el original de la suya, JNo comprendiendo esta
pe, Arbuthnot y Svvift en las Memorias que escribieron man­ ‘»vención, y persuadidos los académicos de Troyes de que esta
comunados de Martín Scriblero para satirizar el abuso de la °»ra árabe existiría entre los manuscritos de la biblioteca del
literatura y pedantería en las ciencias: Jos escritores franceses Escorial, prevenían en consecuencia á su comisionado que la
Pedro Carlet de Marivaux en su obra Les folies romanesques, Confrontase con la traducción de Cervantes, prometiéndose que
ó el D. Quijote moderno: el autor del Oufle y el del O. Qu'jote •le este trabajo y de la publicación del original pudieran resul­
en Pai is. Mr. <1 \ ssicux eu el nuevo L). Quijote; y aun en Es­ tar gran utilidad é ilustración á la literatura.
paña el festivo autor del Gerundio ,el del Quijote de la Cantu- >74 Vero en medio de tantos y tan recomendables elogios
,r'a , y otros muchos de estas y diferentes naciones , todos se como ha merecido el Quijote, y de la unánime aceptación de dos
propusieron por modelo al ingenioso hidalgo de la Mancha, y 51glos, no han faltado críticos nimiamente severos que abultan­
todos aspiraron con empeño , aunque no con igual acierto, á do ó engrandeciendo sus lunares , han pretendido mitigar sus
imitar su plan, sus aventuras y sus gracias. El juicioso diarista alabanzas, ó contener la corriente de sus aplausos ; pero ipusic-
DE CERVANTES.. s4®
I VIDA
por mas que no.solo, lia gustado , sino quc-e.n.su dictamen nada,
ra yo (les (liria el mismo Cervantes) que tos tales censurado- hay mejor imaginado, ni referido.con mas.gracias; y finalmente-
■res fueran nías misericordiosas y menos escritpiílasos, sin ate­ abulta y encarece tanto hasta, aquellas omisiones y lunares que-
nerse d los átomos del sol clarísimo de la obra de que murmu­ reconoció el mismo Cervantes.,.ó descubrieron sus émidos pa­
ran...... y quizá podría ser (pie lo qWe d ellos les parece mal-, razaherirle, que contradice y se opone ala opinión general que
fuesen lunares que tí las veces acrecientan la hermosura del le califica de uo critico fino y juicioso, y solo v.e en él una ima­
rostro que las tiene. En'el año de 164^ publicó en Francia Mr. ginación agradable y fecunda , pero sin corrección ni exactitud--
Sorel una obra intitulada Le fíerger extravagante con el obje­ Es notable que toda la censura recae sobre la, primera parle
to de ridiculizar los libros decaballería-, y también los de poe­ del Quijote,, y con tanta semejanza con la que hizo Avellaneda*
sía ; y censurándole algunos’escrrtores coetáneos que no había que puede sospecharse haber tomado de ella el crítico ingles los.
hecho mas que imitar y repetir el pensamiento de Cervantes, principales cargos y fundamentos, según opina el mismo defen­
intentó desva uecer-esta objeción procurando manifestar no solo sor de Cervantes. Este-añade que para.apreciar tales acusacio­
'que su obra era original, sino que-la de Cervantes estaba llena de nes basta confrontarlas con. el, libro censurado , y entonces la
’inverosimilitudes , como las Labia a' su parecer en las aventaras complacencia y el buen.; gusto délos lectores encontraran tan­
de casa de los duques y gobierno de. Sancho Panza ; en que el tas bellezastales gracias, tan escelentes pinturas, tan oportu­
cura, el barbero y el bachiller Sansón Carrasco dejasen su al­ nos caracteres, que aquellos lunares tan fastidiosamente repelí—
dea y domicilio por seguir á D. Quijote ;y en los episodios dos por la maledicencia desaparecen de la vista., y este agrado y
-agenós de la censura de los libros caballerescos en que se dis­ embeleso , que solo es propio.de la belleza y sublimidad en las.
trajo Cervantes} con otros reparos no rnenos frívolos, y con ma­ obras de imaginación., sera ia, mejor apología del fabulista es­
yor número de equivocaciones mucho mas absurdas y repren­
pañol ,
sibles: con las cuales acreditó bien á las claras la superchería de 176 No es estraño- que unos eslra.ngcros hablasen asi de
un escritor que corrido de ver descubierto su plagio ó su falta Cervantes para liscmgear su amor propio,, cuando otros es­
de imaginación , trató de criticar y zaherir á su modelo con la critores patricios y coetáneos, suyos , que le debieron suma
misma osadía y petulancia con que se atrevió á esgrimirsu libre indulgencia y encarecidas alabanzas, lejos de corresponder
•pluma contra Homero, Virgilio, el Ariosto, el Tasso, Ronsard á tanta generosidad.* procuraron zaherirle y desacreditarle,,
y otros; sin reflexionar que el hecho solo de colorar á Cervantes aunque coala timidez y simulación que califican, los procedeies.
•entre tan claros varones era concederle aquel mérito sublime y aleves é indecorosos, Nadie se preseiHó;enlon,ces franca y descu-,
original que pasando de siglo en siglo, siempre con entusiasmo biertamente en. la palestra; y e» fácil conjeturar que las mezqui­
,y admiración-, le aseguraba un nombre eterno en las futuras ge­ nas,pasiones que exaltaron, la cólera de Avellaneda , cundieron
neraciones. también entre otros literatos , zelososde que obtuviese Cervan­
17b l)c otro crítico ingles, semejante al anterior, defiende a tes tanto aprecio del público por sus.obras* y de sus ilusties
'Cervantes el autor de un periódico que se publicaba en l’aris protectores la preferencia, las distinciones y beneficios que ellos
-por los años de rydy. Aquel ofensor después de haber atacado a Procuraban afanosamente , y acaso no con éxito tan favorable.
Bavle, áLocke, al P. Malbranché, al Espectador de Addisony á Jal piensa el señor Pellicer que fue el origen de la iionía y de
■otros autores y libros de igual reputación, comienza á juzgar el las invectivas con q,ue Vicente Espinel miento disijunun 11 111c
Quijote de Cervantes confesando la dificultad de sentenciar una Sito.del Quijote , para levantar sobre él á Su Escudero Marcos
•obra , cuya suerte está decidirla por el juicio del público. Sin de Olmegon, qu.e publicó en 16.1,8. Este escritor Labia elogiado-
■embargo de esta prevención, son tantas las inconsecuencias e á Cervantes cu su joven tu: I , le había, tratado despees lamina 1 -
inverosimilitudes que supone en las aventuras del vizcaíno, de «ente en algunas sociedades y .conferencias, se había visto la-,
los benedictinos , de los galeotes y de Dorotea ; tal la difusión c Wecido. de él con honoríficas espresiou.es, y ambos palto« ¡na­
'importunidad en las historias de Marcela , de Zoraida , y dos del cardenal de Toledo , obtuvieron de su generosidad w.
•Cuidosoimpertinente, aunque bien escrita, y en la de Caldcnio,
246 VIDA DE CERVANTES. 2^7

pensión para sobrellevar los trabajos de la vejez y do la pobreza. generosa aficiona las letras y á sus profesores, de los cuales al­
De aquí pudo nacer la emulación que algunos pretenden des­ gunos gozaban por su favor de honradas comodidades, como
cubrir en la dedicatoria de aquella obra y en varias especies dice Salas Barbadillo; y ejemplo notable para precaverse y
sueltas de! prólogo , que intentó apoyar con el dictamen de los cautelarse los poderosos de las pasiones de los que aspiran á
amigos con quienes había consultado, siendo uno de ellos el M. su privanza. Este suceso nos descubre el origen de muchas alu­
hr. llortensio hélix Paravicino, que en su aprobación resumió siones satíricas que vertió contra Cervantes en su obra intitu­
sin duda el parecer de todos , afirmando que de los libros de lada eZ Puóagero, que publicó en Madrid año de 1617. E11 ella
entretenimiento común, es (el Escudero Obregon) el que censuró indirectamente la Gulutea; parecióle abultado y hueco
con mas razón dehe ser impreso,.,.. pues de los de este argu­ el título de Ingenioso hidalgo 1). (Quijote de la Mane haj dis­
mento ( añade) me parece la mejor cosa que nuestra lengua gustóle la calificación de ejemplares de las novelas; burlóse ce
tendrá. Asi este aprobante como sus compañeros habían visto la ocupación de escribir versos en la vejez para justas literarias,
y leído la segunda parte del Quijote publicada dos años antes. como io había hecho Cervautes en las de la beatificación de ¿an­
Como el carácter ó genio de Espinel era conocidamente socar- ta Teresa; satirizóla composición de las comedias, que por fal­
ron, crítico y murmurador, según lo indicó Cervantes en el la de valedor y de estimarlas los farsantes depositó en el suelo
f ia^e al Parnaso , al mismo tiempo que decía era uno de sus de una arca, esperando se* representasen cuando menos en el
mas antiguos y verdaderos amigos, no es inverosímil que aquel teatro de Josafat, donde por ningún caso les faltarían oyentes;
dirigiese sus tiros contra la obra de este , ni que los otros la tu* y finalmente notó aun el haberse escrito la dedicatoria y prólo­
viesen presente para formar un juicio tan apasionado como des­ go del Pensiles entre las ansias de la muerte, como si la gratitud
mentido por la imparcial critica de los sabios posteriores ; pues la moderación no lucran virtudes dignas de acompañar al
aunque sea apreciable la vida del Escudero Obregon , c u ece hombre hasta el sepulcro. Con no menor osadía y mordacidad
de aquellos esenciales requisitos de invención , de filosofía y de criticó el doctor Eigueroa los títulos de varias obras de Lope de
gracias originales , que han hecho al Quijote un libro clásico Vega, de Bartolomé de Torres ÍX'aharro, de D. Esteban Manuel
entre todas las naciones cultas de estos últimos siglos. de Villegas, de Pedro de Espinosa y de otros insigues escrito­
177 Aun es mas descubierta la ingratitud y emulación del res castellanos.
doctor Cristóbal Suarez de Figueroa, natural de Valladolid, 176 Cervantes, mas noble por su carácter franco, modera­
auditor de nuestras tropas en Italia, y escritor benemérito de do ¿ ingenuo, fue siempre indulgente con los demas poetas y li­
la literatura española, Cervantes lehabia colmado de elogios en teratos, y agradecido eslreinadamente con sus Mecenas y protec­
el Piage al Parnaso y en la segunda parte del Quijote con tan­ tores. Espuso muchas veces su concepto y reputación por los
ta prodigalidad, como mengua de la rectitud de su juicio crítico, unos, y vinculó la gloria de los otros á la suya propia, eligién­
y sin embargo nada alcanzó para templar su humor sombrío doles el monumento mas digno de sus virtudes, para lección de
y maldiciente. Sabia la distinguida y generosa protección que los grandes y poderosos del mundo; y los presentó á sus ému­
dispensaba á Cervantes e) conde de Lemos, y estaba quejoso los como el amparo y escudo donde debían estrellarse los lijos
de no haber podido conseguirla, sin embargo de haberle dedi­ de su malignidad. «Viva (les dijo cuando mas le perseguían y
cado un libro para captarse su benevolencia; porque cuando calumniaban) el gran conde de Lemos, cuya cristiandad y libe­
procuró presentársele personalmente, un eclesiástico le impi­ ralidad bien conocida, contra todos los golpes de mi corla for­
dió la entrada, á pretesto de las mu chas ocupaciones de aquel tuna, me tiene en pie, y vívame la suma caridad del ilustiísi-
ilustre persouage: valióse después de un médico para lograr SU «lo de Toledo D. Bernardo de Sandoval y Hojas, y siquiera no
presentación, aunque sin efecto y con igual desgracia, pues /m- haya emprentas en el mundo, y siquiera se impriman contia
//d (según dice) Za/¿ sitiado al conde de ingeniosos^ (pie le ju~g^ »«imas libros que tienen letras las coplas de Mingo Bcvulgo.
inaccesible. Concepto eslraño respecto de un Mecenas tan re­ Estos dos príncipes, sin. que los solicite adulación mia ni otro
comendable por su Virtud, su modèstia, su popularidad, y género de aplauso, por sola su bondad lian tomado á su caigo
248 VIDA DE CERVANTES. 2Í9

el hacerme merced y favorecerme, en lo que me tengo por mas versidad de Salamanca, y después tuvo por maestro al célebre
dichoso y mas rico que si la fortuna por camino ordinario me Ambrosio de Morales, padre de nuestra historia, tan respetable
hubiera puesto en su cumbre.» No eran ciertamente la adula­ por su sabiduría y erudición, como por la austeridad de sus
ción ni los respetos debidos á estos altos personages los que dic­ costumbres. Aquel, apreciado de dos soberanos por .sus talen­
taban á Cervantes tan tiernas y enérgicas espresiones; pues tos, instrucción y prendas escelentes, se abrió camino para
muy semejante^ son las que usó para agradecer los favoresy obtener los mas altos empleos y dignidades de la monarquía:
beneficios que debía á Pedro de Morales, insigne poeta cómico este, llenando de esplendor con su virtud tres sillas episcopa­
y representante de aquella edad, que, según su espresion, era les, mereció que Clemente VIII le honrase con el capelo, y fue
el asilo donde se reparaba su ventura. Ni los elogios que hace elevado á la primada de Toledo, y al empleo de inquisidor ge­
de la gracia, discreción, donaire y gusto cortesano de aquel fa­ neral. El uno dejó en Nápoles insignes testimonios de Su ilus­
vorecedor suyo pueden ser sospechosos, estando apoyados con tración y amor á las artes en el suntuoso palacio de los vire-
los que anticipadamente le habían tributado Lope de Vega y yes, en el magnífico edificio de la universidad, en las grandes
Agustín de Rojas que le conocieron. obras de reducir á campos amenos y salutíferos las lagunas
*79 Mas Por ciertas y verídicasque fuesen tales'espresiones, y pantanos pestilenciales, y en conducir desde el Vesubio las
y justos é ingenuos estos panegíricos, nunca podrán parecer aguas que hermosean la ciudad y fertilizan sus deliciosas ve­
tan imparcialesy desinteresados como los que la incorruptible gas. El otro levantó en Toledo y en Alcalá de Henares monu­
posteridad ha consagrado á la ilustrada beneficencia de aquellos mentos eternos de su piedad, consagrados al culto religioso,
dos principes, que en medio de la indolencia general de su tan propios de su ilustrada devoción como de su zelo pastoral.
tiempo, y de la corrompida educación y frívolas ocupaciones El primero, no pudiendo tolerar la doblez y el falso trato de la
de los nobles, supieron elevarse sobre lodos, cultivando las corle, renunció sus empleos espontáneamente, y se retiró á Ga­
ciencias y las artes útiles, favoreciendo y premiando á sus dis­ licia, donde vivió corno un filósofo cristiano, cultivando las
tinguidos profesores, y labrándose por este medio una corona letras y la amistosa correspondencia de los sabios. El segundo,
inmortal y una reputación estimable entre sus semejantes. .Ins­ aunque vivió entre los cortesanos, supo evitar sus lazos con
to será conservar siempre con amor y veneración la memoria prudencia, y reprender con su ejemplo, con su moderación y
de unos proceres que tanto se esmeraron y distinguieron en so­ desinterés la ambición turbulenta, y la soberbia desdeñosa que
correr y amparar al ingenio mas sobresaliente y desvalido de se nutren y agitan por lo común en los palacios de Jos reyes.
su siglo , alentando Su aplicación , y coadyuvando á la publi­ Ambos, aficionados á las buenas letras, las ilustraban ó promo­
cación de sus obras inmortales ; y 110 será menos útil presentar vían según su inclinación y carácter. El cardenal buscaba con
ahora esta lección y este grande ejemplo á los que por la eleva­ reserva los hombres virtuosos y necesitados para socorrerlos y
ción de su ciase, ó por su opulencia y valimiento, están desti­ fomentar su aplicación, y era considerado generalmente como
nados a influir en la suerte de las naciones, y cu la cultura y el padre de los pobres y el amparo de la virtud. El conde de
felicidad del género humano. Lemos, que era conocido entre ios literatos por sus elegantes
180 I). Bernardo de Saudoval y Rojas , cardenal arzobispo Versos, y por su comedia la casa Confusa, que se represento
de I.oledo, y Id. Pedro Fernandez de Castro, séptimo conde de en Leí iría con grau aplauso y asistencia de la corte, favorecía
Lemos, estaban enlazados por la sangre que calificaba la mayor sin escepcion a todos los hombres de ingenio, y era mirado de
y nías distinguida nobleza de España: ambos recibieron la edu­ estos como su prolector y Mecenas. El primero señaló una pen-
cación ilustrada y varonil, que ya empezaba á decaer, y había S|on a \ Ícente Espinel, y otra igual a Miguel de Cervantes,
producido tantos hombres eminentes en el siglo anterior: el cuando ya la ancianidad v pobreza los privaba de toda conside-
conde de Lemos en el seno de su propia familia, en la cual el lacimi y arbitrios para sustentarse; y apreciando la memoria de
valor, la magnanimidad, la cortesanía y el ingenio estaban como bu maestro Morales, mandó erigirle uu magnífico sepulcro, con
vinculados: el cardenal, siendo aun jóveu, estudió cu la um- Una eicgaule inscripción, pero sin consentir se ejecutase durante
25<J VIDA ne CERVANTES. 201
su vida. El conde, siendo presidente de Indias, escribióla des­ nal que puede competir con los mejores monólogos que Se con­
cripción de una provincia de aquellos dominios, que dedicó á su servan en los poetas y novelistas antiguos. Discretísimo es el epi­
padre, y encargó, á Bartolomé Leonardo de Argensola compu­ sodio de las bodas de Camacho, propia y sencilla la descripción
siese la Conquista de las Molucas, y estimulaba á Valbuena del sitio y de sus campestres adornos, de la abundancia y lim­
á escribir y publicar su Siglo de oro, y otras composiciones que pieza de la comida, y de las danz is y cuadrillas para comple­
le dedicó; y nombrado virey de Ñapóles, no solo llevó consigna tar el festejo; escelente el nudo de la acción al aparecerse Ba­
los tres Argensolas y á otros poetas muy conocidos entonces, silio, natural el desenlace, y proporcionada la duración de esta
para hacer de su palacio un verdadero templo délas musas , si­ aventura. A otra clase superior pertenece la de la cueva de
no que desde allí daba la mano a los que quedaron en España, Montesinos , a la cual baja D. Quijote ,y ve en ella encantado
favoreciendo á unos como á Lope de Vega y á Góngora , alen­ á aquel caballero y á su escudero Guadiana , y á las dos sobri­
tando á otros como á Villegas, y socorriendo á los mas desva­ nas y siete hijas de la dueña Ruidera, dando asi un origen fabu­
lidos como á Cervantes. Ambos fallecieron en Madrid; el carde­ loso á á las antigüedades de la Mancha, y apropiando tan opoi-
nal á los setenta y dos años, colmado de las bendiciones de cuan­ tunamente los nombres de sus ríos y lagunas á los personages
tos le conocían ó esperimentabau los efectos de su tierno y caballerescos que celebraban nuestros antiguos romances y con­
compasivo corazón : el conde de Lemos á los cuarenta y seis de sejas. Este episodio poético , sublime y perfectamente enlazado
su edad, con general sentimiento de los sabios, y cuando la con la fábula principal , es comparable á la bajada al infierno
. fortuna, sacándole de su retiro, parecia prepararle nuevos y deUlises , deEneasy de Telémaco , aunque aplicado con inge­
masgloriosos destinos para hacer la felicidad de su nación. niosa destreza á la manía del hidalgo manchego. Las aventuras
181 Al amparo de tan ilustres protectores se apresuró Cer­ del caballero del Verde Gaban , la de los títeres de maese 1 c-
vantes á componer, corregir y publicar sus obras en estos últi­ droy la del rebuzno son muy cómicas, verosímiles y adecuadas
mos años de su vida, como para compensar el largo tiempo que al carácter del héroe principal, y á las costumbres y usos de sus
había tenido ociosa su pluma, ó como si, presintiéndola proxi­ compatriotas. En contraposición áestos episodios sencillos y vul­
midad de su fin, se anticipase á preparar el monumento de glo­ gares presenta en el de la casa de los duques toda la pompa y ele­
ria que había de salvar su nombre de éntrelas sombras del vación propia de los asuntos épicos : la entrada de D. Quijote
tiempo y del olvido. La segunda parte del Quijote fue la última en la de aquellos señores , la montería tan bien descifrada y des­
producción que dió á luz, asi como la mas perfecta de todas, y crita , la aparición del clavileño y el inesperado término de su
la que por esta razón debe servir de regla para medir la eleva­ viage , el aparato fúnebre de Altisidora, las formalidades de la
ción de su ingenio. La variedad y discreción de los episodios , batalla con el lacayo Tosilos , todo lo hace noble y varonil, en
su proporcionada estension, Su enlace con la acción principal, lo cual levantó el estilo , y lo llenó de máquinas y de ideas
su oportunidad y gracia hacen muy superior esta obra á todas grandes , correspondientes á unos personages poderosos , que
Jas modernas de su clase. Bastará para convencerse de ello re­ tienen gusto en ofrecer á su huésped las maravillosas aventuras
flexionar sobre el nuevo interlocutor que presenta en el bachiller que refieren los libros de caballerías , y que él cree ciertas,
Sansón Carrasco, cuyo carácter socarrón, malicioso y amigo de mientras que los demás interlocutores comprenden lo ridículo
do naires y burlas, da tal amenidad y coopera de tal modo á de tal farsa , y su ostentación vana é ilusoria; por cuyo medio
la continuación y término de la fíbula, que no puede dejar de admira el lector el ingenio de Cervantes, y halla duplicado pla­
causar interes, y de escitar la curiosidad. El artificio con que cer en la manía de D. Quijote y en la simplicidad de Sancho.
aparece Guies de Pasamonte, disfrazado de titerero, bajo el nom­ >8a Bien conoció Cervantes esta oportunidad, esta armonía
bre de inaese Pedro, prueba también el cuidado con que Cer­ y perfecta disposición de los incidentes de su fábula en la segun­
vantes procuró enlazar las aventuras de la primera parte <011 la da parte del Qiujote ; y por eso censuró en ella la multitud é
segunda; pero sobre todo el soliloquio de Sancho en sus apu­ ’■’•pertinencia de los episodios de la primera, dando asi un nue-
ros cuando va á buscar á Dulcinea cu el Toboso, es tan origi­ lüaiimoüio de que pudo acomodarlos con mayor Lino ? 11a-
2 5a vida bE CERVANTES. éS3
,uralidad y analogía á la acción principal. Su erftica fue mas representado el drama pastor al de las Bodas de Camacho^ cotí
general, y de objetos mas nobles é importantes ; pues aun en mas dulzura ensus versos y propiedad en su lenguage que ínteres
el gobierno de Sancho , que entonces se tachó de inverosímil , cu su invención, trama y desenlace; y sabemos que en el teatro
no solo quiso manifestar , como asegura su coetáneo Faria , la trances hay por lo menos siete dramas cuyo argumento es saca -
errada y ridicula elección de sugetos, que generalmente se no­ do de la misma historia. Es sin embargo digna de notarse á es­
taba para los ministerios superiores , sino la que en particular te propósito la juiciosa observación de Mr. Irublet de que
hacían los vireyes y comandantes de Italia, proveyendo los go­ el mismo D. Quijote , que tanto nos entretiene en su historia
biernos y otros destinos de consideración en gente sin calidad, escrita por Cervantes, desmaya, y no agrada igualmente cuan­
sin instrucción , sin buenas costumbres, con gran mengua de do separado de su lugar nativo, se le traslada á las representa­
nuestra nación, y desconsuelo de aquellos habitantes: observa­ ciones del teatro. Esta dificultad en conservar el chiste ó ínteres
ción práctica hecha por el mismo Cervantes en aquel país , y del original es todavía mayor entre los autores españoles, poi­
acomodada en esta invención; la cual es por e.sZo (añade Faria) que por una parte la misma popularidad de esta novela , y el
tan verosímil como cierto haber muchos Sanchos Panzas en ta­ conocimiento que todos tienen del carácter y costumbres de
les gobiernos ; y desta manera escriben y piensan y reprenden sus interlocutores , priva á los poetas de muchos rasgos y re­
los grandes hombres. Otras impugnaciones hay mas detenidas, cursos que podria suministrarles su imaginación; y por otra los
aunque disfrazadas con un velo muy delicado , por ser de tal espectadores echan de menos la serie de la acción, y las inciden­
naturaleza que podían acarrearle persecuciones en descrédito cias que tanto la realzan en el original, y no encuentran aque­
de su religiosidad y patriotismo. Quien lea con atención las lla sorpresa y novedad, que es tan necesaria para entretener y
aventuras de la cabeza encantada, del mono adivino, la inopi­ suspender el ánimo de ¡os oyentes ,'y conducirlos agradable­
nada y silenciosa prisión de D, Quijote y Sancho por los cria­ mente al término y desenlace de la acción.
dos del Duque, el fingido funeral de Altisidora , aventura que 184 Dirigió Cervantes la segunda parte del Quijote á su in­
califica del mas raro y mas nuevo caso de cuantos se contienen sigue protector el conde de Lomos, con una dedicatoria escrita
en su historia, comprenderá fácilmente que encierran alusiones en 3t de octubre de i6i5, en que manifestando ya la suma de­
misteriosas, que no le era lícito desenvolver , y que podiendo cadencia de su salud , le ofrecía sin embargo los '1 / abajos de
ser entendidas de los mas discretos y perspicaces , estaban solo Persiles y Sigismundo: libro que, según dice, tendria conclui­
fuera de la comprensión de los neciosy preocupados, que ó por do dentro de cuatro meses. Habíale anunciado al público desde
partidarios de Avellaneda ó por otras causas podían contribuir el año de 1613, poniéndole en competencia con el de lleliodo-
á manchar su buen nombre y reputación. ro, á quien se propuso imitar, haciendo émulos de los castos
i83 De aquí nació la curiosidad y el interes con que se leía amores de Teágenes y Cariclea los de Periandro y Auristela.
el Quijote; de aquí su popularidad y propagación por medio de No fue poca gloria suya el conseguirlo , pues siendo tantos los
las repetidas ediciones y traducciones que se hicieron, y de aquí sucesos de esta novela, es de admirar su variedad y disposición.
en fin el empeño de los escritores dramáticos en lisonjear el gus­ Si en unos se descubre mas la imitación , se advierte en otros
to popular, sacando á la escena algunas aventuras ó episodios tnúcha superioridad y maestría, y en todos campea la novedad
de fábula tan ingeniosa y celebrada. Ya en 1617 publicó Fran­ y la amena y graciosa imaginación. Las descripciones del nove­
cisco de Avila , natural de Madrid , el entremes famoso de los lista griego son frecuentes con esceso, y acaso muy pomposas;
invencibles hechos de D. Quijote de la Mancha , tomando por las del escritor castellano, dispuestas con mas prudencia y eco­
acción la llegada á la venta en su primera salida, la vela de las nomía, tienen el carácter de la conveniencia y naturalidad, l'.l
armas , y las ceremonias de ser armado caballero. Delante de estilo de aquel, aunque elegantísimo , ha padecido la nota de
Felipe IV y de su corte se representó el martes de carnestolen­ afectación, de muy figurado, y de mas poético de lo que per­
das 24 de lebrero de 1637 una comedia intitulada I). Quijote mite la prosa : el de este es siempre propio con igualdad, y su­
de la Maiiqha, liemos visto en nuestros tiempos premiado y blime con templanza y proporción. E11 ambos son los amores
254 VIDA I)E CERVANTES. 2^5
castísimos, los acaecimientos verosímiles, el desenlace natural, terrumpió sus tareas, y no le permitió componer la dedicatoria
3 el ínteres crece á medida que se aproxima la terminación de ni el prólogo. Tal era su situación el sabado santo 2 de abrí ,
la fábula. De aquí resulta que esta obra de Cervantes sea de que por no poder salir de su casa hubieron de darle en ella la
mayor invención y artificio, y de estilo mas igual y elevado que profesión de la venerable orden tercera de ban E ranc.sco, cuyo
el Quijote, pues corrigió en ella Jas faltas de lenguage v cons­ hábito había tomado en Alcalá el dia 2 de jubo de 1613 , pero
trucción, y evitó los descuidos de plan que allí se notan; y asi como al mismo tiempo la naturaleza de su Adatada enfermedad
no.es de estrañar que su autor la prefiriese á todas las demas le dejaba algunos intervalos de alivio, creyó conseguirle mas
suyas, cuando decia que ha ele ser (el libro de Persiles) ó el mas radical y permanente con la variación de aires y alimentos , y
malo ó el mejor que en nuestra lengua se haya compues­ resolvió pasar en la semana inmediata de pascua al lugar e
to^ quiero decir de los de entretenimiento ; y digo que me ar- Esquivias, donde estaban avecindados los parientes de su mu-
' epiento de haber dicho el mas malo, porque según la opinión ger Doña Catalina de Salazar. Desengañado después de algunos
de mis amigos ha de llegar al estremo de bondad posible: dias de la ineficacia de este arbitrio , y deseoso de morir en su
opinión que apoyó también el maestro Josef de Valdivieso en casa, ó con mas esperanza de aliviarse en ella, regresó á Madrid
su aprobación dada a' g de setiembre de 1616, asegurando que con dos amigos que pudiesen cuidarle y servirle por el camino.
de cuantos libros dejó escritos Cervantes , ninguno es mas in­ En él tuvo un encuentro que le prestó materia para escribir su
genioso, mas culto ni mas entretenido. Sin embargo del aprecio prólogo, y para darnos la única noticia circunstanciada que te­
que puedan merecer estos dictámenes , es cierto que la acepta­ nemos de su enfermedad.
ción del público los ha desmentido por el espacio de dos siglos, 186 Volviendo pues de Esquivias sintieron que por la es­
dando la primacía y preferencia al Quijote; y asi debía suceder si palda venia uno picando con gran prisa y dando voces para que
atendemos á que la invención de este es mas popular, sus inter­ se detuviesen. Esperáronle en efecto, y llegó sobre una borrica
locutores mas graciosos y en menor número; de manera que se un estudiante quejándose; de que caminaban tanto que no podía
comprenden mejor, y se fijan mas fácilmente en la memoria las alcanzarlos para ir en su compañía : á lo que contesto uno de
costumbres, hechos y caracteres de cada uno; la sátira y la iro­ los acompañantes, que la culpa lenia.el caballo del señorMiguel
nía complacen, y no lastiman, por la delicadeza y oportunidad de Cervantes por ser algo pasilargo. Apenas oyó el estudiante
con que se manejan ; la moral se escucha sin fastidio , porque el nombre de Cervantes, de quien era apasionado , aunque no
se percibe al través de un velo encantador y halagüeño , y el le cotiocia, cuando apeándose de su cabalgadura arremetió á él,
estilo en fin es mas natural y variado, y por lo mismo mas in­ y asiéndole de la mano izquierda le dijo : sí, si, este es el man­
teligible y deleitable para toda clase de personas. No se oculta­ co sano, el famoso todo, el escritor alegre,yfinalmente el re­
ron á Cervantes estas reflexiones cuando decia que la historia gocijo de las musas. Cervantes que tan impensadamente se vio
del Ingenioso Hidalgo es tan clara que no hay cosa que difi­ colmado de tales alabanzas, correspondió con su natural mo­
cultar en ella : los ñiños la manosean , los mozos la leen , los destia y cortesanía, abrazándole y pidiéndole volviese á mon­
hombres la entienden, y los viejos la celebran. Pero prefirien­ taren su burra para seguir juntos y en amigable con versación
do el Persiles no consultó tanto al gusto del público , ni á las lo poco que restaba del camino. Hízolo asi el comedido estu­
reglas de la buena crítica , como al natural amor por el último diante, con quien pasó el coloquio que nos da idea de la enfer­
'fruto de su entendimiento, y al trabajo y esfuerzo de su ingenio medad de Cervantes, y que refiere él mismo en estos términos:
en tejer fábula tan complicaday amena,y en llevarla al cabo con «Tuvimos (dice) algún tanto mas las riendas, y con paso asen­
tan maravillosa felicidad , y con tal fuego, vigor y lozanía de tado seguimos nuestro camino, en el cual se trató de mi enfer­
imaginación como pudiera en los años mas floridos de su ju­ medad , y el buen estudiante me desahució al momento dicien­
ventud. do : Cta enfermedad es de hidropesía , que no la sanará toda
185 Esta obra la tenia concluida, según su promesa , para el agua del mar Océano que dulcemente se bebiese: vuesa mer­
la primavera de 1616, cuando ya la gravedad de sus males in­ ced, señor Cervantes, ponga tasa al beber , 110 olvidándose de
=56 VinA,
comer, que con esto sanará sin otra medicina alguna. Eso míf DE CERVANTES* a57
d.cho muchos, respondí yo ; pero asi puedo dejar de beber Puesto ya el pié en el estribo,
a o o mi beneplácito, como si para solo eso hubiera nacido; Con las ansias de la muerte,
m. vida se va acabando, y al paso de las efemérides de mis pul­ Gran señor, esta te escribo.
sos, que a mas tardar acabarán su carrera este domingo , aca­ Ayer me dieron la estrema-uncion, y hoy escribo esta i el
bare yo la de mi vida. En fuerte punto ha llegado vuesa merced tiempo es breve , las ansias crecen, las esperanzas menguan, y
a conocerme, pues no me queda espacio para mostrarme agra­ con todo esto llevo la vida sobré el deseo que tengo de vivir, y
decido a la voluntad que vuesa merced me lia mostrado: en esto quisiera yo ponerle coto hasta besarlos pies á V. E., que podría
«egamos a la puente de Toledo , y yo entré por ella , y él se sér fuese tanto el contento de ver á V. E. bueno en España que
aparto a entrar por la de Segovia.» me volviese á dar la vida ; pero si está decretado que la haya
187 Todo el contesto de este prólogo , su desaliño, sus in­ de perder, cúmplase la voluntad de los cielos , y por lo menos
terrupciones y su conclusión están manifestando cuan deplora­ sepa V. E. este raí deseo, y sepa que tuvó en mí un tan aficio­
ble era la situación de Cervantes cuando le escribía. Fluctuaba nado criado de servirle, que quiso pasar aun mas allá de la
entonces entre el temor y la esperanza; pero sin desmentir por muerte mostrando su intención. Con todo esto , como en pro­
esto su ingenio festivo y donoso, como lo prueba la pintura fecía me alegro de la llegada de V. E., regocijóme de Verle se­
que hizo del trage, montura y ademanes del estudiante. Por ñalar con el dedo, y realegróme de que Salieron verdaderas mis
una parte anunciaba el término de Su vida para el domingo esperanzas, dilatadas en la fama de las bondades de V. Er» La
próximo, que era el 17 de abril, y se despedia para siempre de situación de Cervantes al escribir ó dictar tan tiernas y nobles
sus am.gos, de sus gradas y de sus donaires; p por otra con­ expresiones les da tal energía y sublimidad, que las hace dignas
fiaba continuar y estender este discurso en mejor ocasión pa­ •fe la misma veneración y respeto con que se escucharon en
ra decir lo que en esta hubiera sido conveniente y oportuno. Crecia y Roma los últimos discursos de Sócrates y de Séneca.
La enfermedad disipó todas estas ¡deas, porque agravándose *8g Con igual serenidad de animó otorgó su testamento ,
considerablemente, y no quedando esperanza de remedio, se dejando por albaceas á su muger Doña Catalina dé Salazar y al
administro a Cervantes la estrema-uncion el lunes 18 de aquel licenciado Francisco R’uñez, convecino en la misma casa de la
mes. 4
calle del León. Maridóse enterrar eil las monjas trinitarias ,
188 Todavía conservaba al dia inmediato serenidad de espí­ que se habían fundado cuatro años antes en la del Hu­
ritu, firme y fecunda la imaginación , y tiernamente impresa en milladero , ya por la predilección que siempre tuvó á es­
el corazón la memoria desu bienhechor el conde de Lemos, cuya ta sagrad, orden, ya porque se hallaba dé religiosa profesa
vemda de Rapóles a presidente del consejo de Italia estaba muy su hija Doña Isabel, y acaso alguna otra persona de su particu­
próxima. Ansiaba Cervantes este momento de ofrecerle perso­ lar consideración. Después de haber hecho estas disposiciones
nalmente os respetos de su gratitud; pero ya que »0 era posible J otras sobre los sufragios para su alma, murió en el sábado a3
conseguirlo , le dirigió como último obsequio los Trabajos de del mencionado mes de abril y año de i6t6: dia en que tambieit
\ erstlesy Sigismunda, con una carta digna (como observa Ríos) perdió la Inglaterra á su celebrado poeta, creador de su teatro,
de que la tuviesen presente todos los grandes y todos los sabios Guillermo Shakespeare, según la oportuna observación del doc­
del mundo, para aprender los unos á ser magníficos, y á ser agra- tor Bowle. Cuando en el año de ,633 se establecieron las rtíligio-
< erados los Otros. « Aquellas coplas antiguas (le dice Cervantes) Si>s trinitarias en el nuevo convenio dé la calle de Cantaranas,
que fueron en su tiempo celebradas, que comienzan: Puesto ya exhumaron y trasladaron á él los huesos de las religiosas que lia-
e pie en el estribo, quisiera yo no vinieran tan á pelo en esta mi latl fallecido desde la fundación , y los de aquellos parientes
epístola , porque casi con las mismas palabras puedo comenzar ®uyos que por costumbre ó devoción se liabian enterrado en la
'Silesia de su primitiva residencia. Es natural que los restos de
Ncrvanles tuviesen igual suerte y paradero.
*9° Otros escritores ilustres, aunque desgraciados y perseguí.
*7
258 Vi ITA de CERVANTES. a5g
dos durantesu vida, han logrado después efe su muerte-aquellos tírente' Miguel de Cervantes Saavedra.» Confiesa ademas que
honores que debieron tributársela sus personas; y su patria y sus era tartamudo, y es preciso apreciar esta descripción por el
paisanos misinos se han apresurado á apropiarse y hacer suya Candor é ingenuidad que la dictó, y porla gracia inimitable con
la gloria que aquellos supieron, grangearse en el retiro y oscu­ que está escrita.
ridad , ó entre las persecuciones y desdenes de sus coetáneos , 192 Pero si Cervantes merece mucho por su fecundo inge­
pero que sobrevive en los hombres grandes á los tiros de la en­ nio- y esquisita erudición, no es menos digno del aprecio y déla
vidia y de la malevolencia. Asi ha sucedido con Millón , Camo- memoria de la posteridad por las altas prendas y virtudes de su
ens, el Tasso, Shakespeare y otros. Solo Cervantes parece ha­ corazón. Supo , como verdadero filósofo cristiano ,- ser religioso
ber sido esceptuado hasta de tan estéril consideración y sufra­ y timorato sin superstición, zeloso de su creencia y del culto sin
gio póstame. Su funeral fue pobre y oscuro: ninguna lápida ni faustismo, amante de su patria y de sus paisanos sin preocupa­
inscripción ha conservado la memoria del lugar en que yace: ción, valiente y alentado en la guerra sin presunción ni temeri­
ni en los tiempos posteriores , en que las letras y las artes han dad , generoso' y caritativo sin ostentación, agradecido con es­
prodigarlo sus bellezas á la lisonja y al poder, y acaso acaso al tremo , pero sin abatimiento ni adulación; ingenuo y sencillo ,
crimen y á la iniquidad, ha habido quien intente honrar las ce­ hasta.apreciar tanto que le advirtiesen sus errores como que le
nizas de aquel, varón insigue con un sencillo y decoroso mauso­ alabasen sus aciertos; moderado é indulgente con sus émulos,
leo, en el cual ostentando las nobles artes su filosofía, inspirasen habiendo contestado á sus sátiras é invectivas sin descubrirlos
aquel acatamiento y veneración, que sirviendo de perpetuo es­ ni herir á sus personas ; y finalmente jamas vendió ni prostitu­
tímulo á las generaciones venideras, las dirigiese por el camino yó su pluma al favor ni al ínteres, jamas la tiñó con la sangre
de la virtud y de la sabiduría. ni con el deshonor de sus prójimos , jamas la usó sino para el
igt Por igual ó semejante negligencia lian perecido los re­ bien y la felicidad de sus semejantes, y siempre fue pródigo de
tratos que hicieron D. Juan de Jáuregui y Francisco Pacheco, alabanzas, hasta el punto de haber sido se'veramentejceusurada'
que nos mostrarían al natural la fisonomía y talle de Cervantes. esta facilidad, que aunque honorífica á su corazón , contradice
Solo una copia ha llegado á nuestros dias , que siendo induda­ la rectitud de su juicio y la imparcialidad de su crítica.
blemente del reinado de Felipe IV , se atribuye por unos á ig3 Ademas de las'obras de que hemos hecho mención,
Alonso del Arco , creyendo otros descubrir en ella el estilo de componía al tiempo de su muerte, y tènia prometidas al públi­
las escuelas de Vicencio Carducho ó de Eugenio Caves. Pero de co , las Semanas del jardín desde 161 3, la segunda parte de la
cualquiera mano que sea, es cierto que conforma en lodo con la Calatea AesAe i6:5, el Bernardo que anunció en la dedicato­
pintura que Cervantes hizo de sí mismo en el prólogo de las No­ ria del Pensiles^ y la comedia el Engaño á los ojos^ de que hizo
velas diciendo: Este que veis aqui de rostro aguileno, de cabe­ memoria al tiempo de publicar las demas. Repitió el ofrecimien­
llo castaño, frente lisa- y desembarazada , de alegres ojos , y de to de las tres primeras á su protector el conde de Lemos cuan­
nariz corva , aunque bien proporcionada , las barbas de plata do ya estaba á ios umbrales del sepulcro , si acaso por un mila­
que no ha veinte años que fuel-oil de oro , los bigotes grandes, gro especial le restituyese el cielo la salud; pero con él acabaron
la boca pequeña , los dientes no crecidos , porque no tiene sino estos- frutos prometidos de su ingenio , sin que se haya conser­
seis , y estos mal acondicionados y peor puestos ,. porque no tie­ vado mas que sus títulos y su memoria.
nen correspondencia los unos con los otros, el cuerpo cutre dos 294 La única obra suya que puede llamarse postuma por
estreñios, ni grande ni pequeño, la color viva, antes blanca que haberse publicado después de su fallecimiento fueron los Tra~
morena, algo- cargado de espaldas, y no muy ligero de pies: este bajos de Pensiles y Sigismundo < Su viuda Doña Catalina de
digo que es el rostro del autor de la G-alatea y de D.Quijote délo Salazar solicitó y obtuvo privilegio para imprimirlos y darlos á
Mancha^y del que hizo el A7age del Parnaso á imitación del de luz en Madrid , como lo verificó en 1617 ; en cuyo' mismo año
Cesar Caporal, perusino, y otras obras que andan por ahí des­ se repitieron como á porfía las ediciones en Valencia, Barcelona,
carriadas, y quizá sin el nombre de su dueño: llámase común- Pamplona y Bruselas y honrando cou estas muestras de aprecio
a 6o vida
la memoria del hombre ilustre que acababa de perder la litera­
tura española. Pocos años después, en el de 1626 , se imprimió
esta obra én Venecia, traducida al italiano por Francisco Elío,
milanes; y los franceses cuentan ya dos traducciones, aunque
poco apreciables por su falta de exactitud y corrección,
ig5 J al es la historia déla vida y escritos de Miguel de
Cervantes baavedra, de aquel esclarecido español , que después
de haber derramado su sangre sirviendo á su patria con ardi­
miento y valor en la guerra , de haberla ilustrado en la paz con
obras tan sabias como útilesy deleitables, y de haber dejado á
los demás hombres tantos ejemplos de virtud en su conducta
privada, termino su vida con la tranquilidad que inspiran lare-
hgion y la cristiana filosofía : semejante al sol que después de
fecundar y consolar con su luz al universo , desciende mages-
tuoso hacia el ocaso, y parece mayor al declinar la tarde de un
hermoso dia. Si las pasiones mezquinas de sus contemporáneos
estorbaron por algun tiempo que se tributase el honor debido
á su elevado mérito, desaparecieron con ellos estas densas nie­
blas de la ignorancia y de la envidia; y la posteridad incorrup­
tible é imparcial ha llevado en alas de la fama el nombre de
Cervantes por do quiera que reina la civilidad y el amor á las
letras , para que siendo en todas partes acatado y aplaudido, se
le contemple como uno de aquellos ingenios privilegiados que
el cielo concede de cuando en cuando á los mortales para con­
solados de su miseria y pequenez , y á quienes reserva esclusi-
vamente la prerogativa de ilustrar al mundo, y de influir en la
reforma de las opiniones y costumbres de sus semejantes.
PARTE SEGUNDA»

ADVERTENCIAS,
Jlnsfracwnfó, pruebas y trocumnitos»
que confirman los hechos que se refieren

Las citas de los escritores que apoyan las noticias dadas en EN LA VIDA DE CB3VASTSS.
los párrafos de la parte primera , y las notas y autoridades
pertenecientes á la secunda por el orden de sus reclamos ,
EXAMEN CRITICO
se colocan después de las ilustraciones , para que en ambas
DE LOS ESCRITORES QUE HAN ILUSTRADO LOS SUCESOS DE LA
partes vaya el texto seguido, y no se interrumpa su lectura.
VIDA DE CERVANTES (§. 1. °).

i La cuestión sobre la verdadera patria de Miguel de Cer­


Los números precedidos del signo § en la parte secunda ,
vantes Saavedrá, al paso que Se complicó mas y mas con los
denotan los párrafos de la primera á que corresponden las mismos auténticos documentos que casi a un Lempo aparecie­
ilustraciones y pruebas subsiguientes, ron en diferentes parles para resolverla, acrecentó también el
empeño y la diligencia de muchos literatos de crédito, especial­
mente desde mediados del siglo último, hasta que L)on \ ícenle
de los Ríos demostró con sólidas razones y combinaciones cro­
nológicas , que esta gloria solo pertenecía á Aléala de llena­
res1 : demostración que ha adquirido todo el vigor y tuerza de
que es capaz, con otros documentos hallados posteriormente,
y que publicamos ahora por la primera vez. Liles,son cntie
otros el pedimento que el mismo Cervantes presento en Ai gel
á 10 de octubre de 158o puraque se reciñese una niformamon
judicial de su conducta y de sus servicios , donde espíese ter­
minantemente ser natural de la villa de ¿léala de Henar es en
Castilla*', y como en otra información que hizo Su padre en Ma­
drid en i578cónsla que Miguel de Cervantes era hijo de
drigo de Cervantes y de Doña Leonor de Cortinas ■ , y se sabe
popas partidas de rescate % y por las de bautismo encontra­
das en Alcalá 5 , que sus padres estaban avecindados en aquella
ciudad, no queda el menor efugio á los que aun pretenden po­
ner en duda una verdad tan clara, solo por sospechas vagas,
por conjeturas ineficaces , ó por una ciega c indiscreta propen­
sión á honrar sus pueblos con la naturaleza o nacimiento de
los claros varones. Por esta razón omitiremos entrar nueva»
discusiones sobre este punto; limitándonos a leferir la histmia
de ellas, no solo para manifestarlos msignes hiéralo» que ame-
ciando el mérito de Cei van tes han procurado ¡lustrín » He­
chos de su vida, sino para añadir algunas noticia» que 1
recen útiles y gloriosas á la historia literana de niies ra nación.
2 Los contemporáneos de Cervantes , que poi a 1
Senciado ú oido los sucesos de su vida pudieron escobillo» con
evai tilu.l,no solo se desdeñaron de hacerlo,sino que ppi su des­
cuido y negligeucia.se llegó al estremo de ignorar suverdadua
a4fi ILUSTRACIONES y DOCUMENTOS. 265
patria; pues aunque el P. Fr. Diego de IlaedoJa espresó en su sible Ja magnífica edición castellana que se publicó en Lóndres
Topografía é historia de Argel publicada en 1612, y la indicó ten 1738; y para que no faltase en ella una vida de Cervantes,
también tomándolo de aquel autor , pero sin tantq espresion, que hasta entonces nadie habia escrito de propósito, encargó su
Rodrigo Mendez de Silva en un tratado genealógico impreso en formación á D. Gregorio Mayans ltJ, quien examinando atenta­
ei ano de 1648 s, ni estos al parecer fueron leídos de muchos, mente las obras de aquel autor, se aprovechó de la escasa luz
>11 fijaron la atención de los que en todo el siglo XVII y en la quedan de sus hechos particulares , estendiendo unos apunta­
mitad del siguiente se propusieron hablar de nuestro escritor. mientos^ como repetidamente los llama 1?, en que procuró cu­
Asi es que Lope de V ega , que le conocía y trataba, se inclinó., brir aquella falta y escasez con otras noticias amenas y recóndi­
según parece , á que habla nacido en Madrid , sin duda por la tas concernientes á nuestra historia literaria. Alli sostuvo aquel
larga residencia que hizo en esta corte, tanto en sus primeros erudito valenciano la opinión de Lope de Vega *8, intentando
anos como en los últimos de su vida 7. D. Tomas Tainayo de apoyarla con nuevas razonesy conjeturas; porque ni tuvo co­
Vargas le hizo natural de la villa de Esquivias, acaso por Jas alu­ nocimiento de la obra del P. llaedo , ni de otros muchos docu­
siones de Galatea y los elogios que hizo de este pueblo, mentos que hasta entonces guardaban intactos nuestros olvi­
de donde era su muger , y donde estuvo avecindado deis dados archivos.
pues de haber contraido su matrimonio 8, igual fundamen­ 4 Sin embargo , como era el primero y único historiador de
to lendria el famoso representante y poeta Andrés de Cla­ Cervantes, y este gozaba por lodo el niundp tan alta reputación,
ramente Corrpy para darle por patria á Toledo en upa obra que la obra de Mayans fue recibida con sumo aprecio , multipli­
escribió y publicó viviendo todavía Cervantes 9. D. Nicolás cándose en repetidas ediciones dentro y fuera de España , y
Antonio atribuyó este honor á Sevilla, por creer equivocada­ {Pereciendo ser consultada por cuantos quisieron honrar la me­
mente que allí había oído representar siendo muchacho á Lope moria de aquel sublime ingenio. Asi lo hizo el caballero Jarvis,
de Rueda , y por hallarse establecidas en aquella ciudad las que no contento con publicar una traducción inglesa del Quijo­
ilustres familias de los Cervantes y Saavedras lo; á, lo que pudo te, ilusti ándole con uu erudito prólogo sobre el origen de los
agregar la opinión que se tuvo en su tiempo de ser asi , como lo libros de caballerías , con varias notas y primorosas estampas,
indicaron los jueces del certamen de Zaragoza en el ano de i5g5 ", anadió una vida de su autor , estractada de la de Mayans que
La autoridad de aqqel docto bibliógrafo hizo que el diligen­ habia sillo impresa en Lóndres la primera vez con admirable
te ese.rit.orD. Diego Orti^.de Zqñiga colocaseá Cervantes en sus ostentación y magnificencia; y este mismo estracto , traducido
Anules de Sevilla entre los ilustres hijos de aquella ciudad al holandés por Jacop Campo VVeyerman, sepúblicóen la Ra­
sin embargo de que Rodrigo Caro no le incluyó en sus Claros ya el año de 17.46 al fí ente de ia colección de las esquisi-
varones en letras naturales de Sevilla , aunque por haber re­ tas estampas dibujadas por Coypel , y grabadas por Pi-
sidido alli al misino tiempo que Cervantes dehiq conocerle., card y otros hábiles profesores , con una esplicaciop en
y acaso tratarle con familiaridad; lo cual era una prueba , aun­ verso y prosa en el mismo idioma bátavo de las principa­
que negativa, de que le consideró como forastero. 13 Una tra­ les aventuras que representaba cada estampa. De tales fuen­
dición referida y conservada por D. Gregorio Mayans le hizo tes se tomaron las noticias que forman los artículos de Cervantes
muural de Lucena ;y las diligencias hechas para averiguar el ?u varios diccionarios históricos, siendo muy apreciable por su
fundamento de esta opinión la han desvanecido enteramente, concisión y exactitud el que se halla en la Enciclopedia britá­
porque ni en los libros parroquiales ni en otra parte se ha en­ nica , edición del año de 1778, vol. ix, art. AMonei/ro.
contrado noticia de haber existido en aquella ciudad persona 5 Asi fue.como, el empeño y estímulo de una nación estraña
alguna del apellido Cervantes tiespofió entfe nosotros en aquel tiempo el recuerdo y la esti­
3 E11 tal estado de oscuridad é incerlidumbre se hallaba mación Inicia el ingenioso autor del Quijote, divulgando por
esta cuestión, cuando Carolina , reina de Inglaterra, muger d.e V'da la Europa el mérito de aquella obra inmortal; porque sin
Jorge II, formó para su entretenimiento una copiosa y selecta dejar d&agradecer tan públicos y relevantes obsequios hechos
colección de libros de inventiva, que llamaba con mucha gracia en honor de nuestra literatura, correspondía que ia nación, pa­
la HUdioteca del sabio Merlin\ y enseñándola, en una ocasión ra honrar la memoria de sus hombres ilustres, y acrecentar el
a Juan , barón de Cafterct, sugeto sabio é ilustrado , y digno áprecipde sys eminentes obras, entrase en una noble compe­
api celador de los escritores españoles, le manifestó este que fal­ tencia, que siendo laudable y generosa, de parte de los sabios
taba alli la Cabula mas agradable y discreta que se habia escrito cstraiigeros, dyliia reputar como propia de su gloria y de la
en el mundo, cual era el Zñ genioso hidalgo /). Quijote de la Phligacion de lodo buen patricio. Con esta idea proyecto el ce­
Mancha , y que queria tener la honra de colocarla por sí mis­ lebre imnistro marques de l\a Ensenada que se hiciese en Madrid
mo y de hacer este obsequio á S. M. 15 Con este motivo sé em­ ®tra edición del Quijote de Cervantes á.emulación de la de
peñó Miljord Cartcrct en que Se hiciese con todo el esmero pQr |Zmdre.' , cu la cu,al la tipografía, el dibujo, el grabado y otras
266 ILUSTRACIONES y documentos.
artes ostentasen los grados de perfección y adelantamiento que se hallaron cautivos en Argel, y los imprimid en Valladolid en
habían adquirido ven España a impulsos de su zelo é ilustrada 1612 ; y aun no satisfecho de esto ofreció continuar sus inves­
protección; y encargó adciiKisá D. Gregorio Mayans, por me­ tigaciones, hasta conseguir se sacase en Aléala ia te de bautis­
dio de D. Agustín de Ordenana , que procurase añadir a ia vida mo. Asi lo asegura ü. Bernardo de Iriarte, testigo ocular de
de Cervantes que había escrito cuantas noticias se pudiesen des­ estos hechos 2 pero ó bien fuese que el M. Sarmiento no se
cubrir y recoger de nuevo '9. Practicó para ello Mayans mu­ convenciese enteramente por estas solas autoridades de la vei-
chas diligencias, valiéndose del erudito D. Manuel Martínez dadera patria de Cervantes, ó que el hallazgo < e .a e e au
Pmgarron, íntimo amigo suyo, entre cuyos papeles se hallaron tismo de otro Miguel de Cervantes Saavedra en Alcázar de San
después de su muerte varias cartas del doctor Don Santiago Juan le hiciese vacilar en su primera opinión, entrando en
Gómez Falcon, abad de la magistral de San Justo y Pastor de nuevas combinaciones para asegurase de ella , .c,ei‘°,ei,.T4<5
Alcalá, escritas en los años de lyóay 53 sobre la fe de bautis­ D, Agustin de Montiano y Cuy ando y O. Josef Miguel debie­
mo de Cervantes, de que remitía una copia autorizada* y otra res atribuyeron eselusivamente al M. Sarmiento esta averigua­
de ü. Antonio Remires, beneficiado de Esquivias, su fecha á 9 ción“*, y que este mismo escritor se la apropio en varias
de jumo de iy55, incluyendo una esquela del cura párroco de obras suyas. En la disertación que escribió sobre la Cebra en la
aquella villa sobre la partida del matrimonio de Cervantes que primavera de i75.2 (precisamente cuando tropezó con el texto
existe alh. Estos documentos, que por fallecimiento del Don delP, Haedo “5, y cuatro años después de la noticia que se su­
Manuel pararon en poder de su sobrino D. Joaquín Martínez pone ledió U. Juan de Iriarte), aludiendo á un pasaje del Qui­
Pmgarron, los publicó D. Juan Antonio Pelhcer en 1778, jote“6, en que nombrando Cervantes a Aléala la llama la gran
aprovechándose en sus Noticias literarias para la vicia ele Cer~ Cómplulo, continua asi el M. Sarmiento: « Advierto de paso que
yantes*0 de cuantas sé recogieron en aquella época para ausi- en llamar Cervantes á la capital la gran Compluto miraría aca-
liar á Mayans en la gran obra (pie se bahía concebido, y que so á señalar su patria con aquel elogio áe grande^ siendo cier-
se desvaneció sin duda por haber sido separado el marques de toque según el P. Haedo era Miguel de Cervantes un hidalgo
ia Ensenada del mando é influjo que había mantenido en los ne­ principal de Alcalá de Henares Al leer desapasionadamente
gocios públicos.
estas palabras se nota la incertidumbre y perplejidad en que es­
6 El buen éxito de las diligencias de D. Manuel Martínez taba el P. Sarmiento en aquel año ¡sobre ser Aléala la patria de
Pingarron no se debió tanto á sus propias investigaciones co­ Cervantes, apoyándose en una conjetura, como lo indica la es-
mo a las que desde pocos años antes habían practicado 0. Juan presión miraría acaso ; y como esta duda no podía tenerla en
de Iriarte, docto bibliotecario de S. M., y el erudito benedic­ lo que dice el P. Haedo, añadió: siendo cierto, que según el 1 .
tino Er. Martín Sarmiento , entre quienes debe partirse la glo­ Haedo, era Miguel de Cervantes un hidalgo principal de alca­
ria de haber sido los descubridores de la verdadera patria de lá de llenares. Pero si este modo de-esplicarse parece incom­
Cervantes. Escribiendo aquel religioso á Iriarte con fecha de 3o patible con la certeza que se supone lema, él mismo Se esplico
de diciembre de 1743 sobre bibliotecas y otros asuntos litera­ mas terminante y decididamente sobre este punto en una de
rios, le dice : « Qué cosa mas lastimosa que no saber al pre­ las muchas obras que dejó manuscritas: » Hasta que yo ttopece
sente la patria de Miguel de Cervantes, habiéndose hecho ( dice) en la historia de Argel del P. Haedo con una colum­
tan famoso por su historia de D. Quijote? »ai Lo que prueba na, en la cual hay noticia de que Miguel de Cervantes era natu­
que ni ai P. Sarmiento le satisfacían las conjeturas de Mayans, ral de Alcalá de llenares, se escribía mucho y nadase sabia
ni hasta entonces se había adelantado esta indagación. Hacia el d.e la verdadera patria , y sobre cuyo asunto tengo escrito veinte
ano de 1748 encontró D. Juan de Iriarte en la sala de manus­ pliegos “8. » En esta disertación , que intituló Noticia sobre la
critos de Ja biblioteca real una relación , impresa en Granada verdadera patria de Cervantes , y trabajó en 1761 , reirio e
el año de i58i , de ciento ochenta y cinco cautivos rescatados M. Sarmiento, con el candor que le caracterizaba , as cncuns
en Argel el año anterior, entre cuyas primeras partidas se es* Uncías de su casual descubrimiento en estos precisos temimos:
presaba Miguel de Cervantes , de edad de treinta años , na­ «Ese año de i752 , entre otros libros que compre, compre el
tural de Alcalá de llenares 22. Gozoso con este documento lo dicho tomo Historia de Argel ( habla de la del 1 • ae 0 )• 2
manifestó á su sobrino D. Bernardo de Iriarte apenas llegó á su la primera abertura del libro abrí en la pág. 185 < e ia ogo e
casa, ofreciendo comunicarlo al dia siguiente con el P. Sar­ los Mártires, en donde está el famoso contexto de que era 1-
miento, como lo verificó. Este docto benedictino aplaudióla guel de Cervantes un hidalgo principal de Aléala de Henares.
noticia , y desde luego comenzó á practicar diligencias para Asi que tropecé con la noticia de la verdadera patria üe ser­
comprobarla , como lo consiguió , leyendo la Topografía e his­ vantes la comuniqué, y con franqueza, al librero francisca
toria de Argel del P. Haedo, autor coelmeo á Cervantes , que Manuel de Mena , que viene á mi celda con frecuencia. . ena
escribió sus diálogos por deposición de los mismos sugetos que lele el libro y el folio 185 de Haedo , encarguéle que espm-
Y DOCUMENTOS. 269
-‘68 V DOCUMENTOS. los disputaban la gloria de poseer tal hijo Madrid, Sevilla, To­
cíese esa noticia de que Alcalá era la patria de Cervantes en ledo , Esquivias y Lucena , nadie hubiera dudado en adjudicar
la real biblioteca y en otros congresos de literatos. Mi fin era á Alcázar aquel apreciable derecho. Lo mismo hubiera sucedi­
para que si alguno quisiese tratar ese punto buscase antesen do con respecto á Consuegra , donde se ha encontrado en es­
Alcalá la fe de bautismo de Cervantes. Creo que algunos hi­ tos últimos tiempos otra partida de bautismo, de cuyo tenor
cieron la diligencia ; pero el que mas se esmeró en hacerla ba se deduce que en i.° de setiembre de 1556 Diego Abad de Ara­
sido D. Agustín de Montiano y Lujando s». » La publicidad de be, clérigo, bautizó á Miguel, hijo de Miguel López de Cervan­
Cota noticia del M. Sarmiento dirigi ó sin duda al bibliotecario tes y de su rnuger María de Figueroa ; hallándose también al
J ingarron para las investigaciones que hizo en el mismo año margen de esta partida , aunque de letra menos antigua , la si­
e 1702, en el cual , después de varias diligencias que á ins­ guiente nota : el autor de los Quijotes La circunstancia de
tancias suyas se practicaron inútilmente por el doctor Falcou espresarse en este documento el patronímico López, de que ja­
en Ja magistral de San Justo y Pastor de Alcalá , se encontró mas usó nuestro escritor , deberia resolver desde luego el jiro-
al fin la partida de bautismo deseada en la parroquia de blema, creyéndolo diferente del famoso Miguel de Cervantes, si
7 y de ella se le remitió una copia certificada á el uso de aquellos apellidos de filiación , tan comunes y útiles
i d de jubo de 17S2 por el doctor D. Sebastian García y Calvo, entre nuestros alitiguos , no se hubieran olvidado ó descuidado
cura de ella , que fue la que después publicó Pellicer 30 ; aun­ entre nosotros por incuria ó negligencia ; pero aun desvaneci­
que ya con algunos días de antelación se había sacado otra co­ do este reparo podrían alegar a su favor los de Consuegra la
pia de la misma partida , que acaso fue la que poseyó y publicó época y pais del nacimiento de Cervantes y la nota marginal,
en 1753 el señor Montiano, con data de 19 de junio del propio que aunque por sí no tenga la suficiente autoridad, no dejaría
ano de J3J|, Con tan auténtico documento creyó este erudito de apoyarlas razones anteriores. Ambos documentos, muy se­
académico dar á la opinión y hallazgo del M. Sarmiento todo mejantes entre sí, correspondientes á unos mismos años con tan
el apoyo que podía desearse para no dejar arbitrio á la duda leve diferencia, y á dbs pueblos déla Mancha, hubieran triunfado
ni á la cavilación. en aquella época de las opiniones y autoridades de tan diligen­
7 Pero habiendo parecido poco después en Alca'zar de San tes literatos como D. Tomas Tamayo , D. Nicolás Antonio y
■luán, lugar de la Mancha, perteneciente al gran priorado de Cas- D. Gregorio Mayans , y de las pretensiones de los demas pue­
ii rl, otra fe de bautismo, por la cual consta queá g de noviem- blos que, apoyáudose Solo en una vaga tradición, no presenta­
>ie del año de 1558 lúe bautizado por el licenciado Alonso Díaz ban iguales ó semejantes documentos.
tajares un hijo de Blas Cervantes Saavedra y de Catalina Ló­ 9 Pero la juiciosa crítica con que Iiios desvaneció las razo­
pez, ai cual se puso por nombre Miguel , y á cuyo margen se nes que se alegaban á favor de Alcázar de San Juan 35 , y que
llalla anotado , de distinta letra , este J'ue el autor de la hísto- tiene igual a plicacion á la pretensión de Consuegra, deja sin re­
' '.i* | Quijote 31, quedó la cuestión aun mas dudosa y com­ curso alguno adjudicada á Alcalá de Henares la gloria que se la
plicada , inclinándose muchos literatos recomendables, entre disputaba: y aun si pruebas tan concluyentes necesitasen el
ellos br. Alonso Cano, trinitario , á creer era este el autor del apoyo de otras conjeturas, seria fácil deducirlas de algunos lu­
Quijote, como lo indicaba el segundo apellido Saavedra , que gares de las obras de Cervantes que no se han examinado has­
comunmente usó nuestro escritor , y 110 se descubre en el de ta ahora con suficiente reflexión. Es bien conocido el artificio
Alcalá. Inducía también á este dictamen su predilección á Ja conque este ingenioso escritor disfrazó en ellas muchos hechos
provincia de la Mancha; la tradición antigua que se conservaba de Su vida , y otros muy notables de su tiempo, y á veces indi-
en Alcázar; la nota puesta al margen de la partida, y la exacti­ cp también su patria , aunque con tal oscuridad que no se pu­
tud de las descripciones topográficas de este pais, en el cual re­ diese traslucir sin algunos antecedentes, como ya Jo sospechó el
sidían familias ilustres de estos apellidos. Asi parecia á primera 1 • Sarmiento 36, respecto al pasage que hemos citado del Quijo­
vista, pero examinadas y confrontadas ambas partidas en elaño te; bien que estos lugares se hayan leído generalmente sin esci­
de 1760 por el M. Sarmiento , ya con el contexto de la relación nda curiosidad para combinarlos con otros datos mas averi­
de I hiedo, ya con lo que el misino Cervantes refiere de sus pro­ guados ó menos dudosos. Cuando hablemos de la Galatea ma-
pios sucesos, resultaron de este análisis y combinación las prue­ mfestarémos el artificio y objeto de esta fábula pastoril, y ve­
bas j demostraciones convincentes, que amplió después D. Vi­ téalos que siendo sus disfrazados pastores personages reales y
cente de los Ríos, y desvanecieron del todo aquellas sospechas, verdaderos, ocultó bajo el nombre de Tirsi á Francisco de Fi­
dejando decidida y terminada la contienda á favor de Alcalá gueroa , célebre poeta castellano , y natural también de Alcal i
do Henares 33. i llenares , quien hablando con Eiicio ( que es Cervantes ) de
o Es cierto que si la partida de Alcázar de San Juan se hu­ h< condición de Galatea, le dice : en las riberas de nuestro He-
biera encontrado en el siglo xvn ó principios del siguiente, '"t'e.s mus fama tenia Galalea de hermosa quede cruel'7 se-
cuando por tan ligeras sospechas, ó con tan débiles fundamen-
2?o I LUSTRA C10W.S Y DOCUMENTOS. 2 7r
halando con la palabra nuestro la patria 6 naturaleza común de infatigable diligencia, ios cuales fueron los mas decisivos en la
ambos en bis márgenes de aquel rio donde tiene su asiento la materia. Reflexionando sobre el cautiverio de Cervantes, le
ciudad de Alcalá. ocurrió que en el archivo de la Redención general debían exis­
10 Ni tampoco falta en abono de este pueblo el apoyo de la tir las partidas de su rescate, y valiéndose de la amistad y li­
tradición, como lo creyó Ríos 38, diciendo que no habla queda­ teratura del R. P. M. Fr. Alonso Cano , obispo de Segorve (en-
do allí rastro ni memoria de Cervantes ni de su familia; pues el tonces redentor general), ie escribió en de setiembre de
señor D. Manuel de Lardizábal, secretario que fue de la academia estraciándole las noticias que refiere Haedo , y pidiéndole hi­
española, y que durante su larga residencia en aquella ciudad ciese registrar el archivo para ver si se conservaba en él alguna
examinó cuantos documentos y noticias existían alii de nuestro noticia que pudiese ilustrar esta parte de la vida de aquel cele­
escritor, dijo en carta de 2.2 de noviembre de ibc>4 lo siguiente: bre escritor. La diligencia y actividad con que correspondió el
« La única memoria que yo sepa que hay en el dia es la casa en M. Cano proporcionaron á Ríos el hallazgo que deseaba, pues le
que dicen que vivió, que hoy esta incorporada en la huerta de contestó aquel en 7 del mismo mes, incluyéndole copia de las
Jos capuchinos, 110 habiendo quedado de ella mas que la pared dos partidas encontradas ; añadiéndole , que aunque veia cuan
y la puerta de la calle tapiada, la cual está manifestando bastan­ uniformemente coincidían las circunstanciasqueen ellas se esp re­
temente que era casa de un hombre pobre, como lo lúe siempre san cónlas del autor del Qui jote, confirmando la opinión de otros
Cervantes,á pesar de su grande mérito y talentos. » sabios amigos suyos que le hacían natural de Alcalá, todavía
11 También se conservan en Alcalá memorias de varios sá­ no se determinaba á abrazar este partido , porque la fe de
belos avecindados allí del apellido de Cervantes y de sus deri­ >bautisrno de Alcázar de San Juan,y la noticia de cierta tradi­
vados Caravantesy Caravantes. En los libros bautismales de la ción que se conservaba en aquella villa, le tenían perplejo,
parroquia de Santa María consta que en lunes i.°demayo de hasta comprobar una data en que sospechaba podía haber
fue bautizado Juan , hijo de Juan de Cervantes y de su alguna equivocación. Para satisfacerle , y hacer que depu­
inuger Doña María de Córdoba : que en los años de i54‘ 7 siese toda perplejidad, le escribió segunda vez Ríos con
i54s recibieron el bautismo dos hijos de Juan de Caravantes y fecha de 10 de aquel mes, reuniendo todas las razones y
de Ana su muger: que en 3 de octubre de 1547 se'bautizó Eran- cómputos cronológicos que después espuso con ostensión en
cisco , hijo de Antón de Caravantes; y en 16 de mayo de 1543 sus pruebas,logrando de este modo no solo convencerle}' atraer­
Ana hija del licenciado Saavedra. En un libro de partidas de le a su partido, sino que confesase haber^sido el mismo Ríos <el
matrimonio que existe en la iglesia magistral consta igualmen­ descubridor de estos documentos, ó el primero á quien ocurrió
te que en el año de 1634 e* licenciado Juan de Torralba caso la diligencia de buscarlos, asi como también el que antes que
y veló á D. Pedro de Castro y á Doña María de Cervantes, otro alguno tuvo presentes las pruebas y combinaciones con
siendo sus padrinos D. Diego Ramirez de Salazar y Doña Ana que logró su con vencimiento En una de Sus cartas decía el
de Cervantes 39 ; de cuya Doña María se conservan otros docu­ M. Cano , que para recordar las señas que Cervantes da de si
mentos sobre su dote y pertenencias en el archivo de la ilus­ en sus obras, por pasar de veinte anos que no las leía, habia
tre cofradía de Caballeros Hijosdalgo, llamada de San Justo conferenciado el asunto con uno de los compañeros de la aca­
y Pastor 4°. El apellido Cervantes habia sido conocido desde demia de la Historia, que le tenia visto de propósito 43. Era es­
muy antiguo en Alcalá, pues en la diligencia original de obe­ te su amigo D.Josef Miguel de f lores, secretario de aquel cuer­
decimiento del fuero ó código de leyes establecidas por el carde­ po, que aprovechando la ocasión de ayudar al M. Cano en esta
nal D. Fr. Francisco Jiménez de Cisneros para el gobierno de pesquisa y reconocimiento , logró acaso tener las partidas de
aquella ciudad (entonces villa), se hace memoria de que en 22 rescate antes que algún otro, é imprimir una de ellas en el nú­
de febrero de i5og era corregidor y justicia mayor de aquel pue­ mero xxvi de la Aduana crítica ó Hebdomadario de los sabios
blo , por el espres'ado cardenal, Pedro de Cervantes, comen­ de España , que componía por aquel tiempo ; donde espuso
dador de la orden de Santiago; y en el año de 1640 obtenía el igualmente las razones que obraban para determinar á favor de
mismo empleo otro Pedro de Cervantes, graduado de licencia­ Alcalá la cuestión de la patria de Cervantes : bien que se nota
do4'. Esto prueba que las conjeturas que pudieron haberse algún error ó equivocación en la fecha de la carta en que se pu­
formado á favor de Alcalá tampoco carecían de la tradición 111 blicó esta noticia, porque siendo , como se espresa, de 13 de fe­
de las memorias de la familia de aquel apellido, que se habían brero de 1765, no podía coger de nuevo esta especie al M. Cano
procurado hacer valer con tanto afan en otros pueblos, y qñe cuando Ríos se la comunicó en i.° de setiembre de aquel ano,
en todos suelen transmitirse masó menos adulteradas de unas ni menos atribuirle entonces el hallazgo de ambas partidas ,
á otras generaciones. que se debía enteramente a' su diligencia y estudio 4L Asi cons­
I 2 Mas sin recurrir a' tan falaces ó equívocas pruebas, las ta del examen de las mismas cartas que originales tenemos á I<i
encontró Ríos en otros nuevos documentos que descubrió vista, y de las reflexiones que el mismo Ríos hizo en defensa su»-
V DOCUMENTOS. 27 3
^2 ILUSTRACIONES las láminas; y descubrió en Sevilla, proporcionando su adqui­
ya, aunque sea cierto que la partida de rescate se imprimió y sición á la academia, el antiguo retrato de Cervantes que poseia
publicó la primera vez por el citado autor de la Aduana crítica el conde del Aguila. Por tantos medias contribuyó aquel labo­
con muchos años de anticipación á la AVrZn de Rios, y aun á las rioso literato á perfeccionarla magnífica edición del Quijote que
Noticias literarias de Pellicer. después se publicó , y á honrar la memoria de un escritor tan
i3 Con igual eficacia procuró Ríos el examen de otros ar­ célebre, de cuyas obras era sumamente apasionado, porque su
chivos, y el descubrimiento de nuevos documentos en Sevilla, Íienelraciony estudio le hizo percibir hasta aquellas bellezas y
Aléala', Esquivias, Madrid y Alcázar de San Juan , aunque con miares que se ocultan á la muchedumbre,’ la cual solo se de­
poco fruto , según puede inferirse de la correspondencia que leita en su lectura por puro pasatiempo; pero el hado fatal, que
hemos registrado; pero su constancia por espacio de quince arrebató de entre nosotros á este digno historiador de Cervan­
años, y su delicado gusto en la literatura y elegancia en el es­ tes en una edad temprana sin dejarle completar su propósito, le
cribir, le proporcionaron levantar el mejor monumento que privó también de la satisfacción de ver publicada la parte que
hasta ahora se ha erigido á la memoria de Cervantes. Su pri­ tenia concluida, y' frustró las lisonjeras esperanzas que la na­
mer trabajo fue la formación de un elogio histórico de este au­ ción habia formado de su ingenio y de su aplicación á las cien­
tor, con un análisis ó juicio crítico de todas sus obras; y ya te­ cias y á la literatura 45.
nia concluido lo primero cuando el duque de Alba , director 14 Las dilaciones que produjo el deseo de la perfección y
de la academia Española , le proporcionó su ingreso en aquel del acierto en una empresa tan vasta , en que se ocupaban- no
cuerpo literario. Allí leyó por primera vez esta obra á princi­ solo los literatos, sino los profesores de otras artes, dieron lugar
pios de marzo de 1773, ansioso de corregirla y mejorarla con las' á que D. Juan Antonio Pellicer publicase en 1778, al principio
advertencias déla academia; la cual no solo juzgó ventajosa­ de su Ensayo de una biblioteca de traductores españoles, unas
mente de su mérito, sino que su lectura escitó la idea de em­ Noticias para la vida de Cervantes , en que aprovechando los
prender la correcta y magnífica edición del Quijote , cuya pro­ documentos que paraban en poder de Pingarron , las partidas
puesta hizo en la misma junta eJ secretario ü. Francisco Anto­ de rescate, las reflexiones del M. Sarmiento y del autor de la
nio de Angulo; y apenas fue aprobada , se solicitó el permiso Aduana critica, y otras noticias que su diligencia le proporcio­
del Rey por medio del marques deGrimaldi, ministro de Esta­ nó entre los manuscritos de la biblioteca Real , coincidió con
do, quien en 14 del mismo mes contestó manifestando la sama cuanto Rios tenia escrito tantos añoshabia, como era natural
aceptación que habia merecido á S. M. el pensamiento de reim­ sucediese, tratándose de cosas de hecho, y siendo unas mismas
primir una obra tan gloriosa á la nación, como clásica por la las fuentes de donde habiau de sacarse los documentos para que
propiedad y energía de su lenguage; fomentando al mismo fuesen verídicos. «Lo que esto prueba únicamente (dice la aca­
tiempo la perfección de la imprenta , y Ja útil ocupación de Jos demia en su prólogo) es que D. Juan Antonio Pellicer y D. Vi­
dignos profesores de las artes: agregando á estas espresiones cente de los Rios trabajaron con igual diligencia,y por diversos
otras muy honoríficas á Rios y conformes al concepto que ya medios y conductos llegaron á conseguir uu mismo fin, sin que
jnefecian sus producciones literarias. La academia miró desde el trabajo del uno disminuya en riada el del otro. » Asi lo reco­
entonces esta empresa con particular y decidido empeño; y co­ nocieron ambos escritores, como lo publicó Pellicer en 1797
mo uno de los objetos que debiau hacerla mas recomendable trasladando una carta de Rios 46, y como este lo manifestó tam­
era la nueva Nidada Cervantes y el juicio analítico de sus obras, bién al Sr. D. Manuel deLardizábal en la siguiente; «Segovia i5
insinuó á su autor que no la continuase en la forma de elogio de agosto de 78. Mi querido amigo y señor: tuve muy luego la
que tenia; pareciéudola mejor se dividiese en tres partes , y se obra de Pellicer, que me regaló su autor asi que salió, y leí sin
le diese otro título. Condescendió Rios á estas insinuaciones, dilación. La vida que yo presenté cuatro años hace á la acade­
con la única limitación de que se espresase al frente su nombre, mia contiendo mismo y mas; de lo que se infiere que á mí de
en cuyo concepto la continuóy mejoró con el títuio de Memo­ nada mella servido esta obra para la composición de aquella;
rias de la vida y escritos de Cervantes. Comprendía la parte ademas de la mucha antelación con que la mia estaba concluida
primera la narración histórica de la vida; la segunda el jui­ Í’ publicada en esa academia , donde dentro y fuera de ella
cio crítico ó análisis, y la tercera las pruebas y documentos a han visto muchos, principalmente en un año entero que
que apoyaban los hechos referidos en la vida. Bajo de este plan anduvo en manos de los censores. Lo único nuevo que trae Pe-
rehizo y corrigió la parte primera, que leyó con gran aplauso llicer es uu soneto inédito, que no podía yo saber, porque está
en junta de 21 de marzo de 1776; y al año inmediato pi esentó oculto en la biblioteca entre I03 manuscritos, por el cual consta
igualmente varias observaciones y notas sobre la patria de Cer­ que Cervantes estaba en Sevilla el año de i5g6 , y comprueba
vantes, que debían entraren la parte última de su escrito. Tra­ lo mismo que aseguro yo en su vida; esto es, que verosímil­
bajó también el mapa del país que comprende los viages de mente estuvo en Sevilla desde 15g4 hasta i5gg. Estoy couclu-
1). Quijote; dispuso el plan de los asuntos lilas propios para
ilustraciones X DOCUMENTOS. 2y5
yendo con liarlo afín y fatigas, en medio de mis infinitas ocu­ cia. La estimación y el aplauso con que dentro y fuera de Espa­
paciones, nuestra obra para enviarla á vrnd. , de quien queda ña fue recibida la gran edición del Quijote, hecha por la acade­
su mas apasionado amigo y servidor“Vicente de los Rio»— mia en 1780, y las dosen 8.“ que se repitieron en 1782 y 1787
Sr. I). Manuel de Lardizábal.» propagaron los escritos de Rio», y les merecieron desde Juego
15 Mientras que ambos literatos escribieron y publicaron grandes elogios de los literatos juiciosos é imparciales, quienes
estas obras, anunció el proyecto que había formado para otra en adelante tomaron de ellos cuantas noticias necesitaron de
de la misma clase D. Juan Josef López bedano, con los mate­ Cervantes, ya para ilustrar sus obras, ya para dar á conocer su
riales que dice estaba acopiando algunos años hacia relativos a carácter ó sus acciones particulares. Hízolo asi Mr. Florian
Cervantes, para la formación (según sus palabra») rfe un edi­ cundo en el año de 1783 publicó en Paris la Galaica traducida
ficio ó monumento en obsequio de la ilustre memoria de este ai francés, aunque con alteraciones muy sustanciales. Al prin­
admirable ingenio. Asi hablaba en el año de 1778 ai fin dei tomo cipio de esta obrila puso el traductor ó imitador francés una
ix del Parnaso español4', sin que el público haya visto cum­ vidade Cervantes, estractando de la de Ríos lodo lo concer­
plido tan magnífico ofrecimiento; porque á la verdad ni aquel niente á los hechos , y entregándose después libremente á su
colector era suficiente arquitecto para trazary concluir lal edilt- propio discurso para juzgar del mérito de sus obras. Eiei y
ció, ni los materiales acopiados podían ser otros que los que des­ exacto en lo primero, mientras no abandona aquella guia, sabe
cubrieron y manejaron Rio» y i*cllicer,y le habrían acaso fran­ con la gracia y propiedad de su estilo dar tal novedad é ínte­
queado confidencialmente, como lo hicieron antes, el uno con res á ¡a narración, que causa ciertamente pesar que sea tan
las memorias de Villegas 48 , y el otro con las de los hermanos limitada y compendiosa. Otro tanto sucede en el juicio de los
Argensolas 49, para que sin fatiga pudiese dar á luz las vidas de escritos de Cervantes, cuya crítica procura amenizar y exor­
estos ilustres poetas entre las demas, que fueron bien escasas nar agradablemente con la noticia de las traducciones que se
y diminutas cuando le fallaron semejantes ausilios y coopera­ han hecho en Francia de cada uno de ellos, y de la estimación
dores 5°. y concepto que en particular han merecido; logrando, aunque
16 Con bien diferente empeño y caudal de erudición tra­ tan ligeramente , dar una idea de Cervantes y de sus produc­
bajaba en Inglaterra por aquel tiempo D. Juan Bowie, pastor ciones literarias mas cierta y ventajosa de la que antes se tenia
déla parroquia de Idemestone, en ilustrar la obra del Quijote en aquel país , porque la noticia que intercalaron los conti­
con copiosas notas y glosarios , tan enamorado de ella , y apa­ nuadores de Moreri en su gran Diccionario histórico 54 , y se
sionado de su autor, que le llama honor y gloria no solamente ha copiado sin examen en las demas obras de esta clase, sobre
de su patria, pero de todo el género humano 5l. Hallándose estar llena de absurdos y necedades, contiene especies injurio­
pues al concluir su vasta empresa, en que consumió cerca de sas á la buena memoria de tari gran ingenio, de las cuales han
catorce años, recibió las Noticias literarias para la vida de procurado vindicarle con mucha solidez y energía españo­
Cervantes, que le remitió su autor D. Juan Antonio Pellicer les tan beneméritos como 1J. Vicente de los Ríos y D. Gre­
con carta de20 de julio de 1778 5a; y como allí viese bien ave­ gorio Carees 55.
riguada la patria de aquel ilustre español, y otros hechos re­ 17 El epítome de la vida de Cervantes , colocado al frente
cientemente descubiertos, y desconocidos aun en Inglaterra, de su retrato en el cuaderno tercero de la colección de los de
procuró el Sr. Bowie darlos á conocer, haciendo en su prólogo españoles ilustres, no merece fijar nuestra atención ni ocupar
á las ¿notaciones del Quijote un resúmen de la nueva vida de nuestro examen , porque tomadas las noticias de las obras
Cervwtfe.5, sumamente lacónico, y cuanto bastaba á dar una anteriores, reune á la falta de novedad la de estension con­
idea muy general délos principales acontecimientos de ella; a veniente, pues aun seria diminuto para un índice ó suma-
lo que añadió una noticia cronológica délas primitivas edicio­ fio, y, Jo que es menos disimuladle, carece de aquella dig­
nes de aquella obra célebre. Como concluyó y firmó estas no­ nidad y elegante concisión con que deben estar escritos
tas é ilustraciones en su estudio de Idemestone á 26 de octubre tales resúmenes. Mayor aprecio merece en nuestro concep­
de 178o 53, y toda la obra se publicó al año siguiente , no pudo to el que escribió en ¡alio , con tanta elegancia como laco­
este laborioso literato disfrutar de la magnífica edición publica­ nismo 5 O. Francisco Cerda y Rico , y publicó en uno de los
da entonces misino en Madrid por la academia Española, cuyas eruditos apéndices con que ilustró la Retorica de Gerardo
correcciones al texto y sus variantes, y sobre lodo la vida de Juan Vosio, impresa en Madrid en 1781 56. Considera á Cer­
Cervantes y el análisis del Quijote escritos por Ríos, le hu­ vantes como uno de los escritores españoles que hablan escrito
bieran aliviado mucho en su arduo empeño, y prestado ma­ la lengua castellana con mayor pureza, corrección y elegancia;
teria para-celebrar una nación que amaba con entusiasmo, y é indica con este motivo los principales sucesos de su vida, si­
que habiendo producido ingenios tan eminentes, sabia honrar guiendo el texto de Ríos, cuya pérdida lamenta , copiando
su memoria, y perpetuar sus obras con dignidad y maguiheen- de L). Nicolás Antonio el juicio y elogios de las obras de nuestro
syfi itüsriucroXES
Y DOCUMENTOS. 277
escritor, (Sitarrtlo sus primeras ediciones, y arradreiydoel ‘ir. Cer­ tg Muy de otra manera pensó el autor de una obrila , que
da un magnífico anuncio de la que acababa de publicar la acade­ con el título de Noticia de la vida y de las obras de Cervantes
mia ÍS. Pero no podiendo formarse por tan ligeros estrados una se publicó al frente de la bella edición del Quijote, hecha cu
idea justa de Cervantes ,es preciso adquirirla en las demás obras la imprenta Real el año de 1797 en seis volúmenes en 12.“,
que vamos examinando. pues aunque en la parle histórica no sea sino un compendio de
18 En el año de 1788 publicó D. Antonio Capmany el lo­ cuanto escribió Ríos, y en la parte crítica una ampliación de
mo iv de su Teatro hlstórico-critico déla elocuencia española f las indicaciones de Florian , el método, el estilo , el ornato y
y al fin de él 59, precendieudo á los lugares que escogió como el juicio que brillan en este opúsculo le dan cierto aire de nove­
muestras del buen estilo de Cervantes, dió un estrado de su vi­ dad , que obliga á leerle con interes y con aprecio. Acaso omi­
da, sacado de las que escribieron Ríos y Pellicer, añadiendo un tió algunos hechos por entregarse mas libremente á sus pro­
juicio sobre la adversa y próspera fortuna de aquel escritor , y pios discursos : acaso manifestó en ellos una censura demasiado
sobre su mérito literario, especialmente por la parle del lengua- severa y aventurada sobre varios escritores nuestros, que goza­
ge castellano y calidades de su variado estilo; pero con tal con­ ban de mas ventajosa reputación ; pero tampoco pretende cau­
cisión en lo tocante á los hechos de la vida , que omitió lodos tivar el dictamen ageno , contentándose con esponer el suyo li­
los sucesos de su cautiverio , sin embargo de ser tan cstraordi- sa y llanamente. Al mismo tiempo que examina y calmea el mé­
narios , su residencia en Valladolid , y otros de que hicieron rito de todas las obras de Cervantes con entereza é imparciali­
mención los escritores precedentes , incurriendo en las mismas dad , le defiende con vigor de las ligerezas ó acriminaciones de
c ¡uivocaciones que ellos cuando sigue sus pasos, y adoptando sus émulos y censores ; y retratándole siempre grande y mara­
tal vez como hechos indudables algunas de sus conjeturas y villoso , sin detenerse como otros en abultar sus lunares, co­
sospechas. En las reflexiones que hace sobre el mérito de Cer­ munica al lector el placer de contemplar la elevación y gracia
vantes asegura que no son esenciales las censuras que se /Hie­ . del original, dejándole al mismo tiempo percibir la propiedad
den hacer del Quijote 60, y que en todas las obras hay bas­ y semejanza de su copia ; acreditando de este modo que ni el
tante materia para acreditar el justo y eminente mérito de gramático minucioso, ni el filósofo metafísico son jueces aptos
Cerrantes 6’ , cuya memoria vivirá eternamente mientras para calificar las obras del ingenio por la parte esencial que las
haya prensas que impriman y ojos que lean6* ; y con to lo constituye, que es la invención, sino solo aquel que, reu­
parece que disgustado contra los que han procurado investigar niendo a los profundos conocimientos del arle gran sensibilidad
los hechos de la vida de este escritor, convierte á ellos su de alma y fuerza de imaginación , es capaz de sentir sus belle­
amarga crítica, diciendo que no Sabe qué otra cosa importe zas y la sublimidad de las ideas, que en vano se buscarán por
saberse acerca de un autor de novelas. y comedias 63. Des­ medio de los preceptos estériles de los unos , y de las medita­
conoció el Sr. Capmany en este dictamen contradictorio la na­ ciones abstractas de los otros.
tural propensión de los hombres á interesarse en los aconte­ 20 Aun no había salido á luz esta edición cuando publicó
cimientos de los que son objeto de su admiración por su justo otra muy correcta y suntuosa D. Juan Antonio Pellicer, ilus­
y eminente mérito ; lo que estas indagaciones ilustran la histo­ trando el texto del Quijote con amplias y eruditas notas, con
ria literaria de una nación; el oportuno lugar que, según la un discurso preliminar , en que examina el mérito y artificio
reflexión de Mabli64, hallan en estas obras biográficas las cir­ de aquella fábula, con una descripción geográíico-historica so­
cunstancias que, por pequeñas y frívolas que parezcan, con­ bre los viages de D. Quijote, y sobre todo con una nueva Pida
tribuyen á manifestar las costumbres de nuestros mayores, ó de Cervantes en la que reunió á las noticias que tema publi­
las irregularidades del espíritu humano ; el ejemplo de otras cadas en 1778 cuantas pudo allegar desde aquella época con su
naciones cultas, aun en obras menos clásicas, como lo es la infatigable diligencia. Estas noticias, y los documentos inéditos
novela francesa de los gigantes Garganlua yPantagruel, que que inserid por apéndice , dieron muchas luces sobre la vecin­
se reimprimió á mediados del siglo último con multitud de dad de Cervantes en Esquivias y sus intereses domésticos ; so­
notas históricas y gramaticales, y escelentes estampas de Ber­ bre su residencia en Sevilla desde 15g5 ,y en Valladolid desde
nardo Picarl, entre las cuales se halla el retrato de su autor 1604, con los sucesos que le ocurrieron en esta ciudad cuando
Francisco Rabelais, el plano del caserío en que nació, el de la le Complicaron en una causa criminal al año siguiente ; sobre
casa en que habitaba, y hasta el de su propio aposento “5; y fi­ bi numerosa familia que allí mantenía ; y sobre muchos puntos
nalmente que la censura que se hace de. Cornelio Nepote por­ de historia literaria, relativos á Lope de Vega , Vicente Es­
que 110 entró en los pormenores necesarios para dar á conocer pinel , Avellaneda y otros escritores contemporáneos. Si el
sus héroes , será siempre una apología de los que han procu­ método , la crítica y el buen gusto correspondiesen á la erudi­
rado ¡lustrar la vida de Cervantes, y con ella facilitar la inte­ ción , ala novedad y al núincio darlas noticias, nada queda­
ligencia de muchos pasages de sus obras. rla que desear en cuanto á Ja historia civil y literaria de Cer­
278 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 279
vantes ; pero su historiador, entregado á su genio noticioso , y tas conforme se iban trabajando , conservó en su poder algunas
divagando eruditamente sobre cuantas especies le vienen á la sobre el discurso preliminar y vida da Cervantes, y por su
mano, hace olvidar continuamente a' su héroe, á quien se muerte en la epidemia de 1809 vinieron á parar á mano., del
pierde de vista a cada momento , ya entre la narración de las mismo autor, cuya modestia y juicio campean mas eu su trabajo
críticas y apologías de Lope de Vega , ya entre la discusión del que otras calidades que pudieran hacerlo ameno y agradable.
origen del baile y cantar llamado la zarabanda, ya entre la 22 Tantos y tan esclarecidos son los literatos que se hall
historia déla sucesión y herencia por el espacio de dos siglos dedicado á investigar y escribir los sucesos de Cervantes , y a
ce los poseedores ó dueños de la casa en que murió , ya entre ilustrar y dar á conocer el mérito de sus obras ; y como des­
otra multitud de episodios y digresiones, demasiado prolijas, pués de tan multiplicados y eruditos afanes acaso podrían pa­
cuando tienen tan poca ó ninguna conexión con los hechos recer superlluas é impertinentes nuestras investigaciones sobre
principares, de lo que nace que puede aligerarse esta obra, el mismo asunto , justo será que procuremos satisfacer a los que
suprimiendo muchos párrafos, y noticias de ella , sin que se asi pensaren , esponiéudoles sencillamente las causas que nos
echen de menos ni hagan falta para la unidad de la narración, empeñaron en la composición de esta obra , los medios que lie­
como lo ha hecho discretamente el Sr. Ideler en la edición del mos puesto en práctica para su mejor desempeño , y para hurla
Quijote castellano , que publicó en Berlín en 1804, pretestando mayor novedad é interes , y el éxito feliz que estas diligencias
que no podían interesar tales uotii ias á los estrangeros, aun han producido , proporcionándonos documentos desconocidos
cuando hubiesen sido bien recibidas de los españoles. De su hasta ahora , pero importantes para dar nna idea mas cierta,
multiplicidad y falta de órden y analogía resulta también la in­ noble y elevada del carácter, costumbres y servicios del cele­
corrección ó inexactitud de algunas, como Jo espusimos fran­ brado autor del Quijote, y aun para comprender mejor varias
camente á su propio autor ? y lo manifestarémos con igual sin­ alusiones y aventuras de sus ingeniosos escritos ; descubri­
ceridad en los lugares oportunos. Vero no por tales reparos deja mientos eu que han tenido mucha parle algunos sugetos labo­
de ser útil y aun agradable la lectura de este escrito , que se riosos , que favoreciéndonos con su amistad se prestaron gusto­
mirará siempre como un rico almacén ó copioso depósito de samente á desempeñar los encargos que les dimos para inqui­
noticias tan varias como recónditas , adonde acudirán á tomar­ rir y recoger en los pueblos de su residencia las memorias que
las cuantos en adelante quieran escribir la vida de Cervantes se conservasen de Cervantes , haciéndose acreedores por su
é ilustrar sus obras , ó instruirse en algunos hechos particula­ zelo y aplicación á nuestro agradecimiento y á la memoria que
res de la historia literaria de su tiempo. Nosotros lo hemos es- liaremos de sus trabajos en los lugares oportunos de estas ilus­
perimentado asi ; y confesarnos con ingenuidad habernos sido traciones. 1 , 1
de sumo ausilio las investigaciones del Sr. Pellicer para la em­ 20 ■ ti placer con que desde nuestra juventud leíamos las
presa en que hemos procurado imitarle : motivo demasiado po­ obras de Cervantes, y la instrucción que en ellas encontrába­
deroso para acreditar ahora justamente nuestra gratitud , y re­ mos , nos hicieron apreciar su ingenio singular, aun cuando to­
novar la memoria de ia amistad y consideración que le mere­ davía carecíamos de la reflexión madura y del conocimiento ne­
cimos durante su vida. El empeño y constancia con que por cesario para percibir todas sus gracias y bellezas; aprecio y co­
otra parte procuró ilustrar varios sucesos de la historia de Es­ nocimiento que crecieron con la edad y con el estudio , esci-
paña , singularmente las vidas de algunos de sus literatos insig­ tando nuestro ínteres por las noticias que pertenecían a tan
nes, y conservar su buena reputación, defendiéndola de las crí­ ilustre escritor. Asi fue que su vida escrita por Ríos nos agra­
ticas injustas y estravagantes 65 , le hacen acreedor al apre­ daba tanto mas, cuanto que por su mérito real y distinguido, ya
cio de todos los hombres juiciosos, que miren con amor é ín­ en el esceleute método de su narración , ya en la elegancia y
teres el esplendor y la gloria de su patria. pureza de su estilo y lenguage,ya en la oportunidad,y discre­
21 Las ilustraciones de! Sr. Pellicer dieron ocasión al Sr. ción de sus reflexiones, nos parecía uno de los frutos mas sazo­
D. Vicente Novella , dignidad de chantre de la santa iglesia nados y gloriosos de la literatura española en el siglo xvm;
metropolitana de Zaragoza , para corregir algunas de aquellas Pero como desde que Pellicer publicó en 1797 su nueva Cicla de
notas, para reflexionar sóbrelas opiniones de su autor, y Cervantes con mayor copia de noticias, con hechos mas ave­
para adicionar sus comentarios. Con este objeto llegó á formar riguados y ciertos, y con documentos antes desconocidos , no
eu 1802 tres tomos en cuarto manuscritos de curiosas observa­ poilia dejar de ser diminuta , y desmerecer en esta parte la obra
ciones , las cuales fue corrigiendo y acrecentando, hasta que de su antecesor, satisfaciendo menos la curiosidad del público,
durante el primer sitio de aquella ciudad en 1808 , creyendo fue nuestra primera idea intercalaren ella todas las noticias des­
ponerlas en lugar seguro, las depositó en el hospital general de cubiertas recientemente , imitando, en cnanto nos íuese dible,
nuestra señora de Gracia , eu cuyas rumas han quedado sepul­ su bello y encantador estilo, para lo cual examinamos coi, de­
tadas. Por casualidad un familiar suyo , que copiaba estas 110- tención los escritos de Pellicer, anotando sus descuidos e-
ILUSTRACIONES
V documentos. aS»
hiexactitudes, y logrando al mismo tiempo adelantar con nue­ varios cuidosos-, y aunque infructuosas por el espacio de tres
vas pesquisas y combinaciones sus descubrimientos. Mas al co­ años, obtuvo al fin el premio de la perseverancia hallando el
menzar nuestra empresa conocimos la dificultad de llevarla al dia 12 de enero de i8o8en el archivo de Indias un espediente
cabo, porque ni era posible tocarla bella y acabada pintura de que contenia varios documentos originales respectivos a Cer­
Ríos sin desfigurarla enteramente , ni podíamos adoptar con vantes , los cuales confirmando y ampliando algunos hechos ya
libertad algunas de sus opiniones, tal vez aventuradas, y mu­ conocidos, y descubriendo otros enteramente nuevos, dieron
cho menos podían satisfacernos otras varias conjeturas y con­ ideas mas cabales y extensas sobre los servicios y empresas de
secuencias que deduce de tradiciones ó noticias que aun eran aquel hombre memorable, y sobre la elevación y dignidad de
vagas é inexactas en aquel tiempo. En tal estado resolvimos for­ las prendas de su ánimo. El Sr. D. Antonio Sánchez Liaño,
mar de nuevo la historia civil y literaria de Cervautes; y aunque presbítero de la orden de San Juan, que habia sido cura párro­
adoptamos el método que siguió aquel laborioso académico, co diez y nueve años en Argamasilla y tres en Alcázar de San
conservando algunas desús narraciones cuando la falta de do­ Juan, nos comunicó cuantas noticias pudo recoger en aquel pais
cumentos no permite alterar los hechos, y estos se lian de lo­ pertenecientes al autor del Quijote,'ya eti algunos documentos
mar de los mismos originales que él manejó , nos valimos tam­ que logró ver , ya en las tradiciones cuyo origen y fundamento
bién de los materiales acopiados por los demas escritores, par­ procuró examinar. El Excmo. Sr. D. Juan Perez Villamil, con­
ticularmente por l’eliicer, intercalando en sus lugares las mu­ sejero de Estado, y director que fue de la academia de la Histo­
chas noticias que ellos no conocieron, y hemos logrado descu­ ria, nos facilitó cuanto constaba en la congregación de la calle
brir, y cuanto nuestra meditación y estudio nos lia hecho dis- del Olivar y otros apuntes curiosos para ilustración de nues­
cernir , aúnen los puntos anteriormente controvertidos. Por tra obra. Igual obligación debemos al Sr. D. Juan Crisostomo
este medio nos lisonjeamos de haber dado tanta luz y novedad Ramírez Alamanzon, bibliotecario mayor que fue de S. M., por
a' los sucesos de Cervantes, que parece la vida de otro sugeto lo respectivo á varios puntos de crítica y de historia literaria}
diferente si se compara con las anteriormente publicadas: y este y finalmente otros sugetos, que tendremos ocasión de nombrar,
ha sido el fruto de las noticias con que correspondieron nues­ nos han ausiliado con sumo zelo y eficacia, practicando dili­
tros amigos á ios interrogatorios y cuestiones que les dirigimos gencias ó dándonos avisos, que si no han tenido siempre un re­
desde el año de 1804. £1 limo. Sr. D. Manuel de Lardizabal, sultado feliz, han contribuido á lo menos alguna vez á desva­
secretario de ia academia Española, que residía en Alcalá de necer tradiciones ó conjeturas admitidas hasta aqui con sobrada
Henares, registró por sí mismo y por otros amigos suyos los ligereza. ¡ Ojalá que nuestro desempeño correspondiese á tanto
libros parroquiales, los de ay untamiento y los de la universidad, esmero y diligencia, y aun á la esperanza de tan sabios y labo­
y examinó cuantas memorias podian existir alli de Cervantes rioso cooperadores ! Entonces únicamente podría ser este un
y de su familia, El teniente de navio D. Juan Saris de Barutell, obsequio digno del sublime mérito de Cervantes , y tendríamos
individuo de la academia déla Historia, que se hallaba recono­ derecho de esperar de la justicia del público la aprobación, que
ciendo por orden del Rey el archivo general de Simancas, en­ ahora será un puro efecto de sil indulgencia y generosidad, por
contró en él varios documentos que dieron nuevas luces sobre mas que creamos no desmerecerla, atendidas la pureza y rec­
los destinos de nuestro escritor en las campañas de Italia , de titud de nuestras intenciones.
Levante y de Africa, y sobre la embajada del cardenal Aqua-
viva. EISr. D. Tomas González, canónigo de Plasencia, y ca­ GENEALOGIA DE CERVANTES (§. x°).
tedrático que fue de retórica en la universidad de Salamanca,
con la proporción de haber sido comisionado después por S. M. 24 Las noticias de la familia y de los parientes de Miguel de
para el arreglo del mismo archivo, no solo acrecentó y comprobó Cervantes Saavedra han sido tan escasas y vagas hasta ahora,
estas noticias, sino que descubrió algunas desconocidas hasta que para facilitar la inteligencia de muchos hechos que referi­
ahora concernientes á las comisiones que tuvo Cervantes en mos en la vida, y para desvanecer la inexacta idea que se ha
Andalucía desde 1588, y otras relativas á diversos parientes tenido de su calidad y naturaleza, liemos estimado con­
suyos; las cuales nos ha remitido por medio del ministerio de veniente reunir aqui cuanto se ha podido averiguar en este
Estado con aquella franqueza propia de los literatos que se in­ asunto.
teresan en la historia de los hombres célebres que han honrado a5 Cuando escribió May ans la vida de Cervantes por los años
á su patria. El Sr. D.Juin Agustín Ccan Bermudez, de la aca- de 1 y36 se ignoraba su patria, la época de su nacimiento, el nom­
ilcmi i d" la Historia , encargado entonces por S. M. del arreglo bre y la calidad de sus padres y hermanos; y si bien las inves­
d<d archivo general de Indias en Sevilla, practicó por sí y por tigaciones de muchos y muy diligentes literatos lograron después
medio de otros literatos esquisilas diligencias cu aquel archivo, esclarecer algunos de aquellos hechos o circunstancias, 110 c.<m
ene! de h catedral, en el de la audiencia, y entre los pa-pelci» de siguieron con todo variar el concepto, generalmente recibido,
282 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 283

