Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POÉTICAS Y DRAMÁTICAS
OBRAS QUE S E HALLA l'{
EN PARIS
POÉTICAS
,
y DRAMATICAS
DE
PARIS
A. ROGER y F . CHERNOVIZ
EDITORES
7, rue des Grands-Augustins, 7
1884
Der echos reservados.
A LA MEMORIA
DE
,
PEDRO FERNANDEZ l\fADRID
EN TESTIMONIO DE CARI ÑO Y ADMIRACIÓN
DON LÁZARO Ml\RÍA PÉREZ
J. M. TORRES CA1CEDO.
(Ensayos biogTáficos. 1868. )
LÁZARO MARÍA PÉREZ
(BOCETO BIOGRÁFICO )
JosÉ M. SAUIPER.
Bog-oL,i, 18/;) .
FE DE ERRATAS DE LA OBRA f
.1. AnvERTENcrAs. - Al contar las líneas, de arriba para abajo, debe in-
clUIrse la del número de la página, si es te se halla impreso. o se han co=
rregido lo s acentos, sino cuando alteran el sentido de la palabra.
- XXXII -
Pág. Un. Dice: Léase:
201 17 Guayaquil, 181.5. Antioquía, 18.í5.
247 5 Es, como dicen: « si la sangre E s, como dicen: .« si la sangr an
muere ..... » lnuere ..... »
255 11 Que otra cosa no es amor tDn Que no oLra cosa es un amor tan
tierno, tierno,
239 22 Que han perJido su quielud Que han perdido la quieLud
;"60 :25 Y mortal veneno maman y mortal veneno manan
ZG9 24 Que á Vd. presentarán Que á Vd. le presentará 11
2,5 14 Que en hombre tan distinguido Que un hombre tan disLinguido
276 26 El patriotismo se encela Elllatriol1tismo se en(:ela
303 ~8 Antes que el l"i gor comience Antes que el rigor comience;
806 G La cual, en aire medroso, A la que, en aire medroso,
312 27 Para su conento quiere, Para su convento quiere,
322 13 De esos especLros que la muer Le De esos espectros que la menle
anima; anima;
349 1R Que quiere al ejar un fin que l e Quiere alej ar un fin que le aco-
acobarda barda
375 28 ¿ Conoceis al infame? ¿ Conoces al infame '?
300 2 Mi tormenio y tu tormen to lIli tormenLo y tu tormenLo
3D2 13 Huir? .. Oh!! No, no ... Huir ? .. Oh!! No, no, no .. .
3D5 10 Layanta!. .. Soy tu esposa! ... L evanLa! ... Soy lu elsposa !. . .
397 14 Cuando en Milán nos canLalJúi", Cuando en Milún nos cantübais
398 30 Dormido sobre la estora, Dormido sobre la estopa,
40l 24 Su Escelencia me perdona; Su Excelencia me perdona;
402 31 Ah! Vívora ponzonosa! Ah! Vívora ponzoñosa I
412 5 Me habréis olvidado .. Me habréis ohidauo ...
41í 12 BARBERINI. BARBARINI.
424. 16 Enla borasca de una noche OSCUl·a ... Enlaborrasca ele una noche oscura.
46l 20 Hijas, hermanas y espo s as Hijas, hermanas y esposa
-no 7 bire/te amm'il!o. birrete amarillo,
472 .23 GElLLEmw . GUILLERMO.
474 29 esté devuelve és te devuelve
477 32 Que ante Dio s me renueva un ca- Que ante Dio s me renueva un ca-
lallero; ballero;
493 15 TEDEO. TADEO .
407 8 Es inocenLe, si, yo lo aseguro... Es inocente, sí, yo lo aseguro ...
49D 3i Y arastrando ... y poco á poco... Y arrastrando ... y poco á poco ...
50 1 28 GILLER;lIO. GUILLER:IIO .
;:>06 23 Pero brevc ... el ti empo ,"uela. .. Pero hreve ... el tiempo vuela ...
;:>07 15 en cvya extremo en cuyo extremo
508 5 El grito de los aqueros. El grito ele los arqueros.
J) 29 Lo comprendo ... si, era él. Lo comprendo ... sí , era él.
508 30 TEEESA. TERESA.
512 18 Muy bien ... si! Muy bien ... sí!
513 2 Niña, condorosa y pura... Niña, candorosa y pura ...
528 1G Le cabeza que caía, La cabeza que caía,
534 16 Que no aV; l'giienza ni 11l~ milla, Que no avergüenza ni humilla,
542 2 De amor y encanLo y cleliqnio De amor y encanto y deliquio
548 27 ¿ Con que LU'js es el hombre ¿ Con que Lüi s es el hombre
54.0 33 LuIs .. . a~ il e llaman .. . No le esconcle L üis ... así le llaman ... No le escond e
;)51 8 (Hoy la España envel ecida (Hoy la España envi lecida
» 12 Mas ¿cómo explicar Llú~, Mas ¿cómo explicar L üis,
560 2 Salón de palacis Salón de palacio.
» 15 OLIYARES. OLIVARE S.
FIN DE LA FE DE ERRA'l'AS
OBRAS
,
POÉ TIC AS Y DRA MA TIC AS
i Insondable misterio
Que de la ciencia al poderoso imperio
Sólo es dado sondear! ...
y un hombre por las ciencias inspirado
Corrió de trono en trono, despreciado,
Ofreciendo el misterio revelar.
« Yo comprendo, decía,
Que hay otro mundo, en donde al fin del día
Su ígnea frente va el sol á reclinar;
De sus volcanes la erupción escucho;
Sus montañas diviso; y lucho Ylucho
Por ver las playas de su inmenso mar.
'J) Si dáis apoyo á mi anhelar ardiente,
............... Tu memoria
Ha sembrado en la playa de la gloria
Una palma que nunca morirá.
(AnrGAÍL -LOZANO.)
Bogotá, i846.
AL aONGRESO NACIONAL
Bogotá, 1846.
CARTAGENA
Á RAFAEL POMBO
Á ANTON I O T. T O NO
Ocaña, i853.
AL TEQUENDAMA i
Á RICARDO CARRASQUILLA
Bogotá, 1854.
JULIO ARBOLEDA
Bogotá, 1~2.
•
LA SOBERANíA DE LA MUJER
Á MI ESPOSA
Bogotá , 1856.
EL DIA DE DIFUNTOS
Es la fiesta funeral,
En la que podemos ver
Los átomos del placer
-
. . . . ..
y la humanidad no cede
y la lucha continúa,
y el espíritu fluctúa,
Ni avanza ni retrocede:
Pobre la razon : - N o puede
Combatir en lucha igual;
No tiene el juicio cabal;
Es arma tan incompleta
Que hace con sus glorias grieta
En su propio antemural!
Inclinémonos ! - La muerte
En sus orbes de ceniza
La impotencia patentiza
Del vano espíritu fuerte;
Ella inexorable advierte
- 54-
Q § toda rebelde ciencia
Vencida calla en presencia
De la sabia ley de Dios"
Cuya luz camina en pos
De su santa omnipotencia!
i De rodillas! - La campana
Manda orar, y orar debemos;
Ante su voz inclinemos
La necia soberbia humana:
Ayer, y hoy, y mañana
Son términos de una edad,
En que la santa verdad
De nuestro humano destino
Rompe el secreto divino
Que encierra la Eternidad!
Bogotá , 1862.
EN EL LICEO GRANADINO
Bogotá, 1856,
Á MI MADRE
Bogotá, 1869.
¿POR Qut TE VAS?
Á JESÚS BUITRAGO
Bogotá, 1856.
BIENVENIDA
Á ~f A N U E L ~I A RÍA ~1 A DIE D O
Honda, 1875.
LA MADRE DE DIOS
r~ JOAQUÍN F. VÉLEZ
EN ALTA MAR
()
- 82-
Ir
EL NIDO PATRIO
Yo DO vengo á cantarte,
Que no es ele ingenio humano esa larca;
- 88-
Inspil'ado por más humilde idea,
Me acerco á saludarte,
y á ver de Dios la Omnipotencia suma
En el más leve efluvio de tu espuma.
Cartagena, 18iG.
RECUERDOS
Bogotá , 1855.
LA CORONA DE LAUREL
7
LA CR UCIFIXION
~~ i ~~ 3~ b r ~ egvean,: ~~ ~ •
Gemido !lue la muel' (e
Del Ju sto n Ob intima,
Agres te ' de pI' o fundi s •
Qu e el mundo n o escuch ó!
S il e n c i o ! .. , Muri ó Jesú s I
L os ,' erdugo~ le maLaron;
Pi és y man05 l e c l avaron
Lo s inícuo s en l a c ru z!
y a llí tie v e d e l Gó lgola en la c um bre,
S in YO Z, ni\' ida, ,. b i n a I i e n Lo ya'
¡:'iRl para la fi e ra Illuc h edumbre!
Deslea l J e ru sa l é n , h é lo ". a ll í esLá!
La cIJ u s ma s alvaj e dcl pu e blo m ald it o
Di ó fín á. su obra ... mu ri ó el Unm bre-Dio !
Mas ¡ay! que con lelras d e ru ego está escrilo
Que viert e s u sa n g l'e , r.uien sa n g r e verLió'
:'\0 o lvid e n lo s v e rdu gos s u s burlas ni s us ri,as.
Su Nrit a afrcntad ora n o olviden nun c a , nú'
Que ~ n brev e enlr e monlunos de e s co mbro s y eenita"b.
V ¡in a cobaJ' dad o ~ I~ c r u z d e s u e xpia ción!
LA LIMOSNA
.~ .MI HIJ.\.
Bogotá, 18ia.
LA VISITA DEL ÁNGEL
Angelito
P equeñito
(2 \10 visitas te mi hogar,
¿Qué mal viento,
Qu é elemento
Te hizo d p, rumbo eambi ar?
E sa vida
No nacida
Que viviste ántes de ser ,
P or ventura
Menos dura
No hizo tu llanto correr ?
Pobrecito ,
Mi angelito ,
i l, n:\l sufro al verlo llora r !
i Quién tuvier a
y me le cliera
Lo que no le puedo dar?
11
Parece un meteoro
Que allá en la altura
Tiñe de grana y oro
Su lumbre pura
y que pone sn disco
Sobre los dos ...