de ser á lo mas un simple hidalgo, y no persona de Ja mas alta tavos el rey Felipe II71 y el vencedor de Lepanto , principes
y calificada nobleza: á lo que naturalmente inducía el conside­ coetáneos y al mismo tiempo consanguíneos del desvalido y
rarle solo como uu simple soldado en el servicio militar, y des­ simple soldado de sus banderas Miguel de Cervantes Saavedra;
pués como un ciudadano sin empleo conocido, y como un es­ porque este descendía, Según veremos, de Alfonso Munio Cer­
critor pobre y desatendido de sus coetáneos: llegando esta idea vatos, que era el tercero de aquellos cinco hermanos de Doña
á preocupar de tal modo á los mismos que debian honrarse con Gimena, y se apellidó Cervatos por ser señor del lugar y torre
su parentesco y conexión, que parece se desdeñaban de ello, sin de este nombre que le dejó su padre en testamento. Alcanzó los
cuidar de averiguar su origen, ni de ilustrar su memoria como tiempos de D. Alonso VIH, I). Sancho III y D. Alonso IX, y se
correspondía á su eminente mérito y al esplendor de uu linage liallóen la conquista de Cuenca año 1177, yen la población de Pla-
tan fecundo en hombres grandes por las letras y por las armas. sencia el de 1180. Tuvo dos hijos, que fueron Pedro Alfonso Cer­
Nuestras diligencias y meditaciones para esclarecer este punto vatos, que acompañó á D. Alonso VIII en la batalla de las Navas
nos proporcionaron descubrir algunas noticias del padre, el de Tolbsa año 1212, y vivió hasta el tiempo deS. femando, y
empleo del abuelo, y su prosapia de un modo suficiente para dequien se deriva el Imagede Cervatos1 , y Gonzalo de Cervan­
dará la opinión de 1). Nicolás Antonio, que le hacia por lo tes, que tomó este apellido y varió algo su escudo de armas 72
menos oriundo de las ilustres familias sevillanas de su apelli­ para diferenciarse de su hermano, y en memoria también del
do 6\ y á las indicaciones de Rodrigo Meudez de Silva, que es­ castillo de San Cervantes, cerca de Toledo, á cuya edificación
cribió sus genealogías 68, todo el peso y fundamento necesario asistió su bisabuelo con D. Alonso VI año de io8g 73 : denomi­
para derivar á nuestro célebre escritor de una de las casas mas nando entonces á esta fortaleza dé'SanServando, insigne mártir
distinguidas de España. español; cuyo nombre alterado y corrompido por la sucesión y
26 Todos nuestros genealogistas desde Juan de Mena,- que rudeza de aquellos tiempos vino á llamarse de San Cervantes,
fue cronista del rey D. Juan 11 , contestan que el linage de Cer­ y de aqui tomó el apellido esta familia; entre cuyos sucesores
vantes proviene de los antiguos ricos-hombres de León y de hubo alguno que tornando á Galicia fuudooppbló en tierra de
Castilla, llamados'Muñoz y Aldefonso , que siendo gallegos de Sanabria lavilla que apellidó de Cervantes, asi como otro déla
naturaleza , y derivándose de los reyes godos enlazados ó em­ rama de Cervatos pobló y llamó con este nombre á uu lugar
parentados con los de León , yacen sepultados en Sahagun y en la provincia de Videncia 74.
en Celauova 69. De aquí salió Tello Alurieliiz, rico-hombre de 27 Descúbrese claramente en esta genealogía la separación
Castilla, que vivió por los años de y88, y fue padre de Oveco de ambas familias, y la causa de haber afirmado algunos escri­
Tellez, abuelo de Gonzalo Ovequiz, bisabuelo de Adefbnso tores que el linage de Cervantes descendía del de Cervatos 77 ,
González, tercer abuelo del conde Munio Adefouso, y cuar­ y asi debe mirarse á este Gonzalo de Cervantes como el prime­
to abuelo de Adefonso Munio, caballero de Galicia que en ro ó cabeza de esta nueva rama, fue caballero de la meznada
la conquista de Toledo, año de io85, acompañó el rey D- de San Fernando, y le acompañó en la conquista de Andalucía,
Alonso v'I, quien en premio de sus esclarecidos servicios le con­ particularmente de Sevilla , por cuyos servicios fue uno de los
cedióla villa de Ajofrin. Este caballero tuvo, entre otros hijos, doscientos comprendidos en el repartimiento de aquella ciudad
al famoso Ñuño Alfonso, alcaide de la imperial ciudad de To­ año 1288 73 ,* y como de él se derivan y provienen las familias
ledo, y príncipe de su milicia, rico-hombre de Castilla, que que han conservado aquel apellido , mdicarétnos su sucesión y
nació en Galicia, y probablemente en Celauova, año iogo; y genealogía hasta los tiempos de Miguel de Cervantes , refirién­
después de tantas memorables hazañas como se refieren en donos al árbol genealógico en cuanto al origen de las ramas trans­
nuestras historias, y que recopiló el citado Meudez de Silva, mu­ versales que enlazadas con otras casas de la primera nobleza
rió peleando valerosamente con los moros el día i.°de agosto se han propagado por muchas provincias de España y de Amé­
ano 1 iqd, á los cincuenta y tres de su edad, con tanto senti­ rica.
miento del emperador I). Alonso como indica la Tüleclang. que 28 Hijo de Gonzalo fue Juan Alfonso de Cervantes, comen­
se escribió en su tiempo 7°. Estuvo casado este caballero en pri­ dador de iVlalagon en la orden de Caiatrava , y á este sucedió
meras nupcias con Doña Frondde, de quien tuvo un hijo lla­ Alonso Gómez Tequetiques de Cervantes , que casó con Doña
mado Pelay Muuio, y una hija del nombre déla madre; y en Beri nguela Osorio , rama de la casa de los marqueses de Astor-
segundas con Doña Teresa Barroso, de ilustre linage, y de quien, ga. De este matrimonio nació Diego Gómez de Cervantes,, que
á m is de cinco hijos, tuvo también algunas hijas, siendo una de fue el primero que asentó su casa en Andalucía, y caso con
ellas Doña Gimena Muñiz, que casada con el conde D. Pedro Doña María García de Cabrera y Sotomayor. Ambos consortes
Gutiérrez de Toledo, vino á ser progenitura de reinas y reyes reedificaron la capilla mayor de Santa María en la villa de Lora,
de España y otras potencias, entre quienes el emperador Carlos donde yacen sepultados, y donde se conserva aetu Mínenle su
V estaba en grado de su décimo séptimo nieto, y de décimoc- generosa sucesión. Entre rus lujos que tuvieron fue uno fr. D.
V nOCUMKNTOSs i85
3^4 HÜSTRAcioNBS
Rui Gornez de Cervantes, grao prior de la órden de San Juan 77, mente para recuerdo de honrosas memorias y pnra acrecentar
que dejó una larga posteridad ; pero quien continuó la casa di­ con ellas el esplendor de los linages. El árbol genealógico de
rectamente fue Gonzalo Gómez de Cervantes , que casó con la familia de Cervantes nos presenta un Juan , comendador de
Doña Beatriz López de Bocanegra, hija del almirante de Castilla Malagon en la órden de Calatrava, otro cardenal y arzobispo
Micer Ambrosio de Bocanegra , señor de Palma. Fundaron es­ de Sevilla, otro veinticuatro de la misma ciudad, y guarda
tos la capilla de Jesús en la parroquia de Todos-Santos de Se­ mayor del rey D. Juan II, sin otros varios en las lineas trasver­
villa año i4*h, y en ella el sepulcro en que descansan. Tuvie­ sales. También ofrece el nombre de Rui ó Rodrigo en un gran
ron , entre otros hijos, al cardenal D. Juan de Cervantes, que prior de la órden de San Juan y en muchos de su sucesión , en
lúe arzobispo de Sevilla , donde murió a i5 de noviembre de otro que llamaron el Sordo, y propagó la línea directa de la
i453 -g; ;¡ b r. D. Diego Gómez de Cervantes, grao prior de la casa , y en algunos de las ram.is laterales. A esto se agrega que
orden de San Juan , y á Rodrigo de Cervantes el sordo , que siendo la bisabuela de Cervantes , Doña Juana de Avellaneda,
casó con Doña María Gutiérrez Tello , de ilustre alcurnia, y hija de D. Juan de Arias de Saavedra, llamado el Famoso , se
propagóla línea directa por medio de Juan de Cervantes su descubre en este enlace el origen del apellido Saavedra, de que
hijo, veinticuatro de Sevilla y guarda mayor del rey D. Juan II, usó comunmente nuestro autor con tatito aprecio y estimación,
que casó con Doña Aldonza de Toledo, cuyos padres Alfonso como lo acreditó llamando Doña Isabel de Saavedra á su hija
Alvarez de Toledo y Doña Catalina Nuñez de Toledo fundaron natural,y haciendo memoria de sí mismo en la novela del Cauti­
el monasterio de Santa Clara de Madrid 79. Parece que este vo,diciendo que solo habia librado bien de las crueldades de Azan
Juan de Cervantes renunció la renta que tenia de por vida en Agá un soldado español llamado tal de Saavedra 8a : costum­
sus hijos, según una carta que escribió al mismo re v Don bre muy común en aquellos tiempos , en que se tomaban ó usa­
Juan en Sevilla á 12 de marzo de i45a 8°. Hijo mayor de es­ ban promiscuamente los apellidos de los padres, abuelos ó pa­
te matrimonio fue Diego de Cervantes , comendador en rientes á quienes se debía la educación ó la subsistencia , ó de
la órden de Santiago, que casó con Doña Juana Avellane­ quienes se queria conservar la memoria por sus notables he­
da, hija de D. Juan Arias de Saavedra, llamado el Famo­ chos y proezas. Asi sucedió á la misma Doña Juana, que con­
so, segundo señor de Castellar y del Viso, y de su muger servó el apellido Avellaneda déla madre,y no el de Arias de Saa­
Doña Juana de Avellaneda , rama ilustre de la casa de los con­ vedra del padre , y á los hijos de esta , que unos tomaron el de
des de Castrillo. Por este enlace se descubre el origen de ha­ Cervantes que les correspondía , otro se llamó Hernando Arias
ber usado muchos de la familia de Cervantes del apellido Saa­ de Saavedra como el abuelo materno , y una hija Doña Luisa
vedra juntamente. Entre los varios hijos de estos consortes se de Avellaneda como la madre y la abuela. Semejante irregula­
cuenta á Gonzalo Gómez de Cervantes , corregidor de Jerez de ridad se nota en la muger del mismo Cervantes, que siendo
la Frontera, proveedor de armadas en i5oi 8‘, que casó con bija de Fernando de Salazar y Vozmediano , y de Catalina de
Doña Francisca de las Gasas y propagó la linea directa que Palacios , unas veces se llamó y firmó como ia madre , y otras
luego pasó á Nueva-España ; y á Juan de Cervantes , que se­ como el padre 83 , y hemos visto también que en la hija natu­
gún nuestras conjeturas es el abuelo de Miguel de Cervantes, ral de Cervantes se prefirió el apellidarla Saavedra , y no Cer­
y corregidor de Osuna por nombramiento del conde de üreña vantes , como era mas regular. Asi queda manifiesto el origen
despees del año i53i. Siendo esto asi, por las razones que de haber tomado nuestro escritor aquel apellido , y que porno
manifestaremos, se sigue á Juan de Cervantes su hijo Ro­ descubrirse en su partida de bautismo ni en otros documentos
drigo de Cervantes, que casó con Doña Leonor de Cortinas: de Alcalá de Henares en que se citan ó nombran sus padres,
y estos tuvieron cuatro hijos , Rodrigo, Miguel, Doña Andrea era una razón que alegaban los manchegos para hacerle natural
y Doña Luisa, de quienes daremos luego noticias mas indivi­ de Alcázar de San Juan , donde no solo en los libros bautisma­
duales. les se espresaba el apellido Saavedra, sino que siempre se ha­
29 Que este Juan de Cervantes sea el corregidor de Osuna, bía conservado unido al de Cervantes en la familia avecindada
padre de Rodrigo de Cervantes , y abuelo del célebre escritor en aquel pueblo. El Sr. Ríos, para satisfacer á esta objeción,
del Quijote, lo persuade no solo la conveniencia y oportuni­ conjeturó atinadamente que lo Saavedra seria sobrenombre
dad de la cronología ó del tiempo en que vivió, sino la notable de alguno de sus abuelos ó de otro pariente inmediato que le
sucesión de Juanes y Rodrigos entre sus ascendientes ; siendo criase ó dejase alguna herencia , según la costumbre que enton­
constante que en todas las familias hay cierta preferencia , o ces era general en Castilla 8L
3o A estas razones parece que sirven de apoyo algunas
sea devoción , para adoptar y trasmitir á las generaciones veni­
deras aquellos nombres que la religiosidad de los antepasados, otras conjeturas. Mientras que Gonzalo Gómez de Cervantes ,.
los patronatos ó íuudacioucs de las casas , ó el respeto á las vir­ que propagó la linea directa, era corregidor de Jerez de la Fron­
tudes ó hazañas de los predecesores han consagrado sucesiva­ tera, lo fue su hermano Juan de la villa de Osuna en el mismo
y documentos. 287
1186 ILUSTRACIONES
yantes, padre de nuestro escritor; pero en la rlc i58o hay some
reino de Andalucía: aquel fue proveedor de armadas, y Miguel
de Cervantes se acomodó después á servir en la misma oficina este particular circunstancias tan notables que 110 podemos
V carrera de provisiones, condado tal vez para sus progresos en omitirlas. La tercera pregunta del interrogatorio recaía sobre si
los servicios que en ella hablan contraído sus antepasados. Per­ Cervantes era cristiano viejo, hjo-ilalgo , y en tal tenido e co­
seguido de su mala suerte, y no habiendo logrado el premio munmente reputado y tratado de todos: y contestando á ella el
alférez Diego Castellano, natural de Toledo, que conocía a Cer­
á que era acreedor por sus méritos y recomendaciones, aban­ vantes muchos anos hacia , dijo que le tenia por tal persona
donó entonces la corte y sus tareas literarias para colocarse en
como la pregunta dice, porque conoce deudos suyos que son te­
Sevilla ai abrigo de sus parientes , que hablan vivido allí con nidos por muy buenos hijvs-dalgo, y por tales son tratados de
tanto decoro y honorífica reputación , y solicitó varios oficios
ó empleos en la América septentrional , sin duda porque se todos. Hernando de Vega , maeslredaxa , natural de Cádiz , y
cautivo del mismo amo que tuvo Cervantes, dijo: «que por set
prometía prosperar mas y mejorar de fortuna bajo el amparo el dicho Miguel de Cervantes persona principal y lustrosa, de-
de sus deudos, que trasladando á aquel nuevo mundo el tronco masde ser muy discreto y de buenas propiedádesy costumbres,
ó rama principal de la familia , se habían esteudido y dilatado todos se holgaban y huelgan tratar y commiicarcou él; admi­
felizmente, logrando ilustres enlaces, decorosos empleos, y
ricos repartimientos y posesiones en premio de sus servivicios, tiéndole por amigo, por ser tal persona como la pregunta dice,
como conquistadores y primeros pobladores de tan opulentos asi los muy reverendos padres L'r. Jorge de Olivar,redentor de
países. Si estas conjeturas prueban poco, tomadas aisladamente la corona de Aragón, como el Sr. Br. Juan Gal, de la corona de
ó cada una de por sí, sirven todas juntas de mucho peso y de Castilla, como los demás cristianos asi caballeros, capitanes, 1 e-
mayor apoyo á las razones anteriores y á la autoridad de Don ligiosos, soldados; y es tal persona que no obstante que es que­
Nicolás Antonio y de Rodrigo Méndez de Silva. rido , amado y estimado de todos los que dicho tiene ; pero las
3t Comprueban igualmente la ilustre calidad de Cervantes demas gentes de comunidad lo quieren y aman ) desean , por
ser de su cosecha amigable y noble y llano con todo el mundo;
algunas noticias fidedignas que nos han quedado de su persona.
Cuando el P. Hacdo, que escribia viviendo aun Cervantes , le y por tal es habidoy tenido etc. » Juan de Valcázar, natural de
Malaga, y esclavo juntamente con Cervantes de Arnaute Mamí
nombra en su Topografía de Argel, dice espresamente que era
un hidalgo principal de Alcalá de Henares 85 : y Méndez de dijo que : «conoce á Miguel de Cervantes , asi en lieira de
Silva , que á mediados del siglo xvn compuso y publicó la ge­ cristianos como en Argel, y le vido tratarse y tratarlo como tal
nealogía de esta familia, habla también de él con referencia á lo caballero hijo-dalgoy cristiano viejo, y que este testigo vido
en Italia que el Sr. D. Juan de Austria, que está en gloria, y el
que dice tlaedo , llamándole nuble caballero castellano 3" ; y duque de Sesay los demas caballeros capitanes le teman en mu­
aunque creía que asi este varón insigne como otros varios que
cita pertenecían ala generosa estirpe de que habla tratado en la cha reputación y por muy buen soldado y principal.» Cristó­
bal de V¡Halón, natural de Valbuena junto á Valladolid, afirmó
descendencia de Ñuño Alfonso, todavía hablaba de ello con po­
que tenia á Cervantes por tal persona como la pregunta decía,
ca seguridad, por carecer de los documentos que necesitaba
para completar la noticia de las ascendencias y sucesiones de « respecto de que ha procurado saber ue su descendencia , y le
estas familias que procedían de líneas trasversales é indirectas. han dicho á este testigo como es de buena prole el dicho Mi­
También hizo mención de la hidalguía de Cervantes el licen­ guel de Cervantes , y especialmente por su trato y proceder se
ciado Márquez Teñ es , pues refiriendo en su aprobación de la demuestra lo que la pregunta dice. » Don Diego de Benavides,
segunda parle del Quijote Jas preguntas que , según hemos vis­ natural de Baeza, declaró que habiendo llegado á Argel, y pre­
to en el párrafo i 70 , le hicieron sobre Cervantes los caballeros guntado qué personas principales y caballeros había con quie­
franceses que vinieron en la comitiva deJ embajador comisiona­ nes se pudiese comunicar, le señalaron especialmente uno muy
do á tratar los casamientos de los príncipes dé las casas de Es­
cabal, noble y virtuoso, de muy buena condición y amigo de
paña y Francia en 1615 , dice que se vio obligado á contestar­ otros caballeros, que era Miguel de Cervantes, y asilo verificó
les que era viejo, Soldado , Ziíí/n/go y pobre. Si examinamos y comprobó después este testigo tratándole amistosa y familiar­
con atención el memorial presentado por Cervantes en i5go, y mente. El alférez Luis de Pedrosa, natural de Osuna, contes­
las informaciones judiciales de iSyB y de i58o , formaremos tando sobre la nobleza y calidad de Cervantes , dijo le constaba
siempre el concepto mas ventajoso de la calidad de su familia. que en aquella villa fue corregidor Juan de Cervantes , tenido
Cuando después de mas de veinte años de servicios muy distin­ por un principal y honrado caballero, á quien conoció con mo­
guidos solicitaba un empleo en América , manifestaba su deseo tivo de ser amigo de su padre ; y sabiendo por lo mismo que
era abuelo de Miguel de Cervantes , tenia á este por muy prin­
de continuar siempre sirviendo á S. M. , y acabar su vida co­
mo lo lian hecho sus antepasados. En la información de 1678 cipal hijo-dalgo y persona limpio y bien nascido. El Dr. Anto­
lodos los testigos contestaron la hidalguía de Rodrigo de Cei— nio de Sosa confirmó el contenido de la pregunta, « porque le
ag3 lLDSTIbsCÍONÉS y documentos. _ 9
he visto (dice hablando de Cervantes) siempre scrfractadoy la urbanidad la grosería, con la nobleza la ruindad, con la mo­
reputado de todos por tal, y en sus obras y costumbres no he deración la insolencia, con 1.a filosofía la ignorancia, y con
visto ó notado cosa en contrario alguna, antes he visto muchas la santa moral evangélica la. envidia , la detracción, y el en-
en que mostraba ser tal como en este artículo se dice. » Pan cono. j- i].
clásicos y fidedignos testimonios bastan á comprobar la nobleza 34 Asi es como Cervantes supo conservar en medio de las
de Cervantes, y á persuadir que descendiese de la ilustre rama persecuciones, de la pobreza y del abandono de los suyos las
que se (ijó en Andalucía al tiempo de la conquista de Sevilla, la calidades eminentes de Ja verdadera nobleza y de aquel lustro­
cual se derivaba del famoso Ñuño Alfonso y de los conquistado­ so origen que adquirió lodo su decoro y esplendor poql.is Mi­
res de Toledo, como lo dejamos demostrado. tades y hazañas de sus progenitores: dando a motivo que mu­
32 Todavía se ofrecen algunas otras reflexiones en apoyo de chos escritores como Juan de Mena y el marques de Mondep.r
esta opinión. Cuando en la fe ó partida de bautismo de Miguel encareciesen y sublimasen este linage como tino de los illas es­
de Cervantes en el año de 1547 se llace mención de su madre, clarecidos de Europa; añadiendo el último, que parecía mila­
se la nombra Doña Leonor, y eu las partidas de rescate de los groso premio de su virtud la dicha que conseguía viéndose < 1-
años de 1679 y i58ose la llama igualmente Doña Leonor de latádo en estos reinos y en los del Nuev0-111 undo, y esculpí as
Cortinas; y en la primera, Doña Andrea de Cervantes á su her­ sus armas en varios parages de Sevilla, en Baeza, en lrujdlo,
mana : lo cual comprueba la distinción de estas lamillas en un Talayera, Antequera, Tarragona, el Pedroso, Lora, tepes, A -
tiempo en que el tratamiento del Don era mucho menosc oraun cala de Guadaira, Alcázar de San Juan y en otros pueblos de
que ahora , y solo se daba á personas muy principales. Eralo la Mancha, asi como en Méjico, Puebla de los Angeles y otios
igualmente, por la misma consideración , Doña Catalina de Pa­ Varios de la América septentrional s *. .
lacios y Salazar, con quien casó Cervantes en Esquivias, pues 35 Probada de este modo la nobleza de Cervantes y el es­
no solo en la partida de matrimonio de 1584 1 J en 'a cai'ta <’e clarecido origen de su familia, pasarémos á dar algunas noti­
dote en 1586 se la llama Doña Catalina de Palacios , sino en cias mas circunstanciadas de su abuelo, padres, muger, luja y
otros muchos instrumentos públicos que se conservan; y no pa­ herinnnosi . t _ i •'
rece natural que siendo esta señora de tanta distinción y lustre 36 Del abuelo, que se llamó Juan dé Cervantes, nos dejo no­
como lo era en realidad , hubiese enlazado con persona que no ticia el alférez Luis de Pedresa , en la información hecha en
fuese su igual por la nobleza y esplendor de su linage. Argel á 14 de octubre de i5«o 9° ; pues contestando a la ter­
33 El mismo Cervantes hizo alguna vez mención de su hi­ cera pregunta del interrogatorio dice; « porque demas deloque
se contiene en esta dicha pregunta tocante a el dicho Miguel
dalguía, y especialmente cuando el maligno Avellaneda le echó
en cara que era tan viejo como el castillo ele San Cervantes 87, de Cervantes, á su nobleza y calidad, este test.go tiene nol.cn.
y sabe que pasó por realidad de verdad que en la villa de
con alusión sin duda á su ilustre ascendencia , que asombrada
Osuna, de donde este dicho testigo tiene declarado Sei natuial,
y oscurecida en su persona por la pobreza y estrechez , y am­
parada por la caridad del arzobispo de Toledo, como refugio de donde tuvo en ella á sus padres, sabe este testigo que en ella fue
los hombres virtuosos, dio también que murmurar y zaherir á corregidor Juan de Cervantes, el cual teman y tuvieron por un
su infame detractor, a quien en su modesta contestación le di­ principal y honrado caballero, y asi teniendo estos méritos tra­
jo y le dieron la vara de corrcg.dor por orden y merced del
jo entreoirás cosas : « la honra puédela tener el pobre, pero no
el vicioso: la pobreza puede anublar á la nobleza , pero noescu- conde de Greña , padre del duque de Osuna, Cuya es agora
recerla del todo. Pero como la virtud dé alguna luz de sí , aun­ la dicha villa 9S , é quel padre de este dicho test.go tuvo eslíe-
cha y ordinaria amistad con el dicho Juan de Cervantes, 1 cual
que sea por los inconvenientes y resquicios de la estrechcza,
viene á ser estimada de los altos y nobles espíritus , y por el éste testigo ha sabido por cosa muy cierta quel dicho Miguel de
consiguiente favorecida 38: doctrina que ya había estampado en Cervantes es nieto dél susodicho.» , ,
el capítulo vi de la segunda parte del Quijote que iba á publi­
37 Hijo de Juan dé Cervantes fué por consecuencia Endil­
car. Después de haber tratado allí con suma discreción de la go, padre de nuestro escritor, y á quien, como al m.W
po vivian otros de igual nombre y apellido- , >an iq
vicisitud y alternativa de los linages, y de cuál debe ser el fun­ algunos con el Rodrigo dé Cervantes que se ludio en Ja c .
damento ó la esencia de la verdadera nobleza , añade : « al ca­ quista de la Goleta de Túnez con el emperador Garios V.A
ballero pobre no le queda otro camino para mostrar que es ca­ Jaban eu cierto modo esta opimon aquellas pabbras de la.
ballero sino el de la virtud , siendo afable, bien criado , cortes, vela el ¿manto liberal, alusivas al padre de Rma^i, inte lo
y comedido y oficioso ; no soberbio , no arrogante , no mur­ Ctiior de ella, y bajo cuyo nombre entienden que Migue e
murador, y sobre todo caritativo. » Lección sublime y oportu­ Cervantes refirió sucesos de sí mismo. « Acuerdóme, amigo
nísima; que dejando corrido y avergonzado á su maldiciente ri­ Mahimud (dice), de un cuento que me couto mi padre, que ya
val , acreditaba la elevación de su espíritu , contrastando con I9
21)0 IÉUSTHAC10NB8 i documentos. 29 r
sabes cuan curioso fue, y oíste cuanta honra le hizo el empe­ en Madrid á 8 de Octubre de 1012 viviendoenla calle del Prín­
rador Carlos V, á quien siempre sirvió en honrosos cargos de cipe ", estuvo casada con el regidor Diego de Urbina, rey de
la guerra; digo que me contó, que cuando el emperador es­ armas de Felipe 11, persona muy instruida en todo género de
tuvo sobre Túnez, y la tomó con la fuerza de, la Goleta , es­ letras lo°: de cuyo matrimonio tuvieron tí la espresada Uoña Isa­
tando un dia en la campaña y en su tienda, le trujeron á pre­ bel y tí Francisco de Urbina, que compuso un epitafio a Cer­
sentar una inora , por cosa singular en belleza «... La conje­ vantes, y se imprimió al principio del Rersiles, llamándole in­
tura que han creido hallar en estas espresiones podría tener tam­ signe y cristiano ingenio de nuestros tiempos. La proximidad
bién á su favor la semejanza entre la rúbrica del Rodrigo de la del lugar de Barajas; que solo dista cuatro leguas escasas de
Goleta y la de Miguel de Cervantes, que parece imitada de aque­ Alcalá de Henares, donde estaba avecindado Rodrigo de Cer­
lla con muy leve diferencia. Pero tenemos documentos y noticias vantes; da margen tí sospechar que Doña Leonor de Cortinas
fehacientes que desvanecen talopinion de un modo incontesta­ fuese también del mismo pueblo y familia que Doña Magdalena;
ble. El año i535 nombró el emperador para contador de la en cuyo caso resultaría evidente la conexión de parentesco entre
Goleta á un Rodrigo de Cervantes: no consta que este faltase dos ingenios tan superiores coi no Cervantes y Lope de V ega. Con
dealli hasta el i544letl <Ilie se le mandó venir tí dar cuenta tí menos fundamento asegura el Sr. Pellicer que Uoña Leonor de
Eelipe II del estado de aquel fuerte, y si verificó el viage hubo Cortinas casó en segundas nupcias con D. M. Solomayor 10a
de ser muy poca su detención, pues todas las cuentas, sin inter­ lo cual le indujo el '"er en la causa formada en Valladolid en
misión de alguna, estari intervenidas por él desde el 535 hasta i6o5 con motivo de la muerte de D. Gaspar de Ezpeleta, que
el 556: salió por último de la Goleta á principios de i55y con Doña Magdalena de Sotomayor, beata, se llama hermana de
real licencia para volver á España por seis meses; y ya La­ Miguel de Cervantes loa; y vivia con él y su familia en la mis­
bia fallecido antes de 27 de noviembre del mismo año, en cuya ma casa; pero si hubiera advertido que en la primera declara­
fecha decia el alcaide y gobernador de dicha fortaleza D. Alon­ ción que trizo á 29 dejuniode aquel año espresó tenia de edad
so de la Cueva al secretario de la guerra Francisco de Ledes- mas ae cuarenta años '°3, se habría convencido que nació tí lo
ma: « del fallecimiento del contador Cervantes me ha pesado, menos en 1565,- es decir, trece ó catorce años antes que enviu­
porque cierto era buen hombre, y hacia bien su oficio, y asi se dase Doña Leonor. Mas posible parece que fuese alguna cuña­
parescia en Jos olicialesque tenia. » El padre de Miguel de Cer­ da ó pacienta de las que por costumbre o cariño suelen tratarse
vantes tuvo su primer hijo en Alcalá de llenares en diciembre con titulo ó confianza fraternal. Por su medio, y en 20 de se­
de i543; las dos hijas en 1544 y 1 546, y á Miguel en i547< to­ tiembre de i5q5, entregó Cervantes en tesorería general ciento
dos en la misma ciudad: vino de ella á Madrid en abril de 1578 cuarenta y nueve mil seiscientos maravedís, tí cuenta de lo que
tí solicitar se le recibiese información de los servicios de este; y habia recaudado de las rentas del remo de Granada, tí cuya
si nos atuviésemos tí la partida de entierro que existe en la par­ exacción fue comisionado. Cuando D. Gasparde Ezpeleta falle­
roquia de San.Justo de esta corte, y que hemos examinado per­ ció tí 2g de junio de 1 6o5 en casa de Doña Luisa de Monloy a,
sonalmente 3 ', diríamos que vivió hasta i3 de junio de »585; viuda cíe Esteban de Garibay, dejó de manda en su testamento
pero es evidente el anacronismo, porque sin duda habia muer­ un vestido de seda para Doña Magdalena por el amor que la te­
to seis ó siete años antes, según la nota de los trescientos ducados ma; y como esta por su profesión de beata vistiese de jerga, dió
que la madrey hermana de Miguel entregaron para su rescate motivo a que el juez de la causa sospechase que aquel vestido
á los 1’1’. redentores en3i de julio de 1579, en cual se nom­ era para otra persona cuyo nombre no convenia que sonase.
bra tí Doña Leonor de Cortinas, viuda, muger que fue de Ro­ Reconvenida sobre estola beata, dijo que aunque ignoraba la
drigo de Cervantes ss; y la gracia que con el propio fin conce­ razón que tuvo D. Gaspar para hacerle dicha manda, creia pu­
dió el Rey en 17 de enero siguiente, en virtud de aquella infor­ diera ser por haberle asistido con caridad cuando estuvo herido
mación y de la certificación que la acompaña del duque de Se­ mortalmente en casa de Doña Luisa; y esta, confirmando lo mis­
so, para que se pudiesen enviar de Valencia tí Argel dos mil du­ mo, añadió, que entendía que por ser pobre Doña Magdalena
cados en mercaderías no prohibidas, fue á la Doña Leonor, y tehabia hecho D. Gaspar aquella espi-esion por pura caridad,
no tí su marido, como era regular lo fuese, si viviera, habiendo respecto tí que ella tenia tí Doña Magdalena por una gran sier­
comenzado él y bajo su nombre las diligencias 97. ra de Dios por la buena vida que hacia. Estas son las únicas
38 De Doña Leonor de Cortinas, madre de Miguel de Cer­ noticias que hay de esta hermana, la cual 110 aparece en los do­
vantes, son mas escasas las noticias que tenemos. D. Juan An­ cumentos hallados en Madrid referentes tí los años sucesivos.
tonio Pedicer sospechó que nuestro autor tenia por su linea 3g De Rodrigo de Cervantes, hermano mayor de nuestro
materna algún parentesco con Doña Isabel de Urbina, primera escritor, nada se sabia hasta que los documentos encontrados
muger de Lope de Vega 9S. Fundábase en que Doña Magdalena en Sevilla y Simancas nos han dado algunas noticias sobre sus
de Cortinas y Salcedo, natural del lugar de Barajas, que murió destinos y ocupaciones.Nació en Alcalá de llenares, y fue bam-
aga ilustraciones 1 DOCUMENTOS. 2g3
tizado con el nombre de Andrés en 13 de diciembre de 1543« fregó cincuenta ducados por su parle para ayuda del rescate de
Tal vez por respelo a su padre y antepasados varió después el su hermano irl. Después vivió Siempre con el mientras perma­
nombre; pues siendo mayor que su hermano Miguel, y no cons­ neció viuda, ocupándose en las labores propias de su sexo para
tando de otros hermanos en los libros de bautismo de las parro­ poder mantenerse, como consta de algunas cuentas y recibos
quias de aquella ciudad, no debe quedar duda de ser el mismo de cantidades que percibió de casa del marques de Vlilalranca
ltodrigo que sirvió eu las campañas de levante y Africa; que es­ D. Pedro de Toledo pul* el trabajo que hizo en su ropa y equi,
tuvo algún tiempo cautivo en Argel; que se halló en la conquis­ pageen el año t6o3 >‘2. Hallándose en Madrid recibió el habito
ta de Portugal y reducción de las Terceras; que fue promovido de la Orden tercera, juntamente con su cunada Doña Cataliii a
á alférez, en 1584, y que seis años después continuaba en esta de Salazar, á 8 de junio de 1609 I1!; y falleció el 9 de octubre
clase en los ejércitos de Flandes, de cuyos hechos hemos dado del misino año, habiéndose enterrado en la parroquia de San
noticia en los §§. 24, 27» 28, 5g, 61, 62 y 77 de la primera Sebastian á espensas de su hermano ,,4< _
parte. 4i Luisa de Cervantes, segunda de las hijas de Rodrigo y
4o Doña Andrea de Cervantes nació también en Alcalá de Doña Leonor, nació igualmente en Alcalá, y se bautizó en na
llenares, y fue bautizada á 24 de noviembre de 1544- P-D Ia de agosto de i546- Fundado entuna noticia que trae el doctor
causa de Valladolid confesó que primero habia estado desposa­ Portilla en la historia de aquella ciudad, infiere e.l Sr. i ellicer,
da con Nicolás de Ovando, y á la sazón era viuda de Sanctes con mucha probabilidad, que esta Luisa de Cervantes ent< ó 1 e,
Ambrosio ó Ambrosi, florentin '°4, de cuya viudez se hace ligiosa carmelita descalza en 11 de febrero de 1535, aunque el
mención en la partida de entierro lo5 como indicando que este hábito con bendiciones no se le dieron hasta el 17 del mismo
había sido el ultimo marido, y no es posible conciliar con esto mes “5. En el año décimo de la fundación de aquel convento,
lo que seespresa en Ja partida de su toma de habito en la Or­ que era el 1872, habia quince religiosas, y entre ellas se espre-
den tercera cuatro meses antes de su fallecimiento, donde se la sa en el núm. 10 á Luisa de Belen, de veinte y cinco años de
llama viuda del general Alvaro Mendaño, como lo hemos ase­ edad, la cual era vecina de Alcalá cuando tomó el hábito; cuya
gurado en el 122 de la parte primera, apoyados en este docu­ conformidad de nombre , edad y pueblo de residencia se ajusta
mento; pues en el caso de ser cierto este matrimonio debió ha­ bien á c sta hermana de Cervantes.
berse contraido después de i6o5, en que declaró los anteriores 42 El último de los hijos de Rodrigo y de Dona Leonor fue
con Ovando y Ambrosi, mucho mas cuando no tenemos noticia Miguel de Cervantes, cuya vida, que dejamos escrita, lia dado
de este general , y solo sí de Alvaro de Mendaña , célebre en la
historia de nuestra marina por sus viages en la mar del sur en margen á estas investigaciones. , , ,
43 La primera noticia que se tuvo pocos años ha déla existen,
los años 1667 y i5g5 , y por el descubrimiento de las islas de cía de Doña Isabel de Saavedra, hija natural de Cervantes, re­
Salomón; el cual consta que murió de cincuenta y cuatro de sultó de la causa formada en Valladolid. En ella Lona Magda­
edad á ib de octubre del misino año i5g5 en una isla de negros lena de Sotomayor dijo en segunda declaración: « que posaba
que llamó de Santa Cruz y está situada junto á la Nueva-Gui­ con su hermano Miguel de Cervantes é Dona Andrea su her­
nea; y que su viuda Doña Isabel Bárrelo, partiendo Juego dé mana, y que alli están las dichas Doña Isabel, que es hija na,
allí para Manda, donde caso en segundas nupcias con Don tural del dicho su hermano, y Doña Constanza, fiíja legitima
Fernando de Castro, regresó á Nueva-España al siguiente año de dicha Doña Andrea. » La misma Doña Isabel en su conle-
1696 1 u6> Cabrera en la Historia de Felipe II '"Q tratando del sion hecha á 3o de junio de i6o5 dijo se llamaba Doña Isabel
descubrimiento de dichas islas de Salomón, le llama Mendaño} de Saavedra, hija de Miguel de Cervantes,y es doncella, y ilp
pero sin duda es error, porque hemos visto su firma original edad de veinte años: añadió t[ue posabaencasadeMiguelde Cer­
que dice Mendaña. Del primer enlace con Nicolás de Ovando vantes su padre, en compañía de Doña Andrea e Doña L lag-
tuvo Doña Andrea una luja que se llamó Doña Constanza de d'denasus lias, e Doña Constanza su prima; y finalmente ma­
Ovando, la cual, según declaró en \ alladolid año i6o.r, tenia
nifestó que no sabia firmar. , , ,
entonces veinte y ocho años lo;', y había nacido por consecuen­ -44 Para tener entonces esta jóven la edad de veinte anos
cia en 1577. F-Sta lúe la sobrina dfe Cervantes, que viviendo c< 11 debería haber nacido á mediados de 1585, cuando ya llevaba
él en aquella ciudad, recibió y pagó el porte ue uiia carta que Su padre mas de seis meses de casado con Doña Catalina de ba­
venia para su lio, y traía dentro un mal soneto contra el Quijo­ lazo-. Por consiguiente no podía llamarse hija natural como la
te, como lo refiere en la Adjunta al Parnaso >°9; v a) fin mu­ llama Doña Magdalena, ni era regular que Dona Catalina la
rió soltera en Madrid en la calle del Amor de Dios á 22 de se­ permitiese vivir a su lado si fuese habida de otra muger duran­
tiembre de 1624 1 lo. Aunque Doña Andrea era vecina de Alcalá te su in itrimmiio. Y como por oirá partees tan com un en la S
en i Syg, se hallaba en Madrid á 3i de julio de aquel año, en m.tgeres (especialmente en las solteras) el aparentar menos edad,
que se presentó á los PP,- redentores que iban á Argel, y les eu- tí decirla al poco nías ó menos, liemos creído que LJeryanU» dtt.
Y 1J0CUMENI0S. a9*’
ag4 ILUSTRACIONES
por sus ilustrísimos vinos, espresiones que si por una parte in­
raule bu residencia en Portugal se apasionó y fue correspondí-» dican sus enlaces con aquellas nobles familias, manifiestan por
do de alguna dama portuguesa, de cuyo trato resultó esta hija, otra la riqueza y celebridad de sus frutos, y el estendido co­
llamándola Isabel por ser nombre tan predilecto y de tanta de- mercio que se hacia de ellos L’8.
yociou en aquel reino, á causa de contar á Santa Isabel en el
catalogo de sus reinas: conjetura que se confirma con las es- Asistía á oír d Lope de Rueda (§. 2 y 3).
presiones y elogios que hizo siempre de Portugal, y particular­
mente de Lisboa, y del amor y hermosura de sus mugares. Ha­ 48 Hemos dicho que Cervantes concurrió siendo muchacho
biendo pues residido allí Cervantes en los años 1581, 8a y par­ alas representaciones de Lope de Rueda, y que algunos, como
te del 83, podria su hija tener á mediados de 16o5 la edad de D. Nicolás Antonio, creyeron haber Sido en Sevilla, influencio
■veinte y tres ó veinte cuatro. Esto parece mas verosímil que el de aquí que habia nacido en aquella ciudad, E lindaba este docto
haber sido fruto de otros amores con alguna mora en Argel, co­ bibliógrafo tal suposición en el pasage, tan mal interpretado por
mo se ha sospechado por los que reitere del cautivo con Zoraida él, del prólogo de las comedias de Cervantes, donde dice: « los
en el Quijote, ó de Zara con U. Lope, uno de los cautivos del días pasados me hallé en una conversación de amigos, don o
baño, en la comedia el Trato de Argel. se trató de comedias, y de las cosas á ellas concernientes... 1ru­
45 Parece que recién fundado en Madrid el convento de tóse también de quién fue el primero que en España las saco de
trinitarias descalzas entró en él de religiosa; porqueen i6i4pro- mantillas, y las puso en toldo y vistió de gala y apariencia, lo,
leso en este monasterio una Isabel, habiendo ratificado su pro­ como el mas viejo que allí estaba, dijeque me acordaba de haba
fesión en 1618, después de un litigio sobre invalidación ó ilega­ visto representar al gran Lope de Rueda, varón lus‘gne e“ '*
lidad de la prime: a; sm espresarse en su asiento (que 110 lirinó) representación y en el entendimiento. Fue natural de oevilla,
el apellido, edad, ni lugar de su naturaleza, 111 tampoco la le- y de oficio batihoja, que quiere decir de los que hacen panes
cha en que murió, cuyas supresiones, que 110 hay en los asien­ de oro. Fue admirable en la poesía pastoril; y en este modo,
tos de las demas, indican cierta cautela departe de la comuni­ ni entonces ni después acá, ninguno leba llevado ventaja, y
dad, como para evitar ,1a nota que supuso se la podía seguir aunque por ser muchacho yo entonces-) no poc ia nicer jui
de haberla admitido procediendo de ilegítimo concepto: cir­ firme de la bondad de sus versos, por algunos que me queda­
cunstancias todas, que unidas á la de 110 saber lirmar, como ron en la memoria, vistos agora en la ed.id madura que tengo,
también lo dijo Dona Isabel de fáaavedra en la causa de Valla- hallo ser verdad lo que he dicha.» Cuyas palabras prueban
doiid, hacen indudable que esta era aquella monja Isabel, apo­ que Lope de Rueda era sevillano, y Cervantes muy joven cuan­
yándolo ademas la tradición constante eú la comunidad, de do le oyó representar; pero no di-eu que le oyese en evi a, c >
que lo fue en dicho convento la luja de Cervantes, igualmente 1110 supone D. Nicolás Antonio 1 9, persuadido tal vez de que Lo­
que su madre natural, aunque ue esta ignoramos todavía el pe 110 anduvo con sus farsas inas que por Andalucía, pues de
nombre y las circunstancias. esta misma opinión era pocos años lia el br. la una ,
40 be Doña Cal alma Palacios de Salazar, muger de Miguel queda desvanecida con la siguiente autoridad.
de Cervantes, liemos dado algunas noticias en los párrafos 6.8, 1 4q El historiador de Segovia Diego de Colmenares, ref ­
71, 72, n5, 121 y nj4i y SU'O resta añadir que cumplido el riendo en el cap. XU de su Historia las solemnes fiestas que se
ano de su entrad.1 en la tercera Orden de San Francisco, hizo hicieron por la traslación del culto á la nueva catedral el día o
su profesión en 27 de junio de 1610, nombrándola en los asien­ de agosto de 1558 y durante toda la octava de la Asunción de
tos o partidas de uno y oLro neto Doña Catalina de Salazar nuestra Señora, dice al §. 4-" ¿7 aparato de /testasfue gt ande
Nozmediano, y lirmaudo ella del mismo modo “-6: qUe murió y el concurso de gente casi de toda Espada. Anade eaeQ.
en Madrid calle délos Desamparados, á 3i de octubre de 1626, que estábanlas calles vistosamente adet e^ac as,** y
habiendo sobrevivido á su marido poco mas de diez años y me­ do llenas del mayor concurso de gente que vio CaStila.jaes-
dio: se enterró en el convento de las trinitarias: testó ante Alon­ puesdeesprésarlas procesiones, iluminaciones ; festej p
so de Valencia el 20 del propio mes: mandó se la aplicasen tres­ del primer día, continua en el §. 8.“: «ála tarde, celebradas so­
cientas misas de alma, y fundo una memoria; nombrando por lé, mies vísperas, en mi teatro q ue estaba entre los coros, e maes­
uno de sus albaceas á francisco de Palacios, que vivia en la tro Valle, preceptor de gramática, y sus repetidores, 11 ceion
misma casa , y sin duda era alguno desús parientes “7. a sus estudiantes recitar muchos versos latmos y castellanos
4y E11 la Galale«, y bajo el nombre de esta pastora tan en loa déla fiesta y prelado que habia propuesto grandes pie-
discreta y principa!, retratóCervaules á la Doña Catalina,fijando miosá los mejores. Luego la compañía de Lope de Ruóla, .1
en ¡as orillas del Tajo c inmediaciones de Esquivias el teatro nioso comediante de aquella edad, represento una gustosa o -
de los sucesos de esta novela, y haciendo honorífica mención del media; y acabada anduvo la procesión por el claustio, qu
Husmo pueblo, ím/roso, según dice, por sus ilustres liuages y
2p6 ilustraciones Y DOCUMENTOS. 297

estaba vistosamente adornado.» Vemos pues á Lope de Rueda el representante, á cuyas farsas solo pudo asistir en su juventud
representando con su compañía en Segovia cuando Cervantes yantes de su casamiento, para poder después celebrar los pa-r
terna once años de edad, y no seria estraño que residiendo sus sos graciosos que eran tan aplaudidos, por el bello estilo con
padres en Alcalá hubiesen ido con sus hijos á ver unas funcio­ que Lope los escribía, y por el donaire y gracejo con que los
nes que de tal modo atrajeron gente de toda Castilla. representaba. .
5o En vista de esto es de inferir que Lope continuase sus 5t Merece también tenerse en consideración que cuando
representaciones por las principales ciudades comarcanas, como falleció Lope de Rueda en i56; tenia Cervantes veinte años de
Toledo, Alcalá, y especialmente Madrid, donde se lijó la corle edad, y diez y ocho Antonio Perez 12S); y que no consta que
hacia el año i56o y dondeprob rblemente concurrió á oírle uno ni otro residiesen ó se educasen en Andalucía: antes bien
el famoso Antonio Perez, como se infiere de los lugares de sus hay razones de presumir que el primero se crió en Castilla y
cartas que esplicó el Sr. Ríos, aunque equivocando la época laa, estudió en Madrid, y se sabe que el .segundo acampanó desde
porque si Lope había ya muerto cu i56;, según lo indica el so­ niño á su padre en ios viages que hizo fuera de España • , y
neto que escribió y publicó en dicho año Juan de Timoncda que recibió su enseñanza en Alcalá ljl, Padua y Salamanca,
,23, y Antonio Perez no fue secretario de estado de Felipe 11 sino proporcionándose asi, y con el favor de la corte, al empleo de
por muerte de Francisco de Eraso en t5yo IM, es claro que no. secretario de cámara y estado del consejo de Italia , que ya
pudo concurrir á las representaciones de Lope cuando tenia es­ tenia cuando se casó en 3 de enero de 1567 con Doña Juana
te empleo y conjel aparato y ostentación que después se le acri­ Cuello y Vozmediano 133. Por consiguiente ambos debieron
minó. En una de aquellas cartas, dirigida á un amigo, se esplica concurrir á las representaciones de Lope de Rueda en Madrid
en estos términos: «Tres años he vivido en una casa enfrente del ó en algún otro pueblo de Castilla.
hostelde Borgoña, quellaman aqui en París, donde se represen­ 5a No solo encareció mucho Cervantes los versos bucóli­
tan las comedias, y de otro lado el hostel de Mendoza (no busqué cos de Lope de Rueda, y conservó algunos como muestra en
tal posada por la vecindaje tal nombre), que asi se llama, don­ la jornada tercera de su comedia los Baños de ¿trgel , sino
de un volteador de maroma hjicia sus habilidades (y donde se que manifestó los progresos que le debía el teatro , y la escelen-
perdió otro sin voltear) raras, cierto y espantables al oido, y oia y propiedad con que representaba varios papeles. Juan de
mucho tnasá la vista. Tal era aquel persqnage, que á la vista y ia Cueva, Lope de Vega y Agustín de Rojas hicieron también
trato espantaba mas aje al ordo. Nunca he entrado á ver lo distinguida memoria de aquel discreto representa ule y poeta '
uno ni lo otro, con ver entra!' príncipes y damas, y de todos á quien por hombre excelente y Jamoso le enterraron en la.
estados. La causa, porque he visto muchas comedias originales iglesia mayor de Córdoba (donde murió') entre los dos coros,
de representantes grandes, haciendo yo mi personage Cu lo mas Esta noticia que nos dejó Cervantes 135 , la confirma francisco
alto del teatro i> ,2-’. Y porque no se entienda que solo habla de Ledesma en un soneto que se halla al principio de una de
con alusión á sus desgracias, léase lo que en otra carta escribe las antiguas ediciones de Lope, y que por ser raro lo traslada­
á su muger Doña Juana Cuello- « Gracioso cuento, cierto, y rnos en este lugar:
que á solas, en medio de toda mi melancolía, le he reído tan
seguidamente como pudiera reir en otro tiempo en una come­ Spneto de Francisco Ledesma d la muerte de Lope de Rueda.
dia algún paso estraordinario de aquellos de Lope de Rueda,
ó de Granasa 12í); » cuyos pasages se comprueban mucho mas O tú, que vas tu via caminando,
con varias declaraciones recibidas en el proceso qne se le formó. Deten un poco el paso presuroso,
Entre ellas es notable la de D. Fernando de Solis, que mani­ Llora el acerbo caso y doloroso
festándolo que otros en cuanto al fausto de Antonio Perez aña­ Que va por nuestra España resonando,
dió: « que todo el hibierno pasado de 1581 tuvo un aposentoen Aqui, bajo esta piedra, reposando
las comedias, aderezado con tapices y sillas, que le.costaba ca­ Está Lope de Rueda, tan famoso ;
da día treinta reales, por donde le parece que procede como En Córdoba murió ; y tiene reposo
hombre fuera de juicio y no como ministro’ 12\- » y el marques Sp alma allá en el cielo contemplando:
de la ¡’’abara Lorenzo Tellez de Silva juró y dijo: « que oyó que. Dos grandezas verás en un sugelo :
se notaban las entradas de Antonio Perez en casa de la prince­ Lo muy alto, encogido y abreviado;
sa de Eboli,y vió que la llevaba á Jas comedias 1"8. » Lo cu d Y en chico vaso un mar muy escelente :
confirma las indicaciones de sus cartas sobre su afición y concur­ La muerte nos descubre este secreto,
rencia al te.atro, donde obsequiaba públicamente á aquella da­ Con ver tal hombre muerto y sepultado,
ma con el lujo y magnificencia que tanto dió que decir y mur­ Y al que es mortal vivir perpetuamente.
murar; pero no comprueba que fuese entonces Lope de Ruodg
298 ILUSTRACIONES x documentos: =99

Estudió la gramática coa el M. Juan Lopez. (§§. 4 y 5). EPITAFIO.


53 Cuando D. Blas Nasarre publicó reimpresas en el año Aquí el valor de la española tierra,
1749 las comedias de Cervantes , las ¡lustró con un difuso y Aqui la flor de la francesa gente;
erudito prólogo , en el que por incidencia apuntó algunas no­ Aqui quien concordó lo diferente,
ticias, desconocidas hasta entonces, relativas á la vida de este De oliva coronando aquella guerra :
escritor. Una de ellas fue que tuvo por maestro de humanidad Aqui en pequeño espacio veis se encierra
y buenas letras en Madrid d Juan López, catedrático del es­ JNuestro claro lucero de occidente :
tudio de esta villa ; y compuso en latín y en vulgar los versos Aqui yace enterrada la escelente
que se leen en la historiay relación del tránsito y exequias de Causa que nuestro bien todo destierra.
la reina Doña Lsabel de Ealois, impresa en Madrid el año de Mirad quien es el mundo y su pujanza,
i65g 137. La ligereza ó poca reflexión con que Nasarre hojeó Y cuino de la mas alegre vida
este libro, le hicieron incurrir en la equivocación de atribuir á La muerte lleva siempre la victoria.
Cervantes los versos latinos y castellanos que se leen en él, También mirad la bienaventuranza
siendo asi que aunque entre las letras y epitafios hay varias Que goza nuestra reina esclarecida
composiciones de los discípulos del M. Juan López , como lo E11 el eterno reino de la gloria.
dice en el fol. 142 v., y probablemente de Cervantes , solo so .< Bajo deste en un festón bien iluminado pusimos esta redon­
hace espresa mención de este en tres partes. En un soneto y dilla castellana , en la cual se representa la velocidad y preste­
redondilla que se halla al 145, y se indica de este modo en la za con que la muerte arrebató á su Mageslad;
tabla de cosas notables : primer epitafio en soneto con una Cuando dejaba la guerra
copla castellana que hizo Miguel de Cervantes, mi amado dis­ Libre nuestro hispano suelo,
cípulo... fol. 45; de cuyos versos no hicieron mención Ríos ni Con uu repentino vuelo
Pellicer. En otros que hay al 147 (aunque por error se lee 138), La mejor flor de la tierra
donde se espresa que estas cuatro redondillas castellanas á la Fue trasplantada en el cielo;
muerte de S. M., en las cuales, como en ellas parece , se usa Y al cortarla de su rama
de colores retóricos, y en la última se habla con S. M. , son El mortífero accidente,
con una elegía que aqui va, de Miguel de Cervantes , nuestro Fue tan oculto á la gente
caro y amado discípulo, Y en la elegía que se cita en este lugar, Como el que 110 ve la llama
y se halla al fol. 157 con este epígrafe: la elegía que en nom­ Hasta que quemar se siente.»
bre de lodo el estudio el sobredicho compuso , dirigida al ilus- 54 Son notables las espresiones con que el M. Juan Lopez
trísimoy reverendísimo cardenal D. Diego de Espinosa, en la anunció estos opúsculos, porque acreditan el aprecio con ¡ue
cual con bien elegante estilo se ponen cosas dignas de memoria; miraba á su autor, complaciéndose de haber sido su inaestio,
de cuya composición se hace referencia también en la tabla de llamándole repetidamente su caro y amado discípulo , y ma­
cosas notables en estos términos : Elegía de Miguel de Cer­ nifiesta también la preferencia que le merecia sobre los demas,
vantes en verso castellano al cardenal en la muerte de la rei­ cuando le encargaba una composición ezí nombre de todo el
na: traíanse en ella cosas harto curiosas con delicados concep­ estudio, con un motivo tan solemne, y para dirigirla a un pet-
tos. Estas son las únicas composiciones de Cervantes publicadas souage tan autorizado como lo era el cardenal ; á que se agiega
con su nombre en este libro, siendo las demas probablemente el favorable juicio que anticipó de ambos escritos , ya porque
de sus condiscípulos y maestro, áescepcion de un epitafio y epí' cu el uno se usaba de colores retóricos y se apostrofaba á la rei­
grama latinos que compuso el famoso Diego Gracian, secretario na , ya porque en el otro se ponían con bien elegante es­
del Rey, quien ( como dice el M. López ) tan aventajadamente tilo cosas dignas de memoria ó harto curiosas con delicados
en letras griegas y latinas tiene tanta erudición li8. Como las conceptos, . . .
cuatro redondillas y la elegía las incluyó Ríos en los números 55 Ao por esto debe formarse un juicio muy ventajoso de
4 y 5 de las pruebas de la vida de Cervantes , y son tan cono­ estos versos , porque jamas fue este el camino de la gloria de
cidas del público , omitimos repetirlas aquí, insertando en su Cervantes , á pesar de su ciega afición á la poesía y de su con­
lugar el epitafio y la redondilla de que no hicieron mención tinuo ejercicio en versificar; peí o con respecto á su edad y a su
aquel escritor ni I’cllicer. maestro, tampoco debe tenerse absolutamente por temeraria la
calificación con que este pretendió recomendar las primicias li­
terarias ó primeros frutos de su enseñanza , ya porque los
y documentos. 3ot
3oO ILUSTRACIONES
maestros miran jnst.uníate couij propia la buena reputación ridos versos en nombre de todo el estudio ,43. Esta conjetura
de sus excelentes descípulos, ya porque haciendo poco tiempo de Pellicer , que pareció tan natural, lia quedado desvanecida
que el M. López regentaba su cátedra, se veía obligado á dar después de nuestras investigaciones para darla mayor apoyo y
muestras públicas de su doctrina y de su zelo por la instrucción autoridad , porque contestándonos el Sr, L). Manuel de Lardi-
de la juventud en desempeño del cargo que le había confiado la zabal á esta pregunta en carta escrita en Alcalá a 10 de marzo
villa de Madrid, de 1806 , nos dijo lo siguiente : « las matrículas y libros de la
universidad los he visto por mí mismo , y se puede asegurar
56 Esta tenia y costeaba entonces con tan laudable fin un que Miguel de Cervantes no cursó en esta universidad, ni el M,
estudio público en la calle que todavía se llama del Estudio,
ala bajada desde la parroquia de Santa María á la calle nue­ Juan López de Hoyos fue catedrático en ella , pues 110 se halla
va de Segovia á espalda de la casa de los consejos; de cu­ en las matrículas ni en ios libros de salarios de los catedráticos,
yo establecimiento hizo honorífica mención el M. Pedro lo que no podia ser si cu la realidad lo hubiese sido;» cuya espo-
de Medina eu sus Grandezas de España lS9, habiendo per­ sicion comprobaba el br. Lardizábal con una certificación del
manecido hasta que los jesuítas fijaron los nuevos estudios secretario de la misma universidad: envista de lo cual resulta
en el colegio imperial l4°. La cátedra de latinidad y letras mas propia y natural la sospecha de que el M. López antes de
humanas habia estado regida desde tiempo délos reyes Cató­ obtener la cátedra pública de la villa tuviese estudio particular
licos por hombres tan eminentes y eruditos como lo fueron eu su propia casa , como sucede ahora y ha sucedido siempre,
Francisco de Gomara, el M. Cedillo, Alejo de Venegasy el Lie. especialmente en la enseñanza de las primeras letras , de la gra­
Gerónimo Ramiro, que después de algunos años se despidió en mática y humanidades,
14 de octubre de i566, continuando en servirla interinamente ¿7 Fue el M. Juan López de Hoyos natural de Madrid, hi­
el Lie. Francisco del Bayo hasta que, convocada la oposición jo de Alonso Lopezy de Juana de Santiago. Cuando se ordenó
que hicieron el M. Juan López y Hernando de Arce, y después le dieron sus padres una casa eu la Cava de Puerta-cerrada,
de haber oido á los examinadores , salió electo el primero por hoy de San Miguel, que lindaba entre otras con la muralla: con
unanimidad de votos en 29 de enero dei5(i8,cou el salario cuya casa y otros bienes parece que fundó un vínculo , que re­
acostumbrado de veinte y cinco mil marevedis (que á lili de cayó después cu Gabriel López de Hoyos su sobrino. Empleo
aquel año se le amplió, á treinta mil) , dos reales cada mes por toda su vida y tiempo en enseñar las buenas letras en su estu­
cada uno de los estudiantes , un cahíz anual de trigo , y la casi, dio , y en declarar la moral cristiana del evangelio en los púlpi-
del estudio para su habitación l4>. Como la muerte de la reina tos, como dice él mismo en la carta dedicatoria del libro de las
acaeció ocho meses después, en 3 de octubre siguiente, cele­ Exequias. El crédito y la buena reputación de su virtud y doc­
brándose en 24 del mismo las exequias por acuerdo de la villa, trina le proporcionó en 1568 la cátedra de gramática por ente­
y esto dio motivo á las composiciones de Cervantes , que ya ra conformidad de votos , según hemos visto , y que el consejo
contaba entonces veinte y un años de edad, ha parecido justa­ se valiese de sus luces para la censura de varias obras literarias.
mente que aquel período ó espacio de tiempo era muy corto é Una de ellas fue la traducción en verso Castellano de las de Au-*
insuficiente para que el M. Juan López lograse con su enseñan­ sias March , hedía por Jorge MontemayOr , cuya aprobación
za un discípulo tan aventajado, y que la edad do este era im­ está firmada por el M,. López tí 21 de agosto de 15^8; y otra el
propia para hacer unos estudios que debía tener concluidos al­ Romancero de Pedro de Padilla, que aunque impreso en Madrid
gunos años antes ] sm embargo de que la espresion de haber «I año r583 , lo habla aprobado antes del 22 de setiembre de
compuesto la elegía en nombre de todo el estudio denota con so­ >682,en que se espidió la licencia del rey para su impresión. Dos
brada claridad que concurría á él todavía á fines jdel año «568.. años después obtuvo por nombramiento del cardenal de loledo
Estas reflexiones hicieron con todo vacilar la opinión que sen­ c¡ curato de la iglesia parroquial de San Andrés, habiendo el
taron afirmativamente ¡N asar rey Utos de haber sido en M idrid ayuntamiento suplicado al cardenal en 8 de marzo de 158o no
donde Cervantes concurrió á los estudios con el M. Juan Ló­ permitiese que por razón de este nuevo destino dejase la cáte­
pez y el mismo Pellicer, que en 1 778 era de igual dictamen, dra de la villa, pues de lo contrario padecerían notable daño asi
crem ya en 1797 que realmente Labia fundamento para dudar esta como sus hijos ; mucho mas cuando el M.. López tenia su­
de él, después de averiguada la época en que obtuvo la cátedra ficiencia para desempeñar bien atnbos encargos. Sin embar­
aquel erudito humanista ; concluyendo con que antes debería go de esta súplica y de tan digna confianza, acordóla villa
creerse que Cervantes las estudió ( las letras hura mas ) en la *‘n 14 de abril del año siguiente que dos regidores visita­
universidad de Alcalá, donde acaso estaría enseñándolas el sen el estudio para saber si el catedrático cumplía con su
M. Hoyos que vendría á la Oposición de la cátedra de Madrid, obligación. Sirvió su curato cbh sumo zelo y edificación has­
traído del amor á su patria ; y hallándose con él su discípulo ta mediados de 1583 , en que parece falleció l4‘*. D. ¡Nicolás
con motivo de las Junciones reales ó con oíro, escribió los reje-n Antonio encareció mucho su vasta erudición , sin embargo de.
3o2 ILUSTRACIONES ti documentos. 3o3
que no citó algunas obrillas inéditas que había trabajado ; co­ de setiembre de este año acordó que se hiciesen en él; y en ig
mo una apología en estilo latino de la literatura española para de agosto de 153o se resolvió buscar casa ó sitio para hacer el
desengaño de ¡os estrangeros que teuian á nuestra nobleza por estudio en parage competen te y acomodado; yenlouces probable­
barbara é ignorante; trabajo que tenia concluido en 1669 , y mente se situó en la calle del Estudio. Faltan Jos libros de acuer­
ofrecía publicar en breve “»5. Escribió ademas dos relaciones, dos de los años 1553 á 56, en cuyo intervalo ejerció la cátedra
una sobre el nacimiento del príncipe D. Fernando con las letras el M. Venegas, de quien se hace mención en el año i56o: época
que se hicieron para celebrar su bautizo ; y la otra de la solem­ en que, establecidos ya los jesuítas, procuraron reunir en sí la
nidad con que se celebró la batalla de Repunto , cuya obra ha­ educación general dei reino. Asi fue que en 2 de abril de 1566
bía presentado al cardenal, según él mismo declara en otra obri- comisionó el ayuntamiento á dos regidores para tratar con el
ta suya 146. El poeta flamenco Enrique Coquo , vecino de Ma­ rector de la compañía sobre la cátedra del estudio público; y el
drid , haciendo en 1584 «na descripción de esta villa en verso día 6 dieron cuenta de haberles contestado y propuesto que
exámetro latino , dedicada al cardenal Granvela , hizo del M- por servir á esta villa tendría perpetuamente dos catedráticos
Juan López el siguiente elogio , que nos ha parecido el mas que leyesen. gramática., dándoles de limosna en cada un año
oportuno para dar lin á esta breve noticia de su vida : los veinte y cinco mil maravedís que se daban al bachiller del
LÍtuntur lectore Ioanne Lupecio ab Hoyos., estudio-. que tendría los generales junto á la iglesia de su casa,
Doctrina insigni, quem pagina sacra magislrum no llevando estipendio alguno á los estudiantes; y que la villa
Fecit, et in populo spargit pia dogmata Christi; arreglase el concierto para la perpetuidad, quedando a cargo de
JNobil ium prolem Theatinus ubique locorum, la compañía solicitar ¡a confirmación de su general. No parece
Si modo non fallón, doctrina et moribus ornat147. que pudo concluirse por entonces este convenio , según se que­
58 Si la noticia de este docto humanista debe ser agradable jaron los mismos jesuítas de las muchas contradicciones que su­
a los alicionados á nuestra historia literaria, uo lo será menos frieron en Madrid para poner los estudios y doctrinar á los ni­
la idea que vamos á dar del estudio público que fundó la villa ños; porque como la obra era nueva (dice el P. Rivadeneira),y
de Madrid en el siglo xv, y mantenía á susespensas para pro­ no conocida en Madrid,y tenia muchos contrarios, levantaron
porcionar á sus hijos y naturales la instrucción de la gramática granpolvareda '4i. Pero al fin lograron poco á poco captarse
y letras humanas de que antes carecían. Las primeras noticias el aplauso público y la voluntad de los vecinos principales para
de tan útil establecimiento se encuentran en los libros de acuer­ reunir en su mano la enseñanza general; porque viendo el ayun­
dos del ayuntamiento correspondientes al año 1483 con motivo tamiento el poco fruto que sacaba de su estudio, al cual solo
de una carta dirigida al cardenal de Toledo para que socorriese concurría la gente perdida que no quería sujetarse á la buena
al catedrático como lo hacia con el de Guadalnjara: lo cual su­ doctrina y costumbresde los jesuitas, acordó suprimirle en 2de
pone que le habia desde tiempo anterior. Recibíanse los bachi­ setiembre de 1619, y despedir al preceptor, considerando tam­
lleres ó profesores por el tiempo que la villa estimaba conve­ bién que cuando se fundó no habia otro alguno en el pueblo, y
niente, ó por el término de un año (que solía prorogarse) según que resultaba un ahorro anual de cuarenta mil maravedís y un
se concertaba con ellos; pero notando desde i4g5 que por ha­ cahiz de trigo, y el producto de la casa, que se vendió para aten­
ber enseñanza gratuita en el convento de San Francisco no con­ der á otras urgencias. De esta manera pasó al colegio im­
currían discípulos al estudio de la villa, mandó esta por público perial la cátedra de gramática y humanidades que habia man­
pregón en 22 de octubre de i5ia que no se concurriese á otro tenido la villa por inas de siglo y medio, como ya se habia ve­
que al que tenia asalariado pena de dos mil maravedís, y á fin rificado poco antes con la de matemáticas que estaba en el pa­
de mejorarle se citó á oposición enviando cédulas ó carteles á lacio del rey, cuya renta y dotación lograron también los jesui-
Alcala, y repartiéndosela enseñanza entre dos bachilleres que I tas que se les consignase. Reunidas por estos medios tan diver­
habían de partir entre sí el estipendio de los estudiantes. Mas la sas enseñanzas, fue fácil ordenar el plan general de instrucción
poca ó ninguna observancia de estos mandatos y disposicio­ pública que estableció Felipe IV fundando en aquel colegio unos
nes obligaron á que la villa representase ai gobierno en a3 de estudios reales, y obligándose por una solemne escritura en 2.3
noviembre de i5i3 sobre este punto, obteniendo de resultas de enero de 1626 á pagar diez mil ducados de renta anual sobre
una provisión real para que ningún vecino pusiese sus hijos á juros para el mantenimiento de veinte y tres catedráticos , de
estudiar gramática sino en el estudio público del pueblo: acor­ dos prefectos de estudios, y de los pasantes y estudiantes de
dando sus capitulares el cumplimiento en 21 de mayo de i5i5, tu misma compañía. En esta forma continuaron los jesuitas
cuya providencia repitieron SS. MM. en t6 de noviembre de hasta que por su espulsion restableció el Sr. I). Carlos III el
i5ai, prohibiendo que se leyese gramática en otro estudio "irm 1770 estos reales estudios bajo un plan digno délas luces de
que en el de la villa. Los exámenes de oposición á la cátedra se aquel tiempo; y ahora recientemente ha vuelto la compañía á
hicieron fuera del ayuntamiento hasta el año 1517; pero en 14 turnar á su cargo la dirección y magisterio de estas enseñanzas
tomo propias de su instituto*
3o4 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 3o5
yo soy aficionado d leer aunque sean lós ¡tápeles rolos de las
Cervantes estudió dos años en Salamanca ( §. 5.° ). calles, llevado de esta mi natural inclinación tomé un carta­
pacio de los que el muchacho vendía. Cónstanos igualmente
5g El Sr. D. Tomas González , catedrático de retórica qué por su propia confesión su asistencia ai teatro en edad tan
fue en aquella universidad , nos asegura haber visto entre los tierna, que aun no podia formar juicio seguro de la bondad
apuntamientos de sus antiguas matrículas el asiento de Miguel de los versos de Lope de Rueda 150 , sin embargo de que los
de Cervantes para él cursé de filosofía durante dos años conse­ conservaba en su memoria , y los recitaba y repetía después,
cutivos, con espresion de que vivía en la calle de Moros. La se­ como lo hizo en una de sus comedias I5‘. Todas estas causas
paración del Sr. González de su antigua cátedra por haber sido reunidas, y el aplauso y celebridad con que se leian en aquel
provisto para un canonicato en Plascncia , y comisionado des­ tiempo los romanceros y poesías y novelas amatorias arras­
pués por S. M. para arreglar el archivo' de Simancas , nos ha traron el ánimo de Cervantes, haciéndole preferir el atractivo
privado de la proporción que hubiera tenido para facilitar un y gracia de las musas á otros estudios que le hubieran propor­
documento fehaciente de noticia tan honorífica á la misma’ cionado una subsistencia mas cómoda y segura.
universidad ; pero no la hallará infundada quien reconozca 61 Ademas de los versos que publicó su maestro Juan Ló­
la exactitud con que Cervantes habla de aquellos estudios, del pez de Hoyos, compuso otras varias poesías sueltas, según ase­
húmero y costumbres de sus escolares , y de otras circunstan­ gura en el espresado Finge;
cias del pais , especialmente en las obras’ que citamos en este Yo lie compuesto romances infinitos,
lugar; Y el de los zelos es aquel que estimo
Entre otros que los tengo por malditos.
Itejlexiones sobre el mérito poético de Cervantes (§. 6. j.
Yo en pensamientos castos y soliles,
6o Como la poesía es generalmente el fruto del vigor y lo­ Dispuestos en soneto de á docena,
zanía de la imaginación y de la vivacidad y energía de las pa­ He honrado tres sugetOs fregoniles.
siones y estas facultades se manifiestan y ejeycitáu en el hom­ También al par de Filis mi Filena
bre antes que la razón , de ahí nace aquella propensión impe­ Resonó por las selvas, que escucharon
riosa que le conduce en los primeros años dé su vida á espre- Mas de una y otra alegre cantilena.
sar los afectos de su corazón ,y las dulzuras del amor con uná Y en dulces varias rimas se llevaron
armonía y delicadeza que deleita y conmueve al mismo tiempo. Mis esperanzas los ligeros vientos ,
En apoyo de esta verdad se nos presenta el ejemplo de tantos' Que en ellos y en la arena se sembraron 15>;
poetas, que antes de cultivar su ingenio con el conocimiento de! 6a Aun entre las cadenas y penalidades de su cautiverio!
ías ciencias, y aún con los principios elementales de la literatu­ én Argel halló Cervantes un lenitivo y consuelo verdadera­
ra, se entregaron á componer los versos que les dictaba su fan­ mente filosófico, ocupando su imaginación en sublimes ideas
tasía ó su corazón apasionado. Ovidio, Lope de Vega y Cervan­ poéticas, y escribiendo composiciones ya místicas ya profanas,
tes fueron de este mímero:- casi desde la cuna empezaron á ver­ que consultaba con sus amigos. Dícelo espresamente ei Dr. An­
sificar; y por lo respectivo al último fue tan anticipada su incli­ tonio de Sosa, tratando de las buenas costumbres de nuestro
nación á este estéril, aunque encantador ejercicio, que querien­ escritor en estos términos: « y sé que se ocupaba muchas veces
do disculparse en el prólogo de la Calatea de haber escrito es­ en componer versos en alabanza de nuestro Señor y de su ben­
ta novela , y de atreverse á publicarla , se espirea asi : para lo dita Mad re, y del Santísimo Sacramento, y otras cosas sanctas
fiiul puedo alegar por mi parte la inclinación que á la poesía y devotas; algunas de ias cuales comunicó particularmente con-
siempre he tenido ,y la edad f que habiendo apenas salido de ’oigo, y me las envió que las viese» 133. También hay razones
los límites déla juventud; parece que da licencia d semejantes Para presumir (como advirtió el Sr. Pellicer *54) que compuso
ocupaciones; y muchos años después ,’ suponiendo que hablaba1 entonces algunas de sus comedias, especialmente las dos que
eon Apolo en el capítulo IV del Fiage al Parnaso., le dice: nadan impresas sobre el trato que se daba en Argel á los
Desde mis tiernos años amé el arte esclavos, y algunos de los romances inlinitos, de que hace men-
Dulce de la agradable poesía, e>on en el Fiage al Parnaso, para que se recitasen por los can-
Y en ella procúre siempre agradarte ,49. tivos en los baños: siendo muy natural prefiriesen para esto
Estaba unida esta afición a una estreniada curiosidad por leer aquellas composiciones.de sus mismos compañeros, que reu­
toda suerte de libros y papeles, como lo indicó en el capítulo nían la oportunidad de los lances á las circunstancias del tiem­
x de la parte 1 del Quijote, donde tratando de los que llevó en po que mas podían lisonjear sus esperanzas ó consolarsus aflic­
Toledo cierto muchacho á vender á un sedero, añadió: jy como ciones. Pero todos ó la mayor parte de estos ocios de su juven-
2o
2 è ILUSTRACIONES V DOCUMENTOS. 3o7
taci, r otras obras (nomo decia él mismo '^que andan por tras de aquel arte, como sucede con la invención y composición,
ahi descarriadas, r quizá sin el nombre de su dueño, se han e= que son las que realzan el mérito de los eminentes artistas; y
traviarlo ú oscurecido entre la multitud de versos anónimos que asi decía Lope de Vega que la invención es la parte principal
se han conservado de aq uellos tiempos. No han tallado con to­ del poeta, si no el lodo y nuestro sabio filósofo Juan Ruar­
do literatos que han creído' descubrir en las antiguas coaccio­ te en su Examen de ingenios *6* opinaba que á los que care­
nes de romances algunos de Cervantes. Mayansd.ee «’que cen de invenclonno había de consentir la república que escri­
entre ellos habrá muchos correspondientes a la grandeza de s biesen libros ni dejárselos imprimir. Por estas consideraciones
inpenio- r ro, añade, aunque por conjetura, pudiera señalar se juzgaba Cervantes acreedor á entrar en el número de los
algunos,^ especialmente el que empieza: En la corle esta Cor­ poetas dignos de ocupar un asiento distinguido en el Parnaso,'
les míe me agrada mucho. Otros curiosos han presumido mo y asi sé lo representaba á Apolo , diciendo:
eternamente que el de/os ze/os, que tanto estimaba suautm, es Yo soy aquel que en la invención escede
tino ciue principia: Yace donde el sol se pone, quese halla leini- - Á muchos, y el que falta en esta parte
Sen uno Je nuestros romanceros Duróle este furor Es fuerza que su fama falta quede 1<i3.’
Enético lo que el ardor de la juventud; y ya fuese que la edad En el mismo concepto habló Mercurio á Cervantes cuando en­
calmase estas pasiones y modelase esta afición, o que el juici contrándose con él luego que desembarcó para desempeñar la
de los amigos y del público desengañase á Cervantes del corto ¿Omisión que traia de Apolo, le dijo entre otras cosas:
mérito de sus versos comparado con el de su prosa, lo cierto e Y sé que aquel instinto sobrehumano
oue habiendo sido pródigo y ostentoso de ellos en su Galaica, Que de raro inventor tu pecho encierra
como novela amatoria, y compuesta todavía en sus anos juve­ No te le lia dado el padre Apolo en vano.
niles usó de mayor templanza y moderación bajo este respec­
to en los d'emas escritos publicados posteriormente. 1 orque si Pasa, raro inventor, pasa adelante
en el Quijote, en las novelas y en. Pensiles introdujo algunas Con tu sotil desinio, y presta ayuda
poesías, fueron en menor número, y mas castigadas y correc­ A Apolo, que la tuya es importante *6't.
tas que las anteriores, como ya lo observo D. Vicente de los 63 Es indisputable este mérito y esta originalidad de Cer­
Ríos ‘5«. Esta circunspección, que realza mucho el merito de vantes; pero su fecunda y amena imaginación en las obras pro­
Cervantes, denota también que supo posponer su inclinación a saicas prueba con evidencia cuan difícilmente se sujetaba á las
dictamen ageno, y adquirir un conocimiento mas seguro del trabas de la rima y de la versificación, perdiendo en ello aque­
mérito respectivo de su talento y de sus obras, no sin sacr hcio lla libertad y desenfadó que le hacen tan magnífico y admira­
V mortificación del amor propio, como se manifiesta en el lance ble en sus pinturas y descripciones, tan natural, oportuno y
del librero Juan Villaroel, que hemos referido en el §. i57 de gracioso en sus discursos y aun en sus coloquios rústicos y fa­
la parte 1. Este y otros semejantes desengaños le hicieron habla miliares. No de otro modo Millón, á quien miran los ingleses
en el Finge al Parnaso con esta laudable ingenuidad: como á un poeta divino, era un mal escritor en prosa ’65, na­
Yo que siempre trabajo y me desvelo ciendo de este mismo principio la opinion general que califica­
Por parecer que tengo de poeta ba á Cervantes, como dijo D. Francisco Manuel de Meló l66, de
La gracia que no quiso darme el cielo t5s. poeta tan infecundo cuanto de felicísimo prosista.
Y mas adelante, tratando de las causas que impiden á los poetas 64 Sin embargo, nosotros juzgamos que deben distinguirse
llegar á rico y honroso estado, dice: dos tiempos de la vida de Cervantes para calificar con precision
Vayan pues los leyentes con letura, é imparcialidad el mérito de sus obras poéticas, comparándolas
Cual dice el vulgo mal limado y bronco, á las de otros escritores de la misma época. A mediados del siglo
Que yo soy un poeta désta hechura: XVI, que fue la de su nacimiento y educación, se hallaban to­
Cisne en las canas, y en la voz un ronco davía las musas castellanas en su infancia, como lo indicó Lope
Y negro cuervo, sin que el tiempo’ pueda de Vega cuando trató de alabar á su padre Félix de Vega, á
Desbastar de mi ingenioel duro tronco 15°. _ Pedro de Padilla y á otros poetas en su Laurel de Apolo ,b7. La
Confesión propia de su carácter franco, pero que no le privaba mayor parte de los asuntos que éstos escogían eran pastoriles ó
del discernimiento necesario para graduar y conocer la fecun­ bucólicos: Lope de Rueda en sus comedias y coloquios, y Mon­
didad desu ingenio, calificando justamente la invención como temayor, Gil Polo y otros en sus novelas, todos buscaban la
el requisito mas esencial de un poeta; porque á la verdad lo» graciay naturalidad, el amor y las musas entre las cabañas rús­
Versos deben contemplarse como los adornos y colores que se ticas, entre las floridas praderías y frondosos bosques, y entre
emplean en la pintura, los cuales, aunque necesarios y reco­ él candor y sencillez dé los pastores y zagales: todavía se vitu­
mendables, no forman el alma y la esencia de las obras maes peraba y zahería agriamente á los padres de nuestra poesía por
3o8 ilustraciones Y DOCUMENTOS. 3og
haber iuíroducido en ella el metro italiano; y es necesario con­ No era menos célebres la sazón Pedro de Padilla por sus obias
fesar que la versificación de estos mismos innovadores (si escep- ya conocidas del público: y habiendo compuesto una canción ú
luamos ¡a de Garcilaso) era dura y escabrosa, como se nota en San francisco, y suplicado á varios amigos escribiesen otras
Boscan, I). Diego Hurtado de Mendoza y Hernando de Acuña, composiciones en loor del misino santo, las incluj ó todas eu su
pues con frecuencia asonanlaban una copia ó estrofa, concluían Jardín espiritual impreso en 1584, manifestando eran de uZgu—
sus versos en acento agudo, ó no elegían las palabras mas sono­ nos ele los famosos poetas de Castilla, en cuyo número contaba
ras y corrientes, haciendo áspera la pronunciación con las re­ á Cervantes ála par del Dr. Campuzauo, de Pedro Laiuez, de
petidas diéresis y sinalefas, sin percibir cuánta armonía y rotun­ López de Maldonailo, de Lope de Vega y de Gonzalo Gómez de
didad perdían sus versos por semejantes omisiones y negli­ Luque l69. Este voto era de mucho peso, y de grao estima y
gencias. consideración eu aquellos tiempos.
65 Acaso intentó corregir estos defectos Gregorio Silvestre, 67 Merecíala también, y con mucha razón, el M. Vicente
que murió año iSyojy sin embargo de haberse educado al lado Espinel, que aunque 110 publico sus runas hasta el ano i.iyi,
de Garci Sánchez de Badajoz y dciiarlolomé de Torres Nahar- las lema escritas y presentadas al consejo para su impresión á
ro, imitándolos en las rimas españolas y en despreciar los versos fines de 1586, pues en 7 de enero dei siguiente las aprobó con
italianos, luego que vió el aplauso que consiguieron, no solo los grandes elogios D. Alonso de Ereilla ,7°: y como eu este lilao
compuso con acierto, sino que trabajó para poner medida en incluyese su poema de la Casa de la memoria, eu honor de los
ellos como lo habla procurado en Italia el cardenal Bembo. Se­ claros varones de 1a nación, dijo en él, alabando a Cervantes,
gún Pedro de Cáceres, que escribió la vida de Silvestre antes del y con alusión á su cautiverio, lo siguiente;
año i5cp, el misino Castillejo ignoró la medida española de ar­
te mayor que por entonces se descubrió en España, y Silvestre No pudo el hado inexorable avaro,
la dió á conocer en Granada, con lo cual se perfeccionó la Por mas que usó de condición proterva,
Versificación haciéndose por yambos la medida de ios endeca­ Arrojándote al mar sin propio amparo
sílabos. Entre la mora desleal caterva,
66 En tal estado y circunstancias no era estraño que el Hacer, Cervantes, que tu ingenio raro,
JM. Juan López <le Hoyos, docto humanista v poeta, elogiase las Del furor inspirado de Minerva,
composiciones de su discípulo escritas á ¡os veintey únanos de Dejase de subir ála alta cumbre
edad, ni que por este medio hubiese adquirido Cervantes ia re­ Dando altas muestras de divina lumbre 171.
putación de buen poeta, que ya tenia antes de su cautiverio, en­ Lope de Vega en su Dorotea ’,2, que aunque impresa con mu­
tre otros clásicos de la nación. Uno de estos era Luis Galvez de cha corrección y mejoras en 163a , lúe fruto de sus primeros
Monlalvo, gentilhombre cortesano, que teniendo concluido su años, y cuando comenzaba á darse á conocer poco antes de
Pastor (le ludida a principios de 158,, le publicó al año siguien­ t5go, coloca á Cervantes entre los grandes poetas de aqueli.t
te, haciendo en esta obra varias alusiones á Cervantes, según edad citando la Calatea como publicada recientemente.
el sentir de D. Juan Antonio Mayans y dedicando poco des­ 68 Pudiérause agregar á estas autoridades las declaraciones
pués un soneto en elogio de/<z Gzn/nlerz, que se publicó ai frente de algunos de los testigos examinados en Argel, ya como la del
de e.íta obra en 1,584,y T,le Pursei' !uuy « nuestro propósito lo Dr. Sosa, de que hemos hecho mención, ya como la del alíerczt
trasladamos aqui: Luis de Pedrosa cuando decía de Cervantes que en estremo tiene
Mientras del yugo sarracino anduvo especial gracia en todo, porque es ta i discreto y avisado, que
Tu cuello presoy tu cerviz domada, pocos hay que le lleguen T7); comprobando esto no solo su cons­
1’ allí tu alma ai déla feamarrada tante afición á la poesía y á ia composición de los versos, sino
A mas rigor, mayor firmeza tuvo, el buen concepto que le granjeaba su ingenio entre los que le
Gozóse el cielo; mas la tierra estuvo trataban y podían juzgar con acierto. Asi fue que Sus primeras
Casi viuda sin tí, y desamparada comedias representadas en los teatros de Madrid antes de tuyo
De nuestras musas la real morada, fueron bien recibidas del público, y como él dice, corrieron^ su
Tristeza, llanto, soledad mantuvo. carrera sin silbos, gritas ni barahundas, y sin que se les one ­
Pero después que diste al patrio suelo ciese ofrenda de pepinos, ni de otra cosa arrojadiza'7 ■ Pero
Tu alma sana y tu garganta suelta como después abandonó el teatro y la pluma por algunos años,
Dentro las fuerzas bárbaras confusas, y entre tanto se levantó Lope de Vega y otros varios poeta.-- có­
Descubre claro tu valor el cielo, micos que perfeccionaron la poesía, y en particular esta ciase
Gózase e¡ mundo en tu felice vuelta, de representaciones, resultó que cuando Cervantes quiso toril-.r
T cobra España las perdidas musas. á su antigua ocupación, se encontró muy t.lraaamieu m .atiera,
Y DOCUMENTO«. 3'1
3IO ILUSTRACIONES vino á España á fines de 1568 á dar á Felipe II de pai­
y viáJesppecíadas sus obras por los mismos que anteriormente te de su Santidad el pésame por la muerte del desgracia­
las habían celebrado y aplaudido. Esta fue la verdadera causa do príncipe D. Carlos, y acaso también á solicitar del ley
de su descrédito, como poeta, etilos últimos años de su vida. el desagravio de la jurisdicción eclesiástica, vulnerada, según
6g Si en tan corto espacio perdieron tanto de su valor las creia, por los ministros reales en Milán , y aun en ios reinos de
poesías de Cervantes, ¿qué será si las juzgamos ahora después Ñapóles y Sicilia: sobre lo cual se hablan suscitado graves dis­
de dos siglos, y eu tiempo en que el buen gusto y la crítica han gustos y empeñadas competencias, sin embargo de que asi el
adquirido tantos grados de ilustración y de refinamiento? Sin Rey como el duque de Alburquerque D. Gabriel de la Cueva,
embargo, la prudencia dicta que entremos en las consideraciones gobernador del estado de Milán, procuraban con suma pi uden-
ya insinuadas, para no incurrir en la precipitación de calificar el cia buscar medios de concierto y de templar las pretensiones
mérito de un poeta del siglo XVI por las reglas con que pudiéra­ del cardenal arzobispo , sostenidas por la corte de Roma
mos juzgar a los del XIX, bastando para escitar nuestra admi­ Chacón en su historia latina de los Pontífices romanos refiere
ración la enorme desigualdad que se nota en las composiciones esta legación diciendo : « Hoc fungens muñere adiiuc juverns,
del mismo Cervantes, pues parece imposible que quien pintó con "vix enim vigesimuni excésserat aetatis annuin , ab eoc’ein 10
tal donaire y propiedad las costumbres de los valentones sevi­ ad Philippuin 11 celeberrimum Hispaniarum Regem legatus est,
llanos en el soneto á las honras de Felipe II; y quien supo escri­ Ut sacram jurisdictionem á regiis administris Mediolani viola-
bir una canción tan sentida y noble como la de Grisóstomo, y tam tueretur. Qua legatione peracta , ex utriusque signaturas
otras no menos ingeniosas y delicadas que incluyó en su Gala- referendario , in quo muñere mira vitse laude fuerat versatus,
tea., incurriese en conceptos tan vanos, en retruécanos tan puer annum agens quartum supra vigesimum rúbeo píleo oruatur
riles, en equívocos tan frios, y en versos tan prosaicos y vulga­ cum titulo S. Theodori ex Cabrera; ex Vghellio vero, qui Can-
res cuando elogiaba á Pedro de Padilla y á López ¡Baldonado, ceílariie Apostólica; monumenta prae manibus habtiit, S. Gal-
cuando aspiraba á los premios de un certa'men ó justa literaria listi primó, deinde 8. Theodori 177.» ~ ,
como la celebrada en Zaragoza en la canonización de San Jacin­ 72 Aunque Chacón 110 espresa el año de esta embajada te­
to, y cuando escribía otras poesíasserias que publicó con su nom­ nemos dos documentos que nos le declaran, y que confirman no
bre. Tal es la debilidad del espíritu humano, y tal el influjo de solo la venida de Monseñor Aquaviva á España , sino el objeto
las situaciones ó circunstancias de la vida de los hombres. M1I- público de ella. Búllanse en el archivo de Simancas en estos
ton, poeta épico ingles de tanta celebridad, componía mejor en términos. _ „ r. nr
una estación que en otra; y su numen é imaginación, que se enar­ t.° «A la S. C. R. M. del Rey nuestro señor, 5. G. 1>. Ivl.:
decía y exaltaba á la mayor sublimidad y grandeza desde se­ SuSanctidad envía á Julio Aquaviva , camarero y refrendario
tiembre hasta el equinoccio de la primavera, se amortiguaba y suyo , á condolerse cou V . M- de la muerte del principe nues­
ábatia en el resto del año hasta quedar al nivel de los hombres tro señor , que haya gloria. No podía nombrar su B. persona
mas comunes y ordinarios. A esto se atribuye la desigualdad que de mejor gana fuese á besar las manos á V. M., ni mas afi­
que se nota en sus obras l75. Si tanto influyen en esto las causas ción tuviese á su servicio ; cabrá muy bien en él toda la merced
físicas, ¿cuánto mas no deberán influir las morales? La vida de y favor que V, M. fuere servido hacerle , porque demas de que
Miguel de Cervantes pudiera ser una demostración de esta ver­ cumple como debe con su obligación de vasallo de \ . M. , es
dad. mozo muy virtuoso y de muchas letras , y de quien se,puede
sperar mucho servicio, porque pasará adelante en esta corte; y
SOBRE LA VENIDA A ESPAÑA DE MONSEÑOR AQUAVIVA (§^ 7 y 8). pues él dará cuenta á V. M. de la salud de su Sanctidad y de
las particularidades que fuere servido saber, no tendré yo para
70 Que Cervantes sirvió de camarero al cardenal Aquaviva que alargarme en esta. N. Sr. la muy real persona de V. IV .
lo asegura él mismo en la dedicatoria de su Calatea á Ascanio guarde por muy largos años , y sus remos prospere como la
Coloua. «Juntando á esto (dice) el efecto de reverencia que cristiandad lo ha menester y los criados y vasallos de V. M.
hacían en mi ánimo las cosas, que como en profecía oí muchas deseamos. De Roma á 19 de setiembre de lobd. — J- V.
veces decirde V. 8. 1. al cardenal Aquaviva, siendo yo su ca­ hechura, vasallo y criado que sus muy reales pies y manos be­
marero en Roma. » Pero ignorándose las circunstancias y des- sa a: D. Juan de Zúñiga. >> . . . .
tinos de este purpurado , y el medio por donde pudo Cervan­ a.» «Cédula de paso en Aranjuez á 2 de diciembre de
tes incorporarse en su servicio , nos ha parecido oportuno 1568. =- A Monseñor de Aquaviva , que los días pasados vino
ilustrar este asunto , de que apenas hacen mención nuestros, de Roma con cierta embajada,, vuelva allá; y lleva cinco doce­
historiadores castellanos. nas de guantes adobados de áin bar y flores, una cuera ad<>hada
71 Julio Aquaviva y Aragón , camarero y refrendario de ámbar , una docena de calcetas de seda , y ropa bianca
del papa Pío V , é hijo de Juan Gerónimo , duque de Atri ,
312 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 313
servicio , y algunos fruteros y tobajas de ellas labradas de oro, que'vi en su corte , fue que habiendo alli llegado de parle de
dos eandeleros y una tocasalva de plata que trajo de Roma , y su Santidad Pío V cierto príncipe de la Iglesia para tratar ne­
piros vestidos y aderezos de su persona y criados, y mil duca­ gocios della, tanto gustó de algunos cortesauos de ingenio, que
dos en dinero de oro y plata : término de sesenta dias por Ara­ con curiosidad procuró granjear.su amistad; y se la hizo tan fa­
gón y Valencia'78.» miliar , que no solo se honraba de tenerlos en su posada y lle­
y'i De ambos documentos se infiere con evidencia que fue varlos en su carroza cuando salla público , mas convidándolos
muy corla la mansión del embajador romano en España, y aun á comer les ¡daba liberalmente su mesa, haciéndoles muchas
pudiera conjeturarse que no fue muy favorablemente recibido particulares mercedes. Tenia de costumbre , luego como se al­
por Felipe II, respecto al corto plazo que se le señaló para su zaban los manteles, quedarse tratando de varias cosas, curiosi­
viage, y a que Pió V tuvo que enviar sucesivamente otros lega­ dades dinas de tan grau príncipe....... Monseñor, como tan dis­
dos de mayor condecoración sóbrela misma demanda. Fue creto y famoso letrado etc. » Do mismo nos persuade la refle­
uno el cardenal Jacobo Boncompagno, que tratado por el rey xión de que dirigiendo entonces Aqnaviva su viage de regreso
con tibieza y desabrimiento, obtuvo sin embargo favorable des­ por Aragón y Valencia ( según loespresa el pasaporte) era pre­
pacho en ios negocios del arzobispo Carranza y otros de que ve­ ciso atravesase la Cataluña para continuarle por las provincias
nia encargado ; pero sobre las quejas de jurisdicción nada ade­ meridionales de Francia, como lo practicaron Periandro y Au-
lantó , antes bien contestó 1'elipe 11 con su entereza natural, ristela , en cuya narración acreditó Cervantes haber observado
aunque proponiendo toda concordia sin perjuicio de sus rega­ por sí mismo; las cosas mas notables dejas ciudades ó grandes
lías '78. Casi el mismo resultado tuvo la negociación de que poblaciones de aquella carrera , pues desde el reino de Toledo
vino encargado en i5yi el cardenal Alejandrino, pues aunque, encaminó á sus dos peregrinos por Valencia, Cataluña, Perpi-
como sobrino del Papa , fue honoríficamente recibido y agasa­ ñau , Languedoc , Provenza , saliendo por el Delfinado al Pia-
jado, y aunque se condescendió con varias de sus pretensiones inonte, y de alli á Lombardía, describiendo las curiosidades de
sobre las operaciones de la armada de la liga , en cuanto á los Milán, Lúea y Florencia, hasta la llegada á Roma, como térmi­
disturbios de jurisdicción en ios estados de Italia no logró que no de su peregrinación t83. Agrégase que por lo respectivo á
el rey cediese de los derehos que creía ultrajados con desdo­ Cataluña lio solo describió con admirable propiedad en el Qui­
ro y mengua de su autoridad l8u. También vino á España con jote, en la novela las dos Doncellas y en la Calatéalos cami­
el mismo objeto el cardenal Fr, Vicente Justiniano , dominico, nos y costas de aquel principado, y los contornos y otras parti­
de quien dice Chacón: Zzz legatione ad .Pliilippum II Hispanice cularidades de Barcelona , sino que trató con inteligencia y
Hegtm de rebüs Ecclesice Mediolanensis obita......... inaudita exactitud de los bandos y bandoleros que eran tan antiguos en
prudentia respleuduit ,Sl. Estos hechos comprueban nuestra aquel país, y de otras costumbres y usos propios de sus natura­
conjetura deque Monseñor Aquaviva no concluyó felizmente les 184 , conocimientos que solo pudo adquirir en esta ocasión
su legación ó embajada, y que tal vez, ó por las circunstancias transitando para Roma, porque uo se descubre en todo el resto
desagradables de la muerte del príncipe y de la reina, de su vida otra proporción de haber estado en Cataluña para
ó por su corta edad y condecoración , ó por el empeño y poder hacer un estudio tan menudo y unas pinturas tan exac­
zelo con que la corte de España sostenía los derechos de la tas de cuanto tiene relación con ia topografía, historia y cos­
corona , no tuvo en ella favorable acogimiento , á lo que tumbres de aquel principado.
puede atribuirse su pronta despedida y señalamiento de tan li­
mitado plazo para su regreso á Roma. Sin embargo de esto fue Cervantes sentó plaza enlas tropas españolas ( §. g. ).
Creado cardenal á la edad de veinte y cuatro años , y murió en
21 de julio de i5y4 , habiendo sido sepultado en San Juan de 75 Hasta ahora se habia creido que Cervantes se alistó y
Letrau. sirvió en las tropas del Papa, y que se halló embarcado en las
y4 Es regular que cuando vino á Madrid tratase al carde­ galeras pontificias que mandaba Marco Antonio Coloría en la
nal Espinosa, ya por su dignidad eclesiástica, ya por el inílujo ceiebre batalla de Lepanto. Los escritores de su vida fundaron
que tenia en la corte y en los negocios públicos; y que entonces esta opinión en las espresiones de que usó dedicando la Cala­
conociese á Cervantes, como lo hemos indicado en el §. 7 de la tea á Ascanio Colonaj, hijo de aquel célebre general. « Hágale
parte primera: conjetura que hallamos apoyada con la siguien­ V • S. I. (le dice ) buen acogimiento á mi deseo , el cual envio
te noticia que uos dejó Maleo Alemán 182 de cierto Monseñor delante para dar algún ser á este mi pequeño servicio. Y si por
enviado del Papa (los demás legados fueron cardenales) : « En esto no ¡o mereciere, merézcalo á lo menos por haber seguido
el tiempo (dice) que asistí sirviendo al rey D. Felipe II nuestro algunos años las vencedoras banderas de aquel sol de la mili—
seiioi, que está en gloria, en oficio de contador de resultas en su cm , que ayer nos quitó el cielo delante de los ojos; pero no de
ponía curia mayor de cuentas ; entre otras muchas giaudeza» ¡a memoria de aquellos que procuran tenerla de cosas dinas de
ILUSTRACIONES y documentos. 315