Fíjate bien, mi Ani ta,
Mira cual sube
En la copa blanquiLa
De aquella nube ...
Es un aviso triste
Que nos da Dios !
III
Pobrecito ;
Mi angelito,
i Por qué tan presto te vas
- 103 -
¿ Por qué dejas
Solo quejas
Á los que quedan detrás?
Tienes padre,
Tienes madre,
Tienes todo en nuestro hogar .. .
¿ Qué moti\-o,
Fugitivo
Te h ace otro mundo buscar?
Vuelve, niño ,
Tu cariño
A. c3te valle dc dolor!
}Iira el llaoto
Y · el qllcbl'aoto
De b 111[1cll'c el tu amOl' !
IV
EN 81.) )WERTE
Á ~U ESPOSA
_~ ~II \lADR E
Flores de mi jllvuntud .
Hecllerdos de mi niñcz,
¿ Qué os hicísteis, dónde e~tái ::, ?
¿P or qué con tal rapidez
De mi lado O~ ~ep arái ~ ?
- 11 3 -
i Qué se hizo de mis ensu eños ?
El paisaje ... iDónde está?
i Mis encantos qué sc hiciero u? . .
Conmigo también crecieron;
Pero i ay! que murieron yá !
8
- 114 -
Y al desper tar de aquel sopor de encanlo ,
Ví, como Adán, en nuesLro edén de amores
La tentaci ón cubiert a en rico manto ,
La sierpe oculta entre divinas flore s.
k CA HT .Of' HOr. 1 iN
En el extranjero hogar,
Choza es trecha del pro ~crito ,
Den lCh'e tl glorj J. el dc1it- o
Con tu di vino cautar ;
Así es nob1 e castigaL'
Del opresor la ira avara,
Arroj ándol e á la cara
En bien el mal qu e C;1l1SÓ :
Así el TAs s o 'a:3tigó
La iug ratiLud de F errara.
Cal'tagena. 18:)(J .
LA CENIZA EN LA FRENTE
Tú me ha robado el contento ,
Mi bienestar, mi al egría ;
Tú has robado, Elisa mía ,
Mi paz y tranquilidad;
y áun pudiérase añadir,
Con la fé del inspirado,
Que mucho más has robado ,
Sin rubor ni caridad.
- 123 -
:Manda el octavo precepto
~o alzar falso testimonio,
y á tí te tienta el demonio
Para alzármelos á mí.
y además , para tu daño,
El mismo Luzbel te inspira
y á fuer de decir mentira
Haces que mientan de tí.
El noveno mandamiento
N o corre con las mujeres,
Ese es el pesa-placeres
De la santa ley de Dios.
, Es precepto masculino,
Unico que tiene sexo ;
Es un mandato inconexo
Qu s610 castiga á no .
El décimo , si no fuera
Porque habla del bién mezquino ,
Yo señalara el camino
En que has codiciado mil :
Bién ajeno es mi reposo,
Bién ajeno mi ternura,
Bién ajeno es mi ventura
y mi candor juvenil ;
CarLagena, 184Ú.
EL CANTAR DE LOS CANTARES
Mi corazón subyugaste,
Hermosa mía , mi esposa,
Dulce bien !
Mi albedrío esclavizaste
Con cadena poderosa;
Perla de Jerusalén,
Flor hermosa!
Bogotá, 1848.
9
¡TOMA MI CORAZÓN!
( I:iSPIRACIÓN DE TOMÁ S MOORE)
Quibdó, 1845.
LA MUJER
La misma naturaleza
Ningún encanto tuviera ; .
i S u h ermúsl1 ra qué valiera,
Su luna, su cielo azul?
i Qué importara la pradel'a
CubierLa de bellas flores,
Ni que variados colores
L e diera el sol con su luz,
EN SU ÁLBUM
Ni te retraiga tampoco
Lo prosáico de mi oficio,
Que si hacemos el servicio,
Lo demás importa poco.
Ya no sé ni áun comenzar ! .. .
« EN EL ÁLBUM D E L BAZAR .. .
L ÁGRIMAS DE UN TROVADOR. ))
Y si la .Deuda flotante
Alza Ó baja en el mercado ;
Si el Gobierno no ha pagado;
S i el crédito está en menguante :
Yo al Bazc~r se lo remito
Como R evista indust1'ial.
Bogotá, 1866.
Á MI HIJA PEPITA
_~ ANIT A
Bogotá, 1855 .
LA MASCARILLA DE NAPOLEÓN 1
Á LA SRÑORITA ELMIR A A 'TOMM ARCHI
Si me parece mentira !
Si lo miro y no lo creo!
Si me parece que sufro
La alucinación de un sueño!
Estoy viendo con mis ojos,
y tocando con mis dedos,
Del Gran Capitán del Siglo
La faz modelada en yeso!
y no es copia de otras copias,
Remedo de otros remedos;
Es la estampa original
Tomada del molde egregio!
Aquí están los trasudores
Que exprimió el último sueño;
Aquí están las quemaduras
De los postreros alientos!
Aquí están las impresiones
De ese combate supremo
En que se liberta el alma
De las prisiones del cuerpo!
Casi columbrarse pueden
Los agrios, salados besos,
Con que el mar de Santa Helena
Despidió á su prisionero!
Esta muda mascarilla
Y.t:odelada en frágil yeso,
Que sobrevive á los años,
Que no pulveriza el tiempo ;
10
- 146-
Que no se altera, ni sufre
Al sol, al aire ni al viento;
Que parece haber tomado
La entereza del modelo ;
y no en vano buscaron
Corona para tí , que matizaron
Con las dos flores del primer Edén;
Dig na señora de tu hermoso nombre ,
Al verte y al nombrarle sienle el hombre
Que al ponerte ese nombre hicieron bien!
- 148-
La casta Nazare na, .
Con su faz tinta en rosa y azucen a,
Con sus divinos labios de rubí,
Con su mirar angélico y dolient e,
Quiso hacernos de sí rico pres nte
y su belleza reflejóla en tí.
y el botón delica~o ,
Milagro so misterio consag rado ,
El inocent e Sabio - el Niño rey ;
El J esús que los mundos adoraron,
El Dios que en una cruz sacrificaron
Hombr es infame s, sin poder ni ley;
Bogokí, 18.):),
EMOCIONES
Á. JESÚS BUITRAGO
Bogotá, i857
UN CONSEJO Y UN OBSEQUIO
Á ANIT A
Bogotá, 1855.
LÁGRIMAS
Bogotá, 1855.
¡QUÉ VIEJO SOY !
Á MI SOBRINA ANITA
Cartagena, 1875.
EN FAMILIA
Á MIS QUER I DOS HIJOS
Vengan á disputarlo
Mis cuatro chicos;
Pero nada de zambra
N i de alaridos :
Vengan en forma,
Sin más armas en mano
Que sus diploma::..
Muerta de risa,
Muy galana de bucles,
Mi hija Pepita;
P ero no crea
Que pOto su linda cara
El premio lleva.
-- t6 1 -
Tiene en la diest~a mano
Doblado un plieg'o ;
Es el primer diplom a
De su colegio :
Tambi én presen ta
Un escudo que dice:
~( Por excelen cia. )}
y tomadas en cuenta,
Como es debido,
Las edade8 exactas
De cada niño;
Falló el Jurado
Que por los tres, vencido ,
Quedaba el campo .
- 163 -
Hallando que los méritos
Eran iguales :
Aplicación, talento,
Porte y edades;
Todos creimos
Que, á elección dar el premio,
N o era debido.
Á la práctica vieja
De los sorteos
Ocurrimos entonce~,
Como más cuerdo;
y en papelitos
Al punto los tres nombres
Fueron escritos.
Antonio, el agraciado,
Viendo a quel premio ,
Nubló los arreboles
De su contento;
y ni siquiera
Recibir lo ganado
Su mauo intenta.
'¡
QUIEN MÁS MIRA, MENOS VÉ
Bogotá, 1856.
CAPRICHOS DE NOVIA
.l EMILIA
Además, yo no sé en dónde
He leido una conseja,
Que con enseñanza vieja,
A tu capricho respon de:
Pregun tóle á un viejo conde
Una joven desposada
- 176 -
Si, cual antes de casada,
Su hermosura conservó ,
y el conde la respondió
Con la siguiente balada :
« El espejo discreto
Para una esposa,
Cuando saber quisiere
Si áun está hermosa,
Es conocido :
Son los amantes ojos
De su marido. ))
Bogotá, 1881.
EPITALAMIO
J )IPROVISACIÓ"
Bogotá, i875.
EL ADIÓS DEL PROSCRITO
L
EN EL ÁLBUM DE LA SEÑORIT A ANA L. \'" ILLAMI
Bogotá, 1~57.
EN EL ÁLBUM DE SARA
Medellín , 1845
Á DELINA
Lima , 1877.
MI ÚLTIMA PRENDA
Á ISABEL
Cartagena, 1838.
ORIENTAL
TI '" U ,· ,\ L B ~I
,
Ven á admirada ' ven', Jv á ese tu mundo ,
~-\.
ese tu hermoso Oriente díle adiós!
Que para gloria de mi hermoso Oriente
Voy á ofrecer un turco penitente
Lleyado por un úngel ha~La Dios!
EN EL ÁLBUM DE AURELIA
He reflexionado tánto,
Viendo mi firma en tu libro,
Que ya toda foja en blanco
Me produce escalofrio ;
196 -
y si hay pluma de por medio
y algún tintero vecino,
Me da vértigos mi nombre
y mi rúbrica ultra-tifo :
Si de esta logré escapar,
A favor de tu buen juicio
N o quiero por confiado
~ \rrostrar nuevos peligros:
Tú al fin me conoces bien,
y abes por eso mismo
Que mi firm a puesta en blanco
Hiesgo no corre en tu libro:
¿ Qué hubieras hecho en efecto,
Aún tentándote el Maligno?
¿ Girar una letra en contra
De mi anémico bolsillo?
Bien sabes tú que en metales
Somos tales los Pi?-ingos J
Á mi supuesto primero
Nunca hubieras ocurrido;
Porque tú, jóven y hermosa,
Con un porvenir tan lindo ,
Por propia mano no hubieras
- 197-
Preparado tu suplicio.
i Escoger para tu novio ,
Para tu cuasi-marido,
Un Colombiano que tiene
Treinta y dos años cumplidos!