ella, que fue el Excmo. padre de V. S. I.; » y corno Cervan ­ co de tal manera que no la puede mandar ’9* ; pues aunque
tes acababa de residir en Roma de camarero del cardenal continuó el servicio en las campañas sucesivas de levante , co­
Aquaviva , y asegura él mismo haber seguido algunos años las mo después de su cautiverio en Portugal, las lerceras y otras
vencedoras banderas de Colona , infirieron naturalmente que partes , lo hizo sin separarse de las banderas de su principe,
se babia alistado ó Lomado plaza en ellas ,8;>. Bien se hicieron con la esperanza de lograr el premio á que aspiraba y que tan
cargo Ríos y Pellicer de que en el prólogo de las novelas dijo, justamente merecía, . , ,, ,
que habia militado en aquellos añas debajo de las banderas de ■ 77 Pero aun dada la hipótesis de que se hubiera hallado en
D. Juan de Austria. « Perdió ( dice hablando de sí mismo) en aquella memorable jornada embarcado en las ga eras pontificias,
la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuza- creíamos que pudieron haber sido estas reforzadas con tropas de
zo........ militando debajo de las muy vencedoras banderas del jas compañías 3e los tercios españoles: lo cual no carecía de ejem,
hijo del rayo de la guerra Carlos V, de felice memoria; » y co­ piar, y se nos presentaba entre otros, el que refería una carta escri-
mo esto parece que contradice loque aseguró en la dedicatoria tapor Francisco Duarle en Corfú á i.°de octubre de 153o al co-
déla Gu/otea, encontraron el medio de conciliar ambas propo­ mendador mayor de León 193 , en la que para noticia del Em­
siciones, advirticudo que Marco Antonio Colona mandaba una perador le referia difusamente todas las operaciones de la arma­
de las tres divisiones de que Se compoma la armada , las cuales* da de la liga , de que era generalísimo el príncipe Dona desde
todas estaban bajo el mando general de I). Juan de Austria 1 "• el 18 de setiembre , y del encuentro que tuvo con la armada de
Suponen igualmente ambos escritores, que restablecido Cer - Barbaroja el 27 de aquel mes , en el cual todas las galeras,
Yantes de la herida que recibió en la batalla naval, se alistó o írtenos nueve , abandonaron al príncipe ; que á haber sido me­
incorporó en los tercios españoles que guarnecían á Ñapóles ’ ■, nos precavido hubieran perecido aquel dia todas las fuerzas
porque no solo en la partida de rescate se esp resa que en aque­ navales de la cristiandad. No solo en la galera del Papa que
lla ciudad estuvo mucho tiempo en servicio de S. M. 188 , sino mandaba el abate Bibiena habia entonces cincuenta españoles
que en su Pía ge al Parnaso dijo terminantemente que en su de ¡a compañía de Diego Velez de Mendoza , sino que despees
juventud había pisado mas de un año las calles del mismo de la acción el patriarca general de la armada pontificia pidió al
pueblo *89, ... . , príncipe le reforzase con treinta ó cuarenta españoles mas poi­
76 Examinando con detención e imparcialidad estos luga- cada galera ; y el general veneciano tomó también tropa espa­
res hallábamos tantos motivos de darles otra interpretación, co­ ñola para reforzar las suyas. Este caso nos hacia ver que no
mo razones para separarnos del dictamen de aquellos esci dores, hubiera sido estraño sucediese lo mismo eu la armada coliga a
Parecíanos que Cervantes , que hablaba y escribía su lengua de Lepanto ; y que Cervantes , soldado español, luese con su
con tanta propiedad y precisión, habia dado á entender dos compañía á reforzar alguna de las galeras del Papa; peí o ni
ideas muy diferentes con las frases ó expresiones de seguir las aun esto acaeció, porque consta por varias relaciones originales
banderas ó militar debajo de las banderas ; porque la primera y por autores coetáneos, que .solo las galeras de \ enecia tuvie­
110 envolvió rü s.u significación el alistamiento o asiento de p a ron necesidad de ser reforzadas'con gente española , y de mu-
za que la segunda; y como Colona, aunque general del l apa, gun modo la escuadra romana ’ ®4'. Escribiendo D. Juan de Aus­
mandóla escuadra combinada en el año 1570 , y también en el tria á D. García de Toledo en Mesina t¡ 25 de agosto de > 57 i , co­
verano de iñyn i9°, mientras D. Juan de Austiia se quedo eu municándole su llegada á aquella ciudad, le dice ' 9°: «Halle aquí
Mesilla, era factible que Cervantes, soldado de los tercios espa­ á Marco Antonio Colona con las doce (galeras) de su Santidad,
ñoles, y embarcado en las galeras de España, hiciese aquellas y que estaña su cargo, bien en orden: asimismo hallé á Sebastian
tal vez'otras campañas á las órdenes del general romano. Pare-, Venier, general de la armada de venecianos , con cuarenta y
cíanos también inverosímil que teniendo Felipe II (que domi­ ocho galeras , seis galeazas y dos naves ; estas no están tan en
naba en aquel tiempo casi toda la Italia) tantas tropas españolas ó.rdeu cuanto yo quisiera y fuera necesario al servicio de Dios
de guarnición en Lombardía, Ñapóles y Sicilia, sentase plaza un y beneficio común de la cristiandad , según el estado de las co­
hidalgo español tan principal en unas trapas estrangeras; y ha­ sas presentes. Hame certificado el dicho general que muy en
llábamos imposible que estropeado é inutilizado del brazo y breve se esperan otras sesenta galeras que tienen en Chi­
mano izquierda al servicio de una potencia estraga, fuese admi­ pre. » Eu otra carta de treinta del mismo mes dice: « Las gale­
tido después en las banderas de su príncipe natural, contra las ras de venecianos comencé á visitar ayer , y estuve en su capi­
reglas y costumbres de todas las naciones para la admnioo e tana: no podría crer vmd. cuan mal en orden están de gente de
sus soldados 191: mucho mas siendo la manquedad de tanta pelea y marineros. Armas y artillería tienen; pero como no pe­
consideración como lo declaró D. Beltran del Sallo y de Cas lean sin hombres , péneme (cierto) congoja ver que el mundo
tilla , diciendo que en la batalla naval salió herido de una ma- me obliga á hacer alguna cosa de momento , contando las gale­
n.Oyj- que le ha visto que déla dicha mano izquierda está man ras por número, y no por cualidad: con todo esto procuraré de
Y DOCUMENTOS. 3¡7
316 ILUSTRACIONES
la Cuadra '93; y ya fuese que estas compañías quedasen incom­
no perder ocasión en que pueda mostrar que por mi parte he pletas ó con poca gente de resultas de la batalla naval, ó que se
cumplido con mi obligación».... Y en posdata añade de propio necesitase reforzar con ellas las guarniciones españolas de Ña­
puño. «Quiero añadir al mal recado en que vienen vene­ póles y Sicilia, lo cierto es que cuando D. Juan de Austria llegó
cianos otro peor, que es no traer ningún género de orden, an­ á Mesilla concedió licencia á D. Miguel de Moneada para venir
tes cada galera tira pordojle parece :-vea vind. qué gentil cosa á la corte, v mandó completar la guarnición de Ñapóles con los
para su solicitud en que combatamos. » Habiendo llegado las soldados de su tercio, aunque no consta se verificase. Asi lo es­
sesenta galeras de Venecia que estaban eni Candía á Mesina el cribía al Rey desde aquella ciudad á n de noviembre del mis­
i.°de setiembre, escribe igualmente S. A. al mismo D. García mo año 1571, pues entre otras cosas añade «Heme informa­
de Toledo con fecha del 9 : « M. I. Sr. : con la ocasión de una do de qué número de infantería spañola hay en este remo de
estafeta que despacho á Ñapóles me lia parecido avisar á vmd. la ordinaria dél, y me dicen que pasan de dos mil soldados, de
que estos señores venecianos á la fin se lian acabado de resol­ manera que á esta cuenta se podrán cargar pocos de los cstraor-
ver en tomar en sus galeras cuatro mil infantes de los deS. M., dinarios de la armada: he mandado que se pida relación á los
es á saber idos mil quinientos españoles y mil quinientos ita­ oficiales de la hacienda, que sea puntual de lo que en esto hay,
lianos, y asi se les quedan consignando á estas horas. » Estos para enviarla á V. M. zx También he escrito al cardenal Grand-
testimonios desvanecen toda sospecha de que en las galeras del vela que me avise de los soldados que le faltan á cumplimiento
Papa que mandaba Coloua se hubiesen embarcado de ausilio de los cuatro mil que lia de tener aquel reino, para dárselos de
tropas españolas , como fue necesario y aun urgente en las de los del tercio de D. Miguel de Moneada, que va á esa corte con
Venecia. mi licencia á besar á V. M. las manos, y á negocios suyos, como
^78 La solidez de nuestras conjeturas y reflexiones se vio
ademas comprobada con otros documentos que jlas calificaron se entenderá por otra carta que scribo aparte. “ A in¡ parescer
de un hecho histórico completamente demostrado. Halláronse fuera muy necesario reformar un bueu número de capitanes
algunos en Sevilla y Simancas, y entre eilos la información de que tienen poca gente, y enviarlos á esos reinos á levantar la
1578, en que declarando el alférez Mateo de Santistebau, dice; que de nuevo se ha de hacer; pero el quitarles las compañías
« Que el día de la batalla que el dicho Sr. D. Juan de Austria tras haber vencido una batalla tan importante, seria darles jus­
dio á la armada turquesca, este dia vid que el dicho Miguel de ta causa de se desdeñar , y á enviarlos á España sin licencia y
Cervantes sirvió en la dicha batalla, y era soldado de la com­ órden de V. M. no me atrevo, porque no sé cómo se tomará.»
pañía del capitán Diego de Urbina , en la galera Marquesa de 79 Si en virtud de esta licencia vino á España entonces
Moneada, es cierto que regresó para la próxima primavera, y
Juan Andrea, en el cuerno de tierra, y que un año antes habla
que el dicho Miguel de Cervantes servia en la dicha compañía, que sirvió con su tercio en la campaña del verano siguiente en
porque lo vio asimismo este testigo... que se halló presente por los mares de levante, pues consta por relaciones de i3 de junio
ser soldado de la misma compañía “96. » Infiérese de aqui que y 3i de julio de 1672 que el marques de Santa Cruz trasporló
empezó á servir el año 1570 en la compañía de Urbina, á quien aquel tercio á Corfú desde la parte meridional de Sicilia, donde
alabó muchos años después en la novela del Cautivo , cuando habla invernado; que se componía de mil quinientos sesenta y
refiriendo este sus aventuras, dijo : alcancé á ser alférez de un pcho hombres, cuyos sueldos, inclusos los de sus oficiales ,
famoso capitán de.fiuadalajaru,llamado Diego de Urbina 197 ■' '■»portaban siete mil cuatrocientos sesenta y ocho escudos al
y aunque su padre en la información citada , afirmaba que su mes; y por consiguiente que su reforma no se verificó hasta fi-
hijo liabia servido á S. M. de.diez años á aquella parte, esto es, t'es de aquel año ó principios de 1673, pues en 5 de marzo man -
que empezó en x 568, y el mismo Cervantes en su memorial al dó D. Juan de Austria que los soldados aventajados del espresa-
Rey, fecho en Mayo de i5go, aseguraba también que sirvió en do tercio reformado de Moneada disfrutasen sus ventajas en el
de D. Lope de Eigueroa £On , en el cual estaba ya incorporado
las ¿jornadas de mar y tierra que se habían ofrecido de vein­
te y dos años á aquella época, confirmando el mismo cómputo, Gervantes desde 29 de abril de 1672 en la compañía de D. Ma­
ni esto se compueba de un modo satisfactorio, ni de tantos tes­ nuel l’once de León, como consta de las siguientes anotaciones
tigos como hay en las dosinformaciones hechas en Madrid y en de los libramientos que se le hicieron.
Argel, resultan mas que los alféreces Santistebau y Diego Cas­
tellano que lo conociesen desde >¿70, pues.todos los demas se Este dia ( i5 de enero de 1872 ) se dió cédula de veinte
ducados de ayuda de costa á Miguel de Cervantes. (£. 4-° tó«*
refieren á fechas posteriores. La compañía de Diego de Urbina
pertenecía al tercio de 1). Miguel de Moneada, asi como las que ‘«rfo Diversorum, año i5y2 en adelante, f. 12).
mandaban Gerónimo de Gis, Marcos de Isaba, Pedro de Tor- a-a A 9 de dicho mes (marzo de 1872) se dió cédula pa-
rellas, Rafael Puche, Rafael Luis Terrades, D. Enrique Cen­ ’’a el pagador Juan Morales de Torres de veinte ducados de á
tellas, Rodrigo de Mora, Melchor de Alveruela y Gerónimo de °nce reales á Miguel de Cervantes de ayuda de costa para aca-
318 ILUSTRACIONES T DOCUMENTOS. 3tg
bar de curar de las heridas que recibió en la batalla. (El mismo pondía al tercio de D. Lope de Figueroa , tenemos otra no me-
L. ¿f° i J- y . nosautorizada. El comisario y proveedor general Francisco de
3. a A 29 de dicho mes (abril de 1872) se ordeno a los ou- Ibarra escribió al Rey desde Mesina á 16 de setiembre de 1571,
ciales de ¡a armada que asienten en los libros de su cargo á Mi­ remitiéndole una relación de la gente de guerra española , ita­
guel de Cervantes tres scudos de ventaja al mes en el tercio de liana y alemana que se embarcó en aquella armada, con espre-
jj. Lope de Figueroa en la compañía que le señalaren. (El mis­ Sion de los tercios y sus gelés, y de las compañías y sus capita­
mo L. 4.0 a/. q5 vuelto}. nes ao<. Cuatro son los tercios que se nombran en dicha relación:
4. a En dicho día ( 11 de hebrero de 1073 en Aápoles)se i.° el de D. Lope de Figueroa : 2.0 el de D. Pedro Padilla:
ordenó á los oficiales de la armada que libren á Miguel de Cer­ 3.° el de Di Miguel de Moneada ; y 4-° el de D. Diego Enri-
vantes, soldado de la compañía de JJ. Manuel Potree de León ,’ quez. Esprésase igualmente que en las catorce galeras de
diez scudos á buena cuenta de lo que se le debe. ( L. 2.0 titula­ España se embarcaron catorce compañías del tercio de Fi­
do Ordenes, ado no está foliado}. gueroa , que fueron : 1.a la del mismo D. Lope , 2.a la de
5. a A seis del dicho (marzo'de 1673) se ordenó á los mismos Cristóbal de Azpeieta , 3.a la de D. Pedro Razan , 4-a la de
(oficiales de hacienda de la armada) que libren á Miguel de Cer­ Luis de la Palma , 5.a la de D. Manuel, 6.a la de D. Martín
vantes , soldado de D. Manuel Ponce de León , veinte scudos Ay ala, 7.a la de Pomeyo Speciano, 8.a la de Juan de Licea, 9.a
que pretende le deben ; constando ser asi, se le den los recau­ la de Juan Diaz, 10.a la de Juan de Zúñiga , n.a la de D. San­
dos necesarios para la cobranza dellós. (El mismo L. a.° Orde­ cho de Reinoso, 12.a la del capitán Carrion , t3.a la de Juan
nes, año 1578). , . , Fernandez de Córdoba, y 14.a la de Juan de Córdoba Lemos.
6. a A 15 de hebrero (en Nápolés) se ordenó a los oficiales El proveedor Ibarra omitió casualmente ó por descuido el ape­
de la armada que librasen á Miguel de Cervantes , soldado de llido de D. Manuel; pero 110 puede ser otro que D. Manuel Pon-
la compañía de Id. Manuel Ponce deLeon, tremía scudos a bue­ ce de L eon, no solo porque sabemos por las órdenes anteriores
na cuenta de su sueldo. (L. 8.° titulado Regestrum diversoruni,' que estuvo en aquella época en Italia 102 , sino porque en las
año 1674,' á f. 46)- .. compañías de los demas tercios no se espresa capitán alguno de
7. a D. Juan de Austria etc. Licenciado JVavas de Puebla aquel nombre203. Resulta de todo lo dicho queCervantes nunca
(asesor de la armada) jo os ordenoy mando quede cualesquier sirvió en las tropas del Papa, ni se halló en las galeras pontifi­
dineros que estuvieren en vuestro poder de los procedidos de las cias cuando se dió la batalla de Lepanto; que desde ió/o has­
condenaciones de cámara y gastos de justicia deis á Miguel ta abril de 72 fue soldado de la compañía del capitán Diego ele
de Cervantes treinta scudos que le mando' librar , del cual to­ Urlnua, que era del tercio de O.Miguel de Moncada;y quedes-
maréis su carta de pago,' con la cual y la presente os serán res­ de 1572 continuó en la de D. Manuel Ponce de León, que cor­
orbidos y pasados en cuenta. Fecha en Wápoles á 10 de marzo respondía al tercio de D. Lope de Figueroa , en el cual disfrutó
de 1574.— ÍJ. Juan de Austria. =5-Refrendadade Juan de Soto. de la ventaja que se le había concedido.
(El mismoL.8.°J. u5). 8t De estos dos ilustres y valientes caudillos, en cuyos
8. a'y 9 a «En el cuaderno'de gastos secretos y estraordi- tercios militó Cervantes, daremos ahora una breve noticia.
narios del Sr. D. Juan de Austria en la jornada de Levante, ro­ D. Miguel de Moneada fue hijo de Guillen Ramón de Mon­
tulado con el nú-in. 12 al f. 8.°, hay una partida dei tesorero ge eada, señor de Villamarchant, y de Doña Constanza Bou. Sir­
neral de la armada , por la cual consta que en Mesilla á 28 e viendo en la guerra de 1857 cayó prisionero de los franceses en
enero de 1872 se le di'ó recaudo formal de varias libranzas suel­ ‘os reencuentros sobre S. Quintín; y estando para darse el pre­
tas á favor de los heridos en la batalla de Lepanto, y enti e el cio de su rescate, Antonio de Borboti, su muger Juana, señora
hay una Áe veinte ducados á Miguel de Cervantes. Ln el mismo e tóearne, y el Rey de Francia supieron que era déla casa de
cuaderno al f. 15 aparece que en Palermo á 17 de marzo de Moneada, de quieu ellos venían, le agasajaron y honraron co-
1872 se dio recaudo formal al tesorero general de la armada e Jño á deudo suyo , y pagando el rescate á quien pertenecía,
varias libranzas sueltas á favor de personas beneméritas en te enviaron libre. Después de la guerra de Granada, en la
batalla- de 7 de octubre de i5ti, y entre ellas hay una de vein­ eual, se habla acreditado , y siendo ya maestre de campo,
te y dos escudos d Miguel de Cervantes." Estas partidas y paso á Italia con su tercio en 1871, según queda dicho en
anotaciones , de que nos ha remitido el Sr. González un ce' 1' S- 11, parte I. Fue uno de los que el Rey Felipe II noni-
ficadoi con fecha 'de 24 de junio de 1817 , se hallan en los .ro. para el consejo de D. Juan de Austria , y el que mas in­
bros de registro de D. Juan de Austria en el archivo de Siman­ sistió en que se saliese á batir la armada turca. Destinado
cas, sala 4.a de Estado, números 1568, i56g y 1570. etl la galera Real al lado de S. A., sobresalió entre todos por su
80 Ademas de las razones y pruebas que hemos dado par- acierto y valor en la batalla de Lepanto. Vino después con
asegurar q.ue la compañía de D. Manuel Ponce de León coi íes ■’cencía á España ; pero regresando á Italia en la primavera de
320 ILUSTRACIONES
V DOCUMENTOS.
i J72, se halló en toda Ja jornada de este año y en la tentativa
contra JNavarino. Aunque su tercio se reformó en el invierno otros dicen , que ganada por él la artillería , acudió el ejército
siguiente, continuó de consejero de S. A.; y 111 los respetos de á su socorro, y siguiendo á los enemigos en su fuga, ninguno
este príncipe, 111 ias sugestiones de su sagaz secretario, logra­ de ellos escapó de muerto ó prisionero , habiendo perdido Don
ron que Moneada, faltando al dictamen de su conciencia, apo­ Lope su caballo y recibido diez y siete heridas. En Brabante,
yase con su voto la conservación de Túnez. En 1677 se hallaba teniendo ocupado un espesísimo bosque tres mil hombres de
de capitán general de ¡as Baleares; y relevado en lines de aquel Guillelmo Nasau, los acometió con pocos arcabuceros,y echán­
año por 1J. Antonio Doms , paso con igual empleo á Gerdeña, dolos de allí les hizo caer en manos de nuestro ejército. Por es­
y en los cinco que permaneció allí fortñicó y puso sus costas al tos servicios le concedió el Rey una pensión vitalicia de cuatro­
abrigo de los corsarios. Empleó toda su vida en servicio del cientos ducados. E11 las guerras de Granada, ya como maestre
Rey, la edad robusta en las fatigas de la guerra , y la anciani­ efe campo, ya después como general de las Alpujarras, ejecutó
dad en los gobiernos: casó dos veces : la primera sin sucesión tnuy señaladas acciones; recibió en una de las refriegas un ba­
con Doña Esperanza Ladrón en r538;y la segunda con Doña lazo en un muslo; y dió un testimonio de piedad cristiana , sa­
Luisa Bou, de quien tuvo una virtuosa hija llamada Doña Ca­ cando de la villa de Güecija los cuerpos de unos religiosos
talina, que casó con su sobrino D. Gastón de Moneada, marques que hablan sido martirizados, y fundando en el convento de
de Aitoiia , y murió en 1617 2O4. 8. Francisco de Guadix, adonde los llevó, un aniversario en
82 D. Lope de Eigueroa y Barradas , natural de Guadix, memoria de su martirio. Acabada esta guerra, pasó á Italia cou
fue hijo de D. francisco Perez de Barradas, señor de (Traería, su tercio én 1O7 1, según se lia dicho en el §. 11, parte I; y em­
alcaide de la Peza, trinchante y maestresala del Rey Católico barcado en la galera Real con D. Juan de Austria, de cuyo con­
D. Fernando, y caballero déla orden de Santiago, y de su mu­ sejo era también, no solo rechazó por mas dé dos horas en ia
gir Doña Leonor de Eigueroa, nieta de 1J. Pedro Ponce de León, batalla de Lepanto, ayudado de D. Bernardino de Cárdenas y
primer conde de Arcos. Inclinado á la milicia desde joven, D. Miguel de Moneada, el abordaje que intentaba la capitana
pasó á Lombardía hacia el año i55o, y allí sentó plaza de sol­ turca, sino que saltando á ella con muclips españoles, que die­
dado, habiendo llegado por sus méritos á ser capitán de caba­ ron muerte al bajá, derribó D. Lope el estandarte de Mahotna
llería ligera. Siéndolo de infantería peleó esforzadamente en la que los turcos defendían a popa; con lo que vino á decidirse ia vic­
desgraciada jornada de Jos Gelves de i56t, logrando salvar su toria por los cristianos, y D. Juan le despachó el rodé octubre
compañía á costa de quedar cautivo ; cuya suerte sufrió tres con diez galeras a traer a Felipe II tan gloriosa nueva. En i58a
años en Constantinopia y al remo en una galera, hasta que fue se halló en el combate queja escuadra española sostuvo contra
}•'* francesa de Felipe Estrocci, junto á las islas Terceras, según
rescatado por cuatro mil ducados en 1564. Hallóse este mismo
año en la reconquista del Peñón de Veiez , donde con sotos hemos referido, en el §. 61. Sirvió ademas en Milán, Portugal é
ochenta soldados desalojo á gran número de moros de un cerro de S. Miguel: fue caballero déla orden de Santiago, comen­
que hablan ocupado para cortar la vuelta á nuestras tropas. En dador de Bastimentos , y capitán general de la costa de Grana­
Córcega asaltó con muy pocos soldados el Cortísimo castillo de da, y en todas partes, durante los treinta y cinco años de su
Istria,y apoderándose de una colina , hacia la torre de Falca, caí 1 eia militar, hasta 28 de agosto de i585 que murió en Mon-
allano la suma dificultad de ¡legar á él que ios enemigos oponían Mn, acreditó su gran valor y su nobleza, por lo cual el histo-
á nuestro ejército. En Malta el año 1565 ,Cuando los turcos le­ Ladorde Guadix le aplicó el dicho de Virgilio:'
vantaron el sitio, fue uno de los que ios pusieron en derrota, 6’ní genos á proavis ingens, clarumque paterna?
persiguiéndolos hasta su reembarco. Enviado á Fiandes á las Nomen erat virtutisy et ipse acerrimus ármis1
órdenes del duque de Alba,y estando en el mayor conflicto el 83 La legación del Papa solicitando el ausilió de Felipe II,
ejército Real , alcanzó la victoria (le decia el Rey ) por vos c niando general de Colona en esta campaña, y la reunión de
principalmente , á do ciertamente ganasteis gloria para nos y as fuerzas aliadas en Otranto (§. g), se comprueban con los
honra para vos; porque en la batalla de Frisa , cerca del rió S'guientes documentos.—Escribiendo ef Rey al marques de San-
Jama , en r568 , como Eigueroa se viese envuelto y corlado en a Cruz desde Córdoba á 24 de abril de i570 le dice entre otras
¿osas: '
un reducto por el ejército del conde de Nasau, distante mas dé
mil y quinientos pasos del nuestro, y ccn solos trescientos arca­ “Habiendo enviado S. S. á D. Luis de Torres, clérigo de cá­
buceros, se abrió paso á viva fuerza, ganó á los rebeldes siete mara, á tratar conmigo de su parle algunos negocios de impor-
piezas de artillería t y volviéndolas contra ellos los deshizo y ■meia, y entre ellos á pedirme sea yo servido de dar orden que
causó tan horroroso estrago, que aterrados y puestos en desor­
Se junten en el nuestro reino de Sicilia la may or banda de gale-
den hasta los que tenia á sus espaldas, ie dejaron por fin due­ s S¿Vle SS PQd*eie de fas nuestras y de las que andan á nuestro
ño de todo el campo , según refiere 1). Luis Zapata : aunque *-Ue do, para lo que se podrá ofrecer, abajando la armada del
111 co éste verano, como se tiene por cierto; he holgado mucho'
ar
322 ILUSTRACIONES V documentos. 3a3
de ello por complacer áS. S., y asi envió á mandar á últimas que hubiésedes llegado á Ñapóles en salvamento con las
Joan Andrea que con todas las galeras que hubiere juntado, con­ galeras de vuestro cargo, y de que se hubiese despachado la geu-
forme a la órden que se le tiene dada de ante» para alemlei a lede buena boya y de cabo que no era menester, y puesto las
lo de la Goleta , asista en el dicho remo de Sicilia y por aque a gaiera» a invernar etc. Madrid a 26 de diciembrede 15;o.» {Ardí,
partes: de lo cual os he querido avisar para que lo tengáis en­ del marq. de Sta. Cruz, n. 18, leg. 6).
tendido, y para que en todo lo que se oneciere de nuestro so­ 84 De la reunión en Mesilla de ¡as fuerzas aliadas (§. 1 1, par­
vicio sigáis la órden que él os diere, conforme a una cédula te 1.) avisaba D. Juan de Austria a D. García de 1 oledo en ia car­
nuestra que le habernos mandado enviar, quejo sere debo muy ta siguiente;
servido, y de que me aviséis de todo lo que se ofreciere.» (O/'g. «M. £/. Sr. : A los 3i del pasado escribí á vnid. avisándole del
enel ardí. del marq. deSanta Cruz,n. 18,/eg. ')• estado en que se bailaban las cosas desla armada hasta aquella
«El Rey Marques, 1 anente: Habiendo entendido por ca hora: lo que en esta tengo que decir es, que las sesenta galeras
tas de mi embajador en Roma lo mucho que S. S. desea que cea de venecianos que se esperaban llegaron al puerto desta ciudad
las galeras que se ha ordenado á Juan Andrea Doria que sejuu- a primero del presente. Juan Andrea liego el siguiente dia con
ten en tíiciha y esten a punto para lo que se ofreciere, vaya . once galeras: ayer, que fueron los cinco, el marques de Santa
juntarse con las que S. S. ha mandado armar para socono d Cruz con ¡as treinta de su cargo. De su llegada he recibido tan
los venecianos,y coulas de aquella iepáblica;conelde»eoqueteii grand contentamiento como me daba congoja su tardanza: á ¡os
go de complacerle en lodo, me he resuello en ordenar a Juan Ai 9 ó 10 del presente, á Dios placiendo, saldré de aquí con el ar­
Urea que asi lo haga, y que obedezca a Marco Anlomo Colon., mada, dende donde irá tan á punto y en órden de pelear como
como á general de las galeras de S. t>. , y siga su eslaudaitetl si se oviese de encontrar la del enemigo á la boca del faro. Es­
tiempo que durare la dicha junta; de lo cual os he querido avi­ pero en S, divina que mediante su iávor se han de hacer ta­
sar para que lo tengáis entendido, y encargaros, como lo liag' , les efecto» , que él sea muy servido y augmentada su santa reli­
que con las galeras de vuestro cargo hagais loque el dicho Juai gión. Lo que se entiende del armada enemiga se vera por los
Andrea os ordenare en nuestro nombre, teniendo cuidado, como aviso» que con esta irán; de lo demasque subcediere daré aviso
vos le tenéis, que Vayan proveídas de todo lo necesario como a vmd. Guarde nuestro Sr. la muy ilustre persona devmd. como
conviene para semejante jornada. Del Escorial a i b de juno de desea. De Mecina a (i de setiembre de 1 .‘>71 .—.A servicio de
i57o.—Yo el Rey rzAnlonio Perez.» (Oríg. en el mismo aren- Vinu.“D. Juan." {Orig. en el ardí, del marq. de f'íllaj'ran
e.a).
«El Rey.—Ilustre Marco Antonio Colona, Primo: Vueslia 85 Aunque en la información hecha en 1578 consta el de­
carta de XXI de agosto recibí; y he holgado de entender por nuedo con que peleó Cervantes (§. 12), no podemos omitir lo
ella que Juan Andrea hubiese llegado á Otranto, adonde vo que dijo de sí misino en el l^iage al parnaso, cap. 1.“
le eslábades aguardando, y la resolución que habrades tomado Arrojóse mi vista á la campaña
de ir á Candía; y fue muy acertado despachar Iragatas adelan c Rasa dei mar, que trujo a mi memoria
al general de la ar nada de venecianos, avisándole de ello por i. Del heroico D. Juan la heroica hazaña;
causa que decis.—Por la copia que venia en cifra coi. la dicha Donde con alta de soldados gloria
carta he visto lo queescribistes a D. Juan de Zúmga, inr emba­ Y con propio valor y airado pecho
jador, sobre la consérvacion de mis galeras,lo cual me ha pare­ Tuve, aunque humilde, parte en la victoria.
cido muy bien : y asi os ruego mucho, aunque cuando esta lle­ Y mas adelante hablando Mercurio con Cervantes le dice:
gue estarán ya ¡as dichas galeras recogidas en sus puertos, si u" Que en fin lias respondido á ser soldado
lofueren y todavía os tomare esta por aquellas partes, que ten­ Antiguo y valeroso, cual lo muestra.
gáis mucha cuenta con ella», y que os aprovechéis siempre del La mano de que estás estropeado.
parecer ele Juan Andrea , pues será tan acertado en todo con Bien sé que en la naval dura palestra
espet iencia que ticire de las cosa." de mar. De Madrid á ío de o Perdiste el movimiento de la mauo
tabre de 1670.» (Arch de Simancas, Estado.—Negociación ü Izquierda para gloria de la diestra.
Enel prólogo de lasAbee/ns yen el de la segunda parte del
armadas v galeras, leg. n. 8).
«El Rey “Marques deSanta Cruz, Pariente, nuestro capí»' Quijote hablo también de sus heridas y de la memorable Oca­
general de las galeras de Ñapóles: Cinco cartas vuestras de 5 y ‘7 sión en que las adquirió , con aquella nohle jactancia que es
de setiembre, \ 3 de octubre, toy 15 de noviembre se b.m reci­ característica de un valiente militar. Hablando de Diego de Lr-
bido; y he visto lo que por las primeras escribís del discurso biua el P. Fernando Pecha en su historia inédita de Guadalaja-
la jornada que este verano han hecho las armadas, y ha si, u ra, dice que en la batalla de Lepanto mató quinientos turcos ■
lñeu habernos avisado delio.—Lie holgado de euteildei poi ¿ de la capitana de Alejandría y lisa capitán, y tomó el estaña
Y DOCUMENTOS, 3¿5
saré á vmd. , cuya muy ilustre persona guarde Dios nuestro Sr,
darte real de Egipto: en cuyas acciones era preciso que intervi­ como desea. De la galera Red en el puerto de Coi l’ú á 19 de agos­
niese Cervantes y los demás soldados de su compañía. to de t572.= A servicio de vmd, ~D. Juan.»
8o Délas discordias entre las cortes de Roma y Florencia
<<M. 1. Sr. : listando para partir á la isla del Zante con las
< G. 15) hablaba á D. Juan de Austria el embajador de Espa- treinta galeras que escribo en otra carta que va con esta, ha
ñ..'eil Roma D. Juan de Zúñiga , escribiéndole con fecha de vuelto D. Alonso de Razan, á quien había enviado con dos gale­
25 de abril de 15/a, entre otras cosas, lo que sigue......... ras á llamar á Marco Antonio Culona, y avisádome como queda­
« fo dolido que la (armada) de S. S. parta de Civitavieja antes ba en el Zante con el armada de la liga, y que á la del turco había
de ios quince de mayo, porque andan en demandas y respuestas dejado, cuando él partió del Cirigo, á la isla de los Ciervos, que
cunei duque de Florencia sobre el enviar sus galeras, porque es allí cerca. Partirme he con toda esta armada mañana á la Che-
pretenden que no se ha cumplido con él conforme á la capitu­ ialonia á juntarme con-el dicho Marco Antonio, y se tomará la
lación que tiene hecha con S.S. : yo lie hecho oficios con el
resolución en lo que se habrá de hacer que parescera que mas
cardenal de Médicisy con el cardenal Pacheco para que procu­ convenga al beneficio común: de lo que fuere le avisaré á vmd.,
ren que el duque se allane, pues no es agora tiempo de ponerse cuya muy ilustre persona guarde nuestro Sr. como desea. De
en estos puntos, y ansi me dicen que creen que el duque enviara la galera real en el puerto de Corfú á 19 de agosto de 157a.~A
Jas galeras. . . » {Entre la correspondencia de D. J. de Aus- servicio devind.—D. Juan.»
tria con D. García de Toledo enei arch. del marques de E illa-
«M- 1. Sr. ; A los 20 del presente scribíá vmd. loque hasta
franca)' aquella hora habla que avisar, l.o que después ha sucedido se
87 La eficaz diligencia de D. Juan deAustna para incorpo­
entenderá por la relación que va con esta. Partirme lie esta no­
rarse con Culona (§. 16), se manifiesta en las cartas siguientes che con cincuenta y tres galerasy dos galeazas, cu que llevo trece
que dirigió al mismo D. García de Toledo: >l)il infantes escogidos, la vuelta de la Chef'alonia á juntarme'con
«M. I. Sr.: Dende la fosa de San Juan á los tres del presente
clarinada déla liga que allí está, dejando las naves en este
escribí ávmd. dandole aviso déla partida de Mesina con la ar­ puerto. De lo que adelante sucediere avisaré á vmd., cuya muy
mada del Rey mi señor, y que venia a esta isla á juntarme con ilustre persona nuestro Sr. guarde como desea. De Galera eu
Ja de la liga, para pasar adelante á daño del común enemigo, el puerto de Corfú á 39 de agosto de ¡572.=;A servicio de vmd,
según lo que pareciese que fuese mas conveniente. Allegué a 1 * ?= D. Juan, » {Hállanse origs, en el ardí, del marq. de pilla-
dicha isla a los g del dicho al anochecer, donde 110 solamente franca).
110 he hallado á Marco Antonio Cotona con su armada que tiene 88 En el archivo de Simancas, Estado, Negociación de ar­
a cargo; pero 111 aun carta suya, en que me avise á qué parte ha madas y galeras, leo, n.° 12, se halla un documento rotulado:
ido a aguardarme, ni adonde nos hemos de juntar. Re despa. ha­ /íe/< ¡cion de Sancho Zorroza,jecha en Palermo d 1 o de setiem­
do dos galeras á buscarle, y ordenádole que se vuelva á la isla bre de i5y4, de los caudales que poco mas ó menos se necesi­
del Zante, para donde me partiré con esta armada dentro dú tan para concluir la jornada de este año, presuponiendo su du­
tres dias, porque me voy entreteniendo para dar tiempo al dicho' ración hastafin de noviembre. Y en esta relación se espresa la
Marco Antonio que se pueda juntar conmigo, y juntos que sea­ Siguiente partida: Alas catorce compañías de infantería espa­
mos se procurará de hacer los efectos que parecerán mas conve­ ñola del tercio del maestre de campo D. Lope de Figueroa, que
nientes al beneficia coman de la cristiandad. De lo que adelante' fueron d invernar á Cerdeña al presente sirven en esta ar­
sucediere avisaré á vmd. , cuya muy ilustre persona nuestro mada con las cuatro viejas que se sacaron de la Goleta , se les
Sr. guarde como desea. De Corfú á 18 de agesto de deberán para en fin del mes de noviembre que viene cincuenta,
servicio de vmd. ~D.Juan.» ’ud escudos poco mas ó menos , quitadas las raciones y lo de-
«A los i5 del presente escribí á vmd. , y últimamente lo que nic‘S que han rescibiclo. Ras cuatro compañías viejas que se sa­
basta aquel día había que poder avisar. Después se han tenido' caron de la goleta eran también del tercio de Figueroa (§. 18.);
Jas relaciones de las armadas de la liga y del turco, que serán Pues etí otra relación de lo que montaba el sueldo de la gente
con esta, l’aresciéndoine queal beneficio común de la cristian­ de guerra de la armada, naves etc. , que firmaron D. Pedro Ve-
dad es muy conveniènte que yo me junte con grand brevedad con dti'.quezyel mismo Sancho de Zorroza en Mesina á 3i de julio
Marco Antonio Culona, y que esto tío se puede hacer sin muy de 1872, se espresa que el tercio de Figueroa se componía de
grandes dificultades, llevando todos los navios que aqui tengo; diez y ocho compañías, en que habia dos mil seiscientos sesenta
me he resuelto en poner treinta galeras muy bien en orden, con y cinco hombres. Después del desembarco en la Goleta sacó de
Jas Cuales me partiré en este punto la vuelta de la isla dei Cirigo, D Juan, de Austria dos mil quinientos s Liados viejos que
donde entiendo que se halla Marco Antonio. Espero eu Dios hacían temblar la tierra coa sus mosquetes, de la disciplina de
(cu va es Ja causa que llevo) que se hayan de hacer efectos muy Alonso Pimenlel, y metió otros tantos bisoñes , diciendo quti
CUuím i»es á su amito servicio. De lo que adelante sucediere av*-'
226 ILUSTRACIONES 1 DOCUMENTOS. 827
Ins viejós romo prácticos le servirían mejor. D16 su gobierno al que tuvo el tercio de Figueroa consta de varias relaciones mas.
marques de Santa Cruz; y mandó se acercasen d e7, D. Diego que se h Ulan en el archivo de Simancas. En una: Estado, Ne­
Enriquez y el Castellano Salazar con el'os á Túnez, y que si gociación de armadas y galeras ( leg. u.° 11,} de las preven­
no hallasen resistencia se entrasen en el fugar y su alcazaba. ciones y provisiones que enfin del año de 1674, pareció que se
Asi lo refiere Vanderhámen ( L. 4- f. 17b ) ; y como la relación debían prevenir y proveer para el año siguiente de iSyS, asi pa­
de Simancas dice que se sacaron de Ja Goleta cuatro compañías ra la defensa de la armada de.! turco como de los reinos de Ña­
viejas , las cuales, según dejamos dicho , eran del tercio de Fi­ póles ,Sicilia y las islas, se encuentra la siguiente partida. Sici­
gueroa , hay suficiente fundamento para creer que fuesen las lia. — En el remo de Sicilia se ordenó que se creciese el tercio
mismas de que trata Vanderhámen, y para persuadirnos de que de la infantería española al número de cuatro mil, como el cla­
Cervantes se hallase en una de ellas , respecto á que en el me­ que de ferranova escribió que convenia. Y al margen se añade:
morial de sus servicios hace distinción de los que hizo en Tú­ Entiéndese que hay los cuatro mi españoles que él escribió que
nez y en la Goleta , habiendo sido la jornada o espedicion una convenía; porquefia escrito que hnbia incorporado el tercio de
misma , y á que con igual diferencia y espresion hablaron su D. Lope de F.gueroa con el de aquel reino. En otra relación
padreen el pedimento é interrogatorio, y los testigos en sus de­ que se halla en el mismo legajo, fecha en Ñapóles á 16 de enero
claraciones. de 1577, sobre el importe de los gastos de la armada , se espresa
ög En la carta siguiente manifiesta D. Juan de Austria su lo siguiente; Infantería española. — El sueldo de las cuarenta
sentimiento por la lentitud (§. 19) con que se procedía en los y tres compañías de infantería española que sirven al presen­
preparativos de la armada para defensa y socorro de Túnez; per­ te e i la armada debajo del gobierno del maestro de campo
ro los Virey es de ¡Ñapóles y Sicilia recelaban que si desguarner D, Lope de Figueroa , en que hay, según la última muestra,
cian sus costas pudieran los turcos ai pasar por sus inmediacio­ c nc > mil seiscientos treinta y dos soldados, los dos mil quinien­
nes hacer un desembarco que causase mayores daños. tos cincuenta y cinco en las veinte compañías viejas , y los tres
« M. I. Sr. :,No he tenido carta de vmd. después que partí mil setenta y siete en las veinte y tres nuevas que vinieron de
de Gaeta, y siento en estremo la taita dellas: consolarme lie con España últimamente, importa veinte y cuatro mil quinientos es­
que no la haya tenido tai de salud que haya impedido el hacer­ cudos poce m is ó menos'. De lo cual se infiere que las tropas
me este regalo, que cierto es para mí muy grande; y asi |"" que mandaba Figueroa se separaron del tercio de Sicilia luego
do á vmd. por merced me la haga de avisarme de contiuo cómo que fueron de España soldados suficientes para completar am­
se halla , y cuando pudiere délo que le fuere ocurriendo de que bos tercios y ponerlos en una fuerza tan considerable como ja­
Je parezca es bien que esté advertido. Yo llegué á este lugar a mas la hablan tenido.
Jos 8 del presente: he hallado las cosas de por acá quietas, y de 91 Mandaba interinamente D. M irlin de Argote el tercio
Francia no hay mas de lo que vmd. verá por los traslados que de. Figueroa (§. 20).
van con esta. Yo, Sr.,soy tan aficionadoá las cosas de mi car­ Constado una carta para el Roy escrita por D. Juan de Aus­
go que holgara harto mas and ir trabajando en la mar que no es- tria en N ipolesá 12 de noviembre de 1074, sobre las causas que
t,u' aquí, no teniendo que hacer mas de lo que agora , y creo que le habían movido á pasar á aquel reino, dejando en l’alermo al
no fuera tiempo mal gastado según veo que se va muy flojamente en duque de Sesa encargado da cumio polla ofrecerse en su
Ja preparación de la armada, y loque convendría que se pusiese ausencia. En ella dice que había dejado en Sicilia con él duque
en muy buena orden para poner ¡reno a los enemigos : rio ha el tercio de Figueroa , asi para estar á la guardia de las marinas
quedado por acordar con tiempo: y aunque yo lie cumplido con d : aquel reino , como paraquc.se rehiciese por estar muy mal
esto, no basta para dejar de darme infinita pena los inconvenien­ tratado , y para que quedase en disposición de servir en la pri-
tes que de no haberse hecho podrían suceder. El parecer de »» ivera próxima. También había ordenado se feneciesen 1 is
vmd. Sobre lo de Túnez espero , con mucho deseo, y asi íe pido cuentas y se pagase todo cuanto se debiese á dicha infantería; y
muy encarescidmnente que en caso que al recibir desta no se luego continua asi : D. Lope de Figueroa me ha pedido Ucen­
me haya enviado, se haga en hallándose en disposición para cia para ir d España á curarse de su enfermedad y d con­
ello, que demas del servicio que á S. M, se hará , yo recibiré certar algunas cosas de su hacienda que mucho le importan;
singular contentamiento : cuya muy ilustré persona guarde hésela dado para este efecto, por haberme prometido que vol­
nuestro Sr. como desea. De Begebe: á i6de mayo de i574'z= verá á servir para la primavera, hasta la cual, quedando co­
Vmd. me dé siempre nuevas de su. salud , pues, sabe que no he no queda alojada la gente de su lerdo en diversos lugares de
de perder jamas este cuidado , ni el deseo de que avise de su hts marinas y otras partes de Sicilia, parece que liará poca
Opinión sobre todos efectos. — A servicio <ie vmd. — D. Juan. ” filia su persona : para lo que se podrá ofrecer en este invierno
Ar C h. de Tillafr. ). ^ "'■da en el lugar del dicho D. Lope, O. Martín de Argote,á cu-
(90 Lo que se dice ( §. 20 ) de los destinos y alteraciones ye cargo ha estado esta infantería otras veces en su ausencia,
3a$ ILUSTRACIONES y documentos. 3ag
y de quientengo satisfacción que ha procedido como debe. Con­ tes y del placer que tuvo por un hallazgo tan útil y oportuno
cluye la carta (lando cuenta de las disposiciones que había toma­ para ilustrar la vida de Cervantes.
do para la invernada y habilitación de las galeras y tropas, pa­
ra la defensa de las Baleares y Cerdeña, y sobre otros puntos Información de Miguel de Cerrantes de lo que ha servido á
económicos y particulares de su persona. S. M. y de lo que ha hecho estando captivo en Argel, y por
92 ¡tepresó D. Juan de Austria á Ñapóles en junio de la certificación que aqui presenta del duque de Sesa se ve­
1576 (§.20). rá como cuando le captivaron se le perdieron otras muchas
Asi consta de las siguientes cartas que escribió á D. García informaciones ¡feesy recados que tenia de lo que había ser­
de Toledo, la primera desde Cartagena á 5 de mayo dgl misino vido á S. M.
año, y la segunda desde Puerto-Especia en 10 del espresadq
junio. Miguel de Cervantes Saavedra, sobreque se le haga merced,
« M, I. Sr.: Yo quedo en este lugar tan de camino para esas atento á las causas que refiere , de uno dé los oficios que pide.
partes que con el primer buen tiempo partiré. Ira conmigo el Ror. d. Nuñez. S.° Juan de Ledesma.
Sr. D. Pedro, y yo muy contento de llevarle y pensar que he
de ver muy pronto á vmd. Daré principio a' mi viage con hasta Señor. — Miguel de Cervantes Saavedra dice, que ha servido
treinta galeras, y con las que restan á cumplimiento de cuarenta á V. M. muchos años en las jornadas de mar y tierra que se
me seguirán los marqueses de Mondéjar y Santa Cruz. Tocaré han ofrecido de veinte y dos años á esta parte, particularmente
en Mallorca para tomar vituallas y dejar algunas cosas que cu la batalla naval, donde le dieron muchas heridas, de las cua­
S. M. ha ordenado que se lleven para defensa de aquella isla, les perdió una mano de un arcabuzazo , y el año siguiente fue á
de la cual seguiré mi Camino derecho á Genova , y de allí daré Navarino, y después á la de Túnez y á la Goleta,y viniendo á esta
orden que se encaminen á Cerdeña la gente y el resto de las corte con cartas del Sr. D. Joan y del duque de Sesa para que
provisiones que S. M. ha mandado hacer para aquel reino. Y. M. le hiciese merced, fue captivo en la galera del Sol, el y un
Procuraré usar de la mayor diligencia que pudiese en llegar ahí heemano suyo , que también ha servido á V. M. en las mismas
para pasar luego á Sicilia. » jornadas , y fueron llevados á Argel, donde gastaron el p¿lr¡-
« M. I. Sr. ; Desde Cartagena á los 5 del pasado avisé á vmd. inonio que tenían en rescatarse, y toda la hacienda desús padres
que mi partida de'alli seria en el primer tiempo. Partí á los g, y los dotes de dos hermanas doncellas que tenia, las cuales que­
y por mucha diligencia que procuré usar por llegar á Italia 110 da ron pobres por rescatar á sus hermanos, y después de liber­
fue posible arribar aqui antes de los g del presente. Lo que he tados fueron á servir á V. M. en el reino de Portugal y á las
pasado en la navegación y el acogimiento que me hall hecho Terceras con el marques de Santa Cruz, y agora al presente es-
los de Genova reservo á la vista, pues ha de ser tan presto. Di­ tan sirviendo y sirven á V. M., el uno de ellos en Flandes de al­
ré solamente que habiéndome detenido tres ó cuatro dias á es­ férez, y el Miguel de Cervantes fue el que trajo lascarlas y avi­
perar al marques de Ayamonte , y dar orden en algunas cosas aos del alcaide de Mostagán, y fue á Oran por orden de V. M., y
¿pie aquí hay que despachar, seguiré mi camino á esta ciudad. » después ha asistido sirviendo en Sevilla en negocios de la armada
por órden de Antonio de Guevara,como consta por las informa­
DOCUMENTOS HALLADOS EN SEVILLA (§§. g á 66, 77 y 78). ciones que tiene , y en todo este tiempo 110 se le ha hecho mer­
ced ninguna. Pide y suplica humildemente, cuanto puede, á
g3 Comisionado segunda vez D. Juan Agustín Cean Ber­ Y. M. sea servido de hacerle merced de uu oficio en las Indias
múdez por el S. D. Carlos IV para el examen y arreglo de los de los tres ó cuatro que al presente están vacos, que es el uno la
papeles del archivo general de Indias establecido en Sevilla, le contaduría del nuevo reino de Granada , ó la gobernación de la
encargamos confidencialmente en el año 1804 indagase el moti vo provincia de Soconusco en Guatimala, ó contador de las galeras
que llevó á Cervantes á aquella ciudad. Después dq cuatro años de Cartagena, ó corregidor de la ciudad de la Paz, que con cual­
de las mas esquisitas diligencias halló por fin los documentos quiera de estos oficios que V. M. le haga merced , la recibirá,
mas apreciables concernientes á este escritor : nos lo avisó al l'"rqlle es hombre hábil , y Suficiente y benemérito para que
momento, con prevención de que lo participásemos á la acade­ V. M. le haga merced , porque su deseo es continuar siempre
mia Española, á fin de que esta solicitase real orden para sacar etl el servicio de V. M. , y acabar su vida como lo lian hecho
un traslado autorizado de ellos. La academia lo practicó asi, y á sus antepasados, que en ello recibirá muy gran bien y merced.
consecuencia de la real órden que se espidió porel ministerio de busque por acá en que se le haga merced. En Madrid á
Estado en to de febrero de 1808, remitió.el Sr. Cean copia ín­ s<;is de junio de mil quinientos noventa.“ El Dr. Nuñez Mor-
tegra y exacta de los que ahora publicamos , precedida de un qqeclio.
çstracto ó razón de todos, con espresion de aquellos autecedeu- d la vuelta, del memorial dice : Miguel de Cervantes Saave- .
33o ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. da I
dra. A veinte y uno de mayo de mil quinientos noventa, zz Al cautivo en Argel, y á mí como su padre conviene averiguar y
presidente del consejo de Indias. probar como el dicho Miguel de Cervantes, mi hijo, ha servido
El duque, de Sesa. — Por haberme pedido por parte , y en a S. M. de diez años á esta parte hasta que habrá dos años que
nombre de Miguel de Cervantes, que para que á 8. M. le cons- le cautivaron en la galera del Sol, en que venia Carrillo de Que­
te de la manera que le ba servido, le conviene que yo le dé fe dada , y sirvió en todas las ocasiones que en dicho tiempo se
ilello; por la presente certifico y declaro, que ha que le conozco ofrecieron en Italia y en la Goleta y Túnez, y en la batalla na­
de algunos anos á esta parte en servicio de 8. M. ; y por infor­ val, en la cual salió herido de dos arcabuzázos, y estropeado la
mación que delío tengo , sé y me consta que se halló en la ba­ mano izquierda, de la cual no se puede servir, eu lo cual lo hi­
talla y rota de la armada del turco , en la cual , peleando como zo como muy buen soldado, sirviendo á 8. 1VI. A vmii. pido é
liuen soldado , perdió una mano , y después le vi servir en las suplico mande rescibir la dicha información de lo susodicho,
demas jornadas que nabo en levante basta tanto que por. hallar­ y resabida niela mande dar, signada en pública forma, en ma­
se estropeado en servicio de 8. M-pidió licencia al Sr. 0. Juan nera que haga fe, para la presentar ante quien y con derecho
para venirse en Spaña á pedir se le hiciese merced, y yo enton­ deba,é pido justicia, é para ello etc. “ Rodrigo de Cervantes.
ces le di cartas de recomendación para S. AL y ministros} y ha­ É visto por el dicho Sr. alcaide manad se tomen é resciban al
biéndose embarcado en la galera Sol fue preso de turcos., y lle­ tenor del dicho pedimento los testigos que el dicho Rodrigo de
vado á Argel, donde al presente está esclavo, habiendo peleado Cervantes presentare , y lo que dijeren é depusieren se le man­
antes que le captivasen muy bien, y cnmplidixcnm lo que debía, dó dar signado en pública forma en manera que haga fe , para el
y de m inera que asi por haber captivado en servicio de 8. M. eléto que ¡o pide, y lo firmó de su nombre etc. zz: Nava é Sosa,
como por haber perdido una m ino en el dicho servicio, meresce Scribano.de provincia “ Francisco de Aepe=,
que 8. M. le haga toda merced y ayuda para su rescate : y por­ Forestas preguntas pino sean examinados los testigos que son
que las les , cartas y recaudos que traia de sus servicios los per­ ó fueren present idos por parte de Rodrigo de Cervantes, es­
dió lodos el dia qite le hicieron esclavo, para que conste dello di tante en esta corte, sobre la información que ba pedido sobre
Li presente firmada de mi m ino , y sellada con el sello de mis el rescate de Miguel de Cervantes, su hijo.
armas,y refrendada del secretario infrascripto. Dada en Ma­ 1. a Primeramente sean preguntados si conocen al dicho
drid á veinte y cinco de julio de mil quinientos setenta y ocho. Rodrigo de Cervantes y al dicho Miguel de Cervantes, su hijo,
~ El duque y conde. ~ Ajo: á la glosa que vi abajo d.' lo que Cativo.
se le ha dado por merced- — Por mandado de su Exc.a — 3er- 2. a Si saben etc. que el dicho Miguel de Cervantes , cativo,
nardinode León zzt'S. M. a suplicación de Doña Leonor Corti­ es hijo legítimo del dicho Rodrigo de Cervantes y de Doña Leo­
nas, y en consideración de loen esta certificación contenido, nor de Cortinas, su inuger legítima , habido é procreado de le­
hizo merced de dar licencia para que del reino de Valencia se gítimo matrimonio, y portal ba sido criado y alimentado y
pudiesen llevar á Argel dos mil ducados de mercad rías no pro­ •nombrado, y es habido é tenido y comunmente reputado entre
hibidas , con que el beneficio de la dicha licencia sirviese para todas las personas que los conoscen y de ellos han tenido y. tie­
ei rescate de Miguel de Cervantes en esta fe contenido, y asi se nen noticia, é ansí es público é notorio,
dió el despacho á las partes , fecha en Madrid á diez y siete de 3. a Si saben etc. que el dicho Miguel de Cervantes es de
enero de mi quinientos ochenta. zzTicne una rúbrica. ~ Esta edad de treinta años poco mas ó menos, y de diez años á esta
merced desta cáduln no está aun desp ichada ni vendida, porque parte ba servido'cotno muy buen soldado á S. M. el rey D Fe­
lindan por ella sino sesenta ducados. ~ Fe de bien servido á lipe nuestro Señor en las guerras que ha tenido en Italia y la
Miguel de........................... — /fstó sellada con el sello de S. E. Roleta y Túnez, y en la batalla naval , que el Sr. I). Juan de
La información deservicios ante un alcalde. “Mil quinientos Austria tuvo con el armada de) turco, adonde salió herido de
setenta y ocho. “En Madrid á veinte y nueve de mayo de mil dos arcabuzazos en el pecho, y otro en la mano izquierda, que
quinientos noventa.zz Tiene una rúbrica. zz se pie entó. quedó estropeado delta : digan lo que ¿aben.
En la villa de. Madrid á diez, y siete di as del mes de m irzo de 4*a Sisaban etc. que cuando en la dicha batalla naval seie-
nuil é quinientos é setenta é oche años ante el ilustre Sr. Lie. cotmsció el arma d i del turco estaba el dicho Miguel de Cervan­
Xitnenez Ortiz, del consejo de S M., alcalde en su casa é corte, tes con calentura, y unos amigos suyos le dijeron que pues es­
é por ante mí Francisco de Yepes, seribano do S. M. é de pro­ taba tan malo, que se metiese debajo de la cubierta de la galera,
vincia en esta corte, paresció presente Rodrigo de Cervantes, é pues no estaba sano para pelear, y el dicho Miguel de Cervantes
presentó un pedimento é interrogatorio de preguntas, que su te­ respondió que no hacia lo que debía metiéndose so cubierta, sino
nor de lo cual es como signe: que mejor era morir como buen soldado en servicio de Diose
Ilustre Sr. zz Rodrigo de Cervantes , estante en esta corte, del Rey, y asi peleó cómo valiente soldado en el lugar del esqui­
digo que á Miguel de Cervantes , mi hijo , que al presente est.i fe, como su capitán le mandó; y después de la batalla sabido por
332 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 333
el Sr. D. Juan de Austria cuati bien le ¡labia servida , le acres- soldados. Supo que en premio de lo que se distinguió le conce­
centó cuatro ducados mas de su paga. dió D. Juan de Austria cuatro ó seis escudos de ventaja. Le vio
5, “ Si saben etc. que podrá haber dos años, poco mas ó me­ entrar después cautivo en Argel, porque ya ento'nces lo estaba
nos, que viniendo de Italia á España en la galera del Sol, eti que también Castañeda : leyó las cartas que llevaba Cervantes de
venia Carrillo de Ouesada , cativaron tarcos de Argel al dicho. 1). Juan de Austria, en que lo recomendabaá S. M. para que
Miguel de Cervantes, adonde al presente está cativo, le diese una compañía de las que se formasen para Italia , por
6. a Si saben ele. que el dicho Rodrigo de Cervantes es ser hombre de méritos y servicios : cuyas cartas hicieron que
hombre hijodalgo y muy pobre, que no tiene bienes ningunos, el capitán que le cautivó le tuviese en mucho para el rescate.
porque por haber rescatado á otro hijo, que ansí mesmo le cau­ 3, q Antonio Godíuez de Monsalve , natural de Madrid , y
tivaron la mesma hora que á dicho su hermano, quedó sin bie­ sargento de la compañía de D. Juan de la Cárcel. Conoció y
nes algunos. trató á Cervantes el año »5y3 en la jornada de Túnez; Estando
Los cuatro testigos presentados para esta información están Godínez cautivo en Argel el año ífiyó vió que Dalí Mamí, ca­
contestes en las preguntas del interrogatorio, por haber pre­ pitán de la mar , y otro capitán de galera, trajeron cautivos á
senciado ú oido respectivamente lo que contienen ; mediante lo Miguel y Rodrigo de Cervantes , hermanos: qué este se resca­
cuál, y en obsequio de la brevedad solo se hará aqtii mención tó en 1&77; y aquel quedaba alli en 78 esclavo de Cenagá, rey
de sus nombres y clases, y de lo mas notable que cada uno es- de Argel. .,
puso ó añadió, 4. " D. Beltran del Salto y de Castilla, residente en Madrid;
1. ° Mateo de Santisteban, natural de Tudela de Navarra , y á quien cautivaron los turcos en la Goleta el año i5y4 , y lo
alférez de la compañía que nuevamente se habia levantado y llevaron á Argel. Conoció aqui á Miguel de Cervantes, y le vió
conferido al capitán Alonso de Carlos. Fue camarada de Cer­ manco de la mano izquierda. Supo de él y de otras personas dé
vantes en Italia en la del capitán Diego de Urbina: vió la acción crédito todo lo que refiere el interrogatorio. Cuando este testi­
heroica de Cervantes en la batalla de Lepanto cuando le hirie­ go salió de alli rescatado en 1577 dejó á Cervantes cautivo en
ron el pecho y le mancaron : oyó, que cuando su capitán , el poder de un turco llamado Arnaute Mamí, capitán en aquella
misino Santisteban, y otros muchos amigos de Cervantes le di­ capital , quien lo tenia en gran estima á causa de ciertas cartas
jeron al ir á entraren la acción, que se estuviese quedo abajo que le halló de D. Juan de Austria y del duque deSésa, en que
en la cámara de la galera, pues que estaba enfermo y con calen­ lo recomendaban á S. M. para que le hiciese merced de una
tura, respondió; qué dirían del, é que no hacia lo que debía,e compañía, como persona que lo merecía muy bien.
iHie mas quería morir peleando por Dios épor su Rey que no. lia seguida de esta información está repetida en el. original
meterse so cubierta, é que su salud. Le vió pelear como valien­ la nota que hay al fin de la certificación del duque de Seso
te soldado en el lugar del esquife, adonde con otros soldados le ¡'eferente á la gracia, concedida á solicitud de la madre de Cer-
destinó el capitán; pues estaba Santisteban en la propia galera, vantes-i
nombrada la Marquesa, que era de Juan Andrea Doria, situada
en el cuerno de tierra. Volvió á verle en Nápoles el año ióyS Información hecha en Argel.
cuando estaba para venir á España en la galera Sol con Carrillo
deQuesada : y conoció también á Rodrigo de Cervantes, her­ En la ciudad de Argel, ques tierra de moros en la Berbería ,
mano de Miguel, en los parages que á él. á diez dias dei mes dé octubre, año de mil é quinientos y ochen­
2. ° Gabriel de Castañeda, natural del lugar de Sabaya, valle ta años, ante el ilustre y M. R. Sr. Fr. Juan Gil, redentor dé
de Carriedo en las montañas de Santander, y alférez: presenció España de la corona de Castilla por S. M., paresció presente
el denuedo con que se distinguió Miguel de Cervantes en la ba­ Miguel de Cervantes, esclavo que ha sido, que agora está fran­
talla de Lepanto, peleando en el Jugar del esquife con doce sol-, co y rescatado, y presentó el escripto de pedimento siguiente ;
dados que le entregó el capitán; habiendo oido que cuando le con cierto interrogatorio de preguntas ,• lo cual uno en pos de
aconsejaban se retirase abajo, pues estaba enfermo , respondió, otra es esto que se sigue etc.
muy enojado : «señores, en todas las ocasiones que hasta hoy Ilustre y M. R. Sr. ~t Miguel de Cervantes, natural de la
en día se lian ofrescido de guerra á S. M. y se me ha mandado, villa de Alcalá de Henares en Castilla, y al presenté estante cu
he servido muy bien como buen soldado, y ansi agora lio liare este Argel, rescatado para ir en libertad, dice: que estando el
menos aunque esté enfermo é con calentura ; mas vale pelear agora de camino para España, desea y le importa hacer una in­
en servicio de Dios é de S. M, ó morir por ellos , que no bajar­ formación con testigos, ansi de su cativerio, vida y costumbres,
me so cubierta; é que el capitán le pusiese en la parte é lugar Como de otras cosas tocantes á su persona , para presentarla
que fuese mas peligrosa, é que alli estaria é moriría peleando;» s¡ fuere menester, en consejo de S. M. y requerir le haga inri-
y entonces el capitán le entregó el lugar del esquife con doce Ced : y porque en este Argel no hay persona alguna cristiana.
334 ILUSTRACIONES y documentos. 335
que tenga administración de justicia entre los cristianos, y ha­ un moro que a el y á eilos llevase por tierra á Oran, j' habien­
ciendo V. P., como hace en este Argel, la redención de cautivos do caminado con el dicho moro alguna jornada, los dejo, y ansí
por órdeu y mandado de S. AL, representa por tanto su perdo­ les fue forzoso volverse á Argel, donde el dicho Miguel de Cer­
na, y por el mcsmo respecto también de su Santidad el summo vantes lúe muy maltratado de su patrón , y de alii en adelante
Ponihice, cuj as veces tienen Como delegados apostólicos los tenido con mas cadenas y inas guardia y encerramcnlo etc.
redentores religiosos de su orden de la Santísima í mudad: por 5. ° Iten, si saben ó lian oído decir que en el ano de qui­
tanto, porque la dicha información tenga vigor y autoridad, nientos setenta y siete, habiéndole sus debdos enviado dine­
suplica á V. P. sea servido interponer en ella ou autoridad , y ros para su rescate, y no pudiendo acordarse con su patrón
mandar á Pedro de Ribera, escribano y notario apostólico , el porque le tenia por hombre de mucha calidad , deseando servir
cual por mandado de S. M. usa este oficio en esta tierra de Ar­ á Dios y á S Al., y hacer bien á muchos cristianos é principa­
gel lia muchos años entre los cristianos, tome los testigos que el les caballeros, letrados, sacerdotes que al presente se hallaban
dicho Miguel de Cervantes presentare sobre estos artículos, que cativos en este Argel, dió orden como un hermano suyo 2U',
con esta también presenta, y rescibirá merced. z± diguel de que se llama Rodrigo de Cervantes, que deste Argel fue rescata­
Cervantes. do el me» ds agesto del mesmo año de los meamos dineros di­
Que tome Pedro de Ribera , escribano, los testigos que pre­ chos del dicho Miguel de Cervantes de su rescate, pusiese eu
sentare el dicho Miguel de Cervantes sobre estos artículos que órdeu y enviase de la playa de Valencia y de Mallorca y de
presenta. ~ rd. Juan Gil, redenctor de captivos. lhiza una fragata’armada para llevar en España los dichos
Yo Pedro de Ribera , notario apostólico entre Jos cristianos cristianos, y para mejor efectuar esto se favoresció del favor de
en este Argel, doy fe é testimonio como a los diez de olubre de i) Antonio de Toledo y de Francisco de Valencia , caballeros
mil é quinientos y ochenta años, Miguel de Cervantes, natural del habito de 8. Juan , que entonces estaban en este Argel ca­
de la villa de Alcalá de Henares , ques en Castilla , estante en tivos, ios cuales le dieron cartas para los visoreyes de Valen­
este Argel, al presente rescatado para ir en libertad , presentó cia y Mallorca y Ibiza 207, encargándoles y suplicándoles fa-
alM. R. Sr. P. Fr. Juan Gil , redenctor de los cautivos de Es­ vorescieseu el negocio : digan etc.
paña por mandado de S. M., questaba en este mismo Argel, el 6. ° lien, si saben ó han oído decir que esperando la dicha
memorial abajo escriplo, firmado de su mano, con los artículos fragata dio orden como catorce cristianos20”, de los principales
que adelante siguen, y esto en presencia de mí ; y delío doy fe que entonces Rubia en Argel cativos se escondiesen en una cue­
y testimonio eu Argel a diez del mes de olubre deste año de mil va, la cual había él de antes procurado fuera de la cibdad, doude
ó quinientos y ochenta, ziz Pedro de Púbera, notario apostólico. algunos de los dichos cristianos estuvieron escondidos en ella
Por estos artículos sean preguntados los testigos que xViiguel seis meses.y otros tuetios, y alli les proveyó y procuró proveer
de Cervantes presentare acerca de las cosas que ña hecho para y que otras personas proveyesen de lo necesario , teniendo el
conseguir su libertad y la de otros muchos caballeros mientras dicho Miguel de Cervantes el cuidado cutidiano de enviarles
está cautivo en Argel, por las cuales pretende queS. M. ie haga toda la provisión, eu lo cual corría grandísimo peligro de la vi­
merced. da, y de ser enganchado y quemado vivo, hasta que ocho días
°
i. Lo primero si conoscen á el dicho Miguel de Cervantes, antes del término en que la fragata había de venir, ei dicho Mi­
y cuánto ha que le conoscen , y si es deudo é pariente suyo • guel de Cervantes se fue á encerrar en ia cueva coujos demas:
digan etc. digan etc.
2.0 Iten, si saben ó han oído decir como ha cinco años quel 7.0 fien , si saben ó han oido decir que en efecto la dicha
dicho Miguel de Cervantes está cautivo en este Argel, y que se fragata vino , conforme á la orden quel dicho Miguel de Cer­
perdió eu la galera del Sol el año de mil é quinientos y setenta vantes había dado, y en el tiempo que había señalado, y ha­
y cinco, la cual galera iba de Capoles á España con otras per­ biendo llegado una noche ai mismo puesto, por faltar el animo
sonas principales, que alli se perdieron, caballeros, capitanes y » los marineros 209, y nojqueier saltar en tierra á dar aviso á
soldados : digan etc. les que estaban escondidos no se efectuó la huida: digan etc.
3.° Iten , si saben ó han oido decir quel dicho Miguel de 8.° Iten , si saben ó han oido decir que estando asi desta
Cervantes es cristiano viejo , hijodalgo ,. y en tal tenido é co­ »lanera todos escondidos en la cueva, todavía con .esperanza de
munmente reputado y tratado de todos: digan etc. la fragata, un mal cristiano que se llamaba el Dorador, natural
4»° Ileo , si saben ó han oido decir que llegado cativo en de Melilla , y que sabia del negocio, se fue al rey que enton­
este Ar^el , su amo ¡Jalimamí, acraez renegado griego, ie tuvo ces era de Argel, que se llamaba Azan , y le dijo que se quería
en lugar de caballero principal, y como á tal le tenia encerrado volver moro por complacerle , le descubrió los que estaban eu
y cargado de grillos y cadenas, y que rio onstaute todo esto, la cueva, diciéndole quel dicho Miguel de Cervantes era el au­
deseando hacer bien y dar libertad a algunos cristianos , busco tor de toda aquella huida, y el que la había uididu, por lo cual
v documentos. 337
336 ILUSTRACIONES do las dichas cartas á Oran fue tomado de otros moros á la en­
él dicho rey el último de setiembre del dicho año envió muchos trada de Oran , y sospechando dél mal , por las cartas que le
turcos y moros armados á caballo y á pie á prender á él dicho hallaron, le prendieron y le trajeron á este Argel á Azan-bajá,
Miguel de Cervantes y á sus compañeros: digan etc. el cual vistas las cartas, y viendo la firma y nombre del dicho
g.° lien, si saben ó han oído decir como llegados los turcos Miguel de Cervantes, á el moro mandó empalar, el cual murió
y moros á la cueva y entrando por fuerza' en ella , viéndose con mucha constancia sin manifestar cosa alguna , y al dicho
"dicho Miguel de Cervantes que eran discubiertos , dijo á sus Miguel de Cervantes mandó dar dos mil palos: digan etc.
compañeros que todos le echasen á él la culpa, prometién­ 13 Iten, si saben ó” han oido decir como después en el ano
doles de condenarse él solo , con deseo que tenia de sal­ de rail é quinientos y setenta y nueve, en el mes de setiembre,
varlos á todos,j asi en tanto que los moros los maniataban , el estando en este Argel un renegado de nación español, y que de­
dicho Miguel de Cervantes dijo'en voz alta , que los turcos y cía que su padre era de Osuna, y él ser natural de Granada , y
moros le oyeron : ninguno de estos cristianos que aquí están siendo cristianóse llamaba el licenciado Girón, el cual se vi­
tiene culpa en este negocio, porque yo solo he sido el autor del, no á hacer moro á esta tierra de Argel , y en moro se llama­
y el que los ha inducido á que se huyesen; en lo cual manifies­ ba Ahdaharramen , entendiendo el dicho Miguel de Cervan­
tamente se puso á peligro de muerte, porque el rey Azan era tan tes quel dicho renegado mostraba arrepentimiento de lo que ha­
cruel que por solo huirse un cristiano é poi que alguno le encu­ bía hecho en hacerse moro, y deseo de volverse a España , por
briese ó favóresciese en la huida, mandaba ahorcar un hombre, muchas veces le exhortó y animó á que se volviese á la te de
é por lo mismo cortarle las orejas y las narices; y ansí los dichos nuestro señor Jesucristo, y para esto hizo con Onofre Exarque,■
turcos,- avisando luego con un hombre á caballo de todo lo que mercader de Valencia , que entonces se hallaba en este Argel,
pasaba al rey, y de lo que el dicho Miguel de Cervantes decia diese dineros, como dió mas de mil é trescientas doblas , para
que era el autor de aquella emboscada y huida , mandó el rey que se comprase una fragata armada, persuadiéndole que nin­
que á el solo trujesen, como le trujeron, maniatado y á pie, ha­ guna otra cosa podía hacer mas honrosa, ni al servicio de Dios
ciéndole por el camino los moros y turcos muchas injurias y y de S. M. mas acepta, lo cual ansí se hizo, y el dicho renega­
afrentas : digan etc. do compró la dicha fragata de doce bancos y la puso á punto,
to.° [ten , si saben ó han oido decir como presentado asi gobernándose en todo por el consejó y órden del dicho Mi­
inauiatado ante el rey Azan, solo sin sus compañeros, el dicho guel de Cervantes : digan etc.
rey con amenazas de muerte y tormentos, queriendo saber dél 14 Iten, si saben ó han oido decir que el dicho Miguel de
cómo pasaba aquel negocio, él con mucha constancia le dijo que Cervantes, deseando servir á Dios y a S. M. y hacer bien á cris­
él era el autor de todo aquel negocio, y que suplicaba al Su Al­ tianos, como es de su condición , muy secretamente dió parte
teza si Labia de castigar á algunos, fuese á él sólo , pues él solo deste negocio á muchos caballeros, letrados, sacerdotes y cris­
tenia la culpa de todo ; y por muchas preguntas que le hizo tianos que en esté Argel estaban cativos, y otros de los mas
nunca quiso nombrar ni culpar á ningún cristiano , en lo cual principales, que estuviesen á punto é se apercibiesen para cier­
es cierto que libró á muchos de la muerte, que le habian dado to día , con intincion de hacerlos embarcar á todos y llevar •'
favor y ayuda, y á otros de grandísimos trabajos , á quienes el tierra de cristianos, que seria hasta numero de sesenta cristia­
rey echaba la culpa, y particularmente fue causa como el M. ID nos, y toda gente la mas florida de Argel: digan etc.
J*. Fr. Jorge de Olivar, que entonces estaba en Argel redentor tí Iten, si saben ó han oido decir como estando todo este
de la orden de nuestra Señora de la'Merced, el rey no le hicie­ negocio i punto y en tan buenos términos, que sin falta susce­
se mal, como deseaba,< persuadido que él había dado calor y diera como estaba ordenado el negocio , fue ■’descubierto y ma­
ay udado á este negocio: digan etc. nifiesto al rey Azan, que era deste Argel, y según es fama pú­
11 Iten, si saben ó han oido decir qué después, habiéndole el blica y notoria se lo envió á decir por Cay han , renegado flo­
rey mandado meter en su baño, caigailo de cadenas y hierros , ren tiri, y despueS en persona se lo confirmó el doctor J uan Blan­
con intincion todavía de castigarle,al cabo de cinco meses el dicho co de Paz, natural de la villa de Montemolin , juntoá Llerena,
Miguel de Cervantes, con el inesmo zelo del servicio de Dios e que dicen haber sido fraile profeso de la orden de Santo Domin­
de S. M. y de hacer bien á cristianos , estando ansí encerrado go en Santisteban dé Salamanca, por lo cual el dicho Miguel de
envió un moro á Oran secretamente con carta al Sr. marques Cervantes quedó en muy gran peligro de la vida, y dende en­
I). Martín Córdoba, general de Oran y de sus fuerzas, y á otras tonces quedó mal y en grande enemistad con el dicho doctor
personas principales , sus amigos y conoscidos de Oran , para Juan Blanco, por ser cosa cierta que él era'descubridor y ponia
que le enviasen alguna espía ó espías y personas de fiar que con á riesgo tantos cristianos y tan principales: digan etc.
el dicho inoro viniesen á Argel, y le llevasen á él y á otros lies 16 Iten, si saben ó han oido decir que divulgándose y sa­
caballeros principales que el rey en su baño tenia etc. biéndose que el rey Azau tenia noticia deste negocio, y que di-
i-2 Iten, si saben ó han oido decir que el dicho inoro llevan-
338 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 339
simulaba por coger á Los cristianos en el bocho, cortados todos 18 lien, si saben ó han oido decir quel dicho Miguel de Cer­
de miedo, por ser cruelísimo contra cristianos, Onofre Exarque, vantes, que ha estado en este Argel cativo, son cinco años, vi­
que le habia dado el dinero para la dicha fragata, y era parti­ vió siempre como católico y fiel cristiano, confesándose y co­
cipante de todo, temiendo que el rey, que de todo estaba infor­ mulgándose en los tiempos que los cristianos usan y acostum­
mado , no hiciese con tormentos que el dicho Miguel de Cer­ bran , y que algunas veces que se ofrescia tratar con algunos
vantes, como mas culpado de todos , manifestase los que eran moros y renegados siempre defendía la fe católica , posponiendo
en el negocio, y el dicho Onofre Exarque perdiese la hacienda, todo peligro de la vida, y animaba algunos que no renegasen,
la libertad, y quizá la vida, cometió y rogó y persuadió á el di­ viéndolos tibios en la fe, repartiendo con los pobres lo poco que
cho Miguel de Cervantes se íuese á España en unos navios que tenia, ayudándoles en sus necesidades, ansí con buenos conse­
estaban para partir, y que él pagarla su rescate, á el cual el dicho jos, como con las obras buenas que podía.
Miguel de Cervantes respondió animándole questuviese cierto ig lien, si saben ó han oido decir que en todo el tiempo
que ningunos tormentos, ni la muerte misma seria bastante pa­ que el dicho Miguel de Cervantes ha estado en este Argel cativo
ra que él condenase a ninguno , sino á él mesmo; y lo mesmo siempre y de conlino lia tratado, comunicado y conversado con
dijo á todos los que del negocio sabían , animándoles que no los inas principales hombres cristianos , ansi sacerdotes, letra­
tuviesen miedo, porque él tornaría sobre sí todo el peso de aquel dos, caballeros y otros criados de S. M. con mucha familiaridad,
negocio, aunque tenia cierto de morir por ello; y á cabo.de poco los cuales se holgaban de tenerle por amigo, tratar y conversar
tiempo el rey mandó con público pregón buscar al dicho Miguel con él: y particularmente si es verdad que los M. RR. I’P. re­
de Cervantes, que se habla escondido hasta ver el movimiento dentores que aquí han venido, como el M. R. Fr. Jorge Olivar,
aue el rey hacia, sopeña de la vida á quien le tuviese escondi­ redentor de la corona de Aragón, y el M. R. P. br. Juan Gil,
do i digan etc. redentor de la corona de Castilla, le han tratado, comunicado ,
17 líen , si saben ó-h'án oido decir que en conformidad des- conversado con él, teniéndole á su mesa, y couservadole en su
to, viendo el dicho Miguel de Cervantes el cruel bando que estrecha amistad: digan etc. , 1 • ■
contra quien le tuviese escondido se habia echado, por respeto 20 Iten, si saben ó han oído decir que en todo el tiempo
que no viniese mal á un cristiano que le tenia escondido, y te­ que el dicho Miguel de Cervantes ha estado aquí cativo, no se
miendo también que si él no parescia el rey buscaría otro á ha visto en él al'un vicio notable ó á escándalo de su persona,
quien atormentar é de quien saber la verdad del caso, luego de sino que siempre ha dado en palabrasy obras muestras de per­
Su propia voluntad se fue á presentar aute el rey, é que amena­ sona muy virtuosa, viviendo siempre como católico y fiel cris­
zándole el dicho rey con muchos tormentos que le descubriese tiano, y por tal es de todos y lia sido habido, tenido y comun­
la verdad de aquel caso, y qué gente llevaba consigo, y mandán­ mente reputado : digan etc.
dole por mas atemorizarle poner un cordel á la garganta y atar 21 Iten, si saben ó han oido decir quel dicho doctor Juan
las manos atras, como que le querían ahorcar, el dicho Miguel de Blanco de Paz, arriba dicho, siendo como era su enemigo , la
Cervantes nunca quiso nombrar ni condenar á alguno, diciendo Cual enemistad se causó por el dicho Juan Blanco haber mani­
siempre al rey, y con mucha constancia, quél fuera el autor y festado al dicho rey Azan lo de la fragata que arriba se dijo, y
otros cuatro caballeros que se habían ido en libertad, los cua­ porque el dicho Miguel de Cervantes se quejaba con razón, que
les habían de ir con él , y que si mas gente habia de llevar que él habia quitado la libertad á él y á toda la flor de los cristianos
ninguno lo sabia ni había de saber hasta el mesmo dia ; por lo cativos de Argel, como era pública voz v fama y cosa muy sa­
cual el dicho rey se indignó mucho contra él, viendo.cuan dife­ bida, el dicho doctor Juan Blanco, viéndose aborrescido de to­
rente respondía de lo que le estaba informado por el dicho doc­ dos, corrido y afrentado, y ciego de la pasión , amenazaba á el
tor Juan Blanco, y ansi lo mandó meter en la cárcel de los mo­ dicho Miguel de Cervantes, diciendo que habia de tomar infor­
ros, questaba en su mesmo palacio , y mandó con gran rigor le mación contra él, para hacerle perder el crédito y toda la pre­
tuviesen á buen recaudo, en la cual cárcel le tuvo cinco meses tensión que tenia de que S. M. le habia de hacer merced por lo
cmi cadenas y grillos, donde pasó mucho trabajo ,- con intin- que habla hecho é intentado de hacer en este Argel.
cion de llevarle á Constaiitinopla , donde si allá le llevaran n<> 22 Iten, si saben que en conformidad desto, y para efetuar
podía tener mas libertad, ni la tuviera , si no fuera quel R. Sr. este su dañado deseo en el mes de junio pasado deste dicho año
I’. Fr. Juan Gil , redentor de los cativos de España por S M. i de mil é quinientos y ochenta se nombró y publicó que era co­
movido de compasión de ver en los peligros en que estaba el di­ misario det santo oficio , y por otra parte decia que S. M. le
cho Miguel de Cervantes , y de los muchos trabajos que habia habia enviado una cédula y comisión para que usase del tal
pasado, con muchos ruegos é importunaciones, y con dar qui­ poder de comisión de la santa inquisición , é siendo requerido
nientos escudos de oro en oro 410 al dicho rey, le dió libertad de algunas personas principales cativos en este Argel, y prin­
el mismo din y punto quel dicho rey Azun 'alzaba velas para cipalmente del Sr. P. Fr. Juan Gil, á quien requirió le diesen
Volverse en Constantinopla ; digan etc.
Y BOCUMRNTOS. 341
3.Í0 ILUSTRACIONES
para escapar en la segunda fragata; y añade que estaban toifos
obediencia como i comisario general , y á los PP. redentores alegres y contentos viendo cuan prósperamente iba el negocio
que entonces aqui estaban que mostrase los dichos poderes si hasta aquel punto, en que no quedaban sino dos dias para efec­
los tenia, le dijo que no ¡os tenia, ni los mostró. tuar la partida , cuando este testigo supo por Cervantes que lo
a 3 lien, si saben tí han oido decir que para efetuar su ma­ sabia va un renegado del rey, que se dccia Cay han , quien
la intincion , pensando que con esto quitaría el crédito al dicho lo participó al rey ; habiendo sido después notorio haber­
Miguel de Cervantes.el dicho Juan Blanco de Paz se puso á to­ lo descubierto el cautivo del mismo rey Juan Blanco de taz,
mar algunas informaciones como comisario de! santo oficio, se­ que era tenido por fraile dominico , y á quien el rey agasajó
gún decía que era el susodicho, y particularmente contra algu­ con un un escudo de oro y una jarra de manteca : que cuando
nos contra quienes tenia odio y enemistad, especia) contra el se cebó el bando contra quien ocultase á Cervantes, todos supo­
dicho Miguel de Cervantes, inquiriendo de sus vidas y costum­ nían « que si el rey le Babia á las manos no escaparía con la vi­
bres : digan etc. da, ó por lo menos sin orejas y narices, por ser la condición del
a4 Iten, si saben ó han oido decir que porque el dicho Mi­ dicho rey tan cruel y el negocio ser para en la Berbería de mu­
guel de Cervantes no publicase en España la traición que el cho escándalo»: que presentado Cervantes de propia volunta,!
dicho doctor.luán Blanco de Paz habla hecho , procuró tomar, «el rey holgó muchode teuerlo eti su poder, creyendo saber
como se ha dicho, contra él información, por ponerle miedo, y dél toda la verdad del negocio y destruir á Onofre Exarque y
para esto andaba sobornando á algunos cristianos, prometién­ á Baltasar de Torres, mercaderes valencianos, que eran par-
doles dinero v otros favores, porque depusiesen contra el dicho ticipautes y consortes en la dicha buida’, pero el dicho Miguel
Miguel de Cervantes y contra otros, cuyos dichos tomó y escri­ de Cervantes, no haciendo caso de las crueles amenazas que
bió : digan etc. le hacían , ni las promesas que le prometía , jamas quiso
a5 Iten, si saben ó han oido decir quel dicho doctor Juan condenar á ninguno , guiando el negocio por tan buen ter­
Illanco en todo el tiempo que ha sido cativo en Argel, que será mino , dando tales salidas á las preguntas quel rey le hacia,
tres años y medio , ha sido hombre revoltoso , enemistado con que el dicho rey quedó confuso y satisfecho, sin poder ave­
todos, que nunca dijo misa en todo este tiempo , ni le han vis­ riguar la verdad , la cual él ya sabia por relación del dicho
to rezar horas canónicas, ni confesar, ni visitar ó consolar en­ Juan Blanco de l’az , y en esto mostró el dicho Miguel de
fermos cristianos, como lo acostumbran á hacer otros sacerdotes Cervantes grandísimo ánimo y discreción, resumieudo el nego­
cristianos : antes , siendo reprendido del mal ejemplo que cio en sí solo y en otros cuatro caballeros, los cuales y a estaban
daba de dos religiosos en el baño del rey , donde el susodicha eu libertad ; y este testigo tiene por cosajcierta que si el dicho
habitaba , á el uno de ellos dió un bofetón, y a el otro de coces, Miguel de Cervantes dijera Jo que sabia, que muchos caballe­
por donde dió grande escándalo , y le tuvieron en mala repu­ ros que estaban en el negocio, tejidos por sus patrones y amos
tación ; digan lo que saben, ü Miguel de Cervantes, por gente pobre, fueran descubiertos y vinieran á manos de
Azau-bajá, rey de dicho Argel, de quien no se rescataran sitio
Pava, exentar prolijidad se resumirá aqui la declaración de por precios escesivos, y fuera ¿esto los dichos mercaderes per­
cada testigo;? solo se insertará á la letra lo que por mas cir­ dieran sus haciendas y quedaran cautivos; y asimismo sabe
cunstanciado ó singular induzca á esta ticepcion. quel dicho Miguel de Cervantes estuvo preso eu la caree de los
iAlonso Aragonés, natural de Córdoba, contesta la ver­ moros cinco meses con mucho trabajo y cadenas, y de allí traí­
dad de todas las preguntas, y afirma especialmente : que cono­ do á una galera, donde estaba con dos cadenas y unos grillos.»
cía á Cervantes el tiempo como de cuatro años : qué la fragata Y asegura haber visto á Cervantes eu todo el tiempo de su cau­
de que hablan la 5.a, 6.", 7.a y 8? fue dos veces á Argel, y se tiverio «tratary conversar con ios mas principales cristianos, sa­
perdió en la segunda; y que los cristianos , ya cautivos, que cerdotes, letrados, religiosos, caballeros y capitanes y otros cria­
iban en ella, le dijeron que venían por Cervantes y sus compa­ dos de S. M.eon mucha familiaridad,procediendo en cosas castas
ñeros: que conoció al llamado el Dorador, por ctiya delación y honestas, regocijadas, de limpios y castos pensamientos..... y
fue preso Cervantes, y le conoció también cuando ya era moro: sabe que los redentores que aqui han venido á rescatar, asi agora
que indignado el rey Azan del proyecto de Cervantes mando como otras veces, por órden de S M., como el R, 1 .rr. Jotp« uc
echarle de entre sus esclavos cristianos y darle dos mil palos ; Olivar de la corona de Aragón, y el M. II, P.dc la corona i.e Cas-
pero que no' se los dieron por haber mediado empeños: que co-> tilla,quealpreseute agora está en el dicho Argel , le liaiihecbo mu­
Sació al renegado Girón, y le vió andar con Cervantes : que la cha merced,comunicando con él suscosasy teniéndolo a su mesa,
fragata cuya compra se hizo con los dineros que dió Onofró y haciéndole mucha amistad.»
Exarque, se puso en órden por dirección de Cervantes, que to­ 2.
° Diego Castellano, alférez y cautivo, natural de loledo:
do lo solicitaba, andaba ? procuraba como abtor de todo : futí Conocia á Cervantes desde 1870 : supo en Ñápeles que lo ha»
este testigo «w de los cautivos á quienes Cervantes convida
Y noCVMSNTOS. 348
34^ ILUSTRACIONES
bian cogido los turco« en la galera Sol; la cual ellos abando­ dos los que dicho tiene; pero las demas gentes de comunidad lo
naron, porque vieron acudir otras dos: fue uno de los convida­ quieren y aman y desean, por ser de su cosecha amigable y no­
dos para escapar en la fragata del renegado Girón; y el que ocul­ ble, y llano con todo el mundo.»
taba en cierta banda secreta á Cervantes cuando el rey mandó S.o Juan de Valcázar, natural de Málaga , compañero tam­
pregonarlo; de que el mismo testigo fue á darle aviso, y entonces bién de Cervantes en la casa de Dalí Mamt , y cautivo al mis­
Cervantes, por evitar mayor daño, y fiado de su buen ánimo mo tiempo que él en la galera Sol : conocíale seis años habia :
para no culpará nadie, sino á sí solo, por mas tormentos que le contesta á las mas de las preguntas, solo por haber oido lo que
diesen, emprendió presentarse al rey, valiéndose de la protección contienen , escepto á las 22.a y 24.a, de que nada sabia, porque
de un arraez, muy grande amigo del mismo rey, llamado Mal­ habia estado algún tiempo en Tetuan con su amo : afirma que
trapillo, que era renegado español: afirma que de lo poco que D. Juan de Austria , el duque de Sesa y los demas caballeros
Cervantes tenia socorría á cristianos pobres, ayudándoles á pa­ capitanes tenían á Cervantes en mucha reputación , y por muy
gar sus jornadas y pasar su vida: se bailó presente cuando el P. buen soldado y principal : que los cristianos que salieron con
redentor Fr. Juan Gil dijo al doctor Juan Blanco de Paz que él para Oran, según dice la 4.a pregunta, eran personas princi­
mostrase los despachos reales con que se suponía para ejercer pales , á quienes conoció Valcázar , « las cuales eran D. í ran­
alli de comisario del santo oficio, según habia requerido á los cheo de Metieses, capitán que fue en la (soleta por S. M. , y el
PP. redentores de España y Portugal. Dice, contestando la ver­ otro cunosció que se decia D. Beltran, y el alférez Ríos , y el
dad de la 34.“ pregunta, queel Juan Blanco de Paz fue á rogar al sargento Navarrete,y otro caballero que se derla Osorio , y
capitán sardo Domingo Lupino, cautivo alli á la sazón, «con otro hidalgo que se decia Castañeda, y otros muchos que por no
muchas mandas de ruegos y sobornos, y promesas de darle ó saber sus nombres no losespresa. » Supo en Tetuan la tentati­
hacerle dar libertad, y diez doblas, que ante todas cosas le dió va de Cervantes para libertarse á sí y á otros en la fragata com­
para sus necesidades, y mas le dijo, que no tuviese pena por prada por el renegado Girón , porque este mismo , que era su
verse pobre, que él le proveería de lo necesario, y que si él sa­ amigo y nada le reservaba, se lo dijo cuando por resulta de ello
bia quien le emprestase dineros que los buscase, que él saldría fue alli desterrado. Y dice , calificando la virtuosa y cristiana
por fiador.» Y está conteste en todo lo demas que comprende el conducta de Cervantes, « que hacia bien y limosnas á pobres
interrogatorio. cativos, sustentándoles de comer y pagándoles sus jornadas, pa­
3. “ Rodrigo de Chaves, natural de Badajoz, rescatado» la ra efeto de evitar-de que sus patrones no les maltratasen uo
sazón: conocia á Cervantes como de tres años antes: contesta la darles palos y otros malos tratamientos ;y que asimismo sabe y
certeza de todas las preguntas; y tratando de Juan Blanco de V¡do este testigo como á cinco muchachos , que eran renegados
Paz, de quien dice había sido amigo, afirma que este echaba la délos mas principales turcos de Argel , el dicho Miguel ele Cer­
culpa de su propio delito al doctor Domingo Becerra , y aun le vantes les animó y confortó , dándoles aviso j industria que
amenazó de abofetearlo, «porque él (le decia Blanco ) era el que yendo en viage en galeras con sus patrones para huirse en tier­
le había quitado la libertad á ély á los demas, lo cual paresció ra de cristianos, respeto que los dichos muchachos eran de ar­
después ser verdad queel dicho Juan Blanco era el que lo había ráez de galeras, como én especial fueron los dos dedos del capi­
manifestado á el dicho rey, y no el dicho doctor Becerra.» tán mayor de Argel ArnauteMaroí, y otros dos del patrón deste
4, ° Hernando de Vega, maestredaja, vecino de Cádiz, está testigo y del'dicho Cervantes, que era Dahmamí, que también
también conteste á todas jas preguntas: conocia á Cervantes es capitán por el gran turco, y los demas de particulares ; lo
desde que este entró alli cautivo; y dice de mas notable: que te­ cual si 110 fuera por el buen industria y ánimo del dicho Mi­
niéndole el patrón (que lo era de ambos) por persona de mucha guel de Cervantes que las dió , los dichos muchachos se estu­
'cuenta y reputación «lo trajo aherrojado y cargado de hierros y vieran todavía en Argel y fueran moros , y prosiguieran en su
con guardias, siendo vejado y molestado, todo á fin de que se mala inclinación, y suscedieran en los oficios de sus amos , por­
rescatase y le diese buen rescate, por salir de tenery pasar mala que los tales renegados privan mucho en esta tierra con los se­
y estrecha vida, como la suelea y acostumbran dar los moros y mejantes patrones; y no solamente hizo un solo bien el dicho
turcos á las semejantes personas quel dicho Miguel de Cervan­ Miguel de Cervantes en encaminarles que se volvieran á la ver­
tes-.» queelnegocio de la fragatafue cosa tan notoria, que en dadera fe de Jesucristo, que de antes tenían, mas evitó á que
Argel era asunto de conversación hasta déla gente principal: >10 permaneciesen en andar por la mar en coso , martirizando
que era Cervantes muy discreto, y de tan buenas propiedades á los cristianos que vogaban el remo, por hacerse bien querer
y costumbres que todos holgaban de tratar y comunicar con él, de sus patronesy amos........ ..y por esta causa el dicho Miguel
admitiéndole por amigo asi los PP. redentores como los demas de Cervantes meresce premio é galardón. »
cristianos caballeros, capitanes, religiosos, soldados; «y es tal "
6. Domingo Copino, capitán, natural de Cerueña: conocía
persona que no obstante ques querido, limado y estimado de to­ á Cervantes el tiempo como de cuatro años , que podría haber
y documentos. 2/r
344 ILUSTRACIONES
llegó ¿I allí cautivo de Constantinopla: conviene en todo el con-? tos, y están en un aposento, donde le hace mucha merced, en
lo cual este testigo halló padre y madre ,_ por ser nuevo en la
tenido dei interrogatorio: era uno de los que debían libertarse
en la fragata del licenciado Girón : celebra el buen nombre y tierra, » y esperaban ocasión de volverse juntos a España : que
el trato y conversación de Cervantes era con I3® personas mas
opinión que Cervantes tenia en Argel, especialmente desde la
acción generosa de disculpar á sus compañeros , echando sobre lustrosas y principales de la esclavitud ; y que e ■ r.
ú todo el cargo; por lo cual él y todos deseaban su trato y amis­ Gil, redentor de España, holgaba y tomaba contento de tratar y
tad, y tenia envidia á su virtud y honradez : y confirma iOu comunicarse con él, y lo sentaba á comer a su mesa, como suce­
bastante individualidad cuanto se dicede la delación, conducta día en aquel mismo dia.
y enemiga de Juan Illanco de Paz; quien trató de atraer á este ro.° El alférez Luis de Pedrosa , natural de Osuna , vecino
testigo , ofreciéndole dones y protección , y visitándole diaria­ de Marbella: habia dos años que llegó cautivo á Argel, y este era
mente en el calabozo eu que estaba cargado de cadenas para que el tiempo que conocia á Cervantes : conviene en todo el con te­
depusiese contra Cervantes en las informaciones que emprendió nido de las preguntas, parte de ello por saberlo como tan noto­
rio, y lo demas como testigo presencial: mas dice especíatele -
recibir para desacreditarle , y de que hizo el mismo Lopino por te , que Cervantes era nieto de Juan de Cerrantes ^corregido
disuadirle y apartarlo. que fue de Osuna por nombramiento del conde de Drena, pa
7.0 Fernando de Vega , natural de Toledo : conocía á Cer­
vantes desde 1578, en que entró cautivo en Argel: no v¡ó lo que del duque que entonces era de Chuna, atendiendo a suS méritos,
# contienen las primeras preguntas; pero lo sabia por notoriedad, pues fue tenido y estimado en aquella villa por un principa y
y especialmente el lance de la primera fragata y de la cueva lo honrado caballero; lo que sabia sin género de duda, porque su
padre (de Pedrosa) había sido muy amigo del corregidor . que
oyó referir al sargento Yepesy á Martínez , esclavos antiguos y
ya en libertad ; y afirma todo lo demas, como testigo ocular y cuando Cervantes proyectaba lo de la segunda fragata, an es
Ï'iorque fue uno de los que se habían escondido para escapar en tratarlo con Exarque ni con el renegado Girón, se informó reser­
vadamente del propio Pedrosa sobre la conducta del segundo ,
a fragata del renegado Girón.
8.° Cristóbal de Villaion , natural de Valbuena , cerca de por ser su paisauo y de una misma tierra ; y le aseguro que po­
Valladolid : conocía á Cervantes desde i5y6, en que volvió él á día fiarse ele él : que frustrado este negocio , Cervantes, y a pre­
sentado al rey , envió á decir secretamente a este testigo ( como
Argel , porque estaba con su amo en Ténez , de donde este era uno de los cómplices ) que ni él ni los demas temiesen, pues: te­
gobernador : supo lo que refieren las primeras preguntas , y lo
tenia por ciertoy seguro, como muy notorio: declara que seha­ nia bastante valor para escusar á todos, y que asi o avlSab
mano en mano á cada uno, para que echasen la culpa ^mpre
bia frustrado el proyecto de la primera fragata porque cuando áél; habiendo eludido Cervantes tan discretamente los cargos
llegó al punto acordado vieron de ella una barca de pescadores,
que el fiero rey le hacia , que cobro granfama, loa y honra, y
que teniéndola por otra cosa de mas peligro, intimidó ala gen­ corona, y era digno de grande premio: que aunque hab.a otros
te y se retiró: fue uno de los que debían huiren la segunda fra­ no menos buenos caballeros, Cervantes sobresalía en hacer
gata; confirma cuanto , según el interrogatorio, sucedió en este bien á los cautivos y en casos de honor , pues en estremo tiene
iiegocio; y á él dijo Cervantes cuando iba á presentarse al rey, especial gracia en todo , porque es tan discreto y .a‘"s^ due
que 110 se escondiese ni tuviese miedo , pues á todos defendería, pocos hay que le lleguen. Y atestiguando la delación hecha 1
y á sí no mas echaría la culpa. rey por Juan Blanco de Paz, dice: que por ser Cervantes el cau­
g." D, Diego de Benavides , natural de la ciudad de Baeza:
presentólo Cervantes para que declarase lo que sabia sobre las dillo y autor del hecho , quejábase y clamaba con razón coatí a
Blanco mas que todos los demas, « porque lo sintió por estre­
preguntas i.°, 3.a, 19.a, 20.a, y 25.a, por no haber mas quo mo , como era razón mentirlo , porque había trabajado mucho
como dos meses que había llegado de Constantinopla para res­
catarse, como ya á la sazón lo estaba. Contestando ser cierto el en ello en buscar muchas personas principales que entras®“;1
contenido de ellas , dice : que asi que consiguió su libertad pre­ ello como buscaba y entraban, demas de otras gentes comunes
guntó á otros cristianos « qué caballeros habia en Argel, perso­ hombres de hecho , que tenia prevenidas para el remo , toaos
nas principales, con quien se pudiese comunicar , é le respon­ los cuales gemian é se afortunaban con grandes sospiros contra
dieron que principalmente estaba uno muy cabal, noble y vir­ el dicho Juan Blanco de Paz. »
u.° Fr. Feliciano Enriquez, natural de la villa de lepes, en
tuoso, y era de muy buena condición , y amigo de otros caba­
el reino de Toledo, religioso carmelita: conocía a Cervantes des­
lleros , lo cual se dijo por el dicho Miguel de Cervantes ; y asi de que este entró allí cautivo: conviene en todo el contenido
este testigo lo buscó y procuró, y hallado luego, el dicho Mi­ del interrogatorio, con solo la escepcion de no sabei que Juan
guel de Cervantes, usando de sus buenos términos, se leofresció
con su posada, ropa y dineros que él tuviese, y asi lo llevó con­ Blanco de Paz efectuase la recepción de informaciones contra
sigo , y lo tiene en su compañía , donde comen de presente jun-. Cervantes y otros ; aunque aquel le preguntó un día »1 Sa-
V DOCUMENTOS. 347
346 ILUSTRACIONES
bia de algunas personas que tuviesen vicios, puraque lo jurase, en el testimonio )......... y verdad que no dirian mentira, y si tal
pues debía averiguarlo como comisario del santo olido : ospone en sus obras y costumbres no fuera , ni fuera por tal tenido y
ademas , que fue cómplice en el proyecto de la segunda fragata; reputado por todos, y o no le admitiera en mi eonversacmny fa­
díó dineros para su habilitación, y'estuvo preso con el renega­ miliaridad; y porque lodo lo arriba d.chopasa ansí y de verdad,
do Girón y con Cervantes : que fue algún tiempo enemigo de firmé de mi mano en Argel á veinte y dos de octubre de mil q
este por haber oido cosas feas de él á una persona; pero sabiendo nientos ochenta, v va sellado del sello de que usa en las cosas
despuesjjue todo era calumnia, se hizo muy amigo suyo, como de la redención. = Fr. Joan Gil, redentor de captivos.
lo eran todos los demas cautivos, quienes envidiaban su hidal­ ( + Lugar del sello ).
go proceder, cristiano y honesto y virtuoso. Yo el Dr. Antonio de Sosa , captivo al presente en este Arge ,
Hállase á continuación una providencia en que el P. reden­ doy fe y testimonio verdadero á todos los que leeren o veeren
tor Gil manda dar á Cervantes , según él pedia , un testimonio esta cédula y rellacion , firmada de mi nombre , como yo he
de la precedente información , en la cual el mismo padre inter­ yisto v leído estos artículos arriba escritos, que Miguel de Cer­
ponía su autoridad ¡ y seguidamente las certificaciones de este vantes presentó al M. R.Sr. P. Fr.Juan Gil, redentor de ios cap­
tenor; tivos por S. M.; y pues por causa Je mi continuo y estrecho en­
cerramiento en que mi patrón me tiene en cadenas no íe j o i
Yo Fr. Juan Gil, de la órden de la Santísima Trinidad, y re­ dar mi testimonio y deposición sobre cada uno e os, lie aq
dentor de los captivos de España, estante en este Argel por man­ lo que en mi consciencia entiendo y sé dellos desta manera:
dado de S. M. y su Real consejo, por esta firmada de mí nom­ i.° Y cuanto al primer artículo, yo no soy deudo ni parien­
bre doy fe y verdadero testimonio á todos los que leyeren ó vie­ te del dicho Miguel de Cervantes,y cuanto á lo demas conteni­
ren, ó les fueren presentados estos testigos y testimonios arriba do en este artículo es verdad que todo el tiempo que ha que es­
escritos, sacados dei propio original fiel y verdaderamente, y fir­ toy captivo en este Argel , que son tres años y oc o meses, o
mados al cabo y aprobados por Pedro de Ribera , escribano y conozco , y he comunicado y tractado muy a menú o y am
notario entre cristianos en este Argel: primeramente que yo co­ a.° Cuanto al segundo artículo sé que es verdad lo conteni­
nozco á todos los testigos que en esta información han hecho
su deposición y dado sus testimonios, firmados desús nombres, do en él, porque es notorio y lo entendí de muchas personas
que con el mismo Miguel de Cervantes captivaron jun amen .
los cuales son de los principales y mas calificados cristianos que 4 3.° Cuanto al tercer artículo sé que es verdad lo conten do
hay en este Argel, personas de honra y de verdad , y por tales
tenidos y habidos de todos , y que sus testimonios no dirian si­ en él, porque le he visto siempre ser tracta o y repula o e o
dos por tal, y en sus obras y costumbres no he visto o notado
no la verdad en todo lo que han dicho y jurado. Lten mas, doy
también fe y testimonio que Pedro de Ribera , estante en este cosa en contrario alguna , antes be visto muchas en que mus
Argel , es ordinario escribano entre todos los cristianos, ansí traba ser tal como en este artículo se dice. ..
4-° Cuanto al cuarto artículo sé que es verdad lo contenido
mercaderes , como otros libres y captivos , y ha muchos años
que usa el dicho oficio de escribano público y notario apostólico, en él, porque demas de se me quejar el dicho Miguel de ^van-
y á sus actos y escripturas, aqui y en tierra de cristianos, se da tes muchas veces de que su patrón le hubiese eni
entera fe, y se tieneu por firmes y valiosos, y ansi la misma fe grande opinión, que piensaba ser de los mas pim >p»
se debe dar á este traslado y copia de testimonio que él sacó ó caballeros de España, y que por eso le maltractaba con mas Ir -
mandó sacar del propio original , y que van autenticados y fir­ bajos v cadenas y encerrainento; lo mismo también he oi<loi mu­
mados de su firma , y señal de público escribano , que es la que chas veces decir, y á muchos que lo sabían y ha ian vi
sus ojos; y de la misma manera sé lo demas contenidoen el di-
está arriba; y al propio original que yo mismo he visto y leido,
que conforma en todo á este traslado y copia , queda en poder ello artículo, y de como procuró dar libertad de aque
del mismo Pedro Púbera , escribano. Iten , de la misma manera á los dichos cristianos , porque era cuando yo captive muy
torio, y lo oí decir á personas que no dirian sinovei . a • .,
doy fe y testimonio que dende el tiempo que estoy en este Ar­ S.o JCuanto al quinto artículo digo , que todo o contenido
gel haciendo la redención por mandado de S. M., que son seis
meses , he tratado y conversado y comunicado particular y fa­ eu el dicho artículo pasa ni mas ni menos en la verdad como en
miliarmente al dicho Miguel de Cervantes, en cuyo favor se hizo él se dice, porque yo fui uno de los con quien el dicho M gu
de Cervantes comunicó muchas veces , y en mucho secreto, el
esta información, y le conozco por muy honrado, que ha servi­
do muchos años á S. M.; y particularmente en este su captiverio dicho negocio , y que para el mismo negocio fui muchas veces
ha hecho cosas por donde meresce que S. M. le haga mucha dél convidado y exhortado ; y no se hizo cosa en el tal negocio
merced, como mas largamente consta por los testigos arriba es- que particularmente no se me diese dello parte , y cierto que se
criptos y or.......... ......... {faltan d la hoja como cuatro dedos, debe mucho al dicho Miguel de Cervantes , porque lo trato con
348 ILUSTRACIONES V DOCUMBNTOS. 349
mucha cristiandad , prudencia y diligencia, y merece te le baga y otras cosas sagradas, que temía que,los turcos, que el rey en­
toda merced. viase á su casa á prenderle, no se las tomasen y profanasen.
6. ° Cuanto al sexto artículo, sé que es verdad lo contenido 11. Cuanto á undécimo artículo, todo lo contenido en él
en él,y,de la manera queen éldice,porque,como tengo dicho de es verdad, porque ansi fue fama publica, y lo 01 decir á
antes en el otro artículo , el dicho Miguel de Cervantes cuando muchas personas que me lo vinieron deciry contará mi aposen­
enviaba á la cueva los cristianos , me avisaba luego de todo , y to y cadenas.
daba parte de su cuidado y diligencias que hacia , y cómo los AS. Cuanto al duodécimo artículo, lo contenido en el es
proveiay enviaba very proveery visitar,imporluuáudornemu­ verdad , porque también, como lo arriba dicho, fue muy públi­
chas veces que yo también me encerrase con los demas en la di­ co y notorio, y lo supe luego de personas que lo sabían y vieron
cha cueva: y el día que se fue él encerrar en ella se vino despe­ en palos al dicho moro.
dir de mí; y es muy gran verdad que se puso á manifiesto peli­ 13 Cuanto al decimotercia artículo,sé que todo y cada cosa
gro de una muy cruel muerte, cual estos turcos suelen dar ¿los contenido en el dicho artículo es verdad, porque el dicho M iguel
que hallan en semejantes tractos y negocios, de Cervantes comunicó muchas veces el negocio conmigo, dándo­
7. ° Cuanto al séptimo artículo, es verdad lo contenido en él, me rellacion de lo que hacia y ordenaba,y como después lo te­
porque demas de ser muy notorio , yo mismo hablé después y nia ordenado y á punto, y me convidó á ser uno de los que en
lo supe de marineros que con la misma fragata vinieron , que la dicha fragata habían de ir, y ansi no se tractó cosa sobre este
captivaron después,y rae contaron por estenso como vinieron negocio que él y los dichos mercaderes no tractasen y comuni­
dos veces, y la causa de su temor, y como por poco no se efec­ casen conmigo y tomasen mi parecer y consejo sobre ello.
tuó una cosa de tanta honra y servicio de Dios. 14. Cuanto al decimocuarto artículo, sé de cierto que todo
8. “ Cuanto al octavo artículo, sé que es verdad lo contenido lo contenido en él pasa en la verdad, porque como tengo dicho
en él, porque fue cosa muy notoria y pública por todo Argel, yo fui uno de los que el dicho Miguel de Cervantes avisó, y que
y el mismo dia y hora que el dicho Dorador hizo tan grande estaba ya aparejado para con él ir en la dicha fragata y con
maldad, pensando él que yo también esperaba por aquella fra­ otros muchos caballeros, sacerdotes y letrados y criados de
gata pasar en ella, se vino a' casa de mi patrón y á mi aposento, S. M. , y cuasi toda la flor de los cristianos que entonces había
y comenzó con fingidas y colocadas palabras á escusarse no le en Argel, y vuelvo á decir que se debe muy mucho al^valor del
pusiesen la culpa de aquella traición, y sé que ansí como él pro­ dicho Cervantes.
metió al rey hacerse moro se hizo después, y vivió moro tres 15. Cuanto al décimoquinto artículo, es verdad lo contenido
años, hasta que murió en el mismo dia que descubrió este ne­ en él, porque fue cosa muy notoria y manifiesta que lo descu­
gocio al Rey Azan, que fue el dia de San Gerónimo, postrero brieron al dicho rey Azan, y se murmuró por todo Argel, y
de setiembre, y sé también que es verdad que el dicho rey envió entre lodos los cristianos se afirmaba que Juan Blanco de Paz
los turcos y moros á pie y á caballo á prender al dicho Miguel lo había dicho á Cajuan,f renegado del rey, y que después él eu
de Cervantes y sus compañeros, como en el dicho artículo se persona lo ratificara y confirmara delante dei rey , por lo cual el
dice, porque fue cosa muy pública y muy notoria en este Ar­ dicho Juan Blanco de Paz era muy odiado y malquisto de todos,
gel. y hubo cristianos que me dijeron que estaban para le dar de pu­
gí’ Cuanto al noveno artículo, sé que es verdad lo conteni­ ñaladas por haber hecho tal cosa, á los cuales yo rogué y per­
do en él, porque lo he oido decir á los que se hallaron allí pre­ suadí se dejasen de tales pensamientos y de hacera unisacerdote
sentes entonces y estaban escondidos en la dicha cueva, y vi­ cosa tan horrenda como inatarle y darle de puñaladas; y en efec­
nieron con el dicho Miguel de Cervantes presos, y ansi se vido to el dicho Juan Blanco tenia por enemigos á todosdos que en­
por esperiencia que á solo Miguel de Cervantes maniataron los traban en este negocio y erandél participantes, nobles hablan­
turcos por mandado del rey , y solo él se cargaba toda la do y huyendo dellos, y particularmente entendí que tenia mas
culpa, y sin duda él escapó de una buena, porque pensamos enemistad con los dichos mercaderes que dieron el dinero para
todos le mandase matar el rey. comprar y aparejar la fragata, como de la boca de los* mismos
10. Cuanto al décimo artículo, sé que fue ansi como en él mercaderes lo oí y entendí muchas veces, y también la tenia
se dice todo verdad, porque fue cosa notoria y pública en Argel, particular.} con el dicho Cervantes, á quien luego quitó la habla
y lo he oido contar y decir algunas veces á quien lo sabia, y y conversación, y Miguel de Cervantes también á él le lema
particularmente sé que desta manera fue libre de grandísimo gran temor, y con razón que le viniese de aquello algún grart
peligro de la vida el M. R.P. I*’r. George Olivar, comendador de la mal y pérdida de la vida.
Merced de la ciudad de Valencia, el cual aquella misma mañana 16. Cuanto al décimosexto, es verdad lo contenido en el di­
me envió á mí luego avisar del temor en que estaba, y que le cho artículo, porque el dicho Onofre Xarque< me comunico
guardase una casulla, piedra de ara y un retablo y corporal»4» esta su intención de enviar al dicho Cervantes a España, y me
35o ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 35r

pareció que acertaba en ello, aunque el dicho Miguel de Cer­ ñero el P. Fr. Antonio de lajHella, y á Jos PP< Teatinos de Por­
vantes no lo quiso aceptar, y de lo demas contenido en este ca- tugal que entonces áqui se hallaban redimiendo captivos, que
pít ulo fue también entonces pública fama y voz como de cosa le diesen obediencia y reconociesen por tal, y les hizo á todos
notoria. hacer deso sus actos, firmados de todos, y también á mí me re­
17. Cuanto al decimoséptimo artículo, sé ser verdad lo con­ quirió, dia del apóstol Santiago, estando yo en mi aposen­
tenido en él, porque ansi fue público y notorio, y lo entendí de to, do entró con licencia de mi patrón, que le diese tam­
personas que tenian á cargo saber ¡o que pasaba con el rey el di­ bién la mistma obediencia;y demandándole yo me mostrase con
cho Miguel de Cervantes por respecto del temor en que estaban qué poderes era él comisario del santo oficio, me dijo que no los
muy muchos cristianos no fuesen ellos descubieitos y el rey ios tenia aqui, y yo le repliqué que pues 110 me los mostraba ni me
mandase malar ó lomar por esclavos; y ansi fue cosa muy mani­ constaba por otra vía legítima que él fuese comisariojdel santo ofi­
fiesta cómo se defendió el dicho Miguel de Cervantes, y cómo el cio , se fuese en buen hora y no me tractase deso ; antes
rey no pudo saber dél cómo pasaba aquel negocio, y cómo el rey le requerí de iparte de ¡Dios y de S. M.i, yqdel santo oficio ,
le mandó meter en cadenas en la cárcel, y le tuvo allí muchos me­ que mirase lo que hacia y cómo usaba de poderes de comisario
ses; y cierto le llevara á Constantinopla y nunca tuviera libertad, del santo oficio tomando informaciones y dando' juramentos, por­
si el M. R. Sr. P. Fr. Juan Gil, redentor de los captivos y déla or­ que podían suceder grandes escándalos, y'que aguardase primero
den de la Santísima Trinidad, el diá mismo queel mismorey Azan qué orden le darían para ello los señores del santo oficio; y lo mis­
se partió para Constantinopla, que l’ueá los diez y nueve de se­ mo sé que le riquirió después el Sr. P. Fr. Juan Gil,redentor de
tiembre, no le rescatara en quinientos escudos de oro. España, y que le mostrase los poderes que tema , y él tío los
18. Cuanto al décimooctavo artículo, es verdad lo contenido mostró, y dijo no los tener. Con todo he sabido después que el
en el dicho artículo, porque lo he ansi oído decir á muchos, dicho Juan Blanco, usando todavía de oficio de comisario del
que se confesaba y comulgaba y oia sus misas, y hacia bien á santo oficio, habla tomado muchas informaciones contra muchas
cristianos, y exhortaba los pusilánimes y flacosy tibios; y en la personas , y particularmente contra los que tenia por enemigos,
cou versación estrecha qüe con el dicho Miguel de Cervantes he y como contra el dicho Miguel de Cervantes, con el cual tenia
tenido todos estos tres años y ocho meses, siempre noté en él enemistad.
costumbres y señales de muy buen cristiano, y sé que se ocupré- 23. Cuanto al artículo veinte y tres, es verdad lo contenido
ba muchas veces eu componer versos en alabanza de nuestro en él, y lo sé porque ansi lo entendí de muchos cristianos, los
Señor y de su bendita Madre, y del Santísimo Sacramento, y cuales dichos estaban y están muy escandalizados del dicho
otras cosas sanctas y devotas, algunas délas cuales comunicó Juan Blanco, y oí decir áalgunos que decia el dicho Juan Blan­
particularmente conmigo y me las envió que las viese. co que tomaba aquellas informaciones y contra aquellas perso­
1 g. Cuanto al décimonono artículo, es verdad todo lo conte­ nas, como era el dicho Miguel de Cervantes, porque los tenia
nido en él, y de lajmanera que en él se dice, porque parte por enemigos, y porque si ellas en España dijesen aél’algo, sus
lo he visto con mis ojos, y parle de los mismos principales testimonios y dichos no fuesen valiosos m,creídos.
cristianos y de los redentores lo he oido , que lo tractaban y 24. Cuanto al artículo veinte y cuatro, digo lo mismo que
tenian por amigo, y tenian en su casa algunos de ellos y ponian en el artículo veinte y tres, y que ansi lo he oido decir y plati­
á su tabla. car á muchos en este Argel comoy de la manera que en el dicho
20. Cuanto al veinte artículo, es verdad lo contenido en él, artículo veinte y cuatro se dicey se contiene.
y en tres años y ocho meses que ha que converso al dicho Mi­ 25. Cuanto al artículo veinte y cinco, por estar de continuo
guel de Cervantes no he notado ó visto en éJ, ni vicio, ni cosa encerrado en esta casa oscura y cargado de cadenas, 110 sé lo
de escándalo, y si tal no fuera, yo tampoco no le tractara ni co­ contenido en este capítulo ó artículo, mas de que lo he ansi oido
municara, siendo cosa muy notoria|que es de in¡ condición y decir á algunos cristianos.
tracto no conversar sino con hombres y ¡personas .de virtud y Ea cual rellacion y deposicion'mia en la forma y manera que
bondad. Arriba tengo dicho, pasa en la verdad, y como tal lo afirmo y
21. Cuanto “al veinte y un artículo, lo contenido en él he juro, y quiero se dé fe y verdadero crédito , y por. tal lo firmo
oido decir y afirmar á algunas personas dignas de fe, y tengo de mi mano en Argel á veinte y uno de octubre de mil
para mí ser verdad ansi. como en él sé dice. quinientos ochen ta.z±Pedro de Ribera, notario apostólico.
2a. Cuanto al veinte y dos artículo, sé que es verdad que el Sosa.
dichoJuan Blanco de Paz este mes de julio pasado y el de agosto U>go yo Fr. Juan Gil, de la órden’de la Santísima 1 rinidad,
se hacia y publicaba en este Argel por comisario del santo ofi­ y redentor de captivos por S. M. en este Argel, queyo conozco al
cio, y como tal requirió al M. R. P. Fr. Juan Gil, del orden de Antonio de Sosa, al presente captivo en este Argel, por­
la Santísima Trinidad* redentor de los captivos,y á su compa­ que familiarmente le tracto y converso todo el tiempo que lia que
35a ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 353
estoy en Argel, y sé que es de tanta honra y tal cualidad , que comparación que haremos de los sucesos de ambos, prueba rí
en todo lo arriba dicho no diría sino la pura verdad, como quien que este no era aquel personage, y asi lo manifiesta el mismo ca­
es, y esta escriptura es de su propia ruano, esta tirina arriba pitán cautivo cuando contando su historia habla con evidente
puesta es la suya propia; en testimonio de lo cual firmé aqui de distinción de lo ocurrido á un soldado español llamado tal de
mi mano hoy veinte y dos de octubre de mil quinientos ochen­ Saavedra , según liemos visto en el§. 41 la parte primeia.
ta en Argel.Fr. Joan Gil: Redentor de captivos. Bien conoció Mayans esta diferencia de personas y sucesos, y
( f Lugar del sello. ) aun Pellicer hizo un paralelo que no deja efugio á la perpleji­
dad 2'6. En efecto, es tal el artificio y la frecuencia cón que
El Sr. Cean concluye la copia cielos precedentes documen­ Cervantes mezcla sus lances con los de otros compañeros ó co­
tos con el siguiente certificado. nocidos suyos, que es preciso estar muy versado en la lectura
«De ser esta copia exacta y cumplida; de estar conforme con de sus obras y en la historia de su tiempo para discernir en ellas
su original, por haberse cotejado con él , letra por letra; de lo verdadero de lo figurado. . ,
quedar el original en el archivo general deíndias formando un 95 Con documentos tan apreciables , y con las informacio­
solo legajo con este título: Simancas.—Papeles curiosos, per­ nes halladas en el archivo de Indias de Sevilla , son y a los he­
tenecientes á Miguel de Cerrantes Saavedra.—Afio mil qui­ chos de Cervantes , durante su esclavitud; los mejor comproba­
nientos noventa, para colocarle con otros preciosos, escogidos é dos de su vida , asi como los mas curiosos é interesantes que
interesantes, en los dos estantes ó armarios que están en la sala puede presentar Id particular de los hombres. Esta autentici­
llamada del Patronato; y de haberse remitido esta misma copia dad deberla dispensarnos de entraren nuevas ilustraciones y
al Excmo. Sr. D. Pedro Cevallos en este dia mes y año, para pruebas , si todos los hechos tuviesen la éstension y chindad
queS. E. se sirva mandar pasarla á la Real academia Española, Conveniente para no aparecer á veces contradictorios, osemos ó
certifica y da fe, en la forma que puede, el comisionado, que la diminutos , y si para dar razón de la preferencia de nuestras
hizo sacar en virtud de la real órden referida en el principio. E opiniones no fuese indispensable entrar en el examen de Líci­
por ser verdad lo firma de su nombre en Sevilla á nueve de mar­ tos incidentes que , ilustrando algunos sucesos de aquel siglo,
eo de mil ochocientos ocho.“Juan Agustín Cean Bermudez.» realzan el mérito de las empresas y de la conducta de nnrstio
tscritor en su cautiverio.
OBSERVACIONES SOBRE El. CAUTIVERIO DE CERVANTES ( §§. «4 gfi Como la autoridad de la' Historia y topdgraj'.a de Argel
al 58). és uno de los fundamentos de esta parte tan principal de nues­
tras aserciones , será bien que anticipemos alguna noticia de su
q4 Ten escasas eran las noticias que se tenían del cauti­ autor y de Jos ausilios y materiales con que entretejió su obra.
verio de Cervantes hasta mediados del siglo anterior, que Don' El primero ó principal que la compuso fue D. Diego de Haedo,
Gregorio Mayans confesó ingenuamente su absoluta ignoran­ ñaturai del valle de Carranza, de familia muy noble, inquisidor .
cia en este, punto diciendo.- Después (de la batalla naval) no sí de Aragón , Cataluña y Valencia, obispo de Agrigento , y últi­
cómo ni cuándo le apresaron, los moros y le llevaron d Ar­ mamente arzobispo de Palermo , en cuya dignidad permaneció
gel 211; siendo muy singular que aquel erudito bibliotecario, tan desde el año i58g hasta el 1608 en'que falleció á los 86 de
versado en la lectura de nuestros antiguos libros , no hubiese edad «1. Llevó consigo á Palermo un sobrino llamado tam-r
tropezado con cuanto el P. Haedo y Mendez de Silva refieren bien Diego de Haedo , moñge benedictino profeso en San Beni­
de los sucesos que ignoraba 21í. Mas feliz el P.M. Fr. Martirt to ¿i Real de Val lado lid, que después fue abad de 1’ rómista, 110
Sarmiento cuando leyó por primera vez en iy5a la Historia de habiendo logrado suceder al tio en el arzobispado , como este lo
Argel del mismo P. Haedo 2‘3,se encontró casualmente en el intentó nombrándole por su coadjutor 3lS. Procuró el arzobis­
fol. 185 del Diálogo de los Mártires con la relación que hace po, durante su residencia en Sicilia , informarse de los trabajos
el Dr. Sosa , como testigo ocular , de las aventuras y aconteci­ que padecían los cautivos cristianos en Argel por los que vol­
mientos de Cervantes en Argel: cuya noticia tuvo luego may or vían rescatadosá aquella isla , perteneciente entonces a los Re­
apoyo é ilustración con las partidas de rescate que á instancia yes de España :y en especial por medio del Dr. Antonio de bo-
de D. Vicente de lo^Rios se hallaron en el archivo dé la reden­ sa, del capitán Gerónimo Ramirez a'9, del caballero banjuanis-
ción general2'4. Por ellas se vino en conocimiento del dia y ta Antonio González de Torres 21°, que como interlocutores in­
año en que fue cautivado Cervantes , y por quién, y cuál era trodujo en sus diálogos, donde refieren todos los sucesos de que
Ja embarcación en que venia á España': circunstancias que com­ fueron testigos y ocurrieron en los años que permanecieron
binadas con las que refiere Haedo disiparon las sospechas ó la Cautivos en Argel al misino tiempo que Cervantes. Dispuesta Ja
opinión de los que como el P. Sarmiento 215 creian que el héroe óbra con tan legítimos materiales , y con el candor y veracidad
de la novela del Cautivo era el mismo Cervantes. La sencill* propias' del carácter del arzobispo , la entregó este , aunque en
354 ilustraciones y documentos. 355
borrador, á su sobrino, que ¡miándola y dándola la ú'inna ma­ garon á Ñapóles, donde á la sazón se hallaba el deponente.
no solicitó licencia para su impresión del general de la órden a Juan de Valeázar,que fue cautivado al mismo tiempo que Cer­
fines de 1604 : firmó su dedicatoria en bromista á 25 de diciem­ vantes, parece que se conforma mas cotí la declaración ae Vega.
bre de i6o5: la aprobó por comisión del consejo el cronista An­ 98 Por el modo de esplicarse de estos testigos aparece tam­
tonio de Herrera en Madrid á 1« de octubre de 1608 : concedió bién que para rendir los turcos la galera el Sol combatieron cou
el Rey el privilegio en el Pardo a i8de febrero de ifiiojy final­ ella, como era regular, trayendo militares tan distinguidos co­
mente se imprimió en Valladolid por Diego Fernandez de Cór­ mo Carrillo de Quesada y otros ; pero la certificación del du­
doba, y se publicó en 1612 en un tomo en folio. Como el padre que de Sesa lo manifiesta con mayor claridad én estos términos:
Haedo hacia las diligencias para imprimirla en Valladolid en les habiéndose embarcado (Cervantes ) en la galera Sol,fue pre­
años 1604 y i6o5 , cuando precisamente residía Cervantes allí so de tur eos y llevado d Argel, donde al presente está esclavo
y publicaba su primera parte del Quijote , y en ella la Novela habiendo peleado antes que le cautivasen muy bien y cumplido
del Cautivo , infiere con mucha probabilidad el M. Sarmiento con lo que debía 22!i.' Esto prueba que no solo se defendió la ga­
que noticiosos recíprocamente ambos escritores de sus respec­ lera , sino que Cervantes peleó valerosamente en esta ocasión,
tivos trabajos, y viendo Haedo comprobada en la espresada no­ cumpliendo con su obligación de finen soldado. Cuando en el
vela la relación del De. Sosa , que él insertaba, era natural que fifi. V de la Calatea y en otras obras suyas 227 se leen comba­
la comunicase con Cervantes , deseoso de que la aprobación y tes y apresamientos pintados con tanta propiedad , se persuade
anuencia de este calificase ¡a verdad de los sucesos estraordina- cualquiera fácilmente de que en tales descripciones trasladó es­
rios que se referian tocantes á su persona: conjetura que intenta­ tos lances verdaderos de que fue testigo, y aun actor tan señala­
ba apoyar con la tradición que hemos citado en el §. 112 déla pai­ do y principal.
te I s2!. De todos modos es indisputable que la Historia de Argel gq D. Vicente dé los Rios aseguró en el núm. 12 de la Vida
se publicó cuatro años antes que muriese Cervantes, y que tra ­ de nuestro escritor que fue cautivado el dia 26 de setiembre por
tándose en ella de su cautiverio, empresas y trabajos de que hizo el famoso corsario Arnaute Mamí, capitán de la mar de Ar­
siempre tanto caudal, es moralmente imposible que no la leye­ gel , á quien cupo en suerte en la división de las presas. Pero1
se y examinase , autorizando la certidumbre de su narración ésto no aconteció asi, porque quien principalmente cautivó á
con su tácito consentimiento. Cervantes y tomó su galera y le tuvo por su esclavo fue el ar­
97 Nada habla Haedo de cómo, cuándo y por quién lúe ráez Ali Mamí ó Dalimamf, renegado griego, que tenia una ga­
cautivado Cervantes ; y la partida de rescate solo dijo : que leota de veinte y dos bancos,y de quien hablan muchas voces
cautivo en la gatera del Sol yendo de Rapóles a España...... él P. Haedo y él P. Pedro Dan en su Historia de Berbería 22fi,
à 26 de setiembre del año de 1575 El alférez Diego de Cas­ distinguiéndole siempre de Manís Arnaut, ó Arnaute Mamí, capi­
tellano declaró en 158o que Cervantes se perdió en la galera de tán de la mar, renegado albanes y dueño de otra galeota de
España llamada del Sol , que. los turros ya tuvieron rendida,y igual fuerza. Dalí Mamí era también conocido con el nombre
después porque vieron venir otras dos la dejaron : y esto sabe del Cojo 229, porqué lo era ; residía ya en Argel en i56y, donde
porque este testigo estaba en Ñapóles cuando el dicho Miguel de áe hallaba casado, y cuando Azan Bajá partió de Constantinopla
Cervantes partió en la dicha galera para, ir en España^ ) lu' ~ á i5 de mayó de 1577 para ser rey de Argel traía siete bajeles,
go se publicó esta nueva 22i. Hernando de la Vega , otro.de los uno de los cuales érala galeota de Dalí Mamí, que venia provis­
testigos, dice : que al tiempo que tomaron los turcos la galera to entonces por capitán de la mary cabeza de los corsarios .
del Sol........ donde venia el dicho Miguel de Cervantes. Esto prueba que cuando cautivó á Cervantes en i575 era sim­
dicha galera fue traída para Argel, donde este testigola vido plemente arraez de su propio buque. Por él contrario, Arnaute
■d ella ya la dicha gente , porque el patrón de este testigo, qif Mamí tenia ya el cargo de capitán de la mar en tiempo de Arab
es id propio del dicho Miguel de Cervantes, fue el que se hallo Amat, que gobernó á Argel desde marzo de i572 hasta mayo de
■ en rendir y tomar la dicha galera, por donde le consta todo lo i574 ,v habiéndole privado este Bajá de aquel empleo fue á
que dicho tiene 22í. Nótase en estas declaraciones alguna con- Constantinopla con su galeota para quejarse ai Sultán. Depues­
tradicion , porque en la primera se dice que teniendo ya rendio» to del mando Arab Amat, y nombrado para sucedcrle Rabadan,
los turcos á la galera el Sol, la dejaron porque vieron venir otra» que vivía retirado en el reino de Túnez ; Arnaute Mamí, resta­
dos , suceso que tiene alguna semejanza con el que refiere en ■ blecido ya en su dignidad , fue á ganar las albricias del nuevo
Persilesim cautivo fingido y en ¡asegunda se asegura que rey, y se restituyó á Argel á fines de mayo de i574, habiendo
la llevaron á Argel, donde la vió el mismo que declara. Esta ul­ sido comisionado poco después para conducir ausdios al (¡chalí
tima merece tanto mas aprecio y preferencia cuanto que la ,!(t parala reconquista de la Goleta 29r. El capitán de la mar ó de
un testigo ocular, cautivo del turco aprésador, como lo fue tam­ los corsarios era como cabeza de todos , y a quien obedecían en
bién Cervantes; y la otra se funda en solo noticias vagas que Ue- Cualquiera parte que le hallasen , estando obligados á acompa-
Y documentos. 35?
355 ILUSTRACIONES guar la calidad, empleo y riqueza del cautivo que compraban ó
Darle y seguirle citando salía á corso , sin apartarse de él sitio teman en su poder, sino que muchas veces fingían y publicaban
en virtud de su mandato: la provisión de este empleo era priva­ que era persona muy principal, de mucha consideración y alta
tiva del Sultán : había uno en Argel , otro en Túnez , y otro cu gerarquía; y si el cautivo lo negaba, por no ser cierto, lo encer­
Trípoli ; y tenia uno por quince de cuanto robaban ó apresaban raban y encadenaban con mayor rigor ; á lo cual contribuían
los corsarios, aunque de ordinario se contentaba cotilo que le también algunos cautivos infieles y traidores ; « poique si á mí,
presentaban ó querían dar 23a. que soy un pobre clérigo ( decía el Dr. Sosa ) han hecho de su
ioo Asi pues no fuera estraño que Cervantes, sin embargo propia autoridad et plenitudine potestatis , obispo, y después se­
Óe haberle cautivado el arraez Dalí Mamí y apresado su galera, cretario íntimo y de la puridad del Papa ; que estaba ocho ho­
hubiese cabido en suerte al capitán de la mar Arnaute Mamí cu ras cada dia encerrado con su Santidad en una cámara, y soles,
ci repartimiento de las presas; pero tampoco esto aconteció. La tratando gravísimos negocios de la cristiandad; y después me bi- (
primera partida de rescate ódel dinero que entregaron para el cierou cardenal, y después castellano del Gasblnovo de Ñapóles
la madre y hermana de Cervantes dice espresameute que estaba y ahora me hacen confesor y maestro de la Reina de España ;
cautivo eu poder de Alí Mamí “i:i : lo dijo también el mismo y para esto han sobornado turcos y moros que lo afirmasen , y
Cervantes en la cuarta pregunta de su interrogatorio ; y asi lo aun no faltaron malos cristianos (como sabéis) desla casa y de
contestaron en sus declaraciones los testigos Hernando de la fuera , que por contentar á mi patrón le dijeron que era asi,
Vega y Juan de Valcázar , esclavos como él de Dalí Mamí, aña­ hasta traerme aqui delante turcos huidos de Ñapóles pobo ha
diendo Valcázar que dos de los muchachos renegados á quienes (según tenían acordado), que dijeron y publicaron que en Cas-
Cervantes dió trazas para que huyesen á tierra de cristianos eran tilnovo de Na'poles habían sido mis esclavos y servían de cóc:-*
del capitán mayor de Argel Arnaut Mam:\ y otros dos clel pa­ ñeros; á vos también hacen gran señor , riquísimo caballero de
trón deste testigo y del dicho Cervantes, que era Dalimami, Malta, pariente de grandes señores y prelados de Italia y Portu,
que también es capitán por el gran turco. Tantos y tan clásicos gal*3' , y á.Iuan Botto (que está aqui ) también riquísimo y
testimonios no nos dejan duda de que el patrón ó amo de Cer­ gran comendador de Malta , y á Antomo (varees , nuestro com—
vantes fue Dalí Mamí, renegado griego, y no Arnaute Mamí, re­ pañero , caballero muy principal y muy noble eu lortugal. Y
negado albanes, como creyó el Sr Ríos; habiendo sido también finalmente, tomando nuestra galera de Malta San Pablo (en que
aquelcZt/ue se halló en rendir y tomar la dicha galera elSoi, se­ todos fuimos captivos) hasta á los forzados y buenas boy as ¿no
gún la espresion de Hernando de la Vega. Acaso Arnaute Mamí los baptizaron por caballeros ? y como á tales ¿ no rescata­
mandaba la escuadra que la apresó, y uno de los bajeles que la ron los mas dellos que de aquí lian salido pesándolos á oto,
compouia seria la galeota de Dalí Mamí, como sucedió en otras y subiendo los rescates cuanto jamas cu tantos años se lia visto
ocasiones que cita el P. llaedo “3+, y esto parece comprobarlo en Aroel 338 ?» Lo mismo cuenta el P. I*T. Gerónimo Graciau,
el Sargento Antonio Godíucz de Monsalve diciendo en la infor­ á quien cautivaron el ano i5g3; « recien llegado yo á Viserta
mación de i5;8 que Cervantes jue cautivo del capitán del mar (dice) en poder de un arraez, que me diera luego por razonable
turco, é Daliniamí, ¿ otro capitán de otra galera , que residían precio , fueron unos cristianos á decir al bajá de I únez que n.e
e residen en Argel............ é le cautivaron cuando tomaron los eonoscian , y que era arzobispo que iba á Roma á ser cardenal,
dichos capitanes turcos la dicha galera del Sol....<..... y este con la cual relación me llevo el bajá por fuerza á su poder y pu­
testigo le aló traer Cautivo juntamente con otro hermano suyo.. ■ • so eu precio de treinta mil escudos de talla , y asi fue nnlagio
v le dejó al dicho Miguel de Cervantes cautivo de un turco qué poder volver á esta tierra 339. » Cervantes pintó esta costumbre
era del propio cap-tan de la mar , é agora ha sabido que esta en la noyela el Amante liberal, donde contando Ricardo su bis?
en poder de Cenagá rey de Argel, l’or este modo de esplicarse loria , dice que su amo Pétala le instaba muchas veces á que »e
se viene en conocimiento deque á lo menos eran tres los baje­ rescatase, pues era hombre principal como se lo habían dicho
les argelinos que batieron y apresaron á la galera Sol, y es na' SUS soldados; pero nunca lo procuró él, contestándole que le en­
tural que los mandase Arnaute Mamí consto capitán del mar y gañaron cuantos le dijeron grandezas de su posibilidad. No es
por ser cabeza de todos los otros corsarios (como dice Hie­ estraño pues que al ver las cartas de recomendación que lleva­
do) *35, y aun por esto habla de él Cervantes y le introduce etr ba Cervantes de D. Juan de Austria y del duque de besa se le
la mayor parte de las aventuras de sus novelas, como sucede en tuviera en tanta estima, y que por la codicia de su rescate fue­
el lib. V efe la Calatea, en la del Cautivo, enla Española ingle­ se custodiado y mortificado con rigor, para que clamase con ma­
sa, y en el Trato de. Argel^.. yor ahinco por su libertad, i-i,
iot. Era costumbre de los argelinos dar peor ó mejor trato 102 A este efecto de custodia y seguridad se destinaban los
á lo, cautivos según la esperanza que concebían del precio de sit baños, que eran unas casas o corrales. En el llamado de lalxis-
rescate; codicia que frecuentemente templaba la crueldad que larda encerraban á los cautivos del concejo o del común , y
íss era característica* Por esta causa no solo procurabui» a veri"
Y DOCUMENTOS. 35g
358 ILUSTRACIONES
so 1 a española mudar su propio nombre y apellido por el de Zo-
aun los de algunos particulares; porque allí estaban mas hol­ raida, como lo intentaron los turcos ; y al fin después de varios
gados y seguros , trabajaban diariamente en las obras públicas sucesos la volvió á ver el Gran Señor, que prendado de su her­
de la ciudad y en otros oficios , y de noche cuidaban de su re­ mosura y discreción la declaró Gran sultana , y fue particular
colección y seguridad. Los del baño grande del rey, que eran de bienhechora de los cristianos, de cuyas diversiones y entrete­
rescate, estaban siempre encerrados y con porteros y guardas nimientos gustaba mucho , y soba tomar en ellos una parle muy
que constantemente vigilaban sobre ellos : ni salían á trabajar principal. LoscauLivos, ya por reconocimiento,ya por el deseo
con la demas chusma , á no ser que por tardarse Su rescate los de lisongear la aíicioii de la sultana y de captarse su favor, can­
aplicasen á ciertas.fatigas , como ir por leña , y otras con que taban los romances castellanos , y ejecutaban los bailes cantados
losmortificaban. Este baño real, donde estuvo Cervantes car­ que tanto se usaban en los teatros de España con el nombre de
gado de cadenas á fines de 1677, era cuadrilongo, de setenta jácaras bailadas , inventados por Alonso Martínez , y encarga­
pies de largo y cuarenta de ancho , repartido en altos y bajos, ban comedias españolas , queseconipraban en \ cnccia á algu­
Con muchas camai illas ó aposentos al rededor ; en medio una nos mercaderes indios , y aun se procuraban de los vireyes de
cisterna con buena agua, y á un lado, en la parte baja ó inferior, Italia. Asi fue como por obsequio á la misma sultana se repie-
estaba la iglesia ú oratorio donde todo el año se decían misas si'.nló en el serrallo por los cautivos y por algunos moriscos de
por los sacerdotes cautivos , se cantaban los oficios divinos , se los espulsos de España la comedia la Fuerza lastimosa que Lope
administraban los sacramentos, y á veces se predicaban sermo­ de Vega cita como suya eu el prólogo del Peregrino en su Pa~
nes , siendo tanta la concurrencia en los dias solemnes que era lria24¡>.
preciso decir la misa en el patio; aprovechándose de esta Coyun­ io3 Mas lamentable y triste era la situación de aquellos
tura los guardianes del baño turcos y moros , para exigir de cautivos que por su mucha consideración é influjo, o por cóm­
cuantos entraban de fuerza una contribución, con la que saca­ plices en alguna conspiración ó delito, eran encarcelados en
ban mucha ganancia ’4°. Como Azan Bajá empezó su gobierno prisiones y calabozos horrorosos. « Las mazmorras donde custo­
tomando para sí de todos los arráeces, turcos, moros, y aun de dian á los cautivos (dice un escritor) tienen tres estados debajo
su antecesor, cuantos cautivos de rescate teman, á escepciou de tierra á manera de silos con seguiles al rededor, y en la pai­
de muy pocos ’4I , llegó á tener en su baño hasta dos mil te superior uua lumbrera con reja. No entra en míos aire 111 sol,
en el mismo tiempo en que tenia á Cervantes 242 ¡ y como siem­ ni se puede ver el cielo, y apenas la luz. La última de estas
pre estaban alli encerrados se entretenían con varios juegos, mazmorras sirve también de cárcel para los moros facinerosos.
bailes y representaciones , especialmente los dias solemnes , co­ La inmundicia es notable por la continua asistencia de tantos
mo en la noche de Navidad , según dice el mismo Cervantes e.ri hombres: el tufo y mal olor intolerable. . . Esta es la habita­
su comedia Zos Zm£os rZe Argel , donde finge que después de la ción de los pobres cristianos, los seguiles sus aposentos, a cama
función de iglesia , hecha con grao música y concierto de ins­ una esterilla: desnudos, aherrojados con cadenas y grillos, al­
trumentos, se trató de hacer una comedia, y al fin, por ser mas galias y oirás crueles prisiones ’41.» Asi se quejaba el iJr, Sosa
breve, se recitó un coloquio en verso de Lope de Rueda , de los de que su patrón le tenia desnudo , hambriento, cargado de tra­
impresos por su amigo Juan de Timoneda, que aunque ya viejo, viesas, atado á una piedra, encerrado tanto tiempo, solitario,
dice Cervantes, darla gusto por ser muy curioso su modo de. escondido y soterrado en un aposento tan remoto, frío, h úmedo
hablar eu el lenguage pastoril’43. Lope de Vega, que en suco- y oscuro; al cual sin embargo le habían trasladado por alivio de
media los cautivos de Argel imitó á las que Cervantes había es­ Una mazmorra que estaba mas profunda, de la que tres veces
crito sobreei mismo asunto, trata también de los romances que le sacaron por muerto; porque ademas de tener de profundidad
se cantaban y de las comedias que eu los baños se representa­ veinte palmos, nueve de ancha y once de larga, estábil rodeada
ban al uso de España 244. En la que Cervantes intituló la gran de una cisterna quedaba muy mal olor ’ * .
Sultana Doña Catalina de Oviedo refiere la historia de esta se­ 104 A vista de estos horrores no es estraño que Cervantes,
ñora, que pasando con sus padres de Málaga á Oran siendo muy Cuyo cautiverio era de los peores que en Argel había , in­
niña, fue cautivada por Múralo, arraez, que la vendió eiiTelmm tentase cuatro veces la fuga para conseguir su libertad: dos por
á un moro rico y acomodado ; habiendo muerto la madre de la el camino de Oran, y otras dos por mar en embarcaciones dis­
pesadumbre , y sido el padre conducido ti Argel. Después de puestas ingeniosamente con este objeto. Todas constan bien es­
cuatro años volvió Morato á Tetuan, y admirado de la hermo­ pecificadas en la información, y por ellas se viene en conoci­
sura de la niña, que apenas leu Irla diez años, la compró á su miento délo que dicelluedo, que Cervantes corno gran rr isgO.
p ilion por cuadruplicado precio .leí que la había vendido ante­ de su vida, la cual cuatro veces estuvo á pique de perdella em­
riormente. Ufano y satisfecho con su,compra partió dlorato pa­ palado ó enganchado, ó abrasado <">•<; por cosas que miento
la Constantinopla el año 1600: presentóla al Cran Señqr., mozo, pura dar libertad d muchos ’«■ y á esto aluden también las
entonces, q.ufe,mandó colocarla en el serrallo , donde jamas qui-,
*1 ‘3
Y DOCUMENTOS. 36í
3(5q ilustraciones semejante al que en íüyy dispuso Cervantes para lograr su li­
palabras que el mismo Cervantes puso en boca del cautivo, y bertad y la de otros caballeros. Y cuando Zoraida proponía al
que hemos copiado en el §. 41, parte f: pasages que ahora capitán cautivo el modo de que sacándola de su casa la llevase a
se comprenden perfectamente con los documentos que publi- tierra de cristianos, le decia, acompañándole cantidad de dine­
ros: « Rescataos vos con ellos y vuestros amigos, y vaya uno
io5 La fuga áOran era un medio ya conocido é intentado en tierra de cristianos , y compre allá una barca, y vuelva por
por otros cautivos antes deCervantes. A principios de octubre de los demas; y á mí me hallará en el jardin de mrpadre que esta
1568 salió de Argel en hábito de turco un renegado italiano que á la puerta de Babazon, junto á la marina, donde tengo de es ai
deseaba volver á la religión cristiana,y habiéndole cogido unos todo este verano con mi padre y con mis criados: de allí de
alarbes cerca de Mostagán le presentaron al rey de Argel , que noche me podréis sacar sin miedo, y llevarme a la barca» ,
mandó engancharle, y murió atormentado cruelísimaipcnte a°°, Cervantes en este proyecto de Zoraida no hizo sino trasladar
En 20 de inayo de 1872 dos españoles, uno de ellos ibicenco, el que urdió él mismo cuando rescató á su hermano Rodngo y
que huian para Oran, y habían caminado hasta Sargel, fueron se lia referido en el §. 27 y sigs. de la parte I,
aprehendidos y conducidos á presencia del rey, quien mando 107 Sobre algunas circunstancias de este suceso se notan
tenderlos cu eJ suelo y con sus propias manos les dio tantos pa­ variedades ó alteraciones en ios documentos ó escritores coetá­
los en la barriga, que el uno murió allí mismo, y sacado por neos, los cuales conviene examinar. Cuando de noche recalo
muerto el ibicenco espiró dos di as después “5*. Lo que hace mas en la costa la barca que venia a libertar los cristianos, dice Rae-
admirable la constancia y resolución de Cervantes es que du­ do ?55 „ue acertaron á pasar ciertos moros por allí-, y que c 1-
rante su cautiverio, según hemos indicado en el §. 35, parte 1, visando la barca, sus gritos y algazara la obligaron á hacerse a
ocurrieron otros lances igualmente desgraciados'y funestos. A la mar, y volverse por aquella vez sin hacer algún efecto, ana­
12 de diciembre de 1578 mató el rey Azan en su casa, también diendo que los cristianos fugitivos y ocultos en la cueva ^.ora­
á palos, al mallorquín Pedro Soler, porque intentó huir á Oran: ban como habia llegado y se tornara el bajel, 1’ero en la pre­
en 24 de diciembre de >579 mandó matar de esta manera en sil gunta 7.” del interrogatorio se dice que por faltar el animo a
presencia y aposento á Juan Vizcaíno, que iba huido para el los marineros, y no querer saltar en tierra d dar aviso a os
iíiismo presidio; y en 29 de mayo de i58ó hizo apalear á su vis­ que estaban escondidos no se efectuó la huida-, y Cristo aa ce 1-
ta por igual motivoá un mozo español, natural dé las Montanas, llalon declara que huyó la fragata por haber visto una barca de
que se llamaba Lorenzo, de cuyas resultas murió á los dos días pescadores que tuvo por otra cosa de mas peligro; añadiendo
»5». Sobre estos v semejantes lances trazó Cervantes los que in­ Alonso Aragonés, que la fragata vino dos veces,y a la segunda,
troduce en su comedia el Trato de Argel; en la cual Pedro Al- se perdió { esto es, fue apresada por los moros ), resíe dicho
varez consulta con Saavedra su proyecto de huirse á Oran, por testigo ha habíado con los mismos cristianos que en ella venían ,
110 poder sufrir los malos tratamientos de su amo, que teniendo-: los cuales le dijeron como habían venido por el dicho Migue 1 e
le por caballero exigía un rescate cuantioso, siendo asi que Cervantes y sus compañeros : cuya esposicion con trina tam -
muertos sus padres se habia apoderado de la hacienda un Lci- bien el Dr. Sosa declarando que supo el sticeso de la barca de
tnano suyo muy avaro: piensa hacer el viage por la marina marineros que con ella vinieron , que cautivaron después, y me
á causa de que siendo verano todos los alarbes residían en la contaron por estensa como vinieron dos veces,y la causa de su
sierra para gozar del fresco : hace sus provisiones , emprende su temor, y como por ñoco no se efectuó una cosa de tanta 10111 a
pamino, v consumido lodo y fatigado se esconde á descansar y servicio de Dios. Éstos son los fundamentos que liemos tenido
en una cueva, donde se pone uu león á su lado y después le sir­ para la esposicion que hacemos de este pasage en la parte 1.
ve de guia: entretanto cogen los moros un esclavo natural de 108 De la segunda tentativa de huirse por mar en el ano
Málaga, que también se huía á Oran, y presentado al rey se dis, i579, de que no habla Haedo, hay también alusiones en la no­
culpa de su delito con que por muerte de su amo había quedado vela del Cautivo: dimos luego (dice) quinientos escudos al 1 ene-
en poder de una muger que le trataba con la mayor dureza; cu-i gado para comprar la barca : con ochocientos me t i si a e yo,
va disculpa no hizo grao impresión en el rey, que mandó darle dando el dinero d un mercader valenciano que a la sazón se
seiscientos palos en las espaldasy quinientos en la barriga y en hallaba en Argel, el cual me rescató del rey. Constanos por la
los pies, -ir información que habiendo proporcionado Cervantes u. osmir
106 También era común entre los cautivos concertar la fu­ Cu leres valencianos Onofre Exarque y Baltasar de forres, re­
ga por mar, bien fuese en bajel que viniese de fuera cotí esta sidentes en Argel, el caudal suficiente para comprar una
determinación, bien que se tomasen disposiciones simuladas en fragata armada , verificó la compra á su nombre el renegaco
el mhmo puerto de Argel por otros medios que eran m is aven­ Girón, v lo dispuso todo para poder conducir secretamente a
turados. El P. I'ae lo en sus diálogos, y Muí queje sigu- cu su España"á Cervantes cou otros sesenta de los mas principales
llistoria de Mallorca u5!, reficfeu un suceso del año i56a muy.
Y DOCUMENTOS. 363
36a ILUSTRACIONES
cautivos. En todo se descubre el ingenio y artificio con que su­ D. Alonso de Peralta les enviase desde Bujía »«, entre otros
po entretejer los sucesos en que fue actor ó testigo con los que efectos, las armas que necesitaban, como lo verificó: hicieron
¡e ofrecía su amena y fecunda imaginación. llaves los mismos cautivos para abrir el baño del rey, y una ma­
iog Pero entre todas estas empresas y tentativas ninguna za para romper los cerrojos y candados de las puertas; y ya es­
hay mas grandiosa, noble y arrojada, ni que mas lleve consigo taba lijado el dia y la manera de la ejecución cuando por un pique
el carácter del heroísmo y magnanimidad , que la de aspirar á particular delató al rey todo el concierto un tal Francisco de
levantarse con Argel destruyendo aquel asilo délos piratas ber­ Ahnarza, que había sido renegado dos veces; e inmediatamente
beriscos, como dejamos apuntado en el §. 4«, parte I. Es cierto fueron presos y muertos á cuchilladas diez y siete de los princi­
que ni el interrogatorio, ni las declaraciones de los testigos ha­ pales autores z6°. Otro caso semejante ocurrió en i55g cuando
blan de esta famosa conspiración. Acaso Cervantes temió (aun­ por resultas de la ¡ornada de Mostagán del año anterior vinieron
que ya libre y rescatado) recordar dentro del mismo Argel y á Argel mas de ocho mil cautivos españoles, sin los que ante­
justificar alli una acción que comprometiendo quizáá otros cau­ riormente habia, y mas de otros ocho mil de diversas naciones,
tivos de los que quedaban, podía ocasionarle malas consecuen­ cuya ocasión pareció oportuna á algunos españoles para levan­
cias, y cuya memoria había de ser siempre temible y odiosa á tarse con Argel; pero ¡un valenciano llamado Morellon avisó de
los argelinos; pero no por este silencio deja de ser un hecho todo al rey, indicándole que D. Marliii de Córdoba, hijo del con­
cierto y bien comprobado. En la novela del Cautivo dijo él mis­ de de Alcaudcte (después marques de Cortes), que estaba alli
mo (según hemos visto en el §. 4l, parte I) haber hecho cosas cautivo, era el autor de esta trama, y que entraban en ella como
en Argel que quedarán en la memoria de aquellas gentes por cómplices algunos renegados principales. Inmediatamente pu­
muchos años, y todas por alcanzar libertad y el P. Haedo, sieron preso a D. Martín en un castillo algo distante de Argel,
siguiendo los informes y relaciones del Dr. Antonio de Sosa y donde le tuvieron con mucho rigor, basta que al cabo de dos
del capitán Gerónimo Ramírez (ambos amigos de Cervantes y tes­ años se rescató por veinte y tres mil escudos: castigaron á va­
tigos de Sus hechos, el primero su consultor y confidente, y el rios cristianos, y entonces mataron atrozmente al famoso corsa­
segundo su compañero y paisano), dice también con mayor es- rio Juan Cañete, que habia sido por mucho tiempo el terror de
presion, que si á su animo, industria -y trazas correspondiera la ¡os argelinos 36'. Estos ejemplos que refiere el Dr. Sosa, y que
ventura, hoyJuera el día que Argel fuera de cristianos , por­ lio podía ignorar Cervantes, debieron suscitarle una idea, para
que no aspiraban á menos sus intentos. . . que de su cautiverio cuya ejecución favorecía la multitud de cautivos que á la sazou
y hazañas se pudiera hacer una particular historia. . . y que habia en Argel, pues pasaban de veinte y cinco mil a53, y solo
si no le vendieran y descubrieran los que en ella (en su traza en el baño del rey, donde él estaba, eran mas de mil y quinien­
ó proyecto) le ayudaban, dichoso hubiera sido su cautiverio, tos, y á veces llegaban á dos mil íj3. La ingratitud y malevo­
con ser délos peores que en Argel había. Motivos bastante po­ lencia de algunos conjurados frustraron estos planes de Cervan­
derosos para infundir en el rey Azan el temor y rezela que ma­ tes, descubriéndole y vendiéndole infamemente; pero sin debi­
nifestaba cuando decia, que como él tuviese guardado al estro­ litar por esto los rezclos del rey , cuya crueldad solo templaba
peado español, tenia seguros sus cristianos, bajeles, y aun toda la codicia del rescate de un hombre que tenia por muy princi­
la ciudad. Tanto era (añade Haedo) lo que temía las trazas de pal, y cuyo valor y arresto admiraba con sobresalto.
Miguel de Cervantes “37. El cronista Rodrigo Méndez de Silva, til Era pues consiguiente y muy natural, como efecto de
siguiendo al P. Haedo, dice igualmente que J'ue tal su heroico estos temores, que Azan Bajá por su propia tranquilidad y la de
animoy singular industria, que si le correspondiera la fortuna, Su república, y por satisfacer su codicia con un crecido rescate,
entregara al monarca Felipe Illa ciudad de Argel, á quien te­ procurase por todos medios hacerse dueño de Cervantes, y cus­
mió tanto el rey Azan Bajá, que decia: como tuviese seguro á todiarle á toda su satisfacción. Asi lo intento á fines de 15y7 de
este español, lo estaría Argel y sus bajeles *53.' resultas de haber descubierto la fuga de los cristianos escondi­
rio Asi como no carecían de fundamento estos reze- dos en la cueva, y que Cervantes era el único y principal actor
los, tampoco faltaban en su apoyo ejemplos de semejantes cons­ de este negocio ( §. 33, parte I), pues como era en gran manera
piraciones en la historia de aquella república. En tiempo <ie Urano (dice Haedo) hizo cuenta de tomarlos todos por perdidos
Barbaroja, y á fines de í53i, Juan de Portundo y otros seis para sí, contra toda razón y costumbre. En efecto, luego que
capitanes españoles trataron de alzarse con Argel, aprovechando fueron presos los cristianos fugitivos mandó por entonces llevar­
la coyuntura de ser escesivo el número de lo cristianos cautivos los á su baño y tener allí en buena guardia, y tomándolos y te­
que alli había, y de andar casi todos libres por la tierra cuando niéndolos ya por sus esclavos , retuvo solamente en casa a Mi­
no iban á corso. Concertaron los medios entre sí, y en particu- guel de Cervantes', pero no pudiendo con todas sus amenazas
larcori un valiente soldado llamado Luis de Sevilla, que estaba sacar otra cosa desús declaraciones sino que solo él era el cul­
encerrado en el^baño de Barbaroja. Encargaron desde luego á pado, envióle d meter en su.baño, tomándole también por escla—
y documentos. 365
364 ilustraciones
p<?, aunque después d él y dotros tres ó cuatro hubo de volver lilas; y como 10 ásperos hacían comunmente un real de Espa­
por fuerza á los patrones cuyos eran*M. Aunque estacircuns- ña * , se deduce que importó 675o reales, y agregando las 9
tancia no consta espresamente en las informaciones, hay sin em­ doblas, ó sean 46 reales, que exigieron por sus derechos los ofi­
bargo algunas especies que la indican y comprueban. El sargen­ ciales de la galera , seria el costo total 6795 reales : para
to Antonio Godinez y L). Baltasar del Salto declararon en la in­ cuyo pago entraron las partidas siguientes:
formación de 1678 que cuando vinieron rescatados de Argel, el
primero hacia cinco meses, y el segundo un ano, quedaba Cel­ 1.’ La madre y hermana de Cervantes ha­
antes esclavo del capitán turco que le tomó; pero que poste­ bían entregado para su rescate 3oo
riormente hablan oido ambos se hallaba en poder del rey Azan ducados, que á 11 reales hacen...... 33oo rs<
Agá, que le tenia por hombre de grao rescate. Consta también a.* Fue ayudado con la limosna de Fran­
por la pregunta 11.a de la información de 158o, que despees del cisco Caramanchel , doméstico de Don
suceso de la cueva mandó el rey meter á Cervantes en su baño Iñigo de Cárdenas Zapata , del conse­
jo de S. M., con 5o doblas, que son 260 rs.-
cargado de cadenas y hierros; y por la 17.a, relativa al nego­
cio de la barca del renegado Girón en 1579, que lo mando meter 3.a De la limosna general de la orden lúe
ayudado con otras 5o doblas............. 25o rs.
en la cárcel de los moros que estaba en su mismo palacio, y manr
dó con gran rigor le tuviesen á unen recaudo, en la cual car P Se buscaron prestados entre mercaderes
cel le tuvo cinco meses concadenasy grillos, donde pasó mucho 220 escudos , que á t35 ásperos cada
trabajo. De todo esto se infiere el cuidado del rey Azan en ase­ uno hacen 29700 ásperos , y por con­
siguiente. . . . . «............................. 2970 rs.
gurarse de la persona de Cervantes desde que conoció cuanto
débil, temer de su carácter atrevido y heroico; y asi es muy pro­ 6770 rs.
bable que si se vio' obligado á restituirle á su amo, concertase el Total.
comprárselo por quinientos escudos como reíiere Haedo: lo que
tal vez verificó por resultas de este segundo lance, porque añade Suma que como se ve discrepa muy poco de nuestra deducción.
que luego que le compró, le acerrojó y le tuvo en la cárcel mu­ Los PP. redentores se obligaron á nombre de su orden a reiu
chos dias , y después le dobló la parada y lepidio mi escudos legrar en Argel las cantidades que tomaron para el completo y
de oro, en que se rescató 365: y esto, indicando que la compra por pertenecer algunas á varios cautivos que no estando aln
fue poco anterior al róscate, conviene con el rigor de la prisión entonces, no pudieron ser rescatados , y aun a devolverlas a
en que le tuvo por cinco meses, hasta que dispuso Azan su viage sus deudos en España en caso de no verificarse su rescate. Cuan
á Gonslantiuopla, adonde le llevaba si no se rescatara tan opor­ do los turcos cuidaban de espresar que la moneda uese de Espa­
ña, manifestaban en esto el mayor valor que a i.aban sobie la
tunamente. . .
112 Para conseguirlo fue menester todo el empeño, el influjo del pais y la de otros reinos , como lo anima llaedo con respec­
y la caridad del P. Gil, que viendo determinarlo al rey Azan á ta á1 los escudos ; pero « la moneda forastera que mas pteuiai
lievársel'o si no le aprontaban la cantidad que pedia, pudo com - (añade),, y conque mas huelgan,y de que sacan mas provecho,
pletarla con hartas dificultades , aplicando á este objeto vanas son reales de España de á cuatro y de a ocho, porque los envían
sumas de la redención , y buscando otras prestadas entie los y llevan hasta Turquía y al gran Cairo, y de allí pasan adelan­
mercaderes (§. 47, parle I), Haedo se equivocó en la noticia de te a la gran India oriental, y aun hasta el Catayo , mi y
que el rescate de Cervantes ascendió á mil escudos de oro , Tartaria, siempre ganando en ellos el quelos lleva: y ansí nin­
porque la partida dice espresamente que estaba en poder de guna mercadería ni cosa mas preciosa ni de mas valor se puede
Azan Aga rey, y costó su rescate bao escudos de oro en oro llevar á Argel, Barbaria ó Turquía , que los reales de España
de España 26'6; y en la pregunta 17.a del interrogatorio afirma *69. » Bien es verdad que contribuía mucho para este api ocio
él mi.snm que el P, Gil movido de compasión.,., y con dar 5oO mala fe de los judíos que tenian á su cargo en Argel la labr a
escudos de oro en oro al dicho rey le dio libertad el mismo dm ríe la moneda del pais , en la cual mezclaban siempie íiiuc
y punto que el dicho rey Azan alzaba velas para volverse, en liga, á veces la falsificaban , y eran continuos los enganos que
Constantinopla : lo cual contestaron el Dr. Sosa y varios de los Inician impunemente *7'’. ., ,,
otros declarantes. Es curioso saber el valor de este róscate arre­ ■ 13 Aunque después de rescatado permaneció. Cervantes
glándole á nuestra moneda corriente por las noticias que nos algún tiempo en Argel, como lo demuestra la información con­
han conservado, asi la partida, como la Historia de Haedo. be; cluida por el P. Gil en 22 de octubre de .58o, no juzgamos que
gun la primera los 5oo escudos eran i34o doblas, aunque si esta demora ó detención pueda suponerse hasta la primavera de
cada dobla valia 5o ásperos, y los 5oo escudos á 135 ásperos ca­ año siguiente, según creyeron Rios y Pelhcer , fundados tal
da uno, montan á 67600, es claro que deben resultai i3oo < o ■Vez en lo que el mismo Cervantes dijo en el prologo de las No-'
366 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. S67
velas de que fue soldado muchos años, y cinco y medio caulívoy dicho Padre hizo y obedeció luego.» Y como por la noticia que
tlonde aprendió á tener paciencia en las adversidades. Es cier­ publicó el P. Haedo en el primero de sus diálogos vemos que
to que habiendo sido cautivado á 26 de setiembre de 15y5 se Fr. Juan Gil y Fr. Antonio de la Bella llegaron á Argel para ha­
completaban los cinco años y medio á fines de marzo de i58i; cer este rescate á 29 de mayo de t58o 2?5, se infiere con eviden­
pero esta es una aserción dicha al poco mas ó menos, y en la cia que el P. Gil envió á España á su compañero á Unes del mis­
cual, como en otras en que se trata de edad y fechas de sucesos mo año con los cautivos ya rescatados , quedándose él aili á
antiguos, jamas se exige una exactitud matemática *7a. En la continuar los rescates y otras obras de caridad hasta marzo de
pregunta. 18.a del interrogatorio que presentó para la informa­ i581, en que se cumplían diez meses de su salida de España ;
ción, confesó él mismo haber estado cinco años cautivo, y esto pues la fecha de la relación impresa en Granada es de 12 del
lo contestaron y confirmaron los testigos ; y el alcalde de un propio mes y añojy aunque sin espresion de pueblo, debe pre­
lugar de la Mancha, que introduce en el Persiles, y que según sumirse que Se formó en Madrid, 110 solo por firmarla ya ambos
Peliiceresel mismo Cervantes, dijo también que habia estado PP. redentores y otraspersonas que no suenan en los documen­
en Argel cinco años esclavo *73¡ cuyo cálculo es el verdadero, tos <le Argel, sino por estar autorizada por Pedro de Anaya ,■
respecto á que su rescate se concluyó en ig de setiembre de escribano real en aquella corte, donde también habia autoriza­
>58o; esto es, cinco años menos siete diás después que habla do en 3i de julio de 1879 el recibo de los trescientos ducados
sido cautivado. Algo mas fuertes y poderosas son las razones que entregaron para el rescate de Cervantes su madre y herma­
que tenemos para asegurar que Cervantes regresó á España an­ na- siendo cierto por otra parte que cuanto se actuó en Argel
tes de concluirse el año ,58o, y probablemente á pocos dias dé fue ante Pedro de Ribera, escribano y notario apostólico , que
haberse finalizado la información citada. E11 el memorial en qué por mandado de 8. M. usaba este oficio entre los cristianos que
pretendía se le recibiese, con fecha de 10 de octubre , decia: hab ia en aquella tierra, como se ve en la partida de rescate de
«que estando el agora de camino para España desea y le im­ 19 de setiembre, y en la información de i58o; todo lo cual com­
porta hacer una información. » Y £>. Diego de Benavides , uno' prueba que ya en 12 de de marzo de 1581 estaban reunidos en
de los testigos, declaró en 14 que vivia en Argel ya rescatado Madrid el P. Gil y Fr. Antonio de la Bella de regreso de Argel.
juntamente con Cervantes en la misma posada hasta que Dios Tales son los fundamentos que hemos tenido para fijar la veni­
sea servido que haya navios para irse en España ambos á dos da de Cervantes á España á fines de i58o, y para no seguir en
el y el dicho Miguel de Cervantes, que también está rescatddd este punto á los escritores precedentes , que por arbitrariedad
y francos Estos pasages prueban que asi Cervantes como su ó equivocación atrasaron este suceso cuatro ó seis meses.
compañero estaban dispuestosá partir para España en primera 114 El trato y comunicación que tuvo Cervantes por mas
proporción ; y constándonos que la tuvieron muy luego , no de cinco años en Argel no solo con los cautivos cristianos
debemos dudar que la aprovechasen, principalmente al cabo dé sino con los misinos turcos, moros y renegados, de los cuales
una cautividad tan penosa y dilatada , y cuando el deseo de algunos se preciaban de ser sus amigos, le proporcionó adqui­
volver á su patria y al seno de su familia debia mas bien acele­ rir conocimiento de la lengua arábiga, siendo cierto, según Hae­
rar que retardar aquellos momentos de tanto consuelo y satis­ do 27 6, que muchos cristianos cautivos sabían hablar muy bien
facción que el mismo Cervantes espresó después en sus obras574 él idioma turco y el morisco del pais , que aun era alli mas ne­
con las vehementes palabras que hemos copiado en el §. 58 cesario. Sin embargo, la lengua mas común que en toda Berbe-
parte I. Sabemos en efecto por una esposicion que se hace al r,'a, y aun en Constantinopla se habla entre cautivos y moros,
fin de la Tabla de los cautivos rescatados el año 158o, impresa que ni es morisca ni castellana, ni de otra nación alguna, sino
en Granada al siguiente, que no alcanzando la limosna para el una mezcla de todas las lenguas 277 , y de vocablos que por
rescate de otros muchos cautivos, y rezelando que renegasen ó la mayor parte son italianos, y españoles, y algunos portu­
se perdiesen para siempre, «atento esta notable falta y flaqueza, gueses, mal pronunciados , y sin variar los modos, tiempos
el buen P. Fr. Juan Gil... dió orden y traza... de enviar los mas' ni casos , es la que ordinariamente se conoce con el nombre
cautivos á España cotí su compañero, y quedarse en Argel por de lengua franca , ó hablar franco , y que Haedo llama
algunos días, haciendo, como hizo, oficio dé padre, enseñando' c°n mas propiedad gerigonza , y Cervantes lengua bastar-
los ignorantes, consolando los atribulados, animando los liaros [£s cierto que este escritor en la novela del Cauímodijo
é intercediendo con sus patrones porél líuen tratamiento, y de­ que ninguno de los que estaban en el baño , cuando Zoraida
fendiendo nuestra santa fe católica, y dando algunas limosnas, éscribia sus billetes, entendía el arábigo , por lo cual hubieron
y rescatando otros muchos con la hacienda que en su poder de fiarse de un renegado natural de Murcia para traducirlos; y
quedó....... Todo lo cual hizo el P. Fr. Juan Gil en tiempo de en otra parte del Quijote, piulando el hallazgo de los cartapacios
diez meses.... hasta que fue enviado á llamar por los señores y papeles viejos que estando en el Alcana 279 de Toledo llevó
presidentes y oidores del consejo, y por su superior , lo cual el Tn muchacho á vender á un sedero , dice que estaban escritos
V DOCUMENTOS. 3bg
■_,g3 ILUSTRACIONES
pudo ver la muerte de los condesde Egmont y de Horn *85, ni
con caracteres arábigos , que aunque los conocía s’h¿ fue cautivado en la batalla de Lepanto, ni quedó esclavo del
leer líío. Con estas y otras especies trato siempre Ce v Ochali, ni por fallecimiento de este 286 pasó á poder de Azan-
deslumbrar al lector para ocultar sus propios sucesos bajo el ve Agá, con quien han creído se trasladó de Constantmopla a Ar­
lo de la ficción ; pero no podemos dudar que tuvo del arab gel á mediados de iby] , ni llegó á ser capitán : sucesos y cir­
4 suficiente conocimiento para discernir las s.gnihcac.ones e cunstancias que atribuye á Rui Perez de Biedina, natural de
sus vocablos, y para deducir de estos las etnnologias de algunas un lugar de las montañas de León, acaso compañero de Cervan­
palabras castellanas, de lo que parece hizo ostentación en va tes en su cautiverio , y verdadero actor y héroe de la novela
nos lugares de sus obras. Fue con todo masfehz en lo primcio del Cautivo.
que en8lo segundo , como se advierte cuando usa y define las n6 Ya desde esta época aparece mayor la semejanza , y
voces chauz, carcax , mosolimán , guala ,¡uma, cuba ; rumia, inas inmediata la intervención de Cervantes en los aconteci­
toraqui, tagarino , pasamaque , turba, Ciñan, y olí as muchas. mientos de la novela, de cuya realidad asegura el cautivo á los
*3,. Por lo respectivo á las etimologías es notable el siguie que le escuchaban en estos termino** « y asi esten vuestras mer­
nis'iee del Quijote «este nombre albogues es morisco, como cedes atentos, y oirán un discurso verdadero, á quien podría
- aquellos que en nuestra lengua castellana comienza» Ser que no llegasen los mentirosos, que con curioso y pensado
en al : conviene á saber , almohaza, almorzar, alhombra, al­ artificio suelen componerse a87;» Y en la comedia de los Baños
guacil , alhucema , almacén, alcancía, y otros semejantes, qu de Argel, donde se repiten estos sucesos, finaliza la última jor­
deben ser pocos mas, y solos tres nene nuestra lengua que nada diciendo:
son moriscos y acaban en i, y son borceguí, zaquizamí y ma
r avedi-. alhelíy aljaqui, tanto por el«/ P™"e,0^m°J les No de la imaginación
en que acaban son conocidos por arábigos «*. » Asi Curva te Este trato se sacó,
con poca exactitud ; porque notados los nombres castella ios Que la verdad lo fraguó
que Comienzan en al son moriscos o arab.gos , por cuya razoi Bien lejos de la ficción.
dijo con mas acierto el autor del Dialogo de las lenguas. « que Dura en Argel este cuento
cuasi siempre son arábigos los vocablos que empiezan en « De amor y dulce memoria,
como almohada , alhombra , almohaza , alhareme . - Y es bien que verdad y historia
efecto , de cuatro modos diferentes se halla introducido el ai Alegre al entendimiento:
culo«/ como principio délas palabras castellanas ■yu.tomado Y aun hoy se hallarán en él
del arabe en ciertas voces latinas alteradas, como La ventana y el jardín,
gez, albérchigo, almáciga; ya habiendo traído la silaba «/ de Y aquí da este trato fin,
sus raíces latinas como en albura, alzar; ya añadiéndola Que no le tiene el de Argel.
pues de la a radical, como en almendra ; almidón ; y ya com­
servando la misma radical, y convirtiendo en / la nói radical Otra prueba de la certidumbre de estas aventuras, y de la pro­
latina, como en alma, albedrío. Esta doctrma se vera b.en o » funda impresión que hicieron en Cervantes es no solo haberlas
probada si nuestro especial am.go D. llamón Cabrera llega repetido tantas veces en sus obras, sino lo que dijo por boca del
publicar sus eruditas investigaciones sobre las elinro ogias de cautivo: «de todos los puntos sustanciales que en este suceso
los vocablos castellanos. Acreditó ademas Cervantes la inte me acontecieron, ninguno se me ha ido de la memoria , ni aun
«encía que tenia del idioma arabe eu la discreta e mgeuio, se me irá en tanto que tuviere vida.» La contraposición de amo­
nia liera con que supo arabizar su apellido bajo el nom bre: jé res entre amos y esclavos que observó Cervantes, y escito tan­
Cide líamete Benengeli, que supone ser el autor original de la to su atención y curiosidad por ser muy común en Argel, era
obra del Quijote; pues las palabras Den Engeli , que significan él resultado natural de la educación y trato que allí daban á las
hiiO del Ciervo, ó Cerval,-ó Cernanteño ( según la ui eip.eU mugeres, cómo lo espresó él mismo diciendo: «las moras no se
clon de nuestro académico D. Josef Antonio Conde),-aluden .10 dejan ver de ningún moro ni turco, si no es que su marido o su
solo a! apellido Cervantes, sino también a las armas de esta la padre se lo manden: de cristianos cautivos se dejan tratar y co­
municar aun mas de aquello que seria razonable.» Y mas adelante
Ul 115 Dejamos insinuado qué Cervantes no és el héroe de la hablando dé Zoráida añade: «y corno las moras en ninguna mane­
novela del Cautivo, como algunos han supuesto ; pero hay sm ra hacen melindre de mostrarse á los cristianos ni tampoco se es­
embargo en aquella fábula pasages verdaderos , según milM quivan...no se le dió nada de veniradonde su padre conmigo esta­
«ios en el §. i3g, parte I, que conviene ilustrar para entcn ba 288.» Lo cual confirma Haedo cuando tratando de cuan zelosos
la parte que su autor tuvo en ellos. Es notorio que m este h e. son los maridos en Argel, que no consienten que sus mugeres
á tiendes con el duque de Alba, ni sirvió allí a sus ordenes,
Y DOCUMENTOS. 3yt
sean vistas ni aun de sus propios hermanos carnales, que por esta Destronado por un hermano suyo y desterrado á Argel, su­
razón no usan ventanas a la calle, y que si entrara en una casa al- po negociar su restitución con el Gran Señor en Constantino-
izun inoro, turco ó renegado se alborotaría » voces, huyendo pla, y asi se ordenó por este á Rabadari-bajá, rey de Argel, que
las mugeres á esconderse á sus aposentos, añade: «pero de los dirigiese una espedicion con este objeto: encargo que cumplió
cristianos esclavos ó no esclavos no se guardan que no sean vis­ con presteza y felicidad. Pocos años después murió Muley Ma-
tas sino las que son muy principales y mugeres de grandes hom­ lucli de un mosquetazo en la batalla que ganó al rey I). Sebas­
bres V alcaides, las cuales hacen esto por gravedad y reputación tian de Portugal en los campos de Alcazarquivir el dia a de agosto
de estado *8s.» Por otra parte el suceso de Zoraida, ó su robo de 1678 *9’, aunque Herrera dice que en el lance de la batalla,
v traída á España, no es tan singular (aun suponiendo que ya afligido de la enfermedad que padecía , ya de la congoja y
acaeciese tal como se pinta) que no hubiese ocurrido por aquel pasión que recibió por lo mucho que trabajó, murió en una li­
tiempo lance ó caso semejante , según lo reitere el 1 . bepulveda tera sin ver el fin de la jornada ni gozar de la victoria que tenia
y lo copia Pellicer, de una señora alemana, muger del rey, o tan deseada 2".
sultana de Argel, que hallándose el año i5g5 en uno de los jar­ 118 Para leer los billetes de Zoraida escritos en árabe dice
dines fuera de la ciudad, se vino á España con veinte personas Cervantes, según dejamos indicado, que se valió el cautivo de
y lo mejor y mas rico que tenia , en una barca que se envió de ün renegado natural de Murcia *97;y en efecto por la informa­
propósito desde Valencia por orden de Felipe II, quien la asig­ ción de Argel consta que en uno de sus grandes apuros con
nó después una pensión, con la cual vivió muchos años en aque­ Azan-bajá (§. 3g, parte 1) sé puso en manos de un arraez ínti­
lla ciudad*9“. Cou estos antecedentes harémos algunas ligeras mo amigo de este, renegado español, que se llamaba Morato
reflexiones sobre la novela del Cautivo. Raez Maltrapillo , de quien Haedo hace también memoria, di­
un Dice Cervantes que Zoraida (asi la llama en la novela, ciendo que era natural de Murcia *9S. Es verdad que muchos
y Zara en la comedia de los Baños de Argel., aunque los suce­ de los sucesos que siguen en la novela, como la entrega de los
sos son los mismos ó muy semejantes) era hija única y heredera quinientos escudos para comprar la barca, la conclusión de la
de Agi Morato, alcaide que había sido de la Pata (oficio en­ compra y otros se aplican á este renegado, siendo propios, según
tre los moros de mucha calidad); que debió su educación á una la información, de otro natural de (granada, que en su país se
esclava cristiana, llamada Juana de Rentería , quien la inspiro llamaba el licenciado Girón, y en Argel Abderramen (§. 36,
inclinación al cristianismo, y la instruyó en algunos misterios y parte I); pero esto prueba la destreza y el ingenio con que supo
oraciones de nuestra religión; que por ser la mas hermosa y rica mezclar y confundir la verdad y el artificio según le convenía.
muger de Berbería la pretendían muchos Vireyes del país , y Lo mismo pudiera decirse del mercader valenciano que á la sa­
entre ellos nombra espresamente en la comedia á Muley Maluch, zón se hallaba en Argel ‘ ", á quien dieron los ochocientos du­
que solicitaba al mism otiempo ser restituido al trono de Pez, cados en que se rescató el cautivo, siendo cierto que Onofre
como lo consiguió efectivamente á principios de 1676: moro la­ Exarque, mercader de Valencia, que se hallaba en Argel en i¿79,
moso, discreto y muy instruido, que hablaba con perfección dió inas de mi) y trescientas doblas para comprar una fragata
el turco, el español, el alemán, el italiano y el francés , y con armada, en que Cervantes con otros compañeros habían de ve­
quien finge ó supone casada á Zara ó Zoraida al fin de la come­ nirse secretamente fugados á España 3°°. De todo Jo cual, y de
dia *9*. Confita en efecto por la historia que Agí Morato era un otras varias circunstancias que pudiéramos anotar del mismo
renegado esclavoñ, v uno de los alcaides inas ricos que vivían modo, debe inferirse que el suceso ó la acción de la novela pu­
cu Argel en 1Ó81, cuya casa era unode los mejores edificios de do en efecto acontecer al capitán Rui l’erez de Biedma, compa­
la ciudad, y que tenia una hija casada con Muley Maluch, hom­ ñero de Cervantes en el baño de Azan-Agá, y que por lo menos
bre discreto (dice Haedo), y según entendí de muchas personas cuando todo él no sea cierto y verdadero, se compuso de otros
que le trataron familiarmente , de muy gentil juicio y disposi­ hechos y acontecimientos reales y efectivos, aunque enlazados
ción ‘".Antonio de Herrera alaba con encarecimiento en su d historiados del modo mas oportuno y conveniente para
Historia de Portugal las nobles prendas y costumbres de Muley guardarla propiedad de las costumbres y de los lances déla
Maluch, especialmente su humanidad con los cristianos; aña­ acción principal y sus incidentes, preparando con inas natura­
diendo que «era muy elocuente , discreto, estudioso y platico lidad el desenlacedela fábula.
en diversas lenguas,'especialmente en la castellana é italiana; 119 Asi queda desvanecida la citada opinión del P. Sar­
y yo he visto cartas escritas de su mano en estas lenguas con muy miento cuando aseguraba cpxelanovela era una disfrazada his­
tufen carácter, y tenídolas en mi poder, y en algunas pedia li­ toria de la vida de Cervantes 3o1, y aplicaba á este todos los su­
bros curiosos: danzaba, tañia laúd y monacordio muy bien...- cesos del cautivo desde que le apresaron en Lepanto en 1671
Dejó en Argel un hijo de poca edad que Indio en su muger, hija de hasta quefue á Argel con Azan—bajá en 29 de junio de 1677
Agi Morato, principal inoro y muy rico de aquella ciuda 2 9 * *’ j asi desaparecen también las cavilaciones de otros literatos mas
y DOCUMENTOS. 373
3y2 ILUSTRACIONES Tomar, y en la solemne entrada que hizo en Lisboa el dia 29
modernos, que creyeron que Cervantes, prendado de la virtud de junio de 1S81 3°6.
y hermosura de la mora Zoraida , no solo la trajo á España, don­ 134 Francisco de Falencia era un caballero natural de Za­
de murió poco tiempo después, dejándole por fruto de su amor mora, del hábito de S. Juan. Sirvió en Italia á las órdenes del,
y aventuras á Doña Isabel de Saavedra, sino que a esto aludió duque de Alba, quien para componerlas disensiones que ocur­
en muchos lances y espresiones de la Galatea. rieron con el Papa, ó tomar algún partido decoroso á nuestra
120 Constando que Cervantes mientras estuvo en Argel tra­ corte, le envió en 1555 á consultar con el duque de Floreiicia si
tó decontipuoy muy familiarmente coalas personas mas dis­ Seria bien que la guerra se hiciese en nombre de Marco Antonio
tinguidas que alh liabia, y que estas se honraban con su amis­ Coloría, y á pedirle que se declarase contra el I apa. Dos años
tad y buena correspondencia, siendo tal el concepto que de el te- después le comisionó para reconocer en una fragata el campo
nian que hasta los padres redentores le consultaban los negocios enemigo situado en la costa, porque el ejercito trances había pa-
mas arduos 3°3, será tan curioso como oportuno terminar esta sado el rio Tronío, y el nuestro estaba alojado en Julia nova. I
ilustración con una breve noticia de las mas principales que in­ cuando j a el duque de Alba estaba cerca de Roma, llegó V aleu­
tervinieron en los sucesos que se refieren, y de quienes el mismo da de vuelta de Flándes con orden de l4 elipe II para que se hi­
Cervautessuele hacer honorífica mención en algunas desús obras. ciese la paz con el Papa, pues ni quería guerra con la Iglesia, ni
tai Cuando Cervantes fue cautivado venia embarcado con poner en cuidado á los potentados de Italia. Mandóle después
él Pero Diez CnrriZ/orZe Qnesnrfn, militar respetable, que sien­ el rey ir á fortificar y reparará Oran , llevando consigo al inge­
do ya maestre de campo en la jornada del Peñón ano 1564, niero Juan Bautista Sálvago con mil y quinientos soldados. Ha-»
so importantes servicios mandando tres mil españoles de los lióse en la conquista de Portugal, y á los principios de ella esta­
tercios de Ñapóles, Sicilia y Lombardía; habiendo venido para ba de guarnición en Faro, donde concertó con el marques de
esta espedicion desde Italia á Malaga embarcado en la capitana Santa Cruz lo que convenía para continuar la empresa. Llegó á
de Ñapóles, donde iba también D. Sancho de Leiva. Gobernó ser bailío de Lora y del consejo de guerra del rey, cuyo destino
después interinamente la Goleta, y fue general de la artillería de ocupaba cuando en u de enero de ióqg dió su aprobación al
Rapóles, donde falleció 304. ¡¡Xdinen de fortificación de D. Diego González de Medina Bai-
122 D. Francisco de Metieses fue capitán en la Goleta, y uno ba, que había examinado por orden del consejo Real. Estuvo
de los cautivos que Cervantes quiso libertaren su primera luga cautivo en Argel,y dió también á Rodrigo de Cervantes cartas
á Oran. Era natural de Talayera de la Reina, y de edad de vein­ de recomen dación para los vireyes de Valencia y Mallorca (§.
te y ocho años cuando se rescató al mismo tiempo que Cervan­ 27, parte I). Parece que se rescató en Tetuan juntamente con
tes. Parece que anteriormente había venido á España bajo de su £>. Antonio de Toledo, en siete mil ducados los dos, á mediados
palabra á procurar su rescate, y que se presentó puntualmente del año 1877 307. .
eh Argel antes de cumplir el plazo que se le había señalado ° . 125 El Dr. Domingo Becerra, presbítero, era esclavo del
123 De D. Antonio de Toledo, caballero de la orden deban rey Azau-Agá cuando Juan Blanco de Paz le imputo la delación
Juan , que dió cartas de recomendación á Rodrigo de Cervantes que él mismo había hecho contra Cervantes, y de que hemos
para los vireyes de Valencia y Mallorca ( §. 27 , parte 1), hace hablado en los 37, 49 y 56, parte í. Fue natural de Sevilla,
memoria nuestro escritor en su comedia el '1 rato de Argel, don­ gasLó la mayor parte de su vida en buenos estudios, residió en
de el rey se manifiesta incomodado con los arráeces, porque re- la corte de España, fue cautivado y conducido á Argel; donde
iclosos estos de que ól se apropiase este cautivo ( como hizo con habiendo llegado á sus manos un librito italiano intitulado t-^n-
los demas) le llevaron á Tetuan apresuradamente y le tallaron lateo, que liabia sido bien recibido en Italia, y compaiando
en siete mil ducados ; precio vil ( dice Azan ) para tan ilustre y por él la policía de la república cristiana con la torpeza y gt o-
rico personage, mucho mas habiéndole añadido otro companel o serla de la canalla turquesca, deseó traducirle entonces a
que era Francisco de Falencia, quien por sí solo debiera pasar nuestra lengua; pero estorbándoselo los grandes trabajos de su
aquella talla. Añade el rey que si él hubiera encontrado allí a esclavitud, lo difirió hasta que libre de ellos pasó á Roma po­
D> Antonio exigiría por su libertad cincuenta mil ducados^ poi bremente, y hallándose allí necesitado v sin acomodo, ejecuto
que era hermano del conde de Alba y sobrino de una principa­ SU traducción, que dedicó á Francisco de Vera y Aragón, del
lísima duquesa. Si el rescate fue como lo refiere Cervantes, sin consejo de S. M., con fecha en Roma á 15 de setiembre ue looq,
duda se hizo poco antes de la llegada de Azan-bajá á Arge en y se imprimió en Venecia en i585en dozavo, por Juan Varisco.
29 de junio de 1 ¿77 i pues la primera cosa que hizo este en su Rescatóse el Dr. Becerra a\ mismo tiempo que Cervantes, y
gobierno fue apropiarse los cautivos de todos los arráeces y tenia entonces cuarenta y cinco años de edad 3°8; y poco des-
otros. Fue después D. Antonio comendador de la orden deban pues cuando aquel publico/¿z Gala tea le celebro em.urecid^'«
Juan y déla cámara de Felipe II, á quien acompañó en su espe­ mente en el Canto de Caliope,
dicion á la conquista de Portugal , en las cortes celebradas en
ILUSTRACIONES
Y DOCUMENTOS, 3; 5
gabley familiarmente (§. 55, parle l), ya concluyendo su res­
ia6 El Dr. Antonio de Sosa era clérigo, y navegaba en una cate y recibiendo la informaciop de su conducta y hecho., en
galera de Malta, llamada San Pablo, que obligada de los tempo­ Argel (§. 48, parte 1); y Cervantes, cuyo ídolo era la gratitud,
rales se acogió á la isla de San Pedro en Cerdeña, donde fue le correspondió con grandes elogios diciendo que era un religioso
apresada el día i.° de abril de 15y 7 por doce bajeles argelinos ejemplary amigo de hacer bien, de gran cristiandad y de con­
que también habían arribado allí; y como entre estos se hallase sumada prudencia ¡jn.
una galeota de quince bancos del alcaide Mahamet, judío dena-
cion, cupo á este por esclavo el Dr. ■S’osa, Apresaron los turcos Se reunió Cervantes á su antiguo tercio ( §. 5g al 6a ).
en dicha galera grao cantidad de ropa, mas de ciento sesenta
mil ducados, y doscientas noventa personas, Para acrecentar el iag Esponiendo sus servicios al Rey en mayo de i5go dijo;
rescate de este cautivo suponían en Argel cuanto heinos visto y después de libertados ( él y su hermano del cautiverio de Ar­
en el §. ioi de esta segunda parte, y por esto sufrió una prisión gel ) fueron d servir d y. Bl. en el remo de P01 tugal y d las
estrechísima con grandes trabajos; pero sin embargo sabia cuan­ Terceras con el marques de Santa Cruz.
to pasaba en Argel, y lo apuntaba lodo dia por día. Al fin se 130 Antonio de Herrera, que ya hábia concluido su Historia,
rescató unaño después que Cervantes, y pasó á Sicilia, donde de Portugal y conquista de las Terceras en setiembre de t5í>6,
comunicó al arzobispo Haedo sus observaciones y apuntamien­ hablando de la victoria que ganó la armada del marques de San­
tos, con cuyos materiales escribió aquel prelado su Historia, ta Cruz en julio de 158a dice: « En la cual había tres mil solda­
Fue hombre de mucha instrucción y prudencia, muy respetado dos españoles del tercio del maestre de campo general D. Lope
y querido de ios cautivos, y especial amigo y confidente de de Figueroa, muy ejercitados en las guerras de Levante y blan­
Cervantes (§. 55, parle 1), pues no solo consultaba este con él dea ,y acostumbrados á tener muchas victorias de sus enemigos
6us composiciones, literarias, sino los proyectos y planes que y á vencer siempre : y entre los dos mil soldados del cargo de
trazó para la fuga y otras empresas arriesgadas 3oS. U. Francisco de Bobadilla Babia también muchos soldados vie­
127 Fr. Jorge de Olivar, Oliver ú Olivares, que de estos jos , allende de que lo eran todos los capitanes y oficiales de
tres modos se le nombra, fue comendador de la orden de la Mer­ aquel tercio , sin otros muchos entretenidos que iban embarca­
ced en Valencia, de mucha virtud y entendimiento, según dice dos .con grao número de caballeros, si n muchos pi 111 cipa les aven­
Cervantes, y redentor por la corona de Aragón. En 20 de abril tureros que iban á servir al Rey 311. »
de 1877 llegó á Argel acompañado de otros religiosos con la li­ 131 El Lie. Mosquera de r iguerua en su Cementa rio de la
mosna de la redención correspondiente á aquel remo, Cuando jornada de las islas de los Azures , en la cual sirvió de auditor
prendieron a Cervantes con los cautivos escondidos en la cueva, general , tratando de los preparativos para la misma campana
intentó el rey Azan (§. 3a, parte 1) sacar cómplice en esta cons­ de i58u dice: >< Llegó el maestre de campo general U. Lope de
piración al P. Olivar, quien por temor de esto puso en salvo y Eigueroa con su tercio á la ciudad de Lisboa , y luego se dió ór-
entregó al l)r. Sosa todos los ornamentos y vasos sagrados del deu para que todas las compañías se embarcasen , y asi se em­
oratorio de los cristianos que estaban á su cargo; pero la gene­ baí có O. Lope con el tercio de tres mil quinientos ochenta y
rosidad de Cervantes le saivó en esta ocasión. En otra estuvo á dos hombres; y luego I). Francisco de Bobadilla con su tercio
punto de ser quemado vivo por haberle acumulado que era es­ de dos mil quince soldados. >1 Refiere en seguida la demas tropa
pía, según refiere el P. Cri arían. Era tan generoso y caritativo, que iba en esta armada, y añade : « La mayor parte de esta in­
que habiendo gastado en una de las redenciones mas de veinte fantería era escogida, por ser gente ejercitada y soldados viejos,
mil ducados que llevaba con este objeto, quedó .él mismo en re­ diestros y bien disciplinados............ y los mas de los capitanes
henes por otros siete mil 3i0. señalados, por haberse hallado en muchas ocasioues en sei vicio
ia8 Fr. Juan Gil, procurador general de la órden de la de asi en S.M. Italia como en los estados de Fla'ndes 3,3.
Santísima Trinidad, y redentor por la corona de Castilla, de cu­ 13a El mismo autor- refiriendo el desembarco hecho para la
yo viage á Argel, y de las virtudes que allí ejercitó , referidas conquista de la Tercera 011 26 de julio de i583 en la ensenada
por Haedo estensamente , hemos hecho mención en los §§. 4b de Puerto de Jas Muelas, á dos leguas de la ciudad de Angra, ha­
y 47, parte 1, y en el 1 i3 de esta H, se vió repelidas veces en ce de Rodrigo hermano de Cervantes la siguiente honoiííica
eslremo apuro y trabajo y con el cuchillo ala garganta. Cuando mención: « Llegaron brevemente las barcas á tierra , donde sal­
tuvo que regresar á España en obedecimiento de las órdenes que taron los españoles con grande esfuerzo entre aquellas lujas á
le llegaron, se despidió con muchas lágrimas ñe los españoles los lados de los fuertes : algunos ponían el pie seguro en una
que aun quedaban sin rescatar, por dejarlos espuestos á tantos piedra para escaparse de la resaca, que era grande: otros que 110
trabajos v en tan notable peligro de perder la ley religión de podían esperar esta coyuntura se abalanzaban y se sumergían,
sus mayores. Favoreció mucho á Cervantes , ya consultándole de suerte que el agua les cubría hasta la cinta , y con la lesaca
algunos negocios, v a convidándole á su mesa, y ti alándole ami-
Y DOCUMENTOS. 3? 7
a-g ILUSTRACIONES
quedaban luego exentos para salir. Echóse al agua animosamen­ Sus sienes ciñe con la verde planta.
te con su bandera , por haber encallado la barca , Francisco de Y fue muy justa prevención del cielo
la Rúa , alférez de D. Francisco Bobadilla, y tras él el capitán Que á un tiempo ejercitases tú la espada,
Luis de Guevara y Rodrigo de Cervantes, á quien des^ Y él su prudente y verdadera pluma ;
¡>ues aventajó el marques: y asi muchos salieron de las Porque rompiendo de la invidia el velo ,
barcas mojados, corriendo agua salada de entre las ropas Tu fama en sus escritos dilatada,
y las armas 314. » Sigue el autor refiriendo el ardimiento Ni olvido, ó tiempo, ó muerte la consuma 16.
con que treparon nuestras tropas por lugares asperísimos,
y asaltaron las trincheras á pesar del horroroso fuego de La permanencia de Cervantes en Portugal (§. 64)»
los enemigos : de cuyo suceso tenemos igual noticia en una
relación que se halla manuscrita en el archivo de Simancas 3‘5, i35 Está á nuestro parecer bien comprobada, ya en la des­
y por la cual consta ademas que los fuertes y trincheras estaban cripción que hace de aquel país en el lib. m del Persiles , cap.
á cargo del capitán Borgofion , persona de mucha opinión entre i.°;ya en el caso que cuenta del caminante polaco,cap. 6.°,
los franceses que los defendían, Estos testimonios comprueban que supone sucedido en Lisboa, aunque apropiando en él mu­
lo arduo de aquel desembarco, el valor con que se ejecutó, y la chas de las circunstancias que concurrieron en la muerte de Don
justicia con que el marques de Santa Cruz premió el distingui­ Gaspar de Ezpeleta en Valladolid; ya en el conocimiento de las
do mérito de Rodrigo de Cervantes. . , costumbres y carácter de los portugueses, que manifiesta en el
i33 Miguel de Cervantes había pertenecido al tercio de L’i- mismo capítulo , donde se detiene á elogiarlos; en su afición á
gueroa hasta que le cautivaron : su caudillo le conocía y apre­ la lengua portuguesa, que en ser dulce y agradable, dice en el
ciaba como soldado que tanto se acreditó en él; y cuando tan-r cap. 12, puede solo competir con la valenciana; y en el aprecio
tos militares acababan de distinguirse en la conquista de Portu­ que hacia del célebre Camoes, de que dio una prueba cuando
gal, y restaba aun la reducción de las Terceras , es natural que. en la nueva y pastoril Arcadia dijeron las zagalas á D. Quijote
para mejor lograr la remuneración de sus anteriores servicios (parte II, cap. 58 ) que traían estudiadas dos églogas, ana del
quisiese continuarlos á ejemplo de su hermano, y que lo verifi­ fumoso poeta Garcilaso, y otra del escelentisimo Camoes en
case en su antiguo tercio; el cual fue uno de los pocos que çstu-r su misma lengua portuguesa; ya en fin en tantas otras alusiones
vieron embarcados en la armada del marques de danta Ci uz, y V encomios que hizo en sus obras de aquella nación, de la cual
asi se concilia el haber estado Cervantes á sus órdenes en Por­ habla siempre con encarecimiento.
tugal y las Terceras, como espusoen su memorial.
IVo se publicó la Galatea hasta los últimos meses de 1584
Compuso un buen soneto en alabanza del marques de Santa (§• 7°)-
Cruz (63 ).
i36 Sin embargo de que en el discurso preliminar que
134 Cuando el emperador de Alemania Rodulfo IT,después acompañará á la nueva edición de esta novela procuraremos
de la jornada de las Terceras, pidió al marques de Santa Cruz ilustrad varias especies que indicamos en los 67 al 71 de la
su retrato y escudo de armas por medio del conde Tribulcio ,, parte I, juzgamos conveniente copiar aquí la partida de muerte
caballerizo mayor de la emperatriz, y al efecto le retrató el cé­ V entierro de Marco Antonio Coloría , porque es una compro­
lebre Felipe-de Liaño en 1684 1 escribió el Lie. Mosquera de bación de lo que dejamos afirmado en el 70 :
Figueroa uu elogio de aquel famoso capitán , que entonces se « Petri ad vincula i.°dia de agosto de i584, murió el limo.
imprimió suelto con varias composiciones poéticas en su ala­ Sr. Marco Antonio Colona, vi rey de Sicilia , en casa del linio.
banza; y después de su muerte lo reimprimió este autor al fin. Sr. duque de Medinaceli, que fue miércoles en la noche , á Jas
de sus Comentarios , suprimiendo algunas , entre ellas un ro­ once horas de la noche: rescibió todos los sacramentos, no hizo
mance de Ercilla, y añadiendo otras, de cuyo número es el in­ testamento; enterróse en depósito , que se hizo ante Hernando
dicado soneto de Cervantes , que dice : de Durango, secretario del consejo del limo. Sr. duque, en la
]No ha menester el que tus hechos canta , capilla mayor de esta colegial á la parte del evangelio , debajo
O gran Marques, el artificio humano, de la reja de las reliquias: hiciéronse tres oficios con el cabildo
Que á la mas sutil pluma y docta mano de esta colegial, y en todos tres oficios celebraron por el áni­
Ellos le ofrecen al que al orbe espanta : ma de S. E. todos los prebendados, y seis días consecutivos,
Y este que sobre el ciclo se levanta, que fue cada prebendado nueve misas: no se hizo otra cosa. ~
Llevado de tu nombre soberano, El canónigo Guzman. » Hállase en la colegiata de Medinaceli,
A par del griego y escritor toscaqo bbro deJinados, que principia en 5 de junio de i58i.
V DOCUMENTOS. 379
3?S ilustraciones
x37 Por este documento debe corregirse la equivocación con Doria , que era una de las once galeras que componían la escua­
que »eñaló la fecha del fallecimiento de Colona el Dr. Babia en dra que trajo al duque de Sesa, v entró en Barcelona el jueves
su Historia pontifical y católica , p. ni, t , 3.“ , c. Lxxxv , ano 7 de abril de 1578 31¡i . Tuvo dos hijos, uno llamado Juan, y
i584, p. 376 , donde dice : otro Luis , á quien siendo muy niño dirigió una carta en verso,
«Partió este año para España, llamado del Rey , Marco An­ que se halla entre sus poesías 3*9; las cuales publicó en 15q6 al
tonio Colona, virey de Sicilia. Pasó á Ñapóles,y de allí á Roma, íiu de sus apotegmas , quejándose entonces de haber perdido
embarcóse en Civitavieja, desembarcó en Barcelona, y caminan­ parte de lo mejor de su edad por falta de arrimo y protección 3So
do á la corte, en Medinaceli enfermó, y el rigor grande de la en­ Residió algún tiempo en Madrid donde le ocurrió el lance que
fermedad, quizá causada del largo camino y calor del tiempo , refiere Porteño tratando de la severidad de Felipe 11 3a’ ; pero
le acabó la vida en muy pocos días á dos de agosto.» su principal establecimiento fue en Toledo, según puede inferir­
se de uno de los sonetos que están al principio de aquella obra.
Se desposó Cervantes en Esrjuivias ( §. 71). Su paisano D. Luis de Góngora le celebró mucho en sus versos ;
y el famoso Pedro Lainez, que aprobó la Auslriada á 28 de mar­
i38 Consta lo dicho, y todo lo demás contenido en este zo de 1 582 , entre otros elogios que hizo de ella dijo lo siguiente:
de los documentos y certificaciones que publicó Ríos en los nú­ « El ingenio del autor me parece particularmente aventajado, y
meros 38 y 39 de sus Pruebas , y de la carta de dote otorgada el estilo tan dulce, fácil, grave y sustancial, que hasta agora no
por Cervantes á su muger, que insertó Pellicer en la pag. ccy. creo que tenemos en España autor de los que han escrito historia
de la vida de este escritor. Según dicha carta ( prescindiendo de fabulosa ó verdadera que se le aventaje; y si alguno le iguala ten­
una leve equivocación de maravedises que aparece en ella) va­ drá hiende que loarse. » Cervantes también alabo este poema
lían los bienes en que fue dotada Doña Catalina de Palacios y como uno de los mejores que en verso heroico y en lengua cas­
Salazar cieulo ochenta y dos mil doscientos noventa y siete ma­ tellana se había escrito y que podía competir con los mas la­
ravedí», comprendidos los treinta y siete mil quinientos (ó cien mosos de Italia, encargando se guardase como una de las mas ri­
ducados) en que la dotó su marido. cas prendas de poesía que tenia España .jla , y muchos añus an­
tes había celebrado á su autor en el Canto de CaHope* Y aunque
SOBRE ALGUNOS POETAS AMIGOS DE CERVANTES ( §■ 73). estos elogios no sean tan ajustados como lo requiere la delicada
crítica del dia , y Cervantes hay a sido censurado severamente
i3q Entre los amigos que se grangeó nuestro escritor, mas por su nimia indulgencia 3a3 , repetiremos 110 obstante el soneto
con su condición que con su ingenio , como dice él mismo en con que quiso recomendar aquel poema histórico, y acreditar la
el prólogo de las novelas, se cuentan algunos poetas y literatos estimación que hacia de su autor:
insignes, de quienes daremos una breve noticia , copiando los O venturosa levantada pluma
elogios que merecieron á Cervantes; pues aunque de corto o Que en la empresa mas alta te ocupaste
ningún mérito en cuanto á la poesía , acreditan su estimación a Que el mundo ¡ludo dar, y al fin mostraste
personas tan dignas de ella por sus luces y aplicación , y com­ Al recibo y al gasto igual la suma:
prueban de algún modo su residencia en Madrid en los anos Calle de hoy mas el esciiptor de Numa,
en que aquellos publicaron sus obras. , Que nadie llegara donde llegaste,
,<o Fue uno de ellos JuauRufoGutierrez,jurado deCordoba, Pues en tan raros versos celebraste
donde nació hacia el año 1547, si juzgamos por la edad de trein­ Tan raro capitán, virtud tan suma.
ta y siete que señala el retrato que acompañó a la primera edi­ Dichoso el celebrado, y quien celebra,
ción de la dustriada. Enviado por aquella ciudad a D. Juan de Y no menos dichoso todo el suelo
Austria, le mandó este escribir la historia de sus jornadas y he­ Que de tanto bien goza en esta historia; «
chos memorables, como lo cumplió, empleando diez anos de con­ E11 quien mvidiao tiempo no harán quiebra;
tinuo estudio en componer y limar aquel poema , que imprimió Autesjhará con justo zelo el cielo
en Madrid en i584, y se reimprimió al siguiente en I.oledo, y en Eterna mas que el tiempo su memoria 324»
1586 en Aléala de llenares. Habíale concluido a fines de ia7b, »41 No solo indicó Cervantes el aprecio que hacia de Pedro
en que la ciudad le recomendó al rey D. Felipe II ; á cuya her­ de Padilla en los versos con que elogió algunas de sus obras, y &e
mana, la emperatriz de romanos y reina de Bohemia y Hungría, imprimieron al principio de ellas , sino que tratando muchos
esta dirigida la dedicatoria coniecha en Madrid a 20 de marzo anos después en el escrutinio de la librería de 1). Quijote del ¿e-
de 158a3■ 7. Parece que se halló sirviendo á D. Juan de Austria soro de varias poesías de aquel escritor , se esplico en estos ter—
en las campañas de Levante y de Italia , que después descr.bió minos: « Como ellas no fueran tantas........... fueran mas estima­
pomo poeta , y que regresó á España en la capitana de Mámelo das ; menester es que este libro se escarde y limpie ue algunas
3g0 ilustraciones Y DOCUMENTOS. 38i
bajezas que entre sus grandezas tiene : guárdese , porque su au­ A este menos lo que es mas se inclina
tor es mi amigo, y por respeto de otras utas heroicas y levan ra­ Del bien que Apolo y que Minerva hacen.
das obras.que ha escrito *>5.» En el discurso que precede a las En sil Jardín espirituat, impreso en i584, y publicado el año si­
obras de Gregorio Silvestre, impresas en Lisboa en el ano liga, guiente, se hallan tres composiciones poéticas de Cervantes por
se cuentan entre los amigos de aquel escritor a Luis Berrín, Loo este órden:
Diego de Mendoza, D. Fernando de Acuna, Gaspar de Baeza,
el M Juan Latino y el bachiller Pedro de Padilla , Habilidad REDONDILLAS DE MIGUEL DE CERVANTES AL HABITO DE
raray única endecir de improviso, y á pocos mjerior en escri­ FR. PEDRO DE PADILLA.
bir de pensado. Fue natural de Linares , como lo aseguro op
de Vega en el Laurel de Apalo Hay quien opina que lite ca­ Hoy el famoso Padilla
ballero de la órden de Santiago; v es cierto que siendo ya avan­ Con las muestras de su zelo
zado en edad tomó el hábito délos carmelitas calzados en Ma- Causa contento en el cielo
dridá 6 de agosto de 1585 3V, sobresaliendo entonces mucho Y en la tierra maravilla,
en la predicación, y dando á sus composiciones el carácter Porque llevado del cebó
' místico que requería su nuevo estado. Pellicer dice que falleció De amor, temor y consejo,
en i5q5 3^8 el autor de las noticias que se estamparon al Se despoja el hombre viejo
principio de las Grandezas de la A/rgen, reimpresas en i8ot>, Para vestirse de nuevo.
creyó inas vagamente que había muerto después de aquel ano. Cual prudente sierpe ha sido,
Nosotros podemos asegurar que todavía vivía eu íSgg, pues no Pues con nuevo corazón
solo en 20 de agosto de i5g7 censuró un libro sobre curación Eu la piedra de Simón
de la peste, compuesto por Miguel Martínez de Leiva; eu gi e Se deja el viejo vestido.
diciembre la Dragontea,y en 6 de agosto de .5g8 /« Arcadia, Y esta mudanza que hace
obras ambas de Lope de Vega , sino que aprobó también el poe­ Lleva tan cierto compás,
ma el Isidro del mismo autor en su convento de Carmen de Ma­ Que en ella asiste lo mas
drid á 22 de enero de i599 3a9, no siendo posible por falta de De cuanto á Dios satisface.
noticias fijar la época de su fallecimiento. Mas cierto parece que Con las obras y la fe
está sepultado en el mismo convento, y que se le aprecia tedie Hoy para el cielo se embarca
los literatos como uno de los escritores mas puros y correclob En mejor jarciada barca
de la lengua castellana. Publicó en Madrid el ano 1583 ^ Ro­ Que la que libró á Noé.
mancero, en el cual se contienen algunos sucesos ocurridos a Y para hacer tal pasage
los españoles en la jornada de Flándes; con otras historias y poe­ Ha muchos años que ha hecho
sías que dirigió al marques de Mondéjar. Espidió el Rey ia li­ Con sano y cristiano pecho
cencia para imprimir esta obra por i5 anos en los reinos de Cas­ Cristiano matalotage.
tilla, con fecha en Lisboa á 22 de setiembrede 1582, refrendada Y no teme el mal tempero,
por Antonio de Eraso , después de estar aprobada de orden Ni anegarse en el profundo;
del consejo por el M. Juan López de Hoyos; y al principio se ha­ Porque en el mar de este mundo
llan tres sonetos, uno de Francisco de Montalvo, otro de Lope* Es plático marinero.
Maldonado, y el siguiente de Cervantes al autor: Y ansimirando el aguja
Ya que del ciego dios habéis cantado Divina cual se requiere,
El bien y el mal, la dulce fuerza y arte Si el demonio á orza diere,
En la primera y la segunda parte El dará al instante á puja.
Do está de amor el todo señalado, Y llevando este concierto
Ahora con aliento descansado Con las ondas deste mar,
Y con nueva virtud que en vos reparte A la fin vendrá á parar
El cielo, nos cantáis del duro Marte A seguro y dulce puerto:
Las fieras armas y el Valor sobrado. Donde sin áncoras ya
Nuevos ricos mineros se descubren Estará la nave en calma,
De vuestro ingenio en la famosa mma Con la eternidad del alma
Que á mas alto deseo satisfacen, Que nunca se acabará.
Y con dar menos de lo mas que encubren En una verdad me fundo,
Y DOCUMENTOS. 383
38a ILUSTRACIONES ¡Qué sánelo trueco y eambio,
Y mi ingenio aqui no yerra, Por las humanas las divinas musas!
Oue en Siendo sai de ia tierra, ¡Qué interes y recambio!
Habéis de ser luz del mundo. ¡ Qué nuevos modos usas
Luz, de gracia rodeada, De adquirir en el suelo una memoria
Oue alumbre nuestro horizonte, Quedé faina á tu nombre, al alma gloria!
Y sobre el Carmelo monte Que pues es tu Parnaso
Fuerte ciudad levantada. El monte del Calvario, y son tus fuentes
Para alcanzar el trofeo De Aganipe y Pegaso
Destas santas profecías Las sagradas corrientes
Tendréis el carro de Elias De las benditas llagas del Cordero,
Con el manto de Eliseo. Eterno nombre de tu nombre espero.
Y ardiendo en amor divino, Después de estos versos, que están al principio del libro, se en­
Donde nuestro bien se fragua, cuentra al fol. aai v. una canción de Padilla á San Francisco,
Apartando el manto til agua á la que siguen varias composiciones que en loor del mismo san­
Por el fuego liaréis camino. to, y a intercesión del autor, escribieron algunos de los famosos
Porque el voto de humildad poetas de Castilla, como el Dr. Campuzano, Pedro Lainez,
Promete segura alteza; López baldonado, Lope de Vega, Gonzalo Gómez de Luquey
Y castidad y pobreza Miguel de Cervantes; cuyo soneto impreso al fol. a3o v. dice asi:
Bienes de divinidad. Muestra su ingenio el que es pintor curioso
Y ansilos cielos serenos Cuando pinta al desnudo una figura,
Verán, cuando acabarás, Donde la traza, el arte y compostura
ün cortesano allá mas, Ningún velo la cubra artificioso.
Y en la tierra un sabio menos. Vos , seráfico Padre, y vos hermoso
Retrato de Jesús, sois la pintura
MIGUEL DE CERVANTES A FR. PEDRO DE PADILLA. Al desnudo pintada , en tal hechura
Que Dios nos muestra ser pintor famoso.
Cual vemos que renueva Las sombras, de ser mártir descubristes;
El águila real la vieja y parda Los lejos , en que estáis allá en el cielo
Pluma, y con otra nueva En soberana silla colocado:
La detenida y tarda Las colores , las llagas que tuvistes
Pereza arroja, y con subido vuelo Tanto las suben que se admira el suelo ,
Rompe las nubes, y se llega al cielo: Y el pintor en la obrase ha pagado.
Tal, famoso Padilla, Publicó Padilla en 1687 ¡a mencionada obra de las Grandezas
Has sacudido tus humanas plumas, y éscelencias de la Virgen Nuestra Señora , dedicándola á la
Porque con maravilla Berma. infanta Margarita de Austria, profesa en el monasterio
Intentes y presumas délas Descalzas reales de Madrid 330 , y en su principio se lee el
Llegar con nuevo vuelo al alto asientoi ■siguiente soneto de Cervantes:
Donde aspiran las alas de tu intento. De la Virgen sin par santa y bendita,
Del sol el rayo ardiente Digo de sus loores, justamente
Alza del duro rostro de la tierra Haces el rico sin igual presente
(Con virtud escelente) A la sin par cristiana Margarita;
La huinidad que en sí encierra, Dándole, quedas rico; y queda escrita
La cual después en lluvia convertida Tu fama en hojas de metal luciente;
Alegra al suelo, y da á los hombres vida, Que á despecho y pesar del diligente
Y desta mesma suerte Tiempo, será en sus filies infinita:
El sol divino te regala y toca: Felice en el sugeto que escogiste,
Y en tal humor convierte, Dichoso en la ocasión que te did el cielo
Que con tu pluma apoca De dar á virgen el virgíneo canto;
La sequedad de la ignorancia nuestra, Venturoso también porque hiciste
Y á sciencia santa y santa vida adiestra*
384 ILUSTRACIONES V DOCUMENTOS. 885
Que den las musas del hispano suelo Del pecho mas encendido
- Admiración al griego, al lusco espanto. , En fuego de amor, y herido
Finalmente en el Canto de Caliope dedicó Cervantes a Padilla De su dardo ponzoñoso
un pomposo elogio; y Espinel repitió otro no metros hiperbólico Y en la red suya cogido:
en su Casa de la Memoria. El temor y la esperanza
1Z2 También nos dejó Cervantes pruebas de su amistad con Con que el bien y el mal se alcanza
Lopez de Maldonado, que parece fue nat ural de Toledo, y que En las empresas de amor,
residió algunos años en Valencia , donde fue uno de los indivi­ Aqui muestra su valor,
duos de la academia de los Nocturnos que se reuma en aquella Su buena ó su mala andanza.
ciudad por los años de i5gi, y adoptó en ella el nombre de Sin­ Sin flores, sin praderías,
cero 33'. Cervantes en el Canto deCaliope, y Espinel en su Ca­ Y sin los faunos silvanos,
sa de la Memoria le alabaron encarecidamente. Publico Lopez Sin ninfas, sin dioses-vanos,
Maldonado en 1586 su Cancionero, ó colección de¡varias Sin yerbas, sin aguas frías,
poesías, que aprobó porórden del consejo D. Alonso de Ercilia, Y sin apacibles llanos:
y para cuya impresión habla obtenido privilegio reala 19 de En agradables concetos,
abril de 1584 ; y entre las muchas composiciones que se hallan Profundos, altos, discretos,
al principio en alabanza del autor y de la obra , escritas por Vi­ Con verdad llana y distinta,
cente Espinel, Juan de Vergara, Lope de Vega, Gonzalo Go­ Aqui el sabio autor nos pinta
mez de Loque, Diego Duran, Pedro de Padilla y otros celebres Del ciego dios los el'etos.
poetas de aquel tiempo, hay de Cervantes las dos que aquí co­ Con declararnos la mengua
piamos, y con las que parece quiso corresponder al soneto que Y el bien de su ardiente llama
escribió Lopez Maldonado en loor de la Galatea. Ha dado á su nombre fama
El casto ardor de una amorosa llama, Y enriquecido su lengua,
Un sabio pecho á su rigor sujeto, Que ya la mejor se llama:
Un desden sacudido y un a feto Y llanos mostrado que es solo
Blando, que al alma en dulce fuego inflama. Favorecido de Apolo
El bien y el mal á que convida y llama Con dones tan infinitos
De amor la fuerza y poderoso efeto, Que su fama en sus escritos
Eternamente en son claro y perfeto Irá de este al otro polo.
Con estas rimas cantará la fama : Del mérito y amistad de López MaJdoñado hizo memoria Cer-.
Llevando el nombre único y famoso vanles en el escrutinio de la librería de D. Quijote, donde tra­
Vuestro, felice Lopez Maldonado, tando del espresado Caucionero dijo: «También el autor de ese
Del moreno Etiope al Cita blanco; libro es grande amigó mió, y sus versos en su boca admiran
Y hará que en balde del laurel honroso á quien los oye, y tal es la suavidad de la voz con que los canta
Espere alguno verse coronado, que encanta: algo largo es en las églogas; pero nunca lo bueno
Si no os imita y tiene por su blanco. lúe mucho: guárdese con los escogidos 332.»
i43 Alonso de Barros fue otro poeta apreciado y amigo de
Del mismo al mismo: Cervantes por este mismo tiempo. Habia nacido en Segovia el
año 155«, según conjetura Colmenares, de una familia ilustre
Biendonado sale al mundo de aquella ciudad 333. Sus padres se llamaron Diego López de
Este libro, do se encierra Orozco, que fue de la cámara del emperador, y Doña Elvira de
La paz de amor y la guerra, Ba ríos, quienes acomodando al hijo en la servidumbre del real
Y aquel fruto sin segundo palacio le proporcionaron llegar al empleo de aposentador de
Déla castellana tierra. los reyes Felipe II y III, que sirvió mucho tiempo, sin que el
Que aunque le da Maldonado,1 Bullicio y continuado afan de la corte le distrajese de sus estu­
Va tan ricó y bien donado dios ni de la composición de las obras que publicó, hasta qué
De sciencia y de discreción, en 1604 falleció en Madrid , y fue sepultado en el templo de
Que me afirmo en la razon nuestra Señora de Loreto. El espresado Colmenares solo conoció
De decir que es bien donado.- desús escritos el que intituló Perla de proverbios morales, im­
El sentimiento amoroso preso en Madrid año 1601; los cuales, concordados con senten-
ggg 1E0STRACICNES V DOCUMENTOS. 387
cias de filósofo» y poetas por Bartolomé Jiménez Patón, se im­ vez de Montalvo, autor del Pastor de Etlida, con Francisco de
primieron en Baeza en ibi 5 (cuya edición tenemos a la vista), Figueroa, Pedro Lainez, Ercilla y otros poetas igualmente dis­
y en Lisboa cu i6< 7. También escribió un elogio de Mateo Ate­ tinguidos, tendrérños ocasión de hablar cuando analicemos la
nían > de su libro de la vida de Guzman de Aljip-ache,gue se Galatea , y procuremos correr el velo á los hechos y persona-
imprimió ai principio de las antiguas ediciones. En su EdosoJ'a. ges verdaderos que se ocultan ingeniosamente entre las aventu­
cortesana moralizada que, aprobada poi Erciíla, publicó cu ras y pastores de aquella novela.
15B”, se irada de Cervantes el siguiente soneto:
‘ Cual vemos del rosado y rico oriente
La blanca y dura piedra señalarse, La afición á la literatura . . . propagó en este siglo . . . el gus-
Y en todo, aunque pequeña, aventajarse to d las academias (§.' yá).
A la mayor del Caucaso eminente:
Tal este, humilde al parecer, presente, 146 Sóbrela fundación ó establecimiento dé varias acade­
Puede y debe mirarse y admirarse, mias de Italia en el siglo XVI escribió con mucho juicio y exac­
fío por la cantidad, mas por mostrarse titud Ludovico Domeniqui en su Razonamiento sobre las em-
Ser en su calidad tan escelenle. presas de Pablo Jovio, impreso en i56i, pág. 178. be alli se
El que navega por el golfo insano propagó muy pronto este gusto por España, como lo manifiesta
bel mar de pretensiones, vera al punto él finio. Sr. b. Pedro' de Aavarra, obispo IX de cómenge, y del
Del cortesano laberinto el hilo. Consejo supremo del rey de Francia, en la carta dedicatoria al
Felice ingenio y venturosa mano br. I raucisco de Craso,l primer secretario y del consejo de Felipe
Que el deleité y provecho puso junto 11, de sus Diálogos de la preparación de la muerte, que con
En juego alegre, en dulce y claro estilo. otros de diversas materias se imprimieron en Tolosa de Francia'
144 Hemos visto en el §. 67 de esta parte íí cómo corres* én la oficina de Jacobo Coiomerio, en un tomo en 4.0 , y pos­
pondió Espinel en su Casa de la Memoria al elogio que Cer- teriormente en Zaragoza año 1567 en 8.° Dice asi:
yantes le había tributado poco tiempo antes en su Canto d¿ «Muy magnífico 8r.“Entre las academias que había de va­
Caliope. Cultivó Espiuel con lustre la poesía y la música, sien­ rones ilustres en el tiempo que yo seguia la corte de aquel in­
do Cu la una inventor de ¡as décimas que se llamaron por esto victísimo César, vencedor dé si mismo, era una (y no de las
Espinelas, é introduciendo en la otra ¡a quinta cuerda déla vi* postreras) la casa del notable y valeroso Hernán Cortés, en-
huela ó guitarra, añadiéndola con esto gran perfección para el grandcscedor de la'honra é imperio de España. Cuy a conver­
bajo y acompañamiento músico 3 34.- Muchos son los elogio^ qué sación séguiau muchas personas señaladas de diversas profe­
hicieron de. él varios escritores coetáneos, particularmente. Lope siones, por su gran éspériencia y hechos admirables: especial­
de Vega, que sujetaba sus obras á su censuray corrección, l.)ort mente el liberal cardenal Poggio, el esperto dominico Pastorelo,
Alonso de Emilia, que afirmaba que sus versos líricos eran los arzobispo de Callar, el docto i1 r. Domingo del Pico, el pruden­
mejores que había visto; Lupercio Leonardo de Argensola, y te D. Joan DezlÚñiga, comendador mayor de Castilla, el grave
Cervantes, que. todavía ai fin de sus años decía por boca de Apo-' y cuerdo Joan de Vega, el ínclito D. Antonio de Peralta , mar­
lo en la carta que incluyó en su Adjunta id ¿'amaso: «Al fa­ ques dé Falces, D. Bernaldino su hermano, el de escelenle jui­
moso Espinel dará vmd. mis encomiendas, como a uno de los cio D. Joan dé Beaumont, y otros que por no ser largo dejo de
mas antiguos y verdaderos amigos que yo tengo.» Sin embargo, nombrar. Las materias que entre éstos insignes varones se trata­
el mismo Cervantes eme! espresado viage manifestó que conocía ban eran tan notables, que si mi rudo juicio alcanza alguna
bien su carácter diciendo: parte de bueno, tuvodellas el principio: tanto qué en docientos
Este, aunipte tiene parte de Zoilo, diálogos qqe yo he escrito, hay muy pocas cosas qué en esta es­
Es el grande Espinel, que en la guitarra télente academia no se hayan tocado. Y por ser tal la órden de
Tiene:1a prima,y en el raro estilo 33>. éstos varones ilustres y sabios, que quien llegaba postrero á la
Era en efecto Espinel tan disimulado, soearron y maldiciente, plática había de proponer la materia de que se había de tratar
que cuando ya muerto Cervantes publicó ¡a Pula del Escudero aquel día, y bien disputada y decidida mandar escribir al que'
Mareas de Obregon, olvidó la antigua buena correspondencia quisiese de la compañía , tocó lín dia al prudente 1). Joan Dez-
con aquel amigo, procurando zaherirle ocultamente y rebajar t’uñiga el proponer, éá mí (por su mandado) el escrebir: la or­
el mérito del ingenioso hidalgo de la Manchó, para encumbrar den <pie lodo verdadero cristiano ha de tener en aparejarse pa-
sobre él a su buen Escudero, como lo observó Pellicer 3 , y lo t'a bien morir. Y porque el subjeto de la disputa fue el princi­
referimos también en el §• 176 de la parte l. . . , pal privado del César, Francisco de Cobos, á quien vmd. há
1.^5 be la amistad y trato que tuvo Cervantes con Luis bal- sucedido en oficio j privanza, meparesció que n o era justo q.ué
1 documentos. 389
ggg ilustraciones
yo dirigiese á otro mi obra, demas de lo que me obligan el amis- Juan de Malara fue el primero que en España escribió una
comedia en verso (§.76).
,dtl / ld |)efo* academia Imitatoria establecida en Madrid hacia
el año 1586 nos dejó Juan Rufo en la pág. v. de sus Apotegmas, t5i Nació este escritor en Sevilla, donde su padre Diego de
impreso en el de .5g6, la noticia siguiente : «l-undpseen Ma­ Malara le enseñó las primeras letras. Aprendió alli la gramática
drid la academia Imitatoria, cuyos principios parece que pro­ latina y principios de la griega con el M. Pedro Fernandez,
metían que había de durar, como imitadora de las famosísimas presbítero: después las humanidades en Salamanca con los MM.
de Italia: porque el presidente, aunque era muchacho, era rico y León de Castro , Miguel de Palacios y Juan del Caño , y algún
principal, y siendo con esto poeta, y de buen ingenio, acarea­ tiempo la retórica y el griego con el comendador Hernán JXuñez;
ba con liberalidad y cortesía á los hombres de aquella profesión. y continuó sus estudios en Barcelona con el M, I rañcisco Esto­
Esforzaba también las esperanzas de este noble edificio la multi­ var (.Filoso!, vulg. cent. i.a y 7.a, refr. i5 y t.°). Volvio a los
tud de personas eminentes que le servían de columnas. Y fina - diez años á su patria, y en ella tuvo escuela de gramática y hu­
mente el concurso de oyentes calificados, grandes, títulos y manidades, á la que concurrieron grandes personages, de los
ministros del rey que iban á 0>r con aplauso y atención. Pues cuales fueron el M. Francisco de Medina (que fue secretario del
como tras todo esto la academia susodicha se acabase tan en fluí, cardenal arzobispo D. Rodrigo de Castro), Diego Girón, rían-
que no cumplió el año del noviciado , y le preguntase el Sr. de cisco de Ribera y otros hombres doctos.
ti Horcajada la causa de haberse logrado tan mal , R. como t.l « Usaban en aquel tiempo por España (dice Caro en sus Cía-,
presidente era niño, murió la academia de alferecía.» ros Enroñes de Sevilla m. s.) representar comedias en prosa,
* iA8 Parece que Lupercio Leonardo de Argensola siendo y yo tuve un libro de ellas que imprimió Lope de Rueda; mas de
muv mozo fue admitido en esta academia , en la cual tomó por Joan de Malara , para imitar los antiguos poetas cómicos , hay
nombre el Bárbaro, y preguntándole la causa de llamarse asi, la primera comedia que hizo, que se representó en España , en
respondió con aquellos ingeniosos tercetos que andan en sus verso toda, acomodando los personages de ella y sus nombres a
obras, manifestando que quiso tornar tal nombre con alusión a que debajo de la figura que representaba se entendiese, o alguna
Doña Mariana Barbara de Albion , á quien obsequiaba , y con virtud, ó lo contrario , algún vicio, para que no quedase la co­
quien se casó por los años de 1587 , como á los veinte y cuatro media en términos solos de una fábula, sino que aque lo mismo
de su edad. En estos versos indicó ya la persecución que padecía tuviese oculto misterio moral ó divino, como lo hizo Homero en
la academia diciendo: aquella celebradísima Iliada y Odisea. Esta comedia la repre­
Y si del ocio huyendo por recreo sentaron estudiantes en el convento de nuestra bra. de Consola­
Busca la discreción de la academia, ción de Utrera, de quien Joan de Malara fue muy devoto, y yo
Que.ser humilde tiene por trofeo, tuve mucho tiempo el original de esta comedia entre mis libros.»
Le sigue y le persigue la blasfemia El mismo Malara, en su Filosofa vulgar, cent. 6. , reír. 77,
Como si fuera público enemigo: dice hablando del nombre BambaHo: «... y asi llame yo un bobo
Tal es el precio con que el vulgo premia . de una comedia mia que hice en latin, y la misma en romance,
iXq Cervantes aludió á esta academia hablando en el Gofo- y representada en las escuelas de la insigne universidad de bala-
auiode los Perros de un poeta tonto y académico de burla lla­ manca año de i548, llamada Locusta.» Su paisano Juan de la
mado Moldean, de quien hizo también memoria en el cap. 71 de Cueva le llamó el Bélico Menandro , diciendo que dio mil tra­
la parte II del Quijote. •1 vi, gedias al teatro;y que le ilustró apartando de él la ru eza y con
15o De la academia de los Nocturnos establecida en Valen­ fusión que reinaba hasta entonces (Arte poética, epist. m.).
cia,cuya primer junta se celebró á 4 de octubre de i59i,nosdm
es tensas y puntuales noticias el Sr. D. Francisco Cerdá en sus Entrado ya el año 1588, ..se trasladó á Sevilla (§§* /7 Y 79)*
eruditas notasá/a Diana de Gil Polo, pag. 515 y sig. 1 ero paie-
ce que esta academia se disolvió algunos anos después , poique 15a Nada dijo D. Gregorio Mayans de la residencia de Cer­
hacia el de 1615 resucitó ó se restableció en la misma ciudad pm vantes en Sevilla , sin embargo de que asi algunos pasages del
el superior ingenio de D. Guillen de Castro, que era su .mhv.duo Quijote y de las novelas, como las indicaciones de D. LNicolas An­
con el nombre de Secreto. Entonces se la llamo academia de Mí tonio inducían á sospecharlo. Ríos creyó verosímil que perma­
Montañeses del Parnaso , en la cual lúe admitido académico neciese en aquella ciudad desde i594 á i5gg; y Pelhcer lo com­
Juan Yagiie de Salas con el nombre de I’mdauro, y se le mando probó en algún modo con respecto á i595y 96. Mas al examinar
resumir su poema de los Amantes de Teruel , desnudo de epi­ este punto, v observando que Cervantes no concurrió a os cer­
sodios, en las octavas que se leyeron en la segunda junta, e m támenes poéticos publicados par la universidad de Aléala para
serió al fin del mismo poema impreso en \ al encía ano'10 ib en o»
3ga ILUSTRACIONES y-noctiMBXroS.