Largo conlO un cocotero,
Como una pa tena limpio,
y en ajuste p ersonal
:Medio ciego y medio vizco;
Novio, en verdad, que en amores
Nunca ha pasado ,del cristus;
Que en la ciencia del gran tono
Tan desaplicado h a sido,
Que en 1'edo'lO(l, stra71S y pO litas
Es otro nuevo Robin on !
Si encontrar en mí pensara
Esmaltes de lechug uino
Te accidentaras, Aurelia,
Viendo mi ligero equipo!
i Un cuello de porcelana
Sobre mi cuello! . .. i Dios mío!
Fuera morir de mal aire 1
O emparedado en un nicho :
Los guantes de cabritilla 1
Bogotú, 1836.
1,
Á DELINA
E~ U. T B.\ILE DE DISYRAZ
Tu rostro de nazarena
Bajo el plegado atavío
De la incrédula agarena,
Se me figuró, bien mío,
La libertad en cadena.
¡ Extraño capricho fu é
Vestir el disfraz de mora!
Yo al punto reflexioné
Que eras mora sin la fe
Que tn fe tanto demora.
Guayaquil, 1845.
EN EL ÁLBUM DE ELVIRA
Cartagena. 1839.
l.
AMO Y ESPERO
Car'tage ua , 1840.
HOY ES TU DÍA!
Á DE.U NA
Antioquía, 1845 .
Á LOLA
Repetido lo tengo,
Lola del alma,
Que en la edad de los virjos
~1i edad ya raya:
Dc olra manera
¿ Cómo habee olvidado
Tan grata fecha?
Si mentir yo supiera
Te hubier a dicho
Que mi paje es un bestia,
Torpe borrico ,
- 208-
Que mi tarjeta
Llevó donde otra Lola
Gangosa y fea!
Bogotá, i855.
:~
EN EL ÁLBUM DE S. R.
Cartagena, t85Z.
TE QUIERO TANTO!
..\. AURELIA
Bogotá, i870.
TU CANDOR
EX EL .~LBU~1 DE D. A.
En su argentado coche ,
Rueda la luna, reina de la noche,
Galana en su romántico fulgor.
Mas ¿qué valiera su ostentoso brilh>
Sin ese velo místi.co y sencillo
De paz y de candor?
13ogbtá, 185u.
i NACISTE EN MARTES!
La medida no tengo
P ara un anillo;
Crinolinas hay muchas
De alambre fino;
Pero no quiero
Que mi propio regalo
Me quite el sueño.
Trabajoso me encuentro,
J\1i bella Ani ta ;
Tanto enredo y no hallo
Cosa que sirva!
Tiendo la mano,
Para tomar á tientas
Ángel 6 diablo.
y si alguno pregunta
Qué te he mandado ,
Díle que diez mil pulgas
Dentro de un cacho;
Que mala 6 buena,
Yo no quiero que nadie
Mire mi cuelga.
Bogotá, 1838.
EN EL ÁLBUM DE ISABEL
Bogota, i ~i .
LA HERMOSURA
Medellín, 1846.
EN EL ÁLBUM DE AGRIPINA MONTES
Bogotá, 1863.
EN UN ÁLBUM
Á EDELMIR A
Ocaña, 1852.
CONTRASTES
Bogotá, 18i5.
TRES SONETOS Á LA ESPERANZA
.,
- 235-
Y al desatar3e el huracán reacio,
Ave sin nido, me lancé al espacio.
Guayaquil, 1877.
LA HERMANA DE CARIDAD
Pasada la tormenta
Me hice impresor,
y de culpas ajenas
Fuí redentor.
No se me olvida
Que, por poco, una noche
Pierdo la vida.
Bogotá, 1871.
CUENTOS DE SELGAS .
REM IN ISCENC IAS DE UN LIBRO
EL AMOR
Ir
EL MATRIMONIO
MATUSALÉM
MEDINA
y en la categoría de un negocio,
Dej hndo así de ser una locura,
Trocando el tedio mundanal en ocio,
Puede labrar de ambos la ventura.
MATUSALÉM
¿,Acabaste ?
MEDINA
Pu es , hombre, ya lo creo !
Me parece que todo queda dicho .
MATU S ALÉM
GU ILLÉN
¡Vaya un capricho !
Yo no puedo negar que el matrimonio
Es higi énico; así Monlan lo explica ;
P ero os puedo jurar, por San Antonio ,
Que es la sarna mayo r ... la que más pica .
Yo h e podido observar, con ojo auster o,
Tanto el orig inal como la copia,
y opino que de males el más fi ero
E s ese que se llama muj er propia.
El hombre y la muj er , seres distintos,
Con varios y áun opuestos pareceres,
F orman en sus enlaces laberintos
Que ata el hombre y desatan las mnj eres .
Seres heterogéneos que se jun tan ,
Uniendo cantidades y valores ,
y las cifras sumadas qne se apuntan
Forman ese dolor de los dolores.
P ero ustedes dirán, y lo anticipo,
Si he ~ erogén eas son las cantidades,
Por más que sumo, r es to y multiplico,
Me da el absurdo en muchas variedades .. .
y es así la verdad. P ero el absurdo
E s tan antiguo como el hombre mismo :
iNi cómo fino hacer lo tosco y burdo ,
- 250 -
Ni tomar por Edén el negro abismo?
Buscadme una mujer que no sea Eva,
Aunque tenga su gracia y su hermosura,
Un Paraíso sin manzana 6 breva ...
y os juro hacer la postrimer locura.
MATUSALÉM
Sigue, Miguel.
MIGUEL
Bogotá, 1876.
LOS VICIOS Y LAS VIRTUDES
La doctrina cristiana
Del padre Astete
Dice que hay siete vicios,
Tan solo siete;
y á más de eso
Pone siete virtudes
Por contrapeso.
La Avaricia triunfante
Domina al mundo,
Que el avaro es un pozo
Ancho y profundo ;
y la Largueza,
Una vez que ha largado ,
De hambre bostezo'.
De la Envidia no hablemos,
Porque su imp erjo
Hace el ámbito estrecho
De este hemisferio ;
Y, pobrecilla,
La Humildad vive, holgada,
Pobre buharc1ilht.
Bogotá, 1874.
STOP!
Bogotá, 1855.
LOS CORTESANOS
Á EMILIA
Bogotá, 1854.
MALES DE AMOR
Bogotá, 1857.
LA PASIÓN DE LOS CELOS
Bogotá, 1858.
LA CALUM NIA
EL 4. DE MAYO DE 1840
El clavel y la amapol a
Su corola
_-\.han en aquel Edén,
y cual grupos de esmera lda,
A su espalda ,
Brillan las palmas tambié n.
y en la plaza de la aldea
Se puntea
Arpa sonora y laud;
y allí cuentan sus querellas
Esas bellas
Que han perdido su quietud.
II
EL 5 DE MAYO
En la iglesia de la aldea
Doblan tristes las campanas,
y el canto de los difuntos
De un féretro al pié levanta
Un anciano venerable
Con voz medrosa y ahogada :
El pueblo en tumulto acude
De llanto la faz bañada;
Allí de luto vestidas
Se arrodillan las zagalas,
Con lágrimas en los ojos
y con tristeza en el alma ...
j Oh! i qué será ? j Grande, inmensa
Deberá ser la desgracia
Que hace entonar esos cantos
y derramar esas lágrimas !
i Será el padre de la aldea
Cuya vejez centenaria
Rindió su postrer aliento
Por el rayo electriz ada?
¿Será alguna pobre madr
Que de sus hijos se aparta?
i Será algún benefac tor
Que con mano hospitalaria
La orfandad y la indigencia
Generoso consolaba?
j Oh! i qué será? - j Grande , inm ensa
Deberá ser la desgracia
Que hace en lonar e ~ os canto '
y derramar esas lágrima . .. !
Con lento paso recorro
La estrecha Daye cnlntauJ ,
y de la luz all'eflejo,
De pavor cubirt'1 a el alma ,
- 265 -
Me acerco al pié del sepulcro
Que el triste secreto g uarda,
Y ... i oh dolor !. .. de mustia adelfa
La yerta sien coronada,
Sobre un cojín de crespón ,
Inerte y amortaj ada,
Con la sonrisa en los labios,
Con su ino cencia, sin alma ...
La hurí de aquellos contornos,
De aquellos bos ques la maga,
Plácida, h ermosa, riente,
Su último sueño gozaba .. .
No muerta, sino dormida,
Su espléndida faz mostraba;
Que al ser por la muerte h erid a,
Much a vida la amparaba !
Era alegre has ta el sudari o,
Risueña basta la mortaj a,
Con las galas de la fi esta
Su postrer su eño gozaba ...
Con su delantal de flores
y su sombrero de pascua.
Carlag·ena, 1844.
LA ENVIDIA
Cartagen a, 1855.
ANÉCDOTAS
"n ¡ C I"IALI" '" ¡;: IMIT AD \S )
CUENTO LIMEÑO
La dama se , orpt'clllli6,
Que ú ningun o conocía ;
Pero por cortesa nÍé1.
Asiento les ofreci ó.
- :2-69-
« - Señora, tengo h Ollor mucho , 'j)
II
El pobre le contestó,
Con marcada indiferencia:
c( Vuestra cara su Excelencia
nI
Un alguacil conducía
Preso á un inglés marinero
Por no sé qué desafuero
Que en Cartagena hizo un día:
Un negro que le veía
Resistiendo la prisión
Le dijo en tono zumbón
y con su acento de allá:
« Hombe~ déjate llevd
Que tú ar fin eres nación. !J
- 27 t -
IV
En el templo de T<llía
Se daba p,n cierta ocasión
Lna chistosa fun ción
De que el público reía;
y yo, al ver que H.osalía
~o daba al chiste tributo,
Que algo la aflige compuLo ,
y al tratarlo de inquil'ie
}Ie dijo: « - i Cómo reie
E tan do de medio luto! »)
VI
S i yo mi partido niego,
Éste gallo me cantara
Como el gallo de San Pedro. »
VII
P aseaban la Sabana
Varias cacltacas bonitas,
De esas blancas, rosaditas
De alma p:11'ay fe cristiana;
Cuando la más campechana
1i
- '27'1-
Yió un corderiLo, qne alado
Conducía un concel'Lado,
y exclamó: « ¡no Liene CLtCho! »)
_-\. lo que dijo el mu chacho:
« ~o , mi ami la) no e:3 casado. ))
VIII
IX
Un retraLo de BERRÍO ,
El renombrauo allLioqllf~ño ,
Veía con agrio ceño
y con marcado desvío
- D5-
Una dama que, lo fío,
Era una ultra-liberal,
De esas de gesto feral,
Que al verlas sus adversarios
Rezan dos y tres rosarios
A la corte celes tial.