Jas tiestas de la canonización de San Diego , celebradas en abril rá á derecho v residencia ante el dicho proveedor general, ó ;¡ote
de 1889, nos persuadirnos desde luego de que ya entonces tenia otro cualquier juez que se deba dar, sobre razón de cualesquier
otras cosas en que ocuparse, y había dejado la pluma y las co­ demandas que le fueren puestas en razón del dicho su oíicio , y
medias, y que probablemente residía en Sevilla; porque no era estará y se hallará presente á la sentencia ó sentencias que con­
natural que quien quiso acreditarse de poeta en otras ocasiones tra él se hicieren y pronunciaren, y pagará todos y cualesquier
semejantes, se hubiese desentendido, bailándose en Madnd, de tlirs. en que fuere condenado; y en defecto de no lo hacer y cum­
la que tanto debia interesarle, ja por celebrarse en su misma pa­ plir ansi,quedos como sus fiadores y principales pagadores, de­
tria y en honor de un santo tan venerado en ella, ya por la con­ bajo de la dicha mancomunidad,)’ haciendo como hacen de
currencia de Felipe tí con la emperatriz su hermana, los prín­ lleuda agena suya propia, sin que sea necesario hacer escursion
cipes, infantes y toda la corle y pueblos de la comarca, ya ni otra diligencia coritra el dicho Miguel de Cervantes, aunque
finalmente por los grandes ingenios que acudieron á disputar los de derecho se deba hacer, darán la dicha cuenta y pagarán
premios, y entre quienes tanto se distinguió Lupercio Leonardo cualquier alcance ó alcances que se le hicieren de lo susodicho
de Argensola. Notábamos también en apoyo de esta opinión que llanamente ; y demas desto estarán y Se hallarán presentes á la
en el Coloquio de. los Perros habla como observador ocular de dicha residencia y sentencias que en ella se dieren , y pagarán
lo que sucedía en Sevilla en tiempo del asistente L). Juan Sar­ todos y cualesquier tnaravedis en que fuere condenado : y para
miento de Valladares, que obtuvo este empleo en i58g, habién­ el cumplimiento <le ello dieron sp poder cumplido a todas y
dole ejercido solo un año , según Ortiz de Zqñiga (yj/i. de Sev, cualesquier jueces y justicias , y especialmente al dicho provee­
L. xvin). Posteriormente pareció el memorial presentado por dor general Antonio de Guevara , á cuyo fuero y jurisdicion se
Cervantes en iSyo, donde dice que habla asistido allí en nego­ sometieron, y renunciaron el suyo propio, para que se lo
cios de la armada por órden de Antonio de Guevara ; y regis­ llagan cumplir y pagar como por sentencia difinitiva , pasada
trando con este antecedente el Norte de la contratación de in­ en eos.i juzgada ; y renunciaron todas las demas leyes , lucros
dias escr'do por D. JosefVeitia, é impreso en 1(173, encontramos y derechos que sean en su favor, con la general ; y lo otorga­
(L. i, c. 22) la noticia de que en 1588 fue ó Sevilla el consejero ron asi por firme , y firmaron de sus nombres , siendo testigo
de hacienda Guevara á servir el encargo de proveedor general un hombre que se dijo llamar Francisco Ramírez, oficial de
con facultades estraordinarias. Pero otros documentos , y entre carderò, é ser vecino de esta ciudad y morador al Caño-que—
ellos el siguiente, acabaron de comprobar todas nuestras conje­ bra lo, y.Pedro Hernández, criado del dicho Lie. Nava, que
juraron en forma de derecho conocer á los dichos otorgantes , y
turas. asimismo fue testigo del otorgamiento con los smodi, líos Mar-
Comisión. 35 Fianza por Miguel de Cervantes.
t.n d ■ Villa , criado de miel presente scribano. zzz Luis de Mar-
En la ciudad de Sevilla á 12 dias del mes de junio de 1588 moicj . —- !Í1 Lie. Nava Cabeza de Vaca, Ante ini ; 1 echo
años, en presencia de mí Pedro Gómez,escribano de S. M. y de Gómez. Arch. Simanc. n.° 1267 , 2.a época, contadurías ge­
¡as provisiones de sus galeras y armadas, deque es proveedor nerales.
general Antonio de Guevara, del su consejo, y testigos, paresció, 153 En el mismo archivo y lugar, con el núm. 1170, se ha­
presente el licenciado Juan de Nava Cabeza de Vaca, morador a llan varias cuentas de Cervantes correspondientes á esta comi­
líi colación de la Madalena en el dormitorio de San Pablo, en las sión, que por muy prolijas dejamos de publicar. Do ellas consta
casas de Marco Ocaña; y Luis Marmolejo, en la dicha colación, que se le hicieron cuatro libramientos, en 28 de junio, 9 y’ ji 1 e
en la calle de Cantarranas en la casa de Doña Juana de lories, agosto, y 24 de diciembre de r588, desde Sevilla, y lodos al pa­
vecinos de esta dicha ciudad, ambos á dos juntamente, de manco­ recer sobre Écija , que ascendimi á 2900 ducados, y que en esta
mún, á voz de uno y cada uno, por sí é por el todo, renunciando ciudad y en Marchena acopió en setiembre , octubre y noviem­
como renunciaron las leyes de la mancomunidad en forma e co­ bre 2o53 arrobas de aceite á 10 rs., y en Ecija 3483 fan. y 2ce­
mo en ella se contiene, se obligaron por sus personas y bienes, len), detrigoá loy á t4rs>,y 789 fin. 4 celem. deceba a a o rs.
que Miguel de Cervantes Saavedra, residente en esta dicha ciu­ 154 De las incidencias de estas cuentas, que se hallan al
dad, hará é usará bien, fiel y diligentemente el oficio y cargo, de núm. 237, inventario 3.°, aparece que se le abonaron 102 ') inrs,
comisario del dicho proveedor general Antonio de Guevara en por salario de 25o días al respecto de 12 rs. como a los demas
todos los casos y cosas que por él le fueren encargadas, y acudirá comisarios, en virtud de providencia dada por los contadores
con todos y cualesquier bastimentos, pertrechos y municiones, de la comisión , de acuerdo con el consejero de hacienda Luis
dineros v otras cosas que.se le dieren y entregaren de la hacienda Gaitau de Ayala; aunque Cervantes pretendili el abono de 274
de S. M. á las partes y personas que se le ordenare , y de todo dias, los 270 que, según hizo constar por testimonio de escri­
ello dará buena cuenta, con pago, leal y verdadera, y pagará lo­ bano é información recibida en Ecija ante su corregidor el fue.
dos y jcuale>quiera¿<ikaiio«s que se le hicieren; demas deslo.cstu- Fernando de Montemayor , había empleado en recibir en H
3g2 ilustraciones 1 documentos. 393
misma ciudad y su contorno goo4 fanegas de trigo, embarga­
das al efecto por el alcalde Valdivia, en hacerlas moler y en re­ Según lo indicó en el Piage al Parnaso (§. 78 ).
mitirlas al tenedor de bastimentos en Sevilla Gerónimo Maído-
nado, desde 6 de julio de i588 en que exhibió el despacho de r56 Que Cervantes malograse por alguna inconsideración ó
su encargo, dado por el proveedor general en t5 de junio, hasta falta de cautela una suerte mas próspera y feliz, lo da á enten­
2 de abril de i58g ; y los 4 dias restantes por razón de ¡da y der en estos versos deleitado Piage (cap. IV ), donde -quejan-
vuelta. Hecha en fin la liquidación cobró el ejecutor Francisco dose de su fortuna al dios Apolo le responde este :
Gallo 7g5 1 /a rs. que resultaba deber Cervantes ; y se espidió Vienen las malas suertes atrasadas,
áeste el correspondiente finiquito de solvencia , según fia visto Y toman tan de lejos la corriente,
fm el citado archivo el Señor González , y consta por carta suya Que son temidas , pero no escusadas.
deódeabrilde i8t8. El bien les viene á algunos de repente,
i55 Que continuaba Cervantes de comisario del proveedor A otros poco á poco y sin pensallo ,
Pedro de lsunza en los años i5gi y i592 C §- 79 ) , consta de Y el mal no guarda estilo diferente.
otros documentos que se hallan entre los dé cargos en dicho El bien que está adquirido ponservallo
archivo y lugar núm. 1275 , á saber Receta de los contadores Con maña, diligencia y con cordura
de la comisión, con fecha en Sevilla á3i de marzo de i5g8, que Es no menor virtud que el grangeallo,
dice: «Para la comprobación de la cuenta de Miguel de Cervan­ Tú mismo te has forjado tu ventura,
tes Saavedra, comisario que fue del proveedor Pedro de lsunza Y yo te he visto alguna vez con ella;
los años i5gi y ga , conviene al servicio de S. M. que el Se. Pero en el imprudente poco dura.
Gaspar de Áñastro , su proveedor de las galeras de España, ó Estas mismas reflexiones mas generalizadas hizo por boca de
la persona que por él sirviere su oficio, dé razón de los marave­ D.Quij oteen el cap. lxvi, parle 11, diciendo : ríe aqui viene lo
dises, trigo y cebada, y otras cualesquier cosas que por los 1G que suele decirse, que cada uno es artífice de su ventura', yo lo
bros que están en su poder, del dicho Pedro de lsunza , pare­ he sido de la mia; pero no con la prudencia necesaria , y asi
ciere haber recibido el dicho comisario, de que se le deba hacer me han salido al gallarín mis presunciones,
cargo...;» á cuya continuación está la respuesta que con refe-:
rencia.á estos libros, y por ausencia del proveedor Añastro, dió COMISION EN EL REINO DE. GRANADA (§§. 83 á 87, go, g I y g5).
Diego de Rui Saenz en el Puerto de Santa María á g de abril
siguiente: por la cual aparece que se libraron á Cervantes t5y Las noticias que damos en estos párrafos las hemos to­
iag2O0 mrs., ó 38oo rs., los 3200 que le entregó como comisa­ mado de los mismos documentos originales hallados en el ar­
rio el mismo. Rui Saenz en 14 de julio de i592 , y los 600 res­ chivo de Simancas por la eficaz diligencia del Sr. D. Tomas
tantes por libranza de lsunza en 28 de setiembre: que acopió González, quien los remitió al ministerio de Estado, y se nos
g5 fanegas de garbanzos, 556o fati. 6’/2 celem. de trigo, y i4?5. pasaron con reales órdenes de 6 de marzo y 29 de junio de 1817;
fan. de celem. de cebada; y que para este acopio se halló los cuales insertarémos aqui, resumiendo parte de algunos, y re­
desde 16 de diciembre de i5gi hasta 5 de agosto de gá en los duciendo á guarismo las fechas y cantidades por evitar proli­
pueblos que hemos referido en dicho párrafo, y sus ayudantes jidad.
Caballero y López Delgadillo en Iznatorafe, Villacarrillo , Vi-
llanueva de Andújar y Torres.— El otro documento es una re­ Información de que O. Francisco Suaren Gaseo era sugeto abo­
lación jurada y firmada por Cervantes, con fecha en Sevilla á nado para fiador de Cervantes.
28 del citado abril de i5g8 , del trigo y cebada que por medio
de su ayudante Nicolás Benito, y por orden del proveedor En la villa de Madridá r.° dia del mes de julio de 15g4 años
lsunza había sacado desde 28 de febrero hasta 8 de mayo de i5ga antel Sr. Lie, Diego de Tamayo, teniente de corregidor cuesta
de las tercias de la villa de Teva , que tenia en arriendo Salva­ villa de Madrid y su tierra por S. M., páreselo presente Miguel
dor de Toro, el trigo para provisión de las galeras de. España , de Cervantes Saavedra, é presentó una petición del tenor si­
y la cebada para las recuas que lo llevaron á Málaga , donde el guiente.-ztPeíicion,“ Miguel de Cervantes Saavedra, vecino de
mismo ayudante lo entregó al tenedor de bastimentos Alonso de la villa de Esquivias, residente en esta corle, digo: que para la
Iniesta; y añade Cervantes en el encabezamiento, de esta rela­ seguridad é paga de una cobranza que por los señores contado­
ción, que la daba á los contadores de S. M. que en esta ciudad res mayores del consejo de contaduría mayor de S. M. en que
de Sevilla toman cuentas, no obstante que tengo otras partidas estoy nombrado, de cantidad de 245g98g mrs. que á S. M. y á
de la misma comisión de que darlas, que estoy haciendo y jun­ su real hacienda se deben en el reino de Granada de lo proce­
tando mis papeles para ello, que están en la. ciudaflde Málaga , dido de las tercias y alcabalas' reales y otras cosas á S. M,
Y DOCUMENTOS. 3<)5
3g4 ilustraciones
pertenecientes, tengo ofrescido por mi fiador á O. Francisco Sua- necesario, á hacer pago á S. M. y a su real hacienda de 2459989
rez, vecino de la villa de Tarancon , hasta en cantidad de 4000 mrs. que a S. M. y á su real hacienda se le deben de lo proce­
ducados, que valen tSooooo mrs ,y tengo necesidad de averiguar dido de las alcabalas y tercias reales y otras rentas del dicho
con información de testigos de abono, que son Agustín de Cetina, reino de Granada basta el tercio primero deste presente año,
como se contiene y declara en la dicha real comisión , á que
contador de ti. M., y D. Gabriel Suarez Gaseo c Juan de \ ale­
ra, residentes en esta corte, de como el dicho D. Francisco Sua­ dijo que se refería, y porquel dicho Miguel de Cervantes ha de
rez es abonado en la dicha cantidad y mas- á vmd. suplico man­ dar lianzas parala seguridad y paga délo que en su poder en­
de resccbir la dicha información ; y fecha , se me dé un trasla­ trare tocante á lo susodicho, y para que dará cuenta con pago
do signado y en pública forma, interponiendo á ello su autori­ leal y verdadera, y pagará el alcance ó alcances que se le lu­
dad y decreto judicial, tanto cuanto ha lugar de derecho, é pido cieren; y el dicho D. Francisco Suarez q,uiere ser tal su fiador
justicia , é para ello etc. Miguel de Cervantes Saavsdra. — Y hasta en cantidad de 4000 ducados que valen 15.00000 mrs. ,
presentada , pidió loen ella contenido en justicia, y por el di­ otorgó que se obligaba y obligóquel dicho Miguel de Cervan­
cho Sr. teniente vista mandé se examinen los testigos que pre­ tes dará buena cuenta con pago leal y verdadera de todos é cua­
sentare el dicho Miguel de Cervantes al tenor de la dicha peti­ lesquier mrs. que en su poder entraren de lo tocante á la dicha
ción , y el examen é juramento de los dichos testigos cometió a Poinision y cobranza, y pagara el alcance ó alcances que se 1c hi­
Gerónimo Félix, escribano de S. M =; Ansí lo proveyó é man­ cieren; donde no, que él, como su fiador y principal pagador,
dó, siendo testigos Cuevas y Campillo, escribanos públicos. y sin que contra el dicho Miguel de Cervantes se haga diligen­
cia ni escursion alguna, aunque de hecho y de derecho sea ne­
— Ante mí: Martínez. cesario, déla cual relieva a la persona á cuyo cargo sea de la
Siguen las declaraciones de los tres testigos presentados por
Cervantes en 2 de agosto, de que dejamos hecha mención en el hacer, lo hará y cumplirá y pagará el dicho alcance ó alcances
§. 83;y concluye en estaJornia, que se le hicieren al dicho Miguel de Cervantes hasta en la di­
después de lo susodicho eti la dicha villa deMadrid á3 dias del cha cantidad de ios dichos 4000 ducados , y no en mas, porque
ines de agosto de i5g4 años, vista esta información por el dicho en esta cantidad le fia: y para el cumplí miento de lo que dicho es
Sr. Lie. Tamayo, teniente de corregidor en esta villa de obligó su persona y bienes, muebles y raíces: y por esta presen­
Madrid y-su tierra por S, M., dijo que de ella mandaba dar, y te carta dió todo su poder cumplido á todas las justicias y jueces
que se dé al dicho Miguel de Cervantes un traslado, dos ó mis, de 8. M. de cualesquier partes que sean, al fuero é jurisdicción,
los que fueren necesarios para el efecto que le pide ; al cud , y de las cuales y de cada una dellas se sometió, y especialmente al
fuero é jurisdicción de los señores del consejo de contaduría nri-
á los cuales dijo interponía, é mteipuso su autoridad y decreto
judicial y ordinario, para que valga y haga fe én juicio é fuera y or de haciendadeS. M.,y renunció su propio fuero, jurisdicción
del; y lo firmó de su nombre: testigos Suarez y Campillo, es­ y domicilio, y la ley si couvenerit dejurisdictione omnlum judi-
cribanos públicos.=z'dl Lie. Diego de Tamayo.=Ante mí Fran­ cum, para que las dichas justiciasy cualquier dellas le compelan
cisco Martínez. — li yo Francisco Martínez, escribano de S. M, y apremien á que ansí lo tenga, guarde y cumpla y pague, como si
é del ayuntamiento de esta villa de Madrid , y de las rentas rea­ fuese sentencia difinitiya de juez competente, pasada en cosa juz­
les deíla y su tierra y partido, y condado de Puño- eu-rostro , gada, por él pedida y consentida, y sobre elfo renuncia todas é
fui presente á lo quede mise hace mención con el dicho Señor Cualesquier leyes, fueros é derechos de su favor,é la que dice que
teniente: y de su mandamiento , que aqui y en el registro fir­ general renunciación de leyes fecha, non vala; siendo presen­
mó su nombre, lo fice escribir y signé y firmé, üx Lie.Tam iyo. tes por testigos á lo que dicho es Pero Gonzalezy J uan de Recal
En testimonio de verdad. Francisco Martínez, escribano y Julián Velazquez, residentes en esta corte; y el dicho D. Fran­
de S. M. “ Original al contador Enrique de Araiz. cisco Suarez lo firmó de su nombre en el registro desta carta,
al cual conozco. D. Francisco Suarez Gaseo.r-Pasó ante mí:
Gerónimo Félix , escribano. — E yo el dicho Gerónimo Félix,
Fianza otorgada por Gaseo.
escribano de S. M., residente en su corte y en el oficio de Fran­
En la villa deMadrid á 1.° dia del mes de agosto de 15g4 años, cisco Martínez , escribano del número é ayuntamiento desta vi­
ante mí el escribano público y testigos de yuso eseriplos pares- lla de Madrid, y vecino della, presente fui á lo que dicho es con
ció presente D. Francisco Suarez Gaseo, estante en esta corte, y l is dichos testigos y otorgante, que doy fe que conozco,y no lle­
vecino de la villa de Tarancon, y dijo: que por cuanto los seño­ vé derechos de este traslado, y en fe dello lo signé y firmé
res contadores mayores de consejo de contaduría mayor de ha­ En testimonio "j" de verdad: Gerónimo Félix.=:(Jrig¡nal al con­
cienda del Rey nuestro señor han nombrado á Miguel de Cer­ tador Enrique de Araiz.
vantes Saavedra para que con su comisión vaya con vara alta
de justicia á la ciudad de Granada, y otras parles donde fuere
3gf¡ ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 897
Presente tómen, y Hoc ita, de Fidejussoribus^et de Puobus reís
Pide Cervantes se tenga por suficiente esta fianza. Decreto y stipulandi et promilendi^ y el beneficio de la división y escusion,
dictamen sobre esta petición. y la epístola del Divo Adriano, y todas las demas leyes, fueros
y derechos que hablan en favor de los que se obligan de manco­
M. P. S.^Miguel de Cervantes Saavedra , digo: que V. A. mún, como en ellasy en cada una delias se contienen, que les non
le ha hecho merced de una comisión para cobrar aooo5uo y tan­ valan: dijeron, que por cuanto los señores contadores mayores
tos mil mrs. que se deben á S. M. de lincas en el reino de Gra­ del consejo de contaduría mayor de hacienda de S. M. han nom­
nada, para lo cual ha dado fianzas de 4°°o ducados, vistas y brado al dicho Miguel de Cervantes para que con su comisión
admitidas por V. A. , y con todo esto el contador Enrique de vaya á la-ciudad de Granada y otras partes del dicho reino á
Araiz me pide mas fianzas á cumplimiento de la dicha cobran­ hacer pagado á S. M. y á su real hacienda de 255oooomrs. que
za. A V. A. suplico, atento queyo no tengo mas fianzas, y que áS. M. se le deben de lo tocante á las tercias y alcabalas y otras
son bastante 4000 ducados, y ser yo hombre conocido, de crédi­ rentas del dicho reino hasta el tercio primero de fin de abril pa­
to y casado en este lugar, V. A. le mande secontcntey me des­ sado deste presente año, como se contiene y declara en la dicha
pache luego, que en ello recibiré mucha merced.=r'diguel de comisión, a que dijeron se referian y relirieron, y porque el di­
Cervantes Saavedra. Es lodo de letra de Cervantes; y el respal­ cho Miguel de Cervantes se ha de obligar y dar fianzas de que
do dice asi: En Madrid á xx de agosto i5g4-— El contador dará buena cuenta con pago , leal y verdadera, de todos y cua­
Enrique de Araiz informe.= Publ icado.— En Madrid á xxi lesquier mrs» que en su poder entraren de lo tocante á lo suso­
de agosto de i5g4 años.zczQue se despache la comisión con las dicho, é pagar el alcance ó alcances qne se le hiciere, y ellos lo
lianzas que tiene dadas y con que se obligue él y su mugei .— quieren cumplir ; en su cumplimiento otorgaron que se obliga­
Rúbrica del contador. ban y obligaron debajo de la dicha mancomunidad, que el dicho
158 La razón principal de exigírsele esta mas obligación con­ Miguel de Cervantes dará la dicha cuenta con pago, leal y ver­
sistiria en que la fianza que presentaba, como ceñida á i5ooooo dadera, y pagarán el alcance ó alcances que se le hicieren, á
mrs., no cubria todo lo que debia recaudar, pues esto escedia de quien por S. 1V1. y en su real nombre le obiere de haber y de
i5ooooo, según el final de la real carta de su comisión; pero recaudar, en cualquier manera, llanamente, sin pleito alguno:
acaso seria otra razón el mal concepto en que estuviese el fiador y para el cumplimiento dello, y debajo de la dicha mancomuni­
Suarez Gaseo, á quien por su desarreglada conducta se impu­ dad según dicho es, obligaron sus personas y bienes muebles é
sieron cuatro años de destierro de la corte y sus contornos y del raíces, habidos y por haber, y por esta presente carta dieron to­
Corral de Alinaguer; y habiéndolo quebrantado varias veces, do su poder cumplido á todos é cualesquier jueces é justicias de
se le agravó hasta ocho años , los cuatro fuera del reino; aun­ S. M. de cualesquier partes que sean, ai fuero c jurisdicción de
que se le alzó en el segundo estrerno cuando acreditó que había las cuales y de cada una dellas se sometieron, y especialmente
salido á cumplirlo, según real cédula de 6 de diciembre de 1601, al fuero é jurisdicción de los señores del consejo de hacienda de
que consta en el archivo de Simancas, libro de las de la cámara -S. M. , y renunciaron supropio fuero, jurisdicción y domicilio,
de Castilla áe\ mismo año. y la ley sí convenerit de jurisdictione omniumjudicum^ para que
lasdichas justicias ócualquier dellas les compelan é apremien
Obligación de Cervantes y su muger. á que ansi lo tengan, guarden, cumplan y paguen, como si tí
ello fuesen condenados por sentencia difinitiva de juez compe­
En la villa de Madrid á 31 dias del mes de agosto de 1 5g4 tente, pasada en cosa juzgada, por ellos pedida y consentida, so­
años, ante mí el escribano público y testigos de yusoescriptos bre que renunciaron todas é cualesquier leyes, fueros, escepcio-
parescierou presentes Miguel de Cervantes Saavedra y Doña Ca­ ries y ordenamientos que en su favor y contra lo susodicho sean,
talina de Salazar y Palacios, su muger, vecinos de la villa de que les non valan, y especialmente renunciaron la ley é derecho
Squivias, residentes en esta corte, con licencia y autoridad y que dice que general renunciación de leyes fecha nOnvala. E
espreso consentimiento que antes y primero la dicha Doña Ca­ la dicha Doña Catalina de Salazar, por ser muger casada, re­
talina de Salazar pidió y demandó al dicho Miguel de Cervantes, nunció las leyes de los emperadores Justiniano y el senatus-con.-
su marido, para hacer y otorgar esta scriptura y la jurar, y el sulto Peleyano, y la nueva é vieja constitución y leyes de Toro
dicho Miguel de Cervantes se la dio y concedió para el efecto quo y Partida, que hablan en favor de las mugeres, del renuncia­
se la pide, y .se obligó de la haber por firme y de 110 la revo­ miento de las cuales fue avisada por mí el dicho scribano, y
car en tiempo alguno; y la dicha Doña Catalina de Salazar acep­ «uno sabidora dellas las renunció y juró por Dios nuestro Se­
tó la dicha licencia , y della usando ambos á dos juntos y de ñor é por Santa María su bendita Madre, é por las palabras de
mancomún, y cada uno dcllos por sí é por el todo in solidurns los santos cuatro evangelios, é por una señal de cruz, tal como
renunciando como espresamcutc renunciaron las auténtica^ esta j- en que corporalmente puso su mano derecha en la de mí
¥ DOCUMENTOS. 3qg
3q8 ILUSTRACION!«
meter , v yo lo he tenido por bien : y os mando que luego vais
el presente scribano, de no ir ni venir contra esta scriptura, ni con vaiá alta de mi justicia á ¡as dichas, ciudades y villas,y á
contra parle alguna della; agora ni en tiempo alguno, ni por al­ las demás parles y lugares donde fuere necesario , y requeráis á
guna manera, ni por razón de su docte é arras é Ineues parra- los dichos mis tesoreros y receptores, y _á otras cualcsquier per­
henales y hereditarios, ni por otra causa ni razón que á ello'
Je competa, ni dirá ni alegará que fue engañada ni atemorizada sonas que los debieren pagar , que Os los den y paguen luego,
por el dicho su marido, ni que fuerza ni t ogaño dio dolo al con­ sm poner eu ello inconveniente pn dificultad alguna , cada uno
la parte que le toca y fuere obligado a pagar : y si luego 110 os
trato; y deste juramento no pedirá ni tiene pedido absolución los dieren y pagaren , haréis por ellos en sus personas y bienes
ni relajación a nuestro muy santo l’ádre; ni a su nuncio ni de­ y de sus dadores todas las ejecuciones y diligencias necesarias
legado, ni á otro juez ni perlado que poder tenga de se lo conce­ como por maravedís de mi haber, hasta que con efecto los ha­
der, y caso que le sea concedido no usará dél; so pena de perju­ yan pagado ; con mas vuestros salarios de los dias que en ello
ra, y de caer en caso de menos valer, sobre que renunció la bula os ocuparedes, por los cuales podáis hacer las mismas ejecucio­
de San Pedro y decisión de Rota y otras bulas y breves concedi­ nes y diligencias que por el principal : queyo por la presente
das y por conceder que en su favor sean, que le non vaian; y por hago sanos y de paz los bienes que por esta razón fuesen ven­
mayor firmeza lo otorgaron ansí ante miel presentescribano, sien­ didos y rematados a quien los comprare , para ahora y para
do testigos Gerónimo Diaz Paradinas,scribano de S.M., y Vicen- siempre jamas ; y cobrado que hayais los dichos maravedís los
cio de Lucas y Francisco Gismero, vecinos y oslantes en esta cor- traeréis a las dichas mis arcas de tres llaves, donde se han de en­
te;y los otorgantes,queyo el presente scribano doy fe que conoz­ tregar a 1J. Pedro Mesía de Tovar , que hace el oficio de mi te­
co,lo firmaron de sus nombres en el registro desta carta.—Miguel sorero general, Con intervención de las personas que tienen las
de Cervantes Sa.ivédra. = Doña Catalina de Salazar y Pal a­ dichas llaves. E mando á cualcsquier mis justicias, tribunales y
cios.“Pasó ante mí: Gerónimo Félix, scribano.“Yo el dicho audiencias, á quienes inhibo del conocimiento de lo susodicho,
Gerónimo Félix, scribano de S. AL., residente en su corte, y ve­ que no os impidan la ejecución y cumplimiento dello: antes vos
cino desta villa de Madrid, presente fui á lo que dicho es con los den todo el favor y ayuda que les pidiéredes, y que cualcsquier
dichos testigos y otorgante: y en fe dello lo signé y firmé, y llevé escribanos, alguaciles y otras personas cütnplany ejecuten vues­
de derechos del registro y limpio desta scriptura y de la ocupa­ tros mandamientos, so las penas que de mi parte les pusiéredes,
ción tres reales.“Eu teslimonio’j'de verdad: Gerónimo Félix,’ y las podáis ejecutar en los que remisos é inobedientes fueren:
scribano. en lo cual os habéis de ocupar cincuenta dias, ó los que menos
Real carta de comisión. fuere menester, con mas la ida y vuelta á esta mi corte, contando
á razón de odio leguas por dia; y eu cada uno de ellos habéis de
D. Felipe por la gracia dé Dios etc.: A vos Miguel Je Cervan­ llevar 55o mrs. de salario , repartiéndolos de prorrata entre las
tes , sabed ; que conforme á la cuenta que se tiene en mis li­ personas contra quien procediéredesen un mismo tiempo: todo
bros de relaciones de los mrs. que se me deben en el reino de lo cual habéis de hacer por vuestra persona , sin lo cometer ni
Granada de lo procedido de mis alcabalas, tercias y otras ren-‘ subdelegar á otra , porque no ha de haber mas que un salario,
tas hasta el tercio primero de este presente año de i5gq , des­ que lia de ser el que por esta mi carta va señalado: que para todo
contados los juros que hay situados y libranzas fechas en ellas,’ lo susodicho y lo de ello dependiente os doy poder y comisión
se me están debiendo, y están por pagar del finca que quedó pa­ tu forma , cual bastante de derecho eu tal caso se requiere: y
ra mí, ios inrs. siguientes cuesta manera. inundo que de esta mi cariarse tome la razón en mi contaduría
Esprésanse en siete partidas^ á saber : i.a 85gi34 mrs: que mayor de cuentas , y por Luis de Torregrosa, mi contador del
debía cobrar del tesoro de la casd de la moneda, de Granada : libro de caja de mi hacienda; y 110 hagáis lo contrario: dada cu
2.“ 276940 "i/s. del recaudador de la renta déla Agüela de Madrid á ió de agosto de ihy j años.rr í ?se entiende que los
esta ciudad: 3.a 4'54®34 ^ns tercias de la tierra de Ronda: maravedises que eu virtud de esta dicha mi carta habéis de co­
4. a 174865mrs; délas alcabalas y tercias de Lojay Albania: brar del recaudador de la renta de la Agüela de la dicha ciudad
5. a 286083 mrs. délas de Gtiadix y Su partido: 6.a 34oób mrs-s de Granada , no lian de ser mas de tan solamente 96940 mrs.,
ola cantidad que averiguase deber de iguales rentas la ciudad purgue de ios 180000 mrs. restantes á cumplimiento de los
de Haza; y y A 374123 mrs. de las de Ahmuiécar^ Motril y Sa­ 2769^0 mrs. contenidos err su partida, hay en esta mi corte re­
lobreña: — A luego continua' asi ;■ caudo para que se entreguen eu mis arcas de tres llaves; y aiisi-
Que todas hiS dichas partidas suman y montan 2459989 mrs.p •msmo habéis de cobrar 277040 mrs. que en los años pasados
y porque á mi'servicio y bueu recaudo de mi hacienda convie­ de 5gay 5q3 hubo de finca para mí eu el partido de Velez-Má-
ne que se cobren, visto por mis contadores de la dicha mi con­ biga, es á saber: cu el dicho año de Ó92 los i3go2o mrs. dellos,
taduría mayor de hacienda, confiando de vos que lo haréis con el }' eu el de 5y3 los otros t38uao mrs. restantes , que monta todo’
cuidado y diligencia q.ue se requiere, fue acordado de vos lo co­
^00 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 4o2
lo queasihabeis de cobrar en virtud de esta dicha mi carta, en Y en la manera que dicha es se fenesció é acabó la dicha cupri­
¡a manera que dicha es , 2557O29 mrs. , no embargante lo en ta , é lo firmaron de sus nombres el dicho ejecutor y alcalde
ella contenido. Mayordomo. El Lie. Laguna. — I). Juatí mayor é Alonso de Spaña y Gaspar de Tejeda, é Pedro de Me­
Menchaca. — Francisco de Salablanca. En 23,de agosto de dina , escribano de rentas. — El Lie. Antonio de Rueda. *— Mi­
i5g4 años. — Tomé la razón : Pedro Luis de Torregrosa. — guel de Cervantes Saavedra. ~ Gaspar Osorio de Tejeda. —•
Relaciones. = Canciller: Gaspar Arnao. Alonso de España. —Pedro de Medina. Ante mí i Cristóbal
Minguez, escribano. E luego el dicho Miguel de Cervantes,
Diligencias de ejecución en Baza. ejecutor , requirió al dicho Alcalde mayor que atento que no
En la ciudad de Baza á 9 dias del mes de setiembre de r 5g4 hay tesorero que haya cobrado las rentas deste año por no ha­
años , Miguel de Cervantes Saavedra , juez ejecutor por S. M; berse nombrado hasta agora, que dice se ha nombrado á Gaspar
en virtud de una real provisión librada délos señores de conta­ de Tejeda , y no ha dado fianza ni tiene cobrado ninguna cosa,
duría mayor de hacienda , su data en Madrid á 13 dias del mes que le señale de quien pueda cobrar los dichos 27904 '/?. mrs.
de agosto de i5g4 años, la cual escribió é mostró originalmen­ Íiara que se despaché luego ; y el dicho alcalde mayor dijo que
te, de que yo el escribano doy fe, dijo: que en virtud de la di­ e señala, para que pueda cobrar, á Simón Sánchez, mayordo­
cha real provisión ha venido á esta ciudad á tomar cuenta del mo desta ciudad, en cuyo poder entran las rentas del encabezos
valor que han tenido este presente año de g4 las rentas de ter­ della,y á Juan de Cuenca , persona que tiene arrendadas la»
cias y alcabalas desta ciudad é de las villas é lugares de su ju­ rentas de la villa de Cujar del encabezamiento della ; é por el
risdicción é partido , para saben el finca que hay é queda para dicho ejecutor visto , mandó qué se notifique luego á los dichos
S. M., pagados los juros que están situados sobre las dichas ren­ Simón Sánchez é Juan de Cuenca le den é paguen los dicho»
tas, para que sabido, haya é cobre lo que monta el primero ter­ ^79°4 '/’ mrs., con apercibimiento que si luego no se los dieren
cio de la dicha finca : é la dicha cuenta la hizo con intervención! épagaren, estará ásu costa en esta ciudad : é ansi lo proveyó á
é comunicación del Lie. Antonio de Rueda , alcalde mayor, ti- firmó de su nombre. — Miguel de Cervantes Saavedra. ~ Cris­
nientede corregidor desta ciudad y su tierra, estando presentes tóbal Minguez, escribano.
Alonso de España , tesorero propietario de la cobranza de las ó’iguen dos notificaciones del escribano d los mismos Cuencay
rentas de esta ciudad é su tierra é partido , é Gaspar Osorio de Sánchez con la propiafecha: —Y continua asi:
Tejeda, tesorero nombrado para este presente año por no haber En Baza á 10 dias del mes de setiembre de t5g4 años,
afianzado el dicho Alonso de España , tesorero propietario, con­ ante mí el escribano é testigos yuso escritos parescieron los di­
forme á la orden que S. M. tiene dada t la cual dicha cuenta hi­ chos Juan de Cuenca é Simón Sánchez , é dijeron que ellos
zo en la forma siguiente: quieren pagar á el dicho Miguel de Cervantes los dichos
Consta de dos partes,, ó de cargo y bajas; consistiendo el cai­ 27904 ‘/s mrs., é ansi se lo dieron é pagaron , y se los rescibió
go en una partida de 3342320 mrs. por el encabezamiento de de los susodichos , de cada uno la mitad , á vista ypresencia de
las tercias y alcabalas de liaza, y de los cuatro pueblos de su mí el escribano é testigos, de que doy fe ; y ausimismo otros
jurisdicción, Callar, Cujar, Caniles y Benamaurel, correspon­ 55o mrs. de un dia de salario que les repartió por no le haber
dientes al mismo año g4 <tn otra de 5o8i2 mrs. por las pagado luego, como se les notificó, y dellos les dió é otorgó car­
no encabezadas de Freilcti Roya y Macad. i luego se dice. ta de pago para que se les pase en cuenta de lo que debieren pa­
Y adviértese que las alcabalas délos lugares de Finés y bo- gar ; el principal de lo ques á su cargo, porque el salario no lo
montin, aunque se ha fecho diligencia para arrendarse , no ha han de cobrar , por ser por su culpa : é ¡o firmó de su nombre:
habido ponedor, y ha muchos años que no se arriendan , por­ testigos, Luis de Medina, é Rodrigo Fernandez, ó Pedro Ruiz,
que son lugares que en la nueva población se poblaron é repar­ vecinos de Baza. — Miguel de Cervantes Saavedra. ~ Ante
tieron por sierra é marina , é pretenden que sean francos de al­ mí : Cristóbal Minguez, escribano. ~ En Baza en 10 dias del
cabala, que está mandado que traigan declaración de S. M., y mes de setiembre del dicho año, el dicho Miguel de Cervantes,
ansí lo declaró Pedro de Medina, escribano de rentas. , juez ejecutor, mandó notificar á Alonso de Spaña, tesorero pro­
Las bajas consisten en otras dos partidas , la 1.a «fe 3268419 pietario desta ciudad y su tierra, que luego le dé y pague 2780
mrs. por juros concedidos sobre los mismas rentas ; y la 2. de mrs. de cinco días de salario que le reparte como á tal tesorero,
41000 mrs. tanibien de juro por dos vidas salario del tesorero por no haber afianzado en tiempo y enviado la dicha finca que
Alonso de España, son de dos días de la venida de Madrid y vuelta, y otros dos de
De modo que importando el cargo 33g3132 /a mrs. , y las la venida é vuelta de la ciudad de Guadix á esta , y un dia de
bajas 3.809419, se redujo el crédito de la real hacienda a Ocupación en esta ciudad é haciendo la cuenta, y no ¡leva nada
83713 '/■.,y repartido en tres tercios correspondió á cada uno de la llevada dol dinero; ios cuales le pague luego, con apercibi­
27904 nirSi — Y prosigue diciendo: miento que le ejecutará por ellos y á las personas que le hubic-
/o3 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS.

«en rentas para que las paguen 4 cuenta de los 4,000 mrs que los dichos maravedises de finca , para que vos leapremiásedes á
ha de haber de su salario'de tal tesorero, con mas los días que os los pagase ; y que se os prorogase el término de la dicha
que por esta razón se detuviere ; y ansí lo proveyó e firmo de vuestra comisión , atento que habíais de pasará Velez-Málaga y
su mimbre- = Miguel de Cervantes Saavedra. — yristóba a Ronda á cobrar allí otras dos partidas: io cual visto por los di­
Miuguez , escnoano. = Notificación : E luego lo notifiqué a el chos mis contadores de la dicha un contaduría mayor de hacien-
dicho Alonso de Spaña en persona , el cual dijo que compul» da, y la razón que deilo hay' en mis libros de relaciones, y que
é apremiado é por redimir su vejación e su perjmcm, de su di­ por ellos parece que en el dicho partido de Almuñécary Mo­
nero , para los haber é cobrar de quien tenga dinero, le tril y Salobreña había de linca para 1111 en ios años de ¿91, ¿gay
quiere dar é pagar los dichos 27¿o mrs. , e ansí se los dio ¿93,2814488 en esta manera : en el dicho añude 5gi, 83480a
é Díifíó, y se los recibió á vista e presencia de mi el escuba - mrs.: en el de ¿92, ¿98987 mrs.; y en el de 5y3 los886700 mrs.
no é testigos, de que doy fe ; y dellos le otorgo carta de pago; e restantes: y que descontados los dichos 1940866 mrs. que se li­
Jo firmó de su nombre : testigos, Lm» de Medina , e bodigo braron al dicho D; Diego Manrique , quedan de finca para mí
Fernandez Ruiz , é Juan de Cuenca , vecinos de Baza. — Ní­ en losdichos años iosdiclios374ia3tnrs., los cuales sellan dé co­
quel de Cervantes Saavedra. = Ante mi : Cristóbal Mmgu . brar enteramente de quien pareciere deberlos; fue acordado de­
escribano. = E ,0 el dicho Cristóbal Mingues de Salcedo , es­ bía mandar dar esta mi caí la para vos en la dicha razón, éjo
cribano dek Rey vuestro señor , e publico del numeio de la 1 túvelo por bien : y os mando que luego que la recibáis, dejando
cha ciudad de Bwa y su tierra , fui presente a lo que d.cho es en poder de los dichos tesoreros que obieren sido del dicho par­
con el dicho ejecutor, v van estos autos en cinco fojas con es a tido los dichos años ios mrs. que fueren necesarios para acabar
en que va mi s^»m. =f En testimonio de verdad: Cristóbal de pagar al dicho D. Diego Manrique los dichos i9yo365 mrs.
Minguez, escribano. de la dicha libranza , cobi eis dellos ó de cualquier dellos los di­
chos 374i23 mrs.- que como dicho es hay de finca para mí en
Carla de Cervantes al Rey , fecha en Málaga d ty de los dichos anos, con mas los salarios que obiéredcs de haber riel
noviembre de t5g4- tiempo que en lo susodicho os obiéredcs ocupado y ocupáredes^
Dice en la carpeta : Recibida en 28 de noviembre de 94. y si los dichos tesoreros y receptores no los dieren y pagaren
El sobrescrito ■ Al Rey nuestro señor. — En manos de Juan luego , haréis sobre ello en sus personas y bienes , y en las de
de Veíasco , su secretario d«l consejo de hacienda. Sus fiadores, y en cada uno y cualquier dellos, todas las ejecucio­
Ea carta es toda de letra de Cervantes. nes, prisiones, ventas y remates de bienes que convengan y me­
nester sean de se hacer , como por maravedises de mi haber,
Real provisión citada en e/§. 87, P. I. hasta tanto que hayan pagado los dichos maravedises de prin­
cipal y salario: qué para todo lo susodicho os doy el mismo po­
D Felipe etc. A vos Miguel de Cervantes Saavedra, que por der que teneis por la dicha vuestra comisión ; el término de la
comisión mía estáis en la ciudad de Granada entendiendo en cual se os proroga por veinte días mas , ó los que menos fueren
cosas de mi servicio, vuestra carta de 8 de octubre deste ano menester, que se cuenten desde el dia que se cumplió el que te-
5q4 se vió por mis contadores de mi contaduría mayor de ha­ neis, y si fuere pasado corran desde el dia que recibiéredes esté
cienda , V por ella avisaisque los 874123 mrs. que por la dicha despacho, de. que ha de constar por testimonio signado de escri­
mi comisión se os hablan mandado cobrar de la persona que bano: y para lo que toca a hacer pago á la parle del dicho Don
hubiese hecho oficio de tesoreroó receptor de los encabezamien- Diego Manrique de los maravedises que están por pagar de ¡a
tos, alcabalas y tercias, y otras rentas de la ciudad de Ahimne- dicha libranza , mando al mi corregidor de la dicha ciudad dé
CPr v villas de Motril y Salobreña el ano pasado dei¿93, que Granada , que conforme á la relación qfee vos le díéredes de la
los debía de finca que hubo en el dicho partido el dicho ano, persona ó personas de quien obiéredes cobrado’ Jos dichos
no los podíades cobrará causa de que la persona que había he­ 874128 mrs., haga que Jos maravedises restantes á cumplimien­
cho el dicho oficio al tiempo que le notificasteis la dicha vues a to de lo quéCada uno debiere del finca que hav en cada uno dé
comisión, para que os pagase los dichos maraved.s, tema acep a- los dichos anos, según quede suso va referido, los den y paguen
da una libranza de >^o365 que se bahía dado en el dicho pa.tmo á la parte de D. Diego Manrique á cumplimiento de los dichos
á D. Diego Manrique , pagador de mis armadas en Malaga , y 194o35’¿ mrs.; no embargante que en la dicha libranza no va­
cuenta della había pagado 895aoo mrs. que cabían en su cargo ya declarado lo que della toca cada uno de ios dichos tres años,’
del dicho año ; conforme á lo cual parecía no haber en «u poder haciendo en la persona y bienes de quien los debiere las ejecu­
en el dicho año ninguna finca para poder pagar los che 1 » ciones y diligencias necesarias , como por maravedises de mi
374i23 mrs., y que seria necesario tornarse á ver pm mistión, haber , hasta tanto que los hayan tingado enteramente : que yo
ai en el dicho partido y año, descontada la dicha libranza, hay por la presente bago sanos y de paz los bienes que por esta ra-
V DOCUMENTOS. 4o5
^,4 ILUSTRACIONES
realmentey con efecto en reales de plata de contado , de que se
zon fueren vendidos v rematados á quien los comprare , para dió por pagado á su voluntad; de la cual dicha paga é recibo yo
ahora y para siempre jamas: y mando que desta mi carta tome Juan de Velasco, escribano público de Sevilla , doy fe, porque
la razón Pedro Luís de Torregrosa, contador del libro de caja de se hizo en mi presencia y testigos de esta carta, y lo firmó de su
mi hacienda. Dada en Madrid á 29 días del mes de noviembre nombre, al cual doy fe que conozco : testigos los dichos Juan
dei5g4años. Yañez y Grabiel Ortiz , escribanos de Sevilla. ~ Yo Joan de
Velasco, escribano público de Sevilla, lo fice escribir é fice aquí
Testimonio de cobro en Ronda. mío signo. Está signado.
Yo Sebastian de Montalban, escribano de S. M.yde sus Real provisión citada en el §. go.
reales rentas en esta cibdad de Ronda y su tierra, doy fe y verda­
dero testimonio como Miguel Cervantes, juez jeculor de 8. M.$ D. Felipe etc. A vos el Dr. Bernardo de Olmedilla, mi juez de
vino á esta cibdad á cobrar de finca de las tercias de la tierra de los grados de la ciudad de Sevilla, sabed: que por parte de Mi-
esta cibdad del año pasado de 5g3, 454Sa4 mrs. j y solo cobro guélde Cervantes Saavedra me ha sido hecha relación que por
dellas 429849 mrs., y no mas, no embargante que venia cobrar mi mandado habia ido á cobrar el finca que se me debia de las
lo referido, porque por recados que Juan Rodríguez Cerero, re­ alcabalas y tercias del reino de Granada, de,lo cual obo de co­
cetor de las dichas tercias , pareció no deber mas , como todo brar cierta cantidad de mrs. de las del partido de Velez-Málaga,
mas largamente consta y parece por los autos que quedan en y las personas que lo obieron de pagarle lo libraron en Sevilla,
mi poder, á que me refiero, y porque dello conste, de pedimento lo cual cobró, y por no hacer costas de traerlo á esta corte á la
del dicho Miguel Cervantes di la presente en Ronda en 9 días mia , dió 74o0 rs- á Simón Freire de Lima, mercader de esa di­
del mes de diciembre de 15g4 años, y en fe dello fice mi signo, cha ciudad, el cual le dió cédula sobre sí misino, á pagar en esta
A tai. zz "f* En testimonio de verdad: Sebastian de Montalban? villa de Madrid, y por no haber venido el susodicho á ella, escri­
escribano público. bió á Gabriel Rodríguez,portugués, para que se los pagase, y no
lo hizo, y en el ínterin que pasó esto habia quebrado y faltado
Carta de pago citada en dicho §. 87. el dicho Simón Freire de Lima , y alzádose con LX®nc.°, y por
ver si los podia cobrar habia vuelto á esa dicha ciudad , y no
Sepan cuantos esta carta vierép como yo Miguel de Cervan­ habia sido posible por estar embargada su hacienda por otros
tes Saavedra otorgo y conozco , que he recibido y recibí de vos acreedores, y me suplicó que atento lo susodicho, y que los di­
Juan Leclerque , mercader flamenco , vecino de esta ciudad de chos maravedises son de mi hacienda real , le mandase dar mi
Sevilla , que estáis ausente , 4000 rs. de plata castellanos , los carta para que se le pagasen de la dicha hacienda, no obstante
cuales me pagais en virtud de una letra de Francisco Ieiez de los embargos fechos en ella, ó que sobre ello proveyese como la
Vitoria, firmada de su nombre, su fecha en Málaga á 21 días del mi merced fuese : lo cual visto por los contadores Je mi, conta-
mes de noviembre pasado de este año de i5g4anos; la cual vie­ du ría mayor de hacienda, y una información ante ellos presen­
ne sobre vos el susodicho y á pagar á mí el dicho Miguel de tada, por donde consta haberse entregado los dichos 7400 rs. al
Cervantes Saavedra , y vos la entrego originalmente: los cuales dicho Simón Freire de Lima, fue acordado que debíamos man­
dichos 4000 rs. de vos el susodicho recibí en reales de contado, dar dar esta mi carta para vos ; y os mando que luego que con
librados en el banco de Gonzalo de Salazar é Juan deCarmona, ella seáis requerido por parte del dicho Miguel de Cervantes
de que me doy por pagado á mi voluntad , sobre que renuncio Saavedra, y constándoos ser asi todo lo suso contenido , con la
la ejecución de los daños y de la pena como en ella se contiene: diligencia posible averigüéis qué bienes y hacienda hay del
fecha la carta en Sevilla á 15 dias del mes de diciembre de 1 Sg-j. susodicho , y en cuyo poder están; y averiguado, y 110 habien­
años; y el dicho otorgante, á el cual yo el escribano público doy do embargos sobre ellos por deudas que sean mas antiguas que
fe que conozco, lo firmó de su nombre en el registro, siendo tes­ la que de suso se hace mención, hagais que se cobren los dichos
tigos Juan Yañez é Grabiel Ortiz , escribanos de Sevilla. —- E 74oo rs. , y que se invien en letras de personas seguras , ó á la
después de lo susodicho en la dicha ciudad de Sevilla en este ih- menos costa que sea posible, á las mis arcas de tres llaves á poder
cho dia mes ó año susodicho , ante mí el dielio escribano pú­ de D. Pedro Mesía de Tovar, que sirve el oficio de mi tesorero
blico pareció el dicho Miguel de Cervantes Saavedra , y dijo, que general, para que se entreguen en ellas por cuenta de lo que el di­
no embargante que en esta carta de pago se declara babel reci­ cho Miguel de Cervantes debe de la dicha comisión; y si pare­
bido del dicho Juan Leclerque los dichos 4000 rs. librados en ciere que sobre los dichos bienes y hacienda hay otros embar­
el dicho banco de Gonzalo de Salazar e Juan de Carmona , la gos por deudas mas antiguas que la del dicho Miguel de Cervan­
verdad es , que no se le libraron en el dicho banco de Gonzalo tes , cobraréis los dichos 7400 rs, y los ¡aviaréis á esta ijii corte
de Salazar , y que agora los recibe del dicho Juan Leclerque
fofi ILUSTRACIONES Ï DOCUMENTOS. ^07
á poder de Diego Paulo de Buñuelos, receptor de la dicha conta­ cuenta, y pagará el alcance que se le hiciere; y no dándoos las
duría, para que los tenga en depósito, y de allí se paguen á quien dichas fianzas le prenderéis y enviaréis preso y á buen recaudo á
los obiere de haber, y sobre todo ello haréis todas las ejecucio­ la cárcel real desla mi corle á su costa, adonde se entregará al
nes, prisiones y remates de bienes que sean necesarias , que para alcaide della, al cual se notificará le tenga preso y á buen re­
todo ello os doy poder y comisión , y os relievo de cualquier caudo hasta que por los dichos presidente y contadores de la
cargo óculpa que por ello Os pueda ser imputado, y se entienda dicha mi contaduría mayor de hacienda se provea y mande
que lo contenido en esta nuestra carta.en lo que en virtud della otra cosa: lo cual ansí haced y cumplid , sin poner en ello in­
se hiciere ha de ser sin perjuicio del derecho que yo tengo con­ conveniente ni dificultad alguna; que yo lo tengo asi por bien;
tra el dicho Miguel de Cervantes y sus fiadores, porque siempre y mando quedesta mi carta tome la razón Pedro Luis de Torre­
han de quedar y quedan obligados á cumplir y dar cuenta de grosa, contador del libro de caja de mi hacienda. Dada en Ma­
la dicha comisión , y la dicha cobranza de los dichos 7400 rs, drid á vi dias del mes de setiembre de itílnxcvn años.
es por su cuenta y riesgo, y no por la mia ; y mando que desta D. Felipe etc. A vos el licenciado Gaspar de Vallejo, mi juez de
mi carta tome la razón Pedro Luis de Torregrosa , contador del la real audiencia de los grados de Sevilla, sabed: que por pai te
libio de Caja de mi hacienda. Dada en Madrid á 7 días del mes de Miguel de Cervantes me ha sido fecha relación que por mi
de agosto de Maxcv años. carta y comisión de 13 de agosto de 5g4 le había mandado co­
El cobro y girò de los 7400 rs. por el juez Olmedilla , se­ brar 2557029 mrs. que había de linca en las alcabalas y rentas
gún lo referirnos en dicho §. 90 , consta por la tì.a nota de las <ie ciertos partidos del reino, y que cobrado que los hubiese los
puestas d continuación de la real cedida de id de agosto de trújese a mis arcas de tres llaves a poder de D. Pedro Mesía de
ibride las partidas que remitía Cervantes á la tesorería ge-* boyar, que sirve el oficio de mi tesorero general, y que res­
nevai, y por el informe dado d los contadores mayores por pecto de 110 haber venido á dar cuenta de la dicha comisión,
los de relaciones, con fecha en Pdlladolid á 13 de setiembre de en vi de Setiembre deste año de nxcvii había dado otra mi
1601, Carla, por la cual os habia mandado compeliésedes al dicho Mi­
guel de Cervantes os diese fianzas de que dentro de XX días se
Reales provisiones citadas en el §. g 1. presentaria en esta cortea dar cuenta de ¡a dicha comisión y pa­
gar el alcance que se le luciese, y no dándoos las dichas bauzas le
D. Felipe etc. Licenciado Gaspar de Vallejo, mi juez de la prendiésedes y euviásedes á buen recaudo a la cárcel real fies­
real audiencia de los grados de la ciudad de Sevilla, sabed: que ta mi corte, para que estuviese preso en ella hasta tanto que
en id días del mes de agosto del año pasado de 5gf di comisión diese la dicha cuenta, y que en virtud de la dicha mi carta le
a Miguel de Cervantes para que fuese á la ciudad de Granada habíades presoy teníades en la cárcel real de esa dicha ciudad
y otros partidos del Andalucía , y cobrase de ciertos tesoreros hasta tanto que diese lianzas de todos los dichos 2567029; las
y receptores y otras personas 2557029 mrs. que los debiau de cuales estaba imposibilitado de poder dar, respecto de estar fuera
linca de ciertos años , y cobrado que los hubiese los trújese á de su casa} y me suplicó que pues la cantidad que él debia era
mis arcas de tres llaves: é agora por parte de D. Francisco Sua- rnuy poca, mandase dar mi carta para que dándola dicha lian­
rez Gaseo, uno de los fiadores que el dicho Miguel de Cervan­ za en cantidad de lo que esto fuese, ie soJtasedes de la cárcel y
tes dió para siguridad y paga de la dicha cobranza, me ha sido prisión donde estaba, para que pudiese venir á esta mi corte y
fecha relación que á él y los demas fiadores se les lia notificado fenescer la dicha cuenta, ó que sobie ello proveyese como la
den cuenta de los maravedis que el susodicho cobró en virtud mi merced fuese: lo cual visto por el presidente y. contadores
de la dicha comisión, y que no la pueden dar si no está presente de mi contaduría mayor de hacienda , y la razón que dello
el dicho Miguel de Cervantes, el cual está en esa dicha ciudad, hay en mis libros de relaciones, y que por ellos parece quede
y tiene en su poder los papeles en virtud de que se tiene de dar, la dicha comisión tan solamente tiene por satisfacer y dar cuen­
y me suplicó le mandase dar mi carta para que compeliésedes ta de 79804 mrs. , y que lo demas, a cumplimiento de lo que
al dicho Miguel de Cervantes á que venga á esta corte á dar la por ella se le mandó cobrar, lo está , fue acordado que debía­
dii ha cuenta, ó que sobre ello proveyese como la mi merced mos mandar dar esta nuestra carta para vos; y os mandamos
fuese: lo cual visto por el presidente y contadores demi conta­ tpie dando el dicho Miguel de Cervantes fianzas legas, llanas y
duría mayor de hacienda fue acordado que se hiciese ansí, y abolladas á vuestra satisfacción , de que dentro de XXX dias
que para ello debia mandar dar esta mi carta para vos: é yo lá­ Vendrá á esta mi corle y dará la dicha cuenta, y satisfará el al­
velo por bien, v os mando que luego que con ella fuéredes re­ cance que por ellas se le hiciere; y no lo haciendo, los dichos
querido por parte del dicho D. Francisco Stiarez Gaseo lla­ sus fiadores pagarán de contado los dichos 79804 mrs. que pa­
gáis que el dicho Miguel dei . er va rites os dé fianzas de que den­ rece debe, le soltéis de la dicha cárcel y prisión donde esta, pa-
tro de« veinte días se presentará en esta corle a dar ta^dicha. fa que pueda hacer lo susodicho: lo cuai haréis am i , no están-
4a8 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 4°9
do preso por otra cosa mas que lo susodicho , que yo lo tengo> alcabalas y otras rentas en varios pueblos del reino de Granada;
ansí por bien, y os relievo de cualquier cargo ó culpa que por ello cosa que deseaba mucho para saber el final resultado de un ne­
os pueda ser imputado: y mando que desta mi carta tome la ra- gocio tan curioso para ilustrarla vida de este amento escritor; y
«on Pedro Luis de Torregrosa, contador del libro de caja de mi sobre todo para averiguar el éxito de una causa de cuyas resul­
hacienda. Dada en Madrid á i.9 dia del mes de diciembre de tas sufrió la prisión que vmd. ha visto por los documentos que
tSDXCvn años. he enviado, y en que yo sospecho que se engendró el Quijote.
Hjillanse todos los documentos preinsertos en el archivo de He reconocido muchos volúmenes de cargos de ejecutores de
Simancas, contaduría de Relaciones, libro de cargos á Juan de aquella época, y en ninguno lo he hallado; pero no debo privar
Portillo y otros. á vmd. de la curiosa noticia de que otra comisión semejante tuvo
por el mismo tiempo el célebre Mateo Alemán, bien conocido
i58 El documento que hemos estractado en el §. 95, parte I, en la república de las letras, á quien también se formó causa por
sobre lo informado por los contadores de relaciones , concluye el descubierto de alguna mayor cantidad que la que resultó con­
asi: y para que viniese Cervantes á dar la cuenta se han dado tra Cervantes. Parece también por las cuentas originales de es­
cartas para que el Sr. Bernabé de Pedroso le soltase de la cár­ tos ejecutores , y por las de los otros dependientes y comisiona­
cel en que estaba en Sevilla, dandofianza de venir á darla, dos de real hacienda, que se procedia ejecutivamente contra
dentro de cierto término , y hasta ahora no ha venido, ni hay cualquiera deudor á ella, aun en sumas muy tenues; sin que
razón de las diligencias que se han hecho. Fecho en Palladolid templaran las providencias del tribunal de contaduría mayor
á »4 de enero de i6o3.=Domingo de Ipenarrieta.—Rubrica­ ningunos respetos ni consideraciones; ya fuese por los apuros
do. Hállase en dicho archivo en un cuaderno de cuentas dadas del erario é inmensas atenciones del estado en todos los ramos
el mismo año poi- el recaudador de rentas de Baza Gaspar O^o- déla administración pública en aquella época , ya por la es-
rio de Tejeda, correspondientes á i5g4- Pero no se han encon­ traordinaria multitud de créditos que se liquidaron á favor de
trado hasta ahora las cartas que se indican dirigidas á Pedroso, la corona por entonces, á consecuencia de las grandes empre­
las cuales serian otro dato para saber en qué año continuaba sas é inconmensurables gastos del rey D. Felipe II.
todavía Cervantes en Sevilla; asi como se deduce que ya no Lo cierto es que vmd. no debe estrañar que á Cervantes se le
estaba preso alli en febrero de i5gg, y que aun ignoraba prendiese y ejecutase por tan pequeña cantidad, pues otro tan­
su paradero el tribunal de contaduría mayor, pues en este to y mas se hacia con sugetos de muy alta categoría , y con
mes, según los apuntes ó anotaciones de uu libro manual otros de su clase que debían menos. Pudiera hacerle á vmd.
de cargos y resultas que corría desde tógy, y existe en su aqui una alusión al célebre D. Diego Hurtado de Mendoza, uno
archivo, se proveyó contra Cervantes auto de llamamiento de los mayores hombres de estado del tiempo de Carlos V., á
con término ae treinta dias; pudiendo inferirse que por no ha­ quien Felipe II arrestó y ejecutó por las cuentas de las obras
ber llegado á notificársele no verificó su comparecencia, respecto, uel castillo de Sena que hizo de orden del emperador , siendo
á que en Madrid á 6 de noviembre de 1608 se dio auto contra gobernador de aquel estado y ciudad, y por las de la embajada
el dicho Miguel de Cervantes y D, Francisco Xuarez Gaseo, de liorna que desempeñaba al mismo tiempo, cuyo proceso ori­
residente en esta corte,y vecino de Tarancón, como su fiador, ginal está en el archivo.
Con término de diez dias.... Y en zf, de dicho mesy año se noti­ También he practicado largos reconocimientos con el objeto
ficó al dicho Miguel de Cervantes, y respondió que lo oia; y el de averiguar si aqui constaba algo que acreditase la tradición y
dicho auto,y un pliego respondido... están en el libro de autos Opinión vulgar de que Cervantes fue preso en la Mancha, y allí
de particulares de esta contaduría. Asi consta en el libro ma­ compuso el Quijote. No he hallado nada de esto, y por todos los
nual: y desde esta fecha no aparece ningún otro procedimiento pasos que se han averiguado documentalmente de su vida de
sobre este particular- lo que induce á cree que entonces satisfa­ 1588 hasta i6o3, conjeturo que esta fábula se engendró en Se­
ría el alcance, si alguno le resultó de la rendición de su cuenta, villa en 15g5 hasta i6o3.
ó de su contestación á los cargos por el pliego respondido; aun­ Lo que yo no me dispenso de comunicar á vmd. son dos apun­
que tampoco ha sido posible hallarla conclusión del espediente, taciones curiosas que he hecho al tiempo de ordenar los papeles
según manifiesta el Sr. González en la siguiente carta, que pol­ del registro de hacienda. 1.a Que la villa del Toboso comenzó
las demas noticias y observaciones que comprende merece la á practicar sus diligencias para que se le hiciese villa prdinaria,
publiquemos. y con jurisdicción de por sí y sobre sí en el año 1584; cuyo pri­
Simancas 10 de mayo de i8ig.zzEstimadísimo amigo: no ha vilegio se le despachó en i58g. Para esto se envió un comisio­
sido posible encontrar hasta ahora en este real archivo la con­ nado especial con alguacil y escribano que formasen el espe­
clusión del espedieute de Corvantes en sus cuentas de la comi­ diente de estilo justificando las causas que alegaban para exi­
sión qiteseledió en agosto de t5g4 para la cobranza de fincas de mirse de la orgullos» capital de Alcázar de San J uan. Ko consta
^IO ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS.
quién fuese el alguacil ile la comisión,pero resulta que hubo gran­
des camorras durante ella entre los comisionados y vecinos del Versos que se han de glosar.
Toboso con los de Alcázar, y que se llegó á términos de reñir y
apalearse. ¿Si acaso Cervantes fue de alguacil en esta causa, y El cielo d la Iglesia ofrece
le menearon la vianda y prendieron los alcazareños , como se Hoy una piedra tan Jiña ,
dice del alguacil en la correspondencia y autos de este vi­ Que en la corona divina
lla dgo? ilei mismo Dios resplandece,
2.a Consta también que en el año i58S se envió un juez de
comisión á Argamasóla á averiguar las tierras baldías y conce­ DE MIGUEL DE CERVANTES,
jiles que liabian ocupado sin autoridad ni justo título aquellos
vecinos; y el juez llevó un escribano y un alguacil."El nambí e Glosa.
de este no resulta; pero no seria estrado que Cervantes sin oli­
do ni destino se viese precisado á valerse de estos arbitrios para Tras los dones primitivos
acudir á su subsistencia. Lo que aparece de cierto es que esta co­ Que en el fervor de su zelo
misión duró tres años; que fue muy ruidosa, y que hubo tam­ Ofreció la Iglesia al cielo,
bién en ella apaleamientos y camorras en que los argamasólos A sus edilicios vivos
insultaron y molestaron al juez y sus ministros. Dió nuevas piedras el Suelo.
Vmd. liará el uso que crea conveniente de estas especies, sin­ Estos dones agradece
gularmente de las dos últimas, que no son hasta ahora mas que A su Esposa y le ennoblece;
conjeturas, si acaso no degeneran en cavilaciones las sospechas Pues de parte del Esposo
que me inducen uno y otro hecho principal, que son cieitos y Un Hyacintho el mas precioso
contestados, obrando los registros originales, y la correspon­ El cielo a la Iglesia ofrece.
dencia de las comisiones en este deposito de las escrituras de la Porque el hombre de su gracia
monarquía. Consérvese vmd. bueuo,y mande á su caro amigi " Tantas veces se retira ,
Tomas González."Sr. L). Martín Fernandez de INa varí ete. Y el Hyacintho al que le mira
Es tan grande su eficacia ,
i5g De Bernabé de Pedroso consta por un memorial que Que le sosiega la ira ;
presentó en i5gi que hacia veinte y cuatro años era proveedor Su misma piedad lo inclina
general de la armada. En el mismo año i5gt obtuvo igual em­ A darlo por medicina ;
pleo paralas armadas de alto bordo, por promoción de su ante­ Que eu su juicio profundo
cesor Esteban de ibarra ásecretario de guerra. Hallábase enton­ Ve que ha menester el mundo
ces Pedroso en Madrid, y se le mandó pasar á Lisboa, adonde Hoy una piedra tan Jiña.
debía invernaría escuadra que armóla corona de Castilla. Fue Obró tanto esta virtud
nombrado consejero de hacienda por real título espedido en Cer­ Viviendo Hyacintho en él,
nía á 26 de octubre de 1602, cuya plaza no juró hasta 28 de di­ Que á los vivos rayos dél
ciembre de 1604, que Jo hizo en Valladolid; y acaso continuó En una y otra salud
todo esto tiempo en Sevilla, pues aparece que estaba allí empica­ Se restituyó por él.
do en asuntos del real servicio en diciembre de 1602, y aun en Crezca gloriosa la mina
16o3."Cu/'Las del Sr. González de 3 de noviembre de 1816 y Que de su luz Hyacinthina
1 g de setiembre de 1819. Tiene el cielo y tierra llenos;
Pues no mereció estar menos
Canonizó d San Jacinto el Papa Clemente Klll (§. 88). Que en la corona divina.
Allá luce ante los ojos
16o La redondilla en alabanza del santo propuesta para el Del mismo autor de su gloria,
segundo de los certámenes celebrados en Zaragoza en i5q5, y Y acá en gloriosa memoria
la glosa presentada por Cervantes, de que damos noticias en De los triunfos y despojos
aquel §., se hallan á la pág. 234 de la Relación que en él liemos Que saco de la victoria ;
citado, eu esta forma; Pues si otra luz desfallece
Cuando el sol la suya ofrece,
¿ Qué mas viva y rutilante
4l3 ILUSTRACIONES V DOCUMENTOS. 4>3
Será aquesta, si delante lia, con otro motivo, en el archivo de los Exilios. Sres. duque
Del mismo Dios resplandece ? de Medinasidonia.
Y en la pág. 3go está la sentencia que dieron los jueces, conte­
nida en una décima, y se publicó en la iglesia del convento el Fernando de Herrera que murió por estos años (§. g4).
domingo 7 de mayo en los términos siguientes :
De la gran materno Délo 16a Sin embargo del eminente mérito de este poeta, que le
Cual otro hijo de Latona, grangeó el renombre de Divino, ni sus contemporáneos nos de­
Para hermosear nuestro suelo jaron noticia del año de su fallecimiento, ni nuestras diligencias
Y en él recibir corona han bastado para averiguarlo. Sospechamos sin embargo que
De ingenioso y sutil vuelo, murió durante la mansión de Cervantes en Sevilla; y que enton­
Miguel Cervantes llegó ces compuso este el siguiente soneto, que con su epígrafe hemos
Tan diestro que confirmó copiado del fol. i6g de un códice en 4-° ms. del año 1631, qué
En el certamen segundo contiene varias poesías , recopiladas al parecer por Francisco
La opinión que le da el mundo , Pacheco , y existe en poder de nuestro apreciable y erudito
Y el primer premio llevó. amigo el Señor D. Fernando de la Serna y Santander.
Entró en Cádiz una escuadra inglesa (§. 8g). Miguel de Cerrantes, autor de D. Quijote.
161 Hemos tenido presente cuanto dicen acerca de este su­ Este soneto hice á la muerte de Fernando de Herrera,y para,
ceso los historiadores coetáneos ó de mejor nota; pero dando al­ entender el primer cuarteto advierto que él celebraba en sus
guna preferencia á ciertas relaciones inéditas, y noticias origi­ versos á una señora debajo deste nombre de Luz. Creo que es
nales, nos parece oportuno copiar aquí por vía de prueba el si­ de los buenos que he hecho en mi vida.
guiente documento : El que subió por sendas nunca usadas
« El Rey, — Duque de Medinasidonia, primo, mi capitán ge­ Del sacro monte á la mas alta cumbre :
neral del mar Océano y de la costa del Andalucía.zxPor vuestras El que á una Luz se hizo todo lumbre
Cartas de los io, 11, 17, 19,21 y 26 del presente se ha entendi­ Y lágrimas en dulce voz cantadas :
do el progreso que la armada enemiga ha hecho, y el cuidado coa El que con culta vena las sagradas
que vosprocurastes ir recogiendo y conservando la gente que iba De Elicon y Pirene en muchedumbre
acudiendo de diversas partes, la dificultad que en ello ha habi­ (Libre de toda humana pesadumbre)
do , y lo que para esto ha importado la asistencia de D. Eran- Bebió, y dejó en divinas transformadas :
cisco Duarte , y como ido el enemigo de Cádiz ordenastes que Aquel á quien invidia tuvo Apolo
entrase en aquella ciudad D. Antonio Qsorio con seiscientos in­ Porque á par de su Luz tiende su fama
fantes , y que después fuistes vos á ella con las personas pláti­ De donde nace á donde mucre el día;
cas que se hallaban cerca de la vuestra, y hallastes doscientas El agradable al cielo, al suelo solo,
noventa casas quemadas con la iglesia mayor , la compañía de Vuelto en ceniza de su ardiente llama
Jesús, el monasterio de monjas de Santa María, el hospital ile Yace debajo desta losa fría.
la Misericordia , y la Candelaria, y que hablan quemado seis­
cientas ochenta y cinco casas sin recibir daño, y dellas estaban tradiciones conservadas en la mancha (§§. g5, g8y gg)<
ya las trescientas veinte y ocho pobladas, y lo que pareció acer­ i63 A proporción que vau pareciendo en Simancas docu­
ca de la fortificación, los lugares á quienes escribistes para que mentos sobre la prisión de Cervantes en Sevilla, se va reducien­
acudiesen con gastadores, y lo que se acordó en el primer ca­ do él espacio de tiempo que se suponía residió en la Mancha, y
bildo que hubo en la dicha ciudad, y la gente que ordenastes se debilitando la fuerza y la autoridad délas tradiciones que aun
embarcase en las galeras; y agradézcoos.el zelo con que habéis se conservan de que alli escribió en una cárcel la primera parte
procedido; y asi en la fortificación como en lo demas mandare del Quijote. Mayans había oido decir qué esto acaeció en el To­
miraríy proveer lo que convenga , y que se dé al mayordomo boso (núm. 87). Pellicer lo citó (Nol. liter. níims. 21 y 22
del artillería de Málaga suplemento de los veinte quintales de con la desconfianza que infundía el no alegarse en su apoyo
pólvora'que dió por vuestra órden para meter en Cádiz. De To­ prueba alguna. Ríos ( núm. 37) creyó que Cervantes, después
ledo á 3i de julio de i5g6 años. Yo el Rey .= Por mandado que salió de Sevilla, tuvo una comisión en Argamasóla, de cu­
del Rey nuestro Sr. — Andrés de Prada.» yas resultas le maltrataron los vecinos , y Je capitularon y
Rállase en la correspondencia de oficio que registramos anos pusieron preso. Y adhiriendo Pellicer á esta opinión, refirió en
Y DOCUMENTOS. 4’5
4«4 ILUSTRACIONES
su Pida de Cervantes ( p. xc) la tradición que aun duraba en Sánchez Liaño, de quien por haber residido muchos años en la
Consuegra, y le comunicó el cura de Totáues ü. Manuel Roda­ Mancha nos valimos también para certificarnos de estas noticias,
do, natural de Argamasóla, reducida á que comisionado Cer­ nos aseguró en repetidos avisos cuan infructuosas habían sido
vantes como juez ejecutor para el cobro de lo que debían los las diligencias que por su encargo hicieron allí varios sugetos ;
vecinos de este pueblo al grao priorato de tí. Juan , no solo se si bien quiso en algún modo suplirlas con las observaciones
negó la justicia al cumplimiento del despacho, sino que aquellos que manifiesta en la carta siguiente :
le atropellaron y prendieron. Con presencia de esta indicación
acudimos á Consuegra, de donde contestó el archivero del gran Madrid 7 de febrero de i8o5. = Muy estimado señor mió: mi
priorato en i.° de enero de i8o5, que reconocidos los libros y residencia por espacio de 19 años en la parroquia y villa de Ai -
legajos de i588 á iógó, y de i5g8á 1604 correspondientes á gamasilla de Alba me facilitó oportunidad de satisfacer mi curio­
aquella villa y á la de Argamasóla, no se habia hallado noticia sidad v amor hacia la literatura, particularmente en la ilustra­
de Cervantes ni de tal comisión. El vicario eclesiástico de Con­ ción de nuestro célebre é inmorlai Cervantes, para demostrar á
suegra D. Pió Rafael Sánchez de León , á quien por medio de los espositores de su vida, si no el error con que procedieron en
un amigo habíamos recomendado igual investigación, la verifi­ sus notas cronológicas, por lo menos la falta de exactitud é im­
có en el propio archivo y en los de Argamasóla y Alcázar de pericia con que se versaron en Ja tradición de muchos de los pa—
tí. Juan; y en cartas de 22 de diciembre de 1804, 8y 29 de enero, sages de su Historia. Con efecto, deseoso de verificar mis inten­
16 de febrero y 12 de marzo de i8of>, manifestó lo infructuoso1 ciones las comuniqué por entonces a mi amado lector de teología
de las diligencias practicadas, asi en ellos como en los de su vi­ el R. P. Fr. Josef de Poveda , religioso dominico é inquisidor,
caría y la de Alcázar, y en el del gobierno del gran priorato , que falleció en esta corte , á quien remití algunas instrucciones
que asimismo se examinó por su encargo. En la primera añadía, análogas á aquel intento, y entre ellas una carta, copia de la que
que en Alcázar vivió mucho tiempo Cervantes , y allí escribió Cervantes escribió en la cárcel de Argamasóla solicitando de su
sus mejores obras, según se glorian sus vecinos', y daba noticia tío O. Juan Bernabé de tíaavedra, vecino de Alcázar de tí. Juan,
del antiguo escudo de armas de este pueblo. Con la segunda le socorriese en su triste y deplorable situación. Ale acuerdo
remida otra de D. Francisco de Paula Marañon , vecino muy bien que su exordio lo era en estos términos: luengos dias
de él, en la cual le dice: « lo que se ve sobre la carnecería y y nien guadas noches me J al igan en esta cárcel, o mejor dire
ayuntamiento de esta villa es el escudo de sus armas , de que caverna. Esta noticia , con otra no menos curiosa que dirigí al
es copia el adjunto , y que ha usado y usa la villa con mucha referido Poveda , le proporcionaron principiar una obrita que
anterioridad al Quijote. Cuando yo lo vi, me ocurrió si pudo es- hubiera ilustrado mucho á la nación , si su muerte no hubiese
citar á Cervantes la idea de la aventura de los molinos, porque cerrado el paso á sus tareas, y privádome á mí del gustoy satis­
el castillo tiene alguna semejanza con ellos, y él caballero que facción de haber contribuido á su ilustración. Para ello registré
lo arremete puede tenerse por el mismo L>. Quijote.» Este escu­ con particular cuidado mi archivo parroquial, que alcanza desde
do , según la copia (de sello estampado en blanco), que en la el año t565, y el del ayuntamiento, que lo es de igual época. E11
orla dice: la villa de alcafar , y descubre por (os cuatro la­ uno ni en otro pude hallar mas instrumento concerniente á la
dos los brazos de la cruz de la orden de San Juan, se divide de' existencia de Cervantes en aquella cárcel que el de la tradición
alto abajo en dos cuarteles , uno de los cuales tiene una torre ó Verbal é invariable de los vecinos de aquel pueblo, que testifican
castillo, y el otro un guerrero á caballo y en actitud de acome­ de padres á hijos que en la casa llamada de Medrano (donde lie
ter á él con la lanza. Finalmente en la carta de 16 de febrero vivido diez y nueve años) estaba la cárcel en que permaneció
incluyó otra del mismo Sr. Marañon con fecha del 10, en que re­ Miguel de Cervantes cinco años; pero ni su causa judicial, ni
firiendo la tradición que hay en Alcázar, dice se cuenta que Cer­ cosa concerniente á ella se encuentra en aquellos archivos; mo­
vantes era natural de esta villa , y tenia su casa en la placeta tivo por el cual me valí de algunos amigos de Alcázar de San
de la Rubia-.que fue hidalgo pobre, y para mantenerse se dedi­ Juan , para que como capital del gran priorato me hiciesen el
caba á ir de ejecutor á los pueblos donde le enviaban : que es­ favor de acercarse á tomar algún conocimiento en la materia.
tando con este motivo en el Toboso, dijo á una mozuela alguna Entonces fue cuando hube la copia de la carta que llevo referi­
jocosidad, de que se picaron las gentes interesadas, y de resul­ da; la que se encontró entre los papeles de I). Bernabé tíaavedra,
tas le pusieron preso; y que vuelto á Alcázar , notaban sus ca­ pariente que se gloriaba ser de nuestro Cervantes,y sugeto muy
maradas en la plaza de la Ftiente ( donde á la sazón estaban los Versado en antigüedades, á quien conocí y traté hallándome de
oficios de escribanos) que paseándose separado y como suspen­ párroco de Santa María de aquella villa por el año 1784 , en el
so, soltaba grandes carcajadas, se metía en una de las escriba­ que. murió. El cúmulo de noticias que este huen anciano me su­
nías, y hacia anotaciones. ministró en cuanto á su pariente, y los ulteriores conocimientos
»presbítero de la orden de San Juan Fr. D. Antonio1 que adquirí en Argamasóla, me facilitaron llegar á comprender
ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS, z 4'7
que ni D. Vicente de los Ríos en sas notas al Quijote,ni Mayans cia, y en efecto nos remitió, porque es idéntica con la publicada
en la Pida ele Cervantes, ni cuantos han escrito en la materia, por Ríos en el núm. i.° de sus Pruebas, y por Pelücer en sus
quisieron tomarse el trabajo (de que no debe prescindir un buen Notic. literar. p. 190. El Sr. Liaño estaba empeñado en persua­
historiador , según dictamen de nuestro erudito Melchor Cano) dir de que el Cervantes autor del Quijote era el manchego, y no
de examinar por sí los fundamentos de Ja tradición ni el origen el de Alcalá; pero si ahora viviese, acaso le disuadirían de su opi­
de los pasages mas célebres de su historia.... Me he enterado y nión los documentos que publicamos, y de que entonces no Ra­
hecho particular estudio en las costumbres del pais que detalla bia noticia.
el inmortal Cervantes , y encuentro que su lenguage, el entu­ 166 De todo lo dicho solo se deduce que nuestro Cervantes
siasmo de la sin par villa de Argamasilla en su tercera traslación tenia en la Mancha parientes distinguidos, y que sin duda residió
al sitio donde hoy se halla; el fanático rumbo de sus vecinos^ ab­ allí, aunque ignoremos la época y la causa. Ambas pudieron ser,
sortos en aquel tiempo en sus ideas de nobleza; las disputas, plei­ sin embargo de lo que dejamos apuutadó en los §§. 98 y 99,
tos y muertes que en pocos años redujeron aquella villa al estado parte 1, las que posteriormente nos ha indicado el Sr; González
miserable en que boy se encuentra ; su vasto término de seis en su carta, respecto á que desde 1584 a 15b8 se hallaba Corvan—
leguas de comprensión , y otras particularidades bien raras, y tesen Madrid sin ocupación conocida; pero aunque hubiese esta­
algunas inauditas, dieron margen á aquel buen ingenio manche- do preso en aquel tiempo, patece cierto que no compuso enton­
go á forjar su célebre historia. ces el Quijote, seguti opina también el Sr. González. La propie­
« Si mi situación agitada de negocios , y la vida laboriosa á dad con que describió las costumbres de los manciiegos, y en
que por precisión me veo reducido , me dieran tiempo para eS- especial ríe Argamasilla , tan conforme con la pintura que hizo
tender la pluma, yo hiciera á vmd. una bien fundada narrativa, de ellas poco después Fr. Pedro de Sau Cecilio en sus Anales
por la que vendría en conocimiento de que el Cervantes Saave- dedos mercenarios descalzos , parte II, p. 6q3 , y los epítetos
dra fue manchego, y no alcalaino; que el conotado AeSaave- burlescos con que caracteriza á los académicos de aquella villa,
dra es originario de las villas de Alcázar de San Juan , Huerta, con alusión sin duda á los apodos que suelen usarse en los pue­
Tembleque y Dos-Barrios, en donde se halla radicada la fami­ blos de corta estension, todo á nuestro entender convence de que
lia de los Cervantes Saavedras, cuyos árboles genealógicos he los trató y observó muy de cerca y por notable espacio de tiem­
visto no pocas veces. Entre tanto , en obsequio de vmd, y de su po: asi como la reserva y misterio con que al principio y al fin
Sr. amigo el marques de Fuertehíjar, debo decir he pasado al del Quijote, y aun en el Persiles (L. ni, c. 10) habla de cierto
convento de Atocha , adonde paran los libros y papeles del in­ lugar de la Mancha sin querer nombrarlo, dan bastante indicio
quisidor Poveda, y no he logrado se encuentren lets documentos deque lo callaba por algún desagradable acontecimiento , cuyo'
que yo remití, y que tal vez tendría aquel sabio en su poder. A recuerdo liuia, aunque pueda inferirse que era Argamasilla, ya
mayor abundamiento, y con los deseos de complacer á ymd. por significarlo efi algunos pasages, ya porque lo declara su coe­
tengo pedida la partida de bautismo de Miguel de Cervantes táneo el supuesto Avellaneda dedicando sil obra al alcalde , re­
(que muchas veces saqué yo) , y quiero venga legalizada la no­ gidores é hidalgos dé este lugar.
ta marginal con las señas de sus caracteres y tinta , porque lo
que se suponeen las notascitadas carece de verosimilitud. Tengo RESIDENCIA DE CERVANTES EN VALLADOLID (§§. q5,99 y t 12
escrito á dos amigos en Alcázar para que examinen en la escri­ al 118).
banía de aquel ay untamiento un testamento que da mucha luz 167 En diciembre de 1600 decretó é hizo publicar Felipe III
para probar la realidad de ser \os8aavedras y Cervantes todos la traslación de su corte á Valladolid, y la efectuó por enero Si­
tios, parientes y deudos de nuestro autor. Finalmente he pues­ guiente, permaneciendo alli hasta febrero de 1606, en que sé
to carta á D. Francico de Paula Marañon , vecino de Alcázar, restituyó á Madrid 337. Un autor de aquel siglo refiere esté suceso'
para que como heredero de su tic D. Bernabé Saavedra , me co­ Con estás palabras: «luego entrado el año 1601 tornó el Rey al
munique cuanto halle relativo á las noticias que vmd. me inser­ Escorial con determinación de caminar desde allí á Valladolid,
tó en sunotay ahora espresa en su carta. donde tenia ya dispuesto mudar la corte, á persuasión dei duque
Creo no haberme descuidado en procurar complacer á vmd.; de Lerma su valido, cuyo dictamen en ésto pudo ser bueno; pero
y espero completar mis deseos pasando á noticia de vmd. cuan­ no correspondió al dictamen el suceso, pues este descubrió evi­
to me comuniquen aquellos amigos, esperando mas lisonjera co- dentes daños para las dos Castillas; con que hubo de restituirse
yuntura de poder con toda estension manifestará vmd que es bien presto á su prístino estado la corte, dejando para adelante
amante de la ilustración , bien de la patria y obsequio de vmd., memoria de lo que son mudanzas en cosas dé tanta monta 338.»
este su mas atento y seguro servidor y capellán Q. S. M. B.~ An­ 168 Cervantes dijo en la Adjunta al Parnaso: «estando yo
tonio Sánchez Liaño.— Sr. D. Martin Fernandez de Navarrele.» en Valladolid llevaron una carta á mi casa para mí, con un reM
165 Omitimos insertar aquí la partida de bautismo que ofre- deporte... y venia en ella un soneto malo, desmayado, sin garbo
a7
ILUSTRACIONES X DOCUMRNTOS, 4*9
ni agudeza alguna, dieiendo mal del D. Quijote.» En este pasa­ La obra á que se hace alusión fen este soneto esta'dedicada al
je no SOlo afirma que residia allí, sino indica también que era conde de Miranda por Antonio Cuello en Valladolid á 8 de octu­
recienmublicado el Quijote. Varios lugares de las novelas, espe­ bre de i 6o5, y se intitula: Relación de lo sucedido en la ciudad
cialmente de las del Casamiento engañoso y Coloquio de los pe. ile Palladolid desde el punto del felicísimo nacimiento del prín­
ruó V el romance que insertó en la Gitanilla, aludiendo al nací- cipe D. Felipe Dominico Fletar nuestro Señor, hasta que se
miento de Felipe IVy salida de la Reina á misa de parida, prueban acabaron las demostraciones de alegría que por él se hicieron.
que Cervantes estaba por entonces en aquella ciudad; donde ya se — Al conde de Miranda. ~ Año ifloó. — Con licencia. En í'a-
hallaba á principios del año i6o3, como se deduce de estar es­ liadolid. Por Juan Godiuez \de Millisi
critas por él las cuentas presentadas por su hermana Doña An­ 172 Pero la prueba mas auténtica de que Cervantes perma­
drea de la labor quehabia hecho para el marques de Villafranca necía este año en Vallailolidjcsel proceso que sé formó con mo­
q5 , parte í), y de que el recibo que esta escribió y firmo .11 tivo de la muerte de Dtl Gaspar de Ezpeleta, y que existe origi­
una'de ellas dice: jec/m « 8 de febrero de i6o3 «ños; pues aun­ nal en el archivo de la real academia Española, liemos dado en
que omitió ni lugar, debe inferirse que fue en Y al adolid, adonoe los respectivos una ¡dea de lo que contiene, y omitimos darla
Hegójel'marques en enero anterior de vuelta de la espediciou de nías estensa por haber publicado el Sr. Peilicer las declaraciones
y confesiones de Cervantes y de sus parientes, sacando de ellas
Arf|q En 26 de setiembre de 1604 obtuvo en aquella ciudad < nautas noticias tenían relación con su vida ó con nuestra his­
Ja licencia del Rey para la impresión de la primera partedel Qm- toria literaria, has diligencias que hemos promovido eíi Vallado-
jote * V aunque su sobrina Doña Constanza de Ovando declaro lid nada han adelantado en este asunto. La casa en que vivía
cu 3o de junio de i6o5 que llevaba un año de residencia en ella, Cervantes, y está enfrente del Rastro, se halla aun comprendida
esto 110 destruyela prueba de que su lio y su madre estuvies. u en la feligresía de San Ildefonso, habíala hecho fabricar por en­
a 11 i con antelación; puesto que pudo Doña Constanza no haber tonces Juan de Navas, hombre de mucho caudal y de gran.opi-
¡do á incorporarse con ellos hasta mu ho tiempo después. nion con los individuos del ayuntamiento, que algunos años le
170 La real licencia para que se imprimiese el Quijote en hicieron su apoderado para cuidar dé ¡os abastOsJde carnes y
Portugal se dió en la misma ciudad á g de lebrero de ifio5, aun­ ótrOs géneros.
que la obra estaba va impresa y tasada en 20 de di lémbre an­
terior; y de aquí se infiere que su publicaciofi lúe en la prima­ BUENA CORRESPONDENCIA ENTRE CERVANTES Y LOl’E DE VEGA

vera del mismo año. , , , , , . , (§§•**« y i42ysig-)-


171 En la Relación ele la jornada del esceleutisimo condes­
table de Castilla d las paces entre España y Inglaterra , que i 7 3 La supuesta contienda y emulación entre Cervantes y
se concluyeron y juraron en Londres por el mes de agosto áe Lope de Vega, á cuya Sombra se acogió el fingido Avellaneda, se
MDcnils unpresn en Anveres en la imprenta Planliniana, por ha intentado sostener en nuestros días por algunos escritores in­
Juan Morete^ el mismo año, se refieren los magníiicosobsequios considerados, que con el preteslo de hacer de Lope una apologíá
que aquella corte hizo al condestable, según liemos indicado en qué nó necesita por ser tan universal y reconocido su mérito,
el & ii3, parte I. Y el soneto irónico de Góngora que prueba han vituperado á Cervantes, queriendo oscurecer y amancillar
haber sido Cervantes el autor de la otra relación que en él cita­ Su opinión y Su crédito literario. Y si bien D. Juan Pablo For-
mos es el siguiente: 11er en sus Reflexiones de Tomé Cecial, D. Plácido Guerrero en
Parióla Reina: el luterano vino Su Tentativa de aprovechamiento crítico, y otros doctos y bue­
C011 seiscientos hereges y heregías : nos patricios le defendieron , demostrando las imposturas de sus
Gastamos un millón en quince días émulos, todavía nos ha parecido conveniente añadir á las, razo­
En darles joyas , hospedage y vino : nes que manifestaron , algunas otras en honor de ¡a buena me­
Hicimos un alarde ó desatino, moria de dos tan célebres escritores, y probar que habiendo sido
Y unas fiestas , que fueron tropelías , Cervantes el primer panegirista de Lope , supo este correspou-
Al auglico legado y sus espías derle con ánimo tan desinteresado, como distante de las pasiones
Del que juróla paz sobre Calvino: Viles y aun criminales que temerariamente se le han imputado.
Bautizamos al niño Dominico, 1 74 Aun no llegaba Lope de Vega á los veinte y dos año.s de
Que nació para serlo en las España»; Su edad cuando Cervantes publicó su Galatea en 1584 i J' eD d
Hicimos un sarao de encantamento i Canto de Caliope encareció el mérito de aquel jóven poeta con
Quedamos pobres, fue Lotero rico: tales alabanzas, que parece presagiaba la dilatada fama y uni­
Mandáronse escribir estas hazañas versal aplauso que debia captarle su florido ingenio.
À D. Quijote, á Sancho y su jumento. 175 En i5g8 dió Lope a luz su Ilragohiea^ dé la cual se hi-
1 DOCUMENTOS. 4?.»
Llevar déla vulgar comente, adonde
ilustraciones Me llaman ignorante Italia y Francia,
Pero ¿qué puedo hacer, si tengo escritas,
rieron en aquel año dos ediciones, y otra en 1602, en cuyo prin­ Con una que he acabado esta semana,
cipio se halla en loor de la obra y de su autor este hermoso so­ Cuatrocientas y ochenta y tres comedias?
neto Porque fuera de seis, las demas todas
Pecaron contra el arte gravemente.
De Miguel Cervantes. Sustento en fin lo que escribí, y conozco
Que aunque fueran mejor de otra manera,
Yace en la parte que es mejor de España Notuvierau el gusto que han tenido:
Una apacible y siempre verde Pega, Porque á veces lo que es contra lo justo,
A quien Apolo su favor no niega, Por la misma razón deleita el gusto.
Pues con las aguas de Helicón la baña» Espresiones todas que en boca de otro podían ser injuriosas á la
Júpiter, labrador por grande hazaña, faina de Lope ; pero que Cervantes moderó con tal delicadeza y
Su ciencia toda en cultivarla entrega: urbanidad, que inas parecen una disculpa que uua reconvención,
Cilenio alegre en ella sé sosiega; ~ Este manifestó por ejemplo, que los estrangeros^ que con mucha
Minerva eternamente la acompaña. puntualidad guardan las leyes de. la comedia , nos tienen por
Éas Musas su Parnaso en ella han hecho; bárbaros é ignorantes^ viendo los absurdos y disparates de las
Venus honesta, en ella aumenta y cria que hacemos; pero no dijo que Lope era mas bárbaro que todos y
La santa multitud de los amores; ni que por dejarse llevar de la corriente del vulgo 1c llamarían
Y asi con gusto y general provecho ignorante en Llalla y Francia; en lo cual declaraba tácitamente
Nuevos frutos ofrece cada día el mismo Lope que el teatro de aquellas naciones era mas arre­
De ángeles , de armas , santos y pastores. glado , pues que había discernimiento para couocer y censurar,
176 Publicó Cervantes en itíoósu parte [del Quijote, y tra­ los disparates de nuestras comedias. Alaba Cervantes la elegan­
tando en el cap. 4« de las tragedias y comedías que guardando cia, la gala, el don dre, la elocución, el estilo, las razones y sen­
los preceptos del arte parecieron bien y agradaron a todo el mun­ tencias de las comedias de Lope ;y añade, como para escusa: le
do cuando se representaron, cita entre otras la Ingratdud ven- de los defectos, que por querer acomodarse a.l gusto de los repre­
rada de Lope de Vega, sin darse por entendido de os defectos sentantes, 110 ¡legaron todas al punto de perfección á que habían
que la afean, y que nota con mucho juicio el br. Pelhcer. Para llegado otras ; y Lope , conforme eu todo con este sentir , dice
comprobar el ingenioso modo con que Cervantes disco po a los que solo fueron seis las comedias suyas que teman esta peí lec­
poetas de los errores dé sus comedias, atribuyéndolos a depra­ ción, por estar arregladas á las leyes dramáticas, y que todas las
vado gusto del vulgo, y la delicadeza con que hablo de Lope de demas pecaron gravemente contra ellas. Es ciertamente muy*
Vega elogiando su mérito, compárenle las palabras que hemos digno lie admiración que un pasage, donde resalta mas que en
copiado en el $. >43, paHe I, con lo que Lope había dicho de sí ningún otro el juicio, 1a elegancia, la cortesanía y circunspec­
mismo en su rfe hacer comedias. Confesaba que sa­ ción de Cervantes, se haya entendido ó interpretado tan sinies­
bia los preceptos y leyes poéticas desde antes de cumplir os diez tramente , no solo por su émulo Avellaneda , sino por algunos
años de edad: que muchos bárbaros habían estragado el gusto
del vulgo acostumbrándole á sus rudezas; que el que escribía con literatos de nuestros tiempos. El mismo Lope en el prólogo que
« puso al Peregrino en su patria , impreso la primera vez en
arte moría sin fama y sin premio; que la costumbre tema mayor Madrid el año 1604, dijo á este propósito: «y adviertan los es­
imperio qué la razón; que el vulgo acudía solo a ver los mons­ trangeros de camino , que las comedias en España no guardan
truos llenos de apariencias; que aunque él había escrito algunas el arte , y que yo las proseguí en el estado que las hallé , sin.
veces con sujeción á las reglas (que conocían pocos), aquel atreverme d guardar los preceptos ; porque con aquel rigot ,
aplauso popular le hacia volver á la costumbre barbara, y olvi­ de ninguna manera fueran oidas de los españoles.» Esta satis­
dar los preceptos y el ejemplo de Planto y TerenciO que le acu­ facción que da Lope á los estrangeros indica que estos guarda­
saban de su abandono , y prosigue diciendo: ban mejor las reglas del arte, como lo dice Cervantes en el Qui­
Y escribo por el arte que inventaron jote, y confirma que la poesía había sido mas cultivada y pro­
bosque el vulgar aplauso pretendieron,
tegida fuera de España. Muchos años antes habia dicho Cervan­
Porque como las paga el vulgo, es justo tes en su Calatea , que creían los estrangeros eran pocos los
Hablarle en necio para darle gusto. españoles que se aventajaban eit la poesía , siendotan.il con­
Mas ninguno de todos llamar puedo trario , que cada uno de los que había nombrado en el Canto
Mas bárbaro que yo, pues contra el arte
Me atrevo á dar preceptos, y me dejo
1 DOCUMENTOS. 4 2^
^22 ILUSTRACIONES
180 Es preciso confesar que no todas estas comedias eran
de- Calliope era superior al mas agudo de ellos ;y que de ser asi de Lope, porque había muchos que al abrigo de su nombre y
darían muestras si en esta nuestra España se estimase en tanta celebridad las imprimían, fingiendp ser suyas, de lo cual se
la poesia como en otras provincias se estima, porque aquí ha­ queja él con justa razón (pról. al Peregrino, año 1604): «Mas
cen poca estimación \dellos (de los poetas) los principes y el ¿quién teme (dice) tales enemigos? Ya para mi losan los que
vulgo. Cervantes, que acababa de residir en Italia , hablaba eu mi nombre imprimen agenas obras. Ahora han salido algu­
como testan ocular de| aprecio que allí se hacia de la poesía y nas comedias que impresas en Castilla dicen que eri Lisboa, y
(le los eniinentes ingenios que la cultivaban , y veía cuanto asi quiero advertir d los que leen mis escritos con afición.. .. que
habían aprovechado muchos españoles con su ejemplo y con no crean que aquellas son mis comedias aunque tengan mi nom­
su doctrina. bre. Y la misma queja manifiesta en su égloga á Claudio.
177 Si en esto iban cQql’ormes las opiniones de Lope y de i8t Por este tiempo censuraba también las comedias de Lo­
Cervantes, se advierte también la moderación del último, conw pe L). Esteban Manuel de Villegas,y a cuando dirigía áD. Loren­
parando su censura con la de otros escritores contemporáneos. zo Ramirez de Prado el Hipólito, tragedia imitada de Eurípides,
Cristóbal de Alesa en el prólogo de Sus Rimas impresas en ,6i t y se queja del influjoy mal gusto del vulgo, y del desprecio qqe
se quejaba de que la poesía juera oficio mecánico , según l‘i los recitantes hadan ele los que no les vendían sus composicio­
hacen los que venden tantas comedias., introduciendo en ellas nes ' ya con arrogante severidad en la epístola vil cuando cita
reves , y en las tragedias personas vulgares . y eu sus epísto­ la comedia de Lope intitulada CZrson y Paletitin, y se burla
las , ya satirizaba la multitud y desarreglo de las comedias que del método ó arte de este autor comparándolo con el de los
escribía Copey le daban tanta tama como ganancia; ya se que­
jaba también de que mientras se enriquecía el poeta cómico , antiguos. . • j i
182 Pero aun veremos nuevos y repetidos testimonios ael
pereciesen de hambre el trágico y el épico ; ya en fin ridiculi­ aprecio que Cervantes hacia de Lope. Compuso aquel el JYiage
zaba el estilo prosaico, los chistes de los lacayos, ¡os desdenes al Parnaso, y le imprimió en 1614, y entre los escelentes poe­
de las damas, y las riñas de los rufianes y fregonas , que era tas que finge fueron á conquistarlo comprende á Lope en estos
lo que únicamente daba dinero y crédito de gran poeta ; alu­
diendo eu esto al papel del Gracioso ó la figura del donaire que términos:
Llovió otra nube al gran Lope de Vega,
Lope introdujo la primera vez en su comedia lá Francesila , Poeta insigne, á cuyo verso ó prosa
como lo asegura en su dedicatoria al L)r. Monlalvan;y aunque Ninguno le aventaja ni aun le llega,
aiguuos creen que imitó en esto á las compañías de comedian­ Al año siguiente publicó las ocho comedias y ocho entremeses,y
tes italianos que venían á Madrid , y solían divertir al puebla después de referir en el prólogo el origen de la comedia españo­
introduciendo siempre un personage burlesco, nos parece que la, los progresos que hicieron en ella Lope de Rueda y Naharro,
mas bien intentó copiar eu este papel á los truaues ó enanos y el aplauso con que se hablan representado en Madrid sus Tra­
que teman ios grandes señores en su tiempo , y con quienes se tos de Argel, la {malicia v ¡a Batalla naval, añade: «entró
divertían con escesiva fami.iaridad. luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzó­
17S El Dr. Suarezde Eigueroa decia en 1617 (eZ /’«srzgero, se con la monarquía cómica: avasalló y puso debajo de su juris­
ibi. to3 V. ) que el arte no tenia lugar en aquel siglo , y que dicción á lodos los farsantes: llenó el mundo de comedias pro­
« Plauto y Terencio fueran , si vivieran hoy, la burla délos, pias, felices y bien razonadas; y tantas, quepasau de diez mil
teatros y el escarnio de la plebe , por haber introducido quien pliegos los que tiene escritos, y todas (que es una de las mayo­
presume saber mas, cierto género de farsa menos culta que res eos as que puede decirse) las ha visto representar, ú oído de­
gananciosa.» Trata después de los preceptos con que deben es­ cir (por lo menos) que se han representado: y si algunos (que
cribirse las buenas comedias; censura las de santos que se com­ hay muchos) lian querido entrar á la parte y gloria de sus tra­
ponían con tantas impropiedades; lascbocaireíías del gracioso; bajos, lodos juntos no llegan en lo que han escrito á la mitad
y concluye dando regias sobre las costumbres y diciendo, cori de lo que él solo.» Cuanto Cervantes asegura aquí en elogio de
referencia á Lope, que no hay modelos en las nuestras , ni en Lope lo confirma Moulalvan en la Fama postuma; pues dice,
las de no se quien, según las que se representan en esos teatros, que habiendo buscado el amparo de D. Gerónimo Manrique,
de quien casi todas son hechas contra razón, contra naturali-?, Obispo de Avila, por los años de i5go, le agradó sumamente
za y arte. con unas églogas que escribió y con la comedia la Pastoral de
179 También aludió Cervantes en la aventura de maese Pe­ Thcñ/to, que fue la primera que hizo de tres jornadas, porque
dro (parte II, cap. 26) áe te interes y grarigería que los poetas hasta entonces la comedia consistía solo en un diálogo de cuatro,
baciali de sus comedias , las cuales, aunque llenas de impropie­ personas que 110 pasaba de tres pliegos, y de estas escribióJLope
dades j disparates, se escuchaban no solo con aplauso , sino pon de Vega muchas, hasta que introdujo la novedad de ¡as otra?}
admiración jr todo.
Y DOCUMENTOS. 4 2^
ILUSTRACIONES
que por captártelos aplausos de las gentes le obligaron á prose­ do de alabanza , que aun no pudo imaginarse de hombre mor­
guirlas con tal feliz abundancia, que en muchos años no se v¡ó es­ tal : pues creció tanto la opinión de que era bueno cuanto es­
tampado en los carteles de las esquinas otro nombre que el suyo: cribía, que se hizo adagio común para alabar una cosa de bue­
y mas adelante dice, que las comedias representadas llegaban á na decir que era Me Lope; de suerte que las joyas, los diaman­
mil y ochocientas, y los autos sacramentales pasaban de cuatro­ tes, las pinturas , las galas , las telas , las flores , las h utas , las
cientos, pagándose entonces las primeras quinientos reales: cuya comidas y los pescados, y cuantas cosas hay criadas, se enca­
aserción confirma cuanto dice Cervantes déla admirable fecun­ recían de buenas solamente con decir que eran suyas , porque
didad de Lope, del prodigioso número de sus comedias, y del su nombre las calificaba: elogio admirado de todos, y merecido
aplauso con que eran recibidas del pqblicoy de los representantes, de ninguno.» Confirma esto Quevedo en la aprobación de las
183 Para que se conozca que no fue exagerado lo que dijo obras de Burguillos dada en Madrid á 27 de agosto de 1634, d*~
Cervantes y confirmó el amigo y discípulo de Lope, añadiremos, cierido que fue Lope autor de un estilo no solo decente , sino
lo que dijeron otros escritores coeta'neos. Francisco Pacheco en raro , que solamente ha florecido sin espinas , habiendo mere­
el elogio que puso al retrato que hizo de Lope dice: «El ha re­ cido su nombre ser umversalmente proverbio de todo lo bueno’,
ducido en España á método , órden y policía las comedias , y prerogativa que no ha concedido la Jama á otro nombre. I1—
puedo asegurar que en dos dias acababa algunas veces las que nelo en sus Anales de Madrid mss. año 1635, y D. francisco
admiraba después el mundo y enriquecían á los autores.« En el Manuel de Meló en sus Apólogos Dialogaes impresos en 16S7
año i63o publicó D. JosefPellicer de Salas el fénix, y en la dia- ( p. 335), refieren y apoyan lo mismo , con la admiración que
tribe i.a, fol. i4 v- dice: «En nuestro siglo se intitula en la debía causar un aplauso y concepto tan estraordmario.
frente de sus libros el Fénix de España el grande , el famoso, >85 Inmediatamente después de las comedias salió á luz la
el finico , Lope Félix de Vega Carpió, honor, gloria, laurel de parte II del Quijote, en cuyo prólogo procuró Cervantes contes­
nuestra nación, uno de los dos polos de las musas, á cuyosver- tar con tanta templanza y urbanidad como gracia y donaire a
sos en lo cómico, lírico y heróico ceden doctrina , erudición y su antagonista Avellaneda; y como este, para cubrir su dañada
elegancia los antiguos. Hoy vive después de haber dado á los intención , supuso que Cervantes habia ofendido á Lope por
teatros españoles mil y quinientas comedias , seiscientos autos pura envidia, le responde en estos términos: «He sentido tam­
sagrados, y á la estampa mas de cuarenta y cuatro libros. » Y bién que me llame invidioso, y que como á ignorante me des­
Quevedo en su aprobación á la comedia Euj'rosina , impresa criba qué cosa sea la iuvidia, que en realidad de verdad, de dos
en Madrid amo xó3i , dice : « Con grande gloria de la virtud y que hay, vo no conozco sino a la santa, a la nobiey bien inten­
buen ejemplo se hau escrito en España con nombre de come­ cionada: y siendo esto asi, como lo es, 110 tengo y o de perseguir
dias, fuera de las fábulas, historias y vidas que á la virtud y al á ningún sacerdote, y mas si tiene por añadidura ser familiar
valor enseñan con mas fuerza que otra alguna cosa : como se ve del santo oficio: y si él lo dijo por quien parece que lo dijo, en­
con admiración en las de Lope de Vega Carpió , tan dignas de gañóse de todo en todo, porque del tal adoro el ingenio, admiro
alabanza en el estilo y dulzura , afectos y sentencias , como de las obras y la ocupación continuar virtuosa.» No puede darse
espanto por el número , demasiado para un siglo de ingenios, un elogio mas noble y desinteresado, y una satisfacciou mas inge­
cuanto mas para uno solo, á quien en esto siguen dichosamente nua y sencilla. Lope en electo era ya sacerdote alo menos desde
muchos que hoy escriben. » Véase aqui alabado por Quevedo el 1608, y al año siguiente entró de cofrade en la congregación de
estilo y dulzura, afectos y sentencias de las comedias de Lope , esclavos del santísimo Sacramenta del oratorio del Caballero de
según Cervantes lo había espresado mas de veinte y cinco anos Gracia,donde celebró la misa de la festividad AePrimer domingo
antes (parle t, c. 48); y véase igualmente la admiración de uno de mes en agosto de 1609, según consta de un acuerdo que fir­
y otro por el escesivo número de comedias que aquel fecundísi­ mado de él existe en su archivo. Eu 24 de enero de 1610 entro
mo ingenio habia escrito hasta entonces, y que referia él misi también en la del oratorio de la calle del Olivar; y en la orden
mo en su égloga á Claudio. tercera de S. Francisco en 17 de setiembre, habiendo profesado
184 Entre los entremeses que publicó Cervantes con sus en ella en 26 de igual mes de 1611. Su asistencia coiilinna á los
comedias se halla el de la Guarda cuidadosa, en el cual para hospitales, las obras de caridad en que se ejercitaba, y su devo­
alabar y encarecer una glosa dice: mí poco se me entiende ción y cristiana conducta desde aquella época, califican de justa
de (robas ; pero estas me han sonado tan bien , que me pa­ y verdadera la admiración de Cervantes por la ocupación con­
recen de Lope, como lo son todas las cosas que son ó parecen tinua y virtuosa de Lope.
buenas.» Aludia Cervantes en esta espresion al proverbio que 186 Al fin del cap. i.° de la parte II del Quijote , tratando
se habia hecho general de tomar el nombre de Lope como medida de Angélica, y de que sin embargo de haber el Ar osto cantado
y encarecimiento de alguna cosa, buena, perfecta ó escelente ; su belleza , parece que todavía pronosticó que otros poetas la
y asi decía de él Moutalvapi: « Alcanzó por sus aciertos un mo,-. Celebrarían con mejor plectro, añade: « Véase esta verdad cía-
4a6 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS, 427
ra, porque después aca' un famoso poeta andaluz lloró y cantó poeta conocido por su mordacidad y genio satírico, y que, se­
sus Lágrimas; y otro famoso y único poeta castellano cantó su gún un autor de su vida, tal vez salpicó la tinta de su pluma las
Hermosura.» Es bien sabido que Luis Barahona deSoto, natu­ personas; y guiados con tales sospechas del deseo de aclarar la
ral de Lucena, publicó en Granada en 1586 un poema intitula­ verdad, reconocimos los dos códices de la biblioteca Realen que
do Primera parte de la Angélica, ó las lágrimas de Angélica, se halla el tal soneto, y encontramos que en ambos se indica so­
del cual hizo gran elogio Cervantes ( Quijote, parte 1 , cap, 6); bradamente ser de D. Luis de Góngora. En el códice 8.° (est. M,
y que Lope de Vega, que es á quien llama famoso y único poe­ fol, g4 v.) dice el epígrafe :
ta castellano, dióá luz en Madrid el año 1604 en un tomo en
i 2.° la Hermosura de .Angélica , poema en veinte cantos, con­ Al dicho Lope de Pega satirizándole en los
tinuando lo que Labia omitido Ariosto en su Orlando, coma libros que escribió. — Del dicho D. Luis,
para ejercitar otros ingenios poéticos (prólogo á la Angélica ). Hermano Lope , bórrame el soné- etc,
También aludió con mucha estimación á la Arcadia de Lope
en el cap. 58, parte II del Quijote, y con mas espresion en el Y en el códice i.° (est. M. fol. a ) que se intitula Poesías satí­
Coloquio de los perros , donde tratando de la vida pastoril, y ricas y burlescas de D. Luis de Góngora , dice asi :
de lo que de ella dicen los libros, añade en boca de Berganza:
«Deteníame á oirla leer (á la dama) , y leia como el pastor de Contra los escritos de Lope de Pega,
Ar,friso cantaba estremada y divinamente, alabando á la sin Soneto.
par fíelisarda, sin haber en todos los montes de Arcadia árbol Hermano Lope , bórrame el soné- etc.
en cuyo tronco no se hubiese sentado á cantar desde que salla
el sol en ios brazos del Aurora hasta que se ponía en los de Te- Descubriéndose pues tan claramente que fue Góngora el ver­
tis; y aun después de haber tendido la negra noche por la faz dadero autor , queda Cervantes vindicado de la impostura de
déla tierra sus negras y escuras alas, él no cesaba de sus bien haber escrito contra Lope. No era necesario tanto para discer­
cantadas y mejor lloradas quejas.» Asi hablaba con referencia nir que era de Góngora, y no de Cervantes, pues bastaría cono­
á Lope, mientras que con su misma Galaica y con la Diana de cer el estilo y carácter de ambos , y saber que Góngora se había
Montetnayor no estuvo tan indulgente , tratando de ellas en el esplicado ya contra Lope en muchas sátiras, como se ve en los
mismo lugar de este coloquio. versos que publicó en defensa de sus Soledades; en él soneto á
187 Contra estos testimonios tan públicos, tan repetidos y que dió beasion el libro de la Arcadia, en otro en que motejó
tan terminantes solo se alega la autoridad del desconocido Ave­ su estilo de fácil, llano y sin artificio, y en varias composicio­
llaneda, ya desvanecida y contestada por Cervantes , y un so­ nes, de las cuales se dió Lope por entendido , y aun contestó
neto que se conservó inédito entre los mss. de la biblioteca Real á algunas con indicios de mucho resentimiento , haciéndole
hasta que Pellicer le dió á luz en 1778, y reimprimió en 179.7 » perder aquel carácter apacible, indulgente y comedido que pin­
habiéndole publicado también en 1785 D. Vicente García de la ta él mismo cuando dice : Recámente (y consta de mis escritos")
1 tuerta: en el cual, haciendo una reseña de todas las obras de Lo­ nías se aplica este corlo ingenio mío á la alabanza que á la
pe, se censuran con suma acritud, descubriendo el ningún apre­ reprensión; y como lo comprueba su Discurso sobre la nueva
cio quede ellas hacia el autor de crítica tan mordaz. También poesía, donde al mismo tiempo que desaprobaba el estilo hin­
existe en el mismo códice otro soneto que se atribuye á Lope, y chado, oscuro y afectado que iba introduciendo Góngora, ha­
en el que contestando al anterior, que supone ser de Cervantes, blaba con tal respeto y elogio de su ingenio, que decía era el
le injuria con sarcasmos tan impudentes como malignos ; pero mas raro y peregrino que había conocido en Andalucía ", y yo
tan ageno todo del comedimiento y dulzura de Lope , que los ( a hade ) le he de estimar y amar, tomando de él lo que enten­
mismos que le han publicado juzgan sea de alguno de sus apa­ diere con humildad, y admirando lo que no entendiere con ve­
sionados. ¿ Y por qué no les ha merecido igual duda y conside­ neración ; testificando ¡a ingenuidad de estas palabras tres her­
ración el que se achaca á Cervantes , siquiera por ser , como niosos sonetos que se leen en sus obras en alabanza del inexo­
es, tan opuesto al juicio que este tenia formado de las, obras de rable Góngora , de quien no hallamos composición alguna en
Lope? El estar escrito con los versos cortados en ¡os finales, de que de propósito correspondiese con su gratitud al mérito de
que parece fue inventor Cervantes en los que puso al principio ■su apologista; v si la hubiera , no la habría omitido Moptalvau
déla parte i del Quijote, ¿será bastante razonjpara atribuírse­ Pn la Pama postuma.
lo? ¿ no imitaron otros inmediatamente este estilo , entre ellos ‘88 Teniendo pues tantas pruebas de que Góngora escribía
el autor de la Picara Justina ? Estas y otras poderosas razones contra Lope, y de que este se daba por entendido contestán­
hicieron presumir á hombres inteligentes y juiciosos que el so­ dole, y no constando que Lope se manifestase jamas resentido
neto imputado á Cervantes podría mas bien ser de Góngora , de Cervantes , ni que este diese sino testimonios de aprecio por
ilustraciones
las obras de Lope, ¿no era ligereza ó malignidad imputara' Cer­ 1 documentos. 4=9
vantes unas sátiras tan agenas por otra parte de su escesiva in­ Tus obras los rincones de la tierra
dulgencia con los poetas y literatos de su tiempo ? Nunca su ( Llevándolas en grupa Rocinante )
pluma declinó á la sátira, dijo en elPíagenZ Parnaso (cap. 4-°): Descubren, y á la envidia mueven guerra .
la poesía no ha de corrrer en torpes sátiras, aconseja en el cap. El mismo Cervantes habló del soneto malo , desmayado y sin
16, parte II del Quijote; y con todo eso, y de quien asi pensa­ garbo que le dirijieron en Valladolid centre el Quijote; y el que
ba, ha llegado á asegurarse que miraba con envidia á Lope y se atribuye á Lope, y es sin duda de algun apasionado suyo ,
íusnroi/iiLCio/ies, escribiendo contra él y ellas invectivas injus­ acredita en sus indecorosas espresiones cuanto les picaba el uni­
tas y denigrativas sátiras. versal aplauso con quehabia sido recibida esta obra. Pero cuan­
i8g No solo no consta que Lope se hubiese resentido ni do mas se exaltó la envidia fue al verle protegido y amparado
inoslrado quejoso de Cervantes, como lo manifestó respecto de por el cardenal de Toledo y el conde de hemos, como lo mani­
otros , sino que en varias de sus obras acreditó el aprecio cou fiesta Alonso de Salas Barbadillo en la dedicatoria de la Estaje-
que le miraba. En la Dorotea hizo dos veces honrosa mención ta del dios Momo. Después de referir que aquel ilustre purpu­
de él , ya contándole entre los grandes poetas de aquella edad, rado recibió sin escrúpulo el libro del Escudero Marcos de O >re-
ya indicando que su Galatea no era una dama ideal é imagina-; gon-, y premió al autor ( Vicente Espinel ) mandando que se le
ria, como tampoco lo hábian sido la Diana de Montemayor , la señalase un tanto cada dia para que pasase su vejez con menos
Filida de Monlalvo, la Camila de Garcilaso, laAm/riníe de Ca- incomodidad, añade: « La misipa piedad ejercitó con Miguel de
mocs etc. En la dedicatoria de su primera novela dice Lope : Cervantes, porque le parecía que el socorrer a los hombres vir­
También hay ( en España ) libros de novelas, del las traducidas tuosamente ocupados era limosna digna del primado de las Es-
de italianos y deltas propias , en que no j'altó gracia y estilo d pañas. No lo ignoran estos que mas lo fiscalizan; sino que todo
Miguel de Cervantes. Y finalmente en el Laurel de Apolo, pu­ aquello que no pueden hacer, cuanto interiormente lo envidian,
blicado en 163o, catorce años después de haber muerto este cé­ en lo esterior lo desprecian ; de modo que de lo que en ellos es
lebre escritor, hizo de él el siguiente elogio: insuficiencia nace el delito de los que tienen mas ingenio. En to­
E11 la batalla donde el rayo Austrino, dos tiempos fue culpa el saber mas para aquellos que (inten­
Hijo inmortal del Aguila famosa, tando saber ) hallan que cada dia saben menos.»
Ganó las hojas del laurel divino iqi Los émuloá de Lope fueron todavía en mayor numero,
Al rey delAsia en la campaña undosa, como que era mas popular el aplauso .que le merecían sus
La fortuna envidiosa composiciones, y con las cuales, al mismo tiempo que se gran­
Hirió la mano de Miguel Cervantes; jeaba Mecenas y apasionados, ganaba suficiente renta para es-
Pero su ingenio en versos de diamantes citar la envidia, según indicó Cristóbal de Mesa. Eran tantos los
Los del plomo volvio con tanta gloria, que escribían contra Lope, y tal ya la frescura con que lo toma­
Que por dulces, sonoros y elegantes ba , que según él mismo significó en una epístola a Gaspar de
Dieron eternidad á su memoria: Barrioiiuevo ( Rimas humanas, parte II):
Porque se diga que una mano herida No se tiene por hombre el que primero
Pudo daf á su dueño eterna vida. No escribe punirá Lope sonetadas,
Tenemos ademas noticias de otras relaciones de amistad , trato Como quien tira al blanco de terrero.
y parentesco entre ambos escritores. Queda ya insinuada ( par­
te 11, §. 38) la connotación que á nuestro parecer hubo entre Piensa esta pobre y mísera caterva
Cervantes y Doña-Isabel de Lrbina , primera muger de Lope Que leo yo sus sátiras: j que engaño .
de Vega, y nos consta que uno y otro fueron congregantes en Bien sé el aljaba sin tocarla yerba.
el oratorio de la calle del Olivar, habiendo motivo de presumir Tratando en el prólogo del Peregrino de qué no faltaban lecto­
que también fueron compañeros en el del Caballero de Gracia res que leian sus escritos con afición, dice: Al ganos hay, si no
y en la orden teicera de S. Francisco; en cuyas concurrencias y en mi patria, en Italia , Francia y en las Indias , donde no se
ejercicios era preciso se viesen de continuo, y asi aprc. lasen atrevió d pasar la envidia. Y su amigo Montalvan dijo a „ te
mutuamente sus ocupaciones virtuosas,y los frutos de su nige propósito: « Mientras vivió ( Lope de Vega) á vuelta de losho­
nio y laboriosidad. . nores que por otras partes grangeaba , siempre estaba padecien­
190 Pero no porque se tratasen con recíproca considera­ do sátiras de los maldicientes , detracciones de los ignorantes,
ción dejaron de tener otros enemigos envidiosos y calumniado­ libelos de los enemigos, notas de los mal intencionados, correc­
res. Bien manifiesta es la persecución que intentó Avellaneda ciones de los melindrosos , y invectivas de los bachilleres; con
contra Cervantes , quien con alusión á esto decía cu boca do tanto estremo,quesolosu muerte pudo ser asilo de su seguridad,
Mercurio ( Pínge al parnaso, cap. i. ): haciendo la lástima lo que no pudo recabar el mérito ; pues mu-
43o ILUSTRACIONES
Y DOCUMENTOS. 4^‘
chos de los que le lloraron muerto , fueron los mismos que le desagravio de los desacatos cometidos en Londres en 1607 1 S3
murmuraron vivo.» multiplicaron las hermandades, que ya se habían fundado en el
iga Tal fue la varia suerte¡de estos fecundos é ingeniosos mismo siglo con motivo déla archi ofradía que con este obje­
escritores mientras vivieron. La obstinada lucha entre ios censo­ to erigió en liorna el papa Paulo 111.
res v los apologistas de Lope hizo que unos y otros intentasen ig5 De esta clase fueron las congregaciones que ahora exis­
atraer á su parcialidad á los literatos de mayor reputación; y de ten en Madrid en el oratorio del Caballero de Gracia y en ei de
aquí pudo provenir que los primeros contasen á Cervantes en su la calle del Olivar ó de Cañizares; cuyos individuos, en contra­
partido por leves indicios ó conjeturas, sacadas de las censuras posición de la impiedad y soberbia de los hereges , se apellida­
generales que publicó en sus obras, y aun que le achacasen al­ ron indignos esclavos del santísimo Sacramento. Fundóse la
gunas sátiras ó críticas mas libres que corrían manuscritas, como primera en la iglesia de monjas franciscanas de aquel mismo
sucedió con el soneto de Góogora. Tero el examen que acaba­ nombre por el venerable sacerdote Jacobo de Gracia , caballero
mos de hacer desvanece este concepto, y prueba mas bien que del habito de Cristo, que había sido en Roma hijo espiritual de
ambos escritores reconocían mutuamente su mérito distinguido; 8au Felipe Neri: trasladóse después á dicho oratorio: aprobó sus
y tuvieron la generosidad de aplaudirlo sin desconocer sus lal- constituciones el cardenal arzobispo de Toledo l). Bernardo de
tas, que también supieron disculpar con discreción. Samlovaly Rojas en 13 de noviembre de 1609 ; las cuales con­
firmaron los sumos pontífices Paulo V y Urbano VIH , y desde
CASAS DONDE VIVIÓ CERVANTES EN MADRID ( §. I ig ). el principio fue muy favorecida de los reyes, délos papas y de
lis prelados diocesanos, que se alistaron por congregantes; co­
i g3 Por los documentos que publicó Pellicer ( T3 ríe (.'■ mo lo lucieron Felipe II i, la reina su esposa, ei papa Paulo \ ,
pág. ccxm á ccxvi) consta que en 8 de junio de 1609 vivia y muchas personas de alta gerarquía y de gran reputación, asi
Cervantes en la calle de la Magdalena á las espaldas de la eclesiásticas como seglares. Entre ellas se contó Lope de Vega,
duquesa de Pastrana , poco después d las espaldas de £7wi7o, como ya lo dijo Moutalvau ( Fama pósl. p. 34 ) y consta pol­
que quiere decir, detras del colegio de nuestra Señora de Lore- los libros de la congregación ; siendo de presumir que también
to: en g de octubre, otra vez en la calle de la Magdalena^ ¡o fu :seCervantes , aunqueno haya documento que lo asegure.
frontero de Francisco Daza^ maestro de hacer coches : en 27 196 La fundación de la del oratorio de la calle del Olivar
de junio de 1610, en la calle del León frontero de Castillo^ pana­ se firmó en 28 de noviembre de 1608 por Fr. Alonso de la Pu­
dero de cortejen la casa quesegun conjeturaPellicer(p.cxcvm) rificación, trinitario descalzo , y ¡J. Antonio Robles y Guzman,
puede ser la núm. g, manzana 226 . en 1614 , en la calle de las gentil-hombre del rey , y su aposentador ; y en 7 de diciembre
Muertas jrontero de las casas donde solia vivir el principe dé se celebró la primera fiesta en el convento de los mismos trinita­
Marruecos, como decía el sobrescrito de la carta de que habla eii rios descalzos, donde permaneció la congregación hasta abril de
la ddjunta al Parnaso. Que moró en la calle del duque dé Al­ ítí 15, en que se traslado al de clérigos menores del Espíritu-San­
ba , cerca de la del Estudio de San Isidro, se sabe por el proce­ to. De este pasó en 2 de junio de 1617 al de monjas agustinos
so de desahucio que existía en la escribanía de I). Juan Antonio' de la Magdalena ; y D. Manuel Aguiar Euriquez , que en 1638
Zamácola. Y Pellicer averiguó que la casa donde murió Cervan­ publicó un sumario desu fundación, constituciones y ejercicios,
tes en la calle del León , y pertenecía al clérigo i). Francisco J que fue su restaurador, sosteniéndola con su zcloy hacienda
Martínez Marcilla, estaba en la esquina de la calle de Francos etilos apuros que ya esperimentaba , logró ponerla en oratorio
por la cual tiene ahora la entrada , y es la núm. ao. manzana propio, que es el en que subsiste, y en él se dijo la primera misa
228. nidia i,° de noviembre de 1646, aunque por no estar concluido
del todo no Se hizo la dedicación hasta 2 1 de noviembre de
Cervantes se alistó en algunas congregaciones piadosas 1656 33S.
( §. 12! ). 197 Las primeras constituciones se aprobaron por el arzo­
bispo en 23 de marzo de 1610: las segundas en 17 de marzo de
ig4 Las guerras de religión acaecidas en Francia é Ingla­ 1622: otras en 10 de diciembre de i63o;y las vigentes en 27 ds
terra desde mediados del siglo XVI , que produjeron en aqué­ setiembre de 1 779 por el consejo Real, y en 1 g de noviembre in­
llos países tantas persecuciones y escándalos, no alcanzaron mediato por aquel prelado. El papa Paulo V concedió a esta
afortunadamente á España , porque la piedad y eizelodesus ’congregación por bula de 1.° de noviembre de 1609 varias gra­
monarcas lograron preservarla de tan graves males. Con esté cias é indulgencias, y Gregorio XV las confirmó por otra de 6
fin protegieron y fomentaron las instituciones piadosas para de mayo de 1621.
mayor veneración y culto de ios divinos misterios , en especial 198 La decidida protección que desde su origen mereció á
el de la sagrada Eucaristía; en cuyo honor y reverencia, y para' Felipe III; el particular encargo que este piadoso monarca hizo
^3á ?LUS1 RACIONES Y DOCUMENTOS; 433

al duque de Lerfná y al cardenal de Toledo para que la favore­ las fiestas y procesiones muy engalanados y con esquistos
ciesen y fomentasen; y su frecuente asistencia y de la reina, adornos, llevando en estas algüti cetro il otra insignia, y recor­
príncipes é infantes á sus solemnidades y ejercicios, no solo riéndolas , aunque no fuese necesario , como para ordenarlas,
dieron á estos actos mayor pompa, sino que fueron estímulo pa­ todo con el fm de hacerse mirar de Ja muchedumbre ; y entra­
ra que las personas mas notables y distinguidas aumentasen el ban en las congregaciones con el afan de sér mayordomos ó
número de congregantes. Las fiestas y procesiones, especialmen­ consiliarios y lucir sus oficios. El Lie. D. Pedro Fernandez de
te en la octava del Corpus, se hicieron con toda ostentación y Navarrete d'ecia también poco despues ( Conservae, de Mo-
magnificencia desde el año 1609.- Celebrábanse con certámenes narq. disc. xin ) que Con tanto número de cofradías andaban
poéticos, distribuyendo premios á los ingenios mas aventajados; los artesanos la mitad del año atendiendo mas á las emulacio­
con suntuosos altares adornados de geroglííicos y alegorías; con nes y disputas que á la devoción.
autos sacramentales, y con vistosas iluminaciones, fuegos artifi­ 200 En 2 de julio de 1613 entró también Cervantes en la
ciales, músicas V .otros regocijos : todos los cuales costeaban órden tercera de San Francisco , estando en Alcalá 34‘, y pro­
á competencia los primerosy mas altos personages déla corle, fesó en Madrid á 2 de abril de 1616 , en la casa que habitaba
incluso el duque de Lerma, que fue nombrado primer protector en la calle del León , pot- hallarse á la sazón gravemente enfer­
de la congregación desde i6i3 hasta 1617, en que le sustituyó mo. No solo los grandes señores , como el famoso condestable
el cardenal arzobispo a4°. IJe las personas que se alistaron en de Castilla D. Juan Fernandez de Velasco, sino los mas insig­
ella, según consta en el libro primero ó mas antiguo de recep­ nes poetas , como Lope de Vega , entraban en esta venerable
ciones que hemos visto, citaremos solo aquellas que por su mé­ orden, asistiendo á sus ejercicios, y llevando descubierto el há­
rito literario ó artístico son dignas de particular memoria. La bito, con el Cual se honraban tanto, que el condestable usaba de
partida de Cervantes, que es la segunda al fol. 12 v. dice asi: Re­ su color desde las cintas de los zapatos hasta el sombrero, y to­
cibios'.'. en esta santa hermandad por esclavo del Santísimo Sa­ do su vestido interior y esterior, según refiere Fr. Lope Paez al
cramento á Miguel de Cervantes,? dijoqueguardariasussantas fol t5o de la Regla............ de la tercera orden impi en Madrid
constitución: s, y In firmó eti Madrid ti 17 de abril dé i6og.=: 0111676. Cuando murió Cervantes fue llevado á enterrar por
Esclavo del Santísimo Sacramento: Migitel de Cervantes.— los terceros con la cara descubierta , á lo cual aludió el insípido
Alonso Gerónimo deSalas Barbadillo fue recibido én.3t de ma- epitafio que en una décima castellana se imprimió al principio
y o del mismo año: fol. i4- El M. Vicente espinel en 5 de julio: del Persles, y escribió D. Francisco de Urbina , cuñado de
fol. 18. r. O- Francisco Gómez de Quevedo {fol. 19 r.) no es- Lope de Vega. Por el mismo título de tercero dio lugar á Cer­
presa la fecha; pero su partida está despues de algunas de 3 vantes Fr. Juan de Si Antonio en su Biblioteca franciscana.
de agosto y antes de otra del 1 2. El M. Fr. Hortensio Félix Pa- D> Diego líurtado de Mendoza (§. 128).
ravicino, en 7 de setiembre: fol. 21 r. Lope de Vega en 24 dé
enero deh6io: fol. 24 r. El Dr. D. Juan del Castillo y Sotoma- 20t El claro espejo de la poesía le llama Luis Galvez dé
yor, que era de la audiencia de Galicia, en 10 de abril: fol. 3o; Montalvo en su Pastor de Fílida , que publicó siete años des­
El Lie. Miguel de Silveira, autor del Macabeo, en to de agosto pues de haber muerto aquél ilustre literato (pág. 155 , edic.
de 1612: fol. 5o. Vincencio Cardadlo, insigne pintor, en 4 de de 1792 ; y Mayans en su pról. p¡ Lili), Cervantes, que casi al
junio de 1617: /0/. 72; r. D. Jusepe González de Salas en 21 de misino tiempo conlponia su Galatea, le introdujo en esta nove­
julio: fol. 100 r. El príncipe de Esquiladle I). Francisco de la bajo el nombre de Meliso para honrar su memoria y sus pren­
Borja en g de febrero de 1622: fol io3 r. Y el Dr. D. Juan dé das. Dejó D. Diego inéditas casi todas sus obras, contó lo ad­
Solórzano Pereira, del consejo de las Indias, cu 5 de octubre dé vierte con respecto á la Historia de Granada su primer editor
1632 (fol. 113), cuyo asiento es todo de su letra, y en él nombra el Lie. Luis Tribuidos de Toledo. De sus poes;as, dijo al publi­
á su muger Doña Clara Paniagua de Loaisa y Trejo, y á D. Fer­ carlas Juan Diaz Hidalgo, que era imposible que flores que ha­
bían pasado por tantas manos dejasen de estar algo marchitas :
nando, D. Jusepe, D. Gabriel y Doña Leoiíor sus hijos. —Con-
la impresión de ellas se hizo en Madrid el año i6og en un tomó
clupéel libro con una partida de 1 9 de marzo de 164-3 al fol:
116.-—También fueron de esta congregación, Xegun la lista que Cn 4.0, aunque según la portada no se publicaron hasta t6toj
publicó Grimuldo al principio de su obra citada en la nota Jíig, y al principio se halla el siguiente elogio :
el M. Josefde Valdivieso, D. Josef Pellicéry Tovary D. Gabriel
Miguel de Cervantes d D. Diego de Mendoza, y á Su fama:
Bocáhgel.
199 Como no todos Se alistaban en estas cofradías con un SONETO.
mismo espíritu, se quejaba ya el Dr. Suarez de Figueroa en En la memoria vive de las gentes
1617 («/ Pasagero, alivio ix. p. 3gg) de que los narcisos ó pe­
¡Varón famoso! siglos infinitos;
timetres de su tiempo eran solícitos y cuidadosos en asistir w
434 ilustraciones Y DOCUMENTOS. 435
Premio que ie merecen tus escritos 218, donde quejándose de la falta de protección de los grandes i
l’or graves, puros, castos y esceleutes. los literatos dice :
Las ansias en honesta llama ardientes, Que el príncipe que mas os precia y nombra^
Los etnas, los estigios, ios cozitos Ni Os favorece, ni las obras premia,
Que en ellos suavemente van descritos, Aunque dellas parezca que sea sombra.
Miia si es bien ¡ó Fama! que los cuentes, Si alguno dellos hace una academia,
Y aunque los lleves en ligero vuelo Hay setas , competencias y porfías
Por cuánto ciñe el mar y el sol rodea, Mas queeu Ingalaterra ó en Bohemia.
Y en láminas de bronce los esculpas: Algunas hemos visto en nuestros dias
Que asi el suelo sabrá que sabe el cielo Que maridádoies lian poner silencio
Que el renombre inmortal, que se desea, Como si escuelas fueran de heregías.
Tal vez le alcanzan amorosas culpas. A este mismo suceso alude también Cristóbal Suarez de Figueroji
cuando en su Plaza universal de todas las ciencias y artes im­
Academia llamada Selvagé ( §. iay). presa en i6t5, hablando en el discurso xiv , pág. 63 del origen
de las academias de Atenas , del establecimiento de las de Italia,
202 El Lie. Pedro Soto de Rojas al fol. 181 de su obrita in­ y de la importancia de que las hubiese en España, dice : «En
titulada Desengaña de, amor,impresa en Madrid año i6a3, nos ésta conformidad descubrieron los años pasados algunos inge­
dejó la siguiente noticia de esta academia . « En el año 161 2 eti nios de Madrid semejantes impulsos ( de establecer una acade­
Madrid se a brió la academia Seivage, asi llamada porque se hizo mia ) juntándose con este intento en algunas casas de señores ;
en casas de D. Francisco de Silva á4*,aquel lucido ingenio, aquel mas no consiguieron el fin. Fue la causa quizá porque, olvida­
animo generoso, calidad de la casa de Pastrana, lustre de las mu­ dos dé lo principal, frecuentaban solamente los versos aplicados
sas, mayor trofeo de Marte, que parece movió toda aquella guer­ á diferentes asuntos. Nacieron de las censuras, fiscalías y emu­
ra, solo para contrastar aquel valor. Asistieron en esta academia laciones no pocas voces y diferencias, pasando tan adelante las
los mayoi es ingenios de España , que al presente estaban en presunciones , arrogancias y arrojamientos , que por instantes
Madrid: y entre ellos el fértilísimo, abundante, siempre lleno, y no solo ocasionaron menosprecios y demasías, sitio también pe­
siempre vertiente Lope de Vega Carpió. Tuve por nombre, el ligrosos enojos y pendencias, siendo causa de qué cesasen tales
Ardiente : comenzóse la primera sesión con ese discurso en pro­ juntas con toda brevedad.»
sa. » Ett electo se halla al principio del libro este Discurso so­ ao4 Como los escritos de los académicos no solo seleian ,
bre la poética escrito en el abrirse la academia Selvage^ por sino que se examinaban en estas academias; si llegaba el caso
el Ardiente ; y Lope de Vega en un elogio que hace al autor de que se diesen á luz , iban siempre acompañados de muchos'
dice también : « Habrá doce años que juntó estas rimas, y es“ versos que en elogio de la obra y del autor escribían sus com­
te mismo tiempo que las conquisto yo con ánimo de honrar y pañeros. Entre los que se imprimieron al principio de la obra
acrecentar nuestra lengua de tantas locuciones y Crasis, y delei­ intitulada Secretario de señores se hallan los siguientes de
tar y aprovechar los ingenios en tanta hermosura y varied id Miguel dé Cervantes al secretario Gabriel Perez del fíarrid
de cotícelos. Llamábase en nuestra academia <7 Ardiente., nom­ Angulo.
bre que tomó para sí el escelente portugués Luis de Carnees, Tal secretario formáis ,
cuando dijo : Gabriel, éíi vuestros escritos,'
Evas Tagides ininhas, pois criado ' Que por siglos infinitos
Temiesen mi huin novo engenlto Arderte, En él os eternizáis.
Y vino bien este título á su ingenio, que en la lengua latina De la ignorancia sacáis
Ardiente es ingenioso,y como dijo Cicerón á Celio: drdor men­ La pluma , y én presto vuelo*
tís ad gioriam. En ella escribió el discurso de la poética y per­ De lo nías bajo del suelo
fecta medida del verso castellano, imitando al Taso en una ora­ Al cielo la levantáis.
ción que hizo en la academia de Ferrara.» Desde hoy más la discreción1
20Ó Antes de la fundación de esta academia, y á principios Quedará puesta en su punto,
del mismo siglo parece buho alguna otra, que par las desavenen­ Y el hablar y escribir junto
cias y demasías de sus individuos fue necesario mandarla disol­ Én su mayor perfección.
verla lo cual alude Cristóbal de Mesa en una epístola al canóni­ Que en esta nueva ocasión'
go de Santiago L). Pedro Fernandez de Navarrefe , impresa al Nos muestra en brevedistancia1
Íín del poema intitulado el Patronde España el año 161 i, pág» Demóstenes su elegancia,’
V DOCUMENTOS. 4’7
£36 ilustraciones los señores D. Rodrigo de Castro, hijo del conde de Lomos,
Y su estilo Cicerón. del consejo de la general inquisición, D. Melchor de Moscoso ,
Esp íña os está obligada, hijo del de Altamira, D. Francisco Chacón , hijo del de Casa-
Y con ella el mundo todo, rubios, Arcediano de Toledo, y Lope de Vega Carpió. Leyó
Por la sutileza y modo estelas composiciones presentadas, habiendo perorado largo
De pluma tan bien cortada. ralo cu verso para apertura del certamen, como dejamos dicho
La adulación defraudada en el § citado ; y aunque el concurso fue tan numeroso que se
Queda, y la lisonja en ella; llenó la iglesia hasta el pórtico, hubo tanta atención y silencio
La mentira se atropella, que todo se oyó perfectamente, sin perderse sílaba de cuanto
Y es la verdad levantada. recitó Lope.
Vuestro libro nos informa 207 Entre los asuntos propuestos era el tercero; «Al que
Que solo vos habéis dado con mas gracia, erudición y elegante estilo, guardando el rigor
A la materia de Estado lírico, hiciere una canción castellana en la medida de aquella
Hermosa y cristiana forma. de Garc.ilaso El dulce lamentar dedos pastores , á los divinos
Con la razón se conforma éxtasis que tuvo nuestra Santa Madre, que no esceda de siete
De tal suerte, que en él veo estancias, se le dará un jarro de plata: al segundo ocho varas
Que^ contentando al deseo, de chamelote; y al tercero unas medias de seda.» Y al fol. 5a
Al que es mas libre, reforma. de la primera parte de dicho Compendio se halla la siguiente.
De Otra academia habla Lope de Vega en su dedicatoria del
¿ature/¿e .zfyzoZo al almirante de Castilla, fecha á 3i de eneio DE MIGUEL DE CERVANTES.
de 163o, diciendo: « La academia de Madrid y su protector Don
Félix Arias Girón laurearon con grande aplauso de señores y A los Éxtasis de nuestra B, M. Teresa de Jesús,
ingenios á Vicente Espinel , único poeta latino y castellano de
aquellos tiempos. » Tal vez fue esta la misma academia á quien CANCION.
dirigió el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo , que
habia escrito por su mandato, y publicó en Madrid el ano 1602. Virgen fecunda, Madre venturosa,
Bien se ve que estas academias fundadas y sostenidas por elprt— Cuyos hijos, criados á tus pechos,
cario favor y protección de algunos magnates , no podían tem í Sobre sus fuerzas la virtud alzando,
la solidez, autoridad y permanencia necesaria para dar frutos Pisan ahora los dorados techos
capaces de adelantar los conocimientos humanos y el lustie y De la dulce región maravillosa,
gloria de la nación. Que está la gloria de su Dios mostrando!
Tú que ganaste obrando
Concurrió Cerrantes con una canción en los certámenes de la Un nombre en todo el mundo
beatificación de Santa Teresa ( §. 162 )• Y un grado sin segundo;
Ahora estés ante tu Dios postrada,
205 A instancias del rey D. Felipe III, de los arzobispos, En rogar por tus hijos ocupada,
■obispos, universidades y otros cuerpos y personas respetables O en cosas dignas de tu intento santo;
de España beatificó el papa Paulo V á la V. Religiosa I cresa de Oye mi voz cansada,
Jesús, espidiendo su breve el 24 de abril de 1614 , que se pu­ Y esfuerza ¡ó Madre! el desmayado canto.
blicó en Roma el día siguiente con toda solemnidad. Luego que Luego que de la cuna y las mantillas
■esta noticia llegó á España se celebró con públicos regocijos en Sacó Dios tu niñez, diste señales
casi todos los pueblos de consideración ; de cuyas relaciones Que Diaspara ser suya te guardaba,
formó Fr. Diego de San Josef el Compendio de que hacemos Mostrando los impulsos celestiales
mención en dicho En tí (con ordinarias maravillas)
206 Para la fiesta quese preparaba en Madrid, y que seguir Que á tu edad tu deseo aventajaba.
se deduce debió principiar en el domingo 12 de octubre de aquel Y si se descuidaba
año, se propuso un certamen poético cu latín y caslel ano en De lo que hacer debía,
■alabanza déla V. carmelita , del papa, y del rey por el fervor Tal vez luego volvia
Con que habia promovido la beatificación- tU jueves luiraocta Mejorado, mostrando codicioso
se colocó a los pies de Lñimágen en la capilla mayor el tribuna Que el haber parecido perezoso
■<<ie habia de calificar el mérito de las poesías, compuesto <■«
Y DOCUMENTOS. tpa
438 ILUSTRACIONES
Que nos describe tu discreta historia;
Era un volver atras para dar salto, Y el quedar con victoria,
Con curso mas brioso, Honroso triunfo y palma
Desde la tierra al cielo, que es mas alto. Del infierno, y tu alma
Creciste, y fue creciendo en tí la gana Mas humilde, mas sabia y obediente
De obrar en proporción de Jos favores Al linde tus arrobos; fue evidente
Con que te regaló la mano eterna: Señal que todos fueron admirables
Tales que al parecer se alzó á mayores Y sobrehumanamente
Contigo alegre Dios, en la mañana Nuevos, continuos, sacros, inefables.
De tu florida edad, humilde y tierna, Ahora pues que al cielo te retiras,
Y asi tu ser gobierna, Menospreciando la mortal riqueza
Que poco á poco subes En la inmortalidad que siempre dura,
Sobre las densas nubes Y el Visorey de Dios nos da certeza
De la suerte mortal; y asi levantas Que sin enigma y sin espejo miras
Tu cuerpo al cielo, sin fijar las plantas. De Dios la incomparable hermosura;
Que ligero tras sí el alma le lleva Colma nuestra ventura,
A las regiones santas Oye devota y pía
Con nueva suspensión, con virtud nueva, Los balidos que envia
Allí su humildad te muestra santa, El rebaño infinito que criaste
Acullá se desposa Dios contigo, Cuando del suelo al cielo el vuelo alzaste:
Aqui misterios altos te revela.- Que no porque dejaste nuestra vida,
Tierno amante se muestra, dulce amiga,
La caridad dejaste,
Y siendo tu maestro te levanta Que en los cielos está mas eslendida.
Al cielo, que señala por tu escuela, Canción, de ser humilde lias de preciarte
Parece se desvela Cuando quieras al cielo levantarte:
En hacerte mercedes; Que tiene la humildad naturaleza
Rompe rejas y redes De ser el todo y parte
Para buscarte el Mágico Divino, De alzar al cielo la mortal bajeza.
Tan tu llegado siempre y tan contino, No dice el Compendio las poesías y autores que levaron los
Que si algún afligido á Dios buscara, premios, sino que se leyeron de ellas las que hubo lugar, con­
Acortando camino, cluyendo aquel acto la sentencia y aplicación de los píennos,
En tu pecho ó en tu celda le hallara, pero no sin lástima de que no hubiese tantos cuantos fueron los
Aunque naciste en Avila, se puede
Decir que en Alba fue donde naciste; papeles que los merecían.
Pues allí nace donde muere el justo. K/m/jeyrt írmg'íca... ios amantes de teruel (§. «63).
Desde alba ¡ó Madre! al cielo te partiste;
Alba pura hermosa, á quien sucede ao8 Juan Yagüe de Salas, ciudadano y secretario de la ciu­
El claro día del inmenso gusto. dad de Teruel, imprimió en Valencia el ano 16.6 su poema hs
Que le gozes es justo ^maníes (le Teruel, epopeya trágica'. coala restauración de
En éxtasis divinos, España por la parle (le Sobrarbe,y cqnquista del remo de f a­
Por todos los caminos lencia. Consta de veinte y seis cantos en verso suelto, aunque
Por donde Dios llevar á un alma sabe, las estrofas ó períodos concluyen siempre con dos pareados en
Para darle de sí cuanto ella cabe, consonante; y deseoso su autor de perfeccionar esta obra, «lie
Y aun la ensancha, dilata y engrandece, procurado (dice en el prólogo, la viesen y corrigiesen una ym
Y con amor suave veces no solo los que en la poesía española, con dicha del cele
A sí y de sí la junta y enriquece. y muestras de trabajos á luz sacados, tienen nombre de poelaa,
Como las circunstancias convenibles, sino aun los que lie conocido que en alguna facultad, aiti o mi
Que acreditan los éxtasis, que suelen Misterio de que líalo en ella p< diun tener alguna paríicular no­
Indicios ser de santidad notoria, ticia.» Es natural que estos poetas sean los mismos que en nu­
En ios tuyos se hallaron; nos impeleq mero de diez y seis elogian la obra con los versos colocados al
A creer la verdad de los visibles
44<> ILUSTRACIONES V DOCUMENTOS. 441

principio y al fin del libro, entre los cuales se halla de Cervantes de la oración demasiadas metáforas, como opuestas derecha-
él siguiente mente d la galaualural del decir.» Y Lope de Vega hablando
hácia el año 1616 del nuevo estilo y poesía de Góngora dice que
SONETO. uno contento con haber hallado en aquella blandura y suavidad
el último grado de la jama, quiso... enriquecer el arte, y aun
De Turia el cisne mas famoso hoy canta, la lengua con tales exornaciones yjiguras, cuales nuncafueron
Y no para acabar la dulce vida imaginadas, ni hasta su tiempo vistas.» (Col. de sus obras, t.
Que en sus divinas obras escondida IV, p. 461). Estos testimonios de dos escritores coetáneos tan
A los tiempos y edades se adelanta. autorizados señalan la época y principio de la corrupción del es­
Queda por él canonizada y santa tilo castellano, y como se fue olvidando el de Granada, Riba*
Teruel; vivos Marcilla y su homicida; deneira, Sigüenza y otros. El mismo Sr. Mayans (§. 14) advir­
Su pluma por heroica conocida, tió que el de Cervantes en la Calatea, escrita en su juventud,
En quien se admira el cielo, el suelo espanta. es algo afectado, por tener la colocación perturbada, la cual es
Su doctrina, su voz, su estilo raro, mucho mas natural en las obras que publico después. Esto quie­
Que por tuyos ¡ó Apolo! reconoces, re decir que Cervantes se corrigió con el estudio y ejemplo de
Según el vuelo de sus bellas alas, los buenos autores, y que el Lie. Márquez se dejó llevar de Ja
Grabadas por la Fama en mármol Paro corriente de los escritores del mal gusto que triunfó después de
Y en láminas de bronce, harán que goces la muerte de Cervantes. Por otra parle el caso de que certifica
Siglos de eternidad , Yagiie de Salas. el Lie, Márquez es personal; lo refería á los dos dias.de haber
acaecido, y cuando existían en Madrid lossugetos que mediaron
El licenciado Márquez... aprobó la parle II del Quijote en él; cuyas circunstancias si dan plena autenticidad á un hecho
(§. 170). tan público , autorizan también su narración, no podiendo de­
jar de ser propia del mismo que fue actor tan principal y testi­
209 D. Gregorio Mayans (Z< de C. 57 y 58) pensó que go de cuanto refiere.
esta aprobación dada por el Lie. Márquez á la parte 11 del Qui­ 210 La llegada del embajador á Madrid en febrero de 1615
jote la escribió el mismo Cervantes, Suponiendo que ambos eran también es cierta ; porque aunque desde el año 1610 se había
amigos, y fundado en que el estilo es en lodo parecido al de es­ negociado entre las casas reales de España y Francia el casa­
te escritor, puro, natural y cortesano , cuando el de Márquez es miento del rey Luis XIII con nuestra infanta Doña Ana de
melafórico, afectado y pedantesco, como lo manifiestan los Dis­ Austria , y del Príncipe de Asturias (después Felipe IV ) con
cursos consolatorios que escribió al duque de üceda en la muer­ Doña Isabel de Borbon, hermana del rey de Francia, cuyas ca­
te de su hijo. Ríos y Pellicer despreciaron esta cavilación de pitulaciones se ajustaron en 1612, con poderes respectivos, por
Mayans; porque ciertamente es inverosímil que el Lie. Márquez, el duque de Limeña en Madrid , y por el de Pastrana en París,
que tenia opinión de literato, prestase él mismo su nombre para se reservaron y difirieron las bodas para tres años después,
que otro le escribiese la aprobación de una obra, cuya censura le porque ni el uno 111 el otro príncipe teman entonces la edad
había encargado el vicario eclesiástico de Madrid; y mucho mas competente. Llegado ya el año i6i5 se trató de realizar ambos
que hiciese lanescesiva confianza del autor de la obra censura­ enlaces, y para esto envió al rey de Brancia una embajada,
da , cuando trataba de encarecer su mérito y de pintar con tan como consta de la noticia que daba un corresponsal de Madrid,
vivos colores su desgraciada situación y el aprecio con que era cou fecha de 18 de febrero de aquel año , al conde de Gondo-
mirado de los estrangeros. La diferencia en el estilo nada prueba, niar, que se hallaba de embajador eu Londres, y existe original
porque los Discursos se publicaron en 1626, once años después en poder de nuestro amigo L). Josef López Aiilon, en estos tér­
de la aprobación; y es bien sabido cuan rápidamente cundió por minos: «A los i5 al anochecer entró aquí Mr. deSilier, hermano
este tiempo el culteranismo , la afectaciouy la pedantería, aun del gran canciller de Francia, que viene con embajada particu­
en escritos muy apreciables por otras circunstancias, como se lar de aquel rey á esta rema, y á pedirle apresure su ida. Salió
nota en la Conservación de monarquías del Lie. D. Pedro el Sr. embajador de Francia á encontrarle en coches de tí. M. ,
Fernandez de Navarrete , impresa en el mismo año 1626, y en y le trujo á su casa , donde le teman aderezada la cena para él
otros de aquel tiempo. El Dr. tíuarez de Figueroa deciaeui6i7 y otros Mrs.y esta dicha noche vino el Sr. Duque de Pastrana
(el Pasagero , alivio II, f. 84 v.): «Sin duda se levanta en á visitarle de parte de la serenísima reina de F rancia y á darle
España nueva torre de Babel, pues comienza á reinar tanto la Ja bien venida. En cenando los llevaron á la casa que de orden
confusión entre los arquitectos y peones de la pluma... Mienten , de tí. M. le tienen apercibida, que es de Fermín López, secreta-
según los presentes dogmas, los preceptos retóricos en escluir. vio del condestable de Castilla , que es á St. 1'rancisco , donde
V DOCUMENTOS. 443
Afa ILUSTRACIONES
quedan , y S. M. les hace el plato : están ahora descansando.
Dicen un día de estos tendrá Mr. de Siiier el audiencia , que de PRIMERA PARTE DEL QUIJOTE,
lo que hubiese en ella se contará por menudo. También dicen
Viene de camino á pedir á S. M. de parte de aquellas majesta­ 1. a El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha , com­
des Cristianísimas se acomode con el duque de Saboya. » Ha­ puesto por Miguel de Cervantes Saavedra. Dirijido al duque
biendo llegado el 15 de febrero á Madrid, parece muy conforme do Béjar, marques de Gibraleon etc. Año i6o5. -—Con privile­
que después de la audiencia del rey y de tratarlos negocios de gio de Castilla, Aragón y Portugal. — En Madrid por Juan de
que venia encargado, le pagase la visita el cardenal arzobispo la Cuestá , un tomo en 4-°
de Toledo el día a5 del mismo mes, según certifica el Lie. Már­ Es regular que Cervantes solicitase la licencia para la impre­
quez que le acompañó. No cabe pues un testimonio mas públi­ sión poco después de mediado el año 16o4 pues en vista de las
co, mas solemne, ni mas autorizado. censuras de estilo se le espidió por diez años el privilegio real
para los reinos de Castilla en Valladolid á a6 de setieinbie. .a
NOTICIA BIBLIOGRAFICA DE ALGUNAS EDICIONES Y TRADUCCIONES impresión estaba concluida el 20 de diciembre, en que se nitno
DEL QUIJOTE (§. 171 ). ¡ y autorizó la tasa. Sin embargo, el privilegio por lo respectivo a
Portugal no se espidió hasta g de febrero de i6o5; lo que prue­
211 El Quijote de Cervantes ( decía Ríos , E~.de C. núm. ba que no se publicóla obra hasta muy entrado ya este año.
100 ), ha gozado el privilegio de todas las obras escelentes, </ue Cervantes acostumbraba vender sus obras á los libretos, y
nunca, son raras , porque siempre son apreciadas. Este apre­ esta parece se la compró Francisco de Roble s, que la impnmto
cio y esta aceptación tan general 110 solo han verificado el vati­ en ausencia del autor , y salió por consiguiente con muchas y
cinio de la multiplicidad de sus ediciones y traducciones que el muy notables erratas, aun en la portada. Dividió Cervantes su
misino Cervantes puso en boca de su héroe ( parto ll, ce. 3 y libro en cuatro partes , aunque siguiendo sin interrupción la
»6) , sino el extraordinario aplauso de sus aventuras que tam­ serie numeral délos capítulos : y esta circunstancia , con la de
bién predijo en estas palabras de Sancho: antes de mucho tiem­ jiaber llamado segunda parte á la continuación que publicó en
po no ha de haber bodegón, venta ni mesón ó tienda de barbe­ 1615, manifiestan su propósito de distribuir la obra en solas dos
ro donde no ande pintada la historia de nuestras hazañas partes ; y por lo mismo adoptó la academia esta división en sus
( parte II, c, 71 ). Es curioso y digno de saberse cómo Se han ediciones,
ido cumpliendo estas predicciones ; pues aunque viviendo Cer­ 2. a — Af10 [6o5. - Con privilegio en Madrid por Juan de
vantes gozaban sus obras gran reputación en los países es- la Cuesta. - Un tomo en 4-°
trangeros según el testimonio de César Oudiii , del Lie. Már­ Es muy* notable esta edición por estar hecha en el mismo
quez Torres y de Salas Barbadillo , con todo parece cierto que pueblo , año y volqnieii , y por el mismo impresor que la pri­
ja lectura del Quijote cundió mas en el vulgo ó entre la gente mera: prueba del aplauso con que se recibió el Quijotey del ex­
popular que entre ios literatos ó personas de alta clase, como ya traordinario despacho que tuvo. El Sr. Bow'le ya dijo después
Jo indicó Cervantes respecto á las mugeres y a los pages : de lo de citar la anterior: consta que hubo otra del mismo año, lu­
que provino sinduda que todas las ediciones hechas en iSspaña gar y forma ; pero Pellicer aunque citó esta noticia 110 pudo
por niasde siglo y medio fueron de surtido, viciadas, incorrectas, asegurarse de su certidumbre. Nusotros liemos logrado exami­
sm gusto ni belleza en la parte tipográfica, ni en el adorno de es­ nar y cotejar ejemplares de ambas ediciones, y no solo son dis­
tampas y dibujos , sin crítica ni esmero en la corrección é ilus­ tintas sino que la academia ha logrado aprovechar algunas va­
tración del texto , sin interes ni zelo para homar la memoria riantes, de la segunda.
del autor, hasta que la restauración del buen gusloy el ejempia 3. a _ En Valencia , en casa de Pedro Patricio Mey, año
de otras naciones sacudieron nuestro abandono y excitaron i6o5. - Un tomo en 8.° .
nuestra emulación declinando ya el siglo XV III. Desde enton­ Aprobó éste libro el religioso observante Fr. Luis Pellicer en
ces se han repetirlo ediciones mas correctas, mas ilustradas, y Valencia á 18 de julio de i6o5; y en vista de esta aprobación se
con adornos que las hacen mas estimables. Daremos noticia de espidió la licencia para imprimirlo. Esta edición sirvió e lisio
aquellas que hemos podido adquirir ó examinar, siendo imposi­ para muchas de las que posteriormente se hicieron en Amberes
ble numerarlas todas , porque de su continua repetición, de su y en Bruselas.
multiplicidad y de su estraordinario consumo nace que hayan
desaparecido unas enteramente, y que otras >.e hayan ocultada 4. a En Lisboa : empreso con lisenza do santo oficio por
áia diligencia de los bibliógrafos. Jorge Rodríguez. - Anuo i6o5. - Un tomo en 4-°
A consecuencia del privilegio dado á Cervantes por diez anos
Para imprimir su obra en lps reinos de Portugal se tuzo esta
444 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS. 44^

edición , hahiendo espedido su licencia la inquisición en 26 de Como va estaba publicada la parte II del Quijote compues­
febrero, y el gobierno de Lisboa en i.° de marzo de i6o5. ta por Avellaneda, y habia sido recibida con tan poco aprecio,
cuidó Cervantes de espresar que esta parte II que daba á luz
5.a — En Bruselas, por Roger Velpius , impresor de S8. era escrita por el autor de la primera, á fin de que no la equivo­
AA. - Año 1607. - U11 lomo en 8.° casen con la otra. Nótase también que no conservó á D. Quijote
El privilegio por seis años á favor de Velpius está espedido el nombre de ingenioso hidalgo, sino el de ingenioso caballero:
por los Sermos. príncipes Alberto é Isabel Clara Eugenia en de cuya alteración parecequiso dar alguna razón en el capítulo
Bruselas á 7 de marzo de 1607. II con estas palabras: Los hidalgos dicen que no conteniéndose
6.a —En Madrid por Juan de la Cuesta. - Año 1608.-Un vites a merced en los limites de la hidalguia se ha puesto Don, y
tomo en 8.° se ha arremetido á caballero con cuatro cepas y dos yugadas
La licencia del corrector Francisco Murcia de la Llana para de tierra, y con un trapo atras y otro adelante.
que se pudiese publicar esta edición está firmada en Madrid á Tenia Cervantes concluida esta parte TI, y presentada al Con­
25 de junio de 1608 ; y como ya entonces vivía Cervantes de sejo á principios de i6i5; pues el licenciado Márquez Torres la
asiento en esta villa, pudo corregir por sí mismo muchos yerros aprobó en 27 de febrero, y el M. Valdivieso á 1 7 de marzo : eil
de la anterior y mejorarla conocidamente , suprimiendo unas cuya consecuencia se espidió al autor en 3o del mismo ines pri­
cosasy añadiendo otras. Por esta razón sella preferido su texto vilegio por diez años para la impresión, que tardó en concluirse
para las últimas ediciones, y por Jo mismo es entre todas las an­ hasta fines de octubre, respecto á que en 21 de este mes se des­
tiguas la que mas se busca y aprecia , aun en los paises estran- pacharon la tasa y la fe de erratas. Cervantes firmó la dedicato­
geros ( Diction. bibliog. imp. en Paris, 1791, lont. I, p. 260 ). ria el 3t del mismo octubre; y el Dr. Gutierre de Cetina dió
y.a — All’Illmo. 8r. el sig. conde Vitaliana Vizconde. - nueva aprobación sobre el ejemplar impreso en 5 de noviembre:
en Milán por el heredero de Pedro Mártir Lacarni y J uan Bau­ de lo que se infiere que la obra se publicó muya finesde aquel año.
tista Bidello.-Año 1610.-Con licencia de superiores y privi­ Y como el autor falleció en abril del siguiente, se copoce con
legio. - U11 tomo: 8.° evidencia que esta es la única edición de la parte II de que él
Al reverso déla portada están puestas en latín sumariamente pudo cuidar, y por consiguiente, la que debe preferirse y adop­
las aprobaciones dadas por orden déla inquisición, del carde­ tarse para arreglar á ella las ediciones sucesivas.
nal arzobispo y del senado de Milán. Omítesela dedicatoria de —En Valencia, en casa de Pedro Patricio Mey.-
Cervantes, y ocupa su lugar la de los impresores al conde Vita- Año i6ifi.-Un tomo en 8.°
liano, con fecha en Milán á 24de julio de 1610 , en la cual ha­ Por comisión del vicario general examinó y aprobó este libro
blan de la afición del conde a la lengua castellana , agora ( di­ el licenciado O. Domingo Abad y Huerta en Valencia a 27 de
cen ) hecha muy familiar á los caballeros de esta ciudad ; y enero de 1616; y en consecuencia se concedió la licencia para
añaden que le dedicaban el libro español del Quijote sin hacer­ la impresión el 27 de mayo.
lo traducir en lengua toseana por no le quitar su gracia, que
mas se muestra en sunatural lenguage que en cualquieratras- 3. a — En Bruselas, por Huberto Antonio,impresor jurado.
lado; y para que de este modo corriese y se hiciese mas gene­ -Año 1616.-Un tomo en 8.°
Los serenísimos príncipes Alberto ó Isabel Clara Eugenia ,
ral por toda Italia. duques de Brabante, dieron privilegio en su consejo de Bruse­
8.a — En Bruselas por Roger Velpius y Huberto Antonio, las á 4 de febrero de 1616 para que dicho impresor pudiera nn-
impresores de 88. A A. - Año 1611: 8.° primir por espacio de seis años esta II parte del Quijote. Solo
Parece que Velpius dió parte en esta impresión á Huberto An­ omitió en los principios la aprobación del licenciado Márquez
tonio, respecto á que el privilegio es el mismo que obtuvo aquel Torres.
eu 1607. Es probable tuviesen presente la edición de Madrid 4. a —En Barcelona, en casa de Sebastian Mathevad , año
de 1608, pues se notau corregidos algunos lugares viciados en '161 7. - Un tomo en 8.° .
las anteriores, aunque no todos. Ilízose con arreglo á la edición de Valencia, y en vista de sil
aprobación y licencia dió la suya en latin el obispo de Barcelo­
PARTE SEGUNDA.
na , como se advierte en los principios.
ia Segunda parte del ingenioso cabotiero D. Quljote de la
Manche por Miguel de Cervantes Saavedra, autor de su prnne- 5. a — E11 Lisboa, por Jorge Rodríguez, con todas las licc -
ra parte. Dirigida a D. Vedrò Fernandezde Castro, condede Le- cías necesarias.-Año 1617.-Un tomo en 4-°
mos eie. — Ano 1615. - Con privilegio , eu Madrid por Juan de Se siguió para esta edición el testo de la de Madrid de ifii5 ,
la Cuesla. - Un tomo eu 4‘° ¡pero se omitieron las aprobaciones y demas principios de ella ,
44^ ILUSTRACIONES Y documentos. 44 7
y se sustituyeron en su lagar las que se dieron en Portugal á 12, y en otras lenguas por doce años, está fecho en Bruselas á 4 de
say aí de agosto y 10 de setiembre de 1616, aunque la tasase setiembre de 1660.
despachó en Lisboa a 17 de entero de 1617. 4»“ Parte primera y segunda del ingenioso hidalgo etc. -
Dirigida á la nobilísima señora Doña Catalina de Loyola , hija
LA OBRA COMPLETA. del Sr. 1). Blasco de Loyola, de la órnen de Santiago, y secreta­
rio del despacho universal de la monarquía etc. - En Madrid^
1. a Primera y segunda parte del ingenioso hidalgo etc¿ en la imprenta Real. - Año 1668. - Un tomo en 4*°
-Año 16372 -Lh Madrid, en la imprenta de Francisco Martí­ Hizo esta edición á su costa el mercader de libros Mateo de
nez. -2 tomos en 4-0 la Bastida. La licencia ,1a fe de erratas y la tasa son todas del
Cervantes babia anunciado su ¡atención ( parte I, pról. ) dé año 1668 ; y sin embargo de esto y de continuar una follacioñ
deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo seguida en ambas partes, la segunda tiene portada diferente, y
tienen los libros de caballerías , y sustituyendo la deleitosa y en ella se éspresa después del título : Año de 1662. — Con licen­
útil lectura del Quijote, lo consiguió de modo que en este a ño dé cia en Madr id por Mateo Fernandez, impresor del Rey nuestro
en qué Paria tenia concluido su comento á las Luisiadasj Señor. - A costa de Gabriel de León, mercader de libros. Tie­
decia queya. en virtud de lajeliz iilvencion dé Miguel de Cer­ ne por consiguiente las mismas omisiones é irregularidades que
vantes no son tan leídos aquellos libros llenos de superfluidades la edición de. 1637. En la dedicatoria se dice entre otras cosas
( canto vi, fol. 138 ). q ue esta obra ha sido gratísima á todo el mundo, como lo mues­
La licencia para esta impresión sé dio en Madrid á 3i de oc­ tran tan repelidas impresiones, que han desterrado los libros
tubre de 1 634 á favor de Pedro Cpello, mercader de libros; pe­ de caballerías tan perjudiciales a las costumbres.
ro no se acabó hasta finés de i636, porque la fe dé erratas esta fir­ 5.a Pida y hechos del ingenioso caballero Di Quijote
mada en 31 de agosto y la tasa en 16 de setiembre de aquel año. etc............ Nueva edición corregida y ilustrada con diferentes
Aunque la parte II tiene portada separada con el año 16¿6, si­ estampas muy donosas y apropiadas á la materia. - En Bruselas
gue en ella la foliatura en que concluye la primera. Es edición a costa de Pedro de la Calle. - Año 1671. - Cou licencia. - Dos
de surtido, y se omitieron la dedicatoria de Cervantes y los ver­ tomos: 8.°
sos que la preceden. El impresor Mommarte parece que cedió el privilegio á la Ca­
2. a —Dedicada á D. Antonio de Vargas Zapata etc., mar­ lle para hacer ásu costa esta edición , que es conforme a la dé
ques de la Torre j vizconde de Linares etc.- Año 1647.- Eñ Ma­ 166200 el teito y en las estampas.
drid, en la imprenta Real.-2 tomos en 4-° 6/ — En Amberes en casa de Gerónimo y Juan Bautista
Rizóse á costa de Juan Antonio Boñet y Francisco Serrano,’ Verdussen. - Ano 1678. - 2 tomos en 8.° mayor.
mercaderes de libros, y el segundo firma la dedicatoria. Parece Los herederos de Mommarte traspasaron el privilegio para ¡á
reimpresión de la precedente. impresión de esta obra a Gerónimo y J. B. Verdussen en Bru-
sela^á 5 de setiembre de 1669; y asi se siguió en estala edición
3. a Pula y hechos del ingenioso hidalgo ele. - En Bruselas,' de 1662, y se conservaron sus estampas.
por Juan de Mommarte, impresor. • Año 1662. - 2 tomos : 8.°
Esta es la primera edición en que ademas de otras alteracio­ y.* —i Dedicada al Sr. D. Francisco María Grilló , hijo del
nes, bailamos variado aun el mismo título de 'a obra ; pues ha­ Sr. marques de Carpeneto. - Con privilegio en Madrid. Por An­
biéndole dado Cervantes con mucha propiedad el que se ve en' drés García de la Iglesia. - Año 16?4• " A costa de Doña María
las ediciones primeras, en todas las posteriores á ésta se conser­ Armeñtéros. - 2 tornos: 4-° ,
vó el de Pida y hechos etc., líLulo tan impropio y agéno de esta Esta editora < viuda del librero Juan Antonio Bonet , obtuvo
tabula, como si á la Odisea de Homero se ¡a intitulase Pida y el privilegio á 16 de setiembre de 1674,yen 19 de diciembre ya
hechos del prudente Ulises, según lo advirtió la academia en el estaba concluida la impresión. Dice en la dedicatoria que las
prólogo á la edición de 1780, corrigiendo este error y otros no «obras de Cervantes corrían con general aplauso por todo el or­
inenoo groseros j notables. be , que la I y II parte del Quijote habían ocupado las prensas
También fue esta edición de Bruselas la primera que se hizo con1 de otros reinos , y en las de España se repetían casi cada año
estampas, como lo declara el impresor en la dedicatoria á D. An­ las ediciones. — Los dibujos y estampas parecen copias de las
tonio Fernandez de Córdoba , teniente general de caballería en de Amberes y Bruselas ; pero están apaisadas y grabadas por
los estados de Flañdés; péro es preciso confesar que el buril es Diego de Obregon con mucho gustoy ligereza; siendo las prime­
tosco, y los dibujos carecen de la propiedad de los trages, y del ras láminas del Quijote que hallamos publicadas en España.
carácter peculiar de los personages que representan. El pri­ 8a —En Amberes por Henricó y Cornelio Verdussen.--
vilegio á favor de Mommarte para imprimir esta obra en español1 Año 1697. - átomos; 8.°
Y DOCUMENTOS. 449
448 ILUSTRACIONES
Véase aqui cómo se iban intercalando en esta obra composi­
Continuó en Ja familia de Verdussen el privilegio, porque ciones que no eran de su primer autor. La dedicatoria á D. Qui­
cuidaban de renovarle;y asi en esta edición, que es arreglada á jote de su cronista Cide Hamete Bénengeli, que se puso en está
la de 1673, se halla el que les dio Carlos II por 9 años.
__ mal contrahecha, y su estilo es impropio de Cer-
edición, íestá
9a —• Londres. - Año 1701. - 2 vol. 4»° con láminas ( Ind. vantes. Según el anuncio arece que se publicaba por primera
‘ parecí
de Faulder, 1 785, p. 80 ). vez, y se repitió en todas las edliciones de surtido. Las laminas
de esta, aunque muy cansadas, eran las mismas de ias anterio­
10. a — Londres. - Año 1706. - 2 vol. 4.0 ( el mismo Ind. y res. Espidióse la licencia para la impresión en Madrid á a8 de
pág). noviembre de 1729, y estaba concluida pn t5 de abril del año
11. a — Dedicada al limo. Sr. D. Diego de la Serna y Can-» siguiente; según se espresa en la fe de erratas.
toral , comendador de la orden de Calatrava etc. - En Madrid,
por Antonio González de Reyes. - Año 1706. -2 tomos en 4-° jg.a_ Nueva edición corregida, ilustrada y añadida en esta
E¡ librero Francisco Laso, que costeó esta edición, dice en sti última por el original de su autor etc.-Año 1735,-En Madrid,
dedicatoria que la obra del Quijote después de tantas impresio­ por Antonio Sauz y á si» costa.-2 tomes; 4' .
nes hace y hará sudar repetidamente las prensas. Obtuvo li­ Llegó á tal estremo la corrupción que sufrió el Quijote en
cencia del consejo en 8 de octubre de 1705 , y la impresión es­ manos de impresores y editores mercenarios i ignorantes, que
taba concluida en 20 de mayo del año siguiente. Parece hecha no solo introdujeron muchas cosas apócrifas, sino que supri­
con arreglo á la precedente de 1674, siendo las estampas las mieron las composiciones legítimas de Cervantes, y sin embar­
mismas!; aunque ya muy perdidas y retocadas. Omite la dedica­ gó osaban publicar que estas ediciones estaban corregidas, ilus­
toria y los versos de Cervantes en la I parte. tradas y añadidas por el original de su autor. Ademas de la de­
dicatoria del cronista (que aqui se repite) los versos que prece­
12. a —Nueva edición corregida ó ilustrada con treinta y den á la II pat-te y se anuncian en su portada como el resto dé
cinco láminas muy donosas y apropiadas á la materia, - Con las obras poéticas de los académicos déla Jrgamasilla,halladas
licencia, en Madrid á costa de Francisco Laso , mercader de li­ ' por el más célebre adivinador de nuestros tiempos, son indig­
bros. - Año 1714. - 2 tomos en 4-° ( Es repetición de la ante-» nos déla obra; al mismo tiempo que se omiten las dedicatorias
rior ). de Cervantes y los ingeniosos versos que anteceden á la parte
13a —En Amberes por Ilenrico y Cornclio Verdussen, I del Quijote.
1719. -2 tomos: en 8.° mayor. — En otros ejemplares se lee: ,7.a_ En León de Francia, á costa de J. y P. Bonnardel -
dmberes por Juan Bautista Ferdussen: 171.9 arios. — 2 tomos Año 1736.-2 tomos: 8.°' , , , „1
8.°|mayor. Rizóse esta edición con arreglo á las de Amberes y Bruselas;
Ilenrico Verdussen hizo participante del privilegio que había y aunque el dibujo dé las láminas parece también el mismo;
obtenido á J. B. Verdussen , y de ahí provino el que se tirasen están grabadas de nuevo, espresando el grabador su nombre con
ejemplares con el nombre de uno y otro impresor. El privilegio una cifra;
está dado por Carlos VI ( el pretendiente que disputó el trono
á Felipe V ), fecho en Bruselas á 2 de noviembre de 1712, para ,8.» — Londres, por J. y R. Tonson.- Año 1738.-4tomos
que Ilenrico pudiese imprimir la I y II parte del Quijote por 9 en 4-° mayor. .•
En el 3 de esta parte II hemos indicado el origen y motivo
años.
de esta magnífica edición, que el barón de Carteret hizo á sus
14.a Con licencia , en Madrid , á costa de la Hermandad de espensas. Sin embargo del esmero y cuidado que se puso en
San Gerónimo. - Año 1723. -2 tomos: 4.“ Su corrección, quedaron viciados muchos lugares del texto, y
Dedica esta edición á D. Josel Joaquín Vázquez y Morales hasta el mismo título de la obra: lo cual era casi inevitable en
Pedro del Castillo, queacaso es el impresor , aunque su nom­ Un pais donde no es nativa la lengua castellana, como dice la
bre no se espresa en la portada. Las estampas provienen de las academia Española en el prólogo á sú edición de 1780. Igual
„^ademia
de O bregón. disculpa merece la falta de propiedad en los trajes que se nota
fen las estampas, como ya se manifiesta en la dedicatoria á la
, i5.a — Nueva edición corregida , ilustrada y añadida antes condesa del Montijo, fecha en Lóndres á 25 de marzo de 1788.
con treinta y cinco láminas muy donosas y apropiadas á la ma­ Contiene la vida de Cervantes escrita por Mayaris, é impresa
teria, y ahora últimamente con la dedicatoria al mismo I), Qui­
jote , escrita por su cronista , descubierta y traducida con im­ por la primera vez.
ponderable desvelo y trabajo. - Año 1780.-En Madrid, en la' jg.» —En Madrid, á costa de Juan de San Martín.-Añc¡
imprenta de la viuda de Blas de Villanueva, á costa de Juan An­ 1741.-2 tomos; 4.0
tonio Pimentel, mercader de libros. - 2 tomos: 4»° 29
45o ILUSTRACIONES
Y DOCUMENTOS.
Es edición de surtido, y conforme á las de 1730 y 1735. 2g ’ Madrid.-Año lyyi.-Por D. Joaquín de Ibarra, im­
ao." — Nueva edición con muy bellas estampas grabadas presor de Cámara de S. M.-A costa de la real compañía de im­
sobre los dibujos de Coypel, primer pintor del rey de F rancia.- presores y libreros del reino.-4 tomos: 8.° marqudla.
En la Haya: por P. Gosse y A. Moetjens.-Año 1744.-4 tomos: Es apreciable esta edición por su mérito tipográfico. Vará­
13.° ronse ademas los asuntos ó aventuras para las láminas , que es-
Es digna de todo aprecio esta edición, hecha con arreglo á la tan trabadas con regularidad por Manuel Monrort. En el
magnífica de Londres en cuanto ai texto, compitiendo con ella primer tomo se incluye la Pida de Cervantes escuta por Ma­
en la parte tipográfica , y aventajándola en el dibujo y belleza yans.
de las estampas, que son las mismas que publicó Pedro delloudt, ag;a — Madrid.-Año 1777: en la imprenta de D. Antonio
aunque reducidas á menor tamaño , y grabadas por.T. Folkema. de Sancha.—A costa de la real compañía de impresores y libreros
Precede á la obra la Pida de Cervantes escrita por Mayans.
del reino.-4 tomos: 8.° inarquilla.
21.a — En Madrid, á costa de D. Pedro Alonso y Padilla.- Esta edición se hizo con igual esmero y con las mismas lami­
Año i?5o.-a tomos: 4-° nas que la anterior^ é incluye también la Pida de Cervantes.
aa.a — En Madrid, en la imprenta de Juan de San Martín, 3o." El ingenioso hidalgo Di Quijote de la Manchal com­
y á su costa.-Año 1750.-2 tomos: 4-° puesto por Miguel de Cervantes Saavedra. Nueva edición, cor­
En una advertencia da indicios el librero de haber visto para regida por la real academia Española.-Con superior permiso:
esta edición la de Lóndres, pues copia (aunque sin citarla) va­ 6u Madrid, por D. Joaquin de Íbarrai-Año 1780.-11 tomos en
rias especies y reflexiones de la dedicatoria del editor ingles. In­ ° mayor.
4. ... 11.
cluyó también la pida de Cervantes escrita por Mayans. La magnífica edición de Lóndres suscitó en el marques de la
a3.“ En Madrid, á costa de D. Pedro Alonso y Padilla.-Año Ensenada la idea de repetirla en España; pero no habiendo te­
1751.-3 tomos: 4-° nido efecto (P. 11, §. 5), se renovó en la academia Española en
Entre los vanos ofrecimientos que hacían los libreros ó edito­ 1 - 73 (§. 13), y aprobada por el rey, no se perdono gasto ni
res en las portadas de los libros de correcciones, mejoras, adi­ diligencia para que la edición saliese con la mayor correciou
ciones etc., es notable el que se espresa en esta edición diciendo y suntuosidad. ... .
que es la mas añadida que hay, sin advertir que lejos de mejo­ El texto de la parte I se arregló á la edición primiti va de
rar las obras con semejantes añadiduras, las adulteraban mas i6o5* y se colocaron las variantes que resultaron del cotejo con
y corrompían. En efecto, 110 sabemos cuales sean las que ofre-i la de 1608. Para la parte II se siguió el texto de la de Madrid
cía este editor; pues la Pida de Cervantes de Mayans, rpie in­ de íflió, y se pusieron las variantes que se notaron en la de Va­
cluyó en el primer tomo, era ya sexta impresión; y las estam­ lencia de 1616; intercalándose en ellas jas correcciones princi­
pas no son sino malísimas copias de las que acompañan á las pales que se habían hecho en la de Lóndres sin necesidad. Eu
cuanto a la ortografía siguió la academia la suya propia.
ediciones anteriores de Madrid.
Corregido y purificado el texto del Quijote, cuidó la academia
24- " — En Amsterdan y en Lipsia, por Arksteey Mer-kus.- de que la impresión y sus adornos se hiciesen con todo el pri­
1755.-4 tomos: la.” mor y perfección posible, y que se trabajasen en España y por
Esta preciosa edición es en todo conforme a'la de la Haya de artífices españoles. Asi es que el papel, la tundición de la letra
I74‘ti y sus dibujos y estampas los mismos. Incluye también la y sus matrices y punzones, la impresión hecha por el lamoso
Pida de Cervantes publicada en Lóndres. Ibarra^ los dibujos y .grabados ejecutados bajo la dirección de
25- a —E11 Barcelona por Juan Jolis, impresor.-Año 1755.- la academia de San Fernando, la propiedad en los trajes, arma­
4 tomos: 8.° duras y armas, el mapa del país de los viages y aventuras de
La licencia del consejo espedida en Madrid a'ar de mayo de D. Quijote, todo fue obra de nuestros profesores, y todo esce
1700 era limitada para hacer esta impresión solo por una vez. lente, acabado y magnífico. Grabóse también el retrato de Cer­
vantes por el que conservaba y regaló á la academia el conde
26.“ En 1 arragona.—Año 1757.-4 vol. 8.° (Ind. ingles del Aguila; y se colocó al principio la Gñfa y el Análisis escri­
de Benjamín IPhite, p. 310).
tos por el académico D; Vicente de los Líos.
a7,a En Madrid.-Año t765.-En la oficina de D. Manuel
Martín, y á sus espensas.~4 tomos: 8." 31Historia delfamoso caballero D. Quijote de la Mancha,
Contiene toda la obra cuarenta y cuatro estampas muy ordi­ por Miguel de Cervantes Saavedra; con anotaciones, índices, y
narias abiertas en madera. Este impresor repitió sus ediciones varias lecciones, por el reverendo Dr. Juan Bowle, A. M. b. b.
en los año3 sucesivos. A. L.-En 6 tomos en 41o mayon-El tomo 1. está impreso en
452 ILCSTRACtOtífiS Y DOCUMENTOS. 4^3
Lóndres, y los otros 5 en tjali&bury en Ja imprenta de Eduardo Quijote: eserror creer que porque D. Quijote anda en manos
Eastou, a costa del editor; año 1781. de lodos es para todos su lectura. Son poquísimos los que tienen
los requisitos para entender á Cervantes: por lo que toca á sus
Ninguna nación estrangera lia igualado á la Inglaterra cu espresionesy voces es preciso leer antes loquehabia leído Cer­
apreciar el mérito de Cervantes y su ingeniosa labula del Qui­ vantes para escribir su historia de D. Quijote... Quiso ridiculi­
jote. Bien sabido es que siendo preguntado el célebre poeta zar los libros de caballería, y no lo hiciera con acierto y gracia
Rov.' por el conde de Oxford, grao tesorero de aquel reino, si si antes no los hubiese leidoy se hubiese familiarizado c<m ellos:
entendía la lengua castellana, respondió que no; pero creyen­ asi usa de nombres propios, de voces caballerescas, y del cstiio
do que se pensaba en enviarle á España con alguna importante y espresiones que idénticamente se hadan en aquellos ritos libros, y
comisión, anadió que dentro de muy poco tiempo esperaba en­ con especialidad en los cuatro libros de í ríe
de Caula. Y1
tenderla y hablarla. Aprobólo el conde, y él poeta retirado en como esos libros y■r los que siguieron son ya muy raros, y muy
una quinta aprendió en pocos meses el castellano, de lo que vi­ 10, por eso son muy pocos los que pueden leer
pocos los lian leido,
no ádarcuenta con gran presteza y contento á su Mecenas, que á D. Quijote con toda el alma que en él puso Cervantes... Por
esclamó al oirle; dichoso unid. que puede tener el gusto de leer esta razón no seria mal recibido el que algún curioso se dedicase
Tentender el original de la historia de D. Quijote. (Mayans, á comentar la historia de ü. Quijote con notas literales. No
n.° >45.) Este aprecio lia continuado después , como lo acredi­ piense en eso el que no leyese antes á Amadis y á otios libros
tan las traducciones y ediciones que han hecho de esta obra semejantes. Eu este caso se debe formar un glosario de las voces
española, siendo entre ella muy notable laque ahora cita­ mas difíciles que usa Cervantes, de las voces facultativas de
mos. los libros de caballería, de las espresiones concordantes con las
El Dr. Bowle (p. 1, §. 171, y p. 11, §. 16) se dedicó al estudio de Amadis etc. , y otras curiosidades de este género. Dirá algu­
déla lengua castellana, y al del copioso número que adquirió no que será cosa ridicula un D. Quijote con comento: digó que
de libros italianos y españoles de caballerías, poesías y entrete­ mas ridicula cosa será leerle sin entenderle.»
nimiento, todo para investigar la erudición de Cervantes, y se­
ñalar sus alusiones é imitaciones en el Quijote; y al cabo de ca­ 3a.•• El ingenioso hidalgo D. Quijote etc,-Edición corregida
torce años logró ilustrar esta obra, formar un índice de sus pa­ por la real .academia Española.-Madrid: por D. Joaquín de
labras y frases, esponer ¡as variantes con las primeras ediciones Ibarra.-í782.—4 Ionios-. 8.°
y dar algunas noticias de su autor. Por haber sido muy considerables los gastos que causó la
Eu la dedicatoria al conde de Huntington, fecha el dia de grande edición de 1780, no pudo ser el precio desús ejemplares,
San Jorge a3 de abril de 1781, dice que Cervantes lia tenido tan cómodo como deseaba la acadeinia’para hacer mas general la
el lauro de que dos ilustres Grandes de Inglaterra hayan pa­ lectura de esta obra. Con este objeto solicitó y obtuvo permiso
trocinado en diversas épocas su historia de D. Quijote, dando del rey en 2 de marzo de 1781 para imprimirla en menor vmú-
una prueba1 de subuen gu,to con fomentar las ediciones en su men, como lo verificó, sin omitir cosa alguna de cuanto se itic u-,
inimitable original: manifiesta su intención de descubrir é ilus­ yó en aquella; haciéndose con igual corrección y esmero y c< 11
trar la erudición ríe este autor celebérrimo, tan justamente es­ nuevas láminas, en las cuales se variaron los asuntos , y se di­
timado de todas las naciones cultas, y el nunca como se debe bujaron y grabaron por hábiles profesores.
alabado Miguel de Cervantes Saavedra, honor y gloria, no 33. a Pida y hechos del ingenioso hidalgo etc. En Madrid,
solamente de su patria, pero de todo el género humano; é indi­ por D. Manuel Martín.-Año 1782.-4 tomos: 8;9 con 44 estam­
ca sin embargo su desconfianza de haber desempeñado el objeto
y plan que se propuso, ya por ser uti estra ligero que nunca estuvo pas abiertas enmadera.
en España, y e¡ primero que después de tantos años acometía 34. “ El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mnncha. \er-
lo que muchos hombres sabios 110 osaron emprender, y ya por cera edición corregida por la real academia Española—En Iq
haber en el Quijote muchos lugares locantes á cosmografía, imprenta de la academia. Por la viuda de Ibarra, hijos y com­
fábulas é historias, algunos de ellos corrompidos ó adulte­ pañía.—Madrid, 1787.-6 tomos: 8.“
rados. Esta edición es idéntica á la de 1782, con la única diferencia
Teniendo ya casi concluida su obra, tuvo la satisfacción de de haberse distribuido la obra en 6 volúmenes para mayor co­
hallar apoyado su plan con la autoridad del M. Sarmiento cuan­ modidad de los lectores.
do decia {Conjet. sobre la ñ?s. fíarat. ms.l: «Importa mucho 35. “ — Madrid, en la imprenta Real: año 1797 . -6 tomos;
que los que hablan Sepan lo que hablan, los que leen sepan lo ia.'
que leen, y los que escriben sepan lo que escriben ... Infinitas El regente de la imprenta Real D. Andrés Ponce de Quiñones
Voces, poco ó nada entendidas, se hallan en ¡a historia de De«. emprendió esta edición can el objeto de manifestar la b?ileifá
454 ILUSTRACIONES Y DOCUMENTOS-, 4^5

que podía darse á las impresiones en aquel establecimiento; es­ re varias antigüedades de la Mancha y de alguna parte de Ara­
cociendo para esto el Quijote, como'el mejor libro de nuestra gón , singularmente de la cueva de Montesinos , de las lagunas
lengua, y porque de tantas ediciones como había de él ninguna de Ruidera, del cerro de la Mora encantada en término del lu­
reuuia bastantemente la claridad y hermosura de la impresión gar de Barchin , de los pueblos del campo de Cariñena , con
con la conveniencia del tamaño para manejarse y llevarse de otras noticias que ilustran el itinerario que se señala en el ma­
una parle áolra.— El texto se arregló á las déla academia espa­ pa , y que se supone siguió el caballero andante de la Mancha.
ñola, adoptándose aquellas variantes con que el autor corrtgió — La impresión es buena; los dibujos hechos con bastante pro­
ó mejoró algunos lugares.—Contiene una noticia bien escrita piedad por Paret, Camarón , Navarro v Jimeno, variando los
déla vida de Cervantes (parte II, §. ty), cuyo retratoy algunas asuntos ó aventuras, están grabados en Madrid por Moreno Te­
graciosas viñetas adornan esta edición, que es ademas muy jada , y en Paris por P. Duflos ; y todo reunido hace digna esta
apreciable por su mérito tipográfico.—Las láminas correspon­ edición del aprecio distinguido que tiene entre las mejores que
dientes á ella se publicaron poco después como empresa partí-, se han hecho del Quijote.
cular de un aficionado. 37. a — Nueva edición corregida de nuevo , con nuevas no­
36.a — Nueva edición, corregida de nuevo, con nuevas no­ tas , con nuevas viñetas, con nuevo análisis , y con la vida del
tas , con nuevas estampas , con nuevo análisis , y con la vida autor nuevamente aumentada ; porD. Juan Antonio Pellicer etc,
del autor nuevamente aumentada , por D. Juan Antonio Pelli— - En Madrid, por D. Gabriel de Sancha. - En el año 1798, los
cer etc. - En Madrid, por D, Gabriel de Sancha, año 1797: 5 to­ tomos i.° y 2.0: en 1799 los tomos 3.°, 4-°. 5.°, 6.°, 7.0 y 8.";
mos; 8.° niarquilla. y en 1800 el tomo 9.0 que contiene la vida de Cervantes. - 9 to­
En tiempo de Cervantes podrian reputarse superfinas las no-, mos en 12.0
las & ilustraciones á una obra tan popular como la del Quijote, Esta edición es conforme en todo á la anterior ; pero se repar­
según lo da á entender diciendo ( parle 11, cap. 3.° ): están cla­ tió en tomos tan reducidos para mayor comodidad. Adornándo­
ra que no hay cosaque dificultaren ella. Pero conforme á la la treinta y dos viñetas , inventadas y dibujadas por D. Luis
opinión del P. Sarmiento, nos enseña la esperiencia que lo que Paret, y grabadas por D. Juan Moreno Tejada. El tomo s.° tie­
era común y conocido en vida del autor , como personas , cos­ ne un frontispicio alusivo á la locura de D. Quijole y al carác­
tumbres, libros etc. , no puede dejar de ser oscuro y difícil pa­ ter de los caballeros andantes, y comprende el discurso preli­
ra nosotros después de dos siglos. Por esta causa creyó necesa­ minar : los tres siguientes contienen la parte I del Quijote : los
rio el Sr, Pellicer ilustrar el Quijole con notas históricas, litera­ cuatro sucesivos la parte II , y ademas el 8.° el mapa de los
rias, morales, gramaticales y críticas; arreglando antes el texto viages, la descripción geográfico-histórica de ellos , y el índice
por la edición de 1608, y corrigiéndole por la de t6o5 en la de cosas notables. Al fin de cada tomo están las notas que le cor­
fiarte I, y adoptando respecto á la II la de i6i5. Para esponer responden; y separadamente en el tomo g.° la vida de Cer­
os pasages que Cervantes imitó de los libros caballerescos , es­ vantes.
pecialmente del Amadis de Gaula , y de los poetas italianos ó 38, “ — En Berlin,por Enrique Frólich.-Año i8o4--6 vol.
latinos, y hacer algunas otras observaciones se aprovechó de los en 8.a mayor.
trabajos del doctor Bowle ; y como su empleo le proporcionaba El Sr. Luis Idcler , astrónomo de la real academia de Cien­
en la sala de rnss. de la Real biblioteca otras noticias que no. cias de Berlin, se propuso ilustrar esta obra en su original cas­
estaban entonces al alcauce de todos, los literatos , logró confir­ tellano , y la dedicó al Sr. Federico Augusto Wolf, profesor de
mar y aclarar algunos sucesos verdaderos que se se refieren en poesía y elocuencia en la universidad de Halle. Para dar un tex­
aquella fabula; espresando los autores y libros que en ella se ci­ to conecto y facilitar la inteligencia del Quijote á los estrange-
tan; descubriendo las fuentes de donde tomó Cervantes ciertos ros aficionados á nuestro idioma escogió la edición de Pellicer :
casos y aventuras; manifestando las alusiones de algunas sátiras; insertó su vida de Cervantes y su discurso preliminar: se apro­
dando razón de los usos y costumbres nacionales, y esplicando vechó desús notas , haciendo en todo las supresiones de lo que
varias frases y palabras oscuras. •—■ Precede á la obra la vida de juzgó no podía interesarles ;y agregó algunas observaciones del
Cervantes ( parte II, §. 20 ), y un discurso preliminar, en que Dr. Bowle , y la espiicacion de varias espresiones ó refranes di­
se trata de las ediciones primeras y de la legitimidad de su tex­ fíciles , valiéndose para ello del diccionario de la academia y de
to, de algunas (’'aduci ipnes , y del primer libro de caballerías la instrucción de algunos españoles residentes en Berlin : con lo
impreso en España, cuyo héroe se remeda en Don Quijote; y se que pudo ofrecer un comentario todo en castellano sin haber es­
analiza la acción de esta fábula , su duración , y los fines á que tado jamas en España, ni aprendido esta bella lengua sino por
se dirige. Al fin de ella añade el comentador una descripción, los libros. — Para hacer menos costosa la edición omitió las es­
hislóricc^eo^rájica de los vi.ages de D. Quijote, en la que refie-. tampas: solo el retrato de Cervantes se ve al principio bien gra-
1 DOCUMENTOS. 457
4 56 ILUSTRACIONES
bario por ZI, Llps. Los cuatro primeros tomos contienen el texto: tranges. Traduit fidèlement de 1’ espagnol de Michel de Cer­
d quinto la vida de Cervantes, el discurso preliminar y las na­ vantes, dédié auroy par César Oudin, Secrétaire Interprète de
tas a la parte 1; y el sexto las notas alaII, Es edición correcta y sa Majesté. - A Roven: 1646. - 2 vol. 8.°
apreciable, por sus ilustraciones y su mérito tipográfico. Adviértase que Oudin adultera el título de la obra; y en la de­
dicatoria al rey le dice: que por saber S, M. la lengua castellana
— En Burdeos: en la imprenta de Juan Pinard,- Año
3g.* le ofrecía este libro, con el cual habia corrido y visitado todo el
kji( 1804 4 vol. en 8.° menor. pais de D. Quijote, y hallándoseya de regreso en Francia, que­
Esta edición, que tiene belleza y exactitud, está hecha literal­ ría ponerle á hablar con los franceses,
mente por la qué publicó la imprenta real de Madrid el año
1797 en tí vol. en ia,p;y asi es que contiene al principio del to­ 2. a Histoire du redoutable et. ingénieux chevalier Dom Quí­
mo í la misma advertencia del editor y la noticia de la. vida de sote de la Manche : traduite de 1’ espagnol de Miguel de Cer­
Cervantes que escribió D. Manuel Quintana, vantes Saavedra par Mr. Rosset. Dernière édition enrichie de
figures en taille-douce. A Paris: 1665. — 2 vol. 12.0
4o.’ Cida y hechos del ingenioso caballero D. Quijote déla. D. Casiano Pellicer ( trad. delà Calatea, pról. p. vi ) asegu­
Mancha etc. En Madrid. - Año i8o4- - En la imprenta de Ve­ ra que J. Rosset solo tradujo la parte II del Quijote; pero en el
ga. - 8 tomos en 8.° ejemplar que hemos visto en la biblioteca Real de Madrid se
Colócase al principio la mal inventada dedicatoria á D. Qui­ contienen las dos partes , y esta edición indica que no era la
jote por su cronista ; y la vida de Cervantes escrita por Ríos, primera , y que antes de 1665 se habían publicado otras de la
mutilada y falta de la introducción y délas pruebas. Esto hace misma traducción.
ver que las especulaciones mercantiles en materia de libros,
cuando se hacen sin inteligencia ni discernimiento, son capaces 3. a La tercera hecha al francés por un anónimo comprende
de corromper las mejores producciones del ingenio humano. también ambas parles del Quijote , y se publicó en París el año
1678, en 4 vol,en8.°, síu prólogo ni advertencia del traductor.
¿i,.» —En Madrid: por la viuda de Barco López. - Año Asi lo dice D. Casiano Pellicer ( p. vi ) , y Mayans( iiúrn i¿,5)
1808. -4 tomos en 8.“ cita otra edición hecha en el mismo lugary año , pero en 4 v°l-
4a.3 — Elüigenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha etc. en 12.°
En Londres. - Año 1808. -4 vol. en 18.°.(Catálogo de Dulau. 4. a Si la traducción anterior es de un anónimo , como dice
imp. en Londres, 1813, pig. 4'6). Pellicer, es preciso tratar separadamente de la del Sr. San Mar­
43.a ,— Nueva edición,conforme en todo ala de la real aca­ tin, que se hizo muy común en Francia, y de la que hemos vis­
demia Española hecha eu Madrid en 1782. - E11 París por Bos- to citada la siguiente edición : (Diction, bibliog. Paris, 1791,
sasege y Masson , calle de Tournon uúm. 6 , y eu Lóndres etc, lom. i.° p. 260 ).
>814. - 7 tomos eu 8.° Jlistoire de /’ admirable Don Quizóte de la Manche ; traduit
Esta edición, que tiene hermosas estampas, se hizo bajo la di­ de 1’ espagnol de Michel de Cervantes Saavedra en francois (pal­
rección de JosefRené Masson : el primer tomo contiene la vida le sieur Filleau de Saint-Martin avec figures en taille-douce. —
de Cervantes , el análisis del Quijote y plan cronológico de sus Anjsterdam, 1696. - 5 vol. 111 12.0 fig.
viages , que escribió Ríos: eu el 2-°, 3.° y j.° está repartida la Esta edición es rauv linda, y la inas apreciable de todas
parte I de esta novela con las notas de Pellicer ; y la II con lao cuantas se han publicado en francés. Repitióse con igual esme­
suyas eu el 5.°, 6.° y 7.0 ro en Amsterdam por Arkstée en el año 1768, eu 6 vol. en 12.°,
con las figuras ele Coypel, que se colocaron en la edición caste­
TRADUCCIONES FRANCESAS. llana de 1735 , hecha por el mismo impresor.
5. a La quinta traducción francesa contiene también ambas
César Oudin, que liabia.pub'icado y traducido la nove­ partes , y es igualmente hecha por un anónimo que la dió á luz
la del Curioso impertinente en 1608 , é impreso la Calatea en en Paris el año 1741, en 4 vol. en 8.° Dedicóla al Delfín , y la
París en 1611 , diciendo ser del autor que inventó y escribió acompañó con un prólogo en que manifiesta los motivos que
aquel libro, no sin razón intitulado el ingenioso hidalgo D. Qui­ tuvo para hacerla, por estar las anteriores escritas en eslilo anti­
jote de la Mancha, tradujo también la parte I de esta obra, que guo y en parte desusado. (/)• C. Pellicer, lug cit.j.
dióá luz en aquella capital el tiño 1620 , en 8.° 34i, y se reim­
primió varias veces, entre ellas en Rúan con este título: 6. a En el tomo 2.’ de las Memorias de la academia que se
Z> vah-ureux Itdm Quizóle de la Manche , ou /’ histoire de estableció en T royes por los años de 1740 ( p, I, §• 178 ) be
ses grcucdssta^sliÚCÍsij d a rmesy,julisLes anuiurs <d culveidafas tts-. .Ha á la pág. 19 la que leyó cu ella M-***eu lodewajode 17-H»
X DOCUMENTO^. 459
458 ILUSTRACIONES

y se publicó en 1756 con el título de Proyecto de un o¡age á cierra necesariamente un eminente mérito. Procura demostrar
España para averiguar y hacer constar un hecho importante esta verdad examinando las buenas calidades de la fábula del
de la historia del caballero D. Quijote , cual era la muerte del Quijote; pero atendiendo á la diversidad de gustos y costum­
pastor Grisóstomo referida eu los caps. 1a y i3 de su parte I. bres entre españoles y franceses, y entre el siglo de Cervantes
Queriendo el autor de esta Memoria examinar los terribles y el suyo, cree que no pueden agradar ahora ciertos pasages di­
efectos de la pasión de amor , buscaba para ello un aconteci­ fusos y algunas pinturas y donaires) y como por otra parte ha­
miento que ni fuese increíble ó dutíoso por sil mucha antigüe­ lla imposible trasladar á su lengua las continuas bellezas que
dad, ni por muy moderno dejase de ser auténtico y notorio : y compensan tan ligeros lunares, se toma la libertad de alterar
aunque pudo convenir á su intento la trágica historia de una ciertas imágenes, mudar tal vez los versos, suprimir unas cosas,
doncella de Granada llamada Jacinta , que el l)r. Suarez de Fi- abreviar otras, y suplir algunas. El mismo Florian , conociendo
gueroa , en su Pasagero publicado en 1617 , refiere al fol. 35g cuan escesiva era esta libertad , pide perdón á los que saben la
como ocurrida poco tiempo antes ; se fijó en el suseso de Gri- lengua castellana, por haber compendiado un libro que admira­
sóstomo, porque le parecería mas estupendo, y por haber creido ba tanto como ellos, y lo juzgaba como obra magistral de inge-
que pasó efectivamente como lo cuenta Cervantes , asi como nio, de delicadeza y de gracia. Esto habla para convencerse de
creía que hubo un autor Cide fíamete Beuengeli , y un original que no se puede juzgar por esta traducción ni del ingenio de
árabe del Quijote. Con estas ideas , y siendo imposible, según Cervantes ni del mérito del Quijote.
dice, que se haya perdido en el Toboso la memoria de una da­
ma tan principal como la princesa Dulcinea , juzgó se podría 8.a Por haberlo juzgado asi el Sr. H. Bouchon Dubournial,
averiguar eu este pueblo el déla residencia de L>ou Quijote, y ingeniero de ejército, que residió muchos años en España , em­
adquirir noticias de su familia y de la de Sancho , y de! año y prendió traducir al francés las mejores obras de Cervantes , em­
sitio en que murió y fue enterrado Grisóstomo, infiriendo pol­ pezando por la del Quijote, que asegura no se conocía eu Eran-
las datas que examinó en la novela del Cautivo que esto debió cía sino horriblemente contrahecha y desfigurada, como aconte­
acaecer en el verano de i58o; y proponía que el viagero sacase cía también á las demas de este autor; y confió el examen y cen­
un testimonio del testamento en que Grisóstomo dejó por su sura de su trabajo al mismo t lorian, cuya muerte lamenta ; y
heredera á la hermosa Marcela) que preguntase á las gentes del solo su falta, dice, pudo hacer que saliese á luz esta obra.
pais , y en especial á los ancianos ; reconociese la fuente del al­ La colección de las que se propuso publicar Dubournial se
cornoque ■, en cuya proximidad se le sepultó, y buscase el epita­ componía : i.° de la vida política y literaria de Cervantes tra­
fio que le dedicó Su amigo Ambrosio para copiarle exactamente. ducida de la que escribió Ríos : s.° del D. Quijote seguido de
Logradas estas y las demas indagaciones que proponía , y para Su examen crítico estractado, al parecer, del análisis dei mismo
Ríos: 3.° del Persilesy Segismundo, ó los peregrinos del For­
las cuales le nombró la misma academia después de examinar el
pensamiento ( aunque por haberse esta disuello no llegó á veri­ te: 4.0 de las trece novelas, comprendiendo en ellas la del Cu­
ficarse el viage) pensaba también hacer una edición del Quijote rioso impertinente, que omite en ia I parte del Quijote, donde
muy superior á las que habían precedido , y añadir una nuev.a está fuera de su lugar según el voto de su autor. JNo incluía la
traducción , porque aunque la del abate de San Martín (dice) Calatea por parecerle imposible igualar ni mejorar el trabajo
que anda en manos de todos sea agradable , no es siempreJiel^ que sobre ella hizo Florian' ni el Plage al Parnaso, ni las Co­
y hay en ella omisiones de mucha consideración. medias , creyendo que ni aquel puede ya tener el interes que
cuando se escribió y se conocían los poetas que critica, ni estas
y.a Don Quichote de la Manche, traduitde 1’ espagnol de el aprecio público resintiéndose tanto del mal gusto teatral de su
Michel de Cervantes par Floriau: ouvrage posthume: avec figu­ tiempo. .
res. Paris: 1799, 3 vol. 8.° - Paris: 1799: 6 vol. 18.0 - Londres: Proponíase Dubournial hacer á un tiempo cuatro ediciones de
6 vol. 18.“-París: 1802: 6 vol. 12.°- 1809: 6 vol. 18.“ esta colección : i.a en 8 vol. 4*° con 7^ estampas : 2.a en 12
El caballero Florian , que apreciaba mucho las obras españo­ vol. 8.° con el mismo ornato : 3.a en 16 vol. 12.0 con 16 lámi­
las , y supo aprovecharse de su invención , no conoció 11/as que nas : 4«a en 16 vol. 18.0 con las 16 estampas anteriores; y poco
una de las traducciones francesas del Quijote , de la cual forma tiempo después empezó publicando :
un concepto poco favorable , porque siendo muy literal , seguir Oeuvres complettes de Cervantes, contenant son D ,Quichotte,
dice , no puede conservar la gracia del original , y pareciéudole nouvelle traduction par Dubournial.-París , 1807.-8 vol. in
que merece tener mas de un traductor en Francia, se propu­ 12.° fig.
so tomar á su cargo este trabajo. Recomiendan esta traducción dos insignes literatos, como Mr.
Juzga Florian con razón que una obra traducida tantas veces Aruault y Mr. Mercier individuos del Instituto nacional. El prb
á todas las lenguas , y siempre con tan general aceptación , en­ inero a*e¿ura que la simplicidad y pureza del estilo deltraduc-
Y DOCUMENTOS. 4DI
46o ILUSTRACIONES
tor no desdice del original de Cervantes; y el segundo dice que ned with several copper platee.-By J. P. - London , P’''nted
siempre habia presumido que el autor español estaba muy mal by Tho. Hodgkins. - MDCi.xxxrii; esto es , la Historia delta
traducido, porque percibia un cuadro hermoso manchado y os­ mosisimo D. Quijote de la Mancha y de su Fiel escudero San­
curecido continuamente, y donde la libertad y franqueza del cho Panza, vertida últimamente al ingles, y adaptada al estilo
pincel se hallaba alterada por todas partes. Pocas lecturas moderno de nuestro idioma; adornada con diferentes laminas
(añade) conozco tan agradables comola de vuestro D. Quijote', encobre. Por J. P.-Londres.-Imprésa por domas Hodg­
y me parece que los antiguos escribían con esta verdad, esta kins: 1687 un tomo en fol.
gracia y esta simplicidad. Estos dictámenes son tan honorífi­ El traductor J. Philips dedica su obra al conde de Xarmouth,
cos á Cervantes como á su traductor. la cual es una paráfrasis en que procura acomodar á los idiotis­
Si los elogios que los mas doctos franceses han tributado al mos y refranes castellanos los equivalentes de la lengua inglesa,
ingenio de Cervantes, y si las multiplicadas imitaciones que va­ buscando siempre las espresiones jocosas y festivas mas análo­
rios literatos de aquella nación han hecho del Quijote ( p. 1, §. gas á las ideas de Cervantes. El diálogo , que sirve de prologo ,
172), prueban su originalidady su mérito, la mayor gloria del está escrito en estilo burlesco y familiar , pero con donaire y
escritor español consiste en conservarla primacía sobre cuantos agudeza; y tratando de la dificultad de divertir á los lectores con
han intentado seguirle ó imitarle después de dos siglos de cultu­ los libros, y de la ventaja particular del Quijote para este obje­
ra é ilqstracion. to, descubre al mismo tiempo su utilidad y provecho para des­
viar á la juventud de las viciosas y nocivas inclinaciones á que
TRADUCCIONES INGLESAS. la conducían los libros caballerescos. Mas fácil (dice) es corre­
gir los vicios ridiculizándolos, que reprendiéndolos con acritud;
1. a Pocos años después que Cervantes publicó la última y el mejor modo de hacer ver la deformidad de un objeto es
parte del Quijote ya gozaron los ingleses de esta obra célebre presentarlo delante de un espejo terso y limpio. La edición que
completamente traducida á su propio idioma por blielton, cotí poseemos tiene cierto aire de magnificencia, y las láminas están
tanto aprecio como lo indican las muchas ediciones que se hicie­ dibujadas y grabadas con bastante gusto y corrección. (W.de
ron de esta traducción , de las cuales podemos citar las siguien­ White, 1784, p. 55).
tes; 4. a Don Quixote, in verse, by Ned Ward ó IHard’s Don
Pon Quixote translatedby Shelton. -Lóndres, 1620 ; 3 vol. Quixote in Hudibr.astick verse , esto es, D. Quijote en verso
4.° - i65a, 1 vol. fol. - 1675, 1 vol. fol. - 1726, 4 vol. 8." - 1740 burlesco, por el estilo del Hudibras por trhríí. - Impreso cu
4 vol. <a.°, con estampas. - Dublin, 1731,4 vol. ia.°-i74o,4 Edimburgo: año 1711 : 2 vol. 8.° ( Ind. de Ring. 1787 , p. 55;
vol. in.° con estampas hechas por los dibujos de Coypel. y de Payne, p. 107 ).
(Ind. de Davis, 1784, p. 90 y 186; de ÍPhite, 1784' P- 55y
240; de Chapman, 1787' , p. 17; de Itobsau, 1786, p. j 63; de 5. a History of Don Quixote by Moítoi.r.-Imp. en Lóndres:
JSgerton, p. 100). año 1712: 4 vol. t2.° con estampas.*-Hay otra edición posterior
en 4 vol. en 18.0 ( Ind. de Hayes, 1786, p. 180 ; y un Catal.
2. “ Pleasant notes upon Don Quixote , esto es , notas festi~
vas sobre D. Quijote por el caballero Edmundo Gayton: Lón~ imp. en Lónd. 1770)- . . ..
El Sr. JosefCollyer, que trabajó la parte histórica y biográ­
dres, por Guillermo lluut, año 1654--ÜU tomo en fol. fica de la obra intitulada A dictionary of the world etc. , im­
En esta obra está traducido en verso, aunque sumariamente, presa en Lóndres año 1772, dice en el artículo Motteux (1 ete.r)
el contexto de los capítulos del Quijote , y esplicada la I parte que este escritor tradujo el D. Quijote del español, o como de­
con difusas notas en prosa. Estas, según Pellicer (disc. prel. cían algunos, de unatraducción francesa. Si esta última cir­
li ) son inútiles para ilustrar el Quijote, porque ó recaen sobre cunstancia fuese cierta, podria atribuirse á ella el 110 haber te­
algunos escritores y personas de Inglaterra, ó son alusivas ¿su­ nido esta versión el aplauso que otras, cuyas ediciones han sido
cesos de su tiempo, ó indecorosas, ó tal vez contra la iglesia ro­ mas repetidas y hechas con mayor ornato y suntuosidad.
mana. Su estilo es chocarrero, y suele errar cuando habla de lo
que pertenece a España, como le sucede equivocando el Tesoro, 6. a Don Quixote by Ozell: imp. en Lóndres : 1725 . 4 vol.
tle varias poesías de Padilla con el 7’esziurizs po,eticas que sue­ 12.0 con estampas. - 1743 : 5 vol. 12,0 con estampas. - Glasg.
len usarlos estudiantes. {Ind. de W hite, p. 55). 1747 : 4 vol. t2.° - 1771 : 4- vol. 12.0 (Ind. de Hayes, *7°7i
p. 17a : de Bobson, 1786, p. t63 : de Gorclon, 1786, p. 48 y
3. a The history ofthe rnost renowned Don Quixote of Man-
cha: and his trusty squire Suncho Panza., Novo ¡nade in english 78).
according lo the humour of our vtodern language , and ador- 7. a Don Quixote by Durfey: a Parts, 12.0 - 1729; esto es,
Y DOCUMENTOS. 4^3
Zf)2 ilustraciones
jote espiritual ó Peregrinación veraniega de Gojredo Wild-
D. Quijote por Durfey; 2 partes, en 12.año 1729. ( Ind. de goo.se, que se imprimió en Lóndres en tres tomos en 12.° en
Payne, 1784, p. i5g). ’778 y 1 77Í' También merecen citarse las colecciones de estam­
8. a T/ie Ufe and exploits of Dom Quizóte de la Mancha j pas de las aventuras de D. Quijote; siendo notable la de veinte
by Charles Jarvis ; esto es, Z’W« y hechos de D. Quijote de la y dos láminas grabadas por Vandergucht anunciadas en un to­
Mancha, por Carlos Jarvis. Lóndres: 1742 : 2 voh 4.0- 1747: mo en 4.°, y acaso serán las mismas deja edición de 1788. {Pe­
4 vol. 8/- 1749 2 vol. 8.° con estampas.-17S6: 2 vol. 4/'- llicer, F. de C. p. ci y sig. - Ind. de Cater, 1784, p. iS3: y de
üublin : 1766 : 4 vol. 12.0 con estampas. -Lóndres: 1778: 4 álnderson, 1787, p. roo). Ultimamente una erudita dama in­
vol. 12.° ( Diction. bibhogi París, 1 7gi, tom. 1, p. Ufo.-Ind.de glesa, la Sra. Harriet Kiernan, que obtuvo el premio ofrecido
Otridge, 178S, p. 23o; y de Faulder, 1788, p. i56). por la real academia Irlandesa al mejor discurso sobre la in­
Este traductor no solo añadió un prólogo sobre el origen de fluencia de las historias fabulosas en las costumbres y usos de
los libros de caballerías y la vida de Cervantes estractada de la los modernos, hace de Cervantes los mas juiciosos elogios ma­
de Mayans , sino que ilustró el Quijote con algunas notas y es­ nifestando la oportunidad y eficacia de los medios que adoptó
tampas copiadas de la edición de Londres de 17.88. El Sr. Pelh- para corregir los vicios de su tiempo, y el tino y felicidad con
cer advierte con razón las siniestras ó equívocas interpretaciones que lo consiguió; lamentándose de que estas armas de la ficción,
con que intenta á veces ilustrar ó descubrir las ideas morales ó de la ironía y de la burla, manejadas por él con tanta maestría
religiosas de Cervantes , ó las costumbres y usos de nuestra y discreción, hayan caido después en manos de escritores per­
nación. ( Disc. prel. §. 11, y notas á los cc. 5a, p. 1; y >3y 18, versos ó corrompidos ( Thè Transactions of the royal irish
p. 11.). Sin embargo esta traducción parece que es la predilec­ Academy vol. xn.-Dublin: 181S, 4-°- Part. Lit. págs. 61 á 97).
ta de los ingleses, por lo cual en el año de 1808 ofreció Mr. Bel-
four hacer de ella una edición nueva, adornada de magníficas es­ TRADUCCIONES ITALIANAS.
tampas, é ilustrada con notas históricas, críticasy literarias sa­
cadas de los mejores comentadores ; añadiendo algunas noticias i .a J? ingegnoso cittadino Don Chisciotte della Mancia ,
de la vida y escritos de Cervantes, del estado de las costumbres composto da Michel di Cervantes Saavedra, et hora nuovamen­
y de la literatura del siglo en que vivió. ( Gaceta de Mad. 20 ju­ te tradotto con fedeltà e chiarrezza di Spagnuolo in Italiano, da
nio, 1808: art. Londres ). Lorenzo Franciosini, Fiorentino. Opera gustosissima e di gran­
9. a Don Quizóte transíated bySniollet ■. esto es; Don Quijo­ dissimo trattenimento a chi è vago d’impiegar l’ozio in legger
te traducido por Snlollet, impreso con hermosas láminas. Lón­ battaglie, desfide, incontri, amorosi biglietti, et inaudite pro •
dezze di Cavalieri erranti. - Con una tavola ordinatissima per
dres: 1728: 2 vol. 4.°» — Dublin: 1761: 4 vol. 12. con estampas. trovar facilmente a ogni capitolo gli stravaganti succesi, e l’Iie-
-1765. 4 vol. 12.“-Londres: 1770. 4 vol. 12.0 con estampas.- roiche bravure di questo gran Cavaliero. - Dedicato alI’AItezza
1782 : 4 vol. 12.0 con idem.- 1783: 4 vol 8.° {Ind. de Egerton, Serenissima di Don Ferdinando Secondo, Gran Duca di Tosca­
p. ioo: de Robson, 1786, p. x63: de IVhite, p. 240: de Faulder.} na. -In Venetia, appresso Andrea Baba. - 1622: un tomo en 8.°
1785, p. 184: de Cater, 1784, p¡ >Sg). La dedicatoria está'firinada en Venecia á i3de agosto de 1622.
,0.a History of Don Quizóte translated by IFilmot, with a Este traductor suprime los versos que anteceden á la obra, por
new set of copper—pintes; esto es, Historia de Don Quijote tra­ difíciles de traducir para quien no es poeta, y por no juzgarlos
ducida por Wilmot, con una nueva colección de láminas gra­ esenciales para la inteligencia de la prosa;sin embargo, conser­
badas en cobre. Londres, 1778: 2 vol. b.° de Ilayes , va eu su lengua original los epitafios y demas versos que están
1786, p. ioi ). al fin del libro. Como poseia bien la lengua castellana conoció
la imposibilidad de trasladar literalmente al italiano los idiotis­
n.a El Dr. Bowle, que ilustró el Quijote en castellano, es­ mos, frases y refranes; y asi hizo parafrástica su traducción ,
cribió también : Letter to Dr. Perey, relative to Don Quizóte: remitiéndose al diccionario que había trabajado de ambas len­
1 vol. 4.° impreso en Londres año 1777 {Ind. de Whitei, 1784^ guas para la correspondencia de algunos vocablos. En el año
p. 116 ); y otros sabios é ingeniosos ingleses se propusieron por 162S se reimprimió esta traducción en Venecia por el mismo
modelo á Cervantes en la composición de algunas obras de ima­ impresor y en igual tamaño, añadiendo los versos que halda
ginación y de entretenimiento. Hemos citado (p. I, §• 172) á Sa­ traducido Alejandro Adimaro, también florentin. {Mayans, 11.0
muel Butler, que floreció en el siglo xvn, poeta de raro ingenio ilfi.-Lampillas, disert. vil, §. 7). Venecia: 1798.-2 tom. 12.0
y de invención maravillosa, de quien dice un célebre escritor in­
{Catál. de Dulau¡, Lónd. 1813, p. 384).
gles el Iludibras es nuestro D. Quijote : á Pope , Arbuthiiot Otras ediciones se han hecho del Quijote traducido al ital a-
y Swifjy podemos añadir al autor del Spiritual Quizóte, 01 110 , aunque ignoramos si son todas nuevas traducciones ; y he­
summers ramble oj Mr. Geoffry Wildgoose; esto es, El Qui­
mos visto citadas las siguientes_:
ft
464 ILUSTRACIONES V DOCUMENTOS. 4^5
Una impresa en Roma ano 1677 , 2 tom. 8.°; y otra en Ve» dieron á luz con las ediciones del Quijote castellano en los años
necia, 17^8, 2 tom. 8.°(Catdl. White , 1787 y 1788, nuins. 1744 y ’755, y de una traducción francesa en 1788.
io3i5, io3t6y io354.y-Don Chisciotte, imp. en Venecia, A un mismo tiempo se tiraron ejemplares de esta edición en
4 toni. 8.° {luci, de Faulder, 1788, pag. 3io). folio y en 4.0, siendo muy corlo el número de los de la primera
clase, por cuya razón llegaron á tener un valor tan esccsivo, co­
TRADUCCIONES e ILUSTRACIONES hechas EN HOLANDA i mo el de doscientas treinta libras, ó pesetas, respecto al de cin­
cuenta ó sesenta en que se vendieron al principio. ( DicJion. hi-
Aunque nos consta que los holandeses tienen traducido en sri Lliog. Paris, 1791, tom. I, p. 261 ).
lengua el Quijote ( Pellicer., clisc.prel. §. vi) no hemos logra­ Esla misma obra con sus láminas se halla escrita en lengua
do ver ejemplar alguno; pero sí dos ediciones en francés y en holandesa por Jacobo Campo Veyerman, quien añade al prin­
holandés de una obra sobre aquella fábula, hechas ambas con cipio la vida de Cervantes estractada de la de Mayans ; y á la
singular magnificencia en la Haya el año 1746, en un tomo en esplicacion histórica de las estampas , traducida del original es­
4.° mayor, por Pedro de Hondt, con este título : pañol , precede ún resúmen del argumento en verso holandés.
Les principales aventures de l’admirable Don Quichotte, re­ Existe un ejemplar en la biblioteca Real de Madrid.
présentés enfigures par Coypel, Picart le Romain , et autres
TRADUCCIONES ALEMANAS;
habiles maîtres: avec les explications des xxxi planches de cel­
te magnijique collection tirées de l’original espagnol de Miguel
de Cervantes» Es regular que en Alemania haya traducciones antiguas del
Dedica Hondt esta edición en francés al Sermo. principe Real Quijote,y aun de lasdemasobrasdeCervantes,por habersedado
de Polonia y duque de Sajonia Francisco Xavier, como propia todasá luzen tiempo en queeratan frecuente y estrecha la comu­
para recrear su ánimo, respecto á que la obra de Cervantes ha nicación entre ambas naciones; pero solo podemos citar dos que
sido calificada como clasica en su género por el espacio y las lu­ modernamente se han hecho y publicado allí; la una por el Sr.
ces de mas de un siglo. « Esta historia (dice ) ha sido y sëia el Tiek, y la otra por el Sr. Soltau: ( Ideler , ¿aic.del Quij. tom»
recreo de toda clase de personas, aun de las mas graves y cir­ V. pág. LXII ); De esta última hablaron con mucho elogio va­
cunspectas. Asi lo juzgaba uno de los filósofos mas sensatos qué rios periódicos literarios, haciendo mención del mérito del tra­
ha producido la Francia (Saint Evremont), á quien la Inglater­ ductor , que también ha traducido con mucha gracia el antiguo
ra dio grata acogida, y vio al fin espirar en su seno. Este testi­ poema de Reynier intitulado le Renard , escrito en bajo-sajrm;
monio , confirmado por la esperiencia de mas de un siglo, me el Huclibras, poema ingles , y otras obras muy recomendables.
alienta á dirigir á V. A. R. la presente edición. » En la adver­ ( Ardi, litter. de l’ Europe , n.° 14, p- 3q. feb. i8o5. - Mou.
tencia que precede dice que esta ingeniosa sátira fue recibida univ.de France, n.° t65. mar. i8o5,art. Hamburgo ).
cotí tal aplauso en su nación y en lasestrañas, que todas se apre­ Los literatos alemanes han escitado varias veces en estos úl­
suraron á reimprimirla, á traducirla , y á formar bellas estam­ timos tiempos á los libreros de su pais á que reimpriman los me­
pas de sus principales aventuras: que entre las colecciones de jores autores españoles, que no pueden adquirir sino con gran di­
esta clase, ninguna hay superior á la que trabajó Carlos Coypel, ficultad y á mucho costo. Movido de estos deseos Mr. Sommer,
asi en la parte artística como en la histórica de las costumbres, librero en Leipsic, se disponía en el año 1798 á publicar una
trages y usos de España donde adquirió los diseños, y que estos reimpresión del Quijote de Cervantes , adornada con láminas
grabados se recibieron con tal estimación que muy en breve conforme á la magnífica edición hecha por la academia Españo­
llegaron á hacerse raros y á venderse á precio exorbitante. El la; y si esta empresa le salla bien, meditaba continuar publican­
famoso Bernardo Picart el romano ideó después reducirlos á do las obras escogidas de lodos los clásicos españoles en verso
láminas en 4-°,y Ya habia concluido doce de ellas cuando mu­ y en prosa. {Miscel. inst. ¡798, tom. vil, pág. 207 ).
rió en 1733; pero sus discípulos y otros grabadores las conclu­
yeron, completando el número de treinta y una, queformatt es­ TRADUCCION PORTUGUESA.
ta magnífica colección, esplicándose al frente, y en una tabla
Como cuando se publicó el Quijote se hallaba unido el Por­
»1 fin, su respectivo argumento, sacado del texto original. Estas tugal á la monarquía española , y era por consiguiente mas co­
láminas, dice el editor, pueden sustituirse á lasque se pusieron mún allí la lengua castellana , no parece que por entonces se
en la edición de Londres de 1738, en las cuales no se estampa­ tradujese, aunque las ediciones en su original fueron muy repe­
ron sino actitudes y costumbres inglesas en lugar de españo­
tidas , especialmente en Lisboa. Asi es que no hemos visto mas
las : censura que puede recaer también sobre las que publica traducción que la siguiente:
Hondt, pues representan mas bien personages franceses que es­ O en gen,'toso Fidaigo Dom Quixote de la Mancha. Por Mi-
pañoles. Las mismas estampas reducidas á menor tamaño se So
T DOCUMENTO». 467
¿66 ILUSTRACIONES Virues hizo su beiníramis
guel de Cervantes Saavedra. Traduzido em Vulgar. - Lisboa , Valerosa en paz y en guerra.
Na tipografía Rollandiaiia: lyg-j: 6 tomos, 6.0 Morales su Conde loco ,
Y otras muchas sin aquestas...,.
DE OTRAS TRADUCCIONES. De los farsantes que lian hecha
Farsas, loas, bailes, letras,
Algunos curiosos nos han dado noticia de una traducción la­ Son Alonso de Morales,
tina del Quijote hecha por un literato alemán; de otra en len­ Grújales, Zorita, Mesa.......
gua danesa por una dama de Copenhague , y aun de algunas en Sánchez, Ríos, Avendaño,
sueco y ruso ; pero 110 constándonos estos hechos por noticias Juan de Vergara, Villegas,
tan positivas como las que hemos dado anteriormente, nos pa­ Pedro de Morales i Castro-----,
rece propio manifestarlo asi con franqueza para satisfacción de Y otros que no se me acuerdan,
los lectores. Que componen y han compuesto
Comedias muchas y buenas.
Pedro de Morales , insigne poeta cómico y representante Al fin del Peregrino en su paíríu, que publicó Lope de Vega
(§•«78). Madrid el año 1604, hace memoria de Pedrode Mora es, nei -
lo , adornado y ajflluoso representante ¡ y en el
20 Dos veces habló Cervantes de Pedro de Morales para las Uestes que en toda España se lucieron en la bcatju. ación
manifestar su gratitud á la generosidad con que le socorria en dS¿ Teresa, escrito ¿or Fr. Diego de San JpsM ^antkn
sus necesidades. En el cap. 2.0 del Piage al Parnaso se esplico se de las liestas celebradas en Alba de 1 or.nes des de el da 3de
•en estos términos: octubre de 16.4, se dice que en los días 4, 6,y tide aqu
Este que de las Musas es recreo, mes representó Morales y su compunta las de bau
La gracia y el donaire y la cordura, Francisco, la Vida de Santa Teresa, u Serrana de la Peta, y
Que de la discreción . va el trofeo, Alerta, no os descuidéis. Llámasele/omoso Pe­
Es Pedrode Mor ales, propia hechura ro no espesándose su nombre , ignoramos sifue Alo so o> Pe_
Del gusto cortesano, y es asilo dril de Morales de quien se trata en este lugar, fc S£
Adonde se repara mi ventura. be-nos que este bienhechor de Cervantes vivía todavía el ano
Y en el cap. 8.° pintando su despedida de varios poetas , dice : i636, en que el Dr. Juan Perez de Moltalvan dió a luz la Fama
El pecho, el alma, el corazón, la mano pòstuma líe Lope de Vega , pues entre los muchos eo^os que
Di á Pedro de Morales y un abrazo... reunió y publicó en esta obra escritos por los mas ^‘ecl ob
¿Pero quién era este Pedro de Morales tan discreto y gracio­ ingenios se encuentra un soneto n/0 m^./ nmerZe-/e F ey
so, y tan liberal para con Cervantes ? El Sr. Pellicer dijo sola- pe Félix de Pega Carpio , escrito por Pedro de Mol ales, q
rneute en la Pida de este escritor ( pág. clxxih ) que podría
acaso ser el discretojarsanie y autor cómico , celebrado por empiez Des(je ^ue pQe pastor tierno Belardo.,1..
Agustín de Rojas y Lope de Pega. Pero si lo creia ó sospecha­
ba asi, ¿ cómo es que en el Tratado histórico sobre el origen y LUGAR DE LA SEPULTURA DE CERVANTES ( §. 189).
progresos déla comedia y del htstrionismo en España (t. 2.0,
p. 13), que publicó su hijo i). Casiano poco después, esto es, en 2,3 En uno de los libros de difuntos déla parroqu ¡a de San
1804 , solo se trata de Alonso de Morales , sin que en toda la Sebastian dé esta corte existe la P-üda de Cervaut« que pu­
obra aparezca otro farsante y autor de comedias del mismo ape­ blicaron Nasarre , Pellicer y Ríos. Por ella cons- que- . "«
llido, asegurándose que este lWonsofloreció en tiempo de Feli­ do enterrar en las monjas trinitarias : y como los t ui-dmes
pe LP ? Si el haber omitido en esta obra á Pedro ¿le Morales,, de Madrid han dado noticias tan equivocas o d mntassob,>
de quien hacen memoria Rojas y Lope , no merece disculpa, el primitivo establecimiento de estas religiosas , nos
todavía es menos disimulable la equivocación ó el error de afir­ do necesario entrar antes en esta mvest.gacion pa a dedueel
mar que Alonso de Morales floreció en tiempo de Felipe IV : lugar donde se enterró Cervantes , y donde
monarca cuyo reinado no comenzó hasta el año 1621 , siendo 2.3 Según las noticias que conserva la comunidad , t. ma
■cierto que ya habló de aquel farsante Agustín de Rojas en su yor parte tradicionales ( pues apenas tiene mas payeks antei lo­
Piage entretenido publicado en i6o3 ( t. i.°, págs. 1 12 y 1 i5, res ai año .665 que el libro de entradas , p> ofes v bl
Alt. edic.) , distinguiéndole de Pedro de Morales en estos eclesiásticas ), parece que Doña Francisca
versos: DÍ9 en su casa doce beatas, á quienes y a ella puso habí.
468 ILUSTRACIONES 1 DOCUMENTOS. 4^9