Elisa, se sonrió
y en tono amable y chancero
« i Es un infeliz 1naicero! ))
A su amiga contestó:
« Es cierto que él humilló
De los ?'ojos las legiones;
.Mas no sabe esas nociones
De abrocharse la camisa..... ))
« - Entonces, qué sabe, Elisa? ))
« - Abrocharse los calzones! ))
XI
Á un le trado profesor
Un cac1d j'o preguntaba
Qué era lo que se llamaba
Obra p6stuma? E l doc tor,
Enseriando su exterior,
Contes t6 con aire experto :
( Es una obra que ha muert o
Quedando vivo su autor. »
- 278 -
XII
y creyendo la señora
Que aquella perplej idad
Fuera tal vez cor tedad,
Dijo á su amigo, en mal llor;),:
XIII
Un joven se confesó
En víspera s de casarse ,
y notó, ya al retirarse,
Que el clérigo descuid ó ,
O á lo menos olvidó
- 2i9-
La penileneia : al insLan te
Advirtiósel0, y picante
Le replicó : « No os easái s?
Pues, hijo, en eso lleváis
La penitenci:t hastante. ))
XIV
, De su ?'an,(j(¿ 1 desmontó
_~ un pobre indio un caballero,
Porque su caballo overo
En la cuesta se can ó :
El indio se resistió
Cuanto pudo y le fué dable;
Pero no teniendo un sable,
:\i 1'evólvc7's~ ni puñal,
La expropiación fné cabal
y el despojo inevitable .
Llegaron á Bojacá
y el indio pidió justicia;
Pero el otro en su malicia
Quiso avanzar m ás allá:
En disputa e11"anga está,
El juez no sabe qué hacer,
Cada cual pretende ser
Del -ranga dueño presunto,
y el pleito llega hasta el pnnlo
De dudar y no s:thér.
1. ~ ombre que en el interior ele Colombia dan los labriegos á los caballos
de mala raza.
- 280-
Cubrió con celeridad
Los ojo;:; de S11 cebruno ,
y dijo al señor: « - 80 twlO,
Mi ?'a?~.ya es tuer to ... ¿ de euál ? »
( - Del derecho. » « - Pue ~ no téll:
Porque no lo es de nino'uDo . »
xv
El general Bonapo.rte
De su médico inquiría
Si esa cosa que ej ercía
Era un oficio ó un arte ;
El doctor, haciendo en parte
Un inmenso sacrificio,
Dijo al general: « Mi oficio
Tiene de todo, señor ,
Viniendo á ser en rigor
Un verdadero arti-ficio . )
XVI
Suscitóse un altercado
Entre un par de comerciantes,
Porque en puj a los bramanles
Habían abaratado:
« - Yo, dijo el uno, h e entrampado
Mis telas al ex tranjero,
Vienen )Jor alto; al mulero
Le reba.io ..... » « - Tontería~ ! )}
Contestó el otro, « las mías
L as entrampo por entero ! »
- 281 -
XVII
Cárlos á H orlensia le di ó
P alabra de casamiento ;
Mas Cárlos su juramento
Con daño y burla olvidó.
L a desventurada Hortensia ,
Al ver su fi era desgracia,
Puso toda la efi cacia
De su fe en la penilencia .
XVIII
No podía darse ya
Más amante frenesí ;
Se buscaban pOl' allí,
Se encontraban por acá;
XIX
en gal¡'lQ cnamoraba
.Á Jos damas á la vez,
y su amante intrepidez
~ing ún escollo encontraba;
Pero un día en quc se h all aba
De las dos en compañía,
Una de cllas le decía,
Hondo suspiro exhalando :
« Si nos viera usted ahogando
i Cuúl primero alyaría? »
XX
A su r egreso encontróse
Con el mimado anfitrión
y le dijo: « Su función
Es, ministro, el acabóse!
La dama palideció,
~Iás que de color, de gesto;
Volvió el ministro ú su puesto ,
y ella ú su asiento volvió.
- 286-
XXI
En la austera procesión
Del Viérne santo, un beodo
Iba perturbando todo
El orden de la función:
El cura de Nemoc6n,
Por desacato tamaño,
Le fulminó su regaño,
y el borrach o dijo: « Adi6.:i !
Cuando muere todo un Dios,
¿Que yo caiga será exLraño? ))
XXII
XXIII
« - i Mi s ño ra dolía Prpil! »
XXIV.
Preguntóle Hosalia,
Que es curiosa y preguntona,
Al hij i to de Ramona
La edad fija que tenía;
El nifío, con sangre fría,
y sin ver el más allá,
Dijo, mirando al papá
Que es enemigo de engaños:
« Cuando esLoy solo, diez 0.fíos,
y SC i;3, si "\0,,- con mamiÍ. »
xxv
XXVI
En la vecina labranza
Quiso una flaca perrilla
Comerse mi pantorrilla,
Que no es muy parca pitanza:
No bien me embistió, la lanza
Le escondí en el fl aco pech o,
Y, negando mi derecho,
l e dij o P ancho Cancino :
c( H a hecho usted muy mal, vecino,
XX VII
XXVIII
XXIX
En la iglesia protestante
Metían, cubierto, un cuadro ,
y con asombro una vieja,
Creyendo que era algún santo ,
Al conductor pregun taba
Si era San P edro ó San Pablo ;
P ero el porta-cuadros era
Un pobre inglés tan cerrado ,
Que no entendía ni jota
Del idioma castellano.
La vieja, de necia, urgía
Por saber qué era el retablo ;
- 291 -
Y el pobre inglés la miraba
Atento, pero alelado:
( Mino entende ~ » la decía,
YOZ{¡ spaek inglisl~? » - « San Cipriano?
(1;
xxx
Á Santa Rita de Casía
Se encomendaba Isabel,
Que su corona de azahares
Muy pronto cambiada ve
- 292-
Por la matern al corona,
Que tiene zarzas también.
i Pobre la novia del Funza !
Sus mejilla s de clavel
Son dos grande s azucenas,
Tan blancas como el papel.
En el duro, horribl e trance
De dar la vida á otro sér,
Casi en la muerte su vida
Náufra ga y perdida ve.
i Qué diluvio de dolores!
i Qué padecimiento aquel!
La noche de un tercer día
Daba su sombra á Isabel ,
Sin que el conflicto brotara
Para tanto mal, un bién.
XXXI
XXXII
l( - i Sabes filosofía? »
« - Ni la lIJe vito
Aquí en er Magalentt en tCtntos años;
Ni ecuché nunca que y"ablara arguno
lJe esa señora. »
« - Pues, amigo, malo!
La mitad de tu vida se ha perdido! »
«- No sea chusco~ señd; yo soy mulato~
y no sé sensias ni pisé la ecuela~
Por ma que er viey"o Roque~ mi padrato~
¡Ve desía: (Jamilo~ aprende letra~
.Deja la o?<queta y er cl~ampán y e1' pa1o. »
«- i Sabes astronomía? »
« - No se burle
De su probe boguita de San Pablo,
¿ A stromía? ¿ Qué (ruta será esa?
¿ E s de tierra cttliente? »
«( - Desgraciado!
i Tampo co has penetra do en los misterio~
Qlle rige dun 1 e á 10 stl' . ?
- 2,95 -
Entonces has perdido de tu vida
La cuarta parte! »
« - ¡Vo geringue branco/
J
A MAr\UE L POMB O
EL CONVENTO
Ir
ELVIRA
i El embalsamado ambiente
De su retrete gentil,
Cambia así modestamenLc
Por el aroma inocente
Que da este agreste pensil !
III
FELIPE IV
IV
LA ENTREVISTA
REY. Se concediera,
¡ Aunque fuera del mundo el exterminio!
EL RELOJ
R EY. Mira:
Á mi anhelo consecuente,
y dando al voto que hicimos
Ratificación solemne,
Hoy una súplica nueva
Dirige á quien la obedece.
REY. Un reloj
Para su conento quiere ,
De dimensiones humildes,
Pero cuyos timbres. uenen
En són gemebundo y tri te,
Cual si doblaran á muerte.
i Es un capricho!
RUGIERO. Señor,
Es bien sabido que siempre
- 313 -
Por sus extraños caprichos
Se hacen notar las mujeres;
Pero ... me da mala eepina
Sobre esos caprichos, éste.
i Cuánto mejor no sería
Que diera un sonido alegre!
VI
VII
CONCLUSIÓN
Á BARTOLOMt CALVO
PAR TE PRIMERA
Es la estación deliciosa
Del risueño mes de abril;
Las flores en el pensil
Dan su ofrenda cariñosa
A la primavera hermosa
Que, lozana de verdura,
La esmaltada vestidura
De los campos engalana,
Dando luz á la mañana
y á la noche su aura pura .
En la colina distante,
Por la sombra fatigada,
Se escucha la voz ahogada
Del pobre viajero errante;
y esa canción espirante
Por los espacios perdida,
Es quizá el j ay! de una vida
Que se muere en la amargura,
Alma que aflige y tortura
Alguna profunda herida.
II
POETA. Es un abismo!
- 326 -
Pero deja) por Dios) á la fortuna
Que dé á sus predileclos cuanto quiera;
Yo sufrí su desdén desde la Cuna
y hoy me persigue inexorable y fi era !
No importunemos más ) que es poco digno
De un alma noble cortejar ingratas;
Si con mi adversa suerte me resigno)
¿Por qué otra \"ez de alucinarme tratas?
Dí ¿cuál alto poder) qué ocult a mano
En mi senda infeliz ponerte quiso? ..
¿ Quién pudo) Eva gentil) dar en lo humano
A este pobre cantor un paraíso?
¿Quién eres) por fayor?