trinitarias descalzas en 1612 el B. Juan Bautista de la Concep. do, y la comunidad de trinitarias, con intervención del vicario
cion , reformador de esta orden : que entonces se establecieron general eclesiástico el Dr. Conrado Gedler, autorizado al efecto
en una casa sita en la calle del Humilladero, que pertenecía á la por el infante cardenal administrador del arzobispado ( á quien
Doña Francisca , habiendo esta consignado una corta cantidad hicieron constar estar libres de la fundación de Doña Francisca
para su subsistencia : que en 21 de noviembre del mismo año Homero , por haber salido incierta), contrataron en 20 de di­
se colocó el Santísimo Sacramento en Ja iglesia del nuevo mo­ ciembre de i63o, ante el escribano Santiago Fernandez , dar el
nasterio, según escritura otorgada en aquel dia por Pedro Ibar- patronato á la marquesa y sucesores que ella nombrase; cederla
rola, notario de la vicaría: que antes de que profesasen pasaron las monjas todo el sitio que entonces tenian , con espresion de
•'* él en 1613 del de gerónimas de Corpus-Cristi ( vulgo de la algunas cláusulas menos esenciales; y edificarla marquesa nue-
Carbonera) dos religiosas que llevan el título de fundadoras, vo convento é iglesia , otorgando fundación y dotación perpe­
de las cuales una quedó en aquel,y fue prelada mucho tiempo, tua para su conservación y aumento , como parece lo verificó,
y la otra volvió al suyo dos anos después : -que permanecieron dotándolo con unas casas en la calle de Santiago ,y con los de­
allí con mucha estrechez hasta el 1619, en que noticiosas de que mas bienes que pertenecían á ella y al difunto marques. Este es
el marques de la Laguna trataba de fundar un patronato , im­ el origen deípatronato, que corresponde hoy al Exmo.Sr. du­
ploraron su beneficencia , logrando las cediese algunas casasen que de Medinaceli eu unión del marques de Arronches , ahora
la calle de Cantarranas , donde se edificó el convento de San Il­ duque de Lafoens en Portugal,
defonso, que es el que habita la comunidad desde 1633; y final­ 217 Con ausilios tan eficaces pudo muy bien estar conclui­
mente que en este año se trasladaron á él los huesos de todas do el convento para el año i633, y trasladarse entonces á él los
las religiosas y Jos de sus pacientas y parientes que se habían huesos de las religiosas y demas personas que se habían enter­
enterrado en el de la calle del Humilladero. rado en la iglesia de la calle del Humilladero, si es cierta la pri­
21S Como las tradiciones se alteran ó desfiguran con facili­ mitiva residencia allí; lo cual no deja de ofrecer reparos á la bue­
dad, es preciso examinar estas, cotejándolas con otras noticias na crítica , pues no consta que en aquella calle tuviese la fun­
auténticas que hemos conseguido. La comunidad procuró cu dadora casa propia, y sí en la de Cantarranas, y se sabe que en
electo desde su fundación ir adquiriendo varias casas en la calle esta libertaron las monjas en 1617 , y diez años después, de las
de Cantarranas ; pues consta cu el libro III de la Regalía de la cargas ordinarias algunos sitios que ya poseían. Es también muy
casa de aposento ( bibliot. Real, sala de inss., est. R, cód. 38, notable que los diligentes historiadores de Aladrid el AI. Gil
fol. 64, n.° 12) que entre Jos once sitios que ocupa el actual González Dávila y el Dr. Gerónimo Quintana , testigos ocula­
monasterio, el 4-“y 5.“ pertecian á la fundadora Doña Francisca. res de cuanto ocurría desde 1620 á i63oenque escribieron sus
Romero y á D.a Catalina Díaz, y que estando lus tres primeros historias, nada digan del primer establecimiento en Ja calle del
esceptuados de carga desde 3o de junio de iógo, lograron las Humilladero, cuando fijan la fundación del monasterio en 1609.
monjas descargar los ocho restantes en 1617, 1627, 1666, 1673 y No son estas las únicas objeciones que inspiran desconfianza en
1713, asi como en 1778 las casas núrns. 5 y n, que también ha­ tales tradiciones, y’¡j^aso se'habriatdesvauecido si en los archi­
bían adquirido. Pero no es cierto, como se supone, que la de su vos del ayuntamiento y de la vicaría y visita eclesiástica de
primitiva clausura en la calle del Humilladero fuese la núm. 2, Madrid existiesen las noticias que en vano hemos solicitado.
manz. toó, porque ni esta perteneció á Doña Francisca Rome­ 218 Si cuando murió Cervantes en 1616 moraban las trini­
ro , ni la comunidad la adquirió hasta muchos años después. tarias ( según sus noticias ) en la calle del Humilladero, allí de­
Según el libro II de la Regalía de aposentos, fol. 6, y las escri­ bió por consiguiente dársele sepultura: y esta parece ser todavía
tura:, que tiene el actual poseedor, y hemos visto, Había sido de la tradición constante en el convento; creyéndose también que
Nicolás de Escovarjl.a heredó después su hermana Doña Alaría; por hallarse allí religiosa su hija Doña Isabel serian trasladados
y estala vendió en octubre de 1616 á Gaspar Rodríguez de sus huesos al de la calle de Cantarranas en 1633 con los de los
Castro: demas parientes de las otras monjas. Doña Catalina de Salazar,
216 Pudo suceder que en i6ig , y quizas cuandoya se ha­ muger de Cervantes, que falleció en 3i de octubre de 1616
brían mudado por mayor comodidad á la calle de Cantarranas, ( l1. (I, §. 46 1, se enterró también^ en el convento de las tri­
hubiesen traslucido las monjas las intenciones del marques de la nitarias..... y jundó una memoria, según la partida mortuoria
Laguna D. Sancho de la Cerda , y de su segunda inuger Ja se­ existente eu la parroquia de San Sebastian. Dícese que es­
ñora Doña María de Villetia, que hicieron unidamente su testa­ ta memoria quedó abandonado mucho tiempo} ha ; y nada
mento cerrado en 22 de abril del mismo año. Pero lo que cons­ Consta auténticamente en la comunidad del entierro de uno
ta de cierto es , que habiendo fallecido el marques en 14 de no­ ni otro consorte. La desgracia que persiguió] á. Cervantes
viembre de 1626 se abrió en este dia el testamento ; y que la durante su vida, parece que quiso anonadar su memoria
marquesa viuda, como ejecutora délas disposiciones de suinari- hasta eu el sileucioso retiro, de los claustros. Las cuntía-
4?° ILUSTRACIONES
dicciones que padeció la luja trascendieron á cuanto pertenecía y DOCUMENTOS, 47 1
al padre, pero su buen nombre vive y vivirá con aprecio, y me­ berse dividido por muerte de su autor, no hubiera sido eslra-
recerá siempre el voto ¿ interes de Jos buenos patricios para fio que siendo Sevilla tan concurrida siempre de estrangeros,
eng.rle un monumento digno de su mérito en el lugar cierto don­ adquiriesen estos algunos, y entre ellos el de Cervantes, que se
de reposen sus cenizas, como lo ejecutan todas ias naciones cul­ estampó en la edición de Lóndres de t ?38 , aunque allí se dice
tas con los hombres ilustres que les pertenecen. que era sacado por él mismo, esto es, por la relación que hace
de su fisonomía y de su persona , añadiendo el i)r. Olfieiden
RETRATO DE CERVANTES ( igi ). las advertencias á dicha edición , que por mas solicitud que se
puso no se halló retrato alguno de Miguel de Cervantes. Tam­
219 En las Grandezas de España del M. Pedro de Medina, bién le retrató, según él mismo asegura en el prólogo de las no­
ampliadas por DiegoPerez de Mesa, é impresas en i5qo, se di­ velas, Don Juan de Jáuregui, gran pintor y poeta sevillano. Ig­
ce, tratando de bevilla (fol. ma v. ). Hay agora de presente norándose el paradero de ambos retratos, y juzgando por arbi­
en aquesta ciudad muchos varones muy sabios que con sus le- trario y caprichoso el de la edición de Londres, practicóla aca­
tras dan contino mucha erudición y doctrina. Entonces estaba demia las diligencias mas esquisitas para descubrirlos; pero to­
allí Cervantes , ya conocido por su Calatea , sus comedias y das en vano, basta que sabiendo que existia uno en Sevilla eu
otras composiciones ; y entonces comenzaba á darse á conocer poder del conde del Aguila, se le pidió para sacar una copia, y
por sus pinturas y poesías Francisco Pacheco, cuya casa y ofi- este caballero tuvo la generosidad de regalárselo. Viéndola mu­
cma, según Hodrigo Caro ( Cl. Par. de Sev. ms.) era frecuen­ cha conformidad y semejanza entre él y la estampa de Londres,
tada de los hombres mas doctos que residían en aquella ciudad se preguntó al conde sobre las circunstancias de su adquisición,
El mismo Pacheco dice {Arte de la Pint. L. 111, c. 8) que ha­ y contestó que le había comprado en Madrid años hacia á un
bía hecho de lápiz negro y rojo mas de ciento setenta retratos, negociante de pinturas, que se la vendió por de Alonso del Ar­
entre ellos hasta ciento de hombres eminentes en todas faculta­ co : que el retrato manifestaba con evidencia no ser hecho por
des^ y algunos de mugeresjy que pasaban de ciento y cincuen­ la estampa; y que los editores de Londres, que hablan solicita­
ta los que habla pintado de colores ; habiéndole Sucedido re­ do con mucho empeño uno de Cervantes, pudieron tal vez ad­
tratar solo por relación a alguno para no privarle en su libro de quirir en Madrid copia de este. En tal perplejidad dis­
tan honroso lugar. Comprueba esto Caro diciendo que Pache­ puso la academia que lo examinasen los directores de pintu­
co pintó las imágenes de varones ilustres que había «onocido y ra de la de San Fernando, L). .Antonio González y 1). Andrés
alcanzo con su larga edad , poniendo á cada uno un elogio y de la Calleja; y en su informe dado en 10 de marzo de 1777 di­
que de todas luso un volumen que remitió al conde duque de jeron que era mucho mas antiguo que la estampa, pues que por
Olivares. Infiérese de aqui que se equivocó Orliz de Zúñiga la vejez del lienzo y por el rancio de los colores se conocia no ser
xv) suponiendo que el libro solo contenia del siglo xvni ; que el estilo era de las escuelas de Vincencio
notables de Sevilla, y «pie se perdió con la muerte de su autor, Cal ducho y Eugenio Cajes, que florecieron en tiempo de Felipe
dividiéndose en varios aficionados, pues esto pudo suceder con IV : que no era voluntario , por tener los efectos del natural
Jos borradores ú otras copias que conservase. Prueba de que Ja en el claro y oscuro que resultan del natural mismo; y que al­
Idea de Pacheco no fue limitada á sus paisanos, es lo que dice gunos retoques de otra mano , y ciertos defectos de dibujo de­
Baltasar Elisio de Medimlla en una advertencia á ¡a Jeruxalen notaban estar sacado por otro mejor y mas antiguo , y proba­
de Lope de Vega impresa en 1609 Habiendo llegado á mis ma­ blemente del tiempo en que vivia Cervantes. Por este original
nos este elogio, sacudo del libro de retratos que hace Francis­ grabaron Carinona y Selma los que publicó la academia en sus
co Pacheco en Sevilla délos hombi es en nuestra edad insignes, anteriores ediciones; y de sus estampas se han copiado las que
quise comunicarle á los aficionados d los escritos de Lope. Es se han hecho y repetido después en España , Francia , In­
pues muy regular que Pacheco retratatase también á Cer­ glaterra , Prusia y otras parles.
vantes, que residía en Sevilla , para no privarle del Hon­
roso lugar que merecía en su libro, pues que su conato
se estendia a retratar por relaciones agenas á los que por
ausentes no podía copiar al natural. Asi lo creyó la acade­
mia Española en su prólogo á la edición del Quijote en 1780,
y asi lo aseguran otros escritores. Si el libro de Pacheco se hu­
biera conservado con los elogios y resúmenes délas vidas de las
personas retratadas, muchas dudas se hubieran evitado tal vez
sobre el retrato y los sucesos de Cervantes. En el caso d<? ba-
CITAS A LA VARTE I.
t. I, p . 35g; com. los Baños de Arg. jorn. 3.a - Haedo, Hist, de
CITAS »E LOS AUTORES Arget, f. 154 v- y 185- - Mármol, Pida del P. Gradan , P. II,
c. 7, f. 80 v. - Lope de Vega, com. los Cautivos de Argel, jorn.
V DOCUMENTOS QUE NO SE ESPRESAN EN LAS ILUSTRACIONES, Y
APOYAN LAS NOTICIAS QUE SE DAN EN LOS RESPECTIVOS §§. DE
3.a
5g, 60, 61 y 6a. Herrera, Hist, de Portugal, Ls. ill, tv y v.
LA PARTE I.
63. Quij. P. I, c. 3g.
68. Cerv. Galatea en el próly en el L. 1. - Lope de Vega,
§. 2. Cerv. Awgc al Paru. c. ív.- Quij. P. I, c. ix. -PróL la Dorotea, acto 11 , p. 84. - Mayans, pról. al Pastor de Fdida,
de las comedias.
p. xvm. -Pellicer, Notas al Quij-, P. I. ( t. I, p. <>4 )• “6'
§§• 9, 10 y ii. Fuenmayor, Pida de Pio r, L. vi.-Illescas, sis no Pellicer, pról. a la trad, de la Galatea de b lorian.
Hist, pontif. P. II, L. 6.
70. Mayans, pról. á la Filida, p. XXXIv.
12. Pecha, Hist, de Guadalajara, ms» en ïa Bib. R. est. G» 75. Cerv. Quij., P. I, c. 48. - Pról. de sus Comedias. - Ad­
cód. 92, f. 77 V.
13. Fuenm. L. vi.--Torres Aguilera, Crón. de var. sucesi junta al Parnaso.
76. Cerv. pról. á sus Corn., Page al Paru. C. îV, y en la
P. II, c. 17. Adj. al Paru. - Velazquez, Orig, de la poesia castell. , p. g5,
14. Vanderhámen, Hist, de D. Juan de Austria, Ls. ni y iVí y Nasarre, pról. á las Com. de Cerv. imp. en 1749, citando am­
15. Fuenm. L. vt.-Illescas, P. II, L. 6.°, c. últ. §. 2.-Ba­
bos á Gonzalo García de Santa María , cronista del rey de Ara­
bia, Hist. Pontif., P.III, c. i.“-Vanderh. L . ív.-Torres Agui­ gon D. Fernando el Honesto. - Rodrigo Caro , Claros Parones
lera, P. Ill, caps, i y 2.
de Sevilla, ms., art. Malara. - Viriles, pról. desús obras trági­
16. Babia, P. III, c. 3.“-Quij. P. I, c. 3g.-Vanderh. L. cas y líricas, imp. en 1609. - Lope de Vega, Arte nuevo de ha­
IV.—Torres Aguilera, P. Ill, caps. 2, 3 y 4-
cer comedias. - D. Diego Vich, Breve discurso en favor de las
17. Babia, P. III, c. 7,-Vanderh., L. iv.-Torres Aguilera,
P. Ill, caps. 3, 4 y 6. comed. , imp. en t65o. - Cueva , Art. Poét. t. V111 del Parnaso
18. Quij. P. I, c. 3g.-Vanderh., L. 4-°--Torres Aguilera, Español, p. 5g.
78. Novela el Zeloso Extremeño. - Plage al Parn., c. ív.
P. Ill, caps. 7 y 8.—Babia, P. III, c. 7.
79. Fr. Gerón. de S. Josef, Hist, del p. P. Br. Juan de la
ig. Vanderh., Ls. ív, vy vi.-Babia. P. III^ c. i3.-Torres Cruz , imp. en Madrid año i64> , L. Vil, c, 1 7 , y c. 16,
Aguilera, P. Ill, caps. 9, 10, 11 y 12.
($. r.* - Colmenares, Hist, de Segovia, c. xlvi, 4* v.- Cerv. no­
20. Vanderh. Ls. ív y v. - Babia y Torres Aguilera en los
lugares citados.-Capmany, Mem. hist, de la ant. niar, de Bar­ vela la Llustre Fregona, v la de Cip'on y Berganza.
celona, t. ív, p. 16 del apénd. 80 y 81 ■ Historia del P. P. Fr. Juan de la Cruz , L. vit,, c.
21. Cerv. nov. del Lie. Pidriera, y en la del Cur. imperti­ »6, $. □, y c. 1 7, i, 3 y 4- Babia, Hist, pontif, P. IV , c. 3.
nente.-Galatea , L. v. - Persiles, L. 111, c. 19 y sig., y L. tv, 8a. Cerv. Quij. P. I., c. 19.
c. 1 y sig. 89. Zóñiga, Anal, de Sev., L. XV, año i5g6, n. 1.
22. Tamayo de Vargas , indice ms. de librus castellanos en
qa. Espinosa, Hist, de Sevilla , P. Il, L. 7, c. 7. - Pacheco,
la Bib. R. est. Ff., cód. 14--Nuiiez deCaslro, Solo Madrid ¿S Arte de la pint. ,L. I, c. ta, y L. Ill, c. a.- Alfay, Voesías va­
corte, f. 45 v. rias, imp. 1654, p. 3.- Parn. Esp. tom. IX , p. rg3. -Rio»,
a3. Cerv. pro], de las Novelas. Pruebas, n. 44-
24. Cerv. Galatea, L. v. g3. Proceso de Vallad, sns.,- Zapata, Miscelánea, ms. en la
26. Cerv. nov. el Amante liberal , y en la corn, el Trato dé Bibliot. R. est. H.,cód. i#4, f. 44 v.- Gabinete de lectura espa­
Argel, págs. 33g y 3y4. ñola, ns. 1V y v en los próls.
g4- Medina, Grand, de España, edic. 15go, L. II, c. 16.-
34i4°y4I· Quij., P. I, c. 40. Caro, Claros varones de Sevilla, ms. art. de Fern, de Herrera.
42. Haedo, Epit. c. xxt, §§. 3 y 4; dial. 2.°, f. 188 v.; Topo­
graf., caps, g y 46.-Cerv. com. los Baños de Argel, jorn. 3.aj -Pacheco, y/rí. de la Pint., L. Ill, C. 8 .- Cerní, Dicción.,mVs.
р. 170; y côm. el Trato de Argel, jorn. 1.a, p. 2g3» de Pacheco v Jauregui. - Cerv. pról. á las Novelas.
100. Sepúlveda, Hist, de varios suces, de Esp. desde 1 588
45. Rios, Pruebas, n,3o. Hast» i6o5, ms. t. IT, c. 8, año 1600.- Quevedo, Grandes ana­
5a. Gradan , Trat, de la redención de Cautivos , c. ill. -
Cerv. coin, el Trato de Arg. , jörri. 5.a, p. 366 ; Quij. , P, II, les de quince dias, en el Seman. erud.,t. I, p. >7^ y s*g.- »Ma­
riana, dedicat, de su Hist, de Esp. á Felipe, nt, y eu su carta á
с. 63. Miguel Juan Eodr' ó Vimbodí.-Mesa, Bimas, al fin riel Patron
53. Aranda , Pida del P. Fern. Contreras , imp. en 16924
L. h,c. it p.agi. de España, f. 216. - B. L. de Argeusola, Rimas, f. a38.- Cerv.
5y. Cerv. prol. de las Novelas , y en la del Amante liberal , Petites, L. Ill, c. 11.
CITAS Y NOTAS
101. Rapin, Réjlexions surta Poétique: imp. en Amster- A LA PARTE I. 4-5
dau, 1686: 28, t. 11, p. ao5.- Rui Díaz, varia á Ríos en las
n4 al 118. Proceso de Vallad, en i6o5.-Pellicer, p. de C.i
Pduebas, 11. 54- p. cxvi hasta la cxxxi.
102. Pellicer, Pida de Cerv., p. xcv. -Rui Diaz, carta d Ríos.
103. Cerv. en la dedicat. y en los principios de la Parle I
120. Cerv. pról. de sus Comedias.
del Quij. - Ríos, Pida de Cerv., n. 3g. - Mesa , dedicat. de sus 122. Ríos , Pruebas, n. 3o.- Proceso de Vallad, en i6v>5.-
Rimas, imp. en 1611 al 611 del Patrón de España. Pelücer, F. de C., p. ccxm y eexv.
i2.(. Pellicer, Notic. literar., Pida de L. L. de Argensola,
104. Ríos, P. de C. núins. 4> y 42- ns. 29 y sigs. : en la de 13. L. de Argens. n. 15; y en la de Cerv.,
ii>5. Ríos, P. de C. núms. 44 y 48- - Carta de Rui Diazya p. cxxxvit.-Suarez, Hist. de Guadixy Baza, p. 323.-La Puen­
citada. te, Diario hislór., t. 1, p. 32 y sig.
106. Pellicer, P. de C , p. xciv.- Disc. prelim., p. x.~ Vi­
ves, Insidie. de la muger cristiana, L. 1, c. 5,- Praef. ad lib. (le 125. Mesa, Rimas, al íiu del Patrón de España , p. ¡So,
caus. córrup. art., el L. íl iu fine.- Cano, de Locis theologicis, 182 y otras.-Figueroa, el Pasag. f .878 v. y sig.
L. 11, c. 6. - Venégas, en la exposición del Momo, conclusión 126. Plage al Paru. , c. til.-Calatea en el canto de Ca—
2.a, y en su Trat. de orlograf. P. II, c. 3.°-Mexía, Hist. Im­ liope .
per. en la vida de Constantino, c. i.°- Ulloa, Cornent. de Plan- 126. Piage al Parn. , caps, vil y vm.
des, imp. en i56g, 1. 65 v. - Granada, liitrod. del Símbolo de 128. Villegas, Eróticas, P. 11, eleg. 5.a y 7.“-Lope, Lau­
la Fe, P. II, c. 17, pról. sobre la hist. de los Mártires.-Arias rel de Apolo, silva 111.
Montano, Reí. L. 111.-Malón, Convers. de la Magdalena, pról. 130. Quij. P. 1, c. 32, 35y 47; y P-II, c-3y 44-_ Me|lra|,°,
Dial, de las Lenguas, p. 158. -Rui Diaz en su cartaá Ríos. Silva curiosa, cdic. de Paris de 1608, en 8.°-Biblioteca liul-
107. Quij., P. 11, c. 32. telliana ó de Carlos Bulleau, p. 44®-
108. Mayaris, AA r/e C'. ns. i43y i44-~^‘OS, Anal, del Quij., 131. Cerv. , pról. y dcdicat.de las 2V¡)i>e7as.-Mayans, P.
art-vi,ns. 167 y sig.-Pellicer, Disc. prelim.,i.v y v.-Lope de C. , 11. i5i.-Lope de Vega, dedicat. de su i.a novela .-ñ\e-
de Vega, dedicat. de sus Novelas.- Rapin , Réjlex. sur la Poé­ llaneda, pról. de su Quij.- Eigueroa, el Pasagero, alivio 11,
tique, §. 28. -Moreri, en su Dicción, art. Cervantes. - Torres , f. 88.
el Ermitaño y Torres, P. 11 de su Pida, p. 26. 132. Cerv. Novelas, en las aprobaciones y licencias de las
loy. Paria, Cornent. á las Lusiadas, cant. IX, f. 60, sobre la primeras ediciones.-Lope de Vega, dedicat. de su Novela 1 .-
oct. 26.-Vollaire, en sus Misceláneas.- Ríos, Anal., art. 1, ns. Pellicer, P- de C. , p. cxli y cxi.v.
3 y 4-_ Pellicer Disc. prel., §. iv, p. xxxvi , y sig. -Eximeno , 133. Ariosto, Orlando furioso, cantos y 42'-l’eliicer,
Apología de Cero.: imp. en Madrid año 1806 , p. i4- - Caria nota al c. xxxm, P. Idel Quij. tomándolo de Bowle, p. 116
crítica sobre la obra del Quij. y el análisis que la acad. Esp. ha del t. desús Anotac.
hecho preceder á sus últimas ediciones , ins. 134- Gabinete de lectura española, ns. iv y v.-Arrieta,
Espíritu de Cerv., p. 1 g5 y en la Advertenc.—Cerv. , novela
1 10. Quij., P. 1, c. 48. - Sarmiento, Discurso sobre el mé­
todo que debe guardarse en la primera educación de la juven­ el Zeloso Estremeño, y en los versos del Donoso d Sancho
tud, escrito en 1768, é impreso en el Reman. erudito, t. xix, p" Panza al principio de la P. I. del Quijote.
135. Mr. Lefebure de Villebrune, seconde Guerre Puni­
235.
111. Pellicer, Not. liter., p. 170 ; y Pida de Cerv. , p. CX. que, poème de Silius Italicus, imp. en Paris año 1781, en 8.°,
-Huerta, Lecc. critica, p. xxxv. t. 1, en el prefacio, p. 27.-Bayle, Dicción., t. 1, let. B, p.
112. Proceso de Vallad.en i6o5 sóbrela muerte de D. Gas­ jçyi.—Mémoires pour servir à I’ histoire des hommes illustres
par de Ezpeleta.- Pellicer, P. de C., ps. cxv y cxxxi. Pellicer, dans la république des lettres etc., imp. en Paris año 172g, en
Notic. literar. Vida de tí. L. de Argensola, p. 85.-Espinel, Es­ 8.°,t. vu, p. 14 y sig.-Mayans, P. de C. , n. r5o.
cudero Obregon, re!. 11, dése. 11.-Relación de lo sucedido en 136. Mayans, P', de C. , ns. 73, 153 y 161.—Florian en
Fallad, desde el nacimiento de Felipe ív año de t6o5, p. 8.— Su Galatea al principio, P. de C. y juicio de sus obras.-Huet,
Sarmiento, La verdadera patria de Cerv. , ns. ja, 120, 121 y Traité de P origine des romans.
122,-Figueroa, el Pasagero, fs. 290 y 302. 137. D. Garcia de Silva, Comentarios de la embajada al
113. Relación de lo sucedido en Pallad, etc., año de i6o5, Rey Xaabas de Persia, año 1618, L. v.-Discurso histórica
ps. 1, ¡4, 18, 22, a3, a5, 3o, 35, 38, 3g, 42 y jb.- Relación dv sobre el arte de navegar , iinp. en 1802, p. 5o y sig.
la jornada del condestable de Castilla á las paces entre España >38. Ciruelo, Reprobación de las supersticiones y hechiu»-
é Inglaterra eic., p. 20 y sig.-Espinel, Escudero Obregon, re- rias, imp. en 154o, P. II, c. i."-Cetv. Quij. , P. ti, c. 25, 5.8,
lac. 11, dése. 11, p. i43.-Céspedes, Hist. de Felipe ir, L. I. tí. !• 62 y otros.—Novela, el Lie. Fidriertt, y en ol Coloq. de 7<ñr
-Gil Grtmz. Davila!, Hist. de Felipe m, L. II, c. 19. Perros.-Rulo de fe celebrado en Logroño en los dias 7 y 8 dé
nov. de 1610: imp. en Logroño por Juan dé Mongaston en
A LA PABTE 1.
CITAS Y NOTAS 47®
64 65 rsigs. -El P. Pedro Murillo Velarde , Geograf. hittór.,
iGi i.-Pedro de Valencia, Discurso acerca de los cuentos de t. X, p. - Pellicer, P. de C. p. CLXil. -D. Plácido Guerrero,
las brujas, dirigido desde Madrid en .10 de abril de iSn el Tentativa de aprovechamiento crítico, imp. en 1785, p. xxv.
limo. 3r. O. Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal arzobis­ 153. Quij., P. 11, caps. 61 y 70.- Mayans, V. de C., 11. 64.
po de Toledo, inquisidor general de España, rías. - Lalasa, Bibliot. nueva de Escril. aragoneses, t. n, art. aya. -
* i3q. Vloi ian, Pida de Cerv. y juicio de sus obras.- Cer v. Quevedo, Anales de guiñee dias en el Sem. erud., t. 1, p. >4^.7
en la»’novelas citadas,-Pellicer, P. de C., p. cxttt y sig.-Fi- 177. - Obras satíricas del conde de Villamediana, ms. .- déci­
gueróa, el Pasagero, alivio 2.0, f. 78 v.-Munarriz, Actor. de mas á los privados de Felipe III. - Cerv. nov. Coloq. délos per­
Blair, lee. 33, t. ni, p. 3o5.-Andrés, Orig., peog. r est. ac­ ros. - Lope de Vega, aprob. á las Rimas de los Ai geusolas.
tual de la literatura, I. ¡v, c. y.-Capinany, Ttat. déla eio- 154. Cerv. Piage al Parn., y en la nov. del Lie. Pidriera.
cuencia, t. IV, p. 4^9 I 434- , , ■1 ■ ■ ■ -Ríos, P. de C. , n. 64 y sig. - Pellicer , P. de C. p. clxvh.
140. Carla publicada en el correo de Madrid injuriosa, a - Mayans, P. de C. , ns. 166 y sigs. - Figueroa , el Pasagero,
la buena memoria de Miguel de Cervantes. Reimprímese con
alivio 11, 1.83. , ... r> , 1 m
notas apologéticas fabricadas á espensas de un devoto que 155. Fue O- Rodrigo de Tapia lujo del Lie. 1 edro de 1»-
las dedica al autor del'D. Quijote déla Mancha: imp. en Ma­ pia, del consejo real, natural de Madrigal, de mucho favor c in­
drid por Sancha año 1788. El autor de esta apología lúe el eru­ flujo en la corte mientras duró el reinado de fcelipe 111, y de su
dito bibliotecario del Rey, IJ- Tomas Sánchez. -Pellicer, Axzi- inuger L)oña Clara de Alarcon y Luna , natural de Coja.
men crítico del Anli-Quijote-. imp. en 1806.-Mayans, P. de C- , 156 al 158. Cety.,Adj. al Parn. y en el pról. de las Co­
ñ. r 5o.—Cerv. , Amge al Parn. , c. iv,y en el prol. de las l\o- medias. , ,
^41. Andrés, Orig. , prog. y estado actual déla literatura, 189. Nasarre , pról. á las coni. de Cerv. , edic. de 1749* “
Lampólas, Ensayo histérico-apologético, t. vi, disertac. vnl,
t. ív, c. 7.—Munarriz, Ret.de Blair, lee. 33, t. m,p* 3o5.-Sati-
tibañez, Traduc. de las nov. de Marmontel, pról. p. vil. 160. Quij., P. I, c. 48 , y Pellicer en sus notas. - Rojas,
143. Quij. , p. 1, c. 48-Garces, Fundam. del vigor y eeg. Niage entretenido t. 1, p. 112, - 1’ igueroa , Plaza universal,
de la lengu.. castell. pról. al t. 1, p. vnl y XII, y «1 el pról. al disc. xei , f. 3a3. v. ..
14]. Pellicer,/7. de C. , p. cv y sig. - Iulio Columbario, 161. Cerv., pról. á las Comedias, Quij., 1 . II, c. 11; y 1 e-
llicer en sus notas. - Lope (le Vega, Arte nuevo de hacer come­
Exposlulatio Spongiae, imp. en 1618 y su Apéndice-Mesa, Ri­ dias. - Rojas , Piage entretenido, t. 1, p- 106 y 112. - Huerta ,
mas, imp. en 1611, f. 187 y ai6 v.-Artieda, Dtsc. y Epigr. t. Teatro español, pról., t. 1, p. XV, y pról. á la 1 . IV , entreme­
87.-Villegas, Eróticas, epíst. vn.-Figueroa, el Pasagero, ali­ ses. - Florian , Juicio de las obras de Cerv. al principio de
vio 3.°, f. io3 v. , y I. 108.—Mayans, P. defi. , n. 72—fcorner, su Calatea. - Arrieta , Espíritu de Cerv. en la advertencia,
Reilex. de Tome Cecial, p. 118. p. xxix.
145. Figueroa, Plaza universal, imp. en 1615, diso. XCI , p. 16a. Pellicer, V.de C. p. ci.xxxvm; aunque creyó con equi­
121. Esta obra estaba aprobada para la impresión á principios vocación que poi que se publicó aquel libro en 1615 liabiamsido
en el mismo año la beatificación y las fiestas..
147. Avellaneda, pról. á sd Quj.- Cerv. pról. á la P. 11 del 163. Autillon, Noticias histór. de los amantes de leiuel,
Quij , y en los caps. 5g, 72 y 74 de «lia. -Mayans , r.d« G’., imp. en 1806 , art. III. ix ,
ns. 64 y sig. - R-ios 1 P- de C. , u. 85. - Pellicer, P. de C. , p. 164. Quij., P. 1, c; 52. - l’ról . de las dovelas. -Dedicat. de
i5<f. Publicóse la traducción del Quij. de Avellaneda por las Comedias.-Principios de la P. H del Quijote.
165. Avellaneda , pról a su Quij. - Cerv. , dedicat. de la
Mr. LeSageen Parisen casa de la viuda de Claudio tíarlnn, año P. 11 de »u Quij:, en el pról. y en vanos caps, desde el 5g.
1704, en 2 milis, en 8.° - Mayans, P. de C., n. 65. - Ríos, A. 166. Cerv, pról. á la Calatea. -Quij. , P. II, c. 62. Car­
de C. , m 95 y sig.-Pellicer, P. de C., p. ccxvi citando la» ee* , Fundam. del vigor y elegancia de la lengua castell. t. 1,
Adiciones mss. de D..Juan de triarle a la B1bl10t.de&>cul. Ant., prdl.,¡p. XVI1, XIX, xxlv, XXVI etc., y t-11, pról., pags. ív. xn etc.
y en las notas al c. xxn (lela P- tí del Quij.-Diario de los.'la­ - Ilorat., Arl.poel. v. 58 y sig. - Anas Montano, L, 111, helor.
bios del lunes 31 de marzo de 1704, f. 207 ,y al principio de - Quiuldiano , Insl. Oral. , L. 1, c. xt. Ríos, Anal., art. v 1 , n.
las ediciones de Avellaneda de 1782 y i8o5. - Torres, el Ermi­ 1 12. - Torres, el Ermitaño y Torres, p- 26.
taño y Torres , P. 11 de su vida. - Diclion. des hom.dlusl. t. 167. Mayans, Orig. de la lengua castell., t. II, Dial, de las
nlI52. JJR¡os,r, de C., n. <|5- Meol. Ant. Bibliok. nova, art. leng., p, 127. - Mendoza, Guerras de Gran., i,, m, n, 7, y Er-
cilia, Arauc., Cinto v, según Carees en el pról. del t. 11, p. xi, -
AlpLtousus Fernandez de Avellaneda. - Mayans, A7'. de C. u*.
CITAS Y NOTAS 4/9
478 CITAS Y NOTAS t. 1, p. 447: E X11G P- 354:,t. XVII, p. 402.-Gótigora , Obras,
Coloma, Guerras rie Flandes, L. v. - ürrea, Dial, de la verda­ p. 128, 208y otras.- Mesa, Rimas, p. i5o y sig.- Pellicer, Pida
dera honra militar , P. 1, p. 3. -Figueroa , el Pasagero , f. 28 de L. L. de Argensolá, pags. 3, 10 y otras.-El misino, pideC.
v. - Rojas , Teór.y práct. de Fortificar., nnp. en ¿598, P. Il, p. cxxxvu.-Espinel, í’scurZero Obregon , relac. i.a dése. 23,
c. 1Granada, Orac.y meditac., P. I. p. io3, yen la dedicat.-Villegas, Eróticas, P. II, elegías j.“
168. Pinelo , Anal, de Mad. mss., año i6i5.-Voltaire, V 8.a-Barbadillo, Estafeta del Dios Momo en la dedicat.-Es­
Théàt.rfe Corneille, Pref. hist. sur la trag. el Cid., t. 1, p. 98 de pinosa, Hist. de Sevilla, P. II, L. 7, c. 6y 7.-Sandova], Obis­
la edic. de 1776. - Padilla , dedicac. de su traduc. de la ZZLz. de pos de Pamplona, p. i3g.- Nida de Ambrosio de Morales, edi­
Etiopia, imp. en 1567. - Palón,pról. desu Elocuencia Española. ción de sus obras 1792.-Jimena, Anales de Jaén, p. 5o t.
- Hiál. de las lenguas , p. 4- - Ludovico Domeniqui , Razona­ 182. Barbadillo , ib.- Ríos , V. de C., n. ro6, y Anal., art.
miento sobre las empresas de Jovio, imp. en i56i,p. 175.- »x, n. 3og.- Paria, Coment. á las Lusiadas, canto íx , oct. 26, £.
Cerv., Persiles, L ni, p. 163. -Salazar , Espejo general de Cra­ 6o.-Cerv. Quij , P. II, caps. 62, 68, 73 y otros.
mât. etc.- dia 3.° de los diálogos, p. 63 y sig. - Florian , intro­ r83. El entremes de Avila se halla en la octava parte de las
ducción á la Celestina. Comedias de Lope de Vega, imp. año 1617.-Pinelo, Anales de
169. Mayans, V. deC., n. 56. -ltios, V. de C. ,n.io4, ci­ Madrid mss., año 1637.-Mr. Trnblet, Ensayos de literatura y
tando en las pruebas n. 78 a Porteño; Dichos y hechos de Feli­ de. moral.
pa III. - Pellicer V. de C., p. xclx. 184. Cerv., pról. de las Novelas: Piage al Parn., c. ív, p.
172. Huet, Traité de l’origine des romans , p. 174 , edic,. 54: dedicat. de la P. II del Quij. - Mayans, V. de C. §§. 176 ,
de Paris, año 1711.- Rapio , Réflex. sur la poétique , §. 28. - 178 v 182.- Huet, Traite de l’origine des romans, p. 13 y 68.-
Gayot de Pitaval, Caus cèlèb., p. 353 dei loin, vm, edición de Florian, Juicio de las obras de Cerv.
la Haya de 1749- Saint -Evremont, OEuvres mêlées : épître à r85. Cerv., pról. al Pensiles.- Pellicer, V. de C., p. eexiv.
M. le Maréchal de Crequi, y en otros lugares. - Du-Bos Réjlex. 186, 187 y 188. Cerv. pról. y dedicat. al Persiles.- Puos, V.
crit. sur la poésie et sur la peinture, P. I, sect. xm ai fin.-Rous­ de C. , n. ri3.
seau, según Quintana en la Notic. de. la P. de C., p. xxv. - 189. Bowle , pról. a' las Anotaciones, p. íx. - Florean V. de
Florian, pról. á su traduc. del Quij.-Montesquieu, Lett. Pers., C., al fin.
lettr. 78.-Pellicer, P. de G., p. ci y sig. citando la Bibliot. Bri­ igi. Cerv., pról. délas Novelas.-Pról. déla Acad. á la edic.
tánica y las Reflex. de Du-Bos, 1.1, p. i3g.- The Works of Ale­ del Quij. 1780,-Cean, Dicción., arts. Jáuregui y Pacheco.
xander Pope, vol. iv, p. 69. - Van-Ei’en , Le Misanlrope , t. 11,
dise. 87.
iy3. Mémoires de l’Academie des sciences etc. , nouvelle­
ment établie à Troyes en Champagne. Imp. à Troyes, 1 756, iu
8.’ t. 11, p. 19.
1 74- Pellicer, P. de C., p. cr.xxxm.-Cerv. Quij., P. Il, c.3.
175. T.e Pour et Contre, ouvrage périodique d’uu goût nou­
veau etc. Par l’auteur des Mémoires d’un homme de qualité, t.
xm, n.° ci.xxx, p. 65.
176. Pellicer, P. de C.,p.CLXxxv v sig.- Espinel, Casa de
la Memoria, y eu los principios de su Escudero.-Gerv. Canto
de Caliope en Ja Calatea.- JPiage al Paru., c. 11, y en la Adjun­
te..- Barbadillo, dedifiat. de la Estafeta del Dios Momo.
177. Figueroa, el Pasagero, fols. 87, 6 , 101, io.3 , ii5,
1 r8, 210, 378 y otros.-May ans, pról. de la Filida, p. r.xxxi y
sig.-Gerv., Quij., P. II, c. lxii.-Aüige al Paru., p. 24--Salas
Barbadillo, dedicat. de la estafeta del Dios Momo.-Pellicer, V.
de C-, p. cxc.
178. Gerv. pról. á la P. II del Quij.- Pliage al Paru., c. 2
y 8.- Rojas, Plage entret., loa de la Comedia.-Lope de Vega,
al fin del Peregrino.
180. Gonz. Dâvila, Hist. de Felipe ni, L. 11, c. 54.-Figue-
roa, e.l Pasagero, f. 3y8 v.- Lope de Vega, Colecc. de sus obras,
t>P. LA PARTE K. 475
notas y autoridades la pila e! licenciado Cristóbal Bermudez; testigos Pedro Martí­
nez del Arroyo, é Francisco Sánchez, clérigo de Fuente el
PKÜEENéCIENTEÁ A LA PARTE II POR EL ORDEN DÉ LES HE^
Saz.—El Br. Serrano (11/ j'ol. 177).»
CLAMOS COLOCADOS EN ELLA. Á.a «Domingo nueve dias del mes de otuhie, año del Señor
de mil ó quinientos é cuarenta é siete años fue baptizado Miguel,
i Pruebas^ n. i.° 2 V. la p» 333.2=^3 V. la p< 33 r • hijo de Rodrigo de Cervantes é su muger Doña Leonor; fueron
4 Ríos, Pruebas, n. i, y Pellicer, Not. liter., p. 3i 8. sus compadres Juan Pardo, baptizóle el reverendo Sr. Br. Serra­
5 El Sr. D. Nicolás Amonio Hereder o, cura de la parr oquia no^ cura de nuestra Señora: testigos Baltasar Vázquez Sacris­
de Santa María la Mayor de Alcalá de llenares, contestando al tán, éyo que le baptizó é firmé de mi nombre.—El Br. Serrano
Sr. D. Tiburcio Hernández, por carta de. 23 de junio de 1811, le {al j'ol. igau.).»
decía entre otras cosas: « he registrado los libros de este archi­ «Cditcuerdan estas partidas coa sus originales, á que me re­
vó en que existen las partidas que van adjuntas, y que pueden mito. Alcalá de Henares a3 de junio de 18x1.“.Dr. D. Nicolás
dar lugar á algunas investigaciones sobre las variantes del ape­ Antonio Heredero y Mayoral.»
llido de Cervantes. Este se encuentra unas veces en esta su for­ 6 Ascendencia ilustre del famoso Ñuño Aljoriso, imp. en Ma­
ma usual: otras se halla escrito Careantes, ó tai vez disimulada drid año 1648, f. último.
la vedilla , C’arvimtes... La partida de Rodrigo, hermano de 7 Laurel de Apolo, silvas 5.a y 8.“
Miguel... creo sea la de Andrés, cuya cifra algo embrollada ha 8 Obra ins. que se conserva en a. ts. f. en la Bibiiot. Real,
podido dar lugar á esta equivocación.' en la partida no queda du­ intitulada, Junta de libros la mayor que jamas ha visto Españas
da de que no es Rodrigo, por la confrontación de caractéres de año de 1624, art. Miguel de. Cero. ¿¡aavedra.
padre é lujo , ni parece puede leerse sino Emires... En la de g Letanía mor A, p. 482, hablando de Toledo dice:
Miguel hay alguna variante de como se publicó por el Sr- Pe­ O clarísimos varones,
llicer, asi en la a del apellido como en las ee en vez de «, en la Gerarquías de su coro,
De sus pies dominaciones,
puntuación etc.» A ia Patrona que adoro
Certyñacion comprensiva de las indicadas partidas. Sagradle estas oblaciones.
Pero, Leocadia, ya al son
« El doctor D. Nicolás Antonio Heredero y Mayoral, del gre­ Del Tajo en arenas de oro,
mio y claustro, y catedrático de elocuencia, de la Real univer­ Un Cervantes y un Chacón
sidad de Alcalá de Henares , cura propio de la parroquial de \ ierten del pico sonoro
Santa María la Mayor de la misma ciudad , certifico que en el Dulzura y admiración.
libro primero de bautismos de esta parroquia, que principia en Y al fin en el Enquiridion de los ingenios invocados, que es 1:0a
4 de enero de i533, y concluye en marzo de ^5i, sé hallan la» especie de índice de los que se nombran en la obra, se espresa:
partidas siguieutes: CervanteS-el dignísimo poeta español, autor de 1). tpuijote.
1. a «En doce dias del mes de diciembre de mil quinientos Nótase qucPcdro Chacón,á quien cita juntamente, era natural
cuarenta y tres años fue bablyzado Andrea hijo de Rodrigo Cer­ de Toledo, donde nació en ¡¿27, y murió en Roma a 28 de oc­
vantes é su muger .Leonor de Cortinas, fueron padrinos Juan tubre de i58i cotí gran crédito por su vasta doctrina y erudi­
de Medina Sacristán, testigos la de Barreda é la del licenciada ción (Nicol. Ant. Biblipt. hispí}. El autor era vecino de Murcia,
Frías: babtyzóle ebseñor bachiller Serrano, cura. “El Br. Sei- y escribió su libro antes de itíio, aunque no se publicó has­
rano ( al jol. 187 ). » ta 1613.
2. a «En veinte y cuatro días del dicho mes , año susodicho 10 Iiibliot. kisp. art. Micluiel de Cero.
(noviembre de i544) bautizada una hija de Rodiigo de 11 V. la p. 41a 8e esta A", de C.
Carvantes y de Doña Leonor su muger, que se llamó Andrea, y 12 Analí de Seo. , L. xv, ano i5g8, §. 3.
fue compadre mayor Melchior Méndez y Luisa de Cbntueras su 13 Rodrigo Caro, aunque natural de Utrera, se crió siempre
muger, y bautizóla el Sr. bachiller Serrano, cura en esta iglesia en Sevilla. Bautizóse en aquella ciudad domingo 4 de octubre de
de Santa María.— El Br. Serrano {al j'ol, i54).;»_ i5y3, y murió en esta á nueve de agosto de 1647- lie vicario
3. a « En veinte y cinco de agosto de mil é quinientos y cua­ general, visitador de algunos partidos etc. Una copia im>. de la
renta y seis años, este día el Sr. bachiller Serrano bautizó una obra que citamos se conserva en ia academia.de la Historia.
hija de Rodrigo de Cervantes é de Leonor de Cortinas su mu­ 14 Para averiguar el origen de esta tradición escribimos en
ger, la cual se llamó Ljoisa; que fue su padrino que la tuw en 4 de abril de x8o5 á nuestro antiguo amigo D. Miguel Alvares:
de Sotomayor, sugeto muy recomendable por su huen gusto en
32
476 NOTAS ¥ AÜTCS1 ilAOFS DE LA PABTE It. 4?7

b literatura, á quien «u residencia en Lucena proporcionaba (tea- 33 Sarm. La verd. pat. de Cero. §§. 97 y sigs. Ríos, Prue­
empeñar completamente este encargo; y contestando en g de bas, n. i.°
mayo siguiente, manifestó se habían practicado cuantas inves­ 34 «Francisco Fabuel Caballero , vecino de] esta villa de
tigaciones fueron posibles, resultando de ellas que reconocidos Consuegra , notario ¡ úbiieo apostólico^por la curia romana con
los libros de desposorios desde el año 1564, en que principian, las debidas aprobaciones , y mayor de la vicaría general ecle­
basta el 1610, y los de bautismo desde 15ig hasta el 1600, no se siástica ordinaria de la sagrada y militar religión y su gran dig­
halla en ninguno el apellido Cervantes, y solo en los últimos nidad prioral que goza S. A. el Sermo. Sr. real ¡oíante D. Pedro
dos partidas de los años 1556 y ¡563 en que aparece el de Saa­ Carlos de Borbon, mi señor, en estos reinos de Castilla y León,
vedra. certifico: que á virtud de órden verbal del 5r.¿br. Don PioRa-
¡5 D. J. A. Mayans, pról. al Pastor de Fllida, p. xxxv, fael Sánchez de León, del hábito de San Juan , vicario general
tedie, de Valencia, año 1792. y visitador eclesiástico ordinario de las iglesias regulares , ermi­
16 D. G. Mayans, en la dedicatoria á milord Carteret, dice: tas, hospitales y súbditos de la misma sagrada religión en estos
«Ub tan insigne escritor como Miguel de Cervantes Saavedia... dichos prioratos , pase recado á Fr. D. Francisco Gregorio de
»0 tenia hasta hoy escrita en su lengua vida propia. Deseoso Tejada, del propio hábito, cura prior de la parroquial iglesia de
V. E. deque la hubiese, me mandó recoger las noticias pertene­ Santa María la Mayor de esta citada villa, para que me franquea,
cientes á los hechos y escritos de tan gran varón.» se los libros del archivo de la misma iglesia ; y en efecto , ha­
17 En la misma dedicatoria... «Y reciba \ . E. estos apunta-* biéndole abierto y reconocido los pertenecientes á bautismos ce­
mientos como cierta y perpetua señal de fa gustosa y pronta obe­ lebrados en ella, hay uno que principió en el dia 6 de enero do
diencia que profeso á V. E.» Y enel§. 18a: «Mi fin solo ha sido 1553, y concluyó en fines de diciembre de 1564, el cual se ha­
obedecer n quien debia el obsequio de recoger algunos apunta­ lla empergaminado y foliado , y es de marca regular, y á la foja
mientos para que otro los ordene y escriba con la felicidad de es­ 62, la Lercera partida dice al margen, desleirá menos antigua que
tilo que merece el sugete de que tratan,'» la del anterior, lo siguiente: El autor délos Quijotes. Y dentro,
16 Fid. de Cero., §§. 4, 5, 6 y 7. á saber : « En primero del mes de setiembre de mil quinientos
ig D. J. Ant. Mayans, lugar citado. cincuenta y seis años, yo Diego Abad de Arabe, clérigo, bapti­
eo Nota ála p. »4455' los documentos en las pags. i8Sy sigs. cé á Miguel, hijo de Miguel López de Cervantes, y de su mugen
ei Seman, erudito, t. xxi, p. 263. María de Figueroa: fue su compadre Rodrigo del Alamo, y co­
aa El Sr. l'ellicer dici noticia de esta relación y de su descu­ madre su muger Locía Alonso ; en fe de lo cual lo firmé de mi
brimiento en sus Notic. liter. , p. ¡44 y en la ^5 de C. en una nombre — Diego Abad , clérigo. » — Concuerda la partida de
nota á la p. I.xtx y sig., concluyendo con que de este hecho re­ bautismo compulsada con su original, á que me remito; el cual
sulta <pie el descubridor déla patria de Cerrantes Jue D. Juan con los demas libros volvió á colocar en el citado archivo el
de triarte-. mismo cura prior que aquí lo firma. Y para que conste y obro
«3 Carta de 20 de agosto de 1772, que publicó Pellicer en la los efectos que hubiere lugar , lo doy por testimonio, que en fe
p. 186 de sus Notic. ¡iterar. de ello signo y firmo en Consuegra , y mayo 27 de ¡8o5.~Fr.
a4 Mondano. Disc. a." sóbrelas Trag. españolas, p. g. D. Francisco Gregorio de Tejada. ~ En’testimonio f de verdad»
Flores, Aduana critica, t. 111, n. a6, p. 262. Francisco Fabuel.»
.a5 Sarm. ha verdad, pal. de Cerv.^. t¡6. La nota marginal de esta partida no acrecienta autoridad
c6 P. 1, c. ag. ni fe alguna , por ser de letra jnoderua , y pudo ponerla cual­
Copiólo también Ríos, Pruebas, n. i.° quiera que sin tener noticia de las partidas encontradas en Al­
a8 Obras mss.del P. Sarmiento en la bibliot. del duque de calá y Alcázar de San Juan, ni entrar en cálculos cronológicos,
Medinasidonia, voi. 17, f. 56o, n. 7327. Los veinte pliegos que se persuadiese fácilmente del mejor derecho que tenia Consuegra
cita en este lugar son sin duda la noticia de la verdadera pà­ sobre los pueblos que antiguamente se disputaron la patria de
tria de Cervantes y conjetura sobre la ínsula Barataría , que Cervantes. Asi había sucedido á D. Blas Nasarre, que pasando
'escribió y se conserva manuscrita. á la Mancha con una comisión del duque de Ilíjar , y viendo la
sg . 4o y 43• — 3o Notic. ¡iterar, p. 188 y sig. partida original de Alcázar de San Juan, le pareció en aquel mo­
3i ZW.sc. a.° sóbrelas Trag. pspañolas, p. 10. mento tan indisputable el derecho de este pueblo , que no tuvo
3a Publicáronla Ríos en el ñ» t.° de sus Pruebas-, Pellicer reparo en ponerde su propia mano la espresada nota,¡aseguran­
en la p. tgo desús Notic. literal'., y Elorcs en la p. 264 del n. do que aquel fue el autor de la historia de D. Quijote.
c6, t. £££ déla Aduana crítica ; y desde Alcázar de San Juan 35 Ríos, n. i.° de sus Pruebas-, si bien las razoues en que
so nos remitió una copia testimoniada á t.° de marzo de »8o5, fundó su demostración para la resolución de este problema
que os igual á la publicada. las tenia meditadas y entendidas desde ty65 para saúsfaaer al
478 NpTAS ¥ AUTORIDADES DE LA PARTE 11. 479
Al. Cano, que se inclinaba al partido de Alcázar de San Juan. los cuerpos sabios deque fue individuo, y del lugar preeminen­
36 La verdad, pal. de Cerv. §. 1 i3y sigs. te y honorífico que estos le han dado entre los escritores caste­
¿7 Gaiatea, L. a. tzx .38 Pruebas., u. 1 .° llanos de nuestros tiempos.
3g Tenemos en nuestro poder las certificaciones de estas 46 Pellicer , P. deC., p. t.V. La fecha de esta carta es de 8
partidas dadas en Alcalá á a3 de junio de 1811 por el citado Don de agosto de 1778.
Nicolás Heredero, y por I). Gabriel Herrero, teniente cura en la 47 Pág. xxxn del índice de las poesías.
parroquia de San Pedro, á 3o de abril de i8o5, 48 Sedano , Para. t. í 1, p. vm, y t. ix , p. vii. Rios , Me­
4o En el archivo de esta ilustre cofradía existe un pleito se­ morias de Villegas: carta á Iriarte de 15 de agosto de 1778 en el
guido porell 1 contra el colegio de Santa Catalina Mártir de los diálogo Donde las dantas loman, p. 2ag.
Verdes, ame el rector de su universidad sobre la evicciou y sa­ 4g Para. t. lii, p. xvii, y al principio del t. vi.
neamiento de un censo, cuyos autos principiaron en 25 de no­ 50 Iriarte, Donde las dan las toman, p. 179 y sigs.
viembre de 1698, y en ellos se. encuentran documentos y noti­ 51 Pág. 6 del t. de las Anotaciones.
cias referentes a Doña María de Cervantes , como consta de la 5a Pág. xii del pról.á las Anotaciones.
certificación que obra en nuestro poder , espedida en Alcalá á 53 Pág* 167 del tomo de las Anotaciones.
20 de agosto de i8o5 por D. Mariano Concepción Calleja , se­ 54 No hemos podido ver la primera y única edición que hi­
cretario de la misma cofradía. zo Moreri en 1674 en un tomo en folio; pues habiendo fallecido
4< El original del fuero , escrito en vitela , se guarda en el á 10 de julio de 1680 á la edad de 3y años, la segunda edición se
archivo de la ciudad, encuadernado a continuación de otro fue­ publicó ya muy añadida al año siguiente, y después se han mul­
ro mas antiguo dado por el arzobispo D. Raimundo el año 1 135; tiplicado y adicionado hasta llegar a formar una biblioteca de
y la existencia del licenciado Cervantes consta en informaciones muchos volúmenes. Pero es muy regular que citando en el ar­
hechas ante él , insertas en protocolo de escrituras de Juan de tículo de Cervantes la Biblioteca hispana de D. Nicolas Antonio
Montoya: hoy están en el de Francisco de Huerta. Ambos ori­ y su vida, impresa con ias novelas en Lausana en 1744 1 como
ginales los vió D. Mariano Concepción Calleja, según certifica­ las fuentes de ias noticias que en él se dan , sea dicho artículo
ción suya de 20 de agosto de i8o5. obra de los continuadores, y no de Moren,que murió antes de
4'a Tenemos á la vista las cartas originales del M. Cano, de que se publicasen estas obras.
las que publicó Rios algunos en el n. 1 de sus Pruebas. 55 Ríos, Anal., art. vn , §§. 167, 186, ig3 y 226. Garces,
•e> Respuesta del M. Cano de 18 de setiembre de 1765 en el Fundamento del vigor y elegancia de la lengua castellana , t.
. lugar antes citada. 11 en el pról., p. xxiv y sig.
En el n. a6 de la Aduana critica se incluyó una carta so­ 56 Appendix III, p. 227.
bre la patria de Miguel de Cervantes Saavedra, cuya fecha en 57 Pág. 227. Después de citar en la nota primera á Mayans
Madrid a i3 de febrero de 1765 parece equivocada por las razo­ y á Pellicer como escritores de la vida ¿le Cervantes, añade: « El
nes que dejamos expuestas. Sin embargo, su autor se hace cargo Vincentius de los Rios, academiarum Hispana- ct Historia: socius,
de todas las que obraban á favor de Alcalá,y cita los escritores vir doctus qui nuper morienS magnum sui desideriuin nobis re-
que en aquel tiempo se habiátS ocupado en estas investigacio­ Jiquil. »
nes. En esta obra se incluyósoiamenieá la p.274 la partida de 58 « Sed omnibus edilionibus palmam praeripit, qua: ab aca­
rescate; y aunque en unanota en la p. 277 se cita la, escritura de demia Hispana adornata est 2 nuper IV voi. 4 charla in. cuiji no­
Adyutorio, se la supone otorgada eu el mismo alio 158o, ha va auctoris vita , el analysi praeclarissirhi luijus operis , quo in
filándolo sido en el anterior de 1679. suo genere nufluin ñeque apud graecos, ñeque apud latinos par
43 D. Vicente de los Rios nació en Córdoba á fines del año ani simile reperitur , sive invenlionis artificium , sive oratióms
<736'0 principios del siguiente, y murió en Madrid el 2 de junio virtutes spectes. »
.■771;. Comenzó su carrera militar en el regimiento de dragones 5g Pág..¡no y sig. := 60 Pág. 434.
de VVilla viciosa el
iliaviciosa agosto de 757, y en 22 dejulio
e< i3o de agoslo de julio de 1760 6i Pág. 435. = 6a Pág. 4^6-— 83 Pág. 4s5.
ascendió á subteniente dei ileal cuerpo de Artillería, donde con­ 64 Déla manière d’ caire, i' hisloire. Second entretien , p.
tinuó sirviendo hasta capitan
tinuô capitán con el grado de leniente coronel.
teniente coroiiel. 2o3, edic. de Paris de 1784 en 8.°
Fue profesor "____
' aquella
........de _____
ciencia ”-D-se
1-O'Î de Segovia:
en el;colegio ha­
se ha- 65 Pellicci-, ZT de C., p. ccn.
lló
¡1(5 durant®
durante la guerragi de Portugal en el sitio y toma de Almeida 66 Ademas de su disertación sobre las antigüedades de Ma­
el año 1762: oh luvo el titulo de cabaile’ro de la (irden deSähtia- drid, y de su Ensa yo de una biblioteca de. traductores españoles,
go en 20 de febrero de 1779; y sus conocimientos científicos , su cuyo segundo tomo parece dejó concluido al tiempo de su falle­
esquisita erudición y buen gusto en la literatura, y la elegancia cimiento, fue autor del lia amen critico del lomo l del ínli-(Jui-
y pureza de su estilo , ie hicieron digno de los elogios de todos jote, qua publicó eu justa defensa de Cervantes.
DF. LA PAUTÉ 11. 4^’
48o SOTAS TI AUTORlDVBftS
67 Bibliot. nova, art. Michael Cervantes. gv -os dicen que la fábrica dél es mas antigua, y que era del
68 Ascend. de Ñuño Alfonso, f. 33 en adelante. tiempo de los godos, salvo que el dicho rey para este efecto lo
6g Entre los mss. de la Bibliot. Real, est. K. cód. 161, existe reparó y adornó.»
una obra inédita intitulada: Memorias de algunos linagís anti­ 74 Metía, eñ la obra citada.-Mendez de Silva, fs. 34 y 35.
guos é nobles de Castilla que va escribiendo Juan de Mena, cro­ 76 Florian de Ocampo en el libro que escribió de ZJziages y
nista de S. A. el muy serenísimo é muy esclarecido príncipe armas, f. 61, que cita Mendez de Silva, asegurando que el ori­
D. Juan el IJ , rey de Castilla e de León, por mandado del muy ginal se guardaba en la librería de los condes de Lemos en Mon­
ilustre señor D. Alvaro de Luna, condestable de Castilla , que tarte..-liades, Cró/i de Calalrava, c. 28, f. 5g.
Dios mantenga. Son unos apuntamientos, que según indica, iba 76 Argote, Nobleza.de Andal. , L. 11, c. 36. Zúñiga, Anal,
escribiendo aquél cronista para la composición de alguna obra de Sev. , L. 11, año 1253.
ó tratado genealógico inas estenso. En uno de sus capítulos tra­ 77 En los privilegios del rey D. Juan II confirmando á su
ta sucintamente délas familias Cervatos y Cervantes, añadien­ tio el infante D. Fernando, hermano de Enrique 111, las mercé-
do que deestelinage escribió cumplidamente el canónigo Juá­ desde Mayorga, Pcñafiel, Olmedo, Cuéllar, Medina del Campo
rez en la epístola con que dirigió al cardenal Cervantes su libro y Paredes de Nava, confirma Frey D. Rui Gómez de Cervantes,
intitulado : Batidlas ¿ grandes fechos de los cristianos contra prior de San Juan, después del maestre de Calatrava, en Alcalá
los árabes de España. ¡Ni D. Nicolas Antonio menciona á esto á it de julio de 1408. (Notic. de Sim. comunicada por D. T.
autor, ni liemos podido hallar otra noticia de su escrito. En el G onzalez).
mismo códice se halla también un Discurso breve del apellido 78 De esLe cardenal dice Juan de Mena en sus Memorias
de Cervantes escrito por el marques de Mondéjar , aunque in­ inéditas: «Agora vive el muy ilustre Sr. D. Juan de Cervantes,
completo; y por lo mismo parecen mas bien materiales ó apun­ que fue obispo, é agora es arzobispo de Sevilla, cardenal de Ro­
tamientos para escribirle. ma, grande señor, c en Su poder he visto muchos papeles deste
70 Las palabras de la crónica coetánea las copia Mondéjar, linage de luengo tiempo, é privilegios é albalás de muchos reyes,
y también Sandoval en su ¿feí. </e Zos reyes de Castilla en la Concedidos por sus muy altos fechos, e conosci a sus hermanos,
de D. Alfonso VII, f. 178 v. é á su padre Gonzalo de Cervantes, éá su madre Bocanegra, fi­
7r Mendez de Silva, f. 3 v., y desde el na al a5. ja del almirante mayorde Castilla Bocanegra, que yacen enter­
7a « Sus armas (dice Juan de Mena) son : de los Cervatos rados en Todos-Santos, eglesia de Sevilla, por fundar alli una
un campo de bleu, que es azul, é en él dos ciervos de oro, é al- capilla.»-Con la autoridad de este escritor coetáneo, que cono­
deredor aspas de oro en campo de sangre; é los Cervantes, como cía al cardenal Cervantes y á sus padres y hermanos, se desvane­
las usa el cardenal, un escudo verde cou dos ciervas de oro, pa­ ce la opinión de algunos, entre ellos Gal 1 ndez .de Carvajal, que
ciendo la una. » Confirma esto Mendez de Silva , que con refe­ le daban por padre el gran prior de la orden de San Juan Ir.
rencia á Argote de Molina ( L. .2, c. 36 ) dice que las armas de D. Rui Gómez de Cervantes , de quien era sobrino carnal; como
los Cervatos son en escudo azul dos ciervos de oro , orlado de consta también (dice Mendez de Silva, f. 3y v.) de su testamento
ocho aspas del mismo metal en campo rojo. Esto indica que Al­ y de la genealogía del protonotario Alonso Gómez de Cervan­
fonso Perez Cervatos se halló con San Fernando año 1227 en la tes, equivocándose igualmente Garibay (11. 16 c. 02), que llama
toma de Baeza ; y como fue en 3o de noviembre dia de San An­ á este prelado D. Pedro. Sobre su patria ha habido no menos
dres apóstol, pusieron en memoria de su aspa los caballeros que diversidad de opiniones: unos le hacen natural de Galicia, y
alli concurrieron por orla de sus armas tau gloriosa insignia. otros de Lora; pero D. Pablo de Espinosa en su llist. de Sev.
Afírmalo Argote L. i.®c. 78. XP. II, L. v, c. 6.), y Ortizdé Zúñiga en sus Anales (L. x, año
y3 El M. Alejo de Venegas en su Breve declaración de las i44g, §§• 2 y 3), se inclinan á que nació en esta ciudad, y Men­
sentencias y vocablos oscuros, que se hallan en su obra Agonía daz de Silva lo dice asi espresamente. Fue arcediano de ella;
del tránsito de lamuerte, cuya declaración escribió en Toledo creado cardenal por Marltno V en r42^; obispo administrador
año 1543, dice ale. 8.°, letra 7’, art. Templarios", «aquí en To­ de A vila, y después de Segovia por permuta con Fr. Lope Bar-
ledo lenian (los Templarios) un monesterio con la advocación Tientos en 1442: asistió al concilio de Basi>ea; nombróle el papa
de Sánelo Servando , que agora se dice el castillo de San Cer­ obispo de Ostia; y por último, aunque contra la voluntad del
vantes, junto á la puente de Alcántara.» Y Covarrubias cu su rey D. Juan, que quería se prefiriese á D. Pedro de Luna, so­
Tesoro de la lengua castellana iinp. en 1611, art. Castillejo di­ brino de su grao valido D. Alvaro de Luna, fue promovido el
ce: «Castillo de San Servantes, cuyas ruinas están hoy dia cerca Cardenal á arzobispo administrador de Sevilla, sin haber pasado
de Toledo de la otra parle de la puente de Alcántara. Fue mones­ antes al obispado de Búrgos, como lo dice entre otros Rodrigo
terio de frailes benitos que fundó el rey D. Alonso que ganó á Caro (V. Ortiz de Zúñiga en dicho lugar): (murió en la misma
Toledo, con título de Sau Servando y San Gorman, aunque aU »«dad de Sevilla á n5 de noviembre de 1453, y luc sepultado cu la
48a NOTAS ¥ AUTORIDADES
DE I.A PARTE 11. 4^3
capilla de San Hermenegildo que había dotado en su catedral, nista Esteban deGaribay á Sevilla , fue á Osuna determinada­
cuyo honroso epitafio traslada Zúñiga en sus/7/miGs. Tratan mente á verlo y examinarlo todo , como lo consiguió por me­
también de este insigue varón González Dávíla en los Teatros dio del Dr. Gerónimo Gudiel , que a Ja sazón preparaba los
de Avila, Segovia y Sevilla; Colmenares, c. 3o; Mariana, L. materiales para su historia de los (lirones. - V. Garibay , G. -
22, c. i 4; y Zurita, L. 15, c. 20. lieaLigíaS mss. L. 29 , tít. 9, f. 486 : en el archivo del tiuque
79 Quintana, Hist. de Madrid, L. 2., c. i3i y sig. de Mediuasidonia. - Nuñi.z de Castro, Girones y Pachecos,
tío Méndez de Silva, obra citada, 1'. 42. imp. en 1648, I'. >>9*. y sig.-Gudiel , Comp. de algunas
81 Parece que fue también corregidor de Cartagena, pues historias de España sobre los Girones , imp. en 1557, caps.
asi se espresa en un poder que se le dio en julio de i5oi para 34 y 35.
proveer de víveres á las armadas de Indias y de Berbería. Ardí. 92 D. Pedro Girón , primer duque de Osuna , que sucedió
Sim. Registro gral. del sello de corte dei tiempo de los reyes ¡i su padre en 1862 , y falleció a i3 de setiembre de 1 5g> , en
católicos. la temprana edad de 3-, años, un mes y 19 dias, según Garibay
82 Quij., P. I, c. 4o. en sus Genealogías mss.
83 Con el apellido Solazar firmó la profesión de la orden g3 A mas del Rodrigo de Cervantes , contador de la Go­
tercera, y asi se la llamo en el privilegio para la impresión del leta de Túnez , hubo otro que renunció su oficio de jurado en
Persiles, en su partida de entierro y en varios documentos; pero Sevilla el año 1544 > y otro Mue ei a alférez de la compmía de
en la carta de dote y otros habia firmado con el apellido hombres de armas del prior Ih Antonio de Toledo, según -ed
lacios. cédula de 25 de iría yode 1 570 que existe en el archivo de Siman­
89 Pruebas, n. t.~85 Dial. 2. , f. 185. cas , por la cual se le mandaban librar 3o ducados a cuenta de
86 Ascendencia de Ñuño Aljonso, f. 60. lo que se le debía por sueldos.
87 Avellaneda, prói. á su Quijote. g4 lisie D. Alonso de la Cueva fue el que prendió á Juan de
88 Cerv., pról. á la P. II de su Quijote. Padilla en la batalla de Villalar. (Saudoval, IJist. de Cal los 1', L.
89 Méndez de Silva continuó la sucesión de los Cervantes 1X,§. 20, p. 475).
9¿ Certifico como teniente mayor de cura de la iglesia par­
de Méjico hasta el año 1648 en que escribía. Trata luego de una roquial de S. Miguel y S. Justo de esta corle, que en uno del >s
rama de esta familia que se fijó en Extremadura, haciendo espe­ libros de difuntos de la de S J usto, empergaminado, que empezó
cial mención de Leonel de Cervantes, comendador de la orden en g de agosto de .1576, y concluyó en a3 de-setiembre de 15go, y
de Santiago, que casó en Burguillos con Doña Leonor de An- está sin foliar, como á la untad de él se halla la mita de falleci­
drada, de quien tuvo larga descendencia; y de D. Gaspar de miento que dice asi:zzzParlida.~i<lin i3 de jumo de 1585 aims
Cervantes, natural ríe Cáceres, arzobispo de Salerno, de Menina falleció Rodrigo de Cervantes; recibió todos los santos sacra­
y de Tarragona, creado cardenal en 5 de marzo de 1670, que mentos: testó ante Diego Hernández, escribano: nombró por si s
asistió al concilio de Trento, y murió en Tarragona en i5y5 á ai baceas á Doña Leonor su tnuger y a Doña Catalina de. P la 10: ,
los 64 de edad. Dice ademas que del mismo tronco de Muño viuda, inuger que fue de Hernando de Salazar: mandó decir la ,
Alfonso se derivan los Cervantes de Talayera déla Reina, que misas que quisiese decirle su muger. Enterróse en la mer.e-l.i~
enlazaron con los duques de Osuna, marqueses de Ara vaca y Cuyapartida concuerda con su original que esta en el 1 elc-
condes de Villafranca; y que también Portugal participó de rido libro, a quien me remito. San Miguel y San Justo de Ma­
esta nobilísima sangre: citando por conclusión algunos varones drid, 7 de setiembre de t8ig.~i). Saturnino real y Diaz.-
ilustres del propio linage que se distinguieron por hazañas El nombre de Doña Leonor su ntnger y los de Doña Catalina
memorables , de los cuales es uno nuestro Miguel de Cer­ Palacios, viuda de Hernando de Salazar, que fueron los suegros
vantes. de Miguel de Cervantes, convencen de que esta partida corrí es-
90 V. la p. 345. pondeásu padre. La fecha esta sin duda equivocada; y aunque
91 El conde de Ureña. Éralo D. Juan Tellez Girón, segun­ pudiera aclararse por el testamento ó por alguna nota del entier­
do de este nombre, que fundó y dotó la iglesia colegiata, la ro en el convento de la merced, ha sido infructuosa nuestra di­
universidad y varios monasterios, asi en Osuna como en otros ligencia para hallar estos comprobantes.
pueblos desús estados. También fundó allí un hospital, que de 96 Ríos, Pruebas, 11. 3o.
propósito no dotó, para mantener el espíritu de limosna ; gas­ 97 V. la p. 33o.
tando en todo esto mas de 3oo'¿> ducados. Pivió siempre Javo- g8 Pida de Cerv., p. CXC111.
reciendq Lis religiones y letras y todos los demás actos de vir­ gg Libro de di Inntos déla parroquia de San Sebastian de los
tud. Murió en 19 de mayo de i558, á los 64 años de edad. Fue años 1609 hasta 1620, 1. t5o v.
tal 1 a fmna de aquellos establecimientos y de 13 virtud ilustrada roo Raeua, lijos ilustres de Madrid, t. t.c, p. 3óg.
de su fundador , que en el año 1.572 , pasando el célebre cro­ 33
#4 X»1AS Y AUTORIDADES DE LA PARTE II. 4^5

toi ida de Cerv., p. cxxiv. sus coinedias y pasos de ellas separados corrieron después con
ioa Asi seta llama en esta cansa; y en su segunda declara­ jíiucha estimación por todo el reino.»
ción se espresa que el rfm/m Sr. alcalde mandó parecer ante si 121 Herrera, llist. gen. del. mundo, L. 7, c. 12, y Cabrera,
á Doña Magdalena de Sotomayor, beata, hermana de Miguel Hist. de Felipe li, L. v, c. 9 y 17, aseguran que fue en el año
de Cervantes; y contestando ella á una de tas preguntas, dijo, lòfio cuando la corle se fijó en Madrid; cuyas autoridades me­
ipte esta testigo posa con su hermano Miguel de Cervantes é recen mas crédito que Quintana, que dice lue en i563 {Grand,
Doña Andrea su hermana. de Madrid, L. 3, c. 25), y Pellicer, que fija este suceso en i56i
io3 En su primera declaración se dice que se recibió ju­ {Trai. hist. del histrionismo, P. 1, p. 4°)-
ramento á Doña Magdalena de Sotomayor, beata, de edad, 122 Pruebas, 11. 4-
de mas de 4o años. 123 Este librero valenciano fue quien publicó la primera
i<>4 En la confesión que se la recibió en la cárcel á 3o de ju­ vez algunas obras de Lope de Rueda, su amigo, año 1567, 8.°,
nio de i6o5 se dice: preguntada cómo se llama, y qué edad.y y escribió un soneto en loor de Lope, que ya había fallecido,
estado tiene, dijo, que se llama Doña Andrea de Cervantes, V. Pellicer, Trai. hist. del histrión., P. 1, p. 24; y 11, p. 75.
viuda, muger que fue de Sánete Ambrosio, Jlorentin, yqueau- 124 Buena, Hijos ilustres de Madrid, t. 1, p. 121, art. An­
tes fue desposada y concertada con TSicolasde Ovando, y es onio Perez.
de edad de 3o años. Por esta declaración se ve que no estuvo 125 Pag.i5i de la edic. de Paris, 4°, año 1624,
casada con Ovando en segundas nupcias, como asegura Pellicer 126 Pág. 186 de las segundas cartas.
(p. cxxiv de la F. de CC, sin advertir la contradiciou que re­ 127 Proceso contra Antonio Perez, imp. en Mad. año 1788,
sultarla de haber nacido Doña Constanza, hija del mismo, antes p. 4*- Esta declaración se dióeu Lisboa á 7 de jumo de i58a.
de 1577, y de estar su madre casada en primeras con Ambrosi 128 Pág. 201 del mismo proceso en declaración hecha á 12
en 1679, según dice en la p'. l.xxiil y sig. de junio de i5go. ■ ,
I o5 ' Pellicer, F. de C. p. ccxv. 129 Para lijar la edad de Antonio Perez hemos tenido pre­
to6 Morga, Saces, de Fdipin., C. 6, ps. 29 y 3a.-Figueroa, sente que en 23 y 25 de agosto de i58q confesó que era de 40
Hechos del Marq. de. Cañete, L. vi, p. 262. años de edad {Proceso, págs. 203 y 1 18): por consiguiente su
,07 L. vil, c. 12, p. 437. , „ nacimiento fue en 1 549, >' 110 eu ‘54.4- como se puso en su re­
108 Hizo esta confesión en la cárcel de Valladoltd a onde trato, que se incluyó en el cuaderno ix de ios de Españoles
junio de tfio5, y declaró que hacia un año que se hallaba en ilustres.
aquella corte. 130 En una nota de la P. IH de su memorial, p. 203, dice
roq Al iin <lel Finge al Parnaso, Antonio Pérez, que desde 12 años le trajo su padre peregrinando
110 Pellicer en la p. ccxv de su F. de C. publicó la partida por diversas tierras y naciones.
de muerte y entierro de Doña Constanza. 13¡ El Dr. Gaspar Carrillo de Villalpan.do, que regentó la
ni Ríos, Prueb., n. 3o. cátedra deartes en ¡a universidad de Ale-ala dos trienios, desde
II a Pág. 418 de esta F. de C. i;>55 a 1561, y pasó en 1562 al concilio de Trento; dedicando á
i,3 y 1 >4 Pellicer, F. de C., ps. ccxnt y ccxv. Antonio Perez en 25 de marzo de 1 568 sus Comentarios a los
115 Pellicer, F. de C. , p. ccxvn.-Portilla, Hist. de Cóm- libros de Aristóteles del nacimiento y muerte, le rec uerda que
plato, P. Hí, §. v, p. u5, y §. tx, p. 47. en las lecciones públicas y privadas habia oido de ét aquellos
116 y 1 17 Pellicej’, F. de C. , ps. ccxnt, ccxv. . libros; y elogiando su virtud y sabiduría, le añade que en sus
tt8 Pról. al Persiles.-Hn\a novela el Lie. Fidrieray en el conversaciones familiares y literarias habia conocido lo mucho
Coloquio de los perros hizo también mención del vino de Es- que apreciaba á los hombres que con sus escritos . ontribuit.it
quivias; y Villegas en el L. 3.’, P. I, cant. 27 de sus fi'rd- at bien del genero humano. Escribiendo Francisco de l‘igueroa
HcilS* al M. Ambrosio de Morales desde Charlees a 20 de agosto de
. 119 Michael de Cervantes Saavedra, Hispalense natu, aut 156o, ie'decía en posdata: «Al Sr. Antonio Perez y á todos esos
origine; quorum primum confirmare is videtur, dum sibi puero señores beso mil veces las manos.» Todo lo cual comprueba que
Hi.qiali visum fuisse Lupum de Rueda comiediarum scriptorem, este hacia sus estudios en Alcalá por aquel Sexenio.- \ . Colme­
et actorem Inter nos antiquissimuin iu prologo suarum cornac— nares, Escrit. Se.gov. , art. Fdia!pando .-Cerda Claror. Hispa-
diarum scribit. Nicol. Aut. Hdihot. ¡Iisp. zmr. i.-prísz'. imp. 1 781, voi. 1, p.481 y sigs.-.dorales, G'/rnsc.,
120 , El Sr. D. Francisco Bruna, decano de la audiencia de t. 2, p. 307. .
Sevilla, nos dijo en carta escrita á 1 7 de julio de 1 8o5 lo siguiente: i3a Con este empleo asistió á las exequias que la villa de Ma­
«Me parece que he de poder aclarar que el cómico y autor l.ope drid hizo al príncipe D. Carlos en 13 de agosto de l5tí8.- V . Lo­
de Rueda solo anduvo cu el remo de Sevilla y Córdoba, aunque pez de Hoyos, Relac. déla muerte y exequias de este príncipe,
NOI IS Y AUTORIDADES DE LA PABTE II. ¿fiq
imp. el mismoaño, f. 42 v. , 168 Pról. al Pastor de Filida, p. lxxvii y Lxxx.
• 33 Baena, //yus ilust. de Mad., t. 1, p. 1 21. i6g Jardín espiritual, f. 221 V, hasta 282.
• 3.| Comed, dé Cerv. , t. 1, p. 168. 170 Dice en la aprobación dada á 7 de euero de 1587; y
1 35 (Sueva, .7/7. l'oet., I. 8.“ r/e.' Para. esp., p. 24-'^jOPe los versos líricos sontos mejores que yo he visto; y á conimua-
de • ega, i’- X111 de sus Comedias, dedicat, al Dr. Gregorio Lo- ciunjse hallan composiciones de muchos insigues poetas en ala­
p 'z. de Madera.-Rojas, P'iag. enlrel., t. I, p. lio.—D. Casiano banza de Espinel y de su obra.
Pellicer en su Trat. hist. del histrión.., P. 1, p. 21 y sigs., y >7* Espinel, Rimas, ' imp. en 1.891, f. 44 v-
40; y P. 11, p- 72 y sigs. 172 Acto 4.0, ese. 2.“ 173 1; Pág. o45 de esta /z. de C.
1 .>6 Pról. de sus CMmer/ws. 174 Pról. de las Comedias.
i3y ■ En un t. en 8.° por Pierres Cosin. 1175
z ” Pilla de Milton,, al‘ rprincipio de sus obras y de las tra­
.. ...............
138 Es. i3gy 1+° del libro de las Exequias. ducciones francesas de su Paraíso perdido.
i3,| L. 11, c 77, p. 207, edic. dei5go. 176 Herrera, Hist. gen. , P. I, L. xm, c. 19.-Cabrera, Hist.
140 Baena, lijos dust. de Mad., t. [II, p. 122. de Felipe 11, L. vn, c. 12.
141 Pellicer, P'.de C., p. LVlt.-Noticias sacadas délas actas 177 Chacón, Hist. Pont., t. III, Pius r. p. 1061.
del ayuntamiento. 178 Libro de Relación dei564 á 1870, según carta de Don
i.|2 Nasarre, pról. á las comed, de Cerv.-Ríos, P~. de C- , Juan Satis de'2odeí noviembre de 1804.
(¿Ç. 2 y 3í V en las Prueli. 11. 2. 179 Cabrera, Hist. de Felipe 11, L. vil, c. 12.
” 4?> Peiïicer, P. de. C., p. lvhi. 180 Cabrera, ib. L. ix, c. 22.-Herrera, P. 2, L. 1, c. 4- Ade­
¡44 Baena, en el lugar cit. mas del recibimiento que se hizo a este legado en Barcelona y
1 ,5 E. 186 v. del libro de las Exequias. Requena por orden del rey, según cuenta Herrera, al aproxi-
146 Dedicat, al card. Espinosa del Recibimiento de la reina inarseá Madrid salió á recibirle á Barajas el cardenal Espinosa
Daña Añade Austria, iinp. en .1572. cuatro dias antes de su llegada, que fue el 3o de setiembre de
¡47 Hállase ios. esta descripción en la bibliol. Rl. de Alad., 1871, según refiere el 1V1. .1 uan López de Hoyos en la dedicatoria
est. M. cód. 26, f. 219 v. Pellicer, Notic. liler., p. i45, y f'· á dicho cardenal de su obrita sobre el Recibimiento en ¡Madrid
de C., p. lvhi. de la reina Doña Ana de Austria.
1,8 Pida del P. Lainez, L. II, c. ,3. 181 Chacón, flísí. PontiJ'. Rom., t. III, p. io56.-Herrera,
149 Pág. 53 déla ed. de Sancha, 1784. P. H,L.i,c. 4.
1 ;>o Pról. de tas comed. 182 *Ortograf. „ Castell., edic. Méjico, 1609, f. 77 v.
151 Los baños de Argel, t. 1, p. 168. 183 Cerv7, - Pers.,n.... L.I 3, z-c. 12, y- L.
2 I 4.
Z.°, C. 3.
152 G. 4, p. 53 y sig. 184 Quij., P. II, c. 5g , 61, 64,‘65 y 72.-N0V. las dos Don­
153 Pags. 347 á 342 de esta P. de C. cellas.-Galat., L. n y v.
184 En la nota de la p. g3, t. 3, P. I del Quij., c. 4°- 185 Mayans, P. de. C., §. ío.-Rios, P. de C., §. 8, y en las
155 Pról. d<- las Novelas .~i 56 AG de. C. , 11. 164. Pruebas 11. g.-Pellicer, Ñutir. liter., §§. 5 y 7, y en la P. de C.,
157 Golee, de Poesías por D. R. Eernz., t. 16, p. 176. ps. lx y lxii.
158 Añal. del Quij., arl. vi, §. 148. 186 Ríos, Pruebas, n. to.-PelJicer en los lugares citados.
1 iq y 160 G. I, págs. 2 y 5. 187 Ríos §. I i , y en las Pruebas 11. 12.-Pellicer, Aoü'c- li-
161 La Dorotea, ucXo IV, escena 2.a terar.. , §. 8, y en la Pida, p. LXin.
160, 163 y 164 G. v, p. 92: iv, p. 53; y 1, p. 9. 188> iÜ0s¿ Prueb., n. 3o.-Pellic., Nolic. lit., p. 196.
i65 \ oiuire, Esóu¡ sur la poesie ¿pique, c. ¡x. 189 Plageal Parnaso, C. V111.
j66 Apólogos Dialogues, p. 34-7* Y díjeme á mí mismo: no me engaño.
167 Lope de Vega alabando los versos de su padre, dice en • Esta ciudad es Ñapóles la ilustre,
la silva IV: Queyo pisésus rúas mas de un año.
Y aunqueeii el Lienipo que escribió, los versos
No eran tan crespos como agor a y terso.-', En mis lloras mas frescas y tempranas
N» las DHi.MJb lemán tantos lu ios, Esta tierra habité, hijo, le dije,
Mejores me parecen que los míos. Con fuerzas mas briosas y lozanas.
Y comlujeudo ei eiogio de Paddíaeu la silva 1 añade: 190 Torres Aguilera, Crou.de var. sures., P. I, c. 5, f. i3
Padilla,, de aquel siglo maravilla, V-, c. f.7, 23; y c. 9, f. 27 v.-Vander., Hist.de D. Juan de Aus­
En que las Mu-as, aunque hermosas damas, tria, L. 3, f. 137 v. á 142.
Andaban cu los brazos desús amas. 191 Si en las demas uaciones había la costumbre que en Es-
UE LA PARTE 11. 4*^9
488 NOTAS Y AUTOR IDVDES
208 Ilaedo dice que serian por todos quince;'y en efecto,
paña, hay otra razón mas para conocer que Cervantes nunca contado el mismo Cervantes, que también se escondió al fin,
sirvió en tropas eslrangeras; pues Bernardmo de Escalante en conviene exactamente con este numero.^
sus Diálogos militares impresos en Sevilla año i583, p. i 15, 200 Sobre la variedad ó modo con c[ue Haedo refiere este
dice: «En Italia es costumbre entre la gente de guerra española suceso, V.la p. 36i de esta rí. de C.
que ningún capital, reciba soldado sin que el maestre de campo le 210 Ilaedo dice que Cervantes se rescató por mil escudos de
vea y 1c apruebe, y asi no debe permitir que por ninguna vio. oro. V. la p. 3(>4 de esta A. de C.
se admita de nación estrangera no siendo persona particular 211 A. de C., n. 12.
y muy couocida. 212 Ilaedo, dialogo 2.% f. 184 y sig.-Mendez de Silva,
iga Declarac. á la 3.a preg. del imerrogat. p. 333. Ascend. {le Ñuño Alfonso, f. 60.
iq3 Arch. Sim., según carta de Sans, 29 nov. i8o4- 213 V. pág. 267 de esta A. de C.
ig4 Relación enviada por i). Juan de Austria: arch.de 214 Ríos, Pruebas, lis. 13 y 3o.
Sim.: aviso de Sans, 16 febr. i 8ó5.-Torr. Aguilera, ?. 11, c. 2)5 Notic. de la patria de Cera., ns. 66 y sig.-Mayans, A.
10, f. 4b v.-Vandeidi., L. 3, f. 167. de C., n. 12.
ig5 Gorrespond. de D. J. de Austria cotí D. García de 216 TMayans, A. de C., n. m.-Pellicer, Notic. para la N.
Toledo, desde 1Ó71 á 1677. de C., n. 10.-A. de C., p. LXXti. ,
ig6 Pág. 33a de esta A. de C. 217 I laedo dice en la dedicat. al arzobispo que por los años
197 Quij.,. P. I, c. xxxix. de 1591 tenia mas de 65 de edad. Por este cálculo tendría 82 años
igd Archivo, de Simancas: Estado, Negociación de armadas cuando murió en 1608.
y galeras: Reg. orig., 11. 14, no foliado, de varias órdenes de 21« Sarm., Notic. de la patria {le Cero., ns. 4o ,Y s’g-, ci­
D. J. de Austria. tando la autoridad de Roque Pirro en el t. i.° de Sicilia sacra'
lyq Correspondí citada de D. J. de Austria. 219 Hierónimo Ramírez, de edad de 36 años, natural de
200 Registro de Sim. ya citado. Alcalá de Henares, según el Mem. de los cautivos rescatados
201 Ardí. de Sim.: carta de Sans, 20 abr. 1806. en l58o, imp. en Granada; por donde se ve que era paisano de
202 Aun permanecían sirviendo en Italia el año 1.876, asi Cervantes, casi de una edad, y cuya patria y hechos debía por
Diego de ürbina como 1). Manuel Pouce de León en el tercia lo mismo saber.
de figueroa, según consta de algunas instrucciones que le dió 220 Ilaedo en la dedicatoria.
el marques de Santa Cruz en 3ode abril y 14 de mayo del mismo 221 Sarm., Not. de la pat. de Cero., n. 120 y sig.
año, y se hallan en el archivo de su casa. 22a Ríos, Prueb., n. 3o.-Pellic., Notic. lit. p. ig5.
203 Carta citada de D. J. Sans de 20 de abril de 1806. 223 y 224 Resp. á la 2.a preg., págs. 341 y 342.
204 Diego de la Mota, Principio de la orden de Sant., L. 22 5 Persiles, L. 3.°, c. 10.
11, p. 189.-Mut, ZfeZ. de Mallorca, L. x, c. ío.-Mondéjar, 226 Pág. 33o de esta Z^. de C.
Casa de Moneada, ms., en la Bibliot. Rl. , est., K., cód. 77. Galatea, L. 5.°-Persiles, L. III, C. to.
205 Garibay, Geneal. ms., t. VI, L.41, tít. 7.- Suarez, 228 Topog.de Argel, c. xxn, f. 18.- El P. PierreDan, tri­
ifisl. de Guaditi', L. II, C. II.-Zapata, Miscel■ ms. en la nitario, en la e IHstoir de-Barberie et de se corsaires que publi­
bibliot. Rl., est. 11., cód. 124--Escalante, Dial. Milit., dial. 3.“ có en i636, L. 3.°, c. 3.a, §. 4-°
f. 4* v. 22q y 23o Haedo, dial- 2.°, fs. 168 y 183 V.
206 Ilaedo dice que este concierto hicieron con un cristiana 231 Ilaedo, Epit., c. 20, §. i.°
mallorquín, que entonces de Argel iba rescatado, que sedería 232 Haedo, Topog, c. 21, f 17 v.
Pinna, hombre platico en la/nary costa de Berbería; y que 233 Ríos, Prueb., n. 3o.“s34 Dial. 2.0, 1. 187 V.
este fue el que armó y habitó en Mallorca un bergantín con el 235 Topog. , c. 21, f. rjv.-ydiríl. 2.0, f. 181 V. _
favor del virey, para quien había llevado cartas. iNada se dice 236 GnZnZen, L.5.°-Quij.,P. I, c. 41 .-Nov. la Esp. ingl.-
de Viana en toda la información; pero no parece haya por eso Com. eZ Trato de Argel, jorn. i.a
contradicción, porque [indo ir Rodrigo de Cervantes como pi in— 287 En este dialogo habla el l )r. Sosa con Antonio González
cip.d agente del negocio , y Viana de ejecutor inmediato como de Torres, caballero déla órdendeSan Juan, y compañero su-
activo y practico navegante. jo de cautiverio.
207 Pinedo refiere que Viana con el favor del Sr. virey de 238 Dúál. i.°, div. 14, f. 128. v.
Mallorca, para quien había llevado cartas de aquellos cris­ 23g Tral., de la redención de raid., c.3, p. 3o déla edición
tianos y caballeros, en pocos dias puso d punto el bergantín; de Ruma de 1697.- Mármol, Pida del P. Gerón. Gradan, imp.
pero esto no quiere decir que no las llevase también para el eu i6ig, P» 3.a, c. 6, p. 77.
vúey de Valencia.
490 notas y autoridades
DE LA PARTE 11. 4 9'
240 Haedo, Topog. de Arg., c. 3g, f. 42«-Cerv. com. los partidas del rescate (cuyos originales liemos visto, y de que ade­
fiados de Arg., jora. 3.a mas tenemos copia certificada ) resulta la suma que deducimos
241 Haedo, Epit.,c. 21, §. 3.° puno la mas aproximada ó probable, y se salva la contradicción
242 Haedo, Topog., c. 3g, f. 4a v. que parecía haber entre lo que diceHaedoy lo que espresaban
243 Com. los ñaños de Argel, jora. 3.a, t. i.°, p. 166.- |as partidas que publicó Ríos con poca exactitud.,
Jlaedo, dial 2.0, f. 154 v.-Mármol, Éídadel P. Gradan, P. 2.a, 269 y 270 Topog., c. 29, f. a4i y ó. 28, 1. 20.
c. 7, p. »0. 271 Ríos, K. de C-, m a4-- Pell., A5 de C., p. lxxv.
244 Lope de Vega, com. los Cautivos de Argel, P. xxv, 272 La vida del mismo Cervantes nos ofrece repelidos ejeni—
P- 277- ¡dos de esta arbitrariedad. Cuando en3i de julio 001879 entre­
245 Cerv., com. Zn Gran Sultana, jorn. 3.a-Lope, novela garon su madre y hermana los 3oo ducados para rescatarle,
el Desdichado poi la honra, l. 8.°, p. g5; y en el Peregrino, dijeron que tenia 33 años, siendo asi que no ¡labia cumplido
pról., p. xxii. aun 3a. En la partida de rescate fecha en Argel á 19 de setiem­
246 t r. Diego de la Madre de Dios, Orón. de la Trinidad bre de i58o se espresó que era de 3i años, estando próximo a
descalza, P, 1 •“ L. 2.0, c. 25, I. 117. cumplir los 33. En el memorial que presentó en mayo de i5go
247 llaedo, dial. 1.“, f. 96 v. dijo él que servia á S. M. 22 años hacia; y consta que en octu­
2483'249 Diál. 2.c, f. 185. bre de 1568 todavía estaba sin acomodo en Madrid, y que des­
25o y a5i Dial 2.0, fs. 171 y 1,73 v. pués fue camarero del cardenal Aquaviva en Roma, finalmente
2Ó2 Dial. l.°, f. 12 1 V. en la causa de Válladolid declaró en 27 de junio de ¡6o5, que
253 Haedo, dial. 2., f. 166.- Mut, Hist. de, Mallorca, t. era de mas de 5o años de edad, cuando ya tema 5/ ’/a cuín-
2.0, L. 10, c. g. plidos.
254 Quij., P. i.a, c. 4o.
255 Dial. 2.0, f. i84 v —a56 Quij. , P. 1.’, c.40. 273 Persiles., L, III, c. 10.- Pellicer, ^5 de C., p. lxv-,
27'4 Nov. el Amante líber., Quij-, P. I, c. 3g.
257 Haedo, dial 2/ , f. >85. 27a Diál. i.°, f. 144 v.
258 Ascendencia de Ruño Alfonso, f. 60. 276 Topog. de Argel, c. 29, f. 23 V.
25g Todavía gobernaba a Bujía D. Alonso de Peralta á me­
diados de 1555, cuando Sala Raez, rey de Argel, sitió aquella a77 CerV,, Quij., 1 . 1, c. 4* • _
278 llaedo y Cerv. en los mismos lugares. _
plaza, y la tomó al cabo de 45 años que la Babia ganado el fa­ Alcana, Proviene de la voz arábiga que significa abas-
moso conde Pedro Navarro; pérdida que costo bien cara a Don lo," provisión de ’ necesario, pnlaz 1 ó mercado de provisiones.
’ lo
Alonso, pues por ella mandó el Rey de España cortarle la ca­ El l)r, Marboua dice (Jtist.de ¡). Pedro tenorio, L 11, c, i . )
beza. (Haedo, Eplt.,c. q, §.4-, !’• 69. Mármol, Descry. de um;
que c.i es diwiu«.»
dicción hebrea, que sigmüca lena ó mercado: que ha-
Africa, L. v, c. 60). biéudose quemado la mayor parle de las Alcaiccrías, que llama­
'2607261 Diál, a.°, fs. 154 v. y 1 5g. ]> .111 llcana, y estaban inmediatas á la catedral, el arzobispo
ban
262 Haedo, Topog., c. 11, 1. 8,y dial. 2. , f. 188 v.-Cerv., destino el suelo para fabricar un claustro ó pórtico que se prin­
Trato de Are., jorn. 1 .a, p. 290. cipió en 4 de agosto de i38g;y que después Se convirtió en
263 Haedo, Topog. c. 3g, í. 42 v. ochenta y tantas casas en la calle que llaman el Alc ana.
264 y 265 Dial. 2.0, fs. 1 84 v., y 1 85. 280 Quij., P. I, caps, 9 y 4o- ~ .. ... T . r,.
266' Ríos, Prueb-, 11. 3o -Pellic., Not. lit., p. 196. 281 Nov. el Amante. Líberal.-Quf\., 1 ■ I, C. qi. 1 ¡age
267 Haedo, Topog., C. -9, 1. 24. cd Paco., C. 6.
268 Esta deducción 110 puede tener una exactitud rigurosa, 282 Quij., P. II, C. 67.
por la variedad y frecuente alza y baja que sufría la moneda 288 Dial, de las Leng., p. 38.
en Argel. Haedo dice en el mismo C. y 1. que 10 ásperos hacen 284 Pellicer, nota al c. 9, P. I de] Qmj.
un real de España, aunque otras veces según falta la moneda %85 El duque de Alba pasó á ElandeS en setiembre de
de los reales, que son tan preciados y tan buscados de todos, i567. L i muerte de los condes acaeció cu a de Jumo de 1 .>68,
it r 12 hacen un real; y que el escudo de España ordinar’u- 286 En esto se separó Cervantes de la historia, porque el
mente valia, 1 25 ásperos, y Jafer Bajá rey de Argel año 158o Ochali murió de veneno después del ano 158o, y por consi­
los subió d 13o ásperos, y cuando alguno los compra á mer­ guiente vivió mientras lúe rey de Argel Az ul Aga 1 e-sl ’ pnm 1
caderes y otros, valen mas según la carestía y la cantidad de píos de i577 basta setiembre de j58o,-V. 11 ..cd», Lp.G de los
la moneda, por cuya causa y la arbitrariedad de los rey es tenían reyes de Argel, c. xvtn, §• 6, y c. xvnt, §. 2, fs. 80 v. y
estas monedas su precio incierto. Pero considerados todos los t>4 v.
escudos al respecto de 135 ásperos cada uno, con arreglo á las 4s7y ?88 Quij., p. I, C. 38 al Itu, ye. 40 y qi.
DE LA PARTE II. 493
4ga Notas t autoridad?.®
389 Topog., C. 3o, f. 26. Cerv.,el Trato de Argel, jorn. 5.'
290 Peílieer, en una nota al final riel c. 4', P. I del Quij., 312 Hist. de Pori., imp. en i5gi, L. IV, f. 180.
donde copia lo que dice el P. Sepúlvcda en unos apunlamien- 313 Comentarios, imp. en i5g6, L. 1, f. 14 y t5.
los de todo lo que pasaba en su tiempo. 314 Ibid. L. II, f. 58 y sigs.
2q 1 Pata. Asi llaman los europeos á la fortaleza y población 315 Sala deGuerra, Inoenl. i.°
de Balha , situada en el reino de Treinecen a dos leguas de 316 Fol. >77-v. >1 j 1
Oran; que por ser fronteriza era mirada como de mucha impor­ 317 Estas noticias son tomadas de la dedtcat. y pro), de la
tancia. Mármol, Descripción ele Africa, t. II, c. 17, f. 19a v. Austriada. D. Nicol. Ant. eñ su Bildiot. solo cita la edición de
29a Quij., P. [, c. 39 y sigs.-Coin. los Baños de Argel,, Alcalá, que parece lucia última, porque la primera se hizo en
jorn. 1 .a y 3.“ Madrid por Alonso Gómez, año l584, en 8.°, y la segunda eil
aq3 Haedo, después de descubrir lo que eran los alcaides y Toledo por .luán Rodríguez, año 1585, en 8. La de Alcalá sé
sus gobiernos, dice: «Destosíales alcaides, y que entre todos son hizo por .Juan Gracian en 1586, en 8.
mas ricos, vivian los siguientes en Argel el año de 158r; primero 3 18 Rulo, Apotegmas, f. t, 25 v. y bo.-ldemor. de la antig»
Agi Morato, renegado esclavón, suegro de Mulcy Maluch, rey de mar» de Barcelona, t. 4, p* 16 del apend.
Fez, el que murió en la batalla quedióá D. Sebastian, rey de Por­ 3’ig F. 22gal fin de los Apotegmas.
tugal, que también murió en ella; segundo alcaide Daut,de na­ 3 ao En la' dcdicat. de esta obra al príncipe.
ción turco etc. Topog., fs. iov.,42y 82. 321 Porreño, Dichos y hechos de Felipe II, p. 3g*
6g4 Herrera, Hist. de Portug., L. I. f. 17 y sjg. 322 Quij., P. 1, c. 6.
ug5 llaedo, Epít., c. 20, §. 1, f. 82 y sig. 323 Vollaire, Essai sur la poesie ¿pique, c. 8.°
296 Herrera, llist. de Portugal, L. I, f. 17. 324 Al principio de las ediciones de la áondé
2i;7 Quij., P. 1, c.40. se hallan tam bien enelogiodeestaobraydésu autor composiciones
298 Haedo, Topog., fs. x8, 176 v. y 181. Informac. de Ar~ de Pedro Gutiérrez Rulo, del Lie. Miguel de Baeza Montoya, L.
ge, p. 332. L-.de Argensola,de D. Luis de Vargas, de D. Diego de Rojas Man­
299 Quij., P. I, C. 40. rique, de Góngora y de Francisco Cabero.
3óó Preg» l3 del iuterrogat., pi 337 de esta p. de C. 32 5 Quij., P. 1, c. 6.5=326 Silva I.
3oi y 302 Notic. de la patr. de Cero», ns. 63 y 66. 32 7 Me. Ant., Bibliot», art. Petrus de Padilla.
303 Preg. 19 del interrogatorio, p. 389. 828 Quij., P. I, c. 6.
304 Escovar, relación ms. de la jornada del Peñón.-Herre­ 329 El libro de Leiva se imprimió en i5gy.
ra, Hist. gral., L. XI, e. 3.- Torres Aguilera, Crón. de sucesos
330 Ademas de esta edición de 1887 se ^'zo otra en Madrid
oarios, p. 128.-Diego de la Mota, Principio de la orden de San* en 1806 en 8.° .
331 Cerda, notas al Canto de Tarín, p. 515 y 018, al hn de
tingo, L. 2.0, p. 304.
305 Tabla y memorial de una redención de cautioos en el la Diana enamorada de Gaspar Gil Polo.
año de i58o, imp. en Granada en i58l.-Cerv. com. el Trato de 332 Quij., P. I, c.6.
Argel, jorn. 5.a 333 Escritores Segooianos, p. 825.
306 Cerv-, el Trato de Argel, jorn. 5.a-Haedo, Eplt., c. 334 Lope de Vega, La Dorotea, f. 4°*
xxi, §. 3.°-Velazquez, Entrada de Felipe II en Portugal, caps. 335 Piageal Parnaso, c. 2.
48, 56, 73, 97 y 126. 336 Pellicer, P. de C., p. ci.xxxvn.
307 Pedro de Salazar, Hispania Pictrix, f. 104 v.-Herrera’ 337 Dichos y hechos de Felipe III, págs. 229 y 240.
Hist. gral., L. 3.°, c. 5.°, y L. 4-", caps. 10 y 2o.-Velazquez’ 338 Fr. Francisco de los Santos, Hist. de la orden de Sáil
Ent. de F. II en Port., c. 45.-Cerv., el Trato de Arg.» Gerónimo, P. 4,a, L. 2.0, c. r.°
jora. 5.a 33o Fundación y tiestas de la congregación etc» celebradas
508 7'abla de la redención de i58o.-Al principio de su tra- en ¡osprimeros 5ó a/íns...Por D. Josef Martínez de Griinaldo.
duc. del Calateo .-ü. Ant. , Bib. art. Dominicas de Be~ Madrid, año i657, z^-Pinelo, ¿nales de Madrid ms. en 1638,-
Cei ra. Const ilaciones y reglas de esta congregación, Madrid, i7QOj
809 Cerv., el 7’rato de Arg., jorn. 3.a-ÍIaedo, T'opog. fs B.°, c. r.°
34o El año 1611 con motivo de las ostentosas funciones que
84, 96 v. y 204 v. hizo la congregación, con asistencia de los reyes é infantes, se
3io Cerv. com« dicha, jorn. 5.a, y los Baños de Arg., ]ovú»
3."-Haed o, dial. 2.", f. 180 v.-Gracian, Tral. de la redenc. de mandó escribir ¡a relación de ellas al M. Páravicino, y L. de Ve­
ga escribió los geroglíficos para los altares. No se encontraron
Caut., p.5i. ■>,
3¡i Haedo, dial. 1, fs. ¡44 / slgsi-Tablay memorial citados.» ya entonces los papeles del certamen poet ico de i6eg, dondeaca-
»0 habria versos de Cervantes.
4g4 NOTAS V AUTORIDADES
Consta por un apunte que existia en el archivo <le la or­
den tercera de Madrid; cuya noticia 110 se ha podido comprobar
en Alcalá por haberse estraviado todos los papeles de la orden
anteriores al año 1670. La partida de la profesión de Cervantes,
la publicó Pellicer en la p, CXC111 de la Pida de este escritor.
34a «Después acá (dice Espinel) se han cultivado grandes
caballeros muy mozos y muy acertados, como D. Diego, de
Silva...y su valeroso hermano D. Francisco de Silva, que pa­
cos dias ha, sirviendo áasu rey, murió como valentísimo solda­
do, y con él muchas virtudes que le adornaban.» Escnd. ()bre-¡
gon, relac. a.a, dése. m. Y Cervantes en el c. II del Piage al
Parnaso:
Este gran caballero que se inclina
Ala lección de los poetas buenos,
Y al sacro montecon su luz camina,
Don Francisco de Silva es por lo menos:
¿Qué será por lo mas? O edad madura
En verdes años de cordura llenos! DE
343 Carta publicada en el correo de Madrid, reimp. con
liólas (porD. Tomas Sánchez), págs. xix y xx.
ADICION. MIGUEL DE CERVANTES
Impresa ya esta obra hemos adquirido las noticias siguientes,
que comprueban los honores que ahora mismo tribuían á Cer­
vantes las naciones cultas de Europa.
E11 Taris se ha grabado una hermosa medalla con su busto
para la serie numismática universal de hombres ilustres que
empezó á publicarse á fines de 1818. Las primeras medallas que
Se han anunciado corresponden á los célebres Rogel io llacon,
JNicolas Copéruico, Miguel de Cervantes saavedua, Guillermo
{Shakespeare, Galileo Galiley, Carlos Linneo, Cristóbal Gluck,
Saloman Gesncr, Josef Hayan, J. Gaspar Lavater, Tadeo Cos-
ciusko y Domingo Cimarosa.
En la Revista enciclopédica francesa de febrero de 1819 (p.
355) se anuncia, con referencia á los periódicos de Londres,
tma magnífica edición del Quijote en lengua inglesa, con setenta
y cuatro laminas copiadas de los primorosos dibujos de M. R.
Smirke,y grabadas con la mayor perfección por los mejores ar­
tistas de la Gran Bretaña. Esta obra, dicen los ingleses, escode
por su lujo y magnificencia á cuanto se ha publicado hasta ahora
en el continente; y el bueudesempeño de la parte tipográfica hon­
ra no menos las prensas de M. llulmer. La editora, que es la se­
ñorita Smirke dice ou su prefacio que para rectilicary perfec­
cionar la antigua traducción del Quijote ha tenido á la vista la
edición española del Sr. Pellicer, de. cuyas notas ha oscogi'^o
algunas que sirven para aclarar ó esplicar el texto.-Puede for­
marse alguna idea de la suntuosidad de esta edición sabiendo
que los 4 vol. en 4-° de que se compone cuestan 65 > fr. ,(a4<>8
rs. vn.). La misma edición en 8. 0 se vende á 480 !*’• (1778 rs.)j
y a 230 fr. (t¡i5 rs-) en papel menos lino.
ELOGIO
DE

SAAVTOBA®

DONDE

SE deslindan y desentrañan radicalmente, y por un rumbo


ABSOLUTAMENTE NUEVO , LOS PRIMORES INCOMPARABLES DEL
QUIJOTE.