III
IV
La mundana vanagloria
Fué mísero efluvio vano;
Pobre, mezquino, liviano
El lauro de tanta gloria;
No hubo una sola victoria,
Por espléndida y completa,
Que nivelase la meta
De mi insaciable deseo ...
Siempre de ambiciones reo,
Mi mente pugnaba inquieta.
PARTE SEGUNDA
VI
Sumido en cavilaciones,
Ante tan triste mudanza,
Viendo que la tarde avanza
y que agonizaba el sol,
Sobre el viejo y seco tronco
De un nogal, del rayo herido,
Mi cuerpo desfallecido
Muelle descanso encontró.
Desperté. - No comprendía
Lo que á mi lado pasaba,
La voz que así me llamaba
Me recordaba otra voz ...
Pero aquellas carcajadas
Que los montes repetían,
Mi recuerdo desmentían
Con su algazara feroz.
POETA. Yo tn enemig o.
POETA. Yo lo maldig o!
MAGA. Es tarde!
~1.-\GA. Es tarde!
- 350-
POETA. No repitas, te lo ruego ,
Esa frase fatal que me horroriza!
¿Por qué tarde h a de ser, si aún brota el fu ego
Bajo el blanco crespón de la ceniza ?
MAGA . Yo lo ~icnlo .
MAGA. No lo esperes.
23
Dijo ... y cayó en mis brazos desplomada,
Reclinando en mi faz la suya yerta ...
En vano la abrasé con mi mirada,
Que estaba i ay Dios! completamente muerta ! ...
Aparté sus cabellos, y animad a
Ví la visión de abril! ... Viva! ... Despie rta! ...
Remozada su faz! ... Frescas las flores
Que llevaba en la edad de los amores!
No era loca ilusión! ... Blanco y ligero
El plegado rop aje la cubría,
Velando, enamorado y teaicionero,
Las mismas form as que ocultar quería ...
Por el nevado pecho, lisonjero ,
Su rizado cabello descendía,
Como en taza de mármol se desata
La trenza de espumo sa catarat a!
El asombro aumen tó! - De horror transid o,
Bajo el podee de una emoción severa,
Ví caer, de mi seno desprendido,
El cuerpo de mi hermosa compañera ,
Que en sus tumbos formó extraño ruido
En la muda quietud de la ribera ...
Fué como el roce de las secas hojas,
.Como alarido ahogad o entre congojas.
No sé qué fué de mí. - Volví los ojos,
P ara no ver aquella horribl e escena
De inanimados, míseros despojos
Rodando de los riscos á la arena;
Pero al opuesto lado, los rastrojos,
Se ahogaban en un mar de agua serena
Que de2ccndiendo de la enhie::)La altu l'il
Bañaba n el boscaje y la llanura !
i Qué repentino cambio ! - La cañada,
Convertida en remanso, parecía
Inmens a luna de cristal, bañada
En la azogada luz de un bello día;
El plumaje sutil de la cascada
Cual polvo de diaman te relucía ...
To do estaba cual antes, como era
En esos tiempos de mi edad primer a.
Quise acercarme má"' , y una luz puril
- 355-
Daba su claridad, plácida y leve ...
Fijé la vista y ví. .. qué desventura!
i Nada queda}Ja de la Maga aleve!
Solo mi faz rugosa y sin frescura,
Mi cabellera convertida en nieve! ...
iEra acaso el terror que me ofuscaba,
O era que en realidad tan viejo estaba? ..
Volví á mirar. - El mismo espectro fiero
La hilla del remanso repetía ...
Retiraba mi faz ... y traicionero
El espectro su faz también huía! ...
Hice un tercer ensayo ... fué el postrero,
y el mismo viej o espectro aparecía! ...
Todo lo comprendí. .. La Maga yerta
Era mi JUVENTUD que estaba muerta!!
1845.
,
OBRAS DRAMATICAS
EL GONDOLERO DE VENECIA
DRAMA EN CUATRO ACTOS
y EN VERSO
A IGNACIO C. ROCA
(i855 j.
- 358 -
PERSONAS
El conde CAPELLO .
La condesa BLANCA, su hij a.
Un desconocido.
JULIANI, presiden te del Consejo de los Diez .
RUGIERO .
en letra
Los apartes van entre paréntes is y las indicacio nes de la acción
b a stard iHa.
ESCENA PRIMERA
JULIANI
- 360-
Siempr e el Carnaval nos prueba
Lo que la molicie daña!
Bajo ese duro cartón
y ese traje fastüoso,
Se agita un rostro lloroso,
Gime triste un corazón!
Allí está la multitu d
Bebiendo á tragos los goces,
Sin notar que en esos roces
Se deslust ra la virtud! ...
y nuestro hombre ... allí está,
En jaula Je oro cogido ...
Por sí mismo se ha metido ...
Y ... por Dios que no saldrá!
ESC8NA II
JULIANI y MARTELLI
ESCENA III
JULIA!I
ESCENA IV
ellos.) •
- 369-
. ESCENA V
ESCENA VI
RUGIERO
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
DICHOS Y RUGIERO
ESCENA PR[MERA
ESCENA JI
RUGIERO
ESCENA III
RUGIERO y BLANCA
Qué respondieras?
(Blanca inclina cariñrJsamente la (rente en el pecho de
Rugiero.)
(Abrazándola.) Perdona
Si osé dudarlo un momento! ...
- 390 -
Mi tormenío y tu tormento
Me tienen fuera de mí!
Te amo tánto !...
BLANCA. Yo te adoro! .. .
Oye: . .. Le hablaré á mi padre .. .
Por la tumba de mi madre
Le rogaré ... por los dos!
RUGIERO. y cuándo sabré? ..
BLANCA. Mañana ...
Aquí. .. á la misma hora .. .
RUGIERO. y si una mano traidora .. .
BLANCA. No lo temo.
RUGIERO. (Abrazándola.) Blanca, adiós!
(Blanca se separa de los brazos de Rugiero y se dirige á la
puerta del palacio; pero oye pasos y ?"eglJ<esa aterrada ce?'ca
de su a?nante.)
BLANCA. No sientes pasos ... ?
RUGIERO. Sí, sí!
BLANCA. Quién será ... ?
RUGIERO. N o temas nada!
(Si fuera ~lguna celada! ... )
BLANCA. Donde ocultarnos? ..
RUGIERO. (Mostrado la capilla.) Aquí.
(Los dos amantes se refugian en un ángulo de la capilla.)
ESCENA IV
ESCENA V
RUGIERO y BLANCA
ESCENA VI
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
DICHOS Y BEPPO
ESCENA III
DICHOS Y GRAClANI
ESCENA IV
gestos de indignación.)
ESCENA V
ESCENA Vi
ESCENA VII
El DESCONOOIDO y BLANCA
ESCENA VIII
ROGIERO. ¿Qué sucede, gran Dio ' !... ¿Dónde está ella?
Mi Blanca dónde es tá? (Recorre la escena.)
BARBERI NI. (Destino impío! )
N o me engañaba yo ! .. . j Qué horrible estrella! )
RUGIERO. ¿Dónde está mi tesoro?
BARBARI NI. (Señalando lel pue?'ta.) .Allí! ... Ya es mío!
(Rugiero se preCijJit(l V Barbal'íni se interpone.)
ROGIERO. Blanca!
BARBARINI. No habéis oido .. ? Ese tesoro
Me pertenece ya !
BLANCA . Me han encerrado!
(Adent1'o (orcejando con la puel'ta.)
RUGIERO. Abridme paso 1. ..
BARBARIN I. No, que yo la adoro! ...
El bién que me robabas te he quitado ...
Soy Barbarini ... tu rival! (Sacan sus pllJiales.)
RUGIERO . Villano,
Tu sangre verteré, si ese es tu anhelo! .. .
(Se lanza sobre Ba1'ba1'ini : trdbase un combate cue1')Jo d
cuerpo; Barba1'ini cae heJ'ido por el pU1'ial de R?tgiero.)
BARBARINI. Asesino! ...
BLANCA. (.lJentr¡'o.) i Gran Dio
- 415
RUGIERO. IIombrc~ inhumano!
Perdone tu maldad benigno el cielo!
(Rzftgie1'0 derriba la pue1'ta y se precipita en óusca de Bla nca.)
HUGIERO. Huyamos!
RUGIERO. Huyamo s ~
(Al salí1' son detenidos PO?' Beppo y su gente.)
ESCENA IX
Sala e n el pa la cio de Ca pell o, con p ueda en el fond o y una g ran ven tan a á
l a d er echa. Mu eb les el e l a ép oca. E l Conde aparece se ntado junt o á un
velador . E s ele dia .
ESCEN A PRIMERA
E l co nd e CAPELLO ( Levantándose)
ESCENA II
CAPELLO y un PAJE
P A JE . El co nde Juliani.
CAPELL O. Ciclos ! .. .
i Más desgracias toua vía ?.. .
PAJE. Me dijo que urgentemente .. .
CAPELLO. Dile qu e éntrc . .. y yigila .
(El paje sale y ent?'a Juliani .)
- H7-
ESCENA III
CAPELLO y JULIANI
ESCEN A IV
BLANCA. De amor? ..
JULIANI. Si, de dulzura ...-
Una tan solo de esperanza llena ...
BLANCA. De esperanza? ... No, no ...
J ULIANI. ¿ Queréis que sufra?
Hay en el corazón de nuestros padres
Un inmenso tesoro, una fortuna:
Inagotable amor, amor sin límites
Que nunca miente ni se acaba nunca!
i Cómo es posible que ese amor tan gl'ande,
Ante un culpable amor así sucumba?
Es preciso olvidar ..• vos ... á ese hombre .. '.'
y vuestro padre ... vuestra enorme culpa ..•
Yo ayudaré ese olvido ... y á Rugiero
No le veréis jamás.
BLANCA. Lo sé; mi angustia
N o es el vano pesar que finge el mundo
Para engañar al idolo que adula ...
- 122 -
N o es la emoción de un sueño pesaroso
Que en vano al despertar la vi sión bUt$ca ;
Yo sé muy bien que el llanto que derramo
Riego es apenas de 'u humilde tumba,
Cavada en el suplicio de Los Plomo.3,
En castigo ... no sé ...
J CUANI. De su locura!
Pero os comprendo, Blanca; ese artificio
Es red inútil que mi planta burla ;
No pueden las astucias de una lliña
Burlar de un zorro vi ejo las astucias !
Vos acaso sabéis ...
BLANCA. (Con serenidad.) Que desgraciada,
Prematura viudez mi fr ente enluta.
J ULIANI. Ese acento tranquilo ... esa mirada ...
Algo, que no comprendo, disimulan.
BLANCA. También vuestras palabras me revelan
Negras visiones que mi mente ofuscan.
JULÍANO. No más vacilación! ... ¿Sabeis acaso
Que vive el seductor?
BLANCA. (Deli1 ante.)
1
Jesús!
CAPELLO. Qué ang llsLia!
BLANCA. Es verdad? .. Es verdad? .. Decidme ... Vi ve
El hombre que mató mi amante furia?
Vive? ... No me engañáis ?...
J ULIANI. Sí, Blanca, vive
Para eterno baldón!
BLA~CA. Ay! ... Dios me ayuda!
N o podéis comprender de cuanto peso
Me acabáis de aliviar! ... i Cómo ~ e fru sLI'tlU
Los perversos designas con que ufanos
Pretendieron manchar mi fama pura! ...
La hoja del árbol no se mueve sola ...
i La mirada de Dios en lodo alumbra!
JULIAN1. No blasfeméis, señora ... Dios no quiere
Que un padre como el vuestro llore y sufra
Bajo el peso oprobioso de un delito
Que su honra infama y que su nombre ins.u lta!
- 423-
Dije que vuestro cómplice vivía;
Pero bien pronto se abrirá su tumba!
BLANCA. Inútil amenaza!
CAPELLO. Qué suplicio!
JULIANI. Vos la culpa tendréis!
BLANCA. Tendré la culpa;
Pero no alcanzo á cOluprender, Juliani,
Qué se propone vuestra e téril furia ...
~nerto yá BarJJarini ...
JULIANI. No, no ha muerto._..
Vuestro amante no pudo ...
BLANCA. Oh! ! .. Qll(~ fortuna!
JULlANI. No os comprendo, señora.
BLANCA. Ni es posible
Que comprender podáis tánta ventura! ...
j Vive mi amor sin mancha ni delito!
ESCENA V
BLANCA Y CAPELLO
ESCENA VI
BLANCA
ESCENA VII
ESCENA VIII
E l CONDE CAPELLO
No sé qué presentimiento
Avasalla mi albedrío!, ..
No me abandones, Dios mío!
Que en tan horrible tormen to
Solo en tu auxilio confío!
(Oae en un sillón.)
- 4:1t-
ESCENA IX
ESCENA X
ESCENA XI
Á JULIO ARBOLEDA
- MO -
PERSONAS
Los aparte!! van entre paréntesis , y la5 indicaci one s de la acción en letra
bastardilla.
PRÓLOGO
Arrabal de 108 Acu eductos, en Carpentrás. Del fondo, hácia la derecha , corre
el rio Ausón, clliya oril'la está amurallada. A la iequierda, los restos de
una vieja for tificación , y UDa cabaña entre los dos primeros tél'minos.
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
::\TICOLÁS. No á/él
FRANCISCO. oigo, p ues; vuestra atención
Reclamo, pues, un momento .. .
i Quién les lleva el alimtn Lo
A los leprosos de Ausón? ..
E lla . - i Quién de puerta en puerta,
Treinta veces cada mes,
Cura con raro interés
La llaga que queda abierta? ..
E lla. - i Quién tuerce la soga
Con que el verdugo inclemente
Ata y tortura á la gente ,
y al fin la oprime y la ahoga? ..
Ella.
NICOLÁS. Tan duras razones
Termina, por compasión!
- 44 -
GUILLER w . l-'ues yo no encuentro razón
Para esas acusaciones.
Lo primero es caridad
y el resto, perversa suerte.
NICOLÁS. Eso digo yo; el más fuerte
Oprime á la humanidad.
No es ilusión la que pinto,
Que hace mucho que la gente
Ve en esto el brazo imprudente
Del rey don Pelipe quinto;
Que por más que el crimen palia,
Quiere en resumidas cuenlas,
Confiscar las ricas rentas
De los leprosos de Italia.
GUILLERMO. ¿Y á qué no me advináis
Lo que trama para ello?
FRANCISCO. ¿ Algún subsidio?
GUILLERMO. ¡Camello!
¿ Con qué subsidio soñáis? ..
~ada, Francisco, no es cosa
De impuc~to ni talla alguna;
Dice que la media luna
Ha de serIe provechosa;
y ha ideado en su arrogancia
Acusar á los lepl'osoS
De enemigos poderosos
Contra su reino de Francia;
Que, unidos al Sarraceno,
Su causa ayudando están,
Y áun agrega que pondrán
'En nues tras fuentes veneno.
NICOL.·\.S. i Qué espantosa iniquidad!
FRANCISCO. i Es una calumnia horrible!
GUILLERMO. i Gracias á Dio;:, que, sensible,
Defiendes la humanidad!
FRANCISCO. Pero los planes del rey
y la condición rastrera
De esa infeliz cordelera
No tienen la misma ley.
NICO LÁS . Cierto . - Propongo por eso
Que el que la conceda el habla,
Se le afrente en una tabla,
y al público.
GUILLERMO. Es mucho exceso!
Con una reconvención ...
FRANCISCO. Nada, Guillermo, es preciso
Purgar nu es tro paraíso
De una nueva tentación.
E l que de lej os la vea
y se le acerque y la trale ...
NICOLÁS . Se le afrenta!
GUILLERMO . ¡ Disparate!
(Quiera Dios que yo no sea.)
FRANCISCO. El juramento ha de ser
Unánime y uniforme.
GUILLERMO. Eso .... según y conforme.
FRANCISCO. i Guerra á muer te á esa mujer!
GUILLERMO. Se ha destapado el infi erno.
NICOLÁS. Si, Guillermo, g uerra á muerte!
GUILLERMO. Convengo ... mas de esta suerte :
Que no sea el vo to eterno.
FRANCISCO . Mientras el estigma dure.
GUI LLERMO. Aceptado.
NICO LÁS . Convenido.
FRANCISCO. Que vaya á meter ruido
Con los leprosos que cure.
( Trritan de salir p or let derecha, y aparece Tadeo con unas
?-amas secas al lwmbro.)
ESCENA IJI
DICHOS Y TADEO
TADEO. j Caballeros!
FRANCISCO. (Interponiéndose.) No haya guerra!
NICOLÁS. Los lepro~os, buen amigo,
No riñen con gente buena,
- 451 -
Que al frotar cobre con oro
Podemos sacar candela.
FRA CISCO. j Nicolás!
TADEO . J óven, no os oiga
La divina Providencia
Que á pobres y ricos mide
Por igual, con vara austela! ...
Gozáis de salud! ... ¡ Que siempre
La gocéis, sana y completa!
y quiera Dios, que -es tan bueno,
En su paternal clemencia,
Libraros de esta desgracia
Que en mí y en los demás pesa !
Tú, Francisco ...
NICOLÁS }
(Oon ext?'añeza.) ¡ Le conoce!
GUILLERMO .
TADEO. Ama el bién ... que es cosa buena;
Compadecé á los que sufren ...
Qu e la compasión eleva;
Huye, como errada via ...
E l camino que otros llevan;
Cultiva tu raro ingenio,
Dále á tu talento rienda,
Que los jardines de Italia ,
En su inmortal primavera,
Preparan para tu frente
De laurel rica diadema !
GUILLERMO. Por estos barrios del diablo
Todos son bruj os .
FRANCISCO. (Preocupado.) ( i Cuál vuela
Vago recuerdo en mi mente!)
TADEO. Ese niño es una perla.
NICOLÁS. ¿Se ha convertido en sustancia?
GUILLERMO. Vamos, filó sofo ... ¿Cuela?
F RANCISCO. (Si mi memoria no miente ... )
~ICOLÁS. (Á Guillermo.) Ya lo estás viendo? ...
GUILLERMO. ¡Flaquezas 1
- 452 -
TADEO. y tú, Nicolás Lorenzo ...
GUILLERMO. i También te conoce!
NICOLÁS. ¡Aprieta!
TADEO. Hijo de Roma la grande,
Aunque de madre plebeya ,
Por más que la vista encumbres ...
Tu cuna fué una taberna!
Con los molinos del Tíber
.y mal vino de Provenza
Tus padres se enriquecieron ...
j Gracias á Baco y Minerva!
Estudios hiciste en Pisa,
Luego viniste á Carpéntras,
Donde, en vez de hacerte sabio,
Escarneces la miseria!
NICOLÁS. Y ... finis coronat opus!
GUI LLERMO. Sabe tu historia completa.
(Fra/ncisco ~ p1 eocupado por sus 14ecue?"do s~ se ha sentado
4
ESCENA IV
ESCENA V
FRANCISCO
ESCENA VI
FRANCISCO Y 1'ADEO
ESCENA VII
DICHOS Y TERESA
ESCENA VIII
TERESA Y FRANCISCO
ESCENA IX
ESCENA X
GUILLERMO. i Un miserable!
NICOLÁS. j Unjudío!
GUILLERMO. i Ha violado un juramento!
NICOLÁS. j Ha traicionado ... !
FRANCISCO. (Cae con Teresa de 1'odillas.) i Dios pío! ...
j Cúmplase tu voluntad!
PIOMBINO. j Infelices angelitos!
GUILLERMO. i Qué te parece el filósofo,
Nicolás?
NICOLÁS. i Un hombre pillo! .
TERESA. (Levantándose.) Señor comisario ... vamos!
Galería de l pal acio del Hu €\ o, en Náp oles . A lra ves de Lres grandes puertas
al fondo, se d eja ver un hermoso sal ón ele baile. Parej<ls enmascaradas
bailan y recorren el salón. Noche.
ESCEN A PRIMERA
NICOLÁS y TERESA .
DICHOS Y GUILLERMO.
ESCENA III
GUILLERMO Y NICOLAS.
ESCENA IV
DICHOS Y 1a REINA.
ESCENA V
La REINA Y GUILLERMO ,
REINA . Fra-Moriale,
Os he visto tan poco ... i Qué habéis hecho?
GUILLERMO. Nada, señora, en el jardín estuve
Dando mis instrucciones á Lovero
Para volver al campo .
HEINA. ¿Y vos?