POR

ílurcctom:
IMPRENTA DE LA VIUDA E HIJOS DE GORCHS¿
CON LICENCIA.
1855.
o, e.
I

Fiel adalid del toledano idioma*


Tu zelo hierve con violenta saña,
Al ver las llagas que la vil carcoma
Del galicismo, en su castiza, entraña*
De día en día en redobj.ai? s$ esmera..
Si el ínclito blasón de nuestra España*
Si el habla de Cervantes degenera,*
Enronqueció la entonación sonora*
La chispa se nubló tan placentera
Que sus donosos rasgos condecora*
Y enmohecióse el chiste peregrino
Que, por gracia especial y encantadora*
En suerte Cupo al escritor divino.
¿Y habrá quien destronar sueñe el Quijote Tizna «1 ciego furor, deshoja y tala,
Yyemontarse al solio cervantino En el solar del habla mas florida,
Con la bárbara hez de un almodrote? L)e la espresiva castellana gala,
Tan loco intento, tan feroz manía, El prez de la nación enternecida.
Desde los pies merece hasta el cogote Yo vi un hijastro del esquivo Apolo,
Fundirse con el arma que esgrimía En Madrid, y en tertulia esclarecida,
A recia furia elthéroe gaditano Descargando su enorme protocolo
Que eternizó tu chusca Apología Derrengar el bufete de caoba,
En castizo y ameno castellano. Y, cual lanzado desde el alto polo,
Una y mil veces y sin fin bien haya El estruendo atronar sala y alcoba,
El sumo ingenio, cuy o humor lozano, Y quedarse, al horrísono aparato,
Por esmaltada variedad se esplaya; La concurrencia toda absorta y boba.
Con donaires á miles moraliza, ¡Cómo deslumbra el magistral btialo,
Y al señalar del pundonor la raya, Papel inarquilla, lazos rozagantes!....
En lindos rasgos sin cesar hechiza. «Bomba, bomba» prorumpe el mentecato,
Su fuente, pura cual nevado armiño, Quinta-esencia de estúpidos pedantes,
El herial mas estéril ameniza. Y esclama en tono de marcial jactancia:
Yo, en el umbral del mundo, débil niño, yMurió en mis manos el sin par Cervantes.»,
Allá recluso en retirada estancia, Esfremando su bárbara arrogancia,
Y ardiendo todo en cándido cariño, Con denodado y fatuo desembozo
Ya me empapaba en la ínclita elegancia Eu torno mira la anchurosa estancia...
Que siempre viva en filis adultos dias, Con afectada pausa lee un trozo
Cou española y ejemplar constancia, Del peregrino incomparable testo,
En medio de estrangeras correrías, Y tras su glosa luego, henchido en gozo
Cual rápido raudal, en fácil prosa A escuchar sumo aplauso está dispuesto...
Y en perene turbión de poesías, ¡Ay que en su fofa y plenilunio, cara
Aun en mi triste soledad rebosa, Antes clamor unánime y funesto,
Y mas y mas mi fantasía inflama Como por un resorte, se dispara!
Con la corriente inmensa y portentosa «Mas, mas Cervantes; mucho de eso, mucho...%
Que eternizó la justiciera Fama. Y recarga y remacha su algazara
El terso manantial de sif pureza, El concurso, en mofar ufano y ducho;
Cual en autiguo tronco nueva rama, Tras atónita y trémula agonía,
En mi vena infundió feliz presteza, Abarcando su inmenso papelucho
1 al adorar el asti o del llenares, Huye el simplón.,.y vuela todavía.
El arte se trocó eu naturaleza. Húndase el buho que á la luz se ofusca;
En esta adoración, tí as los cantares Que yo prefiero la jovial manía,
Que en mortal aflicción y amargo lloró El afn honrador, ¡a idea chusca
Entona arrepentido el Manzanares Ife cierto hábil artista malagueño,
Por su desvío atroz, el orbe en coro Quien solía afirmar que si so busca
Ante el escelso ti lunfador exhala El mas alto saber, sin recio empeño,
bu estático entusiasmo.... ¡ó vil^desdoro! Cifrado eu el Quijote se.halla al punto;
y.allá miraba con desden risueño
Esos tomos sin fin, ese conjunto
Del mas tenaz científico desvelo.
Aquí de la razón. En todo asunto
Campea un medio que con fiel anhelo
Abraza la equidad. Fuera demencia
Al Quijote pedir lírico vuelo,
Química, astronomía, ó ardua ciencia
Que de los seres cale el hondo arcano;
Pero atesora la ínclita escelencia
De castizo esquisito castellano,
De embeleso sin par, de chiste fino,
De tanto dote como el orbe ufano, | Deus, ecce Deu«.
Aclama en su contesto peregrino;
Y el desdeñar su perfección colmada
Es yerta insensatez, es desatino.... Adolecerá tal vez de achaque de ambicioso el intento de arro­
¿Y acaso su belleza consumada jarse nuevamente á historiar los hechos y calificar los escritos
Se empaña con los frívolos lunares daaquel Cervantes, cuya sublimidad de ingenio y de heroísmo
Que censura la crítica finchada? empleóya tan dignas y tan afanadas plumas en sus esclarecidas
¿Se ofuscan los celestes luminares, alabanzas. Pero nuestra empresa, diversísima por esencia de
l'or las sombras volubles y frecuentes cuantas se han ideado sobre la materia, se. vincula peculiar­
Que, entre rayos lumin osos á millares, mente en el objeto de avalorar hasta en sus íntimos quilates las
Asoman por $us discos diferentes? peregrinas escelencias del sin par Quijote, manifestando afpro-
¡Eclipsarse el Quijote! ¡ó devaneo! pio tiempo con candorosa equidad los lunares mas órnenos
Mas, á fuer de mis ímpetus ardientes, reparables que lo desdoran, ó. por lo menos á trechos lo,
Autor divino, en pago del recreo.
desaíran,
Que en profusión tu espíritu derrama, Pero este cuadro grandioso, sincero parto de la idolatría mas,
¡Oh quién me diera, por genial trofeo, entrañable, carecería aca.so.de la luz competente y de su debido,
Para exhalar de mi pasión la llama, realce, si no lo encabezase un bosquejo esmerado é imparcial,
Rendirte heroico y armonioso canto!
asi de la vida como de lasdernas obras del héroe-autor, cuya
¡Y arrebatando a la volátil Fama
invención inmensa y donaires esquisito?, mas. y mas por cada
El sonoro clarín, en vez del llanto.
dia embelesan y entusiasman las naciones cultas.
A que tu suerte bárbara provoca, Tras largasy ahincadas pesquisas consta por fin que Miguel
Alzarte un monumento sacrosanto de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares, en cuya
Sobre perpetua y eminente roca, parroquial de Santa María la Mayor fue bautizado á 3 de octubre
Que todo zoilo con pavor profundo
de. 1547. Es de suponer que recibirla allí mismo su primera
Mire en su cieno!...Ya de boca en boca, educación; pero luego cursódos años en Salamanca, y vino á
De región en región, de mundo en mundo, Madrid, donde estudió la latinidad con el humanista Juan de
En pompa vuela su triunfal memoria, Hoyos, bajo cuyos auspicios compuso, como de edad de veinte
Y' al ensalzar su timbre sin segundo, años, una elegía, y otras piezecillas de menos considei ación,
í«e(endiosa mas y mas su escelsa gloria.
«¡ne merecieron aplauso.
gg DE CERVANTES,
ELOGIO 10;
suelo de que Mamí desechase obstinadamente aquella «tuna/
A ímpuisos sin duda de su anhelo por consumar tan plaaoo-
graduándola su Ínteres insaciable de mezquina y despreciabi-
<eros> estudios, pasó á Roma en la clase, harto desairada, de
lísi ma.
camarero del carifenal Aquaviva; pero su propensión marcial
Allanóse sin embargo á rescatar por ella á su hermano
de arrebató a la carrera de las armas, alistándose de soldado ra­
Rodrigo, quien salió de Argel en agosto de 1577, con encargo
so en la compañía del célebre capitán Diego de ürbina, perte­
especial de habilitar una fragata y traerla al fondeadero conve­
neciente al tercio de D. Miguel de Moneada.
nido, para libertarse Miguel con otros cautivos.
Sobrevino la memorable batalla de Lepanto, y hallándose
Entre tanto se acogieron á una cueva hasta quince compañe­
Cervantes calenturiento, lejos de retraerse del trance, pidió que
ros, y Cervantes, por un jardín inmediato que le franqueaba el
se le destinase á uno de los parages mas arriesgados, y peleó
encargado de su cultivo, suministraba la escasa subsistencia á
con tan denodado ardimiento, que recibiendo tres arcabuzazos,
los fugitivos, y acudía al desempeño de sus cargos en el 'inte­
dos en el pecho y otro en la mano izquierda (que le vino á que­
rior de la casa; hasta que huyó incorporándose con los ahijados,
dar estropeada para siempre} descolló entre los compañeros de
en vísperas de ejecutar su ardua y casi desesperada empresa.
una galera cuya tripulación por sí sola mató quinientos turcos
Al asomar la fragata con puntualidad por el fondeadero, aun­
y tomó el estandarte real de Egipto; peregrina proeza, de que
que de noche y con toda cautela, vinieron á pasar por la playa
hizo digno y espléndido alatde por lodo el discurso de su
unos moros, quienes vocearon y_ alborotaron en términos que
vida.
lúe forzoso alejarse; y luego al repetir la tentativa, quedaron
Curado Cervantes en Mesina, y aventajado luego, aunque
prisioneros los misinos conductores, y desvanecidas por entura—
mezquinamente, per su heroísmo, quedó embebido en el terciz»
ces las vivísimas esperanzas de los enfermizos y menesterosos
de D. Lope de Eigueroa, a íiues de abril de i 573; y D. Juan de
moradores de la miserable cueva.
Austria, el triunfador de Lepanto, le concedió licencia para res­ Horrorizan los padecimientos mortales y perpetuos de todo
tituirse á España, a mediados de 1575.
un Cervantes, encenagado en la inmunda servidumbre de tiu
Salió de Ñapóles en la galera nombrada ei Sol, con Rodriga
monstruo africano. Azotes, mazmorra, horca, empalam.ie.nto
su hermano; pero el de setiembre fue combatida por lie»
y martirio atroz cercaban á toda hora a! proyectista denodado
bajeles argelinos, y tras un choque reñidísimo, en que so­
é inexhausto, cuya fantasía era un hervidero incesante de pla­
bresalió la valentía de Cervantes, quedócaulivada y fue osten­
nes temerarios, de arbitrios desesperados, sin que amainase ja­
tosamente conducida ai puerto de Argel. El arraez Dalí Mamí,
mas su raudal con el estrellón y el uaufragio total de sus lison­
patrón de Cervantes, en vista de las grandiosas recomendacio­
jeras esperanzas.
nes queilevaba, le conceptuó sugelo de encumbrada gerarquía
Compendiaremos este cuadro repugnantísimo, apuntando tan
y desumo producto para su codicia, por el cuantioso rescate solo, que el hambre, la epidemia y la discordia, cuantas cala­
que se prometía de tamaña presa. midades, tormentos y desastres cifraron los sublimes poetas
Vejado Cervantes con ahinco y por sistema especial de villa-
011 la morada infernal, se agolparon á porfía sobre Argel; y ea
jio ínteres, trató de marcharse con otros caulivos principales
medio de tan lóbrega y aterradora perspectiva, el espíritu so­
la vuelta de Oran; pero abandonados presto en su derrota por
brehumano de Cervantes, señoreándose , como el minien ha­
ei aleve conductor morisco, tuvieron que retroceder, y arros­
cedor sobre el caos, ideó el arrojo de incendiar la ciudad , apo­
trar el recargo de penalidades consiguiente al malogro de su derarse de sus muros, y tremolar el pendón de Castilla en las
tentativa.
e*lcumbra las almenas de la fortaleza.
Informada su familia de tan lastimosa situación, hizo el he­
Anonádesele tan esclarecido intento, por alevosías y pusila­
roico sacrificio de los haberes»del padre, de ios correspondien­
nimidades de compañeros, Salvando milagrosamente su heroica
tes á sus hijos, y basta de los dotes de las hermanas doncellas
J «novelada vida. Por fin, los deudos y amigos agenciaron su
para rescatarlo, reduciéndose todos al mas deplorable desam­
rescate por el medio obvio de la Redención general, y antes de
paro; y agravándose tudavía su desastre cou el mortal descou-
KLOGI&
BE CERVANTES. \ *3
rosamente en las intimidades de la vida civil, ya que la bárbara
salir del cautiverio, su entusiasmo pundonoroso se empeñó en
ceguedad de los contemporáneos no Sé dignó ensalzarle i sii
formalizar una especie de credencial, ó testimonio auténtico de
su justificada y patriótica conducta en Argel;, diligencia tan legítimo predicamento, colocándolo en un cargo eminente y
huera y aérea como sus esperanzas, y como el galardón que.se trascendental, en galardón de sus esquisitas prendas , y para
prometía de sus continuas y espuestísimas. heroicidades. sumo blasón y grandiosa ventaja de la nación y de la huma­
Tras mil escollos y trances sumamente peregrinos y aun tea­ nidad.
trales, dio por fin, la vela de Argel, á. últimos de i58o, después Volvamos á la literatura. Había Jorge deMontcmayor publi­
cado su Diana Enamorada con aplauso que trascendió á otros
de mas de cinco años de cautiverio. Al descubrir á lo lejos las
azuladas cumbres de su ansiada patria, ¿ con qué latidos tan. paises, influyendo notablemente en la generalidad de las cos­
tumbres, escrita por el rumbo y giro que todos fueron dando
violentos palpitaba su corazón heroico ? y ¿qué llamaradas, qué
sus composiciones pastoriles; y también merecía aceptación lá
volcan ardió en su imaginación inmensa ? porque como dice
Diana de Gil Polo, con su medianilla prosa y SUS esquisitos
?1 mismo, no hay en la tierra contento que se iguale al de al­
versos (en El campo venturoso etc. corre parejas con losromances
canzar la líbertad perdida.
masbrillantesdeMelendez), cuando Cervantes quiso echar el res­
Precien llegado á España, acudió desaladamente á alistarse
to de su fecundidad en aquel género, recargando sin tasa, con el
eon su hermano Rodii.go, en el ejército qu,e acaudillaba el cé­
sobrescrito de Calatea , su Doña Catalina Palacios, cuyo hé­
leme duque de Alba’eontra Portugal. Embarcóse en la ria de
roe Elicio era el autor mismo, y los demas personages amigos
Lisboa para la espedicion de Terceras; triunfó gloriosamente
suyos; linage de disfraz mas ó menos interesante, que se tras-
«u combates navales y terrestres, y volvió coronado de laureles,
parenta en este y en otros partos, ya de prosa ya de verso,
siempre estériles y deshojados, á padecer con la familia exhausta
tanto nacionales come estrangeros.
por causa suya, el mas aislado y doloroso desamparo.
Parece que trascordó Cervantes el requisito fundamental de
Causa mortal desconsuelo el ver ai héroe de. mar y tierra,,
toda composición, que precisa á ceñir la acción principal por
al sobrehumano Cervantes , mezquinamente asalariado, y ha­
un rumbo espedito, enlazando los episodios, que le sirven de
blando sin rebozo, ?uv decido con el odiosísimo encargode apre-
realce, con despejo y naturalidad, para que vengan á ser, cuan­
miary desangrar los pueblos, esprimiéudoles hasta el postrer ma­
do mas, como matices ó celages por donde asome y descuelle
ravedí; pues su innata actividad le acarreó quebrantos amarguí­
él asunto sin sombra ni confusión. En cuanto á su desempeño
simos, y probablemente aun el encarcelamiento acreedor á ios
individual, á pesar de la variedad é Ínteres de las situaciones,
aplausos del orbe literario que le debe su gala mas brillante y
degeneran los efectos en sutilezas inapeables, y por consiguien­
peregrina,
te friísimas. Ademas, para que semejantes mistos de prosa y
Volvióse también á su infructuosa y desairada carrera lite­
raria, pues aunque la ilustración, á mediados del siglo diez y verso (véase la afectadísima Arcadia de Lope) salgan airosos e
interesantes se requiere sumo predominio y maestría en ambos
seis, vino á rayar por acá con visos de aspirar á su encumbra­
géneros ó idiomas, y sabido es que Cervantes (por su propia
da prosperidad, jamas llegaron las letras al auge y esplendor
manifestación ó llamamiento en el Viage al Parnaso) jamas lle­
que lograron ya á la sazón en Italia, y mucho menos á la esclare­
gó á poseer la verdadera poesía, y desquició tan forzadamente
cida brillantez que muy modernamente h,an alcanzado, con es-i
en su Galatea la adecuada prosa, que le era naturalísima, cuan­
pecialid.áden Sajonia, Francia é Inglaterra.
to parece ageua de la misma pluma que luego dió a luz la norma
Comoquiera prescindiremos del orden cronológico que hace
y testo castizo y perene del legítimo y elegante castellano.
poquísimo alintcnto, para ofrecer la reseña individual y (pese
Publicó únicamente la primera parte de su Pastoral, y ofre­
a nuestro, idólatra entusiasmo) absolutamente justiciera de los.
ciendo siempre la segunda, jamas llegó el caso de imprimirla,
numerosos y originales partos de nuestro numen predilecto..
ni probablemente de trabajarla; pues la( que en el siglo ú tuno
Terminada esta amena é interesante tarea, nos apersonaréinos
sacóá luz Florian, charolada á la francesa, es en cuanto a 1«
de nuevo con nuestro héroe-escritor, y le acompanarémos an-
s5 bE CERVANTES.
ELOGIO campeón mas eminente y poético-, que sñ nú concepto llegó ja­
continuación originalmente suya. En fin la Galatea al menos mas á producir el género humano.
¿recuerda las niñeces del autor, con las orillas del Henares, Cervantes ganó el premio en un certamen poético que hubo
fe cueva del moro Muzaraque, y sobre todo la cuesta Zulema en Zaragoza (logro que según mis conjeturas peculiares, como
que fine teatro de una de las acciones mas esclarecidas de los práctico delpais, le ocasionó el vil encono y Ja competencia te­
Empecínados (á las órdenes de aquel heroico é infatigable cau- meraria del usurpador tordesillesco) y se ejercitó en otras
«íilfo asesinado después tan fiera y desalmadamente por sus fo- fruslerías, que venian á ser como unas hojillas enanas y caedi­
raigid.O' paisanos) cuy as'descargas victoriosas se dejaron oir des­ zas, en la grandiosa guirnalda que debía coronar sempiterna­
de el: Nuevo-Basían, donde casualmente nos hallábamos alga- mente sus ínclitas sienes.
nos amigos. Mas no debia esperar su esclarecido triunfo dél estravío por
Chino quiera, fue por aquellos tiempos modo ó práctica muy donde se engolfó en la carrera dramática, que le mereció desde
valida el encabezar y terminar los libros con una escolta de su niñez tan entrañable entusiasmo. El insigne Luzan, mi pre­
etiicairecimieutos poéticos siempre escesivos y á veces delirantes, dilecto .paisano, y nuestro oráculo perpetuo en estas materias,
recreciendo siempre el desvarío en razón inversa del mérito, y conceptúa que los dramas primitivos de Castilla, los embriones
posando' asi de mano en mano el incensario , para perfumarse de comedias llamados Momos en las partidas y en otros escri­
ínuituaiy alternativamente los autores, con una especie de giro tos, son absolutamente solariegos entre nosotros, sin algún
amercantil, ó papel moneda por desgracia irreducible á metálico, entronque con el decantado teatro griego. Como quiera, la esce­
confluid i endose asi los aciertos y primores peregrinos, con las na castellana se reducía á una sarta de escasos lances y de zafios
vmil-garidades rastrerásy los abortos mas enormes. Las obras de coloquios, á una presentación, ó traslado material, de la idénti­
Cervantes, á pesar del escarnio (véanse el Tiquitoc, el Monicon­ ca y salvase naturaleza en toda sú tosquedad y desaseo.
go) y demás argamasillescos) que. estampó en su gran novela, Al rayar nuestra literatura en el siglo xvi, Oliva y otros ha­
sueliem llevar también este género de empavesada o colgadura, bían visto las comedias desarregladas y chocarreras de Plauto,
apareciéndose en cambio' su nombre, como incensador é incen­ las elégantesy tristísimas de Terencio, las monstruosidades de
sado, por escritos de aquella época mas ó menos dignos del co- Aristófanes,etc. y seforinaron, no un sistema despejado, sino un
nsuinísi in.o aroma. concepto confuso de la poesía dramática, y viéndola acá en
Observan los eruditos, que en el Canto de Caliope de su Ca­ mantillas, se arrojaron á salir del carril y abrir un nuevo rum­
fetea, celebró estremadamente á Vicente Espinel, conocido por bo. Carecían de norte para esta empresa, pues aunque noticio-
ststraducción prosaica y difusísima de la Poética de Horacio, sosy tal vez poseedores íntimos de las observaciones ó reglas
y estele correspondió plenamente con su grandioso ramillete de Aristóteles sobre la tragedia, se quedaban á oscuras con sus
de alabanzas y agasajos. Siendo pues Cervantes, como todos, escasísimos apuntes acerca de la comedia.
filetea un tiempoy sacrilicador ó tributario en este vaivén per­ Desbarraron pues á ciegas, y cuanto mas soltaban la rienda
petuo, de incensadas, es de suponer que se alistase en alguna ásu fantasía por los desiertos de la novedad, mas y mas se es-
de las asociaciones que formadas por medio de este escalón ó traviaban del camino obvio y palpable del acierto. Cervantes
preliminar, llegaron luego á condecorarse cdn el relevante dic­ se engolfó en el torbellino, y logró aplausos con sus Tratos de
tado de Academias. Argel, su Batalla Naval, y su Numancia. Esta última especial­
Sobre este punto, es digno de sempiterna nombradla el es­ mente aparece desde luego tan estraña y tan pueril, en el lcn-
tablecimiento de una Academia de humanidades que, después guageyen la versificación, que causa rubor á sus sinceros apa­
de susescelsas proezas, formó y presidió en su propia casa el sionados (sensación amarguísima que entrena mis impulsos de
gran. conquistador del Nuevo—MundoJ y á la verdad, si según citar aquí su introducción casi increíble); pero la nación, de su -
Pliuiose gloriaba la tierra al verse surcada por Cincinato y de­ yo guerrera, y entonces siempre triunfadora, debía aclamar un
más cónsules labriegos, debía la literatura ufanarse y engreírse espectáculo que le apacentaba su inclinación, y lisongeaba íu-
basta lo sumo bajo los poderoses y esclarecidos auspicios del bmamente su amor propio.
16 ELOGIO
Es de advertir'ademas, que, como demuestra incontrastable­ til CERVANTES. iy
mente Martínez de la Rosa, hasta nuestros días jamas se habiaix Compuso en Sevilla el soneto burlesco, de que tan jactancio­
deslindado por acá los coniines de la comedia y de la tragedia. samente blasona en otros escritos, sin hacerse cargo de que una
Debiera añadir, que ni los antiguos ni los modernos, propios ni insustancialidad jacarera y gitanesca, aun cuando fuese parlo
estraños, alcanzaron el requisito fundamental de todo drama, mas considerable, niel menor qui late de realce podía dar á nin­
que es el motivar las entradas y salidas de loS personages, pues gún ingenio.
de su observancia depende esencialmente el enlace y la activi­ Esplayóse luego en otra composición mas dilatada con el tí­
dad del conjunto, y por consiguiente el embelesoy la plena sa­ tulo de Finge al Parnaso, conia Adjunta por via de Apéndice
tisfacción del auditorio. ó Rodrig on,y volcando'á cada paso en uno y en otro su pebete, ó
Cervantes en su Quijote censura y menosprecia justísimamen- repuesto de incienso, allá hierven á porfía los dictados de es-
te nuestro absurdo é inmoralísimo teatro, pero se ciñe única­ celente, peregrino, sin segundo etc.; y como por otra parte no
mente á generalidades , sin trascender al pormenor ni internar­ funda ó motiva sus dictámenes, no cabe graduar, ó diferenciar,
se en los móviles dramáticos, en los caracteres, en las situa­ el aprecio ó eldeméritoqúe compete á cada cual, quedando todos
ciones, en los vaivenes; ni en la gala, chiste y armonía del len- corno á nivel, y por supuesto dándose sobadamente la manó
guage, y demas medios teatrales; y asi con su teórica sobraba en la cumbre de la gerarquía poética.
para detestar y volcar las monstruosidades dominantes (en vez Lo peor es que estas generalidades van esprésadas en renglo­
áeser espejos de la vida humana, nd ofrecen mas que ejemplos nes tan prosaicos y tan enrevesados por los apellidos que se les
de disparates, son sus espresiones); pero toda aquella doctrina atraviesan, que con despojarlos de su escasa medida y embeber
sensata y obvia no alcanza á consumar el desempeño del arte, los consonantes en la lectura, aun sin variarla frase ni las es-
ya encaminar sus profesores á la perfección ideal. presiones, desaparece el tenue viso de versos que puede darles
Aun bajo este concepto de superficialidad, tampoco aparece la desigualdad de sus dimensiones.
muy atinada la crítica de Cervantes, pues celebra y propone Publicó luego sus Novelas, bajo el dictado de ejemplares,
por norma comedias que registradas ansiosamente á impulsos pagado, por lo visto, de.su acendrada moralidad. En cuanto á
de un voto tan plausible, resultan luego tan inmorales, tan su mérito, es innegable que ofrecen caracléres descollantes, si­
monstruosas y tan fútiles, como todas las de Lope y secuaces* tuaciones pintorescas y frecuentes alusiones á hechos positivos,
Volviendo á la especie capital espresada arriba, insisto en la con el viso de naturalidad que es consiguiente; pero también es
necesidad imprescindible de motivar todos los movimientos y ciertísiino, que Cervantes atinó poco á manejar los afectos, re­
arranques de los personages, eslabonando estrechisimainente cargando descompasadamente los ímpetus de sus personages, al
las escenas, para formar un todo como compacto é indisoluble; modo que en las novelas pegadizas al Quijote, sale aquello de
parte esencialísima, de que no hay el menor asomo, ni en la Sila cruel, Mario implacable, y otras citas, ó llamadas, harto
Poética de Aristóteles, ni en cuanto nos queda de los antiguos, intempestivas.
y prenda absolutamente desconocida, hasta que la practicaron Ademas, ó nunca esperimento una’pasion entrañable, ó no se
los dramáticos franceses, y la realzó hasta lo sumo el arcpii-trá- paró á retratar los íntimos calofríos, los violentos vaivenes y
gico, el iucom par able Alfieri. los disparos frenéticos de un cariño estremado; y asi es demos­
Como quiera, Cervantes, desconociéndose á sí mismo, é ig­ trable, que las Novelas ejemplares, faltas de aquel espíritu vi­
norando el caudal de chistes, constitutivos de la verdadera co­ vidor y de la forma dramática que tanto realza de estrèmo á es­
media, que atesoraba en su interior, se descarrió y zozobro como tremo el Quijote, desfallecen, y se leen solo por ser suyas;
lodos, pues aunque se representaron mas de veinte adefesios pues á nomediars'u esclarecido nombre, yacerían años hace ane­
suyos con aceptación, quedaron anegados en el piélago de Lope, gadas en el piélago novelesco que ha diluviado ya en Francia,'
cuyo monstruo, según su espresion pintoresca, como todas la* ya en Alemania y ante todo en Inglaterra, donde Richardson,
cervantinas, se alzópor largos años con la monarquía cómica, par* Fielding y el recien difunto Scott (infinitamente mejor poeta,
luego cederla en gran parte á los estravíos de Calderón, de Mmi- que prosista) lian cuajado por sí solos de fábulas difusísimas y
lal van y de otros infinitos. chacharona» el orbe literario.
ELOG. a
18 ELOGIO DE CERVANTES. ,g
Hablemos ya de aquel Persiles tan escesivamente decantado ías Novelas, pero jama.s, que yo recuerde, hace mención del
entre nosotros,.’en cuya censura ingenua y desapasionada, como Persiles, de suyo mas perceptible para un estrangero que nunca
todas las nuestras, sentimos entrañablemente el tener que es­ llega á señorear un idioma hasta el punto de comprender y
trellarnos con sugetos íntimos y dotados sin disputa de sufi­ paladear colmadamente los chistes característicos é inherentes
ciencia y discernimiento; pero la realidad es el molo de todo es­ á un idioma.
critor pundonoroso, y nuestras proposiciones llevaran cuanta Despejado ya el campo, si no de la maleza, á lo menos del ra-
evidencia cabe en materia de humanidades. En suma, el Per- mage incómodo que Jo enmarañaba, vamos, según la espresiori
siles viene á ser en punto á novelas lo que en astronomía er ab­ vulgar, á arrojarnos de bruces, en el manantial de la sublimé
surdo sistema de Toloineo, embolismo de embolismos, que mere­ y acendrada jovialidad, empapándonos regaladamente en las
ció á nuestro ínclito D. Alfonso tan sumo y aun chistoso menos­ peregrinas éscélencias del sobrehumano Quijote.
precio. En un lugar déla Mancha... Con estasdos ó tres palabritas se
Con efecto, la prenda de las prendas es el despejo; prima alza él telón para representar la comedia mas original, mas chis­
virtus perspicuitas, dice con su acostumbrado tino y propiedad tosa, mas amena y mas trascendental; el parto mas descollante
el maestrazo de la literatura antigua , el español Qumtihano; déla imaginación humana. De cuyo nombre no quiero acordar­
y este preciosísimo é indispensable requisito no puede asomar me ¡cpxeda ya aepñestampaAo para IciAeXa obra, el carácter y
donde prevalece su incompatible conlraresto el desentono. El temple del estilo entre familiar y culto, y siempre agraciado, con
arranque Poces daba el bárbaroCorsicurboelc. es lo que llama­ el donaireaqui déla alusión volandera, pero muy perceptible,
mos en castellano una gerundiada, y con el mismo destemple y álos padecimientos del historiador.
estravío disuena deestremo á estremo el ienguage. Podrá tal vez Daremos en adelante por supuesta la presencia del testo, pues
ofrecer algún esmero, del que escasea á trechos el Quijote en el sin esta confianza seria interminable su traslado. Advertirémos'
redondeo de las cláusulas, en el mecanismo gramatical, pero de paso que el velarte y el vellorí son ya géneros desconocidos;-
la hinchazón es siempre idéntica y siempre insufrible, dándose pero estas variaciones accidentales de tejidos y artefactos que
eslrechísimamente la mano con la fofa y ridicula oratoria que traen consigo el raudal de la moda y el estado de las fábricas
asomó por aquella época, y se disparó luego hasta la mas rema­ y de los consumos, de ningún modo deben correr á cargo de los
tada eslravagañcia por el desvarío del dogmatizador en su li­ escritores, ni redundar en el mas leve menoscabo de su digní­
nea, el trinitario Hortensio Paravicino, simo aprecio. Por Jo demás, estampa, trage, vivienda, ali­
Viniendo á lo sustancial, la historia es absurda é inverosímil mento, inclinaciony ocupaciones del héroe; todo está presente
en los sucesos principales, y mucho mas en el conjunto ú agol­ en realce, y por decirlo asi en cuerpo y alma, y todo forma un
pamiento monstruoso de todos ellos; los caracteres son absolu­ cuadro sublime de Mu ri lio u de Velazquez. Pero ¿qué V elazquez,
tamente desencajados y estrambóticos, y á ningunas luces in­ ni qué Murólos, ni qué centenares de artistas consumados,
teresantes. En cuanto á la moralidad de que tanto se engreía aun cuando fueran tan espeditos como el mismo Luca-fa-presto,-
el autor en punto á novelas, no sabemos dónde se cifra, ni en Jordán, pudieran completar Ja inmensa galería de cuadros que
los episodios, ni en los lances ó el paradero de los héroes, lo suministran los objetos, lances y situaciones del Quijote? En el
ejemplar áe este aborto. Seria muy fácil cuajar uu tomo de sinnúmero de ediciones que he registrado de Madrid, de Lon­
citas, y demostrar la solidez de este fallo tan terminante como dres, de París, de Italia y de Alemania, siempre he visto varill­
desapasionado; pero la obra está en manos de todos, y se hace áoslos asuntos de sus láminas, y á buen seguro que están toda­
vía muy lejos de quedar apurados.
muy obvio el comprobar plenamente nuestro dictamen.
Añadiremos, que los tudescos, y en particular Wieland, a Apersonado el lector con su héroe, é internado en todo el
quien por su fecundidad como prosista y poeta, lian llamado por menor de su existencia, para nada le conduce el saberlos'
algunos el Voltaire de la Alemania, apasionadísimo perpetuo de miles de reales que le rendían sus fincas, cómputo variable, se­
Cervantes, no cesa en sus alusiones al Quijote, y tal cual vez á gún los siglos y las circunstancias, y cálculo propio de un lo-'
BE CERVANTES. Sí
alojando del estante y entregando los reos al tribunal catoma-
20 Et-0G’°
erero, como inseparable del espíritu mercantil; pero ageno dd no que decreta al golpe su irremisible suerte de hoguera ó de
L obras de fantasía y opuestísimo al electo teatral y pintoresco salvamento; ya se está viendo la forma y tamaño de los libros
«¿quién es ese tonel?» y cuando la empresa está en su mayor
de la descripción. En fin, vivienda, ama, sobrina. galgo, rocín,
tizona, y hasta la ridicula, fútil ^quebradiza celada, son objetos auge «adelante» esclama el cura con formalísima autoridad.
Sabido es, que los dictámenes de Cervantes, con especialidad
interesantísimos bajo el pincel de tan divino retrafsta. _
Saleporfm el campeón entusiasta en busca de sus sona­ en poesía, no son inapelables ó definitivos, pues su corazón mag­
das aventuras, y soliloquia en alta voz la figurada y brillante nánimo propendia escesi vamente al favor y al entusiasmo, y asi
descripción que ha de hacer su historiador elocuentísimo, a re­ celebra ¡as Lágrimas de .Angélica que. nada valen, nivela y casi
ferir el estremo venturoso de sus imponderables proezas. El ar­ sobrepone la Araucana á la Jerusalen etc. etc.; pero el acto es
dor déla canícula le caldea mas y mas el celebro, pero desen­ de suyo tan cómico, las censuras tan chistosas, y la sentencia
contra los libros caballerescos tan ajustada y equitativa, que en
tiéndese de sus flechazos penetrantes, empapado todo en la su­
blimidad de su flamante y esclarecida profesmn la Enciclopedia y en otros escritos, se ensalza este capítulo como
Llega á la venta, en su figuración castillo, donde el taimado uno de los mas primorosos é interesantes del Quijote.
ventero se aviene á todas sus estrambóticas humoradas; conde­ Vamos ahora á encabezar la introducción de un nuevo y prin­
cora á las rameras, para él princesas, con el d.ctado de donas, cipalísimo personage, con ciertas reflexiones que tal vez no pa­
cena y bebe luego por medio de una caña, a trueque de no lasti­ recerán intempestivas. El desempeño de la parte llamada délos
caracteres merece sin duda uno de los primeros predicamentos
mar los cartones y el engrudo de su preciosa
tuosa y caballerescamente las armas, y por una de las infinitas en toda obra de ingenio. Por esta prenda logra para mí el Tasso
contraposiciones pintorescas y sublimes de la obra, llega el ar­ encumbrarse sobre todos los épicos; por lajmisma están los in­
riero áPdar agua á su recua, ve aquella especie de broza que em gleses tan locamente enamorados de su monstruosísimo Shak-
baraza la pila, y arroja con menosprecio la armadura a larg_ speare; la propia entroniza principalmente Alfieri sobre los trági­
cos mas eminentes, y la misma es una de las escelencias mas
trecho del pozo. Desde los primeros pasos, la ilusión esta ya con­
sumada, y todos los objetos y circunstancias se estampan, y relevantes de nuestra inmortal novela.
Don Quijote, en medio de tanto escarnio amarguísimo, y á
viven para siempre en el ánimo de los leyentes.
Esta impresión tan tenaz, aun en la retentiva menos aventa pesar de sus escesivos padecimientos corporales, jamaste apoca
jada, me recuerda la observación que tengo hecha muy de a t - ni se abate, ni mucho menos se envilece; antes bien sus rasgos
incesantes de entereza heroica y de sencillez pundonorosa, cau­
mano á saber, que en las mesas principales de Mar. ri< , cons i
san cierta veneración, y escilan el cariño en los pechos sensibles;
"e o n’te de la a educación el arte de amenizar los mutuos aga-
tjP: con alusiones delicadas á pasos y chistes del Qmjote; pn- y este esquisito temple que acertó á dar á su héroe fantástico
,ñor esquisito, elegancia preciosa de esqU.sita cortesanía, abs es una de las maestrías mas consumadas del gran Cervantes'
Pero todavía se sobrepujó mas á sí mismo en el cabal retrato,
lulamente desconocida por las provincias. . en la viva presencia y en la suma perfección y propiedad del
Desprovistode escudero y del avío necesario para sus ansiadas
doble carácter de su escudero.
Sanchoes á un mismo tiempo credulísimo y recelosísimo, y es­
te viso ambiguo y descollante, perpetuamente contrapuesto, es
una de las sublimidades mas eminentes de la historia, y en que
hasta ahora no creo se hubiese hecho el debido alto. El taima­
do encantador y trasformador de la campesina tobosesca en,»uK
ciliea y en princesa es él mismo, y luego á las primeras razones
le persuade la Duquesa que Dulcinea está realmente encantada.
DB CERVANTES. a3
22 ELOGIO
E! raudal de la pomposa descripción de los ejércitos de Ali—
pero no anticipemos primores que se atropellan por salimos q
fanfaron y Pentapolin se estrella en la sublime contraposición
encuentro, y riñen, según ¡a espresion siempre donosa y pinto­
del yerto asombro deSancho, que volviendo el rostro adiestro
resca de Sancho, por cuál se lia de parecer antes.
y siniestro, y desencajando con todo ahinco la vista, prorumpe
Pertrechado caballerescamente el héroe, y escoltado de sil
al fin: «encomiendo al diablo, caballero ni escudero, ni veros
flamante y rechoncho escudero, sale nuevamente y ufanísimo
azules y amarillos, partidos ni enteros que se aparecen, solo si
á campaña, y se estrena con la aventura harto violenta é inve­
rosímil de los molinos de viento, pues la dolencia de un inania'- dos manadas etc.»
El equivocar a cierta distancia rebaños con ejércitos, sea por
tico disparado hasta aquel punto , degeneraría en frenesí, res­
la polvareda ó por el viso de la luz, cabe anchamente en la es­
frian dose el interes y nublándosela naturalidad que requiera
fera déla verosimilitud, y lo hizo efectivamente en el siglo pa­
pija ficción sensata y adecuada. Cervantes en este caso es como
sado un mariscal francés, no tengo presente si Villeroy; pero el
fiq artista que desacierta sus primeros ensayos, para luego su­
blimarse mas y mas en sus nuevos artefactos. embestir y alancear las reses por soldados, ya viene á ponernos
Viene luego la preciosa aventura de los mongos,y en seguida en c-1 caso de la violencia y de la impropiedad que se notó con
la chistosísima del colérico vizcaíno. El peleante, su ademan, jos molinos de viento.... mas desarruguemos el entrecejo de la
crítica ceñuda, que suele resfriar el entusiasmo y apearnos del
el almohadón, su chapurrado, las damas despavoridas y rezado­
embeleso que derrama en el ánimo la ficción arrebatada. Vol­
ras, todo resalta, y en todo y por todo se redoblan y se estre-
viendo á la aventura, resultan pedradas ejecutivas para derribar
man las pinceladas de Velazquez, coronadas luegocon el rami­
llete estravaganle de la victoria, reducida, por ser aventura do los dientesjque el campeón solia tener; pálpale Sancho las en­
cías, sobreviene disparada y doble vomitona, acuden á las al­
encrucijada, ci una oreja menos.
forjas, se echan menos, desesperación de entrambos; se ha­
Sobreviene entremedias la suspension con aquello de los
bla de yerbas, alusiones al Dioscdrides del doctor Laguna ete.j
pergaminos ó cartapacios, del claustro de Toledo, y la nota es-
siempre chistes, donaires y primores á borbotones.
travagante déla gi'an mano de Dulcinea para salar etc. apreu-
La aventura de los batanes está desempeñada con toda la so­
sion cómica que luego han remedado mas ó menos, y siempre
lemnidad y aparato correspondientes al pavorde los aventure­
con poquísimo donai te, varios escritores, particularmente ingle­
ros, y se termina funestamente para Sancho (cuya diablura in­
ses; y entre ellos, no una sino cansadísimas veces, el célebre
Swift, en su decantado, y para mí en estremo empalagoso y termedia era mas bien para omitida que para descrita) por su
insolencia en machacar con la repetición de la pomposa arenga:
aun intolerable, Cuento del Tonel.
«Yo nací por disposición de los cielos etc.»
Asoma la venta, castillo para el héroe, y ya desde las cerca­ El lance del yelmo de Mambrino es uno délos mas hábil­
nías se acalora su entusiasmo. Luego en el interior ¡cuánto per­ mente preparados de toda la obra, con el barbero sangrador
sonage materialmente de bulto! ¡cuánto vivo retrato! qué lances
de dos pueblos, la lluvia ligera, el sombrero que debía de ser
tan venteriles y tan pintorescamente agolpados y contrapuestos!
nuevo, la bacinilla encasquetada para resguardarlo, la ráfaga
en ílu la ilusión se aparece tan cabal y casi palpable que viene de sol con los relumbros de azófar, la escapada del medroso,
á ser absolutamente teatral. las admiraciones de Sancho «rióme de la gran cabeza que tendría
El ridículo melindre de la superficialidad ha llegado al estre­
el pagano dueño de este almete, que no semeja sino una bacía
mo de apellidar deshonesta la escena de ¡a zafia Maritornes;
de barbero pintiparada;« espresion pintoresca, úmcafpara el pa­
cornos! una feróstica, un mascaron, un espantajo, pudiera cau­
so en todo el idioma, y una de las que llamo pinceladas de De-,
sar jamas sino asco y desvío. En fin, el candilazo de) cuadrille­ lazquez, realzadas con los escrupulillos pundonorosos del héroe
ro, <hiérrame de los cueros, el manteamiento, el bálsamo pe­
regrino y caballeresco del reo—Blas, como decía Sancho, con sobre cambio de jaeces etc.
En el encuentro de los galeotes se palpa el embeleso, u sea
los ingredientes tan obvios y haladles de sal, vinagre y aceite;
la magia, de la descripción en un autor eminente. En el arse-
todo hierve, todo se agita, todo habla en la pluma del escritor
incomparable.
a4 ELOGIO DE CERVANTES. 25
pjente á los dos descarriados aventureros en busca de encuen-,
pal de Cartagena por el retiñido de las cadenas, solíamos sor­
tros y de lances. Allí se tienden por lo mas, y se dilatan á dies­
tear de lejos el roce y aun la vista de los viles presidiarios que
tro y siniestro campiñas solitarias, donde el objeto menos men­
Cervantes supo trasformar en objetos interesantísimos, y parti­
guado y rastrero suele ser un tomillo; y la fantasía de un mortal
cularmente el Cines de Pasamente, que luego reaparece de
pobló y hermoseó aquellos desiertos con situaciones, persona—
Maese Pedro, y tiene notable trascendencia en el contesto de
ges y sucesos, lodos naturalísimos, y de tanto bulto y con tari
la historia. Otro tanto sucede en la 2.a parte con el salteador
subidos matices, que se estampan indeleblemente en el ánimo.
Roque Guinart; que lejos de causar asco ú horror como los su­
sodichos de las galeras, abulta allá también con importancia en­ Cervantes sí que fue un encantador efectivo y portentoso,
tre los personages que salen á la palestra.
y no los que perseguían á su héroe. Se dirá tal vez, que los li­
Seria interminable el ir desentrañando y aquilatando las per­ bros caballerescos le suministraron la tela que luego su fantasía
fecciones que brotan á cada renglón , y por otra parte nos ha­ fue bordando y engalanando airosamente; pero en primer lugar
llamos ya harto internados en el discurso déla obra para poder, es infundada esta suposición, pues ni el vizcaíno, ni el barbero
abarcar y desarrollar su conjunto. (Jnodelosquemas rematada­ del yelmo, ni los galeotes etc. etc. estaban en los desvariados
mente deliraron sobre la materia, fue D. Vicente de los Ríos escritos; ni competidor alguno (estando el tema bien patente
en su titulado Análisis del Quijote. Maniático por Homero, para todos) le antecedió, ni tampoco le siguió, sino el ridículo
como otros infinitos, en la litada se cifraban para él lodos los tordesillesco, de quien se hablará á su tiempo.
géneros de escelencia accesibles al ingenio humano. La inven­ Homero desemboscó y coordinó las tradiciones mas ó menos
ción del total, la despedida de Héctor, el ceñidor de Venus, el fabulosas y poéticas que prevalecían en Grecia, y sobre el cam­
cuadro de las plegarias, la propiedad y fluidez suma, el desem­ po que tenia presente fue fabricando su galano y suntuoso edi­
peño cabal en la parte descriptiva, por medio de una armonía ficio, ademas de que en una composición de carácter serio y
siempre adecuada y pintoresca, en aquel idioma pastoso^ cuér- elevado, en variando los objetos y retratándolos con ardor y
gico y sin igual, son á la verdad prendas bien patentes y des­ propiedad, está desempeñado el intento; pero en una obra bur­
collantes en Homero; mas, como lo he dicho en otras partes, lesca, hay que mudar incesantemente de temple, según los
sus diosotes viles y soeces, sus héroes zafios y cocineros, sus personages, salpicándolo todo de chistes agudos, nuevos y cul­
símiles de jumentos apaleados por la sementera, sus arengas tos, para reescitar é inflamar á cada paso el mteresy el deleite.
fútiles y apelmazadas en medio de la refriega etc. etc. son nu­ Dicen si el Ariosto, y aun si Apuleyo, le sugirieron el pensa­
lidades harto abultadas é innegables, Pero sean las perfecciones miento general v las particularidades principales.... desalmo,
de la Ufada tantas y tan esclarecidas como se quiera ¿qué punto ceguedad. El Quijoleno tiene, ni tendrá semejante; es único en
ni qué ajoino de semejanza puede caber entre una obra for­ su especie, y ni remotamente ni por sueño se parece al Orlan­
malísima, y en fin un poema épico, y qn escrito satírico, bur­ do úal'Asuo de oro, como se convencerá plenamente quien tome
lesco, prosaico, esencial y privativamente castellano, y por á su cargo el entablar este parangón, pues á cada paso irá pal­
consiguiente agenísimo délas costumbres griegas? pando el desengaño de tan aventurado despropósito.
Por mi parte, conceptúo á Homero incapaz de formar el en­ No será intempestivo aquí el nuevo encargo, de tener presente
cabezamiento de un capítulo del Quijote (por ejemplo aquel, mi desenfado genial, harto manifiesto en la censura deaniba
«Decomo menudearon etc.») y considero igualmente á Cervan­ Sóbrelas demás obras de Cervantes, cuyo testimonio terminante
tes inhábil para componer cuatro versos de la Ilíada; y ¿ se so­ eje esmerada imparcialidad debe, al parecer, ponerme en salvo
ñará por ventura que esta diferencia suma, ó mas bien diversi­ de toda taclia, y aun sombra, de arrebatado enamoramiento,
dad tan diametralmeute opuesta, ceda en menoscabo, ú arguya ú de ceguedad y fanatismo; y tras este recuerdo, voy sin des­
inferioridad por parte del ingenio español? ¡qué desvarío! vío á esplay arme en mi ideado panegírico, Afirmo, pues, sin re­
Viajando por los llanos de la Mancha, la primera considera­ bozo ni rodeo, que en punto á combinación adecuada y á dispo­
dor; que asalta á todo culto viandante, es contemplar figurada- sición artística, la trama del Quijote se aventaja y sobrepone
26 ELOGIO DE CURVANTES. 27
en gran manera á cuantas fábulas poéticas y prosaicas, antigua« chornar y desengañar al estraviado andante. Véase en particular
y modernas, en crecidísimo número lian llegado á mis manos. la del muchacho Andrés en presencia de gran comitiva , la des­
La demostración palpable va á dejarme plenamente airoso carga cerrada del fraile, y el escarnio de Sancho «sentaos, ma­
en este importante, y á mi entender facilísimo empeño. jagranzas» en la mesa del Duque etc. ; pero el desengañador
Descórrese el telón, como se dijo; áparé'cesé el héroe en cuer­ de profesión, el escarmentador en gefe presumía ser, y io fue
po y alma; regístrase por entero el interior de su morada y da por fin Carrasco. Con esta mira predilecta, con este plan cons­
su existencia, y se le está viendo idear, disponer y ejecutar su tante, bajo-el dictado de caballero del Bosque y enamorado allá
desvariada empresa. Palpa el vacío de un escudero y de otros de una Casildea de Vandalia, rebosando de ufanía y predominio,
requisitos, y regresa á su pueblo para acabalar su anhelado avío vuela en busca de su estraviado antagonista. Prepárase la ca­
caballeresco. Yace malparado de su fracaso y acuden al so­ tástrofe con el coloquio animado de los caballeros, y con el pre­
corro, aferrados en desimpresionarle de sus desbarros, dos per­ ludio de la provocación de dome Cecial a Sancho, quien chis-
sonages importantísimos por su trascendencia en la trabazón tosay absolutamente se desentiende de los talegazos con guijar­
y contesto de la acción principal. ros, y de todo género de contienda.
El Cura y el Barbero, reforzados luego por otro individuo Trábasela lid á los primeros albores de la madrugada, y por
mas fogosoy ejecutivo, vienen á formar, hablando á lo moder­ un incidente tan cómico é inesperado como todos los de la obra,
no, el partido de la oposición. Por el pronto lo desapropian y queda vencido (y aun sin la vivísima diligencia del supuesto es­
despojan de Sus idolatrados volúmenes, causadores de tan las­ cudero muerto en el acto «no dices mal Sancho») el provocador
timoso trastorno, y hasta le tapian y emparedan el aposento da y juguetón Carrasco. El resultado del triunfo fue, como era de
Su librería; pero el estrago era ya irremediable, y el maniático presumir, el rematar y aferrar mas y mas en su desvarío al in­
se dispara de nuevo, y sale á campaña, pertrechado de escude­ contrastable vencedor, y alucinar también sin límite á su ató-
ro, y de cuanto había echado menos en su malogrado y dolo­ nito escudero.-
roso estreno. Median uu sinnúmero de aventuras, y entre ellas la asom­
Después de varios episodios é incidentes, mas órnenos enla­ brosa y discrelísimamente dispuesta y terminada de los leones,
zados con el asunto característico de la obra, los dos curanderos donde Sancho al huir va sin cesar volviendo el rostro y varean­
ó salvadores de su lunático, acuden solícitamente á la venta, do el rucio (siempre el pincel de Velazquez), con cuyo éxito
lo enjaulan en la carreta de los bueyes, y en medio de su dispa­ felicísimo el héroe, mas ensoberbecido que nunca, se condecora
ratada mogigangay disparatados anuncios y profecías lo resti­ sobre la marcha, y á ejemplo de otros caballeros, con un nuevo
tuyen por fin ásu casa, y le desarraigan al parecer su empe­ y retumbante dictado. Hallase en Barcelona engreído y entu­
dernida dolencia. siasmado sin término, con los agasajos y festejos de damas y
En el claro deeste restablecimiento aparente, y de esta bonanza señores, y en la cumbre déla gloria se le aparece el campeón
alevosa, se presenta, recieu venido de Salamanca, el personage de la Blanca-Luna, le reta, le Vence, y queda el casi exánime
dominante y triunfador de la fábula, el bachiller Sanson Car­ andante, puesto a merced del triunfador, juramentado y com­
rasco, pregonando la publicación de las correrías quijotescas, y prometido á retirarse á su hogar, donde enferma principalmente
botarateando de temporal. C011 la glosa, alabanza y crítica de de melancolía y de quebranto, duerme un tantillo y se despeja ,
la historia, alborótase el campeón, inflámase de nuevo su entu­ reconoce su frenesí, se agrava y fallece.
siasmo,y sale por tercera vez á campaña. Este es el bosquejo sucinto, estala armazón incontrastable
Las aventuras, ! pesar de su identidad al parecer inevitable, de la fábula mas consumada y perfecta que jamas ideó la hu­
en lo material de un choque, ó de una lid reñidísima, están, en mana fantasía. Pero ¡cuánta gala! ¡cuánta escelencia aguda,
sus arranques, trances y terminación, variadas siempre con una jocosa, moral y pintoresca , atesoran sus imponderables por­
fecundidad portentosa, agolpándose á veces en un solo capítulo menores! Se evidencia desde el principio la novedad descollante,
á docenas, y todas ellas se encaraman al objeto capital de abo- la contraposición sublime y la suma propiedad de los caractc-
28 ELOGIO nE CERVANTES. =9
res. Escusarémos repeticiones de suyo molestas, y mas cuando particulariza, como muy recomendable, la ridiculez de mofar
todavía nos resta campo dilatadísimo que guadañar. ó escarnecerlos achaques ó defectos .corporales. Apuleyo no
Empezaremos por el artículo de los chistes, entablando s* hace mas que generalizar y recargar su mal ideado Asno, y Pe­
historia, porque asi lo requiere el asunto, ah oeo, desde muy tronio anega su viva chispa y consumada elegancia, en una
lejos, para luego venir á parar á una conclusión tan terminante ciénaga, en un lodazar de torpezas. Vengamos ya á los mo­
como inesperada. Haremos otro tanto con el lenguage prosaico, dernos. , 1 xr 1
manifestando la castiza perfección del que reina en el Quijote; Erasmo, á quien apellido ett mis Poesías francesas, el Vol­
pasaremos á su acendrada y entrañable moralidad, y después taire del sielo xvi, manifiesta en sus coloquios travesura, gracejo
de calificar el mayor ó menor acierto en el enlace de los episo­ y esquisita latinidad; pero sus agudezas no son mas que re­
dios, reconoceremos ingenuamente los varios lunares, ó sean lámpagos que ningún parangón admiten con el tesoro de sales
defectos abultados que innegablemente desdoran á trechos el que colman el Quijote. . ,
parto á todas luces mas portentoso, la obra maestra, la gala Shakspeare en sus misceláneas tragi-cómicas, salpicadas de
esplendorosa del ingenio humano. runflas de versos y de párrafos prosaicos, idolatrado uno y otro
Los fundadores de toda la literatura antigua y moderna, los de los ingleses« quiso también chancear« ó mas bien, bufonear;
atenienses, á pesar de su decantada sal ática, no ofrecen ejem­ pero el gran poeta y prosista moderno Goldsmith se nealtamen-
plar alguno de culta y decorosa jovialidad. Su comediante Aris­ te de sus rancias y ahumadas jocosidades.
tófanes no tiene mas que monstruosidades, chocarrerías, in­ El Ariosto ideó una epopeya satírico-burlesca (torpe y su-
sultos é indecencias, De Menandro solo quedan fútiles frag­ clámente remedada por el travieso y estragado Voltaire) en la
mentos, y las traducciones dobles del, como ya se dijo, castizo, cual, ya las situaciones cómicas, ya los arranques contrapues­
y'yerto Terencio, en todo el cual no se halla mas [donaire que tos, con el realce de su poesía fluida y brillante, arrebatan a
el siguiente, á saber: al presentarse un personage de quien se imaginación; pero no atesora los chistes naturalísimos,los chis­
esperaban noticias importantes, no se le oyen mas que dos ó pazos donosos y perpetuos de Sancho. Con efecto, abrase a
tres palabras sentenciosas, y le dicen: «¿con que tú solo traes bulto el Quijote, y con tal de qhe hable el decidor escudero«
aqui un platillo de moralidad?»! se está seguro de tropezar con un raudal de graciosidades.
Luciano es el autor antiguo mas finamente chancero y tra­ Estos donaires son el timbre y la gala del teatro francés, co­
vieso; pero su jocosidad se cifra en contraposiciones joviales, mo se ve en aquello de «ahora caigo en la cuenta de que 1 evo
en escarnios agudos de vulgaridades torpes y arraigadas, rasgos cuarenta años de estar haciendo prosa, y nunca á sabiendas*
todos que á pesar de su innegable mérito, no llegan á ser lo que Con las demas aprensiones del Plebeyo-Hidalgo, y otras varias
entendemos acá por chistes, cuya cualidad esencial y caracte­ del propio Moliere, cofnO también en la comedia unica de los
rística, poco definible, está siempre de manifiesto en el lengua- Litigantes de Racine, donde las chanzas llegan á cansar poi
ge de Sancho. Si venimos á los romanos, sabido es el fallo do su profusión; en el Travieso de Gresset etc. ; pero e Quijo e e
Horacio acerca de Plauto, pues trata á su auditorio de escesiva- anterior, y desde la publicación de la primera parte, mereció
mente sufrido, por no decir insensato (nimium patienter, ne grande aprecio v se generalizó inmediatamente en Francia, como
dicam stulte') y el mismo Horacio, tan galano y brillante en las lo acredita el licenciado Marquez-Torres en su aprobación de
odas, se hace intolerable, cuando quiere chancear con las bru­ la segunda parte; y asi todos se empaparon desde luego en i
jerías criminales de su asquerosa Canidia, con el camorron original de aquella fuente. Resulta pues con ev.denc a , que
soez de Rupilio y Rey,, con el fútil viage á Brindis etc. Cervantes merece el privativo dictado de F undador del ver .
El dechado de culta elegancia, el sumo orador y discretísimo dero chiste, de Civilizador de la Europa en esta parle tan tías-
corresponsal Cicerón, se adocena, se envilece y se anonada, cendental de la sociabilidad.
cu dándole la humoradilla , por fortuna no muy frecuente, de “insistimos tenaz y redobladamente sobre este punto, porque
meterse á juglar; y aun entre sus tópicos, ó fuentes de elocuencia, vivimos persuadidos á que un solo rasgo agudo y chistoso«-
BE CERVANTES. 3t
3o ÉL’OGIO
guye mas cliispa de ingenio! que veinte pasos patéticos de ora­ Inglaterra con Addison, en Francia con Pascal, en Alemania
toria y aun de poesía; y aquel timbre campea por escelencia en con.Wieland, Shmidtetc. En España Boscan, Garcilaso, León,
el divino Quijote. El Lazarillo, el Tacaño, el Gerundio y sus Herrera y demás dieziseisenos, seguramente no versificaban
semejantes, no son en su cotejo, ni aun pigmeos junto al co­ con el despejo, tersura y perfección de Melendez, Arriaza, Ta­
pia y Doña Vicenta Maturana, pero no obstaute se sobreponían
loso.
Por tanto ninguno de esos enanillos ha merecido la adoración infinitamente á todos los prosistas contemporáneos. Muestro
rendida, el aferrado ahinco y los comentarios dilatados y es- exactísimo analista Zurita es insufrible por su difusión , lan­
cesivos que nuestro ídolo; El Quijote requiere en él día ciertas guidez y desaliño ; y otro tanto sucede con Morales, Ocam­
nolillas brevísimas y, por decirloasi, volanderas, que espliquen po, Antonio de Herrera etc. Mariana, que según el célebre his­
algunas espresiones, usanzas y particularidades ya general­ toriador ingles Gibbon, es en todo y por todo otro Tito-Livio en
mente desconocidas, como duelos y quebrantos^, el yelmo de su historia latina, se muestra rastrero, yerto y ramplón eu la
Mambrino etc., pero todo este conjunto deberá abultar á lo su­ castellana; pues usando déla espresion agudísima de Saavedra,
mo dé seis á ocho páginas y no mas, pues el pararse á desmenu­ asi como otros se desviven por parecer jóvenes en la ancianidad
zar y desjugar por átomos la obra entera, ño solo es infructuoso y aun caduquez, él incuriió en la estravagancia de encasque­
sino perjudicial para el intento de encarecerla. Con efecto, esos tarse un pelucon cano, y aparentar vejezcn la mocedad.
eruditísimos señores debieran hacerse cargo, de que el chis­ Nuestros escritorazos, según la espresion familiar, o sea
pazo de la agudeza se amortigua y desvanece con los toques y nuestros grandes literatos, Arias Montano, Sánchez de las Bro­
retoques, y en una palabra, de que todo chiste glosado, por este zas, Pedro Valencia, Luis Vives, Mariana, Chacón, Sepulveda
mismo hecho deja ya de serlo. etc.etc., se muestran consumados latinos, y aun clásicos en aquel
Si venimos á los episodios ¡cuánto personage! un mundo en­ idioma; pero aquellos mismos oráculos, en asomándose al cas­
tero acude á agruparse , como se dice modernamente, tras tellano, se apocan y desmayan en términos, que rastreros y
nuestros dos héroes; y si hay, á la verdad, como se ve en Carde- áridos se atascan perpetuamente en sil yerta y mohosa vulgari­
nio,'en el Cautivo, en el Curioso impertinente etc. algunesceso, dad. Aparécese el Quijote, y su despejo, gala, brio y raudal
alguna inconexión, algún rebosamiento incómodo en tan estre- arrollan la caterva empedernida de nuestros ridículos prosistas,
mada fecundidad, no es de estrañar que ciertas partes menos yv como el astro del día, se remonta solo y triunfador por la es­
principales desdigan de la perfección en cuadro tan inmenso. fera .
Vamos á tratar del lenguage. Sabido es que en todas las na­ En fin, orillando la alegoría, toma la pluma Cervantes para
ciones la poesía, aunque arte mas arduo y eminente, antecede historiar los desvarios de su iluso andante, y vacia de improviso
siempre á la prosa; y asi en Grecia abundaban los poetas escla­ la norma, el tipo y el tesoro actual y venidero de la lengua
recidos, cuando Herodoto arrebató losánimos, cautivó el gentío castellana. Ya van dos siglos muy cumplidos , y seguirán pro­
en los juegos olímpicos, tras las nueve musas, o sean libros de bablemente otros (muchos, siendo el Quijote, sin anticuarse,
el testo solariego, castizo y terminante del idioma; de modo
su historia.
En Roma descolló Lucrecio con los trozos descriptivos, dig­ que el preservativo mas eficaz y victorioso contra el torrente
nos del mismo Virgilio, que embebió en su absurdo Poema emponzonádor del galicismo, es el mismo libro donde se cifra
epicúreo, y sin embargo Cicerón, posterior suyo, fue el gran el recreo mas racional, y la enseñanza mas palpable que se
maestro, ó mas bien el inventor, déla prosa perfecta. Duede proporcionar al corazón y al entendimiento.
Al renacer las letras, campeaban en Italia el Dante, el Pe­ Ya se han estendido y perpetuado por otras naciones los
trarca, y luego el lozano Ariosto y el portentoso Passo, y apenas nombres de Dulcinea por una Clori, ó una querida, de Don
había asomado prosista alguno hasta el elegante Bocacio, y Quijote por un quimerista ó desfacedor de agravios; y entie
en seguida los eminentes historiadores Maquiavelo, Guicciar- nosotros hay lymyoZAmo, quijotería, quijotada, quijotear, el y
dini, y después Giannone, Denina etc. Otro tanto sucedió ni aun algos de Sancho, con otros mil dichos que se pudieran gene­
3a ELOGIÓ DE CERVANÍES. 33
ralizar. Mas en cuanto al garbo donoso, al embeleso de laloctl'-4 dictámen), y seria forzoso verter aquí toda la obra para comp ro
cion, debo observar que los ingleses son amantísimos del Qui- bar,ó testimoniar, nuestra doctrina. Las aventuras llevan por
jote; y según todas las muestras, á Cervantes debe el célebre lo mas en su arranque el señorío, la entonación, el carácter he­
Addison el temple halagüeño, la lozanía florida y los chispazos roico que requiere la empresa caballeresca; pero á lo mejor un
festivos que matizan y esmaltan los peregrinos discursos de su incidente acarrea estrañezas absolutamente inesperadas , como
decantado Espectador. el almohadón del vizcaino, que hace prorumpir al Mancliego
Pascal, fundador, conio se ha dicho, de la prosa francesa, ajustó en aquella estravagancia «aunque te escudes con mas almoha -
á la idéntica pauta el carácter irónico, jocoso y embelesante de das que tuvieron en su linage los Almohavides de Grana­
su lenguage. Voltaire que tan enormemente, y en mi concepto da etc.» En la de los leones, se retrata, al desden, la arro -
a sabiendas, se equivocó en cuanto á la originalidad del Quijo­ gancia despreciadora de fieras «¡leoncitos á mí! ¡á mí leoncitos
te, pues lo supone un remedo del Orlando con el cual no tiene yá tales horas!» etc. etc.; en fin acúdase al sobrehumano libro;
un átomo desemejanza; el mismo Voltaire sigue conocidamente léase y reléase una y mil veces; apréndase de memoria, y rú-
sus pisadas y sus arranques; en el giró y traza dé la prosa, que miese de continuo, se palpará que su lenguage, siempre ele­
por esta razón he llamado en mi Poética, Cervantina. gante y castizo, y siempre absolutamente intraducibie á ningún
En fin Cervantes llegó á señorearse en tan sumo grado sobré idioma, es por escelencia adecuado á las situaciones. Adverti­
el idioma, que ya se inventa voces, ya les varia la terminación mos, que no se ha formado aqui artículo peculiar y separado
<5 la forma, ya superlativa los verbos, quisieredísimis, y se de las que llevan en literatura el dictado de situaciones, tan in­
arroja á otras mil travesuras que en él halagan y cautivan, y en dispensables y decisivas en la dramática, porque ya van em­
cualquiera otro se harian acaso intolerables. Con este predomi­ bebidas en las aventuras, de que tan largamente hemos tenido
nio, su estilo es fogoso y ejecutivo, cuando otros se espresarian que hablar en este discurso;
con languidez y frialdad «y si mas te cogiera, mas te doliera» Tampoco tenemos ya que pararnos á desentrañar los carac­
en vez de atarse á la vulgaridad de «si mas te hubiese cogido, teres, porque esta parte queda ya anteriormente desempeñada;
mas te dolería etc.» pero debo advertir, que se me trascordó, hablando de las No­
Repárese, desde el renglón primero, la sania y perpetua pro- velas de Cervantes, manifestar que el Loaisa del Zeloso estre-
piedaden la espresion, y sobre todo el temple ya subido, ya meño es indudablemente el tipo, molde ó turquesa; donde
medio, ya llano del lenguage, al tenor de los objetos y de las el célebre Richardson vació el carácter completo de maldad
ocurrencias; y usando siempre, como dijimos, las voces mas rufianesca en su Clarisa, y hasta en el nombre del malvado Lo-
adecuadas y características, resulta sin embargo infinita nove­ Velace se rastrea el apellido del galan español Loaisa; siendo
dad en los cuadros. Y este consumado primor le sale al encuen­ sobretodo, aunque el uno en miniatura, y el otro en perspec­
tro, se le viene á la pluma, y se presenta, como dicen los es­ tiva teatral, idénticos en la realidad.
cultores, de un vaciado, sin esmero, sin ahinco, y estoy por de­ Varaos ahora á la enseñanza literaria y moral del Quijote.
cir, sin noticia del artista. En cuanto á la primera parte, es de advertir qUejjen aquella)
La Harpe en su Elogio de Fenelon afirma que será imposible época las dos grandes literaturas, inglesa y francesa, estaban
señalar los altos del Telémaco, esto es, los momentos en que todavía por nacer; y en cuanto á la antigua, y la española é
dejó la pluma, y luego la reasió para continuar su tarea. ¿Quién italiana se muestra siempre Cervantes instruidísimo; y esta pren­
Será el lince ó el zahori que advierta y apunte las pausas del da se hace tanto mas de estrañar por la situación desairada y
Quijote? Todo parece que salió exento absolutamente de mate­ sombría del escritor. Con efecto, en el dia ademas de las bi­
rialismo, de un solo bote y sin el ajuar de pluma y tintero; como bliotecas públicas, todo literato medianamente ¡conceptuado én
Minerva armada y perfecta del celebro de Júpiter. Madrid, puede disfrutar á su ensanche las librerías de sus
Narrativa, descripción, diálogo, no se sabe cuál es la paite amigosy las de los grandes, que las poseen opulentas y es-
mas sobresaliente (jen punto á los efectos, diremos luego nuestro quisitas, al paso que el Inválido indigente, arrinconado y
ELOG, J

/
34 ELOGIO ... 35
DE CERVANTES.
exánime, careció absolutamente de este ausilio inestimable. de diluviar por Francia, Inglaterra y Alemania’un piélago de
En cuanto á la moral, toda la obra rebosa de la rectitud mas novelones, que á manera de troncos y despojos en una riada
inflexible y del pundonor inas acendrado, y estos impulsos he­ del Ebro, asoman y van de largo sin rescate, ó variando la
roicos se estampan hondamente, hasta con los refranes inter­ metáfora, después de relampaguear y deslumbrar un tantillo,
minables de Sancho; pero sobre todo, los documentos de su amo desaparecen para siempre, y entre tanto el Quijote se está seño­
para el gobierno, recapitulan en un cuadro admirable, digno reando mas y mas por cada día, como el Pico de lenerife en el
del mismo Solon, las sublimidades prácticas embebidas por el océano; ó volviendo al símil de arriba, como el astro soberano
contesto de la historia. ¡No fallan cavilosos que imputan al Qui­ del firmamento , entre los meteoros o exhalaciones que asoman
jote el efecto imaginario de acobardar y afeminar la nación, fugitivamente por la esfera. Este astro adolece, sin embargo, de
antes tan guerrera y formidable.... Mi íntimo amigo Velarde, lunares, ó sean manchas, como lo vamos á manifestar con nues­
su digno compañero Daoiz, el ínclito L). Mariano Alvarez con tra ingenuidad característica.
sus inmortales ahijados los defensores de Gerona, tan superio­ Sabido es que Cervantes, desde su tierna mocedad, aspiró
res todos á cuanto se ha visto en lo moderno , están á voz de ansiosamente á merecer el dictado de poeta, mas por su desgra­
pregón desmintiendo esa calumnia execrable de cobardía y cia, apenas pudo hollar á traspieses las ínfimas faldas del Pai na­
afeminación. Este desvarío corre parejas con los que acerca de so. Sus versos por lo inas desfallecen, destituidos de afectos,
nosotros menudean en escritos estrangeros, no siendo de los de gala y de cadencia métrica, tanto que la escasa parte poética
menos absurdos el de Rousseau, que atribuye á la barbarie in­ del Quijote, aunque parezca un desacato, una [profanación á
sensata de los loros, la conservación de derla pujanza en la na­ nuestra Divinidad, se aparece, sin escepcion, absolutamente
ción española. Sin duda que, ademas de los sobredichos, mis despreciable.
valerosos zaragozanos, hombres y mugeres, serán todos tore­ Contra esta conclusión, por desgracia tan obvia y tan decisi­
ros de profesión. va, los alemanes, siempre cavilosos y estravagantes, haciendo
Volviendo al asunto ¿cuándo hubo sátira que desempeñase gran caudal de una mera y ridicula cuestión de voz, se atienen
tan cabal y colmadamente su objeto, y consiguiese en tan á lo material de la etimología, ú origen de aquella denominación,
sumo grado su intento importantísimo? Antes de tomar la plu­ y de consiguiente (significando en griego, Hacedor, Creador ó
ma Cervantes, se desalaban todos por los devaneos caballeres­ Formado,) colocan á Cervantes eu la cumbre de la poesía; pero
cos; recieu publicada su obra, quedaron ya sepultados en el conformándonos aquí con la acepción ya establecida y univer­
olvido, y solo escitan acaso la curiosidad como trofeos del in- sal en Europa de la calificación áe poeta que equivale á versista
victo triunfador. á todas luces eminènte, repelimos de nuevo, que Cervantes era
Los remedos estrangeros, mas ó menos serviles, como el tan consumado prosista, como vulgarísimo coplero.
Tom Jones de Fiejding, el lludibras de Buttler, y hasta cierto Continuando ahora nuestra crítica, los episodios están ge­
punto las Dunciadas de Pope y otras, las Sátiras en prosa del neralmente recargados de hipérboles, y huelgan en gran parte
médico aleman R ibener, los pasos copiados en Wieland, como por inconexos con la acción principal; desacierto nacido en el
el délas cabrillas de Sancho, toda esta sierra grey de imitado­ autor por falta de conocimiento de sí mismo, ignorando, como
res,como la llama Horacio, cifra su jovialidad en recargar y ya se dijo hablando del teatro, el tesoro que depositaba en su
contraponer violenta y desmedidamente cuadros, personajes y interior; pues lo que allí se apetece, lo que se paladea por esce-
situaciones , y demuestran que el donaire acendrado, legítimo, lencia, es el diálogo de los dos héroes, quienes se desea que ha­
finísimo, trascendental é infinitamente superior al ático, jamas blen ú obren siempre, siu eslí avíos ni parches de personages ad­
habitó las orillas del Támesis, del Danubio ú del Arno, y asomo venedizos é insensibles para el embeleso y complemento de la
solo por el teatro, v á ráfagas, en las del Sena, cabiendo vincu.
fábula.
lada v privativamente al inmortal Ingenio del llenares. Adviértase, que no confundimos en clase de episodio el go­
Adviértase de paso, que de dos siglos á esta parte no cesa bierno de Sancho, antes bien aquella separación de los actores,
DE CERVANTES. 37
ELOGIO
36 ademas de la ninguna probabilidad de que una piara arrolle y
teniendo la historia que acudir alternativamente ya al uno ya vuelque sin recurso los cuatro vivientes aventureros, tampoco
al otro, proporciona, á su modo,realce y magnificencia a' la et»~ resulta de aquel atropellamiento efecto alguno que cié á la his­
presa caballeresca, y sirve de pábulo al interes y de variedad á toria novedad, gracia ó adorno; mas no estoy con Ríos, en
los maticesdel cuadro. cuanto á la calificación que hace del gateamiento en casa del
Las artes todas deben á la verdad retratar la naturaleza, Duque.
mas no en su tosquedad comunísima, sino en cierta forma selecta El objeto trascendental de hacer odiosísimos á los altos seño­
y perfeccionada; y á veces las espresiones de nuestros persona­ res, que suelen sacrificar á sus caprichosos deportes cuantos
jes, aunque bien apropiadas y en estremo naturales, no son allegados les rinden homenage, está en la misma obra de ma­
debidamente decorosas, como se ve en el diálogo délos escude­ nifiesto con estas espresiones: «y dice mas Gide- fíamete, que
ros, encareciendo con esclamaciones descomedidas la escelencia no eran menos tontos los que tanto ahinco ponían en mofarse
del vino, y en algunos otros, aunque poquísimos, pasos, 'lam­ de dos tontos.» Bajo este antecedente, la citada aventura es uua
inen D. Quijote se empeña tal cual vez en rectiíicar las im­ de los muchos pasos que los retratan al vivo y «cuadra á las
propiedades ó barbarismos de Sancho; pero no incurriendo este, mil lindezas» ó sirve de tercio en el conjunto déla decoración
antes ni después, en tales desbarros, parece una inconsecuen­ teatral.
cia, tanto la corrección como el yerro que la motiva. A pesar de estas quiebras é imperfecciones que no hemos tra -
En el estilo, aunque siempre por esencia ílúido y castizo, tado de encubrir ó sobredorar, el contesto del Quijote brilla
hay á veces, en cuanto á la forma gramatical de las cláusulas, dotado de tan cabal é intensa ilusión, que hasta los lectores de
harto desaliño y casi abandono, y sobre este punto el hueco suyo casi yertos y empedernidos, se apasionan en estremo pur
Solis suele hacer notables ventajas al naturalisimo Cer­ el héroe, y se conduelen entrañablemente de su tristísimo fa­
vantes. Hay también pasos difusos ó cansados, efecto de esta llecimiento. Su contenido encarna y se estampa sin contraste
Atis 11a facilidad, raudal ó atropellamiento en el acto de la com­ en el interior; y de mí sé decir que hace masdeaá años no lo he
posición. Mas no se entienda que intentamos tildar los arcaís­ abierto, sino para hojear alguna edición castellana y muchas es-
mos, ó sea el lenguage anticuado del héroe (mas intraducibie trangeras, pero sin leer un capítulo entero, y por lo mástil una
que todo á ningún otro idioma) «el ferido de punta de ausen­ página, y sin embargo no temo haber incurrido en yerro ú
cia» etc,, particularidad y gracejo, manejado siempre con tino equivocación alguna sustancial, eu las citas y en el orden que
y discreta sobriedad por el autor. E11 los actos caballerescos, manifiesta el presente Discurso.
cuales son, trances guerreros, carta á Dulcinea, amagos arro- En comprobación de este embeleso sin igual, en mi mano
gmitesetc. el habla es del tiempo y de la hinchazón de Suero estuviera enramar largas páginas con autoridades eminentes,
de Quiñones y su comparsa lidiadora ; mas en tratándose de en especial inglesas y alemanas, que demuestran el estreraado
asuntos civiles o literarios, su castellano es moderno, galano, entusiasmo y casi adoración que merece umversalmente la
brillante y perfecto, como lo acreditan palpablemente la con­ obra en las naciones estrañas, á pesar de la imposibilidad in­
testación y rechazo completo al insulto del fraile en casa de superable de situarse al debido alcance de los modismos, < Instes
Duque;el parangón ó razonamiento elocuentísimo sobre las y primores castellanos. En el solo año de 26, hallándome yo
amias y las letras etc. Melcndez 110 se hizo cargo de esta total en Francia, salieron á luz tres nuevas traducciones; defectuosí­
diferencia, cuando en Jsus yertas Rodas recargó tanto de ar­ simas todas, pero que en el ahinco de su competencia demues­
caísmos el papel del héroe, y donde la misma suavidad monó­ tran el sumo aprecio que profesan al objeto de sus tareas.
tona de 1 >s ver.,os redund 1, asi para la lectura como para la E11 medio de este redoblado aplauso, y de esta aclamación
representación, en mayor fatiga y empalago. universal, no han faltado etíopes blasfemos contra el radiante
En las aventuras ya se tachó de inverosímil la de los moli­ luminar del dia, quiero decir, detractores ó despreciadnos del
nos, y de impropia en el acto de la embestida y de la ejecución, Quijote; pero ¿cuántos, y quiénes?,... un menguado, un idiota
la de lo* rebaños, Añadirémos ahora la llamada cerdosa, pues
DE CERVANTES. 89
38 ELOGIO

nombrado el Setabiense, y otros cuatro ú seis insectillos invi­


un amigo, el cual dijo que tenia el Avellaneda, y escitada nues­
sibles, de calaña idéntica , ó si cabe, todavía inferior. tra curiosidad con esta especie, fui en seguida por él, á las es­
El desamar el Quijote arguye, notan solo idiotez empeder­ paldas de un estante, donde yacía en profundo y legítimo olvi­
nida, sino una especie delisiadura intelectual, una nulidad físi­ do. Por una casualidad estrañísima, abrí el libro en un paso
relativo al idéntico sitio donde nos hallábamos, circunstancia
ca, uu desconcierto de organización, como el no gustar de los
inesperada que debía hacerlo un tanto mas interesante. Se su­
manjares de suyo mas gratos y saludables, y el desestimai la
ponía un torneo, y al pasar por delante de casa del Conde de Sás-
poesía, la música, la pintura y las demás artes eminentes , que
tago, frente ala cual era la lectura, D. Quijote tartamudeaba
son el distintivo, el loor y el embeleso de la existencia hu­
un requiebro, ni tierno, ni agudo, ni caballeresco, sino absoluta­
mana. mente sandio y mohoso, á una mozuela que le correspondía con
Sintiera en el alma que mis idolatradas beldades empañaran
un desaforado ventanazo; y en vista de tamaño insulto, prorutn-
sus esclarecidos atributos con el borron enorme, con la horren­
pia Sancho: «si agarro por aqui un medio ladrillo, yo le ense­
da torpeza de mostrarse desafectas ó tibias á las divinidades
ñaré de modos á esa pazpuerca».... este es un idiota, esclamé,
del Quijote. Corramos la cortina, y no tratemos de internarnos
que trastrueca los estilos, y equivoca el lenguage rastrero y
á deslindar causas, razones, temple y alcance peculiar de cada
soez con el sencillo y natural; y corrí con aprobación y aplauso
sexo en la sensibilidad y el discernimiento, pues engolfándonos de todos los concurrentes, á reempozar en su rincón lóbrego y
en tan enmarañadas honduras, nos cuadrarla aquello del mis­
telarañento á tan desmañado usurpador de nombradlas incon­
mo Quijote «Metafísico estáis etc.»
Insistimos en que el embeleso riel Quijote se aventaja en gran­ trastables.
Volvamos á Cervantes. Constando que en el mismo año do
dísimos quilates al de cuantas novelas se han aparecido en el
6o5 en que salió á luz la primera parte del Quijote, se lucieron
orbe, mas reconocemos que esta magia tan sublime para la
y a de ella por lo menos cuatro ediciones, nosealcanza la precision
lectura, no trasciende á la gerarquía del teatro. La dramática
ú oportunidad de estimular su lectura y aprecio con un folleto
requiere otra ilusión mas ¡mediata y casi palpable, y sus obje­
intitulado el Buscapié, de cuya existencia se ha dudado , pero
tos han de ser siempre teatrales , mas al mismo tiempo natura-
sin razon, puesto que un corresponsal de Ríos, llamado Ruiz-
Jísimos, sin personages maniáticos hasta el estremo tie rayar ó Diaz, sugeto al parecer fidedigno, asegura haberlo leído, y da
equivocarse con la absoluta demencia, ó locura rematada, la alguna noticia, aunque somera, de lo sustancial, encaminado á
cual causa repugnancia, ó escita una compasión incómoda, descorrer el velo de algunas alusiones, y puntualizar señas de
sin ímpetus de risa, ni mucho menos halagos de deleite; por personages disfrazados, protestando ser su objeto capital des­
tanto, aunque á la verdad el drama ya citado del dulcísimo terrar los libros caballerescos, cual ya lo espresó en el prólogo
Melendez pudiera ser menos yerto y monotone, está visto que
y en el contesto de la obra.
D. Quijote no es personage teatral; y cuantos ensayos se lian
El mencionado Ruiz-Diaz cita el ejemplar, como pertene­
intentado, asi en España como fuera, sobre este asunto, han ciente á la librería de los Condes deSaceda. Precisamente el
naufragado completa v lastimosamente. Dejemos pues nuestros Conde actual es uno de mis mas íntimos amigos, y he habitado
héroes mancliegos á la distancia en que los puso el gran Cer­ meses el palacio suntuoso de su remedo de Aranjuez, el Nuevo
vantes, porque allí y en ninguna otra parte se hallan en su ver Bastan. C011 este motivo y teniéndolo todo absolutamente á m>
dadero punto de perspectiva. disposición, registré y revolví muy de intento la librería, y
Después de pasearnos tan ancha y cumplidamente por los ni en aquella ni en la de Madrid, ni en sus respectivos índices
floridos pensiles de la amenidad, sombreemos el retablo, y de­ antiguos ni modernos, asoma el mas leve rastro de ex istir , o
mos, por via de contraposición y de resalto, una tristísima aso­ haber existido allí en ningún tiempo el presupuesto Buscapié,
mada á los pedregosos eria les de la aridez y de la barbarie. no siendo de imaginar tampoco, que algún usurpador ó arreba­
Hablemos un tontillo del lordesillesco. tador, á fin de apropiarse á su salvo esta alhaja, tuviese lugar
Vivía yo en Zaragoza, y en su calle principal del Coso, con
4p elogio DE CERVANTES. 41
y proporción para formar nuevos índices, omitiendo este artí­ mas siempre nos deja absolutamente á oscuras en cuanto al
culo, pues no hay enmiendas ni borrones en los existentes. pormenor que tan ansiosamente nos interesa.
Este hecho seguramente no anonada el testimonio del citado Otra prisión padeció en Valladolid de aspecto mas desairado
Ruiz, mas está muy lejos de corroborarlo, y si por trascuerdo todavía, y que sus apasionados pasan de largo con displicencia;
equivocó la librería depositarla del manuscrito, esta ligereza in­ pues manifiesta mas y mas la situación agoviada y deplorable
funde ya desconfianza acerca de su hallazgo y lectura. En fin, en que consumía inútil y amargamente sus años, ya maduros
confieso que no acierto á fijar mi opinión sobre este punto de y achacosos.
cortísima trascendencia. Por fin, tras tantas y tan infructuosas correrías, avecindóse
Dejamosá nuestro héroe envilecido con el ejercicio, tan im­ en Madrid, viviendo en la calle de Francos, esquina á la del
propio para su esclarecido mimen , de acosar y desangrar á León, acosado siempre de su turpis egestas, del fiero y mortal
los exhaustos pueblos, esprimiéndoles hasta el postrer marave­ desamparo. Ya un sandio librero, llamado Villaroel, le es­
dí. Los historiadores, ó biógrafos, de Cervantes han desenter­ trellaba en su rostro el crudísimo desengaño de que, se podía
rado afanosamente, cotí fecha de Velez—Malaga, un documento esperar algo de su prosa, mas de sus versos nada; ya el satírico
que, á la verdad, no es para dar realce á la nombradla de su y adulador Villegas le apodaba de mal poeta y de quijotista,
autor. La carta va dirigida, no á magnate ni á ministro, sino al intentando á ciegas ridiculizarle el timbre mas esclarecido de su
misino rey Felipe 11 (quien solia trasnochar hasta la madruga­ perpetua gloria; y ya en el interior de su mezquino albergue,
da con sus escribientes, mas bien que secretarios1) en persona, menospreciado é insultado por sirvientes y por acreedores im­
y su contenido están sumamente mezquino et) lo sustancial y placables, su vida, ó mas bien su agonía , no era mas que una
en el modo, esto es, en el dictado y en la ortografía , que no alternativa incesante de sonrojos y de martirios.
hay ahora oficinista, ni apenas liel-de-fechos de la mas infe­ Ríos se puso muy de intento á solemnizar y encumbrar los
liz aldea, qqe para un alcaldilio ú autoridad muy subalterna, rasgos tardíos de dignación y lástima que le dispensaron á largos
no lo esteudiese con mas decoro y regularidad. En suma, el plazos el Arzobispo Sandoval y el Conde de Lemos; y el mis­
Cervantes del Quijote dista de polo á polo del que se aparece mo interesado no les escaseó las muestras de su entrañable agra­
como cobrador angustiado y corresponsal de todo un monarca, decimiento. Pero ¿qué serian estos ausilios , cuando nunca
del primer soberano de Europa en aquel ruidosísimo siglo. llegaron á formalizarle una pensioncilla, ni á colocarte en al­
Como quiera, el chapuz parece autógrafo, como retratado guna de sus oficinas ó dependencias? Mientras el empobrecedor
al vivo, y con la mas esmerada identidad, por el método que y despoblador de la nación, el idiota y cobarde Lerma, con sus
moderna y bárbaramente se llama un fac-rsimile; y siendo real­ allegados baludíes y codiciosos, rebosaba de opulencia y osten­
mente tan ridículo aborto del autor del Quijote, del primer in­ taba funciones costosísimas y frenéticas en alcázares imperiales,
genio del orbe, deberemos decir dolorosamente, no que se el ingenio de los ingenios, el buscado en Argel á voz de pregón
adormeció, sino que se eclipsó y se anonadó por entonces, el di­ por sus proezas casi soñadas, yacia exánime sobre humilde le­
vino Homero. cho, yen el rincón mohoso de un lóbrego zaquizamí, batallan­
Eti el discurso de sus cobranzas, soliart sobrevenirle alcances do día y noche con la estreñía indigencia.
y encarcelamientos, ignorándose de qué especie fuera el dila­ ¿Qué digo?...ahora mismo, con todo el entusiasmo que ae
tado de cinco años en Argamasóla; pues la tradición constante aparenta, si volviese al mundo, lo repito altamente, hambrea­
que lo supone en las casas de Medrano del mismo pueblo, no ría de muerte, y espiraría en yerto desamparo aquel autor cu-
especifica Jos motivos y circunstancias de tan memoiable acae­ ) os escritos han rendido y están rindiendo mas caudal del que
cimiento, Este concepto general, fundado en la manifestación se requiere para formar un potentado opulentísimo. ¿Y cuál es
terminante del paciente mismo, se confirma por las denomina- el competente y honorífico desagravio que ha merecido su me­
piones del Monicongo y demás apellidos estrafalarios de los moria á la embelesada posteridad? ¿Serán las ediciones lujosas
¡jcacjémicos argamasillescos, y con varias alusiones ai fracaso; tlel Quijote, que suelen tan solo redundar en cuantioso enri­
quecimiento de Sus especuladores mercantiles?
»E CERVANTES. 4^
4a ELOGIO
rillentos, por desenmarañar en las lobregueces déla antigüedad
Se propuso, liace años, que á la calle de Francos se pusiese
enlaces remotos de la alcurnia de Cervantes con personages
el nombre de Cervantes, y que se apellidasen también asi Alca­
encumbradísimos; estos individuos, aéreamente endiosados,
lá y el Henares; providencia que acarrearia el gran costo de
debieran, por la inversa, ufanarse ansiosamente por descubrir
una plumada. Se deseó igualmente, que se abriese una sus­
cripción general en toda Europa, diligencia que solo en Lon­ entronques con el ¡lustrador del linage humano.
dres producirla millones; resultando sumo y glorioso beneficio Ignórase el paradero desús cenizas.
á la nación de que se erigiese, no una estatua, sino un monu­
mento suntuosísimo; pero á pesar de estos entrañables y entu­
siásticos clamores, no se le lia elevado otro mausoleo que el fan­
tástico ú aéreo que se le tributa, al fin de la Poética, por un au­
tor desvalido, sin mas estímulo que su idolatría, ni mas ambi­
ción que el interes de la justicia y del honor nacional.
Cervantes, por lo que dice él mismo, y según el espresivo
grabado de mi amigo, el habilísimo profesor I). Blas Ametller,
sacado de copias que se suponen ser del retrato que menciona
el autor agradecido, hecho por el pintor y,'poeta Jáuregui; Cer­
vantes, repito, era de estatura regular, de estampa interesante,
ojos agudísimos, rostro aguileno y despejado, y de ademan ai­ NOTAS.
roso. Su frente, sea por el influjo de la realidad, ó por la preo­
cupación y apego entrañable con que se le mira, está brotando
travesura, lances y donaires. A pesar de su torpeza natural, por
no decir tartamudez, en el habla, su conversación era animada, Concluido este escrito, he visto en Francia una Vida de Vol-
festiváy amenísima. Invariable en la tierna amistad, y rebosan- taire en que altaneramente se sobrepone el Cándido al Quijote.
do de esclarecida gratitud á las nías escasas finezas^ seria tañí-* Cuadra en este caso completísimamente aquella esclamacion ya
bien generoso y benéfico, prendas cuyo ejercicio le imposibi­ trillada y vulgarísima de Horacio en su Arte Poética: Risum
litó la inicua suerte, necesitándolas de continuo en los pechos teneatis, amici?
agenos. Su heroísmo se particulariza y descuella, aun en medio El Cándido es una sarta de lances inconexos, un hacinamiento
de aquel siglo de valor y de escelsa nombradla para la nación de viages interminables, y de personages recargadísimos; todo
española. para demostrar y remachar aquella tan recóndita verdad de
Sus padres fueron Rodrigo y Doña Leonor de Cortinas; y Pero Grullo, á saber que el Optimismo es un desvarío rema­
tuvo por hermanos á Rodrigo, Andrea y Luisa. Casó con Doña tado, y que en este disparatado mundo abundan ó menudean
Catalina Palacios, de Esquivias, á quien dieron un dotecillo de infinitamente mas las desventuras que los logros ó sean las di­
cinco á seis mil rs. , en que suenan diez gallinas etc. No se ha­ chas; díganlo Jas sequías, los Godoycs y Calomardes, el cólera
bla de.sucesión. y compañía etc.
Agravóse su agonía incesante, cuyo estremo retrato él misino En ¡in mi párrafo cualquiera del Quijote atesora mas inven­
tan al vivo en aquellas patéticas y sublimes pinceladas, las an­ tiva y arguye mas verdadero mimen , sin asomo de encareci­
sias crecen, las esperanzas menguan etc. y al espirar, sus ojos miento, que veinte ni sesenta Cándidos.
empañados, vieron, como siempre, el mando y la opulencia en
manos de la insensatez por cada dia mas triunfante y asoladora. Por fin se ha colocado una estatua en la casa que habitó Cer­
Los eruditos se han atareado desaladamente y á porfia, desar­ vantes. El gran poeta ingles, el autor de la composición lírica
rollando, en archivos polvorosos, pergaminos góticos y ama­ mas eminente que se conoce en ningún idioma (el lestin de
44 «LOGIO

Alejandro), no tiene enel Panteon Real de Westminster mas ins-


crip cion que estas

DRYDEN.

Asi también la estatua de nuestro ínclito escritor dcbia tener


al pie
CERVANTES

y nada mas, ó á lo sumo

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.

Pero no finca allí o punto principalmente, sino en la añadi­


dura, parche ó pegote que se le ha sobrepuesto ú acompa­
ñado:
A QUIEN ADMIRA EL MUNDO.
ROMANCE.
El verbo castellano admirar carece de la significación activa
y anchísima que tiene en francés y en ingles; y asi es una apren­
sión chistosa con el autor que sirve de norma para el lenguage Venid , ínclitos dechados,
castizo y nacional, cometer en un solo renglón que se le dedica Llegad , númenes escelsos ,
un clásico galicismo, ú sea solecismo. ¿Repetirémos lo de Derramad á competencia
Horacio? Ese vividor destello ,
Parece que la calle de Francos se llamara ya en lo sucesivo Esas ráfagas de gloria
Que allá estático estoy viendo
de Cerrantes; pero Alcalá de Henares, con su rio , deben tam­
bién tomar el nombre de su esclarecido Ensalzador. Realzar la sien augusta
De sobrehumanos ingenios.
Con su prosa el gran Cervantes,
(
Y Melendez con sus versos ,
FIN.
El castizo castellano
Estamparon en mi seno.
Fiel cantor, zeloso amante
De su brillo puro y terso ,
En alas de mi entusiasmo
Tendí mi ra'pido vuelo
Tras las Artes hasta el Sena ;
Mas nunca su torpe cieno
El cristal del Manzanares,
Ni en mi prosa ni en mis versos,
Enturbió, flechando siempre
Mil toledanos reflejos.
enmiendas.
Dotada mi fantasía
De poético denuedo, En i. pi8. a.- a.— .i»«- Y ’ d“d' di“
En sus ímpetus pomposos
Se remonta al firmamento, d” r“8’“"’yU
Y entronizada en su cumbre
Señorea el universo.
Mas en la grave oratoria
Brillan los hispanos ecos}
efectos léase afectos.
Suena el habla triunfadora
Con magníficos acentos,
Y halaga, embelesa y rinde
En el ínclito Estamento.
Su corriente cristalina
Despida esplendor intenso,
Y jamas su faz galana
Se emponzoñe con el cieno
Que mendiga la ignorancia
Tras el yerto Pirineo.
En Cervantes, prototipo
De esclarecidos ingenios,
Y en Melendez , el Apolo
De los uúmenes modernos,
Bien cual planta generosa
Campea en pensil ameno,
Reina el habla encantadora
Que realza los conceptos.
Ven , pues, celestial influjo
Ven, antídoto perpetuo,
Y aleja tan vil zizaña
Por siempre de nuestro suelo.

y
1 o íirr

ANUNCIOS.
Poesías en varios idiomas. .Se hallarán en la
librería de Bergnes , calle de Escudellers.
Cotejo del Gran Capitán con Bonaparte.
En la misma librería , y en Madrid en la de
Gila.

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