GUIL LERM O . . Le sigo
Apenas amanezca; mis guerreros
Me acusan de traición: Carlos de Duras
Nle reclama la fe de un juramento ;
El matador de vuestro esposo ...
REIN A . I Ingl'a to !
i N o remováis el tósigo en mi peoho !...
i Príncipe infame! i Qué os exige, amigo1
t Que vayáis á su campo de T.arento?
Pero no, vos no iréis; me habéis jurado
N O' tomar armas contra mí; yo espero
Que me seréis leal.
GTJILLERMO. Y vos, señora? ...
Vos también me habéis hecho un juramento.
REINA. Os he jurado amor, y os amo tánto,
Que áun apesar de mis vestidos negroi,
Por probaros mi amor, alegre os abro,
Llenos de aroma. y de bellezas llenos,
Esos régioa ialone¡...
· - 476 -
GUILLERMO. Donde hermosa,
Brilláis, cual brilla el sol entre luceros;
Pero no lo creeréis, mi amante reina,
He sentido pesar) os lo confieso ...
Prefiero veros sola, sin testigos,
Allá en las torres del palacio lluevo,
Que acosada de amantes y galanes
En ese mar de luz, que es un incendio ...
Me parecéis mas bella sin corona,
Rizados por el viento los cabellos,
Con la sonrisa dulce del arcángel,
Con la mirada que refleja un cielo! ...
A la Reina de Nápoles la estimo;
Pero á mi hermosa Juana ... aquí la tengo,
En el sagrario oculto de mi alma,
Como el único bién que salvar quiero! ...
Por vos, señora, á quien adoro amante
Perjuro de mis VOt03 hoy reniego ...
y esclavo del amor de mis amores,
Si el cielo no, me acogerá el intlerno!
REIN A. i Para quemar mi velo de viuda
Necesitaba yo de mucho fuego! ...
Está bien, Fra-Moriale, con usura,
La mujer y la reina á un mismo tiempo ,
Pagarán tanto amor, tanto delirio,
Con fino amor y con delirio ciego!
Esclava sometida á tus caprichos,
Haré pedazos mi corona y cetro;
y aunque toda la Italia me maldiga
Ceniza haré de mi vestido negro!
GUILLERMO. i Cuánto amor! i Cuánto amor! (La abraza.)
REINA. i Apenas basta
Á pagar, Fra-Moriale, el que yo os debo.
(Observando .)
Pero amanece yá ...
GUILLERMO. (Oon entusiasmo.) ¡Oh! que amanezca!
Venga la luz del sol, sÍ, de un sol nuevo,
Venga y alumbre con su rayo ardiente
Este idilio de amor, digno de Homero!
(Se precipita á la mitad del escenario.)
- 477 -
i Cielo feliz de Nápoles, la hermosa,
Basta de oscuridad!
REINA. i Qué estáis haciendo?
Ved que os pueden oir ...
GUILLERMO. No temáis nada ...
i Es el Ves ubio que despide un trueno!
REINA. iNo ·volvemos al baile ?... Notar pueden
Nuestra falta, tal vez.
GUILLERMO. Me causa tedio ...
Entre taütas bellezas ¡ay! vos sola
Brilláis con claridad!
REINA. i Injusto os veo!
Nápoles, por fortuna, es en hermosas
El jardín de la Italia.
GUILLERMO . No lo niego;
i Pero volver al baile? .. es imposible ...
El bullicio me enferma ... y o me vuel yo
Á mi campo de Módena.
REI~A. iTan breve? .. .
i El éxtasis de amor pasó muy presto! .. .
Ya se vé ... los deberes de la . guerra .. .
Alguna otra aliada ... el de Tarento .. .
GUlLLEHMO. Sóis hasta ingrata con dudar, mi Reina,
0;3 lo dij e hace poco; mis guerreros
Me acusan de traición; no sin motivo
Temblaron al saber ...
REIlSA. Sí, ya os comprendo;
Os podéis regresar; pero este ramo
Llevad en la cimera, cual recuerdo
De mi constante amor ... de las promesas
Que ante Dios me renueva un calallero;
Esa rama de olivo será el signo
De la paz con la Reina. (Le da el ramo.)
GUILLERMO. y del inlenso,
y del profundo amor para la hermosa
Que aquí en mi pecho levantó su imperio ...
No lo olvidéis, por Dios! ... De hoy más, 8eñora,
Amor y eterna paz jurar debemos ...
- 478 "-
i Y odio pL'ofundo y guerra y e4 termio.io
Al príncipe Ll1 cÍano de TarBnto!
(Le besa. la mano) cubJ'e la celada y se precipita hasta la puerta
del (o nda; la R eina se reclina en ~?17t sitial.)
i Por fiu }ogré tocar á una corona! . . .
i Están cllmplido3 predicció1l y sueño!
ESCENA VI
La REINA .
ESCENA VII
L~ REINA Y NIGOLAS ,
ESCENA VIII
DICHOS Y R08ERTO .
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
GUILLERMO Y TERESA.
"
ESCENA III
ESCENA IV
ESCENA V
GU1LLERMO y LOVERO .
ESCENA Vi
GUILLERMO.
ESCENA VII
y desag1·ado.)
TERESA. N o, no; podéis quedaros! ... corro al punto ...
i Si es tarde, por desgracia ... incendio el campo!
(Ent1·a ]J?'ecipitadamente seguida de los dernds.)
J
32
- 498-
ESCENA VIIi
GUILLERMO. (Pausa.)
Es la primera ocasión
Que se me escapa una presa ...
i Dios te perdone, Teresa,
Este mi primer perdón!
La clemencia del léon
Dicen que :nunca es clemencia .. .
¿Miedo será? ... ¿impotencia? .. .
i Ira de Dios!... ¡COmpañeros!
(Corriendo al (ondo.)
i No haya perdón! ... Sed severos! ...
¡¡Que se cumpla mi sentencia!!
(Nuevo 1<~tmOr en el campo. Se perciben vivas lejanos al conde
Laudo.)
Pero ese rumor extraño ...
Esa confusión de voces ...
LOVERO. (.Dent1'o.) i Viva el conde Laudo!
VOCES. (Id.) ¡ Viva!
ESCENA IX
ESCENA X.
DICHOS Y CONRADO.
pliego.)
GUILLERMO. (Á Love?'o.) lt la carrera ...
Corred ... volad ... por Di0S! Sí! ... mi caballo ...
Mi caballo, por Dios!
LAUDO. . ¿Pero qué intentas?
Del traidol' en alcance irá Lovero ...
i Abandonar tu campo ... !
GUILLERMO. ¡Cordelera! ...
Si mi mano te alcanza... ¡ay! yo te juro
Marcar tu frente con estigma eterna!
- 501
i Volad, volad; la dilación me mata! ...
i Ay de vosotros si venís sin ella!
(Lovero sale precipitadflmente.)
LAUDO. Ese pliego tal vez!
GUILLERMO. ¡Oh! ingrata, ingrata L
¿Este es el pago que mi amor encuentra?
LA UDO. Ese pliego, señor ...
GUILLERMO. i Mujer traidora !
i Tal vez por otro amor huye y me deja!
i Mi caballo, por Dios ! S1. .. mi caballo! ...
¿Todos me traicionáis? .. Cómo revienta
De su infame traición, ola tras ola,
El horrible volcán en mi cabeza!
LAUDO. Ese pliego, señor, tal vez nos diga ...
GUILLERMO. Tienes razón ... sí, sí. .. tal vez Teresa ...
(Guillermo lee con (~gitación el sobre.)
« Al Reverendísimo Valeriano Severino,
Superior del convento de San GerÓnimo. »)
¡Maldición! ¡Maldición! (A r1"oja el plief/o.)
LAUDO. (Recojiendo el pliego.) j De Dios la mano ,
Por una eternidad, bendita sea !
Ese pliego, señor, es un tesoro;
Lo que saber queréis en él se encuen tra;
Por coj er ese pliego me mandás teis
Á los bosques espesos del Aversa;
Por cojer ese pliego ...
GILLERMO. (ReC01"dando.) j Cierto, cierto! ...
i Has vertido la sangre de tus venas!
(Guille1"vw ab1"e el pliego con vtano convulsa; 1"eC01"re sus
líneas; se inmuta~ se enfurece; ap1"ieta el papel ent1"e sus
manos y lo a1 roja con indignación.)
4
y lo pisa)
Roto este ramo, el juramento rompo!.,.
(A sus soldados.)
¡A Nápoles volemos! ... Guerra, guerra!.,.
i Mandad que sobre lanzas y alabardas
Se alce en los aires la bandera n egra ! ...
(Oon1'((do, J}fino1'uino y alg~mos alabarde1'os ent1'an p1'ecipi-
tados " se oye el grito de ( gue1'Tíl! guerra! » GuillerJJw
desn~ldíl su espada y (l1'1'oj(l lrl dalmdticrl quedando en
J
traje de c01nbate.)
i A los muros de Nápoles) soldados!
(Las cornetas ala?'?nan el ca1npo J' se oye ruido de ({7'1JUlS.
V(wios grupos salen el lrl eSCen(l rtcaudiUados por J1Iino1'bil1 o
y Con1'ado.)
¡Venganza ó muerte! si! La trompa suena ...
i N o haya piedad! N o quede de la infame
Nada que la recuerde acá en la tierra! ...
(G~lille1'mo se p1'ecipita ent1'e los grupos.)
Sala del p a lacio del T r ibuno-Senador Ri enzi , ú orillas del Tíb er: puerta al
fo n do; á la dere ch a h abrá otra puerta con vidri eras, qu e di paso á un
balcón sobre el río . - Mesa con recado de escribi r : consol as en el fondo
con telas ,y objetos de lujo. N oche.
ESCENA PRIMERA
TERESA Y ROBERTO
ESCENA Il
TERESA
ESCENA III
NICOLAS y TERESA
Calab ozo en la cárcel elel Capitolio. Puerta al fondo, y una gran i'entana á
la derecha . A la izqui erda un pequeño altar en primer termino; y II na
puerta secreta e n el segundo. Guillermo aparece alado á un a c:Hle na .
pendiente de un poste ele piedra que le sine ele a~ielüo . - Pau a.
ESCENA PRIMERA
GUILLERMO .
ESCENA II
GUILLERMO Y NICOLÁS .
ESCENA III
ESCENA IV
NICOLÁS.
ESCENA VI
TERESA Y NICOLAS
1'nido de a1'1nas.)
Acercáos ... ( T?'ata de oóligada.)
TERESA . (Resistiendo.) i Me horrorizan
Los suplicios con que el mundo
Ensangrienta su justicia!
(Ruido de a?'?'}u¿s ce1'canas.)
NICOLÁS. iPero no habéis conocido
Le cabeza que caía,
La mirada que os miraba
y su espantosa sonrisa? ...
iN o la habéis reconocido
En la apuesta gallardía
Con que saludó á la muerte
y dió su adiós á la vida?
i Mala memoria tenéis!
i Sóis ingrata á más de inicua!
i Ese es Guillermo Monreal
Que ante mí su cuello inclina!
i Es mi rival! ... i Es tu amante! ...
i Mi venganza está cumplida!
(.Du?'(¿nte los C1¿at?,o últi1)!tOs ve?'sos TeTesa, enloquecida
J J
ESCENA VII
DICHOS Y ROBERTO
ESCEN A VIII
TERESA Y NICOLÁS
ESCEN A IX
Dichos y ROBERTO
ESCENA X
TADEO. ¡Teresa !
TmtE s.\... ¡ Padre del alma!
(Se abrazan,)
LAUD O. Decid ... ¿dónde está el Tribuno?
TImEsA. ¿No le hallásteis en la plaza?
L AUDO , ¡ No es eso lo que pregunto L ..
¿Dónde se encuentra Hienzi ?
MI~ORBI l O. ¡ El asesino!
CONRADO. ¡El verdugo!
(T1'rltan de entra /' ¡Jor la pue1ül que !Juarda Teresa.)
TERES.-\.. ¡ Atrás !... la venganza os ciega!
TAlmo: ¿ Cómplice vos?
T ERESA . i Sois inju lo
N o es al tirano caido
_\ quien generosa ayudo .. ,
Quiero alvar vuestra gloria
Del oprobio y del abu o ...
i La cabeza de un cobarde
No la corta ni el verdugo !
- 33 -
LAUDO. Pero enteegadle ... señora!
TERESA. Estáis, por Dios, importuno!
LAUDO. ¡Soldados! . ' . i Forzad el pa::;o!
(TIj'atan de 7¿aeerlo) ' pero Teresa) ar'7nada del JJuiial lo
impide .)
TERESA. Si hay entre vosotros uno ;
Bien cobarde, que se a teeva
A dar un paso ... le hund o
Es te puñal en el pecho!
CON RAD O. ¿Vos protegiendo al Tribunu ?.,
TERESA. ¡Atrás !. . . i Atrás os repito!
¿ No me obedecéis?
( i Cuál sufro! )
NICOLÁS. (.Dentlj'o.) i Me asesinan !... i NIe asesinan!
TERESA. i Lo han matado! (AIj'Ij'ojando el pufíal.)
LAUDO. i Dios es jus to!
TERESA ¿ Así vengáis á un valiente?
LAUDO. i T odo César tiene un Brulo!
(Lovero apalj'ece en la puerta, secreta) C01l su enc7tillo en la
rnano.)
ESCENA XI
Dicho y LOVERO
TERESA . (Illco?jJo?"ándose.)
Pensáis de nuevo teñir
En sangre vuestro s aceros? ..
¡Soldados! . .. i Ya se apagó
La estrella que os alumbr aba! .. .
i El brazo que triunfo os daba
La muerte p ar~lizó! ...
i Volved á vuestro s hogare s,
Y en algún seno querido ,
Gozad la paz que ha ofrecido
El Dios de nuestro s altares !
( Paztsa .)
(A Tadeo.) i Se cumplió la predicción! ...
i Es Dios mi6mo quien la abona! ...
i Cada cual ciñÓ corona
Bien de gloria 6 expiación!
TADEO . i Su vista todo lo abarca .. .
A todo mal dá consue lo .. .
TERESA . (Ab?'ctzando á Tadeo.)
Yo ... para el Monte Carmelo ! ...
Vos ... alIado del Petrarc a! ...
ELVIRA
DRAMA EN CINCO ACTOS Y EN VERSO
HISTORIA
A fines del siglo XVII nada había que inventar por lo que
respecta á relojes; sólo sí mucho que pe rfeccionar para obtener
la precision que exigen la Geografía y la Náutica.
- 640 -
PERSON AS
FELIPE IV, Rey de Esparia (en €' l aclo Lo. 1)on Lui).
Don GA!'I'AR DE GCZ~IÁ:\, Conel€'-duque ele Olivares .
Don Tgwo GlRÓN, Duque ele Osuna.
Don HO:-¡ORlO SANDOVAL, Duque de LCt'm a.
Don A LVARO TOLEDO , Mm'qués de V tllarranca.
Don RODRl r.n DE ZégI GA, ayo d€'l Rey.
Don RU GIERo . . Lt hij o.
ELVIRA.
:\IARIETA.
BERTRAND.
1 na Reli g iosa.
un Ugier.
~ohl es y Rl'li g ios.1s de San PUeiJfJ.
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
OSUNA Y MARIETA
E SCENA III
OSUNA
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCE NA III
REY Y RUGIERO
ESCENA IV
El REY
ESCENA V
ESCENA PRIMERA
ESCENA II
ESCENA nl
Di chos, OSUNA, en traj e de religioso de San Bruno, y una Reli giosa que
llevará una luz en ]a man o . (Elvi1'a da un. g1'ilo de terror y cae 1m el
reclinatorio cubriendo su "ostro con lns mallo g .)
ESCENA lV
ESCENA V
OSUIU
ESCEN A PRIMERA
ESCEN A Ir
Dicho s, un UJIElt
ESCENA III
ESCENA IV
LER~A Y VILLAFRAJJ;CA.
ESCENA V
E l REY (viene leyendo Ull bille te con transpod es de a legría, y sin no tar á
Villafl'anca y L er ma qu e le saluda n y salen por el fo ndo).
ESCENA VI
ESCENA VII
El REY
ESCENA VIl[
El REY Y RUGIERO
ESCENA IX
El REY
el tercer término
Sala de profundi s en el convento de San Plácido. - En
y sobre un
estará dividida por una cortina n egra, d~trá s de la cual
con un ve lo
túmulo forrado del mismo color habrá un fére tro cubierto
rán á su
blanco y á los lados del t úmul o diez blandon es que alumbra
tiempo . Noche.
ESCENA PRliVIERA
E S CENA JI
ELVIRA
ESCENA III
ELVIRA y OSUNA
ESCENA IV
ESCENA V
ELVIRA y OSUNA
ESCENA VI
El REY (entra por el fondo izqllie l'Jo, ,-isiblemúlü0 agitado y r eco rre la e Cúll U
con tl'asportes d e deliri o. y dil'igi éndos e al fond o.'
ESCENA VII
E l REY Y OSUNA
OSUNA. Alrás!!
i Temerario monarca! N o profanes
El campo santo do la muerte imp era;
Huye, por Dios, si de crespón funesto
Cubrir no quieres tu real diadema!
Salid, señor!
(Enciendense los bZandones del túmulo.)
REY. (Tratando de abrirse PCtso.) ¿Que salga? .. N o lo espercs! ...
Ó me entregan á Elvira, ó en pavesas
Convertido veréis el templo santo
Donde p erjura la traición se alberga!. ..
Decidme ¿dónde es tá? ..
OS {j ~A . Rey don Felipe,
Salid, por vue ..tro bién! Mirad quc horre1)da
La mano de Satán por vuestra mano
Hirió su corazón ... j Ay! si la vierais ...
El vuestro, por la angustia destrozado,
A impulsos del pesar sangre vert'iera ...
REY. Llcvadme dondc está ... (Forcejeando.)
O~ u :\.\.. Rey de Castilla,
Ya vuesEra Elviri:1 abandonó la tierra;
Te::loro de virtud, ángel divin o,
La reclamó su Dios, y allá se encucntra !
H EY . Padre, por caridad, no me mintái !
Elvira vive! ...
OSLi:\.·\.. Sí, mas no en la ticrra.
HEY. i Ay de vos, insensato, si el león
Sacude enfurecido la melena! ...
Ü SU~A . Salid, señor !
RE Y . (Sacrtndo un jJU1?'ctl.) i mi poder resiste,:, ;
S i en vano para tí tu rey ol'dena,
- 609-
Yo verteré tu sangre, y tu cadáver
Puente será para llegar á ella!
j Religioso tenaz, tiembla á mi furia! ...
OSUNA. i La virtud y el deber, señor, no tiemblan!
REY. Quiero ver su cadáver.
OSUNA. ¿ Lo queréis?
REY. Sí. j Lo exijo, lo mando!
OSUNA. j Oh! Cómo lleva
A la expiación la mano del delito!
Rey insensato, la pasión te ciega;
Ya tu Elvil'a se fué ... ya en otros reinos,
Coronada y feliz se 'encuentrél. ella!
REY. (A menaza.) Decidme, ¿dónde está? .. Yo así lo exijo ;
Decidme dónde e;3tá., . '
(Osuna descorre el velo négro y Elvil)'a aparece muerta en los
brazos de unct I)"eligiosa. Todas las monjas de San Plácido
de rodillas, en actitzvl llorosa y con cirios encendidos,
rodean el túmulo.)
OSUNA. Mírala y tiembla!
ESCENA VIII
FIN f) E L D R A 11 A
,
INDICE
En un álbum . . 225
El ramo seco .. . . . . . . . 227
Contrastes. . . . . . ' , . . 228
Tres sone·tos á la esperanza .. 231
- 615 -
El ave de paso. • . . . 233
La hermana de caridad. 239
Mi biografía . . . . . . . 241
Cuentos de Selgas. . . . 243
Los vicios y las virtudes .. 251
S~op! . . . 253
Los cortesanos. • . . . 254
Males de amor . . . . • 255
La pasión de los celos. 256
La calumnia .. 257
Matilde . . . • 258
La envidia. 266
Anécdotas .. -¿67
Elvira. . . 296
La Maga .. 318
El Gondolero de Venecia (drama en 4 actos) .. 357
La Cordelera (drama en 4 actos y un prólogo) .. 439
li.;lvira (drama en 5 ac~os) .. . . . . . . . . . . 537